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mdico que le interrog sobre la causa de su enfermedad, le hizo el relato de la

visin que le obsesionaba, declarando que el abuelo G... le haba echado un


maleficio. El mdico mand venir a este hombre, interrogndole en presencia del
alcalde de la aldea. El hechicero confes que diariamente, a media noche, se
paseaba en su casa cubierto con una sbana blanca, con objeto de hacer
desesperar al poseedor de su campo. Bajo la amenaza de que sera detenido si
continuaba, se mantuvo tranquilo. Las apariciones cesaron y el labrador recobr la
salud.

Cmo el hechicero, paseando en su casa, poda ser visto del aldeano cuya
morada se encontraba a un kilmetro de su propio alojamiento?

En este ejemplo se pueden interpretar los hechos como alucinacin resultante de la


idea fija del aldeano impresionado por algunas palabras del singular mensaje que
encontr en su campo. El segundo es ms significativo.

Habiendo sufrido el doctor Recamier un percance en su carruaje, se puso en busca


de un carretero y, advertido por la muestra de uno de ellos, entr en su casa,
encontrndolo enfermo y en el lecho.

Se vio obligado dice Flammarin a que fueran en busca de uno de sus


colegas habitante en la poblacin vecina. En tanto que se reparaba la avera, el
doctor Recamier volvi a entrar en la casa del aldeano enfermo, preguntndole el
origen de su mal. El carretero respondi que su enfermedad provena de la falta de
sueo: No poda dormir porque un caldedero habitante en el otro extremo de la
aldea y a quien se haba negado a dar su hija como esposa, lo impeda golpeando
toda la noche sobre sus calderos.

El doctor fue en busca del calderero y le dijo sin ms prembulo.

Por qu golpeas toda la noche tus calderas?

Diantre!respondi. Es para impedir que Nicols se duerma.

Y cmo puede orte Nicols, que vive a media hora de esta casa?

Oh! Oh! replic el aldeano sonriendo con gesto malicioso . Yo s muy bien
que me oye.

Recamier recomend al calderero que cesara en sus golpes, amenazndole con


hacerle perseguir si el enfermo se mora. A la noche siguiente el carretero durmi
tranquilamente. Varios das despus reanudaba sus ocupaciones.

En los comentarios con que acompaa el relato del hecho, el doctor Recamier lo
atribuye al poder de la voluntad, de la cual no conoca an toda la energa,
revelndose espontneamente en un aldeano inculto. El fenmeno, por otra parte,
no parecer extraordinario a los que no conocen el magnetismo.

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