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PERONISMO
Unidad Electiva
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PRESENTACION
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HISPANISMO Y PERONISMO
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no podría pavimentarse su camino en el futuro y cumplir un
importante papel en el escenario internacional. Es decir, que si la
América española negara a España, quedaría instantáneamente
baldía de coherencia y sus ideas carecerían de validez. Es que los
pueblos de la Hispanidad constituyen una unidad y viven dominados
por su pasión patriótica. Tienen mucho en común que defender:
unidad de origen, unidad de cultura y unidad de destino. Estos
pueblos viven hermanados por vínculos de idioma, de religión, de
cultura y de historia. Estas identidades deben impulsarlos a una
empresa casi universal que, desbordando los límites geográficos,
integre la verdadera unidad espiritual de los pueblos hispanos. Pero
esta empresa, dirá sabiamente Perón, no puede interpretarse como
un anhelo bélico sino como un afán pacifista.
¿Acaso toda la retórica de Perón con que encomió las
relaciones históricas, culturales, idiomáticas, de religión y de sangre
debe ser considerada en el contexto de los esfuerzos realizados por
conformar una nueva conciencia nacional, liberada de los viejos
modelos culturales que impuso la oligarquía liberal en Argentina a
partir de la segunda mitad del siglo XIX? Así parece. Durante los
primeros años de su gobierno, Perón intentó combinar la Hispanidad
con la nueva identidad nacional a cuya imagen quería conformar la
conciencia popular. Mas ¿por qué adoptó Perón la política de la
Hispanidad?
Una vez en el poder, Perón adoptó una política económica
destinada a asegurar la independencia nacional, postulando un
programa de industrialización, intentando poner fin al control
extranjero del transporte y los servicios públicos mediante una fuerte
política de nacionalización de empresas. Es decir, poner fin al
carácter “neocolonial” de la economía argentina. Los esfuerzos
realizados por Perón para obtener una mayor independencia para su
pueblo a través del desarrollo y la modernización también implicaron
el intento de forjar una nueva conciencia nacional. Durante sus
primeros años, el régimen justicialista intentó reducir no sólo la
dependencia política y económica, sino también la dependencia
cultural que caracterizaba tradicionalmente las relaciones del país
con Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos; liberarse en última
instancia de la orientación cultural de las élites intelectuales y de la
oligarquía hacia Londres y París. Como consecuencia de ello, Perón
adoptó una estrategia cultural dentro de cuyo enmarque intentó
integrar tanto la herencia hispánica y católica como la cultura
argentina propia como componentes centrales de la conciencia
nacional.
Esa herencia hispánica, esa misma comunidad hermanada por
vínculos de sangre, de historia, cultura y religión, podemos verla
reflejada en el discurso del gobernador de la provincia de Buenos
Aires, Carlos Aloe (en conmemoración del 146º aniversario de la
expulsión de las tropas inglesas) cuando dice, en dos distintos
pasajes de su discurso que:
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“No alentamos un propósito
revisionista (…). Queremos restablecer las
verdades fundamentales de nuestro
origen histórico y reivindicar en él al
auténtico protagonista de ayer y de hoy
en la vida argentina. (…) venimos a rendir
homenaje al pueblo, que con su heroísmo
y con su sacrificio selló la definición de la
jornada del 12 de agosto de 1806.
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nacionalismo argentino. Esta clase de interpretación histórica puede
hallarse en lo dicho por el mismo Perón, durante su exilio en Madrid,
al historiador Félix Luna:
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opone la supremacía vivificante del
espíritu”
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Discurso de Perón con motivo del día de la raza y homenaje de Don Miguel de Cervantes
Saavedra en el cuarto centenario de su nacimiento, en la Academia Nacional de Letras,
Buenos Aires, 12 de octubre de 1947.
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Como vimos por las citas textuales, el momento más
conveniente para encomiar el aporte español a la cultura de América
Latina era el 12 de octubre, el "Día de la Hispanidad" o "Día de la
Raza". En dicho discurso dijo Perón:
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Entonces, el hecho de rescatar el Hispanismo rescata por sí
mismo la figura del gaucho, o si se prefiere, rescatar al gaucho es
rescatar el Hispanismo. Pero ¿cómo se materializa ese Hispanismo?
¿Se puede realmente establecer una conexión entre la figura del
gaucho y el proletariado peronista, por ejemplo?
Parece que sí. Volvamos al discurso del gobernador de Buenos
Aires y veamos qué dice al respecto:
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Carlos Astrada, El mito gaucho. Ediciones Cruz del sur, Buenos Aires, 1948.
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oligarquía se palpó el cuerpo, buscándose,
en vano, el corazón, y con susto y sin
gloria, sin un gesto viril, sucumbió, pero
no de muerte natural”.12
12
Carlos Astrada, El mito gaucho. Ediciones Cruz del sur, Buenos Aires, 1948.
13
RAANAN REIN, Hispanidad y oportunismo político: el caso peronista, en
http://www1.tau.ac.il/eial/index.php?option=com_content&task=view&id=791, Universidad
de Tel Aviv.
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Bibliografía:
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