Вы находитесь на странице: 1из 57
ROBERTO ARLT Los siete locos Los fanzallamas © De esta edicién, 2000: SICNATARIOS DEL ACUERDO ARCHIVOS. ALLCA XX, UNIVERSITE PARIS X - Bat. F 411-412 200, Av, de la République - 92001 Nanterre Cedex (Francia) Tel: 33 1 40 97 76 61 - Fax: 33 1 40 97 76 15, Primera edicién, 2000 UOADO DE LA EDICIoN Sylvie Josserand Aurore Baltasar IWUSTRACION DE CUBIERTA Silvia Madonni FoTOCOMPOSICION Anormi, 8.1L. - Madrid IMPRESIONY ENCURDERNACION Aubin Imprimeu - Ligugé are. Bibloprint ahuesado 45 g. Miquel y Costas & Miquel, Barcelona Impreso en Francia Arle, Roberto (1900-1942) Los siete locos - Los lanzallamas / Roberto Ark: edicion exitica, Mario Coloboff, eoordinador, 1+ edicién Madrid; Barcelona; La Habana: Lisboa; Paris; México; Buenos Aires; Sio Paulo; Lima; Guatemala; San José: ALLCA XX, 2000. (Coleccién Archivos: 1 ed. 44) ISBN. 2-914273-02-9 |. Mario Goloboft, coord I. ALLON XX, UL. Titulo, Serie: Goleccién Archivos (1. ed. 44, hi Dossier de la obra ‘La verdad no esta en los caftones, ni en la fxerza; la verdad no esti en las fabricas de gas amuillo, donde se mueven todo el dia hombres enmascarados que preparan la muerte, Uestis? No, tampoco esti en Bi la verdad. ¥ concluye tirindose en Ja cama con ese queji- do: «No puedo mds...» que resume toda la novela i el cevior Arlt admitiera consejos le pediriamos que se entrenara més para no estropear asi tan tremendos orases ala mandibula. Y la primera ley, ereador: crear; i pero es Un error rregat del todo la eugenesia, Hay més labor creadora en imponer nuestra voluncad a uns tra que en dejarla salir ala buena de Dios, sin reservar para uno el mérito de poner en tila lo nico que puede ser mas © menos nuestro. Adems, es necesario no dejarse engafiar por ningupo de esos genialores de esquina que san sombrero ancho y melena larga y vette nos encendian la sangre cuando estibamos en eercero 0 cuarto afio del Colegio. ‘Nadie pararh mientes en cosas tan mezquinas como la repetcién de pases as fatas de ovtogria, el inocente plano grafico de la destiladora, cl viejo gue final del periods inser ke cEveribe mal, dicen, segin él, los criticas, olvidando ~de ser exacta la frase~ que Ta palabra no es sino un modestisino medio de expresién y que sl algo bueno tiene esta Epoca lamentable es precsamente el haber negado adoracién a un dios falso: el estilo Nosotros nos limitamos a llorar en Roberto Arlt a un novelista que puede ser mucho y esti resuelto ano ser nada. Roberto Salama: El mensaje de Roberto Arlt* : Un aio ago hace que la editorial Futuro viene publicando las obras de Roberto Ans “creyend prestar con ello un gran favor a la euleura argentina, y exth hoy en visperss de ‘aumplir st objetivo. La misma editorial ha publicado el libro del camarada Lama, Kober “Arlt el torturado, que es wna biografia elogiosa del autor en caestién. 4 “Ambos hechos, y la proximidad del décimo aniversario de la muerte de Arlo actual, zan el interés por conocer si obra, méxime si se tiene en cuenta que al respecto silo parabienes se escuchan, Para unos, Arlt es revolueionatio, para otros, premevolucionarios para otros, popular, para todos, un auténtico artista que debe ser conocido y sdmirado por cl intelectual, el estudiante, ef obrero, a ama de casa. De ser ast la cosa el libro de Larra seria titi, y las reediciones de Futuro, provechosas. 4 ‘Nosotros, antes de agregar nuestro aplauso, queremos analizar el mensaje que he Jegado Roberto Arlt 4 $e ha dicho por algunos comentadores, que en la obra de Arlt es visible sin dificultad un aepeeto que juzgan important: las ilsiones del hombre som rotas por Ta vida, Los sue: 4 a +» Publicado en Cuadernos de Cultura Democrdtica, Buenos Aires. n° 5, febrero de I Recepeidn 743 fios no resisten con éxito a enfrencar la realidad. Y esto es verdad. Sin embargo, no se analiza por qué tal cosa sucede asi A nuestro modo de ver; la razén fundamental reside en el tono vacio de esas ensofia- ciones. Hay anhelos que no son legitimos pues se alejan velozmente del acontecer real y ‘carecen de la facultad de convertirse en hechos tangibles. Precisamente, los personajes de Arlt buscan fugarse hacia una magica regién de ocio y bienaventuranza. Les resulta en absoluto extraiia la idea del esfuerzo por moldearse una existencia que tenga un sentido noble y hermoso. La actitud ante el trabajo es del todo egativa, Recuérdese el odio de Astier por el trabajo; y no por uno determinado, por el trabajo en general. Cuando debe aceptar un conchavo lo desempena con la resignacién del sentenciado. Cosa igual le ocurre a Erdosain. Pedro en El fabricante de fantasmas, es un desocupado que no debe realizar muchos esfuerzos por conseguir empleo; de otro modo no se explica la negativa de su mujer a entregarsele: es indudable que Eloisa con- sidera a su marido un parasito. En La isla desierza los empleados suefian fugarse hacia un pais de cuento oriental. ¥ naturalmente, la vida los golpea con rudeza y las ilusiones vanas se desplazan. Lo interesante es que Roberto Arlt no juzga vanas las ilusiones de sus personajes y es logico: son las suyas propias. Tampoco Saverio, escapa a un desvariar ocioso. Luego de sus experiencias fallidas, la vida a estos personajes se les torna més gris, iis estipida, mas carente de sentido. La vida es puerca, concluye Astier. Haffner sostie- ne que «la vida no tiene ningiin sentido», Pedro «Fa sofiado que la vida es hermosa y de pronté ha descubierto que la vida es un cajén de basura», Balder nos confiesa que «necesitaba un pretexto para engrandecer mi existencia y el sentido de la vida que de por si no es grande ni noble». Sin embargo, a pesar de la corrupeidn y decadencia carac- teristicas de la sociedad y sus habitantes, Arlt entiende que es urgente buscar una vida coherente y arménica. Sus personajes dicen amar la vida y en virtud de ese amor se lan- zan en pos de orientacidn, Las aeciones que cometen ~incendio. traicién, robo, asesinato, calumnia, corrupeién— las realizan movidos por un vehemente deseo de entronizar en el mundo el amor y la belleza. En el fondo ignoran si tienen una razn para vivir, y se encogen de hombros respecto a sus vecinos, Cuando Erdosain olvidaba las imagenes de humillacién que lo perseguian, manifestaba su «deseo de conocer el sentido de la vidav: en conyersacién con el Astélogo, decia: «éQuién soy? éA dénde voy? No lo sé. Tengo la impresién de que usted es igual a miv: a su vez, el Astrélogo, eatequizando a Hipdlita interrogaba: «Se puede saber qué sentido tiene la vida?» En otra oportunidad, el «escritor fracasado» asever ¢Para qué afanarse en estériles luchas, si al final del camino se encuentra como todo premio un sepulero profundo y una nada infinita? Y yo sé que tengo razén. Si bien Ark estaba convencido de la justeza de esta posicidn, proseguia la busqueda, A través de Erdosain, «piensa que es necesario descubrir la verdad, que aquél es el pro- blema més urgente porque sino enloquecer..» «Si le hubieran clavado un clavo en la masa del crineo, mis obstinada no podria ser su necesidad de conocer la razén de vivir» Este cnigma sella la actividad de los personajes literarios de Arlt. El mundo y sus habi- antes es incognoscible y misterioso. 