Вы находитесь на странице: 1из 11
rr caviruto 8 FL PRINCIPIO DE LA DEMANDA EFECTIVA I Ane todo necesitamos adelantar el significado de algunos térmi- hos que serin definidos con precisién posteriormente. Cuando Ja técnica, los recursos y Jos costos corresponden a una situacién de- terminada, el empleo de un volumen dado de mano de obra hace incurrir al empresario en dos clases de gastos: en primer lugar, Jas cantidades que paga a los factores de la produccién (exclu- yendo a los otros empresarios) por sus servicios habitualés, a los que denominaremos costo de factores del volumen de ocupacin de que se trate; y en segundo lugar, las sumas que paga a otros empresarios por lo que les compra, juntamente con el sacrificio que hhace al emplear su equipo en ver de dejarlo inactivo, a lo que Ila- maremos costo de uso del nivel de ocupacién dado.! El excedente de valor que da la produceién resultante sobre la suma del costo de factores y el costo de uso es la ganancia, 0, como lo Iamaremos, “el ingreso del empresario. Por supuesto, el costo de factores es 10 mismo que lo que los factores de la produccién consideran como ‘su ingreso, pero desde el punto de vista del empresario. Asi, el costo de factores y las ganancias del empresario, juntos, dan lo que definiremos como el ingreso total derivado del empleo proporcio- nado por el empresario. Las ganancias del empresario asi definidas, deben ser, y son, la cantidad que procura elevar al maximo cuando decide qué volumen de empleo [28] ofreceré. Conviene algunas ve- ces, desde el punto de vista del empresario, llamar producto de la ‘ocupacién al ingreso global (es decir, costo de factores mas ganan- cias) que resulta de un volumen dado de la misma. Por otra parte, el precio de la oferta global? de la produccién resultante de ese Volumen determinado es presisamente la expectativa de los resul- tados que se espera obtener y que hard costeable a los empresarios conceder dicha ocupacién.® 5 Bn el cap. 6 se dard una definicibn precisa del costo de so, + Que no debe confundizee (vide inf) ‘con el precio de oferta de una unidad de producto. en el sentido acostumbrado de este témino. TEI lestor observard que resto el costo de uso’ tanto del producto, como del precio de ofctta global de un volumen determinado. de produceién, en tal forma, que deminas deben iterpretarse como libres del costo de uso; en tanto. que Ta fotales payadss por lor compradores inchiyen, por ‘supuesto, el costo’ de ts zones para proceder asi se darn en el cap. 6. Lo etencil es que el importe tolal 2 1 PRINCIPIO DE LA DEMANDA EFECTIVA ® De esto se deduce que, dados la técnica, ios recursos y el costo “de factores por unidad de empleo, el monto de éste, tanto para ‘ada firma individual como para la industria en conjunto, depende del producto que los empresarios esperan recibir de la produccién “correspondiente; + porque éstos [24} se esforzarin por fijar el vo~ “lumen de ocupacién al nivel del cual esperan recibir Ia diferencia maxima entre el importe del producto y el costo de factores. WSea Z el precio de oferta global de la producién resultance del empleo de N hombres, y la relacion entre ambos simbolos Z=@ (N), que puede dominarse funcién de Ia oferta global Llamemos D al importe del producto que los empresarios esperan recibir con el empleo de N hombres, y a la relacién correspondiente, D=f (N), a la que designaremos funcién de la demanda global. Ahora bien, si para cierto valor de N el importe que se > peta recibir es mayor que el precio de la oferta global, es deci si D'@ mayor que Z, habré un estimulo para los empresarios en ef sentido de aumentar la ocupacién por encima de N y, si fs preciso, elevar los costos compitiendo entre si_por los facto- tes de Ta produccién, hasta el valor de N en que Z es igual a D. €Lyolumen de ocupacién estd determinado por la intersec- Gién de la funcién de la demanda global y Ia funcién de oferta global, porque es en este punto donde las expectativas de ganan- Gia del empresario alcanzan el maximo. El valor de D en el punto al producto y el precio de ofests global, impios