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Plarelery sleet Resistencia y sumision Sigueme DIETRICH BONHOEFFER Dietrich Bonhoeffer nacié en Breslau el 4 de febrero de 1906. Su padre, Karl Bon- hoeffer, era profesor numerario de psi- quiatria, Su madre, Paula, pertenecia ala familia von Hase. En 1912 los Bonhoeffer pasaron a vivir en Berlin, en cuya uni- versidad Dietrich estudid teologia des- de 1923 hasta 1927, en que se licencid. En 1928-1929 es vicario en Barcelona. En 1929 obtiene la agregacién en la Uni- versidad de Berlin. En 1930 marcha a ‘América y cursa un afo de estudios en el Union Theological Seminary de Nueva York. En 1931 es nombrado profesor de la Universidad de Berlin y ejerce de consilia- rio en la Escuela Técnica Superior, En 1933 pasa a ser pastor de la iglesia ale- mana de Londres. En 1935 regresa a Alemania y es nombrado director del seminario de la Iglesia confesora en Finkewald. En 1936 es desposeido de su docencia en la Universidad de Berlin. En junio de 1939 acepta la invitacion de dic- tar un curso en los Estados Unidos, pero en agosto de aque! mismo ajo, ante las inquietantes perspectivas de una nueva guerra, decide regresar voluntariamente a su pais. A partir de 1940, la Iglesia confe- sora le encomienda algunas misiones especiales. El 5 de abril de 1943 es dete- nido y encarcelado en Berlin. El 9 de abril de 1945 es siecutado en Flossenhiira. DIETRICH BONHOEFFER RESISTENCIA Y SUMISION Cartas y apuntes desde el cautiverio Editadas por Eberhard Bethge Nueva edicion Version espafola de José J. Alemany Ediciones Sigueme - Salamanca 2001 ‘Titulo original alemén: Widerstand und Ergebung Tradujo: José J. Alemany © Chr. Kaiser Verlag, Munchen 21977 © Ediciones Sigueme, S.A., 1983 C/ Garcia Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca/Espafia ISBN: 84-301-0908-0 Depésito Legal: S. 77-2001 Printed in Spain Imprime: Graficas Varona, S.A. Poligono «El Montalvo», Salamanca, 2001 Presentacion sors Prologo. Después de diez afios. Balance en el transito al afo 1943. Contenido Tiempo de interrogatorios. Abrit-julio 1943 Cartas dei 11 de abril al 30 de julio 1943 Notas, mayo 1943 Homilia nupcial desde la celda, mayo 1943. Borradores de cartas. Al Dr. Roeder, magistrado del Tribunal supremo militar, entre los interrogatorios I. Esperando el proceso. Agosto 1943-abril 1944 Cartas del 3 de agosto 1943 al 10 abril 1944....... Testamento del 20 de septiembre 1943 Testamento del 23 de noviembre 1943. Oraciones para los compaiieros de cautiverio. Navidad 1943. Informe sobre las experiencias con ocasion de alarmas Informe sobre la vida en la prision después de un afio en Tegel. El cabo Berg, Relat... IIL. Sobrevivir hasta el golpe. Abritsjulio 1944 Cartas del U1 de abril al 18 de julio 1944 Reflexiones para el dia del bautizo de Dietrich Wilhelm Riiger Bethe, mayo 1944 Pasado. Poema...... . Notas, fin de junio 1944 Dicha y desdicha, Poema Notas, julio 1944, ¢Quién soy? Poema . Cristianos y paganos. Poema Voces nocturnas en Tegel. Poema IV. Después del fracaso. Julio 1944-febrero 1945 Cartas del 21 de julio 1944 al 28 de febrero 1945 Estaciones en el camino hacia la libertad. Poema ww... Algunos pensamientos sobre temas diversos Notas, julio-agosto 1944... Esbozo de un trabajo...... . El amigo. Poema. Jonas. Poema. Podieres bienhechores. Poems Epilogo Panoramica retrospectiva de un superviviente. Karl-Friedrich Bonhoeffer a sus hijos, junio Indie de citas biblicas 1945. Indice de nombres Indice de conceptos 287 289 291 295 ADVERTENCIA Para facilitar la orientacién se indica en la parte inferior e interior de cada pagina la paginacion correspondiente de las ediciones anteriores de Resistencia y sumisién (Ariel, Esplugues de Llobregat, 1969 y 1971). En el texto, los aftadidos del editor estan sefialados por paréntesis cuadrados, las omisiones con puntos suspensivos, Las citas literales de la Biblia estan tomadas de la version protestante castellana de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602; ed. de las Sociedades Biblicas Unidas, 1960). Las obras de Bonhoeffer se citan en las notas por medio de las abreviaturas habituales: E= Erica, Barcelona 1968; GS=Gesammelte Schriften, vol. 1-IV, Miinchen 21965-1966; CV = Creer y vivir, Salamanca 1974, A ellas se aade la biografia DB=E. Bethge, Dietrich Bonhoeffer. Teblogo. cristiano, hombre actual, Bilbao 1970. Finalmente, baste aqui una referencia compendiada a otros trabajos de Bonhoeffer, producidos igualmente en la prision de Tegel, pero que han sido publicados en otros lugares: {Qué significa decir la verdad? En: E, 259-266. Fragmente aus Tegel. Drama und Roman. Misnchen 1978, Zu den Herrnhuter Losungen. Fn; GS IV, 588-596. La primera tabla de las diez palabras. En: CV, 117-131 Der Tod des Mose. En: GS 1V, 613-620. Presentacion Hemos vacilado durante mucho tiempo en introducir modificaciones en la estructura de Resistencia y sumisin, tal como ésta fue planeada y quedé fijada en 1950-1951. En aquel momento nos guid ante todo la intencion de hacer aceesibles a un grupo de interesados las breves meditaciones de Bonhoeffer en Tegel, en especial las de caracter teolégico, tal como ellas, copiadas ya fragmentariamente antes del fin de la guerra para algunos amigos, descansaban en mi mesa de trabajo. Pero ,qué suponian las considera- ciones teolégicas sin su encuadramiento en las circunstancias de la época? Habia que salir al paso del equivoco consistente en pensar que en lugar de habérselas con una auténtica correspondencia se tenia entre las manos un tratado © una monografia de Bonhoeffer sobre un tema escogido. Por ello se afadieron otros fragmentos de cartas de Bonhoefler a sus padres y a mi, y el conjunto se convirtio en un libro. Con todo, se mantuvo siempre un criterio de extremada reserva en la insercién de fragmentos sobre relaciones personales y familiares