ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
Maria del Rayo Ramirez Fierro
América es ya, en sf, un problema, un
ensayo de nuevo mundo, algo que tienta,
provoca, desafia a la inteligencia.
Germén Arciniegas
f. Introduccion
Nuestra América, ensayo de mundo para sus "descubridores”, estigmati-
zada con el nombre de lo nuevo, y cuyo espacio hemos reclamado como
propio desde la Independencia, no sélo ha sido desde entonces un ensa-
yo de nuevo mundo para nosotros, sino que también sus hombres han
sido ensayistas.
La relacion entre los pensadores latinoamericanos, su forma de expre-
sién a través del ensayo y la realidad latinoamericana es mucho mas
compleja de io que a primera vista se piensa.
Para poder sostener lo anterior sin promover y sin caer en el juicio des-
preciativo que comunmente se tiene sobre el tema, es necesario dar un
rodeo y reubicar el concepto mismo del ensayo a la luz de un pensador
343MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO
latinoamericano; porque es de Latinoamérica y de sus hombres que en
todo caso queremos hablar.
IL Simén Rodriguez como ‘ensayista’
El autor desde el cual reflexionaré en torno al ensayo y que se inscribe
en la importante tradicién intelectual ensayistica latinoamericana del si-
glo XIX, es Don Simén Rodriguez (1769-1854) que merece ser rescata-
do de la fabula Y el olvido para ingresar en el tiempo y el espacio de
nuestra historia. .
Més bien, hay que decirlo, es a partir de la investigacién sobre la obra
de este autor que surge la conexion con la naturaleza del ensayo en
nuestra tradicién cultural latinoamericana y en la que no cabe la menor
duda para incorporar al que no’sélo fuera preceptor de Bolivar. Pues, si-
guiendo a José Luis Gémez-Martinez en su Teoria del Ensayo, el sélo
enlistado de los titulos de las pequefias obras del pensador caraquefio ya
nos permite ubicarlo en su interior.” Sin embargo, no es suficiente reco-
nocer la voluntad critica, la facultad propositiva, la relacién con su épo-
ca y la afirmacién del hombre que escribe esos textos, exclusivamente a
partir de los titulos, que ya son por si mismos reveladores y que, por lo
demés, estan asociados a la “naturaleza" del ensayo.
Arturo Andrés Roig? ha ubicado a Simén Rodriguez entre los intelec-
tuales que acompafiaron, y no pocas veces promovieron, el cauce de los
movimientos sociales y culturales que aparecieron paralelamente al fe-
1 Dardo Cuneo, en Prologo a Sim6n Rodriguez. Inventamos o erramas, Venezuela, Monte Avila
Editores, 1988. :
2 José Luis Gémez-Martinez. Teorla del ensayo, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca,
191,” .
3 Arturo Andrés Roig. "El siglo XIX latinoamericano y las nuevas formas discursivas" en E/ pensa-
‘miento latinoamericano en el siglo XIX, México, IPGH, 1986, pp. 127-140.
344ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
némeno de Ia construccién nacional latinoamericana en el siglo XIX.
Junto a él coloca a Domingo Faustino Sarmiento, Juan Bautista Alberdi
y a José Marti, entre muchos otros. Para el autor, el género ensayistico
_proliferé gracias a la posibilidad que abrieron los periédicos de publicar los
lamados “articulos de opinién” y, mas fundamentalmente, a la necesidad
de crear "nuevas formas discursivas” que la misma época demandaba.
