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Travesía 2004
Las abuelas voladoras
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Travesía 2004
Las abuelas voladoras
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Travesía 2004
Las abuelas voladoras
Primera edición
Impreso en Imprenta Grafhika Copy Center
1ª edición
Agosto 2005
Derechos reservados
Inscripción Nº 148.732
Oscar Alfredo Gaete Briseño
Madeleine Dupont Dupont
María Eliana Christen Jiménez
IMPRESO EN CHILE
ÍNDICE
Agradecimientos 9
Poema de Germán Casas 10
La Hazaña 11
Ruta de ida 12
Alas para soñar 13
A pesar de todo 25
Unir tres continentes 33
El drama andino Viña del Mar - Córdoba 41
Córdoba, un oásis en el camino 61
Último vuelo de prueba Córdoba - Porto Alegre 73
A través de un túnel Porto Alegre - Salvador de Bahía 83
Últimos preparativos Salvador de Bahía - Natal 93
Lanzarse a lo desconocido Natal - Isla de Sal 107
Una tierra diferente 123
Socias honorarias del Real Aeroclub Isla de Sal - Isla Gran Canaria 129
Reencuentro con el pasado Isla Gran Canaria - Cascais - Madrid 139
Recibimiento histórico Madrid - Ginebra 151
El regreso 165
Ruta de vuelta 166
Hace ya mucho tiempo 167
La vida continúa 175
Siempre pensé en el cielo 179
Reminiscencias desde Arica Lima - Arica 191
La ley de Murphy en acción Panamá - Guayaquil - Lima 207
Aeródromo de Tobalaba Arica - Santiago 221
Un nuevo desafío Ginebra - Stornoway - Reykjavik 225
Hielos peligrosos Reykjavik - Kangerlussuaq - Iqaluit 239
Decisiones con riesgo de vida Iqaluit - Kuujjuaq 255
Tecnología en el cielo Montreal - Raleigh - Key West - Managua - Panamá 279
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AGRADECIMIENTOS
AGRADECIMIENTOS 9
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10 TRAVESÍA 2004
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Primera Parte
La Hazaña
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RUTA DE IDA
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24 TRAVESÍA 2004
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A pesar de todo
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El drama andino
Viña del Mar - Córdoba
Parece rozar con las alas las paredes de los cercanos cerros.
La vibración continúa, en comparsa con el ruido sordo que
se origina en el interior del estanque de cabina.
No dejan de ver los brillantes depósitos agregados a las
alas, situados en diversas direcciones, donde no les corresponde
estar. Parecen multiplicarse igual que tentáculos y se preguntan
cómo normalizar aquella inesperada e implacable situación.
El Julie comienza a precipitarse descontrolado desde los
14.300 pies que logró alcanzar, altura correspondiente a
4.360 metros.
El roll se convierte en un spin. Madeleine, en un flash,
repasa la maniobra y trata de corregir para sacar el avión de
esa condición. Aplica todo el pedal en sentido opuesto a la
rotación. Al mismo tiempo acciona la caña full hacia delante
y reduce la potencia. Centra los alerones en espera de que
cese la rotación, salir del spin con los controles neutros y
poder reanudar el vuelo...
Pero la gasolina del estanque interior sumada a la de los
de punta de ala hacen de péndulo, lo que no permite al
Bonanza estabilizarse, por lo cual continúa sin control.
Mientras dura el fuerte viento rotor, sus esfuerzos son
infructuosos. En poco más de dos minutos cae a 10.600 pies.
El suelo se acerca y la aeronave gira, vertiginosa, instantes
en picada, otros en círculos, sin pretensiones de enderezarse.
Parece chocar con las laderas, mientras la distancia con la
tierra se acorta amenazante. En tan poco tiempo ha perdido
3.700 pies, o sea, 1.128 metros.
Experimentar esta falta de dominio en que el avión no
responde a la manipulación de los mandos tiene a Madeleine
en máxima alerta, a pesar del miedo que siente. Y, consciente
de ser la comandante, percibe aumentar su angustia. Piensa
en la responsabilidad que lleva a cuestas: María Eliana, ella
misma, el Julie... Con su corazón galopante, lucha con todas
sus fuerzas por no perder la cordura. Interiormente se repite:
“aplicar procedimientos, tengo que obtener el control”... Pero
nada. Necesita desahogarse y grita:
-¡Nos vamos a estrellar! -está pálida y el rostro expresa
su temor.