y al ofrecer las aclaraciones que éstos exigian, A ello se debe el que, por ejemplo. la rclacion con su prometida fuera omitida al comienzo casi por completo. La decision sobre la publicacién o no publicacian de testimonios de este aspecto de la estancia en Tegel debio quedar en manos de ella. Por supuesto, el peculiar destino del corresponsal de Tegel y su postura respecto de este destino desempefaron ya entonces un papel decisivo en ja seleccion de parrafos de las cartas que no concernian inmediatamente al aspecto teoldgico. Algunas expectativas que entonces se abrigaban en torno a la publicacion, han quedado entre tanto desbordadas por la recepcion real en todo el mundo. La situacion que contempla la aparicion del libro se ha modificado profundamente. Cuando hace poco Ja editorial inglesa acometio una revision completa de su traduccion, justificd el esfuerzo sefalando que este libro debe ser contado ya entre los «religious clasics» En los dos decenios transcurridos desde que se proyecto el libro se ha planteado con creciente intensidad la cuestion de si no se podria hacer tambien accesible todo lo que el mismo Bonhoeffer habia recibido por correo en Tegel en forma de objeciones; interro- gantes o estimulos. Tales deseos quedaron hasta este momento sin respuesta, por estimar que en la correspondencia de sus interlocutores no se encontraban muchos elementos idoneos para las reflexiones teologicas personales de Bonhoeffer. Esta opinion sigue teniendo su razon de ser. Sin embargo, es sin duda justificado el deseo de obtener una imagen mas completa después de que la interrelacion de la teologia de Bonhoeffer con su biografia ha sido puesta de relieve con mayor fuerza, y se ha profundizado en la investigacion de las motivaciones. La nueva edicidn con ocasion del 25 aniversario de su muerte el 9 de abril de 1970, ha favorecido por fin la decision de presentar una ampliacion de vasto alcance. Después de 10 Eberhard Bethge un cuarto de siglo, consideraciones de caracter familiar y personal pasan a un segundo plano. El significado de la actuacion y del pensamiento de este hombre ha abandonado desde hace tiempo el ambito de lo privado. Las cartas de Bonhoeffer a su familia y a su amigo aparecen ahora con mucha mas extension que hasta el momento, y por primera vez se imprimen parrafos de cartas dirigidas a él por la familia y el amigo. Por fin, el volumen presenta en su propio contexto aquellos documentos de los interrogatorios que, inaccesibles hasta ahora, fueron objeto de un primer comentario en la biografia. El esbozo que se publicd al fin de la edicién anterior sobre los ultimos dias de su vida, originariamente un estudio previo a la biografia, se encontrara ahora en ella; en esta nueva edicion queda sustituide por la panoramica retrospectiva de K. F. Bonhoeffer sobre el tiempo de la cautividad de sus hermanos. Con tales y otros elementos, aspectos de las vivencias de Dietrich Bonhoeffer, pero tambien pasajes referentes a la historia de la cultura y a la teologia, quedan localizados de nuevo en el contexto de aquellos afios de guerra, Este material, seleccionado de manera tan amplia, est ordenado cronologicamente con el mayor rigor posible. En este sentido resulta obvia una distribucion de acuerdo con os acontecimientos que marcaban las diferentes fases del proceso. En cada momento, ellos caracterizaron la existencia de Bonhoeffer en la prision: asi (1) la fase de las indagaciones, (II) la espera siempre infructuosa de una citacién ante el tribunal, (III) el periodo de la esperanza en el derrocamiento de Hitler, la «obstruceiom de la acusacion y por fin (IV) el tiempo después de la catastrofe. Como tales, estos acontecimientos no son objeto de alusién directa en el material sino muy raras veces; pero continuamente ofrecen el trasfondo de las comunicaciones, por una parte eseapando a todo influjo en la celda de Tegel, por otra, influibles desde fuera por la familia, que bajo mano lograba intervenir continuamente en la marcha del proceso 0 de su obstruccion, pero naturalmente no se manifestaba por escrito sobre esto, Este nuevo criterio de division del material no es un principio teoldgico. Pero es que en este libro no seria licito ni forzar, ni fijar inamovible- mente tal principio. El lector tendra que tener en cuenta hasta qué punto el hecho de que el censor leia también las cartas no pasadas de contrabando ha influido la formulacion y la exposicion: esto se refiere sobre todo a los primeros meses en Tegel. Asi por ejemplo, en cartas dela madre se encuentran frases que en circunstancias normales nunca hubiera escrito, como alusiones a la edad de los padres, protestas de inocencia, preguntas por un supuesto asma y otras formas de insistencia en situaciones de enfermedad. Aunque la imagen de la época del noviazgo aparece ahora de manera mucho mas plastica que antes, se echara de menos todavia la correspondencia con la novia. Esta se ha reservado personalmente la disposicion sobre este material. Asi continuamos todavia Temitidos en este sentido al bello trabajo de Maria aparecido solamente en inglés con las pocas citas de cartas que contiene! La nueva edicin esta, finalmente, provista de_un comentario sustancialmente ampliado. Ofrece informacion sobre el contexto familiar, biografico, historico; descifra alusiones de la correspondencia y aporta el texto literal de los lugares de la Biblia y de algunos cantos citados. No existe la menor duda de que las ampliaciones desplazan sensiblemente los acentos en comparacién con las ediciones anteriores. El elemento privado queda reforzado. Quiza surge incluso la impresion de que aquella época y mucho de lo que entre tanto se ha dicho se aleja en el tiempo. Con todo, se profundiza también el encuentro con una 1. CE. Maria von Wedemeyer, The other letters from prison: Union Seminary Quarterly