Para José Luis Gémez-Martinez "el ensayista es el Ultimo en aparecer
en Ja historia literaria de un pais" porque él no crea, en el sentido estric-
to de'la palabra, sino que ordena bellamente lo que ya ha sido "asimila-
do por los posibles sectores";4 en cambio, para nosotros, los ensayistas
del siglo pasado, siguiendo a Arturo Andrés Roig, construyen un nuevo
lenguaje. Podemos afirmar que el ensayo, como forma de expresién en
Sim6n Rodriguez, no sélo construye un nuevo lenguaje, sino que al mis-
mo tiempo edifica un nuevo conocimiento de la realidad, que el ensayo
entre sus manos no es otra cosa que un instrumento o una estrategia para
representarla més adecuadamente y que, ademas, propone las pautas
para sus posibles lectores e interlocutores. Gémez-Martinez, en suma,
coloca el ensayo entre la didactica y la poesia; en sus planteamientos, lo
didactico remite a la divulgacién de! conocimiento, no a su construc-
cién. En Simén Rodriguez el ensayo implica la construccién de nuevas
ideas, de una nueva gramatica, de una nueva exposicién de las ideas y
también posee un sentido diddctico. A este respecto no hay que perder de
vista la diferencia que establece Rodriguez entre aquellos a los que dedica
su obra y aquellos a quienes la dirige. Por ejemplo, en Sociedades Ameri-
canas, en la edicién de 1840, afirma que este libro "noes para ostentar
ciencia con los sabios, sino para instruir a la parte del pueblo que quiere
aprender y no tiene quién le ensefie" y mas adelante aclara que:
4 José Luis Gomez-Martinez. Op. cit. p. 37.
345‘MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO
"EstacbraseDEDICA.
"fos que conocen ya la Sociedad
*é los que tienen para vivir baja el Gobierno
costumbres formadas BIEN monfirquico en
que naciéron,
pero se DIRUE
“t:los que entran en una Sociedad que no conocen
Bajo ésta distincién bien se puede sostener que finalmente la dedicatoria
de'la obra Va'a'los qué forman parte de ‘la nueva distribucién del poder
politics en la que devinieron las luchas lc independencia del poder‘es-
pafiol y que para nuestro autor ya no se Ilaman Monarcas sino Presiden-
tes, Ellos, los Présidentés, son loS que deben "“felicitarsé" de que haya
alguien ¢ ‘que “abogue por la INSTRUCCION JENERAL; iittico medio de
dar Estabilidad 4 las « INSTITUCIONES LIBERALES". Este proyecto
de contribuir a la estabilidad de las nuevas formas de organizacién de la
sociedad debe aiticularse desde el Estado; ese Estado ‘que deberd prota-
gonizar y‘encauzar las VIRTUDES SOCIALES entre las cuales, lamas
importante, es la de “resistir 4 la Pasion de déminar"> ="
En otra‘liriea dé reflexién‘es interesante ‘subrayar el paralelismo entre la
madurez del género ensayistico y la Construccién de la historia de la-litera-
tura nacional en Espafia por un lado, y por el otro, su diferencia'respecto de
las caracteristicas del ensayo del’ segundo tercio del sigloXIX, y la histo-
tiografia Politicay litetaria de corte: nacionalista en Latinoamérica,
Lo tinico que j ‘podemos concluir'de esta reflexién es que, junto a ambos
fenémenos, aqui y en Espafia, se vivia una época de cambios profundos.
5 Simén Rodriguez. Luces y virtudes sociales (Valparaiso, 1840) y Sociedades americanas (Lima,
1842), Edicién facsimilar editada en el Libro-Homenaje a la memoria de Don Simén Rodriguez,
Coracas, Ediciones del Congreso de la Repabiica, 1973, p. 42,
346ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ,
Sin embargo, no encuentro elementos suficientes para poder retomar la
consideracién del ensayo en Espafia, como “la forma de expresién lite-
raria por excelencia", como “producto tltimo", y al ensayista como "el
Ultimo en aparecer en la historia literaria de un pats",® y aplicarla en una
lectura del fenémenc de! ensayo en Latinoamérica. Mas bien se puede
considerar que sus caracteristicas y nuestra tradicién historiografica y li-
teraria de cufio nacionalista, asociados a la dolorosa formacién de los
Estados Nacionales, son el verdadero origen de nuestra conciencia his-
térica y de nuestra tarea intelectual, entre cuyas expresiones se encuen-
tra el ensayo. :
IIL, El ensayo como "forma discursiva" en-el siglo XIX”
Arturo Andrés Roig propone una explicacién del fendmeno ensayistico
latinoamericano a partir de dos categorias basicas: la construccién de
fos Estados Nacionales y la formacién de “nuevas formas discursivas".
Ambas categorias permiten entender dentro de una misma racionalidad
histérica otros tantos fendmenos que merecen ser enunciados.
