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——— BY4 BAN A fe AAD eg BRB SW Lated gy: INTRODUCCION AL CONCEPTO ACTUAL DE CONSTITUCION por Exiseo Aya Es la tercera vez que se edita en Espafia esta obra de Lassalle, Las dos primeras ediciones se realizaron | en el umbral de las dos dltimas constituyentes. de nuestro pais, y me: atreveria a decir que respondian, i a Ia necesidad_de Jas fuerzas, politicas de revisar las, | i grandes concepciones histéricas sobre la Constitucién (Pero Zz a La primera edicién aparecié en-juriio de_1931, a © los dos meses de proclamarse la I Republica La se-® 8 gunda se hizo en mayo de 1976, justo um afto-antes dels Ths primera elecciones democritics del actual pertory do, cuando ya se adivinaba la inmediatez de ws *) mneva Constitueién H Esta nueva edicién se publica, afortunadamentee F en momentos menos dramiiticos y_ trascendentales que: las anteriores; la Constitueion d¢ 1978 Neva cinco afiog de vigencia y ha mostrado su capacidad para organizer la convivencia pacifica de los espafioles, pese a las dificultades (intentos de golpe de Estado, terrorismo, g tesla ana introduocién istirien, de 1991), La segunda mantenia el prilogo de Roces e incorporaba une i > Tateodaccién tla (Axel, Barcelona, 1976) RCTIEGRW 201 UUCISUTAMNL crisis econémica...) y los problemas consustanciales la construceién de la demoeracia. La puesta en marcha de todas las Comunidades Auténomas y la victoria electoral socialista (con el primer Gobierno socialista de nuestra historia) permiten pensar en Ia consolida- cin definitiva de la democracia, La Constitucién de 1976 tendré asi el mérito inicial de haber alejado para siempre el fantasma de las dos Espaiias. Pero la reflexidn sobre la Constitucién no es toda- via una tarea exclusiva de juaistas, como podria Hegar 4 pensarse en las democracias consolidadas, porque la, Constitucién ha de presidir la profunda reforma del Estado, formado en dos siglos de oligarquta y centra- lismo, y una adecuacién de la sociedad a los principios de progreso y solidaridad que informan nuestra Carta Magna. Detirracton PREVIA Det. CONCEPTO DE CoxsrrTvady La pregunta de Lasalle “,Qué_es_ um: ‘sién?” catece de una respuesta general; es preciso ‘concretar en qué pais y en qué periodo histérico, e incluso, Tk posicidn politica y doctrinal de quien con- testa Es preciso tener presente el factor histérico porque na misma denominactén, Constitueién, sirve para_de ignar contenidos muy diversos, ain en un mismo pais: ae compara las Consttuciones de 1791, 18/5. y 1958 en Francia, o las de 1871, 1919 y 1949 en Alema- nia; © en nuestro pais los textos constitucionales de 1812, 1845 y 1931. Las dif cambio de las fuerzas”politicas y las propias transfor. cias_de contenido, cl, maciones de Ja sociedad producen conceptos diversos, Fe Constitucién. ‘También es preciso tomar en cuenta el factor po- tural. para Ilegar. a_un. concepto“dé-Gonstitu- ‘cidn Figuroso y stil; no puede aplicarse un mismo con- cepto de Constitucién a los textos vigentes en socie- dades con estructuras econdmicas, politicas y a tan_diferentes, por ejemplo, como Suecia, Checoslo- ‘vaquia y el Zaire, incluso suponiendo que su contenido fuera parecido, La teorfa de Ja. Constitucién elaborada en los Ila- mados. paises occidentales no es vilida ni_para los ‘paises — ni_para Jos subdesarrollados. 50 n0 sigalica' que 6a" superior, Ginicament® Que é& diferen- te. Pese a las diferencias existentes entre EE.UU. Noruega ¢ Italia es posible utilizar categorias consti tucionales (gama_manergu,pluipertidismo, control parlamentario...) que revelan cierta homogeneidad, Se occidental: Australia, Nueva Zelanda, Japén... y quizés algin otro. Los mismos conceptos aplicados a patses socialistas 0 subdesarrollados cambian de sentido, 0 carecen de él? 2, Mientias las principales diferenclas con los palses subdess- solladoe ae encuentran a nivel econbmico y social; ls diferencias ‘on los. paises socllltar sm principalmente de careter police, GE Becnric e Rewes “ll dive sits © alr dee ‘ostturionicontemporance neglt statl socilisti © negll stat Alemocraria classica od occidentale, en Studi in memoro di C. Ex. posto, vol. TE, 1972, pp. 106 y- 33; a nivel informativo, Manne B. Gancia Atvanaz, Las Contituciones de los palvey socialists, {Lndn, 1980. Sobre los paises subdesarzllados, que en mancra alguna contlitiyen una eateyeris homogénea, M. Fuowy y R. Maxrman, Ler régines politiques des poye arabes, Paris, 1968; M. Henwsno ‘as Misi, Nacionalismo. y"consituctonlismo, EL Derecho Const 9 ee Ciertamente_ seria, tuna acepeién universal ‘como manera de ser de la ra 0 como forma de gobeinarse de ‘Wheat eomo “canjunto, “que establecen y régulan 0 gobiernan el “Esfado™-* Veremos que’ este concepto ha tenido diver “SEF Proyecciones histérieas, siendo Burke su primer formulador, reapareciendo en el mismo Lassalle y e- gando hasta Ia actualidad, pero no puede considerarse propiamente como concepto al carecer de toda refe- Fencia al contenido, etrctura y funcin de la Cons titucién Los Pauncirares penfopos constrrucioyatas En la historia del constitucionalismo es posible dis- tinguir diversos tipos de Constitucién, sustancialmente diferentes, conforme a Tos cuales realizar una periodi- zacién, siempre que se tenga en cuenta que Ia implan- tacién de_un tipo concreto en los_diversos paises. se 108 ails, e incluso dévadas, de encia. Por ejemplo, ef equivalente ala Constitu- ién francesa de 1648 seria en Espafia la de 1869, y tucional en los nuevos Estades, Madea, 1971; Brnesto om ts Tomne ¥ Jorge M. Gancla Lacvanoen, Desarrollo histérco del constitute: haliomo hispancamericano, Mésico, 3976, ‘3. KC. Wrnane, Lar Constitwiones modemas, Barcelona, 1974, Otros muchos anfores se zefleren a este sentido universal de Constituesin, pero generalmente slo come fatzodueciéin exposttiva, En cambio Burdeau sestene un concepto préximo, no taito por la homngeneidad del contenido sino por la problemitica comin ave sbordan las Constituclones, v. Gearges Benomav, Traté de Science politique, t TV, Paris, 1069, p. 6. 10 ambas correspoyderian al modelo iniciado por el texto, elga de 1831%Cada uno de los tipos diferentes de Constitueién ha dado Iugar a Ta formacién de uno 0 ‘més conceptos de Constitucién, Precedentes de las Constituoiones modemas ‘Antes de las primetas Constituciones americana y feancesa de finales del siglo xvi, existe una serie de documentos politicos que presentan algunos caracteres de lo que luego serin las Constituciones en el sentido actual del té:mino# Los primeros textos ingleses que se consideran par- te de Ja Constitucién briténica (Carta Magna, Petition ‘of Hights, Habeas Corpus...) Se limitan-a ‘proclamar derechos sectoriales. En cambio, los covenants establecidos entre 10s co- Jonos americanos y la metrépoli inglesa manifiestan ya 4. Al referime a um tipo. conereto de Constitcin tengo en cota la ertractura de los poderes que crea y su relaciin eon Is SSeiedad, sin considerar exeosiamente el carictor originalderivada, fei coms Io plantea Loewenstein; Gl mismo acepta el subjetvismo fave tal dleotomia comporta, pero sobre todo ham exstido Consit nes sauy.“origlnales” ve erreieron de tascendencia, K. Lox ‘wansraim, Teoria de lg Constitucide, Barcdlons, 1987, pp. 200-311. ‘Otros intentoe de pevlodlzaciin de tipos de Constituciones en P. Bis ‘canerr or Hevris, Introducoién af Derecho consituclone! compa in, México, 1973, pp. 285 ¥ «8. Bl enfoque global de André ‘ion reeponda en fuens parte a una perloizacion de ls textos {de la teorin constituctonal; v. shora, A. Haumou, J. Gic@un. y P. Genanm, Derucho conutituconal © isituctoner politi, Barce- Twas, 1980, '5. Preecindo, pues, de Tar Conttuciones antesiores al Estado raodesuo porque su sentido or cualitativamente diferente, al encoa: rare ex wn forma distinta de organizaciin polities; of. Javier Pine Rovo, Inteoduccidn a la tora del Estado, Barcelona, 1980, YM, Junkers we Panas, Los reximones politicos contempordnecs, Madiid, 6 ed., 1983, pp. 40 y ss. Ja intencién de constituir un instrumento de ordena- ‘cién de’la vida politica de las nuevas colonias (como més antiguo, el Fundamental Orders of Connecticut, de 1639), lo que resulta basico en la idea de Consti- tucién, En Inglaterra, a mediados del siglo xvu se_perfila mis el concepto de Constitucién en el proyecto de los, lecellers, el Agreement of the People, y, sobre todo, ‘en el Instrument of Government de Cromvell (1653), que podria considerarse la primera Constitucién es- crita y sistemética si su contenido autoritario no la separara tanto del modelo americano y francés. En esta inea, el primer texto completo seria la Constitu: Gin-de Virginia de1776> EL Bill of Rights inglés de 1689, més ain comple- tailo por la Seiflement Act de 1701, constituye Ta base del primer Estado liberal, y en este sentido inicia la Constitucién britatica' moderna, con rasgos que la ferencian de todas las demés; no est reunida en un solo documento sino que se contiene en varios dem _mentos_histéricos diversos y parte importante de ella~ oisiste en reglas politicas no eseritas, carentes de sancién legal, pero respetadas por las fuerzas politicas (conventional rules) ©, Sobre el cardcter de Ta Consitucin ingless y, las Conveo- cones, Ia exposicién clisiea de A.V. Dick, Introduction to the study’ of the Lew of the Constitution, Londres, 9.* ediciin, 1952 (1! ed, 1885), en su primera parte y caps. XIV y XV, pp. Al? y sz también, E.G. $, Wabe y G. Goorary Punisrs) Constitutional end ediministratiee low, Lonéses, 9° ed, 1977. 