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El documento discute la importancia de incluir la historia de los museos en su propia exhibición. A pesar de que los museos se conciben como instituciones dedicadas a preservar la memoria, rara vez cuentan con espacios dedicados a narrar su propia historia institucional. El documento argumenta que conocer el contexto histórico de una colección o institución añade valor a la experiencia del visitante y que las teorías posmodernas han hecho más relevante la reflexión sobre el trabajo de los museos.
El documento discute la importancia de incluir la historia de los museos en su propia exhibición. A pesar de que los museos se conciben como instituciones dedicadas a preservar la memoria, rara vez cuentan con espacios dedicados a narrar su propia historia institucional. El documento argumenta que conocer el contexto histórico de una colección o institución añade valor a la experiencia del visitante y que las teorías posmodernas han hecho más relevante la reflexión sobre el trabajo de los museos.
El documento discute la importancia de incluir la historia de los museos en su propia exhibición. A pesar de que los museos se conciben como instituciones dedicadas a preservar la memoria, rara vez cuentan con espacios dedicados a narrar su propia historia institucional. El documento argumenta que conocer el contexto histórico de una colección o institución añade valor a la experiencia del visitante y que las teorías posmodernas han hecho más relevante la reflexión sobre el trabajo de los museos.
Mnemosine en el templo de las musas jesus pedro Lorente
Se suele repetir que los museos son instituciones consagradas a la memoria.
En pars asi lo sealaron simblicamente en 1799, seis aos despus de la apertura de un gran museo publico en el palacio del Louvre, al instalar en el jardn frente a su entrada una estatua romana en mrmol conocida como Mnemosine, madre de las musas. Pero todava no hay, en aquel grandioso templo de las musas, ninguna sala dedicada a rememorar la propia historia de dicho museo; tan solo un rea de introduccin sobre la evolucin del edificio a travs de los siglos. En el ashmolean museum de Oxford, otra institucion todava mas antigua, si hay en las salas de la planta baja una serie de vitrinas dedicadas a las pizas de la coleccin tradescant, que constituyo el legado fundacional del museo, y algunos planos e ilustraciones relativos a los edificios usados como sede en el siglo xix; pero no se hace ninguna crnica autobiogrfica del resto de su azaroza trayectoria institucional. En efecto, aun sigue siendo demasiado habitual que los interesados en la historia de los museos tengamos que buscar ese tipo de informacin en los paratextos con los que se nos presentan en algunos folletos o en su portal web, y en publicaciones a la venta, careciendo de cualquier alusin al respecto en el espacio musestico, a pesar de que en algunos casos uno de los principales valores patrimoniales de determinadas instituciones en su propia historia.
El museo imaginario de Malraux cotejaba fotos de remotas obras artsticas
descontextualizadas y en su yuxtaposicin atemporal de instantneas constistia precisamente su encanto, meramente visual, como el de los museos virtuales de hoy, pero el inters de un espacio musestico real reside tanto en la fisicidad de la coleccin como en su fenomenolgica aprehensin al recorrerla en un contexto con atractivos suplementarios, incluyendo el valor aadido de su importancia histrica. Eso es algo que quien visita hoy un museo siempre tiene en cuenta, consciente o inconscientemente, pues tambin en este caso puede decirse ya que el medio es el mensaje. La ensaystica museolgica hace tiempo que, gracias a carol Duncan y allan wallach nos convencio de que los museos no son meros contenedores, ya que incluso la aparente asepsia del White cube incoulaba todos los dogmatismos consagrados por el epistema morderno. En la actualidad eso ya se da por sabido, sin necesidad de haber ledo a Foucault.
Dice que deberan mostrarse las antgiuas formas museogrficas de exponer
para ver ese recorrido, que en casos como el de las meninas con Foucault desenboacron en las plabras y las coaas.
Las teoras posmodernas y su reivindicacin de los discursos autorreferenciales
nos han hecho a todos mas recetivos a la reflexin sobre la propia labor del museo y a muchos visitantes nos interesa no solo em men que all se nos ofrece, sino tambin como se condimenta y prepara. Adems de ver los contenidos del museo y sus museografas queremos saberlo todo sobre los muselogos autores del marco teorico en que se basan.
Parafraseando a Donald preziosi uno de los gurus de la critical art historu,
cabria afirmar que el futuro anterior de la museologa y la historia del arte como disciplinas esta ahora en proceso de reformulacin. La historia de los museos que esta a caballo entre ambas, vive un momento de transcicion en el que se reivindica la memoria de los errores, de las instituciones que fracasaron o que ni siquiera llegaron a nacer. Esta relativizacin de los discurso histricos y el nfasis en la subjetividad de las multiples asociaciones posibles entre obras de arte ha devuelto a la actualidad el atlas menmosyne de aby warburg. No es casual que se le asemejen tanto algunas practicas reflexivas a las que he pasado revusta. En el que he sealado a travs de multiples estrategias museogrficas contemporneas, como la memoria histrica esta mas presente que nunca en nuestros museos. Mnemsine vuelve a presidir los templos de las musas.