1
La revaloracién de la vida cotidiana y de su "multiplicidad de formas
coexistentes". En el caso de nuestro autor es muy claro cémo elige ha-
blar por determinados sujetos sociales cuando exclama que:
Todos huyen de los POBRES
los desprecian 6 los maltratan
alguien he de pedir la Palabra por ellos”
6 José Luis Gémez-Martinez. Op. cit. p.37 y ss.
7 Sim6n Rodriguez. Luces y virtudes Sociales de 1840, op. cit. p. 39.
347MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO
Ciertamente, hay en la base de esta afirmacion una postura ética y poli-
tica que define y que permite erigir como proyecto social lo que Rodri-
\ guez denomina educacién republicana o educacién popular. Sin
' embargo, Don Simén no puede esconder detras de la ambigiledad del
término de los POBRES, que coloca en mayisculas y en negritas, la
complejidad del tejido social que constituye a la realidad latinoamerica-
na. Por ejemplo, en Luces y Virtudes Sociales afirma que "en América
hay muchas castas", y en Sociedades Americanas de 1842 (Lima) deta-
lla la diversidad de las formas sociales coexistentes. Asi, invitando al
lector a "ver" la "América", afirma:
ée la INGLATERRA tomamos la ARISTOCRACIA DE NACIMIENTO=
hai, entre nosotros, Familias Enteras!
que en nada ceden a los Lores ni a Iss Ladies:
de los ESTADOS UNIDOS tomamos la ARISTOCRACIA MERCANTIL=
hai, entre nosotros , negociantes!
‘que no se rozarlan con menestrales
‘por todos los tesaros del mundo
de la FRANCIA tomamos InCLASE MEDIA
‘esta, levamos muchas ventajas!
amas de la JENTUZA, ocupada en oficios BAJOS
Huascos, Chinos i Bérbaros
Gauchos, Cholos i Huachinangos
‘Negros, Prictos y Jentiles
Serranos, Calentanos, Indfjenas
Jente de Color i de Ruana
tenemos: Morenos, Mulatos i Zambos
Blancos porfiados i Patas amarillas
una CHUSMA ée Cruzados,
‘Tercerones, Cuarterones, Quinterones,
i Salta-atras
que have, como en boténica,
una familia de CRIPTOGAMOS.*
8 Siméa Rodriguez. Socicdades Americanas en 1928. Op. cit. p. 24.
348ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
2
El propésito, muchas veces consciente, por lo menos en Don Simén Ro-
driguez, de crear un nuevo modo de “captacién de la realidad social" en
sucesivas aproximaciones tanto en la forma como en el contenido de su
pensamiento.
Asi, en la "Advertencia sobre la publicacién" de Sociedades America-
nas en 1828 de 1842, realizada en Lima, edicién que puede considerarse
como la mas acabada, se aclara la manera en que ha sido publicada frag-
mentariamente para que el lector pueda hacer su propio libro, y aumen-
tada en las sucesivas impresiones.
Para Roig, el "ensayo" o “articulo de opinién" constituye una de las for-
mas expresivas fundamentales del siglo XIX; forma que proliferé fun-
damentalmente entre 1830 y 1870. Las obras de Don Simén Rodriguez
se editan en Arequipa, 1928, el Prédromo; en Chile, en 1834 la Intro-
duccién al tratado de Luces y Virtudes Sociales; en 1840 en Valparaiso,
la misma introduccién con adiciones y en 1842, en Lima, "toda la obra”,
Ademés hay que recordar otras obras y los contados articulos y los extrac-
tos de la "Defensa de Bolivar" y de "Sociedades Americanas" publicados
en El mercurio de Valparaiso en 1840, las publicaciones periddicas de la
"Critica de tas Providencias del Gobierno" en Lima, 1843, y el "Extracto
suscinto de mi obra sobre la Educacién Republicana", aparecido en El Neo-
Granadino, en Bogota, 1849, en varios nimeros.
Sin embargo, dejemos hablar al propio Rodriguez sobre las ventajas de
publicar por partes "las obras voluminosas".
9 Manuel Pérez Vila. "Prélogo Bibliogréfico. Contribucién a ta Bibliograffa de Simén Rodriguez"
en Simén Rodriguez. Obras Completas, T. 11, Caracas, Universidad Simén Rodriguez, 1975, p.
