Вы находитесь на странице: 1из 380
UN CEREBRO FELIZ LA CONQUISTA DE LA ENFERMEDAD MENTAL EN LA ERA DEL GENOMA Nancy C. Andreasen Traduccién Josefina Pérez Blanco Médico Psiquiatra Servicio de Psiquiatria Hospital de la Santa Crou i Sant Pau, Barcelona Revisién cientifica Maria Sueiras Gil Médico Especialista en Neurofisiologia Clinica Primera edicién 2003 Reimpresion 2004 won AtsxXL.com Reservados todos los derechos. ‘Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacién escrta de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproduccién parcial 0 total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informatica, y la distribucién de ejemplares mediante alquiler 0 préstamo pabiicos, © 2003. Psiquiatria Editores, SL. Paseo de Gracia 25, 3.°- 08007 Barcelona (Espana) wanw.ArsXXl.com ISBN 84-9706-044-X Version espatiola de la obra original en lengua inglesa Brave New Brain de Nancy . Andreasen, publicada por Oxlord University Press, Inc. de Nueva York Copyright © 2001 by Nancy C. Andreasen Esta traduccion de Un cerebro feliz, originariamente publicada en inglés en el 2001, se publica or acuerdo con la Oxford University Press, Inc. This translation of Brave New Brain, originally published in English in 2001, is published by arrangement with Oxford University Press, Inc. ISBN 0-19-514509-7 Depésito Legal: M. 32.992-2004 Composicién y compaginacién: Grafic-5, S.L, - Santiago Rusifiol 23 - Barcelona (2003) Impresién: Litocenter, S.L. - Puerto de Pozazal 4, nave 28 - Madrid (2004) LA AUTORA Nancy Andreasen, destacada cientifica, directora de la prestigiosa revista American Journal of Psychiatry y galardonada con la National Medal of Science, nos ofrece aqui una visién del estado de la cuestién de lo que sabemos sobre el cerebro y el genoma humanos, y nos muestra la convergencia que estan experi- mentando estas dos amplias ramas del conocimiento en el ambicioso esfuerzo por «conquistar» la enfermedad mental. Gracias a las nuevas técnicas de neuroimagen y a los descubrimientos en neurociencia y biologia molecular, los cientificos de hoy saben mas que nunca. sobre el cerebro. Andreasen nos describe de forma amena e interesante como funciona todo esto, desde los billones de neuronas hasta el pequeiio talamo y hasta el monitor moral de nuestra corteza prefrontal. Nos habla también de los progresos que se han hecho en la cartografia del genoma humano, cuyos 30.000- 40.000 genes estn activos en su mayor parte en el cerebro. En la que quizés es la parte mas fascinante del libro, nos cuenta historias emocionantes sobre per- sonas que desarrollan una enfermedad mental, sobre los amigos y familiares que comparten su sufrimiento, los médicos que les tratan y los cientificos que estu- dian sus casos con el fin de encontrar mejores tratamientos. Esta parte abarca cuatro grandes enfermedades: la esquizofrenia, el trastorno bipolar, los trastor- nos de ansiedad y la demencia, y nos descubre las causas, qué ocurre en la mente y en el cerebro y cémo pueden tratarse. Finalmente, el libro analiza las posibilidades que nos ofrecera en las proximas décadas la combinacién de las poderosas herramientas de la genética y la neurociencia para conseguir mentes y cerebros mas sanos. The Broken Brain (Et cerebro roto), el best seller de la misma autora, con- tribuyé enormemente a la comprensién de la enfermedad mental por parte del pUblico general. Ahora vuelve a ofrecer al lector no especialista una perspecti- va nueva y original sobre estas devastadoras enfermedades, su naturaleza, su tratamiento y su futura prevencién, y lo hace revelandonos la forma en que la combinacién de la cartografia del genoma y la cartografia del cerebro puede desvelar los misterios de la enfermedad mental. Vl LA aurora NANCY C, ANDREASEN, M.D., Ph.D. Andrew H. Woods Chair of Psychiatry, College of Medicine, University of lowa. Editor-in-Chief of The American Journal of Psychiatry. Miembro de los grupos de trabajo que desarrallaron el DSM-lll y el DSM-IV. Ha recibido numerosos premios y condecoraciones, entre ellos la National Medal of Science. Ha escrito otros diez libros y cientos de articulos. Su anterior obra de divul- gacion, The Broken Brain, fue \a primera en describir la importancia de la neu- robiologia en la comprensién de la enfermedad mental. Vive en lowa City y Santa Fe. PREFACIO A principios de tos 80 escribi un libro, The Broken Brain: the Biologicat Revolution in Psychiatry (El cerebro roto: la revolucién biolégica en psiquiatria). Eero exon calTdo| araGle mateo, gc] [estaua) Droculenian) era psiquiatria americana: el cambio desde un modelo psicodinémico a un modelo biomédico y neurobiolégico. Era un libro dirigido al piblico general, a profanos en la materia, especialmente a aquellos que sufren una enfermedad mental ya sus familiares, y pretendia ayudarles a entender cémo funciona el cerebro y cémo se «estropea» cuando se presenta una enfermedad mental. También pre- tendia disminuir el estigma asociado a la enfermedad mental, dejando claro que son enfermedades del cerebro y que causan un enorme sufrimiento. Querfa que la gente entendiese que este sufrimiento merecia la misma compasién y respe- to que el que nos inspiran las personas con otras enfermedades, como un cén- cer 0 una diabetes. El cerebro roto fue un éxito. Todavia se edita y todavia se vende, quizé porque el cambio de paradigma que predijo ocurrié, efectivamen- te, quiza porque su mensaje social era tan importante. Desde entonces, las bases cientificas de la psiquiatria moderna han conti- nuado avanzando. Al final de la tltima década del siglo pasado, conocida como la Década del Cerebro, habfan ocurrido tantas cosas que consideré que era el momento de escribir un libro nuevo y diferente para describir nuestro crecien- te conocimiento sobre las causas y tratamientos de las enfermedades mentales en el siglo XXI. Y aqui esté Un cerebro feliz. Hoy dia disponemos de numerosas y poderosas nuevas tecnologias que «ilu- minan» las causas y mecanismos de la enfermedad mental a difererites niveles. Estas incluyen las herramientas de la biologia y la genética molecular, que estan siendo utilizadas para cartografiar el genoma e identificar las bases genéticas de muchos tipos diferentes de enfermedades, incluyendo las de la mente y el cerebro. Ademés, las técnicas de neuroimagen nos permiten visualizar y cuan- tificar la actividad cerebral. Puede que los psiquiatras no puedan leer la mente, como mucha gente crefa, pero pueden observar la mente cuando piensa y sien- te utilizando las técnicas de neuroimagen. Paralelamente al cerebro se esta car- tografiando el genoma. La convergencia de estos dos dominios de conocimiento es uno de los acontecimientos mas excitantes