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” | ee ee & 7 La negacién de la muerte -galardonada con el premio Pulitzer- es una CRNES] Ton area AR ND OM OOD En fuerte contraste con la predominante escucla freudiana de pensa- Se os eee ee ee oe ‘del hombre a admitir su propia mortalidad. Al hacerlo, arroja nueva luz Ce CRU RU Ra Ce a ae ee Ne a ce Ce ee ee ee oe on curiosidad intelectual y tu alma.» | aa ol ‘«Una obra valiente de una inteligencia y una pasién electrifi- Prete eesa sei eeet aa Reva Crane ra at Se ne ea Ry de la sexualidad.» Suse DR aCe ne Cer fornia, Berkeley, en el State College de San Francisco y en la Uni versidad Simon Fraser de Canada, Le han sobrevivido su mujer, SOLO Schnee coca stg Sorts i Cn ee Erber Ernest Becker LA NEGACION DE LA MUERTE ‘TraducciGn del inglés de Alicia Sanchez editorial K airos Numan os si A Rigas Re Psy anagem wh eon pbs Son & Sehr, Ie san ae72ss 5009 Inge y enact Indie Fav 8-4-0809 Bare, A la memoria de mis amados padres que, sin saberlo, ‘me dieron -entre otras muchas cosas~ el don mds prado posible: ta perplejidad unde ef hero, Non ridere, non lgere, neque detestari, sed intellegere. (No reir, no lamentarse, no maldeeir, sino comprendet) Spinoza —_ SUMARIO Prélogo Prelacio 1. Introducei6n; a naturaleza humans y lo heroic. Parte I: LA PSICOLOGIA PROFUNDA. DEL HEROISMO- El terror ala muerte Remodelacign de ulguras ideas psicoanaliticas bisicas El carter humano como mentia vi Kierkegaard: El psicoanalista El problema del carseter de Freud ‘Nock Einmal arte I: 0S FRACASOS DEL HEROISMO. EI hechizo que emiten ia personas 1 nexo de la falta de libertad 8. Oto Rank y a conelusén del psicoaralisis de Kierkegaard 9. La salida actual del psicoandliss 10.Una visin general de enfermedad mental 39 4 % us 149 wt 193 236 259 302 Sumario Parte II: RETROSPECCION ¥ CONCLUSION: LOS DILEMAS DEL HEROISMO . 1 Psicologia y religin: {Qué el indviduo heroica? Notas indice ~ 363} 365} 407 25 PA eee PROLOGO Las primeras palabras que me dirigié Emest Becker ‘evando entné en su habitacin del hospital fueron: «Me co~ es in exiremis. Esto es una prucba sobre todo lo que he es- tito acerca de la muerte. Es mi oportunidad de mostrar mo se muere, la aettud que se adopta si uno muere dig- ramente y con valor; de qué pensamientosredea su muerte; ‘mo la acepta ‘Cuando La negaciin de la muerte leg6 a Psychology Today a finales de 1973 y me fo colocaron en mi mesa de trabajo para que lo valorase, me levs menos de una hera t= mar la deeisién de entieistar a Exmest Becker. El 6 de di- ciombre lla a su casa de Vancouver con el fin de ver si aceplaba una entrevista para la revista. Su esposa, Marie, ‘me conté que le acababan de trasladar al hospital, essba ya en la etapa terminal del edncer. No le dahan mis de una se- ‘mana de vida. Para mi sorpress al dia siguiente me Ilmé y me dijo que, mientras le quedara energiay lcidez, a Emest Te gustaria mantener una conversaeién si yo podia acsrear- ime por ali, Me fui a Vancouver enseguida, esremecido, a sabrendas de que lo nico que podia haber mis arevico que invadirel mundo privado del moribund seria rehusarsu in- vitacion. ‘Aunque no nos habfamos visto nunca, Ermest y yo nos retimos ripidamente a fondo en la conversacin. La proxi= ° ites de su energia slhuyentaron cualquier posible chichara. Hablamos de lag ‘muerte delante de Ia muerte, del mal en presencia del edn cer Al final del dia, a Emest no le quedaba energla, asi es {que se nos acabé el tiempo. AGn nos demoramos con difi- ultad unos cuantos minutos, porque decir "adi6s” por tie rma veres duro, y ambos sabiamnos que él no viviriapara ver nuestra entrevista impresa, Un vaso de jeez medicinal en ls nestle cle ns proporcioid us stual pladeso pata ee bar. Bebimos juntos el vino, me fu ‘Aquel dia, hace un cuan de sigio, se convinié en un acontecimiento crucial que earbi6 mi relacién con el mis- terio de mi propia muerte y, por tant, con el de mi vida: Levaré siempre conmigo la imagen de la presencia de nis ‘mo de Eres, su lucidez, que mantuvo al precio de soportat cl dolor, y e6mo su pasién por la ideas mantuvo la muertd distancia durante un tiempo. Es un privilegio haber estado con un hombre asf en la hetoicsagonia de su muerte.” En los ios transcuridos desde entonces, Becker ha te- ido un amplio reconocimiento como uno de los grandes ‘artégrafos espirituales de nuestro tiempo, como un sabig ‘méico de alma. Gradualmente, sin demasiado entusiasmo, ‘comenzamos a econocer que ly amarga medicina que pres- cribe -la contemplacié del horror de nuestra inevitable muerte es, paradojicamente, el pigmento que aiade dulzu- sala moralidad. ‘La filosofia de Becker, como aparece en La negacin dé la muerte y en La huida del mal, et tejida como una tren- a de cuatro cabos. . El primer eabo, El mundo es aterrador Laexplicacin de Ja naturaleza de Becker tiene poco en comin con Walt Dis- ney, por decir algo. La madee naturalezaes una brutal rame ra, de fauces y garas jes como la sangre, que deste 10 ‘que crea. Vivimos, dice, en uns ereacin en la que la activi- dad rutinaria de los organismos es descuartizar a otros com 0 Pritogo los dienes, de todas las maneras posibles: mordiendo, tit rando came, tallos de plantas y huesos ene los molares, engullendo