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Córdoba, un
oasis en el camino
Transcurridas alrededor de tres horas de trámites y
pagos en el aeropuerto, abordan un taxi para trasladarse a la
ciudad. Luego de acordar que se merecían un buen hotel y
elegir el Sheraton, que les ofreció una tarifa económica por
la habitación compartida, se sienten satisfechas, pues han
conseguido una estadía de lujo a precio moderado, necesita-
das de un lugar cómodo donde descansar y distraerse.
Allí intercambian algunas palabras sobre lo ocurrido en
la cordillera y Madeleine, consciente del miedo que sintió,
muestra un honrado gesto de fragilidad humana:
-Yo, ahora, necesito llorar y dejar salir la tensión. Me
hará bien y me sentiré liberada.
-Sí, será bueno -consiente María Eliana, que lo conside-
ra una gran opción para expulsar los fantasmas acumulados
CÓRDOBA, UN OASIS EN EL CAMINO 61
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A través de un túnel
Porto Alegre - Salvador de Bahía
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Últimos preparativos
Salvador de Bahía - Natal
-¿Estás dormida?
-No, no he pegado un ojo -responde de inmediato.
-Yo tampoco. ¿No crees que sería buena idea levantar-
nos?
-De todas maneras y así tendremos más tiempo. Tal vez
hasta podamos despegar un poco antes.
-Sí, porque además, acuérdate que los policías están en
huelga.
Avisan al Coronel su decisión y a las siete veinte bajan
con su disminuido equipaje, para encontrarlo en la recepción.
El uniformado, a pesar de su sacrificio personal, les ha
tomado cariño. Eso permite que su labor se haga placentera.
-Cuando ustedes digan -dice apenas las encuentra.
-Como ve, estamos listas.
En el aeropuerto aprovechan que aún hay luz natural
para revisar la estiba del avión.
Luego se acercan a la oficina de operaciones para echar
una última mirada a la meteorología, ver los notams y hacer
los trámites de emigración, muy agradadas con los emplea-
dos, quienes desde que las conocieron se portaron deferentes,
incluso vibraron junto a ellas por la Travesía.
Acompañadas por mucha gente y la infaltable prensa,
luego de una gran demora abordan el avión. Agradecen al
Coronel y le solicitan extender los agradecimientos al
General Sarabia.
-Las echaré de menos, buen viaje.
-Buen regreso, Coronel y muchas gracias por todo.
Estaremos agradecidas para siempre.
-Sí, jamás olvidaremos todo lo que hizo por nosotras. Ha
sido una gran compañía.
Cierran la puerta y con sus chalecos salvavidas puestos
carretean, dispuestas a efectuar la prueba de motores.
Lanzarse a lo desconocido
Natal - Isla de Sal
ros, las hace pasar por la última puerta de rayos, por lo cual
deben hacer varios largos viajes.
Es tan extraño el comportamiento de la mujer, que les
dificulta hasta el acceso al baño.
Una hora después de iniciados los trámites, aparece
Paulino Brito, quien se encarga de ellas y termina el fastidio.
Nunca conocieron al director del aeropuerto. Su esposa
no ganó las elecciones y las últimas noticias acerca de él
dijeron que estaba consolándola.
Temprano aún, despegan con rumbo a la isla Gran Canaria.
Socias honorarias
del Real Aeroclub
Isla de Sal - Isla Gran Canaria
Matemática estimada,
cumplida al pie de la letra,
también cumplen la palabra
y a la Gran Canaria llegan,
aterrizando en Berriel
con vientos que zarandean,
que en Berriel si no hay viento
y el avión no se menea,
parece que falta algo
para la toma de tierra,
que aterrizar con la calma
no da gloria postinera.
Si no van a Tenerife
y en nuestra isla se quedan,
Dios nos coja confesados,
porque habrá de nuevo "guerra"
y el "pleito insular", sin duda,
con más furia macabea
surgirá por el "agravio",
y disculpen la eutrapelia.
Y retomando de nuevo
mandos y ruta magnética,
loemos a nobles damas
por su gesto y por su gesta;
porque muy pocos "los tienen"
tan "bien puestos" como ellas,
pilotos insuperables
que a Ícaro ya superan,
porque éste se quemó
Y, embargado de emoción
ante doña Magdalena
(permítalo en castellano,
sino la rima se altera)
y doña María Eliana,
para mí, águilas regias,
a don José Castellano
le propongo en esta cena,
y veo que dice sí
de antemano a mi propuesta,
hacerlas socias de honor
de nuestra real hacienda:
el Real Aero Club
de Gran Canaria, ¡pues sea!