de los que estan teniendo lugar en medicina y salud mental en este momento. Esta convergencia ha conseguido ya cambiar nuestra forma de pensar sobre las causas y el tratamiento de las enfermedades mentales, Un cerebro feliz nos cuenta esta nueva historia. de descubrimientos, una historia sobre lo que cient’ Es la historia de un viaje sy clinicos estan apren- DGG Reena ee eee ee diendo cuando mente y motécula se encuentran. Hoy por hoy, no hay ningin libro que aborde esta cuestién y la explique a lectores legos en la materia, pero interesados en seguir la explosién de conocimientos que va a producirse a par- tir del encuentro entre mente y molécula. El lector profano deberfa estar pre- parado para compartir el entusiasmo por los descubrimientas que se producirén en las préximas décadas. La eleccién del titulo de este libro, que viene de unas lineas de La Tempestad de Shakespeare, pretendia transmitir el sentimiento de entusiasmo y optimismo que sienten actualmente los clinicos y cientificos que trabajan con la enfermedad mental: «jAh magnifica mundo nuevo que tiene tal gente!» Los viajes de descubrimiento generan tanto riesgos como oportunidades. Un cerebro feliz contiene mensajes de alerta y de esperanza. Una de las advertencias es que no debemas dejar perder la parte humana de la psiquiatria a medida que ésta se vuelve més y més cientifica. Debemos reca- nnocer los peligros de una serie de falsas dicotomias: mente versus cuerpo, far- maces versus psicoterapia o genes versus ambiente. En segundo lugar, todavia hay mucho trabajo por hacer en et terreno de la educacién piiblica si queremos ase- gurarnos de que la gente con enfermedades mentales reciba et tratamiento ade- cuado. Como se describe en el primer capitulo, las enfermedades mentales estn entre las més incapacitantes y costosas econémicamente. Parece que la inciden- cia de algunas de ellas, come la depresion, esta aumentando, igual que algunas de sus consecuencias, por ejemplo el suicidio. Aunque tanto las vidas como los costes econémicos podrian salvarse, porque la enfermedad puede tratarse de forma efectiva, la cobertura de estas enfermedades no esté en igualdad con ta de otras. Debernos remediar esta situacién. Una tercera advertencia es que debemos utilizar estas nuevas y poderosas herramientas cientificas bien y sabiamente, por- que la capacidad de manipular la base de la vida en s{ misma -el genoma- y la base de la humanidad —la mente— nos carga a todos con una gran responsabilidad. El mundo feliz. creado par la ciencia debe ser el mundo humano e ilustrado de la obra de Shakespeare, no el mundo totalitario y autoindulgente de Un mundo feliz de Huxley, resultado precisamente del mal uso de la ciencia. El mensaje de esperanza es aiin mas importante. La enfermedad mental es un flagela que aflige las mentes, los cerebros y los espiritus de millones de Personas en todo el mundo. Podemos sentimnos reconfortados porque la per- cepcién social de estas enfermedades ha satido finalmente de tos afios de oscuridad. Mas atin, el estudio cientifico de las enfermedades mentales se esta ‘Nota del traductor: el titulo en inglés de este libro, Brave New Brain, hace referencia a una frase del libro La Tempestad de Shakespeare ~jOh brave new world, that hath such people in it!—, pero coincide con el titulo del libro de A. Huxley A Brave New World, traducido a nues- tro idioma como Un mundo feliz; de ari que hayamos escogido una traduccién paralela a la de Un mundo feliz para este libro. ee eee ee Pmeracsol 1d) produciendo ahora, en la era del genoma y la edad de oro de la neurociencia. Hace séle unos afios que se estan utilizando las técnicas de genética molecu- lar, biologia molecular, neurobiologia y neuroimagen para entender las causas, de la enfermedad mental. Como se describe en este libro, hemos aprendido mucho sobre la mente y la molécula, pero lo mejor est por llegar. Los pro- gresos en la enfermedad de Alzheimer se suceden con gran rapidez y de forma ms lenta pero progresiva —interrumpida a veces por haltazgos espectacula- res— avanza también el conocimiento de la esquizofrenia, los trastornos afec- tivos 0 los trastornos de ansiedad. La meta a corto plazo de los que trabaja- mos en la investigacién de la enfermedad mental es entender las causas para poder encontrar mejores tratamientos. La meta a largo plazo es descubrir cémo actuar de forma temprana y prevenir que al menos algunas de ellas lle- guen a producirse. La meta del siglo XXI es descubrir una «penicilina para las enfermedades mentales». Nos gustarfa luchar contra la esquizofrenia o la demencia de forma tan eficaz como hoy luchamos contra enfermedades infec- ciosas como la neumonja o la neurosifilis. Esperamos descubrir ese mundo feliz en el que la enfermedad mental, ahora tan frecuente y dolorosa, sea algo infrecuente y de facil tratamiento. El libro tiene cuatro partes. La primera introduce al lector en los temas principales: el impacto y la carga personal y econémica de la enfermedad men- tal, las experiencias humanas internas de aquellos que las padecen y las dife- rentes formas de incomprensién a las que estan expuestos, llenas de falsas dico- tomias y simplificaciones. La segunda parte contiene tres capitulos de iniciacién a la neurociencia y la genética molecular. Introducen al lector en la actividad y las funciones del conjunto cerebro/mente y del ADN y los genes. Algunos pueden encontrar estas partes un poco dificiles de seguir. Puede que prefieran pasar de largo y volver a ellas mas tarde, después de haber leido la tercera parte. La segunda parte es, sin embargo, un referente importante, por lo que et lector deberia ojearla’y repasarla, usdndola para aprender mas acerca de la mente y la molécula, pero sin sentirse culpable por no retener toda la informacion. Después de todo, los que trabajamos en esto de fa ciencia nos hemos pasado toda una vida intentan- do entender la complejidad de la mente y el genoma. La tercera parte contiene cinco capitulos que se centran en las definiciones y avances cientificos que han experimentado los cuatro grupos principales de enfer- medades mentales: esquizofrenia, demencias, trastornos del estade de animo y trastornos de ansiedad. Empieza con un capitulo que describe la historia y el marco conceptual del estudio cientifico de ta enfermedad mental, y proporciona una especie de «informe» sobre el estado de la cuestién en este momento. Los otros cuatro capitulos profundizan en los detalles de cada una de las enfermedades, empezando con una historia de un paciente y continuando con la descripcién de los sintomas, cémo afecta la enfermedad al individuo a lo largo de la vida, sus meca- rnismos sociales y neurobiolégicos y sus tratamientos. eee