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Jabali, 1. EI simbotismo del jabali, de origen fexiremadamente antiguo, cubre la mayor parte del mundo indoeuropeo, y lo desborda incluso en ciertos aspectos. El mito procede dde la tradicidn —> hiperbérea. El jabali re- presenta en ella la autoridad espiritual y puede evocar el retro soitario del druida © dl brahman en el bosque. A él se opone el ‘0, emblema del poder temporal. En la G lia tanto como en la antigua Grecia se caza- ba el jaball y se le daba muerte. Esta es I imagen de lo espiritual acosado por lo tem- poral También en la China, el jabali es el em: blema de los Miao, y el 050 el de los Hia Los Miao son los representantes de una for- sma antigua de la tradicién china; eljabali es ‘capturada, o expulsado, por Yi-el-Arquero, que es un guerrero, Hércules captura el jaba- Ii de Erimanto; Meleagro, ayudado por Te seo y Atalanta, da caza al de Calidén, Hay ‘en ello evidentemente un simbolismo de or- den ciclico, por substitucién de un reino por ‘otro, de un kalpa por otto. Nuesteo ciclo se Jhbal al galope. Are part de Akama Samande. J designa, en el mundo hindi, como el del bali blanc, El jabali posee un caricter hiperbéreo, y por lo tanto primordial. Es el avarara bajo el ‘cual Vishnisconduce la tierra ala superficie de las aguas y Ia organiza. El jabali (vara- hha) es también Vishni: hundiéndose en la tierra para alcanzar el pie de la columna de Fuego, que no es sino el linge de Shiva, mientras que el hamsa-Brahma busca la ccispide en el cielo. La tierra aparece asi casi siempre como el atributo de Varaha (Vish- mi), sobre cuyos colmillos © patas aparece claramente como la tierra santa primitiva, fen otras citcunstancias, identificable ella misma con Varaha, 2..En un aspecto diferente el jabalies en el Japén un animal zodiacal, asociado al valor ‘incluso a la temeridad, Sieve de montura al kami de la guerra. Inoshishi (cerdo salvaje- Jabali) es el ultimo de los dace animales del zodiaco. En el Japén es pues simbolo de va- lor y de temeridad. Delante de los santuarios, shintoistas consagrados a Wake-no-kiyoma- 10 hay estauillas de jabalies. EI mismo dios de la guerra, Usa-Hachiman, se representa 2 veces sobre’un jabali. Se cuenta la historia siguiente: un sacerdote budista, Otera-no- bosan Doky®, regente, queria apoderarse del trono imperial. Tenia planeado hacer asesi- nar al defensor del trono, Wake-no-kiyoma- 10. Este se salvé gracias a la llegada inopi- nada de una tropa de tescientosjabalies que Dusieron en fuga a los agresores. cn ins ensedas. lar en las det smonedas de Iai riimero bastante fen bronce y num ‘re relieves de nada que ver rrera, de no ser cn los festines cocido en su En el gran primero de nov cconsste en cam tierra la superficie nia. El bal (vara 8 hundiéndose en a pie dela columa de Jo el lings de Shiva, Brahma busca ia irra aparece asi cas ode Vardha (Vish- los 0 patas aparece era santa primitiva, identifiable ella rent el jabali es en el I, asociado al valor Sirve de montura al sisi (ero salvaje- os doce animales del ues simbolo de var te de los sancuarios '& Wake-no-kiyoma ies. EI mismo dios man, se representa a Se cuenta Ia historia budisa, Otera-no- queria apoderarse del planeado hacer ases- >. Wake-no-kiyoma- ' a Tegada inopi ents jabalies que 599 3. El jabali aparece en el centro de la rue és de la existencia bidica com la forma de un animal negro, simbolo de la ignorancia, Se lo designa a veces como eerdo, y s clara mente en este aspecto que se hallan las signi Ficaciones oscuras del animal: tan noble es 1 simbolismo del jabali como vil el del cerdo. El cerdo salvaje es el simbolo de libertinaje esenfrenadoy dela brutalidad (ais, DANA, GOVM, GRAD, GUES, MALA, OGR), PALL ARO). PG. 4. EI jabali figura con mucha frecuencia cen ias ensetas militares galas, en particu: Tar en las del arco de tiunfo de Orange, y en monedas de la independencia. Se posee un niimero bastante grande de jabalies votives fen bronce y numerosas representaciones so bre relieves de piedra. EI animal no tiene nada que ver sin embargo con Ia clase gue~ sera, de no ser la oposicin a ella en cuanto simbolo de la clase sacerdotal. El jabal como el druida, esté en relacion estrecha con el bosque: se alimenta de la bellota de la encina, y Ia jabalina, simbdlicamente rodea- da de sus nueve jabatos, escarba la tierra al pie del manzano, arbol de inmortalidad. Confundido con el cerdo, del que se distin- tue por lo demis muy mal (los celtastenian Febafios de cerdos viviendo practicamente en estado salvaje), el jaball constituye el ali- mento sacrificial de la festa de Samain y es 1 animal consagrado a Lug. En muchos re- Tatos miticos se habla del cerdo magico que en los festines del otro mundo esti siempre cecido en su punto y no disminuye nunca. En el gran festin de la fiesta de Samain, el primero de noviembre, el alimento principal consiste en carne de cerdo. Moceus (cerdo) 5 un sobrenombre de Mercurio en una ins- cripcién galorromana de Langres. El rwrch ‘rwyth (ilandés tiath, rey) que se opone & Arturo, representa el sacerdocio en lucha contra la realeza en una época de decaden- cia espiitual. El padre de Lug, Cian, se ‘ransforma en cerdo druidico para escapar a sus perseguidores, Muere sin embargo en forma humana. En ningin caso, y ni siquiera en textos ir- landeses de inspiracin cristiana, el simbo- lismo del jabalise toma en mal sentido, Hay cen ello una contradiccién entre el mundo Jade céltico y las tendencias generales del crsta- nismo. Se piensa por asociacién de ideas en Dureto, remplazando, en el pescbre de navi dad, el buey y el asno por el jabali y el leon (CHAB, 173175; OGAC, 5,309-312; LOTM, 1.3103 sT0G, 34, LG. 5. En la tradicion cristiana el jabali sim- boliza al demonio, ya sea que se lo compare ‘con el cochino, tragon y hibrico; ya sea que Se considere su impetuosidad, que recuerda la fogosidad de las pasiones; 0 sea incluso que se evogue su paso devastador por los ‘campos, los vergelesy las vias. Jade. 1. Lo mismo que el-+ oro, el jade est sacareadon de yang, y por tanto de energia césmica, Simbolo mismo del yang, esté do {ado de cualidades solares, imperiales, indes- trucibles. De abi viene su importante papel en la China areaica; «En el orden social, en cama la soberania y el poder, en medicina, es una panacea y se absorbe para procurar la regeneracin del cuerpo; considerado como el alimento de los espiritus y pudiendo, se sin creencias taoistas, asegurar la inmortali- dad, desempeia un importante papel en la alguimia y en las practcas funcrarias: si se pone oro y jade en las nueve aberturas del cadaver, sr preservado de la putrefaccion» (exto del alquimista Ko-Hung). Recientes excavaciones han confirmado esta idea: «se- tin las replas de la dinastia Han, los prin! pes y los seflores eran enterrads con sus vestimentas omadas con perlas y con esta ches de jade, destinados a preservar su cuer- po de la descomposicién» (trtado T'a0 Hung-Ching, sv) Si-el jade, en cuanto materializacion det principio yang, preserva el cuerpo de la des- composicin, las —> perlas, detentadoras del vin, aseguran al finado un nuevo nacimiento ‘eutr, 178,368). 