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CAPITULO VI Clasificaci6n de los derechos Un repertorio de derecho tan generoso como el de la Carta de 1991, permite unas clasificaciones importantes, entre otras razones para facilitar su compren- sién y estudio. 1. Derechos de aplicacién inmediata A Son los siguientes derechos: a) A la vida (art. 11); la prohibicin de la desaparicién forzada, de la tortu- tay de los tratos y penas crueles, inhumanas o degradantes (art. 12); el derecho ‘de todas las personas a la libertad y a la igualdad ante la ley y en consecuencia el derecho a recibir el mismo trato y proteccién de las autoridades y a gozar de los ismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminaci6n por ra- zones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religién, opinién politica 0 filoséfica (art. 13); el derecho al reconocimiento de la personalidad juridica fart. 14); el derecho a la intimidad personal y familiar y al buen nombre. El Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, todas las personas tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan ido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de entidades piiblicas y rivadas (art. 15); el derecho al libre desarrollo de la personalidad sin mas limitaciones que las que imponen los derechos de los demés y el orden juridico (art. 16); la prohibicién de la esclavitud, las servidumbres y la trata de seres -humanos en todas sus formas. b) El derecho a circular libremente por el territorio nacional, a entrar y ‘salir de él y a permanecer y residenciarse en Colombia, con las limitaciones que iblezca la ley (art. 24). c) El derecho a escoger profesién u oficio (art. 26). 152 biEGo YOUNES MORENO d) En desarrollo del derecho a la libertad, nadie puede ser molestado en su persona © familia, ni reducido a prisién o arresto, ni detenido, ni su domicilio registrado, sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad judicial compe- tente, con las formalidades legales y por motivo previamente definido en la ley (art. 28). e) El derecho al debido proceso se aplicard a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas (art. 29). f) Asi, quien estuviere privado de su libertad, y creyere estarlo ilegalmen- te, tiene derecho a invocar ante cualquier autoridad judicial, en todo tiempo, por si 0 por interpuesta persona, el hdbeas corpus, el cual debe resolverse en el tér- mino de treinta y seis horas (art. 30). También son derechos fundamentales de aplicacién inmediata el derecho a apelar toda sentencia, salvo las excepciones que consagre la ley (art. 31), asf como el de que nadie podrd ser obligado a declarar contra si mismo o contra su cényuge, compaiiero o compafiera permanente o parientes dentro del cuarto gra- do de consanguinidad, segundo de afinidad 0 primero civil (art. 33). Son igualmente de aplicacién inmediata las siguientes garantias: a) La libertad de conciencia. Nadie sera molestado por raz6n de sus con- vicciones 0 creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia (art. 18); b) La libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religién y a difundirla en forma individual 0 colectiva (art. 19); c) La libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir informacién veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicacién (art. 20); d) La honra. La ley sefialaré la forma de su proteccién (art. 21); e) La libertad de ensefanza, aprendizaje, investigacién y cdtedra. (art. 27); f) _ Es también de aplicacién inmediata el derecho a presentar peticiones respetuosas a las autoridades por motivos de interés general 0 particu- lar y a obtener pronta resolucién (art. 23); CLASIFICACION DE LOS DERECHOS 153 En Colombia y a titulo de derechos fundamentales, se prohiben las pe- nas de destierro, prisién perpetua y confiscacién y desde luego la pena de muerte (art. 34). Es también prerrogativa fundamental, la de que toda parte del pueblo pueda reunirse y manifestarse publica y pacificamente. Solo la ley po- dra establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrd limi- tar el ejercicio de este derecho (art. 37); g) Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformacién, ejerci- cio