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El presente artículo pretende hacer una aporte para el tratamiento de la grave problemática de
exclusión social que enfrentan los jóvenes de Argentina, donde a mayo de 2003 las
mediciones de la Encuesta Permanente de Hogares arrojaban que 1.300.000 jóvenes de entre
15 y 24 años no estudian ni trabajan, siendo su tasa de desocupación del 35% y superando en
más del doble a la de la población económicamente activa. Asimismo, según el Censo
Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, el 70,08% de la población total de jóvenes
(6.387.643) no supera el nivel educación de secundario completo. Y, una alarmante cantidad
de ellos choca con una realidad frustrante que les impide aspirar a un mejor nivel de vida
económico y cultural, como el que les aguardaba a sus padres, y los excluye socialmente.
INTRODUCCIÓN
El contexto que ha presentado la Argentina en los umbrales de este siglo es de: una crítica
situación económica, social e institucional, sin precedentes en muchas décadas; una gravísima
crisis política, que deriva de la renuncia a fines de 2001 del Presidente elegido a fines de
1999; y un cuestionamiento masivo de la sociedad hacia las instituciones políticas y
económicas, pues a la desocupación y la marginalidad social se sumaban la disconformidad
de la mayor parte de los ahorristas, defraudados por la imposibilidad de acceder libremente a
sus depósitos.
1
La exclusión social podría ser definida como las dificultades que padecen ciertos individuos o grupos sociales
para acceder a: (i) servicios sociales de calidad, (ii) mercados laborales y de crédito, (iii) condiciones físicas y de
infraestructura adecuada; (iv) sistema de justicia y cumplimiento de derechos individuales.
2
Kirchner, Néstor (2003). Discurso de Asunción de la Presidencia de la República Argentina, pronunciado ante
la Honorable Asamblea Legislativa el 25 de mayo de 2003.
1
En lo económico (campo al cual se ligaron todas las decisiones de las reformas
implementadas en la década anterior), la situación deviene de un prolongado y claro proceso
pendular, pudiéndose observar que en la segunda mitad del siglo XX confrontaron en el país
dos grandes paradigmas económicos, el desarrollismo y el monetarismo neoliberal. En el
primer paradigma aparecieron los organismos de planificación, de fomento y mejora de la
producción en sus diversas formas (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INTA- e
Instituto Nacional de Tecnología Industrial -INTI-), institucionalizándose también la
formación profesional; siendo el Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET), creado
en 1959 como organismo público descentralizado de composición tripartita -Estado, Sector
Empresario, Sector Sindical- el ámbito rector y ejecutor en materia de formación técnica y
profesional, que tuvo vigencia hasta principios de la década de los noventa. En el segundo
paradigma, bajo la filosofía subyacente de la libertad de elección, pero a través del incremento
de los ingresos y utilidades, reconociéndose y apuntándose hacia la no intervención del
Estado -bajo un Estado mínimo y minimalista-, se dio de baja a la última Institución,
calificada como lenta, ineficiente e inflexible.
3
El modelo comprendía los siguientes objetivos: (i) redimensionar el Estado, reducir la burocracia (lo cual no
significa solamente disminuir el número de empleados sino eliminar todo aquello que restringe las libertades
económicas, achicar el gasto y suprimir el déficit); (ii) evitar la emisión de moneda espúrea, entendiéndose por
tal a aquella que se realiza para financiar los déficit; (iii) liberar todos los mercados, inclusive el laboral y el de
cambios, residiendo la filosofía de este proceso en la total libertad económica; (iv) desregular las actividades
económicas, garantizándose el funcionamiento de la competencia suprimiendo monopolios, oligopolios, carteles
y otras combinaciones que restringen dicha competencia; y (v) privatizar todos los emprendimientos del Estado
de tipo económico.
2
sobrevivir en la calle; (iii) la escolaridad, cuyo abandono anticipado constituye una marca
imborrable al momento de buscar trabajo.
Respecto a las contradicciones entre el “deber ser” y el “poder hacer” que afrontan los
jóvenes, es válida la reflexión de Touraine (1992) 4 sobre que “actualmente ellos ya ni
siquiera son explotados pues simplemente han sido excluidos del proceso de acumulación
económica”. En otras palabras este fenómeno de exclusión es una situación nueva, distinta de
la explotación o la dependencia, pues el excluido no es necesario.
