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ENERO-FEBRERO 2010 * ANO 1+ $50 CONSPIRATIO. 03 SCC P NEAT e CoO 5 Cosa reas SIMONE WEIL | FUENTE GRIEGA EN WEIL NOSCRIEN On URS Javier Sicilia PnTev Gao Farjeat Simone Weil: el sentido del vacio PorMas Franci co Torres CORDOVA ConspiRatio 03 Br LUGAR DE LA UTOPIA 6 | EL GaLe6n pe MaNtLA. Toms Calvillo 8 | Lattrra como et c1kto. Roberto Ochoa 12 | Etocio pe La impureza. Rafael Jiménez Catafio, 16 | Caneioscorio. Eduardo Garza Cuéllar R{OS AL NORTE DEL FUTURO 2 El catarismo y el bien. Carta a Deodato Roché Q | simone Weil 4 El bautismo y las margenes 2A | sienone Weil 34 La clave mistica de Simone Weil Javier Sicilia 4G Suftimiento y accién. Las criticas de Levinas a Weil Jorge Medina 62 La cuestién social en Simone Weil Maria Luisa Aspe Armella CONSPIRATIO Director: Javier Sicilia Jefede redaccién: Pedro Bonnin ‘Asistente de redaccién: Estefania Sicilia — el Formacién y disefo:Isolda Osorio La celebracién liirgiea de las primeras Disefio original: Alejandro Banuet comunidades cristianas tela do grandes Conse etrial: Humberto Beck, Toms ‘momentos: la conspiratioy la comestio, La Calvillo, Werner Colombani, ests. dela Torre primera toma su sentido de piritu (aliento), Rangel, Bernardo Dominguez, Juan M. Escamilla, ue se expresaba por un beso en la boca, era Agustin Gama, Eduardo Garza Cuellar, Felipe tuna co-respiracién, una conspiracion: la Garrido, Rodrigo Guerra, Pablo Macedo, Roberto creacién de una atmésfera comtin, de un medio divino. Ochoa, Francisco Prieto, Jean Rober fnpice Echar races: Notas marginales 70 | tsisXavier Lépez Farjeat El concepto de La fitente griega en Simone Weil 82 Virginia Aspe Armella Simone Weil, una respuesta a Unabomber 92 | Lee Hoinacki EL UMBRAL DEL ESPEJO 98 | Ex pros que atta. Pedro Bonnin 100 | Oprntones DE UN payaso. Juan Manuel Escamilla 104 | Metaritmaca pe Orexa. Javier Ortiz Tirado 108 | Lecror Perecrino, Iban de Leén, * oe 58 |POEMAS Francisco Torres Cérdova Conspinatio, revista bimesteal enero-febrero 2010. Editor Responsable: Javier Sicilia Zardain. Niimero de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor (04-2009-033021003700-107. Numero de Certificado de Licitud de Titulo: (en teimite) Niimero de Certificado de Licitud de Contenido: (en trimite). Domicilio de la publicacién: Prolongacién 16 de Sepriembre No. 152, Torres de Acapatzingo, Edificio B~101. Col. Jardines de Acapatzingo 62447 Cuernavaca, Morelos, México, Imprenta: Fuentes Impresores, S.A. Dis- ibuidor, Editorial JUS S.A. de CV. Donceles 88 despacho 405, Col. Centro C.P, 06000 México D.F, Consprratio 03 OPINIONE esa La nueva historia de Mouchette de Georges Bernanos Eldolor de los hombres es lagran maravilla del universo. Georges Bernanos Mouchette aspira a suprimirse. Dostoyevski habia descubierto ya que hayenelhombreelapetito de naufragar. Satén, después de habernos tentado y habernos hecho caer, nos abandonaenel descubri- miento de la nada que somos y que nonos queda mds remedio que amar, tratando de identificarnos con ella. En una palabra, el Unico pecado es contra el amor; todos los lazos se anudan aquiel espiritu de las Bienaventuranzas es amor, el pecado de Satdn es lo contrario del amor. Quiere queelmundoyel hombre no sean. Charles Méeller a obra de Georges Bernanos | (1888-1948), ahora lamentable- mente olvidada, pero reciente- mente publicada por Jus, ha recibido alabanzas y clogios de los criticos més escrupulosos, y su espiritualidad ha si- do sencillamente suscrita por los tedlo- gos més rigurosos. Lo que no deja de ser llamativo, a causa de la avidez casi orgidstica con que Bernanos clogia el dolory la pobreza. Tanto en su obra li teraria, como en sus escritos politicos aborda el problema del mal (0 del do- lor, quees casi lo mismo) sin ambages. Sus personajes son deuna humanidad tan honda que resultan inaccesibles 2 las meras categorias del psicoandlisise Ex Umprat pet Espejo de la antropologfa, porque son mol- deados en el misterio sobrenatural de lahabitacién de Dios en el hombre. Para Bernanos Dios puso como tl- timo bastién en su lucha césmica con- tra el demonio al hombre. Por eso a cualquier lector excrafio a la angustia, su literatura leresulearé de pésimo gus to, yaunateo hecho alasangustias ni: hilistas de un Sartre oa las transgresio- nes calculadas de un Bataille le provo- cardespanto. Yes quel escandalo que provoca la obra bernanosiana es del mismo cufio —literalmente