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Paul Claval LA NUEVA GEOGRAFIA cikos-tau, s. a. - ediciones /APARTADO 8347 - BARCELONA VILASSAR DE MAR- BARCELONA ESPANA Traduccién de Damia de Bas Primera eiion on anguncoststons 1979 “Thule oll de a obra «1A NOUVELLE GEOGRAPHIES per Fal Cavell Copright © Presses Universite de France 1979 IsBN 24261-0413-1 Depéito Legal 813.248-1079 © olios-tau, 6. a. - ediciones Dereciosresovodos para todos lon pales habla cstlana Priced in Soain-Imrato on Ean Incustian Gefeas Garcia Montsant, 12°18 isan do Mar (Barsstona) indice Introduccién : 1. La gestion Un cambio de perspectiva ¥ Las cosas, los seres vivos y los hombres en el espacio, La gestion teérica 2, Los métodos nse Los métodos de le geogratia ldsiea Los métodos madernes: le ertica de los postulados geométricos de la gestién clésica Los nuevos métodos de tratamiento de datos Probsbilidades. procesos, simulecion La expansién del campo en la encuesta 3. Los fundamentos tobricos: el hombre, la sociedad, el espacio El enfoque ecaléico El individuo en el espacio « La sociedad en el espacio 13 13 18 25 33 34 a7 40 47 51 51 56 61 4. Las técnicas y el espacio El dominio de ss pirémides ecoldgicas La transformacién de la materia ‘Transporte y comunicacion Las técnicas sociales: conocimiento @ inspeccién del ‘espacio me hats nid Los niveles técnicos 5. Los modelos econémicos Aspectos generates Los modelos del espacio econdmico y los trensportes. Les modelos del espacio econémico y la comunica- ‘cin El andlisis de los conjuntos terrtorales Ecologie y economia 6. Modelos socioeconémicos y esquemas de sintesis. Los esquemas de sintesis . 7. Algunos casos Le ciudad y su perifer Las vocactones regioneles Ls organizacién teritorial de las naciones Conclusiones. Tendencias y preocupaciones actuales. Punto de vista fenomenclégico y reflexisn axioldgica La organizacién social y 8! orden espacial Bibliogratia n n 73 78 7 79 a1 at 83 92 97 401 103 an 121 121 128 327 133 133 136 1a Introduccion La geografia se practica desde la Antigiiedad, y, al igual que la historia o la etnologia, fue tema de la Curiosidad de Herodoto. Su primer auge tiene lugar en, la 6poca helenistica. Los grandes descubrimientos y los adelantos de la cartografie estimulan su desarrollo, del siglo xvi al xviii A principios dal siglo xix Hum- boldt y Richter determinan sus fundamentos y la con- vierten en una ciencia moderna. La ensefianza le con- cede un importante lugar. En resumen, la geografia es una disciplina venerable, y a todos nos es familiar desde nuestra infancia. Entonces, ¢por qué hablar de NUEVA GEOGRAFIA? Desde hace principalmente cosa de una década esta vieja disciplina ha experi- ‘Mentado una considerable mutacién, muy poco cono- cidla fuera de un reduicida niimaro. de iniciados. Desde finales del siglo xixlos gedgrafos estudian las relaciones del hombre y del medio natural, y prac- an la ecologia @ pesar de que este término, ya cono- cido, sea utilizado Gnicamente por una minoria, Las combinaciones que se entretejen entre el medio y los seres vivientes varian enormemente de uno a otro lugar, y @ causa de sus reorganizaciones los grupos a Le nueva geografia humanos aumentan la diversidad natural. La geografia es muy sensible a tales diferencias. A pesar de las regularidades del relieve, del clima, y del cultivo, cada regién tiene su propia originalidad, cada porcién del planeta se presenta como un objeto tnico. La gestién Cientifica es incapaz de captar la infinita complejidad de la realidad. Unicamente puede lograrlo el arte. La geogratia regional que nace con Videl de La Blache y se fortalece con sus discipulos es pues, al mismo tiempo, una disciplina cientifica y una forma de huma- nismo: quienes la practican proponen una meditacién sobre la accién humana, sus limitaciones, y sus logros. Asi constituida, la geografia regional es sensible os temas del medio ambiente, de la conservacién, del enraizamiento, y del equilibrio de los hombres y del medio; no obstente, no consigue responder a las inquietudes del mundo actual. Hay que ordenar el tertitorio, comprender la proliferacion de las grandes urbes, de las aglomeraciones industriales, de las metrépolis 0 de las megaldpolis. Aqui hay que luchar contra el subdesarrollo, y alld contra el hiperdesarro- lio, donde la multiplicacion de los hombres y de las actividades supone peligroses poluciones. Los paiss- jes que eran el encanto de las campifias de antefo se ven amenazados, a pesar de que representan un patri- monio irreemplazable. Pocas respuestas sporta a todos estos problemas la geografia practicada desde principios de siglo. Mucho le deben quienes se intere- an por los estrechos marcos del mundo tradicional, por los lentos ritmos de las seciedades que tienen apuros para triunfar del alejamiento y de la ingratitud de los medios ambientes; la historia francesa se he ingpirado en ella en algunos de sus mejores trabajos, desde Lucien Febyre hasta Braudel. La geografa cldsi- ca permite la descripcién y la comprensién del medio rural, de las realidades que se leen a escala de término municipal, de las comarcas, o de las regiones histéri- tnsroduccion a cas. No entran en su émbito la industria, la ciudad, e! turismo, las migraciones de poblactén, ni los trepidan- tes ritmos de la civilizacién adelantada. Los intentos que se han multiplicado desde hace una generacion para ampliar el campo de la geografia de principios de siglo no han bastado para corregir tales limitaciones, Hacta falta volver a emprender la tarea partiendo de la base, poner en tela de juicio sus postulados implicitos, proponer una nueva construccién. La necesaria mutacién esté ya bastante adelanta- da. La renovacién ha ido @ cargo de gedgrafos, pero asimismo —y quizé tanto como ellos— de socidlogos, de economistas, de etndlogos o de urbenistas. Los historiadores también han patticipado en el movi- miento, pero sti contribucién ha sido menos esencial que durante el periodo precedente. Ya antes de la Segunda Guerra Mundial el ge6- grafo Walter Christaller consiguié explicar la sorpren- dente regularidad de la disposicion de las ciudades y su organizaci6n en redes jerarquizadas, analizando los desplazamientos y los mecanismos que garantizan su regulacién: de este modo desembocé en una teoria —la teoria de los lugares centrales— que demostrabe que el principio del orden espacial no hay que bus- carlo unicamente en las influencias reciprocas del hombre y del medio. Los fenémenos econémicos y sociales desempefian un cometido esencial. Christa- ller se inscribia asi en la familia de los economistas espaciales que se habia desarrollado en Alemania, desde Von Thiinen a principies del aiglo xix. hasta Alfred Weber y August Lésch. Christaller tomaba el relevo de parte de los geégrafos y vaticinaba una complete transformacién de las perspectivas, une rup- tura con los centros de interés y con los métodos empleados hasta entonces. Nien Alemania, ni en Francia, ni en los paises de la Europa continental en los que se habia desarrollado 10 La nueva geogratia. el pensamiento geogréfico a partir de principios del siglo xix estaban preparados los medios eruditos para una mutuacién semejante. Las nuevas ideas germin: ron en Suecis y principalmente en los patses anglosa- jones, primero en Estados Unidos en el transcurso de Ia década de 1950, y luego en Gran Bretafia después de iniciada la década de 1960. En este hecho los defensores de la vieja geogratia han encontrado un argumento para rechazar la novedad: «Por qué tam- bién en este terreno tenemos que capitular ante el imperialismo norteamericano?s. Por absurdo que pue- da parecernos, este argumento ha cujado, y sin lugar a dudas ha frenado el necesario aggiarnamento de la geografie europea. El movimiento no tardé en enriquecerse en dos direcciones: junto a unos modelos te6ricos copiados de la economia, los investigadores aprendieron a utili- ar los que proponian la sociologia, la etnologia o la psicologia, y ellos mismos emprendieron la cons- truccién de otros: el arsenal de métodos se diversificé prodigiosamante, descubriendo todo lo que puede aportar la estadistica; fueron cada vez més utilizados los métodos cuantitativos. A principios de la década de 1960 es ya percepti- ble la renovacion, aunque se tienen dudas con respec- 10 al calificativo que se le tiene que dar. Unos hablan de geografia tedrica, y otros de revolucion cuantitati- va, expresiones ambas que, aun sin ser inexactas, solamente abarcan la mitad de la realidad. En definiti- va, lo que fija.6l uso ¢s un articulo de Peter Gould de! afio 1968: «The New Geography, where the move- ‘ment is... la nueva geografia: la expresion hace fortu- ‘na, puesto que se aviene perfectamente a la amplitud del proceso; lo que ha experimentado cambios es todo el arsenal de los enfoques, toda la dptica explicative. La nueva geografia ha nacido en une época de intensa fermentaci6n intelectual, y se desarrolla en. _— Imroducelén 7 una atmésfera de agitacion social. A menudo deso- rienta a quien la aborda, debido a la diversidad de sus aspectos y de sus orientaciones. Algunos de quienes {a practican invocan el neopositivisma ldgico: durante la década de 1960 representaban la casi totalidad de los adeptos del renacimiento. Actualmente susle estar de moda el reconocimiento de un punto de vista feno- menoldgico, En Francia es mas corriente inclinarse hacia el lado del estructuralismo, Por fltimo el marxis- mo, que hasta ahora habia representado Gnicamente tun papel secundario en el pensamiento geogratico, se interesa ya por este desarrollo. JOvenes teéricos pro- claman la necesidad de abrir, mediante una ruptura epistemoldgica al estilo de Althusser, el continente geografico del conocimiento cientifico, Lo que quisiéramos hacer aqui répidamente es mostrar que la ruptura epistemoldgica tiene ya un sitio, y que ha dado a la geogratia un estatuto nuevo: ha hecho que sea més indispensable para el creci- miento de las demés ciencias del hombre y de la sociedad, confirmando al propio tiempo sus estrechas relaciones con las ciencias del medio. Detras de la proliferacion de los trabajos y de les tendencias es posible ya discernir a estructura de conjunto de la Ciplina rejuvenecida. La nueva geogratia no rompe de ningtin modo con la geografia de ayer: al igual que en todas las revolu- ciones cientificas dignas de tal nombre, las proposi- ciones que en la construccién anterior eran centrales reanarecen rnmo casos particuleres © como verdades parciales. De esta manera la nueva geogratla ensefa mucho a quien desea conocer el orden de las socieda- des tradicionales y la manera como se inscriben en la Superficie de nuestro planeta, aunque es también completamente capaz de ilustrar el mundo actual. LEquivale esto a decir que la nueva geografia ha Fesusito todos los problemas relativos a la ordenacién 12 La nueva yeogratia espacial del mundo? No, y debemos alegrarnos de que sea asi, pues demuestra que el movimiento que la ha hecho surgir no ha llegado a su término. Enfrentada al problema de la justicia y de! orden, e interrogada sobre las direcciones que hay que tomar para garanti- zat una mayor igualdad, la nueva geografia se ve a veces en apuros para pasar de la explicacién y de la revision al establecimiento de normas de actuacion. Pero esto es lo que muchos jOvenes piden en la actua~ lidad a las ciencias sociales, y lo que estas no saben —todavia— hacer a le perfeccién. Es indudable que la nueva geogratia no podré dar respuesta a todos los problemas que plantea le distri- bucién de los hombres, de sus actividades y de sus obras en la superficie de la tierra, pero va ya mucho més alld de la que la ha precedido. Toda persona preocupada por el desigual desarro- Ito, por el vertigo de la gran ciudad, y por el deterioro de las condiciones de vida, tiene mucha ventele si la practica, pues es evidente que la nueva geogratia for- ma parte del bagaje indispensable para el futuro ciu- dadano. La presente obra cumpliria su cometido si permitiese que quienes no son gadgrafos compre diesen lo que les puede y debe aportar la geogratia renovada 1. La gestién Un cambio de perspectiva la geografia practicada en el siglo xix y a principios del xx por los maestros de esta disciplina es. Una historia natural de la diferenciacién regional de la corteza terrestre, pues se impone la misién de inven- tariar los paisajes cuyos caracteres describe y cuya génesis traza, del mismo modo que en boténica y en zoologia la sistemética intenta comparar los géneros, bautizarlos y clasificarlos. No es que esta geogratia nore al hombre, pero no lo sitda en el centro de sus Preocupaciones: «La geografia es la ciencia de los lugares, y no de los hombres», recordaba Vidal de La Blache, ol padre de la ysuyrafla: humana trancesa, Esta concepcién de la geografia limita su interés: se comprueba la organizacién del paisaje, se describe Su evolucién; en determinados casos se desemboce fen una interpretacién retrospectiva: es posible decir e6mo se formaron tal o cual conjunto geomorfolégico, esta o equella estructura agraria, esta o aquella trama Urbana, pero no se es capaz de pasar de la reconstruo- 14 La pueve geogratie ci6n histérica a la explicacién I6gica; asi pues, el ged- grafo se encuentra desarmado cuando tiene que acon- sejar al hombre de accién, elegir entre diversos proyectos, o intentar prever el futuro. Para llegar al fondo de aquello que estructura las construcciones regionales es preciso interrogar al hombre y a la so dad. El medio natural constituye un antecedente para le accién humana. Sus elementos, el relieve, las aguas y el clima estén vinculados entre si por unas leyes que determinan las organizaciones espaciales que estudia la geograffa fisica. Pero el paisaje es esencialmente na creacién del hombre, pues es é| quien ha modifi cado los equilibrios ecoldgicos naturales, ha creado las campifis, he sembrado le comarca de construc- ciones, 0 bien las ha amontonado para former las aglomeraciones. La légica de las ordenaciones especiales tnice- mente puede ser penetrada a condicidn de poner en primer plano el complejisimo estudio de la funcién que ostenta el espacio en la vide de los hombres —el espacio percibido, modelado y dominado, o simple- mente imaginado~ y de insistir en la forma en que, dentro de ios grupos sociales, se ordena la multitud de proyectos individuales, aparecen y tienen lugar las decisiones. Esto constituye un camino algo largo, pero si nos negamos a sequirlo, al igual que los gedgrafos de antafio quedamos desarmados ante le realidad que ‘queremos explicer. La nueva geograffa pretence dar una base clentifi- ca 8 un tipo de saber que he existido siempre. Todos tenemos cierta experiencia del espacio, cierta manera de percibirlo, cierto modo de utilizerlo en la practica de la accién, cierta aptitud para encerrarlo en unos ‘conceptos que lo organizan y hacen que otros puedan utilizario. La finalidad de la geografie cientifice estriba ‘en perforar la Idgica con todos los acondicionamientos ‘engendrados por los millares de practicas que se han __= La gestion 15 venido sucediendo en la superficie de la tierra, en cap- tar los conocimientos mediante los cuales han sido posibles, y las condiciones en que se han realizado. Mas alld de las conceptualizaciones vulgares de las geografias vividas, la geografia moderna intenta esta- lecer un sistema de interpretacién mas amplio, més sélido y més coherente: de este modo prolonga las practicas y los conocimientos empiricos que por otra parte constituyen uno de sus objetos: si la geografia moderna no los aprehende desde el interior, jamas lle ga realmente a explicar la realidad. Debido a esto la geografla participa de le ambigiedad fundamental de todas las ciencias sociales. Las cosas, los seres vivos y los hombres en el espacio La geografia intenta comprender cémo nacen las ‘complejes distribuciones de cosas, de seres vivos y de hombres en la superficie de la tierra. Para analizarias, primeramente hace falta saber describirlas, captar las Configuraciones que adoptan, poner en evidencia los lazos y las relaciones de que estén equipadas. 