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Teaser CPQ Cuestionario de Personalidad para Nifios (8-12 afios) R.B. Porter y R.B. Cattell MANUAL (78 edicion) y (TEA PUBLICACIONES DE PSICOLOGIA APLICADA Serie menor num. 120 Publicado por TEA Ediciones, S.A., segin acuerdo especial con el propietario original, INSTITUTE FOR PERSONALITY AND ABILITY TESTING Illinois, USA) que se reserva todos los derechos TEA Ediciones, S.A. MADRID, 2002 Titulo original dol test: “Childrens Personality Questionnaire, Form A, Parts Al and A2 (1963 Edition)” InsTITUTE FOR PERSONALITY AND ABILITY TESTING El disefio y construccién originales de la Forma A del Cuestionario CPQ son de R.B. Porter (Universidad de Indiana) y R.B. Cattell (Universidad de Illinois). Adaptacin espajiola: Colaboracién técnica de ICCE, Instituto Calasanz de Ciencias de la Educacion (Ienacio DeNDALUCE SeGUROLA) y del Departamento 1+D de TEA Ediciones, S.A. (AcusTin ConDeRo Pando y NICOLAS SeispeD0s CusEnO). Redaccién del Manual: NicoLAs Szispe00s CuseRo Copyright © 1959, 1963 by PAT, incis, USA (Quedan rgurosamentsprohbicas, sin la autorizacén eset Copyright @ 1980, 198, 1990, 2002 by TEA Ediciones, S.A, 1 dels itulares del ‘Copyright, bao las sanciones estableci Mads (Espana), das en ls leyes, la eproduccén total o peril de esta obra por cualquier medio procediiento, comprendis arepogtliay LSBN: €4-7174- 790-8 €ltralarient informatica, yl distribuctn do elomplares de ola Deposit legat: M = 42.454 - 2002 ‘mediante alquile o préstam pabcos. Ela: TEA Ediciones, $4; Fay Bemardino de Sahagin, 24 - 28006 Madea. Printed in Spin, Impreso en Espa par inp Casilas; Agustin Calo, 47, 2049 Madi INDICE INTRODUCCION ............5 DESCRIPCION GENERAL . 1.1. Ficha técnica... . 1.2, Naturaleza y finalidad del CPQ, 1.3. Escalas del CPQ JUSTIFICACION ESTADISTICA. . 2.1. Estudios originales 2.2. Adaptacién espafiola 2.3. Fiabilidad y validez. 2.4. Analisis factoriales (dimensiones secundarias) NORMAS DE APLICACION Y CORRECCION 3.1. Instrucciones generales 3.2. Instrucciones especificas........ 88. Correccién y obtencién de puntuaciones directas NORMAS DE INTERPRETACION 4,1, Conversién de puntuaciones directas en decatipos, 42. Elaboracién del perfil individual . 4.3. Cuadros auxiliares para la interpretacién BAREMOS 5. 6. BIBLIOGRAFIA INSTRUMENTOS COMPLEMENTARIOS DE EVALUACION a a 22 23 25 25 28 29 32 33 35 INTRODUCCION Hace algunos afios se introdujo en Espafia el afamado, y no siempre aceptado, Cuestionario de Personalidad 16PF (del que ya existen publicadas tres Formas: A, B y C). Poco a poco el psicslogo espafiol se va familiarizando con la teorfa de la personalidad de R. B. Cattell y su especificacién en las escalas de sus cuestionarios. Es verdad que la terminologia que emplea, en cierto modo extraiia en nuestra cultura psicoldgica, y la abundancia de escalas y Factores que presenta sorprenden y re- traen al usuario; tal vez estén mds acostumbrados a la simplicidad de la estructura de dos o tres dimensiones de Eysenck y continuadores, Esta multidimensionalidad de Ia estructura que ofrece Cattell es dificil de captar en una labor de diagnéstico individual o colectivo; son muchos los facto- res € interrelaciones a tener en cuenta, y exigen un esfuerzo y experiencia que probablemente se alcanza después de algtin tiempo de contacto con los resultados de los instrumentos de Cattell. Se han publicado (TEA Ediciones, S. A., 1981) los materiales y resultados de la adaptacién espafiola de la Forma A de otro cuestionario de Cattell, el ESPQ, para nifios de seis a ocho afios; con éste se ha cubierto la aplicabilidad de sus instrumentos en la parte inferior del amplio abanico que cubren los cuestionarios de personalidad. El presente CPQ, para nifios de ocho a doce aos, se solapa con el anterior y viene a cubrir una zona inmediatamente superior de ese abanico de aplicabilidad; dicha zona es completada también ahora con la publicacién de la adaptacién espaiiola del HSPQ, para sujetos de doce a dieciocho afios, que se solapa con el presente CPQ en su parte inferior y con el 16PF en su parte superior; de esta manera, los cuestionarios de Cattell (ESPQ, CPQ, HSPQ y 16PF, con igual estructura de personali- dad y casi idénticas escalas 0 factores) cubren una extensa zona de aplicabilidad que va desde nifios de seis afios hasta adultos de la tercera edad. En el presente instrumento, CPQ, la multiplicidad de las escalas de Cattell es de 14, 13 rasgos de personalidad y una escala de habilidad mental o inteligencia, Comparada su estructura con la del instrumento de Cattell més conocido, el 16PF, han desaparecido cuatro escalas (L, M, Qi y Q:), y se han introducido dos nuevas: D (Excitabilidad) y J (Inhibicién), fruto de los andlisis factoriales de los autores en la personalidad de los nifios de ocho a doce affos. Estas 14 escalas 0 factores de primer orden permiten obtener unos factores de segundo orden 0 dimensiones més generales en la estructura de la personalidad. Probablemente, para el psicdlogo que toma contacto por primera vez con los resultados de estos cuestionarios sea preferible comenzar la interpretacién por las dimensiones secundarias y pasar luego a incorporar en ellas la interpretacién de los puntos bajos y altos obtenidos en las escalas o factores primarios; aunque existen algunas divergencias entre la estructura simplificada de Eysenck y la complejidad de Cattell, en Iineas gene- rales tienen bastantes semejanzas; por tanto, una vez que se ha captado la estructura de personalidad del sujeto 0 grupo en sus factores secundarios, es més facil adentrarse en esa rica multiplicidad de escalas que ofrecen estos cuestionarios cattellianos. Sin embargo, no hay que olvidar que las puntuaciones obtenidas en los factores de segundo orden son sélo estimaciones, es decir, son resultados de aplicar una férmula de regresién; ésta es valida en la muestra de tipificacién o andlisis y, por inferencia, en sujetos de caracteristicas simila- res, pudiendo presentar algunas peculiaridades (¢ incluso contrasentidos) cuando se aplica a un suje- to determinado. En estas situaciones parad6jicas, tal vez. es preferible atender prioritariamente a la significacién de las escalas primarias, porque ese sujeto, probablemente, es un caso que se aleja demasiado de la estructura factorial de covariaciones que presentaba la muestra de estudio y en él la estimacién mediante la fOrmula de regresiGn tiene un mayor error. Aunque no definitivos, los estudios realizados en la adaptacin espafiola del CPQ son esperan- zadores. Se han analizado muestras bastante grandes y de sujetos procedentes de diversas partes del pais y, aprovechando toda la informacién recogida hasta el momento, se ha considerado convenien- te lanzar una primera edicién que pueda ser ya utilizada por los psicSlogos espaficles y que permita especificar los sujetos de estudio, asi como recoger en el futuro informacién y contrastes sobre su aplicabilidad y resultados en diferentes entidades de diagnéstico infantil En los estudios actuales se ha podido disponer de los datos y analisis que, sobre varios millares de sujetos, ha ofrecido la colaboracién del ICE (Instituto Calasanz de Ciencias de la Educacién), en el que han trabajado varias personas: Arturo Arén, Valentin Azpilicueta, Ignacio Dendaluce, Narciso Garcfa, M:* Teresa Gomez, Luis Gonzilez, Félix Iguacen, Melchor Ramirez y José Rioja. En su mayoria, estos datos han sido analizados de nuevo, principalmente para definir la estructura superior de los factores de segundo orden, determinar los pasos numéricos para su obtencién précti- ca y elaborar los baremos necesarios para la interpretacién de todas las escalas. N, SEISDEDOS Seccién de Estudios 1. DESCRIPCION GENERAL 1.1. FICHA TECNICA Nombre original: “Children’s Personality Questionnaire (CPQ) Form A”, Autores: R. B. Porter y R. B. Cattell. Procedencia: Institute for Personality and Ability Testing (IPAT), Champaign, Illinois, USA, 1959. .C.C.E. (Madrid) y TEA Ediciones, S.A. (Madrid). Administraci6n: Individual y colectiva. Adaptacién espaiiol Duraci6n: Variable, entre 30 y 40 minutos cada parte (1. y 2. sesi6n). Aplicacién: Ocho a doce afios de edad (aproximadamente, 3.° de Primaria a 1° de la ESO). Significacién: Apreciacién de 14 rasgos de primer orden y 3 de segundo orden de la personalidad. Tipificacién: Baremos de escolares. 