del costa de wto, pueden definite en tna la form y sn arsighdad en tnto gu, camo el costo de wo. depende eden temente tanto. det grado Se integracion de'le industria como de la extension eae Serpe, ee vi oe empresa dein de ‘umnas globules pagndss por lot compradores,inclayendo el costo de so, el cual es inde- Pandiente de efor fctores. Una dficltad semeante exits en Is Gefinsion de presto Berofert en eh sentido habitual para um produtor individ; y en clcaso det pretio de cone cl tosge de seras dfitedes de duplicaién, que no siempre se han tomado en events, Sie sérmino so Interprets incayendo el ent de wo, ls inconvenient tio pueien vencene hacia spwestia ‘epecale ‘con respecto a ia integracion de os enspressios en groper, aezin aye roduceiin sea de atievlor de consumo ode captnl lo que etvoucro + complied ot si mismo’y no comeaponde. a los Nechos. No obstante, si el precio de oferta feeling como. antes, sin el costo de uso, stay dificltades ho ae. presentan fe aconscia al lector, xn embargo, que expere cl ertadio mas completo en el cap. 6 yom apendice Un empresaio que tiene que tomar ona decisién pritica respecto a la escain desu produce, no sstentard, por supuesto, una sola prevsion sndadsb'e acces de ‘ual etd cl impotte de Ta vents de una’ producclém determinads, sino varies previsionet ipottieasconsiderader segun lor divertor grados de" probebitidad. ¥ erachtod. Por ? fn prevnin ‘del imparte probable quiero deci, pues, ‘aquela que, si fuexe cet Plorocria ts misma” conddta gee coojnta” de as pnbdades nis arn} Sagat que forman sa experanaa crcl momento que lege 2 tomar st rcolvcion nel cap. 20 se" dsignrd_ con el nombre de fonsion del empleo 2 tna que ct ntimamente Tigada con la sntcir. 4 INTRODUCCION de interseccién de la funcién de demanda global con la funcién de oferta global se denominari la demanda efectiva. Como ésta es la esencia de la teoria general de Ia ocupacién, cuya exposicién es €l objeto que nos proponemos, los capitulos siguientes se ocupa- rin extensamente de examinar Ios varios factores de que depen- den ambas funciones Por otra parte, 1a doctrina clisica, que se acostumbraba ex- presar categéricamente con el enunciado “la oferta crea su propia demanda” y el cual sigue siendo el sostén de toda la teoria orto- doxa, implica un supuesto especial respecto a la relacién entre estas dos funciones; porque “la oferta crea su propia demanda” [25] «lebe querer decir que f (N) y (N) son iguales para todos los valores de N, es decir, para cuaquier volumen de produccién in; y que cuando hay un aumento en Z (= (N) co- te a otro en N, D (=f (N) erece necesariamente en 1a cantidad que Z, La teoria clisica supone, en otras pa- abras, que el precio de la demanda global (0 producto de las ventas) siempre se ajusta por si mismo al precio de la oferta global, en tal forma que cualquiera que sea el valor de N, el pro- ducto D adquiere un valor igual al del precio de la oferta global Z que corresponde a N. Es decir, que la demanda efectiva, en vez de tener un valor de equilibrio nico, es una escala infinita de valores, todos ellos igualmente admisibles, y que el volumen dle ocupacién es indeterminado, salvo en la medida en que la des- utitidad del trabajo marque un limite superior. Si esto fuera cierto, la competencia entre los empresatios con- duciia siempre a un aumento de la ocupacién hasta el punto en que la oferta en conjunto cesara de ser elistica, es decir, cuan- do un nuevo aumento en el valor de la demanda efectiva’ ya no fuera acompafiado por un crecimiento de la produccién. Eviden- temente esto equivale a la ocupacién plena. En el capitulo anterior dimos una definicién de ésta en términos de la conducta de los obreros; una alternativa, aunque equivalente, es el que ahora he- ‘mos alcanzado, o sea, aquella situacién en que la ocupacién total es inelistica frente a un aumento en la demanda efectiva de la produccién correspondiente. De este modo el principio de Say, segiin el cual el precio de ta demanda global de la produecién en conjunto es igual al precio de la oferta global para cualquier vo- lumen de