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ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ Maria del Rayo Ramirez Fierro América es ya, en sf, un problema, un ensayo de nuevo mundo, algo que tienta, provoca, desafia a la inteligencia. Germén Arciniegas f. Introduccion Nuestra América, ensayo de mundo para sus "descubridores”, estigmati- zada con el nombre de lo nuevo, y cuyo espacio hemos reclamado como propio desde la Independencia, no sélo ha sido desde entonces un ensa- yo de nuevo mundo para nosotros, sino que también sus hombres han sido ensayistas. La relacion entre los pensadores latinoamericanos, su forma de expre- sién a través del ensayo y la realidad latinoamericana es mucho mas compleja de io que a primera vista se piensa. Para poder sostener lo anterior sin promover y sin caer en el juicio des- preciativo que comunmente se tiene sobre el tema, es necesario dar un rodeo y reubicar el concepto mismo del ensayo a la luz de un pensador 343 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO latinoamericano; porque es de Latinoamérica y de sus hombres que en todo caso queremos hablar. IL Simén Rodriguez como ‘ensayista’ El autor desde el cual reflexionaré en torno al ensayo y que se inscribe en la importante tradicién intelectual ensayistica latinoamericana del si- glo XIX, es Don Simén Rodriguez (1769-1854) que merece ser rescata- do de la fabula Y el olvido para ingresar en el tiempo y el espacio de nuestra historia. . Més bien, hay que decirlo, es a partir de la investigacién sobre la obra de este autor que surge la conexion con la naturaleza del ensayo en nuestra tradicién cultural latinoamericana y en la que no cabe la menor duda para incorporar al que no’sélo fuera preceptor de Bolivar. Pues, si- guiendo a José Luis Gémez-Martinez en su Teoria del Ensayo, el sélo enlistado de los titulos de las pequefias obras del pensador caraquefio ya nos permite ubicarlo en su interior.” Sin embargo, no es suficiente reco- nocer la voluntad critica, la facultad propositiva, la relacién con su épo- ca y la afirmacién del hombre que escribe esos textos, exclusivamente a partir de los titulos, que ya son por si mismos reveladores y que, por lo demés, estan asociados a la “naturaleza" del ensayo. Arturo Andrés Roig? ha ubicado a Simén Rodriguez entre los intelec- tuales que acompafiaron, y no pocas veces promovieron, el cauce de los movimientos sociales y culturales que aparecieron paralelamente al fe- 1 Dardo Cuneo, en Prologo a Sim6n Rodriguez. Inventamos o erramas, Venezuela, Monte Avila Editores, 1988. : 2 José Luis Gémez-Martinez. Teorla del ensayo, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 191,” . 3 Arturo Andrés Roig. "El siglo XIX latinoamericano y las nuevas formas discursivas" en E/ pensa- ‘miento latinoamericano en el siglo XIX, México, IPGH, 1986, pp. 127-140. 344 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ némeno de Ia construccién nacional latinoamericana en el siglo XIX. Junto a él coloca a Domingo Faustino Sarmiento, Juan Bautista Alberdi y a José Marti, entre muchos otros. Para el autor, el género ensayistico _proliferé gracias a la posibilidad que abrieron los periédicos de publicar los lamados “articulos de opinién” y, mas fundamentalmente, a la necesidad de crear "nuevas formas discursivas” que la misma época demandaba. Para José Luis Gémez-Martinez "el ensayista es el Ultimo en aparecer en Ja historia literaria de un pais" porque él no crea, en el sentido estric- to de'la palabra, sino que ordena bellamente lo que ya ha sido "asimila- do por los posibles sectores";4 en cambio, para nosotros, los ensayistas del siglo pasado, siguiendo a Arturo Andrés Roig, construyen un nuevo lenguaje. Podemos afirmar que el ensayo, como forma de expresién en Sim6n Rodriguez, no sélo construye un nuevo lenguaje, sino que al mis- mo tiempo edifica un nuevo conocimiento de la realidad, que el ensayo