2. La palabra procede de Espafa, y recor- daria el uso del mineral en las ivilizaciones recolombinas. Aunque se distingue gene- ralmente entre jadeitas y nefits (estas ulti mas asi lamadas por su uso terapéutico decidental en las enfermedades de los rio: nes), el matiz. es impreciso en el término chino yu, euyas definiciones antiguas se Fieren tnicamente a la belleza de la picdra, De hecho, las jadeitas no suplantan en la (China a las neftitas mas que en el siglo XVI, cuando se afirma la dinastia ilegtima de Tsing, fo cual no deja de ser siniticativo, recordando que el jade esti ligado al ejerci cio del mandato celeste Por su belleza este mineral es emblema de la perfeccién y de las cinco virtudes trans cendentes: benevolencia, transparencia, so- noridad, inmutabilidad, pureza; y segin el Livki, de la mayor parte de las cualidades morales: bondad, prudencia, justicia, urba- nidad, armonia, sinceridad, buena fe, asi como del cielo, dela tierra, de la virtad y de la via de la virtud. Asi, dice Ségalen, el elo- aio del jade «es ei propio elogio de la vit- tuds, Fl jade es dulzura, calor y preciosidad. No es uinicamente la vision o el tacto del jade lo que inclina a la virtud; tal ver con- vendria decir que ¢5 primero la visién-con- templacién, y después el tacto-percepcién sensible; pero también su sonoridad. Los of ales admitidos en la corte llevaban jades e cl cinturén, cuya sonoridad estaba exacta- ‘mente fijada; su sonido, cuando iban en su carro, los mantenia en la via recta y en la Tealtad. Esta sonoridad, en efecto, es el éco de la que regula la armonia entre el ciclo y Ja terra, En forma de disco, Pi, con un orii= io central, el jade simboliza el ciclo. 3. Por esta razén, desde la més lejana an tigiedad, el sello imperial es un jade, y la 600, transmision del sello equivale précticamente ala del Mandato. El jade es pues simbolo de la funcidn real, El caricter yu es por otra parte muy semejante al eardcter wang, que Gesigna al rey en su funcién suprema. De hecho el ju es la raiz del wane y puede por tanto decirse que el jade hace al ey. Este ca ricter, formado con tes trazos horizontales paralelos unidos por un tallo. vertical, fe considera undnimemente la imagen de la triada suprema, el Cielo, el Hombre y la Tierra, unidos por el Eje del mundo, © pot Ja Via: Via central (chong-tao),a la cual se identifica la Via real (wang-tao). Uno ~que reine a los tres- es el rey (Tong Tehone. chu), 4. Si el nang se afirma entonces grifica- mente como «hijo del Cielo y la Tierray, pasa lo mismo con el yu. ¥ se dice que el jade se forma en la tierra por efecto del rayo,, es decir, de la actividad celeste, Esta fecun- ddacin césmica es también imagen de la for- ‘macién del «Embrién del Inmortabs para la alguimia interna. El jade de Pien Ho, que Sirvi6 para fabricar el paladion de los Chev, Te fue precisamente revelado por un fis. Las alquimistas dicen también que el jade se forma en la matriz terrena por maduracién lenta de un embrién de piedra; lo cual lo identifica con el oro. Si recordamos ademis que el jade de las descripeiones fabulosas es Siempre un jade blanco, y que el blanco es el color del oro alquimico, coneluiremos que € jade no se distingue dela piedra filosofal y ue es un simbolo de inmortalidad. Afadi- rTemos que existe otro canicter yu, compues- to de kin (oro) y de yw Gade), que posee el sentido de oro pur. 5. El jade se encuentra en abundancia en las moradas de los Inmortales. Como elixir de larga vida, se consume en polvo,licuado (© meztlado con —> rocio, recogido en una copa de jade. Ciertos objeto, situados en la tumba y revestidos de caracteres de jade, permiten al muerto renacer. El jade (0 ei fro) insertado en las estatuas votivas les da vida. El jade, al igual que el oro, es el yang esencial: contribuye @ la restauracién del ser, ‘su retormo al estado primordial. Debe sefalarse también que segiin varios exepetas el caricter yu primitive estaba boliza al alma, nicleo de un ser al hueso» (cit, objeto se tata ‘GRU JAQ), LAU. 600 uivle priticamente 5 pues simbolo de cer yu es por otra al carcter wang, que funcién suprema, De de wang y puede por hace al rey. Este ca- trazos horizontales un allo vertical, wate [a imagen de elo, el Hombre y la je del mundo, 0 por giao, ala eval se tad: Uno que ry (Tong Tehong- entonces grfica- Cielo y la Tierra, rn. ¥ se dice que el por efi del rayo, por maduracion Pietra; Io cual lo recordamos adems pcions fabulosas es -y que el blanco es el 5, coneluiremos que a pedrafilosofal y mortlidad. Afadi- cter , compues- (ade), ave posee 1 en abundancia en rales. Como elixir 2 en polvo, lieuado fo, recogido en una ets, stwados en la caracteres de jade, acer. El jade (0 el tus votivas les da el oro, es el yang restauracion del se, imordial én que segin varios Primitivo estaba or ‘compuesto por ies piezas de jade perforadas ¥ unidas por un hilo o un tail. De ser cier- to, tendriamos una imagen exacta del altar védico primitive, cuyas tres piezas corres- ponden a los tres mundos (tierra, mundo Intermedio, cielo), y el tallo al je edsmico, 6, En América Central «esta piedra sim- boliza al alma, el espiritu, el corazén o el nicleo de un ser y, por analogia, se asimila al hueso» (Gine, 57). Se observa en México Ta costumbre de colocar una piedra de jade «en la boca de los difuntos. Segin Krickeberg (KRIR, 24-25) en el anti- ‘avo México el jade wera un simbolo del agua yy de la vegetacion brotante», debido a su co- lor verde azulado y a su claridad translici a, Los objetos de jade forman lo esencial del mobiliario funerario en la cvilizacién de La Venta. En la época clisica mesoamerica na, los sacendotes oftendaban al dios de las Tuvias y de los alimentos agua preciosa que contenia particulas o polves de jade (KRIR). EI jade, simbolo de la —» lluvia fecundante para los mayas, se convieste por extensién en simbolo de la» sangre y del aio nuevo (rHoH, Con el nombre de Chalchiuatl, «agua pre iosa», el jade verde simboliza la sangre que Drote de los sacrificios humanos ofrecidos al Sol y al dios de las Tluvias para su regene- racién, 7. El mismo sentido simbélico se concede las piedras verdes en las tradiciones de los pueblos afticanos. Asi en un mito dogon un enio de las aguas aparece saliendo de tun arroyo erecido por la tormenta, con la cabeza cenida por una serpiente verde-Ilui que, cuando el genio sale del agua con la apariencia de una mujer, se transforma en tuna piedra verde que ella se ata al cuello, Tales piedras, dotadas de valor sagrado ¥ i= gadas a la fertlidad, se conservan en los Sintuarios sudaneses (GAND). El importantisimo simbolismo del jade- ‘objeto se trata en el articulo —» anillo (Gi ‘GRU, JAQ), LAUI, LIOT, VUOC, SEGS) Jaguar. 1. Para los indios de América oe ‘wal, cuatto jaguares velan los cuatro cam nos’ de acceso al centro del pueblo. Esta costumbre provendria de la antigua creencia Jaguar maya, segin la cual, desde los origenes cua: ‘ro Jaguares miticos serian los guardianes de los campos de maiz, En la tercera era maya-quiché, que corres- ponde a la horticultura y por ello a la pre- eminencia de los cultos Iunares, el jaguar representa a la diosa luna-tiera. «En los manuseritos mayas y mejicanos Ia diosa luni-terrena se representa ordinariamente con garras de jaguar. Es necesario subrayar due los quiché de San Andrés-Xecul llaman alin balam (aguar) a los idalos obesos del periodo arcaico» (ciRP, 172) Entre los mayas las brujas se presentan en forma de jaguar y son la expresién de las fa- ses de la luna (GiRP, 288), Sobre los monumentos de a época clisica mesoamericana, las fauces del jaguar esti zadas simbolizan el cielo, En la época hist’ rica (a partir del 1000 d.C, aproximadamen. {e) el jaguar y el — dguila representan en la ‘ormamentacion de los monumentos el erci- to terreno cuyo deber es alimentar al sol y al astro matutino con la sangre y los corazones 4e los humanos sacrificados (KRIR, 52). 