eee ceeee ce eeeeeneeeneaee La Ultima parte contiene un nico capituto, que pondera las implicaciones sociales, morales y econdmicas de nuestro creciente conocimiento de las enfer- medades mentales. eR Quiero dar las gracias a todos los que me han ayudado a terminar este libro. La Oxford University Press, y especialmente Fiona Stevens, confiaron en mi deci- sign de escribir un libro serio que no comprometia el contenido y que asumia que la gente queria aprender algo acerca de la mente, los genes y las enferme- dades mentales. Susan Schultz me hizo gran cantidad de sugerencias para la edi- cin, todas ellas muy valiosas, y otras personas aportaron también algunos iti- les comentarios, incluyendo a Raymond Crowe, Elliott Gershon, Jack Gorman, Sergio Paradiso y Steven Hyman. Muchas gracias a los que ayudaron a la prepa- racion del manuscrito y las ilustraciones: Luann Godlove, Shirley Harland, Brian Wilson, Ron Pierson, Vince Magnotta y Helen Keefe. Obviamente, solo yo say res- ponsable de tos postbles errores en el texto. También deseo dar las gracias a los muchos pacientes que he visto a lo largo de los afios. Ellos me han ensefiado mucho mas sobre la enferrnedad mental de lo que se puede recoger en cualquier libro. También me han mostrado ~y a muchos otros— el coraje y la dignidad de tos que sufren y luchan para sobrepo- nerse al sufrimiento, y el valor y amor de tantos de sus familiares. Todos los casos ctinicas del libro se basan en personajes reales, pero se han cambiado algunos detalles importantes para proteger su privacidad y anonimato, INDICE DE CAPITULOS Parte | CEREBROS ROTOS Y MENTES CONFUSAS Capitulo 1 Un cerebro feliz Enfrentarse a la carga de a enfermedad mental Capitulo 2 Una pesadilla al despertar . Enfermedad mental y gente corriente Capitulo 3 Cerebros rotos, mentes confusas ....... Cegados por falsas dicotomias Parte It LA MENTE ENCUENTRA LA MOLECULA Capitulo 4 El cerebro . La orquesta dindmica de ta mente Capitulo 5 Cartografiar el genoma ... . El proyecto de la vida... y de (a muerte Capitulo 6 Cartografiar la mente .. Uso de la neuroimagen para observar cémo piensa el cerebro Parte Ill LA CARGA DE LA ENFERMEDAD MENTAL Capitulo 7 Entender qué es la enfermedad mental El pasado es el prélogo del progreso 23 39 85 127 161 XV inpice be capirutos Capitulo 8 Esquizofrenia ........ Una mente dlvidida Capitulo 9 Trastornos del estado de animo .. Cabalgar en la montafia rusa de las emociones Capitulo 10 Demencias ..... Una muerte en vida Capitulo 11 Trastornos de ansiedad . El regulador det estrés se descontrola Parte IV UN CEREBRO FELIZ Capitulo 12 ‘Oh mundo feliz .. La conquista de la enfermedad mental en {a era del genoma Bibliografia y lecturas recomendadas .. Indice alfabético de materias 185 215 253 279 317 345, 353 PARTE CEREBROS ROTOS Y MENTES CONFUSAS CAPITULO 1 UN CEREBRO FELIZ ENFRENTARSE A LA CARGA DE LA ENFERMEDAD MENTAL Ox provicio! J CUANTAS HERHOsAS cRuATURAS HAY Agu! {1 QUE BELA Es 1A wuAnoAD! ja, HAGNIFCO UNDO NUEVO ‘Que TENE Tat genre! WILLIAM SHAKESPEARE The tempest, vi, 182-186 Como ossenvo Mitavoa en la magica obra de Shakespeare, La tempestad, los seres humans son criaturas maravillosas, agradables y bellas. Con esta obra,el autor se despidié del teatro en Londres; ta escribié poco antes de cumplir los 50 afios y luego abandoné la escena para siempre, retirandose a una vida més tranquila en Stratford-on-Avon. No se sabe el porqué. En esta su altima obra, puede que Shakespeare quisiera dar al mundo un mensaje que creia muy impor- tante. Igual que Romeo y Julieta es una gran obra para adolescentes, La tem- pestad es una gran obra para adultos. Trata sobre temas nobles y fundamenta- les, como vencer al diablo con la bondad y la ignorancia con la sabiduria. Trata del amor y la esperanza. Porque es sabia y positiva, es mi obra favorita. Miranda pronuncia ‘as palabras de esta cita cuando ve por primera vez a otros seres humanos, después de que una tormenta haga naufragar un barco y los supervivientes se esfuercen por llegar a tierra. Ella habia crecido en una isla soli- taria, rodeada s6lo de criaturas no humanas como el etéreo espiritu Ariel o el pri- mitivo Caliban. Su padre, Préspero, era el Unico ser humano que ella habia visto jamés. Por un azar, entre los supervivientes del barco se encontraba Antonio, el hermano de Préspero, a quien habia traicionado y desterrado de Milan hacia muchos afios. Entre ellos habia también un hermoso joven, Fernando, del que ‘Miranda se enamora (incluso cerca ya de los 50, Shakespeare todavia sabe qué es estar enamorado). Miranda albira de repente un mundo feliz, lleno de personas bellas y agradables. La obra trata de la reconciliacién entre los dos hermanos dis- tanciados y el amor que crece entre Miranda y Fernando. ‘A pesar del optimismo fundamental de su ultima obra, Shakespeare tam- bién sabia que los seres humanos pueden ser criaturas muy agitadas. La tem- pestad admite que hay muchas fuerzas ocultas a nuestro alrededor y en nuestro interior: malos entendidos, traiciones, crueldad, odio y maldad. Nos matamos unos a otros. Nos mentimos unos a otros. Nuestros seres queridos enferman, | cerenros RoTOS Y MENTES CONFUSAS sufren y mueren. También nosotros enfermamos, sufrimos y morimos. La tem- pestad es una obra que se enfrenta a estas fuerzas tenebrosas con ojos adies- trados y realistas... y lo hace con claridad. El optimismo fundamentado en la realidad es el Unico camino hacia un «mundo feliz». Como La tempestad, este libro se ocupa del dolor y el sufrimiento y expre- sa la conviccién de que éstos pueden vencerse con inteligencia y conocimiento. Este libro trata de cémo construir un «cerebro feliz». Tata de un grupo de enfermedades de las que el género humano es heredero: las enfermedades que surgen del cerebro y se expresan a través de la mente. Las enfermedades men- tales. Trata de las personas que las sufren, de los amigos y familiares que com- parten su sufrimiento, de los médicos que las tratan y los cientificos que las estudian para descubrir sus causas y encontrar mejores tratamientos. Final- mente, trata sobre cémo se combinaran las poderosas herramientas de la gené- tica y \as neurociencias en las proximas décadas para construir cerebros y men- tes mas sanos, mejores y mas felices. Sin embargo, para conseguirlo debemos enfrentarnos primero a la enfermedad, el sufrimiento y el dolor. Como en La tempestad, nuestro optimismo debe construirse sobre una sélida base de reali- dad, no sobre una efimera base de ingenuidad. Las enfermedades mentales a menudo son ignoradas, malentendidas o estig- matizadas. Enfrentarnos a cualquier enfermedad grave nos conmueve y atemo- riza. A quienes tenemos capacidad de empatia