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Dios, su protector, 12 de septiembre

Esdras 7, 8.

Porque tuve vergenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos
defendiesen del enemigo en el camino; porque habamos hablado al rey,
diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan;
mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan. Esdras 8:22.

La fe que tena Esdras de que Dios hara una obra poderosa en favor de su
pueblo, le indujo a hablar a Artajerjes de su deseo de volver a Jerusaln para
despertar inters en el estudio de la Palabra de Dios y ayudar a sus hermanos a
reconstruir la santa ciudad. Cuando Esdras declar su perfecta confianza en el
Dios de Israel como el que poda proteger y cuidar a su pueblo, el rey se qued
profundamente impresionado... Hizo de l un representante especial del reino
medo-persa, y le confiri extensos poderes para la ejecucin de los propsitos
que haba en su corazn...

De manera que los hijos de la dispersin volvieron a tener oportunidad de regresar a


la tierra cuya posesin se vinculaba con las promesas hechas a la casa de Israel...

Les esperaba un viaje que durara varios meses. Los hombres llevaban consigo a sus
esposas y sus hijos, as como sus posesiones, adems de un gran tesoro para el
templo y su servicio. Esdras saba que en el camino los acecharan enemigos listos
para saquearlos y matarlos a l y a su grupo; y sin embargo no solicit al rey fuerza
armada para su proteccin...

En este asunto, Esdras y sus compaeros vieron una oportunidad de ensalzar el


nombre de Dios delante de los paganos. Quedara fortalecida la fe en el poder del
Dios viviente si los israelitas mismos revelaban una fe implcita en su Caudillo
divino. Resolvieron por lo tanto poner toda su confianza en l. No quisieron pedir
guardia de soldados, para no dar a los paganos ocasin de asignar a la fuerza del
hombre la gloria que pertenece a Dios solo. No podan correr el riesgo de despertar
en la mente de sus amigos paganos una duda en cuanto a la sinceridad de su
confianza en Dios como pueblo suyo... Seran protegidos tan slo por la
observancia de la ley de Dios y por sus esfuerzos para acatarla... Ayunamos
pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y l nos fue propicio. La Historia de
Profetas y Reyes, 448-450, 452, 453.*
Este texto es del libro devocional Conflicto y Valor por Elena G. de White. Para
ver ms de sus libros, visita egwwritings.org

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