produccion, equivale a decir que no existe obsticulo para Ia ocupacién plena. Sin embargo, si ésta no es Ia verdadera ley respecto de las funciones globales de la demanda y Ia oferta, hay un capitulo de importancia capital en la teoria econémica que todavia no se ha escrito y sin el cual son fatiles todos los es. tudios relativos al volumen de la ocupacién global. [26] 1 ‘Tal ver un breve resumen de la teoria de la ocupacién que se desarrollard en el curso de los siguientes capitulos pueda ayudar al lector en esta etapa, aun cuando quiz no sea completamente inteligible. Los términos usados se aclararan con mayor cuidado en su oportunidad. En este resumen supondremos que el salario nominal y el costo de los otros factores son constantes por unidad de trabajo empleado; pero esta simplificacién, de la que pres- diremos después, se usa Gnicamente para facilitar Ia exposi ci6n. El cardcter esencial del argumento es exactamente igual, sin importar que los salarios nominales, etc., sean 0 no susceptibles de modificarse. EI bosquejo de nuestra teorfa puede expresarse como sigue cuando aumenta la ocupacién aumenta también el ingreso global real de Ia comunidad; la psicologia de ésta, es tal que cuando el ingreso real aumenta, el consumo total crece, pero no tanto como el ingreso. De aqui que los empresarios resentirfan una pérdida si el aumento total de la ocupacién se destinara a satistacer la mayor demanda de art{culos de consumo inmediato. En conse- cuencia, para justificar cualquier cantidad dada de ocupacién, debe existir cierto volumen de inversién que baste para absorber el excedente que arrdja la produccién total sobre lo que la co- munidad decide consumir cuando la ocupacién se encuentra a dicho nivel; porque a menos de que exista este volumen de inversién, los ingresos~de los empresarios serén menores que Jos requeridos para inducirlos a ofrecer la cantidad de ocupacién de que se trate. Se desprende, por tanto, que, dado lo que Ilama- remos la propensién a consumir de la comunidad, el nivel de equilibrio de la ocupacién, es decir, el nivel que no induce a los empresarios en conjunto a ampliar o contraer la ocupacién, de- penderd de Ia magnitud de la inversién corriente. El monto a éta dependerd, a su vez, de lo que amaremos el incentivo par invertir, que, como después [27] se verd, depende de la relacié entre la curva de eficiencia marginal del capital y el comple} de las tasas de interés para préstamos de diversos piazos y riesgos ‘As, dada la propensién a consumir y la tasa de nueva. inver- sién, slo puede existir un nivel de ocupacién compatible con el equilibrio, ya que cualquier otro produciria una desigualdad SS cariroLo 8 EL PRINCIPIO DE LA DEMANDA EFECTIVA I Ante todo necesitamos adelantar el significado de algunos térmi- nos que serdn definidos con precisién posteriormente. Cuando Ja técnica, 10s recursos y los costos corresponden a una situacién de- terminada, el empleo de un volumen dado de mano de obra hace incurrir al empresario en dos clases de gastos: en primer lugar, Jas cantidades que paga a los factores de la produccién (exclu- ‘endo a los otros empresarios) por sus servicios habitualés, a los que denominaremos costo de factores del volumen de ocupacién de que se trate; y en segundo lugar, las sumas que paga a otros ‘empresarios por lo que les compra, juntamente con el sacrificio que hhace al emplear su equipo en vez de déjarlo inactivo, alo que Ha- maremos costo de uso del nivel de ocupacién dado.! El excedente de valor que da la produccién resultante sobre la suma del costo de factores y el costo de uso es la ganancia, 0, como lo Hamaremos, <1 ingreso del empresario. Por supuesto, el costo de factores es 10 ‘mismo que Io que los factores de Ia produccién consideran como su ingreso, pero desde el punto de vista del empresario. Asi, el. costo de factores y las ganancias del empresario, juntos, dan Io que efiniremos como el ingreso total derivado del empleo proporcio- nado por el empresario. Las ganancias del empresario asf definidas, deben ser, y son, Ia cantidad que procura elevar al maximo