Вы находитесь на странице: 1из 9

50

Alteraciones en la nutrición
fetal y efectos a largo
plazo: ¿algo más que una
hipótesis?
J.M. Moreno Villares* y J. Dalmau Serra**
*Unidad de Nutrición Clínica. Hospital «12 de Octubre». Madrid
**Unidad de Nutrición. Hospital Universitario «La Fe». Valencia

Resumen Summary
Las enfermedades cardiovasculares son la Current knowledge holds that the common
principal causa de mortalidad en el mundo and interrelated cardiovascular and metabo-
industrializado y suponen una gran morbili- lic disorders of middle-age –hypertension,
dad y consumo de recursos. Se admite que non-insulin-dependent diabetes mellitus, dys-
las enfermedades cardiovasculares y meta- lipidemia and ischemic heart disease- are
bólicas más comunes en nuestra sociedad caused by specific lifestyle risk factors ac-
–hipertensión, diabetes mellitus no insulino- ting in adulthood upon an individual’s gene-
dependiente (DMNID), dislipemia y enfer- tic background. Recent epidemiologic stu-
Nutrición medad coronaria– están causadas por facto- dies in man suggest that pre- and postnatal
infantil res de riesgo exógenos específicos, asociados
a determinados estilos de vida que actúan
nutrition may be important contributory fac-
tors in the etiology of these diseases. These
sobre un individuo genéticamente suscepti- studies were initiated by David Barker in
ble. Datos epidemiológicos recientes su- Southampton, and have led to the concept
gieren que la nutrición pre y posnatal puede of fetal programming or the fetal origin
ser un factor importante en la etiopatogenia hypothesis (Barker hypothesis), which sta-
de estas enfermedades. Los estudios ini- tes that cardiovascular disease and non-in-
ciales de David Barker en Southampton, sulin-dependent diabetes originate through
han llevado a la elaboración de la teoría adaptation of the fetus when he is under-
del impacto de las condiciones de vida nourished. Thus, low birth weight or thin-
intrauterina sobre la aparición de enfer- ness at birth is a strong predictor of the
medades en la vida adulta (hipótesis de subsequent development of hypertension,
Barker), en la que se postula que la enfer- hyperlipidemia, insulin-resistant and non-in-
medad cardiovascular y la DMNID se ori- sulin-dependent diabetes mellitus, and ische-
ACTA PEDIATRICA ESPAÑOLA, Vol. 59, N.o 10, 2001

ginarían como mecanismo de adaptación mic heart disease in adult life.


del feto ante la malnutrición. El bajo peso Nevertheless there are still many points in
o la delgadez al nacimiento se correlacio- this hypothesis that need to be addressed.
nan firmemente con la aparición de hiper- Above all, it must be demonstrated that the
tensión, hiperlipidemia, resistencia a la association between these perinatal parame-
insulina o enfermedad coronaria en la ters and risk of poorer health later in life
edad adulta. warrants further testing. Alternatives to the
Sin embargo, todavía quedan muchos Barker hypothesis, especially the role of glu-
puntos por esclarecer. Sobre todo, es nece- cocorticoids, are also reviewed.
sario demostrar con algo más que asocia-
ciones estadísticas la relación entre estos Key words: Cardiovascular disease, fetal
parámetros perinatales y el riesgo de enfer- growth, non-insulin-dependent diabetes, fe-
medad. Se revisan también en el artículo tal programming, degenerative disease, nu-
otras alternativas a la hipótesis de Barker, trition
en especial el papel de los glucocorticoides (Acta Pediatr Esp 2001; 59: 573-581)
en el feto.

Palabras clave: Enfermedad cardiovascular, Introducción


crecimiento fetal, diabetes mellitus no insu-
linodependiente, programación fetal, enfer- Las enfermedades cardiovasculares son la
medad degenerativa, nutrición causa principal de mortalidad en el mundo
573
51

Malnutrición materna

Menor desarrollo fetal

Programación anormal de diversas


vías metabólicas

Manifestación temprana Manifestación tardía

Aumento de la morbimortalidad perinatal Aumento de la morbimortalidad


coronaria en la vida adulta

Figura 1. Teoría de la programación: la malnutrición materna durante la gestación produce una


agresión in utero que altera la nutrición normal y el desarrollo fetal

industrializado y suponen una gran morbili- taría durante la vida del individuo. Esta «pro-
dad y consumo de recursos. La cardiopatía gramación» ocurriría, según la definición de
isquémica y las enfermedades cerebrovascu- Lucas, «cuando un estímulo o agresión, que
lares ocupan los dos primeros lugares en la actuaría en un periodo sensitivo o crítico,
lista de causas de muerte en países occiden- produce un cambio permanente o manteni-
tales1. Ambas ocasionaron 82.341 falleci- do en la estructura o la función de un orga-
mientos en España en 1997, y fue la primera nismo»10. La confirmación de esta hipótesis
causa de muerte tanto en hombres (20% de modificaría, en alguna medida, las estrate-
todas las causas) como en mujeres (24,9%)2. gias clásicas de prevención cardiovascular

ALTERACIONES EN LA NUTRICION FETAL Y EFECTOS A LARGO PLAZO...


