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Propuestas para el aula

Marco didáctico
Formación Ética y Ciudadana - EGB 2

Todas las escuelas brindan


algún tipo de educación en
valores. Las acciones y
actitudes de los docentes,
los actos escolares, la
aplicación de sanciones, los
reglamentos transmiten,
indefectiblemente, algunas
pautas valorativas. Tal razón
puede inclinarnos a suponer
que los CBC de Formación
Ética y Ciudadana son Ilustración: Gustavo Damiani
transmitidos de hecho. Sin
embargo, la introducción explícita de los mismos durante el ciclo
escolar permite:

• recuperar prácticas que se dan en las escuelas pero que no


habían sido debidamente legitimadas dentro de los diseños
curriculares;

• proponer criterios para que la formación ética y ciudadana no


quede librada al arbitrio de cada docente en particular;

• sistematizar la enseñanza de los contenidos propios del área,


contenidos que en muchos casos han sido abordados sólo de
forma esporádica o espontánea;

• conformar un área que incorpore los denominados contenidos


transversales (educación para la paz, para la salud, para el
consumidor, ambiental, vial).

¿Cuáles son algunos de los propósitos de Formación Ética y


Ciudadana?

Uno de los propósitos esenciales es formar ciudadanos capaces de


participar en una sociedad pluralista y democrática. La democracia y
el pluralismo exigen de todos nosotros una actitud de respeto y
reconocimiento de las diferencias individuales, grupales y culturales,
de acuerdo con la Constitución Nacional y los Tratados y Pactos que,
luego de la Reforma de 1994, han adquirido rango constitucional.

Si la intención es formar ciudadanos reflexivos, críticos y autónomos,


el modo de transmitir los valores que deben ser compartidos por
todos es contrario al adoctrinamiento o la inculcación, modalidades
que han sido comunes para la educación moral tradicional. Por el
contrario, se pretende que los estudiantes incorporen esos valores de
manera consciente reconociendo la necesidad de comprometerse con
ellos para su defensa.

Para lograr estas propuestas la escuela debe comprometerse a


brindar herramientas para que los alumnos sean capaces de elaborar
juicios morales y juicios políticos acerca de la realidad en la que viven
y generar en ellos el compromiso necesario para la construcción de
proyectos comunes dentro del marco que ofrece la vida en
democracia. Por estas razones, se ocupa del desarrollo y del ejercicio
de la argumentación, el diálogo y la participación.

¿En qué se diferencia Formación Ética y Ciudadana de la


educación cívica tradicional?

La educación cívica tradicional ha tenido como uno de sus objetivos


que los estudiantes "conozcan" las normas constitucionales. En
algunos casos, se ha pretendido la memorización de dichas normas
sin conexión alguna con el contexto social e histórico. La educación
cívica (en sus distintas variantes) se redujo a ser una transmisión de
información que, incluso, se llevó a cabo durante períodos
dictatoriales. En estos períodos, la disociación entre el estudio de la
norma y los hechos llegó a su máxima expresión, impidiendo una
mirada crítica sobre lo que ocurría.

Formación Ética y Ciudadana, en cambio, es una propuesta que sólo


adquiere validez dentro de un sistema democrático. No se puede
concebir una formación ética y ciudadana en un sistema en el que la
persona no sea considerada un ser libre, un ser capaz de elegir y
desarrollar su plan de vida, capaz de opinar y desarrollar su juicio
crítico, de determinarse, de participar de la creación de normas y de
la deliberación sobre la toma de decisiones públicas. En este sentido,
no alcanza con el conocimiento de normas. La transmisión dogmática
de las normas impide el análisis crítico y una visión dinámica del
derecho y de la realidad política.

¿Existen diferencias entre formación ética y formación moral?

Desde el punto de vista etimológico, las palabras "ética" y "moral" se


refieren a los hábitos y las costumbres. Aunque en el uso cotidiano
aparecen como sinónimos, proponemos algunas diferencias para su
tratamiento disciplinar en la escuela:

• la moral puede definirse como el conjunto de normas, valores y


costumbres que rigen en un grupo (ya sea éste social, cultural,
étnico, religioso). Siguiendo esta definición, en una
determinada sociedad pueden convivir morales diversas.

• la ética puede definirse como una reflexión sobre el origen, la


articulación y el fundamento de los conjuntos de normas,
valores y costumbres de los grupos humanos. Por ejemplo, la
ética se pregunta por qué ciertas normas nos parecen justas o
por qué algo es considerado valioso.