2. Pero para los mayas el jaguar es sobre todo una divinidad eténica, expresign supre- rma de las fuerzas internas de la tierra. Es el dios del nimero nueve, expresién de los pai- ses del mundo subterrineo. Sefior de lo que esti debajo, reviste a veces una funcién de psicopompo. La tierra se representa devo rando al sol, al erepusculo, en forma de boca de jaguar abierta sobre el astro. En fin, se convierte en una divinidad solar que corres onde al curso noctuno del astro: el sol representado en forma de jaguar es el sot ne- 0 (THOM. Imar dele toni Ech tbe lava, Are secs “usc Nacional de Meio) Jaguar Dios del interior de la teeta, lleva sobre su lomo una caracola marina, simbolo de la abuela luna. y por extension simbolo del na- cimiento (THOM). Divinidad ct6nica, el jaguar es también el seior de las montaias, del eco, de los ani- males salvajes y los ambores de llamada. Se Tellama el corazén de Ia montafa, 3. En el simbolismo azteca de las fuerzas terrenas y celeste, es simétrico al dguila, dda su nombre a una de las dos érdenes supe- lores de caballera, siendo la otra la de las ‘guilas (s0UA), Hallamos innumerables cjemplos de la asociacién jaguar-dguila, como representa- cidn de las grandes fuerzas terrenas y celes- tes, entre las tradiciones de los pueblos amerindios: entre los aztecas, el emperador recibe el homenaje de sus guerreros en un trono puesto sobre un tapiz de plumas de ‘iguila y respaldado por una piel de jaguar Entre los tupinamba del Brasil, los hijos de sexo masculino recibian en st) nacimiento zanpas de jaguar y garras de guila (MET). Para los tupinamba el jaguar es una div nidad urinica, «celeste, semejante a un pe- ro y de color azul. Su casa esta alta en el Cielo; tiene dos cabezas para devorar al sol y ala luna (explicacién de los eclipses). En el fin del mundo descenderi a la tierra y se artojari sobre los hombres para hacerlos su presa» (ETT). ‘Ambas acepeiones del jaguar, una cténica y la otra urénica, son en realidad comple- ‘mentarias, aundndose las fuerzas de arriba con las de abajo para operar la destruccisn final del mundo, 4, En un mito de los indios yurucaré del Brasil, recogido por Alcide D'Arbigny (Voyage dans Amérique méridionale, Paris 1884), el Gltimo de los jaguares, diezmada su familia. por un héree humano que quiere vengar la suya propia, trepa a un drbol e im- plora el socorro de fa Luna y el Sol. Este lltimo no lo escucha, pero la Luna lo recoge y lo oculta. Vive siempre con ella y desde tentonces los jaguares son nocturnos. ‘Se halla tambign la misma crcencia entre Tas numerosas tribus indias de América del Sur, en Peri, Bolivia, Ecuador y en las Guayanas, principalmente entre los chané, 602 los uitoto (Colombia), los bakairi del Xingu (Brasil), tos guarani y los tupi (Brasil), los caribes, los makusi, los warai de la Guayana vvenezolana (LEC). En mumerosos mites de los indios de América del Sur interviene un jaguar de ‘euatro ojos, que simboliza el don de clarivi dencia de los espritus nocturnos y et6nicos. En los mitos brasileios referentes al origen del fuego (LEV), aparece siempre como bé- roe civilizador que da el fuego a los hom. bres, al_ mismo tiempo que sus primeras industrias, particularmente el hilado de al- godén. Sin embargo, aparece no como el inventor del fuego, sino sobre todo como su guardian, su depositario y su primer utiliza- dor. No expliea la téenica del encendido: lo cual subraya su funcién eténica: no es un ddemiurgo, sino tal vez un ancestro, AG. Jano, Dios ambivalente de dos caras adosa- das, de origen indocuropeo, es uno de los ‘mds antiguos dioses de Roma. Al principio, dios de los dioses, reador bonachén, se con: Vierte en el dios de las transiciones y los pasajes, que marca la evolucién del pasado al porvenir, de un estado a otto, de una vi- sin a otra de un universo a otro, dios de las => puertas, Preside los comienzos; se le consagra el primer mes del ao (anvier,janer, enero, ja nua, januarius: la puerta del alo), ast como el primer dia del mes. Interviene al comien- 20 de cada empresa, mientras que las vesta- les presiden sw térming, Dirige todo naci- ‘miento: sea el de ls dioses, el del cosmos, et nacimiente de los hombres o el de sus accio- Guardin de las puertas que abre o cierra, tiene por atributo la vara del portero y I Nave, Su doble rostro significa que vigila tanto Jas entradas como las salidad, que mira tan to al interior como al exterior, la derecha como a la izquierda, delante como atris, arsiba com abajo, el pro y el contra. Es la Vigilancia y tal vez Ia imagen de un imperia lismo sin limite, Sus santuarios son sobre todo arcos, asi como puerias o galerias so- bre lugares de paso. Algunas monedas llevan suefigiey en el reverso un barco. 603 Jardin, 1. El espiituales que paradisiacas. ‘Se sabe que ra un jardin, y Jandines de la ‘cuerdos de un Dién_imégenes como lo son ai Tonia donde dad. ¥ ol jardin rodea el Ming paradisiace: Fio, el de Kuen-k 2. El clausto de cerrado de las fuente central, ‘Ademés, advi Jannat (el paraiso) ‘que significa «un les frutales, pl de agua viva. tos y los dones y-el Alma son ef tama asi «por ta encuentra. Ela tado por algunos’ 02 tos bekairi del Xingu Tos tui (Brasil, los warai de la Guayana ée los indios de jene un jaguar de ia el don de clarvi- octurnos y eténicos. referents al origen siempre como hé: el fuego alos hom- que sis primeras te el hilado de al aparece n0 como el sobre todo como si su primer utiiza- en del encendido: lo tien: no es un ances. AG. de dos caras adosa p20, es uno de los Roma. Al principio, 3 bonachen, se con teansiciones y los volucién del pasado 1 otro, de una vi= ot, dios de las se le consagra et ver, aner, enero, ja el aio), asi como Interviene al comien: entras qu las vest Dirige todo naci- es, el del cosmos, e1 eso el de sus accio= que abreo cerra, 1 del portero y Ia fica que vigila tanto lidad, que mira tan- terior, a la derecha lente como atris, ye contra. Es a yen de un imperia- ntuarios son. sobre etas 0 galerias s0- nas moneda llevan arco. 603 Jardin. 1. El jardin es un simbolo del > pa- raiso terrenal, del cosmos que lo tiene como centro, del paraiso celestial y de los estados espirituales que corresponden a las estancias paradisiacas, Se sabe que el paraiso terrenal del Genesis era un jardin, y que Adan lo cultivaba: lo que corresponde a la predominancia del rei ‘no vegetal al comienzo de una era ciclica, mientras que la Jerusalén celestial del fin sera una ciudad. Se ha podido decir de los jardines de la Roma antigua que eran re- ccuerdos de un paraiso perdido. Eran tam- bién imigenes y resiimenes del mundo, como lo son alin en nuestras dias los ole bres jardines japoneses y persas. El jardin Gel Extremo Oriente es el mundo en peque- fio, pero es también la naturaleza restaurada en’su estado original, Ia invitacién a res- taurar la naturaleza original del ser. «iQué placer, eseribe el poeta chino Hi K'ang, pa- scarse por el jardin! Doy la vuelta alo infni- to.» El Asia oriental conocia tambien jardi- res paradisiacos: el Kuen-luen, centro del mundo y puerta del cielo, esta ornado con iardines colgantes ~que evocan los de Babi- Tonia- donde mana una fuente de inmortai- dad, Y el jardin citculae, como el Edén, que rodea el Ming-'ang tambien es de naturale- 2a paradisiaca:repite en el centro del impe- rio, el de Kuen-luen, 2, El elaustro de los monasterios, el jardin cerrado de las casas musulmanas, con su fuente central, son imégenes del’ paraiso. Ademés, advierte Abi Ya'qu’s Sejestan jannat (el paraiso) incluye el término persa {ue significa «un jardin engalanado de irbo- les frutales, plantas odoriferas y corrientes de agua viva... Incluso los altos conocimien- tos y los dones infundidos por la Inteligencia y-el Alma son el jardin de ia clara percep- cidn interior». De esos jardines, que son los estados paradisiacos, se dice en el islam, que Alli es el Jardinero. Dios mismo es un ja din, eseribe san Juan de la Cruz; la exposa lo llama asi «por la agradable morada que en 1 encuentra, Ella entra en el jardin cuando se transporta en Dios». 