Review 23 (1967) 23-29, Posteriormente ha aparecido en castellano el libro: D. Bonhoeffer-M. von Wedemeyer, Cartas de amor desde la prisidn, Trotta, Madrid 1998. (Nota del editor para la segunda edicién) Presentaciin Wr parte auténticamente testimoniada de la historia de la piedad, de Ja teologia, y de la historia; con el estilo de vida que algunos cristianos conscientes de su responsabilidad, y tambien otros mas alejados de la fe. afrontaron cuando les sobrevino el dilema de una destruccién desde fuera y desde dentro. Es ahi precisamente donde surgieron las visiones de Bonhoeffer de un futuro cristianismo Especial agradecimiento merece Rotraud Forberg, que descifro para la nueva edicion del texto el conjunto de la correspondencia de Tegel y ha puesto en limpio todo el material. Otto Dudzus, Ernst Feil y Ulrich Kabitz me dieron consejos decisives para realizar la seleccidn, La elaboracién y preparacién de la edicién fue compartida por mi mujer. Febrero, 1970. Eberhard Bethge Prologo Después de diez afios * Balance en el transito al afio 1943 En la vida de una persona, diez ahos son mucho tiempo. Puesto que el tiempo, por ser lo menos recuperable, es el bien mas valioso de que disponemos, en toda ojeada retrospectiva nos inquicta la posibilidad de haber perdido el tiempo. Seria tiempo perdido todo aquel en que no hubiéramos vivido como hombres, en que no hubiéramos acumulado experiencias, aprendido, creado, distrutado y suftido. El tiempo perdido es un tiempo no colmado, vacio. No ha sido ésta ciertamente la caracteristica de los tltimos afios. Hemos perdido mucho, bienes inconmensurables, pero no hemos perdido el tiempo. Cierto que los conocimientos y las experiencias adquiridos, de los que unicamen- te después tenemos conciencia, solo constituyen abstracciones de lo auténtico, de la vida propiamente vivida. Pero asi como el poder olvidar es ciertamente una gracia, asi la memoria, la repeticion de ensefianzas recibidas, pertenece a toda vida responsable. En las paginas siguientes desearia realizar el intento de llevar a cabo un balance de lo que en estos tiempos se nos ha impuesto como conocimiento y experiencia comin. No me referiré a unas vivencias personales, ni se tratara de nada ordenado sistematicamente, ni de discusiones y teorias; sino de resultados obtenidos en cierto sentido colectivamente en el terreno de lo humano por quienes compartian idénticos criterios: estaran simple- mente yuxtapuestos, solamente relacionados entre si por la experiencia concreta. No se trata de nada nuevo, sino de algo que ciertamente era ya sabido desde hace tiempo en épocas pasadas, pero que se nos ha vuelto a dar para nuestra vivencia y nuestro conocimiento. No es posible escribir sobre tales cosas sin que cada palabra sea acompa- fiada por un sentimiento de gratitud por esta comunidad de espiritu y de vida, mantenida y acrisolada a lo largo de estos aito Sin suelo bajo los pies {Ha habido alguna vez en la historia personas que en el presente tuviesen tan poco suelo bajo los pies, y para quienes todas las alternativas posibles del presente aparecicran igualmente insoportables, contrarias a la vida y carentes de sentido? {Personas que, mas alla de todas las alternativas presentes, buscasen Ja fuente de su energia tan completa mente en lo pasado y en lo futuro y que, sin ser sofiadores, pudieran esperar sin embargo el logro de su causa en forma tan tranquila y confiada como nosotros? O mejor dicho ghabran tenido alguna vez los pensadores responsables de una generacion, situados ante * Entregado en Navidad de 1942 a Hans von Dohnanyi, Hans Oster y Eberhard Bethge. Un ejemplar fue conservado bajo las tejas de la casa de los padres en Charlottenburg, Marienburger Allee 43, [5-16], 4 Resistencia y sumision un gran cambio historico, unas sensaciones diferentes a las nuestras de hoy, precisa~ mente porque estaba surgiendo algo realmente nuevo, que no se agotaba en las alternati- vas del presente? Quién se mantiene firme? La gran mascarada del mal ha trastornado todos los conceptos éticos. Para quien proviene de nuestro tradicional mundo de conceptos éticos, el hecho de que el mal aparezca bajo el aspecto de la luz, de la accion benéfica, de la necesidad historica, de la justicia social, es sencillamente perturbador. Para el cristiano que vive de la Biblia, este hecho constituye la confirmacion de la abismatica maldad del mal. Queda patente el fracaso de los hombres sensatos, quienes con las mejores intenciones del mundo y con un ingenuo desconocimiento de la realidad, creen poder componer de nuevo, con ayuda de la raz6n, el armazén completamente desvencijado. Con su deficien- te vision, quieren hacer justicia a todos. Debido a ello son aniquilados por las fuerzas que chocan entre si, sin haber solucionado lo mas minimo. Desengafiados de la insensatez del mundo, se ven condenados a la esterilidad: se retiran con resignacion o caen incondicio- nalmente en manos del mas fuerte. Pero aiin resulta mas sobrecogedor el fracaso de todo fanatismo ético. El fanatic cree poder enfrentarse al poder del mal con la pureza de sus principios. Pero al igual que el toro, se lanza contra la muleta roja en lugar de hacerlo contra el torero, De esta forma se cansa y sucumbe. Se enreda en lo accesorio y cae en la trampa que le tiende el mas sagaz El hombre de conciencia lucha en solitario contra la superioridad de unas situaciones coactivas que le exigen una decision. Pero la envergadura de los conflictos entre los que tiene que escoger —sin el consejo ni el soporte de nadie, excepto el de su propia conciencia—, le destroza. Los innumerables disfraces, honorables y seductores, con los que se le acerca el mal, provocan el miedo y la inseguridad de su conciencia, hasta que por iltimo se contenta con tener una conciencia tranquila en lugar de una conciencia buena, hasta que, por