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LUCERNAS
7. R. CEBRIÁN. Titulum fecit. Madrid, 2001.
8. L. BERROCAL y P. GARDES (EDS.). Entre Celtas e Iberos. Madrid, I. ANTIGÜEDADES
2001. I.1. CATÁLOGO DE EPIGRAFÍA:
9. A.J. LORRIO. Ercávica. Madrid, 2001. I.1.1. M. ALMAGRO-GORBEA, Epigrafía Prerromana. Madrid, 2003.
10. J. EDMONSON, T. NOGALES Y W. TRILLMICH. Imagen y memoria. I.1.2. JUAN MANUEL ABASCAL y HELENA GIMENO, Epigrafía Hispánica.
Monumentos funerarios con retratos en la colonia Augusta Emerita. Madrid, 2000.
Madrid, 2001. I.1.3. Epigrafía Cristiana, Medieval y Moderna (en proyecto).
11. N. VILLAVERDE, Tingitana en la antigüedad tardía (siglos III-VII). I.1.4. Epigrafía Hispano-Árabe (en preparación).
VIDRIOS
Madrid, 2001. I.1.5. J. CASANOVAS. Epigrafía Hebrea Madrid, 2005.
12. L. ABAD y F. SALA (EDS.), Poblamiento ibérico en el Bajo Segura.
I.2. CATÁLOGO DE ANTIGÜEDADES ESPAÑOLAS:
LUCERNAS - VIDRIOS
Madrid, 2001.
13. L. BERROCAL-RANGEL, P. MARTINEZ y C. RUIZ, El castiellu de Llagú I.2.1. M. A LMAGRO -G ORBEA ( ED .) Prehistoria. Antigüedades
(Latores, Oviedo). Un castro en los orígenes de Oviedo. Madrid, Españolas I. Madrid, 2004.
2002. I.2.2.1 J. MONTESINOS . Terra Sigillata (Antigüedades Romanas
14. M. TORRES, Tartessos. Madrid, 2002. I), Madrid, 2004.
15. J.C. OLIVARES. Los dioses de la Hispania céltica. Madrid, 2002. I.2.2.2-3. F. GERMÁN RODRÍGUEZ MARTÍN, Lucernas. EDUARDO
16. J. JIMÉNEZ, La toreútica orientalizante en la Península ibérica. ALONSO CEREZA, Vidrios Romanos (Antigüedades Romanas II),
Madrid, 2002. Madrid 2005.
17. J. SOLER. Cuevas de inhumación múltiple en la Comunidad Valenciana. I.2.3. J. A. EIROA. Catálogo de Antigüedades Medievales. Madrid,
Madrid, 2002.
18. G. ALFÖLDY y J.M. ABASCAL. El arco romano de Medinaceli, Madrid,
2002.
19. F. QUESADA y M. ZAMORA (EDS.). El caballo en la antigua Iberia,
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I.2.4. J. MAIER (ED.). Antigüedades de los siglos XVI a XX. Madrid,
2005.
I.3. CATÁLOGO DE ANTIGÜEDADES EXTRANJERAS:
Madrid, 2003. I.3.1. M. A LMAGRO -G ORBEA , C. B LASCO , M. T ORRES ET ALII .
20. T. MONEO. Religio Iberica. Santuarios, ritos y divinidades. Madrid, Antigüedades Orientales, Clásicas y Americanas (en preparación).
2003.
21. A. Mª N IVEAU . Las cerámicas gaditanas tipo “Kuass”, Madrid, II. MONEDAS Y MEDALLAS
2004.
22. G. SAVIO . Le uova di struzzo dipinte nella cultura punica. Madrid, II.1. MONEDAS ESPAÑOLAS:
2004. II.1.1. J. M. ABASCAL y P. P. RIPOLLÉS (EDS.) Monedas hispánicas.
23. L. ALCALÁ-Z AMORA. La necrópolis ibérica de Pozo Moro. Madrid, Madrid, 2000.
2004. II.1.2. A. CANTO, J. VICO y F. MARTIN. Monedas Visigodas. Madrid,
24. Mª. E. RODRÍGUEZ DE LA ESPERANZA. Metalurgia y metalúrgicos en 2002.
el Valle Medio del Ebro (c. 2900-1500 cal. A.C.), Madrid, 2005. II.1.3. A. CANTO, T. IBRAHIM y F. MARTÍN. Monedas Andalusíes.
25. A. LORRIO. Los Celtíberos (2ª ed). Madrid, 2005. Madrid, 2000.
26. M. ALMAGRO-GORBEA ET ALII. La necrópolis tartésica de Medellín. II. 1.4. J. CAYÓN ET ALII. Monedas Hispano-cristianas. Madrid,
Madrid (en preparación). 2005 (en preparación).
27. A. LORRIO. La Cultura de Qurénima. El Bronce Final en el Sureste II.2. MONEDAS EXTRANJERAS:
de la Península Ibérica. Madrid (en preparación). II.2.1. A. VICO. Monedas griegas (en prensa).
II.2.2.1. F. CHAVES Monedas de Roma. I, República. Madrid, 2005.
BIBLIOTHECA NUMISMATICA HISPANA II.2.2.2 M. ALMAGRO-GORBEA Y J.M. VIDAL, Monedas de Roma. II,
Alto Imperio (en preparación).
1. P. P. RIPOLLÉS. Monedas Hispánicas de la Bibliothèque nationale de II.2.2.3. A. C EPAS , Monedas de Roma. III, El siglo III (en
France. Madrid, 2005. preparación, Madrid, 2005).
2. F. MARTIN. El tesoro de Baena. Reflexiones sobre la circulación monetaria II.2.2.4. Monedas de Roma. IV, Bajo Imperio (en preparación).
omeya. Madrid, 2005. II.2.3. A. CANTO e I. RODRÍGUEZ CASANOVA. Monedas Bizantinas,
3. J. M. ABASCAL, Hallagos monetarios de La Alcudia de Elche, Madrid- Madrid, 2005.
Alicante (en preparación). II.2.4. A. CANTO ET ALII, Monedas Árabes de Oriente (en preparación)
II.2.5. Monedas Extranjeras Medievales y Modernas (en proyecto).
ANTIQUARIA HISPANICA II.2.6. Monedas Chinas (en proyecto)..
1. M. ALMAGRO-GORBEA (ED.), El Gabinete de Antigüedades de la Real II.3. MEDALLAS:
Academia de la Historia. Madrid, 1999. II.3.1. M. ALMAGRO-GORBEA, M. C. PÉREZ ALCORTA y T. MONEO.
2. J. M. ABASCAL, El P. Fidel Fita y su legado documental en la Real Medallas Españolas. Madrid, 2005.
Academia de la Historia. Madrid, 1999. II.3.2. J. GIMENO, Medallas Extranjeras (en preparación).
3. J. MAIER, Jorge Bonsor (1855-1930). Un académico correspondiente
de la Real Academia de la Historia y la Arqueología Española. Madrid, III. ESCULTURAS, CUADROS Y GRABADOS
1999. III.1. H. GONZÁLEZ. Catálogo de Pintura, Madrid, 2003.
4. G. MAYANS. Introductio ad veterum inscriptionum historiam litterariam III.2. Catálogo de Esculturas (en proyecto).
(editado por L. Abad y J.M. Abascal). Madrid, 1999. III.3. Catálogo de Grabados (en proyecto).
5. M. ALMAGRO-GORBEA ET ALII (Eds.), El Disco de Teodosio. Madrid, III.4. Catálogo de Fotografías (en proyecto).
2000.
6. J. MAIER. Epistolario de Jorge Bonsor (1886-1930). Madrid, 2000. IV. DOCUMENTACIÓN
7. F. AGUILAR PIÑAL. El académico Cándido Mª Trigueros (1736-1798).
Madrid, 2001. IV.1. Archivo del Gabinete de Antigüedades. Madrid, 1998.
8. A. DELGADO, Estudios de numismática arábigo-hispana (editado por IV.2. Archivo del Numario, Madrid, 2004.
A. Canto y T. Ibrahim). Madrid, 2001. IV.3. Archivo de la Colección de Pintura y Escultura. Madrid, 2002.
9. J. B ELTRÁN y J. R. L ÓPEZ ( ED .). El museo Cordobés de Pedro IV.4. Archivo de la Comisión de Antigüedades
Leonardo de Villacevallos. Madrid, 2003. IV.4.1. Madrid. Madrid, 1998.
10. J. M IRANDA , Aureliano Fernández Guerra (1816-1894). Un IV.4.2. Aragón. Madrid, 1999.
romántico, escritor y anticuario. Madrid, 2005. IV.4.3. Castilla–La Mancha. Madrid, 1999.
11. J. MARTÍNEZ PINNA, Mommsen y España. Madrid-Málaga, 2005. IV.4.4. Cantabria. País Vasco. Navarra. La Rioja. Madrid, 1999.
IV.4.5. Galicia. Asturias Madrid, 2000.
IV.4.6. Extremadura. Madrid, 2000.
OTRAS PUBLICACIONES IV.4.7. Andalucía. Madrid, 2000.
IV.4.8. Cataluña. Madrid, 2000.
M. A LMAGRO -G ORBEA y J. M. A BASCAL . Segóbriga y su conjunto IV.4.9. Castilla-León. Madrid, 2000.
arqueológico. Madrid, 1999. IV.4.10. Valencia. Murcia. Madrid, 2001.
J. M. ABASCAL, M. ALMAGRO-GORBEA y ROSARIO CEBRIÁN. Segóbriga. IV.4.11. Baleares. Canarias. Ceuta y Melilla. Extranjero. Madrid,
Guía del Parque Arqueológico. Madrid, 2003 (2ª ed. 2004). 2001.
Tesoros de la Real Academia de la Historia. Madrid, 2001. IV.4.12. Documentación General. Madrid, 2002.
A. RUMEU DE ARMAS, La Real Academia de la Historia. Madrid, 2001. ISBN 84 - 95983 - 66 - 4 IV.4.13. Antigüedades e Inscripciones 1748-1845. Madrid, 2002.
IV.4.14. 250 Años de Arqueología y Patrimonio. Estudio general e
PEDIDOS: MADRID índices. Madrid, 2003.
V.5. Noticias de Antigüedades en las Actas de Sesiones
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA 5.1. Actas de Sesiones 1738-1791 (en preparación).
León, 21 • 28014 Madrid 5.2. Actas de Sesiones 1792-1833. Madrid, 2004.
Fax: (34) - 91 369 46 36 5.3. Actas de Sesiones 1833-1868 (en preparación).
E-mail: publicaciones.rah@insde.es 5.4. Actas de Sesiones 1869-2000 (en preparación).
lucernas
vidrios
RODRÍGUEZ MARTÍN, F. Germán
Lucernas / por F. Germán Rodríguez Martín. Vidrios / Eduardo Alonso Cereza. — Ma-
drid: Real Academia de la Historia, 2005. — 280 p., il. ; 30 cm. — (Publicaciones del
Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia. Antigüedades Romanas
2 y 3).
Precede al tít.: Real Academia de la Historia. Catálogo del Gabinete de Antigüedades.
D.L. M. 38.364-2005. — ISBN 84-95983-66-4.
1. LUCERNAS ROMANAS - Real Academia de la Historia (España) - Gabinete de Anti-
güedades - Catálogos.
2. VIDRIO ROMANO - Real Academia de la Historia (España) - Gabinete de Antigüe-
dades - Catálogos.
I. Alonso Cereza, Eduardo. II. Real Academia de la Historia, ed. III. Título. IV. Serie.
CDU: 738.032(37):069.538(460.27 M)
CDU: 748.032(37):069.538(460.27 M)
Portada: Lucerna romana (Catálogo n.o 15) y vaso de vidrio (Catálogo n.o 2) de la Real Academia de la
Historia.
LUCERNAS
ANTIGÜEDADES ROMANAS 2
por
F. GERMÁN RODRÍGUEZ MARTÍN
VIDRIOS
ANTIGÜEDADES ROMANAS 3
por
EDUARDO ALONSO CEREZA
MADRID
2005
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
COMISIÓN DE ANTIGÜEDADES
Presidente: Excmo. Sr. D. José M.a Blázquez Martínez
Vocales: Excmos. Sres. D. José M. Pita Andrade, D. Martín Almagro Gorbea
y D. Francisco Rodríguez Adrados
CATÁLOGO
DEL
GABINETE DE ANTIGÜEDADES
editado por
Martín Almagro-Gorbea
I. ANTIGÜEDADES
2.2. ANTIGÜEDADES ROMANAS Y VISIGODAS
2. LUCERNAS
3. VIDRIOS
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 15
BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 53
ABREVIATURAS .......................................................................................................................... 53
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................... 55
CATÁLOGO ............................................................................................................................. 73
7
ÍNDICE GENERAL
8
PRESENTACIÓN
Este volumen, que aquí tengo la satisfacción de presentar, constituye un nuevo paso en la
publicación del Catálogo de Antigüedades de la Real Academia de la Historia. Esta centenaria
Institución ha asumido esa ambiciosa empresa durante estos últimos años para cumplimentar lo
que prescriben sus Estatutos, a fin de dar a conocer todos los objetos reunidos en su Colección de
Antigüedades. Dicha colección, de muy variado contenido, se inició en el siglo XVIII con el propósito
de estudiar y conservar los objetos de cultura material, antes denominados «antigüedades» y hoy
«objetos arqueológicos», que complementaran la documentación escrita, siempre con el espíritu de
servir al estudio y mejor conocimiento de la Historia de España, conforme indican sus Estatutos
fundacionales.
Dentro de esta colección, lógicamente variada, las Antigüedades Españolas representan, como
es lógico, la sección más numerosa e importante del Catálogo del Gabinete de Antigüedades.
Aunque el estudio de las Antigüedades Romanas ya se había iniciado hace aproximadamente un
año gracias al magnífico volumen dedicado a la Terra Sigillata, llevado a cabo por el Prof. Josep
Montesinos i Martínez, este nuevo volumen prosigue esa labor con no menor acierto. Está dedicado
a otros dos campos esenciales de las artes industriales romanas, las Lucernas, que conforman el
apartado de las Antigüedades Romanas 2, y los Vidrios, que constituye el apartado de Antigüedades
Romanas 3 de la serie.
En consecuencia, este volumen, en realidad, reúne dos catálogos, hecho que puede causar cierta
extrañeza al lector. El motivo ha sido publicar conjuntamente dos colecciones que están formadas
por un número de objetos reducido, aunque alguna de las piezas sea de particular interés, al
margen del que cada una de ellas deba ser considerada como documento arqueológico y, en su
conjunto, como documentación historiográfica de una de las colecciones más significativas de la
Arqueología Española.
9
PRESENTACIÓN
Como Académico Anticuario y como arqueólogo, es una satisfacción ver, gracias a estos
trabajos, cómo prosigue una vez más la valiosa labor de publicación de la Colección de
Antigüedades de la Real Academia de la Historia. Las importantes aportaciones científicas que
suponen ambos catálogos, que aquí tengo el gusto de presentar, aún se enriquecen, como ya he
señalado, por su valor historiográfico, lo que aumenta su significado dentro del Patrimonio
Arqueológico de España. Pero, además, es digno de resaltar que ambos trabajos, junto a su interés
como aportaciones científicas y culturales, suponen un ejemplo fehaciente y pionero de «voluntariado
cultural» en estos campos, por lo que la Real Academia de la Historia, institución única en tantos
aspectos dentro del rico panorama cultural español, representa una vez más en la actualidad un
ejemplo de renovado dinamismo al servicio de nuestro Patrimonio Histórico y un ejemplo a seguir
en estas nuevas tendencias que tanto pueden contribuir a valorarlo entre todos.
Para concluir, sólo me queda expresar mi sincera felicitación personal a los autores por su
magnífico trabajo y, al mismo tiempo, explicitar públicamente el justo reconocimiento de la Real
Academia de la Historia por su generosa y ejemplar contribución a esta singular y ardua empresa
de estudiar, publicar y valorar su Colección de Antigüedades.
10
LUCERNAS
ANTIGÜEDADES ROMANAS 2
por
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 15
BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 53
ABREVIATURAS .......................................................................................................................... 53
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................... 55
CATÁLOGO ............................................................................................................................. 73
13
LUCERNAS
INTRODUCCIÓN
15
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Arte que posee la Real Academia de la Historia». Actualmente, cuenta con un catálogo informatizado
de los objetos depositados, en el que se recogen los datos más significativos de los mismos:
características técnicas, medidas, cronología, bibliografía de esa pieza, en el caso de haber sido
publicada, y el lugar de procedencia.
* * *
Antes de iniciar el Catálogo propiamente dicho, parece conveniente hacer algunas reflexiones
sobre el conjunto de las lámparas analizadas, resaltando los aspectos más significativos.
En primer lugar, hay que señalar que algunas piezas, al menos 15, que representan un 17 %
(fig. 1), han sido elaboradas en talleres hispanos. Pese a desconocer su procedencia, este plan-
teamiento se ha basado fundamentalmente en las características que presentan las pastas. De este
modo vemos que las principales zonas de origen son el área campano-lacial, la zona del Ebro y
el valle del Guadalquivir. Los talleres lusitanos se encuentran representados de manera testimo-
nial por dos o tres piezas. La mayor proporción corresponde a la provincia romana de la Tarra-
conense; cuestión que resulta evidente ya que algunas de las lucernas cuya procedencia nos es
conocida fueron donaciones de miembros de la Academia con cargo de inspector en las
excavaciones de Tarragona, como es el caso del Sr. D. Buenaventura Hernández Sanahuja.
16
LUCERNAS
un afán de retocar la obra —de forma burda—, han llegado a eliminar algunos de los elementos
característicos de este modelo, sin que podamos afirmar que se trate de una forma evolucionada
o de tránsito, sino más bien como consecuencia de una mala ejecución. Este es el caso de los
extremos de la aletas laterales que apoyan en el infundibulum, que han desaparecido totalmente
o, algo quizás más común, el atrofiamiento de dichas aletas, que ahora aparecen a la altura de
la orla de forma sinuosa, incluso en algunos casos son prácticamente inexistentes.
En conjunto, la colección de lucernas de la Real Academia de la Historia, como es normal,
cuenta con piezas significativas, pero únicamente a nivel representativo. Tal es el caso de las
lámparas de tradición Helenística, como las Howland 41, las Broneer XVI y XVII, las Walters 54
y 56 o la Ricci E, de las que tan sólo contamos con un ejemplar. Las lucernas de época repu-
blicana, a parte de estar bien representadas en las formas Dressel 1, 2, 3 y 4, nos encontrarnos
con modelos poco usuales, como los derivados de la Dressel 2-3 (Tiegellampen) o de la Dressel
3-4; estos prototipos pudieron ser, tal vez, experimentales, ya que, por el momento, son poco
conocidos y se trata de modelos que indican esa evolución de la primitiva forma hacia el patrón
definitivo. Resulta significativo que la forma Dressel 3-4 sea un ejemplar que ha tomado referen-
tes de la Dressel 3 y de la 4, pero que nos da la impresión anticipa lo que con posterioridad va
derivar en la Dressel 9.
El volumen más abundante de lucernas lo encontramos entre los tipos imperiales, tanto de
volutas como de disco, algo lógico en la mayoría de las colecciones lychnológicas. Las formas
más representadas serán las derivadas de la Dressel 3 y las Deneauve VA y VIIA. Nuevamente,
hay que hacer hincapié en que el modelo hispano no se debe entender como una variable sig-
nificativa, ya que corresponde a un bloque de piezas que debieron recogerse en un alfar, pero
que no es la tónica general dentro del repertorio lucernario de la Península Ibérica. El resto de
las formas aparecen de manera representativa, contando con piezas que no han sido halladas en
Hispania, como el asa decorada con escena pastoril de la Dressel 12, donada a la Real Academia
de la Historia por D. Pascual de Gayangos como procedente de Palestina. Otras lucernas resul-
tan, tal vez, exóticas debido al ínfimo número que nos ha llegado dentro del panorama hispano;
nos referimos a las lucernas del tipo «rana». Son lámparas salidas de los talleres egipcios, cuya
área de expansión se limita fundamentalmente a esa zona y al sur de la Península Itálica.
Si abordamos el tema de los talleres, podemos resumir que el mayor número proceden de
Italia, seguidos de África e Hispania. Dentro de la primera citada, nos encontramos con los alfa-
reros Clodivs Helianvs, Myro, Lucio Marmivs o Fortis. Los talleres africanos están representados
por Caivs Ivnivs Dracvs, Nini y Qvinto Sempronivs. Los hispanos muestran un repertorio de se-
llos con iniciales, propios de los talleres Béticos, cuyo significado desconocemos, como son: CSE,
MCS, T (con círculos en los extreos), P, y hoja acorazonada. Las marcas republicanas se reducen
a círculos incisos o al típico numeral. Extraña nos resulta, por su lejanía, la marca de un alfarero
griego como es EPMIANO (Ermiano). Una de las lámparas cuya marca presenta una grafía ibéri-
ca, la hemos incluido en el catálogo con muchas dudas de su autenticidad, ya que a parte de
las características técnicas de la pieza, el extraño tipo de barniz, los retoques, etc., está el hecho,
hasta ahora totalmente desconocido para estas fechas, que se plasme este tipo de letras ibéricas
en una lámpara de cronología tan tardía (siglo II d.C); siendo el único caso que nosotros cono-
cemos (vése lo dicho en el Comentario del Catálogo de esta pieza nº 54).
Para terminar, las representaciones del disco son variadas, abarcando varios aspectos de los
repertorios decorativos de las lucernas: deidades mayores, como Júpiter, Mercurio; dioses meno-
res, como Fortuna, Isis, Eros, o héroes como Hércules. Dentro de este muestrario, aunque repre-
sentados en una sola ocasión, se recogen temas variados y usuales como las escenas de anfitea-
tro, con las consabidas luchas de gladiadores, las representaciones de animales: ciervo, liebre,
oso, león atacando a un ciervo, o las escenas florales con las típicas margaritas de diversos pé-
talos. La venera, será, como es lógico por el discurso que venimos exponiendo, el motivo más
tratado.
17
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
El marco cronológico que abarca la colección es relativamente muy amplio, desde la lucerna
griega del siglo VI a. C., que se ha recogido en un Apéndice, hasta ejemplares de los siglos V-
VI d. C., pero, como es lógico, el mayor volumen corresponde a los siglos I-III d. C.
* * *
A la hora de elaborar este catálogo hemos divido el manuscrito en dos partes. En la primera
se aborda de forma individualizada el estudio tipológico, decorativo y marcas de taller. Como
elemento en común de todos los campos está el número de inventario, que permite agilizar su
identificación en cualquier momento. A partir de aquí, cada apartado se centra en el aspecto a
tratar. En el campo tipológíco, se analizarán de manera pormenorizada: la descripción, en el que
se relata las características formales de la pieza, y su cronología. En este último campo debemos
tener muy presente que desconocemos la procedencia de la mayoría de las piezas, y de las que
está atestiguado su origen, no nos ha llegado la secuencia estratigráfica donde apareció, con lo
que las fechas que se le asignan están en función de la otorgada a cada modelo por los distin-
tos especialistas. Respecto a los motivos decorativos, los campos principales serán: la descripción
iconográfica, los paralelos, la marca del alfarero —si nos ha llegado—, y la cronología, siempre
en base a la forma de la pieza. Por último, en el estudio de las marcas, nos centramos en el
tipo de sello (como está realizado), el taller u oficina, su área de dispersión, es decir, por donde
se ha distribuido, y la cronología.
En la segunda parte, se recogen todas las piezas lychnológicas que componen esta colección,
en una ficha individualizada en la que se incluyen todos los campos tratados con anterioridad.
Dicho registro incluye, a parte de la fotografía de la lámpara y el número de inventario general,
entre otros campos:
Procedencia: Lugar del hallazgo. En el caso de donación, y de que no se conozca su origen,
se añade en nota a pie de página el nombre de los donantes.
Tipología: Clasificación formal en base a las diversas tablas al uso.
Descripción: Explicación de las características formales conservadas.
Material: Características de la composición de las pastas y engobes.
Decoración del Disco: Descripción de los elementos figurativos representados en ese lugar.
Marcas de alfarero: Nombre de la oficina o del ceramista.
Taller: Referencia a la ubicación e historia del alfar, formas de aparición del nombre en otras
piezas, etc.
Área de dispersión de la marca: Lugares donde se recoge la estampilla.
Cronología: Fecha asignada a la pieza en base a la forma en que aparece.
Paralelos: Aquí se citan los lugares donde se ha encontrado el mismo motivo decorativo.
Dentro de esta ficha se recogen, además, los campos referentes al resto de las partes que
componen la pieza: molduras, margo, asa y base.
* * *
Para terminar, agradecer la ayuda prestada y las facilidades dadas a Dña. Eva Mesas, secretaria
del Gabinete de Antigüedades, quien puso a nuestra disposición todo cuanto necesitábamos para
acceder a los archivos y facilitar el estudio físico de las piezas. Especialmente al profesor Dr. D.
Martín Almagro, quien, en esa labor encomiable que está llevando a cabo por dar a conocer los
fondos de esa Institución, nos animó y alentó en todo momento para que acometiéramos el estudio
de las lámparas que ahora presentamos.
18
LUCERNAS
CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA
1. HOWLAND 41
2. BRONEER XVI
N.o de Catálogo: 1.
Tipología: Broneer XVI.
Descripción: Lucerna de cuerpo bicónico, piquera tipo schnauze, asa anular robusta, orla hundida hacia
el interior y base plana.
Cronología: Broneer3: siglo IV-I a. C.
3. BRONEER XVII
N.o de Catálogo: 2.
Tipología: Broneer XVII; Walters 19; Ricci C.; Heres II, grupo 11 Späthellenistich.
Descripción: Lucerna tardorepublicana4 a la que le falta parte de la pica. Lámpara de cuerpo trococónico
muy achatado, casi lenticular. Orla amplia, ligeramente arqueada, y caída hacia el interior. El rostrum,
poco alargado, amplio y robusto, remata en forma redondeada con un amplio orificio de iluminación.
Se observan restos de espatulado en el contorno del infundibulum. La base es plana, sin pie.
Cronología: Broneer5, Bovón6 y Ricci7: Siglo II-I a. C.; Bailey8: III-II a. C.
2
BAILEY, 1975, pág. 96, Q152, lám. 28 (Procede de Éfeso).
3
BRONEER, 1930, pág. 28, n.o 851.
4
Lucerna derivada de un modelo griego que Walters (1914) y Ricci (1973-1974) fechan en los siglos V-IV a.C.
5
BRONEER, 1930, pág. 157, fig. 82.
6
BOVON, 1966, pág. 30, n.o 187.
7
RICCI, 1973-1974, pág. 213.
8
BAYLEY, 1975, 1975, pág. 75, Q121, lám. 24 (Procede de Crimea).
19
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
4. WALTERS 54
N.o de Catálogo: 3.
Tipología: Walters 54; Bruneau, grupo I de Delos; Broneer XIX.
Descripción: Lucerna de época helenística. Se las suele conocer como lámparas de Éfeso. Cuerpo bicónico,
que se prolonga mediante un rostrum alargado, en forma de tubo doblado, que termina en punta de
lanza. Los bordes son vivos y netos, algo usual en un pico moldeado en dos partes. El asa, trabajada
aparte, ha sido adherida al hombro de la lámpara, mediante barbotina, después del moldeado.
Cronología: Lyon-Caen-Hoff9: siglo IV-III a. C.; Hübinger10: III-I a. C. Howland11: 96 a. C.-15 d. C. Bailey12:
último cuarto del siglo II – segunda parte del siglo I a. C. Oziol13 en Salamina de Chipre las fecha en
el siglo I a. C.
5. WALTERS 56
N.o de Catálogo: 4.
Tipología: Walters 56, Howland 40 A.
Descripción: Lámpara a molde, de perfil biconvexo, lados rectilíneos y hombro convexo. Agujero de
alimentación en el centro del disco. Pica ancha y corta terminada en forma de ancla. Base amplia, en
relieve, plana y con botón central. Asa anular elevada que nace en el infundibulum y remata, entre la
orla y parte del disco, con un anillo transversal de forma rectangular, a la altura de la margo. Este
modelo se conoce con el nombre lámparas cnidienses.
Cronología: Pavolini14 la fecha entre el 150 -50 a. C. Walters data este tipo de lucernas entre el siglo IV
y el III a. C. Carolis15: La producción termina a principios del siglo I d. C. Lyon. Caen16: segunda mitad
del siglo II d. C., y primer cuarto del siglo I d. C. Palol17: Siglo III-II a. C. Bailey18: II d. C. - primer
cuarto del siglo I a. C. Robinson19: Principios del I a. C. Bruneau: último cuarto del II a. C. – primer
cuarto del I a. C. Oziol20: Segunda mitad del siglo II a. C. - primer cuarto siglo I a. C.
5. RICCI E
N.o de Catálogo: 5.
Tipología: Ricci E.
Descripción: Lucerna de aspecto tosco. Cuerpo bicóncavo, con rostrum amplio y robusto que remata en
piquera triangular apuntada, con amplio orificio de iluminación. El disco ha desaparecido, estando ocu-
pado su lugar por un gran orificio de alimentación. La orla es muy amplia de perfil convexo. El asa,
decorada con dos incisiones, se ha colocado, una vez terminada la pieza, entre el infundíbulum y la
orla, a la altura del orificio de alimentación. La base es plana, en la que se aprecian perfectamente las
huellas del torno del alfarero.
Cronología: Bailey21, Ricci22 y Bernal23: Final del siglo II a. C. - primera mitad del siglo I a. C.
9
LYON-CAEN-HOFF, 1986, pág. 50.
10
HÜBINGER, 1993, pág. 47
11
HOWLAND, 1958, pág. 43.
12
BAILEY, 1975, 1975, pág. 99 (Efeso).
13
OZIOL, 1977, pág. 61.
14
PAVOLINI, 1990 pág. 101-102.
15
CAROLIS , 1988, pág. 7.
16
LYON-CAEN-HOFF, 1986, pág. 48.
17
PALOL, 1948-49, pág. 241. Lucerna helenística.
18
BAILEY, 1975, pág. 135. Q332-342, lám. 64.
19
ROBINSON, 1959, pág. 23.
20
OZIOL, 1977, pág. 48.
21
BAILEY , 1975, pág 72, Q117, lám. 22 (procede de Laconia).
22
RICCI, 1973-1974, pág. 216.
23
BERNAL, 1993, pág. 101.
20
LUCERNAS
II - LUCERNAS TARDORREPUBLICANAS
1. DRESSEL 1
N.o de Catálogo: 6.
Tipología: Dressel 1; Deneauve I.
Descripción: Lucerna, realizada a molde, de cuerpo circular con la característica aleta, rostrum alargado
con piquera semirrectangular que remata en orificio de iluminación amplio. Orla ancha de perfil con-
vexo, con decoración de tipo geométrico. El disco, desaparecido en beneficio de un gran orificio de
alimentación, está separado de la margo por una moldura en relieve. El asa, tipo anular, descansa en la
orla. La base es plana.
Cronología: 150 a. C. – fin período republicano. Bailey24: II a. C.
2. DRESSEL 2A (Delfiniforme)
N.o de Catálogo: 7.
Tipología: Dressel 2 A (Tipo delfiniforme).
Descripción: Lucerna hecha a molde, de cuerpo circular, con la característica aleta lateral que le da nom-
bre a este modelo (Delfiniforme); en este tipo más estilizada que la Dressel 1. Rostrum corto terminado en
forma de yunque. Orla prácticamente inexistente separada del disco por una moldura bien marcada. Disco
en este caso decorado, lleva en el centro el orificio de alimentación. El asa, de tipo anular fina, está situa-
da entre la confluencia del reservorio y la orla, y el disco.
Marca: Cuatro círculos.
Cronología: Tercer cuarto del siglo I a. C. - época de Augusto. Hübinger25: Siglo I a. C.
N.o de Catálogo: 8.
Tipología: Variante de las formas: Dressel 2-3; Palol 2 B.