cuando decide (qué volumen de emalco [Us [ok eeertl Couritee taannveS ces, desde el punto de vista del empresario, Hamar producto de la ‘ocupacién al ingreso global (cs decir, costo de factores mas ganan- cias) que resulta de un volumen dado de la misma. Por otra parte, el precio de la oferta global? de la produccién resultante de ese volumen determinado es presisamente la expectativa de los resul- tados que se espera obtener y que har costeable a los empresarios conceder dicha ocupacién.s 2 En el cap, 6 ae dari una definicin precisa del corto de uso, * Ove no debe confundise. (vide infa) ‘con el precio de oferta Je una unidad de producio. en cl gentida acostimbrado de este témino, TEI lector ebservard que festovel costo de uso tanto del producto como del precio de oferta flobal de un volumen deteuninado. de produceién, en tal forma gue smbot téeninar deen interpretarse como libees del costo de uso; en tanto. gue las somos fotales popados por lor compradores incloyen, por opus, cl costo de ‘uso. Lar rasones pals procedet asi se datdn en el cap.'6/ Lo esencal ei que el imperte tolal 2 ee ® | De esto se deduce que, dados la técnica, los recursos y el costo de factores por unidad de empleo, el monto de éste, tanto para ‘ada firma individual como para la industria en conjunto, depende del producto que los empresarios experan recibir de la produccion correspondiente: + porque éstos' [24] se esforzarin por fijar el vo-~ lumen de ocupacién al nivel del cual esperan recibir la diferencia maxima entre el importe del producto y el costo de factores. Sea Z el precio de oferta global de la producién resultante del empleo de N hombres, y la relacién entre ambos simbolos Z=9 (N), que puede dominarse funcién de la oferta global® Llamemos D 21 importe del producto que los empresarios esperan recibir con el empleo de N hombres, y a la relacién correspondiente, D=f (N), a la que designaremos funcién de la demanda global. Ahora bien, si para cierto valor de N el importe que se es pera recibir es mayor que el precio de la oferta global, es decir, SDres mayor que Z, habré un extimulo para los empresarios en el sehtido de aumentar la ocupacién por encima de N’ y, Rees clevar tos-tostos) compidendo\ cure. sl por los facto. es de Ia produccién, hasta el valor de N en que Z es igual a D. Asi, el yolumen de ocupacién est4 determinado por la’ intersec- Gibn de la funcidn de la demanda global y la funcidn de oferta global, porque es en este punto donde las expectativas de ganan- Gia del empresario alcanzan el maximo. El valor de D en el punto el producto y et precio de oferts global, limpios del costo de nso, pueden definite en tina ola forma y sin smbigiedad) en tanta. que, como el costo deo. depende eviden Temente tanto. del grado de integraciin de'la'industea como de la extension de ar fompras gue raisan los empresios entre sno. puede haber ona defincin de lat Sumas globales pagodas por lor compradores,inclyendo el costo de so, el cual es inde- mdiente de eton factores. Una dificitad’semejante existe en In definiclén de. previo. ‘oferta enh sentdo habits para im prodvetor indvidoaly'y en el caso det precio de is oferta global de ta produccign en ‘comjnto, se corre el ti2ngo de ‘erly diteltades desde, gue ose sch tae Gn hel, St in aera imchiyeno ol cot deo, Is nconvensntes silo pueden sence haciendo sopeste ‘Specates'con expecta a ia integracon de. ot enpremsios en grupos, scsun gue st ‘roducciin sca dev aticlos de consumo ode capt, To que exsoscaro » compleado Bor sf-mismo”y no comrsponde a los Neches. No obstane, si el precio de oferta eda se ling co anita ono deo eas iclndes ose pes 3 aconseja al Testor, sn embargo, que expete cl estadio mas completo en cap. 6 yep peri Foot ; * Um empissario que tee que toms una decisién priction rxpecto, a la ean eben erste test edierae eee oad eee eT tual sede) importe de Ta vents de una produccién determinada, sino varias previsiones poxicas| considerate spin ok Giver rados Ge rabidnd yuo. Por [nF previnda del importe probable quiero. dect, poet aguelis que, si ese. cesta Provocria ia ‘misma conddts