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PEDRO VIGEATE NAVARIEC olecciin Teoria @ Investigacién en las Ciencias del Hombre. Elton Mayo Problemas humanos de una civilizacion industrial Prélogo de Sergio Baga Ediciones Nueva Visién Buenos Aires La palabra monatenfa, como Ia palabra fatiga, se emplea ge neralmente para designar cualquier clase de desequilibrio in- ducido en el obrero, de taf suerte que no pueda seguir trabajan- do, 0 que sélo pueda seguir en un nivel de actividad menor. Hay muchas postbilidades de semejante desequilibrio, diferentes in- Gividuos y diferentes situaciones. Una investigacién de situa- ciones de este tipo trata de encontrar algin factor © factores coneomitantes en condiciones externes, y algo también dentro del mismo individuo. Ei desequilibrio es, para’decirlo con. pala- ‘bras de Cannon, tanto interoefective como exteroefectivo; hay lun desequilibrio dentro del individuo, y entre él y su trabajo. En e| cago eltado, el problema que complicaba atin mas las co- sas era el de las preocupacfones mentales —pesimismo y exi- tacién—, indueidas en los obretos por las condiciones de 6u tra- bajo, Pero ni ellos ni sus superiores inmediatos hebfan podido defini o especificar las condjciones externas operantes, IIL. El experimento de Hawthorne en la Western Electric Company ‘La concepcién de Ina condiciones del experimento biolégico de L. J, Henderson y del Laboratorio de Fatiga de Harvard, que Ine eitado, fue algo que ciertos empleados de 1a Western Blec- trie Company dedujeron por propia experiencia, No quiero de- cir con esto que hayan definido claramente, o que hayan enun- ciado las diflcultades pecullares de la investigacién biolbgica, en comparacién con ef andlisis quimico o fisico. Bn la época de ‘que hablo, e} aflo 1028, habian deseubierto en forma empirica que era posible organizar, a) parecer cientificamente, una investiga clin culdadosamente planesda de un problema industrial hu- mano, y sin embargo fracasar completamente en Ia elucidacion del problema en cualquiera de sus detalles.{Actuando en colabo- racién eon el Consejo Naolonal de avestigaciones (National Research Council}, 1a Western Blectrie Company, en sve talle- res Hawthorne de Chicago, habia estado emperiada durante tres faflos en wn esfuer70 por establecer el efecto de Ja Uuminacién sobre el obrero y su trabajo. Todavla ng se ha publicado ningdn jntorme Oficial sobre tales experimentos, y es imposible por con- siguiente cltar con tode detalle los métodos empleados y los re sultadoe obtenidos !, Puedo, sin embargo, manifestar con segu: ridad que Ia Investigacidn comprendié, en una de sus fases, la $e- aracién de des grupos de obreros empefiados en la misma ta- rea en dos cuartos igualmente iluminados. La disininucién ex- perimental de le ituminacién en cantidades ordenadas, en uno de Jos euartos solamente, no reveld ninguna diferencia suficien- temente importante, expresada en términos de rendimiento cal 1 ato foe escrito en 1938, antes de Ia publicasion de Management owt ine Ivorker, oe 4 Roettsberges y Wallars J. Dickson, ex £939, Cate Saag eeap' ery from er Sem pit ler tte Compete de Ios exterimentor de Hawthorne accesible opie Hee {Gy ener tanbign Tenuate Worker, dos foros, de T. North Whiter heady Cainbeldge, Harvard Universoy Press, 1808 65 culado, comparada con 1 trabajo dei otre cuarto, que cegulta to Jalmente iluminatlo. Ea una u otra forma, ese complejo de fac- tores mutuamente dependientes que es el organiemo humano modifies su equilibrio y, asf, involuntariamente, frustré el pro- pésito de] experimento, Dehe considerarse que, en parte, tue ese interesante fraca- s0 el que levé a provocar nuevos experimentos, Pero, ademas de ese problema de método, existfan nnuchas cuestiones concre- as de gran importancia, a las que los diroctores ejecutivos que- rian encontrar respuestas objetivas, cualquiera que fuese su propia opinién al respecto. Patiga, monotenla, y sus efectos 