y control del poder politico. Este control se denomina control de opinién publica. El derecho a conformar el poder politico se ejerce a través del derecho a la funcién publica, a elegir y ser elegido, etc., y h) Derechos humanos. La literatura juridica contempordnea est4 de acuer- do en que los derechos humanos estan constituidos por el conjunto de normas que hacen referencia a los atributos del hombre, que le son pro- pios y que puede ejercer donde quiera que se encuentre, sin distincién de razas, sexos, religion, origen, ni medio. Son inherentes a su natura- leza y condicién, adquiridos por el solo hecho de nacer y vivir. Por ser precisamente un derecho fundamental, el poder ptiblico lo nico que hace es reconocer su existencia, consagrarlos constitucional y legal- mente con la finalidad de evitar extralimitaciones 0 colisiones en cuan- to a su disfrute. Los derechos humanos son anteriores y superiores al Estado, el cual no los otorga, sino los reconoce. Consideramos, como muchos, que la expresién derechos humanos puede equipararse con la de derechos fundamentales. La Convenci6én o Pacto de San José de Costa Rica en su articulo 32, inciso 2, establece que: Los derechos de cada persona estan limitados por los derechos de los demds, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien comuin, en una sociedad democratica. Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convencién, al goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propésito para el cual han sido establecidas, al decir de Zarini.! 1 ZARINI, Helio Juan. Derecho Constitucional. Editorial Astrea Buenos Aires. 1992. 154 oleGo YOUNES MORENO 2. Derechos sociales, econémicos y culturales a) Derechos sociales Con gran propiedad, el profesor argentino Hetto Juan Zarini, nos ilustra sobre el advenimiento de estos nuevos derechos, que aparecen como consecuen- cia de la evolucién del constitucionalismo clsico, al moderno 0 constitucionalismo social, puesto que los antecedentes y la evolucién del derecho constitucional permiten dividir su desarrollo en varias etapas, que son a juicio del profesor argentino, como siguen: «Para analizar el tema que ahora nos ocupa, comenzaremos por el consti- tucionalismo propiamente dicho, llamado cldsico, que aparece con las revolucio- nes americana y francesa de la segunda mitad del siglo XVIII y llegar hasta principios de este siglo, dando caracteristicas especiales a las constituciones san- cionadas en este largo perfodo. «Defender los derechos del hombre, limitar al Estado y dar seguridad al individuo frente a él, son los fines que distinguen al constitucionalismo clasico. Para ello, el Estado se debe limitar a cuidar el orden y asegurar que los derechos humanos no sufran perjuicio, absteniéndose de intervenir cuando la libertad, la seguridad comtin y los derechos individuales no corren riesgo. En el constitucionalismo clasico, el Estado no interviene en el bienestar colectivo ni interfiere en el ejer- cicio de los derechos. Parte de la base de que la libertad, ampliamente reconoci- da, es el medio suficiente para asegurar la actividad del hombre y el disfrute de sus bienes. Conforma, asi, una concepci6n abstracta y francamente individualis- ta de los derechos humanos. «La experiencia demostré que esas relaciones sociales, basadas en el indivi- dualismo y el cardcter meramente contemplativo del Estado, llev6 a situaciones injustas. El sueiio del mundo arménico, concebido como producto espontaneo y natural de las relaciones y los equilibrios entre las personas y los factores socieconémicos, lejos de producir una comunidad libre, dejé desguarnecidos los derechos efecti- vos del hombre comtin. Le impidié el goce de recursos elementales y colocd a numerosos sectores de poblacion en situaciones econdmicas y culturales que originaron dependencia, sumisidn, opresién e injusticia. «En virtud de esas circunstancias y al término de la Primera Guerra Mun- dial de este siglo se desarrolla un fecundo movimiento ideoldgico y constitucio- nal dirigido a afianzar, pot medio de leyes fundamentales, los principios demo- CLASIFICACION 0€ LOS DERECHOS 155 crdticos, orientandolos a nuevos derroteros. Las