Entre las más finas está Vista Alegre y hay otras típicas
como Caldas da Rainha, que se destacan por sus frutas; tam-
bién las de Coimbra con figuras de animales diminutos pin-
tados a mano y, así, existe una infinidad de alternativas. Las
hay que datan de quinientos y hasta seiscientos años.
Piensa en el perfil de los portugueses: sus ancestros,
aventureros y amantes del comercio, conquistaban territo-
rios con la intención de expandir la actividad y no para
dominar. Sensibles en extremo, son capaces de sentirse
heridos por una mirada. Prudentes, poseen una rara mezcla
entre soñadores y pragmáticos. La tristeza que expresan
sus Fados demuestra su tendencia a la melancolía. Les
cuesta entregarse, aunque si lo hacen es a cabalidad. Son,
al mismo tiempo, delicados y finos, tanto quienes viven en
la pobreza como los ricos.
Algunos creen que la peculiar idiosincrasia de este pue-
blo vasto en tradiciones, que toca el Suy como los dioses,
tiene mucha relación con lo que significa colgar de la
Península Ibérica...
Se van el día y la noche. Las aviadoras descansan unas
pocas horas y despiertan dispuestas a continuar.
Madeleine lo hace con el cantar de los pájaros. Corre las
cortinas y observa que se avecinan amenazantes nubes.
Termina de vestirse y comienza a llover de nuevo.
Tito Guttman la llama y le lee el METAR de Madrid,
que corresponde a las condiciones del tiempo actual entre-
gadas cada hora y el TAF, que es el pronóstico informado
cada seis horas.
Según esto la meteorología, no siendo óptima, parece
viable; sin embargo, el panorama cambia: a punto de salir se
comunica con ellas Manuel, el Presidente del Aero Club de
Portugal, para decirles que recibió una llamada del
Agregado Aéreo de Chile en España, Coronel José Luis
Valenzuela, advirtiendo que el tiempo está peor que el día
anterior y continuará así, por lo cual no merece la pena ir al
aeropuerto.
Así son los fenómenos meteorológicos, a veces contra-
rio a lo que por costumbre se espera que ocurra, como en
REENCUENTRO CON EL PASADO 147
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Recibimiento histórico
Madrid - Ginebra
Segunda Parte
El Regreso
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TRAVESÍA 2004
RUTA DE
VUELTA
FECHA CIUDAD DE CIUDAD DE PAÍS DE CONTINENTE MILLAS HORAS
DESPEGUE ATERRIZAJE DESTINO NÁUTICAS DE VUELO
01-May Ginebra Stornoway Escocia Europa 923 06:30
02-May Stornoway Reykjavik Islandia Europa 574 05:00
03-May Reykjavik Kangerlussuaq Groenlandia América 730 05:42
04-May Kangerlussuaq Iqaluit Canadá América 479 04:12
06-May Iqaluit Kuujjuaq Canadá América 355 03:06
08-May Kuujjuaq Montreal Canadá América 855 06:06
14-May Montreal Raleigh/Durham U. S. A. América 750 05:48
15-May Raleigh Key West U. S. A. América 728 05:36
16-May Key West Managua Nicaragua América 896 07:06
17-May Managua Panamá Panamá América 530 04:18
18-May Panamá Guayaquil Ecuador América 780 05:48
20-May Guayaquil Lima Perú América 680 05:54
21-May Lima Arica Chile América 584 04:24
23-May Arica Santiago Chile América 940 06:48
La vida continúa
Entre diversos pensamientos que recorren su vida des-
de la infancia hasta este momento, a María Eliana el cami-
no se le ha hecho muy corto. Está casi a la altura de Maipú
y mantiene la aguja del velocímetro sobre los ciento diez
kilómetros por hora, concentrada para tomar la salida
correspondiente a Américo Vespucio.
Sus pensamientos también cambian de rumbo.
Revisa mentalmente el material que deberán exhibir ante
las personas que vayan a escuchar la conferencia que a
LA VIDA CONTINÚA 175
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con la otra gira el volante hacia la derecha para entrar por una
angosta calle. Sin notarlo, casi ha llegado a su destino. Unos
metros más adelante cruza entre dos pilares y autorizada por
el guardia ingresa al recinto para estacionar el vehículo.
