Вы находитесь на странице: 1из 84

viva

  Quienes declararon un siglo atrás que cualquier cosa podía ser una obra de arte, y que
cualquiera podía producirla, se proponían quebrar el mito romántico del artista como un ser
único, un elegido. Pero no imaginaron que serían tomados al pie de la letra. El pluralismo y la
democratización del mundo actual del arte son la concreción de esa propuesta, que en su
momento fue revulsiva y contraria al sistema y hoy se traduce en una discusión acerca del
límite entre lo que es arte y lo que no lo es.
Arthur C. Danto (Michigan, 1924), profesor emérito de Filosofía de la Universidad de Columbia,
en Nueva York, y también crítico de arte, es uno de los protagonistas de esa discusión. Su
primer artículo sobre teoría del arte fue publicado en la década de los 60.
Pero el gran estallido se produjo a principios de los años 80, cuando publicó “El fin del arte”,
un artículo muy polémico sobre la situación y el destino de la producción artística de la se-
gunda mitad del siglo XX. Danto se ha ocupado en los últimos 20 años del problema de las
fronteras entre el mundo “real” y el del arte, que no sólo sigue candente, sino que además
se complicó porque proliferaron las líneas de trabajo que juegan a confundir, borrar, correr y
volver a establecer ese límite, dejando al descubierto muchas arbitrariedades que se daban
por superadas. Los aportes de artistas, críticos y teóricos del arte se nutren unos a otros, y
en el cruce de su producción aparecen nuevas ideas para seguir profundizando en ese tema,
central desde que se amplió el universo del arte. En ese punto de convergencia se centra el
pensamiento de Danto.
¿En qué se diferencian los objetos que encuentra cualquiera en la calle o en el supermercado
de cosas parecidas que presentan los artistas con el nombre de ready-made u objet trouvé?
La pregunta está vigente quizá desde que Marcel Duchamp mostró una pala, un urinario o un
escurridor de botellas en un museo.
–(Clio E. Buguel): Usted es un caso raro, un filósofo que se “El éxito de La transfiguración... –prosigue Danto– se tradujo en invi-
convirtió en comunicador de masas. Lo más extraño es que taciones de la prensa a escribir sobre arte. Soho News, por ejemplo,
eso ocurrió cuando se publicó su artículo “El fin del arte”, a me pidió que participara en un simposio sobre el futuro del arte. Yo es-
comienzos de los 80, y entonces la revista neoyorquina The taba pensando en eso en aquel momento, porque no creía que el arte
Nation lo invitó a colaborar como crítico de arte. que se estaba haciendo a comienzos de los 80, el neoexpresionismo,
¿Cómo explica usted esa paradoja? fuera el futuro en relación con las décadas de los 60 y 70. Eso me llevó
–(Arthur Danto): Siempre estuve cerca de los artistas y los sucesos a preguntarme cómo debería haber sido el futuro, lo cual, a su vez, me
del mundo del arte, pero hasta 1964 no había encontrado nada, entre hizo cuestionarme acerca del tipo de estructura que caracterizaba a la
los filósofos que escribieron sobre arte o estética, que sirviera para en- historia del arte. Finalmente, todo me llevó a pensar que el arte no tenía
tender lo que estaba sucediendo en el arte contemporáneo. En 1964, un futuro como el que uno creía”.
el arte pop que me estremeció resultó ser el que me señaló un camino –Entonces se le ocurrió aquel título que causó conmoción y,
a la filosofía. Ese año escribí un ensayo, “El mundo del arte”, que suele sobre todo, mucho enojo entre los artistas.
citarse como un punto de inflexión en el terreno de la investigación es- –Escribí “El fin del arte”, que fue publicado como el artículo central del
tética. La pregunta básica era: ¿cómo es posible que dos cosas se libro, y los demás se convirtieron en comentarios y críticas. Eso ocur-
perciban como iguales y que una de ellas sea arte y la otra no? Tengo rió en 1984, el mismo año en el cual The Nation me invitó a trabajar
la sensación de que ese es un tipo de pregunta filosófica básica, y como crítico de arte. La paradoja que usted plantea debe ser: ¿cómo
creo que uno puede manejarse con el arte igual que con el cono- se puede escribir crítica de arte cuando se piensa que éste llegó a su
cimiento y la ética. fin? El “final” que yo tenía en mente era el de una narrativa interna de
–Pero después de ese primer artículo pasaron más de 10 la historia del arte. Era como si el relato hubiera llegado a su fin, como
años antes de que volviera a escribir algo sobre el tema. cualquier otro. Pero, al igual que los protagonistas de los relatos, la vida
–No volví a escribir sobre eso hasta fines de la década de los 70, continúa aunque el cuento se termine. Llegar al final no quiere decir
cuando publiqué un libro sobre filosofía del arte titulado La transfigu- detenerse. El hecho de que haya una cantidad de obras sobre las
ración de lo banal, que no estaba escrito en el estilo filosófico requeri- cuales escribir como crítico es coherente con el advenimiento del fin
do. Aspiraba a ser una comedia. Y fue analizado fuera del mundo de del arte. Lo único que se descarta es la crítica basada en una ideología
la filosofía. En realidad, no me importaba lo que pensaran los filóso- que conocemos, y que estipula la dirección que debe tomar el arte.
fos sobre ese libro. Iba dirigido al mundo del arte. Los filósofos seguían “El fin del arte –continúa el filósofo y hoy curador– significa un pluralis-
hurgando en los bosques de Kant y Hegel, Croce y Santayana. Y yo mo radical, que no permite la existencia de una sola dirección posible.
hablaba del arte de verdad. Así que ya era un comunicador de masas, No existe esa dirección. Todo es posible. Y eso permite desarrollar un
para utilizar su expresión. tipo de crítica que toma y analiza cada cosa a medida que surge”.
TELEOBJETIVO
Foto: Carlos Lozada · Fuente: Mercedes Longobardi
OPINIÓN
OBJETO DE ESTUDIo
Antonio Herrera Toro

Pablo Benavides

Вам также может понравиться