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NUMEROS ENTEROS José Luis GONZALEZ Maria D. IRIARTE Manuela JIMENO Alfonso ORTIZ Antonio ORTIZ Esteban SANZ Inmaculada VARGAS-MACHUCA 2. Los nimeros negativos y su larga y azarosa historia ‘Nada es espontineo. Nada esté dado. Todo es‘construido Bachelard Los nimeros negativos junto con los irracionales y los complejos se contraponen a los naturales y fraccionarios positivos, tanto por la forma en que surgieron como por la fecha de su aparicion histérica. Los naturales y fraccionarios tienen sus raices en la experimentacién con magnitudes, ya sean discretas o continuas. Constituyen un logro social histé- ricamente muy temprano y ligado a las necesidades cotidianas de cuantifica- cién. De hecho, durante mucho tiempo, se ha identificado nimero con magnitud. Por el contrario, los negativos, los irracionales y los complejos | tienen su origen en la practica matematica y mas concretamente, en las | manipulaciones algebraicas. Fueron introducidos «ad hoc» a fin de hacer “ resolubles ecuaciones como estas: x+2=02-2=502°4+2=0, Su aparicién histrica fue mucho mas tardia y, ain tuvo que transcurrir | més tiempo hasta que fueron, admitidos primero, y legitimados después al | dotarlos de un fundamento teérico. En el caso de los negativos, el periodo que va desde su aparicién hasta su aceptacién duré mas de 1.000 aiios, y la historia de su aceptacién como nimeros, fue un proceso Ileno de avances y retrocesos, de oscilaciones que 21 van del total rechazo a su aceptacién como «artificios de calculo»; de inten- tos infructuosos por dotarlos de una existencia real. Y esta larga y azarosa historia no se cerré hasta el siglo pasado. El problema de los negativos, que habia atormentado durante tanto tiempo a los matematicos, termind cuando éstos abandonaron la empresa de descubrirlos en la Naturaleza y comenza- ron a verlos como creaciones intelectuales. La solucién supuso, pues, una inversin en la forma de entender la relacion entre lo real y lo formal. Desde esta perspectiva se vio claro que la justificacion de los negativos s6lo provie- | ne de las leyes ldgicas y aritméticas, . Adivinanza: Dime qué es, que cuanto més le quito més grande es. 2.1. LA APARICION DE LOS NEGATIVOS Y SU REDUCCION A LA CLANDESTINIDAD zacién griega: desconocimiento de los negativos 2A. Ci Los fildsofos griegos del siglo vi a. de C., convencidos de la fuerza de la razon, fueron los primeros en dar una explicacién racional de la Naturaleza; los primeros en concebir que la naturaleza obedecia a un plan matemitico, como queda expresado en el lema de los pitagéricos (siglo vi a. de C.): «Todo es numero». Posiblemente, los pitagéricos identificaban nimero con magni- tud lo que les Ilevé al convencimiento de que a todas las cosas de la Naturaleza se les podia asignar un numero natural o una razon de nuimeros naturales. Para su desgracia, fueron ellos mismos los que descubrieron la existencia de magnitudes inconmensurables, cuya razon no se puede expresar mediante numeros naturales. Es el caso del cateto y la hipotenusa de un tridngulo rectangulo isésceles. Pero si su raz6n no era un nimero natural o fraccionario, qué era? La solucién dada por Eudoxo de Cnido (408 a. de C. 355 a. de C.) consistié en eludir el tratamiento numérico de las magnitudes considerandolas s6lo geométricamente. Pues cuando ,/2 se considera como un segmento deja de diferenciarse de 1 0 de 2/3 que seran, a su vez, otros segmentos. : | El descubrimiento de las magnitudes inconménsurables fue, posible- mente, un determinante de la orientacién de los matematicos griegos hacia la geometria en detrimento de la aritmética y el algebra. Quizds fue la causa de 22 que no cbncibiesen los nimeros negativos: no se les podia representar grafi- camente mediante un segmento. En algebra geométrica resolvieron ecuacio- nes de 1 y 2 grado y establecieron identidades algebraicas, utilizando repre- sentaciortes geométricas. Asi, establecieton la propiedad distributiva: ab +c¢+d)=ab+ac+ ad ya que el area del rectngulo de base b + ¢ + dy altura a, es igual a la suma de las areas de los rectangulos de altura a y bases 0, c, d respectivamente. Los matematicos del periodo alejandrino, —que se inicié 300 a. de C- influenciados por la civilizacién egipcia y babilonica hicieron una matemati- ca mas orientada a resolver problemas practicos. Abordaron temas de opti- ca, geografia, hidrodinamica y astronomia. En el curso de estos trabajos utilizaron numeros irracionales mediante aproximaciones e hicieron un desa- rrollo del algebra sin-hacer uso de la geometria. En este campo hay que destacar a Diofanto del que s6lo se sabe que vivi6 en la época que va del afio 250 al 350 a. de C. Se le suele considerar el creador del Algebra porque introdu- jo una notacién abreviada para representar las potencias y las cantidades desconocidas, y porque abordé la resolucién de las ecuaciones algebraicas sin recurrir a la geometria. Asi, un producto concreto del tipo (x — 3)(x — 2) es desarrollado algebraicamente sin justificarlo geométricamente, lo que hace suponer que conocia la identidad algebraica. (a — 6) (¢ — a) = ae — be — ad + bd aunque esta no aparecia explicitamente en su obra. En cambio, si cita una regla para el producto de diferencias que puede ser considerada como el germen de lo que después se ha llamado la regla de los signos. La regla dice: «sustraccién por sutraccién da adicién». Sin embargo, ello no significa que conociese los niimeros negativos, pues esta regla se refiere al producto de diferencias y siempre que a > b yc > d, y no al producto de ntimeros negativos como entidades aisladas. El hecho de que sdlo considerase las raices positivas de las ecuaciones viene a confirmar el desconocimiento de los negativos por parte de Diofanto. En resumen: los niimeros negativos brillan por su ausencia en la matemé-| | | tica griega. El haber tomado a Ia geometria como soporte del Algebra | impidid que los matematicos de la Grecia clasica se planteasen Ja necesidad \ 23 de un nuevo tipo de numeros. Cuando al resolver geométricamente una ecuacion Ilegaban a que tenian que sustraer un segmento mayor de otro menor, la cuestién quedaba zanjada por imposibilidad. Los matematicos de la época alejandrina, acuciados por la necesidad de resolver problemas tecnicos, despojaron a la aritmética y al algebra del ropaje geométrico y por ello, Diofanto tuvo la oportunidad de haber ampliado el campo de los niimeros. Pero no fue asi, y es muy posible que el enfoque practico de su trabajo —su «Aritmética» consiste en una coleccién de 150 problemas— obstaculizara el que la necesidad de un nuevo tipo de nimeros saliese a flote, pues en la practica cotidiana los negativos no son imprescindibles. 