12, Primer periodo:, las Constituciones liberales censitarias La Constitucién_american y la francesa de 1780-1791 coustituyeron el ‘Tos primeiss textos_constifucionales,liberales y tuvieron gran in- fuencia sobre todos los jentos liberales; al mis- ‘mo tipo corresponden, atin con diferencias apreciables, las Constituciones de Suecia (1809), Noruega (1814) y Espafia (1612), cuya Constitueién de Cadiz seré imi- tada brevemente en Portugal y algunos reinos italianos. El aspecto principal de estas Constituciones con- siste en suprimir el poder absoluto del monarca y sus- tituirlo por una distribucién del poder entre el propio Rey, el Parlamento_y los jueces, a Ja vez que procla- mar echos minimos de les ciudadanis que todos los poderes deben respetar, como Ambito priva- do de los individuos. Por eso se denomina a estos Es. tados, con la excepeién americana, Monarquias_ lim tadas 0 constitucionales. La Constitucién, y el sistema politico que de ella se deriva, es la alternativa de la burguesia para parti- cipar en Ia direccién del Estado, limitando los poderes, del Rey y desplazando a la nobleza, pero esta ofensiva politica exige el apoyo del pueblo, o parte de él, que Ja _burguesia consigue formulando sus objetivos. como gener 4 sociedad. FI triunfo conititucional mas- ‘trard en seguida las diferencias sociales entre burgue- sia y pueblo que subyacen a la igualdad de los hom- bres ante la ley. En cada pais pueden variar las prerrogativas res- 13 DNIVERSINET ne MENDEL ay alli pectivas del monarca y el Parlamento, dando lugar a regimenes distintos, pero es eomiin a todos Ja eleccién del Parlamento por los ciudadanos in censo —de ahi el califcativo dé censitarié—, en el que sélo figuraban Ios propietarios a partir’ de un cierto nivel de riquezas.. El Parlamento, o al menos una de sus Cémaras, se configura. de esta forma como representacién directa de la_ burguesia, Asi, junto_al cardcter politico liberal, las primeras Constituciones tienen una impronta social claramente oligérquica, puesto que por regla general sélo poseia derecho de vato wa dos o tres por ciento de la pobla- si6n, : En Ia distribucién del poder que imponen las pri- meras Constituciones el Rey dirige ‘el Gobierno, la Administracién Civil y el Kjéreito, mientras que el Par- Jamento aprueba los impuestos (sin los cuales ni Ad- ministracién nf Ejército fuacionarian), y"élabora las leyes, que también precisan Ia sancién del Rey. Los derechos proclamados por Jas Constituciones son esencialmente civiles (tolerancia religiosa, libertad de trabajo y de movimiento...) y searticulan en forno ertad_y la propiedad como derechos naturales de todas las petsonas. Su regulacién s6lo puede hacer- se por ley del Parlamento, 1o que constituye suficiente garantia para los propietarios, y su proteccién se en- comienda a los jueces, independientes del Gobiemo y del Parlamento. EI articulo 16 de la Declaracién de Derechos de 1789 simboliza perfectamente este primer tipo de Constitucién: “Toute société dans laquelle la garantie des droits. n'est pas assurée, ni la separation des pouvoirs déterminge, n'a point de constitution” u 4 Un_cambio_politie somo_supone paso del absolutismo.al-iberalismo precisa_un. func mento politico muy diferente al anterior. Si el mona “a “absoluto se legitimaba fundamentalmente por Ta Teoria del origen divino del poder, el Estado liberal y constitucional se basa en la teoria de la soberanta ‘slo la hacién, entendida como conjunta de xdadariog con_derecho_a_vato,pnede_establecerla Forma_de gobierno que estime preferible. La Consti- “tueién, elaborada por una Asamblea Constituyente o Convencién, clegida, establece esa forma de gobierno; todas las institueiones derivan sus poderes de la Cons- titucién y actdan conforme a sus. mandatos.? A esta concepeién subyace una flosofia. iusnatura: que considera el orden’ politico constitucional icamacién de unos prineipios racionales supe- deben regir todas las soci como riores qu observa en la Declaracién de Derechos francesa en ja definicidn_ que utiliza Bolingbroke: “Por Constitu- ‘Gin entendemos, siempre que hablamos con propie- dad y exactitud, el conjuiito de instituciones y costum- bres que, deducidos de ciertos principios.racionales = a a = permanentes, constituyen.el sistema general por el que # comunidad ha admitido ser gobernada’ Sobre ol poder constituyente, fundementado tsiricamente por Sieyés, la obra ellada de Bardeas, pp. 181 y ss; ©. Mowrars, Studi sul potere eostituente ¢ sulla’ forma costtusionale dell Stato, vol. {, Milén, 1972, pp. 7 y gsi N. Plea SeanAvo, EL poder consttuyente, Madrid, 1947; U. Srreumn, Verfasnunzgebund und ‘corfassunenebends Gevalt dee Volker, Bevin, 1868, 1. Bouwosnoxs, Sobre las partidos, et. por Whear, op. elt. p. 8, Atendiendo a estoy ciracteres Carla Pelayo denomina “raclo- ‘al noemativo” a este coneepto de Constituetins M. Ganca PELA¥0, Derecho constituconal comporado, 5.* ed, Madrid, 1959, pp. 32 y sh las que ine voter vepetidamente. 18 UNV! © Segundo periodo: las Cartas gtorgadas, iy las Constituciones pactadas A comienzos del siglo xm la Constitucién ameri- cana est consolidada y gana en elitacta coi ‘de~constitucionalidad “de Tas leyes que introdt ‘Tribunal Supremo; en Europa, en cambio, la reacci mondrquica elimina casi todas las Constituciones, De hecho Ia erftica a los conceptos de soberania nacional y poder constituyente habian comenzado an- ® tes, con el triunfo mismo de la revolucién francesa. Desde Inglaterra E. Burke opone la tradicién refor- mista briténica a la innovacién radical que’suponia la Constit La razén, segin él, no puede configurar la realidad politica, continuamente cambiante, y las instituciones no pueden surgir de una Constituyente, que hace tabla rasa con la historia, sino que deben su: | * legitimidad’a ta°tradicion: ~~ | ‘Los enemigos de la revolucién francesa rechazan | igualmente Ia Constitucién racionalista (Bonald, De | Maistre) y consideran que las instituciones sélo en- cuentran legitimacién en Ia historia. F j Garcfa Pelayo califica a estas posiciones como con- cepto “hist6rico tradicional” de Constitucién, aunque lo matiza sefialando que éste nunca se convirtié en rea- | Tidad;* me parece que se trata més bien de la negacién misma de la Constitucién moderma, porque ni siquiera el modelo inglés que Burke pone como ejemplo corres- | ponde a la realidad de la revolucién en su pais. Las monarquias de Ja Restauracién retornan a la legitimidad del Antiguo Ré 9. -M. Gancia Petavo, op. eit, pp. Aly a. ¥ 56, YOISNIAINA NITIECIW 30 en mien, pero la sociedad y 16 SS cl Estado conservan muchas de las conquistas libera- les, porque las transformaciones operadas en las liber. tadé Svs y le proploded resaltan | le ~ En estas condiciones, muchos monarcas aceptan imitasiones politicas, siesipre que se mantenga el te “{ulo de Tegitiniacién tradicional y aparezean como com cesiones_graciosas del rey a su pueblo. La extensién “Ge estas limitaciones al poder mondrquico depende de la fuerza respectiva de la burguesia y de la coyun- tura de cada pafs, La fuerza relativa fi y del liberalismo es, sobre todo, la clave de la pas- terior evolucién_de_estos regimenes; mientras “unos evolucionan hacia auténticos Estados liberales, otros padecen el poder de monarcas cuasi-absolutos y_ s6lo pueden, avanzar hacia el Hberalisino’ mediante nuevas revoluciones. La Carta francesa de 1814 es el modelo que siguen muchas monarquias restauradas; varios Estados alema- nes ¢ italianos, el Estatuto Real espafiol (1834) y la Constitucién (1815) de los Pafses Bajos se inspiran en ta Carta francesa, En circunstancias de mayor fuerza de la burguesia, insuficiente sin embargo para imponer el Estado libe- ral, se aprucban_por el Rey y los Parlamentos unas Constituciones..que. supotien wn_pacto_o- compromiso Gare ambos, Este ‘cardctor tiene. ln Carta, Fancoss de 1830 que sirve como modelo, el Estatuto Alberti- no de 1848 (que se convierte en Constitucién italiana con la unificacién del pafs en 1871), varias Constitu- ciones de Estados alemanes y, tras la unidad, la Gons- titucién imperial de 1871, las Constituciones espatiolas de 1845 y 1876 y In Constitucién de los Paises Bajos centre las reformas de 1840 y 1848, aw _-primer plano los El cardcter tradicional de la monarquia e incluso el supuesto pacto histérico entre la Monarquia y ol Parlamento. es Ia justificacién més general de estos textos. En Francia y en Espafia el doctrinarismo lo formula como teria del justo medio y de Ia Constitu- cién “interna” del pais, para oponerse a la soberanfa nacional y al poder constituyente.”” mn Ta ‘estructura de Ios las Cartas otorga- y. Constitueiones coe ‘Suponen, respecto a las primers Con Tiberales, un reforzamiento importante del Rey en detrimento del Parlamento, € incluso d -&te_uma_pérdida de protagonismo de la burguesfa frente a la nobleza, que se reserva a s. Dentro de estas coordena- das existen diferencias importantes en cada pais. Este tipo de Constitucién da lugar a criticas en sentido opuesto, pero coincidentes en negar Ia fuerza ordenadora_de la Constitucién. Tanto socialistas (Las- salle}, como conservadores (L. von Stein), ponen en de poder y cues- tionan la capacidad normati Constitucién, Con cierto Garcia Pelayo les considera teéricos del con- cepto “sociolégico” de Constitucién. Lorenz von Stein considera que_la Constitucién no hace ni debe hacer mis quel "la. esthictura social existénte, en favor de las grupos sociales domi- nantes, la aristocracia y la burguesia. Ferdinand Lassalle estima que la Constitucién es fen realidad Ia relacién de. fuerzas entre los grupos 10. L. Diez pes. Comsat, El Mberaiomo dectrineri, 3° od, Madd, 1973. 18 sociales y los poderes. existentes, como veremos mis adelante. ‘Tercer perioda: las. Constituciones que inician la democracia.yel parlamentarismo, A partir de los afios treinta del siglo xx, un poco ante se inicia_en la mayoria de paises “europeos un doble movimiento democratico y parla. mentario que progresa, no sin altibajos, hasta el final de siglo y que caracteriza el constitucionalismo ante- rior a la Primera Guerra Mundial. La_aspiracién por | Estado se simboliza Soo ‘poles a la supresién de las Cimaras aristocraticas.... Gr Al mismo tiempo, pero més impulsado por las fuerzas politicas de la burguesia que por los movi- mientos populares, se_cuestionan las prerrogativas reales y se aumenta el poder de los Parlamentos, prin- cipalmente a través de un control creciente del Go- bierno, que en tltimo extremo pasaré a depender del Parlamento. En algunos paises estos procesos tienen lugar a tfavis “de sucésivas Feforinas de Ta Constitucién, 0 “mediante una interpretacién y una practica diferen- “te de la propia Constitucién, Este es el caso para- ia, que siguen Suecia (con 19 UnivensipaD DE MEDELUN. reformas constitucionales en 1866 y 1909), Noruega (reformas en 1884 y 1895) y Dinamarca, También la Constitucién belga de 1831 permite una adaptacién progresiva al parlamentarisino y a la democracia. En otros paises, el mayor retraso, o la superior re- sistencia a las reformas, provocan revoluciones que aspiran'a implantar inmediatamente ambos objetivos, como sucede en 1848 con la revolucién que estalla en Paris y se extiende a media Europa. La mayoria de estas revohuciones fracasan y son seguidas por pe riodos conservadores. Son los casos de Espafia, Alemania, Italia, Austria, Francia... Esta alcanzard un régimen democratico y parlamentario, apareciendo como modelo para los demés, durante la IIT Repi- blica (Leyes Constitucionales de 1875). Italia se con- © vertird en Monarqufa parlamentaria y en buena parte democritica hacia finales de siglo, gracias a sucesivas reformas electorales y una interpretacién evolutiva del Estatuto Albertino. Espafia, tras el fracaso de la revo- Iucién de 1869, igual que Alemania y Austria, no cono- cerin la democracia y el parlamentarismo hasta des- pués de la Guerra Mundial, aunque’ el sufragio uni- versal masculino sea reconocide con anterioridad. Este largo perfodo tiene una teorfa politica muy diferente en sus inieios y en su final. Constant, que predica una posicién de arbitro para el Rey y potencia fl poder del Parlimento, Tocqueville que intuye el avance de la democracia, y Stuart Mill que defiende tqdas las reformas democriticas y las dota de nueva base filoséfica con el utilitarismo, son los teérieos mas Wicidos del proceso histérico. tad del siglo pred enfo- que _positivista_de la Constitucién; la teorfa se hace patrimonio de juristas, de especialistas, y abandona fas consideraciones politicas y filosdficas, propias de Ja literatura anterior. 