Se admite que las enfermedades cardiovas- basadas en la actuación sobre los marcado-
culares y metabólicas más comunes en nues- res clásicos de riesgo cardiovascular11,12.
tra sociedad (hipertensión, diabetes mellitus El bajo peso al nacimiento no sólo se
tipo II, dislipemias o enfermedad coronaria) asocia a un riesgo aumentado de padecer
están causadas por factores de riesgo exóge- complicaciones en el periodo neonatal, y a
nos específicos, asociados a determinados un aumento en la mortalidad perinatal, sino
estilos de vida (sedentarismo, aumento en el que además se asocia a mayor riesgo de
consumo calórico y de grasas saturadas, ta- enfermedad en la vida adulta (figura 1).
baquismo) que actúan sobre un individuo
genéticamente susceptible3,4.
Junto a esta teoría clásica se ha desarro- Datos epidemiológicos
llado, en la última década, la teoría del im-
pacto de las condiciones de vida intrauteri- Los primeros estudios epidemiológicos que
na sobre la aparición de enfermedad en la apoyan la «teoría de Barker» proceden de
vida adulta. Su origen se encuentra en los Rose y Forsdahl. El primero describe la ele-
hallazgos de los estudios epidemiológicos vada incidencia de fetos muertos y la alta
inicialmente desarrollados en Gran Breta- mortalidad infantil entre hermanos de pa-
ña5,6 y repetidos con posterioridad en países cientes con enfermedad coronaria13. El se-
de Europa, Asia, Australia y Estados Uni- gundo encontró que aquellas regiones de
dos7,8. Los factores de riesgo ambientales Noruega en las que había mayor incidencia
actuarían así sobre los condicionantes apa- de enfermedad coronaria eran las mismas
recidos en los primeros estadios del desa- que habían tenido una elevada mortalidad
rrollo9. infantil 50 años antes14. Más tarde, Barker y
En esta teoría (que se ha venido cono- Osmond mostraron que las tasas de mortali-
ciendo como la «hipótesis de Barker») una dad por enfermedad coronaria en diferentes
agresión in utero sería capaz de producir áreas de Inglaterra y Gales coincidían con
una programación anormal de diversos sis- las de mayor mortalidad neonatal en las
temas relacionados entre sí que se manifes- primeras décadas del siglo XX15,16. Este ha-

574
52

llazgo les sirvió para postular la hipótesis de ción durante la gestación puede producir
que un crecimiento intrauterino pobre, ma- defectos persistentes, como la reducción del
nifestado como un bajo peso al nacimiento, número de células de los tejidos, la modifica-
se asociaba a un mayor riesgo de desarrollar ción estructural de los órganos, la selección
enfermedad coronaria en la edad adulta17. de ciertos clones de células y la modifica-
Estos hallazgos son independientes de fac- ción en el ajuste de ejes hormonales clave.
tores ambientales, clase social y consumo El impacto a largo plazo dependerá del esta-
de tabaco o alcohol durante el embarazo18. dio en el que se produzca la malnutrición, de
Este grupo de trabajo de Southampton ha su duración e intensidad. Cada órgano y
desarrollado su hipótesis en más de 50 artí- tejido tiene un periodo crítico o sensible, de
culos y en varios libros19,20. Con posteriori- mayor replicación celular, durante el cual se
dad, la malnutrición fetal se ha postulado verá más afectado38.
como asociada al desarrollo de resistencia La hiperglucemia y la hipoglucemia en la
insulínica21, hipertensión22, hiperlipidemia23 embriogénesis precoz pueden asociarse a un
y valores elevados de fibrinógeno en plas- bajo peso al nacer. Si se produce una defi-
ma24. ciencia en nutrientes en la mitad de la gesta-
Algunos de estos estudios se centran en ción, sobre todo si es moderada, afecta al
asociar determinados patrones de crecimien- feto pero no a la placenta. La hipertrofia
to intrauterino a enfermedades específicas placentaria es un mecanismo de adaptación
del adulto25. Así, la combinación de una pla- para mantener el aporte de nutrientes. Al
centa grande y un recién nacido pequeño26 o final de la gestación, el efecto de la malnu-
un recién nacido pequeño con hábito consti- trición materna es inmediato: se retrasa el
tucional delgado27 parecen ser marcadores crecimiento fetal y se altera la relación entre
de riesgo de hipertensión, mientras que la el feto y la placenta. Los hijos nacidos de
delgadez al nacimiento es un predictor más madres holandesas sometidas a una inges-
potente de resistencia a la insulina28,29. tión muy reducida (400-800 kcal/día) duran-
La idea de que la nutrición fetal podía te el tercer trimestre de embarazo durante la
tener efectos a largo plazo no era nueva. Los Segunda Guerra Mundial presentaban bajo
estudios clásicos de Widdowson y McCance peso al nacimiento. Esos niños tenían en la
en animales mostraron que los que tenían edad adulta una menor tolerancia a la gluco-
bajo peso al nacimiento no llegaban a alcan- sa y una mayor resistencia insulínica39. Esta
zar el tamaño de sus congéneres nacidos asociación entre malnutrición materna e in-
con peso normal ni al llegar a la madurez30,31; tolerancia a la glucosa podría explicarse por
una disminución en el número de células de una alteración permanente en la función de
algunos órganos diana sería la explicación las células beta del páncreas o por una mo-
de este fenómeno. dificación en la sensibilidad tisular a la insu-
lina que ocurriría durante la vida fetal pero
que se manifestaría con posterioridad (hipó-
Determinantes tesis del «fenotipo ahorrador») (figura 2)40.
del crecimiento fetal
Función placentaria
El crecimiento y el desarrollo del feto están Es bien conocido que una insuficiencia pla-
determinados por tres factores: el estado centaria causa una disminución en el creci-
nutricional de la embarazada, la función pla- miento fetal. La falta o el inadecuado desa-
centaria y la capacidad del feto para utilizar rrollo del lecho vascular produce una merma
ACTA PEDIATRICA ESPAÑOLA, Vol. 59, N.o 10, 2001