vorszmente la puipa hacia el essfago con frui- cin, incorporando su esencia en nuestro propio organismo para defecar despues los tesiduos con fetidez nauseabunda Y ventosidades. EI segundo cabo. La motivacion basica del comporta- siento humano es la necesidad biol6gica de controlar nues- ten ansiedad havea, de negar el terme la muerte Los seer hhumanos somos ansiosos por nsturaleza porgue, en sltima instancia, nos encontramosindefensos y abandonados en un ‘mundo donde nuestro destino es mori. «Este es el terror de haber emergido de la nada, tener un nombre, conciencia de ‘i mismo, Sentimientos iatimos profundes. un agudisimo anhelo de vivir y autoexpresars, y, sin embargo, pese @ {odo esto, morir» Elizabeth Kubler-Ross y Ernest Becker fueron unos ali os inslitos que fomentaron la revolucién cultural que sac6. ala luz la muerte y el proceso de mori. Al mismo tiempo. ‘que Kubler-Ross nos autorizaba a practicar el arte de morir tan grcia, Becker nos ensefiaba que el pasmo, el miedo y la ansiedad ontoldgica eran los acompatintes naturales de contemplarel hecho de a muerte El tercer cabo. Puesto que el teror a la muerte es avasa- Iador, conspiramos pars mantenerlo inconsciente. «La ‘meatira vital del caricter» es la primera linea de defensa {que nos protege contra a dolorosa conciencia de nuestra in- ‘defensin. Teds los nifos toman prestado poder de los. ‘adultos y erean una personalidad inroyectando las cuslida- es del Ser divino. Si soy como mi todopoderoso padre, no ‘morré. Mientras obedecemos a los mecanisimos de defensa de nuestra personalidad, nos sentimos a salvo y creemos ‘que el mundo es manejable: es lo que Wilhelm Reich deno- ‘ming «la coraza del carter. Pero el precio que pagamos es alto, Reprimimos nuestos cuerpos para adguiit un alma u Prélogo {que el tiempo no puede destruir; sacrificamos el placer para ‘comprar inmoralida nos enceramos en nosotros mismos para evtar la muerte. Y la vida se nos escapa mientras nos hacemos fuertes en el interior de la fortfeacién que es el La sociedad nos suministra una segunda linea de defen sa contra nuestra impotencia innata ereando un sistema de hres que nos permite creer que transcendemos la muerte al poten en alge wi var dnaero, Alesis wit substitute de la inmortalidad al sacrificamos para conquis- ‘ar un imperi, eonstrir un templo, escribir un libro, cons- tituir una familia, cumular una fortuna, promover el pro- reso la prosperidad, crear ura sociedad de la informacién Yun libre mercado global. Puesto que la area principal de ln vida humana es el herofsmo y trascender la muerte, todas Jas cultura tienen que proveera sus miembros con un com plicado sistema simbolico ques seeretamentereligioso. Lo ‘que significa que ls coaflictosideoldgicos ente las cultu- Fas son en su esenciabatallas entre proyectos de inmorali- dad, guersas santas. ‘Una de las conribuciones més duraderas de Becker a fa Psicologia social ha sido la de ayudarnos a entender que lo que impulsa a las corporaciones y a las naciones son moti- ‘os inconscientes que poco tienen que ver con los objetivos (que declaran. Organiza una matanza en eleampo de los ne= gocios on el de batalla, por locomn, tiene menos relacién fon las necesidades econémicas o la realidad politica que conla necesidad de convencernos a nosoteos mismos de que hemos conseguido algo de un valor duradero, Pensemas, por ejemplo, en la guerra del Vietnam, donde lo que movig a Estados Unidos no fue ninguna realidad econémica o ine tereses politicos sino la abrumedora necesidad de derrotar al El cuarto cabo, Nuestros proyectos heroicos que tienen como objetivo destrurel mal logran el efecto paraddjico de 2 Pratogo sportar ain més mal al mundo, Los conflictos humanos son luchas: mis dioses contra ts dioses, mi proyecto de inmor- talidad contra tu proyecto de inmortalidad. La raz del mal ‘causado por los humanos no es la naturaleza animal del hombre, ni su agresividad territorial, o su egofsmo innato, sino nuestra necesidad de ganar autoestima, negar nuestra mortalidad y lograr una imagen hetoica de nosotros mis- ‘mos, Nuestro deseo de lo mejores la causa de lo peor. Que- emoa limplar el mundo, converte en algo perfecto man tenerlo a salvo para Ia democracia 6 para et comunismo, purificarlo de los enemigos de dio, eliminar el mal, crear luna ciudad de alabastro sin rastro de ligrimas humans, © tun Reich que dure mil anos. Quizds e! mayor logro de Becker ha sido crear una cien- «ia de! mal. Nos ha aportado una nueva forma de entender ‘cémo creamos un superivit de mal; armamento,Himpieza - nica, genocidio. Desde el principio de los tiempos, os hu- ‘manos se han enfrentado con lo que Carl Jung lam su som bra —sentimientos de ineriridad, odio a uno mismo, culpa, hostilidad~ al proyectarla sobre su enemigo. Le ha quedado ‘Becker la tarea de dejar totalmente claro que el armamen- {oes un ritual socal para la purificacion del mundo, en el que al enemigo se le asigna el papel de sucio, peligroso y ateo. Dachav, Ciudad del Cabo y Mi Lai, Bosnia, Ruanda, son el sombriotestimonio de la necesidad universal dl chi- vo expiatorio; un judio, un negro, un asqueroso comunist, ‘un muslin, un tts, La guerra es un potlach* de muerte ‘en el que sacrificamos a nuestros valentes