e introspeccién, nos obliga a admitir que también somos vulnerables y que podria ocurrimos lo mismo que a cualquiera de nuestros seres queridos. Hablamos de «cancer» 0 «ataque al ‘coraz6n» con voz baja y respetuosa. Las enfermedades mentales producen pro- bablemente l@teaccién mas intensa de todas, porque son las menos compren- didas entre las diversas enfermedades hnumanas. Nuestra reaccién instintiva cuando nos cruzamos con una persona de aspecto descuidado y que murmura, que sufre una enfermedad mental, es mirar a otro lado. Incluso cuando un amigo intimo tiene un problema que requiera hospitalizacién, somos reacios a visitarle (la excusa es a menudo «no quiero moslestarle», 0 «no sabria de que hablar»). Hay muchas e importantes razones por las que no podemos permitirnos ignorar las enfermedades mentales. Primero, son muy frecuentes. Muchos de los que tienen en sus manos este libro tienen un amigo con una enfermedad men- tal, o la sufren un familiar o ellos mismos. Las enfermedades mentales estan entre las mas frecuentes del ser humano. La esquizofrenia afecta a un 1 % dela poblacién, el trastorno maniaco-depresivo a otro 1 %, la depresién mayor a un 10-20 % y la enfermedad de Alzheimer a un 15 % de la poblacién mayor de 65 afios. Y esto sélo por mencionar las mas graves. En segundo lugar, son tre- mendamente costosas, tanto econémicamente como psicolégicamente. En todo el mundo, el coste es de billones de délares. En 1990, la Organizacién Mundial de la Salud hizo un estudio sobre el coste de la enfermedad médica en todo el mundo, y los resultados se han publicado recientemente en un libro titulado Global Burden of Disease (La carga global de \a enfermedad). Si le preguntase- UN CEREBRO FrLZ S ‘mos su opinion a la gente, la mayoria dirfa que el coste mayor corresponde al cancer 0 las enfermedades cardiacas. No es asi. Las enfermedades mentales nos cuestan mas que cualquier otro grupo de enfermedades. Hay muchas formas de contabilizar el gasto econémico de la enfermedad, pero todas nos tlevan a la misma conclusion: que deberia darse prioridad a la investigacién y tratamiento de la enfermedad mental por la diversidad de modos en que es altamente cos- tosa a la sociedad. La tabla 1-1 muestra algunos datos del coste debido a incapacidad en el grupo de poblacién de 15 a 44 afios. Este coste esté expresado en una unidad de medida, conocida como Disability-Adjusted Life Years (DALY, afios de vida en funcian de la discapacidad), desarrollada por los investigadores de Harvard que escribieron el libro La carga global de la enfermedad. Es una medida compues- ta del tiempo perdido por mortalidad prematura y del tiempo vivido con disca- pacidad, La pérdida de una unidad de medida (1 DALY) equivale a la pérdida de 1 afio por persona. Entre la poblacién que esta en la plenitud de la vida, la depresin supone un coste mayor para la sociedad que ninguna otra enferme- dad, y hay cuatro enfermedades mentales en el grupo de las diez primeras cau- sas de discapacidad. Las autolesiones (a menudo suicidio por enfermedad men- tal) también estan en este grupo. En este intervalo de edad, la enfermedad mental supone una pérdida de millones de afios de posible vida productiva. Las enfermedades mentales no sélo son costosas a nivel econémico. Tam- bién son un cruel tributo psicoldgico y, lamentablemente, a menudo son morta- les. Un 10 % de los sujetos con esquizofrenia y un 10 % de las personas con depresion se suicidan. La tasa de suicidios crece inexorablemente entre nuestro ms preciado patrimonto nacional e internacional: la infancia. Perder a un hijo por suicidio es quizés una de las experiencias mas dotorosas por la que una persona pueda pasat, aunque observar que la esquizofrenia se apodera de la TaBtA 1-1. LAS DIEZ CAUSAS PRINCIPALES DE DISCAPACIDAD EN EL MUNDO Two DE DISCAPACIDAD Coste (en DALY) Depresién mayor unipolar 42,972 Tuberculosis 19,673 Accidentes de tratico 19,625 Consumo de alcohot 14,848 Autolesiones 14,645 Trastorno manfaco-depresivo 13,189 Guerras 13,134 Violencia 12,995 Esquizofr 12,542 Anemia ferropénica 12,511 6 cEREBROS ROTOS Y MENTES CONFUSAS personalidad y capacidades mentales de un adolescente o un adulto joven tam- bién causa un dolor casi insoportable a su familia, y ser testigo de la muerte lenta de un familiar o de nuestro cényuge debido a la enfermedad de Alzheimer nos rompe el corazon. De hecho, si afrontamos la realidad de manera honesta, nos damos cuenta de que las enfermedades mentales destacan respecto a otras enfermedades porque son especiales y‘atemorizantes. Afectan al 6rgano mas importante de nuestro cuer- Poy a nuestras capacidades mas importantes. Afectan al cerebro y su producto, ta mente. La medicina moderna nos ha ensefiado que no morimos cuando se para el corazén 0 dejamos de respirar, morimos cuando muere el cerebro, cuando éste deja de producir los caracteristicos rit mos eléctricos que indican que nuestras neu- ronas funcionan. Nos sentimos realmente vivos cuando nuestro cerebro est ple- namente activo, cuando jugamos (0 vemos emocionados) un partido de balonces- to, cuando leemos un libro interesante, cuando escuchamos una cancién o una sin- fonia que nos atrae de forma particular. Lo que mas tememos no es quedamos paraliticos en un accidente, ni morir de repente por un ataque al corazon —aun- que ambas situaciones serian crueles— tememos més perder la cabeza. Las enfermedades mentales son ese gorila de casi 300 Kg, escondido en el armario, al que tememos enfrentarnos. Pero tenemos que hacerlo. Las enfer- medades mentales son importantes ahora y lo serén mas en las préximas déca- das. La carga 0 peso global de la enfermedad mental continuaré aumentando, hasta que consigamos mejorar los tratamientos las medidas de prevencién. Son varios los factores demograficos que contribuyen a ello. En primer lugar, nuestro pafs envejece, con el consiguiente aumento en el desarrollo de la enfer- medad més importante que afecta a la vejez: la enfermedad de Alzheimer. En segundo lugar, la generacién del baby boom esta envejeciendo, y esta particu- lar cohorte de la poblacién ya presenta indices de ansiedad y depresin mas altos que las generaciones anteriores. A medida que este amplio grupo alcance los 60 afios, también contribuiran a aumentar las cifras de afectados por la enfermedad de Alzheimer. A menos que hagamos algo, dejaremos a nuestros hijos una gran carga de responsabilidad y sufrimiento. La realidad de la enfermedad mental tiene muchas facetas dolorosas y, como es légico, nos gustaria ignorarto. Sin embargo, como en La tempestad, podemos oponer la realidad del sufri- miento a la realidad de la esperanza. Durante las ultimas dos décadas del siglo x, tanto los