los nutrientes. en la circulación placentaria que, a su vez,


origina fenómenos de trombosis e infartos
Estado nutricional de la embarazada que condicionan una reducción en la masa
Se ha demostrado en ratas que una dieta de tejido placentario funcionante. La conse-
restrictiva, sobre todo de proteínas, durante cuencia final es un aporte disminuido de
el embarazo causa una disminución del peso oxígeno y nutrientes al feto y un retraso del
al nacimiento y en la edad adulta, hiperten- crecimiento intrauterino41,42. No obstante,
sión e intolerancia a la glucosa32-36. Algunos otros autores señalan que en situaciones de
órganos de estos animales (páncreas, bazo, déficit de aporte nutritivo a la madre se
músculo e hígado) presentan un tamaño encuentran placentas incrementadas de ta-
menor, mientras que el cerebro y los pulmo- maño: madres anémicas durante el embara-
nes mantienen un crecimiento normal. zo43, aumento de ejercicio44 o en las que
Algunos datos en humanos apoyan la teo- viven a grandes altitudes45. No parece, por
ría de que la malnutrición materna es uno de tanto, claro el papel de la placenta en la
los factores que influyen en la programación teoría de la programación fetal. Estudios en
fetal. Se ha observado que una disminu- animales mostraron que si una madre era
ción de la ingestión materna o de la capaci- bien alimentada antes de la concepción y
dad de absorción puede causar un crecimien- mal alimentada al comienzo de ella, la pla-
to fetal menor37. Sin embargo, la variabilidad centa se agrandaba. Esto no ocurría si la
individual en la respuesta a la restricción madre estaba mal alimentada antes de la
energética y proteica es grande. La malnutri- concepción46.

575
53

Malnutrición materna Nutrición


Calidad, cantidad y
composición de la dieta.
Malnutrición y obesidad
Malnutrición fetal y bajo
peso al nacimiento
Estado de la madre
Socioecónomico
Peso, talla, IMC
Reducción del desarrollo de Composición corporal
las células ␤ del páncreas

Embarazo
Ganancia de peso
Composición de la ganancia de peso
Reducción del número de Carencias nutricionales
células ␤ en el adulto Ratio peso placenta: feto

Programación Resultados
Desarrollo Peso al nacimiento
Estructura Longitud
Ambiente de escasez, Ambiente de Función de órganos Peso placenta
hambre y/o gran abundancia, obesidad, y tejidos Perímetro cefálico,
actividad física sedentarismo torácico y abdominal

Adulto
Enf. cardiovascular
Compensación Intolerancia a la Enf. pulmonar
glucosa Hipertensión
Hiperlipidemia
Ratio cintura: cadera

Figura 2. Hipótesis del fenotipo ahorrador: una


deficiente nutrición fetal puede alterar el desa- Figura 3. Influencia de la nutrición materna y
rrollo de diferentes tejidos, entre ellos, el pán- en el útero sobre el feto y las consecuencias de
creas endocrino. La exposición en la edad adul- la «programación fetal» (Modificado de Gold-
ta a un ambiente de abundancia daría lugar a berg y Prentice, ref. 46.)
la aparición de intolerancia a la glucosa (To-
mada de Hales y Barker, ref. 21.)

mente se analizaron los datos con más deta-


Capacidad lle y se valoraron los pesos al nacimiento
del feto para utilizar los nutrientes tanto del niño como de la placenta y otras
medidas antropométricas, observaron que la

ALTERACIONES EN LA NUTRICION FETAL Y EFECTOS A LARGO PLAZO...


Existen situaciones en las que, a pesar de la
buena nutrición de la madre y de la adecua- presión arterial más elevada se producía en
da función placentaria, se produce un creci- las personas que habían sido recién nacidos
miento intrauterino pobre. Éste es el caso pequeños con placentas grandes26. Otro gru-
de las cromosomopatías, las malformacio- po con mayor riesgo de hipertensión era el
nes uterinas o fetales o las infecciones in- de los recién nacidos de peso normal pero de
trauterinas. longitud más corta. Para aquellos con peso
placentario más bajo, la elevación de la pre-
sión arterial se asociaba con bajo índice
ponderal (peso dividido entre el cubo de la
Hipótesis y mecanismos longitud); mientras que para los de peso
de enfermedad placentario mayor, la elevación de la pre-
sión arterial se relacionaba con una ratio
Barker y cols. han construido un modelo perímetro cefálico/longitud mayor. Las dife-
que comprende una hipótesis de trabajo y rencias en la tensión arterial asociadas con
una serie de mecanismos que explican las el peso al nacimiento son pequeñas en la
relaciones entre crecimiento intrauterino infancia pero se magnifican a lo largo de la
pobre y enfermedad en la edad adulta. De vida47,48.
una forma muy general esto se expresa en la Aunque no se sabe qué inicia la hiperten-
figura 3. sión arterial en la vida intrauterina, el corti-
sol parece desempeñar un papel. El recién
Relación entre crecimiento nacido con retraso en el crecimiento tiene
intrauterino e hipertensión arterial una concentración de cortisol plasmático
Tras sus observaciones iniciales, estos auto- elevada que podría inducir una hipertensión
res sugirieron que las condiciones intrauteri- en la vida adulta, quizás al mejorar la sen-
nas adversas podrían llevar a un aumento en sibilidad vascular a la angiotensina II49. Otra
la presión arterial fetal para mantener la posible explicación es una pérdida de la elas-
perfusión placentaria, persistiendo esta ele- ticidad de las paredes vasculares que condu-
vación tras el nacimiento. Cuando posterior- ciría a cambios en la estructura vascular27.
576
54

