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el sueño del Pibe es ser futbolista. arnold
castorino o “casto” como le dicen en el Plantel, juega fútbol Profesional desde el 2007, Pero el amor Por este dePorte conocido como Pasión de 43 multitudes, lo lleva en la sangre. sub-20 donde salió goleador. De ahí ya pasó al plantel de primera división, y le ofrecieron firmar un contrato por 4 años más.
Pero él no quería seguir en Libertad,
primero por que no es Liberteño y segundo, por que sentía que ya era tiempo de avanzar. Se dio la posibilidad de ir a jugar a Olimpia, habló con el presidente de aquel entonces que ya le había planteado la oferta desde hace un tiempo, y se concretó. Empezó en la reserva de Olimpia, donde se tuvo que operar de varias lesiones (tiene un tornillo en el pie) y finalmente debutó en la primera de Olimpia con el DT uruguayo Gregorio Pérez. A partir de ahí, básicamente, formó parte del plantel oficial de Olimpia. Se acuerda de un partido en diciembre del año pasado en el que metió dos El amor por el fútbol es algo muy profundo, es más que amor, es una goles y afianzó la clasificación del obsesión, un fanatismo que muchos consideran correctamente una franjeado a la Copa Sudamericana religión. En el colegio siempre hay un compañero que juega como si 2010. El partido contra el 2 de nació para jugar, parece que la pelota es una extensión de su cuerpo. Mayo que culminó la primera Ese que todos quieren que esté en su equipo, o que juega sí o sí en etapa con un aburrido 0-0, terminó todos los intercolegiales y mete la mitad de los goles. Arnold, también 2-0. Se puede decir que fue ahí conocido como Chucky entre sus amigos, empezó así. De chico siempre que Chucky justificó su presencia jugaba fútbol en los recreos, y ya cuando pudo practicar después de en Olimpia: vino para quedarse. clases, formó parte del equipo oficial del colegio. Era el típico jugador al que le pasaban la pelota, y de alguna forma inexplicable la llevaba Jugar en el club que apoyaste y hasta el arco y metía goles, pasando por dos o tres defensores y por el cual te fuiste a la cancha un arquero que medía al menos 50 centímetros más que el. todos los domingos desde que
tenés memoria es increíble, pero En su último año de colegio, Arnold jugó en un equipo provisorio armado la vida de un futbolista no es tan con varios jugadores de otros colegios contra el equipo de inferiores de fácil como ponerse taquillas, un Libertad. El director técnico de las inferiores del equipo de aquel entonces, uniforme y jugar. De chico, uno se el argentino Toñareli, se acercó a Chucky y le dijo que le gustaba como hace una idea de que los futbolistas jugaba. Le ofreció ir a practicar con el equipo, y Arnold le aseguró que solo hacen lo que les gusta, no probaría cuando termine el colegio. Después de graduarse entrenó tienen presiones, y el mundo alrededor de seis meses en las inferiores de Libertad, y firmó un contrato real es completamente diferente. 44 por tres años. Jugó en la sub-19 por todo ese año, y seis meses en la También los futbolistas sufren decepciones, ya que no siempre se gana. El dolor de perder se siente aún más fuerte siendo el protagonista, y a veces Chucky siente que culpan al plantel actual por el desempeño relativamente malo de Olimpia de los últimos 8 años (cuando muchos de ellos ni jugaban y por ende no tienen la culpa de los años pasados). Los jugadores vienen de todos los grupos sociales, de educaciones y costumbres diferentes, y Chucky tuvo que adaptarse a eso. Algunos pasan de terminar el colegio y jugar a comprarse su primera casa y un auto a los 19 años, y de alguna forma crecen y viven más rápido que las personas de otras profesiones. Chucky tiene compañeros en el plantel que no tienen el apoyo moral ni económico de sus familias, pero juegan en contra de todas esas presiones. El tiene la suerte de tener el apoyo de toda su familia, ya que su papá incluso fue jugador de Cerro y la familia de su mamá está llena de fanáticos de Olimpia que hasta se van a verle jugar en los partidos de reserva. Al contario de lo que nos hacen creer algunos medios, los futbolistas no farrean todos los fines de semana ni salen exclusivamente con modelos. Para empezar, la farra no es compatible con jugar futbol, ya que un buen estado físico y mental es la base para jugar bien. Acá no es tan estricto como en Europa, donde si le pillan a un futbolista farreando antes de un partido sí o sí le echan. Técnicamente no está prohibido salir a farrear unos días o un día antes de un partido mientras se respete las concentraciones, pero se ve muy mal. Entrena todos los días a la mañana, y una vez a la semana también entrena de tarde. Hay partidos casi todos los fines de semana, y si juega un domingo por ejemplo, tiene que participar en las concentraciones en Villa Olimpia desde el día anterior, donde los jugadores duermen y se preparan para el día siguiente. A la misma vez, sigue psicología en la Universidad Americana, donde por suerte son bastantes flexibles con el tema de balancear los estudios y el trabajo.
Jugar en Olimpia es lo máximo en Paraguay, pero
si se quiere marcar una diferencia en lo económico, hay que salir al exterior. Para Chucky, lo máximo sería jugar la Copa Libertadores con Olimpia. Una de sus mejores experiencias fue un viaje a Córdoba y a Santiago, donde se fue con el plantel a jugar unos amistosos. Viajar con un plantel profesional de fútbol y que la gente le reconozca y pregunte sobre el equipo en el exterior fue toda una aventura. Por el momento, Chucky se sigue recuperando de una leve lesión en el tobillo, y espera ansiosamente volver a practicar como corresponde. Olimpia es grande, siempre supo levantarse después de años de perder y perder, y estoy 45 segura que algún día veremos a Chucky en Japón.