1.2. NATURALEZA Y FINALIDAD DEL CPQ Desde hace tiempo, psicélogos y educado- res han reconocido la’ necesidad de instru- mentos més adecuados y convenientes para evaluar la personalidad de los nifios en edad escolar; porque este drea, la escolar, junto con la de tipo clinico, han sido las dos principales esferas de aplicacién de tales instrumentos. La importancia de los tests de personalidad para el diagndstico y tratamiento de los pro- blemas emocionales y de conducta, es obvia en una labor clinica. Y poco a poco se va reconociendo también su valor en las situa- ciones escolares; wtilizados por el orientador, Jos instrumentos pueden tener una finalidad similar a la de Ja labor clinica. Por otra parte, en manos de un profesor o docente que domine la métrica de la personalidad, los resultados de estos tests aplicados a sus mis- mos alumnos pueden asumir una finalidad diferente: permitirén ampliar su comprensién de las necesidades de desarrollo personal de cada nifio, hacer més fiable esta comprensién con el contacto personal y ayudarle a inter- pretar los diferentes aspectos de la adap- tacién escolar del alumno (por ejemplo, las discrepancias entre las aptitudes y el rendi- miento escolar). El centro escolar tiene actualmente, para bien o para mal, un papel principal en la vida emocional del nifio. En la medida en que los educadores se preocupen cada vez més de que ese papel sea constructivo, aumentard el reconocimiento de la necesidad de tests de personalidad que, aplicados colectivamente, puedan ser dtiles (1). Para lograrlo, estos ins- trumentos deben medir dimensiones impor- tantes de la personalidad e identificables en la ciencia psicolégica, ser susceptibles de apli- cacién colectiva, ofrecer un méximo de infor macién psicolégica en un tiempo minimo de aplicacién y ser econémica y objetivamente puntuables. El psicélogo puede desear, en primer lugar, analizar el disefio del Cuestionario CPQ des- de la perspectiva del panorama de los tests existentes. Por lo menos en el drea clinica, actualmente parece que se esti en el momen- to final del monopolio de Jos instrumentos de medida “proyectiva” y “profunda” y han sur- gido varias eriticas sobre su fiabilidad, vali- dez y objetividad (véase el apartado 1.2. del Manual del ESPQ, TEA, 1981). Por estas razones, muchos psicdlogos y educadores se han decidido a utilizar los cuestionarios para una evaluacién comprensiva de los factores de la personalidad; la investigacién ha mos- trado en muchas situaciones clinicas que estos instrumentos, aunque no estén libres de ciertos sesgos, poseen unos valores que pro- bablemente les hacen ser el tipo de test mas aplicable y itil; exigen pocos requisitos del examinador, ofrecen un sistema de puntua- cién facil y objetivo y pueden ser disefiados para evaluar una gran diversidad de atributos. ‘A pesar de las fundadas virtudes del cues- tionario, hasta el momento su principal desa- rrollo se ha centrado en el rea del examen de los adultos. El autor y colaboradores han ela- borado nuevos instrumentos para otras eda- des: HSPQ (12-18 afios), el presente CPQ (8-12 afios) y el ESPQ (6-8 afios). Los estu- dios realizados hasta el momento han mostra- do que, con unas pocas excepciones, 1a misma estructura de rasgos encontrada en los adultos (cuestionario 16PF) es aplicable y demostra- ble entre los nifios y adolescentes. Administrado en dos sesiones, con 70 ele- mentos en cada una, el CPQ es aplicable a escolares de 3.° de Primaria a 1.° de la ESO y, atendiendo a la personalidad del nifio y sus posibles problemas en esos cursos de la acti- vidad escolar, el test permite puntuaciones en catorce dimensiones de la personalidad, incluyendo el aspecto intelectual, en un tiem- po minimo de aplicacién (unos 35 minutos cada sesién). El CPQ puede resultar una evaluacién especial en relacién con la adaptacién de los nifios al final del primer ciclo de Primaria Con ella el profesor puede comprender me- {jor las necesidades y predisposiciones de los alumnos de su clase y adaptar su actividad instruetiva y disciplinaria a cada nifio; puede facilitar esa intuicién del docente acerca de los muchos pequefios problemas de adapta- cién que inevitablemente surgen en estos affos, asf como ayudar en su resolucién, pues- to que ofrece algunas bases como punto de partida en Ia comunicacién entre padres y profesores. Para que este apartado no resulte demasia- do optimista, hay que afiadir algunas palabras de precauci6n. El instrumento no debe ser considerado como algo definitivo en su forma actual; es fruto de una adaptaci6n y, ademas, como en cualquier test psicol6gico, sus pun- tuaciones pueden ser interpretadas de manera no valida. Habré que seguir estudiando sus resultados para llegar a un cuestionario mejor construido, con una tipificacién mas extensa y especffica que incluya grupos especiales y que permita una medida més fiable y dil. (1) Esta efectividad de los tess en los centros escolares dependers, naturalmente, de la formacin y experiencia profesionales de los ceducadores. Al redactar este Manul se asume que, en el futuro, los educadores recibirén una mejor formaciGn psicol6gica 0 serdn ayudados por psieslogos escolares prafesionales. 1.3, ESCALAS DEL CPQ Las 14 escalas del CPQ apuntan a dimen- siones cuya naturaleza, funcionalmente in- dependiente, ha sido establecida mediante investigacién factorial. Sin embargo, cada una de ellas es mas que una escala factorial; representa un constructo que ha demostrado tener valor general como una estructura psi- coldgicamente significativa dentro de la per- sonalidad; asf hay que entender, por ejemplo, la Fuerza del superego (escala G), 1a Do- minancia (E), la Estabilidad emocional o fuerza del yo (C) o la Surgencia del tempera- mento (F). Es necesario subrayar la abundante investi- gacién que ha servido de base para la cons- truccién de este instrumento de evaluacién de Ja personalidad, porque todavia se publican algunos cuestionarios que no tienen més bases que correlaciones empiricas de los ele- mentos con unos criterios de valoracién, 0 son un aprioristico disefio de “mesa de despa- cho” con unos elementos de validez “aparen- te” para medir unos “rasgos” arbitrariamente definidos. En el primero de los casos (corre laciones con criterios de valoracién), la vali- dacién tiene una objetividad aparente, pero implica un error circular, puesto que el “ras- go” evaluado no tiene un estatus seguro en la estructura de 1a personalidad, y las valoracio- nes contienen més errores subjetivos que las mismas respuestas a los clementos que se intentan validar, Las 14 escalas aluden a variables psicolégi- cas que han sido aisladas factorialmente; cada factor representa una dimensién estadistica- mente separable en el conjunto de respuestas al cuestionario. Cuando las escalas se constru- yen asf, necesitan mucha investigacién poste- rior para identificar las aplicaciones précticas de cada una de ellas. Las descripeiones que vienen a continuacién resumen esas implica- ciones; en cada escala o factor existen dos polos, y el que aparece a la izquierda corres- ponde siempre a las puntuaciones bajas en el mismo. No se han incluido aqui los nombres téenicos (Afectotimia, Dominancia, Surgen- cia, Parmia, Coastenia, etc.), mas utilizados en Ja literatura factorial de las investigaciones, sino las adjetivaciones més populares y util zadas en el lenguaje corriente. FACTOR A Reservado, alejado, critico. Abierto, afectuoso, reposado, participative. 1 niflo que puntia alto, generalmente se caracteriza por ser abierto y social, y el que puntia bajo por ser més frfo y alejado. En esta época de la infancia, la diferencia entre ambos se pone particularmente de manifiesto en el grado en ue el nifio responde favorablemente a Ia actuacién de los profesores y, en general, a toda la situacién escolar. FACTOR B Inteligencia baja, pensamiento concreto. Inteligencia alta, pensamiento abstracto Una puntuacién alta indica un nifio “brillante”, répido en su comprensin y aprendizaje de las ideas, mientras que cn el otro polo esti el niflo més “corto” y de lento aprendizaje y comprensiéa, Este factor es una medida muy simple de los aspectos intelectuales y nunca debe reemplazar a una medida mis estable de cociente intelectual obtenida con otro {est més apropiado. FACTOR C Afectado por los sentimientos, emocional- Emocionalmente estable, tranquilo, maduro, mente poco estable, turbable. affonta la realidad. El niffo con puntuacién alta se muestra con una relativa calma, parece estable y socialmente maduro, y est mejor preparado para relacionarse con los demés, mientras que en el otro polo el nifio tiene menos tolerancia a la frustracién ys mis propenso a perder el control emocional. FACTOR D Calmoso, poco expresivo, poco activo, algo Excitable, impaciente, exigente, hiperactivo, “soso”, cauto. no inhibido. Esta escala parece medir la tendencia a exhibir excitacién a una pequefia provocaci6n, o una hiperactivaci6n a dife- rentes tipos de estimulos. La puntuacién baja parece describir al