tanto, engaiia a su propia conciencia para no desesperar. Porque el que una conciencia mala pueda ser mas saludable y fuerte que una conciencia engaiiada, ¢s algo que no lograra comprender jamas el hombre cuyo Unico apoyo es la conciencia El camino seguro del deber parece ser el indicado para evadirse de esa desconcertante profusion de decisiones posibles. Aqui se toma lo ordenado como lo mas seguro; la responsabilidad de la orden concierne a quien ordena, no a quien ejecuta el mandato Pero, limitandose a cumplir con el deber, no se llega nunca al riesgo de la accion realizada en nombre de la responsabilidad mas personal, la tinica que es capaz de acertar al mal en su centro y de vencerlo. El hombre del deber tendra finalmente que cumplir su deber incluso ante el mismo diablo. Sin embargo, quien se dispone a mantenerse firme en el mundo con ayuda de su propia libertad, quien da mas valor al acto necesario que a la pureza de su conciencia y de su reputacion, quien esta dispuesto a sacrificar un principio esteril al fructifero compro- miso, © incluso una estéril sabiduria de la mediocridad a un radicalismo productivo, tenga cuidado de que esta libertad no le tienda una trampa. Aceptara lo malo para evitar lo peor. Y al hacerlo, ya no sera capaz de reconocer que precisamente lo peor que él quiere evitar podria ser lo mejor. Aqui se halla la materia prima de las tragedias. Huyendo de todo debate publico, hay quien alcanza el refugio de una virtud individual, Pero tiene que cetrar ojos y labios ante la injusticia que se comete a su alrededor. Solo a costa de engafarse a si mismo puede mantenerse limpio de toda able. Todo cuanto haga no le tranquilizara jamas de [16-18] Prilogo Is o bien le convertira en todo lo que ha dejado de hacer. Esta intranguilidad le aniguilara el mas hipdcrita de los fariseos. {Quién se mantiene firme? Sélo aquél para quien la norma suprema no es su razon, sus principios, su conciencia, su libertad © su virtud, sino que es capaz de sacrificarlo todo, cuando se siente llamado en la fe y en a sola union con Dios ala accion obediente y responsable; el responsable, cuya vida no desea ser sino una respuesta a la pregunta y a la llamada de Dios. ,Donde estan estos responsables? éCoraje civico? {Qué hay en realidad tras la queja de la falta de coraje civico? Durante estos ultimos afios hemos visto mucha vaientia y sacrificio, pero apenas coraje civico, ni siquiera en nosotros mismos. Seria una psicologia demasiado ingenua, atribuir esa insuficiencia sencillamente a la cobardia personal. Las razones son muy distintas. Nosotros, los alemanes, hemos tenido que aprender la necesidad y la fuerza de la obediencia a través de un largo proceso historico. En la subordinacion de todos los deseos y_ pensamientos personales a la mision que nos habian encomendado vimos el sentido y la grandeza de nuestra vida, Nuestras miradas estaban dirigidas a lo alto, pero no con el temor de los esclavos, sino con la libre confianza que ve en la tarea una profesion y en la profesion una vocacion. Es un aspecto de una justificada desconfianza hacia el propio corazén, del que surge la disposicién a preferir secundar la orden de «arriba» antes que seguir el propio parecer. Quién negaria al aleman que ha Ilevado a cabo siempre hechos extremos de valentia y de entrega de su vida en la obediencia, en el cumplimiento de la mision, en la profesion? Pero el aleman conservaba su libertad —y jen qué lugar del mundo se ha hablado con mayor pasién de a libertad que en Alemania, desde Lutero hasta la filosofia del idealismo?— por el hecho de que intentaba liberarse de su propia voluntad en el servicio a la totalidad. La profesién y la libertad eran para él dos aspectos de la misma cosa, Pero con ello no comprendié realmente al mundo. No habia contado con que su disponibilidad para la sumision, para la entrega de su vida en el cumplimiento de la mision, pudiera ser abusivamente utilizada para el mal. Si asi ocurria, el desempefio mismo de la profesion quedaba puesto en entredicho, y todos los principios morales del aleman empezaban a vacilar, Quedaba asi demostrado que al aleman aun le faltaba un conocimiento basico: el de la necesidad del acto libre y responsable, incluso en contra de la profesion y de la mision. Su lugar fue ocupado por una parte por una irresponsable falta de escrispulos, y por otra, por la escrupulosidad atormentadora, que nunca conducia a la accion, Pero el coraje civico sélo puede surgir de la libre condicion de responsable de un hombre libre. Solo ahora comienzan los alemanes a descubrir qué significa libre responsabilidad. Esta descansa sobre un Dios que exige el libre riesgo de la fe propio de la accion responsable, y que concede perdén y consuelo al que por dicha accion se convierte en pecador. Del éxito Ciertamente no es verdad que el éxito justifique un acto malo y unos medios reprochables, pero tampoco es posible considerar el éxito como algo completamente neutral desde un punto de vista ético, La realidad es que el éxito historico crea el unico suelo sobre el cual la vida puede continuar: por ello sigue siendo dudoso si éticamente resulta mas responsable emprender una campafia a la manera de don Quijote contra una nueva epoca o bien, confesando la propia derrota y en definitiva consintiendo libremente [18-20] 16 Resistencia y sumision enella, ponerse al servicio de los nuevos tiempos. Al fin y al cabo et éxito hace la historia, y por encima de la cabeza de quienes deciden los acomtecimientos, el conductor de la historia convierte siempre de nuevo el mal en bien, Es una conclusion apresurada de los docirinarios que piensan ahistéricamente, es decir, irresponsablemente, el ignorar sin mas el significado ético del éxito, y es bueno que nos veamos obligados alguna vez. a enfrentarnos seriamente con el problema ético del éxito. Mientras