2.1.2. Civilizacién hind i: invencién de los negativos La gran contribucién de los hindites a las matematicas fue la creacién de un sistema de numeracién posicional de base diez, cuya eficacia y simplici- dad para el calculo aritmético hizo que se extendiera y que hoy sea universal- mente aceptado. La necesidad de agilizar los cdlculos astronémicos hizo que los sabios hindiies se preocuparan por idear formas de representacion numé- tica que simplificasen los calculos. Provistos de este potente instrumento, los matematicos hindies llegaron a ser unos virtuosos del cAlculo aritmético y algebraico; virtuosismo que unido a su talante poético y a su superficialidad Logica, les permitié concebir un nuevo tipo de simbolos para representar la ausencia que, posteriormente en Occidente, se les Ilamé negativos. 7 Al parecer, los matematicos chinos también poseian la idea de numero \ negativo y estaban acostumbrados a calcular con ellos utilizando varillas \ negras para representar los negativos y rojas para denotar los positivos. Sin “Cmbargo, la primera vez que aparecen de forma explicita las reglas que rigen | la aritmética con los negativos es en una obra del matematico hindi Brah-} magupta que data del afio 628. En ella se explican los algoritmos para, efectuar sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, potencias y extraccién de, raices con lo que llamaba, «los bienes», «las deudas» y «da nada», es decir, con lo que hoy llamamos nimeros postivos, negativos y cero. Brahmagupta, pues, no sdlo utilizd los negativos en los calculos, sino que los consideré como entidades aisladas y los doté de una aritmética concordante con la de los enteros. Otro tanto hizo con los irracionales, y en uno y otro caso expresé las reglas operatorias que rigen su uso de manera puramente numé- tica, sin hacer referencia a la geometria, En Algebra, los hindies introdujeron algunas abreviaturas y simbolos para las operaciones, y Brahmagupta consideraba las dos raices de la ecua- cién cuadratica, atin cuando fuesen negativas o irracionales. Todos estos logros hindites fueron posibles gracias a su despreocupaci 24 por el rigor y la fundamentacién légica; su orientacion hacia problemas de orden practico; su gusto por conjugar lo abstracto con lo poético, lo formal con lo liidico —como quedé plasmado en el ajedrez— y lo practico con lo formal. Sin embargo, en lo que se refiere al tratamiento que hicieron de los negativos, su logro cay6 en el vacio, y fue necesario que transcurriesen varios siglos para que fuese recuperado. 2.1.3, Civilizaci6n ‘Arabe: los negativos -ignorados El afio 622 marca el inicio de la era musulmana y el comienzo de la expansién del estado islamico. Después de un siglo donde predominé el espiritu conquistador, los drabes comenzaron a interesarse pot la cultura de las civilizaciones invadidas. Se desperté su pasion por las traducciones y Bagdad, a donde emigraron sabios procedentes de Siria, Iran y Mesopota- mia, se convirtié en el centro del desarrollo matematico. Al-Kwarizmi fue el matemitico que alcanzé més popularidad posterior. De él se sabe que murid en el afio 850. Escribié diversos tratados de astronomia y dos libros: uno de aritmética y otro de Algebra que tuvieron mucha influencia en la matematica europea de finales de la Edad Media y del Renacimiento. El de aritmética explica el sistema de numeracin y los méto- dos de calculo hindwes, La importancia de Al-Kwarizmi en la transmision del método hindi ha quedado inscrita en el lenguaje, en el nombre que se le da al sistema de numeracién decimal que es el de «sistema hindt-arabigo», pero, sobre todo, en el término «algoritmo» —hoy utilizado para indicar cualquier proceso operativo de resolucion— que proviene del término «algo- rismi», utilizado durante la Edad Media para indicar el método de calcular haciendo uso de los numerales arabigos. Y mas atin: el nombre de «Algebra» procede del titulo de su obra mas importante, el «Al-jabr wa'lmuquabalah», que trata de la resolucién de ecuaciones de segundo grado por métodos algebraicos y geométricos. _ En oposicién a Brahmagupta, Al-Kwarizmi y los algebristas Arabes solo consideran las raices positivas y no utilizan ningun tipo de abreviatura o, simbolos de notacién. Su Algebra era totalmente retdrica, es decir, que sdlo Utilizaban el lenguaje natural y carecian de un simbolismo especifico. — En el Algebra arabe hay influencias del Algebra babilnica, también ret- rica, del algebra geométrica griega, que hacia uso de los métodos geométri- cos para la resolucién de ecuaciones, y del algebra hindu al abordar métodos de resolucién totalmente numéricos. Sin embargo, no recogieron aportacio- nes anteriores de importancia como son: la consideracién de las raices negativas y el uso de notacion. La no consideraci6n de las raices negativas, es muy posible que provenga 25 de la identificacién que hacian, al igual que los griegos, entre nimero y magnitud. También debié influir su mentalidad practica que les Ilevo a hacer una matematica muy ligada a ras de tierra —al parecer su interés por el Algebra nacié ante la necesidad de resolver complicados problemas de heren- cias—. Pero, jdénde se encuentran las magnitudes absolutas negativas en la realidad? Los arabes tropezaron con el obstaculo que impidié durante siglos la aceptacién de los negativos como nimeros, a saber, la identificacion de néimer | magnitud, El rechazo de los arabes. hacia Ios iegativos fue save, se limitaron a ignorar a esos monstruos sin soporte real fruto de la capacidad de inventiva e imaginacién de los hindwes. Conocian, si, las reglas para operar con los negativos, pero considerados como restas indicadas. Es seguro que como buenos conocedores del algebra hindi, los matema- ticos arabes tenian noticia de los negativos. Sin embargo, pudo mas su fe en el conocimiento sensible. 