nifio emocionalmente pldcido. FACTOR E Sumiso, obediente, décil, acomodaticio, cede Dominante, dogmitico, agresivo, obstinado. fécilmente. Fl ito E+ es relativamente activo, dogmitico y agresivo, mientras que en el polo opuesto este nto es mis dei En esta época de la infancia, la probable expresién de este factor es ms la conducta agresiva que una dominancia que tenga 6xito, puesto que Tos nifos no han aprendido todavia las técnicas de manipulacién social. Un sujeto E+ tiene a menudo problemas de condueta, pero si su dogmatismo es manejado de modo que desarrolle una expresi6n més cons- tructiva, la adaptacién posterior del nfo puede tener més Exito. FACTOR F Sobrio, prudente, serio, tacituno. Entusiasta, confiado a Ja buena ventura, incauto. EI nifio alto en F es bastante entusiasta, optimista y seguro de sf mismo. El bajo en F es més serio y se autodesa- prueba. Los estudios realizados parecen mostrar que el nitio F+ proviene en mayor proporcitn de un medio familiar ela- tivamente seguro y carifioso, mientras que el ambiente familiar del nifio desurgente F- esté mas caracterizado por una privacién de afectos. FACTOR G Despreocupado o desatento con las reglas, Consciente, perseverante, moralista, sensato, acttia por conveniencia propia, con poca fuer- sujeto a las normas, con mucha fuerza del za del superego. superego. La escala parece reflejar el grado en que el nifio ha incorporado los valores del mundo de los adultos. En esta épo- cca de la infancia tiene especial importancia la valoracién que da él a su rendimiento en Ja situacién escolar. 10 FACTOR H Cohibido, timido, sensible a la amenaza. Emprendedor, socialmente atrevido, no inhi- bido, esponténeo. Junto con la escala A, este factor H es un componente de la ExtraversiGn-Introversién, y se expresa en diferentes ‘grados de sociabilidad. Mientras que el A+ es sociable en el sentido de que muestra una respuesta emocional positiva a Tas personas, el H+ lo es en el sentida de que se relaciona libre y atrevidamente con los dems. El nifio H- es mis sen- sible, se amedranta fécilmente y, mediante cl alejamiento, intenta evitar la amenaza y excesiva estimulacisn sociales. FACTOR I Sensibilidad dura, rechazo a las ilusiones, Sensibilidad blanda, impresionable, depen- realista, confianza s6lo en sf mismo, diente, superprotegido. Los resultados de los estudios sefialan que el modelo de personalidad asociado con el polo alto de esta escala es un tipo de sensibilidad fomentada por la superproteccién. Consecuentemente, un nifio I+ tiende a mostrar una mayor depen- dencia (temerosa evitacién de la amenaza fisica y simpatfa por las necesidades de los dems), que la que muestra el nino TL, que es més independiente y de “piel dura”, FACTOR J Seguro, le gusta la actividad en grupo, activo, Dubitativo, irresoluto, reservado, individua- vigoroso. lista, no le gusta actuar en grupo. EI mito con puntuacién alta tiende a ser individualista, motrizmente reprimido, eritico con los demés y desprecia- tivo, mientras que el nifio J- es mis libremente expresivo y activo, asf como poco erftico. FACTOR N Sencillo, natural, franco, sentimental. Astuto, calculador, prudente, perspicaz. Entre los adultos, el sujeto N+ se describe como socialmente receptivo y habilidoso, realista y oportunista, mien- tras que el N- es mas llano, sentimental y torpe socialmente, La expresién especiica de este factor en los nifios parece menos claramente definida, Sin embargo, la puntuacién alta seflala ese sujeto que ha captado mejor fos modos de los adultos y de sus compatieros y, consecuentemente, persigue sus propios intereses mejor que el nifio N-, aunque ello no quiere decir que sesulte mas maduro. FACTOR O Sereno, apacible, confiado, seguro de sf. Aprensivo, con sensacién de culpabilidad, inseguro, preocupado, turbable, con autore- proches. Es a escala mds directamente relacionadla con una zozobra subjetiva manifiesta, y entre los adultos es el factor que ‘mejor diferencia a los neuréticos de los normales. La reaecién de aprensividad del sujeto O+ se podria caracterizar de diferentes modos:irritabilidad, ansiedad o depresi6n, segtin las situaciones. uw FACTOR Q Menos integrado, relajado, sigue sus propias Mis integrado, socialmente escrupuloso, necesidades, descuidado de las reglas socia- autodisciplinado, compulsivo, control de su les. autoimagen, En Jos adultos el factor sefiala los sujetos que tienen mucho control de sus emociones y de su condlucta en general EI Qr indica despreocupacién por el control de los deseos y por las demandas sociales. Un nifio Qv- podria, por ejem- plo, tener mas problemas con las normas escolares, no con una intenciGn delincuente, sino por despreocupacisn y negli- gencia, FACTOR Q Relajado, tranquil, pesado, sosegado, no Tenso, frustrado, presionado, sobreexcitado, frustrado. inquieto, Entre los adultos, esta escala se relaciona con muy diferentes conductas sintomiticas que generalmente podrian cexplicarse en términos de “tensién nerviosa” o impulso no descargado. El nifio Qet se siente frusirado y puede mostrar imvitabilidad o mal humor; el niffo Qe, polo relajado de la escala, parece reflejar un tipo de compostura que hace fécil la sociabilidad. 12 2. JUSTIFICACION ESTADISTICA La edicién original americana del Manual acumula informacién y anélisis con la Forma A del CPQ (normalmente junto con los estudios de la Forma B, no editada en espafiol). En los estudios espafioles realiza- dos hasta el momento se han obtenido ya muestras suficientes y se espera poder ampliarlas en el futuro. En los apartados siguientes, se resume la informacién estadis- tica original y la obtenida con sujetos espa- fioles, y en el capitulo 4 se presentan los baremos elaborados. 2.1. ESTUDIOS ORIGINALES En su formato actual, los elementos estin ordenados segtin un modelo cfclico conside- rado 6ptimo desde dos puntos de vista. En primer lugar, la variedad de contenido de las catorce escalas hace que la tarea del nifio resulte mds interesante. En segundo lugar, Ia ordenacién actual hace més conveniente y facil la obtencién de las puntuaciones me- diamte una plantilla de correccién. Los ele- ‘mentos que puntiian en cada escala estén indi- cados en el cuadro auxiliar A, en el capitulo 4, inmediatamente antes de los baremos. Todos los elementos, excepto los de la escala B, tienen dos alternativas. En el cues- tionario para los adultos (16PF) existe una tercera alternativa, de “compromiso”, para aquellos sujetos que consideran inaplicables a sus sentimientos los dos extremos de respues- ta propuestos. En el CPQ s6lo hay dos alter- nativas de respuesta, puesto que el nifio no es capaz, como el adulto, de un uso equilibrado de la alternativa media. Es una “realidad” psicométrica que, en general, los cuestionarios son més propensos a los efectos de 1a distorsiGn, tanto por un intento deliberado de enmascaramiento como por unos agentes motivacionales subcons- cientes. Sin embargo, la critica de que esto destruye completamente el valor de la medida mediante cuestionarios es injustificada, En la construccién del CPQ se tuvo esto en cuenta para minimizar esta fuente de error de medi- da. Por ejemplo, las cuestiones se redactaron de modo que fueran todo lo més “neutrales” posibles en relacién con 1a deseabilidad social. Ademfs, se ha equilibrado el nimero de respuestas de acuerdo y en desacuerdo que puntéan en cada escala, para eliminar los efectos de la aquiescencia, Otra estrategia, tal vez técnicamente mas significativa, consistié en elegir al final aque los elementos que tuvieran poca “validez aparente”, pero mantuvieran su capacidad criminativa del rasgo que intentan medir. No obstante, esto no es una importante medi- da de prevencién en el caso de los niftos, por- que les falta esa sofisticacién que les capacita para definir cudl es la “buena imagen”. Sea como fuere, hay que subrayar que es el aplicador el que tiene 1a responsabilidad de reducir los efectos de la distorsién a un mini- mo; debe lograrlo haciendo que todos los nifios se sientan confortables y exista un buen clima durante toda la aplicacién; més impor- tante atin, debe captar la cooperacién de los nifios y lograr que contesten con sinceridad a todas las cuestiones. 