psiquiatras como sus pacientes han reconocido definitivamente que las en- fermedades mentales son enfermedades del cerebro que pueden entenderse y tra- tarse con herramientas establecidas cientificamente. La ultima década del siglo xx fue designada por el Congreso de Estados Unidos como «la década del cerebro». En este momento, nos encontramos en medio de una edad de oro de la investigacién biomédica. Estamos ocupados en dos de los acontecimientos mas importantes de la historia de la ciencia y la medicina: estamos cartografiando simultaneamente el cerebro y el genoma humanos. Y en ambos casos es una tarea amedrentadora. El UN CEREBRO FeUZ 7 cerebro contiene billones de neuronas, la mayor parte de estimaciones consideran que alrededor de 10", El genoma humano contiene pocos genes, se estima que unos 80.000, quizé menos, y no todos son activos («se expresan») en todas las par- tes del cuerpo —s6lo alrededor de 20.000-30,000 en el higado, por ejemplo. Pero la mayoria estan activos en el cerebro. La cartografia del cerebro ha sido posible gracias a una serie de nuevas tecnologias que nos permiten entender fendmenos a gran escala, una escala a la que los neurocientificos se refieren como «nivel de temas», expresion que hace referencia a funciones de la mente como la memoria 0 la atencién. La codificacién det genoma ha sido posible gracias al espectacular avance en las técnicas de genética molecular y biologia molecular, que trabajan a una escala muy reducida a nivel molecular. La evolucion de estos dos objetivos se describe con detalle en los capitulos 4 a 6 del libro. Los logros conseguidos en estos dos niveles de investigacién se encontrarén en algiin momento de la proxima década, quiza dos. Cuando lo hagan, los resul- tados serdn increibles: entenderemos cémo enferman las células de nuestro cerebro cuando sus moléculas enferman, y comprenderemos como se expresa esto a nivel de sistemas, por ejemplo el de la atencién y la memoria, para que los humanos desarrollen enfermedades como la esquizofrenia y la depresién. Una vez que mente y molécula coincidan, la prevencién sera posible. Y la mejora de los tratamientos, también. Este libro es una guia de viaje hacia el futuro, y se ha escrito para ayudar a los curiosos a entender que serén posibles mejores tratamientos y medidas preventivas. La parte Il, «la mente encuentra la molécula» (caps. 4-6), intro- duce al lector a los fundamentos cientificos de la psiquiatria moderna: el estu- dio del cerebro y la mente y el estudio de la genética y la biologia molecular. La parte Ill, «La carga de la enfermedad mental» (caps. 7-11), proporciona al lector importante informacién sobre lo que sabemos hasta ahora del diagnés- tico, los mecanismos etiopatogénicos y el tratamiento de los cuatro grupos principales de enfermedades mentales: esquizofrenia, trastornos del estado de nimo, demencias y trastornos de ansiedad, Los lectores de este libro seran espectadores en las primeras décadas det siglo xx, y verén cémo se hace gradualmente realidad la esperanza de vencer las enfermedades mentales. Quiza por primera vez en la historia, podemos ser optimistas respecto a las enfermedades mentales, que hasta ahora han sido una espantosa lacra. Es un momento excitante. Las luces se apagan. El primer acto de este drama empieza con una histo- ria real sobre personas reales, personas que de repente se encuentran a si mis- mas enfrentandose a una enfermedad mental, en un mundo que todavia no esta preparado para considerarlas y entenderlas. Empecemos con la dolorosa realidad. Veamos cémo pueden influir las enfermedades en la vida de gente corriente igual que usted 0 yo. CAPITULO 2 UNA PESADILIA AL DESPERTAR ENFERMEDAD MENTAL Y GENTE CORRIENTE EN 1A MENTE HAY MONTARIAS V ABISHOS TERRIBLES, ESCARDADOS, QUE NADIE EXPLORO. QUEEN NO HA PENDIDO DE SUS CORNISAS INO WA ConocIDO Et HORROR. MAS NO HEMOS DE SUFRIR EN EXCESO EN NUESTRO CAUTIVERIO ESE VERTIGO ATROZ. -Geraro Maney Horas (No Worst, TueRe Is Nove ‘Mary estasa PREocuPADA. Conocia a Jim desde hacia 11 afios y llevaban 6 casa- dos. Jim era un hombre fuerte, como una roca, y podia contar siempre con él. Ahora, de repente, parecia estar alejéndose sin razén aparente. Su «roca~ se estaba convirtiendo en un montén de guijarros justo delante de sus asombrados y cada vez mas asustados ojos. :Qué estaba pasando? Todo habia empezado hacia 4 meses. Dios!, cqué me pasa? Jim fijé su mirada vacia en el Alka-Seltzer mientras \as burbujas se acumu- laban alrededor del comprimido antes de subir por el vaso. No puedo hacerlo. Simplemente NO PUEDO hacerlo. No puedo trabajar todo el dia e intentar estudiar toda la noche. ;Por qué llegué a esta situacién? Mary estarta mejor sin mi. Tenia un nudo en el estémago. Quiso coger su cepillo de dientes y golped el vaso con el Alka-Seltzer, que se hizo afiicos en el suelo. Se dejo caer en el frio suelo de baldosas y sostuvo un trozo de cristal sobre su frente, como si quisie- ra enfriar las preocupaciones que bullian en su interior e intentaban salir. Quiso recordar cuando empezé a sentirse tan mal. Intenté buscar una razén para aquella sensacion dotorosa en el estomago que parecia envenenar su concen- tracién y socavar su energia habitual. No podia encontrar razén alguna. Su espo- sa Mary era la alegria de su vida, Le habia apoyado constantemente en su vuel- taa la escuela de empresariales para que pudiera dejar su trabajo en la cons- truccién y mejorar su situacién, Sélo le faltaba un semestre para acceder al mundo de as salas de juntas y los ordenadores portatiles. Tenia que conseguir- lo ;Por qué tode parecia tan gris y siniestro? Por qué no podia deshacerse la sen- sacién visceral y enfermiza que le golpeaba en el momento de levantarse por la mafiana? 10 ceReBROS ROTOS Y MENTES CONFUSAS Mientras se sentaba, analizé la sensacién. Era el mismo temor enfermizo que habia sentido en la escuela primaria, un dia que creyé que se habia subido a un autobiis equivocado al volver a casa. Era aquella sensacién surrealista de que «algo no encaja en el cuadro», que se manifestaba como una oleada de angustia. En aquella ocasién, el temor se esfumé at ver 'a primera cara conoci- da en el autobis 0 al reconocer la ruta, pero esta vez permanecia. Las maitanas eran casi intolerables, de ahi el Alka-Seltzer. La sensacién disminufa un poco durante el dia, pero nunca, nunca le abandonaba. Le habia perturbado el suefio durante semanas, y se sentia como un muerto viviente. 