gue, el conjnto’ de ins ponbilidases sr sorindae eye formant epraen el moment one eg & tna retin, = Enel cap. 20 se deignard con cl nombre de Tancion del empleo a 18 esti Joti ligads ‘con is anterior F ® ——— t entre el precio de Ia oferta global de la produccién en conjunto ~ _-yel precio de su demanda global. Este nivel no puede ser mayor que el de Ia ocupacién plena, es decir, el salario real no puede ser menor que Ia desutilidad marginal del trabajo; pero no existe razén, en lo general, para esperar que sea igual a la ocupacién {plena. La demanda efectiva que trae consigo Ia plena ocupacién jes un caso especial que sdlo se realiza cuando la propensién a (eonbimir'y el'incentivo para inverdr se encuentran en ‘una rela: ién mutua particular. Esta relacién particular, que corresponde fa los supuestos de Ia teorfa clisica, es, en cierto sentido, una rela- ‘cién éptima; pero s6lo puede darse cuando, por accidente 0 por designio, 1a inversién corriente provea un volumen de demanda justamente igual al excedente del precio de la oferta global de la |produccién resultante de la ocupacién plena, sobre Io que la ¢o- munidad decidird gastar en consumo cuando la ocupacién se en- ‘cuentre en ese estado. Esta teorfa puede resumirse en las siguientes proposiciones: 1) En determinada situacién de Ja técnica, los recursos y los cos tos, el ingreso (tanto monetario como real) depende del volue men de ocupacin N. 2) La relacién entre el ingreso de la comunidad y Io que se puede esperar que gaste en consumo, designada por D,, depen- derd de las caracteristicas psicoldgicas de Ia comunidad, que Mamaremos su propensin a consumir. Es decir, que el con- sumo dependera del nivel de ingreso global y, por tanto, del nivel de ocupacién N, excepto cuando ocurre algin cambio en Ia propensién a consumir. [28] 3) El volumen de trabajo N que los empresarios deciden emplear depende de la suma (D) de dos cantidades, es decir, Dy, 1a suma que se espera gastar la comunidad en consumo, y Ds, a que se espera que dedicari a nuevas inversiones. D es 10 que antes hemos llamado demanda efectiva. 4) Desde el momento que D-+-D;=D= (N), en donde @ es la funcién de Ia oferta global, y como, segiin hemos visto en 2), D, es funcién de N, que puede escribirse x (N), de- pendiendo de la propensién a consumir, se deduce “que ® (N) -1 (N) =Dr De aqui se desprende que, en equilibrio, el volumen de ocu- pacién depende: a) de la funcién de la oferta global, ®, 6) de Ja propensién a consumir, x, y c) del volumen de inversién, Ds, Esta es la esencia de Ia teoria general de la ocupacién. EL PRINCIPIO DE LA DEMANDA EFECTIVA 37 6) Para cada valor de N hay una productividad marginal co- rrespondiente de la mano de obra en las industrias de articu- Jos para asalariados, la que determina el salario real. El pé- rrafo 5) est4 sujeto, por tanto, a la condicién de que N no puede exceder de aquel valor que reduce el salario Teal hasta igualarlo con la desutilidad marginal de 1a mano de obra. Esto quiere decir que no todos los cambios en D son compatibles oon nuestro supuesto provisional de que los salarios nomina- les son constantes. Por esta raz6n sera necesario, para realizar luna exposicién mas completa de nuestra teorfa, renunciar a esta hipétesis. 7) En Ia teoria clasica, de acuerdo con la cual D=@ (N) para todos los valores de N, el volumen de ocupacién esté en equi- librio neutral en todos los casos en que N sea inferior al ma- ximo, de manera que puede esperarse que la fuerza de Ia competencia entre los empresarios lo eleve hasta dicho valor maximo. Sdlo en este punto, segin la teoria clisica, puede existir equilibrio estable. 