3. Una tradicién cabalistica trata también el paraiso como de un jardin que fue devas- tado por algunos de los que alli entraron. Jardin El Pardés es aqui el dominio del conosi ‘miento superior, y las cuatro consonantes de Ja palabra corresponden a los cuatro grandes “+ rios del Edén y a las cuatro jerarquias de las Escrituras. Los estragos del jardin consis. ten en cortar las raices de las plantas, es decir en separar la vegetacién contingente de su Principio (CORT, GUER, GUES, MAST, STE BURA. PG. 4. Los egipcios también apreciaban los jardines con macizos de flores y estanques. Los dibujaban sobre los muros y el suelo de sus palacios. Cada flor tenia su Tenguaje: las bayas de _mandrégora eran. simbolos de amor, los fotos de pétalos abiertos evocaban la rueda solar, y su enraizamiento en las aguas, el nacimiento del mundo. 5. Las fiestas de los esponsales de Zeus xy Hera se desarrollaron en el maravilloso y ritico jardin de las Hespérides, simbolo de tuna fecundidad siempre renaciente. Pero, para los griegos, el jardin es sobre todo un Inj, cuyo encanto descubrieron en Asia con las conquistas de Alejandro. Los romans 1o Ievaron hasta los refinamientos mis com- pilejos, mezclando arquitectura, estatuas, es ealeras, manantiale, grutas, fuentes y surti- dores a los coloreados encantos de una vege tacion obediente a las leyes y a la voluntad del hombre. «No hay nada més bello, dice Quintliano, que un jardin dispuesto de tal manera que, de cualquier lado que s¢ lo mire, no se vean mis que rectas avenidasy (8,3), Paricularmente, en forma de un tres- bolilio regular, el jardin se revelaba asi como un simbolo del poder del hombre y en conereto de su poder sobre una naturaleza domesticada. Se puede transponer a niveles mis elevados y ver en el jardin un simbolo de cultura opuesto a la naturaleza salvaje, de reflexién frente a lo espontineo, de orden ante el desorden y de conciencia ante lo in- 6, Pero es en Persia donde el jardin toma ‘una significacién, no. solamente césmica como en el Japén, sino también metafisica y mistica. EI amor a los jardines es el tema central dela vision del mundo irania. Los li- bbros de poesia mis célebres se intitulan, Ia Rosaleda (Gulistin) y el Vergel (Bustin) Los temas musicales se dedican 2 menudo a ednes. Es una fuente perpetua de com- jones: la amada se compara al ciprés, al jazmin, a Ia rosa, Varios poeta ilustes han querido ser enterrados en jardines, Es un tema emparentado al del oasis y la —> isla: frescor, sombra, efugio. En las célebres “+ alfomibras persas, lamadas ade jardin», el ‘campo esté dividido por canales rectilineos donde nadan peves. Estos canales, que se cruzan en Angulo recto, circunscriben cua rads llenos de flores y arbustos(800T, 43) EL parque sasinida tipico tiene forma de cruz de angulos recto, con el palacio en el centro, Esto corresponde a la idea cosmol6- ica de un universo dividido en custro cuar- leles, atravesado por cuatro grandes rios (+ paraiso terrenal). Los jardines persas tipicos, ‘que implican un esquema rectangular, tic- ren tambien relacién con el antiguo plane se la ciudad, El estanque de! jardin es un -> espejo. En Las Mil y una Noches, aparece un estanque fen un pabelidn de reposo que tiene. cuatro puertas, a las cuales se accede por cinco ca- rinos (LANN, 918), 7, Ciertas versiones de la cosmologia, al escribir un universo con cuatro lados, s- tan en el centro una montafia. Esta idea se reproduce en varios jardines persas y en los Jardines mogoles de la India. Los jardines persas estén siempre rodeados de muros: in timidad protegida. Ningin jardin sin pecfu mes, Se incorpora un simbolismo al perfume de las — flores. El perfume del jazmin es el perfume de los reyes; ef de la rosa, el de los amados. El olor del saman, especie de jaz- min blanco, es como el perfume de vuestros propios hijos. El narcso tiene el perfume de Ta juventad; el loto azul el olor del poder material ola riqueza, ete Un artista especializado crea jardines en miniatura. Algunos prineipes mandan hacer “> érboles en —+ o70 y en — plata, con —> Piedras preciosas a modo de hojas y frutos, En Qaragorum, Mangu Khan (alrededor del 1250 de nuestra era) tenia un drbol de plata, con un tronce tan ancho que un hombre po: dia ocultarse ali, con cuatro serpientes de oro enrolladas y cuatro leones de plata sen- tados al pie, vertiendo leche de yegua blan- ca, Se trata también de los viejos simbolos 0s de las cuatro partes del mundo, los cuatro los, ete. El jardin representa un ensueho del ‘mundo, que nos transporta fuera del mundo. Jalal-ud Din Rumi ve en la belleza de las lores un signo que recuerda al alma recuer sos dela etemidad. El alma en su ascensién atraviesa todos los grados de la existencia ella sabe por si misma qué es ser una planta, Wasiti die: «Aguel que quiera contem puede peribirse en la contemplaciin inmé: Vil de una rosa encamnada, asi cuando una flor exquisita arrebata el corazén, uno se siente de nuevo, por un instante, una planta EI mistco ve a Dies en el jardin y a él mis. ‘mo en la hierba» (ore, 1485). '8. La realidad wtima y la beatitud se in- terpretan en términes de jardin (Corén, 18,55, ete). Bs la morada del mas alli reser vada a los elegidos: «Estos tales morarin en el Jardin eternamente como premio & Sus ‘brash (Condi, 45,18, jardin del paraiso tiene fuentes, aroyos de agua viva, de leche, de vino y'de miel (47,15; fuentes eon aroma de alcanfor o de Jenaibre; verdes sombras, frats sabrosos; en todas las estaciones, pompa real, bill, del cia (83,24), vestidaspreciosos, perfumes, brazaletes, comidas refinades, servidas en 1 «as vaillas por efebos inmortales semeiantes ‘perl ocultas (52.24). Padres, mujeres, hijos estin presentes. Se prometen a los ezeyentes esposas purifica das, huris virgenesy perfectas. Los Elegidos estin en la proximidad del ‘Trono de Dios, las caras ese dia estarin res- plandecientes, mirando a su Sefior (Cordn, 75,22-23). El > paraiso es un jardin, el ar din un paraiso, Louis Massignon describe el simbotismo mistico del jardin persa: «unto al espejo de agua, el setor del jardin estaba alli en un kiosco, concentrando su ensoRacion alrede- dor de este espeio de agua central. En la periferia estaban las flores olorosas. Lugo habia arboles, mas y mas apretados, més y mis grandes hasta el muro del recinto. Hay aqui una especie de simbolo; como los irbo- les estén cada vez mas mermados a medida ‘ue se acerean al centro, se los ve cada vez 60s menos, y cada ver alrededor cia el centro, cxrrado del sees temibles y se la naturalera. cones més signi oe jie ‘murs: tsaecee Tas edo Tote vgn cere sie lage a fn ne poe ‘Seon bomber ‘nor Uno pa toe ys an rico en simbolos, autores misticos, 04 ‘een la belleza de las werd al alma recuer alma en su ascensién os de a existence: a es ser una planta, ‘que quiera contem- ‘gee contemple una bela Realdad tia contemplacion inmé- da, asi cuando una coraz6n, uno se 1a beatitud se in- te jardin (Cord, ei ms all ceser- como premio a sus tiene fuentes, arroyos de vino y de miel yma de alcanfor 0 de fruos sabrosos: en pa real, bil, deli preciosos, perfumes, 5, servis en. morales semejantes estén presente. Se es esposas puri fet a proximidad det se da estarin res 15u Seor (Cordn, sun jardin, el jars ribe el simbolismo ‘unto al expejo de in estaba alli en un ensoiacion alrede- agua central, En la olorsas. Lego apretados, ms y ro del recnto. Hay bol; como fos ib: rmermados a medida 9 los ve cada vez 60s menos, y cada ve2 tiene uno menos ganas de ver alrededor la atencién se vuelve toda ha- cia el centro, hacia el espejo. Es el jardin cerrado del Cantar de los Cantares.. Es tam- bidn un simbolo del maridaje de la raciona- lidad constructiva irania con la sabiduria alusiva del érbobs (MAS, 97). 