TX-XX,
349MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO-
1." VENTAJA
en favor del gasto.
Lo que se da por un libro es perdido, si el libro no interesa. Las obras
conocidas se compran, aunque cuesten mucho, porque se necesitan: as
nuevas tienen qué acreditarse, a costa de los primeros lectores. Si ES-
TOS pudieran tomar una muestra, @ prueba, arriesgarian ménos: toma-
tian mas, si les agradase; o suspenderian si n6: i podrian, con un
pequefio gasto, hacer muchos favores prestando la muestra paraque no la
comprasen,
2.8 VENTASA
en favor de la lectura.
Si la obra interesa, Ja lectura no puede ser seguida: por eso se dividen los
escritos en Pérrafos, Articulos i Capftulos, que son reposos de la aten-
cion. PENSAMOS como COMEMOS -tomando tiempo para dijerir. No
es posible estar, todo un dfa, leyendo sin cesar; ni, por espacio de una
hora, pensando sin distraerse: los ojos se cansan de descifrar, y la mente
de comprender. Segun Ia materia es el trabajo -los asuntos pablicos tie-
nen muchos cabos qué atar, y las doctrinas muchos hilos qué seguir. La
lectura de pocas horas, pide algunos dias de reflexion, a las personas
poco acostumbradas a estudiar; y tal vez mas, a las que se proponen im-
pugnar, Con leer el titulo basta, para despreciar una obra: en pocos mi-
nutos se recorre un volimen, si la intencion es disputar.
Tendriamos que afiadir, pese al caracter fragmentario.y a la admiracién
que despierta la manera jocosa en que Rodriguez enfrenta las innumera-
bles peripecias y desavenencias hacia su voluntad de propagador de
ideas innovadoras, que "no hay nada en él que sea resultado de improvi-
saciones", como lo afirma Arturo Uslar Pietri, gran estudioso de su pen-
10 Simén Rodriguez. Sociedades Americanas. Op. cit. p.4.
350ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
samiento, en el prélogo a los Escritos de nuestro autor, en la edicién
Conmemorativa del Centenario de su muerte.
La fragmentacién de fa publicacién de sus obras no implica, pues, la
fragmentariedad de su pensamiento. Llamemos la atencién sobre el en-
cabezado de sus Sociedades Americanas en donde se concibe como un
TRATADO. Curiosa contradiccién, pues se asocia cominmente el ca-
rdcter fragmentario del ersayo con el pensamiento incompleto, capri-
choso, no sistematico. Pero en nuestro autor esto no puede aplicarse.
Sus publicaciones son fragmentadas, como ya lo vimos, pero no por ello
menos sistematicas.
3
Roig plantea que el papel de los intelectuales en el siglo XIX, y especial-
mente entre 1830 y 1870, se aproxima a la caracterizacién gramsciana de
los “intelectuales organicos", en la medida que ellos mismos se adjudica-
ban la participacién en las grandes tareas sociales como era la formacién de
los Estados Nacionales. Este hecho le permite al Dr. Roig relacionar a Si-
mén Rodriguez con el "romanticismo social” latinoamericano y nos permi-
te a nosotros establecer el vinculo existente entre las obras de Don Simén,
‘obras que son ensayos, obras que ensayan, proponen o prueban sucesiva-
mente nuevas formas de expresién, y el ensayo social al que estan remi-
tiendo todo el tiempo y que se sintetiza en la siguiente idea que es a la'vez
proyecto: las REPUBLICAS no pueden hacerse sin la formacién de CIU-
DADANOS a través de la EDUCACION POPULAR. ’
Gémez-Martinez relaciona el ensayo espafiol del siglo XIX con el mo-
vimiento romantico, pues era a través de éste que Jos autores expresaron
sus "reacciones ante la sociedad y ante la naturaleza".!! Pero entre no-
11 José Luis Gémez-Martinez. Op. cit. p. 29.
351MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO.