4
Touraine, Alain (1992). “Frente a la exclusión”, Sociológica, Año 7, No. 18, México, enero-abril 1992.
5
Tokman, Víctor (2003). Desempleo juvenil en el Cono Sur: Causas, consecuencias y políticas. Fundación
Friedrich Ebert en la Argentina.
6
Annan, Kofi (2000). Informe del Secretario General a la Asamblea General - Nosotros los pueblos: la función
de las Naciones Unidas en el siglo XXI. Naciones Unidad, (A/54/2000)
7
Labarca, Guillermo (2003). “Las reformas económicas y la formación para el trabajo”, en Labarca, G. (Coord)
Reformas económicas y formación. Montevideo, Cinterfor/GTZ/CEPAL.
3
Dentro del marco expuesto anteriormente, en el presente artículo se analiza en forma
general, la evolución del sistema educativo y de formación profesional y los cambios
introducidos durante los noventa, los que fueron realizados en el marco de las reformas
estructurales iniciadas a principios del decenio y que constituyen un ejemplo, por demás
notable, de aquel movimiento general. Además se describe en forma somera los resultados de
la principal intervención implementada por el Estado Nacional, como respuesta a la
problemática de desempleo y subempleo de los jóvenes. Esta fue diagnosticada como un
efecto de la falta de experiencia y carencia de competencias de ellos, y como causante de una
situación de marginalidad social. Todo ello es a fin de contar con elementos que apoyen la
formulación de un conjunto de propuestas que sean parte en la conformación de un Sistema
Nacional de Formación Profesional.
4
instituciones educacionales es indispensable para promover el desarrollo socioeconómico,
reducir las desigualdades, aumentar la competitividad económica del país y, probablemente,
fortalecer las instituciones gubernamentales.
5
gestión política que los propició debido a la agudización de la crisis económica. Es importante
mencionar que los antecedentes más cercanos y orientadores del Congreso Pedagógico
Nacional son los Seminarios de Educación que se realizaron en 1959 y 1960, con
participación de docentes de los diversos niveles y modalidades del sector oficial y del sector
privado, que fueron la primera consulta efectuada en el país a maestros y profesores sobre el
espectro completo de los temas educativos, no alcanzándose a aplicarse sus recomendaciones,
aunque fueron asumidas por el gobierno nacional (Frondizi, 1962) 14 debido a las
perturbaciones militares y el golpe de Estado.
Si se comparan los contenidos de los planes de estudios de hace 15 años con los actuales se
advierte que no tienen prácticamente nada que ver. Sin embargo, si la comparación se hace
con los cuadernos de clases de los alumnos, en ese mismo período, no se encuentran tantas
diferencias. También es de observar que muchas provincias mantienen una administración
centralizada. En resumen, las reformas educativas iniciadas hace diez años, que pusieron el
14
El Presidente Arturo Frondizi dijo en el mensaje transmitido a la Nación el 17 de enero de 1962: “Nuestro
sistema educacional, en todos sus ciclos, es anacrónico. Los mismos vicios de centralización y exceso de
burocracia que se advierten en la administración pública asfixian la iniciativa de los dirigentes de nuestra
enseñanza [...]. No se puede manejar la escuela de Jujuy desde un despacho en Buenos Aires. [...] hemos
dispuesto la completa descentralización de la administración escolar, transfiriendo las escuelas primarias a las
provincias y dando a las autoridades de cada establecimiento de enseñanza la autonomía necesaria para
manejarse sin la pesada fiscalización de las oficinas centrales”.
15
Banco Mundial (1993). The East Asian Miracle. Economic Growth and Public Policy. Washington D.C.
Banco Mundial.
16
Banco Interamericano de Desarrollo (1994). ATN/SF/TF-4696-RG. Programa Regional para Promover la
Reforma Educativa en América Latina.
17
Banco Mundial (1996). From Plan to Market. World Development Report 1996. Washington, D.C. Banco
Mundial.