constituciones de la primera postguerra mundial incluyen una parte social y econdmica en la cual se fijan normas y principios de justicia, que dan caract definidas al constitucionalismo contempordneo. «Tales normas y principios jerarquizan, amplian y profundizan la legisla- cién, incorporando a los textos constitucionales numerosas disposiciones con contenidos concretos de justicia econdmica y social. En efecto, esas normas es- tin dirigidas a proteger al individuo y a los grupos sociales, con derechos y con garantias que se incorporan al derecho ptblico; por ejemplo, los derechos del trabajador, de la clase pasiva, de la familia, la proteccién contra el despido arbi- trario del trabajador, etc. «Ello obliga al Estado a dispensar nuevos servicios ptiblicos, sociales y eco- n6micos, y crea otros cometidos al individuo, a la sociedad y a los grupos o sectores que la integran, respondiendo asf a una vision superadora del individua- lismo y del abstencionismo decimonénicos. «De esta manera y al término de la Primera Guerra Mundial de 1914-1918, toman forma definitiva en Europa nuevas ideas con otros criterios de valor que se enderezan a una proteccién mds justa y real del hombre, con el advenimiento del denominado constitucionalismo social. El paso final de este constitucionalismo es la incorporacién, a los textos constitucionales, de los llamados derechos sociales y econdmicos. Y mas adelante agrega: «En el constitucionalismo social concurren la suma de dos expresiones, que tevisten el cardcter de verdaderas conquistas de la era constitucional: 1. La insercién de las cldusulas econdmicas y sociales en las leyes funda- mentales. 2. La denominada racionalizacién del poder. Una Constitucién social que no contemple la racionalizacién del poder no puede ser reconocida como democritica. Y a la inversa, la Constitucién que omita cldusulas econd- micas y sociales es considerada un instrumento insuficiente e inadecua- do para el gobierno contemporaneo, tan Ileno de requisitos y de expec- tativas provenientes de los sectores mds necesitados».? 2 ZARINI, Op. cit. 156 DIEGO YOUNES MORENO Justamente dentro de este contexto se inscribe el estado social del derecho que proclama la Constitucién actual de Colombia. En desarrollo de esos postulados constitucionales, el pais debe profundizar en el derecho social, 0 en: «El conjunto de leyes y disposiciones auténomas que establecen y desarrollan diferentes principios y procedimientos protectores en favor de las personas, grupos y sectores de la sociedad integrados por individuos econémicamente débiles, para lograr su convivencia con las otras clases sociales dentro de un orden justo»? — La familia. En la Carta vigente, se definié la familia como institucién basica de la sociedad. Ella se conforma por vinculos naturales 0 juridicos, y sus relaciones se basan en la igualdad y respeto mutuo de la pareja. Los hijos tienen iguales deberes y derechos, tritese de los matrimoniales, extramatrimoniales 0 los procreados con asistencia cientifica (fertilizacién in vitro). Sobre el matrimonio, a la luz de la Carta de 1991, sefiala la Corte Constitu- cional: «La ley estatutaria reitera el principio constitucional de la validez juridi- ca, en el Ambito civil, de los matrimonios religiosos y de las sentencias de nuli- dad de estos dictadas por las autoridades de la respectiva religién, en ambos casos de conformidad con lo dispuesto por la ley, y segtin lo advierten los incisos 7° y 8° del articulo 42 de la Constitucién nacional; desde luego, para estos efec- tos se incorpora el concepto juridico propio de la ley estatutaria previsto en el capitulo III del proyecto, en cuanto reclama para dicha validez la existencia pre- via de la personeria juridica de la iglesia respectiva o confesidn religiosa. En este sentido no se encuentra violacién alguna al texto de la Carta de 1991, y por el contrario, se reconoce su conformidad con ésta; ademas, es la misma ley civil la que esta admitiendo, en desarrollo de la Constitucién, que los matrimonios reli- giosos y las sentencias de nulidad dictadas por las autoridades de la religién tengan efectos civiles, de conformidad con lo que ordena el citado inciso doce del articulo 42 de la Carta Politica».