sea el bien quien logre éxito, nos podemos permitir el lujo de pensar que el éxito es éticamente irrelevante. Pero el problema surge cuando medios malvados condu- cen al éxito. Ante tal situacion, nos damos cuenta de que ni la critica del espectador teorizante, ni la pretension de tener razon, es decir, la negativa a situarse sobre el suelo de las realidades, ni el oportunismo, esto es, la entrega y la capitulacion frente al éxito, pueden satisfacer nuestra mision. No queremos ni nos es permitido ser criticos ofendidos ni oportunistas, sino corresponsables en la configuracion historica en cada caso y en cada momento, sea como vencedores o como vencidos. Quien no se deja arrebatar por nada de lo que sucede la corresponsabilidad en la marcha de la historia porque es consciente de que ella le ha sido entregada por Dios, éste encontrara, mas alla de la critica estéril y de un oportunismo igualmente infructuoso, una fecunda relacién con los sucesos historicos. Hablar de un ocaso heroico ante una derrota inevitable constituye en el fondo un acto muy poco heroico, ya que no se atreve a mirar al futuro. La ultima cuestion responsable no es como puedo yo evadirme heroicamente del asunto, sino como debe continuar viviendo una generacion venidera, Solo a partir de esta cuestion historicamen- te responsable pueden surgir soluciones fructuosas, aunque de momento sean muy humillantes. En pocas palabras: es mucho mas facil perseverar en algo en el terreno de los principios que en el de la responsabilidad concreta, La joven generacion intuira siempre con la mayor seguridad si se ha actuado solo por principios o a partir de una responsabilidad viva; pues lo que esta en juego en ello es su propio futuro. De la necedad Para el bien, la necedad constituye un enemigo mas peligroso que la maldad. Existe la posibilidad de protestar contra el mal, de ponerlo de manifiesto y, en caso necesario, de evitarlo por la fuerza; el mal lleva siempre en si el germen de la autodestruccion, al dejar en el hombre al menos una sensacin de malestar. En cambio, frente a la necedad carecemos de toda defensa. Ni las protestas ni la violencia sirven aqui para nada; las razones no surten efecto; las realidades que contradicen al propio prejuicio no necesitan sencillamente ser creidas —en tales casos el necio se muestra incluso critico—: y si los hechos son inevitables, pueden ser simplemente dejados a un lado como casos sueltos carentes de significado. En todo esto, el necio, a diferencia del malo, se siente enteramen- te satisfecho de si mismo, ¢ incluso puede hacerse peligroso cuando, levemente irritado, pasa al ataque. Por ello es necesaria mayor precaucidn frente al necio que frente al malo. Nunca mas intentaremos convencer al necio mediante razonamientos; tal procedimiento es absurdo y peligroso. Para saber como podemos afrontar la necedad, debemos intentar comprender su naturaleza, Lo que podemos afirmar con seguridad es que no es esencialmente un defecto intelectual, sino humano. Existen hombres extraordinariamente giles desde un punto de vista intelectual que son necios, y otros intelectualmente muy torpes que no tienen nada de necios. Este descubrimiento lo hacemos con gran sorpresa por nuestra parte en determinadas situaciones, La impresion que adquirimos no es tanto que la necedad sea un defecto innato, cuanto que en determinadas circunstancias, a los hombres se les [20-22] Prétogo ” vuelve necios, 0 ellos se dejan transformar en tales. Observamos, ademas, que las personas introvertidas y solitarias muestran con menos frecuencia este defecto que aquellas personas y grupos humanos con tendencia a la sociabilidad 0 condenados a ella. Asi la necedad no parece ser tanto un problema psicolégico cuanto sociolégico. Consti- tuye una forma especial de la influencia que las circunstancias historicas ejercen en el hombre, un fendmeno psicoldgico concomitante a determinadas situaciones externas. Si ponemos mayor atencion, observaremos que todo fuerte desarrollo externo del poder, tanto de indole politica como religiosa, trata a gran parte de la humanidad de necios. Incluso parece que esto sea una ley psicoldgico-sociolégica. El poder de unos precisa de la necedad de los demas. Y no se llega a esta situacién por el hecho de que determinadas facultades del hombre —por ejemplo las intelectuales— se atrofien 0 queden anuladas siibitamente, sino porque el hombre queda desprovisto de su indeper dencia interna bajo la abrumadora impresion del despliegue de poder. De forma mas o menos inconsciente renuncia entonces a encontrar una actitud propia ante las situaciones vitales que se producen, E] hecho de que a menudo el necio se muestre obstinado, no nos debe hacer olvidar que no es independiente. Incluso conversando con él, nos podemos dar cuenta de que no estamos tratando con él mismo, con él en persona, sino con los t6picos y las consignas que le dominan, Se encuentra como hechizado, esta deslumbrado; en su propia naturaleza se abusa de él y se le maltrata. Convertido asi en un instrumento carente de voluntad propia, el necio sera capaz de cualquier mala accién y, al mismo tiempo, incapaz de reconocerla como mala. He aqui el peligro de un diabélico abuso. Por €1 pueden los hombres echarse a perder para siempre Pero en este punto precisamente se nos manifiesta con toda claridad que no sera un acto de adoctrinamiento, sino tnicamente un acto de liberacion quien podra superar la necedad. En este aspecto habremos de resignarnos a aceptar que en la mayoria de los casos una auténtica liberacion interna solo es posible cuando le ha precedido la liberacion externa. Hasta ese momento tendremos que renunciar a todo intento de convencer al necio. Este estado de cosas explica tambien por qué en tales circunstancias nos esforzamos en vano por saber lo que piensa realmente «el pueblo», y por qué