1, La postura naturalista de la geogratia clésica hace que de toda la realidad espacial se apruveche Gnicamente aquello que es de facil localizacién: la ‘observacién favorece el medio ambiente material, las formas del relieve, la cobertura vegetal, los obstacu- los, los campos, las casas y las carreteras, todo lo que Constituye el entramado sdlido y estable del paisale. Las aguas y el aire, mas cambiantes, no fueron inter Pretados hasta més tarde, y de un modo més incom- 16 Le nueva geogralia. pleto: en realidad, no se ha sabido tenertos en cuore Bieto eta escale, por ejemplo la de las masas de aire sine jimatologia. Los enimaies y los hombres que. se GReplazan incesentemente son mas difcles de obser, desnimectamente. La gente llama la atencién més Por $e Ghras, dotadas de una cierta permanencia, que por Sus comportarnientos. Er gosarato cldsico se considera en primer [yd2r un hombre de campo abierto. El objato que estudia ¢S tse puede abarcar con su mirada, captar mediante {0 gue Pracién diracta, Pero la visi6n horizontal v obl> ta obseroduee unas deformaciones, y con él fin 6e C03 dait los efectos de perspective es del todo indis: censable tresladar a un mapa los elementos observe. ae eaAsl pues, la vision directa tiene que completarse oe tea vision reconstituida y vertical, ya més abs, Sor tar Se puede llegar directamente @ ello madiante {a utllizacion de fotografias aéreas. Te ebservacion directa es insustituible para tomar conclancia de la unidad global que cimenta fa multitud socio pietos dispuestes en ol espacio: cuando habia, eos evisisaja dasignamos precisamente esta uniced Tlobal. La configuracion coherente asi definide ce ror, spa veces con la misma estructura hasta bastante +e se allé de los limites del campo visual: los mapas ¥ {he fotografias a gran escala permiten captar el por 1a orde las unidades homogéneas puestas en evi- Goncia en la inspeccién directa sobre el terrend. TA a actualidad las fotografias tomadas desde satélites ariificiales permiten accede: en cierte medica sie ision directa del mosaico paisalstico de inmen: 3 te erfcies, aunque desaparecen los detalles. $88 ing més clésico para trabajar con vastos espacies: cane ia cartogratia. Sobre un fondo a pecuela es ela ieasladamos los fendmenos cuya distribucién Cearemos estudiar: formas dol relieve, asociaciones quetiales, limites de los campos, tipes de cultivos La gestion ” Sgrupamientos de les viviendes, aticulaciin de las vias de comunicacién. En este caso la gesti la gost szportaneamente onie. La rela ee fe aparecer sino luego d tucson la canogrta sri ethyl 35 condiciones en las cuales | t 3s la geograti procede a ta recopilacién de los renamed Gonttos de interés, Fara la ol paieje ox i realidad irectamente a la observacion, Bao conic ape fen cue ene estes figment, Los fendmence de mayor cimension que no en si no es a través de un trabajo d an sear naturals y se js marginal. Pero la atenci6r que se concede a los paisales Il gar de Benen acecon te 7 jones det mo ai Tas hte finidas como areas cuya fiso- i, 1a. investigacién tien iene lugar con predilecci dentro de un mateo espacial miedo que sfectve. Pi efoies ass o erat fa Bea deere av apne une ee i jacen a la dimensién comarca, de una provincia, 0 ak oaion. tog Us etal ia cae ;grafos puedan abord de zonas més vastas, occurs astas, grandes regiones, naciones 0 Suboantinentestianen que disponer de los resultados fecoplladcs pot redes sstemsticas de recleccion de Gatos: cartogratls regula estaciones metereoiices ensos,inventarios estadstcos de recursos v de pro: tuicsiones astaro ill En asins ambits in grains Estados han proporcionado muy pronto unas intre- La geogratia humana cid : fi sia da origen ast. a eros de traaos: 1) a escela del palsaje, se jocalzen r las construcciones, | las vias de comunicacid ee ia icacién, y de ello se extra andlisis de les formas elementeles de ocupecion del 18 Le nueva geografia suelo y de hébitat, y unas sintesis regionales; 2) @ ‘escela de conjuntos territoriales més vastos la investi- gacién se apoya en la cartografia de las densidades y de las actividades econdmicas. Los comportamientos de los grupos que han modelado los paisajes, captados intuitivamente, a veces son descritos: se trata de los géneros de vida. Cuando se cambia de escala desaparece cualquier referencia a los comportamientos. 2. Le nueva geografia contempla el mundo con ojos diferentes. No da preferencia tan sistematica- mente al estudio de detalle y al anélisis del paisaje, por cuanto los adelantos de las técnicas de encuesta y Gel andlisis de los datos le proporcionan la posibilidad de trater en toda su complojidad unas reslidades espaciales més vastas. Luego insistiremos en este punto, El cambio esencial esté en otra parte; el hombre ‘esté en el centro de la reflexion. El hombre se despla~ za, y engendra o recibe unos flujos de bienes y de informaciones. Capta el espacio y lo valora. Y, para poder dominarlo, lo organiza. En esencia la gestion basica de esta investigacién es muy simple: se trata de ver cémo los hombres emplean su tiempo y utilizan el espacio, de establecer tn edlculo espaciotemporal, a manera de los sociélo- ges, pero haciendo mucho hincapié en el espacio. E} geégrafo indica la locelizacién del individuo en cada momento, observa sus desplazamientos, ou Getenciones, las relaciones que establece con las cosas y con la gente. “Torsten Hagerstrand presenta el resultado de esta doble indagacién sobre a utilizacién de !a duracién y de la extensién bajo la forma de un documento carto- ‘gréfico animado, de un filme, de modo que capte las fres dimensiones del espacio y el transcurso del tlem- La gestién ie po. Se puede simplificar y prescindir de la animacién puesto que la dimensién vertical no es tan significa fiva como las otras, por el hecho de que el hombre 58 mueve por la superficie de la tierra: se trata de un plano a la escala de donde se situa ia observacién. Pueden superponerse los planos corespondientes a los sucesivos momentos de la vida del individuo ob- servado: en el volumen construido de este modo la existencia del individuo se inscribe en forma de una trayectoria continua y compleia (fig. 1). Los segmen- tos verticales corresponden @ los periodos de estabi- lidad, @ los puntos de estacionamiento; los segmentos horizontales u oblicuos corresponden a los despla- zamientos. La trayectoria puede ser analizeda a distintas escelas, segiin a duracién snotada: para ciertos perio- dos y en un marco local es poco corriente que la gente qhaseshessuney ‘an ol salumen Ge Ragentvané Enter enter id ad itn saecsbjoefome Une tayctria elas que aga estén anotadae 26 hors omic «Ins 0 horse Picanror de abso 20 La oueve geogratie permanezoa quieta mucho tiempo; las personas van y pormrardentro de su case, en la oficina, en el taller. St WEigmos interesados por los problemas de la adapta- orga ai medio ambiente inmediato analizaremos indi sericmante tales movimientos. A escals de la jomada Gperecen los movimientos pendulares de migracion, Ppa eaplazainientos hacia ei trabajo, hacia la escuel, 128 emmpras 0 los ocios. A escala de todo el afo (es ontramos clerta regularidad en la fecha de los des- Slazamientos —le época de las vacaciones. pero @ Pramudo tos puntos de destino son mas variables. Provectando sobre un mismo plano el conjunto de los desplazamientos del individuo se pane en eviden. Ga su horizonte de desplazamiento: las encuestas Se nuestran que este horizonte es muy variable segun los medios sociales. [ss trayectorias que describe la gente se ven sometidas a tres tipos de imperatives: 3) Para un lapso de tiempo dado los desplaza- mieitos se ven limitados porlos medios de circulacion Que se pueden utilizar, por las vias abiertes al trafico. ¥ for el tempo que uno puede decicar a los trensportes dorsi volumen que hemos descrito, por Ja mafans coda cual dispone de un prise que define el conjunto Sere iocalizaciones que puede alcanzar durante el dia (fig. 2) 5) Una parte importante de nuestra vida la con segremos 2 unas ocupaciones que presuponen ) searactn con el prdjimo, por lo cual las trayectories feiividuales tienen que reagruparse en determinadoe indivicwtos! el tiempo que se pasa en familia, en el hoger 0 en el trabajo, en el taller oen la oficina, apare- eee al volumen de representacién como un estacio, ce Bento comin @ varias personas, como un cilindro rare menos alto y con una base mas o menos anche; a libertad de desplazamiento esté limiteda, pues, Por i de los demés: los puntos de reunién implican une La gestion 2 Gonforidad entre los participants, un cierto orden aaimitido or todos o impuesto por algunos; el espacio np @3 accesible uniformemente: iste dmbitos en ie slsls so pose estacionaro circular, otras iyo imitado por el precio que hay S 2 y que satisfa- diciones do sccesinidad’ aloe lterentosdmbitos Giciones 6 ii los diferentes van pr itis persone pues dependen “aorsus ingresos, de su posicién social; asi pues, las trayecto- Bi ee crastorctenm gan ny aioe tuelo determi tena nivel dl minados rasgos de la orga El espacio estudiado wudiado por el gedgrafo —el lag: sino el mundo stbrrado de objotosv de stes de le su que Incluye obstéculos Fsi puntos de paso obligado. Si pudiésemos movernos en tun medio bre los desplezamientos se efectuerlen gn lings recta, que es la més corte. Faro ganeralmente suerdo con unos itinerarios = Gos. Se puede tener une tea de as ostussones eh lin medio comparando el trayecto a vuslo de pélaro ia de linea de deseo~ y el recorrido real. 3. El calc is ee ee esr ee ccccsuiunas Bg ee evetuanieaies tease ccomnts gy o Scere re crea cree oc Bait poan oe ekoe yt woe: La nueva geografia 22 herra- fabricaci6n de muebles y de una parte de here 12 Getas, En la actualidad una gran part tena mientas, ET impuesta por objetos metalicos. Los 2- log ests comprjean a medida que las téenices 3 ‘efectos an Arenas Y_obF08 Om SOcte Seu greao materialan vemos que Buea do de as treo 1a se emplea en iciforsntes: ance cei aude na = Sa ac a Ice ‘pienes fabricados; jos médicos cul an fos Coen maestros y profesores atienden 2) for = mentes; los arti adn eee la ea unas obras Ja los cotidiano; los curas responden a 125 eta religiosas; 10s funcionarios estan & mane ipasminenc. les Ear toe mmision oro de asegurar unas prestaciones de S67. pele oenanyats el sector terciario de ent os clos. or spagrafo tiene en cucnta Ia natraleza do l6 act olla los flujos que implica o crea, ¥ 18s Te deserraximos o lejenas que establece: de esta Ment fala ee tenet Siac ote Seca pora den nfs conn et eee $e to ‘dkima instancia, para anota aa a panes eetividades harian falta fantos Henstiger ee sobrecargarlo demasiado. La gestion oo 4. Ademés de la observacién objetiva de los des- plazamientos y de los flujos, el gedgrafo se interesa por los aspectos psicoldgicos de los comportamientos en el espacio. Se interroga sobre las interpretaciones, los valores que se atribuyen al espacio, © intenta reconstruir las otapas y mecanismos de la decision. En esto la entrevista desempefia un cometido de primera magnitud. Cuando antafo un gedgrafo la practicaba era con la finalidad de recoger datos objeti- Vos que de otro modo no hubiese podido obtener: pedfa a los campesinos que le contaran sus cuitas, sus joadas de trabajo, su manera de cultivar la tierra 0 de criar el ganado. De estos contactos entresacaba ideas referentes al universo intelectual en el quo se movian sus interlocutores, aunque no era este el moti- vo de su gestién. En la actualidad muchas veces la entrevista tiene como objetivo penetrar en la intimi- dad de las mentes, buscando aquilatar las actitudes, circunseribir los horizontes de conocimientos, y com. render la \Ogica de los comportamientos. La tarea es dificil: zpodemos estar seguros de la validez de las fespuestas? Aunque el encuestado sea sincero, :no Tespondera mas en funcién de unos estereotipos que haciendo un sincero examen? Por si sola la entrevista no puede proporcionar todas las informaciones que le son necesarigs a la nueva geogratia. .__ Para profundizar en los comportamientos es pre- iso reflexionar sobre los datos observados para co- Froborar o completar lo que de ello dicen sus autores. Lae dificultades y los equivocos son innumerables, Pero por este camino es posible llegar @ resultados interesantes. Para sondear estas dimensiones subjetivas de los hechos espaciales se puede asimismo consultar lo que $8 escribe y se publica: una buena novela, una biogra- fia sincera, una carta, etc., a menudo proyectan una Preciosa luz sobre cémo se vive el espacio. A pesar de 24 La nueve geooratio. que en estos terrenos los trabajos no son todavia muy numerosos, lo que nos aportan parece muy fructifero. 5. La reconstruccién de Ios céiculos espaciotem- porales, ol resultado de las entrevistes, el anélisis ‘objetivo de los comportamientos, y le interpretacién de los testimonios literarios a los que dan lugar, ponen en evidencia unas regularidades. Las trayectorias indi- viduales se clasifican por familias, pudiendo cada una ser descompuesta en unidades olementales que se repiten en numerosisimos ojemplares en las muestras observadas. Desde hace tiempo los socidlogos y los etnélogos parten en sus andlisis de estos étomos de comportamientos, llaméndolos ¢roles». Desde mucho tiempo atrds los geégrafos hablan aprendido a desta- ar la similitud de los desplazemientos y de las activi- dades cuando se dedicaban a sociedades homogé- reas en las que toda la gente hace mas o menos lo mismo al mismo tiempo: esto es lo que reflejaban en sus descripciones de género de vida, El andlisis de los roles permite ir més allé en el camino que los gedgra- fos abrieron a principios de siglo, pues permite traba- Jat sobre conjuntos més extensos y més complejos, y puede aplicarse tanto a las limitadas humanidades de las civilizaciones arcaicas como @ las numerosas sociedades de los Estados industriales avanzados. £1 género de vida corresponde a la situacién particular en la cual los roles estén combinados de la misma manera por todos los miembros de la sociedad, aun- gue para captar la originalidad de los grupos no soa indispensable descender hasta los dtomos del com- portamiento. La gostién tedrica El campo de observaciones en el que se apoya la nueva geografia es, pues, mucho més abierto que ‘aquel en el que se habia edificado la geografia clasica. Pero ni la acumiulacién de datos ni su diversificacion constituyen en si mismas unos progresos fundamen- tales en la evolucién de una disciplina: puede incluso ‘currir que la abundancia de material disuada abordar la fase més dificil del estudio, pero también la més fecunda: la reflexi6n tedrica. Es principalmente por ‘esto por lo que los recientes estudios se oponen a los que se llevaban a efecto hasta hace una veintena de aiios. Le geogratia era considerada como una descrip- cién razonada del mundo. No se pretendia poner de relieve la lgica interna de los hechos espaciales, sino describir lo mds exactamente posible los contornos de lo real y, utilizando datos retrospectivos, seguir la ‘evolucién de las formas del paisaje y de las organi zaciones territoriales. ‘Al irse multiplicando las monografias iban apare- ciendo similitudes en las lineas evolutivas, aunque eran escasas las reguleridades extraordinarias. A dife- encia de lo que ocurre en fisica, el procedimiento cientifico apenas ponfa en evidencia unas génesis zimilarce eabre las que hublese podlida ajercerse una reflexién mas abstracta. Lo que primordialmente se destacaba del andlisis era la sorprendente permanen- cla de determinadas configuraciones que a veces resisten el embate de los siglos: casos de uso del sue- lo, y acondicionamientos a que dan lugar; trazados de las vias de comunicacién o de los planos de las ciude- rganizaciones territoriales, comarcas y regione: 26 La nueva geogratia etc. Pero las estructuras puestas asi de relieve no son inméviles, sino que evolucionan lentamente, de acuer- do con unas derives de diverso ritmo; a veces estas estructuras son destruidas bruscamente por una crisis, por una reforma, una mutacién, una revolucién: entonces, luego de haber sido conservados durante generaciones, los parcelarios son remodelados en nos pocos meses. Para la geografia clasica el descubrimiento de estas estructuras ha constituido el mas logrado de los resultados. Mientras