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g Cy) 7 ek oe J A ay g 2) q ae Peli Hichele (2013) Durucy Reerermrentes 2 Ios OVEeNey t a eden ser letra muerta si nadie les da vida. Sobre 1oco autorizado para aventurarse en It ‘TRANSMITIR EL AMOR FOR LA LECTURA: UNA APUESTA PARA EL MAESTRO? Regresemos por un momento a la institucion escolar. Ayer Jes comentaba que esos jévenes no eran muy benevolentes con la escuela y que solian decir que la escuela les habia qui- plo. En un primer momento, en Ia escuela adqui de leer, segiin dice: Recuerdo muy bien cémo fue sentando un libro amis compaferos en pi Pero estuvo a punto de perder ese gusto reparatoria teorfa se ingress « la edad de quince anos) letomaaversi nos encargan tanto bajo, iaba, una escuela bastante: para mi noes tad. mbién les contaba en Ia jornada anterior que algu socidlogos, tras an +s que en particular en la lector debe ser mucho mas erudito, muchos jévenes Desde luego, hay ottos factores que intervienen en esta edad, pero la ensefianza en si tiene mucho que ver. preparatoria, donde la postura mis distante y el acerca muchas ganas de leer, un nino no tua le servi estar convencido 161 Desconozco por completo cémo se ensefian la lengua y la literatura en las escuelas mexicanas; espero que en un rato ustedes me lo expliquen. Pero en Francia, durante los ilti- mos treinta aos, me parece que la ensenanza ha evolucio- nado mas bien hacia lo opuesto de fa iniciacién a un “arte magico”, y que de manera general ha asignado una parte menor lalliteratura. Con la mejor intencién del mundo, por cierto: era en gran parte el efecto de una critica social mez clada con sociologia que sdlo veia en preciosidad, una coqueteria de la gente bien nacida, De hecho, diversos factores han contribuido a este cambio en la ensenanza del francés. La industria tenia una urgente necesidad de ingenieros, y se elaboraba otra concepcién de la cultura general, otros modelos de lectura. Ademis, cabe sefia- lar que esta ensefianza necesitabs una buena desempolvada, Alo que llevaba cra a una especie de panteén, a un monu- mento austero, pomposo: un corpus de grandes textos clasi- 0s, que te miraban desde arriba a menos que un maestro con a darles vida. Asi pues, en los aftos sesenta y se~ tenta se criticé mucho esta forma de dejarles caer encima a los muchachos fragmentos literarios escogidos con fines de edificacién moral. En este método se descubrid algo que con. ibuia « reproducit cierto orden social, pues sole los nifios de los medios favorecidos se sentian en su elemento en esta cul- tura letrada que era el pan de cada dia para sus familias. Se rompié de tajo con ka identificacién. ¥ poco a poco se fue pri- vilegiando un enfogque que se creia mas democratico, mas ciemtifico’, inspirado en el estructuralismo y la semistica Evidentemente, habria que afinar las cosas, sobre todo ara ajustarlas a los momentos de la se ens cundaria 6 en preparatoria, Ademas estoy resumiendo y sim- plificando este tema en una forma que horrorizaria a los es- te | | Pecialistas en historia de la educacién. Pero alguien que co- noce bien esta historia, Francis Marcoin, escribid: “Apenas ¢s exagerado decir que en 1968, en las universidade tica era de izquierda y la literatura, de derecha, dicotomia inspirara durante mucho tiempo la pedagogia del francés, empefiada en bortar del aprendizaje de la lengua cualquier uso litrario considerado eitista, normative, y casi ajeno al piiblico interesado”’ Menciona también que el es- quema de la “comunicacién” habia sido el pilar de la forma- itistica de los maestros durante diez largos afios, Pero con toda la voluntad de desacralizar las letras, mu hos de los que hacian votos por estos cambios, muchos de «juienes los pusieron en practica, olvidaron que en la desigual abilidad para manejar el lenguaje no influye simplemente la osicién mas o menos privilegiada que uno ocupe dentro del orden social. ¥ que el lenguaje no es un simple vehiculo de informacién, un simple instrumento de “comunicacién' Vidaron que el lenguaje tiene que ver con la construccién de {os sujetos hablantes que somos, con la elaboracién de nues tra relacién con el mundo. Y que los escritores pueden ayu- darnos a elaborar esa relacién con el mundo. No debido a tuna inefable grandeza aplastante sino, al contrario, por el desnudamicnto extremo de sus cuestionamientos, por brin- darnos textos que Hegan a lo mas profundo de la experiencia humana, Textos donde se realiza un trabajo de desplaza- miento sobre la lengua, que nos permite abrimnos hacia otros movimient Al privilegiar las técnicas de desciframiento de los textos, los enfogues spirados en tn semiologia y la linguistica lo- sgraban Masta el 163 por el libro de Daniel Pennac, Como una novela, que se pre- sentaba como un elegato a favor de la “lectura placer" y re: habilitaba la oralizacion. Y que reivindicaba, frente a los que lamaban que"habia que leer’, el “derecho a no leer’. Lo que tal vez es un poco limitad Nuevamente, estoy caricaturizando la situacién para ha- cerles sentir lo esencial, para que ustedes puedan encontrar las semejanzas -o las diferencias~ entre esta situacién fran- cesa y la de su propio sistema de ensenan: hay que decir que en todas las épocas, pese a las limitaciones que se han impuesto, a las modas y a los cambios en los pro gram sus alumnos la pasién de leer, como veremos en un mo- mento. Tambign hay que decir que se les pide algo imposible, tun verdadero rompecabezas chine. Se espera que ensefien a los ninos a “dominar la lengua’, como se dice e Que los inviten a compartir este supuesto “patrimonio comin’, Que les ensenien a descifrar textos, a analizarlos, a fomar cierta distancia, Pero, ademés, que los inicien en el ‘placer de leer”. Todo esto es materia de numerosos debates, de numerosas interrogantes en la profesion. Pero regreso a mis investigaciones. Durante las entrevistas que realizamos habia algo que me llamaba la atencion: estos jovenes tan eriticos hacia la escuela, entre frase y frase evoca. ban a veces a un maestro que habia sabido transmitirles sv pasion, su curiosidad, su deseo de leer, de descubrir. acerlos amar textos dificiles. Hoy, como en otras que la escucla tenga todos los defectos, no falta al maestro singular, dotado de ta habilidad de introducirlos a ros que no