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JOHN BEATTIE OTRAS CULTURAS Objetivos, métodos y sealizaciones de Ja Antropologia Social FONDO DE CULTURA ECONOMICA México PREFACIO. EN Este libro estudio algunas de tas contribuciones que Ja joven ciencia de Ia anteopologia social puede hacer y ha hecho para com- prender Ins culturas de otros pueblos. Doy por sentado que esta comprensiéa, como todos 1os progresos en nuestro conocimieato del mundo que nos rodea, posce un valor intrinseco. Pero creo también que hoy en dia es mas importante de lo que antes ha sido en Ia historia humana, que Ja gente pueda comprender culturas diferen- tes de la propia, Pretendo demostrar que Ia antropologia social, como tuna de Jas ciencias sociales, puede aportar algo para lograr esta comprensién. La antropologia social no ofrece recetas pricticas para habérsclas con los principales y apremiantes problemas de las relaciones hu manas que se nos presentan en Ia actualidad, ni tampoco. puede Adccienos cémo debemos convivir en este mundo, que se encoge cada vez mis. Pero el que haya aumentado un poco mis nuestro cono- cimiento de la sociedad humana y de la cultura y, de este modo, cf conocimiento de nosotros mismos, puede ayudarnas a entender mejor algunos de estos problemas. Los antropélogos sociales no estin es- pecialments calificados para discutir las relaciones de poder entre los Estado: modetnos 0 para investigar las vastas complejidades de las organizaciones gubernamentales econémicas o industriales de tipo occidental. Estin atin menos dotados para determinar el significado de las innumerables realizaciones cientificas, literaias y artisticas de varios milenios de civilizacién, Pero en algo pueden contribuir, aun cuando este algo sea muy limitado. Fundamentalmente es esto el aber ensanchado de manera significativa nuestra comprensién de las instituciones sociales y cul- turales basicas que, en todas partes, unen a Jos seres humanos en comunidades. Esta contribucién se ha efectuado, en su mayor parte y mis claramente, en el contexto de sociedades a pequeiia escala, preindustciales, que a menudo atin no conocen Ia esctitura (0 no por completo) y que todavia ocupan ura gran parte del globo. Pero incluso en paises con técnica mis desarrollada, la mayoria de las personas sou miembros de comunidades relativamente pequefias, y 9 PREFACIO. f iente vinculadas cor asi coe ut dl mundo modem. Eo sconce eee de ae ae ‘no sdlo en ellas. Son cada = ae es ca 198 antropélogos sociales ecbee corm maken” des indole en Europe, Ama re et acterizan a las sociedades qu. i lades que estudi ‘ivilizadas” © “primitivas”, En 1 ian, sean éstas todas Ins sociedades, ciettas clases de pueden a Han ocurtido y con. os Poraue ta gente inten- Se acidts en términos de las categorise concetlng es, BOC? as categorias conocidas ¢ incuest . Mientas mis grandes sean Ine dies dades alejad: des alejadas de las nucstras, deberi quiere comprender, a través de teen en dichas sociedades, y no 1 imines, Est comprensin es sale —literal tun sri Hteral tanto como, metaféricamente-—de Propia cult pia cultura, ae a desconocia ue desea entender y “aprecde” la nueva > aprenderia un nuevo idioma, (Con Ga rents, Ie primera tazea del antropélogo de = pre in ng ul noc PO es dominar una Debid jue él aes oa los antropdlogos sociales se intetesan Principalment. we lnne ers Y culturales, Jos ‘capitulos ae Me de 'ratan de las instituciones det cmos a Gn el parentesco y el matrimoni ren imiento del orden social, a las relaciones : ‘on jess PREFACIO " importantes dimensiones de la vida social y cultural de Jos miem- bros de 1a mayoria de las sociedades a pequefia escala. En estos capi- tulos intento resumir por lo menos una parte de los conocimientos ‘que los antropélogos sociales han adquirido respecto de las formas que tienen otros pueblos de pensar y abordar estas cuestiones. Pero antes que nada examino, en la Primera Parte, algunas de as preguntas que 10s antropélogos sociales han estado y estin mis interesados en formular acerca de las sociedades y las culturas que estudian; 0 sea que estudio el estado actual de 1a teorfa en Ja antropologia so- cial, Esto es necesatio, en parte, porque las situaciones humanas q tratan 1os antropélogos sociales son a menudo nuevas y descon das; por Jo tanto, deben preguntarse algunas veces cosas nuevas y desconocidas acerca de ellas, Los mismos antropélogos sociales no siempre se han puesto de acuerdo respecto de cuiles son precisa- mente las preguntas