Enfermedad cardiovascular do y la duración de la alimentación en el


Los datos de los estudios epidemiológicos periodo de lactancia58.
sobre 16.000 hombres y mujeres nacidos en Morley y cols. evidenciaron una elevación
Hertfordshire entre 1911 y 1930 y seguidos en el valor de triglicéridos plasmáticos en
más allá de 1995 mostraron que la tasa de adolescentes (11-15 años) en función del
mortalidad por enfermedad coronaria dismi- menor peso al nacimiento. Estos mismos
nuía progresivamente desde los que pesaban autores no encontraron, sin embargo, modi-
2.500 g o menos al nacimiento hasta los que ficación en las concentraciones de fibrinó-
pesaban 4.300 g50. Esta tendencia se corres- geno plasmático en función del peso al
ponde también con la hipertensión y la into- nacimiento, pero sí una elevación de su
lerancia a la glucosa, factores conocidos de concentración cuando la situación socioeco-
riesgo cardiovascular. Estudios semejantes nómica era peor59.
en otras poblaciones llevaron a conclusio-
nes similares51-53.
Son varios los mecanismos que podrían
explicar esta asociación: desarrollo de una Sumario de la hipótesis
resistencia a la insulina, alteraciones en el de la «programación fetal»
metabolismo lipídico o en otros factores
hematológicos, como se explicará más ade- (teoría de Barker)
lante.
Cuando se estudió con ecografía Doppler Los estudios epidemiológicos, sobre todo
el flujo carotídeo en un grupo de adultos los del grupo de Barker en Southampton,
nacidos en el hospital de Sheffield (Gran muestran que aquellos individuos con un bajo
Bretaña), entre 1922 y 1930 de los que se peso al nacimiento tienen un riesgo aumenta-
tenía el peso al nacimiento, se encontró un do de padecer enfermedad cardiovascular y
mayor grado de estenosis carotídea en aque- otras alteraciones asociadas (accidente cere-
llos cuyo peso o perímetro cefálico al naci- brovascular, diabetes no insulinodependien-
miento eran menores. Es decir, la ateroscle- te, hipertensión arterial y síndrome plurime-
rosis en arterias carotídeas es más frecuente tabólico) en la edad adulta. Estos hallazgos
y más grave en aquellos adultos que presen- dieron lugar a la hipótesis del origen fetal de
tan un crecimiento fetal más pobre54. la enfermedad o de la programación fetal,
que establece que la enfermedad cardiovas-
Colesterol sérico cular y la diabetes no insulinodependiente
y factores de la coagulación se originan por la adaptación del feto a la
Los estudios realizados a partir de la cohor- malnutrición intrauterina25. Recientemente,
te de Sheffield muestran que las alteraciones ha tenido lugar en la India el Primer Congre-
en el metabolismo del colesterol y en los so Mundial dedicado a los orígenes fetales
factores de la coagulación se relacionan con de la enfermedad del adulto60.
el tamaño al nacimiento, en especial, una Hasta cuatro fenotipos al nacimiento se
longitud pequeña con relación al perímetro han relacionado con enfermedad en la edad
cefálico. Como consecuencia de la malnutri- adulta:
ción en la etapa final del embarazo, el creci- – Los recién nacidos delgados tienden a
miento de la cabeza (y, por tanto, del cere- ser resistentes a la insulina cuando llegan
bro) se mantendría a expensas del tronco23. a adultos.
No sólo se afecta la longitud fetal sino tam- – Aquellos de menor longitud en relación
bién el perímetro abdominal. Las concentra- con el perímetro cefálico, y que tienen una
ACTA PEDIATRICA ESPAÑOLA, Vol. 59, N.o 10, 2001

ciones séricas de colesterol total y cLDL en circunferencia abdominal menor, tienden a


un grupo de hombres y mujeres de 50 años tener valores elevados de cLDL y de fibrinó-
de edad disminuyeron progresivamente con geno plasmático.
el aumento de la circunferencia abdominal23. – Los recién nacidos de talla baja y peso
Otro tanto ocurre con el fibrinógeno plasmá- elevado tienden a ser deficientes en insulina
tico24. Según los autores de esta hipótesis, y presentar diabetes no insulinodependiente
como la circunferencia abdominal refleja el en la edad adulta.
tamaño del hígado, esta disminución es se- – Los niños con placentas grandes con
ñal de un menor desarrollo del hígado. Pues- relación al peso fetal tienden a tener presio-
to que tanto el metabolismo del colesterol nes arteriales elevadas.
como el del fibrinógeno son regulados en el El peso al nacimiento está determinado
hígado, la consecuencia es un reajuste en su tanto por factores genéticos como por el
metabolismo que persiste en la vida adulta. aporte de nutrientes y oxígeno intrauterino.
La medición del tamaño hepático mediante Los factores maternos, por tanto, desempe-
ecografía ha permitido comprobar que el ñan un papel importante en el peso del re-
tamaño del hígado en los recién nacidos de cién nacido. Se ha podido comprobar en
bajo peso es menor que en los de peso casos de donación de óvulos que los facto-
adecuado al nacimiento55-57. res que más influyen en el peso al nacimiento
Las concentraciones séricas de colesterol, eran la edad gestacional y el peso de la
pero no las de fibrinógeno, parecen también receptora, pero no el peso de la donante, su
estar fuertemente relacionadas con el méto- peso al nacimiento o el de sus propios hijos61.
577
55

Ambiente materno Placenta Genes, ambiente


adverso (dieta, hormonas, esteroides)

Malnutrición
Estrés
Tabaco 11-β-HSD 2 disminuido
Alcohol Otros factores placentarios
Drogas
Diabetes
Enfermedad Aumento glucocorticoides
anemia Descenso de factores de crecimiento

Disminución del
crecimiento fetal

Aumento glucocorticoides
Descenso de factores de crecimiento
Genes
Ambiente
(dieta, Programación de tejidos fetales
hormonas, (respuestas vasculares, eje
factores de hipotálamo-hipófisis-adrenal,
crecimiento) homeostasis glucosa-insulina)

Paso del tiempo


Genes
Ambiente
(obesidad,
tabaco, alcohol, Enfermedad en el adulto
exceso de sal,
sedentarismo,
estrés)

Figura 4. Posible esquema de interacciones entre factores maternos y genéticos que actuarían sobre

ALTERACIONES EN LA NUTRICION FETAL Y EFECTOS A LARGO PLAZO...


el crecimiento fetal y modificarían la respuesta de la descendencia en la vida adulta (De Seckl, ref.
75.)