que en muchos dominios las pes- quisas desembocaban Gnicamente en la descripcion de unas realidades que parecian dispuestas al azar y regidas por una evolucién caprichosa, en determi- nados casos ponfan en evidencia unas estructuras ca- mufiadas, delimitaban sus contornos, describlan su historia, Es evidente que no se llegaba a una interpre ‘tacién légica, pero se iba por el buen camino, se tenia tun tema digno de interés. Era natural que la atencién e los investigadores se dirigiese hacia los sectores en los que los hechos estructurales eran importantes como fuese que no se sabfa comprenderlos sino era a escala del paisaje, se dio prioridad al estudio del hébi- tat, de las estructuras agrarias, de los sistemas econ6- micos autérquicos de la sociedad tradicional, De este modo quedaba reforzada la orientacién hacia el mun- do rural y las civilizaciones de ayer que ya traia empa- rejada la supremacia concedida a la observacién directa, al paisaie. La nueva geografia se preocupa mucho mas por la explicacién légica que por la reconstruccién histérica, @ intenta proponer una interpretacién tadrica de los fendmenos espaciales: pretende encontrar unos prin- ios a partir de los cuales sea posible comprender su articulaci6n, captar su funcionamiento y reconstruir su légica interna; y procede de acuerdo con el modelo hipotético-deductive comin a todas las di La gestion 27 cientificas, renunciando al privilegio hasta entonces atribuido a la induccién. Bien es verdad que existia un capitulo de la geo- grafia clasica que ya se habia desarrollado segin el esquema tedrico: gracias al genio de William Morris Davis la geomorfologia habia accedido al estatuto de ciencia estructurada alrededor de algunas hipdtesis y permitid, basdndose en ellas, enivontiar las condicio~ nes de evolucién de las formas y el argumento de su sucesion. William Morris Davis se daba cuenta de la originalidad de su punto de vista, pues escribia: En consecuencia, of esquéma [del ciclo de erosién| ‘adauiere un cariz muy "te6rico” que no es del agrado de Certos gadgratos, cuyos métodos de trabajo implican que la ‘geogratis, = diferencia de las otras ciencias, deberia ser Gesarrollada recutriendo cnicamente a [a utllizacién de Geterminadas facultades intelectuales: esenciaimente la fobservacién, la descrincion, y la generalizacién. Pero nada ‘me patece tan evidente como el hecho de comprobar aue Ia ‘ge0grefia se ha visto perjudicade ya demasiado tiampo por Culpa de renunciar a la utiizacién de Ia imaginacion, de la Inventiva, de la deduccion, y de las demds facultades menta- les que contribuyen 2 obtener una explicacién bien verfica- dda. Es coma si quisiésemos andar sobre una sola piema, 0 con un solo ojo, cuando excluimes de la googratia Ia mitad "teérica” de la capacidad del cerebro, en la que se apoyan las otras ciencies tanto como en a mitad “préctica”» No podemos esperar un alegato més claro en favor de la nueva geografia... y eso que cuenta ya con tres cuartos de sigio. La preeminente situacién de que ha gozado la geomorfologia en el desarrollo de nues- tra disciplina a partir de principios de este siglo se debe a los avances que Davis le hizo imprimir. Pero el enfoque de Davis concedia demasiada Importancia a la imaginacién y a la deduccién, y no insistia Io bastante en le necesidad de los tests de verificacién. Una teoria no es realmente cientifica si 28 La nueve geogratia. no es presentada en términos operatorios: los concep- tos en los que se fundamenta tlenen que ser definidos de manera que podamos encontrarles unas medidas precisas; entonces pueden ser comprobados los resul- tados aportados por el razonamiento; si las observa- ciones no los contradicen, tas hipstesis son acepta- bles, y el trabajo continda; en caso contrario la refle- xién tlene que volver # empezar partiendo de cero: si la légica de la construccién es impecable, su falta de adecuacién a las condiciones empiricas tiene que venir forzosamente de los principios y de las hipétesis utilizados. Por no haber puesto en practica estos pre- ceptos la teoria de Davis ha derivado hacia unos gran- des esquemas embiciosos, pero cuyas bases no esta- ban bien esentadas: muchos ga6grafos han liegado a 'a idea de que tiene que ser desterrado de la disciplina cualquier desarrolio hipotético-deductivo. En la actualidad el trabajo del gedgrafo comporta dos aspectos: el de la refiexién tedrica, y ol de los tests necesarios para sostenerla, Para asegurarse de la vali. dez de los esquemas elaborados se intenta sacar de ellos unas construcciones menos ambiciosas, menos abstractas, y que pueden ser cotejadas con las situa- iones reales: se trata de los modelos; cuando estos estén elaborados a partir de principios abstractos los llamamos «modelos tedricosn, No siempre es posible construir modelos de este tipo partiendo de esquemes abstractos. En tal caso os conformaremos con elaborar, a partir de la obser- vacién, unos modelos que la daseriban, recojan lee gvoluciones, y permitan prever los acontecimiento: Se trata de modelos puramente analégicos (se susti tuye un orden de fenémeno por otro): por ejemplo, en un sistema de circulacién los vehiculos que utilizan los Viales se sustituyen por la corriente eléctrica que reco- ‘re unos hilos cuya resistencia es proporcional a la dificultad de los desplazamientos. En otros casos, para La gestion 29 discutir sobre grandes conjuntos se elaboran unos modelos gréficos que permiten captar mejor su estructura; en este sentido la cartografia propone nos croquis sintéticos. En geografia fisica podemos formamos una idea exacta de los procesos y de las evoluciones construyendo modelos reducidos, de los ‘que la hidrologia hace un extenso uso. No obstante, la mayorla de los modelos emplricos utilizados por la nueva geogrefia son de diferente naturaleza, puesto ‘que estén edificados partiendo de las regularidades estadisticas que la observacién y los modernos proce- dimientos de anélisis han puesto en evidencia. Los modelos positivos que se obtienen de esta forma per- miten una reconstruccién de la realidad, y en materia. de explicacion estadistica ofrecen las mismas ventajas que los modelos tedricos: generalmente se prestan mejor a la prevision, Io cual les concede un vasto lugar en los estudios de geografia aplicada. Su defecto estriba en que no acleran nada sobre los procesos reales, en que no insisten sobre las causelidades profundas. Asi pues, el desarrollo del pensamiento tedrico presupone la puesta en evidencia de relaciones nece- sarias entre los distintos fenémenos que otorgan a la tierra su organizacién regional. En el Ambito de los hechos naturales no se ha dispuesto durante mucho tiempo més que de interpretaciones sectoriales, de esquemas aplicables a la geomorfolagia, a la climato- logia, 0 a la hidrologia, por ejemplo. Aunque la ambi- Gién do todo gedgrafo caté cn eaptar todo lo que for ma la complejidad de los medios. Para comprender las similitudes entre los distintos érdenes de fendémenos Naturales hacia falta descubrir lo que estructura en profundidad sus relaciones: a partir de 1942 y de los irabajos de Lindeman hemos aprendido a analizar sis- tematicamente las cadenas energéticas que van des- de la energia solar hasta los seres vivos, y determinan 30 La nueva geogratia de paso las fuerzas naturales implicadas en el modela- do de las formas del relieve, en la circulacion atmosfé- rica, o en los movimientos de las masas de agua. De este modo disponemos de un marco satisfactorio para la elaboracién de una teoria sintética de los medios. Estos se entienden como sistemas cuyos lazos descri- bimos y cuvas condiciones de eaullibrio o de evolu- cién precisemos. Hasta ahora estos métodos nuevos han servido principalmente para rejuvenecer determi- nados aspectos de la geografia cldsice, para proponer ung version modernizada de la ciencia de los paisajes naturales. Aquel que se interesa por la incidencia de la accion humana en la superficie de la tierra empieza a userlos para la elaboracién de una geoecologia mas nificativa. La geografia tedrica humana implica una reflexién sobre las condiciones de la accién en el seno'de ies sociedades: pasa por las determinaciones individuales del comportamiento y de la elaboracién de las deci nes: descubre los mecanismos de regulacién y de ajuste que permiten que se pongan de acuerdo las dis- tintas voluntedes que se enfrentan, y que algunas de estas se manifiesten mediante desplazamientos, reor- ganizaciones ¢ interacciones. A veces la gestién geo- Gréfica se basa en las mismas presuposiciones que la ‘economia politica clésica que le ha servido de modelo: no le preocupa ser fiel a lo que pasa por la mente de la gente o a lo que oourre cuando esta gente tiene proyectos inconciliables; pretende ver qué sucede si los individues tienen un comportamiente racional y si los mecanismos de regulacién funcionan sin dificulta- des. La teorie asi construida tiene la ventaja de que se presta a una formalizecién facil; no permite poder decir de qué se trata, pero indica lo que deberia ser si el mundo funcionase bien; el esfuerzo de reflexion de esta teoretizacién normative tiene su utilidad: pert medir la separacién existente entre lo posible y la rea- La gestion a lidad; crea un marco de referencia para evaluar las realizaciones de los hombres y de las sociedades que existen realmente. Puede comprenderse el lugar pro- minente de la teorla normativa en la organizacién voluntaria del espacio. No obstante, la mayoria de las actuales investiga- clones apuntan a situaciones mds realistes que las, abordadas por la economia espacial clasica. No dan por sentado @ priori unos hombres ni una sociedad tacionales y perfectos. La reflexién parte de las regula- ridades empiricas puestas en evidencia en los com- portamientos individuales o en los mecanismos socia- les, y saca provecho de los modelos positivos e inten- ta superarios imaginando 2 qué leyes obedecen los hechos observados. Asi pasamos del modelo positive ala teoria explicativa gracias a un esfuerzo de abstrac- ign: detrés de las irregularidades imaginamos unos principios que permitan encontrarlas por medio del razonamiento. Lo que esta teoria explicativa ambicio- fig es acercarse al maximo a la realidad, y no decir co- mo debe ser la accién para llevarnos @ un mundo mejor. La conduccién de la investigacién moderna impli- ©, pues tanto en la recogida de los datos como en la elaboracién de los modelos y en la construccion de teorias—, la utilizacion de un arsenal de tramites mucho més sofisticados y diferentes de los conociaos hasta entonces. La nueva geografia seria completa- ‘mente imposible sin una profunda revolucién metodo légica 2. Los métodos La geografia cldsica se basaba en la utilizacién de métodos diversificados y experimentados desde mucho tiempo, pero que apenas se prestaban ala ele- boracion de modelos. La nueva geografia ha ido vincu- lade @ una transformacién de los procedimientos de Investigacion tan amplia y tan significative, que muchos creen que ha nacido de los métodos cuantita- tivos. Creemos que son més importantes los funda- mentos tedricos del movimiento, aunque no hubiesen tenido lugar sin la utilizacién de modernos medios de Investigacion, de verificacién y de proyeccién: en la Ciencia actual existe un incesante didlogo entre la reflexion conceptual que permite organizar los resulta- dos, ordenarlos por series coherentes, y el anélisis de los datos que campruaba la valide7 de las construccio- nes propuestas 0 hace surgir nuevos hechos, suscita nuevos interrogantes, y desborda los conocimientos hasta el momento en que, para volver a darle unidad, se adopta otra manera de ver las cosas, de organizar el discurso, o de concebir la prueba; entonces se utili- 2a —diciéndolo con la expresién de moda— un nuevo paradigma. 34 La nueva geogr Los métodos de la geografia clasica En el centro de la geografia clésica existia un deseo cuantitativo primordial: localizer las cosas en la superficie de {a tierra e inscribirlas en un mapa tan preciso como fuese posible. Desde la Antigdedad has- ta finales del siglo xvill este deseo absorbid la mejor energia de los mejores investigadores, animando la principal rama de la geogrefia, la de Ptolomeo, de los grandes cartégrafos del Renacimiento, de los explora- dores 0 de los iniciadores de la cartografia regular moderna, particularmente los Cassini. A partir del siglo xix los adelantos en la representacién de la tierra son tales, que en adelante el gedgrafo pone en el cen- tro de sus preocupaciones lo que hasta entonces pare- cla un poco secundario: se interesa por la ciferencia- cién do la superficie terrestre y prolonga de esta manera {a tradicién instaurada por Herodoto, Estra- én, y los viajeros desde Marco Polo hasta los jesuitas del sigio xvIl y los navegantes del siglo xvili, Cook 0 Bougainville. Humboldt es mas que su heredero, pues prolong aquellos esfuerzos con sus viajes americanos © siberianos. Para comprender lo que diferencia la superficie terrestre, la geografia clésica se apoya en los censos, que se generalizaron en todos los Estados europeos a finales del siglo xvii o a principios del xix, pero cuyas, primeras realizaciones son més antiguas. Sobre todo se apoya en los trabajos de campo, los que llevan a cabo los geégratos personalmente, 0 los de los gedio- 90s, cuyos mapas muy pronto se convierten en los instrumentos de trabajo preferidos. {Como son entonces tratados y luego interpreta- dos ‘los datos proporcionados por los censos 0 los recogidos por las pesquisas directas? A menudo se Los mérodos 35 utilizan los procedimientos cuantitativos, porque pr porcionan unos resultados fécilmente cotejables, li tan el coeficiente personal del operador, y son garan- tie de objetividad. A partir de finales dei siglo xviii se habia aprendido a calibrar la relacién del nimero de hombres con la superficie: las densidades plantean a la geosrafia cldsica sus més importantes problemas, {A-qué se debe que unos medios parecidos en todo fengan unas cargas humanas diferentes? Desde Levasseur hasta Vidal de La Blache, de Demangeon Gourou, el mapa de densidades es el punto de partida de toda reflexién geografica que se site més allé de le escala dol paisaje. Obtiene tales éxitos que se pre~ tende prolongar mediante la utilizacién de indices pre- parados con la finalidad de que otros datos puedan ser ‘comparables: Demangeon se las ingenia para medi la dispersién o Ia concentracién del habitat; los morfélo- ‘gos inventan la morfometria para apoyar sus investi- gaciones sobre las superficies de erosién los climaté- logos construyen su descripcién del clima sobre los promedios de las temperaturas, de las precipitaciones, de las direcciones y de las intensidades de los vientos, que proporcionan las observaciones meteoroldgicas. Pero esta interpretacién cuantitativa de los datos sigue siendo ingenua. Ello se debe al desconocimiento de los procedimientos de la estadistica moderna por parte de los gedgrafos. También es el resultado de la naturaleze de las series geogréficas (corogréficas, si ‘85 que queremos utilizar la palabra exacta). A menudo hay mucha semejenza entre les observaciones lleve- das a cabo en dos puntos vecinos: se dice de ellas ‘ue son autocorrelacionadas. Las series temporales, 0 cronolégices, tienen las mismas caracteristicas. Los procedimientos de la estadistica cldsica esta- ban concebidos para unos datos que no son autoco- Felacionados, y por lo tanto no estén adaptados a los. materiales con los que trabaje ol gadgrafo. El historia 36 La nueva geogratia dor se encontraba con la misma dificultad, pero la pudo eludir bastante pronto por el hecho de que les Series que manipula se inscriben en una sola direc- cien, y la utilizacién de técnicas simples como por ejemplo el céleulo de medidas méviles— permite tener perfectamente en cuenta la autocorrelacién temporal. Los ectadisticos na tentan nada equivalente pera ofre- cer a los gedgratos. Existe otra manera de tratar los datos espaciales, destacando su autocorrelacién: se trata de la carto- ‘grafia temdtica, la anotacién de los datos sobre fon- do topografico por medio de signos convencionales. Desde finales del siglo xix los adelantos esen- ciales de le