744 Dossier de la obra Dice Erdosain: &8é yo acaso si soy un instrumento de las fuerzas superiores...? Yo no sé nada. El mundo es misterioso, Y Balder: &Gémo deslindar la verdad entre este ctimulo atroz de apariencias, pruebas, contra- pruebas? Ante Ia falta de ubicacién y de perspectivas, la angustia surge como sentimiento pre- dominante, mezclada a sensaciones de hastio, tristeza, desesperacién, En un comienzo Art crey6 en la angustia como tabla de salvacién («La angustia abri- 1 a mis ojos grandes horizontes espirituales»). Era cuando Astier caicioné al Rengo. Después, en Las siete Jocos, la angustia «guillotinando las gargantas dejaba en éstas un regusto de sollozo». Cuando Erdosain, buscando olvidar la puerca vida iba tras el amor, ede burdel en burdel» caia «de angustia en angustia». Era esta angustia «tan poderosa, que de pronto Erdosain se tomaba la cabeza enloquecido por un dolor fisico». «No habia un centimetro cuadrado de su cuerpo que no soportara esa altisima presion de angustia», Ella, «como una nube de gas venenoso se trasladaba pesadamente de un punta a otro, pepetrando murallas y atravesando los edificios, sin perder su forma plana y horizontal», Es deci: la angustia es una realidad objetiva, que se adueiia de cada particuia de hombre: de su fisico y de su alma, lo zarandea, le muerde la voluntad y se la quiebra; lo convierte en un pingajos y a sus restos no les da respiro. Si bien ella es consecueneia de Ia falta de ‘una concepcién abierta al futuro, actia a su vez sobre el hombre, incitindolo. Un tipo angustiado no sabe Jo que hace... Hoy roba un peso, mafiana cinco, pasado veinte, y cuando se acuerda debe cientos de pesos. sea: todo hombre atacado de angustia ~y cada ser es apto para contraer el mal= se libera de prejuicios y de toda responsabilidad, Si roba no es suya la culpa. La condena- ble es la angustia. Igual si corrompe: igual si calumnia; igual si asesina, Cualquier desati- no se justifica. «No estoy loco, pero estoy angustiado, que es lo mismo» dice Erdosain. Y si hay casas para encerrar locos, équé les corresponderia a estos hermanos de leche?» Continéia Erdosain: EL alma de nuestros semejamtes es més dura que una plancha de acero endurecido. Guando alguien te diga: he entendido lo que usted me dice, no te ha entendido. Esa persona confunde lo que en la superficie de su alma se refleja, con la penetracién de la imagen en el alma, sea: es utépico que el hombre se entienda con el semejante. Hablan y hablarin siem- pre lenguas distintas. Y el angustiado, imponente ante el enigma de la vida, sube vallas a su alrededor alejindose de la criatura humana. Ha arribado al pais de la soledad. En él habi- tan los personajes de Arlt Silvio: «yo estoy aqut solo»; Erdosain: «Estoy monstruosamente solo»; Balder: «me siento tan solo en la vida como si me encontrara en un desierton Recepeién 745 Nadie se siente unido ni obligado respecto al vecino. Cada uno para si y los demas con Dios: ley de la selva, ley del individualismo feroz: yo vivo para mis aconteceres; exhi- bo mis sufrimientos; grito mis angustias; si hallo un alma similar a la mia confronto: para la existencia y Iuchas del obrero y del hombre laborioso guardo una actitud de cabal desprecio; me molestan sus olores, sus gritos, sus reclamos. S6lo mi yo tiene categoria humana y estética, Y porque Roberto Ade lo eree asi se ha desdoblado con fruieién en sus principales ¢ creaciones: Silvio Astier, Remo Erdosain, Balder, Pedro, Guinter. Después de El juguete rabioso en el que preconizaba la traicién como una forma de rom- per la monotonfa de la vida estiipida, Arlt exhibid, ante el mundo acongojado por la insolubilidad del enigma, dos caminos fandamentales de salida: el suftimiento y la humi- Macidn en primer lugar, y como consecuencia de la inoperancia de este método sefialé en su reemplazo el crimen, En el Eljuguere rabioso, el convencimiento era de que la vida, al destruir las ilusiones le causa al hombre humillaciones y sufrimientos sin término: Era necesario que mi vida, la vida que durante nueve meses habia nutrido con pena tun vientre de mujer, sufriera todos los ultrajes, todas las humillaciones, todas las cangustias. Y con resignacién y dolor y rabia, el protagonista Arlt o Astier= se somete a esta ley inakterable de la naturaleza. Su espiritu ~desde muchacho- estaba acomodado a no reac- cionar con dignidad: su actitud pasiva era fruto de la conciencia de su pequefiez absolu- ta frente al destino, Y fregué el piso, pidiendo permiso a deliciosas doncellas para poder pasar el trapo en el lugar que ellas ocupaban con sus piecesitos, y fui ala compra con una cesta enorme, hice recados... Posiblemente, si me hubieran escupido a la cara, me limpiara tranquilo en el reyés de la mano. Hay en esta posicién el fin de envilecer el trabajo y no demunciar cémo se convierte en un inficrno bajo el régimen eapitalista y cémo puede egar a ser timbre de gloria en) otra sociedad. El ideal seria el ocio. Todo lo que interfiera la vida parasitaria le causa al / hombre sufrimiento. Cuando Erdosain, a regaitadientes, comienza a trabajar de empleado, sufre y busca cl sufrimiento. («Buscaba ya el sufrimienton, dice su esposa Elsa). Humilla a su mujer: humilla a Luciana Espila. El mismo se humilla («Porque a instantes su afén era de humi= Macién...»). Bra ésta una necesidad tan vehemente en él que su persona cobraba prepon- derante caracteristica de indignidad. Yo debo haber nacido para lacayo, uno de esos laeayos perfumados y viles con quie- nes las prostitutas ricas se hacen prender los broches del portasenos, mientras el amante fusna un cigarro recostado en el sof [...]