* — Los derechos de los nitos. Por primera vez se incorporan en un texto constitucional expreso los derechos de los nifios (vida, salud, integridad, seguri- dad social, familia, adecuada alimentacién, cuidado, amor, educacion y cultura, recreaci6n y opinién). Importa destacar que los derechos de los nifios prevalecen sobre los derechos de los demds. También se registra en la Constitucién el dere- 3 MENDIETA Y NUNEZ, Lucio. E/ Derecho social. 4. CORTE CONSTITUCIONAL. Sent. C-088/94. Exp. P.E. 003. M.P. Fabio Mordn Diaz. CLASIFICACION DE LoS DERECHOS 157 cho de todo niiio menor de un ano a recibir atencion gratuita en las instituciones de salud que reciban aportes del Estado (arts. 44 y 50). — Los derechos de la mujer. Y \o propio sucede con la mujer, en pie de igualdad con el hombre, con especial proteccidn antes y después del parto y cuando sea cabeza de familia. —Los derechos de otros grupos demogrdficos. Prevé también la nueva Car- ta los derechos de los adolescentes, de las personas que han Ilegado a la tercera edad, asi como también la politica de atencidn de los disminuidos fisicos, senso- riales y siquicos. Elevé a rango constitucional el derecho a la salud y al sanea- miento ambiental y prescribié que su atenci6n es un servicio publico a cargo del estado (art. 49); se garantiza a todos el acceso a la promoci6n, proteccién y recu- peracion de la salud. — Otros derechos sociales. En este mismo orden de ideas, se incorporé a los textos supremos el derecho de todos los colombianos tanto a una vivienda digna como a la recreacién, la prctica del deporte y el aprovechamiento del tiempo libre. Define también la nueva Constitucién la Seguridad Social como un servicio plblico de cardcter obligatorio, el cual se prestara bajo la direccidn, coordina- cidn y control del Estado, con sujecién a los principios de eficiencia, universali- dad y solidaridad. La Seguridad Social se constituye en un derecho irrenunciable que se garantiza a todos los habitantes de Colombia (art. 48). En materia de seguridad social, no se pueden destinar ni utilizar recursos para fines diferentes. Una nocién restringida de seguridad social, la entiende como el conjunto de medidas que aseguran a una persona condiciones basicas de vida, cuando ella ha perdido o interrumpido su capacidad de trabajo y por lo tanto no puede conse- guirlas por sus propios medios. Nociones mds amplias la entienden como: «El conjunto de medidas tomadas por la sociedad y, en primer lugar, por el esta- do, para garantizar a todos, los cuidados médicos necesarios, asi como asegu- rarle los medios de vida en caso de pérdida 0 reducci6n importante de sus medios de existencia, causados por circunstancias no dependientes de su voluntad» (O/T Philadelfia, 1944). b) Derechos culturales La teoria juridica de los derechos sociales, econdémicos y culturales, se re- fiere a la proteccién y fomento de las ciencias y de las bellas artes, cuyo libre 158 oieso vouNes MORENO ejercicio no excluye los deberes sociales de los artistas y cientificos. Las rique- zas artisticas e hist6ricas y el paisaje natural, cualquiera sea su propietario, for- man parte del patrimonio de la Naci6n y estan bajo su tutela, pudiéndose decretar las expropiaciones necesarias para su defensa y prohibiendo la enajenacién y exportacidn de los tesoros artisticos. Se consagran en nuestra Constitucién en los articulos que rezan: — El Estado tiene el deber de promover y fomentar el acceso a la cul- tura de todos los colombianos en igualdad de oportunidades, por me- dio de la educacién permanente y la ensenanza cientifica, técnica, ar- tistica y profesional en todas las etapas del proceso de creacién de la identidad nacional. La cultura en sus diversas manifestaciones es fun- damento de la nacionalidad. El Estado reconoce la igualdad y digni- dad de todas las que conviven en el pais. El Estado promoveré la inves- tigacién, la ciencia, el desarrollo y la difusién de los valores culturales de la nacién (CN., art. 70). — La biisqueda del conocimiento y la expresién artistica son libres. Los planes de desarrollo econ6mico y social incluirdn el fomento a las ciencias y, en