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MLA ESTRELLA POLAR Peter Hall Ciudades del manana Historia del urbanismo en el siglo XX Ediciones z del Serbal Capitulo 6 La ciudad de los monumentos E] movimiento de la Ciudad Bella: Chicago, Nueva Delhi, Mosctt 1900-1945 El movimiento de la Ciudad Bella tiene su , y la contempora. nea ‘Sin embargo las realizacion Jo XX se han hecho principalmente en otros lugares y en otr: a GGG ee los lide- res civicos construyeron con la doble finalidad de superar los complejos colectivos de inferioridad y de estimular las empresas; y en las nuevas capitales de las partes mis alejadas del Imperio Britnico, donde los funcionarios de la corona encarga- Fon proyectos que expresaran el dominio imperial y la exclusividad racial, Luego, Snicamente, el movimiento de la Ciudad Bella volvi6 a su lugar de origen geo- grafico y espiritual: Europa, culminando en los aiios 1930 con los dictadores to- talitarios que trataron de imponer sus megal6manas visiones de gloria a sus capi- tales. A pesar de la diferencia superficial de los diversos contextos, hay una serie de extrafias similitudes en los resultados con implicaciones que, quizés, deberian inquietarnos, Burnham y el movimiento de la Ciudad Bella en Estados Unidos En esta historia, cada gran movimiento tie é exeepdin.H prea de Ciuad Bla (eM NN socio de la compaiiia de arquitectos Burnham y Root de Chicago, diseriador de va- tios de los primeros rascacielos clasicos de la ciudad construidos entre los afios 1880 y 1890, y responsable de la Exposicién Mundial de Columbia de 1893, una de las Ferias del Mundo més importante de todos los tiempos. EI dinero que ob- tuvo gracias a estos lucrativos trabajos, le permitié, mas tarde, aceptar trabajos de urbanismo por muy poca 0 ninguna remuneraci6n, fue de este modo como el jo- ven arquitecto se convirtié en un maduro urbanista. La otra experies ¢ _ pes jaan oe oe cain ds Cada lan nasa F si era posible crear una ciudad bella instantanea, que duraria tan LA CIUDAD DE LOS MONUMENTOS 187 solo un verano, también Io seria hacer lo mismo con una ciudad norteamericana de verdad y conseguir que su efecto fuera més prolongado. Su idea fue bien recibida; puesto que, como hemos visto gundof Gran parte de la burguesia con inquietudes civicas, preocupada por la creciente terogeneidad étnica y cultural y el aumento de los desérdenes, consideraba que el problema consistia en res 9 Morgenthau, banquero y gran propietario, 1o dijo claramente en una conferencia que pronun- ci6 en 1909: el primer objetivo del urbanista era eliminar los lugares donde crecia «la enfermedad, la depravacién moral, el descontento y el socialismo»". ¥ en nin giin sitio estos problemas se presentaban con tanta virulencia como en Chicago, lugar de los terribles alborotos de los afios 1880 que acabaron con la ejecucién de los cabecillas en medio de una tensa atmésfera de insurreccién. El Plan de Chicago es el mejor de los proyectos de Burnham, Sin embargo, volvia a su ciudad después de haber tenido éxitos y fracasos en otros lugares. El pri- mero, que fue practicamente un triunfo, fue la larga batalla, que empez6 en 1901, par su proyecto de 1791, LEnfant habia seguido las sugerencias de George Washington y lo habia tratado Ga ue debia iniciarse en el Capitol para seguir hacia el Potomac -extendiendose luego por el este hasta llegar a la Casa Blanca, Pero este proyecto nunca Ilegé a terminarse; la zona permanecié como terreno de pastos, y poco a poco fue invadida por co- mercios; la Gltima indignidad se cometié a finales de los afios 1870 cuando se construy6 una linea de ferrocarril que lo atravesaba. Este Mall desfigurado era para muchos, tanto para los que estaban dentro del Congreso como para los que esta~ ban fuera, un simbolo de todo lo malo de las ciudades norteamericanas”. En 1901, el senador James McMillan de Michigan, presidente del comité del distrito de Columbia, animado p aceptara su propuesta