entre sus manos no es otra cosa que un instrumento o una estrategia para representarla més adecuadamente y que, ademas, propone las pautas para sus posibles lectores e interlocutores. Gémez-Martinez, en suma, coloca el ensayo entre la didactica y la poesia; en sus planteamientos, lo didactico remite a la divulgacién de! conocimiento, no a su construc- cién. En Simén Rodriguez el ensayo implica la construccién de nuevas ideas, de una nueva gramatica, de una nueva exposicién de las ideas y también posee un sentido diddctico. A este respecto no hay que perder de vista la diferencia que establece Rodriguez entre aquellos a los que dedica su obra y aquellos a quienes la dirige. Por ejemplo, en Sociedades Ameri- canas, en la edicién de 1840, afirma que este libro "noes para ostentar ciencia con los sabios, sino para instruir a la parte del pueblo que quiere aprender y no tiene quién le ensefie" y mas adelante aclara que: 4 José Luis Gomez-Martinez. Op. cit. p. 37. 345 ‘MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO "EstacbraseDEDICA. "fos que conocen ya la Sociedad *é los que tienen para vivir baja el Gobierno costumbres formadas BIEN monfirquico en que naciéron, pero se DIRUE “t:los que entran en una Sociedad que no conocen Bajo ésta distincién bien se puede sostener que finalmente la dedicatoria de'la obra Va'a'los qué forman parte de ‘la nueva distribucién del poder politics en la que devinieron las luchas lc independencia del poder‘es- pafiol y que para nuestro autor ya no se Ilaman Monarcas sino Presiden- tes, Ellos, los Présidentés, son loS que deben "“felicitarsé" de que haya alguien ¢ ‘que “abogue por la INSTRUCCION JENERAL; iittico medio de dar Estabilidad 4 las « INSTITUCIONES LIBERALES". Este proyecto de contribuir a la estabilidad de las nuevas formas de organizacién de la sociedad debe aiticularse desde el Estado; ese Estado ‘que deberd prota- gonizar y‘encauzar las VIRTUDES SOCIALES entre las cuales, lamas importante, es la de “resistir 4 la Pasion de déminar"> =" En otra‘liriea dé reflexién‘es interesante ‘subrayar el paralelismo entre la madurez del género ensayistico y la Construccién de la historia de la-litera- tura nacional en Espafia por un lado, y por el otro, su diferencia'respecto de las caracteristicas del ensayo del’ segundo tercio del sigloXIX, y la histo- tiografia Politicay litetaria de corte: nacionalista en Latinoamérica, Lo tinico que j ‘podemos concluir'de esta reflexién es que, junto a ambos fenémenos, aqui y en Espafia, se vivia una época de cambios profundos. 5 Simén Rodriguez. Luces y virtudes sociales (Valparaiso, 1840) y Sociedades americanas (Lima, 1842), Edicién facsimilar editada en el Libro-Homenaje a la memoria de Don Simén Rodriguez, Coracas, Ediciones del Congreso de la Repabiica, 1973, p. 42, 346 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ, Sin embargo, no encuentro elementos suficientes para poder retomar la consideracién del ensayo en Espafia, como “la forma de expresién lite- raria por excelencia", como “producto tltimo", y al ensayista como "el Ultimo en aparecer en la historia literaria de un pats",® y aplicarla en una lectura del fenémenc de! ensayo en Latinoamérica. Mas bien se puede considerar que sus caracteristicas y nuestra tradicién historiografica y li- teraria de cufio nacionalista, asociados a la dolorosa formacién de los Estados Nacionales, son el verdadero origen de nuestra conciencia his- térica y de nuestra tarea intelectual, entre cuyas expresiones se encuen- tra el ensayo. : IIL, El ensayo como "forma discursiva" en-el siglo XIX” Arturo Andrés Roig propone una explicacién del fendmeno ensayistico latinoamericano a partir de dos categorias basicas: la construccién de fos Estados Nacionales y la formacién de “nuevas formas discursivas". Ambas categorias permiten entender dentro de una misma racionalidad histérica otros tantos fendmenos que merecen ser enunciados. 