mis iiiles que se deben formular. Asi, pues, es necesario estudiar algunas de las hipétesis acerca de la sociedad y cultura humanas con Jas que han trabajado y tratar de determinar cuil de cllas se adapta mejor para lograr el fin deseado; es decir, 1h comprensién mis completa posible de las instituciones que es- tudian. Por lo tanto, en Jos primeros seis capitulos pregunto: Qué ¢s Ia antropologia social, qué tipo de cosas estudia y cémo des- empefian su trabajo los antropélogos sociales? Este libro no es, ni pretende ser, una contribucién original al tema ni en el nivel de Ia teoria ni en cualquiera otro. A lo largo de varios afios dedicados a la ensefianza de Ja antropologia social, he descubierto que a muchas personas que emprenden este estudi por primera vez, les resulta dificil acomodar en un marco comin de referencia los difusos intereses de los diversos antropélogos so- ciales, Les parece que la antropologia social es sin duda (y hay algo de razén en ello) una mezcolanza de diferentes intereses, Ii geramente relacionados entre si. Asi, mi objetivo principal es decir, en un lenguaje no especializado y tan sencillo como me sea po- sible, de lo que a mi juicio trata esta disciplina, El libro no contiene diagramas, y hay en & —asi lo espero— Ja menor can- tidad posible de la jerga antropolégica. No pretende ser exhaus- tivo; muchos temas importantes apenas si se mencionan o se omitea pot completo, Resulta inevitable que sea selectivo y como toda se- leccién debe efectuarse a In luz de ciartos intereses pricticos y teb- n PREFACIO Visa pula Se tambin, en certo séntido, Personal. El punto de wren {cbtico que he adoptado se desprende coe suficiente clatidad, inpt a ft Primera Parte del lito, No aren que difiera en ningin aspecto fundamental del que adores en la actualidad Ja mayoria de mis colepas de la aatropologia social en Ia Gran Bre. EBs, aun cuando en algunos contentos. te intentedo hacer exp. ito lo que en ciettas ocasion ¥ sin duda habré algunas diferencias significativas de grado, Aaadité tam! eatde Bie 3 mismo estoy mis familacanta ¥ que me han pa fecido particularmente itiles, En mis de ae 250, un libro no men- cionado en estas listas podria sustituie igualmente biea 0 mejor, 4 otto que silo esti. Las listas son sélo sugerencias, nada obligatorio, Mis principales deudas en lo que se istione los problemas ted. ans, Sedan patentes nel libro mismo, Pero con mucho la mayor Seutesponde a mi maestio, el profesor Evéee Pritchard: leyé ef ma. Oxfora Jon Bearrie PRIMERA PARTE 1, INTRODUCCION Y ANTECEDENTES EN LA HistoRIA humana hace muy poco que ha Megado a seco- rnocetse en forma bastante extensa —pero de ningiin modo en for- ma universit— que todos Jos seres humanos son fundamentalmente iguales; que comparten los mismos intereses bisicos, y que, por lo tanto, tienen ciestas obligaciones comunes como personas los unos Para con Jos otros. Esta creencia esti explicita o implicita en la mayoria de las grandes seligiones del mundo, pero de ninguna manera ¢s aceptable el dia de hoy pata muchas personas, incluso en las sociedades “avanzadas", y no tendria ningtin sentido en muchas de las culturas menos desarrolladas. Entre algunas’ de las tribus indigenas de Australia, el extranjero que no pueda probar que esti emparentado con el grupo, Iejos de ser bienvenido hospi- talariamente como ser humano, se Ie considers ua peligtoso intruso ¥ puede set alanceado sin escripatos. Los miembros de la tribu de los lugbara del noroeste de Uganda pensaban que todos los extran- jeros son brujos, criaturas peligrosas y apenas humanas que andan al revés y matan a la gente por medio de Ix magia. Los antiguos griegos creian que todas las naciones no helenas eran bacbaras, y sus habitantes gente salvaje ¢ incivilizads, a quien era muy impto- pio tratar como a verdaderas personas, Muchos de los cudadanos de Estados modernos muy avanzados, piensan ahora de modo no muy diferente respecto de Ia gente de otras razas, naciones 0 cul- turas, especialmente si su piel esta pigmentada de color distinto 0 si profesan otras ereencias religiosas © politicas. En los periodos anteriores de la historia humana y en las condi- ciones que imperan en las pequefias sociedades preindustriales que han sobrevivido hasta nuestros dias relativamente aisladas de Ia in- fluencia de Occidente, Ia existencia de estos estereotipos despectivos universales no tenfan mucha importancia, Incluso entre pucblos ve-

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