para que u Gap" después, Burnham fue nombrado responsable de una comisi6n de tres miembros que incluia , a los que, mas tarde, se les unio el escultor Augustus StGaudens. Burnham crey6 conveniente visitar Europa con la finalidad de estudiar los mejo- res modelos urbanos, ignorando la evidente ironia de que muchos de ellos habfan sido creados por las mismas tiranfas contra las que los norteamericanos se habian sublevado. Posteriormente, comenté que el informe contenia el ntimero suficien- te de parrafos impresionantes como para llamar la atencién de la prensa y al mis- mo tiempo interesar al resto de arquitectos. Se decidi6 aplicar el concepto original de L'Enfant pero ampliado, con un Mall que tendria el doble de s riginal liegando a los 800 pies, casi du- plicando su longitud para incl yy seria atravesado por dos (Véanse notas en paginas 212-213.) el capitulo s 188 CIUDADES DEL. MANANA ig. 6.1. Daniel Burnham. BI autor de grandes planes en una postura grandilocuente. ERATE py ei e my sade pero, inestaement, ambien tuvo criticas que durante un tiempo frenaron su realizacién. Finalmente, se cons- truyé tal como Burnham habia plancado, terminindose en 1922 con la inaugue tacién del monumento en memoria de Lincoln*, Fue una obra dentro de las mas Pura tradicién de las Beaux Arts. Muy cerca, sin embargo, continuaron prolife- rando los barrios pobres’, Pero la ciudad de Washington, como todos estaban dispuestos a reconocer, era especial: era distinta de las otras ciuciades norteamericanas, puesto que alli el Ceremonial y los aspectos simbélicos debian mostrarse con mayor fuerza. A partir de entonces Burnham se dedicé a empresas todavia mas atrevidas: intenté dara las grandes ciudades industriales y portuarias de los Estados Unidos el orden ci cig tet ages: ns Cea a a ao da in lugar de crecimiento industrial descontrolado, lieno de con- taminaci6n, problemas laborales y violencia. En 1902 se le nombré presidente de luna comisi6n; al afio siguiente presentaron su informe. Como era de esperar pro- ponfan un nuevo centro urbano: se construirian una media docena de grandes LA CIUDAD DE LOS MONUMENTOS. 189) Se ce nme ma wom nar # sus EEN i me i ee i en ny em i Fig. 6.2. El plan de Chicago de 1909, Ejemplo de orden civil clisico en la trama de esta ciudad de Illinois. Sorprendentemente, en 1925, gracias al empuje de sus habitantes casi se habia terminado. go de las orillas del lago y de un amplio paseo que los cruzaria formando angulo recto; el conjunto formaria un impresionante espacio que quedaria delante de la nueva estacion de ferrocarril, eco evidente del proyecto de Washington, donde también se habia contemplado la construccion de una nueva estacion. Este plan exigia la demolicién de unos cien acres de miserables barrios pobres entre los que se encontraba la zona de prostibulos. Los dirigentes aprobaron el plan con entu- siasmo y se dispusieron a Ilevarlo a cabo; lo tinico que no Hegé a realizarse fue la estacion puesto que dependia del acuerdo entre distintas compariias. A nadie se le ss i ‘ = is = es . a am S is au _ probable Sin embargo, el proyecto de Cleveland no dejaba de ser el mismo que el de ashingto aunque era ambicioso, no era més que un qui cl nuevo centro urbano ~que estaba estratégicamente si- tuado en el cruce de la Market Street, la principal calle comercial de la ciudad, con la Avenida Van Ness- debia ser el foco donde se iniciarian una serie de bulevares ra- diales, a partir de los cuales y a ciertos intervalos saldrian otros; de esta manera la trama regular de la ciudad adquiriria un «milagroso equilibrio formal» a partir de 190 CIUDADES DEL MANANA otra logica basada en los contrafuertes angulares y las irregularidades naturales que se utilizarian pars fos paseos se convertiria en nel extre- mo oeste de la ciudad. Se daria un tratamiento arquitectonico formal a la zona de ‘Twin Peaks que domina la ciudad por el sudoeste, donde se levantaria un Athenaeum y una