2.1.4. La época medieval europea Con la invasion de los barbaros y la caida de Roma (476) el mundo occidental inicia una etapa de total decadencia matematica. El fanatismo religioso contribuyé en gran medida a mantener a Europa en su letargo, pues la cristiandad se cerré durante mucho tiempo a cualquier influencia que pudiese provenir de esos «hijos de Satan» que eran los arabes. La consecuen- cia mas notoria de este sectarismo intelectual fue el no poderse beneficiar del sistema de numeracién decimal ideado por los hindies. Esto supuso que el cAlculo aritmético, que hoy llamamos elemental, constituyese un saber solo dominado por los calculistas profesionales. El escritor francés Michael Mon- taigne nos proporciona una prueba de ello. En 1850, en el libro II de sus «Ensayos», declaraba «No sé contar ni con fichas ni a pluma»; es decir, Montaigne no sabia calcular ni con el Abaco, ni con las cifras arabes. De hecho, la extension del sistema de numeracion hindi-arabigo en Europa fue lenta y dificil. La lucha entre «algoristas» y «abacistas» no se zanjo hasta el siglo xvi en el que los matematicos, al adoptar el método de «os algoristas» para sus calculos, dieron victoria a éstos. Sin embargo, la utilizacién del dbaco, sobre todo entre los comerciantes, se mantuvo hasta el siglo xvi. Leonardo de Pisa, mas conocido como Fibonacci, es el matematico mas importante de la Europa medieval. Por ser hijo de un comerciante italiano con negocios en el norte de Africa, tuvo oportunidad de viajar por Egipto, Siria, Grecia y Sicilia, y de conocer la matematica arabe. El método de calcular hindt, lo aprendié de maestros musulmanes y, convencido de su eficacia, escribid en 1202 su «Liber abaci» («El libro del abaco») donde, en contra de lo que indica su titulo (ise lo pondria para disimular?), expone el 26 sistema de umeracién indio, explica los dlgoritmos de cAlculo y. desarrolla sus aplicacidnes comerciales. En cuanto a los nameros negativos Fibonaci sigue la tradicién arabe de no aceptar las raices negativas de una ecuacién, posiblemente por conside- rarlas no significativas. Sin embargo, segiin algunos historiadores, en un problema de dinero interpret un nimero negativo como una pérdida. Se puede decir, pues, que durante la Edad Media, ni la matematica arabe, ni la europea recogieron el avance de los matematicos hindues de considerar las restas «imposibles» como posibles, introduciendo para ello los nimeros negativos. Eh este sentido la época medieval supone un retroceso a la ssituacién en que quedé la cuestiOn en-el.tiempo de Diofanto: los nimeros | negativos s6lo se consideraban como (eta) indicadas, aunque en el medievo [se da un cambio de matiz sustancial. No s6lo no se consideran a los negati- vos como entidades aisladas sino que comienza a considerarse que tales entes no se deben considerar. Se inicia, pues, el rechazo activo hacia los negativos y, con ello, su periodo de clandestini El algebra es generosa, a menudo da més de lo que se le pide». D’Alembert 2.2. REAPARICION DE LOS NEGATIVOS. SU ACEPTACION COMO ARTIFICIOS DE CALCULO 2.2.1. El Renacimiento Tras un periodo de decadencia a finales del siglo x1v y principios del siglo xv, al que contribuyeron la peste negra y las guerras entre Francia e Inglate- ra, comienza una época floreciente para Europa que se conoce con el nombre de Renacimiento. Diversas circunstancias lo hicieron posible: el dinamismo de una clase social formada por artesanos libres interesados por el conocimiento de los materiales y las técnicas, los descubrimientos geografi- cos, la introduccion de la pélvora y la preocupacién por la defensa de las ciudades. Todas ellas plantearon nuevos problemas que condujeron al estu- dio de la naturaleza. Por otro lado, la invencién de la imprenta permitié un mayor conoci- miento de las obras de los autores griegos que habian sido traducidas en el periodo medieval. Esto supuso un redescubrimiento del saber clasico que se 27 vio también favorecido por la emigracién de los sabios bizantinos a Europa, tras la caida del Imperio de Bizancio en 1453, Sin embargo, en el dominio del saber matematico, las primeras obras que se imprimieron y popularizaron no fueron las de los matematicos griegos, sino los tratados arabes de Aritmética y Algebra, quizds porque resultaban mas asequibles, por su enfoque practico, a la formacién matematica de la época. Es muy posible que la influencia arabe determinara la orientacién del hacer matematico hacia el algebra en el Renacimiento. Italia, que durante la Edad Media habia jugado un importante papel en la trasmision del saber 4rabe a Europa, detenté, junto con Alemania, la primacia matematica en el Renacimiento. ~~ Con el desarrollo del algebra, los negativos aparecen de nuevo en escena, provocando entre los algebristas reacciones diversas que van del rechazo a la tolerancia, pasando por el espanto que hace que se les califique de falsos, ficticios o absurdos. Pero este rechazo es ya un sintoma de que los matem: ‘Cos se han detenido en ellos y una forma de reconocer su existencia aunque sea a través de negarsela. Quizas el término “negativo» pr e est &poca, ya ge eran los valores negados cuando se obtenian como raices de una ecuacidn. Se puede decir que durante el Renacimiento se abre una nueva etapa para los negativos. Ya no son ignorados como en la época anterior; se les reconoce, aunque dandoles el papel de «cenicientos», rechazados por todos pero utilizados también. Parece ser que la primera vez que en el Renacimiento aparece un namero negativo aislado en una ccuacién algebraica es en la obra del matematico francés Nicolas Chuquet (1445-1500). Se trata de su «Triparty» escrita en 1484, Aqui aparece lo que hoy escribiriamos 4x = —2 (entonces no existian los simbolos algebraicos «x», «=» y «—»). Hay que recordar que el Algebra heredada de los arabes era