sea la del deber de la obligaciin austera, Daoud, un muchacho ido, establece la diferencia entre la “institu 164 | | | | dice é: “hay profesionales que estin alli para instruir a la gente"- y lo que él lama “la creacién’ donde: hay gente que rebass, que va mas alla de sus funciones, de su trabajo, para aportar To que es en realidad. Me he topado con profesores de francés que tenian en su dase a gente desagradable que n habs pero que en cuanto veian que alguien se pese a todo de aportar slgo mis que sus horas conval teresaba, das Su propia historia esté marcada por encuentros con pto- fesores y bibliotecarios que lo ayudaron a avanzat, mediante tuna atencién personalizada que iba més alli de sus funciones estrictas, Hice es studios posibles en el sistsma escolar francés. Bs ¢l diploma téenico, las tecnologias, cosas sin wing ugo, los profesores de francés eran muy interesantes. Fueron ellos auiienes me Hevaron a leer, por ejemplo, 1984 de George Orwell, cosas como ésa, que yo nunca habria leido por mi cuenta, No es la escuela mes me ensel interés. Lo mismo sucedié con Nicolas, quien detesta el sistema ero a quien un maestro le infundi6 el gusto por leer al dejarle ef espacio de la eleccio so .euatro o cinco libros, gquién quiere leer éste2" Ni tienen que leet Era mis 4: "4QU ‘Cuando haciamos entrevistas en el medio rural, era algo pa- recido. Aqui también losefectos della escuela sobre el gusto por 16s {a lectura son complejos. En todas las generaciones, las lecturas impuestas en especial las de autores clasicos— han desalentado a leer. Pero para buena parte de la poblacién rural, en particu- Jara gente de mayor edad o la més desprotegida, la escuela ha sido “Ia puerta abierta’ el lugar donde se podia acceder a los li- bros que tanta falta hacian. Estas personas han conservado el recuerdo de maestros que fomentaban el ascenso sociocultural de los nifos prestindoles obras de su biblioteca personal, como una mujer que dice: “Nuestra maestra de escuela era ‘muy culta y tenia libros y viejas estampas a todo lo largo de su escalera. Para mi era un verdadero placer; yo creo que alli debi atrapar ese virus [...] al subir esa escalera de caracol encerada, verdaderamente impecable, y viendo todos esos libros’. Peto si al maestro es presentado por esta poblacién rural como guien que inspiré el gusto por leer, es a menuclo en una rela- n personalizada, individual, fuera del marco escolar. Esta dicotomia entre la escuela como institucién y un maes- tro singular no es exclusiva de Francia. Por ejemplo, un in- vestigador alemén, Eric Schon, que ha estudiado las biogra- fias de muchos lectores jovenes, sefiala que para ellos “la es- cuela aparece como la institucién con mayor responsabilidad por In pérdida del encanto amable de las lecturas de infan- Cia”, Leer fue primero “algo maravilloso... hasta que hubo que tomar los cursos de literatura alemana’, Pero aqui tam: bién, “la imagen negativa que se atribuye a los cursos de ralura contrasta con los numerosos emunciados positivos acerea del profesor como individuo y sit influencia positiva sobre la motivacién del alumno”t Con esos maestros, la lengua, el saber, que hasta entonces in, se vuelven acogedores, hos- eran ambitos que los repel pitalarios. Bsos textos absurdos, polvorientos, de repente cobran vida. Curiosa alquimia del carisma. Del carisma o, tuna ver mis, de la transferencia. Evidentemente, no toda la gente puede desencadenar esos movimientos del corazén. Pero, en cambio, creo que todos: maestros, bibliotecarios 0 investigadores, podemos interrogarnos més sobre nuestra propia relaci6n con la lengua, con la lectura, con la litera tura. Sobre nuestra propia capacidad para vernos afectados por lo que surge, de manera imprevisible, ala vuelta de una frase. Sobre nuestra propia capacidad para vivir las ambi- giledades y la poliscinia de la lengua sin angustiamos. ¥ para dejarnos llevar por un texto, en ver de intentar domi- narlo siempre. Citaré un altimo ejemplo, tomado esta ver del novelista antilino Patrick Chamoisent.al que ya he nembrado Fel 10 de reeul lado Camino de la escuela, evoca a un maestro que epulsivo Un negro blanqueado con cal. Rigido, austero, que reprende a los ninos por cada giro idiomatico Y persigue cualquier rastro de lengua créole en sus palabras. Pero algunas veces este maestro olvida un poco su actitud de dominio y uno percibe que le gusta leer, ¥ es entonces, desde luego, cuando llega a los nifios. Eseuchemos a Cha- moiseau: a tr0 lela para nosotros, pero pronto se dejaba llevar, olvidaba el undo y vivia su texio con una mezcla de sbandono y vigilancia, ‘Abandono porque se entregaba al autor; vigilancia porque en st inte- rior seguia viviendo un viejo controladar al acecho, buscando Para transmitir el amor ala lectura,y en particular la lec- tura literaria, hay que haberlo experimentado, Uno podria pensar que ese gusto se debe dar por hecho en nuestros circu- los donde el libro ¢s un objeto familiar. No obstante, como yahe dicho, eso estd muy lejos de ser cierto. LA HOSPITALIDAD DEL BIBLIOTECARIO Guando escuchamos lo que dicen los lectores, no ya de los 5 encontramos cosas pare- los barrios urbanos marginados, numerosos jove- presado la importancia decisiva que tuvo para én personalizada con algin mediador, incluso ede tratarse de alguien que los ha apoyado, Mauna forma de trabajer muy resante. Por mome abajo, re y les contabs histor bajo, y que ¢¢ pasa la corriente, aquien be gusta su ctuta porque tenia una Me seatia por completo d yademanes que me liaba. £1 rono, todo es yy la seguia, pues él hacia gest 168 Es bueno que los bibliotecarios team lil 0s, ew despierta en los ninos el amor por los libros por la ectura les habian Ws Lee Etcoro mca ” ys _-~ campo, y mis atin para sus estudios: “Todos los estudios se asan en eso. Todo lo que nos ensefian, nos lo ensefian en francés, entonces para empezar hay que dominar la lengu Jean-Michel es mas ponderado: "Me gusta mucho la litera- tura, me gusta la redaccion, pero sigo siendo igual de negado para la ortografia [hay que aclarar que la ortografia francesa fs particularmente compleja. Por el contrario desde el punto de vista de La sintaxis estaba muy contento, porque ano con afo lograba progresar’. En realidad, si atendemos a ciertas investigaciones, a praic- tica de la lectura no constituye una garantia de éxito escolar para los jévenes franceses. Pero tal vez es diferente para los jo Yenes inmigrados. Escuchemos a Pilar, cuyos padres son espa- Foles:“Recuerdo muy bien los esfuerzos que hacia para cons- iruir bien las frases, para tener un vocabulario cada vez mis variado.