sotros el Romanticismo adquirié dimensiones sociales que lo acercan al
romanticismo social francés que Roger Picard caracteriza no como un
estilo literario sino como "un hecho permanente", como un estado que
“reptesenta ciertas formas de la sensibilidad, ciertos poderes de !a ima-
ginacién reproductiva ° preadora, ciertos impulsos morales que tienden
hacia el amor universal" 2 que, de'ser verdad, Sim6n Rodriguez cono-
cié de cerca durante su largo exilio en el ambiente intelectual en el cual
se desenvolvié en Europa. Hemos de recordar aqui que-hizo la traduc-
cién en 1801 de Atala o las amores de dos salvajes en el desierto de
Chateaubriand, durante su estancia en Paris y que su proyecto educati-
vo, desde entonces, tenia la fuerza de una finalidad politica y social tra-
zada con materiales de utopista,!3
El Dr. Gémez-Martinez logra ver en el ensayo esta dimensién utépica y
dice que:
El énsayista, en su didlogo con el lector 0 consigo mismo, reflexiona so-
bie el presente, apoyado en la sélida base del pasado y con el implicito
deseo de-anticipar el futuro por medio de la comprensi6n del momento
actual.
Nosotros agregamos que en Rodriguez es muy clara la intencién de re-
basar lo puramente literario para proyectarse en lo social y que esto no
seria posible sin la presencia de la critica a lo largo y ancho de sus
obras. Es muy importante detenerhos un poco en este punto. Por un
12 Cf. Roger Picard. El romanticismo social, México, FCE, 1986, p. 20. En esta obra se analiza
‘como el romanticismo social "que era todo Méstima por los humildes.y deseos de reonganizar la
sociedad, iba a tener su origen en las repetidas pruebas de Ia miseria y de los suftimicntos del
pueblo”; también se profundiza en el papel de la imaginaci6n que llev6 a los roméinticos sociales
a “concebir utopfas" que acentuaban el “entusiasmo populas”, p. 43.
13 Manuel Pérez Vila. Op. ctt., pp. IX-X.
14 José Luis Gémez-Martinez, Op. eit, p. 30.
352ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
lado, lo utépico de los escritos de Rodriguez, esa anticipacién del futu-
TO, no sélo tiene que ver con su proyecto que, en general, es el que se
juzgaria de utdpico sino, ademas, con la manera en que Don Simén asu-
me la historicidad latinoamericana. Aclaremos esto. Cuando Rodriguez
decide presentar su obra a la imprenta en 1840 escribe en la portada:
Socicdades Americanas
en 1828
Como serén y como podrian ser
cn los sigios venideros
Enesto han de pensar los americanos
1nd en pelear unas con otros.
Aqui, en estas escasas lineas aparece:
a) una visién de futuro, de 1828 hacia adelante;
b) frente a un futuro lineal, producto de las condiciones imperantes, se
plantea la posibilidad de cambiarlo no sélo en la inmediatez sino a
largo plazo;
c) al afirmar "como podrian ser" las sociedades americanas se abre la
historia de Latinoamérica al cambio, a lo diferente, a la contingencia
desde la cual se contempla lo posible;
d) con la incorporacién de la contingencia histérica se incorpora el futu-
ro. Esta incorporacién de lo posible es la tarea que como imperativo
moral se impone en la vida de los americanos que gastando su tiem-
po en pelear unos con otros estaban fundando la anarquia; asi, la ta-
rea de la construccién del futuro se impone sobre Ia lucha por el
poder. De aqui podemos concluir que las utopias como productos
discursivos y proyecto de una clase o grupo no pueden pensarse bajo
el horizonte de la temporalidad lineal hacia el futuro. En las utopias
0, mejor aun, en lo utépico se anuda el presente, el pasado y el futuro
353MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO.
de una manera inextricable y, citando las palabras de Arturo Andrés
Roig, la funcién utépica seria pues, "el modo como el hombre en-
frenta asume mas radicalmente su propia realidad contingente”,!>
Afladimos que la asuncién de la historicidad sélo es posible, gracias a
esa voluntad de visién totalizadora de !a historia de nuestra América.