También, por sí mismo, el tamaño al naci- observación de un grupo muy limitado de


miento condiciona la estatura final. La talla individuos, que constituyen sólo una cohor-
es dependiente no sólo de factores genéti- te de la población de la que proceden. Las
cos (la talla de los padres), sino también de pérdidas por fallecimiento, emigración o in-
la magnitud del crecimiento fetal62-66. capacidad para contactar con los supervi-
Sin embargo, existen todavía numerosos vientes son difíciles de distribuir de forma
puntos oscuros en la teoría de la programa- uniforme entre los grupos. Tampoco se han
ción fetal67. Ninguno de los estudios epide- tenido en consideración, probablemente por
miológicos del grupo de Southampton facili- no disponer de datos, otros factores de co-
ta datos sobre la ingestión de nutrientes por nocida influencia en el peso al nacimiento:
la madre; se infiere la existencia de malnu- tabaquismo materno o clase social69. Quizá
trición fetal a partir del bajo peso al naci- también convenga realizar una reflexión so-
miento. Además, en gemelos que en general bre la antropometría, pues se ha tomado
tienen un crecimiento más lento en el tercer como marcador nutricional en el recién na-
trimestre, no ha podido encontrarse un in- cido y en el lactante, aunque muchos otros
cremento del riesgo de enfermedad cardio- factores no nutricionales pueden afectar es-
vascular68. El tamaño de la placenta aumen- tas medidas.
ta en situaciones de posible malnutrición (p. Por otra parte, la distribución de la mal-
ej., anemia), pero también en presencia de nutrición fetal y la incidencia de enfermedad
diabetes, tabaquismo, mayor edad gestacio- cardiovascular no son las mismas en todo el
nal y obesidad materna, lo que hace muy mundo. La situación de los países en vías de
difícil la interpretación del dato del tamaño desarrollo difiere de la de los países occi-
placentario en el riesgo de enfermedad car- dentales. Tampoco está claro que las razo-
diovascular. Además, gran parte de las hipó- nes que condujeron a un patrón de restric-
tesis del grupo de Barker se basan en la ción del crecimiento fetal a principios del
578
56

siglo XX en los países occidentales sean las En la rata, una dieta restringida en proteí-
mismas que las actuales. nas atenúa la acción de esta enzima. De ser
Se necesita ir más allá de las asociaciones cierto este efecto en humanos, podría ser
estadísticas. La hipótesis de trabajo es, cuan- el mecanismo que une factores ambientales
do menos, atractiva pero es necesaria su maternos con crecimiento fetal y «programa-
demostración, máxime cuando de ella se ción»75. En la figura 4 se expresa el posible
derivan implicaciones importantes para la papel de los glucocorticoides en el fenóme-
salud pública. Algunos autores apuntan la ne- no de la programación.
cesidad de precisar los conceptos de nu- Para Hatteresley y Tooke, en otra hipóte-
trición fetal y crecimiento fetal70. Aunque el sis de trabajo distinta, la relación entre el
peso al nacimiento se ha utilizado en la bajo peso al nacimiento y la resistencia insu-
mayoría de estudios sobre prevalencia y línica, la hipertensión y la enfermedad coro-
consecuencias del retraso del crecimiento naria en la vida adulta, se explicaría no
intrauterino, bien por sí mismo o ajustado a como respuesta a la malnutrición materna
la edad gestacional, la distinción entre creci- sino a causa de una resistencia a la insulina
miento intrauterino retrasado simétrico o determinada genéticamente, que conduciría
armónico, fruto de una alteración duradera, a una alteración en el crecimiento fetal me-
o asimétrico o no armónico, cuando el cre- diado por insulina, así como a las manifesta-
cimiento se afecta en el último trimestre, ciones de la resistencia a la insulina en la
parece una clasificación arbitraria. No es vida adulta76.
infrecuente encontrar recién nacidos entre Mientras llegamos a conocer con más pro-
ambas categorías. Por tanto, parece necesa- fundidad los aspectos relacionados con el
rio encontrar otros índices de pobre creci- origen fetal de enfermedades de la vida adul-
miento intrauterino que ayuden a determi- ta, los datos existentes permiten enfatizar la
nar cuáles serán los recién nacidos de riesgo. importancia de la nutrición durante el emba-
Probablemente, la combinación de medidas razo. Esta atención a la embarazada o inclu-
antropométricas, biofísicas y bioquímicas so antes repercutirá positivamente, no sólo
pueda dar la clave. Entre los parámetros en el momento perinatal, sino también servi-
biofísicos que ayudan a determinar el bien- rá para mejorar la salud de generaciones
estar fetal está la medida del patrón de flujo posteriores. Sin embargo, no puede darse la
en los vasos fetales o fetoplacentarios. Es impresión de que el curso de las enfermeda-
necesario correlacionarlo con enfermedad des degenerativas del adulto es fruto exclu-
cardiovascular o diabetes en la edad adulta. sivo de lo acontecido en el útero. Incluso en
Una explicación alternativa a la hipótesis la teoría del origen fetal de la enfermedad se
de Barker respecto a la asociación entre reconoce el papel de los influjos ambienta-
bajo peso al nacimiento, aumento del tama- les en el desarrollo de la enfermedad en
ño placentario e hipertensión en la vida adul- individuos susceptibles por su desarrollo y
ta hace mención al papel de los esteroi- crecimiento precoz.
des71,72. Algunos datos de sobrexposición
fetal a los corticoides sugieren un papel Bibliografía
posible en la programación fetal de la en- 1. Murray CJL, López AL. Alternative visions of
fermedad cardiovascular o metabólica del the future: projecting mortality and disability,
adulto. Los glucocorticoides administrados 1990-2020. En: Murray CJL, López AL, eds. The
prenatalmente alteran la velocidad de madu- global burden of disease: a comprehensive as-
ración de algunos órganos; este efecto es sessment of mortality and disability from di-
transitorio en algunos de ellos, pero perma- seases, injuries and risk factors in 1990 and
ACTA PEDIATRICA ESPAÑOLA, Vol. 59, N.o 10, 2001