Esta distinción es útil para entender el carácter peculiar de la


formación ética. La formación ética pretende brindar a los alumnos
herramientas para que sean capaces de: analizar críticamente,
fundamentar conductas propias y ajenas, reflexionar sobre el sentido
y funcionalidad de las normas, argumentar a favor y en contra de
posturas valorativas diversas, debatir con el fin de explicitar las
diferencias e indagar el modo de llegar a acuerdos posibles para la
acción colectiva.

¿Qué distinciones se pueden efectuar entre los valores?

La convivencia armónica entre los grupos que conforman una


sociedad pluralista sólo es posible en el marco de un conjunto básico
de valores compartidos. Estos valores compartidos son los valores
propios de una democracia y conforman una "moral mínima" que
trasciende las particularidades grupales, étnicas, religiosas, políticas.
Por ejemplo, la no discriminación, la tolerancia, el reconocimiento del
otro, el respeto por las reglas de juego de la democracia, la renuncia
a las manifestaciones violentas para imponer las propias ideas.

A su vez, existen valores no compartidos (que podríamos llamar


controvertidos) que son legítimos pues no son contradictorios con los
valores propios de esa moral mínima o básica. Así, por ejemplo,
existen en una sociedad pluralista distintas creencias religiosas,
ideologías políticas, posturas estéticas, gustos, preferencias,
costumbres.
Las diferencias se tornan ilegítimas cuando son contradictorias con
los valores compartidos. Por esta razón, podemos denominarlas
contravalores. Son contravalores aquellos que violan los derechos de
las personas. Por ejemplo, las posturas racistas, discriminatorias,
xenófobas o las realidades sociales excluyentes (el hambre, la
miseria, la ausencia de condiciones dignas de existencia).

¿Qué posturas deben asumir la escuela y los docentes frente a


los distintos tipos de valores?

Si aceptamos la clasificación descrita, podemos afirmar que la escuela


debe proponerse transmitir los llamados valores compartidos y
mantenerse neutral sobre los valores controvertidos. Desde esta
perspectiva, el docente no debe intentar que sus alumnos piensen
como él sobre cuestiones políticas, estéticas o de otra índole. La
neutralidad que debe sostener frente a diferentes posiciones legítimas
no implica pasividad ni falta de interés. El docente puede tener una
posición tomada sobre el tema en cuestión, pero, desde su función,
no debe abusar del lugar de autoridad que le confiere su rol para
intentar que los alumnos piensen como él. Ser neutral no significa
desentenderse de las cuestiones controvertidas. Por el contrario, un
objetivo de Formación Ética y Ciudadana es que se habiliten espacios
para que el estudiantado pueda mostrar sus diferencias y debatir
sobre ellas en un marco de tolerancia y respeto. Es necesario que el
docente brinde a todos las mismas posibilidades para exponer sus
posturas y para acceder a información pertinente con el fin de
defender sus puntos de vista. En caso de que exponga acerca de una
cuestión sobre la que existe controversia, será entonces necesario
que presente las diferentes posiciones, con equilibrio, sin contaminar
su exposición con sus propias ideas. La recomendación de neutralidad
tiene como fin que los estudiantes lleguen por sí mismos a sus
propias conclusiones. La opinión del docente puede darse a conocer
en el momento oportuno pero bajo la condición de que sea expresada
como lo que realmente es: una opinión no sustentada por su posición
institucional sino por argumentos racionales.

¿Cuándo se enseña Formación Ética y Ciudadana?

La existencia de Formación Ética y Ciudadana como área indica que


sus contenidos no deben ser abordados de forma esporádica sino de
manera sistemática. En primer lugar, existe un núcleo de contenidos
específicos que merecen un tiempo y espacio propios para su
enseñanza. Entre ellos, podemos mencionar el diálogo
argumentativo, los aspectos morales de la acción humana y el estado
de derecho. En segundo término, se puede reconocer la presencia de
contenidos de Formación Ética y Ciudadana durante el desarrollo de
los contenidos de otras áreas. Temas como las transformaciones
socioeconómicas o la conquista de América (Ciencias Sociales) o las
variedades lingüísticas (Lengua) ofrecen oportunidades para incluir el
tratamiento de problemas de Formación Ética y Ciudadana.
Asimismo, durante la vida cotidiana, tanto en la escuela como en la
comunidad, se presentan permanentemente situaciones que pueden
ser puntos de partida para la transmisión sistemática de algunos
contenidos del área. Es el caso de la resolución de conflictos grupales,
la necesidad de practicar la toma de decisiones o la participación en
acciones comunitarias

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