. Hora
| OADOR de flores y novias, despierta!
Fuera esta la mafiana —,al otro lado de la
sombra, al anverso de la sombra, al revés de la
sombra.
~Clara presencia de Eros, jubiloso libido que es
una gran redoma de peces de colores; pueblo de beaver-
board a filo falso del mar; verano de sal sintética y arbo-
les de tela -mpermeable y una luz de cuarzo, — ¢sabes
fauna bran-
Guiofloral; atmésfera densa hasta piscificar todos los seres;
— Deseo siibito; flora de algas animales
raiz — corola — laca — vida; torcerse de todo el cuerpo
} Angustioso en pos de una direccién indiferente 7 el
| destino del pez. es moverse asi y chocar las fauces con el
cristal; — mundo de hielo azul, ataraxia, minuto
: ¢Acaso crees que nada hay fuera de tu entresuefio
¥ tu cuarto oscuro?; fuera esta la mafiana, loador de flo
res y novias; fuera es la manana, joh, el despertante! —: flo-
res al vuelo, novias al aire
; cunde,
endiendo, sonoro escape de vapor de café y leche —, co-
iDespierta!; el sol silba por tercera vez
no de grito blanco de impulso pardo; asno que rebuzna
hace a trechos y tiempos la lejanfa del campo: un ayer
cualquiera — (¢quién escoge! ) — es monte o cordi-
era; olor de encierro vegeta, sopla; el dia sabido es
cielo, puro cielo; tu piyama es el dltimo suit de viaje
Aeroraid del Polo Sur sin descensos, joh pies de
Plantas heladas y vendadas!; has caido desde tu més alta
nube de sue
Cuerpo; has
0s
ah{ quedé tu aparato— duraluminio, ex-
caido sobre tu paracafdas; aire, mal piloto.
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204 NUEVA REVISTA PERUANA
Qué Suecia proxima te enviaré su expedicién de
a esta al norte, al norte ; Patago-
auxilio?; toda Sue
velluda y larga, no sabe
nia, en rezago, sorda de vie;
al azar onirico de
nada reza y rezonga; — y tu va
una ‘corriente sin nombre, sin. metereologia. —, en un
iceberg minado por la base de un calor sesgo y negro
en este mar de setiembre 4rtico, en este mar matinal
todavia oscuro —; por debajo de ti, por entre tus piernas
el mar sube al alba perpetua, el agua, el agua
hombre entre sabanas
Aqui tienes la rosa simple de los vientos, aqui las
veinticuatro horas del dia; nada mas hay en la briijula
ni en el reloj, ni en ninguna cosa redonda, por ejemplo,
el mundo; y todo en el mundo es redondo menos tus
manos —, y tu cuarto, que esta errandote con sus esqui
nas como tus manos te yerran con los dedos; jcierra los
ojos, abola las manos!; en lo redondo no hay manera
de equivocarse; la mafiana, fuera, esta redonda, redonda,
redonda
Despiertas; tu despertar se alza como un pino, el
tronco liso y rojo, el follaje punzante y a paralelas—, en
un olor de carrera por sabor de droga: dos aviones en celo
hacen su nido dentro de un pifién vaciado; — un avién
macho y un avién hembra.
a5
Look out!; vas a naufragar en el mar de todavi
jel salvavidas, hombre de tierra en aguas de amanccer!;
jnada hacia la orilla de tu palangana!; puedes ahogarte
como un cabello que se cae del peine; ninguna de tus co-
sas sabe nadar; tu pastilla de jabén flota, muerta—, cégete
de ella!
‘a estas en la costa de ti mismo, ya en pais de
de
de
de percala — jgrandes manos amarillas!—, te dice su nom-
bre de falde
del mar — inatilmente, jqué alegria
yuno y aparadores de cedro, ya en principio y ruta
en bata
ijo y breve y manso recalar doméstico; Lula
ito; en tierra sabes todos los caminos
: y todos los ca-
minos.no se pueden saber.
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' HORA 205
| 5 4
; Un calofrio te prueba la carne —, bien: otro calofrio
| te prueba los huesos —, bien; el alma no reacciona—, bien;
puedes subir a todos los émnibus y pensar todos los pen-
; samientos; tu salud es perfecta
Y ta, loador de flores y novias, te exaltas en el cli
j ma de un pais mentolado.
Martin ADAN,
}
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