estatua monumental que estaria encarada hacia el océano Pacifico. Ironicamente, a pesar de que un terremoto y un incendio dejaron una parte de la ciudad libre para realizar el proyecto, las presiones comerciales lo impidieron; solo Hegaron a hacerse algunas cosas entre ellas el extrafio y poco animado centro civico que se construy6 en _un lugar distinto del que Burnham habfa propuesto. Hoy en dia los ciudadanos di adecidos de que 0 Hlegaran a des- trozar la trama de calles que suben y bajan por la colinas y las casas victorianas que las flanquean, que dan su peculiar encanto a la ciudad’. Chicago fue el proyecto definitivo de Burnham: el mayor de ellos pero que sor- prendentemente y a pesar de todos los problemas, el que llegé a realizarse casi por completo. Su idea basica era la grancleza, aunque resultaba vago en cuanto al modo de Hevarla a la practica: el plan «iba a restaurar la armonia visual y estética perdi- da, de modo que se creara el ambiente fisico necesario para que de él pudiera sur- gir un armonioso orden social’; la ciudad caética, fruto de un rapido crecimien- to y de una excesivamente rica mezcla de nacionalidades, se ordenaria: 5 nuevas avenidas, se harian desaparecer los barrios pobres y reer) GRD Parece que ta mezcla de objetivos sociales con otros puramente estéticos fue Jo que entusiasm6 a las clases altas y medias que apoyaban el Movimiento pro- gresista’? Al presentar el proyecto, (UEGRAHD ostraba su confianza en la calidad de lo ta él iba a tomar como a £ ‘i oe ss ue : e oe ae Pero como los que iban a respaldar el proyecto eran hombres de negocios, prime- ro del Club Comercial y més tarde del Club Mercantil, afiadié un nuevo argu- mento: la Ciudad Bella de Napole6n Il habia demostrado ser una buena inversion! «Los cambios que.¢1 impuls6, la han hecho famosa, y, como resultado, la mayoria de los ricos ociosos del mundo la visitan, y se dice que, gracias a ello, los parisinos ganan cada aiio mas de lo que el emperador gast6 en hacer estos cambios»"4, Lo mismo debia hacerse en Chicago: La gente se marcha al Cairo, Atenas, la Riviera, Paris y Viena porque la vida no es en casa tan agradable como en estos lugares de moda. De manera que hay una pér- dida constante de los recursos de la ciudad. Nadie ha calculado la cantidad de mi- Hones que Chicago genera y que se gasta en otros sitios, pero debe ser muy gran- de, {Cuil serfa el efecto sobre nuestros negocios si todo este dinero circulara aqui (...) ¢Cual seria el efecto en nuestra prosperidad si la ciudad fuera tan agradable que todas las personas que viven en “Nall de Mss, al oeste deli, y son eco- nomicamente independientes vinieran a a Chicago? {No deberiamos hacer algo, sin perder tiempo, para que la ciudad fuera mas bella y mas atractiva para nosotros pero sobre todo para estos deseados visitantes?! LA CIUDAD DE LOS MONUMENTOS. 191 Incluso dijo que lo que Pericles habfa «invertido» en la antigua Atenas toda- via estaba dando buenos beneficios. Es probable que Burnham, que conocia la ma- nera de ser de sus conciudadanos, se estuviera burlando un poco; pero es eviden- te que sabia vender si era necesario, Sin embargo, todo esto no dejaba de ser que una introduccié cy i lap i li eect cc . Una de las calles que sa- lia del & ue en tro, donde este eje hace interseccion clos anchas calles diago- nales saldrian de un gran centro civico coronado por una c&pula: éste seria el cen- tro del nuevo proyecto; sin embargo, irénicamente, fue una de las pocas cosas que no Heg6 a hacerse. Las orillas del rio de Chicago que aqui corren paralelas al lago entre éste y la calle Hubbard, se alinearian con las nuevas calles. Los grandes edi- ficios pablicos se irian colocando en los lugares mas prominentes ee Habria «un majestuoso museo blanco en la gran terraza llamada Lake Front, que dominaria todos sus elementos: los parterres, las fuentes, los monumentos, todo deberé construirse de manera que tenga relaci6n con él. Ningiin