idéntico— que el de la muerte que cierto judio provocara hace un par de milenios, porque el mal esla causa delacruz. De ahé que la novela bernanosiana que plantea con més radicalidad el proble- ma del mal sea la Nueva historia de Mouchette —mueva respecto de Baja el sol de Satén, que lleva por subtitulo Historia de Mouchette; personajes ho- ménimos, sélo semejantes en el sufti- miento-. Si Péguy nos habia regalado paginas donde la presencia casi fisica de Dios se hace tangible l lector, para Bernanos, en Mouchette, lo patente es suausencia. El protagonista aqui noes Dios detrés de os avatares de los hom- bres, sino su silencio frentea la cruz, es decir, frente al mal. Mouchette es una nifta arisca, re- belde, arrojada a la soledad y pobre. Una creatura, como tantas y tancas, condenadaa la vida. El relato, espanto- samente sencillo, tan desntido como la experiencia del dolor, cuenta un solo diaen la vida deesta nifia. Se pierdeen el bosque bajo una tormentay eshalla- da por el borracho cazador Arséne, quien le oftece un refugio donde gua. recerse de la lluvia y secarse, Elcazador la viola. Ella escapa, Llega a casa para atender al mamoncillo chillén y a la madre enferma. Cuando quiere con- fiarle a su madre la pena que la habita, se encuentra con que ha muerto. Al 101 102 CONSPIRATIO 03 punto llegan el hermano y el padre, ebrios, como siempre. Sevaa la ciudad, adar parte, y termina confirmando la coartada de su victimario, Arstne, por Jodemds un criminal, frente al guarda- bosques. Hay, luego, un misterioso en- cuentro de la nifia con una mujer ex- trafia que vive velando a los muertos. Leconfiesa todo. Alfin, Mouchette se suicida arrojéndose en un arroyo. La nueva historia de Moucherte no ¢s, porlo tanto, una critica lasociedad quearroja ala miseria espiritual y mate- rial su tesoro més precioso, la infancia. Aunque estos elementos estén como los restos podridos de un mundo que per diéelfermento del cristianismo, el meo- Ilo de la novela es, como dije, el mal en su sentido més radical, porque la muer- te dela nifia no es simbélica sino abso- Jutamente concreta, y porque esa muer- te no es la de cualquiera sino la de una nifia humillada. En el conjunto de su obra, habitada por muertes indignas, ambiguas y martirios vacilantes, la muerte de Mouchtte —en un autor tan familiaral espiritu de infancia de santa Tetesita— encarna el mal radical: el pe- cado contra la inocencia y la esperanza. Sin embargo, y peseal planteamien- to,enel quedl silencio de Dios rodea to- do, Bernanosse resiste a condenar aesa pobrectiaturay con ellaaesos millones de sufrientes anénimos que son los po- bres del Evangelio—esos que estin en el sufrimiento mas concreto, completa- mente alejado del imbécil lirismo bur- gués-. También el lector se niega a ha- cerlo. Al final dela novela siente la espe- ranza incierta de quel “Dios voraz” no Ex UMBRAL DEL Espgjo dard treguaen su enfrentamiento al de- monioyylepelearla presa, atin cuando se trate de tan poquita cosa como Mouchette. En este sentido, La nueva historia de Mouchette no es blo la nov la bernanosiana més profunda sobre el mal, sino también, y pesea la soledad de su trama, una novela sobre la esperan- za. Esto s6lo se llega a comprender sise entiende que Bernanos-como lo defi nid alguna vez Charles Méellet—es un profeta de la alegria’. Su esperanza ~esa de la que, decia el propio Berna- nos, “s6lo surge cuando hemosaprendi- doa desesperar de todo” nace de la fe, dela confianza cn saber que a pesar de todo, a pesar de su silencio, Dios esta alli, La esperanzaes asi un esperar con- tra toda esperanza, esperar, como en la cruz, en el martirio. De ahi que la espe- ranza, como lo ditéel propio Bernanos, “termine por consumitnos”. Desde el momento en que el misterio dela fe se encarna, desde ese momento también la esperanza e encarna en el suftimien- todelos hombres. Mouchertees, porlo tanto, laima- gen del Cristo orillado al suplicio es pantoso de la cruz. Dios, en la novela de Bernanos, estd tan espantosamente Iejos de la pequefia Moucherte como loestuvo desu hijo el dia fatal. Pero no hay que temer. La nifia Muchette, que Tlevaba “en lasaletas desu narizel pro- pio olor dela muerte”, entra enel agua con ‘la frente en l sitio més hondo del Cielo”, lo mismo queen el colmo dest abajamiento Cristo entré en losinfier- nos para dirigirse al dia magnifico del domingo de Pascua, 103

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