6
acento en los aspectos institucionales de descentralización, autonomía, evaluación, etc. no han
logrado todavía instalarse decididamente en la escuela, en la sala de clase, en la relación entre
maestro y alumno; en definitiva no han logrado alterar el proceso de enseñanza del
aprendizaje (Tedesco, 2002). 18
Con relación a las escuelas técnicas, se visualizan como el sector más golpeado por la
reforma educativa. La reforma, antes que pensar en mejorar los planes de estudios existentes y
modernizarlos, decidió eliminarlos y reducir la formación técnica a un espacio curricular
destinado a la educación tecnológica en la Educación General Básica (EGB) y a Trayectos
Técnicos Profesionales (TTP) no obligatorios y a contraturno en el polimodal, devaluando de
este modo los títulos en el mundo empresarial.
Si se amplía el análisis comparativo hacia un pasado más lejano se puede ver que en el
último cuarto del siglo XIX, la Argentina diseñó los tres factores (consolidación de la Justicia,
afianzamiento de las instituciones democráticas y el establecimiento de una educación de
primera calidad) de lo que después fue su grandeza. Los visionarios de ese entonces sentaron
las bases de una sólida educación primaria y secundaria, con la instrucción gratuita y
obligatoria de nivel elemental y la fundación de los colegios nacionales, junto con la
iniciación de las escuelas técnicas.19 El resultado no se hizo esperar, la Nación Argentina
comenzó a sobresalir en todos los órdenes, para colocarse en las primeras décadas del siglo
XX en el quinto lugar como potencia mundial.
Para identificar los desafíos y obstáculos a superar para lograr que la enseñanza y
formación técnica y profesional constituyan un pilar de la formación y desarrollo de los
18
Tedesco, Juan C. (2002). “Los pilares de la educación del futuro”. Ponencia realizada en el Seminario de
Educación ACDE (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas) en agosto de 2002.
19
Antes de la pauta que duró poco más de cien años (la educación de la Generación de los 80’ del siglo XIX), se
pueden hallar en la historia de la Argentina distintos modelos de educación: primero fue la educación Colonial,
brindada por España; después le siguió la educación para la Independencia y el fortalecimiento de los vínculos
nacionales; y el tercero fue la educación para la Organización Nacional.
7
recursos humanos, contribuyendo al crecimiento económico, la búsqueda del pleno empleo y
la promoción de la inserción social, se impone no sólo una revisión de los avances alcanzados
por ambos sistemas en nuestro país sino también de los principales problemas y asignaturas
pendientes y dilucidar cómo estos sistemas -principalmente el de educación técnica- han
llegado a tal situación.
En esta sección -en apretadísima síntesis- se intentará mostrar cuál fue el camino histórico del
sistema educativo en la Argentina: arrancando en sus orígenes; continuando por el sistema
moderno (a partir de la Ley de Educación Común, del año1884), su desarrollo durante el siglo
XX hasta la década del noventa; y por último las reformas operadas en la década citada y su
continuidad en el presente siglo.
Dentro del sistema, el enfoque analítico está orientado principalmente hacia el subsistema
de formación profesional20 hasta el nivel medio; resaltándose que las tareas vinculadas al
subsistema estuvieron en buena parte de los últimos cuarenta y cinco años en manos del
CONET. Las provincias, los municipios y diversas entidades privadas también participaron de
esos grados, siguiendo en muchos casos los lineamientos de la institución estatal.
Sin ser terminante, puede afirmarse que en el año 1871 se encuentra el hecho que podría
considerarse como de nacimiento de la formación técnica. En el citado año, en forma
independiente, tres provincias dieron los primeros pasos en la materia: el Departamento
Agronómico anexo al Colegio Nacional de Salta y el Departamento de Minería de los
colegios nacionales de San Juan y de Catamarca iniciaron lo que podría llamarse la
educación técnica sistemática en la Argentina.21 En la ciudad de Buenos Aires, el
acontecimiento se lo ubica dos décadas más tarde: en 1897 se creó el Departamento Industrial
anexo a la Escuela de Comercio de Buenos Aires (hoy “Carlos Pellegrini”) para dar
20
La formación profesional es revalorizada en el nuevo texto de la Constitución Nacional, quien a partir de la
reforma de 1994 le otorga rango constitucional. El artículo 75, inciso 19, le atribuye al Congreso de la Nación la
misión de: “Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la
productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los
trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su
difusión y aprovechamiento [...]”.