muchachos para ‘destrur alos cobardes enemigos de la probidad. Y cuanta Sit es: Coenen enn ne 13 Prétogo ins sangre, mejor. Porque cuanto mayor sea el recuento de ‘erpos, mas grandioso ser el sacrficio por la sagrada eau sa, la cara del destin, el divine plan. La conclusin radical de Becker es que nuestros motivas altruistas que convierten al mundo en un depésito de cade veres -el deseo de fundimos con un todo mis extenso, dé ddedicar nuestras vidas a una causa superiog, de servicio alos poderes cdsmicos~ planteun una cuestién incémoda y revo Tcionaria a cada individun ys eaula nacida A qué preci aalquirimos la conviecién de que somos hetoicos? No cabe dduda de que una de las razones por las que Becker no ha t= nido munca una audiencia masiva es porgue nos averguenza con el reconocimiento deta ficilidad con la que derrama- ‘mos sangre para comprar la ceteza de nuestra propia recti- td. Nos revela que la necesidid de negar nuestra desnudez yy envolvemos en gloria nos impide reconocer que el empe= radar no Teva vestidos, Después de un dindstico tan sombrio de la condicion humana, no es sorprendente que Becker oftezca slo reme- dios paliaivos. No hay expectativas de una euracién mila s70sa, ni de una préxima apotensis del ser humano, ni de un, Futuro esctarecido, ni del triunfo de a razén. Becker bosqueja dos estiles posibles de heroismo n0 sesuructivo, [Lo miximo que podemos esperar de la sociedad en ge= neral es que la masa de individuos inconscientes Hlegue & sesarrollar una moral equivalsnte a la de la guerra. Las ciencias del ser humano nos han mostrado que Ia sociedad siempre se compondr de sujtos pasives,lideres powkerosos ¥ enemigos, sobre los que proyectar nuestas culpas y io hacia nosottos mismos. Este cnnocimiento quirss nos pet= rita desazrollar una “animadversion objetiva™ en a que e ‘objeto de odio no sea un chive expiatorio sino algo rmpere sonal, como la pobreza, la enfermedad, la opresin 0 Tos den sastes naturales. A hacer de ese odio inevitable algo intel im Prilogo sible einformado, podrfamos empezar areconvertir muestra ‘energfa destructiva en un habito creativo, Para cl individuo excepeional siempre existe el antiqui- simo camino de la sabidiria, Becker, como Séerates, nos aconseja enirenarnos para la muerte, El cutvo de la con- ciencia de nuestra muerte lleva ala desilusin, a la pérdida de la coraza del cardcter ya una eleccn consciente para te- ner entereza ante el terior. El héroe existencial que sigue ‘sta vi del autoanélisis ve diferencia del individu medio fen que sabe que esta absesionado, Ea lugar de esconderse cn a ilusi de su cardcterreconoce su impotencia y vulne- ‘abilidad, El héroe desilusionado rechaza los melodramas cstandarizados de la cultura de masas en favor de un hero mo edsmico en el que se siente Ia dicha auténica de des- prenderse de las cadenas dela dependencia aeitica y auto- dderotista. Asi, descubre nuevas posiilidades de eleccién, scciGn y nuevas formas de valor y resistencia, AI vivie con la consciencia voluntara dela mucre, el individuo heroico puede elegir desesperase,o dar un salto a lo Kierkegaard y ‘confit en Ta «sacrosantavitaidad del cosmos», en el des- ‘conocido dios dela vida cuyo propésito misterioso se ex- presa en el drama abrumador de la evolucién eésmica. Existn signos ~y la aceptacién de la obra de Becker es uno de ellos- de que algunos individuos se estin despertan- 4do dela larga y obscura noche de! tribalismo y el naciona- lismo, de que estén desarollando lo que Tillch denoming una conscieneiatransmoral, una ética que es universal mis {que étnica, Nuestra misin en ef futuro es explorar lo que Significa para cada persona Ser miembro de la familia de la ‘Terra, una mancomunidad de seresafines. Si vamos a utli- ‘ar la libertad para encerrarmos en nosotros mismos en per- ‘sonalidades estrecs, tribales, paranoicas y crear mds uto- Dias sangrientas,o para formar comunidades compasivas ‘con los abandonados, es algo que esté todavia por decidir Mientras 1os seres humanos gocen de una porcin de liber- 1s Priogo ta, todas las esperanzas de fuuro han de contemplarse en subjunivo: que podamos, que pudiéramos, que nos fuese posible. Ningin experto puede predecir si prosperaremos, 0 ‘cumbiremos. Tal vez elijames incrementar 0 aminorar el {dominio del mal. El guién del maliana atin no se ha escrito, Al final, Becker nos deja con una esperanza temenday mente Irgil y asombrosamente poderosa. «Es el disfraz del ‘nico ~dice~ Io que nos hace vivir en medio de la fealdad, to el natural regodeo snimal. Esto significa que el propio smal es sensible al andlsis ertio y.probablemente, al influy jo de la razén.» Si en un futuro Tejano la razsn conquista nuestro habito de hacer melod-amas autodestructivos ¥ s0> ‘mos capaces de disminuir la eantidad de mal que genera :mos, serd.en gran medida porque Emest Becker nos ha aya- dado a entender a relacin ent la negacin de la muerte y ef dominio del mal Quienes estén interesados ex e6mo se ha aprovechado la ‘obra de Becker y e6mo la han continua los i6sofos, los cienificos sociales y los tedlogos, pueden contactar con la Fundacién Emest Becker, 621, 72nd St, Mercer Island, WA 98040 para recibir un bolt einformacién sobre con, ferencas, PREFACIO 7 cl durante