geografia cldsica estén vinculados a la in- Vencién de nuevos métodos de representacién de las Variables. Los procedimientos empieados constituyen en la actualidad un riquisimo conjunto. Por desgracia ‘no todos los datos son igualmente de fécil representa- clon —los casos de localizacion son més féclles de aprehender que los flujos 0 que los campos—. lo que introduce rodeos en Ia investigacidn. La cartograffa tematica adolece también de un grave defecto: el resultado de la investigacién, e! croquis, es evocedor, excita la imaginecién, proporciona hipdtesis @ quien sabe interpretarlo; pero existe una multitud de mane- ras de leerlo. Para el tratamiento de las observaciones no existe una gestién, perfectamente objetive: el simple hecho de seleccionar los datos, de elegir un metodo en vez de otro, corresponde a una selecelén, # une interven cién del sujeto observador, a una apuesta sobre Ia naturaleza de las cosas. La cartogratia tiene las mis- mas limitaciones que los otros procedimientos cient ficos, pero les agrege otra: la que resulta de la libertad de lectura del resultado grafico. Los métodos 37 Los métodes modernos: la critica de los postulados geométricos de la gestion clasica La geografia y las mateméticas tienen unos vincu- los antiguus y estiechos: se remontan a la vieje geo- grafia de posicién, a los métodos de la cartografia. Estos vinculos han acostumbrado a los geégrafos a que razonaran en términos de geometria plana o esfé- fica, en términos de geografia euciidiana clasica. Los métodos modernos se besan en parte en a critica de tales postulados. Tradicionalmente los tedricos tenian la costumbre de situarse en condiciones especiales para deducir de sus hipétesis todas les consecuencias posibles: elegian una superficie de transporte, es decir, un plano perfectamente homogéneo tanto por su fertilidad, por las riquezas de su subsuelo, como por su clima. Por ella se circulaba con idéntica facilidad =o con idéntica dificultad— en todas las direcciones. La geometria de tales razonamientos en nada se pare- cla a la de la geografia real, compuesta toda ella de disporsi6n irregular, de dotaciones contrastadas, de recorridos sinuosos. Para medir las distancias, ¢por qué no utilizar otra cosa que no fuese la distancia euclidiana?; gpor qué no tener en cuenta las peculiaridades del espacio, la orientacién preferencial de las lineas de comunice- ion? En una ciudad de trazado en cuadricula se tiene el maximo interés por utilizar la distancia rectilinea. Cuando todos los viales convergen hacia el centro, Que asimismo es el punto de paso obligado, es mas conveniente la distancia radial. En la mayoria de las grandes ciudades modernas se han establecido carre- teras de circunvalacién o vias periféricas: la distancia circumradial permite medirlas. A veces es necesario 38 La nueva geogratia romper con las métricas demasiado coactivas, adoptar medidas més sencillas: en algunos trabajos se emplean distancias ultramétricas. En muchas de las propiedades que estudia la geo- gratia apenas tienen importancia las superficies que separan los puntos de observacién; dnicamente inter- vienen las relaciones que existen entre ellos y que reciben los flujus de Liens, de personas, de moneda 0 de informacién. El aparato mds adecuado para repre- senter estas situaciones viene dado por la teoria de os grafos: de todas las propiedades del espacio concreto Unicamente nos quedamos con aquellas que tienen relacién con la disposicidn relativa de las cuspides con sus enlaces. Asi es como se han podido dar nuevas bases al estudio de.las redes de transporte, calibrar su conectividad, e ir mas alld de la simple apreciacién subjetiva de sus propledades formales. La investiga- cién operacional ha enseftado a calcular un recorrido minimo, 0 a calcular el maximo rendimiento que la anexién de un arco permite dar a un conjunto de vias ya constituidas, Como se ve, los problemas de trans- Porte han sido abordados bajo un éngulo mucho més riguroso, La teoria de los grafos permite asimismo liberar a los analisis de los lugares centrales de unos postula~ dos no realistas —el de la superficie de transporte— y deja comprender mejor cémo puede combinarse en un punto la atraccién de centros diferentes. La teoria de los grafos vela por la unién entre los i iales y las contabilidades territoriales que requieren la articulacién de los sectores de pro- duccién, los efectos de incitacién y de multiplicacion y los resortes del dinamismo de las regiones, de les naciones, o de los grandes conjuntos. La geogratia cldsica tropezsba una y otra vez con el problema de la delimitacién de los entes regio- nales. Se trata de una operacién de clasificacién logi- Los métowos 39 ca, de una gestién taxonémica que tiene equivalentes en las otras disciplinas, y que encontramos con idénti- a forma en todos aquellos autores que tratan con el espacio: por ejemplo entre los botdnicos, cusndo pre- tenden definir lo que es una asociacién vegetal. El pro- blema estriba en asignar cada individuo al conjunto al ‘que esté mds préximo por sus caracteres. En compa- Tacién con los criterios seguidos en las otras discipli- nas, la geografla introduce solamente una condicién suplementaria: la contigilidad Mientras los individuos vienen definidos por un solo carécter la operacién no ofrece ninguna dificul- tad, puesto que es fécil calcular la distancia de los puntos hasta los centros de gravedad de las agrupa- iones ya instituidas. El anéfisis multicriterio extiende este proceder a los casos en los cuales los individuos vienen descritos por un gran numero de datos, susti- tuyendo las variables iniciales por un pequefio nimero de variables derivadas: de este modo deja de ser engorroso el calculo de las distancias entre puntos representetivos. Pero la operacién no es, sin embargo, completa- mente satisfactoria, puesto que traza_unos limites interrumpidos en los puntos donde muchas veces existen zones de trdnsito, umbrales, 0 espacios de relativa indecisién. Muchas veces un individuo forma parte a la vez de una regién y de otra. La teor'a de los Conjuntos ambiguos permite definir en la superficie tetrestre unas unidades que no fuerzan la complejidad de lae somojanzas y de lac relaciones ofectivae, y cla- sifica en la misma categoria, alrededor de un mismo niicleo, unos lugares que se le vinculan en distinto grado, De este modo quedan completados los traba- Jos que edifican todo el anélisis regional sobre la teo- Ffa de los conjuntos, como es el caso, por ejemplo, del andlisis de Nicolas-Obadia. 40 La nueva geogratia Los nuevos métodos de tratamiento de datos ‘A menudo el gedgrafo de antafio quedaba sepul- tado bajo los detos que encontraba a su disposicié para cada unidad de enumerauion un censo propurvio- nraba varias decenas de cifras en nuestras comarcas, y varios centenares en el mundo norteamericano. Carto- grafiar exhaustivamente los resultados significaba ya Una pesada tarea. Su crecimiento, la busqueda de sus correlaciones, de sus similitudes y de sus diferencias, no podian ser sisteméticos. La situacién actual es mucho més dificil: los censos son més complejos que en el pesado, pues van acompafiados de encuestas y de sondeos publicos, cuyos resultados son muchas veces notables; los gedgrafos han aprendido a sacar mayor partido de sus trabajos de campo, y han ensan- chado ls gama de informaciones que sacan de ellos. Los modernos medios de teledeteccién proporcionan datos precisos sobre la utilizacién del suelo a un ritmo rapido. La geogratia moderna se encuentra, pues, ante un problema de tratamiento masivo, ya que dispone de vastas matrices de datos. Unas se presentan bajo la forma de cuadros rectangulares. Los lugares o las cir- cunscripciones bésicas para los que se han recogido las informaciones estén representados en hileras; los aracteres figuran en columnas. Estas matrices son el equivalente légico de los mapas tematicos en los que representamos, en cada punto, los valores de los foné- menos observadios. Las otras matrices estén constitui- das por cuadros cuadrados; los lugares 0 unidades elementales figuren en hileras y en columnas. Las casillas contienen el valor de los flujos que las enia- zan. En este caso la matriz es el equivelente Idgico de Los métodos a Jos mapas de flujo. En un primer paso los ordenadores electrénicos permiten secundar al dibujante aplastado bajo las cifras: la cartografia automatizada suministra en un tiempo record unas presentaciones satisfacto- rias y a veces muy expresivas del conjunto de la reali- dad, haciendo initil el fastidioso trabajo de elabors- ccién de los mapas analiticos, y conduciendo —cuando los datos han sido abjeto de manipulaciunes previas— ‘a une cartografia sintética de nuevo cufo, sobre la que nos extenderemos més adelante. Pero la cartografia automatizada no renueva el abanico metodolégico de! geégrafo, sino que sole- mente le hace ser mds eficiente. El tratamiento directo de les matrices de datos ofrece uns més amplias perspectivas, Cuando se trabaja en una serie es facil epresentarle bajo una forma aproximada mediante una recta o una curva de ajuste. Como sea que la superposicion de los datos calculados y de los datos reales nunca es rigurosa y deja aparecer residuos, se intenta descubrir sus rasgos originales procediendo a Su cartografiado: més que hacerse la competencia, los métodos tradicionales y los métodos modernos se respaldan. Las series cronolégicas tienen la propiedad de inscribirse en dos dimensiones: en vez de ajustarles rectas 0 curvas, se les ajustan planos 0 superficies, y 2 partir de ellas se dibujan superticies de tendencia A veces los investigadores descomponen el fend- meno en series de Fourier, de modo que el ajuste se realice al maximo: adicionando una serle de funcio- hes trigonométricas cuyos periodos van decreciendo 8¢ llega a ajustarse al maximo a la realidad. Cuando los estudios comprenden dos series de datos es posible poner en evidencia las similitudes de 8u distribucién y determinar su correlacién: en este terreno las investigaciones son indispensables para Medir la influencia de un factor sobre otro. La dificul- tad de la aplicacién de estos métodos a la geografia se 42 Le nueva geografia debe a la complelidad de las situaciones analizadas las magnitudes vienen generaimente determinadas por todo un conjunto de causas interdependientes. ¥ el hecho de aislar una no tiene ninguna utilidad. Hace ya mucno tiempo que se sabe que la regresion mu ple permite discernir los més complejos juegos de influencias, pero requeria unos cdlculos tan engorro- S08 que yerietalinente era desestimada: actualmonte los ordenadores han cambiado el panorama, Cualquier laboratorio de ciencias sociales dispone hoy de pro- ‘aramas que permiten tratar en poco tiempo problemas Cuya complejidad hubiese desanimado, hace solo tuna generacion, @ los mas concienzudos estadisticos. El andlisis de regresion pretende poner en relacion unos fenémenos, captar sus multiples vinculos. Pero, cuando trata de unos datos que son indicadores de unas magnitudes fundamentales més que fuerzas directamente recuperables, {no acometerd un proble- ma indtilmente complejo?... ¢ Qué es el subdesarrollo? Una realidad que no puede comprenderse con un solo, indicador cifrado, por ejemplo el de la renta per capita. Hace una veintena de afios la mayoria de los menua- les se las ingeniaban por alargar la lista de las varia~ bles significativas; era normal que ofreciesen por lo menos una docena, y algunos llegaban hasta la cin- cuentena. Pero, ése trataba realmente de magnitudes independientes, con efectos aislados? Ciertamente no: la renta por habitante, el nimero de vehiculos automéviles, de teléfonos, de viviendas modernas, 0 do lavadoras par cien hahitantes, son aproximaciones del mismo valor fundamental, del mismo factor Detrés de la abundancia de detos, el andiisis factorial descubre los pocos factores que aquellos representan que explican —en el sentido estadistico del término— lo esencial de la variacién enalizada. Los procedimien- tos del andlisis factorial se usan desde antiguo en psicologia, habiéndolos empleado por primera vez Los métodos Py Jos agrénomos en problemas de regionalizacién, allé por la década de 1940. Desde principios de la década do 1960 han experimentado un auge prodigioso. Los anglosajones casi siempre trabajan en componentes principales. En Francia tiene mas aceptacién el andli- ‘sis de correspondencias desarrollado por Benzecri. la evidenciacién de los factores latentes no es bastante para el espevieliste uel audlisis mmultivariedo, pues este pretende utilizar los resultados de sus pri- eros célculos para reagrupar los datos; se convierte fen taxonomista. A tal efecto moviliza los métodos del anélisis de los centroides, del andlisis canénico, y del andlisis discriminante. Combindndolos la realidad que- da jluminada por toda una serie de destellos desde diferentes puntos de vista, revelando de este modo su estructura intima. En la medida en que aprendemos a nombrar los ejes y a evaluar el peso de los distintos factores en la articulacién de los fendmenos, la confi- guracién profunda de le realidad sugiere hipotesis, referentes a lo que la modela. {No ere esto lo que aba interés a los métodos de la cartografia tradicio- nal? Ademés, las dos gestiones se apoyan mutuamen- te: los resultados de las diferentes taxonomias son cartogratiados; y les figuras obtenidas sustituyen ven- tajosamente a los croquis sintéticos de entafio, pues tienen la ventaje de que son menos subjetivas. __ Los modernos métodos de tratamiento de datos eletcen una verdadera fascinacién sobre los jévenes inyestigadores. Algunos incluso olvidan plantear pre- guntas a la realidad, jy se sorprenden por no recibir Fespuestal No van mas alld de la fase de la descrip- cién y de la tipologie, aquella precisamente en la que Se detenia la geografia cldsica. Para ir més alld hay gue hacer que los métodos modernos nos digan mas @ veces hay suficiente con un buen andlisis de las Correlaciones; pero generalmente son necesarios unos Métodos més sofisticados. 