Descripción: Lucerna tardorrepublicana, realizada a molde. Cuerpo tipo Dressel 3, sin las aletas laterales,
y pica en forma de yunque característica de la Dressel 2. En este caso con la particularidad de contar
con una pequeña protuberancia en el centro externo de la boca, y un amplio orificio de iluminación.
Asa anular lisa, situada en la unión entre el infundibulum y la orla. La base es plana. Nos encontra-
mos, por tanto, con una lucerna que debe situarse en una fase intermedia entre ambas, que culminará
en la forma Dressel 4 (vogelkopflampen).
Cronología: Palol26 fecha una pieza que guarda cierta similitud a finales de Augusto. Beltrán27, entre el
segundo tercio del siglo I a. C. y la época de Augusto. Grassi28 coloca el inicio de la producción hacia
la mitad del siglo I a. C.
4. DRESSEL 3
24
BAILEY, 1975, Pág. 80, Q130, lám. 26.
25
HÜBINGER, 1993, pág. 58.
26
PALOL, 1948-49, pág. 243.
27
BELTRÁN, 1990, pág. 264.
28
GRASSI, 2003, pág. 100.
21
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Cronología: Carolis29: Siglo I a. C. - época Augustea; Fernández Chicarro: época Augustea30; Palol31: Au-
gusto-Tiberio; Bernal32: I a. C. Deneave33: I a. C. Agraz et alli34: Segundo tercio del siglo I a. C. y época
Augustea. Bailey35; Segunda mitad del siglo I a. C.
5. VARIANTE DRESSEL 3
6. DRESSEL-LAMBOGLIA 4 (Vogelkopflampe);
29
CAROLIS, 1988 pág. 15.
30
FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 67. n.o 21.
31
PALOL, 1948-49, pág. 235, fig. 101, n.o 9.
32
BERNAL, 1993, pág. 111.
33
DENEAUVE, 1969, pág. 105, lám. XXXIV, n.o 276. Los alerones laterales son una supervivencia de las lámparas helenísticas, a veces peque-
ñas y de forma triangular.
34
AGRAZ, 1993, pág. 93.
35
BAILEY, 1975, pág. 343.
36
HÜBINGER, 1993, pág. 62.
37
RICCI, 1973-1974, pág. 205.
38
PAVOLINI, 1980, pág. 48; ID. 1982, pág. 147.
39
MENZEL, 1969, pág. 24.
40
MORILLO, 1999, pág. 49. Para el estudio más completo sobre las Vogelkopflamp en general, y en particular en la Península Ibérica, ver, en
este mismo autor, las págs. 46-55.
22
LUCERNAS
que se van a desarrollar a partir de la Dressel 9. Éstas, en la pieza que nos ocupa, aparecen ligeramen-
te señaladas entre el disco y el rostrum, y más marcadas hacia el infundibulum, como ocurre en las
Dressel 9 o en la 11.
Lucerna incompleta a la que le falta el asa y parte de la pica.
Marca: Realizada a molde. Incisa, numeral IV con remates punteados.
Cronología: Hübinger 41fecha una pieza que guarda ciertas similitudes con esta en la segunda mitad del
siglo I a. C. Bailey42: segunda mitad del siglo I a. C. Atendiendo a las características tipológicas, creemos
que esta pieza de temática nilótica en cuanto a su decoración, así como por las características de la
pasta y el barniz, de tendencia claramente tardohelenístico, hacen que este modelo se sitúe en época
Cesariana-Augustea.
1. DRESSEL-LAMBOGLIA 9B
2. DRESSEL-LAMBOGLIA 9C
41
HÜBINGER, 1993, pág. 65, lám 13, n.o 109-110. Muy similar en el rostrum, al que le faltan los inicios de las volutas,; el disco también está
decorado. Lleva la marca N en la base.
42
BAILEY, 1975, pág. 343, Q724, lám. 134. Pieza similar en cuanto a la forma, al asa y al disco, a la que le falta los inicios de las volutas.
43
LOESCHCKE, 1919, pág. 30.
44
GOETHERT, 1985, pág. 38. Con la misma forma (Loeschcke I B).
45
BAILEY, 1975, pág. 135-136.
46
BRONEER, 1930, pág. 78.
47
SZENTLÉLEKY, 1969, pág. 71.
48
DENEAUVE, 1969, pág. 108.
49
DENEAUVE, 1969, pág. 108.
50
LOESCHCKE, 1919, pág. 217-218.
51
BAILEY , 1980, pág 152.
52
PALOL, 1948-49, pág. 245.
53
MENZEL , 1969, pág. 30. SZENTLÉLEKY, 1969, pág. 71.
54
BERGES, 1989, págs. 39-40.
55
OLCINA, 1990, pág. 26 ss.
23
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
3. DENEAUVE VA
4. DRESSEL 12
4.1. ASA PLÁSTICA DE FORMA TRIANGULAR
5. DENEAUVE VG
56
LOESCHCKE, 1919, pág. 225.
57
DENEAUVE, 1969, pág. 126. PALOL, 1948-49, pág. 237. MENZEL , 1969, pág. 38. BELTRÁN, 1966, pág. 80.
58
BAILEY, 1980, pág. 154 ss.
59
SZENTLÉLEKY, 1969, pág. 79.
60
BERGÉS, 1989, pág. 40.
61
OLCINA , 1990, pág. 29 ss.
62
FERREIRA QUINTEIRA, 1979, pág. 5.
63
BAILEY, 1980, pág. 105.
64
PALOL, 1948-49, pág. 237.
65
DENEAUVE, 1969, pág. 145.
66
PONSICH, 1961, pág. 33
67
BERGES, 1989, pág. 42.
68
LAUFER , 1980, pág. 43. OLCINA, 1990, pág. 42. FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 97.
69
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, pág, 20.
70
ALARCÃO-PONTE, 1976, pág. 96.
71
AMARÉ, 1984, pág. 77.
72
DENEAUVE, 1969, pág. 158.
73
MENZEL, 1969, pág. 46. SZENTLÉLEKY, 1969, pág. 54-55.
74
FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 62.
75
LÓPEZ RODRÍGUEZ , 1981, pág. 21.
76
BELCHIOR, 1969, pág. 24.
24
LUCERNAS
te77: Flavios - Trajano. Bergès78: 45 - 60 d. C. Amaré79: Aparece con Tiberio - hasta finales del siglo I d.
C. Más frecuente en la 1.a mitad. En los talleres emeritenses comienza su producción a mediados del
siglo I d. C. para prolongarse hasta la primera mitad del siglo II d. C.80
IV - LUCERNAS PLÁSTICAS
1. EN FORMA DE PIÑA
77
ALARCÃO - PONTE, 1976, 99.
78
BERGES, 1989, 16.
79
AMARÉ, 1984, 16.
80
RODRÍGUEZ MARTÍN, 2002, pág. 30-31. Tienen un segundo momento álgido en la primera mitad del siglo II d. C., sobre todo en el taller
de GES.
81
HÜBINGER, 1993, pág. 83.
82
BAILEY , 1980, pág. 389, «las lucernas en forma de piña, en bronce, eran populares desde finales del siglo I d. C. en adelante».
83
Si bien los modelos broncíneos son los inmediatos predecesores, al igual que ocurre con otras representaciones plásticas, también se van
a realizar en cerámica desde los primeros momentos. Así vemos este mismo tipo con la pica de la forma Deneauve VA en Jerasa (Jordania),
aunque la más utilizada a tenor de los restos que conocemos, es la de canal, Loeschcke X, realizadas a finales del siglo II o durante la
primera mitad del siglo III d. C., por los alfareros centroitálicos Crispinus o Passerius Augurinos. Sin embargo, los ejemplares conservados
en el Museo Británico, son fechados por Bailey en el siglo IV o inicios del V d. C., lo que avala una larga pervivencia para el modelo
que sigue, en concreto, el rostrum tipo Loeschcke X.
25
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
2. DERIVADAS DE LA DRESSEL 3
N.o de Catálogo: 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39 y 40.
Tipología: Sotomayor D-I85; Derivada de la Dressel 3, Deneauve III, Ponsich I C,
Descripción: Lucerna de cuerpo troncocónico de paredes altas y rectas, con dos aletas laterales coloca-
das a la altura de la unión del reservorio con la orla, bien en forma de lazo, bien como asideras rec-
tangulares, A ambos lados de la piquera se sitúan las curvas de volutas en relieve. En algunas piezas,
como la n.o 1208-13, de este mismo taller, los alerones laterales colocados a la altura del infundíbulum,
han desaparecido totalmente. El disco es cóncavo, suele estar decorado, en su gran mayoría, por una
venera cuyos gallones parten de la charnela situada a la altura del orificio de alimentación. Sin embar-
go, también lo encontramos con una figura tipo flor, cuyas líneas de hojas parten del centro del disco,
donde se localiza el orificio de alimentación. La orla es estrecha y horizontal, separada del disco por
una o dos molduras, y la base suele ser anular.
Marca: Hoja de hiedra acorazonada, en relieve, colocada en la base (2); CSE; P; T con círculos en los
extremos, MCS.
Cronología: Rodríguez Neila86: Final de la República comienzos del Imperio. Sotomayor87: Inicios del siglo
I d. C. López Rodríguez y Amaré Tafalla88: Julio-Claudia - pervive hasta época Flavia. En el testar de la
calle Constantino de Mérida aparece con material que se fecha entre Claudio-Nerón y Vespasiano88a.
VI - LUCERNAS DE DISCO
1. DRESSEL 17
26
LUCERNAS
2. DENEAUVE VIIA
N.o de Catálogo: 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 52, 53 y 91.
Tipología: Deneauve VII A; Palol 11 A; Ponsich III B 1; Loeschcke VIII; Bailey O (grupo II) y P (grupo
I-II) Dressel-Lamboglia 20; Alarcão-Ponte, B II 3.
Descripción: Lucerna de aspecto ovalado, con cuerpo circular, de sección troncocónica, compacto y piquera
apuntada. Disco ligeramente cóncavo, está separado de la orla por molduras. Abundan más en esta co-
lección los que carecen de decoración, aunque los hay con motivo floral y animal. La orla suele ser an-
cha, lisa e inclinada al exterior. La piquera, corta y redondeada, está definida por una línea recta delimi-
tada en sus extremos por dos puntos incisos. El asa de disco, elevada y maciza, arranca del reservorio y
descansa en la margo. La base es plana.
Marca: CIVNDRAC; In planta pedis (2); ANI; L.MARMI; CEL-C.
Cronología: Szentléleky93: Mitad del siglo I d. C. Palol94: Siglo II d. C. Ponsich95:: Aparece a partir de
Claudio o Nerón. Belchior96: Inicios de la 2.a mitad del siglo I y continúa durante la 1.a mitad del II d.
C. Olcina97: Finales del siglo I d. C. y principios del I d. C. Bisi Ingrasia98: Siglo I d. C. Bergès99: 40 -
110. Más frecuente entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke y Deneauve100: Comienzos de la 2.a mitad
del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del siglo I d. C. Bailey101:
Flavio - Antoninos.
3. DENEAUVE VIIIA
4. DENEAUVE VIIIB
93
SZENTLÉLEKY , 1969, pág. 101.
94
PALOL, 1948-49, pág. 237.
95
PONSICH, 1961, pág. 34.
96
BELCHIOR, 1969, pág. 53.
97
OLCINA , 1990, pág. 54.
98
BISI, 1977, pág. 89.
99
BERGÉS, 1989, pág. 46.
100
LOESCHCKE, 1919, pág. 239. DENEAUVE, 1969, pág. 165.
101
BAILEY, 1980, pág. 331.
102
PALOL, 1948-49, pág. 255.
103
PROVOOST, 1976, pág. 557. FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 86. MORILLO, 1999, pág. 121.
104
BAILEY, 1980, pág. 347. PONSICH, 1961, pág. 36.
105
PALOL, 1948-49, pág. 257.
106
FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 92.
107
BAILEY, 1980, pág. 336-377.
108
PONSICH, 1961, pág. 35.
27
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
5. VARIANTE DRESSEL-LAMBOGLIA 28
6. DRESSEL-LAMBOGLIA 30B
109
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, pág. 26.
110
De esta pieza únicamente conservamos un fragmento, la resturación de este modelo lo hemos hecho partiendo de las piezas completas
conservadas en Tarragona. A Bernal, al estudiar estas piezas, le plantearon serias dudas a la hora de su clasificación, ya que, al igual que
a nosotros, tampoco le encajaba plenamente en las Dressel 28, con las que tiene diferencias, ni con la Dressel 30, cuya decoración es a
base de perlitas. Creemos que puede tratarse de una producción que se encuentra a caballo entre ambas. Respecto al taller que las
elabora, parece ser, y estamos de acuerdo con Bernal, que debe ser hispano, aunque seguimos sin estar en condiciones de poder ubi-
carlo. A tenor de los hallazgos recogidos, se podrían pensar en dos zonas: El Suroeste peninsular y el Valle del Ebro.
111
BERNAL, 1993, pág. 188-189, n.o 180-182, las considera como producción hispana.
112
BAILEY, 1980, pág. 378-379.
113
SZENTLÉLEKY, 1969, pág. 96. PROVOOST, 1976, pág. 44-45. LEIBUNDGUT, 1977, pág. 53. ALARCÃO-PONTE, 1976, pág. 99, MORILLO, 1999, pág.
123.
114
MORILLO, 1999, pág. 117. Considera «que se enmarca dentro del proceso de descentralización productiva que arrebata progresivamente el
monopolio del comercio lucernario a las grandes oficinas itálicas y africanas, desplazándolo hacia talleres provinciales».
115
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, pág. 26.
116
FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 92.
117
FERNÁNDEZ -MANERA, 1979, pág. 12-15,
118
MORILLO, 1999, pág. 119.
119
RODRÍGUEZ MARTÍN, 2002, pág. 37, fig. 53.
28
LUCERNAS
2. WALTERS 107
2. DRESSEL–LAMBOGLIA 5C
120
BAILEY, 1980, pág. 290-291, Q1194, Q1195.
121
LOESCHCKE, 1919, pág. 81.
122
PALOL, 1948-49, pág. 259.
123
LAMBOGLIA-BELTRÁN, 1952, pág. 88.
124
ALARCÃO -PONTE , 1976, pág. 106.
125
MORILLO, 1999, pág 128.
126
LOESCHCKE, 1919, pág. 94.
127
BALIL, 1968-69, pág. 169.
128
GUALANDI, 1986, pág. 279.
129
MORILLO, 1999, pág. 293.
130
CHRZANOVSKI, 2000b, pág. 63. Se atestigua también en Pompeya y Viena, como fecha más temprana en época de Vespasiano.
131
ALARCÃO, 1971, pág. 83.
132
LEITÃO-PONTE, 1980, pág. 155-56.
133
ZELLE, 1990, pág. 179-180.
134
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, pág. 22.
135
PALOL, 1948-49, pág. 259.
29
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Hayes136: Final del siglo I d. C. - segunda mitad del siglo II d. C. Menzel137: Sitúa la producción de las lucernas
de canal en torno al año 100 d. C. Szentléleky138: La producción comienza a finales del siglo I d. C., pero
sus lucernas se distribuyen sobre todo durante el siglo II d. C., llegando inclusive hasta el siglo III d. C.
Bailey139: Final del período Flavio - mitad de la época de los Antoninos.
1. VARIANTE WALTERS 42
2. SHIER 5.2
30
LUCERNAS
2 - DIOSES MENORES
MERCURIO
N.o del Catálogo: 71.
Tipología: Imposible precisar. Esta representación
suele aparecer en las formas Deneauve VA y VD.
151
WILMET, 2003, pág. 239, fig 2a.
152
RIVET, 2003, pág. 88 n.o 331.
153
BAILEY, 1980 III, pág. 224, Q 1059.
154
AMARÉ, 1984, pág. 27 Recoge paralelos en Colonia, Cremona,
Toutain, Delos, Ensaya, Panonia, Wiesbaden.
155
MORILLO, 1999, pág. 168, fig. 65, n.o 1.
156
DENEAUVE, 1969, pág. 127, n.o 406, lám.XLV.
157
o GOETHERT, 1985, M 18, kat. 173, lám. 16, n.o 40 (Tipo Deneauve
N. del Catálogo: 70. VA)
Tipología: Imposible de precisar. En otras piezas 158
OZIOL-POUILLOUX, 1969, n.o 267 y 268.
159
aparece sobre las formas Loeschcke I, III y IV. LEIBUNDGUT, 1977, lám. 26, n.o 35.
160
LOESCHCKE, 1919, n.o 4.
161
MENZEL , 1969, pág. 30, n.o 109, Abb. 27, n.o 1 (Tipo Dressel 9 B).
150
DENEAUVE, 1969, pág. 182, n.o 824. 162
BRUNEAU, 1965, lám. 28, n.o 4575.
31
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
EROS DANZANDO
FORTUNA DE PIE
32
LUCERNAS
3 - DIOSES ORIENTALES
ISIS DE PIE
DEIDAD FEMENINA
33
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
C - VIDA COTIDIANA
1 - TEATRO
MÁSCARA DE TEATRO
34
LUCERNAS
2 - ACCIONES HUMANAS
ESCENA DE TÍTERES
215
CARRETERO, 1989, pág. 149 ss. «Alejandría se convertirá en el
208
LOESCHCKE, 1919, lám. XVIII n.o 915 y 987. principal foco creador y difusor del paisaje idílico… vitalidad
209
DENEAUVE, 1969, lám. LXCIII n.o 1028. artística surgida de la fusión de la tradición egipcia con el nuevo
210
BUSSIERE, 2000, lám. 21, n.o 97. espíritu griego, producto del gran arraigo logrado por la poe-
211
BAILEY, 1980, Q973, Q974. sía de Teócrito».
212
BUCHI, 1988, n.o 444 a; n.o 589 y n.o 597. 216
HERES, 1972, pág. 198. Posible adscripción de este motivo al
213
RODRÍGUEZ MARTÍN, 2002, pág. 118 n.o 13 ss. y lám. XXXVI n.o 190. taller de Romanesis.
214
ALARCÃO-PONTE, 1976, lám. XXXV, n.o 185. Es similar la compo- 217
BAILEY, 1980 III, Q 1938 y Q1939, lám. 35.
218
sición pero mirando al contrario. VIANA-DIAS DE DEUS . 1955b, CAHN-KLAIBER, 1977, pág. 212.
fig. 5, n.o 33 (Deneauve VIII A). 219
CARRETERO, 1989, pág. 193-214.
35
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
3 - ANFITEATRO
LUCHA DE GLADIADORES
LUCHA DE GLADIADORES
36
LUCERNAS
HIPOCAMPO - DELFÍN
37
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
OSO A LA CARRERA
38
LUCERNAS
CIERVO A LA CARRERA
39
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
40
LUCERNAS
MARGARITA 16 PÉTALOS
FLOR 4 PÉTALOS
41
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
347
DENEAUVE, 1969, lám XXXIV, n.o 274.
348
ALARCÃO-PONTE, 1976, n. o 11, fig. XXIII.
349
FERNÁNDEZ OCHOA, 1987, fig. 6 n.o I
350
PALANQUES, 1992, pág. 340, lám II n.o 53.
351
RODRÍGUEZ MARTÍN , 2002, pág, 144, fig. XV, n.o 218, lám XLIV,
N.o del Catálogo: 40. n.o 237.
42
LUCERNAS
MARCAS DE ALFARERO
CEL-----C
AVGENDI
2
BAILEY , 1980, pág. 96.
3
BALIL, 1968-69, pág. 165.
4
PALANQUES, 1984-85, pág. 154, n.o 6-7.
5
BERNAL, 1993, pág. 220.
6
BALIL, 1969, pág. 144-45. BERNAL, 1993, Fig. 6. 4 marcas. N.o 175.
CIL II, 4969, 11.
7
PALOL, 1948-49, n.o 76.
N.o del Catálogo: 80. 8
PALANQUES, 1992, lám. XXII n.o 628-629 (Loeschcke VIII L) lám.
Marca: A caña sobre el molde, AVGENDI XXVIII, n.o 712 (Dressel 28) lám. XCII, n.o 1197; lám. XLIII, n.o
1238.
Taller: Taller africano de Augendvs, cuyo centro 9
DENEAUVE, 1969, pág. 225, lám. XII, n.o 146. CIL VIII 22644-43.
de producción puede encontrarse en el África 10
PONSICH, 1961, n.o 274-275 (Lixus), pág. 70, n.o 188 y 550 (Volúbilis).
Habla de 17 ejemplares en Túnez.
Proconsular. Para Balil1, debe hallarse en la 11
THOUVENOT, 1954, pág. 119, n.o 19. Ponsich, 1961, n.o 231. 234.
zona de Cartago. Según este autor, «debió ex- 12
BUSSIERE, 2000, nª 3347.
13
portar sus productos a Italia Central, Ostia, CIL X, 8053, 29 a-b.
14
CIL XI, 6699, 31.
15
CIL XV, 6326 b y d.
1 16
BALIL, 1968-69, pág. 165. ID., 1980, pág. 28. CIL II 4969, 11. BAILEY, 1980, pág. 96.
43
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
CSE
Bonnet28 y Joly29. El nombre de este alfarero
podría ser C(lodivs) HELIAN(vs), si nos atenemos
a esta marca, o Clodius Helius, Clodius Heliodo-
rus, si tenemos en cuenta las demás firmas:
C.HEL; CLO.HEL; CLO HELIS; C.LO.HEL; HELI.
Cronología: Bailey30 lo sitúa entre la época Fla-
via y los Antoninos. Siglo II d. C.
Área de dispersión de la marca: Sagunto31, Ar-
cóbriga 32, Javea33, Valencia 34, Acueducto de
Albarracín a Cella35, Aragón36, Mérida37, Bri-
N.o del Catálogo: 32. tish Museum38, Museo de Sabratha39, Museo
Marca: A caña sobre el Molde, CSE de Milán40, Museo de Nápoles41, Cartago42, Ar-
Taller: No conocemos esta marca. Por las carac- gelia43, Montans44, Hungría45, Chipre46, más las
terísticas de la pieza pensamos que debe co- recogidas por Balil47, Bonnet48 y Sotgiu49.
rresponder a los talleres Béticos de Andújar o
de Córdoba.
Cronología: Rodríguez Neila22: Final de la Repú- CIVNDRAC
blica comienzos del Imperio. Sotomayor23: Ini-
cios del siglo I d. C. López Rodríguez y Ama- N.o del Catálogo: 45.
ré Tafalla24: Julio-Claudia - pervive hasta época Marca: Metálica sobre el molde, CIVNDRAC
Flavia. Taller: C(aivs) IVN (ivs) DRAC (cvs). Para Rivet50,
la oficina se encontraba en África (Túnez, Tri-
politania?). Fioriello51, por su parte opina que
C·HELIAN
28
N.o del Catálogo: 41. BONNET, 1988, 160.
29
JOLY, 1974, 89.
Marca: Molde metálico. C·HELIAN25. 30
BAILEY, 1980, 92.
31
Taller: Según Bailey26 podría encontrarse en Italia C.I.L., II, n.o 4969, 16a.
32
SÁNCHEZ, 1990, 232 y 234, n.o 15.
Central, donde se sitúan el mayor número de 33
MARTÍN Y SERRES, 1970, 52, n.o 59.
hallazgos, aunque vendería sus productos en el 34
AMARÉ, 1989-90, pág. 153.
35
SÁNCHEZ, 1990, pág. 232. AMARÉ, 1989-90, pág. 153.
norte de África. Opinión que comparten Balil27, 36
AMARÉ, 1988, n.o 210 y 211.
37
RODRÍGUEZ MARTÍN, 2002, pág. 153-154.
38
BAILEY, 1980,92. Q. 1272, Q. 1273, Q. 1275, Q. 1276, Q. 1286 Y
17
BELCHIOR, 1969, pág. 48,n.o 93. Q. 1320.
18 39
DENEAUVE, 1969, pág. 126. JOLY, 1974, pág. 120, n.o 283.
19 40
BERGÉS, 1989, págs. 30 y 46. SAPPELLI, 1979, n.o 192.
20 41
BAILEY, 1980, págs. 301 y 326. PAVOLINI, 1977, 46.
21 42
MORENO JIMÉNEZ, 1991, pág. 401. DENEAUVE, 1969, pág. 89, 192, n. o 904 (Deneauve VII, con la re-
22
RODRÍGUEZ NEILA, 1978-79, pág. 7. presentación Isis y Anubis), pág. 202 (Deneauve VIII B, decora-
23
SOTOMAYOR, 1981, pág. 316. da con la representación de Serapis e Isis). ID., 1986, pág. 158
24 43
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1982, pág. 382. AMARÉ, 1989-90, pág. 144. BUSSIERE, 2000, pág. 127, n.o 1211 a 1214 ; 3056-3057 ; 3517 ; 7352.
25 44
C.I.L. III, 12012,31; C.I.L. VIII, 10478, a-c; C.I.L. VIII, 22644, 64 BERGÉS, 1989, fig. 32.
45
a,n; C.I.L. VIII, 22644, 44, b,e,i, k; C.I.L. VIII, 22644, 44, I SZENTLÉLEKY, 1969, n.o 139.
46
(C.LO.HELI); C.I.L.VIII, 22644, 44, c, d-f,g-m; C.I.L.VIII, 22644, 64, BAILEY, 1965, DENEAUVE, 1969, VI, n.o 249.
47
p-q; C.I.L.IX, 6081, 18, a ( mal leída CLO REL); C.I.L. IX 6081, BALIL, 1969, 92.
48
18 b; C.I.L. X, 8053, 51, a-b; C.I.L XI, 6699, 53 b; C.I.L XI, 6699, BONNET, 1988, 158-159.
49
53, c y d; C.I.L XII, 5682, 27; C.I.L XIII, 10001, 95, a, b y c; SOTGIU, 1968, 45-46, 62 en Italia, 22 en África, 3 en la Galia, 2
C.I.L XV, 6376, 1-38. en Germania, 2 en Hispania, 2 en Cerdeña y 1 en Panonia.
26 50
BAILEY, 1980, 92. RiVET, 2003, pág. 28.
27 51
BALIL, 1969, 180. FIORELLO, 2003, pág. 60.
44
LUCERNAS
Cronología: Siglo II d. C.
Área de dispersión de la marca: Corinto60, Carta-
go61, Istres62, Egnazia63, Montmarin64, Museo de
Viuz-Faverges65, Museo de Sabratha66, Museo
Británico67, Ampurias68, Granada69, Bajo Guadal-
quivir70, Almuñecar, Padul (Granada)71, Sevilla72,
Tánger73, etc.
EPMIANO
45
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
de Firmalanpen. Opinión compartida por Gua- seo Royal Ontario109, Biblioteca Nacional de
landi75, Bailey76 y Chrzanovski77, que lo sitúan en Francia 110, Museo de Antiquités Nationales
territorio Padano-Emiliano. Su producción se (Francia)111, Maguncia112, Viena113, Glanum114,
extendió por todas las provincias occidentales y Milán 115 , Museo Capitolino 116 , Museo de
septentrionales, siendo muy abundante en Italia. Adria 117 , Trentino 118 , Bolonia 119 , Aquileia 120 ,
El hallazgo de varios moldes de este alfarero en Voghenza121, Nápoles122, Museo Concordiese123,
Panonia, parece atestiguar la existencia de su- y Lippischen124. Paro no hacerlo demasiado
cursales; aunque tal vez nos encontremos ante extensivo nos remitimos al catálogo de Bu-
la presencia de imitaciones locales realizadas chi125 y a la relación más actualizada de Mo-
fuera del Valle del Poo. En esta línea se mani- rillo126.
fiesta Morillo78, quien se plantea esta posibilidad Cronología: Loeschcke127: Últimos años de Vespa-
para el Noroeste peninsular; idea ya apuntada siano. Balil128: Último cuarto del siglo I y du-
con anterioridad por Balil79. La firma puede apa- rante el II d. C. Gualandi129: Primera mitad del
recer bajo las siguientes formas: FORTI/S; FOR- I d. C. para el inicio. Etapa de máximo apo-
TIS/F; FORTIS/A; FORTIS/N; FORTIS/I; FORTIS/S; geo entre finales del siglo I d. C. y el siglo II
FORTIS/P (Sólo en Panonia). d. C. En provincias debió seguir produciéndo-
Área dispersión de la marca: Torre Águila80, Mé- se hasta el siglo IV d. C. Opinión que com-
rida81, Astorga82, Lancia, Palencia83, Torre Llau- parte Morillo130. Chrzanovski131 lo prolonga en
der84, Tarragona85, Huerña86, Madrid87, Castellar las provincias hasta el siglo V d. C. Alarcão132:
de Santiesteban88, Mahón89, Tosal de Manises90, Último cuarto del siglo I d. C. - principios del
Sevilla91, Ampurias 92, Rosinos de Vidriales 93, siglo II d. C. Leitao-Ponte133 y Zelle134: Siglo II
Castelo Branco94, Conimbriga95, Museo Macha- d. C. López Rodríguez135: En el año 90 d. C.,
do de Castro96, Tanger 97, Argelia 98, Carnun- terminando en el tercer cuarto del siglo II
tum99, Museo de Arte y de Historia de Suiza100, d. C. Palol 136: Frecuentes durante el siglo
August, Baden, Avenches101, Bonn102, Mainz103, II d. C. Hayes137: Final del siglo I - segunda
Valcamonica 104 , Montmaurin 105 , Panonia 106 , mitad del siglo II d. C. Menzel138: Sitúa la pro-
Museo Británico107, Museo de Besançon108, Mu- ducción de las lucernas de canal en torno al
año 100 d. C. Szentléleky139: La producción
75
GUALANDI, 1986, pág. 279. comienza a finales del siglo I d. C., pero sus
76
BAILEY, 1980, pág. 96. lucernas se distribuyen sobre todo durante el
77
CHRZANOVSKI, 2000b, pág. 63.
78
MORILLO, 1999, pág. 271.
79
BALIL, 1993, pág. 95.
80 109
RODRÍGUEZ MARTÍN , 1993, pág. 712. HAYES, 1980, pág. 58-59, lám. 29-30 n.o 256, 260 y 262.
81 110
FEIJOO, 2000, pág. 357, lám 9, UE 196/8; RODRÍGUEZ MARTÍN, 2002, HELLMANN, 1985, lám. L n.o 361 362, 364 y 372.
111
pág. 158. Procedentes de varias zonas de Francia. BÉMONT, 2001, pág. 137-
82
BALIL, 1968-69, pág. 168. ESCARPIZO , 1986-88, pág. 1-6. MORILLO, 154.
112
1999, pág. 292 (7 ejemplares). MENZEL, 1969, n.o 367.
83 113
MORILLO, 1999, pág. 292- 93, 1 pieza en Lancia y 3 en Palencia. LOESCHCKE, 1919, lám. XIX n.o 800, 812 y 836.
114
BALIL, 1983, pág. 297-308. ROLLAND, 1944, pág. 200.
84 115
CLARIANA, 1976, lám. 28 y 84. SAPELLI, 1979, pág. 123-134, n. o 255, 256, 269, 270 y 283-293.
85
BALIL, 1968-69, pág. 29. C.I.L. II n.o 4969, 24b. SERRA, 1932, pág. 116
MERCANDO, 1970, pág. 431, fig. 413.
108. BERNAL, 1993, pág. 225 n.o 114. 117
LARESE, 2003, pág. 138 (10 marcas).
86
DOMERGUE,-MARTÍN, 1977, pág. 1-17, n.o 422. 118
GUALANDI, 1986, págs. 279, 304, 314, 315, 316-318.
87 119
C.I.L. 4969, 24. ID., 1977, pág. 275, n.o 423, 434-37 y 463-470.
88 120
LANTIER-CABRÉ, 1917. BUCHI, 1988, Tabla 4 (48 marcas), lám. XXXIII, hasta el número
89
BELTRÁN, 1990, pág. 268. RITA, 1982, pág. 60. 661.
90
OLCINA, 1990, pág. 50, n.o 51 y pág. 51, n.o 52. 121
BERTI, 1985, Tumba 6 n. o 1; Tumba 10, n.o 1; tumba 13 n.o 1;
91
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, pág. 22, n.o 95, lám. X. MORENO JIMÉNEZ, Tumba 38 n.o 1; Tumba 40 n.o 7; 41 n.o 1; Tumba 50 n.o 4 y tumba
1991, pág. 250-251, n.o 2988. 61 n.o 3. Aparece con una moneda de Lucio Vero.