. $i, yo soy un lneayo. ‘Tengo el alima 746 Dossier de la de un verdadero lacayo -y apretaba los dientes se de ese modo ante si mismo. Otras veces se veia saliendo de la aleoba de una soltera vieja y devota Ilevando con uneién tn pesado orinal, mas en ese momento le encon- traba un sacerdote asiduo de la casa que sonriendo, sin inmutarse, le decia: {iCémo vamos de deberes religiosos, Emesto? Y A, Emesto, Ambrosio o José, viviria torvamente una vida de eriado obseeno hipderita. .on satisfaccion al insultarse y rebajar- Segin Arlt (Erdosain), «los hombres estin tan wistres que tienen necesidad de ser hhumillados por alguien». En la realidad actual ~digamos siglo xX~ esta mision Ia han cum- plido y la camplen el imperialismo y los regimenes fascstas. En la literatura, lacayos ideo- Tgioos de esas fuerzas: y es innegable que Roberto Art ha hecho algtin mérito en este sentido, No sdlo con Silvio Astier y Remo Erdosain: su mensaje tiene muchos portatoves: El Astrdlogo: El seereto consiste en humillarse fervorosamente. Balder: Dejuria que el dominio ejercido por Irene, fuera tan ilimitado, que ninguno de mis sentimientos pudiera resistir a sus caprichos. Dejarla de ser Estanislao Balder para convertirme en un ridiculo esclavo de esa familia Pedro: Fsclavizarse... esclavizarse, iQué hermoso seria eso, Marina! Hay hombres que alcan- zan a dejarse dominar totalmente por una mujer. Son felices. Pero yo no podré pala- dear jams esa dicha oscura, torpe, deliciosa No hay en este mensaje un claro objetivo en el novelista de encanallarse y eseupir la personalidad humana? Y no se diga que Arlt se referfa a un fascista, por ejemplo, el cual ha perdido buena parte de las propiedades humanas. Arlt habla del hombre en general excepeiones de clase no aparecen ni a través de las vicisitudes de sus personajes, niien la ideologia que emiten sus portavoces. El autor no se refiere al sufrimiento que existe en el mundo por la explotacién imperialista. No. «Es que llevamos el sufrimiento en nosotros», dice Erdosain, Resulta dificil sostener ante el trabajador argentine que el método de humillarse y homillar al préjimo es muy recomendable para encaminar su existencia, Es indudable {que estas ideas de Arlt no las puede sentir como propias ni verlas con simpatia el traba- jador. El sabe que el sufrimiento no es una propiedad natural del hombre, sino una con secuencia que impone el capitalismo: su actitud, por ello, no es de resignacion y maso~ quismo, sino de rebelidn y lucha. En cambio, cuando un trabajador argentino lea este pensamiento de Corki> «EI suftimiento es una vergiienza para el mundo, y hay que odiarlo para acabar con él», sin duda lo sentira como propio, s¢ identificaré con el men saje del novelista soviétivo. Recepeién 747 Ahora bien; las eviaturas literarias de Arlt tampoco hallan respuesta a sus enigmas siguiendo el consejo de humillarse y ser canallas: busean salida entonces a través del crimen, Cuenta el novelista que Barsut, con el propésito de humillar sin motivo a Elsa, mujer de Erdosain, denuncia una estafa que éste habia cometido en Ia casa donde trabajaba de empleado; posteriormente, a raiz de una discusién, Barsut abofetea a Erdosain sin que éste reaccione. Sufte esta humillacién pocas horas después que su mujer lo ha abando- nado por otro; y él, ante su mujer y el amante que le comunican la nueva, sufve la humi- llacién sin reaceionar virilmente. La mision del hombre en la tierra es suftir. Y aguanta Pero su pasividad no lo salva de ignorar el enigma de la vida. Entonces, no por vengan- za, sino por buscar solucién a este enigma, a la situacién insoportable de tristeza, de angustia, de ignorancia en que se encuentra, urde el crimen de Barsut. Cuenta el novelis- ‘a que «era probable que para vivir tranquilo fuera necesario exterminarlo y Ia “idea” se roveld frfamente en éb. En sus confesiones, Erdosain dice que le subia [1 desde el corazén la curiosidad del asesinato. Eso mismo. No estoy loco, ya que sé pensar; razonar, Me sube la curiosidad del asesinato, curiosidad que debe ser mi dilti- ma tristeza, la tristeza de la curiosidad. O el demonio de la curiosidad. Ver cbmo soy a través de un‘crimen. Eso, es0 mismo. Ver cémo se comporta mi conciencia y mi sensi- bilidad en la accién de un crimen... Yo soy la nada para todos. Y sin embargo, si ‘mafiana tiro una bomba, 0 asesino a Barsut, me convierto en el todo, en el hombre que existe... Yo, que soy la nada... sélo el crimen puede afirmar mi sélo el mal afirma la presencia del hombre sobre la tierra. ¥ yo seria el Erdosain... el otro Erdosain, el anténtieo, el que es y seri. istencia, como Es decir: el crimen cumple la funeién de camino de salida. Bs la liberacién del indivi- duo como tal, la revelacibn auténtica de su personalidad. Erdosain no es responsable del crimen que proyecta. Tampoco cuando asesina a la Bizca. El solo intenta un fin loable; poner orden en su existencia. Claro esti que puede no alcanzar el objetivo deseado, pero la cosa se leva adelante con tal de distraer la aten- cin de la torturante angustia que To domina. ASTROLOGO-£Y usted cree que ese crimen va a tener alguna influencia en su vida? ERDOSAIN.~Esa es la curiosidad que tengo. Saber si mi vida, mi forma de ver las cosas, mi sensibilidad, cambian con el espectaculo de la muerte. Ademas, que tengo ya necesidad de matar a alguien, Aunque sea para distraerme, ésabe? Los personajes razonan asi: yo debo ante todo solucionar mis interrogantes; buseo en mi interior los eaminos de salida; la suerte que le pueda caber a un semejante por mis decisiones no me debe atredrar; no seria propio. La cuestién fundamental reside en defender mi personalidad, @Qué importa que yo sea un asesino o un degradado? élmporta eso? No. Es secu dario. x Dossier de la obra Otro vocero de Arlt, Pedro, dice: [--] IHe matado a mi mujer... Amo la vida. Expero maravillosos regalos de la vida, El autor despoja al erimen de su caricter inhumano, y si corresponde achacarle @ alauien Ta culpa de tal situacibn, caemos en la vida puerca.en la ajodidas angustia en la Gvilizacion en general, que eacomula en el alma del hombre furores de extremisino. Un dla las fuerzas estallan y la fiera amanece tranquilizada» (Pedro). Son el mundo y la vida / los verdaderos asesinos; es también la misma naturaleza, porque segiin veremos en seguida el nifio tiene un instinto bélico natural y en el fondo de la conciencia humans, también como signo natural, vive el ansia homicida, Siguiendo pues el camino que sus fuerzas interiores le indican, Erdosain mata a Barsut (@l lo cree en un principio asi): luego asesina a la Bizca; Pedto asesine 2 Eloiva Se diré bien: pero Arlt condena a Erdosain y Pedro: ambos se suicidan, Fsto no es justo. Arlt no condena de ninguna manera a sus personajes, Le sitven como voceros. Se suicidan porque después del crimen que cometen no tienen otra exea, parovia, Ademés, no olvidemos que Arlt ha salvado al Astrologo, personaje similar por vu ‘deologia a Pedro y a Erdosain, y que, por lo tanto, constitaye en buena medida tn por, favor de Arlt. El Astrélogo también es un criminal, aunque segiin el novelista ellos cones tiuyen hombres «auténticos» que matan en defensa de la sagrada —Lo malyado, estacionado en todo hombre... Un Tencor sftio», una de esas rabias ensordecidas por Ia ferocidad latente en todo hombre quien sélo los prodigios consegui- Imbres, mujeres, RELATOR DE «ZL JOROBADITOn...sin contar que todos los seres contrahechos son seres Perversos, endemoniados, protervos... de manera que al estrangularlo a Rigoletto Recepeidn 749 ime creo con derecho a afirmar que le hice un inmenso favor a la sociedad, pues he librado a todos los corazones sensibles como el mio de un especticulo pavoroso y repugnante. EL GASEADO-EI instinto de la guerra esté hasta en los nifios. JUAN.