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EDITORIAL
Víctor Abramovich*
I.
La gradual incorporación del derecho internacional de los dere-
chos humanos en el sistema legal nacional produjo en la última déca-
da una importante transformación del derecho público argentino. Ese
proceso no ha sido lineal, y ha dado lugar a fuertes polémicas acerca
del impacto de los estándares de derechos humanos en la jurispru-
dencia constitucional y los márgenes de decisión y el grado de auto-
nomía de la justicia argentina frente a las diversas instancias interna-
cionales. Algunas posiciones realizan críticas atendibles al proceso,
cuestionando el bajo nivel de debate sobre las decisiones políticas que
condujeron a una mayor inserción de nuestro país en un sistema de
justicia internacional. Desde posiciones más críticas de este proceso, se
ha llegado a equiparar la aplicación interna del derecho internacional
de los derechos humanos con el “trasplante” de derecho extranjero.
También se ha cuestionado como impacto negativo del proceso, el
énfasis de la jurisprudencia internacional en la persecución de los crí-
menes de Estado, como una tendencia que puede conducir a ensan-
char los límites del sistema penal, en menoscabo de ciertas garantías
personales.
Entiendo que tras más de una década de la última reforma cons-
titucional, existe ya evidencia suficiente para afirmar que la incorpo-
ración de los principales tratados de derechos humanos al régimen
constitucional argentino amplió el reconocimiento de derechos fun-
damentales y contribuyó a la promoción de algunos cambios institu-
cionales relevantes para el adecuado funcionamiento del sistema
democrático. Fue clave en ese sentido la jurisprudencia de la Corte
que asignó a los tratados carácter operativo, permitiendo que los dere-
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12 Mark Tushnet, The New Constitucional Order, Princeton Unversity Press, 2003.
13 “Juan Carlos Abella y Otros”, Caso Nº 11.137, Argentina, Comisión Interame-
ricana de Derechos Humanos.
14 La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas y la
Convención sobre Imprescriptibilidad de Genocidio, Crímenes de Guerra y de Lesa
Humanidad.
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II.
La decisión de la Corte IDH en el caso “Bulacio”, que originó la
decisión de la Corte Suprema en “Espósito”, suscitó también las críti-
cas de algunos penalistas que temieron el final del instituto de la
prescripción y calificaron los precedentes internacionales como
“punitivistas”.
Comparto el examen crítico de la Corte Suprema sobre un aspec-
to particular de la decisión de la Corte IDH en “Bulacio”, que sin
mayores precisiones pareció asimilar un caso de tortura a un crimen
de lesa humanidad imprescriptible. El hecho investigado era de grave-
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25 Como sostiene el juez Sergio Garcia Ramírez: ”Difícilmente podrían actuar con
eficacia, y quizá ni siquiera existirían, la jurisdicción internacional de derechos huma-
nos y la jurisdicción internacional penal si se considera que las resoluciones últimas de
los órganos jurisdiccionales nacionales son inatacables en todos los casos” (voto concu-
rrente en “Wilson Gutierrez Soler c. Colombia”, 12 de septiembre de 2005, párrafo 19).
Ver también sobre el alcance relativo de la cosa juzgada y el ne bis in idem en caso rea-
pertura de investigaciones por graves violaciones de derechos humanos, Orentlicher, D
(2004), ONU, Comisión de Derechos Humanos, 60 período de sesiones. Estudio indepen-
diente, con inclusión de recomendaciones, sobre las mejores prácticas para ayudar a los Estados a
reforzar su capacidad nacional con miras a combatir todos los aspectos de la impunidad. Doc
E/CN.4/2004/88.
26 Naciones Unidas, Principios Relativos a una Eficaz Prevención e Investigación de las
Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias, Recomendada por el Consejo Económico y
Social en su resolución 1989/65, de 24 de mayo de 1989. Naciones Unidas, United
Nations Principles on the Effective Investigation and Documentation of Torture and Other Cruel,
Inhuman or Degrading Treatment or Punishment, United Nations General Assembly Reso-
lution 55/89, 4 de diciembre de 2000, U.N. Doc. A/RES/55/89, Manual on the Effective
Investigation and Documentation of Torture and Other Cruel, Inhuman or Degrading Treatment
or Punishment, Istanbul Protocol Submitted to the United Nations High Commissioner
for Human Rights, U.N. Doc. HR/P/PT/8 (1999).
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III.
En el caso “Almonacid Arellano”, posterior a la decisión crítica de
la Corte argentina en “Espósito”, la Corte IDH definió de una manera
más clara el concepto de “graves violaciones” de derechos humanos.
En este caso se examinaba la aplicación de la ley de amnistía chilena
respecto al homicidio de un dirigente del partido comunista ocurrido
en el marco de violaciones sistemáticas durante la dictadura en ese
país. La Corte IDH asimiló el concepto de “graves violaciones” de los
derechos humanos con los delitos de derecho penal internacional,
como el crimen de lesa humanidad, asignando exclusivamente a estos
delitos carácter de imprescriptibles y no amnistiables. Esta decisión es
importante para acotar la aplicación de los principios ya planteados en
el caso “Barrios Altos”, a determinadas situaciones excepcionales,
caracterizadas por el ataque sistemático y generalizado contra una
población civil como parte de una política deliberada. En la definición
del concepto de graves violaciones, la Corte IDH realizó un completo
recorrido de los precedentes internacionales que fueron construyendo
la noción de crimen de lesa humanidad hasta su consagración recien-
te en el Estatuto de Roma. Esta precisión conceptual debilita el fun-
damento de las críticas que algunos sectores de la doctrina formularon
al sistema interamericano, en el sentido de extender irrazonablemen-
te el elenco de los crímenes imprescriptibles e inamnistiables.
Sin embargo, aún queda un tema por resolver, que puede ser
materia de controversia entre la instancia internacional y la justicia
local en futuros casos. En el mismo precedente “Almonacid”, la Corte
IDH reafirmó el principio del caso “Carpio Nicolle” sobre el deber de
reabrir procesos por violaciones a derechos humanos, cerrados en vir-
tud de una cosa juzgada aparente o fraudulenta.
En el reciente caso “Derecho”, la Corte Suprema abordó un asun-
to similar al que había resuelto por voto dividido en el caso “Espósi-
to”. Se trató de otro caso de violencia en el cual se encontraba impu-
tado un comisario de la policía, y que determinó una decisión
condenatoria de la Corte IDH. En el caso internacional que sirve de
precedente –“Bueno Alves”–, la Corte IDH ordenó al Estado argentino
investigar el crimen, pero sin hacer ninguna mención a la imposibili-
dad de invocar las normas sobre prescripción u otras reglas que pudie-
ran conducir al cierre de la causa.
En “Derecho”, la Corte Suprema, haciendo suyo un dictamen del
Procurador General, rechazó considerar un hecho aislado de tortura
cometido por la policía durante un período democrático, como un cri-
men de lesa humanidad y por lo tanto imprescriptible. Es interesante
señalar que en el caso internacional “Bueno Alves”, la Corte IDH
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