92 122
PALOL, 1948-49, pág. 259. PAVOLINI, 1977, pág. 48-49.
93 123
CARRETERO, 2000, pág. 772-778. Hay cinco marcas. LARESE, 1983, n.o 51 a 53 y 77 a 87.
94 124
LEITÃO-PONTE, 1980, pág. 155-156. ZELLE, 1990, pág. 179-180, lám. 33 1-3 y 4-6.
95
ALARCÃO-PONTE, 1976, pág. 109, n.o 138. 125
BUCHI, 1988, pág. 71-73.
96 126
ALARCÃO, 1971, pág. 83. MORILLO, 1999, pág. 272-272.
97 127
PONSICH, 1961, pág. 71. LOESCHCKE, 1919, pág. 94.
98
BUSSIERE, 2000, lám. 163 n.o 807. 128
BALIL, 1968-69, pág. 169.
99 129
ALRAM -STERN, 1989, pág. 71-72, lám. 9 y 10, 68 marcas. GUALANDI, 1986, pág. 279.
100
CHRZANOVSKI, 2000b, n.o 13, 14, 16, 24, 25 y 29. 130
MORILLO, 1999, pág. 293.
101
LEIBUNDGUT, 1977, pág. 270, lám 10, n.o 810, August; n.o 79, Baden; 131
CHRZANOVSKI, 2000b, pág. 63. Se atestigua también en Pom-
lám 11 n.o 853 Baden y lám 12 n.o 877, Avenche. peya y Viena, como fechas más tempranas en época de Vespa-
102
HÜBINGER, 1993, lám. 18 n.o 143a. siano.
103
MENZEL, 1969, fig. 49 n.o 9-11 y 50 n.o 1 132
ALARCÃO, 1971, pág. 83.
104 133
PANAZZA, 1984, pág. 140. LEITÃO-PONTE, 1980, pág. 155-56.
105 134
FOUET, 1969, pág. 269. ZELLE, 1990, pág. 179-180.
106 135
IVANYI, 1935, lám. LXXXVI a XCI. LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, pág. 22.
107
WALTERS, 1914, n.o 887, 891, 892, 899, 902, 909, 915 y 923. BAILEY, 136
PALOL, 1948-49, pág. 259.
137
1980, pág 96. En relieve, Q1161, Q1163, Q1167, Q1172, Q1173, HAYES, 1980, pág. 58-59.
138
Q1174. MENZEL, 1969, pág. 60.
108
LERAT, 1954, n.o 144, 147, 157, 158. 139
SZENTLÉLEKY, 1969, pág. 93.
46
LUCERNAS
D/PVL(L)/AENI
47
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Área de dispersión de la marca: Museo Británi- na180, Pompeya181, Roma182, Museo Británico183,
co158, Colección Gayangos159. Vindonisa184, Sabratha 185, Corinto186.
MY (RO) NI NI
48
LUCERNAS
P Q. SEM
49
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
212 230
MORILLO, 1999, pág. 288. RODRÍGUEZ NEILA, 1978-79, pág. 7.
213 231
GIL FARRÉS, 1947-48, pág. 110, RODRÍGUEZ MARTÍN, 2002, pág. 178. SOTOMAYOR, 1981, pág. 316.
214 232
FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 31, 102, 107, 110 y 124. LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1982, pág. 382. AMARÉ, 1989-90, pág. 144.
215
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, 10 n.o 5. 233
FERNÁNDEZ OCHOA, 1987, pág. 145.
216 234
AMARÉ, 1988-89, lám. V, E. RODRÍGUEZ MARTÍN, 2002, pág. 188.
217 235
SOTOMAYOR, 1981, pág. 313. MORENO JIMÉNEZ, 1991, pág. 304-306.
218
LUZÓN, 1967. fig 7 n.o 34. 236
RODRÍGUEZ MARTÍN, 1996, pág. 197.
219 237
BALIL, 1964, pág.175 ss. SOTOMAYOR, 1981, pág. 315. MORENO JIMÉNEZ, 1991, pág. 304-306.
220
C.I.L., II, 4969, 53. Tres piezas
221 238
MORILLO, 1999, pág. 288. RODRÍGUEZ NEILA, 1978-79, pág. 10-11, n.o 2,3 y 4. MORENO JIMÉNEZ,
222
FERREIRA DE ALMEIDA, 1953, n.o 110. 1991, pág. 304-306. 21 piezas.
223
WALTERS, 1914, n. o 107 y 729. 239
EGUARÁS, 1954, pág. 174.
224
LOESCHCKE, 1919, n.o 189, 203 y 279. 240
SERRANO, 1985, pág. 188 n.o 38; 242 n.o 40-41; 249 n.o 28-29 y
225
LEIBUNDGUT, 1977, lám 7, n.o 630. 296 n.o 39-40.
226
FARKA, 1977, pág. 322, lám 6, n.o 1433. 241
MORENO JIMÉNEZ, 1991, pág. 304-306. 4 en Jaén.
227 242
C.I.L., VIII, 22644, 320. FERNÁNDEZ CHICARRO, 1952-53, pág. 70 n.o 39.
228 243
C.I.L., X, 8057, 216. FERNÁNDEZ OCHOA, 1987, fig. 7 lám. IIb, n.o 22 y 24.
229 244
PAVOLINI, 1977, pág. 50. C.I.L., XV, 6702. RODRÍGUEZ MARTÍN, 1996, pág. 138-139.
50
LUCERNAS
3. NUMERALES
IV
245
MORENO JIMÉNEZ, 1991, pág. 291-293. Fuentes de León en tres
ejemplares.
246
AMARÉ, 1989-90, pág. 155 con la marca EME C.I.L. II s. n.o 6256,
17. 4. SIGNOS
247
RODRÍGUEZ MARTÍN, 1996, pág. 138-139. ID. 1996, pág. 197; Id.,
2002, pág. 184-185. CUATRO CÍRCULOS
248
MORILLO, 1999, pág. 286-287.
249
LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1981, pág. 17 n.o 45 y 46. Con la Marca C.CLOD.
Alfarero Itálico.
250
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CATÁLOGO
ADVERTENCIAS PARA EL USO DEL CATÁLOGO
A fin de facilitar al lector el uso del material que comprende el Catálogo que se ofrece a continuación,
se ha procurado seguir las normas habituales del Catálogo de Antigüedades de la Real Academia de la
Historia.
El Gabinete de Antigüedades contaba hasta ahora con el Catálogo realizado por Juan Catalina García y
López en 19031, con descripciones muy someras y una numeración correlativa, pero sin documentación
fotográfica ni estudio crítico ni información relevante sobre la procedencia de los objetos, ya que en muchos
de ellos no se indica. El Catálogo de 1903 se ha tomado como punto de partida para la confección de
este Catálogo de Antigüedades. I.2.2. Antigüedades Romanas Españolas. 2. Lucernas, con una nueva orde-
nación de los materiales que ofrecen la correspondiente numeración correlativa, para la que se ha tenido
en cuenta las características tipológicas y cronológico-culturales de los objetos.
En este Catálogo se recogen todas las piezas lychnológicas que componen esta colección, en una ficha
individualizada en la que se incluyen todos los campos tratados con anterioridad en la primera parte de
la obra. En dicho registro, cada ficha del Catálogo, para su debida descripción, consta siempre de los
mismos campos ordenados según el siguiente esquema:
1
J.C. GARCÍA LÓPEZ, (1903): «Inventario de las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la Real Academia de la Historia», BRAH 42,
págs. 311-316, 321-368, 484-505, y BRAH 43, 1903, págs. 257-322.
LUCERNAS
2
Lucerna de fuerte impronta helenística, como resultado de los contactos con la Magna Grecia.
75
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
76
LUCERNAS
Área de expansión: Se limita a la costa de Anatolia y el Bajo Mediterráneo: Éfeso, Tarso, Delos, Islas del Egeo,
Chipre, Sardes, siendo menos numerosas en el Ática y en el Peloponeso. Un buen número de este modelo se
ha encontrado en Éfeso, por lo que algunos piensan que es en esa zona donde debe encontrase el taller. De
forma esporádica se recogen en algunas colecciones de Museos, como el de Mainz (Menzel, 1969, pág. 19, n.o
55, fig. 13), Museo del Louvre (Lyon-Caen-Hoff, 1986, pág, 50), Museo Británico (Bailey, 1975, pág. 90-ss, Q159)
o en el Museo de Berlín (Heres, 1969, lám. 105-107, similares en cuanto a la pica, no así en el disco).
77
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Cronología: Pavolini (1990, pág. 101-102) la fecha entre el 150 -50 a. C. Walters (1914), fecha este tipo de lucernas
entre el siglo IV y el III a. C. Para Carolis (1988, pág. 7), la producción termina a principios del siglo I d. C.
Lyon-Caen (Lyon-Caen-Hoff, 1986, pág. 48), las colca en la segunda mitad del siglo II d. C. y primer cuarto del
siglo I d. C. Palol (1948-49, pág. 241) la considera una lucerna helenística del siglo III-II a. C. Bailey (1975, pág.
135. Q 332 -342, lám. 64): II d. C. - primer cuarto del siglo I a. C. Robinson (1959, pág. 23), principios del I
a. C. Bruneau (1965), último cuarto del II a. C. – primer cuarto del I a. C. Oziol (1977, pág. 48), segunda mitad
del siglo II a. C. – primer cuarto siglo I a. C.
78
LUCERNAS
Cronología: Bailey (1975, pág 72), Q117, lám. 22 (procede de Laconia). Ricci (1973-1974, pág. 216). Bernal (1993,
pág. 101): Final del siglo II a. C. - primera mitad del siglo I a. C.
Bibliografía sobre la pieza: Fita y Rodríguez Villa (1898, pág. 93); García y López (1903, pág. 122).
II - LUCERNAS TARDORREPUBLICANAS
6. Lámpara tipo Dressel 1.
79
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Marca: No lleva.
Cronología: 150 a. C. – fin del período republicano. Bailey (1975, pág. 80, Q130, lám. 26), siglo II a. C.
80
LUCERNAS
prácticamente inexistente separada del disco por una moldura bien marcada. Disco en este caso decorado, lleva
en el centro el orificio de alimentación. El asa, de tipo anular fina, está situada entre la confluencia del reser-
vorio y la orla, y el disco.
Material: Cerámica. Pasta de gran plasticidad, compacta, de color rojizo amarronado claro. Barniz rojo coralino uni-
forme con brillo, resultado de la vitrificación del mismo.
Molduras: Una.
Decoración del disco: Dos racimos de uva confrontados que rematan en tallos serpentiformes y hojas tipo hiedra.
Paralelos disco: Similar en Sevilla (Fernández Chicarro, 1952-53, pág. 70, n.o 17, fig. 43, n.o 15), Museo Británico
(Bailey, 1980, Q 713 (marca tipo A)).
Margo: Apenas existente.
Decoración margo: Liso.
Asa: Anular colocada en la parte final, a la altura del disco. Aleta lateral, lado izquierdo.
Base: Anular.
Marca: Cuatro círculos.
Cronología: Tercer cuarto del siglo I a. C.- época de Augusto. Hübinger (1993, pág. 58): Siglo I a. C. Bailey (1980,
Q173) Augusto.
81
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
rancia en el centro externo de la boca, y un amplio orificio de iluminación. Nos encontramos, por tanto, con
una lucerna que debe situarse en una fase intermedia entre ambas, que culminará en la forma Dressel 4 (voge-
lkopflampen).
Material: Cerámica. Pasta marrón rojiza con abundante material degrasante, de aspecto poroso. Conserva restos de
engobe en tono castaño vinoso oscuro.
Molduras: Una.
Decoración del disco: Liso.
Margo: Muy corto, prácticamente inexistente, hacia el interior.
Decoración margo: Liso.
Asa: Anular lisa, colocada entre la parte superior del infundibulum y la orla.
Base: Plana.
Marca: No lleva.
Taller: Grassi (2003, pág. 100), considera en base al alto número de hallazgos en la zona de Milán que por allí
debe localizarse la oficina.
Área de dispersión: Región Cisalpina y Trasalpina, Milán (Sapelli, 1979, pág. 49, lám. VIII, n.o 87-88), Magdalensberg
(Farka, 1977, pág. 23).
Cronología: Palol (1948-49, pág. 243) fecha una pieza que guarda cierta similitud a finales de Augusto. Beltrán (1990,
pág. 264), entre el segundo tercio del siglo I a. C. y la época de Augusto. Grassi (2003, pág. 100), el inicio de
la producción hacia la mitad del siglo I a. C.
82
LUCERNAS
Cronología: Carolis (1988 pág. 15): Siglo I a. C.- época Augustea; Fernández Chicarro (1952-53, pág. 67, n.o 21):
época Augustea; Palol (1948-49, 235, fig. 101, n.o 9): Augusto-Tiberio; Bernal (1993, pág. 111): I a. C. Deneau-
ve (1969, pág. 105, lám. XXXIV, n.o 276. Los alerones laterales son una supervivencia de las lámparas helenís-
ticas, a veces pequeñas y de forma triangular ): I a. C. Agraz et alii (1993, pág. 93): Segundo tercio del siglo
I a. C. y época Augustea. Bailey (1975, pág. 343): segunda mitad del siglo I a. C.
83
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Descripción: Lucerna completa. De cuerpo circular amplio, con aletas laterales en forma de lazo. Base anular y
disco desarrollado que remata en el centro en el orificio de alimentación. Orla pequeña, caída al interior. Ros-
trum corto y desproporcionado, en función de la pieza, con volutas incipientes, remata en piquera triangular.
Esta pieza presenta las características formales de la forma Dressel 3, con la particularidad de la pérdida del asa
y la inclusión de inicios de volutas. Esta característica puede interpretarse como una forma intermedia en el
proceso evolutivo entre la Dressel 3 y la Dressel 4, donde los inicios de las volutas se podrían entender como
una evolución de las cabezas de ave, de esta última, hacia una nueva forma, la Dressel 9. Lucerna en la que
desaparecen ya totalmente los apéndices laterales y se marcan perfectamente las volutas.
Material: Cerámica. Pasta muy porosa de color beige muy uniforme, sin engobe.
Molduras: Una.
Decoración del disco: Liso.
Margo: Corto y caído al exterior.
Decoración margo: Liso.
Asa: No lleva.
Base: Anular.
Marca: A caña. QFP.
Cronología: Cesar - Augusto. Hübinger (1993, pág. 62): 2ª mitad siglo I a. C.
84
LUCERNAS
Material: Cerámica. Pasta de color gris, de textura blanda y arenosa, que ha perdido el engobe. Se conservan
restos de color negruzco.
Molduras: Tres. La del medio mediante corona de perlas.
Decoración del disco: Aunque no se conserva era liso.
Margo: Muy corto y caído al interior.
Decoración margo: Liso.
Asa: Anular, tipo lazo, elevada, decorada con tres molduras.
Base: Plana.
Marca: No conserva.
Taller: Centro itálico.
Cronología: Ricci (1973-1974, pág. 205): 20 a. C y 10 d. C. Pavolini (1980, pág. 48. Id. 1982, pág. 147): arranque anterior
al año 20 a. C. Menzel (1969, pág. 24): desaparece a lo largo del reinado de Tiberio. Morillo (1999, pág. 49): En
las regiones periféricas perduran durante el reinado de Tiberio. Para el estudio más completo sobre las Vogelkopf-
lamp en general, y en particular en la Península Ibérica, ver, en este mismo autor, pág. 46-55.
85
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
86
LUCERNAS
Tipología: Dressel-Lamboglia 9 B; Deneauve IV A; Ponsich II A 1; Bailey A (grupo III - VI); Palol 6 C; Loeschcke
I B.
Descripción: Fragmento de lucerna correspondiente a parte del disco e inicio del rostrum.
Material: Cerámica. Pasta de color ocre-amarillento, corte fino, con engobe anaranjado vinoso iridiscente de gran
adherencia.
Molduras: Tres.
Decoración del disco: Corresponde a uno de los ciclos de Hércules, concretamente a la lucha de éste con el cen-
tauro Nesos4. En primer plano aparece Hércules, desnudo, de pie; en la derecha lleva la clava y con la mano
izquierda agarra a Nesos. Detrás, en un segundo plano, el centauro intenta huir.
Margo: Apenas existente.
Decoración margo: Liso.
Asa: No lleva.
Base: No se conserva.
Marca: No se conserva.
Cronología: Loeschcke (1919, pág. 30): Tiberio-Claudio. Goethert (1985, pág. 38, con la misma forma Loeschcke
IB): Tiberio; Bailey (1975, pág. 135-136): Augusto - Nerón. Broneer (1930, pág. 78): Mediados del siglo I d. C.
Szentleleky (1969, pág. 71): aparece hacia la mitad del siglo I d. C. y pervive hasta principios del siglo II d. C.;
Deneauve (1969, pág. 108): Augusto-Flavios.
Paralelos: Suiza (Leibundgut, 1977, lám. 27, n.o 46), Trier (Goethert, 1985, lám. 28, M 62), Salamina de Chipre
(Oziol, 1977, lám. 15, n.o 263).
Bibliografía sobre la pieza: García y López (1903, pág. 49).
87
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
88
LUCERNAS
Decoración del disco: Retiario arrodillado. El luchador, con el torso desnudo, se representa con la rodilla apoyada
en el suelo y con la pierna izquierda flexionada. Sobre esta última descansa el brazo que sostiene, a modo de
pensador, la cabeza. El otro brazo cae libre hacia el muslo de la pierna diestra. Viste el clásico subligaculum
atado por un balteus. Los antebrazos los lleva protegidos por las típicas manica.
Margo: Irregular —en unas zonas ancho y, en otras, corto— debido a la mala posición adquirida en el molde.
Decoración margo: Liso.
Asa: No lleva.
Base: Plana.
Marca: No lleva.
Cronología: Deneauve (1969, pág. 108): Augusto - Claudio. Loeschcke (1919, pág. 217-218): Tiberio - Claudio. Bailey
(1980, pág 152): Flavios - Trajano. Palol (1948-49, pág. 245): Tiberio - Claudio. Menzel (1969, pág. 30) y Szentléle-
ky (1969, pág. 71): aparece hacia la mitad del siglo I d. C. y pervive hasta final de siglo. Bergès (1989, pág. 39-40):
40 - 110 d. C., siendo su apogeo entre el 40 - 75. Olcina (1990, pág. 26 ss.): primer y último tercio del siglo I d. C.
Paralelos: Trier (Goethert, 1985, M128, lám 34, n.o 77, 97, 194, 128, 130, 156, 180, lám. 35, n.o 183, 231, 234, 250,
256, 272, lám 55, n.o 424 y n.o 447; tipos Deneauve IVA y VA), Golfo de Fos (Rivet, 2003, n.o 449-450), Suiza
(Leibundgut, 1977, pág. 216, lám. 41), Mainz (Menzel, 1969, pág. 39, n.o 189, fig. 32, n.o 7; tipo Deneauve VA),
Viena (Loeschcke, 1919, lám. III, n.o 448), Lyon (Bertrand et alli, 1997, lám. 7, n.o 23 ; tipo Deneauve VA),
Museo de Nimes (Bemmont-Bonnet, 1984, fig. 12), Montans (Berges, 1989, fig. 45, n.o 450), col. Schloessinger
(Rosenthal-Sivan, 1978, pág. 35, n.o 127), Museo Británico (Bailey, 1980, Q1532 Inglaterra ), Cartagena (Amante,
1993, pág. 85-86, n.o 57, fig. 12).
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siglo I d. C. Ponsich (1961, pág. 33): Augusto - Tiberio. Frecuente en las lámparas de varias picas del siglo I
d. C. Bergès (1989, pág. 42): Claudio - Nerón. Laufer (1980, pág. 43), Olcina (1990, pág. 42) y Fernández Chicarro
(1952-53, pág. 97): siglo I d. C. López Rodríguez (1981, pág, 20): Julio-Claudio - Flavios. Alarcão-Ponte (1976,
pág. 96): 25-50 d. C. Amaré (1984, pág. 77): principios de la era Imperial, con su máximo apogeo en la prime-
ra mitad del siglo I d. C. Carretero (1989, pág. 156) sitúa el auge de este tipo de escenas a mediados de siglo
I d. C.
Bibliografía sobre la pieza: Fita y Rodríguez Villa, 1898, BRAH 32, pág. 93. García y López 1903, pág. 136. .
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IV - LUCERNAS PLÁSTICAS
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Teniendo en cuenta la estructura y composición de esta pieza, se aprecia claramente que no pudo tener, como en los ejemplares que
conocemos, un rostrum que define un canal abierto (Loeschcke X).
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Material: Cerámica tipo campano. Pasta de color grisáceo, con barniz amarronado piña.
Molduras: No lleva.
Decoración del disco: Toda la pieza lleva una decoración uniforma a base de escamas piramidales irregulares, con
despuntamientos piramidales que en las piñas tienen la misión de proteger los piñones.
Margo: No lleva.
Asa: Lleva dos asideros, uno en la parte superior y otro en la zona posterior. El primero se sitúa al lado del
orificio de llenado, cuya misión claramente nos indica que es para colgar. El segundo, simplemente es un apéndice,
tipo pellizco, colocado en la zona correspondiente al remate final de la piña.
Base: Ligeramente hundida, marcada con dos finos círculos. En otros ejemplares, la estabilidad se consigue median-
te protuberancias más gruesas.
Marca: No lleva.
Taller: Centro itálico.
Cronología: Hübinger (1993, pág. 83): primera mitad del siglo II a. C. - primera mitad del siglo I d. C. Según
Bailey (1980, pág. 389, «las lucernas en forma de piña, en bronce, eran populares desde finales del siglo I d.
C. en adelante». En cerámica, las fechas van entre finales del siglo II y la primera mitad del siglo III d. C.
Teniendo en cuenta el tipo de pica empleado en este ejemplar, que claramente sigue los modelos utilizados en
la Dressel 2, 3 ó 4, nos inclinamos a pensar que esta pieza podría fecharse entre Augusto y Tiberio, pese a
que este modelo de lucernas plástica va a tener su momento álgido en las fechas propuestas por Bailey e,
incluso, prolongándose su fabricación hasta principios del siglo V d. C.8.
Paralelos: No conocemos ningún ejemplar igual. En la Península ibérica tan sólo hemos localizado tres ejemplares:
Colección Escarpizo, León (Morillo, 1999, pág. 439, fig. 57 n.o 37), Navarra (Amaré, 1986b, pág. 180), y Pollen-
tia (Palanques, 1992, pág. 51, n.o 770-771). En el resto del Imperio podemos verlos en el Museo de Bonn
(Hübinger, 1993, pág. 83, lám. 18, n.o 146), Locarno (Leibundgut, 1977, pág. 291, lám. 14. n.o 929-930), Museo
de Mainz (Menzel, 1969, pág. 75, fig. 61, n.o 11 (n.o 505) y n.o 13 (n.o 507)), Anticuarium Comunale de Roma
(Mercando, 1962, pág. 39-40, vitrina X, n .o 21 y vitrina XI, n.o 13), Museo de Aquileia (Buchi, 1988, pág. 205-
207, n.o 1587 a y 1598, lám. LXX), Museo de Bolonia (Gualandi, 1977, pág. 186, n.o 513-514, lám. 86), etc.
Bibliografía sobre la pieza: García y López, 1903, pág. 45.
8
Si bien los modelos broncíneos son los inmediatos predecesores, al igual que ocurre con otras representaciones plásticas, también se van
a realizar en cerámica desde los primeros momentos. Así vemos este mismo tipo con la pica de la forma Deneauve VA en Jerasa (Jordania),
aunque la más utilizada a tenor de los restos que conocemos, es la de canal, Loeschcke X, realizadas a finales del siglo II o durante la
primera mitad del siglo III d. C., por los alfareros centroitálicos Crispinus o Passerius Augurinos. Sin embargo, los ejemplares conservados
en el Museo Británico, son fechados por Bailey en el siglo IV o inicios del V d. C., lo que avala una larga pervivencia para el modelo que
sigue, en concreto, el rostrum tipo Loeschcke X.
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Algunas de ellas llevan marca de alfarero en el fondo externo: una hoja acorazonada, una «T», M.C.S retrograda, o tres círculos concéntricos
hundidos. LÓPEZ RODRÍGUEZ, 1982, pág. 389 A.
10
No hay ninguna representación que nos pueda aclarar su composición. La incluimos por proximidad y vinculación que tiene el yacimien-
to con la ciudad. RODRÍGUEZ M ARTÍN, 1996, pág. 194-195. ID., 1996, pág. 116, fig. 19 nº 5. ID., 2002, pág. 139.
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Ciudad Real (Fernández Ochoa, 1987, pág. 266, fig. 7, lám. II b), Herrera (Morillo, 1999, fig. 124, n.o 48), La
Rioja (Amaré, 1987, pág. 50, fig. 15, forma IIIA.a, Deneuve IV), Mercadal (Espinosa, 1984, p. 140, fig. XLIII n.o
1-2), León (Morillo, 1999, fig. 69 n.o 94), Orense (Fariña, 1976, pág. 136, n.o 10), Cueva de la Barrera Blanca
(Morillo, 1999, fig. 30, n.o 6 y fig. 46, n.o 1), Conimbriga (Alarcão-Ponte, 1976, pág. 93-94, lám. XXIII n.o 5-
8), Évora (Ferreira Quinteira, 1979, pág. 3. Ferreira, 1953, pág. 150 lám XXX n.o 4), Cartago (Deneauve, 1969,
lám. XXXIV, n.o 274 y lám. LV n.o 538-539) y Sabratha (Joly, 1974, pág. 103, n.o 30, lám. 4).
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Marca: No lleva.
Cronología y Paralelos: Véase lo dicho para la lucerna n.o 26.
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Vid. supra, nota 11.
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Vid. supra, nota 11.
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VI – LUCERNAS DE DISCO
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Para esta marca, véase C.I.L. III, 12012,31; C.I.L. VIII, 10478, a-c; C.I.L. VIII, 22644, 64 a,n; C.I.L. VIII, 22644, 44, b,e,i, k; C.I.L. VIII, 22644,
44, I (C.LO.HELI); C.I.L. VIII, 22644, 44, c, d-f,g-m; C.I.L. VIII, 22644, 64, p-q; C.I.L. IX, 6081, 18, a ( mal leída CLO REL); C.I.L. IX 6081,
18 b; C.I.L. X, 8053, 51, a-b; C.I.L. XI, 6699, 53 b; C.I.L. XI, 6699, 53, c y d; C.I.L. XII, 5682, 27; C.I.L. XIII, 10001, 95, a, b y c; C.I.L. XV,
6376, 1-38.
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Tipología: Deneauve VII A; Palol 11 A; Ponsich III B 1; Loeschcke VIII; Bailey O (grupo II) y P (grupo I-II) Dres-
sel-Lamboglia 20; Alarcão-Ponte, B II 3.
Descripción: Lucerna de cerámica.
Material: Cerámica. Pasta de color amarillento, cremosa, engobe anaranjado vinoso. Se ha perdido en algunas zo-
nas de la pieza.
Molduras: Dos.
Decoración del disco: Liso.
Margo: Corto y ligeramente caído hacia el interior.
Decoración margo: Liso.
Asa: Elevada sobre la orla.
Base: Plana con un círculo.
Marca: In planta pedis.
Cronología: Szentléleky (1969, pág. 101): Mitad del siglo I d. C. Palol (1948-49, pág. 237): Siglo II d. C. Ponsich
(1961, pág. 34): Aparece a partir de Claudio o de Nerón. Belchior (1969, pág. 53): Inicios de la segunda mitad
del siglo I y continúa durante la 10 mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54): Finales del siglo I d. C. y
principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág. 46): 40 - 110. Más frecuente
entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág. 165): Comienzos de la segun-
da mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del siglo II d. C. Bailey
(1980, pág. 331): Flavio - Antoninos.
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Molduras: Una.
Decoración del disco: Motivo floral, en el que se representa una margarita de 12 pétalos. El orificio de llenado
coincide con la parte central de la flor.
Margo: Ligeramente caído hacia el exterior.
Decoración margo: Liso.
Asa: Elevada sobre la orla.
Base: Plana con doble círculo.
Marca: No lleva.
Cronología: Según la tipología: Szentléleky (1969, pág. 101): Mitad del siglo I d. C. Palol (1948-49, pág. 37): Siglo
II d. C. Ponsich (1961, pág. 34): Aparece a partir de Claudio o de Nerón. Belchior (1969, pág. 53): Inicios de
la segunda mitad del siglo I y continúa durante la 1.a mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54): Finales del
siglo I d. C. y principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág. 46): 40 - 110.
Más frecuente entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág. 165): Comien-
zos de la segunda mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del siglo
II d. C. Bailey (1980, pág. 331): Flavio - Antoninos.
Paralelos: Trier (1985, pág 275, M242, Lám. 21, n.o 5. En la forma Deneauve IV A ), Mérida (2002, Lám. XLIV, n.o
240).
Bibliografía sobre la pieza: García y López (1903, pág. 45).
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
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Material: Cerámica. Pasta de color ocre amarillento, corte rugoso, con engobe anaranjado fuerte.
Molduras: Dos.
Decoración del disco: La figura está muy deteriorada debido al uso del molde. El busto representado, podría indu-
cirnos a pensar que se trata de la representación de un sátiro, como el que conocemos en alguna lucerna de
Cartago. Esto es debido a que parte de la barba se asemeja a las representadas en este tipo de figuras. Tam-
bién podría incluirse dentro de las representaciones de bustos barbados, como la recogida en Trento, donde se
representa una figura masculina, en relieve, de perfil a derecha, con corona sobre la cabeza, barba corta y
abundante, y grandes ojos. Otra posibilidad, teniendo en cuenta la representación de una especie de casco con
una protuberancia sobre la cabeza, que podríamos interpretar como ala, sería la representación del dios Mercu-
rio. Dudamos que pueda corresponder con la iconografía de este dios, ya que no conocemos ninguna imagen
sobre lucerna en la que aparezca barbado. De todas formas, si fuese así, habría que asimilarla, aunque no
fuese nada igual, con la que representa a Mercurio de perfil mirando a la derecha. El dios lleva el petasus. El
casco con alas no cubre nada más que la parte superior del cráneo, y deja ver una parte del cabello. Este cae
en dos espesas capas de pelo, dispuestas regularmente.
Margo: Amplio y caído al exterior. Nos inclinamos más por la primera opción.
Decoración margo: Liso.
Asa: Elevada sobre la orla.
Base: Plana con un círculo.
Marca: Metálica sobre el molde, CIVNDRAC.
Taller: C(aivs) IVN(ivs) DRAC(cvs). Para Rivet (2003, pág. 28), la oficina se encontraba en África (Túnez, Tripolita-
nia?). Fioriello (2003, pág. 60), por su parte opina que esta marca se extiende sobre todo por África Septentrio-
nal, donde se especula con bastante certeza que se encuentra la oficina de producción. También se difunde
por Italia Meridional e insular. No descarta una oficina en la península Itálica, según este autor «se distinguiría
del taller itálico por la firma, que en este caso sería IVNDRA». Joly (1974, pág. 88-89), piensa más en «una gran
organización productiva unida a la gens IVNIA con oficina en Carpetania, y sucursal en África». Hellmann (1985,
pág. 114), cree que «es uno de los grandes fabricantes de África del Norte que exporta mucho, pero que no
debe confundirse con el alfarero italiano que firma IVNDRAC». Rebufat (1987, pág. 85-86), se pregunta «si la
idea de una sucursal africana, emitida por Joly, no debe ser acuñada para el siglo III d. C. Se basa para barajar
estas fechas en dos marcas provenientes de la necrópolis de Bu Njem; necrópolis que evidentemente ha sido
instalada después del 201 d. C.» Chrzanoski (Chrzanovski, Sandoz, Piccamiglio y Remy, 1998-99, pág. 11 ss.