13 En cuanto a las caracterfsticas psicométri- cas del CPQ, lo que muchos psicélogos deno- minan fiabilidad, Cattell lo identifica mejor como consistencia. Este término comprende diferentes enfoques de estimacién de la varianza verdadera de un test. Asi, especifica- mente, se pueden obtener medidas de: 1) fia- bilidad, que incluye la dependencia (correla- ciones test-retest con intervalo pequefio) y la estabilidad (correlaciones test-retest con intervalo grande); 2) homogeneidad (consis- tencia interna); 3) equivalencia (correlaciones interformas). La tabla 1 ofrece indices (en centésimas) tanto de la fiabilidad como de la validez del cuestionario. En la primera fila de indices de la tabla 1 se presentan los coeficientes de dependencia caleulados en una muestra de 88 varones (V) y mujeres (M), con intervalo de s6lo dos dias entre test y retest. En la segunda fila de la tabla 1 se recogen los coeficientes de homo- geneidad obtenidos en una muestra de 124 V + M, calculados segin la férmula KR20 (Kuder-Richardson); idealmente estos indices deberian ser bajos 0 moderados, puesto que se hha tomado s6lo una pequefia muestra del uni- verso total de conductas diferentes para cada rasgo o escala, y esto conlleva pequefias inter- correlaciones entre los elementos 0 dtomos de conducta. En la tercera fila de la tabla se Tablat encuentran coeficientes de equivalencia obte~ nidos correlacionando, en una muestra de 2.930 V + M, sus puntuaciones en Ia Forma A con las de la Forma B del CPQ, y estos {n- dices corregidos con la formulacién de Spearman-Brown; en realidad, no son preci- samente coeficientes de equivalencia de la Forma A, sino infraestimaciones de la depen- dencia de A + B; con excepcién de la escala J, sefialan una gran precisién cuando se utilizan ambas Formas. En cuanto a la validez, se construyen muchos tests con la finalidad de predecir algiin aspecto de la conducta medir una tini- ca dimensi6n de la personalidad; la validez de estos tests sefiala el grado de relacién entre lo especificamente medido y lo que se ha inten tado medir. El CPQ, como los cuestionarios hermanos suyos aplicables en ottas edades, es un test de medida multiple y simulténea de muy diferentes aspectos de la personalidad, y puede ser titilmente aplicable en la prediccién y medida de muy diferentes situaciones. A causa de esto, y también porque no tiene una larga historia de aplicaciones practicas, el cuestionario no puede presentar una informa- cién de validez concreta. Sin embargo, es més importante la relacién entre Io que el instrumento mide y alguna hipétesis de un constructo referido a la estruc- Fiabilidad y validez del CPQ Forma A y estadisticos basicos afe{c{/ole{rei/so{wijir{[sftunilolala Dependencia ....| 59 | 72 | 47 | 67 | 67 | 70 | 68 | sa | 72 | 59 | 70 | 60 | 61 | 56 Homogeneidad..| 51 | 37 | 62 | 58 | 53 | 60 | 59 | 52 | 68 | 25 | 40 | 45 | 55 | 41 Equivalencia.....| 53 | 67 | 67 | 68 | 61 | 67 | 57 | 63 | 67 | 43 | 64 | 65 | 70 | 68 Validez ..... 65 | 82 | 73 | 83 | 33 | 91 | 72 | 64 | 69 | 65 | 52 | 68 | 79 | 76 Ae 65 | 69) 60/46/54] 56] 69|56|32] 37 | 38) 41] 56 | 44 Ot 18 | 20/20] 23]21/19] 19] 19] 22] 18] 21] 22] 24 | 22 ja20m:M----| 69 | 7.3] 6.2 | 39/35] 28] 76 | 55] 65 | 38 | 26] 43 | 7.1) 3.9 ot 19] 20) 22/18] 19/19] 19] 22] 19] 19] 22] 21] 22 14 tura de la personalidad. Se construyen muchos tests sobre unos fundamentos estri tamente empiricos, es decir, sin una orienta- ci6n tedrica; su utilidad es extremadamente limitada, porque su aplicabilidad sélo se refiere a un criterio. Muy distinta ha sido la construccién teéricamente basada del CPQ, sus escalas son relevantes en una hipétesis de la estructura de la personalidad, y su validez vendrd a indicar tanto la bondad de la hipéte- sis como la adecuacién de la medida de cada constructo introducido en la hipétesis; es una validez de concepto (0 de constructo). El pro- ceso para obtener estos indices es bastante complejo y surge de las técnicas del anilisis factorial, 1o cual no puede ser explicado en las paginas de este Manual. No obstante, cada Coeficiente puede ser considerado como una correlacién media entre un grupo de elemen- tos y el factor que, en su conjunto, intenta medir. Con unos términos més precisos, esta es una validez directa de concepto. Los resul- tados obtenidos con la Forma A del CPQ se hallan en 1a tiltima fila de la tabla 1 En la base de la tabla | se encuentran los estadisticos basicos de varones (V) y mujeres (M) de la muestra de tipificaci6n original. El lector puede utilizarlos para examinar las diferencias intersexos (en origen y en la adap- tacidn) e interculturas (cuando se analizan las diferencias entre éstos y los estadisticos que incluyen los baremos espaiioles). 2.2, ADAPTACION ESPANOLA Fruto de Ja colaboracién con el ICCE (Instituto Calasanz. de Ciencias de la Edu- cacién, Madrid), se ha dispuesto de dos mues- tras generales: una compuesta por 7.151 casos (3.372 V y 3.779 M) en una primera fase, y otra de tipificacién, con 5.058 casos (2.667 V y 2.391 M), en una segunda; en ambas se ha tomado el 5.° curso de EGB como entidad representativa del ambito de aplicabilidad en Ia que realizar los andlisis y obtener los resul- tados que se presentan a continuacién. La primera fase fue realizada en 1976 por Quintina Martin-Moreno a partir de la edicién original de 1963, con datos procedentes de un. 80% de las provincias espafiolas. La segunda fase ha sido llevada a cabo por la Secci6n de Estudios de TEA Ediciones, $.A., recogiendo los datos recientes del ICCE y las titimas publicaciones de Cattell y colaboradores. En sus inicios (entre 1970 y 1972) se pre- paré y depuré la redaceién de un primer ins- trumento que ha sido aplicado durante este tiempo a gran ndimero de nifios de muy diver- sas partes de Espafia. Con los resultados de miles de alumnos del curso escolar 1975-76 se ha Ilevado a cabo (Q. Martin-Moreno, 1976) una investigaci6n de tipo correlacional y factorial de las catorce escalas del CPQ. Posteriormente, se tom6 otra muestra de alumnos del curso 1979-80, y la Seccién de Estudios de TEA Ediciones empleé una metodologia similar, incluyendo el andlisis de distribuciones y promedios, variabilidad y correlaciones, asi como diversos andlisis fac- toriales, para disponer los resultados de forma que pudicran ser utilizados por los aplicado- res del CPQ en su labor préctica. Aunque en este proceso se ha intentado, primordialmente, conservar los valores discri- minativos del Cuestionario para las aplicacio- nes pricticas, se ha seguido una metodologia que pudiera reproducir y comprobar también en nuestra cultura el esquema y modelo de personalidad que proponen los autores (Porter y Cattell). No obstante, una adaptacién y tipi- ficacién no terminan nunca y serdn necesarios 15 nuevos andlisis y estudios para conocer mejor el instrumento y su aplicabilidad. En la publicaci6n bdsica original del CPQ (‘Handbook”, IPAT, 1972), se sefiala que existen diferencias claras en cuanto a la edad y el sexo y se aconseja la existencia de bare- mos separados para cada sexo (y en algunas escalas para la edad si el intervalo es de varios afios). Estas diferencias en estudios america- nos (sobre una muestra de 2.834 V + M) muestran que las mujeres son més abiertas (A+), sensibles (I+), conscientes (C+), apren- sivas (O+) e integradas (Qs+), mientras que Jos varones destacan por ser més dominantes (E+), excitables (D+), entusiastas (F+) y ten- sos (Qet). Estos resultados concuerdan con los hallados en otros estudios; ocho de los catorce factores del CPQ (A, B, E, F, G, I, N y ©) son consistentes con los hallazgos de diferencias intersexos en otros instrumentos cattellianos (ESPQ, HSPQ y I6PF); en térmi- nos de factores de segundo orden se observa que las nifias son menos ansiosas y més extro- vertidas que los nifios, pero al legar a la pubertad se vuelven més introvertidas y ansiosas. En Jos estudios espafioles (con una muestra total de 11.468 V + M) se encuentran resulta- dos parecidos. En un grupo de 3.095 V y 1.579 M, éstas destacan con I+, O+ y Qo+, mientras que los varones sobresalen por su Et, Fx, He y Ne. Las muestras son muy grandes, lo cual hace que pequefias diferencias en puntuaciones directas sean pronto significativas al N. c. del 1%, aunque también es verdad que en ellas Jos promedios empleados (M) son mucho més estables y significativos de los promedios verdaderos (Mb) de la poblacién, Con esta sal- vedad, y cuando se toma la muestra total espaiiola, se puede afirmar que, en general, cada sexo presenta unas caracteristicas: 16 4) Los varones son més reservados, domi- nantes, entusiastas, duros, astutos, sere- nos, descuidados de reglas y relajados. 4) La mujeres son mis inteligentes, abier- tas, sumisas, sobrias, cohibidas, sensi- bles, sencillas, aprensivas, integradas y tensas. En un estudio diferencial interculturas se observa que los nifios espaitoles (comparados con los americanos de su mismo sexo y edad aproximada de once afios) son A~, B+, C+, E., F, H-, J+ y O-, mientras que las nifias espafiolas son A~, B=, C+, D+, E+, G, Ho, L, J+, Q- y Qet en relacién con las nifias americanas. Aunque el Cuestionario CPQ ha suftido las modificaciones naturales de una adaptacién y ya no es exactamente el mismo instrumento, el lector podria tomar los pro- medios espafioles de las tablas de baremos, transformarlos en decatipos a partir de los estadisticos bésicos americanos incluidos en la tabla 1 y elaborar el perfil caracteristico de los nifios espafioles. Finalmente, en los anélisis de las muestras existentes, al lado de Ios miles de sujetos de 52 de EGB ya citados, se dispuso de dos muestras, una de 4.