1 La revaloracién de la vida cotidiana y de su "multiplicidad de formas coexistentes". En el caso de nuestro autor es muy claro cémo elige ha- blar por determinados sujetos sociales cuando exclama que: Todos huyen de los POBRES los desprecian 6 los maltratan alguien he de pedir la Palabra por ellos” 6 José Luis Gémez-Martinez. Op. cit. p.37 y ss. 7 Sim6n Rodriguez. Luces y virtudes Sociales de 1840, op. cit. p. 39. 347 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO Ciertamente, hay en la base de esta afirmacion una postura ética y poli- tica que define y que permite erigir como proyecto social lo que Rodri- \ guez denomina educacién republicana o educacién popular. Sin ' embargo, Don Simén no puede esconder detras de la ambigiledad del término de los POBRES, que coloca en mayisculas y en negritas, la complejidad del tejido social que constituye a la realidad latinoamerica- na. Por ejemplo, en Luces y Virtudes Sociales afirma que "en América hay muchas castas", y en Sociedades Americanas de 1842 (Lima) deta- lla la diversidad de las formas sociales coexistentes. Asi, invitando al lector a "ver" la "América", afirma: ée la INGLATERRA tomamos la ARISTOCRACIA DE NACIMIENTO= hai, entre nosotros, Familias Enteras! que en nada ceden a los Lores ni a Iss Ladies: de los ESTADOS UNIDOS tomamos la ARISTOCRACIA MERCANTIL= hai, entre nosotros , negociantes! ‘que no se rozarlan con menestrales ‘por todos los tesaros del mundo de la FRANCIA tomamos InCLASE MEDIA ‘esta, levamos muchas ventajas! amas de la JENTUZA, ocupada en oficios BAJOS Huascos, Chinos i Bérbaros Gauchos, Cholos i Huachinangos ‘Negros, Prictos y Jentiles Serranos, Calentanos, Indfjenas Jente de Color i de Ruana tenemos: Morenos, Mulatos i Zambos Blancos porfiados i Patas amarillas una CHUSMA ée Cruzados, ‘Tercerones, Cuarterones, Quinterones, i Salta-atras que have, como en boténica, una familia de CRIPTOGAMOS.* 8 Siméa Rodriguez. Socicdades Americanas en 1928. Op. cit. p. 24. 348 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ 2 El propésito, muchas veces consciente, por lo menos en Don Simén Ro- driguez, de crear un nuevo modo de “captacién de la realidad social" en sucesivas aproximaciones tanto en la forma como en el contenido de su pensamiento. Asi, en la "Advertencia sobre la publicacién" de Sociedades America- nas en 1828 de 1842, realizada en Lima, edicién que puede considerarse como la mas acabada, se aclara la manera en que ha sido publicada frag- mentariamente para que el lector pueda hacer su propio libro, y aumen- tada en las sucesivas impresiones. Para Roig, el "ensayo" o “articulo de opinién" constituye una de las for- mas expresivas fundamentales del siglo XIX; forma que proliferé fun- damentalmente entre 1830 y 1870. Las obras de Don Simén Rodriguez se editan en Arequipa, 1928, el Prédromo; en Chile, en 1834 la Intro- duccién al tratado de Luces y Virtudes Sociales; en 1840 en Valparaiso, la misma introduccién con adiciones y en 1842, en Lima, "toda la obra”, Ademés hay que recordar otras obras y los contados articulos y los extrac- tos de la "Defensa de Bolivar" y de "Sociedades Americanas" publicados en El mercurio de Valparaiso en 1840, las publicaciones periddicas de la "Critica de tas Providencias del Gobierno" en Lima, 1843, y el "Extracto suscinto de mi obra sobre la Educacién Republicana", aparecido en El Neo- Granadino, en Bogota, 1849, en varios nimeros. Sin embargo, dejemos hablar al propio Rodriguez sobre las ventajas de publicar por partes "las obras voluminosas". 