44 Le nueva geogratia Probabilidades, procesos, simulacién | interés de los métodos moderos no estribe solamente en proporcionar una descripoién clara y objetiva de la realidad, sinw que también es el resulta do de la simplificacion aportada a la recogida de datos, de las posibilidades de verificacién de los esquemas tedricos, y del anélisis de los procesos. Estos dominios requieren el célculo de probabilidades. El coste de las pesquisas es muy elevado, Para poder llegar @ unas conclusiones firmes no es indis~ pensable disponer de informaciones exhaustivas: la teorla del muestreo permite saber 2 cudntas personas hay que preguntar para estar seguros de que no nos alejamos a mas del 5%, del 2%, 0 del 1% del resulta- do exacto. Pera determinar la muestra indispensable para la precision que se pretende obtener se procede 2 un sorteo aleatorio o a une estratificacién, segan los, casos. Las encuestas espaciales presentan una dficul- tad particular: la poblacién que deseamos conocer esta definida por dos series de caractores, los de loc acién y los que describen cada uno de los indi duos, El sorteo al ezar no garentiza en absoluto la vali- dez del resultado desde el punto de vista espacial, pues determinadas zonas corren el rlesgo de no que- dar representadas, o de estarlo muy poco. Cuando la estratificacidn tiane que tener en cuenta dos dimen- Siongs previas al mismo tiempo ~posicién y atributos de identificacién— impone el uso de muestras mas engorroses. Mediante la combinacién de estratifice- cién territorial y de sorteo aleatorio se pretende llegar haste eproximaciones satisfactorias sin necesidad de unos gastos exagerados. {estan distribuidos al azar los puntos, las éreas, y Los métodos #8 las lineas de un plano?: jtienden hacia la concentra~ cidn, 0 hacia la dispersién igualitaria? Estas son pre- guntas que antatio no se hacian los estadisticos, pero que para el gedgrafo son importantes. De acuerdo con [a teoria de los lugares centrales las ciudades deberfan estar repartidas regularmente por la superficie terres- tre: pero no lo estén a la perfeccién. { Podemos por ello decir que el razonamiento tesrico queda invalide do? Para esto harfa falta ir més allé de las vagas intu ciones, aprender a medir las configuraciones espacia- les y @ compararlas con las distribuciones te6ricas. Desde hace unos quince afios se han logrado en este terreno unos grandes avances. La teoria de la probebilidad no solamente sirve para medir el valor de un sondeo o la exactitud de un resultado teérico, sino que constituye un marco origi nal y @ menudo suficiente pera interpretar los hechos: 49s que en Ie configuracién de las cosas en la superfi ie terrestre no hay una parte importante dejada al azar? En los esquemas utilizados en el marco de la teorle del sondeo o de la evaluacién intervienen tnica- inente modelos probabilistas simples; por ejemplo el del sorteo dentro de un sombrero. Pero podemos ima- ginarnos series de fenémenos gobernados por unas reglas de coyuntura mas complicadas, a pesar de que sigan siendo aleatorias: de este modo puede suceder que la probabilidad para que un acontecimiento tenga lugar en el tiempo 1 depende de la situacién existente en el tiempo t — 1, la.cual depende a su vez de la situacidn en el tieinpo ¢— 2, etc. El esquema probabl- lista toma una densided temporal. Los process mar- khovianos se usan corrientemente para dar cuenta de las migraciones de poblacién Cuando nos enfrentamos con un universo nume- foso podemos decir que existen muchas probebilide- des para que tienda hacia su estado més probable: aquel en que su entropia es més acusada. En el seno a Le nueve geogratie de una aglomeracién urbana los lugares de residencia y los lugares de trabajo constituyen parejas enlazadas por los movimientos pendulares. Les familias que ‘cambian de alojamiento, los trabajadores que van de una empresa a otra, crean en el sistema una perma- nente inestabilidad. El juego de estas modificaciones umerosas y no coordinadas daré origen a una confi- guracion general en la que es esencial el azar, pero en {a cual los elementos estén enlazados mediante rela- clones estadisticas: Alan Wilson nos ha ensefiado a utilizar le nocién de entropia para dar une interpreta- clén tedrica de las regularidades empiricas que los modelos gravitacionales han puesto en evidencia. Los adelantos de la nueva geografia han desviado la atencién de los investigadores hacia los temas de psicologia individual o colectiva. Nos preguntamos sobre las condiciones en las que son tomadas las decisiones. Cada vez que los actores tienen que enfrentarse con la incertidumbre, atribuyen a los acontecimientos que les rodean unas probabilidades subjetivas: las estadisticas bayesianas son una pieza importante de cualquler estudio de decisién. Cuando unos interlocutores estén en situacién conflictiva, es posible comprender sus respectivas estrategias y los comportamientos que adoptan recu- rriendo a la teoria de los juegos. Las decisiones racionales que se inscriben en un medio ambiente conocido son el resultado de unos céloulos que sabemos formalizar: la programacién lineal, por ejemplo, conduc 0 Ia solucién éptims de problemas de utilizacién de recursos suministrados en cantidades limitadas. Asi nos alejamos de los esquemas probabilistas para entrar en un &mbito en el cual la reflexion esté inspirada en los trabajos sobre los sistemas, los meca- nismos de retroaccién o de feed-back: se trata del amplio campo de los métados de anélisis de los con- Los métodos a juntos regulados:|a geogratia recurre mucnisimo a los resultados de la cibernética, La complejidad de la realidad es tal, que no pode- ‘mos esperar dar cuenta de ella totalmente por medio de los modelos deductivos, tanto si estos son determi- niistas como probabilistas. En semejante circunstancia los gedgrafos recurren a los métodos de simulacion, intentando «modelizars los elementos del sistema y describir el comportamiento de sus pertes mediante unas leyes estadisticas. Entonces los gedgrafos utili- zan la capacidad de célculo del ordenador para dedi- catse.a experimentar: simulan el desarrollo de los hachos haciendo intervenir el azar. El evidente que no llegan a una secuencia nica —cada vez que vuelven a ‘comenzar el experimento obtienen una escena dife- rente—, pero la experiencia demuestra que estas esce- nas a menudo son muy parecidas unas a otras: es posible ver, pues, si la evolucién real pertenece a la familia de las escenas posibles, o bien si dicha evolu- cion difiere demasiado de ellas.. en cuyo caso el modelo tiene que rehacerse. La expansion del campo de Ia encuesta El progreso metodolégico ha creado o movilizado nos nuevos medins nara responder a las preguntae de siempre, Ha sido estimulado por la expansion del ‘campo de la investigacin, que ha provocado el desa- frollo de la reflexién tedrica y conceptual: la atencién se ha dirigido mas hacia los temas ecolégicos, hacia las fuerzas econémicas y sociales, y hacia los aspec- tos psicolégicos del comportamiento Los gedgrafos se ven obligados @ llevar @ cabo 48 La nueva geoorafia unas encuestas que se parecen muchfsimo a las que efectian los especialistas de las otras ciencias socia- les; los gedorafos estaban acostumbrados a competir con los historiadores, con los economistas, 0 con los naturalistas; y he aqui que se cruzan en el camino de los socidlogos y de los psicdlogos. Lejos de asegurar- les de un modo més completo la exclusividad de un dominio, la nueva geografia multiplica las superposi- ciones metodolégicas. En sus encuestas sobre la percepcién, los geo- grafos tienen que aprender a utilizar unos métodos no Paramétricos que no les eran familiares: ¢cmo es- tablecer una escala para situer unas respuestas en relacién con las otras? La comprensién de las relaciones sociales plantea otros problemas. Cuando antafio trabajaben a escala de los grandes espacios, los gedgrafos se conforma- ban con datos estadisticos oficiales. Pero los censos se confeccionan con una intencién interesada: tienen una finalidad econémica y fiscal. y descuidan determi- nados aspectos que son esenciales en la vida de los grupos, Por tanto, es necesario movilizar otras fuentes. En los paises anglosajones el movimiento ha sido més répido que en otras partes: a pesar de la riqueze de los censos, os investigadores se han dado cuenta de que estaban desvalidos cuando querfan delimitar cuestiones como Ia de las desigualdades sociales de origen espacial. Antes de que pudiesen avanzar en este terreno han tenido que imaginar unos nuevos indicadores sociales. En ver de contenterse con datos que informan sobre ol nivel de vida 0 sobre el nivel de instruccién, como sucede con casi todas las informa- ciones de los censos, han buscado los que expresan la cohesién social o la anomia, los comportamientos aberrantes, la pobreza, y todas las afecciones del cuer- po social de las que se habla sin cesar, sin haberse asegurado previamente sobre la gravedad, la exten- Los métodos 48 sidn, ni el diagndstico. Antes de ensanchar el campo de la encuesta es conveniente aprender a construir ios temas que en él son significativos. Esta es una de las nuevas fronteras de la geografia, __Una expansién tan répida del registro de los tré- mites utilizados y del dominio estudiado tenia que provocer algunos errores. No siempre los geégratos hhan estado fo bastante atentos a las limitaciones inhe- Tentes a los procedimientos que iban descubriend. por ello los resultados que han obtenido no siempre Son tan rigurosos como proclaman. Es conveniente denunciar estos puntos flacos, aunque no es necesario dramatizarlos. La renovacién de la disciplina es inseparable de la inquietud metodolégica generalizada desde principlos de la década de 1980, que es uno de los ingredientes necesarios de las grandes mutaciones del saber. 3. Los fundamentos tedricos: el hombre, la sociedad, el espacio La nueva geografia examina el papel del espacio en Ia vida de cada cual y en el funcionamiento de la sociedad, y descubre los principios que atan a los hombres al medio natural, los que les impulsan a cis- persarse, y los que tienden a reunirlos. La organiza- tién del espacio expresa el juego de estos factores antagénices. Le teorla geogréfica fija las dimensiones espa- clales de le accion humana y de los mecanismos de ajuste de las querencias sin las que no seria posible fa vida social. El enfoque ecolégico El cuerpo humano constituye un sistema con une notable estabilidad: cualesquiere que sean les condi- ciones del medio, su temperatura interna permanece 52 Le nueva geogratia cercana a los 37 °C, y la composicién de su sangre es Gonstante. Como en cualquier sistema abierto, la Fegularidad nace de los intercambios con el exterior es del exterior de donde el hombre saca la energia indispensable para el funcionamiento de las incesan- tes retroacciones que corrigen las presiones del medio. ambiente; es de alli de donde extrae los materiales indispersebles para la sintesis de los tejidos orgéni- cos: el aire, el agua, los alimentos. El hombre forma parte de las pirémides ecolégi- cas que ocupan la superficie de la tierra. Les seca la totalided de productos necesarios para su actividad, para su desarrollo, o para la reconstruccién de sus teji- dos. Los animales carecen de la propiedad de llevar a cabo Ia sintesis directa de la materia orgénica movili- zando la energia solar, y por lo tanto dependen para ello de las plantas 0 de los otros animales. El hombre estd al nivel de los animales que en la pirémide ecolégica se nutren de vegetales, o bien al nivel de los que consumen tejidos animales: se trata de un omnivoro con un régimen que se mueve dentro de unos amplios limites. En realidad puede nutrirse exclusivamente de plantas, que le proporcionan los hidrocarbonos, las materias grasas, y la mayorla de las, proteinas que le hacen falta, as! como las vitaminas indispensables en pequefias cantidades. Un régimen bbasado en el consumo de carne, de huevos, 0 de pro- ductos lécteos, proporciona igualmente los hidratos de carbono —pero a menudo en menos abundancia— las arasas, y los alimentos nitrogenados; estos repre- sentan una gama més extensa, y los més complejos, los mas indispensables para la constitucién y la con- servacién de los tejidos, se hallan exclusivamente en Jos productos de origen animal: las enfermedades carenciales no son tan corrientes cuando la alimenta- cién les da mas importancia, y el crecimiento se realize mejor. Los fundamentos teérieos 63 1. El rendimiento de la pirémide ecolégica es ‘escaso. Es necesaria una superficie bastante conside- rable, del orden de una hectérea en las latitudes medias, pare alimentar a una persona que viva exclu- sivamente de frutas, de legumbres 0 de cereales. Cuando el régimen alimenticio se basa en productos animales hay que empliar esta base. ya que introduc mos un peldafio suplementario en la pirimide. Gene- falmente, después del intermediario animal y bajo una, forme asimilable por el hombre, no recuperamos mas que la quinta parte como méximo, y a veces la décima parte, de lo que la vegetacién habia suministrado. La superficie indispensable para atender al mantenimien- to de una persona se multiplica otro tanto (alcanzando de 5 a 10 hectéreas). El andlisis ecoldgico nos muestra, pues, cudl es el soporte ecoldgico indispensable para la existencia de cada uno de nosotros: su extensién esté en funcién del régimen alimenticio, y es tanto mayor cuanto menos considerable es la importancie concedida a los, productos vegetales: sin cambiar las condiciones, una, misma extensién alimentaria a tentos mas individuos cuanto mds modesta fuese la importencia de los ali- mentos nobles de origen animal; es evidente que la calidad de la alimentacion varia en sentido inverso. Asi, para un medio y un nivel técnico dados, existe toda una gama de combinaciones posibles entre los hombres y su medio: tienen que elegir entre Ia canti- dad y la calidad de la existencia. 2, Las relaciones del hombre y de su soporte son més complejas de lo que pudiera parecer a la vista de este primer andlisis: efectivamente, lo que podemos, Secar de un medio depende de la manera como sea, explotado. Los pueblos que se contentan con tomar Mediante la caza, la pesca, y la recoleccién, el creci- Miento espontdneo de las pirémides naturales, obtie- 4 Le nueva geogratia nen pocas calorias por hectérea, y las densidades son necesariamente bajas (del orden de un individuo cade 1, 5, 0 10 km’). Con la ganaderia y la agricultura se sustituyen las asociaciones naturales por agrupacio~ es cuyo crecimiento es més facilmente aprovechable por el hombre, tanto que lo que saca de una hectérea aumenta considerablamenta, incluso en el caso de que el campo 0 el prado produzcan menos calorias de las que daba la asociacién natural que les precedid No obstente, el problema con el cual pronto tropieza la revalorizacién de las tierras es el de la reposicion do las reservas de produccién asimilables por las plantas: con el cultivo el suelo se empabrece, ya que los con- sumos de principios minerales aumentan con la reco- gida de las cosechas y el incremento de la erosion y de [a lixiviacion consecutiva a la destruccién de ta cobertura original. El hombre intents acelerar el pro- ceso de reconstitucion de la fertilidad mediante el bar- beoho, Ia asociacién de la ganaderia y del cultivo, o el empleo de abonos. Y lo consigue en el sentido de reducir la superficie de soporte indispensable para la alimentacién de cada individuo, pero lo logra aumen- tando sus esfuerzos, y, en el ditimo caso —el de los fertilizantes artificiales— utilizando_abundantemente =para ayuder a las plantas en la transformacion de la energia solar— las fuentes de energia fésil (carbén. petréleo, o gas natural) que ha movilizado para produ- ‘ir abono. 3. Para tener una idea satisfactoria del soporte indispensable para la vida de cade individuo o para la vida de los grupos, es conveniente analizar, pues, més allé de los consumos alimenticios de cada uno, los de los productos que contribuyen al metabolismo global mediante el cual la sociedad se integra en el medio, saca de él su sustancia, pero pesa sobre su devenir Por término medio un automévil consume tanto ox Los fundamentos tedvicos 65 geno como cuarenta personas. En una sociedad avan- zada los usos del agua se diversifican tanto, que son necesarios 1.000 litros por persona y dia en vez de los 10.0 15 en las sociedades tradicionales. En el émbito ‘energético cada norteamericano emplea en la actuali- dad, bajo forma de energia, el equivalente de lo que pueden proporcionar 100 personas conjugando sus ‘gsfuerzos; su antepasado de hace siglo y medio con- sumia, para aliviar su esfuerzo, una energia equivalen- te a la suya Gnicamente. Puede suponerse cémo se exagera la presién de la sociedad sobre el medio cuando el progreso alcanza este ritmo. 4, Las relaciones de los hombres y de los sopor- tes que les son indispensables se complican todavia a causa de la desigual movilidad de los bienes. Mientras los transportes son dificiles, la mayor parte de los pro- ductos tienen que ser consumidos en el punto donde se obtisnen; ello condena al nomadismo a los grupos que explotan unos medios incapaces de alimentar- los a Io largo del afio, y explica el sedentarismo del campesinado que llega a producir en la misma tierra que cultiva todo lo que le es necesario. A medida que Mejoran los medios de transporte se relaja el vinculo entre el hombre y su soporte: sigue estando limitado 8610 por el zire, y en merior medida por el agua indis- Pensable @ la alimentacion. Para todo lo demés —ali- Mento, productos instrumentales, y fuentes de ener- gia el soporte puede encontrarse alejado, pudiendo er variable segun el periocio cel aro, y manifestarse entre espacios muy alejados unos de otros, sin que flo ofrezca grandes dificultades: la geografia de las densidades deja de depender de Ia distribucion de las fuentes explotadas. 