wn tiempo dejé de escribir: ya se han dicho demasiadas verdades en el mundo, juna super ‘produccidn que, al parecer no se puede consumir\ ‘0170 Rank’ La perspectiva de la muerte, deefa el doctor Johnson, ‘conceatra la mente de forma asombrosa. La tsis principal ‘de este libro esque hace mucho més que esto: la idea de la muerte, el miedo que ccasiona, acosa al animal humano ‘como ninguna otra cose. Es causa principal de a actividad human, disefada, en su mayor parte, para evitar la fatli- dad de la muerte, para superarka negando de algin modo ‘que es el destino final de la persona. El célebre antropélogo ‘A.M. Hocartargumentaba en cierta ocasia gue alos primis tivos no les inguietabaeltemor a la muerte, y que una saga muestra de datos antropoldgicos revelaria que lo mis fre= ‘cuente era acompaiar la muerte con regocijo y Fetes. La ‘muerte pareesa tomarse como una acasion de celebracién mis que de miedo, al estilo del velatorio tradicional irlan- des, Hocart queria eradicar la nocién de que los primitivos fueran infantile (comparados eon el hombre y la mujer mo> demos) y que estuvieranaterorizados por la realidad. Hoy en dia, la mayoria de los antropélogos ha. levado a cabo esta rehabiltacién del primitivo. Adem, esa argumenta- "7 Prefacio i dea intacto el hecho de que el miedo ala muerte es, evi- dentemente, un universal de la condicién humana. Los pri 'mitivos celebran eon frecuencia la muerte para sentrse se- ‘guros ~como han demostrado Hocarty otros justo porque ‘ereen que la muerte es el poster ascenso, el timo ritual de lovacién hacia wna forma de vida superior, al dshmute de ‘una eteridad de algin tipo. La mayoria de fos oveidentales tienen dificultades para seguir creyendo en estas cosas. Esto hhace que el miedo a Ia mverte soa una parte tan importante de nuestra estructura psicoldgica. En estas piginas tato de demostrar que el miedo a la muerte es un universal que reine datos de distnts disiphi na, de las ciencias humanas, y que convierte las acciones. Fhumanas, que hemos sepultade bajo una montaita de datos y jobscurecido con inacabables argumentos, en un sentido ‘tr, sobre Ios “verdaderos motivos” humans, en algo ad- rmirablemente claro e inteligible, Fl estudioso de nuestro tiempo se encuentra doblegado bajo un peso que nunca bu- biese imaginado tener que aguantar; la superproduccién de verdades que no pueden consumirse. Durante sigos, el hombre vivi6 en la creencia de que la verdad era sui yes- curriiza, y que una ver que la encontrase se acabarian fos problemas de Ia humanidad. Ahora nos encontramos a ini- ios del siglo xx1y nos estamos atragantando con la verdade Se han producido tal cantidad de escrito brillantes, de des- ‘cubrimientos geniales, semejante expansin y elaboracié ‘de esos descubrimientos... sin embargo, la mente perm rece en silencio mientras que el mundo gira en su milenaria ‘carrera demonfaca, Recuerdo haber lefdo edmo en li Fimo= sa Exposicidn Universal de Saint Louis, en 1904, el orador de una prestgiosa reunign cientfica tenia problems para hacerse oir por el ruido de unas armas nuevas con lay ie hnaefan una demostecién cerca de af. Dio algo en un ton. ccondescendiente y tolerante acerea de ese juego molesto @ innecesario, como sie futuro perteneciera alt ciencia y 90 8 't ’ ' Prefacio jsmo, La Primera Guerra Mundial nos ensef6 a to- cra Ia prioridad en este planeta. qué bando jugaba con luego, y cu no. En la aetualidad, el orden de pririda- {es ha podido verse de nuevo en un presupuesto armamen- tista de miles de illones de dlares en una épacaen que lis condiciones de vida en el planeta han sido de las peores ara qué, ptede que se regunte el lector, aad toda- via‘una pesuda tonelada axis de superproduccin insti? Hay, por sunuesio,razones personales: hibito. instinto. op ‘mismo contumaz. ¥ esté Eros, la necesidad interna de unin, Fiear la experiencia, de crear deun sentido mis pleno. Creo {que una de las rszones por las que el conocimiento se halla fn una stuacién de supesproduccica intl es porque se en- ‘entra diseminsdo por todos lads, transmitide por mil bo- cas que compiten entre ella. Sus mis insignificantes frag ican de forma desproporcionads, mientras {que sus principales visiones profundas, de valor hist6rico ‘mundial, quedinen el olvidoreclamando atenci6n, No exis- {e ningtn latdo, ningin cent vital. Norman O. Brown ya advirté que el gran mundo necesita mis Eros y menos an- tagonismo y que al mundo intelectual le ocure fo mismo. (Queda por revelar Ia armonia que ane muchas actitudes esacordes de forma que la «polémica estéril e ignoranter He eserito es libeofundamentalmente a modo de estudio de la atmonizacin de la Babel existent de puntos de vista ‘Sobre el ser humeno y fa condicién humana, en la creencia de ‘que ha llegado el momento adecuado para una sitesi que al- hergue lo mejor det pensamiento en muchos campos, deste las ciencias humanas hasta la religin. He tratado de evita ir a contracorientey negarningin punto de vista, sin tener en ‘cuenta lo contraio que me pueda resulta, sime ha parecido ‘que podta encenar algo de verdad. A lo largo de estos titi- mos ais he aprendido que el problema del conocimiento del ser humano ro es rebatir ydestruir las opiniones contra- 19 Prefacio sas, sino