50- bre el trabajo y sobre ios abreras, eran tdpleos muy debatidos fen ese momento. ;Hra pestble demostrar, en forma clara, el pa- pel que desempefiaban en clortas cituaclones industriales? Ade- més, cualquier compaffa que tenga a sus érdenes a mlles de obreros trate, naturalmente, de perfeccionar sus propios méto- dos, su “sistema”, pero trata también de encontrar algtn erite- rio satistactorio sobre el valor real de sus métodos para trater @ Ja gente. Mientras que una méquina revelar4 una defieiencia en una v otra forma, un método para manejar situaelones huma. as revelard vara Vex que est meramente basado en Ia eostum- ‘bee ¥ el uso, antes que en un sano eriterio, Bstas consideracio- hes condujeron a infeiar una segunda investigacién, 0 serie de inyestigaciones, en abril de 1027. TAD etatieces esa sega investgacén, se tuvo muy en cuenta In Ieceidn de Ix primera experieivia, Se separd a un ETU po de obreras para observar el efecto de diversos cambios en las condiciones de trabajo. No se hizo ninguna tentativa para “pro- bar el efecto de variables alsladas". Cuando se trata de seres humanos, no es pesibie cambiar una condicién sin cambiar tam- bién otras inadvertidamente, tal como to habfa demostrado el ex- perimento sobre Ie iluminaci6n. Se siguié operando con peque- ios grupos —seis operarias— porque los funcionarios de la com: pafiia se habfan dado cuenta de la Importancia que podfan tener, para la investigaci6n, los cambios de actitudes mentales; s¢ crea que tales cambios padrian ser mas fécilmente observados or los expertes si se trataba de grupos pequefios, Se tomaron disposiciones para caleular con precision todos los cambios ene! Tendimiento, y ello también suponia que los grupos deblan ser ocd mumerosos. Se deseaba un registro exaeto de rendimiento, Por dos razones: en primer lugar, los eamblos en Ia producetén ifferen de muchos otros eambios humanos, por cuanto se pres- ten para ser determinados de manera exacta y continua; en se- gundo lugar, Jas variaciones de rendimiento mmuestran’ eficaz- mente “el efecto eombinado” de todas las condiciones que alec- 66 tan a un grupo. La obra de Vernon y Wyatt apoya la opinién segdn la cual una curva de rendimniento indica el equilibrio 0 fel desequilibrio relativo del individuo y del grupo. La tarea elegida consistia en el montaje de “relays” telef6- nicos, Bs decir, que debfan “reunirse una bobina, una armadura, resortes de contacto y aisladores, en un brazo, asegurando 1a colocacién de las partes por medio de cuatro tornilios para me- tales”; cuando el trabajo se realiza normalmente, el montaje de ‘cada pieza requiere aproximadamente un minuto}. Ksta opera- celén asta clasifieeda entre las de repeticién, y la realizan muje- res, En una de las eématas de ensayo, se colocé un banco de montaje corriente, con aslentos para cinco obreras y el equipo aproplada, Este cuarto estaba separado del taller principal de ‘montaje por un tablque de madera de diez pies. Hl banco esta- bbs bien iluminado; se habjan tomado disposiciones para obser- var los cambios de temperatura y humedad, También se traté ée proveer Jo necesarlo para la observacién de otros cambios, ¥ ‘especialmente de los cambios imprevistos, asi como de los que rhabfon sido experimentalmente introducides. Bsto también era consecuencia de Ia experiencia obtenida en los experimentos £0- bre Juminacién. Asi constituida, para un perfodo de observa: cién telativamente breve, la cémara de ensayo continud sien- do wtilizeda, en realidad, desde abril de 1927 hasta mediados de 1022, es declr, durante un perfodo de més de cinco afies. ¥ el in- teres creciente del experimento justified su prosecueién hasta que la crisis eeonomica impidio pilevas progresos. ‘Se habfan clegido eis obreras, cinco para trabajar en el ban- co de montaje, y una para procurar y eistribuir piezas entre las {que estaban ocupadas en la tarea, No hablaré del método emplea do para elegir a estas operarias; sélo