esta pregunta resulta al mismo tiempo tan superflua para quien piensa y actita de forma responsable; pero siempre bajo las circunstancias dadas. La frase de la Biblia segin la cual «el principio de la sabiduria es el temor de Yahvé> (Sal 111, 10), afirma que la liberacién interna del hombre para una vida responsable ante Dios constituye la tmnica superacién real de la necedad. Por lo demas, estos pensamientos sobre la necedad tienen algo de consolador porque no permiten creer en modo alguno que la mayoria de los hombres sean en cualquier caso unos necios. Todo dependera en realidad de si quienes detentan el poder se prometen mas de la necedad 0 de la autonomia interna y de la sensatez de los hombres. ¢Desprecio de los hombres? El peligro de dejarnos arrastrar al desprecio de los hombres es muy grande, Sabemos muy bien que no tenemos derecho alguno a ello, y que con ello caemos en la mas infructuosa relacién con el hombre. Las siguientes ideas pueden preservarnos de dicha tentacion. Con el desprecio de los hombres sucumbimos precisamente al error capital de nuestros enemigos. Quien desprecia a un hombre, nunca lograra hacer algo de él. Nada de lo que despreciamos en ios demas nos es completamente extraiio, Cuan a menudo esperamos de los demas mas de lo que nosotros mismos estamos dispuestos a hacer! ;Por qué hemos pensado hasta ahora de forma tan poco lucida sobre el hombre, sobre su (22-24) 8 Resistencia y sumision fragilidad ante la tentacion y sus debilidades? Debemos aprender a considerar al hombre no tanto por lo que hace o deja de hacer, sino mas bien por lo que sufre. La dnica relaci6n fecunda con los demas hombres —y ante todo con los débiles— es el amor, esto €5, el deseo de formar una comunidad con ellos. Dios mismo no desprecié a los hombres, sino que se hizo hombre por amor a ellos. Justicia inmanente Una de las experiencias mas asombrosas, pero al mismo tiempo mas irrefutables, es que el mal demuestra (y a menudo, en un plazo sorprendentemente breve) ser absurdo € ineficaz, Ello no quiere decir que cada acto malo vaya seguido de inmediato por el castigo; sino que la supresi6n sistematica de los mandamientos divinos, presuntamente en beneficio de la autoconservacion terrenal, tiene precisamente una repercusion contra- ria a los intereses de dicha autoconservacién, Esta experiencia. que nos ha sido dado vivir, puede interpretarse de diferentes modos. Ahora bien, en cualquier caso, parece deducirse con certeza que en la convivencia humana existen leyes mas fuertes que todo cuando piensa poder alzarse sobre elfas; y que por ello resulta no sélo injusto, sino imprudente, despreciar dichas leyes. Partiendo de aqui, nos resulta comprensible por qué la ética aristotélico-tomista consideraba la prudencia como una de las virtudes cardinales. La prudencia y la necedad no son tan éticamente indiferentes como ha querido enseharnos una corriente ética neoprotestante. En la abundancia de lo concreto y en las posibilidades contenidas en él, el hombre prudente reconoce a la vez los limites infranqueables que las leyes perdurables de la convivencia humana seflalan a toda accion, Con este discernimiento el hombre prudente actia bien, y el bueno, prudentemente. Ahora bien, no existe seguramente ninguna accién historicamente relevante que no haya traspasado una y otra vez, los limites de estas leyes. Existe sin embargo una diferencia decisiva entre considerar tal transgresion de los limites establecidos como la abolicion de éstos en el orden de los principios, presentandola con ello como un derecho de cardcter peculiar, o mantener la conciencia de que esa transgresion constituye una culpa quizas inevitable, justificada solamente por el pronto restablecimiento y respeto de laley y de los limites. No es necesariamente hipocrita presentar como meta de una accion politica la implantacion del derecho y no simplemente la mera autoconservacion. El mundo esrd hecho de tal manera que el respeto basico de las leyes tiltimas y de los derechos de la vida es al mismo tiempo lo que mas sirve a la autoconservacion del hombre, y que dichas leyes solo permiten una transgresion dnica, breve y necesaria en un determinado caso. En cambio, tarde 0 temprano se vuelven con una fuerza irresistible contra quien convierte la necesidad en principio y erige una ley propia al lado de las existentes. La justicia inmanente de la historia solo premia y castiga la accion; la justicia eterna de Dios examina y juzga los corazones. Algunos articulos de fe sobre la actuacién dé Dios en la historia Creo que Dios puede y quiere hacer surgir el bien de todo, incluso de lo mas malo. Para ello necesita hombres para quienes todas las cosas concurran al bien. Creo que Dios nos concedera en cada situacion dificil tanta capacidad de resistencia como precisemos. Mas no nos la concede por adelantado, a fin de que no confiemos en nosotros mismos, sino dmicamente en él, En una fe asi tendriamos que superar todo miedo ante el futuro. [24-26] Prologo 19 Creo que tampoco nuestras faltas y errores son en vano, y que para Dios no resulta mas dificil entenderse con ellos que con nuestras presuntas buenas acciones. Creo que Dios no es un hado intemporal, sino que espera y responde a nuestras oraciones sinceras y a nuestras acciones responsables. Confianza A casi nadie le ha sido ahorrada la experiencia de la traicion. La figura de Judas, que antaio nos resultaba tan incomprensible. apenas nos es extrafia ya. Asi sucede que la atmésfera en que vivimos esta tan infestada de desconfianza, que casi perecemos, Pero alli donde logramos atravesar la barrera de la desconfianza. hemos podido hacer la experiencia de una confianza hasta hoy totalmente insospechada. Hemos aprendido a entregarnos por entero en manos de aquél que nos inspira confianza; en contra de todas as ambigiiedades que pesaban sobre