10 juridico, en general, cor el iniéo objeto de estudio es 1a norma, y pre ‘gnillisis de los factores histéricos, politicos 0 axiolé- igicos que puedan explicarla. La C norma y el Derecho Constitu ~reoria_con el ‘mi or ¢ “del Derecho Privads. Esta’ Uned interpretativa’aleanza gu mayor solide en Alemania a través de las contr- buciones de Laband, Gerber y Jelinek y se extiende al resto de Europa en las obras, por ejemplo, de Es- mein y Orlando.t* Quizé sea Ia literatura anglosajona, en autores como Bagehot 0 Woodrow Wilson, la mi lcjana a su influencia, aunque su propia tradicién cent trada en el comentario constitucional, desde Boling 3 broke y Blackstone, no les diferencie tanto de la nuevat escuela continental. ww La Constituc El positivi es, para el positivismo, la norma ing rincipal del Estado, que Aja el Fla Derecho y_ organ i entre los diversos erganos vestatales. ( itacion del Estado, tanto_por_Ic 2 1. Sobre Ia esusle positivist om el Derecho Consttucionst” Maro Gates, ‘Scionsaguridice ¢ dirito costuionae, Bilin, 3954; Walter Wann, Metodoloia gurdied nel secolo XIX, ME lun, 1974; Carlo Rorsmans, Motorist per wna storie dalle culture furdicn, Bolla, 977, Javier Pinas Rowo, “El proyecto de corat {resin del Devecho Pulico como Clencia‘enla doctrine slemana del Sinn we", Recate se Entalon Politicos, ney nim 1, y @l "Pr Ineo” de Femando on 108 os 4 la Teoria Ceneal t Estado. de Tens, Buenos Aires, 1973. a fierce fees caracteres de igualdad y generalidad de Ia ley, como por el reconocimiento de los deiéchos “de Jos ciuda- eja_poco espacio al andlisis de las jones politicas, aunque no las ignore; aquéllas seran objeto principal de Ia Sociologia, ya madura en las obras de Durkheim y Max Weber. Es preciso sefialar también, por las consecuencias negativas que tuvo, que los movimientos que mis im- pulsaron el proceso de democratizacién, desde el car- tismo a los partidos socialistas, mz ign ambigua respecto al Estad i comenzaban a participar, sin acabar de definirse por la reforma.o Ia revolucién como via politica para con- seguit sus objetivos, Esta_ausencia de teorla que ex- plique y legitime el paso del Estado liberal al demo- ‘eritico, del Estado dena minoria al de todo el jeblo, ser ung-fémora importante para la consoli- dacién posterior de Ia democracia Cuarto pertodo: las Constituciones la democracia inestable El final de la Primera Guerra Mundial culmina el proceso democratico y consagra el prineipio parlamen- tario, aunque introduciendo algunas rectifeaciones im- portantes. Se_generaliza el sufragio universal masculino y se reconoce en muchos paises el femenino, se suprimen Js Céiaray aristocriticas, s@ sustituye a’los ‘mioa uentes al parlamentarismo por Repiblicas, y se ex- tiende el sistema liberal a Europa oriental. 22, En algunos casos se mantiene la misma Constitw: cién y sélo se introducen reformas parciales 0 de rango legal (Francia, Italia, Bélgica, Patses Bajos, Paises Es candinavos...) pero en otros muchos se procede a la elaboracién de nuevas Constituciones que presentan rasgos comunes, perfectamente descritos por Mirkine- Guetzevitch.® Las Constituciones de Alemania (Weimar, 1919) y ‘Austria (1920) contienen muchos de estos caracterés ‘comunes y sitven de modelo para las aprobadas a co- mienzo de los aiios veinte (Polonia, Rumania, Checos- Tovaquia...), e incluso para otras posteriores, como la griega de 1925 y 1997 y la espafiola de la 11 Repibli- ea (1981). ‘Estas Constituciones asumen y formalizan el. siste- ma parlamentario, del que no tenian experiencia pro- “Pia, regulando en la Constituetén las normas que Ia practica habia desarrollado en Francia 0 en Gran Bre- tafia; pero al mismo tiempo introducen algunas correc- ciones importantes al parlamentarismo. tradicional, todas en el sentido de disminuir el poder del Parla- mento. El referéndum, de varias clases, y la infefativa_y pulaz, que hasta entonces eran privativas de: Suiza, se configuran como una altemnativa eventual del_electo- a naras_representativas ante de la Re poses poderes mucho, mas amplios de Tos que eran tradicionales en la Repi- blica francesa o,en la Monarquia inglesa, de forma que puede legar a alzarse opmo alternativa al Parlamento 12, Muana-Gorrzevrren, “Basal syathltique” a Les Const tutions de FEurope nouvelle, Paris, 1928 23 s i 3 B MITAGaW 4c © en determinadas circunstaneias, con el consiguiente pe- Tigro para la estabilidad del régimen, “por Ia tensién cau os poder. oe (Otra innovacién significativa es la creacién en varios pafses de Tribunal icionales, con el doble po- der —en general— Tos conflictos entre la ‘Federacién_y los Estados miembros y de controlar” 1a constitucionalidad de Fevew americano en forma de justicia constitucional concentrada, Todas las Constituciones reconocen por otra parte, \junto_a.los derechos ionales del liberalismo, nue- ticos y_algunos derechos sociales sig- nificativos. EI panorama del constitucionalisme de_posguerra_ debe ser necesariamente completado con las de los nuevos Estados, y s de la guerra, que habia sig- nificado pérdidas territoriales para los vencidos. Las tensiones sociales eran atin més fuertes por el ejemplo que podia suponer el triunfo de la revolucién socialista en Rusia y porque los partidos obreros eran ido | ‘parlamentay Mientras en algunos paises'In fuclven_aceptando- par cadas por los trabajadores dos dal norte de Europa, en otros, por menor tradicién democratica o superior intransigencia de las clases do- minantes, s¢_cuestiona la_propia. validez del Estado. Htalia y Alemania bastante fuer- ‘es para derrota Ja democracia después “El clima de crisis del perfodo de entreguerras im- pulsa la construccién de teorias muy eriticas respecto al. positivismo dominante anteriormente y que atin perdura en las obras de Carré de Malberg 0 Santi Romano. Pero ademés el paso del liberalismo a la democracia y la introduccién de los factores sociales en el marco constitucional dispersa en posiciones muy diferentes las principales obras del perfodo; las teorias de Kelsen, Heller, Duiguit, Smend 0 Schmitt resultan, tan dispares entre si como respecto a todas las posicio nes anteriores. Quinta periado: Jas Constituciones.de. la democracia politica y social El constitucionalismo de la segunda posguerra viene marcado por el impacto de los nuevos textos aprobados en Franefa (1946), Ttalia y Alemania, aun- que a otro nivel también resulta importante el paso de los paises orientales de Europa al régimen socia- lista, Las tres Constituciones citadas presentan numero- sas innovaciones respecto @ sus precedentes naciona- Tes respectivos, y son en cambio bastante parecidas entre si, al menos en sus lineas bisicas. EI caricter_ democratico se revela_en el_ principio popular, en el amplio reconocimient WNIVERSIDAD DE MEDELLIN te, al parlamentarismo clésico aunque marcado ahora 5 fiervas politicas y sindi= no queda edi ide al econdmico-social, pro= jonés constitucionales import Estos principios, desarrollados por los mor democriticos de los afios sesenta y setenta impulsan reformas constitucionales en Dinamarca, Suiza, Bélgi- a, Suecia... y serin asumidos por Ins Constituciones de las nuevas democracias del sur europeo (Grecia, Portugal y Espaiia). Bajo estos cambios se encuentra en realidad una nueva concepeion deli" ComstRaGiOn, CHVES Fasgos in: ‘Youtaré sintelizar con Ga poco mids de atencién. CONSTARUGIONALINO ACTUAL) uarenta afios desde el final de la [Los canscrenus Han pasado « Segunda Guerra Munidial'y puede decirse que Jos ras-_| fg0s basicos de las Constituciones aprobadas entonces se han consolidado (con la parcial excepeién de Fran- cia), al mismo tiempo que las sociedades han. experi- mentado profindas. transformaciones ~~ Parece lara 1a consolidacién” de los rasgos const tucionales basicds si pensamos en el amplio recon ‘mienio dé Tos der a incremento de sus. goranth las “reptblicas parlamenta Estado y la ampliaciin de los reforzamiento de los ‘Tvibunales Ci Politico de los partidos. 18. Carlos Oxsn0, El Derecho Constituclonal de la porguerra, By ros ours HATERS Cel mia, la_hegem« coll ies ¢ a preosipitia or eneotrar Reanalas de descentraizactin DoT y también han apare- ‘cido elementos nuevos, como la exigencia de mayor ‘partisipacidn politica de" Tos-Gucadangs. 0 Ia forma- ién de Ia Comunidad Econémica Europea. Pero ¢n_lo esencial, podria decitse que el consti- tucionalismo actual $€ caracteriza, como en la inme- dista posguerra, por réconocer”plenamente la _demo- ee Oe ae eae ae Jas condiciones sociales de los individuos, Puede de- ‘cirse en cambio que las’ Constituciones apenas reflejan, ono reflejan en absoluto, las profundas transformacio- nes operadas en la sociedad durante el mismo periods; ‘Gsasfuransformacfones]influyen sobre todos les Factores constitucionales.. deben ser mencionadas_en primer lugar. &) EL cambio en las relaciones entre el Estado Ja sociedad. — La hipotesis en que descansaba el cons “titucTonalisino liberal era la separacién entre do, dovide los’ iduos se manifestabai danos iguales ante la ley, y la sociedad, que neefa fuera del Ambito constifucional, porque se movia, conforme a reglas intemas propias. Justamente el reco- nogimiento de los d (piblicos subjetivas, significaba cos no podia individuos. rechos, concebidos como derechos jne Tos poderes’ publi fenit”- Gi la’ esfera Feservada a Barcelona, 1949; Pal Derecho, Bolonia, 197 Lucas Venoé, La luche por ol Bstedo de ‘ a7 Al mismo tiempo se consideraba, aunque fuera im- plicitamente, ‘que todo Estado efi capaz de proteger far ere ee fen. caso de ameniza exterior o interior (revolucion} “su inter ‘para preservat_o davalver sociedad su capacidad de autorregulaciin. — ‘Anibas hipétesis han sido destrozadas por ef desa- rrollo econdmico y politico dé Tas ami juiebra explica algunos trazos del _constitucionalis — I, pero las bases eucional ponden ain aquellas hipStesis Hoy resulta evidente y decisiva la inter 7 cia mundial de las economias nacionales. Al menos en. un doble plano, como universalizacion de las princi- pales fuerzas econémicas, por encima de las fronteras nacionales —y la crisis econémica proporciona prue- bas irrefutables— y como intercambio desigual entre los paises desarrollados y los subdesiirrollados. De forma paralela, los grandes