incluinlas en una estructura teérica mais amplia, Una de las ironias del proceso cretivo es que nos inhabil ‘a parcialmente para funciona. Quiero decir que, en gene- ral, para produit, el autor tiene que exagerar la importancia de io que produce y confrontaro, de forma competitiva, con otras Versiones de Ia verdad: es asf como se ve arastrada por su propia exageracién, ya que su imagen diferenciada se ha construido sobre este hecho, Pues, cada pensador honra- flo, que en To bésico es un empirsta, tone que mantener algo de verdad en sus posiciones, cualquiera que sea la ra- Aicalidad con que lash formulado. El problema consiste en fencontrar Ia verdad que subyace en la exageracién, reduc Ia elaboracin ola distorsin excesivase inclu esa verdad donde mejor se acomode. ‘Una segunda razén para escribir ete libro es que en los ‘ikimos fos, he tenido algo mais que mi racién de problemas en est cvestion de conjugar verdadesvalidas. He tratado de acabar de entonder las ideas de Freud y sus intérpretes y he- rederos con lo que podriamos Hamar la destilacin de la psi cologia modemna. Creo que, por fn, oe conseguido, En este sentido! libro es una propuesta de paz para mi espiiu era dito, una oftenda para mi absolucion intelectual, Tengo la sensacin de que es mi primera obra madura ‘Una de las cosas mas importantes que he tratado de ha- ceren este libro es presentar una recapitulacién dela psico Togia después de Freud, enlazando el conjunto del desarto- lio de la psicologia con la todavia imponente cumbre de Kierkegaard, Argumento a favor de und fusin de la pico Togia y de una perspectiva mitico-religiosa. Para ello, me bso en gran medida en la obra de Oxo Rank. He levado a ‘eaho un intent importante de wanseribir la relevanei de ba magnifica construceiGn de su pensamiento, Entrar a fondo ‘ema obra de Rank es algo que habia demorado durante lar- 0 impo. Soe fgrado,probablememtenclo consie el valor principal de este Ibe. » Prefacio Rank tiene tanta relevancia en estas piginas que quizis serviia de ayuda dedicarle unas palabras introductoras, Frederick Perls coment6 en una ocasién que el libro de Rank Arte y artista estab «ms alld de toda alabanza>.” Re cuerdo que me impresion6 tanto ese juicio que cog et libro 4e inmediato: no podia imaginar que algo cientifico estu- viese «ands ali de toda alabanza». La misma obra del pro pio Freud me parecia digna de alabanza, esto es, como algo {que un puede espera: de la mente humana, Pero Pers tenia Faz6n: Rank era, como dice la gente joven, «otra cosay. No se puede ensalzar gran pate de su obra simplemente porque con brille abrumador es con fecueneia fantistico, gratuito, superlative; sus vsiones intsiores aparecen como un don. nd alld de fo necesario. Supoago queen gran parte se debe aque, ademas desu genio, el pensamiento de Rank siempre abarcé varios campos del Conocimiento. Cuando, por ejem= plo, uministraba datos antropolbgics y se esperaba una vi ‘Sin antropol6gica, se encontaba uno ota cosa, algo mis, ‘Viviendo como vivimos en una era de hiperespecializacién, hemos perdido la expectativa de este tipo de place. Los ex: pertos nos dan emociones razonables, si es que nos dan al~ una Algo que sf que espero de mi encaramiento con Rank es «que los lectones vayan después directamente asus libros. No existe un substituo de la leetra de Rank, Mis ejemplares de lectura de sus libros tienen las tapas Henas de un ntimero ovo frecuente de notas, subrayados, puntos de exclama- cidn dobles; es una abundante fuente de afios de introspec- cones y relexi6n, Mi tratamiento de Rank no es més que ‘un esbazo de su pensamiento: su fundamentacién, muchas de sus visiones profundas y sus implicaciones globes. Este seria el Rank empalidecido, no el pasmosamente rico de sus libros. Tambin el esbozo de presentacin de Ira Pro- oft y su valoracién de Rank estan correcto, de un discer- nimiento tan sutilmente equlibrado, que difcilmente puede 2 Prefacio superrsele como una revalorizaciéa breve de su obras ‘Rank es muy difuso, dificil de ler, tan rico que cases inac- cesibe al lector general. Era tan consciente de esto que, du ‘ante un tiempo, mantuvo la esperanza de que Anais Nin le reeseribiera sus libros de modo que estos tuvieran el efecto ‘que deberian haber tenido. Lo que offezco en estas pginas es mi propia version de Rank, rellenado a mi manera, una especie de “taduccién’ breve de su sistema, con la espe ranea de hacerlo accesible en su conjunto, Este libto slo comprende su psicologia individual en oto, trazaré su es {quema de la psicologia de Ia historia, Hay diversas maneras de aproximarse a Rank. Algungs le ven como un colaboradorbrillante de Freud, un miembro del primer ctculo del psicoandlisis que ayud6 ponerlo en mar- cha en sectores mis amplios con la aportacion de su vasta erudicién alguien que most cémo el psicoanaliss puede ‘Tuminar la historia de la cultura, el mito y la leyenda, como, por ejemplo, en su temprana obra El mito del macimiento del hhére y en el Motive del incest. Estos afadiréan que, pues to que a Rank no se le habia anlizado nunca, su represion loge sacar lo mejor de él, ala vez que se aljabade la vida stable y ereativa que tenia con Freud, En sus ilkimos af0s, su inestabilidad personal le fue sobrepasando