diré que eran obreras ex: perimentadas. Los encargados las eligieron porque querian evi- lar las complicaciones que podria introducir el aprendizaje, Las. dos obreras clegidas en primer término —nvmeros uno y dos al comenza—. se retiraron en el curso del primer afo, y fue: ron reemplazdas por otras dos obreras de hubilidad igual o su- perior a las anterlores, quienes permenecieron como ndmeras tuno y dos hasta el final, La obrera que primitivamente tenfa el indmero cinco ahandoné durante cierto tiempo 10s talleres Haw- thorne, en el perfoda Intermedio, pero Inego volvié a ocupar su jugar én el grupo. Realmente se lograron, por lo tanto, registros continuos de} rendimiento de cinco obreras durante un periode 2G. A. Penick, “Industral Research at Hawthorne, An Experimental ovesgatin of Rest Bereds, Working Conditions and othr fntuences, BE Bovine! Tonal, vol VILL, st 5 ehcere e158, fo 99. 61 aproximado de cinco aiios. Hstos registros se obtuvieron por me: lo de un aparato especialmente disefiado, el cual, al comple- tarse cada “relay”, horadaba una cinta rotativa, La cinta giraba a wna velocidad constante, aproximadamente a un cuario de pul- gada por minuto; boradaba cinco hileras de perforaciones, cada tuna de las cuales correspondia a una obrera, A la derecha del lugar de cada obrera, en el banco, existia un conducta provisto de una compuerta elfctrica. Cuando la obrera terminaba una pieza, 1 colocaba en el conducto; al pasar por éste, bacfa fun- cionai la compuerta eléctriea y el aparato perforador registra- ba debidamente su terminacién. Midiendo sobre la cinta la dis- taneia entre una y otra perforseién, es posible ealeular el tiem- po transcurrido entre la terminaelén de un “relay” y otro, En esta forma, la compafifa tiene un registro de éada "relay" arma- do por cada operaria en la habitaciOn de ensayo, durante cin- co atlas; y, en casi toclos los casos, también tlene registrado el tiempo hecesario para armarlo, Estas elfras, exeepcionalmente Interesantes, extn siendo analzadas por mi colega ‘T. N. White BI traslado de Jas cineo obreras a Ia cdmera de ensayo fue culdadosamente preparado, Era evidente que los camblos de rendimiento, calculaées por el aparato registrador, constituirfan Ja sezie ms importante de abservaciones. La continuidad y icUtUd de estes repistros los transformarian, necesariamente, en el punty de referenci més importante para otras observacto. es. Ent consecuencla, antes a@ instalar a las cinco ooreras en 1 habitacién especial, se llev6, sin que ellas fo supleran, un regls- tro de la producesén de eada una durante dos semanas. Esto sit- vig pata establecer e] rendimento hésico. Luego, las muchachas fueron trasladadas ula edmara de ensayo, y nuovamente se ré- ISI su rendimiento durante cinco semanas, sin introduelr nin- gain cambio en las condiciones de trabajo ni en los procediznien- tos. Se dabg por sentado que esto explicarfa suficientemente cualquier cambio acaecide como consecuencia del traslado, Du- rante e tercer perfodo, que duré ocho semanas, el cambio ex- perimental que se introdujo consistié en una variacién del sis- tema de pago. En el taller general, las muchachas habfan co- ‘brado a razén de tanto por pleza hecha per el gruno, como miem- hros de un grupo de aproximadamente cien obreras. El cambio consistid en constituir con las einco obreras un grupo tnico pa- ra el page por articulo realizado, “sto significaba que cada mu: 4 er gota a pe deta pina #8, Estas ciftas bn sido publican en The Induiit Workers tron, de North Whitehead Cation Harvard University Press, 1938. Wei Conbrides, 68 ‘chacha iba a ganar una suma que estarfa mds en proporcién con Su esfuerzo individnal, desde que se le pagaba como miembro de un grupo de cinco obreras, en lugar de un grupo de cien” >. ‘También significaba que cada muchacha podia sentir un inte- rés grande, aunque indirecto, en las realizaciones del grupo. Después de observar el efecto de este cambio