problemas politicos adquieren dimensiones universéles-y_pasan_necest ‘mente bajo Ia hegemonfa.de los Estados Unidos y la URSS que tienden a polarizar las politicas nacionales en dos grandes bloques, reduciendo la capacidad de. de cada Estado. en de cosas, bien conocido, pero sin reflejo ional, no s6lo_hace ilusorios algunos poderes las instituci se er tos de crisis, sino que coarta Ja capacidad de orienta- én politica “cotidiana” de la mayoria de Estados, ‘cuyas Constituciones siguen proclamandales soberanos. En otro plano, la elevacién de la cultura politica de la poblacién, Ia generalizaciGn de Tos deredios por Tkicos y Ta_ampl facian de Tos sociates, st como Tae 28, * thoff, Garefa Pelayo, Leibholz tensién de una conetencia de igualdad entre todos Tos ‘Fambres, producen movimientospoliticos periédicos en favor “We una reformaradicat de“ as” éstracturas “eoonbmice iradueen @ veces en el ac- como reaccidn, en ensayos de programas neoliberales. Pero si algo ha mostrado la larga crisis econdmica ac- tual es la insuficiencia de los instrumentes politicos para aportar soluciones en una linea de mayor igual- dad y solidaridad. TLas propias reivindicactones sociales, y las refor- mas conseguidas, asi como Tos avances’ tecnolégicos, hhan’ producido importantes cambios en los sistemas productivos y, por tanto, en la posicién de los indi- viduos en Ja sociedad, definida por factores que van desde Tas enormes tasis de paro al desarrollo de la cultura del ocio, por citar sélo sus manifestaciones ex- tremas. Este aspecto del cambio en las Estado se manifiesta con. m: “politica? crecimiento givaitesco ¢ ‘cainbio de_estatus.dé los funcionarios ‘miento parcial de derechos sindicales, inconcebibles hasta hace pocas décadas en los servidores del Esta- do, ampliacién_de los derechos soci capas medias y aparicion de a a “grupos Sociales y humans... Estas _menciones ‘no’ pueden siquiera enumerar, mucho-menos estudiar, las amplias y profundas trans- formaciones, cuyas manifestaciones han sido tratadas por algunas obras ya cast clisicas como las de Fors- y sélo pretenden si- 29 tuar el resto de Ios caracteres en su marco adecuado, el de una revisién profunda de las relaciones entre el Estado y Ja sociedad, que esté en Ta base de las Cons- jo Tiberal se basaba en Ta separacién ra- dical entre sociedad y /-éste excluia a la max ‘yorfa de Ta poblacién por su caracter censitario. y ‘ausencia de derechos politicos, el actual Estado demo- cexhtico y social i <4 doy Iw sociedad e integr | iadadanos de los que depe itacién politica, | BT Estado tiene ahora como base al puebl | “todavia no haya encontrado Tas institucis das para hacer realidad sus Todas las Constitu smocriticas y se fundamentan en el principio de soberanta_popil- ar. —EI articulo primero de Ta Constitucién faliana ‘Prodama: “La soberanfa pertenece al pueblo, que la ejercitara en las formas y dentro de los limites de a Constitucién”. EI mismo articulo de Ja nueva Constitucién sueca dice asi: “Todo poder piblico en Suecia emana del pucblo, La democracia sueca se basa en la libre for- macién de la opinién y en el sufragio universal e igua- litatio, y se ejerce a través de un régimen representa- tivo y’ parlamentario...” “La soberanfa nacional reside en el pueblo espa- fiol, del que emanan los poderes del Estado”, dice el articulo 1.2 de Ia Constitueién espafiola. 14, E. Roserwory, EI Betado de le sociedad industrial, Mo arid, 1975; M. Gancia Patayo, Lar transformociones del Estado contompordneo, Madiid, 1977, side ¢ y iante las libertades piblicas y el sufragio para la ‘dleceién_de ie vas, gue determi ‘nan Ia orientacién de la polit “EI sufragio universal, con la reduccién de Ja edad Alectoral en muchos paises durante las tiltimas déca- das, ha ampliado la base politica de la democracia; su traslado a las instituciones representativas destaca la funcién de los sistemas electorales, el papel de los partidos politicos, y su sistema en cada pais, y Ia propia estructura y funciones de los érganos representativos. El Parlamento continiia siendo, como en el Estado eral, la instituciOn representativa por excelencia, idad han cambiado, notable- ‘pese a Ja semejanza terminolégica con Tas “Fanciones tradicfonales de aprobar los Presupuestos y Jas leyes, controlar al Gobierno...—; por una parte, por cl protagonismo de los partidos en el seno de las Cé- maras, como Grupos parlamentarios, que han trans- formado los antiguos Parlamentos de notables en Par- lamentos de Grupos, inicos protagonistas verdaderos, de las funciones parlamentarias. Por otra parte, la alternativa politica no se sitta ya entre Parlamento y Gobierno sino entre mayorfa parlamentaria, que secunda la politica del Gobierno, y oposicién parlamentaria, enya principal actividad es la, critica y la_presentacién de una altemativa politica susceptible de darle la mayorla en las siguientes elec- ciones. A su vez, mayoria y oposicién no reducen sus po- iticas al Parlamento sino que las extienden a los de- ibe a NITIEGAW 30 G¥GiSaAINA inds drganos representativos (Parlamentos regionales, Ayuntamientos), a las organizaciones sociales (sindica: tos, patronales}, a Ios grupos socio-culturales y en ge- neral a toda la sociedad a través de los propios par- tidos politicos y los medios de comunicacién de masas. Es obvio por otra parte que la politica partidista no sigue tnicamente las decisiones de la estructura del partido sino que responde también a los intereses de los distintos grupos sociales que pretende influir. El reconocimiento de la soberania popular junto a Ja concepciéu normativa de Ta Constifucién, que vere- mos después, conduce a considerar que todos los érga- nos _constituciondles tienen, dentro de sus competen- ‘fas, el mismo estatus,¥ sin que pueda hablarse ya de soberanfa parlamentaria En la prdctica ello significa Ia supremacia del Go- bieino, por el cambio introducido por los partidos en las relaciones Parlamento-Gobierno y por otros facto- res, como el crecimiento de la Administracién y su su- perioridad técnica para la adopcién de decisiones sobre las Cimaras, amén de algunas disposiciones constitu- cionales que aseguran su estabilidad. Si las instituciones representativas, Gobierno y Par. lamento, en primer lugar, pueden hacer frente a los problemas generales, con las limitaciones indicadas, resultan a menudo incapaces para resolver los proble. mas especificos que afectan a grupos humanos y socia- les concretos. Ello no sélo ha extendido las formulas descentralizadoras sino que abre un camnino amplisimo a miltiples formas de participacién directa 0 indi- 15, _Véase M. Gancta Privo, "El sstatuss del Toibunal Cor tituclonal”, Revit Espetola de Derecho Constitucional, 1981, mero Ly pps LL 8. 32, recta de los ciudadanos, por vias diferentes a las repre- sentativas apenas iniciadas. mstituciones reconocen el pluralis. sftico y social. El pluralismo politics uo ee mocracia, porque la existencia misma de las libertades de expresién, asoci nifestacion de dive sido Teconocido_expre dacibn de los partic COS, qué se produce en las Constitueiones dela segunde 7. : a incho neeonoel En Ios ‘iltimos afios el pluralismo politico ha adqui- “ui profundo al penetrar en el seno ‘isto por el Paslamento, de forma que las reglas tr isonales We las mayorias dejan paso a una partici- paciin cada vez més institucional de los. diversos grupos minoritarios, bien sea para la formacién de Srganos parlamentarios, como las Comisiones Perma- nentes, bien para el nombramiento de otros drganos que corresponden al Parlamento, como el Tribunal Constitucional, las Comisiones de control sobre la Ad- ministracion, etc. Las instituciones actuales tienden a funcionar integrando las diversas opciones politicas presentes en los drganos electivos, asl como a organizar consultas 0 permitir Ja participacién de las posiciones cualificadas en los temas especificos, pero el desarrollo de Ia democracia participativa varia mucho por paises, y en general es insuficiente. El pluralismo social slo ha sido reconocido por las 33, Constituciones de este periodo. Ciertamente la_exis- tencia de parlamentarios socialistas en ies indicaba ya I Catos obreros y I algunos easos a admitir expresamente la existencia de diferencias econdmico-sociales que impiden Ia igual- dad politica y juridica efectiva. Este es el sentido del famoso articulo 3.2 de la cidn italiana y de su equivalente en el 9.2 de lay ademas de conceptos seme- ‘existen_grupos sociales con_diferenci y “sociales que impiden el disfrute efectivo de la libertad € igualdad proclamadas por la misma Constitucién, y oad jado la adopeién de politi superen est Esta_es la base rechos_ sociales, pero_es tam econbmicos y sociales que posibiliten un cin socialista” con ‘respeto’a Tai libertades '¥ Tas instituciones existentes, es decir, sin cambiar la base democritica de las Constituciones actuales. En realidad existen ya grados muy avanzados de sociali- zacién econdmica entre Tos pafses mis desarrollados, y las Constituciones actuales, como han reconocido va- joa Tribunales Constitucionales, no. implican una brieniaeién_econdmica determinada sino que admiten ‘una amplia gama de soluciones econéimicas, mis allé de los onales que parecian oponer capi- ‘alismo, y_soeialismo., 34 El pluralismo politico y social propio de las actua ses Copatiticiones a impuliadlo a creacibn de inedios e-consenso y comproiniso pOnTeD”descosiocidos en el “Gis besa Ton te, Ta Bomogeietdad de Tar dases ropictarias dominantes permitia operar a las reglas tie la mayoria —siempre que no hubiera diferencias na: cionales, lingiisticas o religiosas que pusieran en peli gro Ia unidad del Estado— y los diferentes grupos po- Kticos sélo se unfan ante la amenaza exterior o interior del Estado, en circunstancias excepcionales de peli {gro para Jas instituciones En cambio la existencia de opciones politico-socia- es di diferentes obliga a formulas de ‘en peligro la supervivencia del Estado demoeritico. ‘lgonsenso constitucional no es pues, contra lo qué se ha creido en nuestro pais, una excepcién sino reglit eneral en la _elaboracién de las Constituciones actuaQ $F Snar Taso después en Ta adopcion de las grandes “decisiones politicas.2° we ‘Aunque la consolidacién de la Constitucién permi? ta posteriormente mayor juego a la regla de las mag yorias, Ia presencia _del_consenso_explica Ja_multipli cacién de las fuentes del derecho, Ja_ \ecesidad imayorlas éualificadas 0 procedimientos agavades se gin la naturaleza de las decisiones, y debe estar p1 _sente_en general en la interpretacién de las ins iat ‘iones. 