¥ en so, estoy segura de que los libros, basicamente, fueron algo que me ayudé enormemente’ ¥ Mounir: Habia dos aspectos: los libros que yo tomaba en préstamo para la es- cuca, y otros para mi, que me proporcionabsn wna apertura mental, tun enriquecimiento de mi vocabulario, de mi manera de hablar; eso las disertaciones. El enrique: me ayudé mucho en las redaccione! ‘imiento del woeabulario me daba seguridad frente a wna hoja en blanco. ico hablo de la desventaja que representa la ausencia pital cultural legitimo”, para hablar como el socidloge: Bourdieu, y del papel que desempenaron Ia lectura y la bir blioteca para vencer esa desventaja, en una estrategia delibe- rada de puesta al corriente: Fn primara, no tve dficultades Fe despucs, cuando entre» ta secundaria (colle). Haba otras personas, de 8, mas bit francessssde ” clases socials... digamos..en que los padres eran maestros 0 invest ali vi lt diferencia entre ells y yo! Habia wna gran diferencia latvo ala eultura, asus te alleortiene,y por ce a ts forma do expeessrse ala ex Pero apropiarse de la lengua, mangjarla con un poco mas de soltura es algo que va mas allé de la cuestién de un mayor nivel de francés en la escuela, o de la continuacién del pro- grama escolar/Arriesgarse a tomar Ia palabra, arriesgarse a tomar la plunta son los gestos propios de una ciudadania ac- tiva, come lo veremos a partir de ejemplos que voy a tomar cde la investigacién sobre la lectura en el medio rural, en la que el tema de Ja lengua como barrera social se menciond también con frecuencia, __ Me gustaria citar, para empezar, a un campesino, Léonce Chaleil, que escribié un libro intitulado La memoria del pue- bilo, en el que dic de todos los enredos de nstrucciGn estam ¢ mundo, que es ef mundo de los trimites burocraticos. Yo no sabia ex, : .0 sabia expresarme en las oficinas, era timido, Puedo afirmar que un campesino prefiere traba- jar dos dias a presentarse diez minutos en una oficina”! La evocacién de la dffcultad para adquirir una prictica dlesenvucla de la lengua fue un tema recurrente entre nues- tros interlocutores campesinos. Escuchemos por ejemplo cémo Roger, in agricultor autodidacta que adora ler, evoca las rei ‘ nes de padres de familia en las que par ticip: Empecé ain: yan le€ al hablar, spreni aeduearme. Pet- de la escuela. Los tres 4 eansejo dew delegado de los padres de lumnos. En ese rian estaba el sehr Dipuiado, dl so Alcalde, el Conssevo Gener Es algo que ensefa, indo se habla, sea como 82 decirtonterias muchos ertores, pero hay 4 Tribuye en algo: cuando escibo un dincurse sno Ie acuerdo de al- gana cos usted sabe que hay tancos nowniPres francés, hay por ecnos cuatro 0 cinco mombres para deci a6 sean ‘Nucera [un eseritor fran inspiracioa pare una pala : areremporanco) con las descripciones qu ty ah me extrafaria ‘ho enconirar algo en menos de dos minutos en diferentes regiones rurales conocimosa gente due 1% dl ‘ie mate, algunas Meces metédicamente, letra por letra, preocupados por expresarse correctamen | ecabulario. Muchos de ellos por cierto express Ho que sentian de te 160 sobrinos que 5¢ vertido en maestros res de letras. ‘Encontramos cosas parecidas en féricos, incluso con los chicos que ique esti fascinados por los juegos de palabras de los rape- ._ Su resentimiento hacia la culture tuciones que {a representan es proporcional,de hechova fascinaion que ticks cultura ejerce en ellos: si bien a veces TEI hacer Slgana razzia en las biblioteces el primer libro que se “baj fs, con frecuencia, e| diccionario. personas que £% tuna ciesta destreza para 13 e una judadania. Y que ¢! eon Agiel ques también, al dis- n poner de muy pocas palabras, muy pocos giros expresivos, ¢s tl mis frdgil ante los demagogos que aportan respuestas sim- plificadoras. Y algunos de nuestros interlocutores nos contaron cémo el hecho de leer les proporcioné justamente las armas para atreverse a tomar li palabra, ¢ incluso rebelarse. Tal es el caso, por ejemplo, de Loic, un antiguo marinero: “Empece @ 2 ocuparme de ‘su’ politica: me zumbaba en los ofdos” Al igual que Roger el agricultor autodidacta al que ci- taba hace un momento, que saca la inspiracién para sus di ‘cursos de las obras de un escritor. Vernos en ello, de paso, 4 las formas de expresion literaria pueden sugerir que es por ble ocupar an lugar en fa lengua, inventar una manera de decir propia, en vez de tener siempre que remitirse a los dems, Como lo expresa el psicoanalista tunecino Fethi Benslama:{"Con la literatura, pasamos de una humanidad hecha por el texto a una humanidad que dremos oportunidad de volver a hablar del co el texto”? Ten- plemente una posicion nguaje no es reductible © un riene que ver con la construccién de nosotros Y ya to dije antes, lo que determina gran medida el peso de las pa- Cuanto mas capaz es uno de o-seré para vvirlo, ¥ Jabras, 0 €1 peso de ere esprssion, ‘ io, la dificultad de elcaso contratio, la dificulta lo, Mientras que en ka c {errata puede it acompanada de wna agresividad incon: trouble, Cuando carece uno de palabras pars pense 9 s 11 coraje, sus esperanzas, nismo, para expresar su angustia, St : Ee mae queel cuerpo para alr: yas lcUeTBO 386 dies sintomas, ya sea el enfrentamiento Vio~ grit con ts po com ote aera en acts vielen ine 4 esos barrios perifrios las const fanigo que a menudo esti deteriorado, y tam} i aie vo dinico que puede ser afectado negativamente, Para ie see parte de Jos que viven ahi, también esta mene ta capacidad de simboliza, lx capacidad de imaginar For lo mismo a de pensar un poco por si mismos ds Pee Pe, y de tener un papel en la sociedad. ¥ la consracctin paiquica, 0 la reconstruccion psiquica, res tates como Ia ehailtacion A os bation e hora bien, fa lectura puede ser, justamente, a aero priviepado para conse un m0 para pe ae Pijarle un sentido a la propia experiencity ara pensar vid, para dart vor a suiehty Forma alos deseos, 10s suctios propios Me dtendréen nae terevraspecto del lctura, un aspecto roy cos del gue HY, tiason lego y tendido nuestros intertocutores. Alargaré my Tarr bre xe tera, porn lado porgue me parece de gran can aa yopor ov pore, extant cm Feson ¢ le subestima desconoce . 