retérica, progresivamente se fueron introduciendo abreviaturas y simbolos, pero hasta el siglo xvi no se convirtié en simbélica. A la popularizacién de los simbolos «+» y «—» contribuyé la obra del algebrista aleman Michael Stifel (1487-1567), titulada «Aritmética Integra» y publicada en 1544, En esta obra Stifel muestra que conocia bien la aritmética de los numeros-negativos, que Ios admila como coelcientes en Ins cea nes y que operaba con ellos, pero los rechazaba como posibles raices de una ecuacién ya que los consideraba «numeri absurdi». Un afio después de la aparicion de la obra de Stifél se publicé el «Ars magna» de Giordano Cardano (1501-1576), que recoge el gran logro de los algebristas italianos —Escipione del Ferro (1465-1526), Tartaglia (1500-1557) y Ferrari (1522-1565)— la resoluci6n de la cuibica y la cuartica, con lo que se supera definitivamente el nivel alcanzado por el algebra arabe. Cardano no admite a los negativos como coeficientes en las ecuaciones algebraicas. Ello le obliga a considerar miltiples casos en la resolucién de la 28 7 cubica; por ejemplo: traté por separadé las ecuaciones «el cubo y la cosa | igual a eran y «el cubo igual a Ih cosa y a un ntimero» es decir, las | ecuaciones que hoy simbolizamos kx?.+ px = gy x? = + g/En cambio, { admite las raices negativas aunque dandoles el calificativo de ficticias, y conoce la aritmética de los negativos habiendo Iegado a enunciar la regla de | los signos. - ~ 4 Por otto lado Rafael Bombelli (1526-1573) trat6 de clarificar a los princi- piantes, segiin dicé“en-su-libro «Algebra», las reglas aditivas de los niameros enteros a través de haberes-y-débitos. Sin embargo,( Francois Viete\(1540-1603) que fue el matematico mds brillante de finales~del-siglo XvI, y que es considerado como el padre del Algebra simbélica por haber sido él primero en introducir simbolos literales para los coeficientes y las incégnitas, no _admitid a los tivos ni como coeficientes-ni.como raices. - * Al final de este periodo, el matematico flamenco S{ Stevin’ (1548-1620) se muestra mas condescendiente que su coetineo Viéte con Ios negativos. Los acepta como raices y como coeficientes. Les son utiles como herramientas de cAlculo, lo que le lleva a otorgarles una existencia como simbolos indepen- dientes en un cdlculo numérico. Admite la adicién de x + (—y) en lugar de considerarla como sustraccién de y a x. También traté de justificar geométri- camente la regla de los signos haciendo uso de la identidad_algebraica (a — b)\(c —d) = ac — bc — ad + bd, a la que representaba mediante la figura siguiente. ba Pero Stevin carece de interpretacién para los negativos y de las raices negativas de una ecuacién dice que son las raices positivas de su transforma- da. Es decir, que si —a es un nimero negativo raiz de x? + px = g entonces, el numero positivo a es raiz de x? — px = q. Tampoco para Stevin los negativos son fiables y ello resulta comprensible si se tiene en cuenta la definicion de ntimero dada por él: «un nimero es aquello que expresa oe cantidad». . algebrista inglés Thomas Harriot (1560-1621) que, al igual in cambio, el que Chuquet, ocasionalmente colocé un negativo en un miembro de la 29 ecuacion, no aceptaba las raices negativas e incluso lleg6 a dar una «demos- tracion de que tales raices eran imposibles». Como se ve, en el Renacimiento los negativos reaparecieron con fuerza y todos los matematicos se vieron en la necesidad de afrontar esos paraddjicos simbolos que operan como ntimeros pero que no expresan cantidad alguna. La actitud de los matemiticos frente a ellos es diversa y, aunque ninguno los considera como nimeros, Ja mayoria los utiliza como tales. La existencia de vaivenes y contradicciones~en-la~consideracion de los’ negativos es una muestra de la resistencia de los matematicos a aceptar como numeros a estos entes que no tienen sus raices en las experiencias de conteo y medicion, sino en la manipulacién formal que conlleva la resolucién de ecuaciones y que, por tanto, carecen de referencia material. 2.2.2. El siglo xvi Este siglo marca el nacimiento de la ciencia moderna. Las obras de los matematicos y fildsofos griegos habian sido ya asimiladas por algunos estu- diosos que afrontaron la busqueda de explicacién para la naturaleza, al igual que habian hecho los sabios griegos. Quizds Ja figura mas representativa de esta nueva orientacién en la busqueda de conocimientos acerca de Ja naturaleza es la del italiano Galileo Galilei (1564-1642), creador de la Fisica y defensor de la teoria heliocéntrica de Copérnico (1473-1543), circunstancia que le creé problemas con la Inqui- sicion. Fue Galileo quien sefialé con claridad el objetivo descriptivo de la ciet cia, «El libro de la naturaleza esta escrito con signos matematicos», destacd el lugar de la experimentacion y la observacién en Ja investigacién cientifica, y defendié el que todas las ramas de la ciencia deberian adaptarse al modelo matematico. Por su parte el fildsofo y matematico francés René Descartes (1596-1650) fue el portavoz mas distinguido de la filosofia de la ciencia iniciada en el Renacimiento, que unia la meta griega de busqueda del plan matematico de la naturaleza con la creencia cristiana de que Dios es el creador del Univer- so. Por tanto, los cientificos, al afanarse en descubrir las leyes matematicas de la naturaleza, no harian sino poner de manifiesto lo que estaba implicito en el disefio divino. Esta creencia, presente en todos los hombres de ciencia del siglo xvi y xvin, conllevaba el convencimiento de que las matematicas demostraban verdades. Precisamente, el encontrar un método para estable- cer verdades fue el principal interés de Descartes por las matematicas, por- que «de todos aquellos que han buscado verdades en las ciencias, s6lo los matematicos han conseguido ofrecer demostraciones, es decir, dar razones que sean evidentes y ciertas», 30 El desarrollo de las matematicas en este siglo se hizo en funcién de las necesidades ‘planteadas por el estudio de los fendmenos naturales, como es el caso del cAlculo infinitesimal, pero también se hizo en funcién de su propia fuerza interna como es el caso