Por otro lado, hay que sefialar el importante papel que juega la critica en
el ensayo, en general, y en el pensamiento de Don Simén en particular,
Para él "todo lo bueno que hay en Sociedad se debe a, o mejor dicho, la
Sociedad existe por la critica", y la critica es esa capacidad de discerni-
miento con criterio; criticar es juzgar con Teotitud frente a la crisis que
es "el caso o el momento de juzgar con acierto.’ "16 La critica en Rodri-
guez es demoledora, irénica y a veces hasta mordaz, pero la esgrime
siempre frente a sus detractores con la distancia adecuada que le permite
colocarse en un horizonte que abre su pensamiento a la entera libertad
de expresién y de creacién, Estamos obligados a admitir al lado de la di-
mensién utdpica del ensayo y de la importancia de la critica, un hori-
zonte de verdad que lo hace tener un alcance epistemolégico que va de
la opinién acertada, del juicio verdadero 0 diagnéstico de la sociedad de
su tiempo, al proyecto social que se apuntala desde el centro de la repi-
blica hasta sus ultimos ciudadanos. Asi, dice casi a guisa de conclusién
que "si la opinion del autor parece bien declarada, por ello debe entre-
verse su proyecto". No en vano se esforzé en cultivar su opinion durante
toda su vida y en ensefiar en todos los lugares a los que Hegaba, como
diria Lezama Lima, “como esos encantadores de serpientes, con sus
grandes cajas" a través de las cuales se vislumbraba el milagro del futu-
ro de América.
15 Arturo Andrés Roig. La utopia en el Beuador, fest in. y selece.), Quito, Banco Central det
Ecuador-Corporacién Editora Nacional, 1987, pp. 42-43.
16 Simon Rodriguez. Sociedades Americanas. Op. cit., p. 17.
354ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
Para profundizar en la relaci6n entre el horizonte utépico del ensayo y
el ensayo social traemos una muestra, tal vez la mds elocuente -aunque
Simén Rodriguez siempre lo es- para ilustrar la disposicién entera por
sostener el ensayo social. De la obra mas completa, la de 1842, relee-
mos una pequefia digresién sobre el "amor propio”. En ella, Rodriguez
compara el "amor propio" de Napoleén’y el de Bolivar, y dibuja:
‘Napoleon Bolivar
queria gobernar al jénero humano: queria que se gobernara por st
io
quiero que aprenda a gobemnarse..
[este st que es AMOR PROPIO!!]
pues todavia quiero mas,
quiero que venga a APRENDER A MI ESCUELA...
[yaesto no es nada, porque pasa de raya]
pero pucde tomarsc un sesgo,
‘sin perder Yo mi lugar
entre
NAPOLEON i BOLIVAR
DENSEME LOS MUCHACHOS POBRES'”
Simé6n Rodriguez se sabe innovador de ideas, por eso se aventura a pu-
blicar el "Prédromo" de 1828 "temiendo que otro se apareciese primero,
en publico, con ellas", pues ya las habia divulgado oralmente desde
1823; se sabe visionario, diriamos hoy utopista, en el mejor y, tal vez,
en el mas complejo sentido de la palabra, en la medida que sabe que las
cosas irfan de otro modo si se procediese de otro modo con ellas, es de-
cir, en el sentido que permite que la contingencia irrumpa en su pensa-
17 Simén Rodriguez. Luces y virtudes Sociales. Op. cit, p. 17.
355MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO
miento para-proponerse como proyectista social de una "América Oriji-
nal" que, a diferencia de "Europa" que se ha hecho a pedazos y sin plan
alguno, "esta llamada por las circunstancias" a realizar la verdadera Re-
publica. Asi, por ejemplo, leemos en la pagina previa de donde extraje
la cita anterior, en términos de confesién, lo siguiente:
La suerte de mis compatriotas
me llevé al PATRIOTISMO
1 patriotismo a NAPOLEON
Napoleon a BOLIVAR
Bolivar a Venemucla:
de alli volvi a ver la América
i en la América hallo Ins Repibltcas,
que son las que me atormentan
EI ensayo social fue lo que en esencia lo trajo de nuevo América, ha-
ciéndolo abandonar su piel de otro nombre para recobrar el suyo propio
después de 26 afios de exilio. Asi lo confiesa en la carta a Bolivar del 7
de enero de 1825; en ella se lee:
Amigo: yo no he venido a la América porque nacf en ella, sino porque
tratan sus habitantes ahora de una cosa que me agrada, y me agrada por-
que es buena, porque el lugar es propio para las conferencias y nara los
ensayos y porque es usted el que ha suscitado y sostenido la idea,!®
En su exilio voluntario o forzado, Don Simén recorrié tantos paises
como su suerte lo empujaba y en ellos se percatd de lo que después en
América quizo ser proyecto. En Europa, decia, pare todo hay escuelas y
en ninguna parte se oye hablar:de Escuela social; 9 aqui se acoté el des-
18 Simén Rodriguez. Obras Completas, [ed. Alfonso Rumazo Gonzélez; comp. Pedro Grases}, Ca-
racas, Universidad Simén Rodriguez, 1975, T. Il, p. 504.