de agrupamien- to durante oche semanas, Jos funcionarios de 1a compefila opi- aren que podia empezar In experiencia més importante. Ei; ol euarto perfodo experimental, se dio a las obreras dos pausas de descanso de cinco minutes cada una, que comenzaban respectivamente a las diez, es decir, a media mafiana, y a las dos de la tarde, El problema habia sido diseutida de antemano con Jas operarias —come lo fueron todos los cambios subsiguientes— y se decidi6 que In pausa seria de cinco minutos, més blen que de diez o quince minutos. en parte porque se pensaba que, si ‘1 deseanso era mis largo, quiz no se recuperarfa el tempo perdido, Esto prosiguié durante cinco semanas, y después de ‘ese lapso results claro que, ast como et rendimiento total ce habla acrecentado genaiblemente después de 1a constituctén de las obreras en un grupo aislado en lo que respecta a! pago, asi también se habla screcentado nuevamente, como conse: euencia de los deseansos. Se adopts entonces, al camenzar el quinto perfodo dei experimento, 1a otra alternativa original: mente propuesta, dos pausas de diez minutos, Ksta disposicién se mantuvo durante cuatro semanas, en el curso de las cuales el rendimiente diarie y semanal del grupo ecusd un incremento mayor que cualquiera de los anteriormente producidos. En el sexto perfodo, ee contcedié al grupo, durante cuatro semanas, Seis pausas de reposo de cinco minutos. Las obreras expresaron cierto diagusto ante las constantes interrupciones, y Ja curva de rendimiente sefialé un pequelio deseenso. BI séptimo periodo experimental estaba destinado a con- vyertirse an nermat durante los afios restantes det experimento, Los cambios subsiguientes na son, en su mayorla, més que variaciones de lo mismo, Puede considerarse que este séptimo periedo conchiye Ja primera fase de la investigacién, que se dedies, en primer lugar, al traslada de las operarias y al esta- blecimiento de habitos de observacién y, en segumdo lugar, a experimentar con pausas de descanso de’incidencia y duracién ‘Yarlables. Inn el séptima perfodo se traté de descubrir el efecto que producirla el ofrecer algiin refrigerio x las obreras —café fo sopa y un sandwich— a media maiiana. Quienes estaban en- cargados de las observaciones habfan descublerto, en conver 2 GLA, Pennot, of. city n. 3U0 HORAS SEMANALES —- RENDIMIENTO saciones con las muchachas, que frecuentemente venfan a tra: POR OPERARIA TOTAL ('1 holar por las mafanas después de tomar un desayono muy Tl TAL (“RELAYS”) viano, o sin kaher desayunado. Sentian hambre mucho antes PER{ODOS Beeb RES ide fa hora do] almuerzo, y se pens6 que la tendencia. descen- poor x oS BBREB Gente del registro del rendimiento antes del intervalo de me wowowossa oo GS diodfa obedecia a ese estado de cosas, Se decidid, entonces, que ‘ Ja compaffa debfa proporcionar a cada miembro del grupo tuna colacién adecuada al mediar 1a maflana de trabajo, y quizds un refrigerlo més liviano a media tarde, Esto significaba aben- Gonar los sels reposes de cinco minutos y volver a las dos pat sos de diez minutos, 10 cual se justificaba, de cualquier modo, por le preferencia expresa de las obreras, y porque los registros : Ge rendimiento parecian indicar que era el mejor sistema, Pero, al proporelonar el retrigerio, hubo que extender alga més el descanso de la mafiana. Fl séptimo perfodo se caracterlza fentonees por un intervalo de quince minutos a snedia mafiang 19.30 horas), con wa comida principal, y un intervalo de diez minutos a media tarde (1480 horas). El sistema persistid, en esta forma, durante ones semanas, y en ese tlempo la pro- duecién volvié a gu alto nivel onterior y allf se mentuvo, Bn Ja segunda fase de la experimentacién, periods ocho a ‘ance inclusive, se mantuvieron constantemente ‘las condiciones Gel séplimo period y ae Introdujeron otros cambios. En el fectavo perfodo, el grupo dejaba de trabajar media hora més temprano —a las 1630 horas. A esto signié un Sncremento