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desequilibrada con relacin a la realidad, porque nace de
una proyeccin (1) sobre puntos precisos.
Aquella admiracin desequilibra tambin a la mujer
porque no se reconoce a s misma en esa imagen excesiva, y
adems porque le disgusta que su hombre se ponga en una
situacin falsa.
Pero hay otra manera de amar las cualidades del otro,
enriquecindolas sin desposeerse a s mismo.
Es preciso para ello no hipertrofiar sino hacer ms
detallada nuestra visin del ser amado, con el fin de darle su
verdadera dimensin. No se trata de idealizar, sino de
distinguir lo ideal en el otro; es decir, darse cuenta que lleva en
l no nuestro ideal, sino su ideal. Se trata de lo inverso a una
proyeccin. Una proyeccin os adosar una imagen que te
pertenece a otra persona a la cual no corresponde
forzosamente. Es una especie de sugestin egosta que permite
llegar a ver en el otro lo que quisieras que fuese. La otra
tcnica, desarrollada en el tantrismo hind, es por el contrario
la distincin de todas las potencias reales de la pareja y el
dejarse penetrar por su ser profundo hasta el punto de st-ntir
los hilos que le unen al cosmos. Es una actitud 1 1 ,- recepcin y
no de envo. Es como si se intentara id rapar las imgenes
dinmicas (los arquetipos) que habitan y animan su ser.
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