19 Ibid. . 67.
356ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
tino de sus ideales que transportaba en su badl y que més tarde consu-
mieran las llamas.
IV. La propuesta de expresién discursiva de Simén Rodriguez
Al abrir cualquiera de las pocas obras de Don Simén Rodriguez que se
han podido rescatar, inmediatamente !lama la atencién la manera pecu-
liar de organizacién de las paginas. Esta eleccién no pertenece al capri-
cho de un viejo maniatico, sino al hombre que con su eterna vocacién de
maestro de América vislumbraba cada pagina como una estrategia para
aniquilar la ignorancia. En esta quijotesca labor empefié sus conoci-
mientos de tipdgrafo y exigié a los editores que le respetaran sus suaves
matizaciones para “pintar" cada una de sus paginas.
Las argumentaciones para justificar esta disposici6n son numerosas y
van desde la valoracién del sentido estético hasta las sesudas teorias
gramaticales. Pensemos que las pequefias obras que lograron ver la
luz se hicieron bajo grandes dificultades econdmicas y que, sin em-
bargo, nunca se escatimé un solo recurso para abreviarlas o facilitar
sus ediciones. Decia, por ejemplo, con cierta candidez, que en las
partituras musicales cada nota, cada signo, expresaba las acotaciones
més importantes para que la obra fuera bien ejecutada y el composi-
tor bien entendido y que, en el caso de sus obras, cada !lave, cada ne-
grita, cada maydscula o cada mintscula expresaba el animo y la
ldégica del razonamiento; para él el lenguaje escrito reproduce esa di-
ndmica del pensar con pasién, porque sentir y pensar no pueden des-
lindarse en el lenguaje.
Simén Rodriguez es tan generoso en sus obras que nos brinda los cédi-
gos para poder leertas. Por ejemplo, respecto del discurso escrito afir-
ma:
357MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO
El Tamafio y
de los caractéres, indican los TONOS
la Variedad
La separacton y
de las frases, indican las PAUSAS.
¢! aislamiento
La Separacion se pinta
ponierido la palabra 6 la frase entre puntos
El aislamiento se pinta
fa palabra 6
poniendo enmedio de la pdjina
la Frase
ponjendo un punto
Las Elipsis se pintan
debajo de Ia patabra omitida
Los Guiones indican la RELACION
LasLiaves . Ia CONEXION
Para efecutar esto es menester SENTIR,
nadie aprende & Sentir, y
de cualquier modo expresa cada uno sux sentimientos
‘A expresar los ajenos
pero debe aprender
que excitan los suyos”?
20 Ibid, p. 55.
358ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
En suma, cada pdgina es como un paisaje que el lector puede abarcar
con una sola mirada en su totalidad y en cuyos detalles puede detenerse.
El sentido es ayudar al lector y a su comprensién pues ya sabemos hacia
quiénes quieren dirigirse estas obras, por ello es también que Rodriguez
pasa por alto las reglas gramaticales "académicas" y escribe como se ha-
bla cominmente, sin la diferencia entre las "fes" griega y latina, sin
"ges" porque igual suena la "jota", etc.
En otro nivel de argumentacién Don Simon ensaya en sus Luces y Vir-
tudes Sociales et efecto de escribir en prosa las ideas que estan aparen-
temente dispersas y en medio de las pdginas de Ia introduccién. Hay que
decir que este experimento de cotejar ambas formas de expresién y que
ha sido propuesto por el mismo autor, exige un lector altamente activo,
no sélo para seguir el consejo de Rodriguez y comparar las dos formas
de exposicién, sino porque nos obliga a brincar los linderos del discurso
¢ irrumpir en el Ambito de su metadiscurso, cuya pauta se pone en el
discurso mismo.