° de EGB con 351 casos, y otra de 6.° de EGB con 400 casos; en las dos habfa sujetos de ambos sexos. Como es sabi- do, la variable curso escolar est muy relacio- nada con la edad, pero, probablemente por Ia pequefia amplitud del émbito de aplicabilidad del CPQ, no parece que esta variable provo- que diferencias sustanciales, puesto que en ninguna de las catorce escalas (excepto, natu- ralmente, la de inteligencia o factor B) se observan aumentos o disminuciones sistema- ticos. Por estas razones, los andlisis se han continuado con ese curso central de la aplica- bilidad, 5.° de EGB, y la tipificacién y bare- mos se han referido a esa entidad escolar. 2.3, FIABILIDAD Y VALIDEZ, En los estudios de adaptacién espaitola no se han realizado atin estudios de fiabilidad del tipo de los indicados en el apartado anterior y cuyos resultados vienen resumidos en Ja tabla 1.A partir de los resultados encontrados en los andlisis ya realizados, se puede estimar que Jos indices de fiabilidad que se obtengan en el futuro con sujetos espafioles serdn similares a Jos encontrados en nifios americanos. Una de las caracteristicas del CPQ que inte- resa conocer al psicélogo que utiliza en la prctica el Cuestionario hace referencia a las interrelaciones existentes entre las miiltiples escalas 0 puntuaciones que presenta; esta informacién permite unas notas adicionales sobre su naturaleza y caracterfsticas. La tabla 2 presenta en centésimas estos indices en dos muestras de varones (en la mitad superior derecha del cuadro, con 3.095 y 2.667 casos, respectivamente) y dos de mujeres (en la mitad inferior izquierda, con 1.579 y 2.391 casos, respectivamente); ambas muestras son de alumnos de 5° curso de EGB de muy Tabla 2 Intercorelaciones de las escalas del CPO (muestras espariolas) tsala | ale |ecl[olel[r[e¢|x{[:1][s[nj[olala A 14] 39] -27 | -09| 03] 27 | 36 | -00 | -22 | -20 | -a5 | 26 | -24 o9 | 40] -35 | 13] -01 | 28 | 36 | -00 | -31 | -25 | -29 | 26 | -30 B 09 17| 04] 04] o4| 09} o4| o2| 01] -06| -07| 09] 06 7 15] 00| -00] -07| 09 | -o1 | -03 | -o1 | -12 | -11 | 05 | 03 S| hw -28| 02] 14| 28| 37 | -05 | 29 | 17 | -49 | 24 | -27 40] 13 -32|-07| 08] 30| 34 | -03 | -32 | -26 | 51] 28 | -30 D | -29] 41 | -28 32| 12] -37 | -34| -09 | 34) 38| 37|-36) 47 40 | 03 | -32 29] 12| -41|-35| -08 | 35) 33] 37|-37| 47 Ee || 13] -02] 35 35|-33|-06 | -34| 11 | 39] 10] -36 | 34 -15| 09] -00| 34 32| -30| 06 | -35 | 06 | 32] 10| -36| 25 F o2| | 14] 21] 50 ~10| 14] -35 | 08 | 21 | -07 | -11 | 11 oo} os] 17] 11) 40 -15| 11 | -32| -11| 19 | -08] -16| 07 G | 29|-02] 27 | -44 | -35 | -20 27) 22 | -17 | -35 | 24] 44 | 1 29 | -01| 27 | -43 | -34 | 14 23| 14 | -23 | -26 | 32] 39 | 1 H 36| 03 | 38|-32|-02| 10] 27 08 | -36 | ~18 | -26 | 24 | -32 38 | 07 | 40|-37|-07] 09| 26 -09 | -39 | -23 | -20 | 25 | -33 I o7 | -05 | -01 | -18 | -49 | -51 | 28 | -05 o7 | -23| 06 | 31 | -10 07 | -05 | -01 | -16 | 45 | 44. | 23 | -03 08 | -21 | 04 | 26 | -06 J | -34 | -02 | -33 | 38] 04} -12 | -22 | -28) 11 24| 35|-23| 34 -35 | -06 | -36 | 39| 04 | -13 | -25 | -42 | 08 22| 36|-25| 36 N | -26 | -03 | -22} 41] 41] 26] 46 | -21 | -34| 24) 26 | -41| 40 -32| -05 | -23| 39| 35| 17|-41|-27 | 27 | 26] 27 | -42| 36 o | -42}-10)-48| 36] 12 | -05 | -31 | 40 | -04 | 36 | 33 22 | 35 43} -14|-s5| 40] 13] -07 | -34] 43] -06) 38] 30 26 | 32 @ | 34] -02} 30] -15 | -37]-19| 50] 27 | 33 | -28 | -48 | -29 42 37 | -02| 30] -45| -33|-13| 49] 31] 26 | -31 | 45 | -35 43 -30| 10] -28| 55| 36] 21] -51|-32] -22| 34] 45| 97 | 47 -31| 05|-31] 53] 31] 08] -49|-38]-15| 37| 40| 37 | -60 diversas partes de Espafia. La similitud entre los indices de las dos muestras de cada sexo indica la estabilidad de las interrelaciones de las escalas; sin embargo, al buscar diferencias intersexos se observan algunas particularida- des muy caracteristicas. Asf, por ejemplo, es curioso encontrar que entre las nifias son esta- disticamente més significativas las interrela- ciones entre los rasgos que Cattell denomina Dominancia (E), Surgencia (F) y Premsia (1), es decir, entre las nifias hay una mayor ten- dencia a que las dominantes (E+) sean tam- bign entusiastas (F+) y de sensibilidad dura (1), 0 viceversa, asi como que las entusiastas (F+) son también duras (I-), aunque estos indices no permiten seffalar cudl de los rasgos es la causa y cuales los efectos. A nivel de fac- tores de segundo orden, los tres rasgos y con 0s signos puntian en la dimensién que se ha denominado Excitabilidad 0 Dureza, aunque E-e I- también ayudan a definir la dimension de Extraversi6n, y F- la de Ansiedad 2.4. ANALISIS FACTORIALES (DIMENSIONES SECUNDARIAS) Las catorce escalas del CPQ, conglomera- dos paquetes de elementos contestados en una determinada direccién y moduladas me- diante la introduccién de alguna variable con- siderada importante (como el sexo, la edad © el curso), han sido sometidas a diferentes anilisis factoriales. Se ha partido de aceptar aprioristicamente la direccién o alternativa propuesta por la plantilla original de correc cién, con la cual se han obtenido las puntua- ciones directas de los sujetos en esas catorce escalas. En los andlisis realizados en 1975-76 se utilizaron las matrices de intercorrelaciones de cada sexo que aparecen en Ia primera linea de las casillas de la tabla 2; los estudios leva- dos a cabo posteriormente han empleado las matrices de intercorrelaciones que se inclu- yen en la segunda linea de las casillas de la tabla 2 (2.667 varones y 2.391 mujeres, alum- nos de 5.° de EGB); los estadisticos bdsicos de estas dos tltimas muestras son muy simi- lares a los que presentan las tablas de barc- ‘mos, porque estos mismos sujetos han sido utilizados para la elaboracién de los decatipos junto con otras muestras, Las matrices de intercorrelaciones citadas han sido factorizadas mediante soluciones oblicuas (que permiten a las dimensiones definidas quedar relacionadas si asf lo piden 18 los datos), y con diversos procedimientos de rotacién: componentes principales, factores principales y de méxima verosimilitud; 1a rotacién final aceptada ha sido la de factores principales En los estudios originales, con una muestra de 300 V + M escolares de 4.° grado y de comunidades rurales, se han definido los cuatro ya clésicos factores de segundo orden de Cattell: Extraversin (A+, E+, F+, H+ y Q-), Ansiedad (C-, D+, F+, G-, H-, 0+, Q= y Qut), Dureza (A-, E+, G-, H+, Ly Qe Independencia (C+, D+, E+, Ft, J+, N-, O+ Q+ y Qe). Aunque entre los adultos, las Publicaciones originales de los instrumentos de Cattell consideran independientemente ambos sexos en el tratamiento y obtencién de Jas dimensiones secundarias, en el caso del CPQ, tanto el Manual de Porter y Cattell como el “Handbook” publicados por la enti- dad IPAT, no distinguen entre varones y muje- res. Por otra parte, en el citado Manual slo se iforma de Extraversién y Ansiedad, por con- siderar que esos son més précticos en la labor de psicodiagnéstico. Sin embargo, en los estudios espafioles se han mantenido separados ambos sexos, por: que presentan alguna peculiaridad a la hora de definir dimensiones secundarias; asf, por ejemplo y en la préctica, en el perfil de facto- Tabla3 Saturaciones y pesos factoriales del CPQ Saturaciones factoriales Posos factoriales Escalas Varones Mujeres Varones Mujeres fou fw fe fo fo fo u fm fut fw A |-49] 14] -02| 36] -58] 07] 10 05| 01 | -18 | 03 | -o2 B | -25] -21] -06 | 43 | -23] -11 | 01 -08 | -03 | -07 | 03} 01 c | 69-01] 01] 47|-64] 04] 08 -00| 02] -24] 02] o7 D 17|-52| 13] 45| a8] -35| 12 -22| 05| 12] -16/ 04 E |-00]-19] 58] 41} 05| -21] 58 -06 | 29] -03 | -10) 31 F |-to} 02] 54] 30] -05] 06] 66 02} 24] -06 | 00 | 30 G |-20| 34|-26| 37] -02| 64] 07 12 | -11 | -02 | 20 | -05 H |-40} 30] 15] 39] -55] 12] 09 12| 09| 16] 05] o7 1 02 | -09 | -62 | 37] -00| 07| 67 -05 | -30 | 02] 04 | -35 J 26) -~42| -18| 36] 44 | -22 | -20 16 | 10} 13 | -07 | -1 N 21|-26) 35] 36] 15] -44] 20] -09/ 15] 06) -13| 09 oO | 71} -03}-03| 52] 72| -o1] 07 -02 | -04 | 28 | -02 | -00 Q |-17| 35|-37| 43] -05| 69 | -06 14 | -18 | -05 | 29 | 06 Q | 03|-68 | 07 | 51] 11 | -66 | -06 33 | 02] 04 | -27 | -02 % 12] 10] 10} 41] 14] 13] 10] 45 | 688 | ass | 400 | 638 | 655 | 196 res de segundo orden impreso al dorso de la Hoja de