21
Entre los años 1862 y 1880, se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y
Nicolás Avellaneda, a través de los cuales se originó y consolidó la conformación del sistema nacional de
educación secundaria. Este período se caracterizó por la puesta en juego de la constitución de la Nación y la
formación del ciudadano. En 1864, el presidente Bartolomé Mitre fundó, entre otros, los Colegios Nacional de
Catamarca, Nacional de Salta y Nacional de San Juan
8
enseñanza técnica a los jóvenes que deseaban dedicarse a las carreras industriales, iniciando
los estudios teóricos prácticos a los catorce años; transformándose en 1899 en una entidad
independiente bajo la denominación de Escuela Industrial de la Nación (llamada “Otto
Krause” desde 1926). Esta institución gozaba hacia 1910 de un relevante prestigio
internacional por su plantel de profesores extranjeros, contratados en los grandes centros
politécnicos europeos, por su dotación de material didáctico y equipamiento de laboratorios
de actualidad, y su riguroso sistema de selección y promoción del alumnado.
1.2. Desde la Generación de los 80´(siglo XIX) hasta la década del noventa (siglo XX)
9
de obra, requerida para llenar los puestos de trabajo, generados por el sector manufacturero en
el proceso de industrialización, hasta transformarse en una cuestión prioritaria. De acuerdo a
lo afirmado por el Foro Sindical “el sistema de educación vigente no estaba preparado para
hacer frente a esa tarea de formación urgente y masiva, por lo tanto era necesario disponer de
un sistema institucional que supliera la incapacidad formadora de las empresas y que actuara
con celeridad para la cobertura que el aparato productivo reclamaba”.24
La CNAOP predominó como sistema de formación de operarios en tanto que las escuelas
industriales fueron las principales formadoras de los técnicos, dándose oportunidad al obrero
para llegar a la Universidad Obrera Nacional, de donde se podía egresar con el título de
Ingeniero de Fábrica. Los recursos de la CNAOP provenían del impuesto del 10%o sobre los
salarios pagados en la industria, para ser aplicados al financiamiento de: (i) la protección
integral de los trabajadores menores de 14 a 18 años; (ii) la educación técnica controlada; (iii)
la vigilancia del trabajo -horarios especiales, remuneraciones y condiciones de higiene en los
lugares de trabajo para preservar la salud-; (iv) la orientación de la juventud hacia un destino
útil, en concordancia con su capacidad física, aptitudes y vocación natural; (v) la realización
de exámenes psicotécnicos y psicofísicos del menor que cumplió la escuela primaria, previo a
su ingreso a las aulas y talleres de enseñanza técnica; (vi) el desarrollo integral de la
enseñanza de un oficio o artesanía, para la capacitación del obrero y del técnico; (vii) apoyo a
la consolidación de una verdadera industria nacional, a través de la capacitación o
perfeccionamiento técnico de personal adulto de ambos sexos con capacidad productiva
superior.
10
adentro” (que tuvo vigencia en el período comprendido entre 1955 y 1976)25 comenzó la
cooperación internacional a través de la Organización Internacional del Trabajo, quien llevó a
cabo un plan de capacitación en la CNAOP, en el marco de convenios especiales de asistencia
técnica de carácter bilateral a título reembolsable y oneroso. El desarrollo económico del país,
los cambios tecnológicos y la complejización del sistema productivo habían puesto de
manifiesto la necesidad de racionalizar el sistema educativo en búsqueda de mayor eficiencia
y eficacia y de una mejor planificación. En ese período predominó la demanda de las
modalidades “duras”, más vinculadas a lo técnico y lo práctico, en detrimento de las
modalidades “blandas”, más vinculadas a lo teórico y humanístico, y se hizo notoria la
necesidad de articular en forma más ágil el sistema educativo con el mundo del trabajo.
En los comienzos del CONET, de acuerdo a lo reconocido por el Foro Sindical, el sistema
escolar que dependía de él no estaba en condiciones de formar operarios calificados en la
escala y con los requerimientos adecuados para la nueva etapa de desarrollo de la economía
nacional, existiendo un abundante mercado potencial para la rápida formación profesional.