de la teoria de nimeros y del Algebra como rama independiente. Ambas circunstancias se encuentran en el surgimiento de la Geometria analitica. : Otra novedad de este siglo fue la existencia de una intercomunicacion, bastante intensa, entre los hombres de cientia. Solian informarse, a través de cartas, de sus logros. Asi se produjo cierta circulacién del saber que, posible- mente, favorecié la creacién de nuevos conocimientos. Con el nacimiento de la ciencia moderna, los métodos de célculo mate- maticos resultaron imprescindibles y florecieron en todas sus variantes: alge- braico, aritmético, infinitesimal, probabilistico. — — Como consecuencia, a los negativos, e igualmente a los imaginarios, se les fue abriendo el campo de actuacién aunque, simultaneamente, como era dificil justificarlos como nimeros persisitié el rechazo hacia ellos. Sin embar- go, su probada eficacia hizo que se mantuviera la biisqueda por encontrarles justificacién y asi surgieron las primeras interpretaciones que conducirian a legitimarlos como numeros. si pues, durante el siglo xvi; —Se amplia el uso de los negativos. —Persiste el rechazo hacia ellos. — Aparecen los primeros intentos de legitimacién. A) Ampliacién del uso de los negativos Los negativos e imaginarios Ilegaron a ser admitidos como raices por exigencias algebraicas y a ser considerados como «artificios de célculon. El problema estaré en_considerarlos como nimeros, es decir, en darles un significado que justificase el uso que se hacia de ellos. (Adin a finales del 2 | en el diccionario matematico de J. Ozanan no aparecen en el vocablo «ntimero» pero si en el de «raiz», como raices falsas.) a, Pero por otra parte, era un hecho que alli éstaban, surgian de la re-) / / solucién de ecuaciones, llevaban a resultados validos ¢ incluso, sise admi- | | tia su existencia, atin sin interpretar, iban a permitir métodos generales de| | | resolucién de ecuaciones. : El matematico flamenco Albert Girard (590-1639) fue el primero en reconocer explicitamente la utilidad lgebraica de admitir las raices negati- vas ¢ imaginarias como soluciones formales de las ecuaciones, porque ello permitia una regla general de resolucién y la construccién de ecuaciones a través de sus raices. 31 En su obra «Inventién nouvelle en l’algébre»:decia: «jPor qué esas soluciones imposibles? Por tres cosas: por la certidumbre de las reglas, porque no hay otras raices y por su utilidad». De hecho llegé a formular de manera clara y precisa las relaciones entre las raices y los coeficientes de la cubica y de Ja cuartica y a enunciar el teorema fundamental del algebra (toda ecuacion tiene tantas raices como indica su grado) que fue demostrado por Gauss dos siglos mas tarde. Por otra parte, John Wallis (1616-1703), el mas importante de los mate- maticos ingleses anteriores a Newton, aceptd los negativos con todas sus consecuencias, hizo uso de ellos y llegd a dar reglas para operar con poten- cias de exponentes negativos, y esto, a pesar de carecer de fundamentacion légica para ellos, e incluso tener la idea errénea de que los negativos son mayores que infinito: pues si la razén a/0 cuando a es positivo es infinita y si el denominador se sustituye por un numero negativo 6, que es menor que cero, la razén a/b, que es negativa, sera mayor que infinito. A finales del siglo xv la obra de Viéte fue ampliada y se admitié que las expresiones literales pudiesen tomar valores negativos. En resumen: los ni- meros negativos tras mostrar su posibilidad y eficacia son aceptados y utilizados como artificios de calculo. B) Perdura el rechazo hacia los negativos A pesar de que eran utilizados, el rechazo hacia los negativos persisitid debido a la dificultad para encontrarles un significado intuitivo y empirico, y adopté diversas formas. Negéndoles la existencia como niimeros Porque no encajaban en 1a idea que se tenia de nimero, cémo cahtidad © expresion de cantidad. Asi se explica la afirmacion de (Descarte¢: «No pueden existir nimeros menores que nada», y también la ah «He conocido a algunos que no podia entender que al restar cuatro dé cero quede cero». La denuncia de su cardcter contradictorio también conducia a negarles la existencia. De este modo Antoine Arnauld (1612-1694), matematico y tedlo- go francés, ante la proporcién —1:1::1: — 1 se preguntaba: como puede | ser una cosa menor a otra mayor lo mismo que una mayor a otra menor?» | Pues admitida Ia existencia del negativo y la relacién de orden «menor que» * entre ellos, se rompia la interpretacién de proporcionalidad, Sin embargo, problemas de este tipo fueron superados al dar mas peso a la «forma» que al contenido y asi lo aclard Leibniz (1646-1716): «Se pue de calcular con estas proporciones porque su forma es correcta». | 32 Evitandolos e ignorandolos Descartes, al igual que habia hecho Stevin, los evité transformando ecuaciones con raices negativas en ecuaciones con raices positivas. En la resolucién geométrica de la ecuacién de segundo grado los ignoré. Por ejemplo, para resolver la ecuacién x?= ax + 5? procedia de la siguiente manera. Traza un segmento LM de longitud 5. SobreL levanta un segmento LN perpendicular a LM y de longitud a/2. Con centro en N traza una circunfe- rencia de radio a/2. La recta MN corta a la circunferencia en O y en P, entonces x = a/2 + /a?