56 La nueva geogratis El individuo en el espa: Volvamos al anélisis de la trayectoria de los incivi- duos en el volumen de Hagerstrand (fig, 2). Cuando con posterioridad relatamos una historia, solamente hay un punto en cada plano sucesivo, Gnicamente una situacién para cada instante, pero para quien la vive ¢s diferente el punto de vista: cada mafana el prisms de las localizaciones que se pueden alcanzar en una jornada se abre a su actividad; més lejos se ofrecen las oportunidades que se pueden alcanzar con un viaje © con una migracién. Cada individuo vive la geogratia bajo la forma de sucesivas alterativas antes de que aparezca bajo la forma de la trama simple y lineal del destino estético de los hechos ye pretéritos. Pare pedo ” 2 20 43 ‘| | cH 1 3 8 Q fa 2 lens ace na crs ene oi Cade matana ino dspons de un espacio que lees aczeabe cay vel ‘rel ararurs dl joradaagslapaveesen fore Gen volumen ints po dos conan Los fundamentas teéricas 57 comprender de qué modo la madeje de les comporte- mientos naturales acaba tejiendo la inmensa red que podemos observar. para ver cémo estén dispuestos on. esta red los puntos de agrupamiento y los ambitos, es conveniente ante todo ponemos en el sitio de todos los que participan en la colectividad Las alternativas qua se le ofracen al hombre no co plantean en el espacio puntual abstracto al que impli: citemente se refieren los psicdloges y los sociologos la ectivided humana se inscribe en un medio material preciso, en un mundo repleto que ejerce una presion constante sobre quienes en él viven, y jamés se ofrece como virtualidad pura, libertad total 1. El universo por el que el hombre se desplaza es limitado: no es la inmensidad de la superficie terrestre, sino, para cada cual, un sector mas 0 menos Pequefio. El individuo elige dentro del espacio que su experiencia anterior le ha dado a conocer directamen- te, y dentro del generalmente mas extenso que ha recibido de los demas escuchando las narraciones de quienes han viajado o vivido en el extranjero, leyendo Novelas 0 relatos, viendo peliculas o la television, o ‘estidlando —en la escuela o més tarde— lo que expli- can los libros. Mas allé del horizonte de actividad que Sorresponde @ lo que ha alcanzado ya personalmente, ada individuo dispone de un horizonte de intercono- Cimientos que se alimenta de todas las reflexiones Feferentes al mundo, Todo lo yus el hombre conoce por este conducto Jo ordena en unos mapas mentales que le permiten Crientarse. Sus deformaciones son la expresion de la Imperfeccién de la percepcién proxima o iejana, de las fagunas de la informacién. y del papel de la opinion General, de los mass media y de la publicidad en la Soloracién del espacio. 58 La nueva geogratia 2. La topogratia no es lo tinico que llama ta aten- cién de la gente: la observacién que dedicamos al mundo descubre en él posibilidades de accién, de organizacion, de beneficio. El agricultor viaja calculan- do la fertilidad de los suelos y los cultivos que en ellos podrian practicarse. El promotor no puede descubrir una caleta desierta sin construir en ella en suefios unos bungalows que vende répidamente. El hombre de negocios aprende a valorar las oportunidades que para la implantacién de sus empresas ofrece tal o cual ciudad. De este modo el espacio conocido queda investi- do de todas las estrategias de utilizacién 0 de despla- zamiento que se alimentan segin el modo de actuar de la gente, su preocupacién por ganarse la vida, su voluntad de disfrutar de la existencia, y a su deseo de procurarse en la sociedad un lugar envidiable. Es decir, que es objeto de valorizaciones diversas: existe una gama de utilidades que proyectamos calculando lo que cada lugar proporcionaré como amenidades y posibilidades para la vida cotidiana, el turismo o la residencia; existe la escala de las ganancias que pue- den sacarse de los usos del suelo; existen todos los matices que adquieren las regiones, las ciudades 0 los barrios cuando van asociados a tal o cual grupo social el espacio abstracto de las distancias sociales queda teflejado en las preferencias por los lugares. ;Pode- mos distinguir unes disposiciones comunes mas alla de todos estos componentes? En materia de duracién la mayoria de lo gente manifiesta uno clara preferon Cia por el presente, de manera que podemos cargar todos los instantes del futuro con una tase de depre- ciacién general. ¢Existe asimismo una tase de depre- iacién de lo lejano? En cierto modo si, puesto que la distancia es considerada como un obstdculo, una molestia, una fuente de fatiga y de pérdida de tiempo en la mayorla de las circunstancias. Pero a veces es Los fundamentos teéricos 59 motivo de disfrute, como en el caso de un itinerario turlstico. En el caso.de que oxista, la depreciacién se mide @ partir de todos los puntos habitados, en vez de {ener el origen comdn del presente como en el caso de la duracion. As{ pues, la evaluacién del espacio no std sometida a unos principios tan universales como {a evaluacién del tiempo: hay que tener presentes diversos sistemas. 3. Las alternativas que determinan Ie inflexién de las trayectorias individuales en los volimenes de Ha- gerstrand tienen lugar. por lo tanto, en un espacio imperfectamente conocido y diversamente valorado. Algunas son explicitamente espaciales: frecuentamos tal almacén porque esté cercano: tal playa porque su arena es més agradable. Otras slo lo son indirecta- mente: cuando buscamos un empleo pensamos prin- ipalmente en la remuneraci6n, lo que atafe a deter- minadas localizaciones més que a otras; cuando nos, decidimos por un alojamiento en general somos més sensibles a la calidad del medio social que al juego de las distancias; buscamos situatnos en el espacio abs- tracto de los estatutos y jerarquias sociales, y ello se manifiesta concretamente por medio de la preferencia hacia tal o cual sector, puesto que la escala de los valores sociales esté pegada al suelo. Cada dia el individuo se ve enfrentado a multiples alternativas: tiene que ir al trabajo, efectuar las diver- sas tareas que este implica, vivir en familia, encontrar- £0 con los amigos, descancar, distraorse. A escala de Ja semana, del afo, o de un periodo més dilatado, lunas resoluciones mds importantes deciden los des- plazamientos, determinan la carrera, ¥ modifican el ‘medio familiar. En todos los casos la eleccién que lle- va a la accién, que la reserva para el futuro, o que se decide por la renuncia, tiene lugar en funcién del siste- ma de valores del individuo, que son unos valores que 60. La nueva geogratia. ha recibido de la sociedad o que él mismo se ha forja- do; le calificamos de racional cuando el que toma la decisién es capaz de jerarquizar sus preferencias y de imponerles un orden universal univoco; bajo esta con- Gicién, y para alcanzar los fines pretendidos, tiende a utilizar la combinacién dptima de los medios puestos @ su disposicién. Hara que un comportamiento sea racional el medio tiene que ser transparente, tienen que cono- cerse todas las oportunidades, y deben analizarse to- das las posibilidades. Estas condiciones pocas veces van juntas: los esquemas mentales estén plagados de deformaciones y de lagunas, y los horizontes son limitados. No siempre el individuo se preocupa por la efica~ est dispuesto a contentarse con soluciones mediates entes de consagrar demasiados esfuerzos y tiempo informéndose y calculando, Muchos agentes geogréficos se contentan con unos resultados since- fos antes que manipular deshonestamente el anélisis previo: se trata de los satisficers de los autores esta- dounidenses. La mayorla de las decisiones relativas a le vide cotidiana son simplemente repetitivas: reconocemos una situacién familiar, y repetimos lo que ya hicimos otras veces y dio resultado; a veces introducimos una ligera. modificacién, procedemos un poco al azar ‘mediante pequeros tanteos; gracias a este progresivo aprendizaje mejoramos el resultado, sin que jamés exista un examen global de los elementos de eleccién, A menudo es asi como llevamos a cabo la exploracion del medio y como descubrimos el mejor itinerario para eniazar dos puntos, No todas las opciones son individuales. incluso aquellas que son obra de individuos aislados llevan, en los principios que les guian, la impronta de la cultura del grupo en el que estén integrados. Entre los dife- ci Las fundamentos tedricos 6i rentes proyectos existen incompatibilidades, surgen desacuerdos, Todo ello hace que el gedgrafo preocu- pado por comprender la organizacién del espacio se interrogue sobre la sociedad La sociedad en el espacio 1, Las trayectorias que observames en el volu= men de Hagerstrand pertenecen a menudo a familias vecinas: algunos de sus fragmentos presentan tantas analogias que podemos admitir que corresponden a resultados renovados de los mismos cometidos. No obstante, los correspondientes comportemientos no se han aprendido como lo hubiesen hecho los actores de una obra teatral... aunque en parte han sido dicta- dos por los principios comunes que la aculturacién ha inculeado a los miembros de la sociedad. En lo esen- cial tales comportamientos son el resultado de la simi- litud de las situaciones en las que se encuentran los individuos que participan en un mismo tipo de acti ad: no hay ninguna razén por la cual las decisiones que toma un agricultor difieran considerablemente de fas que toma otro, si disponen de las mis mas superfi- ies, en condiciones parecidas de suelo y de clima, y on un igual acceso al mercado. La similitud de situa- clones tiende pues. de una forma natural, a la homo- Geheidad de los comportamientos. Las situaciones quedan definidas por el lugar que Scupa la gente en la sociedad, por su participacion en el conjunto de las tareas llevadas a cabo por el grupo: 0 el resultado de la divisién del trabajo. Esta es doble: es econdmica, dando luger a la especializacion Por tipo de produccién; también es social, y define la 62 La nueva geografia posicién de cada cual en el conjunto de las relaciones ‘en que intervienen més el prestigio, el sentido del honor, 9 la fidelidad al grupo, que el incentivo de la ganancia; puede tratarse de las relaciones culturales 0 feligiosas, y de las funciones sociales de orden o de direccién Si los individuos reaccionan de la misma forma no es solamente porque tienen que enfrentarse a los mie mos problemas, 0 porque se encuentran con pareci- dos interlocutores, sino porque en el cumplimiento de su cometide obtienen el medio de beneficiarse de similares satisfacciones: econémicas —la remunera- cién—, pero también sociales —la consideracién, el estatuto, De este modo queda simplificado el estudio de le sociedad y de su organizacién espacial: en vez de tener que describir las decisiones de cada individuo, podemos argumentar como si todos los individuos pertenecientes a la misma categoria de cometidos (2 la misma colectividad) y que se encuentran con un mismo problema actuasen de la misma manera: los distintos protagonistas reales pueden ser sustituidos por un protagonists medio, y trabajar sobre él. 2. Cuando los miembros de una colectividad tie- nen la oportunidad de reunirse mantienen unas rela~ ciones privilegiadas: tienen las mismas preocupacio- nes, los mismos problemas, experimentan las mismas dificultades, se encaran con los mismos interlocuto- res. Cuando de esta manera una colectividad toma coneiencia de lo que cimenta su unidad, se convierte en una clase, Procura defenderse o mejorar sus posi clones en la escala de las remuneraciones o en la de Jos estudios. En este caso se trata de un segundo tipo de protagonista social, y es por esto por lo que a menudo se dice que una clase adopta esta o aquella estrategia, que hace suya tal o cual poli Los fundementos ceérieos 63 no es més que una manera de hablar. La clase existe Ginicamente en Ia imaginacién de sus miembros, en las organizaciones que la representan: sindicatos, grupos de presion, partidos politicos. Para que las colectividades tomen conciencia de las solidaridades que las unen, pera que se trensfor- men en clases, es necesario que se cumplan determi- ades condiciones geogréfices: las colectividedes cuyos miembros estén dispersos, —artesanos y cam- pesinos del mundo tradicional, mujeres o jévenes de hoy- tienen dificultades para tomar cuerpo. Solamen- ‘e Io consiguen cuando hay concentracién geografi- ca—en el siglo xixla clase obrera hace su aparicion en el momento en que la fbrica sustituye al taller—o mejora de los medios de comunicacién: los movimien- tos feministas y los movimientos juveniles del mundo contemporéneo tienen su origen en este factor. En el mundo tradicional las Gnicas clases realmente vivas son las que resultan de la aculturacién similar que se adquiere cuando se pertenece a una misma comuni- dad: tienen una base local o regional. Por el contrario, las soviedades modernas estén estructuradas por unas clases cuye base no es territorial. 3. Por ltimo, existen decisiones y comporta- mientos que son obra de las organizaciones. Asi lla- mamos a las unidades institucionalizades que se desarrollan en la sociedad para hacer frente a determi- nadas tareas especificas: la familia es universal, pero ‘no lo son la lolesia, la empresa, ni la Administracién, Puesto que dnicamente aparecen en los grupos ya diferenciados y complejos. ‘A menudo una organizacién esté dirigida por un solo individuo, pero las decisiones que toma de nin- ‘atin modo son las mismas a las que llegarta si estuvie- Se sislado. Para informarse tiene a su disposicién Poderosos medios, por lo que esté en una buena — La nuevo googrti e jtuacién para poder tomar unas decisiones raciona- ig. as que ce stenteiclado pores responses: uo ejerce: si tiene que rendir cuentas de Seo oe Sr eens Otros factores elercen un efecto inverso; No todos log miembros de una familie, de una Iglesie, de une Admisistearién. @ de una empresa, tienen las mismes reacupaciones, los mismos intereses. Culen toma las Gocslones dobe tener en cuenta las reecciones de sus interocutores y satisfacer algunas, de cus agplracio- nes, que no siempre van encaminadas al int fal, Io que lleva @ alternativas subéptimes. "En muchas organizaciones las elacciones son, 61 resultado de una negacion: el marido y la espose dis. cuten y se pelean antes de decidir el lugar de, evs Vacaciones; los patronos practican el pacto con os interlocuteres sociales. Esto reflela la accion comin fon funcién de las preferencias y de los int diferentes facciones enfrentadas. i ‘lads esté hecha cci6n de los individuos ais! a a fat de aapiacion ol oti tl como ost oie ci ite ‘un momento dado, y de transforma nite Gas, puntuals, de este medio: para desplazanos ti ‘amos as vas de comunicacién exstentes; busca os Uigpertamento centro del stoc én Conetidos, © mandemos que nos eonstruysn une; os abastacemos en unos aimacenes que no hemos ‘osotros; el agricultor modifica incesanteme oreade nOscrOs i pera eu accion oa ingore dentro de unas estructuras agrarian cue él no die, La iniciativa individual no puede. ee Se Tanere apreciable el conjunto de les c eee cc tesco myo cue te ee sociales se inscribe n wee oe ictivo, pero su poder les permite introducit Los fundamentos teéricos 65 en el medio unos retoques nada despreciables. A menudo las decisiones de las clases y de las organiza- ciones tienen como finalidad transformar radicalmen- te las reglas del juego, instituir nuevos modelos de Comportemiento, o reestructurar el espacio. He equ! Igunos ejemplos: en el seno de las empresas la direc- cién puede optar por una gestion centralizada 0 por lina gestion descentralizeda: los’ sinaicatos pueden obtener modificaciones en sus condiciones laborales: en el seno de un Estado la instauracion de un sistema de vacaciones remuneradas de origen al consumo turistico;la creacién de una red de autopistas trastor- Na e! tradicional equillbrio de las localizaciones, 5. Los proyectos formados por los individuos, las, clases 0 las organizeciones, no son necesariamente concillables: los recursos son escasos, y todos los ambicionan; el espacio es limitado, pero las necesida- 25 no siempre lo son:.el pleno desarrollo de la perso- a pasa a veces por la bisqueda del poder y por la expresion de una voluntad de dominio Para regular las dificultades que originan antago- nismos y competencias de toda clase, en las socieda- des estén en juego tres tipos de mecanismos: 2) A veces el orden es el resultado de un meca- nismo de feed-back individual: cada uno de nosotros toma en consideracién los objetivos de los demés y remodela sus opciones a fin de hacerlas compatibles con las del préjimo; semejante sistema se basa en el altruismo, y funciona bion en les sociedades reducidas con una profunda solidaridad: pero es dificil imaginar- oslo funcionando en un cuerpo extenso en el que el sentido social esté menos deserrollado. 