9 Manuel Pérez Vila. "Prélogo Bibliogréfico. Contribucién a ta Bibliograffa de Simén Rodriguez" en Simén Rodriguez. Obras Completas, T. 11, Caracas, Universidad Simén Rodriguez, 1975, p. TX-XX, 349 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO- 1." VENTAJA en favor del gasto. Lo que se da por un libro es perdido, si el libro no interesa. Las obras conocidas se compran, aunque cuesten mucho, porque se necesitan: as nuevas tienen qué acreditarse, a costa de los primeros lectores. Si ES- TOS pudieran tomar una muestra, @ prueba, arriesgarian ménos: toma- tian mas, si les agradase; o suspenderian si n6: i podrian, con un pequefio gasto, hacer muchos favores prestando la muestra paraque no la comprasen, 2.8 VENTASA en favor de la lectura. Si la obra interesa, Ja lectura no puede ser seguida: por eso se dividen los escritos en Pérrafos, Articulos i Capftulos, que son reposos de la aten- cion. PENSAMOS como COMEMOS -tomando tiempo para dijerir. No es posible estar, todo un dfa, leyendo sin cesar; ni, por espacio de una hora, pensando sin distraerse: los ojos se cansan de descifrar, y la mente de comprender. Segun Ia materia es el trabajo -los asuntos pablicos tie- nen muchos cabos qué atar, y las doctrinas muchos hilos qué seguir. La lectura de pocas horas, pide algunos dias de reflexion, a las personas poco acostumbradas a estudiar; y tal vez mas, a las que se proponen im- pugnar, Con leer el titulo basta, para despreciar una obra: en pocos mi- nutos se recorre un volimen, si la intencion es disputar. Tendriamos que afiadir, pese al caracter fragmentario.y a la admiracién que despierta la manera jocosa en que Rodriguez enfrenta las innumera- bles peripecias y desavenencias hacia su voluntad de propagador de ideas innovadoras, que "no hay nada en él que sea resultado de improvi- saciones", como lo afirma Arturo Uslar Pietri, gran estudioso de su pen- 10 Simén Rodriguez. Sociedades Americanas. Op. cit. p.4. 350 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ samiento, en el prélogo a los Escritos de nuestro autor, en la edicién Conmemorativa del Centenario de su muerte. La fragmentacién de fa publicacién de sus obras no implica, pues, la fragmentariedad de su pensamiento. Llamemos la atencién sobre el en- cabezado de sus Sociedades Americanas en donde se concibe como un TRATADO. Curiosa contradiccién, pues se asocia cominmente el ca- rdcter fragmentario del ersayo con el pensamiento incompleto, capri- choso, no sistematico. Pero en nuestro autor esto no puede aplicarse. Sus publicaciones son fragmentadas, como ya lo vimos, pero no por ello menos sistematicas. 3 Roig plantea que el papel de los intelectuales en el siglo XIX, y especial- mente entre 1830 y 1870, se aproxima a la caracterizacién gramsciana de los “intelectuales organicos", en la medida que ellos mismos se adjudica- ban la participacién en las grandes tareas sociales como era la formacién de los Estados Nacionales. Este hecho le permite al Dr. Roig relacionar a Si- mén Rodriguez con el "romanticismo social” latinoamericano y nos permi- te a nosotros establecer el vinculo existente entre las obras de Don Simén, ‘obras que son ensayos, obras que ensayan, proponen o prueban sucesiva- mente nuevas formas de expresién, y el ensayo social al que estan remi- tiendo todo el tiempo y que se sintetiza en la siguiente idea que es a la'vez proyecto: las REPUBLICAS no pueden hacerse sin la formacién de CIU- DADANOS a través de la EDUCACION POPULAR. ’ Gémez-Martinez relaciona el ensayo espafiol del siglo XIX con el mo- vimiento romantico, pues era a través de éste que Jos autores expresaron sus "reacciones ante la sociedad y ante la naturaleza".!! Pero entre no- 11 José Luis Gémez-Martinez. Op. cit. p. 29. 