2 a mportanci sponge vivimos em nos de desasosiego, de péndida de lat referencias que PO rach tempo marcaron el derrotero del vida, En Fen magn an recente estudio, uno de cada cuatro joven dpta conductas riesgosas y presenta alteraciones de C0 portamient, En lo que toca alas conducts resgossi ne rucciones no son lo y tampoco el tejido todas 1a ” rece que, desgraciadamente, México no se queda atras. Y no s6lo la violencia sino también el auge creciente de los funda- ‘mentalismos religiosos y de la extrema derecha, que en Fran- a son motive de gran preocupacién, son imputables por lado a la exclusién econémica, pero también a la fragilis del sentimiento de identidad, El odio al otro, que se encuen- tra en el centro de esas derivas, tiene mucho que ver con e| odio si mismo. ¥ los mis desprovistos de referencias cultu- rales son los mas propensos a dejarse seducir por los que ofrecen prétesis para la identidad. Para no estar reducidos tener que pensarse y definirse en términos tinicamente nega- tivos: como excluidos, como desempleados, como habitantes de un barrio estigmatizado, etc., pueden tener la tentacion de precipitarse sobre imagenes, sobre palabras, que recompo- hen magicamente los pedazos. Y van a revertir su exclusion considerindose tinicamente como francés de raza pura, 0 Jamista, o adepto de tal o cual secta, o miembro de tal 0 territorio, ete. Conocen ustedes también, supongo —claro que de manera diferente-, esas “fiebres de identida ante la exclusion y la margina En relacion con este punto, llegar a conocerse mejor, poder pensarse en su subjetividad, y mantener un sent miento de individualidad, cobra una importancia ain ayor. As{ se evita quedar expuesto a que una relacién tot adora con una banda, una secta, una etnia, una cofra una mezquita o un territorio, venga a traer el remedio para las crisis de las identidades, para la marginacién ccondmica y politica. Si escuchamos a los jévenes que conocimos y que evitaron casi todos esas trampas, nos damos cuenta de que lo que aportan fa lectura y la bil representacion de si mas rica, mis compleja, que protege un poco de abalanzarse dentro de este tipo de trampas, de que- darse detenido ante una imagen. Contrariamente a otras % — wo del tiempo libre quetienden aencerrar a sts Seguidores enel interior de sus tibus, ya confundir la iden vida personal con el hogan Isturs puede ser une via pric vega pare invenar un amino parila pare cone truirse una identidad abierta, en evolucién, no excluye pricticasde us Evidentemente, desde la infancia desempena la lectura un tapel cn el campo de la construccién de uno mismo, contri tere, por ejemplo, a abrir el campo de lo imaginaro- Cito nuevamente a Ridha, ese joven de origen nl oars no tiene fotos suyas de cuando era chico. £1 nos cont6 q cs dia de su infancia en que exuchaba ¢ un f oscar EI libro de la selva, algo dentro de él se abri : pan que existia algo diferente de lo que lo rodeaba, que ree taal pods ano convertirse en oo, podia uno construir su cabana cn la jungla, encontrar ahi st lagar: Ava es un poco fa historia de come Me gustaba porque £7 libro de fase heise trrlreasen a junga. Ese borbre que por su ahinco sain sige 1 dominarlascosas. El leén estal ver el patron que no quiere dart tr ajo pete qeno te quieteet: Y Mow se consiute unacabatita, es como su hogar, y de hecho pone sus marcas. Se crea su esd I infancia, la lecture pudo de esta manera const- wk para estos j6venes el espacio de apertura deleerpod - imaginaio, el lgar de expansion del repertorio de as den- tificaciones posibles, mientras que los que estar. 6 Is ca les no tenian por modelos mas que a algunos héroe 4 's policiacas, al traficante de drogas pavonedndose en st Se Jamentalista islimi escer ad, y dura n Ia adolescenc los Z son también companeros que coma fealne encontramos a veces palabras que expresan lo mas secrete, 16 mis intimo que hay en nosotros. Porgue la dificultad para encontrar un lugar en este mundo no es solamente econd- mica: es también afectiva, social, sexual, existencial. Siempre estd ahi el mito del pueblo 0 del barrio acogedor, pero uno puede sentirse muy solo en un medio rural, e igualmente solo en los suburbios de nuestras ciudades, Varios adolescen- tes o jovenes adultos que viven en ellos hablaron de la dureza de las relaciones, de la obligacién de vivir en actitud defen siva, del sentimiento de no ser comprendido,"Desee que era chica, tuve siempre amigas de mi clase, amigas de barrio, y pues, ahora, soy mi dnica amiga’, dice Aziza. Y Guo Long: "Yo » le hablo a nadie, le hablo w mi conciencia, Como decia el cantautor Goldman en alguna cancién:'..cinco mil millones de gentes, pero tantos ausentes”, En las ciudades, al igual que en el campo, no siempre hay alguien a quien confiar sus penas, sus angustias, sus esperar as, las palabras para formularlas pueden faltar, y el pudor puede amordazarlo a uno. Entonces, cuando se esté a solas con un libro, a veces se da uno cuenta, por decirlo como el ports belga Norge, de que “por suerte somos muchos los que estamos solos en el mundo" Y en la literatura en particular, ‘nos encontramos las palabras de hombres y de mujeres que permiten a veces que se exprese lo mas intimo que hay en nosotros, que hacen surgir a la luz del dia a aquel, 0 aquella, aque no sabjamos todavia que éramos(Palabras, imigenes,en las que encontramos un lugar para fosotros, que nos dan acogida, que dibujan nuestros rasgos:|Palabras que hacen pensar, como decia Breton en El amor loco, “es yerdadera mente como si yo me hubiera perdido y de pronto alguien Viniera a darme noticias de mi mism ¢ lee, en el sentido en que se dice “revel foto, sacan a la luz lo que, hasta ese momento, se encontraba se- lado y no podia decit n e si bien pueden ser per~ Esas palabras que uno encuentra s de turbadoras en un primer momento, ienen también fs vir J singular de ealmar, de brindar un alivio: es fo que dice Pilar: y bien] hecho de saber que otras personas 50 yo cfeo que ¢ muy may importante. Es tal ver ‘dice mejor queyo, Hay una especte de fuerza, de v ie, por equi an expresad rque el talidadl queemana de mi porque lo que