general, a la cultura. El Estado creard incentivos para personas e instituciones que desarrollen y fomenten la ciencia y la tec- nologia y las demas manifestaciones culturales y ofrecerd estimulos especiales a personas e instituciones que ejerzan estas actividades (CN., art. 71). — El patrimonio cultural de la nacién esta bajo la proteccién del Esta- do. El patrimonio arqueoldgico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la nacién y son inalienables, inembar- gables e imprescriptibles. La ley establecerd los mecanismos para readqui- rirlos cuando se encuentren en manos de particulares y reglamentard los derechos especiales que pudieran tener los grupos étnicos asentados en territorios de riqueza arqueoldgica (CN., art. 72). c) Derechos econdmicos El derecho de propiedad. Consagracién. La nueva Carta garantiza la pro- piedad privada y los demas derechos adquiridos con arreglo a la ley, pero advier- te que el interés privado debe ceder ante el interés ptiblico o social. Se conserva el principio de la funcién social de la propiedad, como en la Carta anterior, pero se le agrega la funcién ecolégica, y la protecci6n a las formas asociativas y soli- darias de propiedad. (art. 58). Ademas es deber del estado promover el acceso a la propiedad. En particular el acceso a la tierra para los trabajadores agrarios. Se protege la propiedad intelectual, la produccién de alimentos y el destino de las donaciones. — Las funciones de la propiedad. Desde tiempo antes, la Corte Suprema de Justicia habia expresado que: «La propiedad como todo derecho, se entiende dada y reconocida por la ley con el fin de hacer posible la convivencia social, no para imposibilitarla. No se puede, pues, admitir que nadie pueda hacer uso del propio derecho de propiedad hasta el punto de hacer imposible el coetdneo ejercicio del mismo derecho para el vecino. Y si la ley no prevefa ni prohibfa algunos de los modos de ejercer la propiedad incompatibles con las fundamentales exigencias Sociales, no por esto pueden estimarse licitos. Muy al contrario, deben conside- tarse ilicitos, en virtud de la esencia misma de la propiedad y de todo derecho que, segtin se ha dicho, es medio y condicién, no obstaculo, para la convivencia pacifica de los hombres. Las limitaciones al libre uso de la propiedad, reconoci- das por la ley, mas que para rechazar, deben servir para afirmar todas las que puedan fundamentalmente justificarse del mismo modo».5 El mismo criterio ha venido adoptando a partir de esa reforma. Al respecto pueden citarse las siguientes sentencias: «En virtud del articulo 30 de la Constitucién, que asigna a la propiedad una funcién social, se ha operado entre nosotros la relativizacién de la propiedad privada. En el sentido de que ha dejado de ser un derecho absoluto, esto es, juridicamente inexpugnable, tal como lo consignaba primitivamente nuestro Cédigo Civil» (CSJ, Sent. S. Plena, mar. 10/38). «Ya no es posible disponer de la propiedad como a bien se tenga, sino que su uso y goce deben sujetarse al imperativo de las necesidades y conveniencias so- ciales, conforme a la ley» (CSJ, Cas. Civil, Sent. mar. 31/63). «El dominio es en principio un derecho absoluto, exclusivo y perpetuo, que confiere a su titular las tres facultades de usar, de gozar y de disponer de la cosa 0 bien sobre que recae dicho derecho, es sin embargo, susceptible de sufrir limi- taciones en la duracién, extensién o ejercicio de los atributos que lo integran. Tales restricciones pueden ser legales o voluntarias, en el sentido de ser impues- tas por la ley o por un acto juridico del propio titular del dominio» (CSJ, Cas. Civil, mar. 15/65). 