2Cémo puedo continuar de este modo? Es culpa mia por intentar cambiar lo que soy. Es mi penitencia por intentar ser algo mas que un trabajador de la construccién como el resto de mi familia. La gente como yo deberia quedarse en su sitio... Lo \égico seria que se sintiera feliz. Estaba a punto de convertir en reali- dad un suefio que habia tenido durante muchos afios: acabar su master en la escuela de empresariales y conseguir un trabajo mejor remunerade en una empresa, preferiblemente en el departamento de marketing y ventas. Ambos habian trabajado, planificado y sacrificado cosas para conseguirlo. Habian pos- puesto el tener familia para que Mary pudiese continuar con su trabajo de secre- taria y ayudar a pagar los gastos de los estudios de Jim. El reloj biolégico de Mary estaba en marcha, ella tenia 31 afos y é\ 34, asi que no podian esperar mucho mas. Habian renunciado a comprar una casa o incluso muebles o una buena vajilla, porque sabian que iban a mudarse. Jim habia seguido trabajando media jornada en el negocio familiar de construccién, instalando techos en casas. Era un trabajo duro y en cierta medida peligroso, pero pronto podria acceder al mundo de {os ejecutivos, con todas sus ventajas. jEn realidad hacia tiempo que anhelaba ponerse traje y corbata cada dial Todo empez6, aparentemente, con una gripe. Estaba cansado, con febricu- lay mialgias. También perdié el apetito. Dejé las clases por unos dias y perma- necié en cama. La fiebre y el dolor desaparecieron, asi que volvié al trabajo y alos estudios, pero no se sentia mucho mejor. De hecho, se sentia peor en algu- nos aspectos. La falta de apetite se convirtié en nauseas. Cuando se levantaba por la mafiana, sentia un dolor en el estémago que disminuia durante el dia, pero no se sentia con fuerzas para comer. Jim y Mary bromeaban sobre su «enfermedad matutina» y la posibilidad de que fuera él en vez de ella quien estuviera «esperando». Cuando ya habia perdido unos 2 kg y seguia encontran- dose peor, ¢ incluso vornitaba un par de veces cuando las néuseas eran muy intensas, ta broma dejé de ser graciosa. Se afiadieron otros problemas. Se des- pertaba en mitad de la noche, con ansiedad por cosas que tenia que hacer al dia siguiente, y no podia volver a dormirse hasta 2.0 3 h después. Al dia siguiente estaba agotado. Tenia que preparar grandes proyectos en dos asignaturas, y empez6 a preguntarse si seria capaz de terminarlos. Se sentia asustado y muy UNA PESADILLA AL DEsPERTAR 17 inseguro de un modo que nunca habia experimentado. Habitual mente se enfren- taba a los grandes proyectos con confianza y solia estar entre los mejores de la clase. ;Por qué le ocutria esto ahora? Empez6 a ponerse nervioso por todo. A veces incluso le temblaban las manos. Empezaba a creer que era un perdedor y ‘Mary tenia problemas para convencerle de lo contrario. La situacién se convir- tid en crisis cuando dijo que habia decidido no buscar otro trabajo al afo si- guiente, que simplemente volveria a la jornada completa en el negocio familiar. Incluso insinué que dejaria las clases y no terminaria el master. Tenian un seguro médico con una compaiiia a través del trabajo de Mary. ‘Ambos tenian buena salud, asi que nunca lo habian utilizado, excepto para la revision ginecologica anual de Mary, para que le recetaran anticonceptivos. Decidieron que Jim tenia que ver a un médico. Era obvio que tenfa alguna enfer- medad. El médico era un hombre joven y rubio, con un bigote pequeiio y caido, fino pero fuerte, con la bata blanca obligatoria sobre una camisa de cuello abierto y unos pantalones caqui con zapatos Birkenstock. Se llamaba Dr, McNerny. Escuché la historia de Jim: la gripe, el cansancio posterior, las nduseas y vomitos, los tem- blores y el insomnio. Después le hizo un montén de preguntas, en primer lugar sobre lo que Jim bebja. Jim y Mary solian tomarse una cerveza antes de ir a dor- mir, Era el momento en que se relajaban juntos, charlaban y repasaban los acorr tecimientos del dia. Ocasionalmente, también se tomaban una botella de vino durante la cena del sébado, quizés una vez al mes. A Jim le costé convencer al médico de que no bebia mas que eso. Después le pregunté sobre el café y otras bebidas con cafeina. Jim tuvo que reconocer que bebia mucho café, cinco o seis tazas al dia. Ademas se bebia un par de latas de Coca-Cola o Pepsi. A continuacién, el médico pregunté por la dieta. Jim y Mary estaban orgullosos de sus habitos. Al padre de Jim le habian hecho un bypass y por lo tanto tenian-muy en cuenta el hacer una dieta sana y «protectora» del corazén: came sélo dos veces por sema- na, mucha fruta y verdura fresca, pasta, arroz y aceite de oliva en vez de mante- quilla o margarina, Aunque a Jim le encantaba el helado (y lo hubiese preferido como tentempié antes de acostarse), Mary casi nunca le dejaba comerlo. Y des- pués vinieron las preguntas sobre el ejercicio, el tabaco y el consumo de drogas ilegales. De nuevo obtuvieron buena nota. De hecho se habian conocido corriendo, y correr y montar en bici juntos formaba parte de su rutina. Ninguno de ellos habia fumado 0 consumido drogas ilegales. También les hicieron muchas preguntas acer- ca de las enfermedades del padre y la madre de Jim y de otros familiares: enfer- medades cardiacas, diabetes, cancer, enfermedades renales, etc. El médico exploré cuidadosamente el corazén y los pulmones de Jim, com- probé su equilibrio y coordinacién, le miré el fondo del ojo y ta boca, aparen- temente para abarcar las principales partes del cuerpo. Todo estaba bien. No obstante, al pesarle, Jim observé que habia perdido un total de 3,6 Kg en las ltimas 6 semanas. El Dr. McNerny se mostré preocupado y le pregunté si habia bebido mucho liquido y orinado mucho. 12 cerewros RoTOs Y MENTES CONFUSAS Después de completar la exploracion fisica, el Dr. McNerny le dijo que le gustaria hacerle un anatisis de sangre y orina. Habia muchas causas posibles para el problema de Jim, pero la mayoria eran poco probables. Se podia pensar en una diabetes o una alteracién tiroidea; la pérdida de peso le hacia sospechar de un posible cancer. Sin embargo, él creia que lo mas probable era que el proble- ma de Jim fuera un exceso de cafeina. Le sugirié, cambiar el café por infusiones (ni siquiera café descafeinado, ya que contiene un poco de cafeina) y pasarse a refrescos sin cafeina, ‘Cuando Jim abandoné la consulta también le preocupaba la posibilidad det cancer. De hecho, ta posibilidad le preocupaba realmente. Unos dias despues, el ayudante del Dr. McNerny les tlamé para decirles que los andlisis de sangre y orina eran normales y que parecia gozar de buena salud. A pesar de seguir el consejo del médico respecto a la cafeina, Jim siguid empeorando. Tenia nauseas durante todo el dia y apenas podia cepillarse tos dientes sin vomitar. De hecho, vornitaba el desayuno tres 0 cuatro veces por semana. Se sentia fatal. Por un lado estaba cansado, apatico y desanimado y por otro estaba