-El hombre mata... mata porque la obsesién del crimen permanece en los replie- gues de su conciencia, semejante a la semilla en la sepultura de los faraones, Fs dificil conocer al hombre. Quiz4 més diffeil que a la mujer. ERDOSAIN.~Adonde vayas encontraras la peste hombre y la peste mujer... iAh!, entrar a ‘un mundo mis nuevo, con grandes caminos en los bosques, y donde el hedor de las ficras fuera mas incomparablemente dulce que la horrible presencia del hombre. He ahi retratado al hombre con sus principales caracteristicas. Peor no puede ser: triste, rencoroso, malvado, canalla, hipécrita, Iujurioso, criminal. Viene a ser una invol- cidn respecto @ la fiera mas salvaje. En consecuencia, dice el Astrélogo, «la vida humana vale menos que la de un perro». El hombre es un fruto inereiblemente inmundo de la naturaleza; ella nos hizo asi y seguiremos con nuestra cruz én efermum. Hipélita, cuya ide- cologia y cuyos actos la parean con el Astrélogo y Erdosain, sentencia: Asi como era imposible transmutar el plomo en oro, asi era imposible transformar el alma del hombre. Como se ve, las cosas no dejan Ingar a dudas. Hasta por boca del propio autor la con- clusién a que se llega es definitiva: Los seres humanos son ms parecidos a monstruos chapoteando en las tinieblas que a Jos luminosos fngeles de las historias antiguas. Pero la cosa no se detiene abi. Si en el hombre no quedan esperanzas, menos existen cen la mujer. El novelista lo manifesta y atin ensaya una fundamentacién: HAFFNER.~Se ha dicho que la mujer es igual al hombre. Mentiras. La mujer es inferior al hombre. Fijese en las tribus salvajes, Ella es la que cocina, trabaja, hace todo, nientras que el macho va de caza 0 a guerrear. Lo mismo pasa en la vida moderna, El hombre, salvo ganar dinero, no hace nada. A Hipélita, Las mujeres le eran odiosas. Las vefa abatirse bajo la sensualidad de los machos para ofrecer por todas partes la fealdad de sus vientres hinchados. Tenian exclusivamente capacidad para el suftimiento [...] Guinter sostiene que En Ia actualidad las dnicas mujeres que se casan son las que han pasado por varias manos, Ellas aprovechan el conocimiento que les confiere fa conduct ilegal para pro- | oe - - Dossier deta obra Porcionarse un marido... [...] «Nos van encanallando despacio. Al final uno llega a despreciarlas de tal modo que cuando fo aburren a uno las escupe en la cara, las echa a puntapids y nego las vuelve a tomar. Respecto a los hijos, el sentido del mensaje no varia: el destino del nino es convertir- se en un ser lascivo, sin eonciencia nit moral. Es también innato en él, segiin yimos, el instinto bélico. La vida de hogar no sale mejor parada. Asi expone y fundamenta Pedro su opinién: Con cuanta razén ha dicho el Buda: «Todo ‘hogar es un rineén de basura», (Se pasea). Un Fincén de basura. Pero équé mujer, qué hombre, no aspira a fabricatse un rineén de basura y revolearse gozoso en su rineén de basura? En cuma: Ta vida es absurda y puerca, intolerable; el hombre es triste, repugnante, malvado, egoista, feroz, lujurioso, incognoscible, peste, monstruo, criminal, con instinto bélico; la mujer es slo capaz de suffi, es inferior, hipdcrita,lujuriosa, infil, prostituta, tramposa; el amor es una basura: el hogar un estercolero. af) Tal generalizacién de las caracteristicas humanas no pasa -como se sabe- de simple | insulto y de juicio te6rico antojadizo. En el fondo, el caso de Arlt es el mismo que el de Zoschenkd. Bajo la apariencia falaz. de una critica a las costumbres pequefioburguesas, el escritor salpicamugre sobre cada cosa y cada ser. Es sabido que el hombre no nace con tendencias innatas de ferocidad, de egoismo, de lujuria, de crimen, Es la educacion y la influencia del medio que determinan esas caracteristicas. El reino de la propiedad priv da conforma rasgos egoistas, feroces, criminales. Es la sociedad dividida en clases que Provoca las guerras y enciende pasiones bélicas. La corrupcién sexual, el desenfreno de Tos instintos, es cosa fomentada por el capitalismo, Si esto no fera as, meta comunista hay que buscarlo pues en la feroz opresién del pueblo, La explotacién que sufria el trabajador antes de caer Irigoyen y un aiio antes del golpe uriburista del 30 -recuérdese las numerosas huelgas reprimidas sin miramientos~ no le parecia a Roberto Arlt una verdadera explotacién. En verdad ni se la podia llamar tal; con una explotacidn tan suave, nunca se legaria al comunismo ni aun- que aleanzéramos la edad de Matusalén. La cosa residia ~a juicio del novelista~ en hallar medios para oprimir rapido y a fondo al pueblo: una dictadura terrorista sin ninguna clase de cortapisas que traeria una bolcheviquizacién stibita de los argentinos en general. {Ocurrieron los acontecimientos como pontificaba Arlt después del 6 de setiembre y del 4 de junio en nuestro pals, y luego de los gobiernos militares de Uriburu, Justo, Farrell, etc? Hubo y hay si una mayor expoliacién de los hombres de trabajo, pero seria tonto atribuir a la represién reaccionaria que con mayor o menor violencia se ha venido sufriendo, el esclarecimiento democritico y progresista que vemos en los trabajadores. La simpatia y adhesién crecientes de los obreros hacia nuestro Partido no se las debe- ‘mos a esos gobiernos antipopulares, sino a la labor esclarecedora de nuestro Partido, a la abnegacion de nuestros militantes y a la realidad que golpea y tiza las construcciones demagogicas. Justamente, porque Arlt tenia estas ideas tan negativas es que nunca levanté seriae mente y convirtié en imagenes artisticas su indignacién contra la dictadura de Uribura y el gobiemo reaccionario de Justo. Tampoco merecié el faseismo y la bestialidad nazi se debida condenacidn. 