Entre los factores determinantes de este mercado se destacaban: (i) el reequipamiento de
antiguas plantas fabriles, con aumento de la productividad y desplazamiento de personal con
baja calificación; (ii) el escaso desarrollo de ciertas zonas del país con economías centradas en
el monocultivo y la existencia de problemas sociales en estas regiones por exceso de fuerza de
trabajo; (iii) la existencia de un gran número de jóvenes con estudios secundarios
incompletos, que al ingresar a la fuerza de trabajo se situaban en niveles de muy baja escala
ocupacional.
11
Argentina (CPA), cámaras y entidades industriales [...]”, dándose en 1961 nuevos pasos para
institucionalizar la formación profesional, suscribiéndose un convenio con el Centro de
Productividad de la Argentina (CPA), con la finalidad de obtener una estrecha colaboración
en el diseño, desarrollo y ejecución de acciones dirigidas a los adultos. En este marco se
destacó el funcionamiento de un Centro de Adiestramiento de Instructores para cursos de
formación profesional para adultos, dependiente del CPA, quien puso instructores de
reconocido prestigio internacional a disposición del Centro; por su parte el CONET facilitó el
uso de sus locales escolares y de los equipos de sus talleres y laboratorios.27
El ciclo operativo adoptado por la Sección FPA estaba formado por las siguientes etapas:
(i) detección de los oficios en que existían necesidades de formación; (ii) análisis del oficio;
(iii) confección del programa; (iv) formación del instructor; (v) preparación de la sede; (vi)
selección de alumnos; (vii) dictado de cursos utilizando el método activo (realización de
trabajos en escala real). Los nuevos instructores para la replicación de los cursos eran
reclutados entre maestros de enseñanza práctica de las escuelas dependientes del CONET y
debían dominar las técnicas operativas de sus oficios y contar con una excelente preparación
teórico-tecnológica.
Las operaciones se expandieron ampliamente durante las décadas de los sesenta y setenta,
dirigiéndose a la población adolescente (14-18 años) y adulta. El ámbito de ejecución fueron
las escuelas técnicas o unidades de formación que funcionaban en edificios del CONET o en
empresas. Las actividades llevadas adelante eran totalmente gratuitas, incluyéndose el
suministro a los participantes del material de estudio y de la materia prima necesaria para las
actividades prácticas. El financiamiento estaba previsto con el impuesto del 10%o sobre el
total de sueldos, jornales y remuneraciones fijados mediante el Decreto-Ley N° 14.538/44
“Ley de Aprendizaje y Orientación Profesional”. Sobre la formación provista por el CONET
el Foro Sindical opinó que fue una herramienta eficaz para mejorar las remuneraciones de los
trabajadores, facilitar el ascenso profesional y aumentar la movilidad en el empleo, no
obstante a que muchos jóvenes y trabajadores que recibieron la formación no consiguieron la
ocupación o remuneración adecuada a su nueva condición.
12
CONET durante esa década fue considerada como: (i) rígida, de reacciones lentas y renuentes
a los desafíos externos, debido a la centralización, burocratización y el encapsulamiento
corporativo; (ii) dedicada a satisfacer demandas jerárquicas, antes que a satisfacer las
demandas formativas solicitadas por el medio productivo, laboral y social; (iii) proveedora de
servicios educativos estandarizados, desactualizados y de baja calidad; (iv) poseedora de una
cultura institucional en la que se registraba un considerable deterioro de la confianza mutua.
Agregándose a estas características la disminución de parte de su principal capital, debido a
la pérdida de recursos humanos adecuadamente calificados y a la obsolescencia del
equipamiento.
Desde el neoliberalismo, se planteaba que el Estado de bienestar impide que las fuerzas del
mercado desarrollen las potencialidades de la sociedad, sosteniéndose también que la
asistencia estatal tiene múltiples efectos perversos. Lo ideal -según esta concepción- es pasar
de las prestaciones estatales a subsidios dirigidos a instituciones o a personas para que de esa
manera se puedan comprar servicios en el mercado, por ejemplo la educación-formación
profesional, que deja de ser un bien social y se convierte en un derecho individual,
abandonando el Estado la responsabilidad de garantizarlo.