respuestas, la Dureza de las mujeres da més peso que 1a de Jos varones a F+ (Surgencia) y a I- (Harria 0 sensibilidad dura). Ademés, aunque en los andlisis facto- riales se han Iegado a determinar cuatro dimensiones, las soluciones que se proponen a continuacién s6lo incluyen las tres prime- ras, porque la cuarta (Independencia) no se presenta tan consistentemente como en los estudios de muestras de sujetos de mayor edad con el HSPQ 0 16PF. La tabla 3 presenta, independientemente para cada sexo, las saturaciones factoriales de la solucién rotada en las tres dimensiones: I (Ansiedad), I (Extraversi6n) y III (Excita- bilidad/Dureza), asf como las comunalidades (t? ) de cada variable, es decir, el cuadrado de su correlacién con todos los factores; en la base se encuentran los porventajes de varian- za total explicada por cada factor y por el CPQ (debajo de los h*) (2), En Ja mitad dere- cha de la tabla 3, separada por una doble linea vertical, se encuentran los pesos factoriales de cada variable para estimar el decatipo de un sujeto en una dimensién a partir de los deca- tipos en las escalas; en la base se encuentran Jas constantes “a” a afiadir en la férmula de regresiGn para estimar dicho decatipo Di en la dimensi6n I con tos pesos Ki a Kx de Ia tabla y los decatipos D1 a Dn en las catorce escalas de personalidad; es una férmula del tipo de: Di=KiDi + K:D +... + KnDa +a Como es sabido, las puntuaciones factoria- les de un sujeto en las dimensiones secunda- rias no puede realizarse con las saturaciones factoriales presentadas en la mitad izquierda de la tabla. Ambas matrices de saturaciones (de varones y de mujeres) deben ser transfor- ‘madas para hallar los pesos 0 coeficientes de (2) Estas tres dimensiones no son independiente; la rotacién Direct Quartimin empleada presenta unas correlaciones interfatores de 0,59 entre Ly II en ambos sexos, y de -0,24 y ~0,36 entre Il y Ill en varones ¥y mujeres, respectivament: la correlacién entre Ty Il no 0s significativa, 19 ponderacién y calcular después la constante “a", Excepto los porcentajes, todos los indi- ces de la tabla 3 vienen dados en centésimas. A modo de ilustraci6n de la obtenci6n préc- tica de Tas dimensiones secundarias se puede tomar un hipotético sujeto varén de 5.° de Primaria que ha obtenido en el CPQ las pun- tuaciones directas (PD) que vienen a conti- nuacién; inmediatamente debajo se han ano- tado los decatipos obtenidos consultando la tabla que se encuentra al final del Manual. Escatas | a] e|ocl[ojelrle{uji|s[niolala PD 7 2{2]s{sjel2|7]4 7|3 Decatipo...| 7| 5| 6|3]}2]/5]/4]/7]/5]/8]2]/3]7]4 En ese hipotético sujeto, su Extraversi6n, factor I], vendria estimada asf: Du = 7 (0,05) ~ 5 (0,08) — 3 (0,22) - 2 (0,06) +5 (0,02) +4 (0,12) + 7 0,12) -5 0,05) — 8 (0,16) — 2 (0,09) — 3 (0,02) + 7 (0,14) —4 (0,33) + 8,58 = 7,06. Este decatipo del sujeto, 7,06, indica un significado alejamiento del promedio (5,50) hacia el polo extravertido de la dimensién Introversién-Extraversi6n. Los célculos anteriores, si no se dispone de un proceso de mecanizacién, resultan algo engorrosos, sobre todo cuando se desean obtener Ios tres factores de segundo orden en una muestra grande de sujetos. La figura 1, 20 dentro del apartado 4.3, muestra el procedi- miento simplificado y grafico para elaborar tun perfil general y obtener estos factores de segundo orden. Se han redondeado a décimas los pesos 0 coeficientes de la tabla 3 (con lo que surgiran pequefias diferencias con el pro- cedimiento numérico en centésimas), se han calculado de nuevo las constantes “a” y se ha. eliminado la coma decimal, por lo que el pro- cedimiento exige dividir el resultado final por 10 (en las tres casillas finales del grafico se ha incluido ya una coma decimal). Este impreso, al dorso de la Hoja de respuestas, permitira claborar répidamente un perfil general y obte- ner estimaciones de los factores de segundo orden. En el citado apartado 4.3 se ejemplifi- ca el mismo sujeto incluido en los pérrafos anteriores y se sefialan los pasos a seguir. NORMAS DE APLICACION Y¥ CORRECCION 3.1, INSTRUCCIONES GENERALES EI CPQ fue disefiado para empleo con gru- pos, y se puede aplicar convenientemente en un aula de clase con 20 a 30 nifios. Nor- malmente, no es aconsejable hacerlo a un gru- po mayor a causa de la dificultad de mantener un buen clima de examen y de supervision. En consecuencia, el mismo profesor, con una pequefia preparacién, podria aplicar el Cues- tionario a su mismo grupo de clase. No es necesario subrayar que la aplicacién ‘se puede hacer individualmente; en este caso, siempre que sea posible, se seguirdn las mis- mas instrucciones que para la aplicacién en grupo. Una ver. que el nifio ha comprendido cémo hacerlo, se le puede dejar solo y acudir cuando pida alguna ayuda, Cuando el CPQ se aplique individvalmente a causa de algin pro- blema especial (incapacidad lectora, ceguera, etc.), el aplicador seguir el procedimiento normal con este tipo de sujetos, leyéndole las, cuestiones y anotando las respuestas en la Hoja de acuerdo con las contestaciones orales del niiio. En la aplicaci6n el examinador debe inten- lar por todos los medios mantener un buen clima y alcanzar una efectiva comunicacién. En cualquier situacién hay que asegurarse de que el nifio conoce Jo que tiene que hacer, mis que intentar seguir rigidamente unas ins- trucciones verbales. No es posible establecer un conjunto de instrucciones normalizadas que sean completamente adecuadas a todas las situaciones de examen con nifios; las que yienen a continuacién se recomiendan como una normativa aproximada, Es muy impor- tante que el examinador recuerde en todo momento la tarea que espera del nifio, y esté preparado para repetir unas instrucciones para asegurarse de su comprensién. Debe estar preparado para solucionar y atender los muy diferentes pequefios problemas que plantean los nifios, especialmente los mas pequefios. Normalmente no es necesario explicar o repetir con otras palabras las cuestiones, por- que ya han sido diseffadas para estos nifios de edad escolar. Ademds, es muy conveniente evitar estas explicaciones con Ios elementos de inteligencia (cuestiones 2, 16, 30, 44 y 58 en cada parte). Sin embargo, es permisible Ia repeticién de toda una cuestién o parte de ella, porque para algunos niffos es tal vez mas comprensible la audicién que la lectura de una frase. El Cuestionario se aplica sin tiempo limita- do, y con los nifios mas pequerios tal vez seria preferible dividir la aplicacién en dos sesio- nes; el diseiio actual del Cuadernillo y Hoja de respuestas permite estas dos sesiones apli- cando una parte en cada una, puesto que se presentan como si fueran dos entidades sepa- radas. En los exdmenes con nifios no conven- dria alargar una sesién més allé de los cin- cuenta minutos. La aplicacién del CPQ exige una Hoja de respuestas dividida en dos partes y con espa- cios destinados a los datos de identificaci6n y ejemplos de entrenamiento; el examinador debe estar familiarizado con el impreso, la forma de anotar las respuestas y el procedi- miento a emplear para eliminar y cambiar una 2 contestaci6n; facilitaria la tarea tener a mano una Hoja para aludir a ella en las explicacio- nes, En cada parte, los espacios destinados a las respuestas estén ordenados en cinco columnas que tienen que ser completadas de arriba a abajo antes de pasar a la siguiente; en cada columna hay espacios para catorce cues- tiones y se van correspondiendo exacta y correlativamente con las paginas del Cua- demillo, 1o cual puede evitar las contestacio- nes en espacios distintos al de su numeracién. Téngase en cuenta que en la fase siguiente, correccién y puntuaci6n, es muy dificil detec- tar con Ia plantilla estos errores de anotacién. Para la aplicacién es imprescindible que haya unas buenas condiciones de examen, sin interrupciones, y que los sujetos estén separa- dos para evitar que puedan comunicarse entre sf. El examinador procurara motivar a los sujetos para que pongan el maximo interés en realizarlo bien, y en la presentacién de las ins- trucciones utilizaré una pronunciacién clara y pausada 3.2. INSTRUCCIONES ESPECIFICAS Una vez repartidos los lapices y Hojas de respuestas, se pediré a los sujetos que anoten en la parte superior sus datos de identificacién; en algunos casos, probablemente, ser necesario entregar Ja Hoja con el nombre ya anotado o hacerlo en ese momento de la aplicacién. Mientras tanto, el exa- minador puede dibujar en el encerado las letras y pequefios recténgulos verticales necesarios para los ejemplos de entrenamiento. Luego, repartird los Cuadernillos, dejandolos delante del nifio con Ia portada hacia arriba, a la izquierda de la Hoja