2Es mucho exagerar si decimos que en el fondo del pensamiento de Arlt él veia como un mal necesario una dictadura a lo Hitler y Mussolini en nuestro pais? Las cosas que vayamos exponiendo servirin wmbién de argumento a esta opinién nuestra, Resumiendo: la realidad en franca decadencia exige la revolucién para lograr el comunismo; la via de obtenerlo sin pérdida de tiempo es alentar un violenta dictadura _ contra el pueblo para bolcheviquizarlos el hambre es un fendmeno desconocido en et \ paiss el Litigo es el nico remedio eficaz. Ahora bien; équé fuerzas Hevaran a cabo la revolucién? She Ergueta: cQuiénes van a hacer la revolucién social, sino los estafadores, los desdichados, los scesinos, Jos fraudulentos, toda fa canalla que sufre abajo sin esperanza alguna? Dace el Astrélogo: Mi plan es ditigimnos con preferencia a los jovenes boleheviques, estudiantes y proleta- nos intcligentes. Ademis, acogeremos a los que tienen tn plan para reformar ef uni- verso, a los empleados que aspiran a ser millonarios, a los inventores fallados.... a los cesantes de cualquier cosa, @ los que acaban de sufrir un proceso y quedan en Ia calle sin haber para qué lado mirar [...] Nos diriginemos en especial a las juventudes, por- ue son més estpidas y entusiastas, Les prometeremos el imperio del mundo y del mor... Los prometeremos todo... éme eomprende usted?.... Y les daremos uniformes vistosos, timicas esplendentes [...] Ex sera oportunidad dice también el Astrologo: [J del hombre actual, debemos esperar nada, Hay que dirigirse a las mujeres, erear calulas de mujeres con espirity revolucionario, introducirse en los hogares, en los hhogares, en los normales, en los liceos, en Tas oficinas, en Jas academias y los talleres. Solo las mujeres pueden impulsartos a estos cobardes a rebelarse. S:cenemos en cuenta que las mujeres con espiritu revolucionario a que hace mencion, @ ccologo son prostitutas, resulta que para Arla fuerza impulsora de la revolucién es 4 nmpenproletar fecmados. F. sabido que la reaccidn recluta buena parte de sus fuerzas entre los desclasados, peru esos elementos no estin asimilados a fa produccién, no realizan ningiin trabajo ti Foe tanto, en ellos no existe ninguna conciencia de clase, Tienen kn mentalidad del Soticador ¥ aspiran a convertrse en burgueses, no en proletarios, El burgués y el lum- = con parisitos: los diferencia dnicamente la cantidad de dinero que poseen. Consi Soesss como capa social, juegan en Ia época del imperialismo y det fascismo como ees fuerza de choque de éstos. Conferirles entonces a tales elementos un caricter eetdor, de levadura de la sociedad, es crear confusién y desorientar al movimiento Jo que hace Arlt com su obra. ‘a novelista trae con el Astrélogo mayor caos: | Jevando Hlegué a la conelusion de que Morgan, Rockefeller y Ford eran por ef poder que les conferia ef dinero algo asi como doses, me di cuenta que la revolucién tocial seria imposible sobre la cerra porque un Rockefeller © un Morgan podian des- “cruir con un solo gesto tna razas como usted en su jardin un nido de hormigas. “Puede sostener alguien que estas ideas ayudan a los trabajadores? Si fueran justas satis moveria un dedo para salir a la luzs ante la omnipotencia del capital agachar el .do bajo la direceién de intelectuales pequeiioburgueses mis © menos | Dossier de la obra Jomo; nos quedaria como salida doblar las rodillas y pedir perdén a los capitalistas para que tengan piedad de nuestra misera vida y nos permitan seguir respirando el aire. Son concebibles tales ideas en la mente de un revolucionario? éPor qué entonces sostener que Arlt lo es? Se dir: no es un revolucionario, pero es un rebelde. En primer lugar, calificar de rebelde a Arlt tiene en el caso de Larra el propésito de elogiarlo como luchador contra el régimen podrido del capitalismo, 0 sea, un revo- Iucionario, con mayores 0 menores deficiencias, pero revolucionario al fin. ¥ ello, como decimos, es inadmisible. En segundo lugar: rebelde, de ningdn modo es sind- nimo de revolucionario: este iiltimo es un rebelde, pero un rebelde puede ser re- volucionario 0 no. Hitler también era un rebelde contra la democracia burguesa, parlamentaria, y luchd contra ella; claro que para instaurar el fascismo. Estos rebeldes se levantan contra las medidas tibias de opresion a fin de ajustar al maximo «las clavi- jas al pueblo». Ahora, si las fuerzas lumpenproletarias ~Unicas capaces de llevar a cabo la revolucién— son impotentes ante Ia fuerza todopoderosa del capital, qué nos resta entonces? Es un callején sin salida, pero Roberto Art, maravillosamente. nos presenta un nuevo «sésamo Abreten: * Le digo a usted que cien hombres pueden hacer la revolucién en la Republica Argentina. Cien hombres decididos, con diez mil kilogramos de fosgeno a la vanguar- dia, destruyen el ejército, desmembran el resto, organizan ef proletariado, ven a las nuubes [...] Hemos llegado a la salida: el golpe de estado, Arle propone una variante terrorista de golpe de estado dirigido por intelectuales pequefioburgueses. Es una accién sin apoyo popular con la promesa de «organizar al prolerariado» una vez conseguido el poder. He ahi e6mo Roberto Arlt el rebelde viene a coincidir con la reaccidn «golpista». Cosa ligica, si se tiene en cuenta que Art nunca tuvo presente para nada al pueblo, al trabaja- dor. a quien desprecié y tavo por basura. No es preciso insistir sobre los motivos por los cuales los golpes de estado, vengan de donde vengan son contrarios al interés popular y han merecido y merecen el mis terminante rechazo de nuestro Partido: no hace mucho, a raiz de sucesos acaecidos, se ha argumentado debidamente esta posicion, Tales proyectos «revolucionarios» icémo financiarlos para que «tengan éxito»? De dénde debe sacar sus fondos el Partido (0 sociedad, como lo llama Arlt) revolucionario? 4Acaso del aporte de quiénes estin de acuerdo con su programa, su linea politica y su accién? Nada de eso, contesta Roberto Art ‘La base mis s6lida de la parte econémica de nuestra sociedad, son los prostibulos. [ Organizaremos prostibulos -dice el Astrdlogo-. El Rufiin Melancélico sera el Gran Patriarea Prostibulario.... todos los miembros de la Jogia tendran interés en las empresas. Esta no es una opinién ligera, En la novela se habla mucho de los burdeles y hasta se hace el presupuesto detallado de los gastos y ganancias de cada uno. ‘También se funda- menta la legitimidad de tal procedimiento financiero en un didlogo que sostienen Haffner y Erdosait Aevepsion 759 ERDOSAIN.-€Y a usted le resulta ldgieo que una sociedad revolucionaria se base en la explotacién del vicio de la mujer? UAEPNER-Lo que usted dice no tiene sentido, La sociedad actual se basa en la explo- ‘acion del hombre, de la mujer y del nifio... Nosotros, los hombres del ambiente, tenemos a una o dos mujeres; ellos, los industriales, a una multitud de seres hu- manos [...] Qué se puede decir de esto? Las palabras hablan por si solas. Aqui tenemos cova} anarquista, al intelectual pequeioburgués reaccionario; tenemos ademés a un “aii y a.un cfnico, Y no adjetivamos gratuitamente, Un trabajador tiene que sentir ‘ESprecio por tal novelista, y un afiliado a nuestro Partido no puede sino rechazar de seer emejantes elucubraciones. Seria ridiculo entrar a discutir tales aspeetos del ceecaje de Arlt para establecer el grado de veracidad o conveniencia revolucionaria eae opiniones tienen. 