poco a poco y ‘music de forma prematura en plena frustraciOn y soledad, Otros ven a Rank como aun mds que entusiasta diseipulo de Freud que intent6 ser original prematuramente, fo que le = vw a exagera el reduccionismo psicoanditico, Este juicio se basa casi exclusivamente en su libro Et trauma del nacimientoy, en general, se detcne ahi. Pot tltie ‘mo, quedan los que ven & Rank como un miembro bilante ‘el citculo més préximo a Freud, un entusiana favorito Ug Freud cuya educacién universitara sugiis y financié Gey, Rank devolvié acrecentada su deuda con el psicnisis com visiones profundas en muchos campos: historia cultural, dog sarollo del nif, psicologia del ate, critica literaria, pensar ° 5 Prefacio siento primiivo yotos. Bn resumen, fe una especie de set Polacco, una pod no detsido orgniado © Enocontolao, un Theosor Reka que podem consider inetceslmee speie Poo todas estas manerts de eapitlara Rank sone reas, Saemos qe precede en gran parte dela miblog {prop culo de psoas, que none Te pena. ronsu again de Frew. logue cnlevs una mengus de Scstmoto dora piece oo tendo Rank angry jes qu mostrar) Hy que teeonwer que El tu del namieto ffs a de tractors una xcus contr 6 uns razb justiead pe vetoes estar Faun ro exageadoy anes gue Eivenenos agen pis, a sexpus de haber tinsdo 6 mismo. mucho mds ld esta obra, Al djar Ue er moo coat de Fred on serior dl sco Shai para so mayor dvulgatin, Ran 1g propio tic sitema de cas, que ela cuadosamente. Supe por donde queria empect, con quia de datos ona 3 fo que eendia tacer Cn fo ello, Co tos tas ests especficament oro quc se refi al pcos, Slgve queria tasconir, yo loerdEn cunt ls pics. lone iosiias desu propio stem de pense, as conoid en nes genes, ero mo tivo emo paalesar sobs reside yi st ie fo cor Fuse ie foun ccadr desir an completo como Adler Tung sca de pnsamiem cs an late como ellos, incluso mds en algunos spectosRespmos a Adler port solider des ucon, pra rangcrs dk vison ro Eas pra ano inti Adamo ng crs cry ln pert mental on gue sar Ts encia J lareligion Pow elses de Rank ene, adem, Zaciones part un desralo ms profundo 9 ampli de as Siena vcs uc en Adler Song, implications que Sahar de empezar deep 23 Precio ‘Cuando Paul Roazen escrbis “The Legend of Freud"? hizo la acertada observacion de que: «cualquier escrito, cu {yos erores se ha tardado tanto tiempo en comegie es [..} ‘ona figura a considerar en la historia intelectual». Sin em bargo, todo el asunto es muy raro, porque Adler, Jung y Rank corrigieron muy pronto lt mayorta de los desaciertos, de Freud. La cuestion que corciere al historiador es mis, bien qué ocurra en la historia del pensamiento psicoanaliti- 0, Ins ens iam, el piblicey la mental erita qe ‘conservaron ests correcciones tan en la ignorancia o tan parte del movimiento més importante de pensamiento ‘entifico acumulativo Tncluso un libro de amplio slcance ha de ser muy selec- tivo en las verdades que escoge de entre la montafa de ver- ‘dades que nos ahoga. A muchos pensadores importantes se les menciona sélo de pasada. El lector, por ejemplo, puede sguntarse acerca de mi gran inelinacién por Rank y lo Poco que menciono a Jung en an libro cuyo principal dbje- tivo es el dar por termina la cuestsn del psicoandlisisy la religin, Una de las razones es lo destacado que ha sida Jung, y' los muchos intérprees notables que ha tenido, mientras que a Rank spenas se le conoce, y casi nadie ha hay blado de él. Ou razén es que, aunque el pensamiento dg Rank es dificil, siempre acieta en los problemas clave Jung no Toes, yuna gran parte de su obra deambula por eso terismos innecesarios; el esuludo es que a menudo obscus rece por una parte lo que descubre por otra, No veo que o> dos sus tomos sobre alquimia ahadan un spice al peso que tiene su visién profunda del pscoanstiss. : ‘Mucha de la buena fraseolegia sobre la visién profenda de la natoraleza humana se la debo & Marie Becker uy i= neza yrealismo en estas cuestiones estn fuera de lo comin, ‘Quiero expresar mi agradeciniento (con las abstenciones de costumbre) a Peul Roazen por su amabilidad al pasar el capitulo 6 por el cedazo de su gran conocimiento sobre * j Prefocio Freud. También a Robert N. Bellah, que ley6 el manuserito entero; le estoy muy agradecido por sus cries, en general, Y por sus sugerenciasespecificas. A cuantos han colaborado activamente les debo, sin duda alguna, e] enriquecimiento el libro. En cuanto tos restantes, temo que me plantean luna tarea de vasto y largo aleance: la de cambiarme a mf 2s ’ 1, INTRODUCCION: LANATURALEZA HUMANA Y LO HEROICO En nuestra época existe una gran presion para que se planicen conceptos que ayuden a Tos sees humanos a en tender sus dilemas; una avider de busqueda de ideas vitales, de simplificar una complejidad intelectual innecesaria. A veces, ello conduce a grandes mentiras que solucionan ten- siones y faciltan que la acciGn avanee eon la dosis de ra- cionalizaciones que la gente necesita. Pero tambien lleva a una desconexion paulatina de algunas verdades que ayudan las personas a controlar lo que les sucede, que les indican ‘donde residen reslmente fos problemas ‘Una de estas verdades es la idea de herofsmo, que iene «sus espaldas una larga historia. En tiempos académicos “normales”, no se nos ocurié nunca que pudiéramos hacer nada de paricular con ello llevarlo como estandart 0 usar lo como un concepto nuclear. Sin embargo, la mentalidad popular siempee supo lo importante que era. Como observ6 1 prncipios de siglo William James, que abared casi todo, ‘el insinto comin de la humanidad por la realidad [...) mantenido siempre que el mundo era esencialmente tn te tro para el herofsmo».' No s6lo la mentalidad popular lo sa n Lanegacién dela nuere ba, tambin los filésofos de todos Ios tiempos; en nuestra culiura, especialmente Emerson y Nietzsche, y por ello to ddavia nos estremecemos con ellos. Nos gusta que 10s #&- ‘euerden que nuestra lamad primordial, nesta tarea prin- cipal en este planeta, es lo heroico.