nente en otros. Los receptores intracelulares projected to 2020. Harvard University Press,
de glucocorticoides se expresan en la mayo- Boston, 1996: 325-395.
ría de los tejidos fetales ya desde la mitad de 2. Martínez de Aragón MV, Llácer A. Mortalidad
en España en 1997. Boletín Epidemiológico
la gestación o antes. En animales de experi- Semanal 2000; vol. 8, 23: 253-260.
mentación se ha demostrado que la exposi- 3. Harrap SB. Hypertension: genes versus envi-
ción prenatal a glucocorticoides produce ronment. Lancet 1994; 344: 169-171.
elevación de la presión arterial de sus des- 4. Rey J, Bresson JL, Abadie V. La nutrition, un
cendientes en la edad adulta así como hiper- modèle d’interaction entre les facteurs généti-
glucemia72,73. El feto posee valores de gluco- ques et les facteurs d’environnement. Arch Pe-
corticoides inferiores a los de su madre; este diatr 1994; 1: 5-10.
gradiente se alcanza por la acción de la 11- 5. Barker DJP, Osmond C, Goldings J y cols.
beta-hidroxisteroide deshidrogenasa tipo 2 Growth in utero, blood pressure in childhood
(11-beta-HSD 2), que cataliza el paso de cor- and adult life, and mortality from cardiovascu-
tisol y corticosterona a sus formas inertes lar disease. BMJ 1989; 298: 564-567.
6. Barker DJP, Winter PD, Osmond C y cols.
(cortisona, 11-beta-dehidrocortisona)74. El ac- Weight in infancy and death from ischaemic
ceso de una mayor cantidad de glucocor- heart disease. Lancet 1989, 2: 577-580.
ticoides maternos al feto a causa de una 7. Curhan GC, Willet WC, Rimm EB, Spielgel-
deficiencia relativa en 11-beta-HSD 2 placen- man D, Ascherio AL, Stampfer MJ. Birth weight
taria podría afectar el crecimiento y progra- and adult hypertension, diabetes mellitus, and
mar respuestas que llevarían a enfermedad obesity in US men. Circulation 1996; 94: 3.246-
en la vida adulta71. 3.250.

579
57

8. Leon DA, Koupilova I, Lithell HO y cols. 30. Widdowson EM, McCance RA. The determi-
Failure to realise growth potential in utero and nants of growth and form. Proc R Soc Lond
adult obesity in relation to blood pressure in 50 1974; 185: 1-17.
year old Swedish men. BMJ 1996; 312: 401-406. 31. Widdowson EM, McCance RA. A review: new
9. Barker DJP. Fetal and infant origins of thoughts on growth. Pediatr Res 1975; 9: 154-
disease. Eur J Clin Invest 1995; 25: 457-463. 156.
10. Lucas A. Programming by early nutrition 32. Snoeck A, Remacle C, Reusens B, Hoet JJ.
in man. En: Bock GR, Whelan J, eds. The chil- Effect of a low protein diet during pregnancy
dhood environment and adult disease. CIBA on the fetal rat endocrine pancreas. Biol Neona-
Foundation Symposium 156. Chichester: John te 1990; 57: 107-118.
Wiley and Sons, 1991: 38-55. 33. Dahri S, Snoeck A, Reusens-Billen B, Rema-
11. Serrano Aísa PJ, Casasnovas Lenguas JA, cle C, Hoet JJ. Islet function in offspring of
Ferreira Montero IJ. Impacto de las distintas mothers on low-protein diet during gestation.
estrategias en prevención cardiovascular. Car- Diabetes 1991; 40: 115-120.
diovascular Risk Factors 2000; 9: 250-257. 34. Iglesias-Barreira V, Ahn MT, Reusens B,
12. SEINAP. Repercusión de la nutrición y Dahri S, Hoet JJ, Remacle C. Pre and postnatal
alimentación en la infancia y adolescencia en low protein diet affect pancreatic islet blood
la patología del adulto. Acta Pediatr Esp 2001; flow and insuline release in adults rats. Endo-
59: 356-365. crinology 1996; 137: 3.797-3.801.
13. Rose G. Familiar patterns of ischemic heart 35. Langley-Evans SC, Phillips GJ, Jackson AA.
disease. Br J Prev Soc Med 1964; 18: 75-80. In utero exposure to maternal low protein diets
14. Forsdahl A. Are poor living conditions in induces hypertension in weanling rats indepen-
childhood and adolescence an important risk dently of maternal blood pressure changes. Clin
factor for arterioesclerotic heart disease? Br J Nutr 1994; 13: 319-324.
Prev Soc Med 1977; 31: 91-95. 36. Woodall SM, Johnston BM, Breier BH y cols.
15. Barker DJP, Osmond C. Infant mortality, Chronic maternal undernutrition in the rat
childhood nutrition and ischemic heart disease leads to delayed postnatal growth and elevated
in England and Wales. Lancet 1986; i: 1.077- blood pressure of offspring. Pediatr Res 1996;
1.081. 40: 438-443.
16. Barker DJP, Osmond C. Death rates from 37. Ceesay SM, Prentice AM, Cole TJ, Foord F,
stroke in England and Wales predicted from Weaver LT, Postkitt EME, Whitehead RG. Effects
past maternal mortality. BMJ 1987; 295: 83-86. on birth weight and perinatal mortality of
17. Barker DJP, Gluckman PD, Godfrey KM y maternal dietary supplements in rural Gambia:
cols. Fetal nutrition and cardiovascular disease 5 year randomized controlled trial. BMJ 1997;
in adult life. Lancet 1993; 341: 938-941. 315: 786-790.
18. Barker DJP. Fetal origins of coronary heart 38. Becerra Fernández A. Malnutrición fetal y
disease. BMJ 1995; 35: 171-174. enfermedad metabólica en la vida adulta. Nu-
19. Barker DJP (Ed.) Fetal and infant origins trición y Obesidad 1999; 5: 243-251.
of adult disease. London. BMJ Publishing 39. Ravelli ACJ, Van der Meulen JHP, Michels
Group, 1992. RPJ, Osmond C, Barker DJP, Hales CN, Bleker
20. Barker DJP. Mothers, babies and disease in OP. Glucose tolerance in adults after prenatal
later life. London. BMJ Publishing Group, 1994. exposure to famine. Lancet 1998; 351: 173-177.