/4 + B® = OM es el segmento buscado, Descartes ignora la otra raiz PM por ser «falsan, es decir, negativa. Fue en este contexto geométrico donde los negativos encontraron, por fin, un poco de reconocimiento y legitimacién como ntimeros. Cee ee eee east ees ag eee ©) Aparecen los primeros intentos para justificarlos Aunque los negativos surgieron de una necesidad algebraica, lo que hizo que adquiriesen mayor consistencia fue una necesidad algebraico-geométrica que-se inicidven el siglo xvi. Girard, fue el primero que aprecié el caracter algebraico-geométrico del neg ‘No solo tuvo en cuenta su validez algebraica sino que lo interpreto geométricamente: «Lo _negativo en geometria indica un retroceso, mientras que lo positivo es un avance», Incluso utilizé un problema geométrico para dar contenido a la raiz negativa. Con ello, Girard se anticipé a las ideas que ° sobre el negativo prevalecieron en el siglo xvul. Esta forma de ver ¢ interpretar el negativo_no fue secundada por Descar- tes y Fermat, creadores de la geometria analitica, y ello les supuso un obstaculo, pues al no aceptar Ios niimeros Hegativos no pudieron apreciar la verdadera potencia de la geometria analitica que ellos iniciaron, ya que la 33 descripcién total de rectas y curvas solo es posible si se admiten los valores negativos para las variables. Fue en conexion con el desarrollo de la geometria algebraica donde los negativos, ademas de mostrar toda su utilidad, encohtraron una interpreta- cién geométrica como abscisas de puntos que les fue abriendo las puertas para obtener la categoria de numeros. Descartes y Fermat actuaron de forma contraria a como lo habian hecho los matematicos griegos e introdujeron el nimero en el espacio, asignando un ndmero positivo a cada punto de una semirrecta y un punto de la semirrecta a cada numero positivo. Sin embargo, Descartes no consideré un sistema coordenado que hoy lamamos paradéjicamente «cartesiano», en el que tiene cabida el nimero negativo. En el caso de tratar con dos incégnitas, a una de ellas la considera- ba como un segmento variable sobre una recta fija con punto origen, y a partir del extremo variable de ese segmento levantaba otro variable, corres- pondiente a la segunda incdgnita considerada, segin una direccién fija dis- tinta a la anterior. Este artificio le permitié dar una interpretacion geométri- ca de las operaciones algebraicas y una aplicacién del Algebra a cuestiones geométricas. Pero el verdadero alcance de la geometria algebraica y la utilidad del negativo dentro de ella, no fue contemplada por Descartes, pues aunque reconocié que las ordenadas negativas tenian sentido opuesto a Cs) positivas, no consideré nunca abscisas negativas. Wallis, siguiendo el camino emprendido por Descartes, reconocid la fuerza que podia tener el algebra en geometria y defendid que las demostra- ciones algebraicas eran tan validas como las geoméricas, pero no todos sus contemporaneos fueron partidarios de dicha idea. No hay que olvidar que én estos momentos la independencia del algebra estaba surgiendo y la geome- tria era la que estaba solidamente establecida y justificada. El primero en utilizar de forma sistematica los ejes de coordenadas cartesianas, tal y como hoy los conocemos, fue Newton en un tratado que dedica al estudio y representacion de curvas planas, titulado «Enumeratio linearum tertii ordinis» que escribid en 1676. Con la recta numérica, los negativos adquieren un significado geométrico pues si 4 es la coordenada de un punto P, —4 es la de un punto @ situado a igual distancia del origen que P pero en la semirrecta opuesta. Esta idea fue expresada por Newton «Las cantidades son afirmativas, o sea, mayores que nada, o negativas, es decir, menores que la nada. Asi, en las cosas humanas las posesiones pueden Iamarse bienes positivos pero las deudas bienes negativos... Y de la misma manera en Geometria, si una linea trazada hacia cualquier direccién se considera afirmativa, la negativa sera la que se traza hacia la direccién opuesta» (capitulo V de la «Aritmética universalis»). Pero una cosa es la interpretacién geométrica del negativo (admitida ya por Girard y Wallis) y su utilidad en la geometria algebraica, y otra muy 34 distinta es que la geometria sirva de soporte a la estructura del nimero negativo, furidamentando expresiones que lo conlleven. Todo esto'dara paso a los planteamientos que sobre el mismo se haran los matematicos del si- glo xvi. Resumiendo: en esta época los nimeros negativos se aceptan por su utilidad, aunque para algunos carezcan de significacion, 0. bien-la-eviten, o bien le quiten importancia a esa interpretacién ante el cuerpo que iba tomando el algebra. Pero al mismo tiempo, se empieza a tener en cuenta la recta numérica como soporte c concreto,/ proporcionando una interpretacién a Tos negativos y ampliando las posibilidades de la geometria algebraica. «Cual no seria mi desconcierto cuando vi que nadie podia explicarme que menos por menos da mas (— x — = +)». Stendhal 2.3. INTENTOS FALLIDOS PARA SU LEGITIMACION Aunque el siglo xvutt es el siglo de Ia revolucién francesa y de la revolu- cién industrial, en el aspecto matematico se puede considerar como un periodo de transicion en el sentido de que no hay cambios radicales en la concepcién de las matematicas. Se desarrollaron los grandes logros del siglo anterior —el célculo infinitesimal y la geometria analitica— y aimque se iniciaron nuevos campos como los de las series infinitas, las ecuaciones diferenciales, el calculo de funciones y la teoria de variable compleja, sin embargo, la meta del trabajo matematico siguid siendo la misma que en el siglo xvut: la investigacion de las leyes de la naturaleza. Los problemas fisicos y astronémicos seguiran siendo la principal fuente de inspiraciéh de los matematicos. Y esta filosofia dominé hasta principios del siglo xix. En el siglo xvitt se asenté el poder de la ciencia y de las matematicas. Y si este poder explicativo era utilizado por algunos matematicos creyentes para confirmarse en la existencia de un ser supremo que habia disefiado matema- ticamente el universo, lo que no cabe duda es que este importante desarrollo de la ciencia se tradujo rapidamente en innovaciones técnicas que permi ron la revolucién industrial y la implantacién del modo de produccién capitalista. Durante este siglo la ciencia también se consolidé como atributo del poder. Existié una rivalidad entre los diversos monarcas para contratar a los grandes talentos. Se crearon las Academias, patrocinadas por los Estados, que impulsaron la investigacion y aglutinaron a los hombres de ciencia . Los 35 matematicos dejan de ser «amateurs», como ocurria en los siglos xvi y xvi, y Se inicia su profesionalizacién. Hay que sefialar, como sintoma de ia cone- xién ciencia-poder, las responsabilidades Politicas que asumieron muchos matematicos franceses en la época de la Revolucion. Otro fendmeno que caracterizé a este siglo es la extensidn de la