8) Cuando ta ocupacién aumenta, D; hard la propio, pero no tan- to como D; ya que cuando el ingteso sube, el consumo lo hard también, pero menos. La clave dle nuestro problema prictico se encuentra en esta [29] ley psicolégica; porque de aqui se sigue que cuanto mayor sea el volumen de ocupacién, mas gran- de sera la diferencia entre el precio de la oferta global (Z) de Ja produccién correspondiente y la suma (D;) que los empre- sarios esperan recuperar con los gastos de los consumidores. Por tanto, si no ocurren cambios en la propensién a consumir, a ocupacién no puede aumentar, a menos que al mismo tiem- po Ds crezca en tal forma que Ilene 1a diferencia creciente entre Z y Dy. Por consiguiente, el sistema econémico puede encontrar en si mismo un equilibrio estable con N a un nivel inferior a Ia ocupacién completa, es decir, al nivel dado por Ja interseecién de la funcién de demanda global y la funcién de oferta global —excepto en los supuestos especiales de Ia teo- ria clisica, de acuerdo cagf los cuales acttia alguna fuerza qu cuando 1a ocupacién aumenta, siempre hace que Dz suba 10 suficiente para cubrir Ia distancia creciente que separa a Z de Dy. EI volumen de ocupacién no est, pues, fijado por la desuti- lad marginal del trabajo, medida en salarios reales, excepto en el caso de que Ia oferta disponible de mano de obra para una merropucciéx magnitud dada de salarios reales sefiale un nivel méximo a la ocu- paciéngLa propensién o consumir y el eneficiente de inversign nueva determinan, entre ambos, el volumen de ocupacién, y éste esta ligado tinicamente a un nivel determinado de salarios reales =no al revés—. Si la propensién a consumir y el coeficiente de inversién nueva se traducen en una insuficiencia de la demanda efectiva, el volumen real de ocupacién se reduciré hasta quedar por debajo de la oferta de mano de obra potencialmente disponi- ble al actual salario real, y cl salario real de equilibrio seré mayor que la desutilidad marginal del nivel de equilibrio de la ocu- acne Este andlisis nos proporciona una explicacién de la paradoja de Ia pobreza en medio de Ia abundancia; porque la simple exis- tencia de una demanda efectiva insuficiente puede, y a menudo hard, que el aumento de ocupacién se detenga antes que haya sido alcanzado el nivel [80] de ocupacién plena. La insuficiencia de Ia demanda efectiva frenara el proceso de la produccién aunque el producto marginal de la mano de obra exceda todavia en valor a Ia desutilidad marginal de la ocupacién. Més atin, cuanto mds rica sea la comunidad, mayor tender4 a ser la distancia que separa su produccién real de la potencial y, Por tanto, mas obvios y atroces los defectos del sistema econémico; Porque una comunidad pobre estaré propensa a consumir la ma- yor parte de su produccién, de manera que una inversién modesta sera suficiente para lograr la ocupacién completa; en tanto que una comunidad rica tendr que descubrir oportunidades de inver- sién mucho mds amplias para que la propensin a ahorrar de sus miembros mds opulentos sea compatible con la ocupacién de los mis pobres. Si en una comunidad potencialmente rica el incentivo para invertir es débil, entonces, a pesar de su riqueza potencial, Ja actuacién del principio de 1a demanda efectiva la empujard a reducir su produccién real hasta que a pesar de dicha riqueza po- tencial, haya Iegado a ser tan pobre que sus excedentes sobre el consumo se hayan reducido lo bastante para corresponder a la debi- lidad de incentivo para invertir, > Pero falta lo peor: no solamente es mas débil la propensién marginal a consumir® en una comunidad rica, sino que, debido a que su acumulacién de capital es ya grande, las oportunidades para nuevas inversiones son menos atractivas, a no ser que la tasa de interés baje lo bastante de prisa, lo cual nos Heva a la teo- * Definida en el cap. 10, / EL PRINCIFIO DE LA DEMANDA EFECTIVA 39. ria del interés y a las razones por las cuales no baja automatica- mente al nivel apropiado, de lo que nos ocuparemos en el Libro IV. En esta forma, el anilisis de Ia propensién a consumir, la definicién de eficiencia marginal del capital y la teorfa de la tasa de interés son las tres lagunas principales de nuestros conoci- mientos actuales, que ¢s necesario Menar. Cuando esto se haya lo- grado [31] encontraremos que la teorla de los precios ocupa su lugar apropiado como subsidiaria de nuestra teoria general. Ve- remos después, sin embargo, que el dinero juega papel esencial fen nuestra teorfa de la tasa de interés e intentaremos desentrafiar