5 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sentencia de mayo 6 de 1927, 160 MORENO «Es obligado referir de lo antes dicho, que en la definicién genérica y espe- ifica de la propiedad consignada en los términos del articulo 669 del Cédigo Civil, al lado de su contenido de derecho subjetivo o individual ha de considerar- se como elemento esencial de la misma la funcién social ya que se tutela el inte- rés particular del propietario y también a los fines sociales del dominio. Estos dos elementos van estrechamente ligados y resulta inconveniente y opuesto a la evolucin de nuestras instituciones y al sistema politico en que se apoyan, sepa- rarlos. Sdlo asf la propiedad privada constituye un elemento de orden social que se proyecta en la comunidad. «Sobre la base de los criterios que se han precisado, se declarard la exequibilidad de la norma cuya validez se cuestiona en este proceso por cuanto no se advierte que ella sea opuesta al articulo 30 de la Constitucién, ni a ninguno otro de sus textos. El calificativo de arbitrario que le da la norma acusada al derecho de propiedad, esta atemperado en la misma disposicidn por la prohibicién de que con su ejercicio se vulnere la ley o derecho ajeno, todo lo cual implica que no es una facultad absoluta como ya se anoté, y debe por tanto enmarcarse dentro de los limites que el legislador le sefiale. «Téngase en cuenta ademas que la acepcidn en que debe entenderse el ad- verbio arbitrariamente, es la de arbitrio, es decir, segtin el diccionario de la Real Academia de la Lengua, «facultad que tiene el hombre (en este caso el titular de un derecho) de adoptar una resolucién con preferencia a otra» y no la de abuso como podria resultar de la lectura inmediata del articulo 669 del Cédigo Civil. Este fue el alcance que don Andrés Bello le dio al derecho de propiedad que definié en el articulo 686 de su proyecto de Cédigo Civil de 1853, como el dere- cho real en una cosa corporal para gozar y disponer de ella a nuestro arbitrio, no siendo contra la ley o el derecho ajeno. «A la anterior significacién se llega ademas, por el condicionamiento que el propio articulo acusado fija al estatuir que las facultades de usar y disponer arbi- trariamente que le atribuye al propietario, no vayan contra la ley o el derecho ajeno, restricciones que no tendrian sentido si se acogiera la segunda de las acep- ciones del adverbio en referencia» (Corte Suprema de Justicia). — De la nocién individualista a la nocién social. Una importante jurispru- dencia de la Corte Suprema de Justicia, aunque anterior a la nueva Constitucién, explica el cambio ocurrido con motivo de la evolucién del concepto individualis- ta de propiedad, al concepto social de !a misma, en términos del siguiente rigor conceptual: CLASIFICACION DE LOS DERECHOS 161 «E| sentido netamente individualista de la propiedad, heredado del derecho Tomano, que la concibié como concentracién de poderes o atribuciones del due- fio sobre sus bienes en cuya virtud estos quedan sometidos directa y totalmente a su sefiorio con el fin de satisfacer inicamente sus egojstas intereses, ha venido cediendo el paso a una concepcién marcadamente solidarista o funcionalista que, sin desconocerle al titular la facultad de utilizar, usufructuar y disponer libre- mente de los bienes en su provecho, le impone el deber de enrumbar el ejercicio de ese derecho por los cauces del bien comtin para que las ventajas que de el fluyan, se extiendan a la comunidad, en cuya representacién actta el propietario en funcién social». En nuestro ordenamiento se separan con nitidez dos concepciones de domi- nio. La disposicién acusada, articulo 669 del Cédigo Civil, se caracteriza preci- samente por darle preponderancia al carécter absoluto del dominio restringiendo al mdximo sus limitaciones, reducidas a la no violacién de la ley 0 del derecho ajeno, 0 con mas precisién, a que su uso no esté prohibido por las leyes 0 los teglamentos como lo dispone el articulo 544 del Cédigo Civil francés que le sirvié de modelo al colombiano y que segtin PLaniot y Ripert implica abrir la puerta a toda clase de restricciones siendo inexacto, por ello, sostener, como parece desprenderse de los articulos en referencia y lo reitera insistente el de- mandante, que la propiedad es un derecho absoluto. El caracter de funcién social del dominio que la Constituyente del 86 consa- gr en formula mas concisa y de mds claros contornos juridicos que la actual al disponer que Cuando se hallaren en conflicto el interés privado y el interés pii- blico, aquél cederé ante éste, qued6 definitivamente consagrado en el articulo 10 del Acto Legislativo nimero | de 1936, articulo 30 de la Constitucién vigente, que estatuye que