de respuestas, y diré: «Ahora todos tenéis a la derecha una Hoja (MOSTRAR) para dar las con- testaciones y un Cuadernillo (MOSTRAR) a la izquierda. No abrdis todavia el Cuadernillo y poned la Hoja a su lado, asi (DE FORMA APAISADA) para con- testar, No escribdis nada en este Cuadernillo y marcad todas las contestaciones en Ia Hoja de respuestas. Ahora voy a leer en voz alta, y vosotros en voz baja, las ins- trucciones de la primera pagina del Cuadernillo; atended bien y ast podréis lue- go contestar mejor» Se leen las instrucciones de Ia portada del Cuadernillo con voz pausada, utilizando el encerado para indicar cémo dar las respuestas y cambiar una contestacién, y se pide a los nifios que ellos 1o hagan en el espacio destinado a los Bjemplos en la Hoja de respuestas. Al terminar, y antes de dar la orden de comenzar con la pégina siguiente, se les explica a los nifios la ordenacién en columnas de los espacios destinados a las respuestas y su equiparacién dentro de cada una de las paginas del Cuademillo; asf podrén evitar desplazamientos a la hora de dar sus contestaciones. Como todos los nifios (excepto los zurdos) tendrén la Hoja a la derecha del Cuadernillo, tal vez resulte conveniente pedirles que al comenzar metan debajo del Cuadernillo 1a parte izquierda de Ja Hoja puesta en forma apaisada, de modo que pueda verse la primera columna de espacios destina- dos a respuestas; una vez completada, pueden meter esta columna debajo del Cuadernillo y pasar a contestar a Ja columna siguiente; con este procedimiento probablemente la tarea exija menos con- centraci6n del nifio en la tarea mecénica de dar las contestaciones. Cuando el examinador se haya asegurado de que todos los nifios han comprendido la tarea a rea- lizar y les haya motivado para que lo hagan con sinceridad, puede dar la orden de pasar la pagina y comenzar a responder a las cuestiones, animandoles a que no se entretengan demasiado en una cues- tién, Durante el examen, y sobre todo en los primeros momentos, conviene que el examinador com- pruebe que se siguen las instrucciones dadas y las contestaciones se van dando en la forma y lugar indicados. La mayor parte de los nifios completan una sesién 0 parte en poco mas de media hora, pero siempre hay alguno que se retrasa y convendré animarle (no forzarle) a que lo haga mas deprisa. De modo general, para todo el grupo, a los veinte minutos del comienzo se podrfa decit en vor. alta: «No os entretengdis demasiado en una cuestién; la mayorta de los mitios ha contestado ya a la pregunta 45°» Cuando los sujetos vayan terminando, y para evitar que interrumpan a los que atin estén traba- Jando, se recoge su material (Hoja de respuestas, Cuadernillo y lapiz) y se les pide que salgan del aula, En la recogida se comprueba si se han contestado todos los elementos y anotado bien los datos de identificacién; en caso contrario habra que pedirles que lo hagan antes de abandonar el aula. En el caso de una segunda sesiGn para completar la segunda parte del CPQ, las Hojas de respuestas pue- den recogerse o clasificarse de una manera que facilite la entrega en la segunda sesin. 3.3. CORRECCION Y OBTENCION DE PUNTUACIONES DIRECTAS Las contestaciones anotadas en la Hoja de Tespuestas se corrigen y puntiian con la ayuda de la plantilla de correccién. En la adaptaci6n espaiiola se ha modificado el disefio de la en ambos impresos. A continuacién se procederd a obtener las puntuaciones directas en las escalas 0 factores Hoja y plantillas originales para que todo este proceso se reduzea a una sola Hoja y una sola plantilla, construida sobre material transpa- rente, La plantilla se colocaré sobre la Hoja de modo que el recuadro de la misma coincida con el existente en la Hoja, y en el margen izquierdo coincidan los asteriscos existentes (Aa Qs) que en la plantilla ocupan una franja horizontal separada por I{neas claramente diferenciadas. En cada escala se conceder un punto por cada respuesta del sujeto que apa- rezca debajo de los cuadrados transparentes y su suma, en cada escala, se anotaré en el espa- cio correspondiente del margen derecho de la Hoja. La puntuacién maxima en cada escala es de 10 puntos. 23 4. NORMAS DE INTERPRETACION 4.1, CONVERSION DE PUNTUACIONES DIRECTAS EN DECATIPOS Las puntuaciones directas obtenidas en la fase anterior no son interpretables por si mis- mas, no tienen significacién por su valor absoluto; es necesario transformarlas en unos valores 0 escala de significacién universal. Esta transformacién se realiza mediante una comparacién con los datos o puntuaciones obtenidas por una muestra o muestras norma- tivas (y de algiin modo representativas) de la poblacién general a la cual pertenecen los sujetos cuyas puntuaciones directas se preten- de interpretar. Las tablas construidas en Ia tipificacién espafiola permiten la conversion de las pun- tuaciones directas en otras -denominadas decatipos (en inglés “stens”, s-ten, s = stan- dard y ten = diez), una escala tipica de 10 puntos que ha mostrado en la prictica un gra- do bastante bueno en la discriminacién de los resultados. Los decatipos se distribuyen sobre una escala de 10 puntos equidistantes en unidades \ipicas (supuesta la distribucién normal), con una media en el decatipo 5,50 y una desvia- cién tipica de dos decatipos. Asi, pues, los decatipos 5 y 6 se extienden, respectivamen- te, a media desviacién tipica a ambos lados de la media, y comprenden el grupo central de la poblacién, mientras que los extremos superior del decatipo 10 e inferior del decatipo 1 se encuentran a dos y media desviaciones tfpicas a ambos lados de 1a media. Se puede, por tanto, considerar que los decatipos 5 y 6 son valores medios, 4 y 7 muestran una pequefia desviacién (en una y otra direccién respectivamente), 2-3 y 8-9 indican una gran desviacién y 1 y 10 son valo- res extremos, entendiendo todas estas posicio- nes como relativas a la poblacién especi sobre la cual se realiz6 la tipificacion, En la tipificacién espafiola (N = 11.468 casos), dado el pequefio Ambito de aplicabili- dad del CPQ (8-12 afios), se ha buscado una entidad escolar representativa del mismo y de la labor préctica de los psicslogos: el curso 52 de EGB (actual 5.° de Primaria), y en él se han conjugado los criterios de significacién estadistica (diferencias intersexos significa vas). Consecuentemente, se ha tomado este curso 5.° como variable de aplicacién précti- ca, muy relacionada con Ja edad, y el sexo como variable diferenciadora de significacién psicolégica. En cada uno de los sexos (5.574 varones y 5.894 mujeres) se han construido baremos para cada una de las catorce escalas del CPQ, y los estadisticos descriptivos (media y desviacién tipica) de cada una se encuentran en las columnas finales de las tablas de baremos. En estas tablas, cada Iinea se refiere a un factor 0 escala ¢ incluye sus puntuaciones directas; en la cabecera y pie de cada colum- na se halla el decatipo correspondiente. En algunas escalas, dada la pequeita variabilidad de las puntuaciones directas del CPQ, no han aparecido algunos decatipos; cuando esto ocurre en un extremo de la escala de decati- pos (1 6 10), se debe a una pequefia asimetria de las distribuciones, y en esa zona el instru- mento resulta menos discriminativo. Conviene sefialar que existen dos clases de decatipos: los tipicos (que normalizan la 25 tribucién a partir de Jos estadisticos descript vos del grupo, media y desviacién tipica), y Jos decatipos normalizados (que normaliza el grupo no s6lo por sus estadisticos descripti- vos, sino en todos los intervalos de la distri- bucién). Como ha mostrado la prictica en éste y otros cuestionarios de personalidad, existen algunas variables cuyas distribuciones no son simétricas, y puede ocurrir que los decatipos tipicos extremos no comprendan ningdin sujeto o se salgan de los ambitos de la variable; esto no sucede normalmente con los decatipos normalizados. Todos Jos decatipos que presentan los baremos del CPQ son normalizados; no han sido obtenidos mediante una mera transfor- macién “lineal” de las puntuaciones directas, sino que han sido fruto de una transforma ciGn de tipo “superficial”, teniendo en cuenta el drea o frecuencia existente en cada uno de los intervalos de amplitud unidad de las dis- tribuciones; aun asi, en el caso del CPQ, como sélo existen diez puntuaciones directas para los diez decatipos, el decatipo extremo ha quedado vacfo. El lector interesado en estos problemas puede encontrar una detalla- da especificacién de la elaboracién de un baremo en decatipos normalizados en el apartado 4.1 de la Monografia técnica del 16PF (Seisdedos, 1981), cuya tabla 21 ejem- plifica los célculos. 