351 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO. sotros el Romanticismo adquirié dimensiones sociales que lo acercan al romanticismo social francés que Roger Picard caracteriza no como un estilo literario sino como "un hecho permanente", como un estado que “reptesenta ciertas formas de la sensibilidad, ciertos poderes de !a ima- ginacién reproductiva ° preadora, ciertos impulsos morales que tienden hacia el amor universal" 2 que, de'ser verdad, Sim6n Rodriguez cono- cié de cerca durante su largo exilio en el ambiente intelectual en el cual se desenvolvié en Europa. Hemos de recordar aqui que-hizo la traduc- cién en 1801 de Atala o las amores de dos salvajes en el desierto de Chateaubriand, durante su estancia en Paris y que su proyecto educati- vo, desde entonces, tenia la fuerza de una finalidad politica y social tra- zada con materiales de utopista,!3 El Dr. Gémez-Martinez logra ver en el ensayo esta dimensién utépica y dice que: El énsayista, en su didlogo con el lector 0 consigo mismo, reflexiona so- bie el presente, apoyado en la sélida base del pasado y con el implicito deseo de-anticipar el futuro por medio de la comprensi6n del momento actual. Nosotros agregamos que en Rodriguez es muy clara la intencién de re- basar lo puramente literario para proyectarse en lo social y que esto no seria posible sin la presencia de la critica a lo largo y ancho de sus obras. Es muy importante detenerhos un poco en este punto. Por un 12 Cf. Roger Picard. El romanticismo social, México, FCE, 1986, p. 20. En esta obra se analiza ‘como el romanticismo social "que era todo Méstima por los humildes.y deseos de reonganizar la sociedad, iba a tener su origen en las repetidas pruebas de Ia miseria y de los suftimicntos del pueblo”; también se profundiza en el papel de la imaginaci6n que llev6 a los roméinticos sociales a “concebir utopfas" que acentuaban el “entusiasmo populas”, p. 43. 13 Manuel Pérez Vila. Op. ctt., pp. IX-X. 14 José Luis Gémez-Martinez, Op. eit, p. 30. 352 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ lado, lo utépico de los escritos de Rodriguez, esa anticipacién del futu- TO, no sélo tiene que ver con su proyecto que, en general, es el que se juzgaria de utdpico sino, ademas, con la manera en que Don Simén asu- me la historicidad latinoamericana. Aclaremos esto. Cuando Rodriguez decide presentar su obra a la imprenta en 1840 escribe en la portada: Socicdades Americanas en 1828 Como serén y como podrian ser cn los sigios venideros Enesto han de pensar los americanos 1nd en pelear unas con otros. Aqui, en estas escasas lineas aparece: a) una visién de futuro, de 1828 hacia adelante; b) frente a un futuro lineal, producto de las condiciones imperantes, se plantea la posibilidad de cambiarlo no sélo en la inmediatez sino a largo plazo; c) al afirmar "como podrian ser" las sociedades americanas se abre la historia de Latinoamérica al cambio, a lo diferente, a la contingencia desde la cual se contempla lo posible; d) con la incorporacién de la contingencia histérica se incorpora el futu- ro. Esta incorporacién de lo posible es la tarea que como imperativo moral se impone en la vida de los americanos que gastando su tiem- po en pelear unos con otros estaban fundando la anarquia; asi, la ta- rea de la construccién del futuro se impone sobre Ia lucha por el poder. De aqui podemos concluir que las utopias como productos discursivos y proyecto de una clase o grupo no pueden pensarse bajo el horizonte de la temporalidad lineal hacia el futuro. En las utopias 0, mejor aun, en lo utépico se anuda el presente, el pasado y el futuro 353 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO. de una manera inextricable y, citando las palabras de Arturo Andrés Roig, la funcién utépica seria pues, "el modo como el hombre en- frenta asume mas radicalmente su propia realidad contingente”,!> Afladimos que la asuncién de la historicidad sélo es posible, gracias a esa voluntad de visién totalizadora de !a historia de nuestra América. Por otro lado, hay que sefialar el importante papel que juega la critica en el ensayo, en general, y en el pensamiento de Don Simén en particular, Para él "todo lo bueno que hay en Sociedad se debe a, o mejor dicho, la Sociedad existe por la critica", y la critica es esa capacidad de discerni- miento con criterio; criticar es juzgar con Teotitud frente a la crisis que es "el caso o el momento de juzgar con acierto.’ "16 La critica en Rodri- guez es demoledora, irénica y a veces hasta mordaz, pero la esgrime siempre frente a sus detractores con la distancia adecuada que le permite colocarse en un horizonte que abre su pensamiento a la entera libertad de expresién y de creacién, Estamos obligados a admitir al lado de la di- mensién utdpica del ensayo y de la importancia de la critica, un hori- zonte de verdad que lo hace tener un alcance epistemolégico que va de la opinién acertada, del juicio verdadero 0 diagnéstico de la sociedad de su tiempo, al proyecto social que se apuntala desde el centro de la repi- blica hasta sus ultimos ciudadanos. Asi, dice casi a guisa de conclusién que "si la opinion del autor parece bien declarada, por ello debe entre- verse su proyecto". No en vano se esforzé en cultivar su opinion durante toda su vida y en ensefiar en todos los lugares a los que Hegaba, como diria Lezama Lima, “como esos encantadores de serpientes, con sus grandes cajas" a través de las cuales se vislumbraba el milagro del futu- ro de América. 15 Arturo Andrés Roig. La utopia en el Beuador, fest in. y selece.), Quito, Banco Central det Ecuador-Corporacién Editora Nacional, 1987, pp. 42-43. 16 Simon Rodriguez. Sociedades Americanas. Op. cit., p. 17. 354 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ Para profundizar en la relaci6n entre el horizonte utépico del ensayo y el ensayo social traemos una muestra, tal vez la mds elocuente -aunque Simén Rodriguez siempre lo es- para ilustrar la disposicién entera por sostener el ensayo social. De la obra mas completa, la de 1842, relee- mos una pequefia digresién sobre el "amor propio”. En ella, Rodriguez compara el "amor propio" de Napoleén’y el de Bolivar, y dibuja: ‘Napoleon Bolivar queria gobernar al jénero humano: queria que se gobernara por st io quiero que aprenda a gobemnarse.. [este st que es AMOR PROPIO!!] pues todavia quiero mas, quiero que venga a APRENDER A MI ESCUELA... [yaesto no es nada, porque pasa de raya] pero pucde tomarsc un sesgo, ‘sin perder Yo mi lugar entre NAPOLEON i BOLIVAR DENSEME LOS MUCHACHOS POBRES'” Simé6n Rodriguez se sabe innovador de ideas, por eso se aventura a pu- blicar el "Prédromo" de 1828 "temiendo que otro se apareciese primero, en publico, con ellas", pues ya las habia divulgado oralmente desde 1823; se sabe visionario, diriamos hoy utopista, en el mejor y, tal vez, en el mas complejo sentido de la palabra, en la medida que sabe que las cosas irfan de otro modo si se procediese de otro modo con ellas, es de- cir, en el sentido que permite que la contingencia irrumpa en su pensa- 17 Simén Rodriguez. Luces y virtudes Sociales. Op. cit, p. 17. 355 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO miento para-proponerse como proyectista social de una "América Oriji- nal" que, a diferencia de "Europa" que se ha hecho a pedazos y sin plan alguno, "esta llamada por las circunstancias" a realizar la verdadera Re- publica. Asi, por ejemplo, leemos en la pagina previa de donde extraje la cita anterior, en términos de confesién, lo siguiente: La suerte de mis compatriotas me llevé al PATRIOTISMO 1 patriotismo a NAPOLEON Napoleon a BOLIVAR Bolivar a Venemucla: de alli volvi a ver la América i en la América hallo Ins Repibltcas, que son las que me atormentan EI ensayo social fue lo que en esencia lo trajo de nuevo América, ha- ciéndolo abandonar su piel de otro nombre para recobrar el suyo propio después de 26 afios de exilio. Asi lo confiesa en la carta a Bolivar del 7 de enero de 1825; en ella se lee: Amigo: yo no he venido a la América porque nacf en ella, sino porque tratan sus habitantes ahora de una cosa que me agrada, y me agrada por- que es buena, porque el lugar es propio para las conferencias y nara los ensayos y porque es usted el que ha suscitado y sostenido la idea,!