ensefian- za, que hizo que se publicaran un gran numero de libros de texto, escritos Por los propios matematicos, Hoy estos libros sont de gran interés para el epistemélogo pues, debido a su cardcter pedagdgico, los matematicos cen- tran su atencion en explicar aspectos elementales de aritmética 0 Algebra, y la confusion y el embarazo que muestran en ocasiones ilustra la ausencia de JUStificacion’ y fundamentacion légica de esos cAmpOr ees La ausencia de rigor durante los siglos xvi y xvit permitié el progreso de las matematicas. Durante el xvi continud esta tonica, pero los matematicos comenzaron a resentirse de ella. El calculo infinitesimal fue el primero en ser objeto de criticas. La mas famosa es la que realiz6 el obispo Berkeley (1685- 1753) en su obra «El analista o un discurso dirigido a un matematico infiel» Publicada en 1743, a la que respondieron muchos matematicos y que fue el detonante que mareé la aparicién del deseo de fundamentar el calculo. Pero no fue lo tinico, las series infinitesimales también dieron lugar a paradojas, cuya resolucién exigié la aclaracién del concepto de serie conver- gente y divergente. La situacién se fue agravando con el siglo. Los intentos por justificar logicamente miltiples aspectos del desarrollo del calculo, a los que se llegaba en muchas ocasiones mediante un «formalismo ciego», no tuvieron éxito, aunque luego, sorprendentemente, esos resultados sé ajustaban a los fendme- nos fisicos. Es curioso el uso del término «metafisican al que recurria los matematicos cuando la razén no era suficiente para justificar una argumen- tacién. Aunque nos resulte extrafio, genios como Leibniz y Euler proclama- ron sin pudor su utilidad. Sin embargo, esto tampoco es nuevo. La Metafisica como cuerpos de verdades que existe fuera de la raz6n es una prolongacién de «la luz natural» a la que aludian los matematicos del siglo xvi. Durante los comienzos del siglo xix persistié la misma tonica que en el xvul: los matematicos estaban mas Preocupados por la _utilidad de_sus resultados que por él rigor légico de sus demostraciones, Seguian convenci- dos de que descubrian verdades del mundo-fisico, que eran parte del disefio divino del universo. No es de extrafiar que los esfuerzos por comprender las nuevas nociones que se habian introducido en las matematicas —los negati- Vos, los imaginarios, los infinitésimos...— fracasaran Porque como dice Mo- tris Kline «Los matematicos no supieron apreciar que esos conceptos no estaban basados en la experiencia inmediata, sino que eran creaciones de la mente», En cuanto a los «nuevos» niimeros hay que decir que los irracionales 36 4 habian sido aceptados, aunque carecian de justificacion logica, porque admi- tian ser interpretados como medidas de magnitudes y porque sus reglas de calculo eran analogas a las de los «viejos nimeros». Sin embargo, los negati- vos e imaginarios aunque fueron utilizados ampliamente siguieron siendo atacados y rechazados como en siglos anteriores. Pero se produjo una novedad: los matematicos se esforzaron por interpretarlos y hacerlos intuiti- vamente aceptables, y por justifiarlos, a finde hacerlos tedricaménte explica- bles, sin conseguir definitivamente ni lo uno ni lo otro. Asi pues, durante el siglo xvut y comienzos del x1x contintia el rechazo hacia los negativos y a la vez se multiplican los esfuerzos por legitimarlos, de dos formas: dando inerpretaciones concretas de los negativos y tratando de justificar logica- mente sus propiedades, en especial la regla de los signos. 2.3.1. Perdura el rechazo hacia los negativos Durante el siglo xvim los negativos siguen envueltos en yaguedades, confusiones e inconsistencias, debido-en grah)parte a Ja falta de un modelo unificador que le sirva de soporte. D’Alembert define las cantidades negati- vas como «aquellas que son observadas como menores que nada y que estan precedidas dél signo menos». Sin embargo, en su art lo«Negativo» de la Enciclopedia se contradice afirmando «Decir que la cantidad negativa es menos que nada.es_expresar_una cosa que no se puede concebirn. En la piimera definicion el término «cantidad» posee un cardcter simbilico, sin referencia material, en la segunda un caracter fisico. La pugna entre las dos concepciones de los negativos, como objetos conceptuales y corno objetos materiales, se deja ver claramente en D'Alembert. A favor de la segunda definicién esta la interpretacién dinamica que hace de las cantidades negati- vas: «hacen lo contrario de las positivas: donde el positivo acaba, el negativo comienzay- Como se ve no resulta facil decir de una sola vez lo que és él numero negativo en esta época y asi lo manifiesta este autor: «Es necesario reconocer que no es facil fijar la idea de cantidades negativas, y que personas habiles han contribuido incluso a embrollar por las nociones poco exactas que se han dado». Para D’Alembert, en el contexto del célculo, la aparici negativa significa que hay que modificar el enunciado, lo que manifiesta el deseo de D'Alembert de evitarlos como raices. Pone ¢l siguiente ejemplo: «Si se busca el valor de un ntimero x, que afiadido a 100 dé 50, se tendra por las reglas del Algebra, x + 100 = 50 y x = — 50, lo que hace ver que la cantidad x es igual a 50; y que en lugar de ser afiadida a 100, ella debe ser restada; de manera que siendo restada de 100, queda 50; enunciado el problema de esta forma se tendria 100 — 50 = 50 y x = 50; y la forma negativa de x no pérmanecera mas. Asi las cantidades negativas indican de una raiz 37 realmente en el.cdlculo las cantidades positivas, pero.que se han puesto en una falsa posicion. El signo «—» que se encuentra arite una cantidad Sirve para corregir y para enderezar un error cometido en la hipotesis, como el ejemplo anterior hace ver claramente». De esta forma D’Alembert evita el negativo Ilevando el problema a un terreno conocido, el de la sustraccién natural. Esta forma de «interpretar» una raiz negativa, tendra muchos seguidores, entre ellos, al logico y algebrista inglés del siglo x1x A. de Morgan (1806- 1871). En su obra «Sobre el estudio y las dificultades de las matematica: (1831) manifiesta que tanto