est person csamente, zones yo lo © es lo que busca Matoub: “No quiero ser culto, no me importa lo que me interes en fo que toca 2 Ta Titeranura, €5 td hecho de sentir una emocidn, de sentirme cerca de otras personas que pueden sublimar pensamientos que Yo Put fen ibrar que fueron importantes pa el joven de or gen ar cuyos padres son totalmente analfabetos, son Josde Rimbaud, de Breton, de René Char (un poeta que tene fama de ser muy hermético): |. provocé en mf ina revoluc cera de ver ls c0s2s |.) Deberia haber leido las Rimbaud me trast ible. Cambio von con la lectura podtia decise en #einte cits, Por ejemplo La rcbeldia esta nica productora de huces',¢5 una i, "Hay que carubiar I vida’ de Rim la rage de Bret frase queconto mac baud, "Hay que r i a "La rebel sobre el que la sociedad no puede elercer ningun co! 78 jos que entrevistamos hay pocos que hayan sufti tuna transformacién tan radical de su vida y de su pensa- ‘miento gracias a sus lecturas. Pero hay otros, en mayor mi- mero, que encontraron un texto,o varios textos, que pudieron en determinado momento constituir el lugar en el que era po- lo que eran, y decitlo bien, Como Hava, en un re- almente diferente: fue al leer Tete de Ture’ man que se habia hecho pasar por inmigrant lidades de la condicién de los eran gente con etiquetas muy precisas. Eran gente ordinaria que habia en todos los pueblos. Que podia uno encontrarlos cen cualquier parte’: En el caso de un joven homosexual, fue en los relatos de dos actrices, victimas, una de sordera y la otra de enanismo, donde engontré las para asumir su propia diferenci Dargo vive, bras que le sorda y muda y sin em- Jo que me gusta de ella’, Hay asi frases, metaforas, recogidas en obras nobles o humil- des, pero también algunas veces en la letra de alguna cancién ‘entre los planos de una pelicula, que pueden haber trans- formada el punto de vista con el que estos j sentaban a si mismos. En su mayoria, lectores; son u cua lo que los incita a recomponer su forma de re- presentarse las cosas. La importancia de la letura no puede por Io tanto evaluarse tinicamente a partir de cifras, del nu Ineto de libros leidos o tomados en préstamo. A veces es una sola frase, que uno apunta en un cuaderno © en la memoria, incluso que olvida, Jo que hace queel mundo se vuelva m inteligible, Una sola frase que choca con lo que estaba como congelado en la imagen y vuelve a darle vida, que rempe es tereotipos, clichés a los que se habfa apegado uno hasta ese momento. En la costumbre de evaluar la lectura tinicamente a partir de indicadores numéricos, todo el aspecto cvalitativo de la Tectura desaparece. Se puede ser un “lector no frecuente” en términos estadisticos, y sin embargo haber conocido en toda st: amplitud la experiencia de Ie lectura. Con ello, quicso decir que se habé tenido acceso a los diferentes registros de fn Icctura, y que, en lo particular, se habré hecho el hallazgo cn algiin texto, de palabras que lo alteraron a uno, de pala bras que lo transformaron, a veces mucho tiempo después de haberlas leido. ¥ sin embargo, incluso en el momento actual, ciertos inter~ mediarios del libro, ciertos profesores, ciertos trabajadores vociales quisieran encerrar a los lectores de medios sociales Gesfavorecidos en el marco de las lecturas “tiles’, entiéndase fas que supuestamente deben servirles de forma inmediata pura sus estudios o para su bisqueda cle empleo. Fn algunos pasos les conceden tambien algunas lecturas de“distraccién’, ‘dos o tres best-sellers de baja calidad, El resto es catalogado como “cultura letrada” y colocado junto a las zalamerias de los pudientes. Pero con esia clasificacion en lecturas utiles. Jecturas de distraccién, cultura letrada, me parece que se i nora una de las dimensiones esenciales de la lectura, que Ro lectores mencionan com frecuencia al evocar su descubri- miento de ciettos textos, su encuentro con palabras que les tan permitida simbalienr us eapetloncs; eas un eng a lo que vivian, construitse. No es un lujo poder pensar ln propia vida con ayuda de obras de fiecién 0 de testimonios que atafien a lo mis pro- fando de la experiencia humana. De obras que le easeRan 2 uuno mucho sobre mismo, y mucho sobre otras vidas, otros jialies, otrad épocens Mé parece incluso’ que ex: uni derecho elemental, una cuestién de dignidad. Y se podra acudir otra vera los libros en otros momentos de la vida: si el papel de ta lectura en la construccién de s mismo es particularmente sensible en la adolescencia y en la juventud, puede serigualmente importante en todos los mo- tmentos de la vida en los que uno tenga que reconstruirse: cuando se ha sufrido una pérdida, una desgracia, ya sea que ae trate de.un hecho hiceoeg; de una enfermedad de ara pena de amor, del desempleo, de una crisis psiquica, que son todos pruebas que constituyen la materia de nuestro destino, cosas que afectan negativamente la representacién que tiene tuno de si mismo, el sentido de su existencia lad que se oftece, ) que, al leer El libro de la selva, gar en la jungla. Este sola frase, burlindose de su acento de joven republicano al 3 ote | t os ey Awan Conctmuday| AOR. Fanta c& Cerltura & Cuentosek ILS Carnlitesiay eu (worl) Gens nece \> bi tere fra, a kraved de los Cue rie sMadr Saran agp estas reacciones y responder a ellas es esencial, En to- n de seguridad que cidn en las distintas cosas tante, ayudard a mantener el di en conexi6n con el cuento. Cuarro careconias Las cuatro categorias antes mencionadas: escenario poético, contzastes y confrontaciones, sombras, temas, se utlizan para ayudar a las coordinadoras a orgunizar sus ideas con relacién al cuento, No son para nada impenetrables entre siy a menu- do parecen demasiado separadas técnicamente. Aun asi, sir: ven como una red flexible que puede captar detalles impor- tantes del texto y ayudar a la coordinadora-c sumerge en la detallada preparacién de un cuento, Escenario pottico, Una obra poética no “narra la historia de una manera ordenada ni didéctica. Principios repentinos y finales inconclusos, trozos de didlogos y narraciones ensamblados de manera extrafia, voces que se entresnezclan, conversaciones que parecen provenir de distintas fuentes, palabras que resuenan en Ire si, versiones ligeramente distintas de lo que al principio pa- recen simples