nervioso, como un resorte en tensién. A veces se sentia tan ansioso que no podia pensar ni concentrarse durante horas. Apenas podia arrastrarse a clase o al trabajo, Empezé a pensar en dejar los cursos y pos- poner la graduacién, Pensaba en dejar definitivamente lo de las ofertas de trabajo. No tenia energia para volver a hacer un nuevo curriculum, compro- bar las ofertas nuevas y enviar las solicitudes. Es mas, no creia que nadie qui siese contratarle. Mary decidié hacer algo por su cuenta. Con su actitud emprendedora y reso- lutiva de siempre, decidié que era el momento de investigar por su cuenta sobre el problema de Jim. Empezé por buscar en varios sitios de internet que propor- cionaban informacién sobre salud. Descubrié algunas cosas interesantes, como que los sintomas de Jim encajaban muy bien con un problema llamado trastor- no por crisis de angustia o trastorno de ansiedad generatizada, y que se trataba de enfermedades mentales muy frecuentes. En realidad, por su edad e historia familiar, la posibilidad de que Jim tuviera una alteracién tiroidea, céncer 0 dia- betes era muy baja. Por otra parte, muchas personas de su edad presentaban problemas de ansiedad. Habia nuevos farmacos para tratar estos problemas y parecia que eran muy efectivos. Mary descargé un articulo de ta revista The Journal of the American Medical Association y se lo dio a leer a Jim. También descargé la descripcién del trastorna de ansiedad generalizada y el trastorno por crisis de angustia del Manual estadistico y diagndstico (Diagnostic and Statistical Manual, DSM), de la American Psychiatric Association. Jim también se sorprendié de to mucho que sus sintomas se ajustaban a la descripcién. Mary insistié y finalmente consiguié que Jim llamara de nuevo al Dr. McNerny para concertar otra visita. Su seguro no creia que fuera necesario, ya que parecia que Jim disfrutaba de un buen estado de salud. Pero finalmente Jim. les convencit de que lo remitieran a un psiquiatra para estudiar la posibitidad de que sufrie- UNA PESADILLA AL DESPERTAR 13 se un trastorno por crisis de angustia 0 ansiedad generalizada. Tuvo que espe- rar otras 3 semanas para la visita. Estaba tan nervioso que apenas podia sopor- tarlo. Esta vez también le visité un hombre joven, en realidad este médico pare- cia incluso més joven que el Dr. McNerny, aunque no llevaba bata blanca. Le dijo que era el Sr. Morgan y que no era médico. Era licenciado en psicologia. EL Sr. Morgan le explicd que su Seguro no disponia de psiquiatras. Si era absoluta- mente necesario, remitian a los pacientes a cualquier otro sitio, pero esto solo se hacia en casos «realmente graves», y no parecia que Jim fuera un caso «real- mente grave». El Sr. Morgan era la persona de su seguro que diagnosticaba y tra- taba los trastornos mentales bajo la supervisién de médicos como el Dr. Mc- Nerny. Se le veia seguro y competente, asi que Jim no tuvo dudas a la hora de confiar en el Sr. Morgan. EL Sr. Morgan le explicé que habia revisado la historia elaborada por el Dr. Mc- Nerny, asi que no era necesario repetir todas las preguntas sobre la ingesta de alcohol, drogas y esas cosas. En cambio, empezé a preguntarle sobre su escolari- zacién y objetivos labbrales. Jim le explicé que su master estaba en plena crisis. Temia tener que dejar la universidad y olvidarse de sus planes de’ entre- vistarse con alguna prestigioa empresa de negocios de algin otro lugar. El St. Morgan sonrié afectuosamente y empezé a hacerle un sinfin de preguntas a gran velocidad. Jim reconocié en seguida que se trataba de los criterios del DSM para los trastornos de angustia y ansiedad que Mary habia descargado. Jim ya sabfa que encajaba en ambos diagnésticos, en ninguno exactamente y un poco en ambos, pero respondié diligentemente a cada pregunta. Al cabo de unos 15 min, el Sr. Morgan se excusé y volvié con una receta. Le explicé que era para un medi- camento llamado Celexa (hidrabromuro de citalopram), similar al Prozac (fluoxe- tina). La dosis necesaria era de 20 mg, y tendria que empezar a tomarla esa misma tarde. No obstante, podria tardar hasta 4 semanas en notar su efecto. El corazén le dio un vuelco. Esperaba una mejoria mas rapida. No habia cido hablar del Celexa, aunque conocia el Prozac y su fama de ser el farmaco que te hace sen- tir «mejor que bien». Bueno, quiza funciona. Merecia la pena intentarlo. Jim habia acumulado una larga lista de preguntas durante las 3 semanas de espera de la visita y deseaba oir las respuestas. =iCual cree que es el problema», pregunté Jim. «Bueno, es una alteracién bioquimica en su cerebro, probablemente una predisposicion con la que ya ha nacido», contesté el Sr. Morgan. “ZY cuanto tiempo duraré?>. «Podria tener este problema el resto de su vida», dijo el Sr. Morgan, «pero no se preocupe, porque la medicacién suele funcionar muy bien». {Quiere decir que tendré que tomar medicamentos durante mucho tiem- Po?», pregunté Jim temerosamente. Jim era muy responsable con la salud, y odiaba tomar pastillas de cualquier tipo. Ademés, era muy autosuficiente y no le gustaba la idea de depender de algo «de por vida». 14 CEREBROS ROTOS ¥ MENTES CONFUSAS EL Sr. Morgan, que parecia mas joven que Jim, se irguié y le miré con seve- ridad antes de contestarle: «Veamos, si tuviese una diabetes no pondria reparas en hacer el tratamiento zverdad?; bueno, esto es como la diabetes, pero es el cerebro el que esta enfermor. «Pero, ino podria tratarse con psicoterapia en vez de farmacos?», pregun- té Jim. . Eso no te inspiré mucha confianza a Jim. «Es realmente el mejor farmaca? ;Funcionara?», pregunté Jim. EL Sr. Morgan empezaba a impacientarse. Era evidiente que habia agotado el tiempo y debia seguir con el siguiente paciente. «Deberia funcionar perfectamente. Estos nuevos farmacos actuan sobre sis- temas quimicos especificos del cerebro que estan alterados. Usted tiene un déficit de serotonina, y este farmaco es to que conocemos como un inhibidor selectivo de la recaptacién de serotonina (ISRS). Compensa su déficit de sero- tonina aumentando la cantidad disponible. Puede tardar 4 semanas, pero estoy seguro de que se encontrara mejor. ;Alguna otra pregunta?» Esta iiltima frase tevaba implicito el mensaje de que ya habia sido sufi- ciente. Jim salié con su receta, sintiéndose s6to ligeramente mas esperanzado. No le gustaba la idea de tener una enfermedad mental, aunque sabia que el Sr. ‘Morgan intentaba tranquilizarlo con toda aquella informacion. Tampoco le gus- taba la postbilidad de una . Jim se detuvo ante el mostrador a la salida. La préxima visita con la Dra Brill seria al cabo de 2 semanas y era probable que después fuera semanal. La visita con el Dr. Hauptman no podria tener lugar hasta dentro 