Antes de bajarse contesta una llamada por el celular, se
acomoda un poco el pelo, observa su rostro en el espejo y
repasa el color de sus labios.
Saca de la cajuela su chaqueta de piloto y se la pone.
-¡Ahora sí! -exclama-. ¡Estoy lista!
Los ojos buscan entre los autos aparcados, hasta que
distinguen el de María Eliana. Entonces mira el reloj y apura
el paso, mientras contesta el teléfono, que ha vuelto a sonar.
Han pasado raudos los días. Apenas creen estar otra vez
en medio de la vorágine que significan sus actividades labora-
les, a las cuales han agregado el trabajo en conjunto para
entregar su mensaje de liderazgo empresarial a diversas orga-
nizaciones. Esto hace, sin duda, que el viaje se acerque a ellas
y lo revivan. Por ello no es raro que les parezcan tan próximas
las casi cuatro horas y media de vuelo entre Lima y Arica.
Traían el pecado de no acceder a la última propuesta de
la Fuerza Aérea, que sugirió cambiar su arribo a Iquique
como primer punto de ingreso a Chile y después del 21, para
no coincidir con las actividades oficiales propias de esa
fecha. Pero Madeleine tenía una poderosa razón para aquella
negativa: iniciada la planificación de la Travesía, sus amigos
pilotos organizaron con la FEDACH, en el Club Aéreo de
Santiago, un raid para ir a recibirlas en gloria y majestad.
REMINISCENCIAS DESDE ARICA 191
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La ley de
Murphy en acción
Panamá - Guayaquil - Lima
por teléfono con su hijo que vive en Lima y que a esa hora
ya estaba en su oficina.
En el aeropuerto, por fin pudieron saludar en persona al
Coronel Gutiérrez y a la amiga de María Eliana, ambos oje-
rosos y trasnochados por el agotador recorrido entre Trujillo
y Lima. Él obsequió a cada una un bonito grabado.
Por insólito que parezca, las autoridades del aeropuerto
no permitieron que el uniformado pasara al interior de las
dependencias para asistir a las aviadoras en los trámites. Y
a María Eliana se le prohibió la entrada al recinto donde se
encuentran la oficina CORPAC, la oficina de meteorología
y las dependencias donde cancelar las fuertes tasas.
Un empleado del aeropuerto acompañó a Madeleine,
con su maletín de vuelo y toda la documentación a cuestas,
para resolver los asuntos pendientes, como el permiso de
salida, verificar que estuviera presentado el plan de vuelo
que llenara la noche anterior, enterarse de los notams, pedir
la meteorología de la ruta y encargar el combustible.
En la CORPAC la escena de la noche anterior se repitió:
vuelta a sacar los mismos papeles y documentos, fotocopiar,
esperar, hacer llamadas... Y no existía permiso para salir del país.
Exasperada, miraba el reloj para ver cómo transcurrían
no los minutos, sino las horas. Y para complicar las cosas,
al pagar las horrendas tasas el computador no aceptó la
transacción, ya que para los extranjeros el programa no
registraba los impuestos. A Madeleine todo aquello le pare-
ció un tremendo lío: corría de una oficina en otra, esperan-
do aquí y allá, sin entender cómo todo podía ser tan enreda-
do. Y del permiso para despegar, nada. Apenas había logra-
do adelantar un poco con los demás trámites.
Imaginó el recibimiento preparado para primeras horas
de la tarde en Arica y el desencanto hizo que sus ojos per-
mitieran el desborde de gruesas lágrimas. Por el inmenso
cariño desplegado para esta magna recepción, había defen-
dido hasta el final la decisión de no transar la llegada para
el día 21 de mayo. Por ello, durante el regreso asumieron el
agobio de pernoctar sólo una noche en cada lugar, excepto
por motivos de clima o durante la revisión obligatoria de
LA LEY DE MURPHY EN ACCIÓN 219
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Aeródromo de Tobalaba
Arica - Santiago
Un nuevo desafío
Ginebra - Stornoway - Reykjavik
char una vez más que ellos también pueden. Su sueño en estos
momentos es creérselo y confiar en sí mismos.
Una de ellas agrega, de yapa:
-Pareciera conveniente tener siempre todo resuelto, pero en
realidad sería muy latoso. La vida se ha construido para vivirla.