nuestras vidas y nuestras acciones, hemos aprendi- do a tener una confianza iimitada. Ahora sabemos que solo se puede vivir y trabajar realmente con aquella confianza que siempre continuara implicando un riesgo, pero un riesgo alegremente aceptado. Sabemos que sembrar la desconfianza y favorecerla es uno de los actos mas reprochables, y que mas vale fortalecer y favorecer la confianza siempre que sea posible. La confianza se nos aparecera siempre como uno de los mayores, mas, inusitados y dichosos dones de la convivencia humana; y a pesar de ello, solo seguira naciendo sobre el oscuro trasfondo de una necesaria descontianza. Hemos aprendido a no entregarnos bajo ningun concepto al malvado, para abandonarnos sin reserva en manos de quien merece nuestra confianza. Nocién de cualidad Sino tenemos el valor de restablecer un auténtico sentido de las distancias humanas y de luchar personalmente por él, sucumbiremos en una anarquia de los valores humanos. La insolencia, cuya esencia es el desdén de todas las distancias humanas, es una caracteristica de la chusma, al igual que la inseguridad interna, el compadreo y coqueteo por obtener el favor del insolente y la propia identificacion con la chusma, es el camino para llegar a convertirnos nosotros mismos en chusma. Cuando uno ya no sabe lo que se debe a si mismo y a los demas, cuando se desvanece la nocion de la cualidad humana y la fuerza para guardar las distancias, entonces el caos esta ante la puerta. Cuando para salvaguardar unas comodidades materiales toleramos que la insolencia se nos acerque demasiado, entonces ya hemos capitulado, ya hemos permitido que la marea del caos irrumpa por e! lugar del dique en el que habiamos sido apostados, y nos hemos hecho culpables respecto de la totalidad. En tiempos pasados puede haber sido tarea del cristianismo dar testimonio de la igualdad de los hombres; hoy, el cristianismo tendra que comprometerse apasionada- mente a favor del respeto a las distancias y a la cualidad humana. La sospecha equivoca de que uno actua en su propio interés y la facil presuncion de una actitud asocial tienen que ser soportadas con decision. Tales son los constantes reproches que la chusma dirige contra el orden. Quien aqui se muestra vacilante e indeciso. no comprende lo que esta en juego e incluso puede ser que merezca las acusaciones. Nos encontramos en medio de un proceso de aplebeyamiento de todas las capas sociales y al mismo tiempo asistimos al nacimiento de una nueva actitud noble que une entre sia un circulo de personas de todos los estratos sociales anteriores. La nobleza nace y se mantiene mediante sacrificios, mediante el valor y mediante un claro conocimiento [26-27] 20 Resistencia y sumision de lo que uno se debe a si mismo y a los demas; mediante la exigencia natural del respeto que corresponde a la persona humana, y la salvaguarda igualmente natural del respeto debido tanto a los superiores como a los inferiores. Se trata en todos los frentes de recuperar unas vivencias de cualidad ya soterradas y un orden basado en la cualidad. La cualidad es el mayor enemigo de toda clase de masificacion. En el aspecto social, esto significa la renuncia a la caza de la posicion, la ruptura con todo el culto de la personalidad, la mirada libre hacia arriba y hacia abajo —sobre todo en lo referente ala eleccién del circulo de los amigos intimos—, la alegria de una vida oculta y el valor para la vida publica. En el plano cultural. la vivencia de la cualidad significa el retorno desde el periddico y la radio, al libro: de la prisa, al ocio y al silencio: de la distraccion, a la concentraci6n; de la sensacion, a la meditacion: del ideal del virtuosismo, al arte; del esnobismo, a la modestia: de la desmesura, a la mesura, Las cantidades se disputan el espacio; las cualidades se complementan mutuamente. Compasién ‘Tenemos que contar con que la mayoria de los hombres solo legan a ser sensatos por experiencias vividas personalmente. De esta forma se explica, en primer lugar, la sorprendente incapacidad de la mayoria de las personas para cualquier accion preventi- va. Siempre se sigue creyendo en la posibilidad de evitar el peligro, hasta que ya es demasiado tarde. ¥, en segundo lugar, asi se explica la apatia frente al suftimiento ajeno De forma proporcional al creciente miedo ante la amenazadora proximidad de la desgracia, nace la compasion. No faltan argumentos para justificar esa postura. Desde un punto de vista ético, uno no quiere entorpecer la marcha del destino; las voces internas que Ilaman ala actuacion y ja fuerza para ella sdlo se perciben cuando se presenta un caso concreto; uno no ¢s responsable de toda la injusticia y todos los sufrimientos del mundo, ni quiere convertirse en juez del mundo. En lo psicologico, la falta de imaginacion, de sensibilidad, de disposicién interna, queda compensada por una solida serenidad, una imperturbable energia para el trabajo y una gran capacidad de suftimiento Desde el punto de vista cristiano, todas estas justificaciones no pueden engafiarnos sin embargo sobre el hecho de que lo que aqui falta de veras es amplitud de corazén. Cristo evito el sufrimiento hasta que lleg6 su hora: pero entonees se enfrenté libremente con él, lo acepté y lo superé. Cristo —dicen las Escrituras— experiment todos los sufrimientos de la humanidad entera en su propio cuerpo, como si fuesen suyos —jidea incomprensiblemente excelsa!