® En su exilio voluntario o forzado, Don Simén recorrié tantos paises como su suerte lo empujaba y en ellos se percatd de lo que después en América quizo ser proyecto. En Europa, decia, pare todo hay escuelas y en ninguna parte se oye hablar:de Escuela social; 9 aqui se acoté el des- 18 Simén Rodriguez. Obras Completas, [ed. Alfonso Rumazo Gonzélez; comp. Pedro Grases}, Ca- racas, Universidad Simén Rodriguez, 1975, T. Il, p. 504. 19 Ibid. . 67. 356 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ tino de sus ideales que transportaba en su badl y que més tarde consu- mieran las llamas. IV. La propuesta de expresién discursiva de Simén Rodriguez Al abrir cualquiera de las pocas obras de Don Simén Rodriguez que se han podido rescatar, inmediatamente !lama la atencién la manera pecu- liar de organizacién de las paginas. Esta eleccién no pertenece al capri- cho de un viejo maniatico, sino al hombre que con su eterna vocacién de maestro de América vislumbraba cada pagina como una estrategia para aniquilar la ignorancia. En esta quijotesca labor empefié sus conoci- mientos de tipdgrafo y exigié a los editores que le respetaran sus suaves matizaciones para “pintar" cada una de sus paginas. Las argumentaciones para justificar esta disposici6n son numerosas y van desde la valoracién del sentido estético hasta las sesudas teorias gramaticales. Pensemos que las pequefias obras que lograron ver la luz se hicieron bajo grandes dificultades econdmicas y que, sin em- bargo, nunca se escatimé un solo recurso para abreviarlas o facilitar sus ediciones. Decia, por ejemplo, con cierta candidez, que en las partituras musicales cada nota, cada signo, expresaba las acotaciones més importantes para que la obra fuera bien ejecutada y el composi- tor bien entendido y que, en el caso de sus obras, cada !lave, cada ne- grita, cada maydscula o cada mintscula expresaba el animo y la ldégica del razonamiento; para él el lenguaje escrito reproduce esa di- ndmica del pensar con pasién, porque sentir y pensar no pueden des- lindarse en el lenguaje. Simén Rodriguez es tan generoso en sus obras que nos brinda los cédi- gos para poder leertas. Por ejemplo, respecto del discurso escrito afir- ma: 357 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO El Tamafio y de los caractéres, indican los TONOS la Variedad La separacton y de las frases, indican las PAUSAS. ¢! aislamiento La Separacion se pinta ponierido la palabra 6 la frase entre puntos El aislamiento se pinta fa palabra 6 poniendo enmedio de la pdjina la Frase ponjendo un punto Las Elipsis se pintan debajo de Ia patabra omitida Los Guiones indican la RELACION LasLiaves . Ia CONEXION Para efecutar esto es menester SENTIR, nadie aprende & Sentir, y de cualquier modo expresa cada uno sux sentimientos ‘A expresar los ajenos pero debe aprender que excitan los suyos”? 20 Ibid, p. 55. 358 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ En suma, cada pdgina es como un paisaje que el lector puede abarcar con una sola mirada en su totalidad y en cuyos detalles puede detenerse. El sentido es ayudar al lector y a su comprensién pues ya sabemos hacia quiénes quieren dirigirse estas obras, por ello es también que Rodriguez pasa por alto las reglas gramaticales "académicas" y escribe como se ha- bla cominmente, sin la diferencia entre las "fes" griega y latina, sin "ges" porque igual suena la "jota", etc. En otro nivel de argumentacién Don Simon ensaya en sus Luces y Vir- tudes Sociales et efecto de escribir en prosa las ideas que estan aparen- temente dispersas y en medio de las pdginas de Ia introduccién. Hay que decir que este experimento de cotejar ambas formas de expresién y que ha sido propuesto por el mismo autor, exige un lector altamente activo, no sélo para seguir el consejo de Rodriguez y comparar las dos formas de exposicién, sino porque nos obliga a brincar los linderos del discurso ¢ irrumpir en el Ambito de su metadiscurso, cuya pauta se pone en el discurso mismo. Pintar las ideas como se pinta un cuadro, responde