4) La institucionalizacién de los conflictos permi- te a veces librarse en la competicién del orden de las tendencias esponténeas. En una sociedad cuyos miembros son perfectamente egoistas, pero en la cual 66 La nueva geogrofio. je dispone de medios para imponer su voluntad en satisfactorio para todos. Los economistas fueron los primeros en demostrario al analizar el funcionamiento de los mercados: cada uno de los participantes ha for- mado unos proyectos de venta o de compra, y sus opciones pueden expresarse mediante une curva, de jerta_o una curve de demanda; sumando ambas De gn ccs de cians pate donaes globales. Con e juego del regateo cada categoria de interlocutores explora las intenciones de los otros, y el precio se establece en el punto de interseccién de las dos curvas, en el punto donde las cantidades ofrecidas Igualan a las cantidades demandadas. i ¢) La resolucién de los conflictos y el funciona- miento de la sociedad muchas veces toman la forma autoritaria: la decisién final daja de ir a cargo de las partes en litigio, pasando a ser de la incumbencia de un érbitro que las sustituye e impone su voluntad, 0 la de la mayorla. Las sociedades utilizan casi siempre estos tres mecanismos en proporciones diversas. De las relacio- nes que se desarrolian en su seno algunas no hacen intervenir ol poder: permanecen libres y tnicamente las modelan la costumbre o la moda; otras recurren directamente a la regulacién social: estén institucio- nalizadas. A través de ellas tiene lugar la armonizacién de los proyectos individuales. Ellas son las que dan a la sociedad su arquitectura, las que |e confieren una estructura interna: para definirias hablamos de «rela- ciones societales» : Se clasifican en tres grandes categorias: la de descendencis y de alianza define el universo familiar: Ja asociacién y el intercambio yuxtaponen unidades semejantes; el poder puro, la clientola, la desigual- dad, crean unas estructuras jerérquices. Las organize- clones modernas combinan estos distintos elementos. Los tumdementas teéricos 67 6. La regulacién de las decisiones pasa por el control de los medios puestos a la disposicién de los distintos participantes, es decir, por la definicion de los derechos de que disponen sobre los seres y sobre las cosas. Los sistemas sociales deben una parte de Sus rasgos al estatuto que confieren a la tierra, a las aguas. al subsuelo, En datarminados cacos la colecti- vidad se reserva la posesién eminente de todos los Fecursos materiales, y solamente delega su usufructo a quienes los revalorizan, ya sean particulares o gru- Pos; en otros casos los derechos territoriales de que disponen los propietarios son absolutos, y el derecho fomano nos proporciona el més claro ejemplo de ello, Cuando e! derecho de utilizacién no esté comple. tamente garantizado, cuando, en particular, puede ser rescindido a intervalos breves, el sistema desanima ¢ quines explotan las tierras y los recursos. Y les disua- Ge Ge llevar a cabo pacientes trabajos que mantengan el fondo, empujéndolos a una explotacién apresurada y@ menudo devastadora, En contrapartida, la ventaja reside en la agilidad que confiere la carencia de titulos definitives; se puede adaptar la estructura econémica a las variaciones de los efectivos y evitar que algunos queden excluidos del reparto de las riquezas. Cuando la sociedad reconoce los derechos defin tivos y absolutos sobre Ia tierra los propietarios pue- den administrar sus bienes del modo més adecuado Para sus intereses a largo plazo: se sienten inclinados 8 la inversi6n y disuadidos de practicar una revaloriza, Cién abusive. Cn contrapartida, no hay un facil reaqui- librio de las situaciones sociales. En las sociedades agrarias este sistema agrava las tensiones También Ia disposicién de los bienes de equipo puede ser motivo de dos sistemas contrastados: l de {a apropiacion colectiva y el de la apropiacién particu. lar, con las mismas consecuencias por lo que respecta @ las desigualdades en el seno de la sociedad. 68. La nueve geogratia Sea cuel fuere el sistema. la organizacién material del espacio y el sistema juridico que la gerantizan fntroducen fricciones en la vida social: incluso cuando Ul derecho es flexible, no se trata de remodelar ince- santemente la distribucién de los medios entre los interlocutores. De este modo la evolucion del cuerpo cocial esta condicionada y acompasada por el peso de {as realidades territoriales y mobiliarias, y por !os mar ‘c08 juridicos que las cifien. En esto tiene su origen ol conservadurismo de la mayorla de las sociedades con unas bases puramente agricolas. 7. A través de los comportamientos de sus miembros la sociedad cubre cierto numero de neces!- dades: proporciona alimentacién para todos, © lo Intenta; ofrece el marco indispensable para la renova- ion de la poblacién y pera su crecimiento; organiza le faculturacién de los jovenes, asi como la transmision y la evolucién de los conocimientos y de les normas sobre las que se basa la vida del grupo: la socieded permite la realizacién de la personalidad, ofreciendo 2 fada uno la oportunidad de integrarse a pequenas ‘comunidades en las que uno se encuentra consigo mismo; satisface las necesidades de profundizacién intelectual, el gusto de la responsabilidad, y el sentido de la accidn, gracias a la multiplicacién de las formas de relacién y de interaccién en el seno de la gran sociedad: finalmente, garantiza la seguridad de sus miembros sustituyendo la anarqufa esponténea por un orden legal que basa en Ia justicia el dorocho de cada individuo a participar en la vida colective. No todas las funciones son necesariamente com- patibles: las finalidades que se buscan son tan diver- Sas, que a veces las funciones son contradictorias. Determinados rasgos no aportan nada en absoluto a la armonia del conjunto, y en consecuencia son dis- Los tundamentos teéricos 69 funcionales. Sin embargo, en conjunto podemos admitir que el cuerpo social constituye un sistema cuya finalidad estriba en responder ¢ las necesidades que acabamos de enumerar; mas exactamente, a cler- ta combinacién de ellas. El geégrato fija el cometido del espacio dentro de este funcionamiento. La produccién de comestibles y de recursos ener- sgeticos y minerales indispensables para el metabolis mo del grupo moviliza un extenso soporte e introduce ena sociedad unas tendencias centrifugas que vienen a reforzar las preferencias que algunos manifiestan por a soledad y por las escasas densidades, y el deseo EF ltr al hetiamlanta lex comcomacenee te tpidemias,o ae tersionoscolos cue lo acompsnan En sentido inverso, la aculturacién, la reproduccién, y la vida afectiva, requieren unos contactos mas estre chos —inicamente pueden tener efecto con la prox midad—, pero no presuponen necesariamente la re unién de un gran numero de intérpretes. La divisién econémica y social de las tareas, y determinadas act vidades intelectuales y de ocio, necesiten la inte- raccién entre una gran cantidad de personas. Estas funciones crean unas fuerzas centripetas: las primeras. favoracen la aparicién de pequefos nucleos densos, aldeas 0 burgos: los segundos la constitucién de sis. temas generales de relaciones y la concentracion de Ja poblacign en grands centros si pues, la geografia es el resultado del equi ques esteloce oir ls tendence certrpetay as fendlencies centrifugas que actiian en cualquier socie dad. £1 orden espacial depende al mismo tiempo del nivel técnico de-la civilizacién, de los principios de la estructura social que se ha atribuido, y de las caracte- risticas del entorno en el cual esté impiantada. Los anélisis que acabamos de presentar sucinta- mente son el fundamento de la teorla espacial de los sistemas sociales. Aunque su complejidad no nos per- 70 La nueva geografia mite escribir su forma més generalizada, pues son demasiados los elementos que intervienen en ella; tantos, que si se pretende tomarlos todos en conside- racién a un mismo tiempo se corre el riesgo de no poder ir demasiado lejos en el camino de la interpreta- cién. La reflexién general sirve sobre todo para apoyar las investigaciones sobre los modelos econdmicos, sociales y politicos dal espacio, a los que pasaremos revista seguidamente. 4. Las técnicas y el espacio La configuracién espacial de la sociedad expresa Ja accién de las fuerzas antagénicas que acabamos de mencionar. Estas fuerzas no son constantes de un grupo 8 otro. Entre otras cosas, dependen de las técni- Gas con que se cuenta para exploter le natureleza, orgenizerla, vencer el obstéculo de la distancia, y comunicar. de las piramides ecolégicas Al nivel més primitivo el hombre se contenta con utilizar las piramides ecolégicas naturales, lo cual pre~ supone unos extensos conocimientos relativos a la flora y a la fauna, pero ninguna técnica voluntaria de modificacién del medio. Este solamente se transforma bajo la accién de la seleccidn de las especies, a la que se llega gracias a la recoleccion, la caza 0 la pesca, 0 bajo el efecto del incendio que ei hombre a veces pro- vooa. La ganaderia, en sus formas némadas més cudi- mentarias, también esté basada en la explotacién de tuna parte de la pirdmide natural —el piso vegetal no se modifica sistematicamente, a no ser por medio del Incendio—, pero los animales domésticos sustituyen en adelante a las especies esponténeas. Para tener éxito es conveniente controlar la reproduccién de los animales. El cultivo presupone que se posee el dominio de la reproduccién de las plantas, operacién que es més facil en las especies que se multiplican facilmente por 72 Lo oueve geogratia esquejes, aunque un procedimiento més generalizado consiste en la recoleccién de semillas que se vuelven a sembrar. Para la plantacion de esquejes casi no hay necesidad de preparar el suelo, pues basta practicer un hoyo limpiar sus inmediaciones de la vegetacién natural, Por el contrario, las semillas s6lo germinan satisfactoriamente a condicién de que estén libres de la competencia de las otras especies. Hay que limpiar, pues, el terreno de su cobertura: el fuego a menudo contribuye a la operacién, aunque el trabajo tiene que ‘completarse por un pase de azada o un laboreo. Evi dentemente, 2 las técnicas de preparacién del suelo hay que sumar las de cuidados del cultivo, y de la recoleccién. Se sacan muchos més alimentos de un campo que de una asociacién esponténea, pero a ‘cambio de un trabalo infinitamente superior. La utilizacién del ganado como fuerza de tiro per- mite un alivio sl agricultor y resuelve parcialmente el problema de Ia restitucién de la fertilidad del suelo. Los sistemas de cultivo continuo que se imponen en, Europa a partir de finales del siglo xviii son més inteligentes que los precedentes, pero se basan en las mismas técnicas. Los sistemas contemporéneos de cultivo han avanzado gracias al perfeccionamiento de tres conjun- tos de técnicas: 1) los pracedimientos, gracias a la mecanizacién; 2) la seleccién de las plantas y de los animales, gracias a los adelantos de la genética; 3) la accién quimica sobre las asociaciones, gracias a le puesta a punto de abonos y de pesticidas. Es decir, el progreso tiene sus rafces en la evolucién de los otros sectores de la actividad, y las técnicas agricoles dejan de discurrir por un circuito aistado. Como hemos visto, la enerala producida por heo- térea varia en funcién del nivel técnico: el progreso reduce la extensién de los soportes necesarios. La mejora del control de las pirémides ecolégicas tiene Las teenicas y el espacio 73 dos importantes consecuencias para la geografia: 1) se acompafa por mucho tiempo de una elevadis! ma inversién de trabsjo; a pesar de le elevacién de los rendimientos, a productividad del esfuerzo humeno ‘no aumenta antes de la época moderna, en la que ffectiia un considerable salto; 2) comporta una red de enlaces técnicos cada vez més estrechos entre el sector agrioola y 6! resto de le economia, La transformacién de la mater La mayoria de los productos que proporciona la explotacién directa del medio requieren algunas trans- formaciones antes de poder ser consumidos: las fibras textiles tienen que hilarse y tejerse; la arcilla tiene que cocerse para obtener la ceramica; los minerales jamés son metales en estado puro, sino que tienen que ser reducidos y fundidos para que proporcionen los semi productos que servirén para una infinidad de utiliza jones ulteriores. Las necesidades alimentarias de la humanidad ‘apenas pueden ser ampliadas, mientras que la gama de productos transformados que necesita la vida social aumenta sin cesar. Antafo los destinados al consumo final comprendian poco més que los tejidos y.el alojamiento; desde hace un siglo el progreso téc- nico ha multiplicado los articulos de consumo durade- Fo: automdviles, radiorreceptores, aparatos de televi- sién, equipo electrodoméstico, caravanas, material deportivo, etc. En el mismo periodo la mejora de la productividad en todos los terrenos pasaba por el per- feccionamiento incesante de las herramientas, por la utilizacion de maquinas-herramientas y luego maqui- aria automatizad: 74 La nueva geogratia El perfeccionamiento de las técnicas ha ido acom- pafiado de un desplazamiento en el origen de las, ‘materias primas, que todavia hace un siglo la mayoria eran proporcionades por la agricultura o por los bos- ques. La Revolucién Industrial ha incrementado el papel de los metales, ha movilizado unas fuentes energéticas cada dia més importantes: la lefia y la fuerza de los cursos fluviales han sido sustituidos por el carbén, el petréleo y el gas. Los adelantos de la quimica han muttiplicado los productos artificiales 0 sintéticos, muchas veces obte mismas bases. Los lazos de transformacién con el medio han experimentado, ues, una profunda mutacién. Las técnicas de transformacién de 1a materia tie- nen un impacto bastante débil sobre la utilizacién del espacio. Es evidente que para ser ejercidas necesitan Un soporte, unos terrenos, pero para cada puesto de trabajo bastan unos pocos metros cuadrados o unas pocas decenas de metros cuadrados. Lo que al gedgrafo le interesa mas directamente es el circuito que describen las materias transforma- das, el que recorre la energia empleada en la opera- cién, entre las minas, los campos o los bosques que las suministran en su estado bruto, y los mercados que las absorben en su estado acabado: la localizacion de tales actividades se estudia a través de los flujos de materia —y de informacién— que implican. Para la geograffa hay un segundo cardcter igual- mente importante: la escala 6ptima de producclén varfa con el nivel técnico. En tanto no se utilizan mé- quinas la pequefia unidad obtiene tan buenos resulta- dos como la grande; nada incita a la concentracién. Pero cuando se dispone de maquinas le situacion ‘cambia. En muchos casos la eficacia de las maquinas rece con su dimensién, su complejidad, y el numero de operaciones que permiten efectuar en un tiempo Las téenicas y el espacio 75 dado: se dice de ellas que dan origen a economlas de escala. A partir de esta situacién se tiene interés en concentrar la produccién en factorias lo suficiente- mente importantes para justificar la mas potente ‘maquinaria, Transporte y comunicacién 1. Las técnicas de transporte més primitivas no tienen otra finalidad que la de facilitar al individuo por- teador el traslado de la carga y su arrumaje. Para satisfacer todas las necesidades de la vide de inter- cambio son entonces suficientes los senderos. Lo mis- mo ocurre cuando se utilizan los animales de carga, aunque las cantidades transportadas aumentan ya mucho, sobre todo allf donde son utiizados animales vigorosos, como el camello. No siempre el rodaje es mejor, y presupone la construccién de caminos y de puentes. Con arreos adecuados —como los realizados a partir de los sigios xu xi- el rodaje es ya mds eficaz. Hasta el siglo xix, y @ pesar de todos estos adelantos, los transportes continentales fueron mucho. més dificiles que los que proporcionaban las vie maritimas o fluviales: la vida de relacién se concer traba més fécilmente a lo largo de las costas, de los ros, y més terde de los caneles. La Revolucién Industrial ha ido precedida y acom- Pafiada de una serie de innovaciones que han trastor- nado progresivamente las condiciones del transporte el ferrocarril, y luego el automévil y la moderne carre- tera en los continentes, la navegacion a vapor y luego, @ motor en los mares, y la aviacién por doquier, han agilizado los enlaces, diversificado los medios, y reba- 76 La nueva geogratio. jado los costes. La utilizacién de estos importantes medios implica una infraestructura tanto més comple- ja cuanto més considerable 9s el tréfico que tiene que soportar. El coste del transporte es més bajo cuando se recurre a los medios de transporte més eficaces, pero estos implican unos equipamientos vieles més ‘onerosos, en tal medida que su utilizacién sdlo es inte- resante a partir de determinado trafico. En el ambito de los transportes se produce un efecto de economia de escala perfectamente comparable al que se obser- va en las actividades de transformacion. 