2Qué dita simplemente un trabajador cualquiera si le dijérs- wes lo siguiente?: El poder de esta sociedad (de nuestro Partido) no derivaré de To que los socios qie- au dar, sino de lo que produciran los prostibulos anexos a cada célula, La cosa nos parece que est4 muy clara, Findudable que Roherto Ari crefa tener un auséntico sentido revolucionario del cual “ez huérfano el Partido Comunista, Por ello, a través de sus obras «orientaba» a nuestro aio. incapaz de omganizar fueraas de choque terroristas, no fomentar la intranquilidad ica, ni establecer prostibulos para asegurar sus finanzas, Porque todo esto, ‘Si nuestros comunistas tuvieran un poco de inteligencia lo hubieran hecho. ...pero ni ain nada malo es posible esperar de ellos. Se lo pasan eseribiendo proclamas eon una eintaxis ridicula, y una ortografia pésisna. Escudandose tras el Astrélogo, Roberto Arlt aconsejaba al Partido lo siguiente: De modo que si partimos de su punto de vista, usted no tendria inconveniente en ser socio de un bandido de un falsificador de moneda, ni de un asesino... [] “Todos son itiles, si se saben utilizar: magnificos medios para coadyuvar al triunfo de ‘comunismo, Mas atin: le diré, el perfecto comunista, no debe vacilar ni un instante en cmplear para el triunfo de la causa proletaria universal, todos los crimenes que conde- nna la moral capitalista [...] {No confundiria Anlt al indicarnos las caracteristicas del «perfecto bolchevique>, el partido Comunista con el Partido Fascista? (Dejo constancia que no lo califico a Roberto Srlt de fascista: quiero sefialar solamente el sentido de su mensaje). En materia de organizacion cclular y de las tareas que le corresponde realizar a los silliados, se sabe cudles son las ideas de Arlt. (Ver Los Lanzallamas, paginas 76 y 77. Ed. Clandad). Y bien; quien nos endilga tales consejos, éque idea tiene el comunisme? Dice Exgueta Dossier de ta obra [..-] Mira la cara que pondran los que dudaban de mi comunismo. He plantade a una cogotuda, a una virgen, para casarme con una prostituta. Es ésta una deformacién grotesca de la realidad. Y lamentable; para Arlt. Re- firiéndose al dia de la revolucién, dice: Nadie se resistiia. (Usted eree que el ejército, la policia, alguien se atreveria a resistir! No dudo que la gente, tratindose de caiiones ametralladoras, hiciera el ensayo: pero contra el gas, Zquién se atreve a luchar? Piense usted que a medida que se desparrama, fas victimas caen como moscas.,. El efecto psicolégico... que hay que contarlo en estas circunstancias, es espantoso. Los sobrevivientes de las ciudades huirian aterrori- zados; simultineamente toda actividad se paralizaria, los més enconados enemigos del comunismo levantarian los brazos al cielo reclamando piedad. He aqui zesumidas las caracteristicas aventureras, antipopulares y fascists, de la revor lucién que preconiza Arlt Nada dvi, como se ve, para quienes luchan en nuestro pais contra el poder terrateniente e imperialista, para quienes se esfuerzan por asegurar el progresory la paz. Tal vez sorprenda nuestra afirmacién repetida, de que ciertos rasgos de la obra de Arlt evidencian neto sentido fascista. Puede resultar tanto més extrafa nuestra actitud, si se tiene en cuenta que el autor viene precedido de una fama que lo eleva a categoria de auténtico escritor popular y hasta revolucionario, Con hechos, sin embargo, apuntalare- ‘mos nuestra apreciacién, Segain vimos, el objetivo mediato de la revolucién era instaurar el comunismo; el fin inmediato imponer una violenta dictadura contra el pueblo. Pero como el pensamiento de Arlt, aparte de reaccionario es terriblemente confuso, no debe extraftamos que ese futuro régimen comunista tenga insélitos perfiles: |...]esa sociedad se compondrt de dos eastas, en las que habra un intervalo... mejor dicho, una diferencia intelectual de treinta siglos. La mayoria vivird escrupulosamente en la mas absoluta ignorancia, cireundada de milagros apécrifos, y por lo tanto mucho mis interesantes que los milagros histéricos, y la minoria sera la depositaria absoluta de la ciencia y del poder. De esa forma queda garantizada la felicidad de la mayoria pues el hombre de esta casta tend relacién eon el mundo divino, en el cual hoy no cree. La minoria administrard los placeres y los milagros para el rebaio [...] Esto significa que el comunismo de Arlt es idéntico al socialismo de Hitler. Al golpe de estado se lo lama revolucién, y el objetivo no es suprimir las clases explotadoras, sino acentuar las earacteristicas propias que las mismas tienen en ta sociedad capitalista, regi menténtolas en forma militar, - Exdosain, por su parte, en medio de sus angustias y humillaciones: piensa que en esa sociedad deseada por él Recepein 761 [| se mostraria irénico en la re jon, y un desprecio malévolo le surgia para los débiles del mundo. El planeta era de los fuertes, eso mismo, de los fuertes. Arrasarian el mundo y se presentarian a la canalla que se cncalla el trasero en las butacas de todas las oficinas, blindados de grandeza, semejantes a emperadores soli- tarios y crueles. (Recuérdense los suefios parecidos de Saverio). [...] Se imagina- ba... (que) Sus cuatro secretarios con papeles en las manos y las plumas tras de la oreja se acercaban a consultarle, mientras que en un rincén, eon los sombreros en las manos, inclinadas las cabezas canosas, estaban los delegados de los obreros. Y Erdosain volviéndose hacia ellos les decia simplemente: «O mafana vuelven al tra- bajo o los fusilaremos.» Esta explotacién perfeccionada del pueblo con que sueian los personajes de Arlt, tiene en la imaginacién de los mismos variaciones y aditamentos, que son antecedentes notables de lo que altos después llevaron a cabo en buena medida los nazis y los milita- japoneses. Por ejemplo: Erdosain se figuraba que Una aristocracia de cinicos, bandoleros sobresaturados de civilizacion de escepticismmo, se aduefiaba del poder, con él a fa cabeza. ¥ como el hombre para ser feliz: necesita apoyar sus esperanzas en una mentira metafisica, ellos robustecerian al clero, instaura- Han una inquisicion para cercenar toda herejia que socavara los cimientos del dogma la unidad de creencia que serfa la absoluta unidad de la felicidad humana, y el hom- bre restituido al primitido estado de sociedad, se dedicaria como en tiempo de Tos faraones a las tareas agricolas. La mentira metafisica devolveria al hombre la dicha que el conocimiento le habia secado en brote dentro del eorazén, Tenemos pues: castas, explotacién sin limites del obrero, dictadura sin freno, aristo- cracia del superhombre, vuelta al pasado pastoril, engafio del pueblo por la mentira, Es) este un programa nazi o no? Tal vex falte la declaracion lisa y Ilana sobre el asesinato en ‘masa, pero Arlt no la escatima, Dice el Astrélogo: Estoy hambriento de revolucién social. éSabe lo que es tener hambre de revolucién? ‘ Quisiera prenderle fuego por los cuatro costados al mundo, No descansaré hasta que no haya montado una ffbrica de gases. Quiero permitirme el Iujo de ver caer la gente por la calle, como eaen las langostas. Sélo respiro tranquilo, cuando me imagino que no pasari mucho tiempo, entre el dia aquel, que unos cineuenta hombres, a mi servi- cio tiendan una cortina de gas de diez kilémetros de frente. Cuenta el novelista que Erdosain [..