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Es la hemorragia mas grave de todas, ya que puede causar la muerte de una persona en
pocos minutos dependiendo del calibre o tamaño de la arteria lesionada. Esta
hemorragia se caracteriza por su salida al exterior en forma de chorros intermitentes
(cada ve que late el corazón sale un chorro) y se presenta de color rojo vivo y espumosa
por la presencia de oxigeno.
Primeros Auxilios.
Técnica del torniquete: Esta técnica consiste en realizar una ligadura (amarre) entre 5 a
10 centímetros sobre la lesión. Resulta obvio, pero no esta de más recalcar que esta
técnica solo se utiliza en extremidades y en casos de extrema urgencia.
Esta técnica tiene por objetivo reducir casi al 100% la irrigación sanguínea hacia la zona
lesionada, por lo cual, su mala aplicación traerá consigo la necrosis (muerte celular) de
los tejidos que estén bajo la ligadura, ante lo cual la única solución será la amputación
de la extremidad.
Para ejercer la ligadura usted podrá utilizar elementos como (cinturón, cuerdas,
corbatas, etc.), una vez realizado el amarre usted deberá mantenerlos por 4 a 6 minutos
como máximo y posterior a eso soltarlo por 3 minutos aproximadamente manteniendo
una presión directa sobre la herida, si la hemorragia continua, repita la operación las
veces que sea necesario.
Hemorragia Venosa.
Primeros Auxilios.
Hemorragia Capital.
Esta es la hemorragia mas común de todas, proviene de los vasos capilares que irrigan
la piel y su control debiera ser rápido. Se caracteriza por su salida en forma de gotas que
cubren lentamente la herida y se presenta de color rojo medio. Cabe destacar que esta
hemorragia en zonas como la cabeza, las manos y pies se presenta en forma profusa, ya
que estas zonas son ricas en vasos capilares, ante eso usted no debe asustarse ni dejarse
llevar por primeras impresiones, sino que debe actuar con calma y analizar la herida.
Primeros Auxilios.
Esta técnica consiste en ejercer presión directa con sus dedos sobre una determinada
arteria presionándola contra un plano óseo (hueso), con el fin de disminuir en un 60% a
80% la irrigación sanguínea hacia una zona lesionada que se encuentre próxima a la
arteria, con esto favorecerá la coagulación y el respectivo control de la hemorragia.
Procedimiento:
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