2. Al transporte de los bienes y de las personas se contrapone la comunicacin de las informaciones. Esta se efectua entre unos interlocutores que emiten o reciben los mensaies. El estudio de los casos de comunicacién, descui- dado largo tiempo, ocupa un considerable lugar en la nueva geografia, puesto que permite comprender cud- les son los horizontes individuales y las condiciones de su transformacién o de su ampliacién. Mientras no se dispuso de media apropiados la comunicacién estuvo limitada al alcance de la voz y de la vista: un radio de algunas decenas o de algunos centenares de metros alrededor de quien habla o grita; ademas, la calidad de la audicién disminuye rapidisimamente con la distancia. El alcance es muy reducido. La relacién cara a cara tiene la ventaja de que se movilizan todos los sentidos: si estamos lo Suficientemente cerca de nuestro interlocutor vemos ‘observando su mirada si miente o si es sincero, y los movimientos de sus manos 0 de su cuerpo subrayan sus palabras, Al transformar el mensaje en un bien material de conservacién facil y de cémodo transporte, la escritura prolongé hasta el infinito el alcance de la comunica- Cién. Pero esta siguid siendo lenta mientras lo fueron Las téonicas y ef espacio 7 los medios de transporte. Ademés, no todo fo que se dice de viva voz puede expresarse fécilmente por escrito: la comunicacién redactada impone une selec- cién; las informaciones abstractas viajan mejor que las que tienen relacién con los gestos, las actitudes y las técnicas. La imprenta convirtié a la escritura en el primer medio de comunicacion de masas: la imprenta sust: tuy6 el diélogo por la difusién de un mensaje multi cado de modo que alcanzase a numerosisimo pablico Partiendo de un Gnico emisor. Actualmente los medios de telecomunicacién per- miten transmitir la escritura (telégrafo), Ia palabra (te- Igfono, disco, cinta magnetofénica), las imagenes fijas (fotos, belinogramas), les imagenes en movimiento {cinematégrato, televisién). En muchos casos la trans- misién es instanténes. El efecto de filtrado es menos sensible que para la escritura, pero la relacién rara- mente es simétrica para las formas de comunicacién més ricas. Las técnicas sociales: conocimiento e inspeccién del espacio 1. Los esquemas mentales cuyo cometido hemos visto @ nivel de cada individuo no estarian estructura- dos como lo estén —incluso aunque sorprendan por ‘sus lagunas— si la sociedad no nos diera @ cada uno los instrumentos para describir y conceptualizar el espacio. En principio proporciona el sistema general de referencia, el de los puntos cardinales, que encon- ‘tramos en todas las culturas, aunque no siempre estén atticulados sobre las direcciones astronémicas. 78 Le nueve geogratie No obstante, un marco abstracto no es suficiente para orientarnos y describir un espacio. Al terreno se le bautiza: los accidentes topograficos, los estableci- mientos humanos, las organizaciones notables, tienen un nombre, lo cual permite transmitir las informacio- nes localizandoles. Ademés, para la evaluacién que cada uno hacemos del medio la lengua ofrece un ins- trumento més 0 menus prucisu; los usr, pastores apasionados, jdispanen de més de 300 términos para designar el pelaje de sus animales! Para hablar de la nieve los canadienses de habla francesa han forjado algunas docenas de expresiones para lo que el francés de Francia tiene solo unas pocas, ‘Al lado de las técnicas de comprension del espa- cio que Gnicamente se basan en la lengua, el mapa significa un adelanto esencial. Ei discurso permite poco més que la descripcién de puntos notables, la Presentacién de panoramas, o la relacién de itinera- rigs. Estos elementos devienen movilizables mucho mds facilmente si son trasladados sobre un plano que itde los rasgos observados en relacién unos con otros, aunque sea de forma rudimentaria, 2. A menudo los gedgrafos y los sociélogos siler ian las téenicas de la inspeccién, a pesar de que desempefian una funcién esencial en la vida de todas las colectividades, ya que permiten su administracién. La capacidad de Inspeccién de una persona depende de la acuidad de sus sentidos; esté limitada or el radio limite de audicién y de vi ejercerse en el mismo momento mas que en un ar Teducida. Esté igualmente en funcién de la compleji- dad del sector cubierto, de la naturaleza de su super cle, de la cantidad de objetos o de seres que alli se encuentran. En la superficie del mar, por la que la vista puede correr sin ninguin obstdculo, él campo visual lle- 9a hasta el horizonte extremo. La inspeccién es més Las téonicas y ef espacio 79 dificil en lugares donde la topografia es accidentada la vegetacién densa, y las construcciones numerosas. La inspeccién s6lo es eficaz si adjudicamos un sector delimitado a quien es su responsable: en tal caso este puede organizer el barrido sistemético de la, superficie, ya sea partiendo de un punto fijo o bien recorriendo determinados itinerarios. La superficie cubierta es més © menos extensa en funcion de la misién: es minima cuando se tiene que observar y anotarlo todo; y es mayor cuando solamente se inte- resa por una parte de lo que sucede. Una buena inspeccién entrafia, pues, unos acon- dicionamientos especiales: en lugar destacado esta el cuadriculado del terreno. Las circunscripciones, los circulos, las secciones, fas comunas, los cantones, las prefecturas, gobemaciones, etc., que crea el poder, no tienen otra finalidad que le de encerrar a las pobla- ciones dentro de una red en la que es fécil tenerias controladas y seguir algunos de sus comportamientos. Cuando se pretende saber todo lo que se refiere a aquellos @ quienes se observa, es necesario ir mas lejos en la organizacién del espacio: el «Panopticon» propussto por Bentham ofrece al campo de la mirada unas facilidades ejemplares, como observa Michel Foucault. Los niveles técnicos La diversidad de las relaciones con el espacio que, en la vida de las sociedades, introduce el progreso técnico, parece inmensa; no hace esto que sea initil cualquier generalizacion tedrica? En realidad las técni- cas se condiconan mutuamente; algunas son més a0 Le nueva geogratia importantes que otras para modelar el aspecto de una socieded, y ello explica que podamos reducir todas las configuraciones a tres grandes niveles. Las sociedades arcaicas inicamente saben practi- car Ia caza, la pesca, y la recoleccion; no disponen de medios de transporte eficaces, ignoran las comuni- taciones a distancia: sus caracteristicas dominantes son el imperfecto dominio del medio y la dificultad de las relaciones. Las sociedades histéricas, o sociedades interme- dias, cuenten con una agricultura y una ganaderia ef caces si evaluamos los resultados en rendimientos, pero en ellas la productividad del trabajo es escasa. Estas civilizaciones disponen de esoritura; en contra~ partida, sus técnicas de transporte a menudo son Mediocres, asi como su arte de fabricar los bienes de consumo no alimentarios, los equipos, y el utillaje. Después de la gran transicion que sefiala el paso de la sociedad tradicional a la sociedad avanzada (su comienzo esté marcado por la Revolucién Industrial, y sin duda estamos viviendo su final), para dominar las pirémides ecoldgicas ya no se requiere mas trabajo; las técnicas de transformacién estén diversificadas hasta el infinito; los trensportes son répidos y médi- cos;la transmision de noticias se lleva a efecto instan- téneamente a distancia, y el filtrado de que va acom- pafiada es menos importante que antafio. Es evidente que el espacio no tiene el mismo valor que en las sociedades arcaices. 5. Los modelos econdémicos Aspectos generales Lus imuueios eeundmivos ocupan un lugar deste- cado en la nueva geografia: a través de ellos comen- zaron las innovaciones a penetrar en el curso de la década de 1960. Durante unos diez afios los progre- 08 de la reflexion teérica se limitaron a este Ambito, Los avances que han tenido lugar ulteriormente en las otras ramas muchas veces se han calcado, en su trémite, sobre los resultados obtenidos en aquellos modelos. __1. Los modelos econémicos se basan en hipéte- sis reiativas al espacio, a los actores, y a los mecanis- mos de ajuste de sus decisiones. Originariamente estas hipétesis eran muy simplificadoras: 2) El espacio es un plano homogéneo y uniforme: la superficie de transporte. 6) La vida econémica es obra de agentes indivi- duales o bien de empresas. Se supone que sus comportamientos son racioneles y que su informacién es total. ) Las decisiones se ajustan mediante el juego del mercado © por medio del de la circulacién de las rentas. Cuando hablamos de situaciones de este tipo no podemos pretender ser realistas, pero es facil sacar unos arguments impecables y formalizarlos. Por ejemplo, una decisién racional llega a minimizar un coste o a maximizar un ingreso: se trata de un proble ma extremo que los mateméticos saben resolver a la perfeccién. 82 La nueva geogratia Los modelos econémicos construidos a partir de este cuerpo de hipétesis son principalmente utiles por su aspecto normativo: indican lo que sucederia si los comportamientos estuviesen Impregnados de sensa- tez y si el espacio fuese transparente. 2. Los trabajos actuales se inscriben en un marco menos rigido: a) Elespacio ya no es siempre necesariamente la llanura de transporte, lo cual evita prescindir de las irregularidades de! medio real. 4) Se tienen en cuenta la imperfecta racionalidad de los comportamientos y la limitacién de los horizontes. Es evidente que las demostracio- nes se hacen més dificiles, puesto que no se puede recurrir 6 unas matemadticas tan simples y tan elegantes como hace algunos afos, pero ‘al valor explicativo del modelo es mayor. En contrapartida, pierde su cardcter normativo, lo ‘cual hace que no pueda ser tan utilizado en ios trabajos aplicados. ¢) Al lado del mercado, se concede un importante lugar a los mecanismos planificedos de ajuste de las decisiones. Mientras se supuso la trans- parencia perfecta esto no era necesario: en efecto, se demuestra que en semejante caso el mercado y el plano llegan a las mismas so- luciones y a las mismas disposiciones espa~ ciales. Cuando introducimos las limiteciones procedentes del espacio, cuando tenemos en cuenta el coste de la informacién en particuler, los resultados de los sistemas dejan de ser similares y reclaman ser estudiados cada uno por separado. Si se trata de una economia liberal ya no existe compotencia perfecta, ya ‘no existe mercado que funcione bien en cual- quier circunstancia. En un sistema centralizado Los modelos econdmicos 83 el planificador jamas esta soguro de le calidad de las informaciones que recibe, de manera que @ menudo sus célculos estén plagados de errores. Es posible clasificar los modelos por grandes familias. Los que fueron formulados antes de 1960 0 1965 hacen generalmente hincapié en el papel de los costes de transporte en el orden espacial; los estucios recientes insisten en las cargas originadas por las, transferencias de Informacién. Los andlisis regionales ‘son quizé tan importantes como los estudios sectoria- les, aunque sean menos conocidos: proporcionan excolentes interpretaciones tedricas de las realidades urbanes, regionales 0 nacionales. Los modelos del espacio econémico y los transportes Los modelos ideados por los economistas espa- ciales en el transcurso del siglo xix o durante las primeras décadas del presente solamente conservan, de la diversidad de las funciones del espacio en la vida econdmica, su papel de soporte de las actividades y su importancia como freno a la movilidad de los bie- nes y de las personas. Estos modelos son adecuados para dar cuonta de unas economies en las cuales los gastos de desplazamiento son elevados aunque sin imponer la autarqula. Se aplican perfectemente a las economias de la fase de transicién. a las naciones en vias de industrializacién. 1. Von Thiinen nos ilustra sobre la disposicién de los cultivos alrededor del mercado al cual estén desti- 84 La nueve geogratia fig 2 Elesquems de Yon Thonen i rencimierts de une hectices eutivae varia agin oe cutis Ia iatancio fn eada punto el cutvodor age lo que mts 1 inde IM: murat en negro culos hori trade oscuro creas ramado lv ganederia pas cane nados (fig. 3). Lo que produce una hectérea cultivada Se transporta més o menos bien, y los costes varian Sequin los productos obtenidos: son maximos pera los productos delicados y de dificil conservacién (fruta, Yerdura, leche); son elevados pare los productos pe- sedos (madera, cereales); y son bajos para los pro- ductos féciles de transportar (genado a pie). Si se pretende que el mercado sea abastecido de productos delicades y de dificil conservacién —de fru- fa. do verdura, de lucie es necesario quo ol precio ‘obtenido por Ia venta del producto de una hectéres de estos cultivos sea superior al precio obtenido por las otras mercancias: si no fuese asi no hebria ningun agricultor lo suficientemente ingenuo para dedicerse a tna especulacién en la que iba a perder dinero; los ‘que estuviesen instalados cerca del mercado no ten- rien interés en ello; y los que estuviesen ubicados Los modelos econémicos 85 més lejos se verian aun menos incitados, puesto que al precio obtenido en el mercado hay que restarle los gastos de transporte, y que la ganancia neta dismi uye, pues, muy répidamente con la distancia. Asi, los precios del producto de una hectérea se clasifican en el mercado segun la gama de los grava- menes del transporte. Los cultivos se ordenan en el espacio en funcidn dy lus gastos de envio de las cose- chas: en el primer circulo que rodea el mercado encontramos fruta, verdure y productos lécteos; a cierta distancia la venta del producto de una hectérea cultivada de cereales reporta més que la de una hecté- tea de productos horticolas. Ahi empieza el segundo irculo {en rigor deberiamos tlamarle anillo), que va hasta la distancia a partir de la cual la ganaderia para came se convierte en la actividad mas interesante. Von Thiinen habla tomado el ejemplo de las con- diciones de su época en el norte de Alemania, en don- de explotaba unas tierras, El modelo de Von Thiinen ha dejedo répidamente de ser adecuado para la expli- cacién de la geogratia agricola a escala de una ciudad y-de la regién que la rodea, puesto que los gastos de transporte han disminuido tan deprisa que han dejado de gravar demasiado sobre el precio, salvo para los cultivos de huerta, en los que se plantea el problema de la conservacién. Pero el modelo sigue siendo apli cable para comprender la geografia mundial de las especializaciones agricolas: alrededor de las grandes concentraciones urbanes e industriales del noroeste de Europa o del nordeste de Estados Unidos se extien- den unas zonas de cultive muy intensivo con un importante papel de la ganaderia lechera y de los cul- tivos de huerta y de frutales; mas lejos, en el Middle West estadounidense 0 en Europa central, los siste- mas son menos intensivos, siendo mds importante la parte cerealista. La ganader‘e extensiva esté reserva- da a las lejanas tierras del Oeste estadounidense, de la

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