-] quisiera estar acurrueado junto al tope de una ametralladora. Barreria en abanico la ciudad. Caerian hombres, mujeres, nifios. El, en la culata de la ametralladora, sos- tendria suavemente la cinta de proyectiles. @Son estas ideas y procedimientos nazis o no? éHay alguna diferencia entre lo que preco- niza Arlt y lo que realizé el nazifaseismo? No expresa acaso su admiracién por Mussolini? Dossier de ta obra Seria injusto tomar como fantasias inocentes las opiniones citadas. EL después de conocer las experiencias ocurridas en Italia y Alemania no se retracto del mensaje ex puesto en Las siete locos y Los larezallamas. Su izquierdismo no hay que acctear al mars mo, sino alejarlo y encerrarlo entre comillas. La critica que hace de la realidad se caracte- ‘za por una falta absoluta de prineipios, marchando con frecuencia por la acera derecha, Las criaturas literarias que exponen su pensamiento dicen: Seremos bolcheviques, catélicos, fascistas, ateos, militaristas, en diversos grados de ini- ciacién, Y también: éSabe usted cudntos asesinatos cuesta el triunfo de un Lenin o de un Mussolini? A la gente no le interesa eso, éPor qué no le interesa? Porque Lenin y Mussolini triunfaron. Exo es lo esencial, lo que justifica toda eausa injusta o justa éEs esto o no puro aventurerismo ¢ irresponsabilidad intelectual? EI anarquismo del novelista se identifica con la ideologia més negra de la época imperialista: | mundo y la vida podridos y arbitrarios en su totalidad: el hombre animal de rapifia; los proyectos de , Tevolueién que la realidad impone tienen carécter fascista. éPor qué entonces el camara. ‘(da Larra elogia a este autor? © _Latra no critica las dos obras fundamentales de Arlt; una acotacién disculpindolo y adelante. Nosotros hemos afirmado que ef sentido reaccionario de estas obras no las desmintié Arie con su obra posterior ni campoco con su actividad politica. En cambio, el camarada Larra dice: Ault se afila entonces (después del motin uriburista) a ta Liga Antimperialista, onga- hismo que canaliza en determinado momento i aecién contra la dictadura y su politi ca de entrega. Su afiliacién no dura sino unos meses; seguramente porque su condi- cién de escritor no se sujeta a la disciplina de una entidad politica. (Ademés, entiende «que un escritor se define en su obras y alli sf que no vacilaré nunca en expresarse con toda su vor). Pero es evidemte que el paso responde a su comprensién idealogica de la realidad nacional En primer lugar no vemos la evidencia de que su afiliacién a la Liga Antiimperialista sresponda a su comprensién ideolégica de Ia realidad nacional». Si bien en Los lanzalla. max hay un par de paginas en las cuales sefala deficiencias de nuestra democracia yla farsa de las elecciones presidenciales interferidas por los yanquis, su paso debe auribuirse a aventurerismo politico. ¥ sino, épor qué se retiré de la Liga? Explica Larra que por su ‘condicién de escritor: pero esa es una explicacién anarquista no comunista. El camarada Lara no explica, justifica posiciones injustas que esconden el desacuerdo del novelista © con una militancia democratica y antiimperialista. Que estamos en lo cierto Io demuestra el hecho que Arlt no se definié contra la dictadura de Uriburu, de Mus. soliai ni de Hitler en su obra, No esta bien que el camarada Larra diga que alli en sa obra, Arlt «no vacilara en expresarse con toda su vor». 6A qué obra se refiere el compa- hero Larra? En Al jorobadito, publicado en 1933 dice: Recepeién 763 Durante algunos meses odié ardientemente el suelo proletariado y a su espantosa dia- léctica. Lamenté que en el pais no se hubiera implantado el régimen fascista. Esto lo escribié Arlt después de polemizar con el compatiero Rodolfo Chioldi, quien le critic un articulo escrito para Bandera Roja donde atribuia impulso revolucionario a [a clase media. Larra comenta: En un cuento eserite es episodio. 8 dias: eseritor fracasado se burla de su intervencién en el El odio al proletariado, al Partido, a la democracia, Jos pasa por alto el camarada Larra en forma por demas ligera. En cambio. sin reparar que obras como EZ amor brujo, Saverio el Cruel y El fabricante de fantasmas siguen en lo fundamental la linea de Loe siete locos yy Los lanzallamas se refiere a un articulo ~«Fosco 0 la economia al revés», publicado en 1 Argentina Libre en 1940 criticando un libro de Menasché- en el cual, segin Larra, se i shace una critica estrictamente marxista a la obra de un colega>. Y para dar mayor énfa- sis a su afirmacién le agrega signos admirativos. Es de notat que la critica marxista -y aiin mas si es westrictamente marxista»-. implica el dominio del método dialéetico de anilisis; el critico estudia los fenémenos literarios getuales y antiguos con la severidad del hombre de ciencia; lo hermana a éste su respeto por las leyes que rigen su disciplina estética y su afan responsable por descubrir otras que expliquen aspectos oscuros del mundo de Ia belleza. Es a la par el critico marxista, un ereador en el terreno estilistico ¢ ideologico: debe analizar y extraer conclusions orientadoras expuestas con lenguaje y ordenamiento adecuados a las circunstancias espectficas de momento y pablico, El critico marxista es enemigo del academicismo: la severidad de la investigacién y Io ponderado del juicio van unidos de mode indisoluble 2 la actitud polémica; o sea: se enfrentan ideas justas ¢ ideas negativas, invdlidas, que pretenden cergiversar la verdad, y en la lucha abierta, sin fintas conciliadoras, en la cual se opone al enemigo la solidez de la argumentacién, que_es patrimonio exclusivo de Ta clase obrera, el critico marxista hace obra ideologica de afirmacion revolucionaria. En definitiva, el critico debe valorar lo Titerario Seguin gefleje la realidad en forma veraz e histéricamente justa, combinando esto con la necesidad de crear entre las masas popula res una conciencia socialista» (Stalin). Queda descartada la repeticién simplista de frmulas extraidas de los textos clisicos i del socialismo y el forcejeo por meter los hechos literarios vivos en compartimentes pre- viamente construidos. El marxista es un creador, nos recuerda el camarada Stalin en sus trabajos sobre filologia. Nosotros entendemos que tal cosa significa en la critica Titeraria Ja aplicacibn correcta y magistral del método dialéctico a fendmenos literarios, para ejemplificar principios ya