repeticiones, imiyenes y comparaciones inespe: radas, adjetivos que estremecen o alivian, clichés que imi parasubvertir:todosy cada uno deestos elementos forman par- tedel proceso que da vida a un relatoliterario, Este vivido le ‘guaje particular de la ficcion sorprende y encanta, Quizas tam: bién confunda, pero siempre nos mantiene alerta 6 Estos intrincados y méviles étomos de la ficcién rozan al lector, quien esta tratando de estructurar las impresiones que recibe. Nuestra experiencia de vida personal nos ofrece algiin tipo deandamio que nos permite empezar a apuntalar nues- tras impresiones, Pero el cuento tal ver nos arrastre hacia otra parte, llevindonos hacia horizontes completamente nuevos, ¢ incluso nos puede transportar a mundos imaginarios, {aprofundidad dela comprensi6n de una historia no sélose alcanza por medio del debate de los temas. Un par de palabras aanidadas en una frase pueden romper el equilibrio, gPor qué es- ‘an ali? {Como nos afectan? Al igual que una repeticién recu- Frente, un cliché que se vuelve cémico en un contexto especifi- ©o, una metéfora nueva, un giro inusual del lenguaje o una expresién muy familiar son todos importantes puntos donde detenerse que probablemente descubran panoramas inespera- dos, La ficctdn, como lo ha afirmado con tanta fuerza el critica ‘uso Bajtin, crea vastos mundos donde se cruzan muchas fuer- zas, donde grupos de voces disimiles pueden coexistir y con- frontarse, donde quizis podamos empezar a entrar sin temor en una complejidad que se resiste tanto al sentido comtin coti- diano como al pensamiento analitico, Por ejemplo, en el cuento puertorriquesio “En el fondo del catto hay un negrito’, de José Luis Gonzalez.’ una mujer que vive en una choza en los mirgenes de un arrabal construido Sobre agua estancada explica que ha llegado hasta ahi porque ha sido desplazada por el desarrollo urbano que surgié re- cientemente en San Juan, A primera vista el cuento parece ser ‘a poderosa condena a una planificacién urbana equivoe; a favor de los pobres. Sin embargo, el cuento comienza con lo que parece ser un episo Fandodelato hay ua negri'sen Bnet la, Msc Fos les cuents, Mexic, UNAM, 953, 6 i fortuito de un nito que, temprano en la maana, gatea aaa ag, ve su reflejoenlfnde de un cao ye ones: La misma escena sucede al mediodia y al atardecer, cuando el nifio sonrie de nuevo, extiende Hana faci ase y 10s ttes episodios se perciben primero i que el hambre del rifio Melodia eso qu inalment empua a su padre desempleado a intentar buscar algunas horas de trabajo para asi poder levare comida a su io, que no probado la leche en varios dias. Es cierto que algunas de las ccaracteristicas de la sociedad del arrabal salen a la superficie ‘cuando los habitantes que viven en condiciones reatvemen- te mejores en esta comunidad tan pobre consiguen ayudar a los padres recién llegados a alimentar a su hijo, Las tres poé- ticas vinetas en que Melodia observa su propio reflejo pare- cen superponerse como fragmento liricos que permanecen separados del caracter terrenal del resto de a historia, Sin a bargo, intuimos que esta distancia es s6lo aparente y que el cuento quiere que nos abramos hacia la coexistencia de estos tues distintos hilas en la historia, La insistente repeticién en eltema de Melodia, narrado tres veces en un cuento de pocas paginas, la combinacion de 12 dulzura del nifio con su trigi- €o final, el contrapunto entre los imitiles esfuerzos del padre yel encanto del nifio despreocupado le imprimen al episodio tun gran impacto emocional, A ti Melodia aparece tres veces, El “tres” evoca imagenes d magia y reverencia tanto en la religién como en la tradicin popular. Los oyentes no tienen que saber mucho para res ponder ls tres apariciones de Melodia y sentir que algo ate y cael sagrado esti sucediendo cuando el nifio impo! aparece en escena ay otras claves: Melodia no es el nombre de un santo. Aparece como un ser que no es del todo real; puede perma 64 necer dulce y despreocupado como una cancién, como dice su nombre. Melodia termina su vida porque es un ser igno- ante. Confunde su reflejo con otro nifio y se ahoga: y sin embargo, queda el sentimiento de que el accidente no es del todo desgarradot. Maria, una de las participantes, dijo: "Los Angeles lo van a cargar y llevar hasta el cielo!” Melodia se ahoga cuando extiende la mano en un gesto de amistad y amor hacia otro nifio negro, Su inocente vida y su repentina ‘muerte permanecen dulces, inmaculadas, fuera del alcance de la miseriz que lo rodea, Elahogimiento de Melodia con seguridad hara recordar al lector mas sofisticado el mito de Narciso, pero el episodio tam- bién puede entenderse de otras maneras menos eruditas, La busqueda de una respuesta, el enigma del otro, la busqueda del amor, el peligro de querer alcanzar demasiado pronto lo des- conocido, de querer atrapar el reflejo propio son todos temas “posticos”sugeridos por diversos episodios con el espejo. La mujer (que no tiene nombre) escudrifia Ja expresi6n en el ros- tro de su esposo cuando se le acerca dvido de sexo. :Esté de nuevo borracho como la primera vez. que la poseyé? ;Puede ella hacer que él sea menos agresivo? La mujer no encuentra luna respuesta en los ojos del hombre, El ambiguo intercambio de micadas entre el hombre y la mujer invita al didlogo en el grupo: “Cuando un hombre esti borracho, sus ojos son salva- jes pero también estén velados’ “Parece como sila mujer aqui no fuera realmente su esposa, que él sélo esta buscando una es posa’. Los participantes empiezan a hablar de si mismos de ma- nera indirecta en la medida en que se sienten conmovidos por tas imagenes del texto, Buscan respuestas en la poesia del tex- to, en lasvariaciones del tema: miradas, gestos, malentendidos. Alguien que se dirige al trabajo en la manana observa el arre, bal desde el puente, desde lo alto, como en una pantalla de te- {evisién, una imagen clara pero ala vez distante eirreal, mien. 65 tras que el padre en In choza observa a ese conductor como Yh hombre que lo tiene todo y le grita una groseria, “arajo, pir drete, no entlendest" Este término agresivo, vulgar, Provore muchos comentarios acerca de los automéviles que Pasan, de Tergo con las ventanas cerraias y as puertas bien aseguradas, dambando a través del pueblo, tamiendo el contacto con gru- pos