Bolivia y Chile no tienen Relaciones Diplomáticas desde 1962, salvo un
breve lapso de 1975 a 1978. Frente a tal carencia y ante la concurrencia de temas inherentes a dos países se diseñó la siguiente Agenda sin exclusiones Bolivia Chile, en el diálogo bilateral.
1. Confianza: Encuentros entre los presidentes, cancilleres, ministros de
Estado, profesionales de la Prensa, autoridades y organizaciones sociales, rectores de universidades, mujeres Líderes, estudiantes, parlamentarios de ambos países., autoridades del Ministerio de Defensa y FFAA. 2. Integración Fronteriza, de municipios, de comunidades fronterizas, de autoridades aduaneras. 3. Acuerdos de Libre Tránsito. Habilitación del Puerto de Iquique. 4. Integración Física. Ferrocarril Arica - La Paz. 5. Complementación Económica. Niveles arancelarios a una lista de 34 productos. 6.- Tema Marítimo. (Se intercambiaron ideas y criterios para abordar este tema y aproximaciones concretas, distintas opciones existentes con viabilidad a corto plazo. Los Vicecancilleres creen alcanzar los acuerdos necesarios) 7. Silala. (En el Senado no aceptamos los acuerdos porque reconocen soberanía a Chile en un 50%. Es un manantial y no un río fronterizo, aceptar esa concesión es motivo de gran cuestionamiento, casi interpelamos a Choquehuanca) 8. Instrumentos de lucha contra la pobreza. 9. Seguridad y Defensa. Desminado de Frontera. Cooperación entre Carabineros de Chile y la Policía Nacional. Desastres Naturales. 10. Control Tráfico ilícito de drogas, precursores. 11. Educación, Ciencia y Tecnología. 12. Intercambio Cultural. 13.- Convenio de seguridad social. Visas a estudiantes en Bolivia.
Se avanzó desde el primero al último punto, menos en el sexto y séptimo:
¡Salida al mar con soberanía! y ¡Silala!
Chile saldrá siempre favorecido con el comercio de Iquique, el
contrabando y sobre todo con los Corredores Bi-océanicos que favorecerán a sus privados.
Bolivia pide un corredor y/o uno o dos “Enclaves” con Soberanía.
Y aún así, la balanza se inclina a favor de Chile.
En lo particular, me manifiesto contrario a la oferta de Piñeira; es la
misma de Pinochet a Bánzer, sin soberanía y compensación territorial con mayores beneficios.
También me manifiesto absolutamente contrario a la tesis de Charaña
reactivada como proposición los últimos días por un militar chileno. Basta de apropiarse de territorios y expandir el ususfructo de recursos naturales. ¡Está bueno! (como se dice en buen chilense) de hacer suyo Chuquicamata- Mejillones-Cobija-todo Atacama, (el despojo de todo el Litoral boliviano) más la vertiente del Silala y el desvío del Lauca.
Como “Operador Político” de la izquierda en la última contienda
electoral, logré se inscriba en el Programa: ¡Mar para Bolivia con soberanía! Verdadera integración regional y solución real a la mediterraneidad boliviana. Eso era lo que proponían los partidos: comunista, socialista, allendista, demócrata cristiana de izquierda, humanista y fuerzas ecologistas y de DDHH que perdieron en las elecciones presidenciales.
No puedo volver la cara a Arrate, Hirsch, Teillier, Carmona, Silva, en su
compromiso político fraternal de integración ideológica y mucho menos a la historia de Nuestra Bolivia. El tema es una Política de Estado.
Ahora, después del aplauso por el OFICIALISMO LEGISLATIVO a la
oferta de Piñeira, entiendo muy bien el porqué nuestras autoridades políticas y diplomáticas no quisieron recibir en La Paz a la Delegación de Salvador Allende; ni siquiera respondieron a la solicitud de una visita pre-electoral eb Chile, la gestioné en toda forma y fracasé rotundamente.
Lo importante es saber qué hostia comulgamos los bolivianos y los
hermanos de Chile; con seguridad no es la misma.
Aceptar la oferta de Piñeira y aplaudirla, o aceptar la del General chileno
sobre “Charaña” será un gesto de traición a la patria, a la CPE en su artículo 267; un quiebre inaceptable en la política histórica de Bolivia, y eso tiene el significado para los responsables de…¡Pena de Muerte!