notesle en el rendimionto diaria y semanal. Asi se prosizulé durante siete semanas, hasta el diez de merzo de 1928 A poco de comenzar este perfodo, se retiraron las obteras que figuraban como nfimeras une y dos desde el principio de 1a experiencia, y fueron reemplazadas por las que habfan de figurar eomo mimero uno y dos durante la mayor parte de 1a investigacién. Tin el novend perfodo, se abrevi6 atin més e] dia Jaborable y el grupo cesaba en su trabajo, diariamente, = las 1G horas, Esto duré cuatro semanas, ¥ durante ese tiempo hubo lun pequeio deseenso en el rendimiento diario y semanal —aun- que atiment6 el rendimiento horarlo medio. Bn ef décimo pe- Modo, el grupo volvi6 a las condiciones de trabajo del séptimo perfodo —pausa de deseanso de quince minutos por la mafiana Con seltigerio, pausa de descanso de diez minutos a modia tarde, t J va dia Jeborable completo hasta las cinco de Ja tarde. Hste Linas VEIL Derfodo duré doce semanas y, durante su transcurso, el grupo consigul6 y sostuvo, en relacién con su rendimiento diario ¥ semanal, dna producelén mucho més alia que en cualquier época anterior. Fue quizés esta “alza” de producctén le que jlevé a expresar algunas dudas graves, que se habian estado n E g 3 aSAVTIY~ IG AIVLNOW JG OAVSNA ad VUVNYD OOVOTHD - SHYOM SNYOHLAYH - ‘0D ORTTT NUGLSAM formando en las mentes de los funcionarios de la compaiiia responsables del experimento, Se habfan obgervado muchos carn- bios, ademés de los ocurridos en le produccién; hasta ese mo merito, habia sido posible suponer, gon una finalidad préctica, que tales cambios eran consecuencla de Ia adaptacién a ci cunstancias especiales, y que no tenfan necesariamente otro significado, De la misma manera, habla sido posible suponer que los cambios de rendimiento’ registrados estaban ralaciv- nados, por lo menos en su mayor parte, con Jos cambios expe- rimentales en las condiciones de trabajo —pausas de repos0 0 cualquier otra modifteacién— impuestos sucesive e individuale mente. En esta etapa de te experimentacin, tales suposiefones ya no eran posibies, sobre todo a la luz dé Ia determinacién, previamente expresada, de “no efectuar pruebas con relactiin a variables aisladas”, sina de estudiar Ia situncién, El undécimo perfoge fue, por lo menos en parte, una coneesién a las obreras. No quiero decir con esto que la compaiiia no hava tratado de extender su segunda fase experimental —ob- servacién del efecto de abreviar ta jornada de trabajo— para ineluir wn rogistro del efecto de una semana de cinco éfas, Estoy eonvencido de que se ensayé; pero la introduccién en ‘ese momento de una semana laborable més breve —sin trahajar los sébados— se relaciona con dos hechos; primera, que las doce semanas de ese periade se extionden deste el dos de julio hasta el primero de setiembre, durante el verano de 1928, y segundo, se relaciona también, anticipadamente, con al cambio ‘experimental que se efectuarfa’ a continuaci6n: lo clerto es que, de comtin acuerdo, ins obreras y los funcionarios encargados de la experiencia ya habjan deeldido que el experimento st- guiente, ef duodécimo, consistirfa en Ja relmplantacién de Jas condiciones originales do trabajo —suprecién de las pausas de descanso, de la disminuctén de dias u horas de trabajo, de los reftigerios, Durante el undécimo periado -~la supresién, en vera- no, del trabajo de los sthadas— el vendimento diario continu6 acrecentindose; sin embargo, este aumento no alean26 a com- pensar la supresién de? trabajo de los sabados por la mafiana, Y @l rendimiento semanal acus6 por lo tanto una pequefia re. gresidn. Es importante observar que, aun cuando el rendimiento Semanal actse esta regresidn, se mantuvo con todo superior al rendimiento semanal de todos tos demas perfotos, con excep- eién del octavo y el décimo. El mes de seliembre de 1928 fue un mes importante en el desarrolio de ia investigacién. En setiembre empoz6 el duo- décimo cambio experimental y continué