ALTERACIONES EN LA NUTRICION FETAL Y EFECTOS A LARGO PLAZO...


21. Hales CN, Barker DJP, Clark PMS y cols. 40. Hales CN, Barker DJP. Type 2 (non-insulin-
Fetal and infant growth and impaired glucose dependent) diabetes mellitus: the thrifty pheno-
tolerance at age 64. BMJ 1991; 303: 1.019- type hypothesis. Diabetologia 1992; 35: 595-
1.022. 601.
22. Low CM, Shiell AW. Is blood pressure inver- 41. Lin CC. Fetal growth retardation. En: Lin
sely related to birth weight? The strength of CC, Vert MS, Sabbagha RE, eds. The high risk
evidence from a systematic review of the litera- fetus. Nueva York: Springer Verlag, 1993.
ture. J Hypertens 1996; 14: 935-941. 42. Kingdom JC, Kaufmann P. Oxygen and
23. Barker DJP, Martyn CN, Osmond C, Hales placental villous development: origins of fetal
CN, Fall CHD. Growth in utero and serum hypoxia. Placenta 1997; 18: 613-621.
cholesterol concentrations in adult life. BMJ 43. Godfrey KM, Redman CWG, Barker DPJ,
1993; 307: 1.524-1.527. Osmond C. The effect of maternal anemia and
24. Martyn CN, Meade TW, Stirling Y, Barker iron deficiency on the ratio of fetal weight:
DJP. Plasma concentrations of fibrinogen and placental weight. Br J Obstet Gynaecol 1991;
factor VII in adult life and their relation to 98: 886-891.
intrauterine growth. Br J Haematol 1995; 89: 44. Clapp JF III, Rizk KH. Effect of recreational
142-146. exercise on midtrimester placental growth. Am
25. Barker DJP. Early growth and cardiovascu- J Obstet Gynecol 1992; 167: 1.518-1.521.
lar disease. Arch Dis Child 1999; 80: 305-310. 45. Mayhew TM, Jackson MR, Haas JD. Oxygen
26. Barker DJP, Bull AR, Osmond C y cols. Fetal diffusive conductances of human placentae from
and placental size and risk of hypertension in term pregnancies at low and high altitudes.
adult life. BMJ 1990; 301: 259-263. Placenta 1990; 11: 493-503.
27. Martyn CN, Barker DJP, Jespersen S y cols. 46. Goldberg GR, Prentice AM. Maternal and
Growth in utero, adult blood pressure, and arte- fetal determinants of adult disease. Nutr Re-
rial compliance. Br Heart J 1995; 73: 116-121. views 1994; 52: 191-200.
28. Law CM, Gordon GS, Shiell AW y cols. Thin- 47. Folkow B. Cardiovascular structural adap-
ness at birth and glucose tolerance in seven-year- tation: its role in the initiation and mainte-
old children. Diabet Med 1995; 12: 24-29. nance of primary hypertension. Clin Sci 1978;
29. Phillips DIW, Barker DJP, Hales CN y cols. 55 (Supl): 3-22.
Thinness at birth and insulin resistance in 48. Law CM, De Swiet M, Osmond C, Fayers
adult life. Diabetologia 1994; 37: 150-154. PM, Barber DJP, Cruddas AM. Initiation of
580
58