4.2, ELABORACION DEL PERFIL INDIVIDUAL Para una mejor interpretacidn de los facto- res de primer orden (escalas A a Qs), es con- veniente elaborar el perfil individual del suje~ to (impreso existente al dorso de 1a Hoja de respuestas) y analizarlo teniendo en cuenta las descripciones recogidas en el apartado 1.3 (0 el resumen incluido como cuadro C en el apartado siguiente) y los resultados presenta- dos en el capitulo 2. En primer lugar, es necesario anotar en cabecera los datos de identificacién del sujeto y copiar en Ia columna correspondiente los decatipos obtenidos consultando los baremos con las puntuaciones directas en las catorce escalas del CPQ. El modelo del perfil de los factores de primer orden es independiente del sexo del sujeto (variable que ya se ha tenido en cuenta a la hora de consultar los baremos), pero en la interpretacién psicolégica del gré- fico sf es necesario considerar ésta y otras variables del nifto. Si los valores de los decatipos se trasladan al grafico existente a la izquierda de los mis- ‘mos, se puede dibujar el perfil o linea quebra- da resultante. A su vez, si estos decatipos se 26 multiplican por los pesos impresos delante de las casillas 0 pequeitos recuadros del grafico de la derecha de Ia columna de decatipos, y sus resultados se van anotando dentro de las casillas, se ha realizado ya el paso més impor- tante (ponderacién de las escalas o factores primarios) para la obtencién de los factores secundarios descritos en el capitulo 2, y cuyos resultados pueden incluirse también en el grd- fico de la izquierda, en la parte inferior. La utilizaci6n de pesos diferentes para cada sexo tiene en cuenta las pequeftas diferencias inter- sexos existentes a este nivel de la estructura de la personalidad. Para ilustrar lo indicado anteriormente, la figura 1 presenta un impreso de perfil cumpli- mentado con el ejemplo del hipatético sujeto utilizado en el apartado 2.4, varén de 5° de EGB. Presentados con orden y aisladamente, Jos pasos anteriores y ejemplificados en Ia figura 1, son los siguientes: 1. Incluir los decatipos hallados (de acuerdo con el baremo correspondiente) en la columna destinada a ellos. (eoupuinu £ eoyes6 upioueiq0) uepio opunbas ap saioiae} A ye19U96 Hed 1 “Bl V's soup vaLL ma fava get 6 ace (Ba) spjeose se] ep ugisuoidweo ofaw oun eed jenueyy 2 esayj9su09 “sojod Sop ns uo sojqeuen se} equoweoueueb Anu veoyUp] onb soupy coun Uodsijo 96 oWOWeDIU (+) runjoo 1 #1 310% oo soprapos su bein zeing/ pOPHGeIE*-O1moIDg he |e upieuonnupeg - (900014 ae. ee aa aly Naauo OaNN=3s 30 SsHOLSV4 9 - opeisazy siuauijeuo‘ou3 ee ee ‘ary -efeg e/9u95)j30) : RHe i Alo} eo ° ‘esu9y-opolojay Ld) °° co] epmiBaiu spwesouew | Elo] > - : [eeEaEae rac) ZIN] > - : [Ean sae cell callie. = - STL z|H] > o ° vopepuedury - ela]> - Te aie [__1qeeg-opmeayy easowjevopowy | s|a ily i cos CMs ss ouieigy - openiesoy . tt emer ang ene [eae ene to) woroanossa lesmayprerrames, —woytoneomg | PRPS cad Gelovedse soipmes) NSGHO OONNDSS 30 SaNOLOvS Sognwos0 NS IVESNSS WsusS seveqwowes omy TRE FD ay Odo GOT Ps yp ony erquew 4 epyedy 2. Multiplicar el decatipo de cada escala por el mimeto o peso anotado delante de las casillas existentes a la misma altura y debajo de Jos signos més (+) y menos (-) de las tres dimensiones a estimar, y anotar el resultado dentro de esas casillas. Como se indica en la base del grifico, si el sujeto es un var6n, se utilizardn los pesos metidos dentro de unos pequeiios cfrculos; si es una mujer, se emplearin los otros pesos. 3. Introducir en tas casillas siguientes las constantes correspondientes al sexo del sujeto, 4, Sumar, independientemente para cada dimensién, los valores anotados en todas Jas casillas de una misma columna, incl da la constante registrada en la base, y anotar el resultado en Ia casilla inmediata- mente inferior. Cada dimensién 0 factor secundario presenta dos columnas: una de valores. positivos (+) y otra de valores negativos (-). 5. Obtener la diferencia entre las sumas de las dos columnas y anotar el resultado en la casilla final. Como las ponderaciones vienen dadas en décimas y se ha operado con decatipos, el resultado final es también un valor decatipo en décimas; basta, pues, dividir por 10 (en el impreso se ha coloca- do ya la coma decimal) para tener ese decatipo en la dimensién correspondiente, 6. Trasladar estos valores finales al perfil de la izquierda y proceder a la interpretacién de ambos perfiles (de primero y segundo orden) atendiendo a los cuatro. puntos siguientes: — altura absoluta de las escalas; —pendiente o forma general del perfil; — variabilidad o dispersi6n de las crestas y valles; y —mayor validez y fiabilidad de los facto- res de segundo orden, es decir, el psic6- logo deberfa comenzar por interpretar las dimensiones secundarias y pasar lue- go a considerar las diferentes escalas 0 factores primarios como una especifica- cién de los tres Factores secundarios. El significado de las desviaciones en una u otra direcci6n, a partir del promedio, en estos fac- tores de segundo orden, puede definirse con las breves explicaciones siguientes: Puntuaciones bajas (1-3) Puntua mes altas (8-10) FACTOR Q: Ansiedad baja (Ajuste) El niffo que puntia bajo suele encontrar que la vida es gratificante y que logra levar a cabo Io que cree importante. Sin embargo, una puntuacién baja extrema puede indicar falta de motivacién ante las tareas difici- les, tal como ha mostrado el estudio de relacién entre In ansiedad y el rendimicnto. 28, Ansiedad alta EI nifio que puntia alto se presenta leno de ans. Soaooom BPNBPSRR Lees ee BRSRSRESS LFSssr aa Sesoeee oe? 2saaoaeaae>y aaa BEBBERS 8 8 gy [2 BESSBER Es & S288 z Soaaaae> = Seo | g a Socen |F = «lz 3 Sargg es BS lal < x Sseoeeaa> ==> A — eof —a © 9 a 2 a sf SBeERSRRE BS B 3 ers 2g Rees esada 2 esaaoaaee> 3 BSsgaesgez = gis eee @| 3 BHG6S8839 8 gs] 8 Soa eonae> S| Saar S a S| aoe cian o BEEBEEER EE 4 SRR SRLS BRBRBRES SBSRB8RB8 a8 ppezun Ff aa asoee ‘ye ‘unSeues op oupreweg fed "ys ‘S8U00P3 ¥3, sejease Se] op upjsvesduoo Jolew wun exed jenueyy | e62yinsue9 ‘sojod Sop ns uo saigeuen se} siuouleoli9ue6 Anu ueayau—ap| enb soujuu—, soUN Uod9.Jo 08 UEWeoHN (+) efie’ oh i lkenegiepteh © in ‘201g /PHPIAPHIxa -PULIBION 2 2 2 ele efo 2 © e UpsioADIXg - UpIs/0R01U, eae) en sieeailieeneh* a8 poparsuy- aesnly 2 2 © efe cle o © & tua] opplojey eevee ey |repere for ous ‘onsuaidy -oueies, ef c) ch e G|Eotel | cane ho, oll ann mCP nt iamry opecen| Rie ate |re ollereeh © set [equ anc IMroKonqng Bombe ee ce elaine oe epuelg - eng PePIGHSUES Topapussdwy - opiqn4oD egress |[broro o ‘auaypeuog - opednaoasdsog ease|smiug - onG0S a mjolejululolz/—jslzlolala | \ prpeme 3 Opdp g} ‘ozueteg Oo ¥ 8 's2u0Mp3 y31 ‘eyp3 - sopenieses souosiep soi sopor Y? ‘osjuied uoo opedepy - y's ‘SeUoIpS WAL Aa "1@61 © 146UKdOD aaicend sno red wan 068 Bob ws op E erenigno econ map nope owoucc equmdees TVIONTGIINOS ‘ouedweg euinty :au = ¥Sn ‘stoum “ubjedwet Qa a’ oo Q eA ae a (=) = | eel == PRICE el (RS =| Tee = Ba eel a Eel a aa o ao (sea fea OH Gq) ia) ci ET (ene S| =e a = =e EAE oq aa Eas Eel cle Cs EG ae g lS =O o o oo Pew og o o el (= a = aa) oy seisond “381 ap 29 B| US Opluelgo OpEyinsas ja sjouy ~eyosiep e ap UaBsEW [= UP LeUILIE) eISeY ‘(SajualedsueN sopeipend so| 10d tenes ee ran $4 epromb2 tod pupavauios (yo ey] erase epes ue ubtetond ey eBueiG « 1d BSB ENbOICD » caret efoy B SB So] URDZaIede BloUa19\91 ap soipe|e So] od anb pou! ap smsandsal sp eloy e} ay S3NO! NI ; bases tedricas que el CPO Cattell ha desarrollado otros cuestiona- tos de personalidad que, en conjunto, cubren todo el ambito del proceso evolu vo: El ESPQ esti diseriado para edades inmediatamente anteriores entre 6 y 8 aftos); el HSPO es apicable a adolescentes (12 a 18 ans}, finalmente, et 16PE en ‘sus diversas formas, a la pobiaci6n aduita, De todos ellos existe adaptaciin espa- ola, EPQ.J, EPO-A y EPI Hs, Eysenck y 5.B.G. Eysenck Partiendo de su peculiar concepcién de fa estructura de a personalidad, Eysenk y colaboradores han elaborado estos cuestionarios, el primero de los cuales esta dirt gid a adolescentes y os dos restamtes a adultos TPT S. Corral, J Pereria, A. Pamos y N. Seisdedos Aprecia unas variables que la realidad profesional espafiola venia demandando, y ‘ofrece puntuaciones en tres grandes factores o dimensiones: Estabilidad emocional, ‘Adaptacion al entorno y Autocontrol. Dirigido a adolescentes y adultos NEOPIR PT. Costa y RR. Me Crae Uno de fos instrumentos mas prestigiasos para la evaluacién dela personalidad en condiciones de normalidad. Aplcable 4 adolescentes y adultos. toe MMPLZ 5. Hathaway y J.C MeKiney), PPGIPG LV. Gordon). MCMEII_ (Th, Millon. mes

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