Chrzanovski y Zhuravlev, 1998, pág. 89-90, nota 247), sitúa el taller en El-Jem. Bonet - Delplace (1987, pág. 68,
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69), sostienen la hipótesis de individualizar en un área de la Gália una producción local o de imitación auto-
rizada de este tipo de lucernas. Balil (Balil Illana, 1968-69, pág. 167), cree que se trata de un taller africano
que vende abundantemente sus productos en el Sur y en el Centro de Italia, Sicilia, Cerdeña, Narbonese, y
Tingitania. Bonnet (1988, pág. 107), plantea que «se trate de un taller cuya presencia es simultánea en Italia,
Túnez y la Galia. Se trataría de un taller único en estas regiones», que trabaja sobre todo la forma Deneauve
VII A. y en escasas ocasiones la forma Deneauve VII C (Ibid, pág. 97).
Área de dispersión de la marca: Corinto (Broneer, 1930, pág. 180, n.o 487, lám. XXVI, con dos delfines), Cartago
(Deneauve, 1969, n.o 781, lám. LXXIII, delfín con tridente; pág 173, n.o 756; pág. 146, n.o 551; 106, n.o 701;
pág. 170, n.o 732; pág. 171, n.o 744; pág. 178, n.o 794; pág. 197, n.o 800), Istres (Rivet, 2003, pág. 28), Eg-
nazia (Fiorello, 2003, pág. 50, 51 y 60), Montmarin (Fouet, 1969, pág. 271, fig. 139), Museo de Viuz-Faverges
(Chrzanovski, Sandoz, Piccamiglio y Remy, 1998-1999, n.o 38 y 39), Museo de Sabratha (Bonnet, 1988, pág.
108, n.o 95, 97 ; pág. 107, n.o 85, 86, 88, 107), Museo Británico (Bailey, 1988, pág. 98), Ampurias (Palol, 1948-
49, n.o 78), Granada (Quintero, 1945, pág. 176, n.o 15. CIL. II, 6256, 25), Bajo Guadalquivir (Fernández Gómez
y Hurtado Rodríguez, 1991, pág. 37 y 39), Almuñecar y Padul, en Granada (Moreno Jiménez, 1991, n.o 1319,
de Almuñécar, y 1341, CIL II, 6256, 25, de Granada), Sevilla (n.o 2973 y 2918, aparece como IVNDRAC ), Tán-
ger (Ponsich, 1961, pág. 70), etc.
Cronología: Siglo II d. C.
Paralelos motivo disco: No hemos encontrado ningun modelo exacto. Como busto masculino: Trento (Gualandi Geni-
to, 1986, pág. 216, n.o 60 (Marca GABIN…), tipo Loeschecke VII A (2). Cronología: Primeros decenios del siglo II
d. C. «Producción centro-itálica), Museo Británico (Bailey, 1988, pág. 330, Q1311, (Tipo P grupo I). Primera mitad
del siglo II d. C), o bien como busto interpretado como Hércules en Argelia (Bussiere, 2000, lám. 61, n.o 2202-2203
lo define como «Hércules barbado ceñido por una corona en la cabeza. Sobre la espalda la maza?», figura que si-
gue ciertos patrones con la recogida en la academia, pero que a la vez tiene tintes diferentes en cuanto a su com-
posición). En el caso de poder asimilarlo con la representación de Mercurio, el modelo que más se puede acer-
car, salvando las diferencias, lo encontraríamos en el: Museo de Louvain-la Neuve (Wilmet, 2003, pág. 239, fig 2a),
Golfo de Fos (Rivet, 2003, pág. 88, n.o 331), Museo Británico (Bailey, 1988, pág. 224, Q 1059), Bilbilis (Amaré, 1984,
pág. 27. Recoge paralelos en Colonia, Cremona, Toutain, Delos, Ensaya, Panonia, Wiessbaden), Cartago (Deneau-
ve, J. 1969, París, 1969, pág. 127, n.o 406, lám. XLV), Trier (Goethert-Polaschek, 1985, M 18, cat. 173, lám. 16, n.o
40), Chipre (Oziol y Pouilloux, 1969, n.o 267 y 268), Suiza (Leibundgut, 1977, lám. 26, n.o 35), Vindonisa (Loes-
chcke, 1919, n.o 4), Mainz (Menzel, 1969, pág. 30, n.o 109, Fig. 27, n.o 1).
Bibliografía sobre la pieza: García y López (1903, pág. 46), CIL II (CIL II 4969, 28).
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Molduras: Dos.
Decoración del disco: Liso.
Margo: Amplio y caído al exterior.
Decoración margo: Liso.
Asa: Elevado sobre la orla.
Base: Plana con un círculo.
Marca: No lleva.
Cronología: Szentléleky (1969, pág. 101): Mitad del siglo I d. C. Palol (1948-49, pág. 237): Siglo II d. C. Ponsich
(1961, pág. 34): Aparece a partir de Claudio o de Nerón. Belchior (1969, pág. 53): Inicios de la segunda mitad
del siglo I y continúa durante la 1.a mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54): Finales del siglo I d. C. y
principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág. 46): 40 - 110. Más frecuente
entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág. 165): Comienzos de la segun-
da mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del siglo II d. C. Bailey
(1980, pág. 331): Flavio - Antoninos.
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Cronología: Szentléleky (1969, pág. 101): Mitad del siglo I d. C. Palol (1948-49, pág. 237): Siglo II d. C. Ponsich
(1961, pág. 34): Aparece a partir de Claudio o de Nerón. Belchior (1969, pág. 53): Inicios de la segunda mitad
del siglo I y continúa durante la 1.a mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54): Finales del siglo I d. C. y
principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág. 46): 40 - 110. Más frecuente
entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág. 165): Comienzos de la segun-
da mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del siglo II d. C. Bailey
(1980, pág. 331): Flavio - Antoninos.
Paralelos del disco: Trier (1985, lám. 48, n.o 350, n.o 356, n.o 381, (M235); lám. 62, n.o 501 (M235)), Golfo de Fos
(Rivet, 2003, pág. 60-61, n.o 90 a 96 (forma Deneauve IV A), Sitifis (Guery, 1985, lám. VI, n.o 223b, 110 y 187d
y una aislada), Museo Británico (Bailey, 1980, Q977 (Tipo C), Tarragona (Bernal, 1993, pág. 192, n.o 187),
Museo de Sevilla (Fernández Chicarro, 1952-53, pág. 78, n.o 82, fig. 17, n.o 15), Ampurias (Palol, 1948-49, pág.
253, fig. 108, n.o 64 (Tipo 11 A) con la marca C.OPPI.RES).
116
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del siglo I y continúa durante la 1.a mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54): Finales del siglo I d. C. y
principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág. 46): 40 - 110. Más frecuente
entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág. 165): Comienzos de la segun-
da mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del siglo II d. C. Bailey
(1980, pág. 296): Claudio - Principios de Trajano.
Bibliografía sobre la pieza: García y López (1903, pág. 120. Reccogida con anterioridad por Fita y Rodríguez Villa,
1898, BRAH 32, pág. 93).
117
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
teagudo (Fernández Chicarro, 1952-53, con la marca T.P.), Ampurias (Palol, 1948-49, pág. 253 n.o 61, con la
marca (de difícil lectura) LEO ?), Barcelona (Berges, 1963, pág. 235 n.o 1-4. con la marca C.CIAT ?), Torre Llau-
der (Clariana, 1976, lám 28, 52 con la marca C.CLOD.), Menorca (San Nicolás, 1983-84, n.o 1, con la marca
LVC.), Conimbriga (Alarcão-Ponte, 1976, n.o 31 con la marca C.CLOD, n.o 146 con la marca incompleta.IM .
Belchior, 1969, pág. 87, lám. XXVIII, 13), Alcacer do Sal (Figueiredo, 1974-77, lám II n.o 5 con la marca
L.FABRAGA), Montans (Berges, 1989 n.o 476), Cartago (Deneauve, 1969, con la marca MYRO números: 430, 488,
795, 807. Con la marca LVC, n.o 1.031. Sin marca: 405, 429, 435, 486, 495, 498, 503, 525, 527, 532, 587, 790,
965, 966), British Museum (Bailey, 1980, Con la marca CLOD: números Q. 832, Q. 833. Q. 872, Q. 876 y Q.
902. Con la marca C.CLOD: números Q. 860 y Q. 903. Con la marca C.T.P: números Q. 858, Q. 873, Q. 887 y
Q. 1033. Con la marca L.V.C: números Q. 813, Q. 938, Q. 988, Q. 1.094, Q. 1.098, Q. 1. 250. Con la marca
MYRO: números Q. 956, Q. 972, Q. 1.024, Q. 1.095. Sin marca: Q. 842, Q. 843, Q. 872, Q. 879, Q. 908, Q. 930,
Q. 933 (Disco decorado con un Jubilator), Q. 946, Q. 947, Q. 948 (disco decorado con Júpiter y el Águila), Q.
951, Q. 952. Q. 960, Q. 976, Q. 1.027 (disco decorado con Júpiter y el Águila), Q. 1194, Q. 1. 203, Q. 1. 229,
Q. 1. 250 (disco decorado con Júpiter y el Águila), Q. 1. 262), Trier (Goethert, 1985, fig. 27, n.o 50-51), Mainz
(Menzel, 1969, fig. 19 números 5, 8 y 16; Fig. 31, números 12 al 15 con la marca LVC y números 16 al 21, sin
marca; Fig. 34 n.o 14 con la marca MOPP; Fig. 43 n.o 278 y fig. 47 números 6, 8 y 9), Col. Schloessinger
(Rosenthal-Sivan, 1978 , pág. 27 n.o 80 y 42 n.o 164), Amsterdam (Szentléleky, 1969, n.o 73), Sabratha (Joly,
1974, pág. 21, lám. III n.o 19), etc.
Cronología: Szentléleky (1969, pág. 101): Mitad del siglo I d. C. Palol (1948-49, pág. 237): Siglo II d. C. Ponsich
(1961, pág. 34): Aparece a partir de Claudio o de Nerón. Belchior (1969, pág. 53): Inicios de la segunda mitad
del siglo I y continúa durante la 1.a mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54): Finales del siglo I d. C. y
principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág. 46): 40 - 110. Más frecuente
entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág. 165): Comienzos de la segun-
da mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del siglo II d. C. Bailey
(1980, pág. 296): Claudio - Principios de Trajano.
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LUCERNAS
Decoración del disco: Langosta de perfil atacando a una larva. La langosta aparece con las patas traseras flexiona-
das. Debajo, la larva y unas hojas de parra como fondo. A la altura de la cabeza y de las patas traseras un
racimo de uvas. En la parte inferior, a la izquierda, un lagarto.
Margo: Amplio y caído.
Decoración margo: Ovas.
Asa: Elevado sobre la orla.
Base: Plana un círculo.
Marca: A caña sobre el molde, ANI.
Cronología: Atendiendo a la tipología: Szentléleky (1969, pág. 101): Mitad del siglo I d. C. Palol (1948-49, pág.
237): Siglo II d. C. Ponsich (1961, pág. 34): Aparece a partir de Claudio o de Nerón. Belchior (1969, pág. 53):
Inicios de la segunda mitad del siglo I y continúa durante la 1.a mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54):
Finales del siglo I d. C. y principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág.
46): 40 - 110. Más frecuente entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág.
165): Comienzos de la segunda mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera
parte del siglo II d. C. Bailey (1980, pág. 296): Claudio - principios de Trajano.
Paralelos motivo del disco: Itálica (Fernández Chicarro, 1952-53, pág. 76 n.o 74, fig. 47,7. Con la marca GABINIA),
Mérida (Barrantes, 1877, pág. 34. Rodríguez Martín, 2002, pág. 140-141, fig. XVII, n.o 241), Fuentes de León,
Cañada Honda (Moreno Jiménez, 1991, pág. 375, n.o 2337 y 2797), Herrera de Pisuerga (Morillo, 1999, fig. 152,
n.o 154), Cartago (Deneauve, 1969, lám. LIV n.o 526), British Museum (Bailey, 1980, Q1087. Id., 1980, III, Q1952
– Q1954, lám. 36 (procede de Egipto)), Mainz (Menzel, 1969, fig. 33, n.o 23 y fig. 35, n.o 4), Golfo de Fos
(Rivet, 2003, pág. 528).
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Decoración del disco: Muy difuminada, producto del uso abusivo del molde. Parece reconocerse la figura de Júpi-
ter llevado por el águila.
Paralelos motivo del disco: Cartago (Deneauve, 1969, pág. 182, n.o 824.).
Decoración margo: Estrigilas.
Asa: Elevada sobre la orla.
Base: Anular.
Marca: No lleva.
Cronología según tipología: Szentléleky (1969, pág. 101): Mitad del siglo I d. C. Palol (1948-49, pág. 237): Siglo II
d. C. Ponsich (1961, pág. 34): Aparece a partir de Claudio o de Nerón. Belchior (1969, pág. 53): Inicios de la
segunda mitad del siglo I d. C. y continúa durante la 1.a mitad del siglo II d. C. Olcina (1990, pág. 54): Finales
del siglo I d. C. y principios del II d. C. Bisi Ingrasia (1977, pág. 89): Siglo I d. C. Bergès (1989, pág. 46): 40
- 110. Más frecuente entre los años 80 - 110 d. C. Loeschcke (1919, pág. 239) y Deneauve (1969, pág. 165):
Comienzos de la segunda mitad del siglo I d. C. Son frecuentes con Nerón y durante toda la primera parte del
siglo II d. C. Bailey (1980, pág. 296): Claudio - Principios de Trajano.
Paralelos motivo del disco: Trier (Goethert, 1985, M 54, lám. 27, n.o 378), Museo de Besançon (Lerat, 1954, pág. 9,
lám. VII, n.o 56), Museo Británico (Bailey, 1980 III, Q2620, lám. 72. Procede de Tarso), Banasa (Ponsich, 1961,
pág. 83, lám. VI, n.o 53 (Tipo II B) Thouvenot, 1954, pág. 117, lám. XXV, n.o 2), Mérida (Barrantes, 1877, pág.
29 n.o 30. Con la marca COPPIRES. Rodríguez Martín, 2002, pág. 94, fig. XI, n.o 143-144, lám. XXVII, n.o 138),
Córdoba (Rodríguez Neila, 1978-79, pág. 32-33 n.o 21), Bética (Moreno Jiménez, 1991, n.o 1001, n.o 885, y n.o
934, lám. DXXII), Delos (Bruneau, 1965, n.o 4577-4578, lám. 29).
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Paralelos: Cartago (Menzel, 1969, pág. 51, Fig. 43, n.o 278).
Bibliografía sobre la pieza: García y López (1903, pág. 44).
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Debemos dejar constancia de que un buen número de las piezas de la Colección de la Condesa de Lebrija fueron adquiridas en Extremadura,
principalmente en Mérida y sus alrededores.
19
La zona Sevilla, así como el área portuguesa, son, entre otras, zonas importantes de comercialización de las lucernas procedentes de los
talleres emeritenses (Rodríguez Martín, «Producción y comercialización» Gorges-Rodríguez, «Los territorios antiguos de Mérida», pág. 108
ss.).
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N.o Inventario Antiguo: 836. Decoración margo: Decorado con una láurea de gra-
Procedencia: Desconocida. nos, tipo espiga.
Tipología: Walters 107. Asa: Elevada sobre la orla.
Descripción: Lucerna completa de época romana. Base: Plana, marcada con un círculo inciso, muy sua-
Material: Cerámica. Pasta de gran plasticidad de color ve sobre el molde aún fresco.
crema rosácea, muy depurada, sin engobe. Marca: A caña sobre el molde, en griego. EPMIANO.
Molduras: Una, muy sinuosa. Taller: Desconocemos su ubicación, pero pensamos
Decoración del disco: Motivo floral en el que se re- que debe ser Heleno.
presenta una margarita de 16 pétalos lanceolados. Cronología: Siglo III-IV d. C.
Margo: Amplio y caído. Paralelos: Museo Británico (Bailey, 1980 III, Q 2593,
lám. 70. Procede de Chipre).
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Cronología: Bailey (1980, pág. 290-291, Q. 1194, Q1195): Último cuarto del siglo I d. C. o un poco después. Loes-
chcke (1919, pág 81): Posterior al año 75 d. C. Palol (1948-49, pág. 259): 60 - 100 d-C. Lamboglia-Beltrán (1952,
pág. 88): 60 d. C. Alarcão-Ponte (1976, Pág. 106): Trajano. Morillo (1999, pág 128): Final de los Flavios - Co-
mienzos del siglo II d. C.
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Área dispersión de la marca: Torre Águila (Rodríguez Martín, 1993, pág. 712), Mérida (Feijoo, 2000, pág. 357, lám
9, UE 196/8; Rodríguez Martín, 2002, pág. 158), Astorga (Balil, 1968-69, pág. 168. Escarpizo, 1986-88, págs. 1-
6. Morillo, 1999, pág. 292 (7 ejemplares)), Lancia, Palencia (Morillo, 1999, pág. 292-293. 1 pieza en Lancia y tres
en Palencia. Balil, 1983, pág. 297-308), Torre Llauder (Clariana, 1976, lám. 28 y 84), Tarragona (Balil, 1968-69,
pág. 29. C.I.L. II n.o 4969, 24b. Serra, 1932 pág. 108. Bernal, 1993, pág. 225 n.o catálogo 114), Huerña (Domer-
gue - Martín, 1977, pág. 1-17, n.o 422), Madrid (C.I.L. 4969, 24), Castellar de Santiesteban (Lantier-Cabré, 1917),
Mahón (Beltrán, 1990, pág. 268. Rita, 1982, pág. 60), Tosal de Manises (Olcina, 1990, pág. 50, n.o 51 y pág. 51,
n.o 52), Sevilla (López Rodríguez, 1981, pág. 22, n.o 95, lám. X. Moreno Jiménez, 1991, pág. 250-251, n.o 2988),
Ampurias (Palol, 1948-49, pág. 259), Rosinos de Vidriales (Carretero, 2000, pág. 772-778. Hay cinco marcas),
Castelo Branco (Leitão-Ponte, 1980, pág. 155-156), Conimbriga (Alarcão-Ponte, 1976, pág. 109, n.o 138), Museo
Machado de Castro (Alarcão, 1971, pág. 83), Tánger (Ponsich, 1961, pág. 71), Argelia (Bussiere, 2000, lám. 163
n.o 807), Carnuntum (Alram-Stern, 1989, pág. 71-72, lám. 9 y 10. 68 marcas), Museo de Arte y de Historia de
Suiza (Chrzanovski, 2000b, n.o 13, 14, 16, 24, 25 y 29), August, Baden, Avenches (Leibundgut, 1977, pág. 270,
lám 10 n.o 810, August; n.o 79, Baden; lám 11, n.o 853, Baden y lám 12, n.o 877, Avenche), Bonn (Hübinger,
1993, lám. 18 n.o 143a), Mainz (Menzel, 1969, fig. 49 n.o 9-11 y 50 n.o 1), Valcamonica (Panazza, 1984, pág.
140), Montmaurin (Fouet, 1969, pág. 269), Panonia (Ivanyi, 1935, lám. LXXXVI a XCI), Museo Británico (Walters,
1914, n.o 887, 891, 892, 899, 902, 909, 915 y 923. Bailey, 1980, pág 96. En relieve, Q1161, Q1163, Q1167,
Q1172, Q1173, Q1174), Museo de Besançon (Lerat, 1954, n.o 144, 147, 157, 158), Museo Royal de Ontario (Ha-
yes, 1980, pág. 58-59, lám. 29-30 n.o 256, 260 y 262), Biblioteca Nacional de Francia (Hellmann, 1985, lám. L,
n.o 361 362, 364 y 372), Maguncia (Menzel, 1969, n.o 367), Viena (Loeschcke, 1919, lám. XIX n.o 800, 812 y
836), Glanum (Rolland, 1944, pág. 200), Milán (Sapelli, 1979, págs. 123-134, n.o 255, 256, 269, 270 y 283-293),
Museo Capitolino (Mercando, 1970, pág. 431, fig. 413), Museo de Adria (Larese, 2003, pág. 138 (10 marcas)),
Trentino (Gualandi, 1986, págs. 279, 304, 314, 315, 316-318), Bolonia (Gualandi, 1977, pág. 275, n.o 423, 434-37
y 463-470), Aquileia (Buchi, 1988, Tabla 4 (48 marcas), lám. XXXIII, hasta el número 661), Voghenza (Berti,
1985, tumba 6, n.o 1; tumba 10, n.o 1; tumba 13, n.o 1; tumba 38, n.o 1; tumba 40, n.o 7; 41, n.o 1; tumba 50,
n.o 4 y tumba 61, n.o 3; aparece con una moneda de Lucio Vero), Nápoles (Pavolini, 1977, pág. 48-49), Museo
Concordiese (Larese, 1983, n.o 51 a 53 y 77 a 87), y Lippischen (Zelle, 1990, pág. 179-180, lám. 33 1-3 y 4-6).
Para no hacerlo demasiado extensivo, nos remitimos al catálogo de Buchi (1988, pág. 71-73) y a la relación
más actualizada de Morillo (1999, pág. 272-272).
Cronología: Loeschcke (1919, pág. 94): Últimos años de Vespasiano. Balil (1968-69, pág. 169): Ultimo cuarto del
siglo I d. C. y durante el II d. C. Gualandi (1986, pág. 279): Para el inicio, primera mitad del I d. C. Etapa de
máximo apogeo entre finales del siglo I d. C. y el siglo II d. C. En provincias debió seguir produciéndose hasta
el siglo IV d. C. Opinión que comparte Morillo (1999, pág. 293). Chrzanovski (2000b, pág. 63; se atestigua tam-
bién en Pompeya y Viena, como fechas más tempranas en época de Vespasiano) lo prolonga en las provincias
hasta el siglo V d. C. Alarcão (1971, pág. 83): Último cuarto del siglo I d. C. - principios del siglo II d. C.
Leitão-Ponte (1980, pág. 155-56) y Zelle (1990, pág. 179-180): Siglo II d. C. López Rodríguez (1981, pág. 22): En
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el año 90 d. C., terminando en el tercer cuarto del siglo II d. C. Palol (1948-49, pág. 259): Frecuentes durante
el siglo II d. C. Hayes (1980, págs. 58-59): Final del siglo I d. C. - segunda mitad del siglo II d. C. Menzel
(1969, pág. 60): Sitúa la producción de las lucernas de canal en torno al año 100 d. C. Szentléleky (1969, pág.
93). La producción comienza a finales del siglo I d. C., pero sus lucernas se distribuyen sobre todo durante el
siglo II, llegando inclusive hasta el siglo III d. C. Bailey (1980, pág. 282-285): Final del período Flavio - mitad
de la época de los Antoninos.
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Meseta y en el Valle del Ebro, inclinándose por localizarla en este último, aunque no descarta que haya más de
un centro productor. Morillo (1999, pág. 151-152), plantea que Tricio debió fabricar este tipo de lucernas.
Cronología: Amaré (1985b, pág. 801): siglo III - V d. C.; Morillo (1999, pág. 152): IV - v d. C.; Mezquiriz (2003, pág.
206), forma característica de fines del siglo III y del IV d. C.
Área de dispersión: Gijón, Astorga, Ventosa de Pisuerga (Morillo, 1999, pág. 157-158; Morillo, 1999, pág. 151), Ca-
ñizo, Madridanos, Peleagonzalo (Sevillano, 1978, pág. 77, lám IX, n.o 17; pág. 158, fig. 15 y pág. 213, fig. 18),
Castrobol (Garcia Merino, 1975, pág. 528, lám II, n.o 6 y 7), Padilla del Duero (Mañanés, 1993, pág. 193, fig.
60, n.o 8), Clunia, La Olmeda (Palol-Cortés, 1974, pág. 152, fig. 44, n.o 172-174), Tiermes (Argente et alli, 1980,
pág. 306, fig. 96), Hornillos del Camino (Monteverde, 1945, pág. 338-340), Posavillanos (Armiñón) (Sáenz de
Urturi, 1978, pág. 65-66), Tricio, Santa Ana (Entrena) (González-Espinosa, 1976, pág. 165-166, fig. 3), Vareia, La
Morlaca (Villamediana de Iregua) (Pascual-Espinosa, 1982, pág. 85, fig. 6), Agoncillo, Piedra Hincada (Calaho-
rra), Tidón (Viana) (Labeaga, 1976, pág. 157, fig. 73, n.o 7 y 8), Andelos (Andión), Arellano, Pamplona (Mez-
quiriz, 1960, pág. 63, fig. 5; 1978, pág. 46; 2003, págs. 206 y 254, n.o 20 y 21), Sartaguda, Alto Butrón (Lerín),
Falces, Castejón, Soto del Ramillete (Tudela), Los Templarios (Monteagudo), Bilbilis (Amaré, 1986b, pág. 188,
fig. 3, lám. IV (Sartaguda, Alto Butrón (Lerín), Falces, Castejón, Soto del Ramillete (Tudela), Los Templarios (Mon-
teagudo). Amaré, 1984, pág. 23, lám. IV, n.o 21 y lám. XI, n.o 21), Cuarte (Beltrán, 1966, pág. 87), Romanos
(Burillo, 1977, pags. 126 y 128, fig. 21-23), Tarazona, Borja, Zaragoza, Villa Fortunatvs (Fraga) (Amaré, 1988,
pág. 60-61, lám. IX, n.o 1; lám. X, n.o 25; lám. XIII, n.o 11; lám. XIV, n.o 1 y lám. XVI, n.o 2 y 3), Valeja de
San Pez (Maria de Huelva) (Paz Peralta, 1991, pág. 103-104), Alcalá de Henares (Fernández Galiano, 1984, pág.
329-330, fig. 185, n.o 538), Toledo (Carrobles-Rodríguez, 1988, pág. 25-26), Velilla de San Antonio (Zarzalejos,
1991, pág. 203, n.o 87 y 88, fig. 53), Valeria (Sánchez la Fuente, 1985, pág. 154, n.o 46, fig. 49, lám. XX),
Conimbriga (Delgado, 1975, pág. 325, n.o 60), Mérida (Rodríguez Martín, 2002, pág. 41, lám. III, n.o 50) y Mu-
seo Arqueológico Nacional (Morillo, 1999, pág. 151).
FRAGMENTOS
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Decoración del disco: Busto de Mercurio de perfil mirando a la derecha. El dios lleva el petasus. El casco con alas
no cubre nada más que la parte superior del cráneo, y deja ver una parte del cabello. Este cae en dos espe-
sas capas de pelo, dispuestas regularmente. En otros ejemplares, sobre la espalda aparece representado el ca-
duceo.
Margo: No se conserva.
Decoración margo: No se conserva.
Asa: No se conserva.
Base: No se conserva.
Marca: No se conserva.
Cronología: Atendiendo a la figura: Bailey (1980 III, pág. 224, (Tipo E)): Siglo I d. C.; Rivet (2003, pág. 88. (Tipo
Deneauve VII D): Claudio-Nerón con prolongación en el siglo II d. C. Amaré (1984, pág. 27 (Tipo Deneauve
VA). «Modelo helenístico empleado con frecuencia por los artistas romanos»): Augusto – finales del siglo I d. C.
Paralelos: No hemos encontrado ninguno exacto. Similar: Museo de Louvain-la Neuve (Wilmet, 2003, pág. 239, fig
2a), Golfo de Fos (Rivet, 2003, pág. 88 n.o 331), Museo Británico (Bailey, 1980 III, pág. 224, Q 1059), Bilbilis
(Amaré, 1984, pág. 27. Recoge paralelos en Colonia, Cremona, Toutain, Delos, Ensaya, Panonia, Wiessbaden),
Astorga (Morillo, 1999, pág. 168, fig. 65, n.o 1), Cartago (Deneauve, 1969, pág. 127, n.o 406, lám.XLV), Trier
(Goethert, 1985, M 18, kat. 173, lám. 16, n.o 40 (Tipo Deneauve VA)), Chipre (Oziol-Pouilloux, 1969, n.o 267
y 268), Suiza (Leibundgut, 1977, lám. 26, n.o 35), Vindonisa (Loeschcke, 1919, n.o 4), Mainz (Menzel, 1969,
pág. 30, n.o 109, Fig. 27, n.o 1 (Tipo Dressel 9 B)), Delos (Bruneau, 1965, lám. 28, n.o 4575).
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lám. 101), Bética (Moreno Jiménez, 1991, lám. CCIII, n.o 0515 y 1453), Salamina de Chipre (Oziol, 1977, lám.
23, n.o 423-424 y lám. 32, n.o 572).
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Base: No conserva.
Marca: No conserva.
Cronología: Hayes (1980, pág. 78): Mitad del siglo I d. C. - siglo II d. C. Bailey (1980, pág. 297): 50-80 d. C.
Paralelos motivo disco: Besançon (1954, lám XVI, n.o 131), Golfo de Fos (2003, n.o 147 (similar)), Museo Británico
(Bailey, 1980, pág. 297, Q 1204 (Tipo O grupo II)), Mainz (Menzel, 1969, pág. 34 n.o 138, fig. 28, n.o 6 y fig 32,
n.o 13. (Deneauve VA)), Neuss (Vegas, 1966, pág. 96, lám. 8, 91 y 103), Suiza (Leibundgut, 1977, pág. 108, lám
48), Museo del Ermitage (Waldhauer, 1914, pág. 5, lám. XXVII n.o 370), Museo Royal de Ontario (Hayes, 1980,
pág. 50-51, lám. 38 n.o 317), Hungría (Szentléleky, 1969, pág. 82. No es igual totalmente), Salamina de Chipre
(OzioL-Pouilloux, 1969, lám. 19, n.o 349-353), Museo de Aquileia (Balestrazzi 1988, lám. 102, n.o 570), Delos (Bru-
neau, 1965, n.o 4584, lám. 29), Viena (Loeschcke, 1919, pág. 380-381, n.o 256-266 y 402, lám. XIII, n.o 501), Ar-
gelia (Bussiere, 2000, lám 53 n.o 337), Cartago (Deneauve, 1969, pág. 118, lám XL, n.o 353 (Deneauve IV A) y
pág. 139-140, lám. LII n.o 500-502 (Deneauve V A)), Sala (Thouvenot, 1954, lám. XXII, fig. 4. Ponsich, 1961, lám
V, n.o 43), Mérida (Rodríguez Martín, 2002, pág. 123, lám. XXXVIII, n.o 201, fig. XVI, n.o 229, con la marca
GABINIA. Gil Farrés, 1947-48, pág. 107, n.o 32), Cerro Casal (Sevilla), Osuna, Cádiz, Loma del Carmen (Almería)
(Moreno Jiménez, 1991, pág. 382, n.o 3191, 3426, 3600, pág. 577 y 132. En Osuna tenemos dos marcas), Tetuán
(Quintero, 1958, lám. XCI n.o 19), Porto (Ferreira, 1953, pág. 158, lám. XXXIV n.o 66), Faro (Lyster, 1958, pág.
170, lám. 8 n.o 22), Conimbriga (Alarcão-Ponte, 1976, pág. 105, lám XXVIII n.o 97).
140
LUCERNAS
141
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
142
LUCERNAS
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
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LUCERNAS
Molduras: Tres.
Decoración del disco: Impreciso, lo que se ha conservado es parte de un pie des-
nudo.
Margo: Corto y caído.
Decoración margo: Liso.
Asa: No lleva.
Base: No se conserva.
Marca: No se conserva.
Cronología: Loeschcke (1919, pág. 225): Con posterioridad a Augusto. Deneauve (1969,
pág. 126), Palol (1948-49, pág. 237), Menzel (1969, pág.38) y Beltrán (1966, pág.
80): Tiberio-Claudio - hasta final siglo I d. C. Bailey (1980, pág. 154 ss.): Augusto-
Claudio, prolongándose hasta Trajano. Szentléleky (1969, pág. 79): Segunda mitad del siglo I d. C. y durante
todo el siglo II d. C. Bergés (1989, pág. 40): 40 - 110 d. C. Olcina (1990, pág. 29 ss.): Segunda mitad del siglo
I d. C. Ferreira (Ferreira Quinteira, 1979, pág. 5): Época Flavia.