3 semanas, y Jim no estaba seguro de si se precipitaba o si tenia tiempo para decidir lo que real- mente queria hacer. Habia muchas opiniones acerca de lo que le ocurria y como tratarlo. También tenia que descubrir cémo conseguir el tratamiento y cémo pa- garlo. Se preguntaba de qué forma se las arreglaria la gente que estuviese reai- ‘mente confusa o que tuviese poca formacién para conseguir ayuda y resolver sus problemas. Jim visita al Dr. Walker, el psiquiatra recomendado por la mutua, el viernes. El Dr. Walker era otro cincuentén de pelo canoso de aspecto vivaz e inteligente, y también muy profesional. Sobre la mesa tenia copias recientes de revistas, como el American Journal of Psychiatry y The New England Journal of Medicine, que estaban arrugadas y en unas condiciones que dejaban claro que habian sido lei- das, lo que sugeria que era un hombre que estaba al dia de los avances médicos. aun- a UNA PESADULA AL DEsPeRTAR 27 También pasé 1h con Jim y para empezar le comenté que habia revisado su his- torial, enviado por la mutua, asf que ya sabia bastante sobre él. Ha estado pasando una mala temporada», dijo el Dr. Walker. «Témese 5 0 10 min y cuéntemeto con sus palabras, empezando por cuando noté por prime- ra vez que algo iba mal». Cansado ya de su historia, Jim la revis6 de nuevo. Esta vez afiadié la infor- macién sobre el historial de su madre, su respuesta a la medicacién y sus ideas suicidias. Odiaba mencionarlo, pero Mary le habia dicho que tenia que hacerlo. También te conté que Mary habia revisado los criterios del DSM para la depre- sion y que él habia tenido que estar de acuerdo en que encajaba perfectamen- te, aunque la coincidencia parecia mas cosa del infierno que det cielo. «Pero su matrimonio, en cambio, parece ser cosa del cielo» comenté el Dr. Walker. «Tiene suerte de tener una esposa tan inteligente y que le da apoyo. Tiene razén al decir que los dos se necesitan el uno al otro. Prométame también ‘a mi que no se quitara la vida. Si alguna vez se siente muy cerca de hacerlo, lla- meme inmediatamente». «Estoy de acuerdo en que tiene una depresién grave», continué el Or. Wal- ker, «y su madre tiene razén —es lo que solemos llamar «depresi6n endégena», Porque surge de uno mismo y no parece estar causada por ningin factor preci- pitante aparente. En este caso puede que estemos de suerte, porque podemos tener una clave en ta buena respuesta de su madre a uno de los antidepresivos triciclicos. Eso es lo que le voy a prescribir, junto con el Xanax, como apoyo para ayudarle en las préximas 2 semanas. Los tricfclicos son farmacos antiguos y algu- ‘nos médicos los utilizan con menor frecuencia hoy dia, por sus efectos adversos, pero son realmente eficaces para el tipo de problema que usted padece. En este caso los efectos adversos son ventajosos, especialmente en un hombre joven y sano como usted, porque 19s triciclicos son un poco sedantes, actilan casi inme- diatamente sobre el insomnio y la ansiedad y dejan fuera de combate los sinto- mas clave de la depresién en un par de semanas. Jim, no se preocupe por usar . ek ok Jim y Mary tuvieron suerte. Su pesadilla llegé pronto a su fin. Durante las semanas siguientes Jim mejoré progresivamente. Empezé a dormir bien y final- mente, muy bien, Recuperé el apetito y volvié a su peso normal. Al cabo de 3 semanas se sentia otra vez él mismo, Era absolutamente increfble, dado lo mal que se sentia sélo 1 mes antes. Tomaba la medicacién, desde luego, a la que con- sideraba su muleta necesaria y temporal. No le gustaba tener que tomarla, pero al menos funcionaba. Decidié cancelar la visita con la Dra. Brill, a pesar de que le gustaba mucho. Simplemente creia que no necesitaba la ayuda adicional. Mary, su madré, su padre y el profesor Vogel le daban suficiente apoyo psicolégico. Terminé el curso, contesté a las demandas de trabajo, pasé bien las entrevistas y tuvo cinco 0 seis buenas ofertas. Escogié una posicién de ensuefio en marketing 8 3M, en Minneapolis, lo suficientemente cerca de su familia, que vivia en el este de Illinois, para que sus hijos pudiesen ver a los abuelos a menudo. Disminuyé pro- gresivamente la medicacién hasta retirarla, después de 6 meses. Al cabo de 5 afios, todavia no habia tenido ninguna otra depresién. CAPITULO 3 CEREBROS ROTOS, MENTES CONFUSAS CEGADOS POR FALSAS DICOTOMIAS {0H castaio FEeLNDO, GEnEROso EN Races v BROTES! CERES TH EL TRONCO, (A HOMh 0 1A F108? 0H cueRpo ENTREGADO A UA Msi, OH EsTHRLANTE FutGOR! DONDE TERHINA EL BANE V EFPIEDA EL BANARIN? Wiuuaw BuTiee Years Avon Scnoot CHuoREN MIENTRAS NAVEGAMOS MENTALMENTE por la vida e intentamos esclarecer donde hemos estado, donde estamos y adénde vamos, utilizamos dos enfoques muy basicos. Uno es el analisis y el otro la sintesis. Cuanda anatizamos, literalmente descomponemos las cosas en sus partes (ana, separar; ysis, destruir). El viejo poeta Yeats, que se paseaba por un aula Wena de nifios y reflexionaba sobre su pasado y su futuro y sobre et de todos los seres humanos, termina su meditacién sobre la continuidad y discontinuidad de la vida, analizando un simple castaho. zDénde empieza y dénde termina?, zqué parte es la esencia?, 2es el tranco, a partir del cual crece y se renueva cada afio. el arbol en el renacer de la primavera?, zes la flor, otorosa y hermosa pero tam- bién efimera, que produce ta semilla y después muere?, 20 son las hojas, la som- brilla verde que respira para el arbol y le da energia para mantenerlo con vida? Obviamente, no se trata de una sola de estas cosas, sino de todas ellas. El analisis es una herramienta poderosa. Nosatros los humanos somos pro- bablemente las Gnicas criaturas que pueden analizar conscientemente y de este modo. Utilizamos el analisis para ver la estructura y los componentes de \as cosas, Podemos romper la continuidad del tiempo en partes y crear con- ceptos como pasado, presente y futura. Podemos definir interrelaciones entre nosotros y los demas y desarrollar ideas como familia, tribu y nacién. Pademos dividir la'taz de la tierra o el universo en mapas con fronteras y regiones y dar- les nombres como Tierra o Mercurio. Podemos crear unidades de peso y medir cosas después de dividirlas en partes como metros, millas y minutos. Podemos asignar valores a las cosas que vemos y medirlas, basandonos en la escasez (como el oro), la belleza (como el arte) o la utilidad (como la comida o el agua). Cuanto mas analizamos, mas nos parece que entendemos. Cuanto mas ana- lizamos, mas sentimos que podemos controlar. Olvidamos que megabytes, mili- metros y milenio no tienen ningun significado intrinseco y que son invenciones meramente humanas. Si ponemos demasiado esfuerzo en entenderlo todo,

Вам также может понравиться