16. U, Scimevrn, "Konsens und Phusion aly verfasungs: chitichas Problem”, en G. Saxons, Rechtogelumg wed Ronson, Berl, 1975, 35 BALOTECA De eee @® Las Constituciones actuales poseen_un grado de normatividad muy superior a las anteriores. — Una “Setar nome pncpetes de Cons rincipales de Ta Constitucién en la actua- lidad consiste en que establece relaciones de natura- Teza_juridica en todas las materias que regula, de manera que gobemantes y gobernados, instituciones y ciudadanos, quedan sometidos al Derecho, Tal_caricter estd presente émbrion: nacimiento mismo del_eonstitucionalismo y fue puesto” de relieve principalmente por el positivismo, pero hasta época reciente no ha aleanzado su pleno desarrollo, porque antes se_pensuba que la Consttu ién_contenia también principios programaticos y p \Gamientos axiolégigos que no eran susceptibles de ‘ratamfenta juridieo. Fe consideraba que s6lo era obligatoria la regulacién cons ‘ti instit la llamada parte orga- rape ‘la programatica; poste- ‘smo considerd también vincalantes fos dorecios cviles de los cindadanos, en cuanto pi sxtraerse de fa Constitueiin_una obligacién de | respeto por parte de los poderes pibli ‘En las Constituciones actuales se ha producido un desarrollo espectacular de la efcacia directa de la Constitueién, tanto en los derechos ciudadanos y en los prineipios generales, que integraban la. Ilamada parte programitica, como en la misma regulacién de Tas instituciones, que adquiere en los textos recientes uun_perfll mucho m&s preciso que antes para que el legislador no_pueda alterar las Kneas maestras que ‘poseen en la Constitucién. Quizé sea preciso subrayar los avances en la regu- 36 jos primeros periodos del constitucionalismo se | \ Iacién estricta de instituciones y procedimientos, por- aque hoy tiende a destacarse, for su novedad, el cam- bio en Ja parte programatica. En general los" textos— aactuales eontiénen una regulacién estricta de Tos esta- dos excepcionales y de la legislacién de urgencia y esta- blecen procedimientos reglados para el nombramiento del Gobierno 0 su pérdida de confianza parlamentaria, ast como definen con precisién las funciones del mo- narea respecto a Jos demés poderes, limando las ambi- giiedades que la tradicién mantiene en las Monarquias mas antiguas. (La coincidencia en este punto de las Constituciones de Espafia y Suecia, con Monarquias de tradicién tan diferente, resulta’ bien slustrativa,) Los mismnos procedimientos parlamentarios encuentran mandatos precisos en la Constitucién, limitando la anterior Jibertad de configuraciin de las Cémaras en sus reglamentos. Pero ciertamente el cambio mds importante se ha foducido en los principios genierales”y Tos derech itacionales. Hasta época reciente el principio que titucign y el resto del ordenamiento {Juridico era el principio de Tegalidad: a la ley, por lo” tanto al Parlamento, correspondia establecer los man- datos generales obligatorios para los ciudadanos, que la Administracién debia efecutar y el juez tenfa que aplicar. El juez (salvo en EE.UU.), no podia cuestionar la validez de la ley respecto a Ia Constitucién, ni tam- poco aplicar ésta directamente donde el legislador no hbubiera intervenido. A su vez, la sumisiOn de la Admi- nistracién a Ta ley ha sido Ta principal tinea en Ia construceién de Ia modema Administracién. En cambio, las Constituciones actuales han impues- t0 el principio de constitucionalidad sobre el de lega- 3t lidad, sin detrimento de éste, creando cauces para la soluciin de las contradicciones.entre la ley y Ta Garcia de Enterrfa, en su importante trabajo “La Constitucién como norma”, publicado poco después de la aprobacién de nuestra Constitucién, ha fjado con dutoridad una linea de interpretacién normativa, como en su momento hicieron Crisafulli en Italia y Hesse en Alemania, que encuentra su mejor soporte en el artfculo 9.1 de la propia Constitucién —"Los ciu- dadanos y los poderes piiblicos estén sujetos a la Cons titucién..."— pero que corria el riesgo de resultar des- virtuado por Ia tradicién espafiola en sentido contrario, como pusieron de manifiesto numerosas sentencias del Tribunal Supremo en el primer afio de vigencia de la Constitueién.!? Hoy ya se acepia de manera general la efcacia di le Tos derechos f tales de Tos ciudadanos ‘el reconocimiento de los pri idos en el Constitucién— no sélo en cuanto criterios de interpre; tacién si presién de Esser, auténticos preceptos juridicos_ que concretan su eficacia en relacién a otras normas 0 ins- tituciones. Los prinefpios constitueionales fundamenta- Jes, también denominados principios constitucionales Neipios juridicos generales 17. _E, Gancta nx Exrgnnts, “La Consitieiin coma norms”, fen La’ Gonstitucién. como norma y el Tribunal Consttucional, Mat did, 1981; K. Hussy, “Dig normative Kraft der Vertsisung", en Manired “Pateoaicu, Verfossung.- Boies. zur Verfasnungstherie, Darmstad, 1978; V. Caisarvits, Lo Costitusione ¢ fe sue depos Hiont di principio, Milan, 1952. 38 articulo 9.1 de nuestra” conformadores, o formula politica de la Constitucién, “en expresion de Lucas Verdi, resultan sintesis del cor junto_de_las_instituciones, explicitando Tis opciones politicas funda sd iyente, y_operan {oii prineipios a érganos del Estado, tanto en la creacién como en la aplicacién del Derecho."* No cabe duda que instrumento clave para garan- tizar y desurrollar el carketer no¥mitive de Ta Co conslitucionalidad de las leyes aprobadas por el Par- Tamento, potencia el respeto de todos los poderes pi- Hie: ‘Jas libertades constitucionalmente reconocidas Jy mis én general, garantiza la supremacfa de la Cons- Feicién en las decisiones “adoptadas. por los “demas ‘rganos constitucionales.”® ‘La propia dinamica de los Tribunales Constitucio- ales conduce a un desarrollo progresivo de la eficacia “de los preceptos constitucionales, incluso de aquellos ‘mis generales y abstractos, como en su corta jurispri- dancta ya ha mostrado el Tribumal Consttucional & pafiol en relacién a los principios juridicos generales y mis en conereto en relacién al principio de igualdad del articulo 14 de la CE, que gracias a su interpreta- 18, Josef Kane, Princinio y norma en la elaboractén furtpra donciai det Dercche’ privado, Bareslons, 1961; P. Lucas Venoé, “TEL titulo T dol anteproyectn'constituconal (La frmule polities de 1 Constituain)”, en Vanuos, Estudios sobre of proveeto de Const. tein, Madrid, 1978, 19, Francico Rvno Lronmwre, “Sobre la selaclin entre Ta ‘bonal Constituconal y Poder Judical en el sfercilo de la ju cei constiticonal”, evista Espaola de Derecho Constitucional, 1982, nim. 4, pp. 95 y 88. ademis de contener Ia. bibligratia Diislpal, aborda el tema en tna de sus vertieates més importantes ¥ deliadas. 39) —e) idn_estd_penetrando. Jos rincanes més. dificiles ‘ordenamiento juridico, ~"Naturalmente el poder de cada TC depende de las competencias que le haya atribuido la Constitu ‘niuy amplias én el caso espaiiol, pero depénde tambit sfas_politicas complejas que derivan de si entre Ia trascendencia politica de_sus deci siones y_ do juridico de su procedimiento ¢ in- fexpretacion. No creo, de todas formas, que la norma: tividad actual de Tas “Constituciones dependa vnica- mente de Ia existencia de tin TC, que la afianza y desarrolla, sino que respondé a un conjunto de elemen- tos. mas amplios, insertos en la misma naturaleza de la Constitucién actual (pluralismio politico y_soelal, pre eminencia de las libertades en la cultura actual...), de forma que podriamos incluso preguntamos si la ex més bien Ja consecuencia © Las Constituciones actuales han ampliado sen- iblomente el dmbito constitucional. — Aunque ésta sea tuna nota derivada de otras anteriores, conviene men- cionarla por la multiplicacién de efectos que retine. «Se.han_ampliado las materias objeto de regulacién, i con mayor pretision instituciones, procedimientos y competencias pri tos juridicos de Tos mand sea a nivel de principios, de dee -rechos y libertades e inchiso de instituciones. Veo ejemplificador observar Ia evolucién de los derechos y ibertades reconocidos, por Ja mayoria de Cans ciones, Inicialmente las Constituectones ipa dango de siglo 2%, se ineluyeron derechos politic, ya ‘parts de primera reconocen derechos sindicales y sociales. “Esto_no signifi tuna ampliacién cuamtitativa de los dorech la consiguiente Satensiin de los textos—, sino que refleja principal- mente un cambio cualitativg, de Estado abstenions de la, desigualdad social, seg iinaciones Sjadas por la ConstituciOn, cee i es uno. de Jos elementos principal ‘Constitucién he pasado de sa determinar ‘exclusivamente 16s, biG Ta estruct "Seale ya el sentido que adquiria la regulaciéa constitucional més detallada de las instituciones supe- riores del Estado, pero los textos constitucionales con- tienen a menudo la referencia a otras instituciones no tan centrales, cuyo niicleo esencial resulta, en términos de nuestro TC, indisponibles para el legislador; se efectia asi una distincién tajante entre el mandato del constituyente.y 1a voluntad del Parlamento ordi- nario, que queda vinculado por los rasgos esencia- les de las instituciones previstas en la Constitucién2° Un efecto inmediato de esta doctrina opera en los érganos y competencias de los Linder, Comunida- des Auténomas 0 regiones, que obtienen asi una ga- rantia directa de la Constitucién frente a las posibles oscilaciones de las mayorias parlamentarias nacionales. 20, Sontencla del Tribune! Consttacional de 28 de ulin de 1981 sobre la “ley de Dipetaciones cafalanae” aL ‘Bos rasgos pueden destacarse en Ia evolucién terior de esta funcién. En primer lugar que la eo de Ios iudadanos no se procura solamente al Bey.y_al Gol sino frente a todas Tas institu- ‘iones cuyas decisiones puedan amenavar las derechos indadanos, incluido el propio Parlamento. En segundo lugar, Ja_abstencidn de los. poderes piblicos ya_n0. de libertad, como se creia en el i Tos derechos sige por sana_intervencién_ “croviente. del_Estado.para frenar el abuso de los gran- Er cos y_soeqales. Baste imigginar cual Soh eerie aren eee ere Jaboral y social iniciada hace mas de un siglo (o con- ge es ee ee Aemocriticos); mas ain la situacién serfa un auténtico 2 caos sino existiera una regulacién Jeg y un(controlad £ sobre la calidad de Jos productos)ia propiedad urba- ina, las condiciones bésicas de la economia.) Incluso Tas libertades mAs tradicionales precisan hoy Ia inter- vencién publica para su garantia 8 Esto_produce una estrecha interrelacién entre las ertad stitucion yp} tales. Ta arg hit EI misino sentido garantista adquiere el mandato i constitucional destinado a proteger minorias, sea en el ‘if seno de una institucién o-en la propia sociedad. ji} Was euncionss ne. ta Coxsrrreexéy| HE, Hasta ahora hemos realizado una exposicién esen- cialmente descriptiva de la Constitucién, de su evolu cién y sus caracteres actuales; en cambio es consustan- Gial a la idea misma de Constitucién una intencién, conformadora de la realidad, un principio activo de| influencia que puede comprenderse mejor centréindo- anos en los diversos aspectos de su actuacién; la separa- ‘cién de estas funciones es un requisito de la exposicién aunque en la préctica suelen presentarse superpuestas, i | “T) La Constitucién como regulacién de la estructura, competencias y procedimientos de las instituciones ' La Constitucién crea y conforma las instituciones ieipales del Fistado: xy. regula lo Aecisiones, “cin entre parte programética y organizativa de |: Constituiciones no slo pierde sentido por la eficaci j Wt il cimmiento del constitucionalismo, cuando se trataba so- bre todo de limitar el poder hasta entonces absoluto 1)|||| det monarea, pero ha continuado siendo central a lo ||| largo de la historia constitue‘onal y relleja uno de los ||) ideales permanentes de la sociedad, It eliminacién de ||! a apbitrariedad, la aspiracién a ser gobernados por leyes y no por hombres. 