BIMESTRAL 2011, ANO III + $50 * ISSN 2007-090
CONSPIRATIO 13
UST esa
Sete ere
RITONTCOn Pein cen
oa esa ear
Jean Pierre Dupuy Fabrice Hadjaj esd
El anuncio de la catastrofe:
reflexiones desde Giinther Anders
Pormas: Sergio MonpraGonConsprratio 13
EL LUGAR DE LA UTOPIA
6 | Carvers. Francisco Prieto
8 | Memoria v EspERANzA. Jestis A. de la Torre Rangel
12 | En as MArceNgs. Mauricio Sanders
18 | Ev carreTonsro. Jorge E. Traslosheros
R{OS AL NORTE DEL FUTURO
26
48
(6G)| come ase a re
74, La fragilidad de la moral
Conversacién entre Javier Sicilia, Luis X. Lopez Farjeat
y Roberto Ochoa
Giinther Anders, el filésofo de la era atémica
Jean Pierre Dupuy
Brecht no podia apreciarme
Giinther Anders en entrevista con Fritz J. Raddatz
CONSPIRATIO
La celebracién litdirgica de las primeras
comunidades crstianas tenfa dos grandes
‘momentos: la conspiratio y la comestio. La
primera toma su sentido de spirit (aliento),,
gue se express por un beso en bocs ert
creacion de una atndsfera comin, de un
medio divino,
Las ilustraciones de Conspiratio son un home-
ajc alos seres imaginarios y los monstruos.
__ Fausto Zeréo.
cin y diseno:Isolda Osorio
Disefo original Alejandro Banuet
Consejo editorial: Humberto Beck,
‘Tomas Calvillo, Werner Colombani, Jess
{a Torre Rangel, Bernardo Dominguez, Eduardo
Garza Cudlar, Felipe Garrido, Rodrigo Guerra,
Rafael Jiméne? Catafo, Luis. Léper Farjeat,
Pablo Macedo, Angel Méndez, Carlos Mendoza-
Allvaree, Roberto Ochoa, Francisco Prieto, Jean
Robert Sant
Seis JoogeE Talos,fnpice
102
Laadministracién de justicia: un tecnicismo
totalitario que aniquila el sentido comtin y la equidad
Jestis Antonio de la Torre Rangel
1 1 2 Giinther Anders: la “deslealtad” como virtud
Maria Carolina Maumed
124 | tavombaenbikiniola vergiienza prometeica
Fabrice Hadjaj
EL UMBRAL DEL ESPEJO
132 | Ex pios que sama. Pedro Bonnin.
136 | Opnvtones DE UN pavaso. Juan Manuel Escamilla
140 | Meraritmaca x oreka. Javier Ortiz Titado
144 | Lecror rerecrino. Ibn de Leén
148 | ELojo pe viprio, Ricardo Vinés
s
98 | POEMAS
JeprroriAaL
Sergio Mondragén
Conspiraio, avo i, nimero 13, septiembre
octubre 2011, es una publicacién bimestral
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Conspiratio 13
La conciencia de Zeno, de
Italo Svevo*
Para Alonso Rodriguez.
ace varios afios mi amigo A
dejé de fumar. Yo, por mi
parte, hace 10 que fumoa ra-
z6n de una cajetilla y media todos los
dias, Lo mismo que cuando empecé a
leer La conciencia de Zeno en la precio-
sa edicién que A me regalé (no sé si
con laesperanza de que, por fin, dejara
de fumaro en un gesto de resignacién
porque, lo mismo que Pessoa, quizd
seguiré fumando hasta que el destino
melo permita), antes de sentarmeaes-
cribir esta resefia encendi un cigarro
mientras dejaba resonar en mi interior
* Editorial Bruguera, 1981,
las palabras que me habia dicho A al
regalrmela: “La novela trata de un ti-
po que no puede dejar de fumar”.
Pero, :qué hay de malo en fumar?