durante doce semanas, después de haberlo convenido asf con las abreras, En este pe- R Hlodo, segin va he dicho, el grupo volvi6 a las condiciones ae trabajo del tereer periodo, al comlenzo de la investigacién; se fuspendieron durante tres meses, aprosimadamente, los inter- valos de descanso, refrigerios especiales y demés concesiones. ‘Tamabjén empers cn setiembre de 1928 esa extensién de Ia en- cuesta conaelda con el nombre de “Programa de entrevistas", de a que trataré en el préximo capitulo. Debe considerarse que fest05 dos acoutecimientos ejetcieron considerable influencia so bre el desartolio do la encuesta. 1a historia de las doce eemanas en que se volvieron a im- plantar las llamadas condiciones originales de trabajo puede resumnirse répidamente. El rendinyento diario y semanal ascen- €i6 hasta un punto mas alto que en cualquier otra gpoca, y durante todo el perfodo “no hubo tendencia descendente al- Buna". Al eabo de doce semanas, en el décimotercer periodo, el rupo volvid, como se habia convenido, a ias condiciones del séptimo period, con Ia tniea diferencia de que, mientras Ja compaifa continuaba suministrando café u otra bebida para el refrigerio de media mafna, las muchachas eran quienes 52 eneargeban de traer su propia comida. Este arreglo duré treinta y una semanas, mucho més que cualquier cambio anterior, ‘Mientros que, en el duodécimo perfodo, el rendimiento del grupo habla excedio el de cualquier otro moment, en el décimotercer perfodo, con a reimplantacién de las pausas de deseanso y Gel refvigerio, su rendimiento se acrecents nuevamente hasta wun nivel an més alto, Se vela elaramente que los cembios especificados, experimentalmente impuestos, aunque quid pu- diievan explicar pequefas diferencias entre uno y otro periodo, zo podrfan sin embargo utflizarse para expllear lag transforma. Giones mas importantes: el continuo ineremento de Ia. produc cidn, Este acrecentamiento constante, representado por todos Jes resistros contempordneos, parecia ignorat, en su desarrollo ascendente, 1os cambios expetimentaes. Ei décimocuarto periodo experimental fue repetielén del undécimo periodo; permitié al grupo Ta supresisn del trabajo de Jos sihados, desde el 1° de julio hasta el 31 de agosto de 1928, BY déeimonuinte perfodo relmpiant6 las condielones del décimo: tereero, y desde entonces podemas consilerar Jas condiciones ol séptimo periogo camo el modelo establecido para e) grupo. Los funclonariog eneargados del experimento publteaban In- formes, de tanto en tanto, sobre los progresos alcanzados, Estos informes se publicaron privadamente, para ta Western Electric Company y algunos de sus funcionarlos. Basdndose en estos documentos, es posible hacerse una idea de ia actitud que tenfan fen ese momento, frente 2 la investigaeién, quienes la esteban 73 Girlgiendo, El tercero de esos informes se publicé el 15 de agosto de 1928 y, por consiguiente, no prosigue sus comentarios, © sus deseripciones mas allé de esta fecha, El cuarto fue publi- cado el 11 de mayo de 1029, y en él se encuentran explicaciones interesantes sobre los acontecimienos que acabo de describir. ‘La primera alusién al problema es una observaci6n en el sentida ‘de que, “aungue Ios perfodos siele, diez y trece comprenden 1a misma duracién del 4fa laborable, la tendencla ascendente ha continuado 2 través de esos tres perfodos". Mas adelante, afiade el informe: “La produccién acrecentada durante Ja prueba hha Tlevado a lag operadoras, de un rendimento semana) medio de unos 2.400 ‘relays’ (cada una) al comenzar, al rendimiento semanal medio actual de unos 8.000 ‘relays’, (Periodo trece que duré hasta fines de junio de 1929). Los perfodos sleté, diez y trece tuvieron las mismas condiciones de trabajo, a saber, un deseanso de quince minutos y una abundente colacién por la mofiana, y un deseanso de diez minutos por 1a tarde. Ello no obstante, en el séptimo perfodo, el rendimiento semanal medio del grupo fue algo