21, Tomés Ramin Fansixonz, “Los derechos fundamentales Ja secién do. los poderes piblleos*, Revista de Derecho Politico, 1982, nim, 5, pp. 21-94; mds en general, José Luis Cascayo, “EL problems de ia proteccién de los derechos humanos”, Vamos, Los tlerechos Inamanos. Signifcacién, estatuto furidico y ‘lstoma, Seve ls, 1979, pp. 261-300. 43 2 WAG GVGISAINA NITIRG: juridica directa de los derechos fundamentales, sino porque Ia existencia misma de las libertades depende| en primer lugar de la naturaleza de las instituciones que gobiernan la sociedad. KE] disefio de las instituciones principales sigue re, posando en el principio de Ta divisién o separacién de poderes, aunque ahora posea un sentido distinto intesquieu y recogieron las Constitu] P aproximé éste.a las Cémaras; el protagonismo de los & partidos ha unido estrechamente Gobierno y mayoria| parlamentaria, cambiando ¢l sentido del control parla tmentario y subordinando el Parlamento a Ia iniciativa gubernamental; la introduccién del Tribunal Constitu- cional implica un control eventual de todas Tas inst- tuciones, condicfonado a los requisitos para su activa, cién; la’ existencia de mecanismos de participacién| directa permite impugnar decisiones de las institu. ciones representativas; y, més en general, la democracia da un sentido cualitativamente diferente a Jas institu. ciones heredadas del Estado liberal, Pese a todo, la sepa do basica en la democracia, | primera de} ‘impedir una excesiva concent del poder, y debe| stribucién orgénica, es de- le drganos separados —Jefe de] Estado, Parlamento, Gobierno, Jueces, Tribunal Cons- {iicional—, que poseen unas competencias tasadas Formalmente y que deben ejercerlas segiim unos pro- cedimientos determinades. As{ el partido que haya ganado ampliamente unas elecciones dispondré en un Estado democritico de| 4 Jias posibilidades para realizar su programa poll- sPipodet incluso determinar las deisiones del Pal mento, del Gobierno y hasta es posible que, indirecta- ‘frente, del Tribunal Constitucional; pero la necesidad de que cada una de sus decisiones sex sometida al dr- igano competente y siga los procedimientos establecidos es gorantia para todos los ciudadanos de la difusiOn y fl debate de sus iniciativas, de la confrontacién con las opiniones minoritarias y, en iltimo extremo, de la eri- tica del conjunto de los ciudadanos, cuyo resultado se sevelard en las siguientes elecciones. Esta separacién de poderes “horizontal” viene.com- lementada por una separacién “vertical”, entre los ee eee aise cate Estado y regiones, Comunidades Auténo- “mas... en lis nuevas formas de descentralizacién pol ‘Gs Wie 52 estin generalizando, asi como entre Tos ai fexiore’ y Tos poderes locales, quie suelen ser indebida- mente olvidados en la teoria constitucional. La separacién de poderes se traduce actualmente en una colaboracién mucho més estrecha que antes en Jas funciones estatales. I] parlamentarismo se caracte-, Fiz6 desde "sa origen por la colaboracin entre Parlay mento y Gobiemo, pero ésta nunca habia sido tan in, tensa como en Ia actualidad. Frecuentemente las leyes ‘més importantes resultan de Ia iniciativa del Gobierno, las enmiendas y la aprobacién del Parlamento, el pro- nunckamiento del Tribunal Constitucional y €l comple- mento, legislativo 0 reglamentario, de los Lander, cantones 0 Comunidades Auténomas; ademés, su efi- cacia dependerd en iiltimo extremo de la aplicaci6n que hagan Ia Administracién y los tribunales, La complejidad de la distribucién de competencias Che. : deriva no sélo de esta configuracién constitucional 4 los érganos estatales sino también de la concentraciéy actual de las estructuras econémicas y Esta superior complejidad de Ia di no puede conducir a la indiferencia sobre su configu] racién, findolo todo al sistema de fuerzas politicas 4 sociales, sino al contrario a Ia necesidad de analizay ‘con mayor fimara las consecuencias politicas de las dis tintas opciones institucionales Me parece obvio, aunque su explicacién aqui resul} tarla demasiado larga, que la restriecién de poderes al Parlamento en la Constitucién francesa, o la. limita cién del control parlamentario del Gobierno que pet mite la Hamada “mocién de censura constructiva” Alemania y Espafia, por poner sélo dos ejemplos, im. plican consecuencias politicas importantes en si mismas ¢ influyen en el grado mayor o menor de democraci del sistema Juicios semejantes merecen las definiciones cons} titucionales sobre el procedimiento legislativo, la com figuracién de los Senados, las competencias de los Tri- bunales Constitucionales, la extensién del poder regle. mentario, Ia descentralizaciin territorial del poder.. en definitiva, la estructura, competencias y procedi- mientos de todas y cada una de las instituciones regu ladas en la Constitucién, Sélo que el juicio sobre esta configuracién no puede hacerse en abstracto 0 segiin criterios de “racionalidad” objetiva, sino a partir del conjunto de las instituciones de cada pais y de la dindmica que generan, a partir de Ja experiencia histérica y comparada de sus efectos fa- vorables o limitadores de la democracia. Nada hay més ambiguo, en este sentido, que el pretendido. carécter 46 sqacionalizador” que a veces se predica de algunas inatituciones. Desde el propio Mirkine-Guetzevitch ra- ionalizacién de una institucién puede significar cosas tan diferontes como consagracién constitucional de una prlctica politica previa, concentracién de poder en ra- Bon de una superior eficacia, mecanismos artificiales 'a dotar de estabilidad al gobierno... objetivos todos Bilos que pueden merecer opiniones diferentes segin cl pais, 1 momento hist6rico o la posicién politica que les propugne. A pesar de Ia tendencia de las Constituciones re- cientes a regular con detalle los rasgos esenciales de Jas instituciones supremas, el cardcter concentrado de las normas constitueionales obliga a dejar su desa- rrollo a la legislacién ordinaria. Ast las leyes sobre el Gobierno y la Administracién, los reglamentos parla- mentarios 0 los grandes Cédigos permiten al legislador ordinario un margen de discrecionalidad relativamente amplio, positive incluso desde el punto de vista del pluralismo politico y la evolucién hist6rica. Sin embargo ls obligatoriedad de Ja regulacién constitucional que marca las fronteras al legislador es tan fuerte que su violacién negarfa el sentido mismo do la Constitucién, convirtiéndola en mero texto reté- rico, y, seguramente, poniendo en cuestién el consenso imprescindible para la democracia, a @) La Constituctén como norma primaria obre Ta produccién juridica 0 norma wormarun en cambio, en caso de contradiccién, siempre es de- Jogado por ell. Coupetins'a. Taearnrelewcion EI principio de competencia ordena’ ils “normas Un aspecto de la regulacién constitucional de | instituciones que merece consideracién propia es al referente a Ja creacién de las demés normas de ode] namiento (leyes, reglamentos...), donde se estable Jos sujetos, los procediinientos y los limites para qug tuna decisién politica adquiera caricter legal. Todo or. denamiento jurk Derecho que « genera la actividad dé las instituciones. E Ja esencia misma de la Constitucién, para algunas rrientes juridieas que arrancan de postulados kel: nanos? La Constitucién, expresa o técitamente, establ los eriterios de ordenacién entre las diferentes norm: Griterios para esa ordenacién. EL principio de jerarania-ertablece je _superioridad| de unas normas sobre otras, entendiendo por superior entre dos normas aquella que deroga a otra y en cambio no puede ser derogada por ella. iEl ejemplo més sen- cillo es el de la relacidn entre la ley y el reglamento: el reglamento es inferior a la ley, no puede derogarla ho Constturio| ‘diversas post donate, Padua} 22, Ch. Ignacio de Ort0, Leccionss de Des nat, Oviedo, 3880, pp. 797 ss, Un resumen de lones en V. Crusarvtsa, Lesion’ di Divito Cost 1970, pp. 86 y 58. 48 sein la materia ida_a cada Organo de produc ‘ion del Derecho. Este principio resulta fundamental ‘gn los Estados federales y regionales. Si una materia es competencia del Land, de la Comunidad Auténoma 6 de la region solo puede ser regulada por un érgano de la regidn, de la Comunidad Auténoma o del Land, de forma que entre la ley federal y la ley regional no. hay superioridad o inferioridad sino competencia 0 in- competencia. La norma que regula una materia que no le corresponde es nul La misma relacién se produce, dentro de las insti- tuciones centrales del, Estado entre Ia ley y el regla- mento parlamentario, Si una materia esta reservada por a Constitucién al reglamento parlamentario (de la Cé- mara) ningin otro precepto, ni siquiera una ley en que intervenga la propia Camara, puede afectarla. En las Constituciones liberales las decisiones del Parlamento adoptaron Ia forma de ley que, por ser emanacién de la representacién nacional (con la san- cidn del Rey) se imponfan a los reglamentos aprobados el Rey Al mismo tiempo se estimaba que las leyes s6lo debian versar sobre los derechos y propie- dad de los ciudadanos, 9 en otros términos, que debjan 23, Un retumen sobed la evoluciéa de la ley y el reglamenta cn et cap. 1 de Angel Gannomuna, ET lugar do la ley en ld Cons ltucién eepatola, Madrid, 1980. Mae ampbimente cn Ciritien Stance, Fl conceplo de ley en le Contitucin elemana, Madrid, 1979, Gaxueco ANantranre, Ley y reglamento en et Derecho pi ition ‘occidental, Madeid, 1971; Dietrich Jescx, Ley y Administra. tien, Madeid, 1978 y E. W Bockxronbe, Cesetz und gesetszebende Gewalt, Beli, 1958 9 sor mandatos generales, quedando el reglamento para la aplicacién concreta de las leyes por la Administra. cién y para Ia ordenacién de la Administracién civil y militar, puesto que el Rey era entonces cabeza del Gobierno y Ia Administracién. La separactén Rey-Gobierno y el sometimiento pro- gresivo de éste a las Cémaras que implicé el parlamen- tarismo a lo