* ‘Una forma de ver el desarrollo global de las ciencias so- cial desde los tiempos de Marx y el dela psicologia des- de los de Freud, es que ambas representan la pormenoriza- cin y clarificacién masivas del problema del heroismo Inui. Eats perspectiva estableceel lone de seviedad que reqjuiere nuesiza discusién: en la actalidad, tenemos el $0- porte cientiieo necesario para una comprensién auténtica e Ia naturaleza del heroismo y del lugar que ocupa en la vida humana. Si «el instinto comin para la realidad que te- ‘en fos seres humanos» es earrecto, hemos logrado el hecho textruonlinario de descubrit esa realidad de forma cieatitica, Uno de los conceptos clave para entender el afan por el herofsmo es la idea de “narcisismo”. Como con gran acier- to nos la ha recordado Erich Fromm, esta idea es una de las rmayores y més duraderas contribuciones de Preud. Freud ddescubrié que cada uno de nosotros repte Ia tragedia del ‘mitico dios griego Narciso; estamos imemediablemente ab- sorts en nosotros mismo. Si nos preocupamos alguna vez. de alguien, normalmente es, ante todo, de nosotzos mismos, ‘Com dijo Arstételes en algin sito: la suerte llega cuando la flecha alcanza ala persona que esta at lado, Veiticin- «co sigos de historia no han cambiado el natcsismo bisico del ser humano; para muchos de nosotros, aquella defin- ign de suerte todavia es il. Uno de los aspectos mis mi Seros del narcisismo es ese sentimiento de que préctica- Sr Tron Df sn gi cn Na to 28 Introduccion ‘mente todo ef mundo es prescindible excepto nosotros mis- ‘mos. Tendrfamos que estar preparados, como dijo Emerson ‘en cierta ocasin, para recrear el mundo entero fuera de no- Sots, incluso sino existiese nadie ms. Ese pensamiento nos ater no sabemos como nos podriamos arreglar sin los ‘otros, Pero en el fondo subsist recurso basico;en caso de necesidad nos hastariamos con nosotros mismo’ si confié- semos en nosotros como lo deseaba Emerson, Incluso, aun {que no sintierames esta confianza emocionalimente, fa ma- ‘ora de noxoerosluchurfa para sobwevivir com todas sts fuerzss sin imporar euintos mueren a nuestro alrededor. ‘Nuestro organism» estépreparado para lenar el mundo en- tero por sf solo, aungue nuestra mente se encoja ante este Pensamiento. El macisismo es lo que hace que los soldados Sigan avanzando frente al fuego & quemarropa de las gue rras, Enel fondo de su corazsn, uno no siente que Va. a mo- Fir, sino que se compadece de sus companeros. La explica~ iin de Freud fue ue el inconseiente no conoce el tiempo 0 li muerte, En sus recovecos ongénicos y psicoguimicos in- {emo el ser humana se siete inmoral ‘Ninguna de ests observaciones denotaastucia humana. No parece que la persona pueda evitar su exofsmo: es como Si proviniese de su naturaleza animal. A través de inconta- bles siglos de evolucién, el organismo ha tenido que prote- ‘ger su propia integridad; tenia su identidad psicoguimica y Se dedics & preservarla. Este es une de los principales pro- blemas que se presentan con los trasplantes de drganos; et ‘organism se protege conta la materia ajena, incluso si se trata de un eorazda nuevo que lo mantendrfa vivo. El propio protoplasma se conjay nutre asi mismo contra el mundo y Tas agresiones a su intepridad. Da la impresion de que dis fruta de sus propis pulsaciones, expandignose por el mun- ddoal tempo que metaboliza segmentos de ste. Si se toma- sen organismo mudo y ciego y se le diese autoconciencia y ‘nombre, si se lograra que destacase en su entorno natural ¥ » Lamegacion de la muerte adquitiexeconcienca de qu dice, te bend nari tm En a persona Ia deta picoguimica, el seni del potery ia ttvdad se han hecho coe vo es inseparable dou aucestina pi de on srt mento ico del propic valor. Hanor apeaio, sob tnd de Aled Adler que to que mas necesita el er toes Ia seguridad des autoestima Per ele no e sl- mente ta goa clega de protopasna Hoar sino wna {rear con un nombre qe haa en mando de smo Iosy sco no slo de materia, Su entinieto de autora loacign se conse simblicamente, stan apreciado narisismo se alimenta de simbolos sobre ba bse de una ides bac des propo valor unaideacompuests 80 side, plas eimdgenes qe extnen ear, en lene, tel papel, Tao et sign gue abel ata dela persona po a actividad erica, x places del incor: forsciny Inexpansion cmon, ede nine sn fesen el campo de lox sinbolony per ant, ene el n= toralidad. El onganismo simple pede expandire cn dimensiones de mundosy tempo sit mover un solo mie tro sco pede intl etemidad en sf miso