a la intencién de gra- ‘bar en la memoria de sus lectores con facilidad y método las ideas que darian estabilidad politica a las recientes naciones latinoamericanas; in- volucrarse en ello le exigia a Simén Rodriguez suponer a sus lectores como sujetos activos; sujetos que se van filtrando entre los argumentos, las criticas, las ironias y las autocriticas, como los otros que forman par- te del discurso y que estén obligados a "resucitar" las ideas, a operar el milagro de renovar los espiritus enterrados por los avatares de la historia. Mucho mis se podria decir en este punto, que por ahora dejaré apenas esbozado, y sobre otras tantas implicaciones de las obras de Rodriguez que como semilleros fecundos se pueden Ilevar al andlisis. Este trabajo 359 MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO es tan solo un avance de investigacién que se coloca en la mesa de la discusién general. V. Conclusiones Arturo’ Andrés Roig ubica el ensayo como parte'de las nuevas formas discursivas que el segundo tercio del siglo XIX reclamaba. La época més fructifera de la produccién de estos ensayos o “articulos de opi- nidn" se ubica entre 1830 y 1870. En esta época, podemos concluir, el ensayo adquiere caracteristicas especificas que terminé de definir el ro- manticismo social. Pero tenemos que afirmar que antes y después de esta época el ensayo ha sido y ha seguido siendo una forma de expre- sién usada con regular frecuencia por los intelectuales mas connotados. Seria larga Ja lista de los pensadores latinoamericanos que han optado de alguna manera por esta forma expresiva. Pareciera que el triunfo del positivismo en América Latina, por lo me- nos institucionalmente, tendia a la formalizacién y a !a sistematizacién del saber; pero el ensayo, quiza con otras caracteristicas, se sigue produ- ciendo después de aquél. . Tal vez si conceptualizamos al romanticismo, no sélo como una expre- sién discursiva, sino como un hecho permanente ligado a una toma de posicién del intelectual frente a su sociedad, como lo propone Roger Pi- * card, es posible explicar que el ensayo, con tendencias romanticas socia- les, siga siendo un instrumento de expresién que intenta mostrar nuestra realidad, y el intelectual latinoamericano se siga colocando en esa di- mensién donde Io publico y lo privado se entrecruzan para mostrar que los limites entre la politica y la academia no pueden sostenerse mas que en el vacuo concepto de {a formalidad. 360 ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ Concluimos que es muy peligroso intentar hacer una reflexién general del ensayo, porque cada época, o incluso cada autor, tiene caracteristi- cas especificas, que solo el andlisis de casos puede revelar. Y que, sin embargo, tampoco podemos renunciar al andlisis detenido de tales teo- - rias sobre el género a riesgo de perdernos en el andlisis de casos. * Podemos igualmente sefialar a partir de nuestro andlisis que el ensayo no esta refiido con el tratado, sino con las ideas dogmaticas en las que han devenido los sistemas sociales, ideolégicos, politicos, académicos, etc., y que una de sus funciones radica en estimular el rompimiento de amarres afiejados y corroidos por el tiempo humano, que es historia, y que se juega entre las redes del poder. Concluimos también que en los ensayos de Don Simén Rodriguez se enlazan una dimensién utépica, una posicién ética y politica, una orien- tacién pedagégica y didactica y una funcién epistémica en sucesivas aproximaciones hacia la correcta explicacién de su tiempo, y que no es Ja genialidad, la erudicién ni la extravagancia de su personalidad lo que debe retomarse ahora, sino esos conceptos que la historia latinoamerica- na no ha podido realizar atin como proyecto, esos conceptos cargados de futuro y de verdad que se sintetizan en la sola expresién: INVENTA- MOS O ERRAMOS. 361

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