superior a 2500 piezas por obrera, en el tiéelmo periodo fue algo superior @ 2800, y en el décimolercer perfode fue de unas 3000. Més ain, el duodécimo perfode fue semejante al tercero, en cuanto a condiciones de trabajo, con ei dia de trabajo completo, sin deseanso ni refrigerio, El ren- Ahniento medio del tercer perfodo, sin embargo, no alcanzS a 2500 ‘relays’ por semana, y el del duodécime perfodo fue su- perior @ Jos 2.90 por semana, 41 duodéctmo perfodo duré doce semanas y no hubo tendencia descendente alguna .. La veloel- ‘dad horaria de rendimento fue notablemente més’ clevada du- rante el dia de trabajo completo del duodéclmo perfoda, que durante el dia de trabajo completo del tercer perfodo. Entre los periodas comparables siete, diez y trece, también se acrecenté el ritmo de produccién.” Como ejemplo det “éxito” del experimento, el informe men ‘elona el programs de entrevistas, y meneiona también el hecho de que el sistema de pausas de descanso se habla extendido a unas 9,000 empleedes en distintes secclones, De las ‘con- ‘elusiones", elljo los siguientes parrafos: “(b) Ha habldo uno continua tendenela ascendente on el rendimiento, Independientemente de los cambios que conelernen ‘a los perfodés de descanso, Esta tendencla ascendente ha durado demasiado tlempo pata ser atribuida a un estimulo infelal, cau sado por Ja novedad de empezar un estudio especial. (e) La reduecién del cansanclo muscular no ha sido et factor primordial para acrecentar el rendimiento. No se he obeervado fatiga acumulativa... 4 “(f) Las muchachas que trabajaban en la efmara de ensayo se ham sentido mucho més satisfechas, "(g)_ Desde que las obreras empezaron a trabajar en Ja of mara de ensayo, las fusencias disminuyeron aproximadamente en un 80 por clento. Las operadoras de la cdmara de ensayo ‘han tenldo, durante Jos witimes seis meses, aproximadamente 1a tercera parte de ausencias por enfermedad de las registradas entre las operadoras de la secei6n principal. “(v) El rendimiento esta en relaciin més directa con el tipo de jornada de trabajo que con el némero de dfas laborables de Ja semana, “(y) Las observaciones realizadas indican que la salud de as operadoras de la cémara de ensayo se ha mantenide © gue ha mejorado, y que aquéllas han estado trabajando casi al méximo,..” Se confirman Ias siguientes conclusiones de informes ante ores: “(n) Las nuevas condiciones de trabajo han inspirado a las obreras un verdadero afén de venir a trabajar exda ma- fa (s)_La mayor libertad, una vigilancla menos estricta y 1a posibilided de variar un ritmo fijo sin tener que ofr las obser- vaciones de un capataz, han sido factores importantes para creat una mejor actitnd mental y un mayor goce en el trabajo, “Las obreras no tienen una idea clara de Ia razén por la ‘cual pueden procucir mas en le camara de ensayo; pero, como lo demuestran sus respuestas a los cuestionarios... existe Ja impresién de que el mayor rendimiento eslé relaclonado, en eierto modo, con las condiciones de trabajo evidentemente més agradables, més Mores y més felices EI informe hace notar que “industrialmente, puede ganarse mucho teniendo mayores consideraciones personales hacia los niveles de empleo ids bajos" > EI Sr. G. A. Pennock, en un informe que ley6 en una sesién, de la Federacién de Investigaciones de Personal (Personnel Re- search Federation), e1 15 de noviembre de 1929, en Nueva York, dice: “...esta tendencia ascendente continua e inesperada de Ia produccién a través de los perfodos, atin en el duodécimo perfodo, euande se exigié de las obreras una semana completa de cuarenta y ocho horas de trabajo, sin ningiin intervalo de descanso ni reirigerio, ros conduce a buscar alguna expllcacién, 1 Extractado de un informe publicado privadamente por fn divisiéa de investigation industrial, para fos femcionarios de la Western Electric Com= pany, 11 de mayo de 1928, pp. 34-131. 15

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