—, y los asumio con plena libertad. Nosotros no somos ciertamente Cristo, ni estamos llamados a redimir al mundo mediante nuestros actos y nuestros propios sufrimientos. No debemos proponernos lo imposible, ni atormentarnos por no ser capaces de cargatlo sobre nuestras espaldas. No somos sefiores, sino instrumentos en manos del Sefior de la historia, Sélo podemos sultir realmente los sufrimientos de otras personas en una medida muy limitada. No somos Cristo; pero si queremos ser cristianos, esto significa que debemos participar de la amplitud del corazon de Cristo con un acto responsable que, en libertad, no deja pasar la ocasion y afronta el riesgo: y con una auténtica compasion, que no nace del miedo sino del amor liberador y redentor de Cristo hacia todos los que sufren. La espera inactiva y la contemplacion apatica no son actitudes cristianas, No son sus propias experiencias personales quienes ante todo invitan al cristiano a la accion y a la compasién, sino las experiencias vividas por sus hermanos, por los que Cristo ha sufrido. [28-29] Protogo 2 Del suftimiento Resulta infinitamente mas facil suftir en la obediencia a una orden humana, que en la libertad de un acto realizado con la responsabilidad mas personal. Resulta infinitamente mas facil sufrir en comunidad, que a solas, Resulta in facil suf publicamente y con honor, que apartado y en fa deshonra, Resulta infinitamente mas facil sufrir en la entrega de la vida corporal, que en el espiritu, Cristo sufti6 en la libertad, en la soledad, apartado y en la deshonra, en el cuerpo y en el espiritu, y desde entonces muchos cristianos sufren con él. Presente y futuro Hasta ahora nos parecia que uno de los derechos mas inalienables de la vida humana era el de trazarse un plan para su vida personal y profesional. Esto ya ha pasado. Debido a Ja fuerza de las circunstancias, nos encontramos en una situacion en la que nos vemos obligados a renunciar a cafanarnos por el dia de manana» (Mt 6, 34). Pero hay una diferencia esencial si esto ocurre por una actitud libre de la fe, como lo quiere el sermon de la montaia, o por una involuntaria servidumbre de cada instante. Para la mayoria de Jas personas, esta forzada renuncia a todo plan para el futuro significa entregarse al momento presente de forma irresponsable, irreflexiva o resignada; algunos pocos suefian, ain con nostalgia en un futuro mas hermoso ¢ intentan olvidar asi el presente. Para nosotros, ambas actitudes resultan igualmente imposibles. Unicamente nos queda el estrecho y en ocasiones apenas visible camino de aceptar cada dia como si fuese el altimo, pero vivir con tal fe y responsabilidad como si aiin existiese un gran futuro «Aun se compraran en esta tierra casas, heredades y vias» Jer 32. 15) tuvo que anunciar Jeremias en paraddjica contradiccion a sus predicciones de desgracia— inmediatamen- te antes de la destruccion de la ciudad santa, como signo y prenda divina de un nuevo y gran futuro ante aquella ausencia total de futuro. Pensar y actuar con vistas a la generacién futura y al mismo tiempo estar preparado cada dia a partir sin temores ni preocupaciones: tal es la actitud a la que practicamente nos vemos obligados y en la que no resulta facil, pero es necesario, perseverar valerosamente. Optimismo Es mas inteligente ser pesimista: las decepeiones se olvidan y uno no queda abochor- nado ante los hombres. Por eso el optimismo esta desacreditado entre los inteligentes. En su esencia, el optimismo no es un punto de vista sobre la situacion actual, sino que es una fuerza vital, una fuerza de Ja esperanza; alli donde los demas abandonan, Ja fuerza de mantener erguida la cabeza; alli donde todo parece fracasar, la fuerza de soportar los reveses, una fuerza que nunca entrega el futuro al enemigo, sino que lo reivindica siempre para si Cierto que tambien existe un optimismo necio y cobarde que debe ser evitado, Pero nadie ha de desprestigiar el optimismo en tanto que voluntad de futuro, aunque yerre cien veces. Es la salud de la vida, a la que ningiin enfermo debe contagiar. Existen personas que creen poco serio, y eristianos que consideran impio, esperar un futuro terrenal mejor y prepararse a él. Creen que el caos, el desorden y la catastrofe constituyen el sentido de los acontecimientos presentes. Con resignacion 0 en una piadosa huida del (29-31) 2 Resistencia y sumision mundo se sustraen a la responsabilidad de la vida futura, de la nueva reconstruccion para las generaciones futuras. Puede ser que el dia del juicio final despunte mafiana mismo: entonces dejaremos con gusto de trabajar para un futuro mejor, pero antes no. Peligro y muerte La idea de la muerte se nos ha hecho cada vez mas familiar en estos uiltimos afios. Incluso nos extrafiamos de la impasibilidad con que recibimos la noticia de la muerte de nuestros coetineos. Ya no podemos odiar tanto a la muerte; en sus rasgos hemos descubierto cierta bondad y casi nos hemos reconciliado con ella. En el fondo presenti- mos que ya le pertenecemos, y que cada nuevo dia es un milagro. Seguramente no seria justo decir que morimos a gusto —a pesar de que nadie desconoce aquel cansancio que, con todo, en ningun caso debemos permitir que aflore—. pues somos demasiado curiosos, 0, dicho de forma mas seria, atin queremos ver algo del sentido que cobra nuestra vida desbaratada. Tampoco revestimos a la muerte de rasgos heroicos, pues para ello la vida nos es demasiado cara y grande. Y con mas raz6n aun nos negamos a ver en el peligro el sentido de nuestra existencia, pues para ello no estamos lo suficientemente desesperados y sabemos demasiado de los bienes de la vida. Y también conocemos demasiado el miedo a la muerte y todos los demas efectos destructivos de una constante amenaza para la vida, Aun estimamos la vida, pero creo que la muerte ya no nos puede sorprender demasiado. Desde las experiencias de la guerra, apenas nos atrevemos a confesar nuestro deseo de que la muerte no nos sorprenda por casualidad, subitamente, apartados de lo esencial, sino en la plenitud de la vida y en la totalidad de la accion, No serdn las circunstancias externas, sino nosotros mismos quienes convertimos nuestra muerte en Jo que puede ser: una muerte libremente consentida.

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