los negativos como los imaginarios son inconce- bibles en cuanto a significacion real, y si ellos aparecen como solucion de un problema eso es sintoma de alguna inconsistencia. Los ilustra a través del problema siguiente: «Un padre tiene 56 afios; su hijo tiene 29. ~Cudndo doblara la edad del padre a la del hijo? Ante la solucién x = — 2, absurda para De Morgan, plantea el cambio de x por —x, que le proporciona la solucién valida x = 2. Con la sustitucién de x por —x, el enunciado se transforma, lo que habria que preguntar es ;cuando doblé la edad del padre a la del hijo? Es curioso que considere como «expresiones absurdas» a los negativos y complejos cuando su concepcién algebraica era totalmente simbdlica, es decir, el Algebra estaba constituida por un conjunto de simbolos vacios de sentidos y por unas operaciones definidas entre ellos. Lo que ilustra que los avances en matematicas no se efecttian de forma lineal, por el contrario dentro de una misma época, existen desfases de una rama a otra, de un matematico a otro, e incluso dentro de un mismo matematico como es el caso de De Morgan. Volviendo a la propuesta de D'Alembert, éste no le da cabida al negativo como numero, tan sélo le da entidad en algunas situaciones como cantidad negativa. En su problema,-citado anteriormente, no admite —50 como ni- mero y lo traduce por (estar 503), identificando el «—\» de negativo con el « —» de sutraccién, aungu identificacion no es nueva. De esta forma prescinde de los negativos, trasladando problemas cuyos planteamientos responderian a expresiones como a + x = b(conb < a)oa — x = b(cond > a) siendo a, 6 naturales, y donde la incdgnita x resulta ser x= -t(teN), a problemas cuyos planteamientos responderian respectivamente a a—t=bya+t=b,siendo ¢ la incégnita. Asi los negativos son eliminados. La justificacion que da de la regla de los signos resulta ser un corolario 38 del anterior método de evitacion de los negativos: (— a) -(—4) significa restar i 6 veces'la cantidad negativa —a, pero como «adjuntar una cantidad negativa equivale a restar una positiva y restar una negativa equivale a adjuntar una positiva», el resultado es +ab, pues (—a) *(—b) = —(—a) — (—a) — =» — (-4) = + (+a) + (4a) + + + (4a) = ta. Luego en determinados campos el negativo tiene significado, como en el estudio geométrico de curvas. En el calculo, en determinadas ocasiones, se puede eliminat porque indica una falsa suposicion. Pero, gqué ocurre, por ejemplo, con Ja relacion 1/—1 = — 1/12 D’Alembert parece olvidar todas sus disquisiciones anteriores y alega: «Los que pretenden que 1 no es compa- rable con —1; y que la raz6n entre 1 y —1 es diferente a la razon entre —1y 1, cometen un doble error: 1) Se divide todos los dias en operaciones alge- braicas, 1 por —1. 2) La igualdad del producto de —1 por —1 y de’ +1 por, +1, hace ver que 1 es a —1 como —1 es a 1». D’Alembert en algunas ocasiones reduce el problema planteado por los negativos a una cuestién de «mayorias» y resultados correctos. En la «Enci- clopedia» concluia que «las reglas algebraicas de las operaciones con nuime- ros negativos son admitidas por todo el mundo y reconocidas como exactas, cualquiera que sea la idea que podamos tener acerca de esas cantidades», y en consecuencia habria que aceptarlos, Estas conclusiones de D’Alembert recuerdan_a. M. Chabert, profesor de matematicas dé Henri Brulard, personaje de una novela autobiografica de Stendhal (1783-1843). Cuando el joven le pedia que le explicara por qué menos por menos da mas, terminaba por decirle: «Pero en la practica todo el mundo lo admite. Euler y Lagrange, que aparentemente valian tanto como usted, lo han admitido», Stendhal di¢e mas adelante: «Me vi reducido a lo que todavia me digo hoy: sin duda el “menos por menos més” debe ser cierto, puesto que eviden- temente, empleandd~a-cada instante esta regla en él calculo se llega a resultados verdaderos e indudables». El estado de (eTratado de dates node nimerog } definicién Hama Ia atencién el que hable dp bentidades 10 de ntimeros, y que los signos prece- dan a las cantidades. Ello muestra como la idea de nimero no estaba ain totalmente desligada de la realidad que expresa. Numero y signo pertenecen al plano abstracto, las cantidades al plano concreto. ,Puede ser que sea una forma de hablar y que cuando dice «cantidad» se esté refiriendo a nimero? Pero si fuese asi, gpor qué no admite la existencia de cantidades negativas aisladas?, y gpor qué no seria posible sustraer siempre una cantidad mas grande de otra mas pequefia? En el nivel formal siempre seria posible, como de hecho lo era en la practica matematica, Euler en su «Introduccién completa al Algebra» no slo pretende dar una significacién «real» a los negativos sino a operaciones problematicos como las de restar o multiplicar. Interpreta la operacién de restar —x como equivalente dTa de sumar x porque «cancelar una deuda es lo mismo que dar un obsequio». En lo que respecta a la multiplicacién, la trata como opera- cién externa de una deuda por un numero positivo. Asi b(—a) = —ba ya que «3 deduras de a escudos constituyet deuda de 3a escudos». EI matematico francés Agustin (Cauchy 1789-1857) que desempefié un papel fundamental en la rigorizacidn-del andlisis muestra en su «Couis d’analyse», libro de caracter pedagdgico, que su deseo de rigor no habia Megado a los negativos e imaginarios, hacia los que mantiene actitudes conservadoras. El que habia sido fundador de la teoria de funciones de variable compleja se negaba a tratar las expresiones @ + ./—I como nimeros. Y més tarde evita el uso de ./—T diciendo «podemos repudiarla por completo y abandonarla sin pena, pues no se sabe qué significa ni qué sentido se le debe atribuir», Con respecto a los negativos es algo mAs permisivo quizas porque consi- gue darles una interpretacién en la experiencia inmediata: «Lo mismo que la‘ idea de numero nace de la medida de magnitudes, la idea de cantidad (positiva o negativa) se adquiere cuando se considera cada magnit na especie como susceptible de ser crecimiento o disminucion de otra magnitud 42

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