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Nadie puede ministrar a otros sin antes haber sido ministrado. Alguien que ha de
imponer manos sobre otro, debi haber recibido la autoridad para hacerlo, y haber
pasado por un proceso de ministracin en el que su vida ha sido renovada,
liberada y restaurada. Son muchos los riesgos que se corren cuando alguien
impone las manos con ligereza.
QUE ES MINISTRACION?
Alguien que no haya sido ungido para esta labor de servicio no puede ministrar. La
clave del xito en la ministracin est en creerle a Jess y aceptar todo lo que l
dijo a favor de nosotros por eso debemos:
El Seor ministro a Jess por medio del Espritu Santo, y con esta autoridad
l comenz a hacer el bien entre los necesitados. De esta manera nosotros
como seguidores de Cristo debemos ser ministrados para ministrar a otros
tal como sucedi con el Seor Jesucristo, y podremos hacerlo con la
seguridad de que tambin Dios estar con nosotros en el desarrollo del
ministerio.