largo del siglo pasado, condujo a la pro- gresiva ampliacién del ambito de Ja ley, que podta afectar también a materias concretas y a la regulacién de la Administracién. Al misino tiempo se consagraba la subordinacién incondicionada del reglamnento, elabo- rado ahora por el Gobierno, respecto de la ley apro- bada por el Parlamento. Pero este proceso realizado por los Estados que evolucionaban de la Monarqu‘a limitada al parlamen tarismo no se produjo en Alemania, donde surgié en cambio la distincién entre ley material y Jey formal que se extendié a otros paises. Ley material era la aptobada por el Parlamento sobre las materias que le} comrespondian, derechos y propiedad de los ciudadanos 6, en otros términos, Ins que impliceban mandatos ge- nerales, mientras qué ley formal era cualquiera que| hubiera sido aprobada por el Parlamento, al margen de que versara sobre las materias citadas. De esta dis tincién se extraia inmediatamente la consecuencia, ‘verdadero objetivo de la teoria, de que el Parlamento sélo podia aprobar leyes que Io €ueran materialmente, ¥y que todos los demas preceptos, por no ser generales © por ir dirigidos a la Administracién, correspondian al Emperador. Esta distincién se mantuvo en algunos paises hasta la segunda guerra mundial, acrecentando el poder de Jos gobiernos en detrimento de los Parlumentos, al mismo tiempo que se desarrollaban otros poderes legis- Jativos gubernamentales (de urgencia y de excepeién). En las Constituciones de posguerra se impuso el principio contrario, que se habia desarrollado en Gran Bretafia, Francia, y los Estados con mayor tradicién parlamentaria: Ia ley aprobada por el Parlamento pue- de versar sobre cualquier materia y el reglamento del Gobierno esté siempre subordinado a la ley, no pudien- do existir incluso sin ley previa que lo autorice ** como refja la Ley Fundamental de Bonn: “El Gobierno Federal, cualquier Ministro federal o los Gobiernos de Jos Lander podran ser autorizados mediante ley federal a dictar reglamentos, siempre que la ley haga constar el contenido, la finalidad y el alcance de la autoriza- cidn otorgada. El reglamento deber asimismo especi- ficar su fundamento juridico” (art. 80.1). La ampliacién del ambito de la ley se ha correspon-st dido en las dltimas décadas con la aparicién det distintos tipos de ley para corresponder a Ias dife-'S rentes funciones que debe realizar el Estado; asi, per-w diendo defnitivamente el carécter de mandato general? han aparecido las Ilamadas leyes-medida, leyes-progra-@ ma, leyes cuadro... Al mismo tiempo han surgido dife-@ rentes formas de ley, sein el procedimiento agravadoxe la mayoria cualificada que requiera su aprobacién’S Jeyes constitucionales, leyes orgénicas... También lag extensién de la descentralizacién politica ha producidd™ nuevos tipos de ley; a la diferencia tradicional entre i a i 5 a a 24. Joné Lois Canna y Rafel CésneEennen, “La potttad enn Sel Coby a Cann, Domenie A 1980, nm TBD, pp. 1809 sw cone Ia ile ‘srafia fundamental. = vee one ee 51 leyes federates y estatales, o entre eyes estatales y rogionales, se han sumado las leyes estatales dirigidés a actuar sobre el ordenamiento regional, como las leyes mareo 0 Tas leyes de armonizacién2® La aceptacién en Europa del control de constitu. cionalidad de las leyes por Tribunales Constitucionales introduce un muevo elemento en Tas fuentes del Dere. cho, porque la sentencia del Tribunal que estima la inconstitucionalidad de una ley. posee valor de ley, anulando Ja norma en. virtud de Ta jerarquia superior de la Constitucién. _La superioridad de la Constitucién sobre la ley no| 1 pero mientras no exist snal era el propio Parlamento quien, juzgiba Ta adecuacién de Ta ley a la norma suprema; la introduecién del Tribunal Constitucional permite un juicio diferente al de la mayoria parlamentaria que| puede legar a anular la voluntad legislativa.»* (3) La Constitucién. como fuente directa de los derechos fundamentales En las Constituciones liberales los derechos de los ciudadan los.en, tomo a la libertad y pro-| Piedad defendidas por la burguesia carecian, paradé- jicamente, de valor juridico; ‘su eficacia dependia del 25, Sobre el sentido de Ia muliplicaclin de Tas formas de| Joy, Alberto Pasorees, “El sistema do las fuentes del Derecho”, en PhiptessGancla ne Exzennia, La Constitucién erpotola de 1978, Madrid, 1980, pp. 153 y ss. del propio Pazoisss, Plonificaxion © costituxione, Milén, 1963. 26." Rail Bocaxxona, Bt volor de las sentencias del Tribunct GConstiuctonal, Madd, 1982 2 desarrollo que les otorgar del Parlamento; esto_suponia garantia suficiente para la burguesi: ‘medida que-el Parlamento.era su-ficl representacién. fon este planteamiento, el esfuerzo de los liberales se dirigia a imponer el principio de legalidad e impedir que el Gobierno y la Administracién, dirigidos ain por ol Rey, restringieran el contenido de los derechos reco- gidos por Ia ley, La Administracion y los jueces, por tanto, quedaban sorhetidos directamente a ls ley sin posibilidad de veri ae eee cional de un derecho y su regulacién legal (eon Ia ex: én de la judicial revew americana). El Parlamento a su vez disponia de total libertad / para concretar el edmo y el cuando del desarrollo de _Jos derechos; de forma que pricticamente Hasta lav Constituciones de la segunda posguerra los derechos proclamados constitucionalmente podian servir de base para reivindicaciones politicas 6 como criterio para juzgar Ia bondad de un régimen, pero no podian ha- cerse valer ante los jueces?* Incluso en las Constituciones de la primera pos- guerra, cuyas declaraciones de derechos ya no respon- den a criterios liberales. sino democréticos, se ignora ‘en gran parte la aplicacién de los derechos carentes de desarrollo legislativo, con la relativa excepeién de los derechos civiles tradicionales consistentes en la absten- cin de los poderes publicos. Las experiencias fascistas que destruyeron todas las 27, Dieter Gruss, “La Constituetin come fuente del Derecho", Vamos, Las fusnios det Derecho, I Jornadat Jurdicas de Teida (co prensy). Bn el mismo sentido, #, Gancia ne Ewrunaia, op. lt, pe TD ys. 33. bertades, plantean a los constituyentes de Ia segunda posguerza el problema primero de Jograr la. garantia| de los derechos frente a todos los poderes, incluide-el legislative. ‘La-Ley Fundamental de Bonn afrma de forma ta, jante en su articulo 13 que los derechos constitucio- nales son ditectamente aplicables, y el'misiio principio sé acoge en las demas Constituciones. Las mas recler} fes, y entre ellas Ia espafiola, han ampliado y sistema. tizado las garantias directas dé Tos derechos furidaititn- tales reconocidos.en la Constitucién, a EI pricipio_general en la actualidad es que los _ detsenbe j Hbertades fundamentales vinculan a todo: (Tos poderes pubticos, de manera que la Constiicioal ] resulta norma de aplicacidir directa, taitbiea ent esta “\ parte, oa ‘A su vez. los jueces, que son la garantia ordinaria| mis eficaz de lo’ derechos y libertades, no se limitan Téstimar ol principio de legalidad sino que aplicin al Diiricipio' de-coastitueionalidad, pudiendo instar al Tri ional la anulacién de las leyes que se ‘opongan a Ja regulaciOn constitucional de los derecho La eficacia directa de a Constitucién implica otra serie de garantias respecto al Parlamento y la Adminis, acin, pero la proteccién nas profunda de los dere: alios_y ibartades proviene genieralmente de los. Tri bunales Constitucionales; en algunos paises existen ‘dimientos especiales para que los. ciudadanos puedan instar de Tos mismos la proteccién de los de- rechos desconocidos por los demas poderes publicos, incluidos los jueces (recurso de amparo en Espafia, Verfassungsbeschwerde en la RF Alemans)* ~~ 28, F, Romo Luonsere, op. et, pp. 58 y ss, Mis general 54 La propia dindmica de la justicia constitucional apunta nuevas vias para la proteccién de Tos derechos: ‘exigencia de proporcionalidad a las leyes que limitan tuna libertad, cuando la Constitucién autoriza genéri- camente la restriccién, deduccién de nuevos derechos protegibles de las normas objetivas de la Constitucién, extension de los derechos constitucionales a la inter- pretacién de todas las leyes que les afecten (efecto de jiradiacién), e incluso ordenando al Parlamento una actividad legislativa cuando su ausencia provoca la desproteccién de los derechos (inconstitucionalidad yor omisién) 2° Mis alla de las garantias judiciales, especialmente pasa los derechos de reconocimiento més reciente, par- ticularmente los de cargcter social, han aparecido nue- vos medios de proteccién entre los que destacan las ga- rantias institucionales.”” Lai F, Feuctyoz Vitavexoe, La proteccién de los derechos furdanentales on el ordenamiento expat, Madrid, 1981, Una sis fematizactin do" la primera jurisprudencia constiticonal espatla fn via de amparo, Antonio Movs, Bl recerto de ampore sepén la ‘dctrina del Tribunal Contitctonal, Barcslons, 2983. 39. Dieter Gano, op. city pp. 8 ys. en el original 30. José Luis Cascnso, op. ci, Iiciano Panry0, Ertado so- at y Adminstacién Pabilca, Madrid, 1983; Ricardo Gancia. Max ‘en, Las aporias de los deveclos fundamentals sociales y et derecho le vfclenda, Madrie, 1982 y Avgusto Banmana, "Lo Wherth tr ‘diitis © wisttertonin”, Seri in onore “dl C. Mort, vol, I, bo. 383, 55 SSB eitrara en crisis. EI acuerdo de la mayoria se produ, Ede, sobre todo Ello explica la relevancia que éstos han vuelto a ad- irit en las Constituciones actuales. Explica también Ja relativa contradiceién, que de_observars pring) misma Constitu: ‘ida, puesto _que_se_incorporan_valores..¢.. ideas fuerzas_politicas_ysaciales muy. diferentes (liberales, (4D La Constitucién como factor de legitimactén itegracion_de los ¢ Un régimen autoritario puede tener una base social] _“Gemoeristianas, socialistas..... La Constitucién de Wei- de apoyo mas o menos amplia pero un sistema consti.) ‘mar fue criticada en su momento por esta amalgama de principios diferentes, pero la complejidad y hetero~ geneidad de principios y valores es la regla general en todas las Constituciones posteriores. E La inclusién de tal heterogeneidad ha sido posible /'en los textos recientes, gracias al consenso constitucio: rial, que busca el acuerdo de las principales fuerzas (politicas, mas por la via de la negociacién y las mutuas jones que_por la imposicién de la mayoria nu- stituyente ido amplio, también las Constituciones tucional requiere la aceptacién de la inmensa mayor dé Ta poblacién, porque si no su propio funcionamiento| Bce por las instituciones que incorpora (Parlimentd Gobiemno responsable...), por los derechos que! rr Amentos de participacién que.les concede; pero depen-| la idea global que se desprende dl Beonjunto de nstitucidn para Ia opinién publica Fasobre la democracia, descentralizacién..., en definiti| obre Ta ildsefia ‘politica del texto. — liberales se basaban en el consenso de las fuerzas poli- En las primeras Constituciones liberales, directa-| ticas que las aceptaban, pero el acuerdo iba entonces mente opuestas al anterior orden absolutista, la base referido principalmente a las instituciones y los pro- ideoldgica esta presente de forma expresa, especial-} cedimientos para la adopcién de las decisiones poli- ‘mente en las declaraciones de Derechos. En cambio las] tieas.