aunque sea con bende de pont. En nancial lucha or la uoestina al menos es disracaa, Eno no se avergbenz de ss necenidades: y cuanto mis dese, mejor. Todo st oraniamoreclama a gr tos also origina, Esta demand pode converte in infanciaen an infero para lo uo, especialmente Cuando hay vaio aos que compiler por la pre- rrogtiva de una aoexpansén sin ites, To que pr mos lamar "ignifieado emi” Earn no debe t- Ihave aa ligt, ya que es a adonde nos conduce noes tinct, Hablamos despreocupadamene dela validad fate" como a Tuese un subproduct del crecimiento, tna brizna de competividd yegofmo de nifios mimados 30 Irirouccion {que todavfa no han aleanzado su generosa naturaleza socal Pero todo es demasiado superabsorbente y despiadado para ser una aberracin, express las entrafas de la creature deseo de destacar, de ser el mismnisimo mimero uno de la cereaviGn. Cuando se combinan el narcisismo original con Ia necesidad besica de autoestima, se daa luz a una ereatura {que ha de sentirse asf misma como un objeto de valor pri ‘mondial: a primera en el universo, personificando en si mis ‘ma toda la vida Esta es Ia raz6n dela cha data, normal mente feroz, entre hermanos. El miNo no puede permaIise ser ol segundo, © sentirse devaluado, y menos excluido, ‘Le as dado el earamelo mis grande!» «jLe has dado mis ‘umo!» «Toma tun poco més.» «;Ahora tiene ella mis que yoln se has dejado encender Ia chimenea y a mi no.» ‘Vale, enciende un troz0 de papel!» «Pero este papel es ‘mas pequenio que el que ha encendido ella» Y as, una y otra vez. Un animal que adguiere sus sentimientos de vata simbélicamente tiene que compararse a cada minuto con los, {que le rodean para ascyurarse de que no se convierte en el segundo, La rivalidad fraterna es un problema eritico que reflea la condicién humana bésica: no se rata de que ls ni fos sean depravados, egofstas y dominantes. Expresan! Je forma abiera el destino teigico del ser burano. Elna tie ne que justificarse ante sf mismo como un objeto de valor Primordial en el universo: tiene que destacar, ser un héroe, contribu lo mas posible ala vida ene! mundo, mostrar que ‘eventa mais que nada 0 que nadie. ‘Cuando valoramos 1o natural que le resulta al ser huma- no la lucha para ser un hétoe, hasta qué punto es inherente ‘en su consttucin evolutiva y orgdnie, Ia claridad con que se muestra de nto, resulta de lo mas extrafo lo ignorantes {que somos, conscientemente la mayoria de nosotros, de 10 que en realidad queremos o necesitamos. De todos modos, ennuestra cultura, y sobre todo en nuestros dias, lo heroico parece quedarnos demasiado grande, © nosotros somos de a Lanegacion de la muerte ‘masiado pequefios para ello. Digale a un chico joven que est capacitado para ser un héroe, ya vers como se enrojece. Disfrazamos nuestra lucha acumulando cifras en un libro de contabilidad para recoger en privado nuestro sentido del va~ Jor de lo heroico, o teniendo una casa un poco mejor en el barrio, un coche mas grande, nifios mis listo. Pero, por de- bajo, late el dolor de la especificidad esmica, cualquiera {ue Sea la forma bajo la que lo enmascaremos en relacién a Una esfera menor, De vez en cuand, alguien admite que se hha tomad en sero ef herofsmo, yell nos produce un ese lofiio, como cuando el congresista estadounidense Mendel Rivers pasaba asignaciones al ejécito y dijo que era el hombre mis poderoso desde Julio Cesar. Puede que nos es- tremezcamos ante la tosquedad del heroismo terrenal, tanto {de Cesar como de sus imitadore, pero no es culpa de ellos, sino de la manera en que la sociedadestablece su sistema de Iaéroes, y de la gente a la que el sistema da ocasin dere presentar sus papels. La cuestin es que esto es lo que es y ha sido siempre a sociedad: un sistema de accién simbolico, una estructura de satu quo y papeles, de costumbres y normas de comporta- ‘miento disenadas para sevie de vehicul al herofsmo terre- nal. Cada guidn es tnico, cada cultura tiene un sistema de Iaéoes diferente. Lo que los antropstogos denominaa "rela- tividad cultural” es, en realidad, Ia clatividad de los sste- ‘mas de héroes del mundo entero. Cada sislema cultural es tuna dramatizacién de la heroicidades sobre la Tierra; cada sistema configura papeles para actuar con diferentes grades e herofsmo; desde el herofsmo “de lyjo" de un Churchil, tan Mao o un Buda al “barato” herosmo del minero, dell briegoo del cura; el herofsmo escue'o, de cada dia, tereenal, forjado por manos nudosas de trabajdor que conduce a su familia través del hambre y la enfermedad. CCarece de importaneia que el sixema de héroes cultural sea abiertamente mégico,religioso, primitivo o secular, cen 2 Introduccion Iifco y civilizado, De cualquier modo, es un sistema mitico al que la gente se somete para adqurir un sentimiento de va- lor primordial, de peculiaridad c6smica de utlidad dltima de In reacidn, de significado inamovible. Se adquiere este sen- timiento forjéndose un lugar en la natraleza, construyendo ‘un efcio que refeje el valor de lo humano: un tempo, unt catedral, un t6tem de madera, un rascacielo, una familia que barca tres generaciones, Lo hacen con la esperanza yelcon= ‘enciment de que as costs ie crea Ine personas. ka so

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