Pintar las ideas como se pinta un cuadro, responde a la intencién de gra-
‘bar en la memoria de sus lectores con facilidad y método las ideas que
darian estabilidad politica a las recientes naciones latinoamericanas; in-
volucrarse en ello le exigia a Simén Rodriguez suponer a sus lectores
como sujetos activos; sujetos que se van filtrando entre los argumentos,
las criticas, las ironias y las autocriticas, como los otros que forman par-
te del discurso y que estén obligados a "resucitar" las ideas, a operar el
milagro de renovar los espiritus enterrados por los avatares de la historia.
Mucho mis se podria decir en este punto, que por ahora dejaré apenas
esbozado, y sobre otras tantas implicaciones de las obras de Rodriguez
que como semilleros fecundos se pueden Ilevar al andlisis. Este trabajo
359MARIA DEL RAYO RAMIREZ FIERRO
es tan solo un avance de investigacién que se coloca en la mesa de la
discusién general.
V. Conclusiones
Arturo’ Andrés Roig ubica el ensayo como parte'de las nuevas formas
discursivas que el segundo tercio del siglo XIX reclamaba. La época
més fructifera de la produccién de estos ensayos o “articulos de opi-
nidn" se ubica entre 1830 y 1870. En esta época, podemos concluir, el
ensayo adquiere caracteristicas especificas que terminé de definir el ro-
manticismo social. Pero tenemos que afirmar que antes y después de
esta época el ensayo ha sido y ha seguido siendo una forma de expre-
sién usada con regular frecuencia por los intelectuales mas connotados.
Seria larga Ja lista de los pensadores latinoamericanos que han optado
de alguna manera por esta forma expresiva.
Pareciera que el triunfo del positivismo en América Latina, por lo me-
nos institucionalmente, tendia a la formalizacién y a !a sistematizacién
del saber; pero el ensayo, quiza con otras caracteristicas, se sigue produ-
ciendo después de aquél. .
Tal vez si conceptualizamos al romanticismo, no sélo como una expre-
sién discursiva, sino como un hecho permanente ligado a una toma de
posicién del intelectual frente a su sociedad, como lo propone Roger Pi-
* card, es posible explicar que el ensayo, con tendencias romanticas socia-
les, siga siendo un instrumento de expresién que intenta mostrar nuestra
realidad, y el intelectual latinoamericano se siga colocando en esa di-
mensién donde Io publico y lo privado se entrecruzan para mostrar que
los limites entre la politica y la academia no pueden sostenerse mas que
en el vacuo concepto de {a formalidad.
360ENSAYO Y UTOPIA EN SIMON RODRIGUEZ
Concluimos que es muy peligroso intentar hacer una reflexién general
del ensayo, porque cada época, o incluso cada autor, tiene caracteristi-
cas especificas, que solo el andlisis de casos puede revelar. Y que, sin
embargo, tampoco podemos renunciar al andlisis detenido de tales teo- -
rias sobre el género a riesgo de perdernos en el andlisis de casos. *
Podemos igualmente sefialar a partir de nuestro andlisis que el ensayo
no esta refiido con el tratado, sino con las ideas dogmaticas en las que
han devenido los sistemas sociales, ideolégicos, politicos, académicos,
etc., y que una de sus funciones radica en estimular el rompimiento de
amarres afiejados y corroidos por el tiempo humano, que es historia, y
que se juega entre las redes del poder.
Concluimos también que en los ensayos de Don Simén Rodriguez se
enlazan una dimensién utépica, una posicién ética y politica, una orien-
tacién pedagégica y didactica y una funcién epistémica en sucesivas
aproximaciones hacia la correcta explicacién de su tiempo, y que no es
Ja genialidad, la erudicién ni la extravagancia de su personalidad lo que
debe retomarse ahora, sino esos conceptos que la historia latinoamerica-
na no ha podido realizar atin como proyecto, esos conceptos cargados de
futuro y de verdad que se sintetizan en la sola expresién: INVENTA-
MOS O ERRAMOS.
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