** posteriores, més positivistas, que responden ya a un dominio consolidado de la burguesia, resultan més téenicas y apenas contienen principios politicos o axio- Ligicos. Las Constitueiones democriticas poseen un nueva enfoque al incorporar_instituciones_y_principios qu responden.a i es diferentes y ain contra- dictorios; ademés el superior valor nonmativo de todo al contenido constitucional extrae nuevas consecuen- cias de los derechos y de los principios constitucionales. 91, Walism G. Awonews, “ | tions and Constitutiondiom, Nocva Jentido semejante, estrictamonto It CConstitucién espafla, M. Henseso sas vias del consenso constituetonal”, ‘e,, ulm. 9, pp. 7395. En sentido contraro, de consenso sobre ‘lconjunto de Ia Consttuciim, Jordi Souk Tuna y Eliseo Aya, “Une inboration consensual", L’Espagae “démocratique, Poucots, ni ‘nero 8, pp. 79-85. Una buena sintesis de la tansiclin politics que caplica ts factores del consenso, Miguel A. Avas al sistema politico y constituctinal espanol, Bare fins 14-59, Introductory Essay”, en Consttar _ 56 Ciertamente, el acuerdo sobre las instituciones si- gue siendo hoy esencial, pero va més alli porque recae también sobre los limites ios de la accién politica, que resulta la principal diferencia entre las fuerzas liberal-conservadoras. y_socialistas-progresistas, ‘Donde el consenso resulta mis necesario, y al mismo tiempo ambiguo, es justamente en la posible conforma- cién de la sociedad por Ja politica institucional, es decir, en el cardcter social del Estado, en los derechos econé- micos, sociales y culturales y en la politica econémica. Por otra parte, las diferentes clases 0 grupos socia-,| les que integran el Estado democratico actual impulsan| a los constituyentes a buscar principios bdsicos comu- = que puedan compartir, come la proclamacién de la} idad de Ja persona como supremo objetivo del: , que se encuentra en diversas Constituciones Yecientes. in este nivel se encuentra también Ia posibilidad de transformacién social que las Constituciones admi- ten, y a veces propuignadi expresamente, porque cons tituye exigencia misma de la participacién de las fuer: zas socialistas 0, en general, progresistas. Como han ‘declarado varios Tribunales Constitueionales, las Cons- tituciones democraticas no implican un modelo econé- imico déterininado sino que admiten wna transformacién econdinico-social sin fronteras, siempre que se realice conforme ‘a los procedimientos establecidos constitu- cignalmente: in este sentido, Ia Constitucién misma desempefia @ funcién de integracién politica y, social porque Sonduce a 1a unidad institucional la diversidad ideolé- giea y politica de los grupos sociales, aunque lo reali. {66 por motives distintos, sends para unos_el_ orden y,| 58 ‘para ottos cl, cambio la.razén- principal de su acepta- Gi Coneremicidst 1 isan pout E] fusnaturalismo racionalista de las primeras Cons- tituciones fue abandonado progresivamente en favor de la consideracién de las fuerzas politicas y sociales como explicacién principal de los rasgos de cada Cons- titucién. Lassalle, justamente, planted con la mayor faerza Ia determinacién que las relaciones de produe- cién, las condiciones sociales y las fuerzas sociales y politicas operaban sobre la forma de gobierno de un icién ni es simple reflejo de lo po- Iitico ni representa la totalidad de factores capaces de sleanzar influencia politica. La Constitucién es un gonjunto normative que opera’ en un plano distinto al dela lad, sulviéndo su influencia y condicionando festaciones, al mismo tiempo. Resulta facil descartar las dos posiciones extremas ex Ta comprensién de la Constitucién y su felacién con JF realidad, ef normologismio, que desliga la Constitu- ‘ign de la realidad, y el sociologismo que s6lo observa ‘realidad. Pero resulta. mucho inds dificil ‘situar el i ido de interrelacién entre la. Constitucién Ya realidad, factor que explica muchas de las dife- “Tencias entre las teorias constitucionales. 32. Jorge de Bevznan, “La Constituetén en el manda actual”, Estudio Preliminer, Conettuetones expan y extranjeras, Nadi, 1977, pp. 94'y sj Pablo Lucas Vendo, Curva de Derecho Politic, vol i Madrid, 1974, pp. 450 y en 39 La primera nota destacada en Ia relacién Constitu. cién-realidad es la diferente dindmica do ambos ele. imentos: mientras Ja Constitucin manifiesta una tet- dencia a la estabilidad y una aspiracién a la perma,, Dea ge anit ea eet politica experimenta cambios constantes. 1La'adecuacién de la Constitucién a la realidad pue- de’ producirse en primer lugar mediante Ia reforma constitucional. Como las demés leyes, la Constitucién puede ser modificada por otra norma. posterior de} mismo rango, es decir por una norma constituefonal, cuyo procedimiento de elaboracién suele prever la propia Constitucién; pero a diferencia de las demés eyes, Ia reforma de la Constitucién requiere normal- ‘mente unas condiciones dificles, que sélo permita lle- Warla a cabo cuando wna amplia mayorla ésté dé, acuerdo, En este sentido la distincién de Bryce entro Constituciones flexiblés "yrigidas) segin Ja reforma pueda vealaared par Gia TS inaria (caso inglés) 0 equiera un procedimfento mas agravado, careco hoy de interés porque la inmensa mayoria de las Consti- tuiciones son rigidas, y en todo caso Ia distincién de- biera plantearse entre Jos diversos niveles de rigidex constitucional. La especial proteccién de las Constituciones deriva légieamente de la supremacia de la Constitucién sobre las leyes y pretende preservar lo que fue el acuerdo fundacional det sistema; éste explica, incluso, Ia izre- formabilidad de algunos preceptos, como la estructura federal de la RF, Alemana, o la proteccién reforzada de algunas partes, como hace la Constitucién espaiiola. Esta particular fuerza que se concede a los precep- tos constitucionales frento a su modificacién ha condu- 60 ido a varias corrientes doctrinales a la distincién entre Ja Constitucién formal y la Constitueién material; se ste de la observacién de que existen en los textos donstituctonales preceptos poco importantes y en cam bio hay leyes ordinarias decisivas fuera de la Consti- qucién, para deducir In existencia de unos preceptos insterialmente ‘constitucionales y otros que sélo lo son formalmente, La observacién puede ser cierta, pero el problema de fjar la Constitucién material se produce a la hora de determinar el criterio para calificar como decisivas 4 las disposiciones. La misma pluratidad de respues- tas existentes revela el subjetivismo que interviene en a determinacién doctrinal de la Constitucién si se abandona el criterio formal. Pero la consecuencia mds grave serfa la desfigura- cién misma de la supremacia constitucional. Esta se produce igualmente si se acepta la superioridad de unas normas sobre otras dentro de la misma Constitu- cin, porque conlleva la existencia de antinomias; como Jas planteadas por Schmitt y Forsthoff relegando el cardcter social del Estado a’su cardcter democritico, 0 las que pueden juzgar anticonstitucionales ciertos & preceptos de la propia Constitucién en virtud de otros ¥} considerados superiores. Frente a estos enfoques se impone, creo, el prin- cipio de unidad de Ia Constitucién y la nepesidad de su interpretacién sistemética, de forma qué la articu- Jacién de principios e instituciones se produzca de con- formidad con el orden mismo fjado, explicita o impli- citamente, por el texto constitucional. ‘Ain asf, a fuerza de la realidad Nega a cambiar a -yeees el sentido de preceptos constitucionales, que fos- ”AD DE MEDELLIN IVERSH PMYOTECA or earin 61 -reforma coustitucional formal existe un cambio de ser malmente permanecen invariables. En esta idea se poyan autores como Mortati para una concepeidn material de la Constitucién, que ya no es s6lo su conte. nido normative sino el mismo tal como resulta actual ‘zado_por las fuerzas politicas.** a a Me parece que admitir Ja fuerza de la realidad no distorsiona la ConstitvdiGi Gaaindo $6 ha producido tong fauténtica mutacién constitucional, es decir, cuando si tido de los preceptos constitucionales por variacién de la realidad politica subyacente, pero encubre tna vio-| lacién constitucional cuando se inteipreta 0 se aplica 1a Constitucién segiin la éptica exclusiva dé las fuerzas politicas coyunturalmente dominantes. Cierto que el problema se remite”entonéés a la existencia o no de| ‘una mutacién constitucional, pero ésta es una cuestién {nterpretativa concreta.y no una concepcién general de la Constitucién. Por otxa parte, el pluralismo que caracteriza a las Constituciones actuales conduce a una distincién entre las diversas posibilidades de aplicacién de los precep- tos constitucionales, dentro de los limites fijados por la propia norma suprema, y la politica conereta de la ma- yorla. Parece claro que tal distincién opera de forma| ‘diferente en las distintas funciones de la Constitueiéa (amenos en las fuentes y Tos procedimientos que en los derechos, y entre éstos mas en. los sociales que en. los eiviles y politicos) segiin la estructura de las normas| 83, Una Iuena sintetis de let priacipales.posiciones en lr primeror capitulos de Jone J. Gowss Canorino, Direito Conutite: ional, 2° e@., Goimbra, 1980, y tambien en Constitueae dirgente ‘einculagao do legisladar, Coimbra, 1982, pp. TT y 5 2 y Ja amplitad de los limites marcados por la Consti- tucidn La misma distincién resulta basica para la funcién de interpretacién de los Tribunales Constitucionales, que resultan garantia expresa para la adaptacién de los preceptos a los cambios de la realidad. N_DE_LASSALLE ALA TEORIA DE LA CONSTITUCI La teorfa de Ferdinand Lassalle se desarrolia en el marco politico-constitucional del segundo periodo del constitucionalismo Cartas otorgadas y Constitu- ciones pactadas—jpero en un Estado que habfa man- tenido hasta entonces el absolntismo. Ex coxructo rotirico EN Prusia Desde comfenzos del siglo xx la burguesta de Prusia, que alimentaba con sus préstamos al Estado absoluto, exigia al Rey que promulgara una Consti- tucién, Apoydndose en su poder econdmico, la bur- guesfa pretendia, mediante la constitucionalizacién del regimen, Controlar la marcha del Estado ¢ insertarse entre la monarquia y la nobleza que lo dirigian. Tanto : @

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