Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Así pues, descubre que hay diferencias lingüísticas porque existen relaciones
inmanentes a diferencias económicas y sociales, que a su vez generan una
competencia social. Por lo anterior, el análisis estructural es diacrónico, social
e histórico. Dentro de la estructura del campo lingüístico se otorgan beneficios
de distinción, esto es, la rivalidad objetiva en la cual funciona la competencia
por el acumulamiento de un mayor capital lingüístico.
En consecuencia, se crean las condiciones sine qua non para la imposición
legítima de una forma de expresión y, por ende, para la dominación simbólica.
Por otro lado, la hexis corporal es la interiorización del campo social, expresada
en diferentes formas de pensar y de sentir que se transmiten por el cuerpo.
Esta hexis está relacionada con la idea de Foucault acerca de que las
instituciones de poder penetran en el control de los cuerpos, hasta en las
mínimas formas de conducta. Bourdieu ejemplifica la hexis corporal en la
identidad sexual; las disposiciones sexuales se desarrollan a través de la
división del trabajo entre los sexos y de la división del trabajo sexual en su
totalidad. Al primero le corresponden todas las tareas que realiza la mujer en el
espacio social, entre las que se encuentran principalmente, el trabajo
doméstico y la lectura de novelas; al hombre se le asignan tareas bruscas o
toscas, así como tareas de supuesta superioridad intelectual. La división del
trabajo entre los sexos es también una manipulación simbólica que automatiza
la forma en la que mira el hombre (arriba) a la mujer (abajo), la composición de
toda una serie de expresiones corporales que expresa la mujer en todo
momento, como lo es la forma de caminar curvada, la voz suave y baja, así
como la vestimenta que se usa, el corte de cabello que trae, hasta la forma en
que asume el acto sexual.
Otro ejemplo interesante (que no enuncia el autor, pero que consideramos que
está relacionado con la división del trabajo sexual) es el de la invención
femenina del mito de Lilith (nombre sumerio que significa aliento), quien fue
hecha de barro por Dios, al igual que Adán, para que acompañara a éste en la
vida. “Tan pronto como los dos se juntaron, la pareja comenzó a discutir por
qué ella se oponía a permanecer abajo del hombre en el momento de copular.
Aferrada a su convicción de igualdad, Lilith le exigió a Adán modificar la postura
para que ella disfrutara también el amor. Indignado, Adán se negó alegando
que era propio del hombre tenderse sobre la mujer y no accedería a sus
deseos. Lastimada en su orgullo, Lilith pronunció el inefable nombre de Dios y,
enfurecida por la actitud del marido, lo abandonó para siempre [...] Adán se
quejó ante Dios y para satisfacer las querellas de su siervo la divinidad envió
tres ángeles a la Tierra para traerla a su lado con la amenaza de que, en caso
de no acceder, haría matar cada día a cien de sus hijos”. (15)
Conclusiones
Bourdieu, por otra parte, descubre también las prácticas por las cuales los
hombres pasan sin darse cuenta de ellas, sin racionalizarlas ni calcularlas.
Distingue el papel que desempeña la creencia en una práctica y, con esto, el
sentido del juego. La importancia de las relaciones entre la práctica y la
estructura es que se pueden reafirmar las condiciones, o buscar conforme al
habitus, otras opciones de vida, otras disposiciones. En este sentido, el sujeto
puede librarse de las imposiciones estructurales. El destino ineluctable e
inexorable que funciona en el estructuralismo es modificado mediante el
habitus. El habitus no es un mero idealismo ni tampoco una fenomenología que
se basa en la cuasi libertad de acción de los hombres, tampoco es una
máscara social. Como el habitus se relaciona con los intercambios lingüísticos,
con las formas de capital, con los diversos campos culturales y sociales, no es
voluntario ni individual.
Referencias.
BIBLIOGRAFÍA