establecidos como verdaderos y ain descubrir otros que empujen adelante el marxismo en estétiea. La tarea es realizable y no cabe duda que int siendo cumplida también en nuestro pais; pero véase cudinta dificultad, cuanto estudio y dedicacién, cwinto amor a la clase obrera y al pueblo, cuinto fervor y espiritu reyolucio- _ nario es necesario desplegar para tener éxito. Las discusiones que desde 1917 se vienen sucediendo en la Unién Soviética sobre los problemas ideolégicos -cada vez en un plano més elevado~ nos alertan contra nuestra tendencia al repentismo y a la autosatis- 764 Dossier de ta obra faccién engafiosa. Es cosa de meditar el hecho de que los grandes criticos literarios mar- xistas, verdaderamente creadores, no abunden: Gorki, ... y nuevamente Gorki, Después de su muerte, es dificil encontrar nombres que se pareen al de Alejandro Fadéey, La difi- caltad resulta mucho mayor ~claro esta~ en los paises capitalistas. Sin embargo, el cama- rada Larra se esfuerza por presentamnos a Roberto Arlt como un critico «estrictamente marxista»: investigador responsable, pensador dialéctico, educador de las masas en la conciencia socialista. Es una opinién que no podemos rubricar por lo que hemos dicho hasta ahora y por algunas consideraciones que agregaremos. A nuestro juicio, el error del compaiiero Larra estriba en su afin de exaltar a Roberto Arit sin reparar en el verdadero sentido de su ideologia; en dar preferencia a hechos secundarios y ocultar los fundamen- tales; el defecto esté en hacer obra apologética y no critica; en justificar posiciones y no en esforzarse por emplear el método dialéctico de analisis. EI cucnto «El escritor fracasado» no es, como podria creerse, una obrita intrascenden- te, Contiene las ideas estéticas de Roberto Arte Aliviaba un poema el aniquilamiento moral y fisico de millares y millares de proleta~ rios uncidos a la esclavitud del salario? No. Entonces, épara qué servia un poema? (Pregunta justa, como se ve. Continda Arle:) ‘Todas las edades de la tierra han produeido un escritor que ha superado a su clase, ys de consiguiente, ningin ofdo ha podido dejar de escucharle. Al enunciar este pensamiento no me daba cuenta que mi razonamiento era pro- ducto de un espejismo, que los escritores Hamados universales no han sido nunca uni- ‘yersales, sino escritores de determinada clase, la mas escogida, entendidos y ensalza- dos por la cultura de esa clase, admirados y endiosados por las satisfacciones que eran capaces de agregarles a los refinamientos que de por si, atesoraba la clase como un bien exeelentemente adquirido, Segiin Arlt entonces, el gran escritor es un escritor de clase, no esta por encima de ellas, pero es siempre de la clase mas escogida, © sea: el auténtico valor de un escritor deviene de su identificacién con las clases dominantes, y su ignorancia de lo popular. Los de abajo, la masa opaca, elistica y terrible que a través de todas las edades vivia forcejeando en la terrible lucha de clases, no existia para esos genios. EI marxismo sostiene precisamente lo contrario: el gran escritor lo es cuando, aparte su talento expresa en imagenes artisticas la eseneia de la realidad, con clases decadentes y progresistas, en lucha enconada. De una u otra manera, el escritor auténtico se hace ‘eco del sentir popular. Signe Arlt Y nosotros, escritores democraticos (!). raidos por cien mil convencionalismos en todas las direcciones, éramos totalmente incapaces de escribir nada que removiera fa conciencia social empotrada en un tedioso “dejad estar”, Como otros de mis compaiieros, me quise acercar a la clase trabajadora, No negané que se me ocurrid que al asumir semejante actitud, yo le hacia al proletariado un extraordinario favor. 2Quiénes sino nosotros ~segin declamos~podian ‘orientar a le jeepeién clase obrera hacia la resolucién de sus problemas? éNo constituiamos algo asi como la sal de la tierra proletaria? (Reparese en esta posicién tipicamente menchevique, indivi- dualista, R$.) A las primeras de cambio algunos obreros fantisticamente instruidos, ayudados por su terrrible dialéetica marxista (que ain no la entiendo claramente por ser compli- cada) trituraron nuestros conceptos y mi literatura, y sin pelos en la lengua nos tilda- ron de ignorantes, vanidosos y oportunistas y chiflados. Por si acaso lo que pensaban le nuestro gremio no estaba claro, me dieron a entender que el mayor placer que llos podian experimentar algiin da, era mandar a todos los vagos de mi catadura a cortar lena en los bosques o eargar bolsas de maiz y trigo en las colonias colcetivas. ‘Trigico destino el nuestro, Primero excomulgados por el arzobispo, después anate- matizados por el proletariado, Durante algunos meses odié ardientemente al sucio proletariado y a su espantosa dialéetica, Lamenté que en el pais no se hubiera implantado el régimen fascista. Alli estaba nuestro lugar. Quiénes sino nosotros podiamos preconizar una sélida ‘expansibn nacionalista y poner nuestra plum al servicio de la patria y la bandera? éNo es clara esta autobiografia? Nos parece que si, Confirma su falta de principios, su esprecio a la clase obrera, al Partido, su anarquismo individualista, la falta de un mensa- serio y popular que trasmitir. En cambio, iCudnto he cavilado para asombrar a mi préjimo, buseando una fuente de la cual extraer recursos que si no podian hermosearles la vida a los hombres, al menos pudie- ran amargérsela! A este propésito de amargar la existencia del hombre responde BU juguete rabioso, Los siete loos, Los lanzallamas, El amor brujo, Saverio ef cruel, El fabricante de fantasmas, una prueba de amor, El jorobadite, 8 et. La multitud, es menester reconocerlo amplia y francamente, no nos interesé nunca. Declaré orgullosamente que siempre desprecié al gran piblico: pero, como a ka chus- ma hay que civilizarla y nosotros, los dioses no podiamos permanecer continuamente fen a altura so pena de desinflamos a interesaros en las masas y darles noticias de nnestros descubrimientos en el mundo de la belleza. Sin embargo, el piiblico (la eter- na bestia) insistié en no leernos, en ignorar nuestra existencia. Es precisamente a batallar contra este justo silencio del pueblo respecto a Roberto Arlt que el compafero Larra ha salido con su libro y la Editorial Futuro con las reedi- ciones de sus obras, Al pueblo, sin embargo, no le bastan elogios para orientarse en sus luchas; necesita ideaySanas, democriticas Y progresistas. El mismo Arlt reconoce que No tenia nada que decir. El mundo de mis emociones era pequefio. Alli radieaba la verdad, Mi espiritu no se relacionaba con los intereses y problemas de la humanidad, ni con la vida de los hombres que me rodeaban, sino con algunas ambiciones perso- rales, earentes de valor.

Вам также может понравиться