9 En las civilizaciones amerindiss, el jar- din se concebia igualmente como un resu ‘men del universo. Pero entre los aztecas reunia, no solamente lo que hay de bello y cxaltante en el mundo: flores, manantiles, mmontafas, ros y camings, sino también los seres temibles y hasta las monstruosidades de la naturaleza, He aqui una de las descrip- ‘iones mas significativas de Alfonso Reyes: seen egmbres ori, hay Beles ‘Sonde Moctzma ta recreare em compat Se mt iar eo iy xe on aoe leGec naan Geren} coon der ean e 08 Sens hombres inci: ers cuehpaaen ene for. Unos lpia oe angus tes ‘ian fs ue ee 9 fos wan esputs dela cosines aI ‘Sea in os dein opm re {deg ener oe serleaor ts gisele tortabajer gue orian un infra mio 4 aoe {© semspan tess bomber mY parte nt fakes ete musco de hora natural, ay apartments 10, Pero el canto mis hermoso y el mis rico en simbolos, el mis comentado por los fautores misticas, es sin duda el Cantar de Tos Canares: Snvener cer aS Erte eri, ‘ur coven pers, ‘Bares arden rin sara {bebe demi ving y Se ech Cemedames 9 bebe $emoriagaoe de amore 121516 5. 11 EL jardin aparece a menudo en los sue- fos conio la feliz expresion de un deseo ‘puro de toda ansiedad, «Es el lugar del creci- ‘iento, del culivo de los fendmenos vitales © interiores, El desarollo de la estaciones se umplen aqui en medio de formas ordens- das... la vida y su riqueza se tornan aqui visibles de la manera més. maravillosa El muro del jardin mantiene las fuerza in- femas que Morecen.. Sélo se penetra en el jardin por una puerta estrecha, Fl sofiador se vve a menudo obligado a buscar ests puerta dando la vuelta. Es la expresin en imagenes de una evolucin psiquica bastante ampli, due ha alcanzado una riqueza interna... Este jardin puede ser Ja alegoria del si mismo ‘cuando en su medio se encuentra un gran ér- bolo una fuente... El jardin designa bastante ‘a menudo para ei hombre la parte sexual del cuerpo femenino. Pero a través de esta ale- goria del jardincillo paradisieco, los cantos religisos de los misticos..signiican mucho mis que el simple amor y su encarmacién, ya que buscan y alaban ardientemente ei entro_mis intimo del alma» (AEPR, 282-28), Jarra, tinaja. La jarra es un simbolo muy ‘usual en la India: es ante todo el vaso de la abundancia inagotable de la que el liquide Se derrama como de una fuente. Por esta ra- zén se ateibuye & las divinidades Muviales. La jarra es también el brebaje de inmortal- dad (amrita,y en consecuencia la vida, Las tinajas son también substitutes de los guar- dianes del espacio en las reas sacrificial, y los simbolos de los tesoros guardados por ‘Kuvera: no se distinguen, en este cao, de los = cores El simbolismo del vaso de la abundancia es igualmente familiar en las poblaciones ‘montaiiesas del Vietnam, para quienes la ja- ra, que contiene cerveza de arroz, es ante {odo instrumento ritual en la comunién. Los chinos de Ia antigiedad también guar- daban en ella el vino; pero la jarra era para ellos una imagen del cielo: golpear Ia Jarra fra imitar el trueno (encerrado bajo tierra durante el invierno, con todas las energias yang). La jarra hendida dejaba escapar el rayo por lis fisuras, a imagen del cielo tor Los alfareros y fundidores de la época Han tenian tinajas-montafias, euya tapadera cénica figuraba las isas de lot Inmortals. [a jarra era asi, a la ver, el mar, sobre el ‘cual se eleva Ia isla y el contenido, el elixir de inmortalidad (GAC, GROC). En una tina, y no en un tonel, habia deci- «ido vivir el filbsofo griego Didgenes. En CCreta, alos nios muertos se los volvia& po- net en acitud fetal y se los encerraba en una jarra, La tinaja simboliza aqui ala matrz, [a fuente de la vida fisica ¢ intelectual, adonde ‘con la muerte se retorna, En la Mada las tie najas simbolizan las decisiones de Zeus, que ‘en ellas las deposita: a la puerta de su pala- cio el dios coloca dos tinajas, una contiene los bienes, la otra los males, Zeus saca por turmo de sendas tinajas, y bienes y males lueven sobre los hombres. Este simbolo, donde predomina la indiferencia del dios respecto a los hombres, se desarolla en las teorias del azar o dela providencia, 606 Jaspe. Piedra que segiin se dice ejerce in- uencia en ginecologia: simbolo del arto, 4€ valor obstetricio del jaspe halla su expli- ceacion en ef hecho de que quebrindose, da racimiento en su vientre a varias otras pie- dras: el simbolo esta en este caso, patente Desde fos babilonios, la funcién ginecolég- cca del jaspe pasa al' mundo grecorromano, donde ‘se mantiene hasta la edad media, Marbodio, obispo de Rouen (siglo X1) pres: sa que el jaspe, puesto sobre el. vientre, alivia a la mujer en el parto (GOUL, 201), Un simbolismo analogo rinde cuenta de la fortuna que acompaiié durante la antigie- dad la piedra de las égulas: wtils esr, advier te Plinio, mulieribus praegnantibus. Sacu diéndola, se oye en el interior un ruido raro, ‘como si escondiese en su viente otra piedra, La virtud de estas piedras ginecoléaicas y obstettcias deriva directamente, ya sea de si participacin en el principio lunar, o de una conformacién que las singulariza ¥ que, por cello, no puede sefalar sino una proveniencs excepcional. Su esencia magica es su vida puesto que viven, tienen sexo y estin prea 4s, Todas las piedras y los demas metales viven igualmente y estin sexuados, pero su vida es més tranquila y mis vaga su sexual dad. Nacen en el seno de fa tierra segin un ritmo somnoliento; muy poco a poco llegan Ia madurez, Asi, para los indios, el dia- ‘ante esti maduro, mientras que el cristal no est maduro (sU1T, 376-370). Esta idea se relaciona con la maduracion ransmutatoria de los metales,sepin la doc- trina alguimica, En el Apocalipsis, Juan ve aparecer al temo sobte su trane, «ome una vision de jaspe verde o cornalin» (4,3). EI pseudo Dionisio Ateopagita precisa ‘que el color verde indica el apogeo de la ju- ventud. El simbolo se refiere sobre todo al Etemo y al Creador, que goza de una inmas cesiblejuventue. AG. Jerusalén, Visién de paz, justicia y unién ‘para todas las tribus de Israel Sal 122); des- puss, simbolo del reino mesidnico y de la Iglesia cristiana abierta a todos los pueblos. En la descripcion que da el Apocalipss, Jerusalén simboliza el nuevo orden de las muerte, no hab. ya, tierra (CHAS, 76) es una vuelta a inete. Las. nifican aun jefe su triunfo y de y armadura, En 606 n s¢ die ejerce in- simbolo det part, spe halla su exp que quebrindose, da re a varias otras pie jen est €350, patente Ia funcibn ginecoloxi- undo grecorromano, asta La edad media. uen (siglo XI) preci sobre ol vientce, Jel parto (GOL, 201), rinde