145
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Material: Cerámica. Pasta de color ocre amarillenta, de textura blanda y arenosa, que ha perdido el engobe. Se
conservan restos de color negruzco.
Molduras: Dos y una corona de líneas.
Decoración del disco: Aunque no se conserva era liso.
Margo: Muy corto y caído al interior.
Decoración margo: Liso.
Asa: Anular, tipo lazo, elevada, decorada con dos molduras.
Base: Plana.
Marca: No conserva.
Taller: Centro itálico.
Cronología: Ricci (1973-1974, pág. 205): 20 a. C y 10 d. C. Pavolini (1980, pág. 48. Id. 1982, pág. 147): arranque
anterior al año 20 a. C. Menzel (1969, pág. 24.el): desaparece a lo largo del reinado de Tiberio. Morillo (1999,
pág. 49: En las regiones periféricas perduran durante el reinado de Tiberio. Para el estudio más completo sobre
las Vogelkopflamp en general, y en particular en la Península Ibérica, ver, en este mismo autor, pág. 46-55.
146
LUCERNAS
147
LUCERNAS
APÉNDICE I
Se conserva en esta colección de lucernas de la Real Academia de la Historia una pieza griega de múltiples
picas, que por sus características ha parecido más oportuno incluir en un Apéndice, ya que, aunque forma parte
de la colección de lucernas, no corresponde por su tipología ni por su cronología a las de época romana, siendo
además dudoso que proceda de la Península Ibérica.
149
ÍNDICES
LUCERNAS
1. FORMAS
153
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
2. MOTIVOS DECORATIVOS
3. MARCAS DE ALFARERO
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LUCERNAS
4. LUGARES *
* Los números normales hacen referencia a las páginas del Catálogo; los números en negrita, a la numeración de las piezas.
155
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
156
LUCERNAS
Mérida, alfar, oficinas y talleres de: 51, 23, 31, 40, 49, Osuna (Sevilla): 32, 39, 40, 51, 26-40, 49, 72, 78
55 Padana-Emilia, territorio de la: 64
Mértola: 50, 40 Padilla del Duero (Valladolid): 69
Meseta: 69 Padul (Granada): 45, 45
Mieres (Asturias): 68 Palencia: 46, 64
Milán: 46, 7, 64 (véase también Museo de Milán). Palencia, Provincia de: Véase Olmeda, La.
Milán, zona de: 7 Palestina: 22
Módena: 45, 64 Pamplona (Navarra): 69
Mogador: 38, 44 Panonia: 31, 34, 44, 46, 41, 45, 64, 70
Montans: 34, 37, 38, 44, 51, 16, 20, 41, 44, 49, 73 Paris: Véase Biblioteca Nacional de Francia y Museo
Monteagudo: 51, 49 del Louvre.
Montilla (Córdoba): 50, 31 Peleagonzalo: 69
Montmarin: 45, 46, 45, 64 Peloponeso: 3
Morlaca, La (Villamediana de Iregua) : 69 Península Ibérica: 51, 12, 25, 49, 68, 90
Murcia, Provincia de: Véase Templarios, Los (Montea- Península Ibérica, Noroeste de la: 46, 64
gudo). Península Ibérica, Norte de la: 61
Musée de Viuz-Faverges: Véase Museo de Viuz-Farges. Península Ibérica, Suroeste de la: 28
Museo Arqueológico de Lisboa: 68 Península Itálica: (véase Italia).
Museo Arqueológico Nacional (Madrid): 48, 69, 82 Peñafiel (Valladolid): 30
Museo Británico: 31, 32, 34-41, 43-46, 48, 51, 3, 7, 15, Peroguarda: 61
16, 20, 22, 24, 25, 41, 44, 45, 47, 49, 50-52, 62, Piedra Hincada (Calahorra): 69
64, 68, 70, 71, 74, 77-82 Pollentia (Mallorca): 40, 42, 43, 48, 49, 25, 40, 79-81,
Museo Capitolino: 46, 64 84
Museo Concordiese: 46, 64 Pompeya: 29, 46, 48, 64, 65, 66, 82
Museo de Adria: 46, 64 Poo, Valle del valle del: 45, 46, 63, 64
Museo de Albacete: 61 Porto: 39, 78
Museo de Antiquités Nationales (Francia): 46 Posavillanos (Armiñón): 69
Museo de Aquileia: 24, 25, 71, 73, 78 Provincias occidentales del Imperio Romano: 46, 64
Museo de Arte y de Historia de Suiza: 46 Provincias septentrionales del Imperio Romano: 46, 64
Museo de Arte y de Historia de Suiza: 64 Puerto de Santa María (Cádiz): 32, 72
Museo de Berlín: 3 Río Tinto (Huelva): 50, 38, 40
Museo de Besançon: 46, 52, 64 Rioja, La: 40, 26-40 (véase Piedra Hincada y Tricio.
Museo de Bolonia: 25 Roma: 43, 47, 48, 50, 51, 1, 13, 40, 51, 80, 82, 83.
Museo de Bonn: 25 - Anticuarium Comunale: 25
Museo de la Universidad de Bonn: 68 - Forum Transitorium: 48
Museo de la Universidad de Lund: 68 - Museo Capitolino: 64
Museo de Louvain-la Neuve: 31, 45, 70 - Vigna Barberini: 48
Museo de Mainz: 3, 25 Romanos: 69
Museo de Mérida: 19 Rosinos de Vidriales (Zamora): 46, 64
Museo de Milán: 44, 41 Sabratha: 40, 48, 51, 26-40, 49, 82 (véase también
Museo de Nápoles: 44, 41 Museo de Sabratha)
Museo de Nimes: 37, 16 Sagunto (Valencia): 44, 41
Museo de Sabratha: 44, 45, 41, 45 Sala: 39, 78
Museo de Santa Cruz de Toledo: 61 Salamina de Chipre: 20, 32, 33, 39, 3, 14, 71, 78
Museo de Sevilla: 48, 50, 40, 47, 61, 82 Santa Ana (Entrena): 69
Museo de Trier: 32, 36, 38, 15, 20, 44, 72 Santa Bárbara (Portugal): 38, 41, 44, 77, 79
Museo de Viuz-Faverges: 40, 45, 45, 79 Santa Marta (Badajoz): 32, 72
Museo del Ermitage: 39, 78 Sapillo, El (Jaén): 50, 31
Museo del Louvre: 38, 3, 44, 61 Sardes: 3
Museo Machado de Castro: 46, 64 Sartaguda: 69
Museo Royal de Ontario: 39, 46, 64, 78 Sarzona: 49, 84
Nápoles: 46, 50, 64 (véase también Museo de Nápo- Savignano sul Panaro: 45, 64
les). Schloessinger: Véase Colección Schloessinger.
Narbonense: 45, 45 Sevilla: 32, 36, 38, 40, 41, 45, 46, 48, 50, 51, 7, 26-
Navarra: 25 (véase también Pamplona, Soto del Rami- 40, 45, 49, 64, 72, 74, 77, 82 (véase también Mu-
llete (Tudela) y Tidón (Viana). seo de Sevilla y Colección de la Condesa de Lebri-
Neuss: 39, 78 ja).
Nilo, Valle del: 68 Sevilla, Provincia de: Véase Cañada Honda, Cerro
Nimes: véase Museo de Nimes. Casal, Italica y Osuna.
Olmeda, La (Palencia): 69 Sicilia: 45, 47, 45, 83
Ontario: Véase Museo Royal de Ontario. Sitifis: 47
Orán: 47, 83 Soldán, El: 61
Orense: 40, 26-40 Soria, Provincia de: Véase Tiermes y Vía Romana de
Ostia: 43, 47, 80, 83 Augustobriga a Uxama.
157
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Soto del Ramillete (Tudela, Navarra): 69 Trier: 31, 33, 34, 36, 37, 38, 41, 51, 14, 16, 23, 42,
Suiza: 31, 33, 34, 36, 37, 39, 50, 14, 16, 20, 40, 45, , 45, 47, 49, 52, 70, 74, 77 (véase también Museo de
70, 74, 78 (véase también Museo de Arte y de His- Trier).
toria de Suiza). Tripolitania: 44, 45
Talleres provinciales: Véase Imperio Romano. Túnez: 43-45, 45, 80
Tamuda: 41, 61, 79 Úbeda (Jaén): 50, 31
Tánger: 45, 46, 45, 64 Uchi Majus: 47, 83
Tarazona (Zaragoza): 69 Umbría: 47, 51
Tarraconense: 16 Uxama: Véase vía romana de Augustobriga a Uxama.
Tarragona: 32, 37, 40, 41, 43, 46-50, 1, 13, 14, 25, 40, Vado Hondo (Jaén): 48, 82
45, 47, 54, 58, 64, 77, 79, 80, 82-84 Valcamonica: 46, 64
- Excavaciones de: 16 Valeja de San Pez (Marina de Huelva): 69
- Muelle romano: 56 Valencia: 44, 47, 41, 83
- Necrópolis de la calle Robert D’ Aguiló: 83 Valencia, Provincia de: Véase Sagunto.
- Necrópolis de: 42 Valeria (Cuenca): 61, 69
Tarso: 3, 52 Valladolid, Provincia de: Véase Padilla del Duero y
Templarios, Los (Monteagudo, Murcia) : 69 Peñafiel.
Tendillas, plaza de las (Córdoba): 40, 26-40 Vareia: 69
Tetuán: 39, 40, 78, 79 Velilla de San Antonio (Madrid): 69
Thubrisicum Bure: 47, 83 Véneto: 47, 51
Tidón (Viana) : 69 Ventosa de Pisuerga: 69
Tiermes (Soria): 69 Verona: 48, 82
Tingitana: 43, 45, 45, 80 Vía romana de Uxama a Augustobriga: 61
Tipasa: 48, 81 Viena: 29, 32, 35, 37-39, 46, 50, 16, 20, 24, 40, 44,
Toledo: 69 (véase también Museo de Santa Cruz). 64, 65, 66, 71, 78
Torre Águila: 39, 46, 44, 64 Villa Fortunatvs (Fraga) : 69
Torre d’Ares: 38, 44 Villafranca de los Barros (Badajoz): 51, 49
Torre das Arcas: 35, 19 Vindonissa: 31, 34, 48, 45, 70, 73, 82
Torre Llauder: 46, 51, 49, 64 Viuz-Faverges: Véase Museo de Viuz-Faverges.
Tosal de Manises (Alicante): 32, 46, 48, 64, 72, 81, 82 Voghenza: 46, 64
Toutain: 31, 34, 45, 70 Volúbilis: 41, 43, 51, 79, 80
Trasalpina, Región: 7 Wiesbaden: 31, 34, 45, 70
Trentino (Véase Trento): 46, 64 Zalamea de la Serena (Badajoz): 51, 49
Trento: 34, 45, 51 Zaragoza: 69
Treviso: 32, 71 Zaragoza, Provincia de: Véase Arcobriga, Bilbilis y Ta-
Tricio (La Rioja): 69 razona.
158
LUCERNAS
159
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
6. LÁMINAS
1. 1-2, Lucerna de tipo Broneer XVI procedente de Tarragona (Catálogo n. 1); 3, Lucerna de tipo Delos I de
Bruneau (Catálogo n.o 3); 4, Lucerna de tipo Howland 40A (Catálogo n.o 4).
2. 1, Lucerna delfiniforme de tipo Dressel 2A (Catálogo n.o 7); 2, Lucerna de tipo Dressel 3-4 decorada con tritón
y delfín (Catálogo n.o 13).
3. 1, Lucerna de tipo Dressel-Lamboglia 9B decorada con Hércules y el centauro Nesos (Catálogo n.o 14); 2, Lu-
cerna de tipo Dressel 9C decorada con lucha de gladiadores (Catálogo n.o 15). 3, Lucerna de tipo Dressel 9C
decorada con un retiarius arrodillado (Catálogo n.o 16); 4, Lucerna de tipo Dressel 11 con deidad femenina con
cornucopia o palma (Catálogo n.o 18)
4. 1, Lucerna de tipo Dressel 12 con escena bucólica procedente de Ascalón, Palestina (Catálogo n.o 22).
5. 1, Lucerna de tipo Dressel 3 - Sotomayor D-1, decorada con venera, posible taller emeritense (Catálogo n.o 30);
2, Lucerna semejante a la anterior, posiblemente de taller bético (Catálogo n.o 31); 3, Lucerna tipo Dressel-
Lamboglia 20 con oso a la carrera (Catálogo n.o 44); 4, Lucerna tipo Dressel-Lamboglia 20 decorada con un
busto masculino, Mercurio? (Catálogo n.o 45).
6. 1, Lucerna de tipo Dressel-Lamboglia 20 decorada con una langosta (Catálogo n.o 50); 2, Lucerna de tipo se-
mejante a la anterior decorada con un tigre (Catálogo nº 51); 3, Lucerna tipo Dressel-Lamboglia 20 con Júpiter
y el Águila (Catálogo n.o 52).
7. 1, Lucerna de tipo Dressel-Lamboglia 27 decorada con Eros (Catálogo n.o 54); 2, Lucerna de tipo Dressel-Lam-
boglia 28 decorada con Fortuna entronizada (Catálogo n.o56); 3, Lucerna egipcia de tipo «rana» Shier 5.2 (Ca-
tálogo nº 68); 4, Lucerna de terra sigillata hispanica, tipo TSHT-50 (Catálogo n.o 69).
160
LÁMINAS
LUCERNAS
LÁMINA 1. 1-2, Lucerna de tipo Broneer XVI procedente de Tarragona (Catálogo n. 1); 3, Lucerna de tipo Delos I de
Bruneau (Catálogo n.o 3); 4, Lucerna de tipo Howland 40A (Catálogo n.o 4).
163
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
164
LUCERNAS
LÁMINA 3. 1, Lucerna de tipo Dressel-Lamboglia 9B decorada con Hércules y el centauro Nesos (Catálogo n.o 14); 2, Lucerna de
tipo Dressel 9C decorada con lucha de gladiadores (Catálogo n.o 15). 3, Lucerna de tipo Dressel 9C decorada con un retiarius
arrodillado (Catálogo n.o 16); 4, Lucerna de tipo Dressel 11 con deidad femenina con cornucopia o palma (Catálogo n.o 18).
165
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
LÁMINA 4. 1, Lucerna de tipo Dressel 12 con escena bucólica procedente de Ascalón, Palestina
(Catálogo n.o 22).
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LUCERNAS
LÁMINA 5. 1, Lucerna de tipo Dressel 3 - Sotomayor D-1, decorada con venera, de posible taller emeritense (Catálogo n.o 30);
2, Lucerna semejante a la anterior, posiblemente de taller bético (Catálogo n.o 31); 3, Lucerna tipo Dressel-Lamboglia 20 con
oso a la carrera (Catálogo n.o 44); 4, Lucerna tipo Dressel-Lamboglia 20 decorada con un busto masculino, Mercurio?
(Catálogo n.o 45).
167
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
LÁMINA 6. 1, Lucerna de tipo Dressel-Lamboglia 20 decorada con una langosta (Catálogo n.o 50); 2, Lucerna de tipo semejan-
te a la anterior decorada con un tigre (Catálogo nº 51); 3, Lucerna tipo Dressel-Lamboglia 20 con Júpiter y el Águila
(Catálogo n.o 52).
168
LUCERNAS
LÁMINA 7. 1, Lucerna de tipo Dressel-Lamboglia 27 decorada con Eros (Catálogo n.o 54); 2, Lucerna de tipo Dressel-Lamboglia
28 decorada con Fortuna entronizada (Catálogo n.o56); 3, Lucerna egipcia de tipo «rana» Shier 5.2 (Catálogo nº 68); Lucer-
na de terra sigillata hispanica, tipo TSHT-50 (Catálogo n.o 69).
169
VIDRIOS
ANTIGÜEDADES ROMANAS 3
por
173
VIDRIOS
INTRODUCCIÓN
1
ORTIZ PALOMAR, E., 2001, p. 407.
175
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
A partir de mediados del siglo I d. C. con el término latino vitrum se hace referencia al vi-
drio2. Las primeras referencias a este material en la literatura latina las encontramos recogidas en
Lucrecio3 y Cicerón4.
El vidrio se convirtió en un material corriente en la vida diaria romana, y se recurría a él como
punto de comparación para cualidades tales como el brillo, la transparencia, la fragilidad y, cuando
se rompía, la eficacia de su filo5.
El vidrio se define como una sustancia rígida no cristalina de aspecto translúcido y por lo
general transparente6. Surge como resultado de la fusión a altas temperaturas de la mezcla de
los siguientes elementos descritos por Ortiz Palomar7:
a) ELEMENTOS FUNDAMENTALES
La sílice
Podían estar formados por sosa o potasa. Ayudan a la fabricación del vidrio precipitando la
fusión y disminuyendo la temperatura de la misma facilitando su elaboración. Los álcalis podían
tener una procedencia mineral (sosa), obtenida fundamentalmente de la trona, o vegetal, conse-
guida por la combustión de ciertas plantas. Éstas podrían ser cenizas de sosa si procede de plantas
de la costa mediterránea y cenizas de potasa si proviene de plantas de zonas boscosas.
El vidrio antiguo que se fabricaba con potasa era mucho más brillante. Las primeras prácti-
cas para la obtención de vidrio potásico corresponden alrededor del siglo IX a. C.; será a partir
del año 1.000 d. C. cuando el potasio sustituya al sodio de manera habitual.
Los vidrios romanos eran en su mayoría de base sódica, y ésta representaba aproximada-
mente el veinte por cien de la mezcla. Muchas veces los artesanos vidrieros optaban en el pro-
ceso de fabricación por un alto índice de sosa para obtener un punto de fusión bajo.
La cal
Constituye un elemento que aumenta la estabilidad química y mecánica del vidrio. Representa al-
rededor de un cinco por cien de la mezcla, y se obtenía al añadir las piedras calizas al baño de la
hornada. Un exceso de cal producía un vidrio opaco y fácilmente desvitrificable; poca cal originaba
un vidrio muy sensible a la descomposición por ataque de los agentes atmosféricos y lixivación por
agua.
2
PRICE, J., 1985, p. 243.
3
LUCRECIO, De Rerum Natura, IV, 145.
4
CICERÓN, Pro Rabirio Postumo, XIV, 40.
5
PRICE, J., 1985, p. 244.
6
SBORGI, F., 1990, p.133.
7
ORTIZ PALOMAR, E., 2001-2002, pp. 11 a 22
176
VIDRIOS
b) ELEMENTOS SECUNDARIOS
El calcín. Está formado por toda clase de vidrio reutilizado en la fusión: lingotes y restos de
fabricación. Actúa como elemento acelerador de las reacciones de formación del vidrio y contri-
buye a mejorar su homogeneidad.
Agentes oxidantes. Están constituidos por sustancias que aparecen casualmente ligadas a otros
ingredientes o agentes decolorantes. Destinados a amortiguar el color producido por las impu-
rezas y reducir su efecto por la oxidación de éstas, y conservación de las oxidadas. El manga-
neso y el antimonio se utilizaron como decolorantes en época romana.
Agentes colorantes. Estos están constituidos por diferentes óxidos metálicos, según el color que
se desee obtener. Los colores dependían de las materias utilizadas, del tiempo de cocción, de
la temperatura de fusión y de la reducción u oxidación de la atmósfera del horno. En muchas
ocasiones el color no es intencionado; surge por la presencia de impurezas en las materias primas
utilizadas, o por la disolución de sustancias pertenecientes a los recipientes utilizados.
El agua. Constituye un elemento acelerador de las reacciones. Aglomera los granos de la mezcla
y actúa como disolvente de los componentes más solubles.
En la Antigüedad se realizaba una fusión parcial en los vidrios sódicos alrededor de 1.000º
debido a la imposibilidad de conseguir con los combustibles disponibles temperaturas más al-
tas 8. Su plasticidad es mayor que la del vidrio de base potásica, aunque éste último no necesi-
ta temperaturas tan altas para fundir.
Los antecedentes más inmediatos del vidrio los encontramos en la capa vítrea que cubría las
joyas de cerámica, los frisos murales y los vasos. Los objetos de vidrio más antiguos correspon-
den a perlas opacas de color, que fueron halladas en Siria, y corresponden al V milenio. En Egipto
las más antiguas corresponden a mediados del IV milenio. Los fragmentos más antiguos de va-
sos de vidrio han sido hallados en Mesopotamia y corresponden al siglo XVI a. C.9.
Hasta la aparición del vidrio soplado las técnicas formativas en el mundo antiguo eran: la téc-
nica de formado a varilla, moldeado libre con herramientas, la técnica de núcleo y la técnica
del vaciado o fundido con moldes de una pieza o con moldes múltiples10.
El vidrio soplado es una invención siria a finales de la República romana11. «Es generalmente
aceptado que los sidonios pueden haber sido los inventores del vidrio soplado»12. Esta técnica
de fabricación no tuvo una amplia difusión hasta la invención de la pipa de soplar metálica. Pro-
bablemente a comienzos de la época de Tiberio el uso del vidrio se hace accesible a todas las
capas sociales.
La técnica del vidrio soplado se difundió en época imperial muy rápidamente por la cuenca
del Mediterráneo y por el norte de Europa. Surge en un momento en el que se aspiraba a un
periodo de paz y estabilidad bajo el fuerte gobierno centralizado, ayudado de una burocracia
eficiente. La nueva pax romana favorece la industria del vidrio13.
8
SBORGI, F., 1990, p. 133.
9
DRAHOTOVÁ, O., 1990, p. 12.
10
ORTIZ PALOMAR, E., 2001-2002, pp. 35, 36.
11
MORIN-JEAN, E., 1913, p. 21.
12
ISINGS, C., 1957, p. 1.
13
HARDEN, D.B., 1988, p. 1.
177
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
La técnica del vidrio soplado se utilizó conjuntamente con las antiguas técnicas de fabrica-
ción. El vidrio mosaico y la fundición en molde eran empleadas para objetos de lujo, y la téc-
nica del soplado era utilizada para obtener un vidrio mas corriente. A partir de la segunda mitad
del siglo I d. C. el vidrio soplado se impone sobre el vidrio trabajado a molde14.
El soplado puede ser libre o a molde. Ésta última modalidad representa una técnica tanto cons-
tructiva como decorativa; consiste en insuflar aire a una masa de vidrio en un molde reutilizable
de bisagras. La vasija puede acabarse de distintas maneras, incluso con el soplado libre. Reci-
pientes acabados con esta técnica aparecen en número importante en el segundo cuarto del siglo
I d. C., posiblemente consecuencia de experimentos con el soplado libre15.
La morfología de los vidrios está íntimamente ligada a la de modelos de cerámica, piedra o
metal16.
Los talleres más importantes de vidrio soplado se encontraban tanto en Sidón y diferentes lu-
gares de la costa siria como en Egipto, sobre todo en Alejandría. Sus productos fueron distribui-
dos a través del comercio hacia el oeste del Mediterráneo. Rápidamente los talleres sirios estable-
cen sucursales en el norte de Italia a finales del siglo I a. C. y comienzos del siglo I d. C.; poco
después extenderán sucursales por toda la Península. Parece que en el mismo periodo los vidrie-
ros alejandrinos asientan talleres en Roma y Campania17; sus talleres y productos se extenderán por
todo el Imperio. Estos últimos llevaron la técnica del vidrio incoloro, el vidrio mosaico, el mol-
deado y el tallado.
Durante el siglo I d. C. se importan objetos de vidrio en la Galia y en Hispania procedentes de
Italia y de la cuenca oriental del Mediterráneo. En la segunda mitad del siglo I d. C. y durante todo
el siglo II se fundan talleres locales en la Galia, sobre todo en el Valle del Ródano, por artesanos
procedentes de centros sirios importantes, con lo que se produce la imitación de productos orien-
tales.
Desde el norte de Italia, valle del Ródano y los Alpes la producción de vidrio se extendió
rápidamente por el norte de Europa; aquí se origina una industria de origen sirio, sobre todo
en los talleres situados a orillas del Rhin. Estos centros productores extienden la fabricación de
vidrio por Bélgica y norte de Francia, desde donde se trasladará a Gran Bretaña18.
Cuando la industria del vidrio decae en el valle del Ródano, es floreciente en Boulogne,
Amiens, Vermand, Reims, Strasburgo, Tréveris y Colonia. Esta última ciudad, durante los siglos
III y IV d. C. constituye una verdadera escuela de vidrieros, convirtiéndose en una prolongación
renana de la industria siria.
Ya en el siglo III d. C. se produjo la invasión de las técnicas y formas en uso practicadas en
talleres situados en Egipto y Siria. A finales del siglo III comerciantes de la costa asiática llegan
a los valles del Mosela y Rhin. Tras la muerte de Constantino la industria vidriera galo-renana
entra en decadencia.
La fabricación del vidrio en la Hispania romana está atestiguada por Cayo Plinio Secundus;
en su época existían fábricas en Italia, Galia e Hispania19. El descubrimiento en el depósito del
Pasaje Cobos en Tarragona, antigua Tarraco, de dos fragmentos de vidrio atribuidos por Price a
tacos de puntel, puede poner de manifiesto que el vidrio soplado se comenzó a producir en la
Tarraconense a fines de la primera mitad del siglo I d. C.20.
Manuel Rico Sinobas al referirse al vidrio hispano-romano nos habla de hornos tanto en el
interior de la Península como en la Costa mediterránea y distingue tres zonas de producción 21:
14
DRAHOTOVÁ, O., 1990, p. 14.
15
ORTIZ PALOMAR, E., 2001-2002, p. 40.
16
MORIN-JEAN, E., 1913, p. 3.
17
VIGIL PASCUAL, M., 1969, p. 91.
18
VIGIL PASCUAL, M., 1969, p. 132.
19
PLINIO. N.H., XXXVII, 194.
20
PRICE , J., 1981, p. 623.
21
RICO Y SINOBAS, M., 1873. p. 11.
178
VIDRIOS
Con el catálogo me propongo no sólo analizar y dar a conocer una serie de fragmentos y
piezas completas de vidrio romano, sino conjuntamente ofrecer una serie de informaciones con
las que se pueda comprender mejor su significado dentro del periodo al que pertenecen.
22
VIGIL PASCUAL, M., 1969, pp. 89, 90.
23
PLINIO, N.H., XXXVII, 194.
24
PRICE , J., 1985, p. 242.
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1938, pp. 5-37.
184
CATÁLOGO
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
A fin de facilitar al lector el uso del material que comprende el Catálogo que se ofrece a continuación,
se ha procurado seguir las normas habituales del Catálogo de Antigüedades de la Real Academia de la
Historia.
El Gabinete de Antigüedades contaba hasta ahora con el Catálogo realizado por Juan Catalina García y
López en 1903 *, con descripciones muy someras y una numeración correlativa, pero sin documentación
fotográfica ni estudio crítico ni información relevante sobre la procedencia de los objetos, ya que en muchos
de ellos no se indica. El Catálogo de 1903 se ha tomado como punto de partida para la confección de
este Catálogo de Antigüedades. I.2.2. Antigüedades Romanas Españolas. 3. Vidrios, con una nueva ordena-
ción de los materiales que ofrecen la correspondiente numeración correlativa, para la que se ha tenido en
cuenta las características tipológicas y cronológico-culturales de los objetos.
En este Catálogo se recogen todas las piezas lychnológicas que componen esta colección, en una ficha
individualizada en la que se incluyen todos los campos tratados con anterioridad en la primera parte de
la obra. En dicho registro, cada ficha del Catálogo, para su debida descripción, consta siempre de los
mismos campos ordenados según el siguiente esquema:
N.o de Catálogo: en negrita y correlativo. Es el n.o al que se hace referencia en toda cita posterior.
Título de la pieza: en negrita.
[IMAGEN]: La documentación gráfica de cada pieza o fragmento. Para su escala, véase el tamaño indicado
en el texto.
N.o de Inventario Antiguo: referido al de García y López (1903) y a su continuación posterior.
Dimensiones: normalmente referidas a altura, grosor y anchura-diámetro, en centímetros (cm), salvo que se
indique lo contrario.
Procedencia: Lugar del hallazgo. En el caso de donación, se indica a continuación el donante.
Materia: Tipo de vidrio e indicación de su color según la escala Pantone.
Técnica: Técnica de fabricación de la pieza.
Descripción: Explicación de las características formales conservadas y las partes que componen la pieza.
Cronología: Fecha asignada a la pieza, por lo general basada en su tipología.
Función: Destino y/o uso probable de la pieza.
Bibliografía: del objeto o fragmento, en caso de haber sido previamente publicada.
Comentario: Observaciones sobre la pieza, incluyendo su estado de conservación y paralelos.
* J.C. GARCÍA LÓPEZ (1903): «Inventario de las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la Real Academia de la Historia», BRAH 42, p. 311-
316, 321-368, 484-505, y BRAH 43, 1903, p. 257-322.
186
VIDRIOS
1. VASOS Y CUENCOS:
PIEZAS COMPLETAS Y FRAGMENTOS DE PAREDES Y BORDES
Los vasos y cuencos son piezas que corresponden a la vajilla de mesa dentro del ámbito doméstico.
Los vasos, al igual que las copas y los cazos, se emplearon para beber; los cuencos también se utiliza-
ron para tal fin, pero podían contener líquidos o semilíquidos.
Los vasos son recipientes ápodos o con pie anular que presentan una altura igual o mayor que la
anchura25. Generalmente la altura que presentan es el doble de la anchura, y serán muy frecuentes a
partir de la segunda mitad del siglo I d. C. Entre ellos se diferencian por las distintas formas y decora-
ciones.
Los cuencos son recipientes que pueden ser ápodos o no y la anchura siempre será mayor que la
altura. También se diferencian por su forma y decoración.
25
ORTIZ PALOMAR, E., 2001-2002, pp. 84, 85.
187
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
en espiral o representando formas serpentiformes, y varían en grosor y color. Los primeros son co-
munes durante los siglos I y II d. C. A fínales del siglo II artesanos sirios emigran desde el norte de
Italia y el valle del Ródano llevando la técnica oriental a la región renana, y se harán populares los
vasos con decoración aplicada de hilos serpentiformes, pero esta decoración no sólo se circunscribe
a la Galia o a la zona del Rhin porque se han encontrado piezas con este tipo de decoración en
Oriente. Morin-Jean distingue cuatro tipologías deferentes de hilos de vidrio aplicados29.
Vasos con decoración aplicada de gotas de vidrio. Hasta fines del siglo III d. C. las gotas son peque-
ñas. A partir del siglo IV es corriente usar gotas gruesas de vidrio aplicadas, constituyendo discos
cabujones empleados para decorar vasos y cuencos.
Vasos decorados con cabujones. El origen lo encontramos en la decoración de gotas de vidrio aplicadas
en caliente en los ungüentarios de núcleo de arena. En el Imperio romano ya observamos la exis-
tencia de esta técnica en piezas decoradas mediante pequeñas gotas aplicadas durante la primera mitad
del siglo I d. C. Desde finales del siglo III y sobre todo en el siglo IV es muy corriente decorar los
vasos cónicos y cuencos con gruesas gotas calientes sobre la pieza que también está caliente.
Las gotas pueden ser ovales, circulares, lisas o constituidas por anillos salientes con un pequeño
botón central en relieve. Generalmente son coloreadas, aunque las podemos encontrar incoloras,
imitando las piedras preciosas.
Esta decoración también aparece en Oriente donde probablemente se mantuvo durante todo el
siglo V d. C. La decoración occidental se diferencia por su mayor variedad de formas y colores.
Vasos con decoración de barbotina. Estos vasos están decorados con vidrio líquido que se deposita
sobre la superficie de la pieza dejando la zona del cuerpo sobre la que cae en relieve.
Vasos de vidrio con decoración tallada. La técnica del tallado se emplea en el vidrio cuando éste se
encuentra frío. Para buscar su origen tenemos que remontarnos a los talladores de piedras duras
que practicaban esta técnica durante la Edad del Bronce en el Mediterráneo oriental y en Asia
occidental30.