la propiedad es una funcién social que implica obligaciones. Dejando de lado el evidente error de técnica en la redaccién de este texto y la aparente contradicciGn de sus términos, circunstancias que nuestra doctrina constitucional ha puesto de manifiesto, es indudable que en el texto constitucio- nal se descarta la teoria individualista y se le da un contenido eminentemente social al dominio, lo cual permite a la ley imponerle limitaciones para colocarlo de esta manera, al servicio del interés comunitario y de la solidaridad social, siendo por tanto ilfcitos los actos que impliquen ejercicio anormal de tal derecho, © sean contrarios a los fines econémicos 0 sociales del mismo, 0 aquellos que s6lo tiendan o se determinen por el deseo de dafiar a terceros sin interés verdade- To para el propietario. 162 ciEGo Younes MORENO Es claro que todas estas restricciones 0 limitaciones estaban implicitamente establecidas en la definicién misma del dominio, seguin los términos de la dispo- sicién materia de la presente censura constitucional, y fueron de igual manera reiteradas por el articulo 28 de la Ley 153 de 1887 al darle prevalencia sobre la legislacién anterior, a las leyes atinentes al ejercicio, cargas y extincién de los derechos reales adquiridos bajo una ley y en conformidad con ella. Nuestro sistema positivo resulta pues, en evidente coincidencia con la ten- dencia universal que concibe al dominio como la facultad o poder pleno del suje- to de derecho sobre las cosas para la satisfaccién de sus necesidades y el cumpli- miento de sus fines, dentro de la comunidad y con sujecién a las limitaciones por ella impuestas. — La propiedad en el derecho comparado. La jurisprudencia se ha encarga- do de realizar ese ejercicio y ha dicho que: «De la concepcién individualista como derecho subjetivo, la propiedad ha pasado a ser, en la tesis social 0 solidarista que inspiré la Constitucién del Reich aleman de 1919 (Constitucién de Weimar) que en su articulo 153 consagr6 la propiedad tanto como derecho como obliga- cién para que el duefio usara de sus bienes, como un servicio para el beneficio general. Nuestros constituyentes del 36, se inspiraron también en esta concep- cién y sin ambages acicalaron el concepto de que ese derecho subjetivo crea obligaciones y su ejercicio debe apuntar no sélo a la utilidad del propietario sino también a la utilidad general, mereciendo proteccién sdlo en la medida en que cumpla esta finalidad». En la actual ley fundamental de la Reptiblica Federal de Alemania se pro- clama atin mas vigorosamente la determinacién social de la propiedad. El ar- ticulo 14, s. 2 declara: La propiedad obliga. Su uso también contribuird al bienestar de la sociedad. En opinién de la Corte Constitucional de la Republi- ca Federal de Alemania este principio constitucional y legal significa: Renun- cia de tal orden de propiedad en el cual el interés individual prima sobre el interés de la sociedad. De manera similar el articulo 42 de la Constitucién italiana dispone que: La propiedad privada esta reconocida y garantizada por la ley que prescribe la manera en la cual puede adquirirse y gozarse y fija también sus limites tanto para asegurar su funcién social como para hacerla accesible a todas las personas. El requisito de armonia entre el derecho de propiedad, sefialado por la ley, y el bien publico esta consagrado en el articulo 29 de la Constitucién del Japon. CLASIFICACION DE LOS DERECHOS ©163 3. Derechos colectivos y del ambiente Los colectivos son aquellos destinados a proteger necesidades de la colecti- vidad o de un sector de esta. Dispone la nueva Carta en su articulo 78, que la ley debe regular el control de calidad de los bienes y servicios ofrecidos al ptiblico y la informacién sobre su comercializacién, y que quienes en estos procesos —comercializacién y produccién— atenten contra la salud, la seguridad o el adecuado aprovisionamiento de la comunidad, serdn responsables. Ademis el estado ga- rantiza a las organizaciones democriticas de usuarios y consumidores participa- cidn en el estudio de las normas concernientes. Los derechos del ambiente se refieren a las relaciones del hombre y su en- torno