eventa de la 6 durante Ia antigie- ila: wisest, advier- praegnantibus. Sacu- interior un ruido aro, su vienze otra piedra edrasginecolopicas mente, yasea de su cpio lunar, o de una singulriza y que, por sino una proveniencia ia migica es sv vida n ex0 yestin prena- los demés metales Jn sexuados, pero su Fy ms vaga su sexuali- de la terra segin un sy pooo a poco llegan Flos india, el dae ienras que el ist 316-370. a con la maduracién metals, segn la doc Juan ve aparceer al como una vision de 43 ‘Areopesita_precisa Jia el apogeo de Ia ju refere sobre todo al ue gora de una inmar- AG. paz, justica y_unién smal (Sal 122); des- ino mesianico y de la todos los pueblos. jue del Apocalipss, I nuevo orden de las 607 cosas que remplazari el del mundo presente al final de los tiempos. Significa, noel —» pa raiso tradicional, sino al contrario, lo que supera toda tradicidn: una novedad absolu- {a «Y vi un cielo nuevo, una tierra nueva, pporque el primer cielo y la primera tierra than desaparecido y el mar no existe ya. Y vi Ja Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que descendia det cielo, de Dios; embellecida, como esposa engalanada para su esposo. Oj entonces una vor clamar desde el irono: He aqui la morada de Dios con los hombres. YY morara con ellos; y ellos serin su pueblo y 4, "Dios con ellos”, seré su Dios. Y enju- tard toda ldgrima de $us ojos, y no habri ya ‘muerte, ni Hlanto, ni lamentes, ni trabajos, ro hubré ya, pues el antiguo mundo pas6. Entonces aquel que se asienta sobre el trono declaré: He aqui que hago el universo nue- vo... Yo soy el» Alfa y la Omega, e! princi- Pio y el fin» (Ap 211-6) Hay que insistr en la forma cuadrada de la Jerusalén celestial que la distingue de! p raiso terrenal, generalmente representado en forma redonda: éste es «el cielo sobre lat rra», mientras que la nueva Jerusalén es «la tierra en el ciclo». Las formas circulates se relacionan con el cielo, las cuadradas con la tierra (CHAS, 76). La transmutacion del uni- verso, significada por la nueva Jerusalén, no es una yuelta a un pasado ideo, sino una proyeccién en un porvenir sin precedent. Sinete. Las estatuas o retratos ecuestres mag- nifican a un jefe victorioso y son simbolo de su triunfo y de su gloria; éste domina su montura como ha dominado las fuerzas ad- versas. Muestran su ascensién al paraiso de Tos dioses,héroes o elepidos, como la célebre imagen det Profeta sobre su jumenta Boraq, conducida por Gabriel, en medio de un cor” tejo de angeles hasta el pie del trono de Dios, Pueden entonces revestr significacin spiritual, como la realizacién de la palabra sagrada y el acceso a la perfeccién. A veces afectan a la montura signos particulares, ‘como los arreos, jaeces, arneses o guarnici es, asi como all inete sus ropas, emblemas ¥y armadura. En ello descubrimos toda una flosofia. Tomamos aqui un ejemplo muy poco conocido y de una extraiariqueza, dinete Los dogon tienen esculturas de figuras fecuestes; una de las mas asombrosas es el ji- nete-piloto de Orosongo. Marcel Griaule la ve como imagen de un episodio que pertenc- ce al mito del descendimiento del > arca: «el jinete-piloto se erige en vieario del Crea- dor, encargado de las renovaciones.» Jean Laude, que cita esta opinion, da a la figura una interpretacién menos mitica, y al pare cer mas profunda: «..el iniciado veria en ella un grupo de signos, una linea de sar netas cuyo sentido desnudo seria vibracié, Los desarrolios de este sentido serian a su jieio mis ricos y, para los ojos advertidos, ‘mas esenciales que una secuencia del mito: ocarian a una concepcién de la materia, una cosmogonia, una sabiduria y una regla- ‘mentacién de los comportamientos sociales. Esta vibracion evocaria la linea helical {que ha seguido el herrero al descender. A un nivel mis elevado de la iniciacién, represen ta Ta vibracion de la materia, de la luz, del agua, La obra de arte conereta aqui una filo- sofia en el sentido presocritico del término» La concepcién del cosmos como una vibra cidn esti por lo demas bastante difundida en Jas culturas primitivas, al igual que en las teorias de la fisica madera, Siete, Terrace de Chip. Comiesz dl pine mile nivale, Mune de Lowe) La imterpretacién simbélica del jinete, como de toda imagen cargada de signific ciones escondidas, debe tener en cuenta tam- bign todos los detalles de la representacién, De la expresién del triunfo, militar o espisi- tual, la imagen del jnete pasa la significa- cid de un perfecto dominio de si y de las fuerzas naturales. Jung observa, por el con. trario, que la imagen del jinete en el arte moderno ha expresado, no ya la tranquil ddd, sino un miedo torturante y una cierta desesperacién, como un painico ante las fuerzas internas del hombre, que escapan al control de la conciencia. La interpretacion de los simbolos no podria excluir ninguno de estos sentidos diferentes, desde el mo- mento en que corresponden a percepciones ‘fectivamente vividas. Los jinetes del Apocalipsis testimonian cesta polivalencia del simbolo (6,1-8). Su des- cripcién esté inspirada en las visiones de Ezequiel y Zacatias; los cuatro jnetessigni- fican los cuatro terrores de Israel que van a precipitarse ahora sobre el imperio romano: las bestias feroces (los partos), la guerra, el hhambre y a peste. El inete del — caballo —> blanco «marché venceder, y ain para ven- cen»; designa, por el arco con que va arma o, a los partos que sembraron el painico tentre los romanos en el primer siglo de nucs- tra era; la tradicion cristiana también ha reconocido a Cristo en ese caballero vence- dor, una interpretacién mistica lo considera el propio triunfo de la palabra de Dios que se difunde por el mundo, como una vietoria continua e irresistible, a partir del sepulero de la resurreccién hasia las extremidades de la tierra y el fin de los tiempos. El segundo Jinete monta un caballo —» rojo fuego y tiene la mision de «proseribir la paz fuera de la tierra y de conseguir que se degollen unos 2 otros; lleva una gran espada: es la guerra EI tercero aparece sobre un caballo negro: tiene una balanza en la mano y proclama: «aun litro de trigo por un denario; tes liteos e cebada por un denario; ahorrad el aceite y el vino»; el hambre. El cuarto jinete galo- pa sobre un caballo verdoso; es la peste Hades Te sigue para engullir a los muertos. sas calamidades clésicas, en las literaturas orientales, han tomado valor de simbolos: significan los peores castigas que amenazan los destinos del mundo en el gran dia de Dios, silos hombres continian despreciando su Palabra. 08, Joya, 1. La jaya tiene el sentido general de ‘ornamento precioso y brillante de origen mi- neral. El uso que se hace en las diferentes tradiciones le confiere una gama de signifi- caciones simbélicas bastante extensa. La materia que Ia constituye es en todo caso ‘mis importante que el propio objeto, por esto se deberi acudir a los articulos, cristal diamante, esmeralda, jade, oro, petla, pie- ras, La alhaja es atributo de Vishni, el tesoro del océano nacido de las aguas. Pero ha re- corrido todos los grados de clevacidn de la materia, Simboliza el Atma cl Espirit Universal- en sus manifestaciones brillantes y luminosas, Se trata a veces de grupos de inco joyas que corresponden a los cinco elementos; por ejemplo: zafio = tierra; perla = agua; kawstubha = fuego; ojo de gato = aire; topacio = der. El kaustubha es ese mis: ‘mo que se incrusta en medio del pecho: «su rnacimiento de las aguas» es el producto del batir del mar de Leche, lo cual lo relaciona con el simbolismo de la inmortalidad. 