Los artesanos encargados de tallar el vidrio eran los diatretarii. Su trabajo, además del tallado,
consistía en el grabado, esmerilado y en el pulido.
Se han diferenciado tres focos productores: oriental, renano y romano. La datación del vidrio
tallado abarca desde mediados del siglo I d. C. hasta el siglo VI.
La decoración es casi exclusivamente geométrica. Las facetas obtenidas a través del tallado apa-
recen más marcadas durante los siglos III y IV d. C. El siglo III es el momento de máximo esplen-
dor de los vidrios incoloros facetados. Este tipo de decoración se prolonga cronológicamente más
allá del Imperio romano.
Vasos Grabados. Están fabricados cuando el vidrio está frío. La técnica consiste en practicar incisio-
nes poco profundas con un instrumento afilado. Su temática es variada: vegetal, geométrica, figu-
rativa, líneas horizontales e inscripciones.
La extensión y Cronología son prácticamente las mismas que para el vidrio tallado.
Vasos con decoración esmerilada. Se practica cuando el vidrio está frío. Consiste en aplicar un torno
o rueda de piedra de esmeril sobre la superficie del vidrio que la raya.
Su expansión y Cronología son prácticamente las mismas que en el vidrio tallado.
Es importante destacar que en la misma pieza podía practicarse las técnicas del esmerilado y el
grabado.
Vasos diatreta. La forma más común de los vasos diatreta es la acampanada, ápoda y con base re-
dondeada. La técnica consiste en tallar un grueso vaso de vidrio de forma que la pieza queda
encerrada en una jaula que permanece prácticamente al aire. Los motivos decorativos más exten-
didos son los geométricos, pero en algunos casos aparecen figurativos e inscripciones31. Pueden
estar fabricados en vidrio incoloro o en vidrio coloreado.
Su datación corresponde a finales del siglo III y todo el siglo IV d. C. Los hallazgos más impor-
tantes los encontramos en la región renana.
Vasos decorados con oro y pintados. Parece que la fabricación ha sido italiana puesto que normal-
mente han aparecido en catacumbas localizadas en Italia, pero existen algunas piezas halladas en
Siria y el valle del Rhin. La mayoría de los hallazgos corresponden al siglo IV d. C. El término
26
CALVI, M. C., 1968, p. 101.
27
HAYES, J.W., 1975, p. 48.
28
CALVI, M. C., 1968, p. 58.
29
MORIN-JEAN, E., 1913, pp. 196 a 216.
30
HARDEN, D. B. et alii, 1987, p. 179.
31
MORIN-JEAN, E., 1913, p.232.
188
VIDRIOS
con el que se designa este tipo de decoración es «fondi d’oro», haciendo referencia al lugar don-
de se encuentra: el fondo del vaso. La decoración consistía en una lámina de oro que podía ir
acompañada de grabado, pintado en frío, o pintado al esmalte. El dorado está cubierto normal-
mente de una capa de vidrio incoloro, aunque el grupo renano aplica directamente el oro en el
exterior de la vasija, lo que establece diferencias según los centros productores32.
Dentro de los cuencos podemos distinguir los denominados «cuencos de costillas». Estos cuencos pri-
meramente fueron fabricados en vidrio mosaico, hasta que fue ganando terreno el vidrio monócromo.
La decoración de costillas aparece por primera vez a mediados del siglo I a. C. en el Mediterráneo
oriental y perdurará más allá del Imperio romano.
Existen cuatro tipos diferentes según las técnicas constructivas y decorativas empleadas33:
Aplicaciones de vidrio caliente sobre la pared de la pieza que se extenderán con el soplado de la
misma.
Realizar la costilla con unas pinzas cuando el vidrio está todavía caliente.
Presionado-moldeado. Las costillas están más acentuadas. Reproducen modelos metálicos que se re-
montan a la época de los ptolomeos. Generalmente en el interior tienen una acanaladura que recorre
la pieza por debajo de la boca. Dentro de estas piezas encontramos dos variantes. Cuencos con
más diámetro que altura, y otros cuya altura llega a medir casi lo mismo que el diámetro. Ambos
aparecen en época de Augusto y se utilizan durante todo el siglo I d. C. Constituyen el procedi-
miento más arcaico.
Soplado dentro de un molde en el que se ha practicado previamente la decoración de costillas.
Posteriormente la pieza será soplada al aire. Suelen estar adornados con hilo de vidrio de color
opaco. Las paredes son más finas y las costillas menos pronunciadas que las de los cuencos pre-
sionado-moldeados. Se producen a mediados del siglo I d. C. y continúan hasta la época de los
flavios. Se cree que los cuencos soplados a molde constituyen una producción romano-siria, con-
secuencia de la emigración de artesanos sirios a otras regiones del Mediterráneo oriental e Italia a
mediados del siglo I d. C.34.
La decoración de costillas realizada mediante el soplado a molde durante los siglos IV y V d. C.
presenta una impresión muy ligera. Los cuencos con este tipo de decoración imitan piezas de metal
cincelado greco-alejandrino.
Isings divide los cuencos de costillas en tres grupos35:
a) Cuencos con costillas alargadas hasta la base. Son frecuentes en época claudio-neroniana y con-
tinúan hasta los flavios.
b) Cuencos con nervios sólo en el centro del cuerpo. Surgen en época claudia.
c) Piezas fabricadas en molde que responden a un tipo frecuente en las provincias orientales, con
dos variantes: una pieza más baja con molduras inferiores y otra más alta sin molduras.
1. Cuenco de vidrio.
189
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Bibliografía: García y López, J.C. (1903), p. 49. coración, también en bajorrelieve, de pequeñas
Comentario: En el cuenco de vidrio podemos obser- formas circulares.
var: irisaciones, exfoliaciones, alteración cromática, La base porta una decoración realizada por
pátina de opacidad y deformaciones importantes en impresión, basada en un hexágono, algo irregular,
todo su conjunto. en el que cada uno de sus lados presenta una
Sus paralelos los encontramos en Alarcão, n.o 206 (1976, forma cóncava que va acompañada de un círculo.
pp. 194 y 201, lám. XLII) e Isings, forma 116 (1957, Los ángulos de los distintos lados del hexágono
pp. 143-144), y corresponde a un cuenco liso y tienen una decoración de ovas a manera de apén-
poco profundo que perdurará hasta la temprana dices.
Edad Media. Cronología: Siglo II-III d. C.
Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Contene-
dor de líquidos o semilíquidos.
2. Cuenco de vidrio. Bibliografía: Jiménez Guijarro (2001), p. 237, n.o 71.
Comentario: El cuenco de vidrio está muy fragmenta-
do, a lo que contribuye su pequeño grosor. En el
podemos observar: pátina de opacidad y concrecio-
nes. Excepto alguna pequeña deformidad, la pieza
en su conjunto es muy regular.
Sus paralelos los encontramos en Clairmont, Grupo
d (1963, pp. 66-68), y en Fremersdorf (1967, lám.
75). Los cuencos profundos del grupo d, presen-
tan como elemento diferenciador con respecto a los
grupos anteriores, una mayor separación entre fa-
cetas a lo largo de las distintas zonas representa-
das. La uniformidad del grupo d lleva a pensar que
se trate de una producción local.
190
VIDRIOS
pie realizado mediante la aplicación de un hilo de Comentario: en el fragmento de vidrio podemos ob-
vidrio del mismo color que el resto de la pieza, servar: abundancia de burbujas de distinto tamaño,
de sección redondeada. alteración cromática y pátina de opacidad.
Cronología: Finales del siglo I - siglo III d. C. El acostillamiento es tan suave y poco pronun-
Función: Objeto destinado a la vajilla de mesa. Reci- ciado que probablemente se haría con la ayuda de
piente para contener líquidos o semilíquidos. laguna herramienta.
Bibliografía: García y López (1903), p. 51. Sus paralelos los encontramos en Isings, forma
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- 3 c (1957, pp. 20-21), y en Alarcao, n.o 13 (1976,
servar: irisaciones, pátina de opacidad y concrecio- pp. 159 y 164, Lám. XXXIV), la pieza referida a éste
nes. último autor fue hallada en un nivel arqueológico
Sus paralelos los encontramos en Isings, forma 45 que probablemente pertenece al periodo claudio.
(1957, pp. 60, 61). Este tipo aparece a finales del
siglo I d. C. en lugares como: Pompeya, Colches-
ter, Siphnos y Karanis, entre otros lugares. También 5. Fragmento de pared.
los localizamos en Lancel, n.o 169 (1967, p. 87, lám.
IX, 1); la pieza proviene de la Porte de Césarée.
191
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Forma 3 a (1957, pp. 18,19). La forma descrita por Sus paralelos los encontramos en Isings, forma
Alarcao corresponde a un cuenco de costillas de 85 b (1957, pp.102 – 103). Para este tipo de pieza
color verde agua; su cuerpo es bajo y las costillas se desconoce aún su centro de producción, aun-
se alargan hasta la base. que una posibilidad podría ser Colonia. Se han
Según Berger las piezas que tienen líneas hori- hallado ejemplares de similar tipología en Chester,
zontales esmeriladas en el interior del cuerpo se- Colonia y Karanis. También los localizamos en Alar-
rán anteriores al 30 ó 40 d. C. (1980, p.23.). cão, n.o 167 (1976, pp. 186 y 190, lám. XL), Alar-
cão, n.o 110 - 118 (1965, p.80, Est. IV), Thorpe
(1935, PL. VI - b) y Ortiz Palomar, n.o 1 y 13 (2001,
6. Fragmento de borde y pared. p. 241, fig. 49 y fig. 53). Aparecen en gran núme-
ro en Tiermes (Soria), en la zona próxima a la
necrópolis celtibérica de Carratiermes, en la mura-
lla romana y en el conjunto rupestre.
192
VIDRIOS
193
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
194
VIDRIOS
Tarragona, y fueron regaladas por el Señor Minu- La base descansaría probablemente sobre un pie.
toli; alguna procede de Ampurias». Cronología: Primera mitad del siglo III d. C.
Materia: Vidrio verde oscuro translúcido. Pantone 339- Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Recipien-
C. te para beber.
Técnica: Soplado a molde. Bibliografía: García y López (1903), p. 51.
Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, pertenece Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
a un cuenco que presenta una boca exvasada de servar: concreciones, alteración cromática y manchas
labio redondeado. debidas posiblemente a las características del lugar
La pared del cuerpo, también muy gruesa, mues- en el que ha sido hallado.
tra algunas líneas esmeriladas, aunque muy desdi- Sus paralelos los encontramos en Alarcão, n.o 180
bujadas, y describe perfiles ligeramente convexos. (1976, pp. 187, 191, lám. XLI). La decoración de
La base sería circular, y posiblemente plana. hilos de vidrio aplicados y trabajados con la ayuda
Cronología: Finales del siglo I a. C - inicios del siglo I de pinzas, conformando líneas onduladas o circu-
d. C. lares, Clairmont la sitúa durante el siglo II y co-
Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Contene- mienzos del siglo III d. C., pero Fremersdorf la
dor de líquidos o semilíquidos. prolonga hasta el año 300 d. C.
Bibliografía: García y López (1903), p. 51. Morin-Jean considera que el proceso decorativo
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- que consiste en estirar y aplicar mediante calor,
servar: irisaciones, exfoliaciones, picaduras y alte- sobre la superficie de las piezas de vidrio, hilos de
ración cromática. vidrio más o menos gruesos, incoloros o colorea-
Sus paralelos los encontramos en Hayes, n.o 42 dos, es de origen oriental.
(1975, p. 18, fig. 1). Representa el tipo de cuenco
con base plana y surcos poco profundos. Su pro-
ducción es sirio-palestina. 14. Fragmento de borde y pared.
195
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Bibliografía: García y López (1903), p. 51. del siglo I d. C., aunque es razonable pensar que
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- continuaron estando de moda y realizándose hasta
servar: abundancia de pequeñas burbujas, pátina de las primeras décadas del siglo II d. C.
opacidad, irisaciones y picaduras.
Sus paralelos los encontramos en Alarcao, n.o 205-225
(1965, pp. 120-124, EST. VIII y IX), Nolen, n.o 117- 16. Fragmento de borde y pared.
120 (1988, pp. 44-46, lám. V), y Sánchez de Prado,
n.o 2-6, 8-23, 25-29 (1984, p. 93, fig. 8).
196
VIDRIOS
197
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Tarragona, y fueron regaladas por el Señor Minu- presenta, pegada, una etiqueta manuscrita en la que
toli; alguna procede de Ampurias». se lee «N.o 136. Tarragona».
Materia: Vidrio verde melado translúcido. Pantone 3985- Materia: Vidrio azul translúcido. Pantone 2736-C.
C. Técnica: Soplado al aire.
Técnica: Soplado a molde. Descripción: El fragmento, de vidrio fino, pertenece a
Descripción: El fragmento, de vidrio fino, corresponde la pared de un cuenco cuyo cuerpo describiría
a un cuenco con decoración de costillas. Éstas perfiles convexos.
parten de la base y finalizan por debajo de la boca Presenta una decoración de dos finas líneas cir-
ocupando algo más de la mitad del cuerpo. Entre culares y paralelas realizadas con la Técnica del
la boca y los gallones aparece un espacio sin or- esmerilado.
namentar. La base sería circular y la boca de amplio diá-
El grosor de las costillas va aumentando desde metro.
el arranque de las mismas hasta su finalización, y Cronología: Siglo II d. C.
es variable al igual que la distancia de separación Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Contene-
entre ellas. La disposición de la decoración gallo- dor de líquidos o semilíquidos.
nada es vertical, paralela y radial. La base sería Bibliografía: García y López (1903), p. 51.
circular y probablemente plana. Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
Cronología: Inicios del siglo I d. C. servar: irisaciones, exfoliaciones, concreciones, pi-
Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Contene- caduras, alteración cromática y pátina de opacidad.
dor de líquidos o semilíquidos. Sus paralelos los encontramos en Hayes, n.o 173
Bibliografía: García y López (1903), p. 51. (1975, pp. 63, 170 y 200, fig. 5, Plate 14).
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
servar: irisaciones, exfoliaciones, picaduras y alte-
ración cromática. 21. Fragmento de pared y parte de la base.
Sus paralelos los encontramos en Isings, forma
3. a. (1957, pp. 18 – 19). Corresponde a un cuen-
co poco profundo y los primeros ejemplares se
fechan a principios del siglo I d. C.; aparecen en
lugares como Sahara, Tenero y Marion. Este tipo de
pieza perdurará durante el periodo flavio hallándo-
se en lugares como: Pompeya, Siphnos, Ventimiglia,
Séron–Forville, Cornto, Locarno, Vervoz y Store–Dal.
También aparecen en Alarcao, n.o 4 (1976, pp. 159
y 164, lám. XXXIV). La pieza fue hallada en las
canalizaciones del foro flavio. Este tipo de cuenco
es muy frecuente en el siglo I d. C., y se encuen-
tra por todas las provincias del Imperio.
198
VIDRIOS
El fragmento, en su cara interior, aparece orna- La decoración por depresiones se realiza utili-
mentado con cuatro líneas esmeriladas situadas en zando herramientas cuando la pieza soplada está
la parte inferior del cuerpo. Su disposición es pa- todavía caliente para conseguir los rehundimientos,
ralela y horizontal. o utilizando herramientas dentro del molde cuan-
Cronología: Mediados del siglo I d. C. do se está soplando la pieza.
Función: Objeto destinado a la vajilla de mesa. Conte- Los fragmentos encuentran sus paralelos en
nedor de líquidos o semilíquidos. Isings, forma 33 (1957, pp. 47-48). Se han hallados
Bibliografía: García y López (1903), p. 52. ejemplares de este tipo en Locarno, Tenero, Vin-
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- donisa y Vaison, entre otros lugares.
servar: picaduras, concreciones, irisaciones, exfolia-
ciones y alteración cromática.
Sus paralelos los encontramos en Hayes, n.o 50 23. Fragmento de borde y pared
(1975, p. 20, Plate 4) y corresponde a un cuenco
poco profundo fechado a mediados del siglo I d.
C. También aparecen en Isings, forma 3 a (1957,
pp. 18-19).
199
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
comenzó a fabricarse en el periodo claudio ya que La decoración del otro fragmento está constitui-
de tiempos anteriores no se tiene constancia. Se han da por patas de équidos y una rueda; motivos que,
documentado ejemplares en Colchester, Saintes, en su conjunto, nos concretan más la temática:
Nijmegen y Vindonissa. También los localizamos en carrera de carros.
Alarcao, n.o 11 (1976, pp.159 y 164, Lám. XXXIV). Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Recipien-
El fragmento se ha hallado en el foro, en un nivel te para beber.
flavio. Bibliografía: García y López (1903), p. 53.
Comentario: En los fragmentos de vidrio podemos
observar: irisaciones, concreciones, pátina de opa-
24a y 24b. Fragmentos de pared de vaso. cidad y alteración cromática.
La decoración figurativa se adapta a la Materia,
vidrio, y al marco, vaso ovoidal, en el cual se crean
escenas a manera de frisos corridos, pero la narra-
ción a su vez se organiza en registros a través de
molduras conectando con lo que en la Historia del
Arte se ha denominado «el cuadro dentro del cua-
dro»36; el cuadro de mayor tamaño estaría consti-
tuido por el vaso, y los cuadros mas pequeños
vendrían definidos por los registros. Todo ello cons-
tituye la estructura narrativa de la decoración.
Los fragmentos encuentran sus paralelos en
Harden (1982, pp. 30-43). La producción de este
tipo de taza o vaso se reduce a las provincias
noroccidentales y occidentales del Imperio. Se co-
nocen ejemplares de este tipo en: Vindonissa,
Oberwinterthur, villa romana de Hartlip (kent),
Southwark, Topsham, Fishbourne, Camulodonum,
Colchester, Ampurias, Poitiers y Niort. También los
encontramos en Harden, n.o 89 (1988, p.168), y en
Bendala, n.o 36 (1976, pp. 115-117, lám. L).
36
GALLEGO, J., 1991, pp. 9 a 22.
200
VIDRIOS
Procedencia: Yacimiento de Pago de Valdocarros, Ar- mediante la aplicación en caliente de un grueso hilo
ganda del Rey (Madrid). de vidrio del mismo color que el resto de la pieza.
Materia: Vidrio incoloro transparente. Debajo del labio, a modo de decoración, nos
Técnica: Soplado al aire. encontramos con la aplicación de un grueso hilo
Descripción: El fragmento, de vidrio fino, pertenece a de vidrio, del mismo color que el resto de la pie-
un vaso o cuenco. Por el desarrollo de la pared se za, que conforma una moldura.
percibe que el cuerpo tendría perfiles convexos. Cronología: Siglo I-II d. C.
La boca presenta un labio fino y replegado al Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Contene-
interior. dor de líquidos o semilíquidos.
La base sería circular y posiblemente plana y Bibliografía: Sin determinar.
rehundida en el centro. Comentario: En el pequeño cuenco de vidrio podemos
Cronología: Siglo IV d. C. observar: irisaciones, exfoliaciones y alteración cro-
Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Contene- mática. La degradación que sufre es tal que nos
dor de líquidos o semilíquidos / recipiente para cuesta reconocer el color original.
beber. Su forma muestra importantes irregularidades,
Bibliografía: Moro (1892), pp. 62-64. García y López sobre todo en el cuerpo, donde pierde la propor-
(1903), p. 54. ción y simetría.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- Tipológicamente corresponde a un pequeño
servar: abundantes burbujas, picaduras, irisaciones, cuenco, pero podríamos incluirle en el grupo de
algunas concreciones, alteración cromática y mar- pequeñas tazas sin asa.
cas originadas en el proceso de fabricación, o de- La pieza encuentra sus paralelos en Filarska, n.o
bidas la uso. En él es de destacar la ausencia de 35 (1952, pp. 78-79, lam. VII, 4), y en Isings, for-
decoración. ma 42 b (1957, p. 58). Este subtipo a veces pre-
Sus paralelos los encontramos en Hayes, n.o 464 senta un borde grueso y redondeado pudiendo tra-
(1975, p. 119, fig. 12), y en Isings, forma 115 (1957, tarse de un desarrollo del subtipo 42 a., e imita a
p. 143). Se han hallado ejemplares de este tipo en los cuencos de terra sigillata Dragendorff 35. Ejem-
Karanis y Colonia-Müngersdorf. plares de este subtipo han aparecido en Esch, Jus-
lenville y Colonia.
201
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
202
VIDRIOS
2. FONDOS: FRAGMENTOS
Morin-Jean37 hace una distinción de fondos dependiendo de si son ápodos o poseen pie.
Los fondos sin pie pueden ser planos o tener una depresión en la base que puede ser ligera y co-
rresponder al Alto Imperio o profunda; ésta última la encontramos en los siglos III y IV d.C., y con
frecuencia constituye en el interior de la pieza un entrante cónico.
Los vidrios romanos con pie son más frecuentes en el Bajo Imperio y su producción puede ser rea-
lizada siguiendo procesos distintos. Morin-Jean distingue tres grupos:
a) Pies no añadidos. Su formación se consigue gracias al aprovechamiento de la pared del cuerpo.
b) Pies obtenidos mediante la fabricación de un anillo de vidrio o de una pared especial.
c) Bases polípodas.
Pies no añadidos. La forma de fabricar estos pies se puede agrupar en tres apartados:
37
MORIN-JEAN, E., 1913, pp. 32, 34.
203
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Pies añadidos. Estos pies consisten tanto en un grueso hilo de vidrio que conforma un anillo como
en una pared a la cual se le da una forma muy variable. Esta pared puede ser tanto oval como orlada.
Ella está directamente situada bajo el cuerpo de la pieza o unida a éste último por una masa de vidrio
intermedia en forma de esferoide o balaustre. Los pies de balaustre están muy extendidos en el norte de
la Galia en el Bajo Imperio, sobre todo en el siglo III d.C.
Vasos Polípodos. Con este término se hace referencia a las piezas de vidrio que tienen muchos pies.
Son muy raros en época romana, y suelen tener tres o cuatro pies que son tanto añadidos como extraí-
dos de la masa de vidrio del recipiente y estirados con la pinza.
204
VIDRIOS
se aprecia el arranque de las finas paredes del Bibliografía: García y López (1903), p. 51.
cuerpo. La moldura que actúa como pie es gruesa Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
e irregular; se ha intentado hacerla de sección cir- servar: pátina de opacidad, irisaciones, concrecio-
cular, pero finalmente resulta plana y algo nervada nes, rémolas del soplado y marca del puntel.
formando parte de la misma pieza. Posiblemente pertenezca a un vaso, y sus para-
Cronología: Finales del siglo IV - primera mitad del V lelos los encontramos en Sternini, n.o 185 (1995,
d. C. pp. 247 y 249, Fig. 14), la pieza fue hallada en
Función: Dar estabilidad al objeto destinado a vajilla Roma, en el área sur occidental del Palatino, Tem-
de mesa. Recipiente para beber. plo de la Magna Mater, y más concretamente en la
Bibliografía: García y López (1903), p. 51. excavación de la tabernae.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos obser-
var: pátina de opacidad, irisaciones y picaduras.
Posiblemente pertenezca a un vaso, y sus parale- 35. Fragmento de fondo.
los los encontramos en Isings, forma 109 (1957, pp.
136-138), y en Sternini, n.o 180 (1995, pp. 249 y 282,
Fig. 14), esta última pieza fue hallada en Roma, en
el área sur occidental del Palatino, Templo de la
Magna Mater, y más concretamente en la excavación
de la tabernae, junto con otros materiales fechados
a partir de finales del siglo IV d. C y principalmente
de la primera mitad del siglo V d. C.
205
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
206
VIDRIOS
Dimensiones: Altura 0,5 cm. Grosor 0,4 cm. Anchura- Materia: Vidrio verde melado translúcido. Pantone 398-
Diámetro 7,1 cm. C.
Cronología: Segunda mitad del siglo I - primer cuarto Técnica: Soplado a molde.
del siglo II d. C. Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, pertenece
Función: Objeto destinado a vajilla de almacenaje / a un cuenco cuyo cuerpo presenta perfiles convexos
contenedor de líquidos. Bibliografía: Sin determinar. y una decoración basada en gallones que parten
Descripción: El fragmento de fondo de vidrio correspon- desde la base. La distancia de separación y grosor
de a una botella de base cuadrangular y cuerpo pris- de éstos son variables, y su disposición es vertical
mático. Estas piezas se caracterizan por estar fabri- y paralela.
cadas en vidrio más o menos grueso y presentar un La base es circular y muy rehundida. Entre ésta
cuello corto, ancho y cilíndrico. La boca sería enva- y el arranque de las paredes encontramos una de-
sada con labio muy grueso, ancho, redondeado al coración basada en gruesas formas a modo de pi-
exterior y plegado al interior. Normalmente portan un ñones que ejercen de pie y están realizadas me-
asa ancha y corta que puede ser lisa o decorada a diante la aplicación en caliente de vidrio de color
base de espinas o finas nervaduras. verde, pero algo más oscuro que el color del resto
Los fondos de este tipo de botellas pueden presen- de la pieza.
tar decoración o no. En el fragmento que posee la Cronología: Tardorromano.
Academia podemos observar una ornamentación Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Contene-
geométrica, basada en la disposición de diferentes dor de líquidos o semilíquidos.
círculos concéntricos que se combinan con una se- Bibliografía: García y López (1903), p. 51.
rie de botones de vidrio, dispuestos éstos últimos en Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
los ángulos y en el centro. Las franjas que describen servar: fuertes concreciones, exfoliaciones, pátina de
los círculos están recorridas por líneas verticales entre opacidad y alteración cromática.
las que se intercalan pequeños espacios rehundidos La pieza es muy singular por el tipo de base
constituyendo otro tipo de decoración que respon- que presenta: decoración de gruesas formas de
de posiblemente a la impronta del artista. piñones, lo que nos lleva plantearnos ciertas du-
Comentario: En el fragmento de fondo de vidrio po- das sobre su posible fabricación en época romana.
demos observar: burbujas, alteración cromática, Morin-Jean afirma que las bases polípodas son
pátina de opacidad y marcas originadas por el pro- poco frecuentes en la industria romana; las que
pio molde. aparecen son muy reducidas en número, pertene-
Los círculos impresos muestran cierta regularidad en cen al periodo tardorromano y poseen un carácter
la distancia de separación que mantienen, no así oriental. El autor llega a establecer un máximo de
en las formas que describen. cuatro pies por lo que la pieza que analizamos se
Sus paralelos los podemos encontrar en Alarcão, J., alejaría bastante al constituir una base polípoda
n.o 57 (1976, pp. 168, planche XXX), Cesar M. He- múltiple.
ras y Martínez (1994, pp. 66, 67), Caldera de Cas- El fragmento de base y pared, si le asignamos
tro, M.P. (1983, p. 17) y Andrea Rott Jogg (1999, una posible autoría romana, cronológicamente se-
pp. 41-49). ría tardío y con clara influencia oriental.
207
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VIDRIOS
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
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VIDRIOS
Procedencia: Desconocida.
Materia: Vidrio verde oscuro translúcido. Pantone 7490-
C.
Técnica: Soplado a molde.
Descripción: La base, de vidrio muy grueso, tiene una
forma circular, plana y descansa sobre un pie anu-
lar obtenido por la aplicación en caliente de un
grueso hilo de vidrio de sección cuadrangular que
porta una decoración basada en pequeños apéndi-
ces que constituyen formas irregulares y sobresa-
len del anillo.
Cronología: Finales del siglo I d. C.
Función: Dar estabilidad al objeto destinado a vajilla
de mesa. Contenedor de líquidos o semilíquidos.
Bibliografía: Sin determinar.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
N.o Inventario Antiguo: 1372-5. servar: irisaciones, exfoliaciones, picaduras, concre-
Dimensiones: Altura 1.9 cm. Grosor 0.3 cm. Anchura- ciones y alteración cromática.
Diámetro 2.8 cm. El fragmento encuentra sus paralelos en Sanchez
Procedencia: Desconocida. de Prado, n.o 8 (1984, p. 91, Fig. 7), corresponde a
Materia: Vidrio verde azulado translúcido. Pantone un cuenco con pié anular del que nuestra pieza
3258-C. constituye una variante.
Técnica: Soplado a molde.
Descripción: La base, de vidrio ligeramente grueso,
aunque éste es mayor en el centro que en los 49. Fragmento de fondo.
extremos, probablemente tendría una forma cuadra-
da de la que arrancaría un cuerpo prismático de
aristas redondeadas.
Cronología: Siglo I-V d. C.
Función: Dar estabilidad al objeto destinado a vajilla
de mesa. Vertedor de líquidos / almacenaje.
Bibliografía: Sin determinar.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos obser-
var: pequeñas irisaciones, picaduras, concreciones,
alteración cromática y estrías originadas por el mol-
de en el que ha sido fabricado, o debidas al uso.
Sus paralelos los encontramos en Isings, forma
51 (1957, pp. 67-69), y corresponden a una botella
de base cuadrada y cuerpo prismático.
211
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
212
VIDRIOS
3. FRAGMENTOS DE ASAS
Asas. Las asas son elementos funcionales que nos ayudan a manipular y trasladar la pieza de vi-
drio, y nos permiten establecer una cronología dentro del periodo romano.
Existen diferencias entre las asas pertenecientes al Alto Imperio y al Bajo Imperio. Las correspon-
dientes a los siglos I y II d.C. son poco variadas, simples y predominan en ellas la línea recta y las
composiciones geométricas; son sólidas y poseen más masa vítrea y menos filigrana que los tipos pos-
teriores.
Las asas de los siglos III y IV d.C. son flexibles y con múltiples pliegues describiendo marcadas curvas
y ondulaciones. En muchos casos se acompañan de ornamentos y tienen un carácter muy oriental38.
Las asas se aplican a diferentes tipos de objetos: botellas, jarras, jarros, garrafas, tazas etc.
Jarras. Un tipo de objetos de vidrio que portan asas son las jarras. Constituyen recipientes cerrados
de cuerpo esférico u ovoide, con un asa y boca comúnmente abocinada debido a que su función es la
de contener y verter líquidos. Generalmente están fabricadas con la técnica del soplado al aire, y cons-
tituyen un tipo de recipiente muy común en todo el Imperio desde el siglo I d.C., tomando modelos
cerámicos y del metal. Harden39 considera que las piezas más elaboradas fueron destinadas posiblemen-
te como jarras de mesa, para contener el vino o el aceite; y otras más sencillas, serían usadas para
transportar líquidos.
Se diferencian unas de otras por el tipo de: boca, cuello, cuerpo y pie, además del tamaño y la
decoración.
No hay unanimidad en la terminología aplicada a estas piezas: hay autores que con el término jarra
designan las piezas descritas que portan un asa, diferenciándolas de los jarros que portan dos40, mien-
tras otros autores con el término jarro engloban ambos tipos de piezas.
Existen otros tipos de piezas que portan asas, pero no contamos con resto alguno en la Real Aca-
demia:
Tazas. Son piezas destinadas a contener líquidos para beber que presentan un asa de cinta o de
botón. A veces se las denomina así aunque no lleven asa y también puede ocurrir que algunos autores
empleen este término para referirse a los cuencos.
Las tazas con pie anular y labio redondeado y doblado hacia el exterior, de poca profundidad, se
originan en época flavia y continúan durante el siglo II d.C.
Un tipo de taza honda sobre pie, con labio doblado hacia el exterior corresponde a los siglos II y
III d.C.
Otra modalidad distinta de taza que aparece en el siglo I d.C. es aquella que imita a los skyphos de
metal de tradición griega. Tiene un pie pequeño y dos asas; de cada una de ellas sobresale un apén-
dice superior y otro inferior. Los ejemplares más lujosos portan sellos en las asas. Fueron fabricadas
con la técnica del vidrio soplado y también en molde; posteriormente son talladas y pulimentadas.
Thorpe41 piensa que estos skyphoi podrían corresponder a los petroti o pteroti mencionados en la
Antigüedad.
Trowbridge42 considera que el nombre tiene el significado de piedra lo que llevaría a la conclusión
de que imitaban a piezas trabajadas sobre cristal de roca.