edificio del mun- do ha tenido jams una situacion mas adecuada que la que éste tendra»"’, Habria un paseo de siete millas y media bordeando la orilla al que se accederia a través de siete viaductos, y una laguna de 30.000 pies de longitud. Burnham se vuelve liri- co al describir el conjunto: ingulo recto, Congrees Street, Una milla més aden- Ambas orillas de la laguna deberian ornamentarse con Arboles y arbustos que se adap- taran a nuestro clima, sobre todo los que florecen -el manzano, el peral, el melo- cotonero, el castafio de Indias, el castaiio silvestre, la catalpa, el manzano silvestre, lilas, syringas, acacias, cornejos. En los meses de mayo y junio se podria celebrar un festival sobre el agua. Durante la primavera y el verano, y también en otofo, todo el que paseara por el lago se veria envuelto por la presencia de las flores. En las ori- las habria englantinas, heliotropos, mignonette y plantas salvajes que llenarian el aire con su fragancial”, Y concluye asi su visién de Chicago: Delante nuestro se extiende una plantacién de majestuosos arboles, que dan som- bra al césped y a los caminos que estan en las margenes del lago. Haciendo contraste, la reluciente laguna se dirige hacia el norte. Detras estan las suaves orillas, y los tre- nes que aparecen y desaparecen entre los cimbreantes sauces. Al fondo, se eleva una majestuosa terraza cubierta por parras y coronada por estatuas, y tranquilos parte- mies que rodean apacibles hogares. El lago nos ha estado llamando durante aiies, y al final le hemos respondido. Vemos el agua, movida por una gentil brisa; sobre ella el centelleo de los remos, el destello de las velas rosadas, las lineas de ligeras lanchas. Vemnos los botes que pa- san impulsados por bronceados atletas. Ofmos el murmullo de las olas mezclado con las risas juveniles, la misica que procede de la laguna se desvanece entre las. inclinadas ramas de los Arboles. La luna creciente aparece en el cielo, brillando le- vemente en el crepasculo. 192 CIUDADES DEL MANANA Flotamos por I como si fueran cisnes, reposan en las terrazas, las blanc: osque apenas se divisan en el ano- checer. Llega la noehe, Olores brillan en el aire perfumado de los ne- miifares, y la Naturaleza nos acoge como a nitios felices™® Es una vision poética extraordinaria; una de las pocas que existen en la histo- ria del urbanismo. Los dibujos al 5 , Son distintos de las otras imagenes urbanas que hemos visto: los colores apagados, la int id de la luz reflejada en los htimedos pavimientos, recuerda vaerene Ql aunque éste no leg6 a conseguir nunca estas grandes panormicas. Esta presentaci6n era también un buen ejemplo de relaciones publicas, Sin embargo, ¢para quién iba a ser todo esto? La respuesta de Burnham nos devuelve brutalmente a la realidad: «No debe ser s6lo para la gente rica puesto que ya saben Culdarse», deberia ser para la gente en general; pero, «ino es cierto que estos de- penden de la circulacién de dinero, y que éste no aparece sin la presencia de gran- des cantidades de personas econémicamente bien situadas?»”®, De este planteamiento surgia de manera implicita y técita una teoria del desarrollo urbano: una economia urbana dirigida por lo que Thorstein Veblen criticaba como consumismo de las cla- ses ociosas que imitaban a los ricos europeos. Es facil ridiculizar este proyecto; y un gran numero de criticos, desde los libe- rales izquierdistas tradicionales a los marxistas, lo han utilizado siempre que han querido mostrar un ejemplo representativo, Ya en 1922, cuando habfa empezado a tealizarse ~coordinado por el comité ejecutivo de la comisién del Plan, que es- taba controlado por los miembros del Club Comercial, y con un coste de unos 300 millones de délares~ Lewis Mumford criticé el tratamiento que Bumham daba a la ciudad calificdndolo de «cosmética municipal»; mas tarde lo compararia con 1os proyectos ¢ @16SERHEHESROLAIEAHOD) To

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