menos pudientes, acerca de la ideas falas ds fa vida en Plosbarrios més pobres dela ciudad’, y un debate atin més any plio sobre el hecho de vivir en circunstancias completamente F ferentes, El uso de un lenguaje fuerte, incluso ofensivo, Por parte del padrea menudo llevaa la gente a mostar sy desacuet- Uo respecto de lis distintas maneras que hay de oponer tencia o protestar.jEs el lenguaje callejero stempre aceptable, funcional? jCadndo esté permitido decir costs que, segiin noe ensenaron nuestras fariligs, no se deben decir! Haciaelfinal del cuento, una escena ilustra cbmo el engua- jede todoslos diaspuede funcionar de manera distin cémo puede fortalecer Ibs lazos entre las personas y soluci ir difi- oeitades, Un trabajador en el muelle le presta Ia carrot laal padre de Melodia cuando éste tiene que echar covet Birt ceartara la comadrona para su mujer que estaba echandlo 2 otro pobre mas al mundo” Los dos hombres se compadecen See eejelotroy terminan charlando un rato y con un dicho Ge consuelo: “Mafiana sera otro dis’ En este instante una ex ee ilada y populat une alos dos extrios, aunque e préstamo dela carretilla también contribuye [per supuesto! Pion ell el padre puede ganar unos centavos ayudando a des- cargarmercancfa de un bote. A los participantes For lo gene- ral es gusta esta escena. Les gusta el sabor agriduice yhacen van es sobre las formulas de consuelo, sobre la referencia a a parters, sobre los nis que no dejan de nacer Es probable aque la gente no conozca a Narc ni otro mito griego, pero pueden sentitse cerca dels poesia en el cuento de Gonzalez. 66 Mane observar 4 partir de los ejemplos anteriores que el ot posters td ene:categrrts heabblt, pensad pars ayuda allectora que preteatendonalatextura dela i Metra Is coordinndra se prepara par seit is eos puts dave due hayan hecho durant ‘trabajo 5 sresultarén muy va fe far reun da Paeraaaieiae ee pee identifiquen y se abran @ estos aa sas ossiguentescategoriag contrasts yconfortaciones = s pueden en realidad considerarse como subdivis ; excenaro poético Sin embargo, por razones pedagéicts, cas, pueden sei geen ‘r muy puntos de interés un intos en la textura podtica del texto, e — coronas Un texto litezario une conceptos, pain dg oe confrontan entre si de maneras ‘narra yeni, Se gene tensons pra cuts Al ta confrontacién defuerzas genera uses neh gues tia sobre la imaginacidn, que entonces em- pesaa icine ya reconfigurar lo que encuentra, A medi- recery 0s conciliar contrastes 0 nos damos cuenta de io iramitica de aceptar a veces opuestos irreconci- somos evades a convertirnos en pa ic clteroguen os incita a preguntar: Vprade ee! Laie del maztes"S Gabriel Garcia Marquez oe emvpléa de un calor insoportable en algtin a olombia, nos dice algo sobre la vida coti- costa del Caribe, pero hay ain algo més en su to. Ein el cuento, una mujer aco da de su hija re. 7 ijer acompaiia ija realiza un teno, ha sido asesinado en circunstancias oscuras y enterrado fin ninguna Investigacion. La madre tiene la intencién de i sara eabo los tiltimos ritos necesarios y depositar flores en I Tumibe de su hijo, Para hacerlo, debe primero consegutr a llave Uel cementerio, que el sacerdote encargado no tiene muchos tdeseos de dale, La confrontacién es dramatica, peo al final ella onsigue cumpli lo que ha venido a hacer. En un programa de tro tipo se podria usareste cuento como una sugerente intro de estudios sociales sobre la regidn del Caribe. Se podrian extraer nociones ‘de geografia, soriologia, economia, y parte de toda esta informacion serviria tanto para presentar datos bésieosa un grupo que no los aprer- Ud eh el salon de clase, como para estiraular un intercambio deopinionesentre persomis muchas delas cuales provienen de festa regién del mundo, Pero en People and Stories/Gents y srreaten, con laayuca de ls preguntas dela coardinadora, los parteipantes pueden cer guiados para abordar de manera: irecta el cuento a través de una serie de oposiciones. Se les puede hacer notar, por ejemplo, el impacto dramético que te: cl calor éel sol sobre los personajes y, en particular, lo que est sucediendo en este puebl Hl calor en “La siesta del martes” proporciona mucho més que una puesta en escena: en realidad se convierte en una de i fueraas que activan el cuento. El sol implacable, la dureza de la naturaleza, los hostiles alrededores rien contra la deter- ‘ninacién de una mujer Valiente cayo espirita no serd derro- tndo por las dficles circunstancias. La mujer impasible que viaje en un tren polvoriento y hiimedo sin quejarse, stlencio- esa misma que se enfrentaré mis tarde a la | poderoso hombre que intenta negarie el derecho dledepositar las flores que ha teaido para la tumba de su ssesinado, El cuento surge através de una serie de confronta~ srones en las que empezamos ainvolucrarnes emocionalmen- 68 te, en parte porque cad caullnesunuilers uy ee palo tele ote grat al interior del cuento nos van atrapando, ne one leaf en que surge la figura erecia y severa dela met toda vestkla de negro, contra los rays del so, prepara oe ginacion para responder a los dramaticos sucesos gus etaporveie ‘Lacapacidad dela mujer para desdefiarel pa Sires a tren que la lleva al pueblo también nos pre- par pan coments postin mientras permanece de pie y tin Ja tonal cadcomtocatinaars pray icnraraede ss operndponls ia to Be ee ‘calor, lanecesidad de ver- ¢ . En una sesién lees lieaiae Sano sete His iba a entregar los certificados de propiedad a ie an pagado pore oteen el barrio. Las tabtantes se an tavieron firmes; el propietario no se iba a r 2 nd stoners cupacién’ forzosa de la tierra oe el sooo en el curento se vuelve atin mas con- oes loy més volo y encuentra su exprsion en forma alco pas els uae del arin tumba ¥ inilics unefecto chocante cain dj ao algunas ocasiones, incluso intento ayudar a los participantes a sentir todo el drama de e i al ste momento sugiriéndoles que inten- conun ran clertas slo sorp: e produjo le sino que también destro: 2a, En real nadie se oftece como voluntario para hacerlo; mee 69 Ta maesiria del autor, sin embargo, enfatiza la palabra im- pronunciable y nos obliga 2 enfrentar el drama, poner en jue- {go nuestros propios recuerdos de violencia. Se da unentrams- do que produce una especie de revelacion: eltermino “ladréa pronunciado en