213
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Bibliografía: García y López, J.C. (1903). «Inventario de Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, pertenece
las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la al asa de una botella que presenta una forma de
Real Academia de la Historia», p. 51. cinta ancha con numerosas espinas. Su perfil se-
Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, correspon- ría ligeramente curvo, y en la parte superior se
de al asa de una posible botella cuyo depósito sería plegaría continuando hasta la zona situada debajo
cuadrado. Presenta un ancho y grueso nervio lateral de la boca, donde se replegaría.
seguido de abundantes nervaduras centrales que es- Dadas sus grandes dimensiones, la botella a la
tán muy poco marcadas; el lateral opuesto estaría que pertenece sería más del tipo «garrafa».
constituido por otro ancho y grueso nervio, muy Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
resaltado. servar: abundancia de concreciones, picaduras cra-
Este tipo de asas son cortas y unen el hombro quelaciones, alteración cromática y pátina de opa-
de la botella con la parte superior del cuello situa- cidad.
da justo debajo del labio. Sus paralelos los encontramos en Ortiz Palomar,
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- n.o 4 (2001, pp. 259 - 261, Fig. 67), Alarcão, n.o 8
servar: irisaciones, exfoliaciones, concreciones y (1978, pp. 105 y 109, EST. III) e Isings, forma 50
alteración cromática. (1957, pp. 63-67).
El fragmento encuentra sus paralelos en Senn-
equier, n.o 215 (1985, pp. 128 – 129), e Isings,
forma 50 b (1957, pp. 66-67). La difusión de las 54. Fragmento de asa.
botellas cuadradas está muy extendida por todo el
Imperio durante la época flavia continuando su
producción hasta comienzo el siglo III d. C. Ejem-
plares de este tipo han aparecido, entre otros lu-
gares, en: Pompeya, Herculano, Locarno, Londres,
Remagen, Nijmegen y Colonia.
214
VIDRIOS
N.o Inventario Antiguo: 298-49. Materia: Vidrio verde azulado translúcido. Pantone
Procedencia: Según el Inventario de 1903 casi todas las 3268-C.
piezas de este conjunto se hallaron en Tarragona. Técnica: Vidrio Trabajado en caliente.
En el mismo se señala: «Casi todas proceden de Dimensiones: Altura 6 cm. Grosor 0.7 cm. Anchura-
Tarragona, y fueron regaladas por el señor Minuto- Diámetro 6.8 cm.
li; alguna procede de Ampurias». Cronología: Finales del siglo I-III d. C.
Materia: Vidrio azul grisáceo translúcido. Pantone Función: Manipulación y traslado del objeto destinado
7458-C. a vajilla de mesa / vertedor de líquidos.
Técnica: Vidrio trabajado en caliente. Bibliografía: García y López, J.C. (1903). «Inventario de
Dimensiones: Altura 2.8 cm. Grosor 0.2 cm. Anchura- las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la
Diámetro 4.5 cm. Real Academia de la Historia», p. 51.
Cronología: Siglo IV d. C. Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, correspon-
Función: Traslado y manipulación del objeto destina- de al asa de una botella. Presenta una forma de
do a vajilla de mesa / vertedor de líquidos. cinta ancha y lisa. Su perfil es ligeramente sinuo-
Bibliografía: García y López, J.C. (1903). «Inventario de so, y en la parte superior se pliega hasta finalizar
las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la en la zona situada debajo se la boca.
Real Academia de la Historia». Por su pequeña altura correspondería a una
Descripción: El fragmento, de vidrio fino, pertenece al botella de cuello corto.
asa de una botella o jarra. Presenta una forma de Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
cinta ancha con seis espinas muy marcadas. Fina- servar: abundancia de burbujas, irisaciones, exfolia-
lizaría debajo de la boca, en la parte superior del ciones y marcas originadas en el proceso de fabri-
cuello, donde se replegaría. cación, o debidas al uso.
Por su arranque observamos que el cuerpo de Sus paralelos los encontramos en Sennequier,
la pieza a la que pertenecería sería probablemente n.o 237 (1985, pp. 151-153). El asa corresponde a
globular. una pequeña botella hexagonal hallada en la Ga-
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- lia.
servar: concreciones, alguna pequeña burbuja y
pátina de opacidad.
Sus paralelos los encontramos en Foy, n.o 1 57. Fragmento de asa.
(1995 a, pp. 157 y 171, Fig. 8) e Isings, forma 121
(1957, p. 152). N.o Inventario Antiguo: 298-51.
Corresponden a un tipo de jarra bulbosa o glo- Procedencia: Según el Inventario de 1903 casi todas las
bular. Se han hallado ejemplares en Mondelange, piezas de este conjunto se hallaron en Tarragona.
Remagen, Treveris y Colonia, entre otros lugares. En el mismo se señala: «Casi todas proceden de
Tarragona, y fueron regaladas por el señor Minuto-
li; alguna procede de Ampurias».
56. Fragmento de asa. Materia: Vidrio verde pálido melado translúcido. Pan-
tone 3985-C.
N.o Inventario Antiguo: 298-50. Técnica: Vidrio trabajado en caliente.
Procedencia: Según el Inventario de 1903 casi todas las Dimensiones: Altura 1.8 cm. Grosor 0.4 cm. Anchura-
piezas de este conjunto se hallaron en Tarragona. Diámetro 3 cm.
En el mismo se señala: «Casi todas proceden de Cronología: Siglo II d. C.
Tarragona, y fueron regaladas por el señor Minuto- Función: Manipulación y traslado del objeto destinado
li; alguna procede de Ampurias «. a vajilla de mesa / vertedor de líquidos.
215
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
216
VIDRIOS
Bibliografía: García y López, J.C. (1903). «Inventario de Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, corresponde
las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la al asa de una jarra de cuello largo, y es obtenida
Real Academia de la Historia», p. 52. mediante la aplicación de una cinta de vidrio en
Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, correspon- caliente, del mismo color que el resto de la pieza.
de al asa de una jarra, obtenida mediante la apli- Se encuentra plegada en la parte inferior, a la altu-
cación en caliente de una cinta de vidrio, proba- ra del hombro del cuerpo, desde donde arranca, y
blemente del mismo color que el resto de la pieza. finaliza en la parte superior del cuello situada de-
Arranca del hombro del cuerpo de la pieza y fina- bajo de la boca, aunque no se conserva esta zona.
liza en la parte superior del cuello. En el arranque del cuerpo podemos apreciar que
El asa, estrecha y recta, se presenta fracturada éste sería globular o esférico.
en la parte inferior; en su parte superior finaliza Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
en un repliegue que describe una pequeña forma servar: picaduras, marcas originadas en el proceso
puntiaguda y rebajada. Por sus dimensiones corres- de fabricación, o debidas al uso, concreciones,
pondería a una jarra de cuello estilizado. pequeñas irisaciones y alteración cromática.
Su sección no llega a ser cilíndrica del todo Sus paralelos los encontramos en Isings, forma
porque la presencia de ciertas líneas marcadas pro- 52 b (1957, p. 70). Según esta autora, solamente
porciona una forma poligonal. se conoce un ejemplar de este tipo de jarra en
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- Colonia.
servar: pequeñas burbujas, picaduras, marcas origi-
nadas en el proceso de fabricación, o debidas al
uso y alteración cromática. 61. Fragmento de asa.
Sus paralelos los encontramos en Isings, for-
ma 52 (1957, pp. 69-71), y corresponde al asa de
una jarra fechada en el periodo claudio-neroniano.
Ejemplares de este tipo aparecen, entre otros luga-
res, en: Locarno, Arlon y Tenero.
217
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
4. FRASCOS Y BOTELLAS
Botellas. Las botellas constituyen envases para líquidos debido a que su forma proporciona estabi-
lidad y facilidad de transporte; el uso que se hace de ellas es tanto doméstico como industrial. Las
técnicas de fabricación empleadas pueden ser: soplado a molde, o soplado al aire, e imitan tanto for-
mas procedentes del metal como de la cerámica.
Las botellas cúbicas o de fondo cuadrado están realizadas generalmente en vidrio grueso de color
verde oscuro o verde azulado. Su fondo es cuadrado y el depósito prismático-cuadrangular con las aris-
tas redondeadas o no; el cuello es corto y la boca circular con labio replegado hacia fuera y hacia
218
VIDRIOS
dentro. Llevan un asa en forma de H. La técnica con la que se fabrican es el soplado tanto en molde
como libre o al aire; a estas últimas, tras ser sopladas, se les aplanan los lados y la base
En los fondos generalmente se dispone la decoración, que puede ser figurada o geométrica, aunque
en algunos casos también aparecen los depósitos con decoración. Las bases muestran en cada uno de
sus ángulos unas protuberancias o burbujas de vidrio macizo, y también es muy común que aparezcan
marcas, haciendo referencia al fabricante o al comerciante.
Las botellas de fondo cuadrado tienen variantes:
a) Botellas cuadradas rechonchas. Poseen las mismas características descritas hasta ahora, pero su
altura es muy pequeña.
b) Botellas con depósito hexagonal.
c) Las botellas cúbicas o de fondo cuadrado surgen a partir de año 70 d.C. y se popularizan desde
el periodo flavio en adelante. Su uso continúa durante los siglos II y III d.C., en el siglo IV los
hallazgos son más escasos43. Tendrán una gran difusión por todo el Imperio.
d) Las botellas cilíndricas tienen una base circular que puede presentarse algo rehundida. El cuerpo
cilíndrico se estrecha según se acerca a la base; el cuello es generalmente corto y la boca pre-
senta un labio redondeado. El asa puede ser lisa o nervada. Estas botellas cilíndricas pueden
presentar dos modalidades: rechonchas o grandes.
Son muy comunes durante los dos primeros siglos d. C., sobre todo desde el periodo flavio, en todo
el Imperio romano. En Karanis aparecen en contextos más tardíos: siglos II y III44.
Las botellas vistas hasta ahora son las más comunes, pero existe una variedad importante atendiendo
a su forma, tamaño, tipo de labio y forma de las asas.
En la tabla morfológica general de Morín-Jean podemos destacar la figura 16 que corresponde a una
botella que porta dos asas y su cuerpo es prismático rectangular. Están fabricadas en vidrio azul verdo-
so, con paredes gruesas, y a menudo se observa en ellas una marca sobre el fondo. Esta tipología está
muy expandida por toda la Galia y todas corresponden al Alto Imperio romano45.
Las botellas se diferencian de los frascos en que éstos últimos no poseen asas y su forma se hará
muy corriente a partir del siglo III d. C. Los frascos también presentan una amplia variedad atendiendo
a su forma, tamaño y decoración.
Toda la terminología empleada para diferenciar unas piezas de otras debe ser entendida como mera
diferenciación didáctica, general y flexible porque muchas tipologías de vidrio pudieron tener múltiples
usos; a ello hay que añadir que no existe unanimidad entre los diferentes autores para establecer una
terminología común.
64. Fragmento de cuello y boca. Cronología: Mediados del siglo I - mediados del siglo
III d. C.
Función: Objeto destinado a vajilla de almacenaje /
contenedor de líquidos.
Bibliografía: Sin determinar.
Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, presenta
un cuello cilíndrico, ancho y corto. La boca es
asetada o de borde triangular con labio grueso,
ancho, redondeado y replegado al interior.
Todo el conjunto corresponde a un frasco,
puesto que no presenta asa. Su Técnica de fabri-
cación es soplado a molde, pero normalmente el
cuello y boca de este tipo de piezas suelen estar
realizados con la técnica del soplado al aire.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
servar: exfoliaciones, irisaciones, concreciones y
N.o Inventario Antiguo: 233. pátina de opacidad.
Procedencia: Desconocida. Sus paralelos los encontramos en Alarcão, n.o 70
Materia: Vidrio verde oscuro translúcido. Pantone 3258-C. (1976, p. 169, Planche. XXXVI) e Isings, forma 51
Técnica: Soplado al aire. (1957, pp. 67- 69), de los que nuestra pieza repre-
Dimensiones: Altura 3.1 cm. Grosor 2.9 cm. Anchura- sentaría una variante. Corresponden a un tipo de
Diámetro 4.7 cm. botella cilíndrica que se comienza a producir a me-
43
diados del siglo II d. C. Aparecen, entre otros lu-
ISINGS, C., 1957, p.65.
44
HARDEN, D.B., 1936, p. 234. gares, en: Pompeya, Locarno, Colchester, Tenero,
45
MORIN-JEAN, E., 1913, pp. 64,65. Nijmegen, Colonia y Charlesworth (1966, p. 30).
219
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
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VIDRIOS
221
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Bibliografía: García y López, J.C. (1903). «Inventario de 71. Conjunto de fragmentos: cuerpo, cuello y boca.
las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la
Real Academia de la Historia», p.51.
Descripción: los fragmentos, de vidrio grueso, corres-
ponden a una botella de cuerpo prismático y base
cuadrada. Los grosores varían según se trate de las
paredes, que son más finas, o de las esquinas de
éstas que son más gruesas, donde apreciamos las
aristas muy marcadas.
La pieza portaría un asa y su boca sería exvasada.
Comentario: En los fragmentos de vidrio podemos
observar: abundancia de burbujas, picaduras, con-
creciones, patina de opacidad, alteración cromática
y marcas originadas por el tipo de molde utiliza-
do, o debidas al uso.
Sus paralelos los encontramos en Isings, Forma
50 b (1957, pp. 66,67), y corresponden a una bo-
tella cuadrada alargada. Algunos ejemplares tardíos
han sido hallados en Colonia y pertenecen al siglo
IV d.C.
222
VIDRIOS
223
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
5. PLATOS: FRAGMENTOS
Los platos constituyen recipientes cuyo diámetro será igual o superior a cuatro veces la altura total
de la pieza. Su uso es doméstico y están destinados a contener alimentos para comer o presentarlos.
Durante los siglos I y II d.C. destaca el plato circular fabricado con vidrio verde-azulado; sus paredes
solían ser verticales y poseía un pie. Esta tipología fue frecuente en Italia.
A partir del siglo III d.C. destaca el plato oval, de pie anular y borde replegado, cuya fabricación es
muy numerosa en Karanis, y experimentará su máxima difusión a comienzos del siglo IV46.
Los platos estarán diferenciados por: decoración, tipo de borde, tipo de pie, forma del cuerpo etc.
Su técnica de fabricación puede ser mediante presionado-moldeado o soplado libre. Los platos hondos
fabricados con la técnica del presionado-moldeado, y moldurados, hasta el año 50 ó 60 se hacían de
vidrio coloreado, pero más tarde se impone el vidrio incoloro.
Las fuentes describen una tipología parecida al plato, pero poseen mayores dimensiones. Su función
es presentar alimentos en la mesa.
46
SÁNCHEZ DE PRADO, M. D., 1984, p. 96.
224
VIDRIOS
Materia: Vidrio verde azulado translúcido. Pantone Cronología: Mediados del siglo I d. C.- inicios del si-
3268-C. glo III.
Técnica: Soplado a molde. Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Recipien-
Dimensiones: Altura 1.9 cm. Grosor 0.2 cm. Anchura- te para comer y/o presentar alimentos.
Diámetro 4.6 cm. Bibliografía: García y López, J.C. (1903). «Inventario de
Cronología: A partir de la segunda mitad del siglo I las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la
d.C. Real Academia de la Historia», p. 51.
Función: Objeto destinado a vajilla de mesa. Recipien- Descripción: El fragmento, de vidrio fino, posiblemen-
te para comer y/o presentar alimentos. te corresponde a un plato que presenta una base
Bibliografía: García y López, J.C. (1903). «Inventario de circular, plana y algo rehundida en el centro don-
las Antigüedades y Objetos de Arte que posee la de observamos la marca del puntel. Descansa so-
Real Academia de la Historia», p. 51. bre un pie que forma parte de la misma pieza, en
Descripción: El fragmento, de vidrio fino, corresponde el que se ha intentado conseguir una sección cir-
a un plato de poca altura. La boca, muy exvasada, cular, pero no se ha logrado en todos sus tramos.
posee un labio fino y redondeado al exterior. El arranque de las finas paredes del cuerpo
En la parte inferior aparecen dos finas líneas muestran que éste sería abierto y de perfiles con-
circulares y paralelas realizadas con la técnica del vexos.
esmerilado; ambas están muy distanciadas una de Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
otra. Desde la línea inferior hasta la base, que es servar: concreciones, picaduras, alteración cromáti-
circular y plana, encontramos un suave perfil cón- ca, pátina de opacidad y marca del puntel, indi-
cavo. cándonos la forma de fabricación.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- Sus paralelos los encontramos en Isings, Figura
servar: concreciones, picaduras, irisaciones, exfolia- 47 (1957, p. 62), correspondiente a una pequeña
ciones, fuerte alteración cromática y pátina de opa- fuente o un gran plato con base anular, y con
cidad. borde redondeado. Algunas piezas de este tipo
Sus paralelos los encontramos en Isings, Forma están realizadas con la técnica de moldeado-pren-
48 (1957, pp. 62, 63). Es una variedad de plato sado, pero no han sido muy comunes. Existe una
moldeado-prensado de la Forma 22; tiene un bor- fuente algo deformada que fue hallada en Pompe-
de redondeado y ancho, y base anillar cortada hacia ya. Otros ejemplares proceden de: Este (claudio-
afuera. Un ejemplar azul oscuro fue hallado en el neroniano), Vía Capuccini (pre-flavio), Locarno
cementerio de Tortorolo, y corresponde al siglo I (mediados del siglo I d.C.), y Muraltoi Branca (más
d.C. Nuestra pieza representaría una variante. o menos mediados del siglo I d.C. o anterior).
Un plato de este tipo es conocido en dos ejem-
plares, ambos hallados en Tirlemont-Avendoren; uno
77. Fragmento de plato. de finales del siglo II o inicios del siglo III d.C., y
el otro de la segunda mitad del siglo II d. C. Am-
bos platos son refinados.
225
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
6. UNGÜENTARIOS
Los ungüentarios de vidrio son piezas destinadas a contener ungüentos o perfumes que formaban
parte de la vida cotidiana romana: aseo personal, usos medicinales, y en muchos casos rituales funera-
rios. Los envases variaban según el poder adquisitivo; con la aparición del vidrio soplado éstos se ha-
cen más asequibles, y se popularizan.
Durante la República los ungüentarios normalmente son de cerámica, perdurando hasta época de
Augusto - Claudio, pero a comienzos del Imperio se imponen los ungüentarios de vidrio; éstos en sus
comienzos imitan piezas cerámicas. En la primera mitad del siglo I d.C. observamos una progresiva
desaparición de los ungüentarios fabricados en cerámica; esta producción retardataria en algunos casos
imitará formas realizadas en vidrio.
A veces, bajo este término, se incluyen piezas cuya función desconocemos, o que a primera vista las
podemos considerar frascos o botellas pequeñas, por lo que en muchos casos la terminología sólo cum-
ple una función de clasificación general.
La variedad es amplísima atendiendo a la forma, tamaño, color y otras características específicas: cuerpo,
cuello, labio etc.
226
VIDRIOS
En su estudio me detendré en los que considero más extendidos y populares, generalmente sopla-
dos al aire.
Una tipología de ungüentario muy temprana es aquella que presenta un cuerpo generalmente pirifor-
me, aunque también puede ser globular, con un cuello cilíndrico muy corto; el tamaño es pequeño y
las paredes delgadas.
Los ungüentarios de cuerpo globular más tempranos corresponden al periodo de Tiberio-Claudio, no
produciéndose en el siglo II d. C. Esta variante también puede aparecer fabricada en vidrio mosaico.
Los ungüentarios de cuerpo piriforme se producen tanto en oriente como en occidente en época de
Augusto, y continúan durante todo el siglo I d.C. Pueden presentar variantes basadas en el tamaño o el
cromatismo. Normalmente son piezas de color intencionado, pero a finales del siglo I d.C. predominará
el color azul verdoso que es el natural del vidrio.
Dentro del grupo de ungüentarios de cuerpo piriforme destacan aquellos que presentan un cuello
corto y cuerpo con hombros bastante pronunciados. Muestran formas carenadas hacia la base que les
dan un aspecto de campanilla. Cronológicamente corresponde con los anteriores, y el vidrio puede
presentar un cromatismo obtenido a través de colorantes añadidos en su proceso de elaboración. Se
han encontrado muchos en Aquilea.
Otro tipo de ungüentario es el que corresponde a la forma Isings 2847 que representa una evolución
de la forma 8 de la misma autora48. Tienen siempre la base plana y el cuerpo más ancho que el cuello.
Paulatinamente la división entre cuerpo y cuello, que antes era más marcada, se irá suavizando, y el
cuerpo se reducirá hasta ocupar un tercio o un cuarto de la altura total de la pieza.
Los ungüentarios con mayor extensión cronológica y geográfica son los que corresponden a la forma
e de Calvi49 y a la 8 de Isings50. Tienen forma de tubo, y en ellos el depósito y el cuello están separados
tan sólo por un estrangulamiento que puede ser más o menos acentuado. Los podemos dividir en:
a) Cuello más corto que el depósito.
b) Cuello tan largo como el depósito.
c) Cuello más largo que el depósito.
Todos aparecen simultáneamente. Su color suele ser verde-azulado, y son de pequeño grosor. Se
extienden por todo el Imperio desde el siglo I al siglo III d. C., siendo muy comunes desde la segunda
mitad del siglo I51.
Presentan diferencias dependiendo de la altura del cuerpo respecto de la altura total de la pieza:
a) Cuerpo que constituye la mitad de la altura total de la pieza. Son los más tempranos. Los hallaz-
gos a los que nos remite Isings pertenecen al periodo claudio-neroniano. El vidrio es fino y los
colores pálidos.
b) Cuerpo cuya altura representa un tercio o un cuarto de la altura total de la pieza. Son posterio-
res, encontrándose en contextos que van del siglo II al siglo IV d.C. El vidrio es grueso y el
color verde-azulado.
Una variedad de los ungüentarios tubulares esta formada por las piezas en forma de tubos muy alar-
gados con un ensanchamiento en el centro, y pequeña base convexa. Morin-Jean52 considera que eran
piezas con ofrendas de vino, sobre todo en las tumbas de los sacerdotes.
Esta tipología presenta dos subtipos:
a) Base que termina en punta. Los ungüentarios de estas características son numerosos en todo el
Imperio romano, sobre todo en la Galia.
b) Base que termina en una forma convexa. Son bastante escasos.
Parece que la cronología para los dos subtipos correspondería a los siglos III y IV d.C.
En las minas de metal de Río Tinto han aparecido una gran cantidad de botellas-ungüentarios cuyas
tipologías son variadas, pero la importancia de estas piezas reside en que muchas tienen sellos impre-
sos en sus bases. El sello más común hallado en las botellas- ungüentarios es una pequeña depresión
circular rodeada de las letras A.V.G., entre dos motivos vegetales. También encontramos sellos que es-
tán incompletos o débilmente impresos. Bastantes formas de estos recipientes aparecen en contextos
datados en los siglos I y II d. C.53
47
ISINGS, C., 1957. pp. 41, 42, 43.
48
ISINGS, C. 1957, p. 24.
49
CALDERA DE CASTRO, M. P., 1983, p.38.
50
ISINGS, C., 1957, p. 24.
51
CALDERA DE CASTRO, M. P., 1983, p.40.
52
MORIN-JEAN, E., 1913, p. 81.
53
PRICE , J., 1977, vol. 19, pp.30 a 39.
227
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Hacia el segundo cuarto del siglo I d.C. aparecen los ungüentarios con cuerpo cónico decorado con
líneas incisas que normalmente conforman bandas de líneas paralelas. Las paredes son gruesas y el labio
de la boca está doblado hacia fuera y replegado hacia dentro. También se caracterizan por tener un
tamaño grande, y pueden confundirse con pequeñas botellas.
Otro tipo de ungüentario es el que corresponde a los aryballoi , que derivan de las formas en bron-
ce y cerámica. Recogen la tradición griega, pero ahora se hacen con la técnica del soplado, a diferencia
de los ungüentarios en forma de aryballoi fabricados en vidrio con la técnica del núcleo de arena, que
representan sus precedentes más inmediatos. Generalmente aparecen a finales del siglo I d.C., y alcan-
zan su máxima difusión a principios del siglo II; continúan durante este último siglo, aunque surgen
variantes como son el borde triangular y el vidrio coloreado. En fechas posteriores predominará el vi-
drio incoloro, y en algunos casos la pieza se decora con hilos en relieve. En el siglo II d. C. se produ-
ce la decadencia de este tipo de ungüentarios. Su extensión abarca todo el Imperio romano. Las pare-
des de estas piezas suelen ser gruesas y las asas generalmente presentan formas delfiformes. Se llevan
suspendidos de la muñeca mediante un asa, o una cadena de bronce sujeta a las asas de la pieza a
través de anillas.
Durante el siglo I y II d. C. se fabrica un tipo de ungüentario que imita las ánforas denominado
anforisco. Calvi54 diferencia el ánfora de base plana que encuentra su origen en el metal, y el ánfora
con cuerpo que finaliza en una forma apuntada, de menor tamaño, que será utilizada como ungüenta-
rio. Esta tipología aparece a partir de la segunda mitad del siglo I d. C., aunque existen ejemplares
encontrados en Karanis y datados durante los siglos III y IV. Su color es verde-azulado, pero los más
tardíos presentan un color verde-oliva.
Los ungüentarios de tipo candelabro muestran un cuello largo, y un cuerpo bajo y ancho; con el
largo cuello se consigue dosificar mejor los ungüentos o perfumes. Vessberg55 cree que se trata de una
tipología muy extendida tanto en el oeste del Imperio como en el Mediterráneo oriental. Este tipo de
ungüentarios van a experimentar variantes en su forma:
a) Ungüentario cuyo cuerpo es cónico, y presentan un estrangulamiento en el arranque del cuello.
Calvi56 considera que corresponden a la variante más antigua. Se producen en la segunda mitad
del siglo I d.C. en la parte occidental del Imperio; en oriente aparecen en la segunda mitad del
siglo II d. C., continuando durante el siglo III.
b) Ungüentario de tipo bulboso en el que desaparece el estrangulamiento entre cuerpo y cuello.
Esta forma estará muy extendida geográficamente por todo el Imperio. Su aparición es algo más
tardía que la tipología anterior. En Chipre aparecen en el siglo I d. C., pero será en el siglo II
cuando se produzca su máxima difusión. En Aquilea encontramos una amplia producción duran-
te el siglo III. Esta variante se transformará desembocando en una forma acampanada que se
producirá tanto en oriente como en occidente.
A finales del siglo I y principios del II d.C. nos encontramos con los ungüentarios con forma de
olla57. Su producción continuará durante todo el siglo II. Presentan unas paredes de vidrio muy fino, y
los colores son pálidos predominando el verde-claro y el azulado. Las diferentes variantes de esta tipo-
logía vienen definidas por el perfil de la boca. Calvi58 cree que servirían más como piezas de utilidad
doméstica que como envases de perfumes.
Otra tipología de ungüentarios es aquella que muestra la base aplanada, cuerpo campaniforme, cue-
llo largo y cilíndrico con un estrangulamiento en su arranque, y boca circular con labio plano que
sobresale mucho y se replega hacia dentro. Son ungüentarios muy comunes y su cronología oscila entre
el siglo I y el IV d.C.; su extensión geográfica abarca todo el Imperio romano. En Karanis se ha encon-
trado la misma tipología, pero más rechoncha y corresponde al siglo III d. C.59.
En los ungüentarios ápodos y con base ligeramente rehundida, este rehundimiento será mucho
más acentuado durante los siglos III y IV; en este mismo periodo el cuerpo de estas piezas siem-
pre constituirá un tercio de la altura total, y los colores que predominarán serán el verde o verde-
azulado.
Durante la segunda mitad del siglo I d.C. aparecen los ungüentarios con forma de dátil fabricados en
vidrio de color melado; en su interior tienen normalmente una capa de vidrio blanco opaco. Son unas piezas
54
CALVI, M. C., 1968, p.21.
55
VESSBERG, O., 1952, p.203.
56
CALVI, M. C., 1968, p. 134.
57
CALDERA DE CASTRO, M. P, 1983., p. 48.
58
CALVI, M.C., 1968, p. 31.
59
HARDEN, D.B., 1936, pp. 266 y 274.
228
VIDRIOS
muy naturalistas en las que se cuida mucho el detalle a través de la observación del modelo a imitar; esto
queda reflejado en la consecución de la piel rugosa y en la variedad de dátiles conseguidos.
Su producción continuará durante el siglo II.
En los siglos III y IV d.C. se producen los ungüentarios dobles, generalmente de vidrio verdoso,
decorados con hilos. Normalmente llevan asas, y a veces poseen tres o cuatro depósitos. Constituyen
una producción típicamente siria.
A lo largo de los siglos III y IV d.C. continúan fabricándose ungüentarios de tipo corriente cuyas
formas son de época anterior, pero la tendencia es producirlos en vidrio incoloro, sobre todo en el
siglo III.
Un tipo de ungüentario, generalmente fabricado mediante la técnica del soplado a molde, es el que
presenta un cuerpo esférico o algo bulboso, normalmente con decoración: panel de abeja, pellizcos,
geométrica etc. El cuello es ancho y añadido, y la boca exvasada. La importancia de estos ungüentarios
reside en que portan un dosificador en el interior del arranque del cuello.
Otros ungüentarios han mostrado elementos que favorecen la dosificación: cuellos largos y estrechos,
labios horizontales y planos, pero ahora se materializa en un elemento nuevo destinado para tal fin,
constituyendo un claro ejemplo de la relación entre belleza y funcionalidad en el mundo romano.
Un caso muy especial que se aparta de toda la tipología vista anteriormente lo constituyen los vi-
drios romanos con cabeza humana. Representan copias de las piezas que se realizaban en piedra, muy
extendidas en la cuenca mediterránea durante la época helenística. En la cuenca oriental del Mediterrá-
neo, entre el 2000 y el 3000 a. C. se hacen vasos de piedra con la apariencia de cabezas femeninas.
Cerámicas parecidas son realizadas por chipriotas durante la Edad del Bronce. Los talleres áticos de los
siglos VI y V a. C. fabrican recipientes que reproducen trazos de la figura humana. En Italia meridional,
durante los siglos IV y III a. C. se fabrican gran cantidad de ritones que representan los antecedentes
más inmediatos de los vidrios cefaloformes. Éstos últimos constan de un cuerpo cefaloforme y un cue-
llo relacionado con las formas de la cerámica corriente: cuellos de aryballoi , de anforiscos, de oino-
choe, de catharos, etc. A su vez se dividen en los que muestran una larga abertura, destinados para
beber, y los que tienen cuello estrecho, destinados a la conservación de líquidos y perfumes.
Los vidrios cefaloformes generalmente son ápodos, aunque en algún caso aparecen con un pie. Su
cuerpo normalmente representa una cabeza, pero a menudo podemos observar doble cabeza en el mismo.
Seguramente se han producido durante todo el Imperio romano; del siglo I d. C. hallamos vidrios cefa-
loformes en Pompeya, pero es en la Galia, sobre todo a partir del siglo III d. C. cuando se desarrolla
el vidrio cefaloforme.
229
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Procedencia: Según el Inventario de 1903, la pieza fue Cronología: Finales del siglo I d. C.
encontrada dentro de una urna cineraria en Carmona. Función: Objeto destinado al aseo personal y/o medi-
Materia: Vidrio verde claro transparente. Pantone 365-C. cina.
Técnica: Soplado al aire. Bibliografía: García y López (1903, p. 43.
Descripción: El ungüentario, de vidrio fino, representa Comentario: En el ungüentario de vidrio podemos
un tipo de variante dentro del grupo de los deno- observar: irisaciones, exfoliaciones, concreciones y
minados ungüentarios tubulares, muy extendidos en rémolas del soplado.
todo el Imperio. La pieza encuentra sus paralelos en Isings, for-
El cuerpo tiene forma piriforme, y finaliza en ma 8 (1957, p. 24). Este tipo de ungüentario es uno
un cuello cilíndrico, largo y más estrecho en la de los más numerosos que aparecen durante el siglo
parte superior, que ocupa la mayor parte de la I d. C. Los primeros ejemplares de este tipo se
altura total de la pieza. producen en occidente, en lugares como Locarno,
La boca aparece muy exvasada, con un labio Liverpool, entre otros. El primer ejemplar que se
fino, cortado y pulido. conoce procede de Ventimiglia, fechado en el pe-
La base es circular y convexa, lo que provoca riodo Julio-Claudio. Después de mediados del siglo
que la pieza no se pueda sostener verticalmente. I d. C este tipo se hace más numeroso y se ex-
Cronología: Siglos III-IV d. C. tiende por todos los lugares del Imperio.