2. En el esoterismo islémico, la alhaja sin- gular (al-jawhar alfard) tiene ademas el sen- tido de intelecto, la esencia incorruptible del ser. La urna radiante del Buddha, que es una joya; la esmeralda frontal de Lucifer perdida fn la caida, y en la que se dice que los inge- les tallaron el graal; otros tantos simbolos de ineligencia o supraclevada o pervertida. La + esmeralda se tiene por restauradora de la memoria y fortficadora de la vista desde an- tafio, lo cual surge de un simbolismo del mismo orden. Era utilizada por el oréculo e Jupiter-Ammén, y venereda en el Pert antes de la conquista de los incas;sirve para esignar la Tabla de Hermes Trismegist. ‘Se colocaban alhajas en el pecho del gran sacerdote de Jerusalén, donde eran simbolos 4e verdad. Son también simbolos de perfec- cidn espiritual, pues se dice de Mohammed ‘que es «una piedra preciosa entre las pie- draw, 3. Hemos visto que Ia joya de Vishni hhabia nacido de las aguas. En las leyendas ‘camboyanas las alhajas son las que provo- can la tormenta y, en consecuencia, Ia Ihuvia bbienhechora; mas precisamente los elmpa- 1205 son los fuegos de una gema mégica. 609 4. Entre las aquellas que, com, constituyen los em ona. Simbolizan, de dominio sobre vertido que su da, la alhaja que simbolia el hecho rin satisfechot. 4 6. La virtud de! inherente a su ‘que a veces aq due entre las 0 ocurre con lt habla Tso-tchuany piedra vulgar cobra su virtud hasrérapadma, et remate dela ca devat, i divi sa isla de las otra parte el gran 4 (Om mani espiritualidad i explicar en pocas ‘Aum). Una de las ‘ientes hace los seis loka, los permanente, ls Ia existenca, loa comentarios. En la lengua na) es a sintsis Dharma Sangha 608 6 el sentido general de brilante de origen mi- hace en las diferentes una gama de signif bastante extensa, La ituye es en todo caso ‘propio objeto, por ‘les anticulos, cristal, jade, oro, perla, pie~ to de Vishnd, e tesoro Tas aguas. Pero ha re- de clevacion de la fl Atma el Espiritu ifestaiones brillantes 1 veces de grupos de sponden 2 los cinco fo: zafico= tierra; perla fuego: ojo de gato = I kaustubha es ese mis- ‘medio del pecho: ast 5» es el producto del To eval lo relaciona I inmortalidad. isco, laalhaja sin- tiene ademas el sen- cia incorruptible del el Buddha, que es una al de Lucier perdida 2 fe dice que los ange ros tants simbolos de jevada 0 pervertida. La por restauradora de la ra dela vist desde an- ide un simbolismo del lizada por el oréculo ¥y venerada en el Peri de los incas;sirve para fermes Trsmegisto. fen el pecho del gran 3. donde eran simbolos in simbolos de perfec- se dice de Mohammed preciosa entre las pie- ue Ia joya de. Vishni aguas. En las leyendas pias son las que provo- eonsecuencia, la Iuvia fsamente los rekimpa- una gema mgica, 609 4. Entre las joyas mis célebres se cuentan aquellas que, con el Espejo y la Espada, constituyen los emblemas de Ia dinastia nic pona. Simbolizan, segin los textos, el poder ‘de dominio sobre el mundo, Granet ha ad: vertido que su forma se emparentaba con la del medio, T’ai-ki (yin-yang), y que no po- dia estar sin alguna relacién con las fases de la luna 5. El patron de la muerte en el panteén biidico del Japén, Jizobsatsu, que tiene el poder de prolongar la vida, se representa siempre sentado sosteniendo en la mano de- recha un bastén con anillos y, en Ia izquier- 4a, la alhaja que satisfac los deseos: la joya simboliza el hecho de que los votos son 0 se rin satisfechos. 6. La virtud de las alhajas no es siempre inherente a su naturaleza 0 a su forma; aun- ue a veces aquélla no puede ejercerse mis due entre las manos del poseedor legitimo: eso ocurre con la tablilla de jade de la que habla Tso-tchuan, que se convierte en una piedra vulgar cuando se la profana, pero re- cobra su virtud entre las manos’ del rey. Dogen utiliza por su parte el simbolismo del resplandor implicito de la gema, que s6lo un Pulido perfecto puede hacer aparecer: asi on las virtudes implicitas del hombre que el entrenamiento espirtual revela 7. Segin la fisiologia tantrica, el altar or- nado de alhajas (manipitha) en ia isa de ‘gemas (manidvipa) esta localizado en el sa- hasrarapadma, et loto de los mil pétalos del remate de la cabeza. El altar es el de [shta- devata, la divinidad adorada interiormente; ‘la sla de las gemas es un estado supremo de conciencia». La jaya en el loto evoca por otra parte el gran mantra de Avalokiteshva- a ((Om mani padme hum), esencial en la cspiritualidad tibetana, Seria vano pretender cexplicar en pocas palabras esta formula (> ‘Aum). Una de las interpretaciones mas co- rrientes hace corresponder las seis silabas a los seis oka, los seis reinos del mundo im- permanente, las seis secciones de Ia rueda de Ia existencia, lo que requeriria volimenes de comentarios. En la lengua buidica, la triple joya (rirar nna) es la sintesis de ia doctrina: Buddha- Dharma: Sangha (Buddha-Ley-Orden) (AVAS, soy EVA, GOVM,JILH, MALA, FORA, REN, RON), PG. 8. Sélo por efecto de una vision degradada se convierte a veces la joya en simbolo de la vanidad de las cosas fhumanas y de los de- ‘20s. Por sus piedras, su metal y su forma, las alhajas simbolizan el conocimiento eso” térico, También son interpretadas como substtutos o figuras del alma, en el sentido jungiano del término. Representan las rique- zas desconocidas de lo inconsciente. Incl nan a pasar del plano del conocimiento se- creto al de la enerpia primordial: pues son ‘energia y luz. Muchas leyendas pretenden {que las ~> piedras preciosas nacen en la ca- beza, el diente o la saliva de las serpientes (© esmeralda), como la perla en la ostra Con ello se pone de manifiesto la unién de los opuestos, lo precioso y lo terrible. Pero este origen legendario indica que el brillo del diamante o de las piedras de joyeria es una luz eténica y su dureza una energia que vie- ne de abajo, A este titulo, y a pesar de su ‘dureza, evocan pasiones y termuras que tie- nen algo de maternal y protector como la tierra y la caverna, Peadient doen. Oo pea de color. ‘Ate aqui. Silos va ‘ar, Mineo de Louw) Pero Ia joya no es solamente la piedra pre- ciosa en su estado natural; es la piedra tra baajada y montada, es la obra del joyero y del orfebre, asi como de la persona que la encar- 2 o la elige. Es entonces cuando se realiza Ta alianza del alma, del conocimiento y de la energia, y que la alhaja acaba por simbolizar ala persona que la lleva y la sociedad que la aprecia, Toda la evolucién personal y colec- soya tiva interviene pues en cada época, en Ia in- terpretacién particular de las joyas. itm te van sony renee (Becseaie) Judia, habichuela, alubia, En el Japén la ju- ‘dia-y principalmente la judia tostade- tiene la virtud de proteccion y exorcismo, Expulsa 4 los demonios, aparta los males y protege del ayo. Justo antes de la primavera, la noche del 3 de febrero, los japoneses esparcen judias por su casa (mamemaki) para expulsar a los de- ‘monios y malos espritus del hogar. Acom- pafian su acto gritanto: ilos demonios fuera y la dicha dentro! Originalmente, al igual {ue la ceremonia del tvansplante del arroz, semejante Fito asegura la fecundacién de esta legumbre y la prosperidad a la casa La siembra de judias parece haber desem- pefiado en la India antigua un pape! de ‘magia amorosa, por la semejanza de la judia con el testiculo (CHOO, HERS; > haba). ‘Juego. 