hypertension in utero and its amplification birth weight without major disability. J Pediatr
throughout life. BMJ 1993; 306: 24-27. 2000; 136: 633-640.
49. Tangalakis K, Lumbers ER, Moritz KM, 65. Tuvemo T, Cnattingius S, Jonsson B. Pre-
Towtoless MK, Wintour EM. Effect of cortisol on diction of male adult stature using anthropome-
blood pressure and vascular reactivity in the tric data at birth: a nationwide population-
ovine fetus. Exp Physiol 1992; 77: 709-717. based study. Pediatr Res 1999; 46: 491-495.
50. Osmond C, Barker DJP, Winter PD, Fall 66. Chatelain P. Children born with intra-uteri-
CHD, Simmonds SJ. Early growth and death ne growth retardation (IUGR) or small for ges-
from cardiovascular disease in women. BMJ tational age (SGA): long term growth and meta-
1993; 307: 1.519-1.524. bolic consequences. Endocr Regul 2000; 34:
51. Leon DA, Lithell HO, Vagerö D y cols. 33-36.
Reduced fetal growth rate and increased risk of 67. Paneth N, Susser M. Early origin of corona-
death from ischaemic heart disease: cohort stu- ry heart disease (the «Barker hypothesis»). BMJ
dy of 15,000 swedish men and women born 1995; 310: 411-412.
1915-1929. Br Med J 1998; 317: 241-245. 68. Christensen K, Vaapel JW, Holm NV, Yashin
52. Eriksson JG, Forsen T, Tuomilehto J, Os- AI. Mortality among twins after age of 6: fetal
mond C, Barker DJ. Catch up growth in child- origins hypothesis versus twin method. BMJ
hood and death from coronary heart disease: 1995; 310: 432-436.
longitudinal study. BMJ 2001; 322: 949-953. 69. Blake KJ, Gorrin LC, Evans SF, Beilen LJ,
53. Roseboom TJ, Van der Meulen JH, Osmond Landau LI, Stanley FJ, Newnham JP. Maternal
C y cols. Coronary heart disease after prenatal cigarette smoking during pregnancy, low birth
exposure to the Dutch famine, 1944-1945. Heart weight and subsequent blood pressure in early
2000; 84: 595-598. childhood. Early Human Development 2000; 57:
54. Martyn CN, Gale CR, Jespersen S, Sheriff 137-147.
SB. Impaired fetal growth and atherosclerosis 70. Henriksen T. Foetal nutrition, foetal growth
of carotid and peripheral arteries. Lancet 1998; restriction and health later in life. Acta Paediatr
352: 173-178. 1999; supl 429: 4-8.
55. Hernández Arriaga JL, Guerrero González 71. Edwards CRW, Benediktsson R, Lindsay RS,
R, Zamora Orozco J. Dimensiones ecográficas Seckl JR. Dysfunction of placental glucocorti-
del hígado de recién nacidos de término de bajo coid barrier: link between fetal environment
peso para la edad gestacional. Relación con and adult hypertension? Lancet 1993; 341: 355-
variables antropométricas y parámetros nor- 357.
males. Rev Esp Pediatr 2001; 57: 153-157. 72. Benediktsson R, Lindsay RS, Noble J, Seckl
56. Chang TC, Robson SC, Boys RJ, Spencer JR, Edwards CRW. Glucorticoid exposure in
JAD. Prediction of the small for gestational age utero: new model for adult hypertension. Lancet
infant: which ultrasonographic measurement is 1993; 341: 339-341.
best? Obstet Gynecol 1992; 80: 1.030-1.038. 73. Nyirenda MJ, Lindsay RS, Kenyon CL y
57. Seeds JW. Impaired fetal growth: ultrasonic cols. Glucocorticoid exposure in late gestation
evaluation and clinical management. Obstet causes glucose intolerance in adult rat offs-
Gynecol 1984; 64: 577-580. pring with increased expression of hepatic glu-
58. Fall CHD, Barker DJP, Osmond C, Winter cocorticoid receptor and phosphoenolpyruvate
PO, Clark PMS, Hales CN. Relation of infant carboxykinase. J Clin Invest 1998; 10: 2.174-
feeding to adult serum cholesterol concentration 2.181.
and death from ischaemic heart disease. BMJ 74. Seckl JR. 11-beta-hydroxysteroid dehydroge-
1992; 304: 801-805. nase isoforms and their implications for blood
59. Morley R, Harland PSEG, Law CM, Lucas A. pressure regulation. Eur J Clin Invest 1993; 23:
Birthweight and social deprivation: influences 589-601.
on serum lipids and fibrinogen. Acta Paediatr 75. Seckl JR. Physiologic programming of the
2000; 89: 703-707. fetus. Clin Perinatol 1998; 25: 939-961.
60. First World Congress Fetal Origins of Adult 76. Hettersley AT, Tooke JE. The fetal insulin
ACTA PEDIATRICA ESPAÑOLA, Vol. 59, N.o 10, 2001

disease. Pediatr Res 2001; 50: 1A-66A. hypothesis: an alternative explanation of the
61. Brooks AA, Johnson MR, Steer PJ, Pawson association of low birthweight with diabetes and
ME, Abdalla HI. Birth weight: nature or nurtu- vascular disease. Lancet 1999; 353: 1.789-1.792.
re. Early Human Development 1995; 42: 29-35.
62. Karlberg J, Luo ZC. Foetal size to final Fecha de recepción: 27-VIII-01
height. Acta Paediatr 2000; 89: 632-636. Fecha de aceptación: 11-IX-01
63. Paz I, Seidman DS, Danon YL, Laor A,
Stevenson DK, Gale R. Are children born small J.M. Moreno Villares
for gestational age at increased risk of short Departamento de Pediatría
stature? Arch Dis Child 1993; 147: 337-339. Hospital «12 de Octubre»
64. Peralta-Carcelen M, Jackson DS, Goran MI, Carretera de Andalucía, km 5.400
Royal SA, Mayo MS, Nelson KG. Growth of 28041 Madrid
adolescents who were born at extremely low jmoreno@hdoc.insalud.es

581

Вам также может понравиться