Función: Objeto destinado al aseo personal y/o medi- Otros paralelos los hallamos en Sennequier,
cina. nº105 (1985, pp. 88-89) y Lancel, forma 15 (1967,
Bibliografía: García y López (1903), p. 43. p. 17), este último ejemplar procede de la Necró-
Comentario: En el ungüentario de vidrio podemos polis de la Villa de los Frescos, tumba XXVIII y se
observar: exfoliaciones, irisaciones, pátina de opa- fecha a finales del siglo I d. C.
cidad, alteración cromática y concreciones.
La pieza encuentra sus paralelos en Filarska, n.o
290 (1952, pp. 210-211, lam. XLVIII). 83. Ungüentario.
230
VIDRIOS
84. Ungüentario.
231
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Función: Objeto destinado al aseo personal y/o medi- Los fragmentos encuentran sus paralelos en
cina. Isings, forma 8 (1957, p. 24), Barkóczi, n.o 191
Bibliografía: García y López (1903), p. 47. (1988, p. 112, Taf. XVII), este último ejemplar se
Comentario: En el ungüentario de vidrio podemos fecha en la segunda mitad del siglo I d. C., y en
observar: estrías originadas en el proceso de fabri- Alarcao, n.o 40 (1967, pp. 163 y 166, planche XXXV),
cación, o debidas al uso, pátina de opacidad, alte- que fecha la pieza en época flaviana.
ración cromática, asimetría y cierta deformidad.
Es de destacar el pulido de la superficie exte-
rior. 87. Ungüentario.
La pieza encuentra sus paralelos en Isings, for-
ma 82a.2 (1957, p.98), Villalba i Varneda, n.o 83
(1983-84, pp. 215-216) y Bendala, n. o 5 (1976,
pp.114 y 116, lam. XLVII).
Aparecen ejemplares de este tipo en Locarno,
Colchester, Fresin y Karanis, entre otros lugares.
232
VIDRIOS
89. Ungüentario.
233
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
234
VIDRIOS
235
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
7. STIRRING-ROD: FRAGMENTO
Su finalidad es controvertida. Se cree que servían para para remover perfumes y sacarlos de sus
contenedores. Los que llevan una arandela en la parte superior, además de agitadores, se les asigna
otra posible Función: cerrar los contenedores en los que estaban introducidos.
Están fabricados utilizando vidrio en estado derretido60, y entre ellos aparecen diferencias:
a) En el cuerpo:
Cuerpo cilíndrico liso.
Cuerpo cilíndrico formado por vidrio doblado.
Cuerpo cilíndrico formado con hilos de vidrio de diferentes colores enrollados en espiral.
b) Los que tienen la terminación:
Roma.
Puntiaguda.
c) Asidero:
Liso.
Con pequeña arandela.
Se localizan en todo el Imperio romano y los encontrados son fechados generalmente durante los
siglos I y II d.C.
96. Stirring-rod.
60
CALVI, M. C., 1968, p.5
236
VIDRIOS
Comentario: En la barrita de vidrio o removedor po- Hayes, núms. 656 a y 656 b (1975, pp.1 58-159), y
demos observar: picaduras, concreciones, irisaciones los que posee el Museo Romano de Mérida.
y alteración cromática. Destacan los ejemplares encontrados en Pompe-
Sus paralelos los encontramos en Isings, forma ya, Locarno, Aquilea.
79 (1957, pp. 94-95), Alarcão, n.o 291 (1976, p. 209),
La técnica del vidrio mosaico es tanto decorativa como formativa. Se basa fundamentalmente en fun-
dir en un molde vidrios de diferentes colores que han sido fabricados previamente. El trabajo se dirige
a obtener el mayor efecto decorativo en la superficie más visible. Jennifer Price61 establece diferentes
tipos de decoraciones polícromas para el vidrio mosaico romano.
a) Vidrio millefiori. Se yuxtaponen varillas de diferentes colores uniéndolas entre sí por recalenta-
miento. Posteriormente se cortan discos y se distribuyen en un molde donde se funden; sus
cantos se pegan unos a otros.
Con el término italiano millefiori se hace referencia a una decoración basada en dibujos de flo-
res y círculos o anillos concéntricos. Esta decoración es fundamentalmente Altoimperial, pero se
continuó haciendo hasta el siglo III d. C. Las flores suelen ser más grandes en las producciones
realizadas a partir de finales del siglo I d. C., con una ejecución más tosca y una riqueza y
combinación cromática más deficientes62.
b) Vidrio mosaico de franjas o cintas de colores. Bandas de vidrios de colores, previamente fabrica-
das, se colocan unas al lado de otras en líneas paralelas hasta formar un círculo. Posteriormente
en el exterior de la circunferencia, en la zona del canto del borde, se agregaba una banda de
vidrio coloreado o blanco, trenzado con hilo blanco; se calienta todo para que se adhiera. Una
vez enfriado se recalentaba y depositaba en un molde presionándolo.
Existen modalidades mixtas: cintas de colores y millefiori en la misma pieza.
c) El mosaico de red o maya. Se plegan en espiral hilos finos de vidrio, normalmente dos de color
blanco o amarillo opaco, alrededor de varillas de vidrio incoloro. También se llegó a utilizar
una sola varilla muy larga enrollada sobre sí misma.
d) Vidrio con espirales incrustadas. Sobre vidrio coloreado y translúcido se fundían espirales en vidrio,
generalmente blanco opaco. La decoración es visible en ambos lados de la pared.
e) Vidrios que imitan las piedras nobles. Se imitaban piedras lisas y piedras con policromía y vetea-
do. Normalmente la decoración penetraba toda la pared, pero en algunos casos era superficial.
Esta decoración también se utilizó en paneles de opus sectile. Es un vidrio amarmolado.
El vidrio veteado tiene una confección más artística: se incrustan pequeñas barritas de vidrio
blanco opaco, a veces amarillo, en una masa de vidrio, normalmente translúcida, y se obtiene
un efecto de copos o salpicado de los segmentos.
f) Vidrios ajedrezados. La decoración se basa en ortógonos bícromos y alternos.
Dentro del vidrio mosaico debemos incluir el compuesto por motivos tubulares.
61
PRICE , J., 1985, p. 246.
62
ORTIZ PALOMAR, E., 20001-2002, p. 43.
237
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Descripción: El fragmento, de vidrio fino, está fabrica- rojos y blancos, rodeados de puntos amarillos que
do con la técnica de vidrio mosaico y pertenece a simulan una flor muy esquemática. En todos los
la categoría de vidrio con decoración de espirales casos el tamaño, la regularidad de las formas y la
incrustadas. Sobre un fondo de color verde pálido distancia de separación que mantienen son varia-
aparecen líneas en espiral localizadas en diferentes bles.
registros. Cada registro se diferencia de los demás Todo el conjunto muestra un vidrio millefiori
por el color de las líneas, o la disposición de las con decoración variada y compartimentada a través
mismas, dependiendo de la distancia que mantie- de líneas blancas muy marcadas.
nen unas con otras. Cronología: Finales del siglo I a. C. - inicios del siglo
La gama cromática que presenta la decoración I d. C.
de espirales está constituida por el color amarillo Función: decoración de un objeto destinado a vajilla
y distintas gradaciones tonales de color blanco. de mesa. Recipiente para contener líquidos o se-
Cronología: Finales del siglo I a. C. - inicios del siglo I milíquidos.
d. C. Bibliografía: García y López (1903), p. 51.
Función: Decoración de objeto destinado a vajilla de Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
mesa. Contenedor de líquidos o semilíquidos. servar: irisaciones, exfoliaciones, concreciones y
Bibliografía: García y López (1903), p. 51. alteración cromática.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob- El fragmento posiblemente pertenezca a las
servar: concreciones, pequeñas burbujas y pátina de paredes de un cuenco de vidrio fino.
opacidad. Sus paralelos los encontramos en Grose, fi-
Sus paralelos los encontramos en Fremersdorf, guras 505 y 552 (1989, pp. 320 y 329), y en
figura 155 (1975, p. 37, Tafel. 7). un fragmento que se encuentra en el Museo
Nuestra pieza representa el borde de un posi- Monográfico de Tiermes (Soria), n.o de inventario
ble cuenco. 71.4857.
238
VIDRIOS
Cronología: Finales del siglo I a. C. - inicios del siglo 101. Fragmento de vidrio mosaico.
I d. C.
Función: Decoración de objeto destinado a la vajilla
de mesa. Contenedor de líquidos o semilíquidos.
Bibliografía: García y López (1903), p. 51.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
servar: fuertes irisaciones, exfoliaciones y concrecio-
nes.
Por la forma que describe su perfil parece per-
tenecer a un cuenco, del que sólo tendríamos par-
te de la base y de una de las paredes.
Sus paralelos los encontramos en Grose, figura
461 (1989, p. 313).
239
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Sus paralelos los encontramos en Fremersdorf, 112. Fragmento de barra de vidrio mosaico.
figuras 220 y 221 (1975, pp. 41 y 42, Tafel. 8 y 9).
244
VIDRIOS
63
GUIDO, M., 1978, pp. 7 y 8.
64
FRASCA, R., 1994, pp. 54 a 60.
245
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Según el poder económico y la situación social que se quiera reflejar pueden ser de diferentes ma-
teriales: oro, hierro, vidrio etc.
Triunfó la moda de ponerse anillos de oro y comenzaron a ser taraceados, cincelados y engastados
con piedras preciosas para cuyos trabajos se necesitaban especialistas: anularius. La clientela es cada
vez más exigente, lo que obliga a una alta especialización.
El número de anillos portados en la mano aumenta en cantidad y variedad a medida que crece el
patrimonio de los señores y el snobismo colectivo. Se cargan de anillos también las estatuas de los
dioses y los cadáveres antes de ser sepultados.
En determinados periodos existían corrientes de opinión desaprobando esta costumbre: Séneca, Quin-
tiliano etc.
Durante el principado de Claudio quien tenía confidencia con él obtenía el permiso de ponerse un
anillo de oro con la efigie imperial. Vespasiano abolió esta costumbre. El emperador Aureliano, para
atraerse la obediencia de sus soldados, se vio forzado a conceder «ponerse también sus anillos, collares
y brazaletes».
246
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VIDRIOS
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vendedor, las imágenes suelen aparecer un tanto mechones muy marcados que nos acercan al mun-
borrosas»70. do oriental. El clasicismo está presente en toda la
Entalles de este tipo realizados en coralina y composición: estudio anatómico con el que se con-
ágata los encontramos en el Museo Romano de sigue expresar la fuerza física de la figura masculi-
Astorga. na mediante un torso robusto y un brazo musculo-
so, la técnica de paños mojados con la que
apreciamos multitud de pliegues que dejan intuir
119bis. Anillo con entalle de pasta parte de la anatomía ,y la vestimenta que actúa a
modo de vaina.
El detallismo también es apreciable en el barril
donde aparecen diferenciadas sus distintas partes.
El tema decorativo hace referencia al dios Baco
puesto que una de las muchas formas de represen-
tarle es bajo la figura de un joven imberbe, mofle-
tudo y sentado sobre un tonel (J. Humbert., 1993,
p.73). El objeto que porta en la mano correspon-
dería al tirso o vara enramada que le servía de
cetro, y que usaban los gentiles en las bacanales.
Se pone de manifiesto la importancia del vino en
el mundo romano: el trabajo para su obtención y
comercialización, su presencia en la vida cotidiana
N.o de Inv. Antiguo: 119. y la significación religiosa que cobra.
Dimensiones: Altura 0.1 cm. Grosor 0.1 cm. Anchura- El contraste obtenido mediante la yuxtaposición
Diámetro 1.1 cms. Procedencia: Donación. de decoraciones diferentes se ve acentuado a tra-
Materia: Pasta de vidrio opaco de colores: verde os- vés de las calidades de los materiales utilizados:
curo, Pantone 342-C., azul oscuro, Pantone 281-C., pasta de vidrio, arcilla y bronce.
y blanco.
Técnica: Vidrio mosaico.
Descripción: El sello de anillo engastado está consti- 120. Abalorios.
tuido por una masa de arcilla recubierta por pasta
de vidrio mosaico, y tipológicamente pertenece a
la categoría de vidrio mosaico con decoración de
bandas. Su forma ovalada está conformada funda-
mentalmente por pasta de vidrio verde oscuro; el
centro lo ocupa una franja transversal de pasta de
vidrio de color azul oscuro enmarcada por dos
pequeñas bandas de pasta de vidrio blanco.
Cronología: Finales del siglo I a.C. - siglo I d.C. Fun-
ción: Adorno personal.
Bibliografía: Sin determinar.
Comentario: En el sello de arcilla recubierto de pasta N.o Inventario Antiguo: 1260-21, 1260-22.
de vidrio, destinado a un anillo, podemos obser- Dimensiones: Altura 1 cm. Anchura 1.8 cm.
var: abundancia de picaduras, alteración cromática Procedencia: Donados a la Real Academia de la His-
e irregularidades en la banda transversal que apa- toria por el señor D. Eduardo Saavedra en el año
rece descentrada del eje de simetría e inclinada. 1861.
Junto a la decoración geométrica expresada a tra- Materia: Vidrio azul oscuro opaco. Pantone 295-C.
vés de las bandas encontramos otro tipo de deco- Técnica: Vidrio trabajado en caliente.
ración impresa en negativo que pasa un poco des- Descripción: Los dos abalorios de pasta de vidrio son
apercibida, como si estuviera camuflada en la muy gruesos y, tipológicamente, están diferenciados:
decoración geométrica que nos distrae de dicha el número 21 pertenece al grupo de los denomi-
observación, y tal decoración consiste en una figu- nados de «melón», y presenta unos gallones muy
ra juvenil y masculina, en primer plano, que está marcados y sobresalientes. El número 22 tiene una
sentada y parece portar en la mano algún tipo de forma indeterminada que en su origen podría ha-
vara; tras ella, y en un segundo plano simulado, ber sido concebida a la manera de «melón», pero
puesto que ambas figuras se entremezclan, encon- el resultado final es otro muy distinto: mezcla ci-
tramos la representación de un tonel o cuba gran- líndrica y gallonada.
de. La figura masculina muestra el torso y uno de Cronología: Siglos I y II a. C.- siglo V d.C.
los brazos al descubierto, junto con la vestimenta Función: Mágica o religioso-funeraria.
que cubre el cuerpo inferior. El rostro es muy es- Bibliografía: Sin determinar.
quemático y los rasgos identificables muy escasos, Comentario: En los abalorios de pasta de vidrio pode-
a excepción del cabello donde encontramos unos mos observar: picaduras, alteración cromática y di-
ferentes marcas originadas en el proceso de fabri-
70
HENING, M., 1985, p.184. cación o debidas al uso.
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VIDRIOS
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126. Entalle de anillo. tramos con una segunda capa de pasta vítrea de
color verde.
Cronología: Finales del siglo I a.C., principios siglo I
d. C.
Función: Adorno personal.
Bibliografía: García y López (1903), p. 40.
Comentario: En el entalle de anillo realizado en vidrio
podemos observar: concreciones, picaduras y algu-
nas marcas originadas en el proceso de fabricación,
o debidas al uso.
El camafeo constituye un sello para anillo en el
que aparece un rostro juvenil de perfil, mirando
hacia la derecha, según la tradición mantenida en
la disposición de los rostros en las monedas.
Todas las características del retrato nos llevan a
la figura de Heracles; así lo recoge el Inventario
de 1903. Representa: la fuerza, el sufrimiento, la
lucha en evolución, la victoria y aniquilamiento74.
El personaje constituye, junto con otros héroes, un
ascendente del pueblo romano.
El anillo con sello, hasta época de los Antonios,
constituyó un distintivo personal que recordaba el
orgullo de la tradición familiar, o las creencias que
tenía su portador: la elección del retrato de un
antepasado, de un filósofo o de un dios no se debía
al azar75.
En el caso de las piedras preciosas se graba-
ban utilizando un trépano de puntas intercambia-
N.o Inventario Antiguo: 207. bles y un arco que se colocaba alrededor del tré-
Dimensiones: Altura 2.1 cm. Grosor 0.7 cm. Anchura- pano.
Diámetro 1.5 cm. En la pieza que nos ocupa observamos su es-
Procedencia: Donada por el Barón de Minutoli. tilo helenístico reflejado a través de las líneas
Materia: Dos capas de vidrio: blanco opaco y verde ondulantes hechas con una ruedecilla fina. Es im-
opaco, Pantone 3268-C. portante destacar que los principales tallistas de
Técnica: Tallado. gemas que trabajaron para los romanos fueron
Descripción: En pasta de vidrio blanco opaco hallamos griegos.
una cabeza masculina que corresponde a un joven Este tipo de sellos camafeos para anillos son
de perfil. En ella apreciamos un estudio anatómico muy comunes tanto en piedras semipreciosas como
en la consecución de las distintas partes del con- en vidrio.
junto, así como una gran habilidad a la hora de Los paralelos los encontramos en gemas como
tratar detalles como: ojo, oído, rizos etc. la que recoge Furtwängler (1965, n.o 20, Lamina
El entalle contiene un retrato muy idealizado en XLIX) que se encuentra en el British Museum con
las formas, continuando con la tradición griega, en el n.o de Catálogo 1281. Su color es azul aguama-
el que se busca la atemporalidad y la fuerza a tra- rina, y data de principios del siglo I d.C. Repre-
vés de la juventud. Toda la pieza está marcada por senta la cabeza de Heracles menor portando una
los efectos del claroscuro obtenido mediante un maza sobre el hombro izquierdo; su estilo es fino
minucioso tallado; en la cara posterior nos encon- y delicado con fuertes ecos praxitélicos.
72 74
ORTIZ PALOMAR, E., 2001-2002, p. 43. CIRLOT, J.E., 1992, p. 284.
73 75
HARDEN, D.B., 1988, p.55. HENING, M., 1985, p.178.
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131. Fragmento de vidrio ventana. sus lados se aprecia como el canto tiende a ser
redondeado, aunque está fracturado. Las pequeñas
marcas ligeramente rehundidas podrían pertenecer
a los instrumentos de trabajo utilizados.
Cronología: Siglo I-II d. C.
Función: Construcción.
Bibliografía: García y López (1903), p. 51.
Comentario: En el fragmento de vidrio podemos ob-
servar: concreciones, picaduras y alteración cromá-
tica. Aparecen líneas rehundidas que podrían ser
originadas por: el uso, consecuencia de una mala
manipulación en su elaboración, marcas causadas
por la madera del molde, o una alteración del
vidrio originada en el lugar en el que ha sido
hallada la pieza por la actuación de diferentes
agentes.
Los romanos utilizaban el vidrio en las venta-
N.o Inventario Antiguo: 298-28. nas, pero constituía un elemento más dentro de
Dimensiones: Altura 3 cm. Grosor 0.6 cm. Anchura- los diferentes materiales translúcidos utilizados para
Diámetro 4.8 cm. tal fin, como la mica, el alabastro y la concha,
Procedencia: Según el Inventario de 1903 casi todas las insertos en decorativos marcos de madera, yeso o
piezas de este conjunto se hallaron en Tarragona. bronce. Las piezas de vidrio empleadas eran pe-
En el mismo se señala: «Casi todas proceden de queñas, y moldeadas más que sopladas. A la caí-
Tarragona, y fueron regaladas por el Señor Minu- da del Imperio, la industria del vidrio ventana es-
toli; alguna procede de Ampurias». taba bien establecida, como lo demuestra el vidrio
Materia: Vidrio verde oscuro translúcido. Pantone 555-C. para ventanas encontrado en diferentes puntos de
Técnica: Fundido a molde. Soplado a molde en cilindros. Gran Bretaña90.
Descripción: El fragmento, de vidrio grueso, presenta El fragmento encuentra sus paralelos en Boon
una superficie muy irregular y rugosa. En uno de (1966, pp.41-50).
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VIDRIOS
Apéndice I
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Alteración cromática: Hace referencia a los cambios Deterioro: Cambio de la superficie del vidrio produ-
experimentados en un color debidos a: la pérdida de cido por la interacción con su entorno. Aquí podemos
masa vítrea, la pátina de opacidad, el fenómeno de incluir: iriscencia, pátina de opacidad, enturbiado, pi-
opalescencia o diferentes reacciones químicas que se caduras y diferentes modalidades de corrosión.
producen entre los agentes colorantes o decolorantes
en contacto con las características del terreno en el que Exfoliación: Fenómeno también conocido con el tér-
han sido halladas las piezas. Ejemplo de ello son los mino desvitrificación. Hace referencia a la cristalización
vidrios sepultados en lugares donde existe carbón, producida en la superficie de la pieza debido a que
resultando frecuentemente ennegrecidos. los fundentes agregados no se combinan con la sílice
y cristalizan arbitrariamente. El fenómeno conlleva la
Burbujas: Consisten en bolsas de aire atrapadas en el aparición de una serie de láminas que se van despren-
vidrio durante su fabricación. Se pueden apreciar tan- diendo poco a poco, adelgazando la superficie del
to en el vidrio fundido como en el elaborado. Muchas vidrio.
burbujas pequeñas constituyen las llamadas «semillas»,
si son grandes «ampollas». Su distinción es muy arbi- Exudación: Fenómeno que se produce conjuntamen-
traria. Normalmente el vidrio antiguo tiene más bur- te con la formación de los carbonatos, escurriendo en
bujas que el vidrio moderno, quizás porque el vidrio la superficie gotas de agua. Entonces parece que el
fue demasiado viscoso por reacción de los productos vidrio «llora» y representa una deformación química y
gaseosos escapados, o porque el crisol fue hecho de volumétrica.
arcilla.
Las burbujas pueden tener diferentes formas: ova- Grietas superficiales. Son aberturas longitudinales
ladas, alargadas, lineales etc., y tienden a deformarse muy finas que comienzan a aparecer en un lugar de-
en la dirección del flujo del vidrio durante la manipu- terminado y se extienden por el vidrio poco a poco,
lación, mientras está caliente; esto puede ser valioso pero nunca acaban de alcanzar el interior de las pare-
para determinar el método de fabricación. des, hasta que toda la superficie está completa. Poste-
riormente aumentan el tamaño y se hacen más pene-
Concreciones: Restos orgánicos o inorgánicos, según trantes deshaciendo poco a poco la pieza.
las características del lugar de enterramiento, que se
acumulan en el vidrio, sobre todo en sus oquedades Irisación: Ante un exceso de fundentes, parte perma-
o desniveles de la superficie. nece sin combinarse con la sílice. Cuando la hume-
dad relativa se eleva por encima del 40 % aquellos se
Crisol: Así es denominado el contenedor situado en transforman en hidróxidos solubles de sodio, cal y
el horno para hacer o reblandecer el vidrio. Durante potasio. En la superficie del vidrio los hidróxidos ab-
toda la Antigüedad y la Edad Media los crisoles eran sorben agua y se transforman en carbonatos que se
pequeños y realizados en arcilla refractaria. El uso de mezclan con la sílice y las escamas de cristalización
estos crisoles en la fabricación del vidrio puede expli- produciéndose una superficie opalescente.
car por qué las piezas fabricadas en estos periodos
siempre tienen algunas burbujas. En la elaboración del Lingote: Constituye una masa de vidrio en bruto cuya
vidrio moderno, la aparición de burbujas «semillas» forma es conveniente para almacenarlo o transportar-
mediante la arcilla refractaria es especialmente moles- lo; más tarde será utilizado en algún proceso de ela-
ta cuando las cantidades pequeñas de vidrio son de- boración. Los lingotes de vidrio tenían normalmente
rretidas en crisoles. forma circular, de pastilla segmentada, o cuadrada,
261
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
dependiendo de la forma del crisol en el que fue fa- Picaduras. Reflejan el efecto corrosivo producido en
bricado el vidrio. el vidrio. La humedad que contiene la tierra donde se
halla la pieza de vidrio enterrada penetra en su super-
Marcas de puntel: Representan señales producidas por ficie y origina una corrosión expresada en picaduras fi-
el puntel en la superficie inferior de un recipiente. nas y densas que son señales de las pequeñas gotas
Podemos encontrar marcas de puntel anilladas origina- condensadas. Tras este fenómeno, si continúan las con-
das por la combinación del puntel y los movimientos diciones favorables a la corrosión, el ataque se dirige
giratorios que se producen con el empleo de la caña hacia el interior y su expresión es más acentuada.
de soplar.
Rémolas: Marcas que aparecen en el proceso de fa-
Opacidad: Un agente introducido deliberadamente bricación mediante la técnica del soplado al aire, ori-
consigue un vidrio opaco. En la fabricación del vidrio ginadas a través de rápidos movimientos giratorios de
romano, el antimonio fue el elemento más común para la caña de soplar y la pieza que se esta fabricando,
la obtención de opacidad., pero también fue utilizado en combinación con el aire que se insufla.
el óxido de plomo-estaño.
La opacidad o translucidez de la mayoría de los Vidrio caliente: El trabajo con el vidrio caliente sig-
vidrios antiguos tempranos es el resultado de la baja nifica que éste está fundido, es decir, bastante líquido
temperatura de fusión. para ser recogido con el extremo de una caña de
soplar, o para ser vertido en un molde.
Ovas: Motivo decorativo obtenido por impresión me-
diante la técnica del soplado a molde, o a través de Viscosidad: Es la propiedad más importante del vidrio,
la técnica del tallado. Consisten en unas formas ova- de ella dependen todos los procesos de su fabricación.
les muy estilizadas, a manera de grano de arroz. Pue- La baja viscosidad origina en el vidrio fundido más
den presentar distintos tamaños. blandura, y menos cohesión entre los diferentes ele-
mentos de los que está constituido. Una alta viscosi-
Pátina de opacidad: Película que se produce en el dad hace posible el estado cristalino, vidrioso.
vidrio haciendo que pierda parte de su transparencia Dependiendo de la temperatura y la composición
o translucidez. Se origina como consecuencia de reac- del vidrio, cambia la viscosidad. Diferentes operacio-
ciones químicas y la interacción de los agentes atmos- nes realizadas en la fabricación del vidrio requieren
féricos. distintas viscosidades.
262
ÍNDICES
VIDRIOS
1. FORMAS
265
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
2. ICONOGRAFÍA Y DECORACIÓN
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VIDRIOS
3. LUGARES DE HALLAZGO
AMPURIAS, Gerona: 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 14, 15, TARRAGONA (Según el Inventario de 1903 casi todas las
16, 17, 18, 19, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, piezas de este conjunto se hallaron en Tarragona,
41, 42, 43, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 65, 66, 67, aunque algunas procederían de Ampurias): 3, 4, 5,
68, 68, 69, 76, 77, 78, 96, 97, 98, 103. 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 23,
24, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43,
CALDAS DE MOMBUEY, Zamora (Yacimiento de la «HUERTA 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 65, 66, 67, 68, 69, 76,
DE LOS BAÑOS DE CALDAS DE MOMBUEY»: 130. 77, 78, 86, 96, 97, 98, 104, 105, 106, 107, 108, 109,
110, 127, 128.
CARMONA, Sevilla (Según el Inventario de 1903, halla-
da dentro de una urna cineraria de la Necrópolis TARRAGONA, Excavaciones de 1853: 111.
de Carmona): 81.
TEBA, Málaga: 113.
MADRID: Véase VALDOCARROS.
VALDOCARROS, Yacimiento del PAGO DE (Arganda del
PALENCIA (Palencia-Estación): 22. Rey, Madrid): 25 y 134.
4. COLECCIONES Y DONANTES
GAYANGOS Y ARCE, PASCUAL: 26, 89, 90. VEGA DE ARMIJO, MARQUÉS DE LA: 1.
MINUTOLI, BARÓN DE: 3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14, 15, PROCEDENCIA DESCONOCIDA: 2, 21, 27, 28, 29, 31, 45,
16, 17, 18, 19, 20, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 60, 61, 62, 63, 64, 70, 71,
40, 41, 42, 43, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 65, 66, 72, 73, 74,79, 80, 82, 83, 84, 85, 87, 91, 92, 93, 94,
67, 68, 69, 76, 77, 78, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 112, 114, 115, 116, 118, 119, 122, 123, 124, 125,
103, 111, 117, 126. 129, 133, 135, 136, 137, 138, 139, 140.
267
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
6. LÁMINAS
1. 1, Cuenco de vidrio verde melado transparente (Catálogo n.o 1). 2, Pequeño cuenco de vidrio verde pardo trans-
parente (Catálogo n.o 26).
2. Cuenco de vidrio incoloro transparente (Catálogo n.o 2).
3. 1, Fragmentos de vidrio verde claro transparente correspondiente a un vaso decorado (Catálogo n.o 1 24a y
24b). 3, Fragmento de fondo de vidrio verde amarillento opaco (Catálogo n.o 32).4, Fragmento de fondo de
vidrio incoloro translúcido. (Catálogo n.o 51).
4. Fragmento de fondo decorado de vidrio incoloro transparente (Catálogo n.o 44). 2. Fragmento de asa de vidrio
azul verdoso translúcido (Catálogo n.o 53). 3. Fragmento de asa de vidrio azul grisáceo translúcido (Catálogo n.o
55). 4. Fragmento de cuello y boca de vidrio verde oscuro translúcido (Catálogo n.o 64). 5. Fragmento de boca
de vidrio verde azulado translúcido (Catálogo n.o 67).
5. Frasco-botella de vidrio marrón melado transparente (Catálogo n.o 75).
6. Fragmentos de vidrio de «millefiori», n.o 97, 109, 98, 99, 100, 101, 102, 103 y 104.
7. Fragmentos de vidrio de «millefiori», n.o 105, 106, 107, 108, 110, 111 y 112. Anillo de vidrio (Catálogo n.o 113).
Entalle de anillo (Catálogo n.o 119). Anillo con entalle de pasta (Catálogo n.o 119bis).
8. 1, Entalle de anillo en pasta de vidrio opaco blanco y verde (Catálogo n.o 126). 2. Fragmento de posible me-
dallón de vidrio azul oscuro translúcido (Catálogo n.o 117).
268
LÁMINAS
VIDRIOS
LÁMINA 1. 1, Cuenco de vidrio verde melado transparente (Catálogo n.o 1). 2, Pequeño cuenco de vidrio verde
pardo transparente (Catálogo n.o 26).
271
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
272
VIDRIOS
LÁMINA 3. 1, Fragmentos de vidrio verde claro transparente correspondiente a un vaso decorado (Catálogo n.o 1 24a y 24b).
LÁMINA 3. 3, Fragmento de fondo de vidrio verde amarillento L ÁMINA 3. 4, Fragmento de fondo de vidrio incoloro
opaco (Catálogo n.o 32). translúcido. (Catálogo n.o 51).
273
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
L ÁMINA 4. 2. Fragmento de asa de vidrio azul verdoso LÁMINA 4. 3. Fragmento de asa de vidrio azul grisáceo
translúcido (Catálogo nº 53). translúcido (Catálogo n.o 55).
274
VIDRIOS
275
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
97 109 101
102
98
99 103
100 104
LÁMINA 6. Fragmentos de vidrio de «millefiori», n.os 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104 y 109.
276
VIDRIOS
105 110
106 111
107
113
119
108 112 119 bis
LÁMINA 7. Fragmentos de vidrio de «millefiori», n.os 105, 106, 107, 108, 110, 111, 112, 113, 119 y 119 bis.
277
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278
ESTE LIBRO SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EL DÍA 4 DE OCTUBRE DE 2005,
FESTIVIDAD DE SAN FRANCISCO DE ASÍS,
EN LOS TALLERES DE IMPRENTA TARAVILLA,
MESÓN DE PAÑOS, 6.
28013 MADRID