En principio, nada. Pasando de laim-
bécil cantinela en boga que nos con-
dena persecutoriamentea los fumado-
res, en realidad, se trata de un vicio
bastante anodino. Pero, si nos pone-
mos freudianamente suspicaces, re-
sulta que una cosa jamds es ella mis-
ma, sino el trampantojo que refiere a
otra. “Es posible que me haya gusta-
do tanto fumar para poder asi acha-
carle al tabaco la culpa de mi incapa-
cidad?”, se pregunta Zeno Cosini, el
héroe de nuestra novela,Ev UmBRatL DEL Espejo
Laraz6n de la preguntaes que Ze-
no ha intentado todo para dejar su vi-
io, incluyendo la ascética moderna
del psicoanilisis. Pero, lo mismo que
todos los demés tratamientos, el psi-
coanilisis no le result6, al grado de
que, después de un entusiasta comien-
0, lo abandoné. Molesto, su psicoa-
nalista, el doctor S, a quien el paciente
leadeuda varias sesiones, publica, en
venganza, la autobiografia que el ana-
lizando habia redactado para historiar
laenfermedad que lo condujo hasta el
divin: el tedio burgués, manifiesto en
suadiccién. El prologo explica que asi
fue posible que llegara a nuestras ma-
nos esta “autobiografia’, una autobio-
grafia que en realidad es la del propio
Italo Svevo, segiin él mismo cuenta a
su amigo el poeta Eugenio Montale.
En este sentido, el método con el
que Svevo construye La conciencia de
Zeno es muy interesante. Lo refiere
Coetzee en Jnner Workings al decirnos
que durante la concepcién de la nove-
la, Svevo imaginé las aventuras que
Zeno vivirla, luego las planté apécrifa-
‘menteen su pasadoy, al final, ignoran-
dola linea divisoria que se trazaentrela
imaginacién y la memoria, sencilla-
mente las recordé para escribirlas. El
resultado fue una novela de ivan, Los
largos parlamentos que la componen,
y que son hijos de la libre asociacién
‘con la que el paciente habla de su vida
alanalista, tienen un aire que recuerda
37138Ex UMBRAL DEL Espgjo
Escenas de un matrimonio de Igmat
Bergman, donde la hermosa Liv Ull-
man habla con la misma sinceridad
brutal con la que ella misma se confia
Jo que piensa en los términos en que lo
piensa, Sin embargo, mientras las esce-
nas y los didlogos de Liv Ullman estan
llenos de profundidad psicolégica, los
de Zeno Cosini son tan mediocres que
nunca logran conmover. Asi, en un
momento de la novela, dos enfermos,
uno real y otro imaginario, discuren
frente a un viejo en estado terminal so-
bre quién estd més enfermo, siel quede
verdad se ve aquejado por una enfer-
medad o aque! cuya hipocondria lo ha-
ce conducirse como si tuviera una. La
conclusién del novelista hipocondria-
co es que él (0 sea, Svevo) es el més en-
fermo, porque su enfermedad carece
del consuelo de la salud. Zeno es asi el
prototipo dela novela moderna: el an-
tihéroe: un hombre poseido porel sen-
timiento dominante dela burguesfa: la
frustracién. Su vida, sobre la que todo
mundo decide, es s6lo la presencia del
fracaso.
Después de escribir estas lineas y
famarme varios cigarros, abandoné la
redaccién, Ahora que vuelvo a ella no
logro atinar con el hilo en el ojo de la
aguja. Verdaderamente es dificil escri-
bir sobre un libro que bien podria ser
la gris autobiografia del burgués pro-
medio, interesante sélo en apariencias
peroatin més dificil hacerlo sin fumar,
porque en el café donde volviaa mi re-
sefia no me lo permiten. As{ es que lo
nico que puedo decir es que Zeno es
sdlo eso: una vida sin relieve, lade un
tipo (mas) que nacié en una familialo
bastante acomodada para no pasar
precariedades ni meterse en grandes
asuntos. El padre, que conoce la inca-
pacidad de su hijo, confiasu fortuna a
un administrador que vela por los in-
tereses de los negocios, y pasa a Zeno
una holgada pensién. Aburrido de
aburrirse y empujado por los padres
de quien sera su mujer —que le hacen
creer que es él quien quiere casarse—
contrac matrimonio no con la més
hermosa de las cuatro hijas, sino, por
tun equivoco, con la més fea,
Zeno Cosini esasiy, de alguna for-
ma, lo era el propio Ikalo Svevo, cuyo
verdadero nombre era Ettore Schmitz
(1861-1928). Sus amigos James Joycey
Eugenio Montale arrojaron los reflec
tores de la celebridad literaria sobre su
obra, Al igual que su personaje, la ma-
yor parte de su vida estuvo marcada
por la decepcién ~sus primeros libros
fueron un fracaso-. A diferencia suya,
sededicé alos negocios quele permitie-
ron hacerse de una fortuna que le di
oportunidad de escribir por las noches.
Quizd de no haber muerto atropellado
por un coche, su tikima voluntad ha-
briasido fumar un tiltimo cigarro,
Notia:ninguna tabacalera se vio beneficiada por la redaccién de esta resefia.
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