Cualquier forma es adecuada, mientras la rueda no se detenga.
Y la otra complementa:
-Por eso, comencemos, desde ahora, a volar.
Ahora sí, han terminado.
La gente se pone de pie. Aplaude, vibra, se emociona y pide
autógrafos. Algunos lloran y todos están con la piel de gallina.
Son más de quinientas personas, todas sorprendidas, pues
nunca esperaron haber ido por tanto.
Las aviadoras se miran. Sin duda la conferencia les ha
motivado. Sonríen satisfechas. Una vez más han logrado lo que
se propusieron.
Sin embargo, algo no les acomoda. Están de acuerdo con
que por diversos motivos, en todas sus presentaciones ponen el
acento en la travesía de Santiago a Suiza, especialmente en el
paso por la cordillera y el cruce del Atlántico Sur. Y el regreso
queda en segundo orden, en circunstancias que mirado desde un
punto de vista justo, respondió al mayor desafío y fue donde
enfrentaron los peligros más importantes.
Tuvieron la oportunidad de saltarse los riesgos de tan
expuesto regreso y no la aceptaron; más aun, en ningún
momento dudaron de continuar. Incluso hasta el momento
en que intervino el Comandante en Jefe de la FACH, su pla-
nificación del regreso incluía otra vez el cruce del Atlántico
Sur, para luego circunnavegar el continente sudamericano de
Éste a Norte y a Oeste...
El tiempo de exposición siempre resulta corto y la emo-
ción que las envuelve al contar su experiencia y contestar a
las preguntas del público, hace que la primera parte de la
Travesía se lleve los aplausos. Pero lo cierto es que el regre-
so por el Círculo Polar Ártico tiene un valor agregado incal-
culable, tanto o más digno de ser compartido.
-¿Qué te parece si hacemos un cambio y partimos por la
cola? -comenta una de ellas.
226 TRAVESÍA 2004
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-¿Tú crees?
-Es que si no nunca lo contaremos, al menos en su real
dimensión. Fueron veintitrés días de Ginebra a Santiago y de
ida volamos durante veintisiete, casi lo mismo.
-Es verdad y estábamos cansadas, además el Julie,
resentido el pobre, tuvo que volar entre los hielos, las tem-
pestades de nieve, incluso cargado con hielo. Si lo medimos,
fue mucho más peligroso que el paso por la cordillera y el
cruce del Atlántico Sur.
-Así es. Entonces, ¿cómo empezamos?
-Igual, pero esta vez ponemos el énfasis aquí y ya verás
qué bien resulta.
-Sí, además mantener la camaradería durante dos meses y
medio de andar juntas para todos lados es un logro valioso para
compartir como testimonio.
-Incluso casi siempre compartir en la misma pieza.
-Y después de tanto tiempo, se hace bastante más difícil
mantener las buenas relaciones. Eso habla bien de nuestras
habilidades. Más allá de ser emprendedoras, ser capaces de
mantener la empresa, a pesar del cansancio y de todas las
dificultades.
-Partamos desde Escocia ¿te parece?
-Me parece bien. Hagamos una exposición de la reali-
dad tal como fue, porque el regreso definitivamente fue tan-
to o más interesante que la ida. La salida de Ginebra nos
permitirá comenzar con algo de humor. ¿Recuerdas?
-Sí, humor hoy, pero entonces...
-Nos veo corriendo...
-Tal vez debamos comenzar con el quehacer de los últi-
mos días, después de solucionar lo de las visas.
-Parecíamos locas cambiando el programa a cada rato,
según nos encontrábamos con dificultades y a la par con
soluciones.
-Sí, parece que nos pasamos de flexibles.
-Bueno, para tener éxito en una misión es conveniente ser-
lo cuantas veces parezca necesario.
-Los de la compañía de seguros estaban aturdidos.
-Sí y por otra parte a cada paso encarecíamos el viaje.
UN NUEVO DESAFÍO 227
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Hielos peligrosos
Reykjavik - Kangerlussuaq - Iqaluit
Señoras
Madeleine Dupont y María Eliana Christen
Ginebra, Suiza
Presente
Decisiones con
riesgo de vida
Iqaluit - Kuujjuaq - Montreal
Tecnología en el cielo
Montreal - Raleigh - Key West - Managua - Panamá
Travesía 2004
Las abuelas voladoras