natural. La ecologia es la ciencia que estudia las interacciones entre los seres vivos y el medio ambiente natural. Se refieren a la ecologfa los articulos 79 y siguientes, y ellos declaran el derecho de todos a gozar de un ambiente sano y la participacidn comunitaria en las decisiones que pueden afectarlo. Corresponde al estado en relacién con el ambiente, planificar su administracin, prevenir y controlar los factores de su deterioro y cooperar con otras naciones, en la protec- cién de los ecosistemas fronterizos y velar por la integridad del espacio. En armonjia con tales anhelos, se prohibe la fabricacién, importacién, pose- sin y uso de armas quimicas, bioldgicas 0 nucleares. La justificacién de llevar las preocupaciones ecolégicas al articulado de la norma juridica maxima del Estado, pues eso es la Constitucién, encuentra dife- rentes sustentos. El primero es la necesidad, no sdlo del pafs, sino de todo el globo terraqueo de frenar el proceso de destruccién de la naturaleza y de los _ ambientes. El segundo se centra en las variadas especies que en materia de fauna y de flora presenta la ecologia patria, asi como su abigarrada variedad climatica, sus bosques y selvas y sus potencialidades en materia de aguas y de mares. Asi pues, Ja armonfa entre el hombre colombiano y su entorno, es otro desafio del pafs de cara, ya pronto, al aio 2000. La Ley 99 de 1993 creé el Ministerio del Medio Ambiente y en su titulo X, _denominado De los modos y procedimientos de participacién ciudadana, permi- te a cualquier persona intervenir en las actuaciones administrativas que afecten 0 puedan afectar el medio ambiente, e igualmente prevé la accién de nulidad con- tra los actos administrativos que afecten o puedan afectar el medio ambiente. 164 DIEGO YOUNES MORENO 4. Las generaciones de los derechos Justamente con motivo de la evolucién y ensanchamiento de los derechos que los Estados garantizan a la persona humana, la doctrina ha intentado la si- guiente clasificacién desde la perspectiva de la generacién de los derechos: — Los derechos de la primera generacién o libertades piblicas. Se trata de garantias que consultan lo mas intimo de la dignidad humana, sin las cuales se desvirttia la naturaleza de ésta y se niegan posibilidades propias del ser. La lista de los derechos de esta generacién se encuentra en la Declaracién Universal de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. — Derechos de la segunda generacién o derechos asistenciales. Su princi- pal caracteristica es la de que no son simples posibilidades de acci6n individual, sino que imponen ademas una carga u obligacién al Estado, frente al cual el individuo es situado en el marco social en la condicién de acreedor de ciertos bienes que debe dispensarle el aparato politico. Por ejemplo el derecho a la segu- ridad social. — Derechos de la tercera generacién. La componen los derechos a la paz, al entorno, al patrimonio comtn de la humanidad y el derecho al desarrollo econé- mico y social. Se diferencian estos derechos de los de la primera y segunda gene- raci6n en cuanto persiguen garantias para la humanidad considerada globalmente. Para la Corte Constitucional, siguiendo la doctrina y en la legislacién inter- nacional, tienen el cardcter de fundamentales los derechos de la primera genera- cidn, todo lo cual quiere decir que sobre esta materia de suyo dificil y trascen- dente quiz4 sea lo mds conveniente adoptar una posicién flexible y abierta, sin comprometerse en una definicién cerrada y excluyente de los derechos funda- mentales, para dejar al dominio de la interpretacién constitucional, frente a cada situaci6n o caso, determinar si se incorporan los valores inherentes a la persona humana en un derecho cuya defensa o salvaguardia se discute, con motivo de su ejercicio, lo que permitirfa atribuirle, fuera de los casos ya clasificados y conoci- dos, el carécter de fundamental. Es una solucién que tiene en cuenta el cardcter evolutivo y dinémico que tiene de suyo la interpretaci6n constitucional.* 6 CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia T-08 de mayo 18 de 1992. M.P. Fabio Mordn Diaz.

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