ese momento por la madre es una acusacién. ‘En nuestra mente contrasta de inmediato con la palabra que habria sido normal pronunciar; “ladrén" de inmediato desen- cadena “hijo’, la palabra que habriamos experado que usara la madre; como restiltado, de inmediato viene a a mente todo tipo de asociaciones,y en este contexto Iadron” empieza asig- nificar lo contrario: un hombre que de alguna manera ha sido veacido por las circunstancias, un hombre que ha sido asesi- nado por ladrdn sin ninguna prueba del robo, un hombre cu- yatumba no tiene marca y queha sido enterrado como un cri- ‘minal sin ninguna investigacion judicial, un hombre que habia sido siempre un hijo carifioso y bueno y que esté ahora solo y egradado en la muerte. La palabra “ladrén,situada en la cl ima del cuento, en esta coyuntura particular, adquiere un po- der explosivo en cuanto surge en contrapunto con Ia palabra ij’, que era a esperada, El conteaste precipita una serie de poderosas imagenes y connotaciones y va mis allé de la his- toria, hasta la vida dela gente. ‘La ficei6n no sélo estimula la memoria a través de momen- tos draméticos, también tiene la habilidad de sacarla de sus mol- des congelados. La gente tiende a guardar ls episodios pasadlos ide su vida dentro de marcos determinados que se vuelven fijos, que terminan azchivados o que algunas veces se vuelven @ contar oa “recordar” en versiones convenientemente como- das, Un texto postiea puede sacidir repentinamente estas jigenes gastadasy tracrias de nuevo a la vida por medio de contrastes inesperados que destrozan los recuerdos escleré- ticos, "Ladron’ pronunciado por uns madre colombiana, qui- zis saque ¢ flote dudas sobre antiguas relaciones con nifios © eee ee amantes, Estas modificaciones que casi nos son impuestas por dl texto pueden ser confusas, dolorosas, sterradoras. Sin du- da, compartirlas con un grupo puede ser dificil, Pero el cuen- to ofrece ayuda, Mientras convoca fragmentos reprimidos, confusos y contflictivos de experiencias pasadas, tambien pro- porcione una manera'de entrentarlos. Una historia literaia, narrada por un escrito, no es nuestra vidas proporciona ura distancis que permite la discusién de temas sensibles y ofre- ceunz estructura manejable que organiza y vuelve asequibles estas nucvas intuiciones “amenazantes’, Somtbras, Un relato literario tiene una existencia propii areas de sombras residuales que ningiin intlgente ars, poramplio que sea, podré eliminar. Lasambigiedades y cier- to misteio seguirin velando algunos delos bordes de los per- sonajes y de la tramaListos aspects sin resolver recuerdan las inconclusas experiencias de la vida diargp. La resbalosa y eva- nescente cualidad de la ficcién perturba, pero al mismo tiem- po tienta nuestra imaginacién.’ ant atin escena de “La siesta del martes’, la madre re- a cualquier consejo sobre tener paciencia, sobre espe! al atardecer. En cambio, abandona la parroquia, con las Tees en la mano, para dirigirse al cementerio, donde intenta cum- plircon lumision y poner en la tumba de su hijo las flores que ha traido desde su casa. Cuando sale dela oscuridad dela pa- rroquia al sol deslumbrante, todo el mundo esti en las venta- nas observindola a ella, la madre del “ladrdn” Las calles, ge- neralmente desiertas a la hora de la siesta, se estremecen con | una multitud siniestra, ;Qué sugiere este final del cuento? {Qué significa? La gente del pueblo s6lo es curiosa? zEstin rellexio~ nando sobre la manera en que actuaron las autoridades del pue- blo? Se sienten culpables? ;Van a enfrentarse ala mujer la van a ayudar, o simplemente van a observar cémo cumple con su smisién? Las respuesta a estas preguntas nunca podran resol- ‘verse del todo y por lo general los participantes dan vuelta la al- ima pigina con la esperanza de encontrar una respuesta mas ‘clara. De hecho, la ambigiiedad provoca las fuertes reacciones cn el grupo, Mercedes, una participante puertorriquefia, rela- cionaba esta tiltima escena con la respuesta de Cristo, al enjui ‘ciamiento de la adiiltera: "Si hay alguno que no haya pecado, que tire la primera piedra’: Otros entendieron el final como Ja ilustracién del valor instintivo, casi animal, de una madre que esta dispuesia a defender a su hijo, sin importarlelo pa- ‘voroso que sea el enemigo. En Argentina, donde la trégica desaparicién de mucha gente joven durante los violentos anos del régimen militar ha quedado grabada para siempre en la memoria, la cruzada de la madre en “La siesta del martes” fue entendida como algo profundamente conmovedor. Al- gunos hablaron de la determinacién de las Madres de Plaza te Mayo, el grupo de mujeres argentinas que durante afios ian marchado para exigir justicia para los desaparecidos. Es- tos participantes del barrio habian sentido en carne propia Jo que significaba la violencia, Consideraron a la maltitud que observaba a la mujer inmensamente amenazante, pero entendicron la accién de la mujer a su propia manera: en- contrat la tumba de los muertos propios, encontrar el cadii- ver que le pertenece a uno es recuperar el control, significa sobreponerse ala violencia, restaurar la justicia femas. La ficcién propone temasa través de situaciones exis- tenciales. Los eventos se describen como algo vivido en el R mundo o quizés como algo visto en un suet actores que interpretan papeles complejos. Su representacié ; éndiferentes voces nos involucra en la medida en que segui- ss ypartcpamos de las complejidades de dives po cine eas. Difeentes opiniones aire su propa Ia discusi6n y la deliberacién surgen enseguida casi de forma natural. Pero este didlogo no puede convertirsecn Simpl ssn de enfietamiento orl conta aca dara csrctrar as cmociones yuna disciplinada refleion ». Los temas en los re igail ctv pars nosarosen a medida en que noaicelig ones con su desarrollo al interior del esquema dela ficein in un grupo, no sdlo vivimos los temas principales del cuenta, si. Be qu también jgamos con a sig, Un exo litera ‘ea iiss alana menses inequivocos, La incertidum- elanal critico: spre ec serrmn tentan diversas posibles interpretaciones, “ae En el cuento “Bn el fondo del cao hay un negsito’ ariba tmencinado a mujer qu vs en nsafieras alae aldesarro- lo tan que see dado en an Juan. Quins paripan en

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