1. El juego es fundamentalmente un Simbolo de lucha contra la muerte Guegos funerarios), los elementos (juegos agrarios), las fuerzas hostles Gueyos guerreros) contra uno mismo (el propio miedo, la propia debi- Tidad, las propias duds, ete) Tncluso cuando étos son de puro regoctio, tienen destellos de victoria, al menos por parte del ganador. Combate, azar, simulacro © vértigo, el juego es por si mismo un uni- ‘verso donde convene, con aventura y riesgo, ‘encontrar un lugar, no es solo «la actividad ‘specifica que denote, sino tambien la totali- dad de las figuras, simbolos 0 instrumentos neoesarios para tal actividad o para el funcio- namiento de un conjunto complejo» (CA, 9) ‘Como la vida real pero en un marco deter- minado con antelacin, el juego asocia las rnociones de totalidad, rela y libertad. Las diversas combinaciones del juego son otros tantos modelos de la vida real, personal y social. Tiende a substitur la anarguia de las felaciones por un cierto orden, y hace pasar el estado de naturaleza al estado de cultura, e lo espontineo a lo voluntario, Pero con 610 respecto a las reglas, el juego permite mani festar la espontaneidad més profunda, las reaccién mis personales frente alas coaccio- 2. Los juegos originalmente estin ligados alo sagrado, como todas las actividades hu- manas, hasta las mas profanas, las mas es- Pontineas, las mas exentas de toda fnalidad consciente: todas derivan de este origen, Para los griegos y romanos eran, por ejem- plo, «ceremonias periddicas que acompafa ban a ciertas fiestas religiosas y en el curso de las cuales se enfrentaban en diferentes pruebas, por una parte, atletas y acrdbatas, y Por otra, misicos o rapsodas» (DEVD, 254). Cada ciudad organizaba sus propios juepos con ocasion de las festa; ciudades aliadas participaban en juegos comunes, El juego aparece entonces como uf rio social que ex presa y rfuerza, ala manera de un simbolo, Ja unidad del grupo, cuyas opesiciones inter- nas se exteriorzan y resuelven precisamente «en esas manifestaciones liicas, oe. Jules ue figure cin de un Alloy Cor plain de topo el Si Los grandes juegos piblicos revisieron tuna importancia sociopsicolégica muy con: siderable; ealrededor de ellos se cristalizaron el sentido civico y el sentimiento nacional; fueron para los habitantes de una misma ciudad, para los hijos de una misma raza. el vinculo que les recordaba los intereses co ‘munes y el comin origen. Incidian tanto en [a vida privada como en la publica: mante también enn Aispersos de (ev, 257). Durante et uerras, nie 0s judicial: sel ciclo de las 3. Bl juego aprende en el a, de dos rei Ale, Esta uli hijo y le ens die mas (el de 610 juego permite mani- més profunda, las frente las coaccio- mente estin ligados Tas actividades hu- profans, las mas es tas de toda fnaidad van de este origen anos eran, por een cas que acompata- iioss y en el curso aban en diferentes alleasy arébatas,y 2) (DEVD, 254) us propios juegos 5; cidade aliadas communes. El juego ito social que ex ea de un simbolo, yas oposiconesinter- uelven precisamente ica. ima de Ae, Com se piblicos sevsteron jolica muy con- ellos erstalzaron timiento nacional ates de una misma halos inteeses co Tncidian tanto en i pblica: mante- ou nian entre todos la idea de que la educacién ‘del cuerpo debia ser impulsada con el entre- rnamiento de los jovenes en la palestra; pero también eran ocasién, para los miembros dispersos de una misma familia étnica, de reconocerse en la exaltacin de un ideal que Jos distinguia de los barbaros. Para celebr: semejante ideal, las rivalidades y los odios de una ciudad a otra se sometian al silencio» (oev0, 257), Durante el tiempo de los juegos no habia auerras, ni ejecuciones capitals, ni embar- os jiciales: habia tregua general Los juegos se consagraban generalmente a los disses tutelares de las ciudades, confede- raciones y alianzas; los juegos olimpicos a Zeus, el dios supremo; los juegos piticos ‘2 Apolo: los juegos istmicos a Poscidén. La Unica mujer admitida a Tos juegos panhe- lénicos de Olimpia era una sacerdotisa de Deméter, que tenia reservada una plaza de hones. El honor rendido a la diosa de la fe- ccundidad nos inclina a ver en tales juegos el simbolo de la lucha entre las fueraas de la vida y la muerte, simbolo de la evolucién del grano que brota y muere; los dos cam- pos, veneedor el uno y el otto vencido, expresaban de modo sintético el conflieto cosmico y bioldgico, que preside la diosa Deméter y que ilustra el perpetuo retomo del ciclo de las mieses, 3. juego (cles) es en Irlanda la hazaha & Ia vez deportiva y guerrera de que es capaz un héroe y por la cual sorprende, descon- cierta o-maravilla a sus adversarios, Cuanto mayor es el nimero de juegos que se practi- can, més ovasiones hay de ser célebre. Céi- chulainn practica asi varias decenas de jue- 08 diferentes: salto del salmén, juego del trveno, juego sobre la punta de una lanza ete, Frecuentemente son ofensives, algunas veces defensivos, Cachulainn puede también afeitar a un adversario de un golpe de espa- dd sin hacerle un rasgufio, 0 cortar el eésped bajo el, sin que se aperciba de nada mas que de su caida, Todas esas habilidades las aprende en el curso de su iniciacién guerre ra, de dos reinas de Escocia, Scathach y Alife. Esta dltima llega incluso a darle un hij y Te ensea un juego que no conoce na die mis (el de gae bulga, venablo-seco) y oy due le serviri en dos o tres ocasiones dic Tes contra adversarios de calidad superior. El juego guerrero simboliza entonces la ha: bilidad individual, la perfeccién del combate singular: la estrategia militar al modo roma- no no ha lugar en las concepciones célticas. Fl juego surge de Ia inicicién (Reve, 29,109-152), Los germanos se servian gustosamente de los juegos como. medios adivinatorios, en panicular antes de las batallas, para consul {ara los dioses que por su parte se daban de buena gana al juego del -> chaquete. Ciertos juegos y juguetes fueron ricos de un simbolismo que hoy se ha perdido. «El miéstil de cucafa se refere @ los mitos de la conquista del cielo, el ftbol con la disputa Gel globo solar entre dos fratrias antagonis- tas. Ciertos juegos de cuerdas servian para augurar Ia preeminencia de las estaciones y Jos grupos sociales que les correspondian. La cometa...iguraba en el Extremo Oriente cl alma exterior del propietaro que quedaba ene suelo, pero ligada magicamente(y real- mente por la cuerda) con el frigil armazén de papel dejado a los remolinos de las co- rrientes aéreas. En Corea la cometa cumplia Ta funcién de cabrén emisario para liberar 4d los males a una comunidad pecadora... a rayuela representaba ciertamente el laberi: to donde se extraviaba al comienzo el inicia ‘do» (CA, 127). Estos juegos y juguetes guar ddan aun hoy en dia una razén de ser que por no ser sagrada, les confere un papel ps: Colégico y social muy importante como sim: ‘bolos agonisticos y pedagogicos 4, En el Africa del norte los juegos funera Fios, rtuales y agonisticos siguen a los sacri- ficios, dgapes de comunion y corteos fine bres. Son en general exuberantes, violentos, ri pidos y brutales, Se asemejan a un brusco ‘stallido, una explosin de fuerzas que suce- dde a una concentracién. Sefalan el fin del tiempo sagrado, Ia vuelta al tiempo ordina- rio. Tienen por objetivo disipar una atmés- fera sagrada de una intensidad demasiado ‘opresiva y, a través de un desencadenamien= {o-en sentido contrario,restablecer el onden habitual de las cosas. Tals juegos dispersan, segin Jean Servier, wel ambiente sagrado

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