las caracteristicas peculiares del dinero que lo distinguen de otras cosas. m En la economia ricardiana, que sirve de base a lo que se nos ha ensefiaclo por mas de un siglo, es esencial la idea de que podemos desdefiar impunemente la funcién de demanda global. Es verdad que Malthus se opuso con vehemencia a la doctrina de Ricardo de que era imposible una insuficiencia de la demanda efectiva, pero en vano, porque no pudo explicar claramente (fuera de un Hamado a la observacién comin de los hechos) cémo y por qué Ta demanda efectiva podria ser deficiente 0 excesiva, no logré dar una construccién alternativa y Ricardo conquisté a Inglaterra de una manera tan cabal como la Santa Inquisicién a Espafia. Su teoria no fue aceptada sélo por la City, los estadistas y el mundo académico, sino que la controversia se detuvo y el punto de vista contrario desaparecié completamente y dejé de ser dis- cutida. El gran enigma de la demanda efectiva, con el que Mal- thus habia luchado, se desvanecid de la literatura econdmica. Ni una sola vez puede verse mencionado en cualquiera de los trabajos ‘de Marshall, Edgeworth y el profesor Pigou, de cuyas manos ha recibido su mayor madurez la teoria clisica. S6lo pudo vivir furti- vamente disfrazada, en las regiones del bajo mundo de Carlos Marx, Silvio Gesell y el mayor Douglas. Lo cabal de la victoria de los ricardianos tiene algo de curio- sidad y de misterio; probablemente se debié a un complejo de conformaciones de la doctrina al medio ambiente en que fue pro- yectada, Creo que el hecho [82] de haber Megado a conclusiones completamente distintas de las que una persona sin instruccién del tipo medio podria esperar, contribuyé a su prestigio intelec- tual. Le dio virtud el hecho de que sus ensefanzas transportadas re = ~r 40 ayTRODUCCION a la prictica, eran austeras y a veces ins{pidas; le dio belleza el poderse adaptar a una superestructura légica consistente; le dio autoridad el hecho de que podia explicar muchas injusticias so- ciales y aparente crueldad como un incidente inevitable en la marcha del progreso, y que el intento de cambiar estas cosas te- nia, en términos generales, mas probabilidades de causar daiio que beneficio; y, por fin, el proporcionar cierta justificacién a la libertad de accién de los capitalistas individuales le atrajo el apo- yo de la fuerza social dominante que se hallaba tras la autorided, Aunque la doctrina en si ha permanecido al margen de toda duda para los economistas ortodoxos hasta nuestros dias, su com: pleto fracaso en lo que ataiie a la posibilidad de prediccién cien- tifica ha dafiado enormemente, al través del tiempo, el prestigio de sus defensores; porque, al parecer, después de Malthus los eco- nomistas profesionales permanecieron impasibles ante la falta de concordancia entre los resultados de su teoria y los hechos obser- vados —una discrepancia que el hombre comtn y corriente no habia dejado de observar, con el resultado de una ereciente re- nuencia a conceder a los economistas esta manifestacién de respeto que da a otros grupos cientificos cuyas conelusiones tedricas son confirmadas por la observacién cuando se aplican a los hechos. En mi opinién, el celebrado optimismo de la teorla econd- mica tradicional puede encontrarse también en el hecho de no hhaber tenido en cuenta la rémora que una insuficiencia de Ia demanda efectiva puede significar para la prosperidad; porque es evidente que en una sociedad que funcionara de acuerdo con los Postulados clisicos deberia existir una tendencia natural hacia el empleo éptimo de los recursos. [33] Puede suceder muy bien que la teoria clisica represente el camino que nuestra economia deberia seguir; pero suponer que en realidad 1o hace asf es elimi- nar graciosamente nuestras dificultades. Tal optimismo es el cau- sante de que se mire a los economistas como Gandidos que, ha- bigndose apartado de este mundo para cultivar sus jardines, pre- dican que todo pasa del mejor modo en el més perfecto posible de los mundos, a condicién de que dejemos las cosas en liber- tad. [34]

Вам также может понравиться