13
por: (i) establecimientos primarios, secundarios y terciarios provinciales (administrados por
las jurisdicciones locales) y (ii) establecimientos secundarios y terciarios administrados por el
Ministerio de Cultura y Educación de la Nación (MCyE). Dentro de este último se
encontraban bajo la dependencia del CONET los establecimientos secundarios de enseñanza
técnica, en tanto que los restantes establecimientos secundarios estaban bajo la dependencia
de la Dirección Nacional de Enseñanza Media y Superior. Durante ella resurgió la
descentralización, sumándose a la de la educación primaria (que se había efectuado en 1978)
la totalidad de la secundaria, la de los institutos de formación docente y de los administrados
por el CONET, proceso que duró entre 1991 y 1994. Los establecimientos educativos pasaron
a depender de las provincias y de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.30
Un hecho que es muy importante señalar, que se produjo a fines de la década del setenta, fue
la ratificación de la República Argentina ante la OIT (1978) del Convenio N° 142 (Desarrollo
de los Recursos Humanos)34 y la Recomendación N° 150 (de igual nombre) que, si bien en su
momento no tuvo repercusión inmediata, ha impactado fuertemente desde la década del
noventa.
Del análisis del contenido de la norma base, surgen siete principios esenciales que emanan
de la propia redacción y articulado de ella (Garmendia, 2000)35 que deberían ser incluidas en
la legislación inherente a las política de formación profesional -empleo- y a los programas o
proyectos en los que éstas se plasmen: (i) ajuste a la realidad; (ii) integralidad; (iii)
30
Véase la Ley de Transferencia de Escuelas (N° 24.049/91), por la que se autorizó al Poder Ejecutivo Nacional
a transferir a las provincias y a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, los servicios educativos
administrados en forma directa por el MCyE y por el CONET.
31
A lo largo de la trayectoria del IERAL (Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina -creado
por la Fundación Mediterránea-) varios de sus investigadores fueron convocados para desempeñar cargos de
significativa importancia tanto en los gobiernos nacionales y provinciales, como en organismos internacionales.
La experiencia más notable en este sentido se produjo en febrero de 1991, cuando su Director Fundador, el Dr.
Domingo F. Cavallo, fue designado Ministro de Economía de la Nación bajo la presidencia del Dr. Carlos
Menem, e integró su equipo de funcionarios más importante con miembros del IERAL. Entre otros también cabe
destacar al Lic. Juan J. Llach que fue Ministro de Educación (diciembre de 1999 a septiembre del 2000), y que
hasta el momento de su designación se desempeñara como Presidente del IERAL.
32
Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas – FIEL (1993). “Descentralización de la Escuela
Primaria y Media. Una propuesta de reforma”. FIEL / Consejo Empresario Argentino.
33
Ley Nro. 24.013 (13/11/1991). Ley Nacional de Empleo. Boletín Oficial (17/12/1991). Buenos Aires,
Argentina.
34
El Convenio fue ratificado el 15-06-1978 -durante el gobierno de la dictadura militar- y no fue objeto de
observaciones a la expiración de cada período de diez años, estando vigente actualmente hasta el año 2009.
35
Garmendia Arigón, Mario (2000). Legislación comparada sobre formación profesional: una visión desde los
convenios de la OIT. Montevideo, Cinterfor.
14
antropocentrismo; (iv) articulación; (v) universalización gradual; (vi) igualdad; y (vii)
participación.
La Ley Nacional de Empleo (LNE), conocida en los debates como de flexibilidad laboral, fue
quien introdujo con marcada importancia la cuestión de la formación profesional en la
legislación del derecho laboral. A través de esta ley, el Poder Ejecutivo impulsó una profunda
reforma laboral que modificó completamente el esquema que había regido la Argentina
durante medio siglo, destacándose que con ella se incorporaron las modalidades de empleo
promovidas o atípicas.
La norma fue una respuesta del Gobierno de Menem a las organizaciones empresarias, en
particular la UIA, que habían planteado la necesidad de reformar la LCT en materia de
indemnizaciones con los argumentos de: alta litigiosidad; pérdida de productividad y rigidez
de la llamada movilidad externa por costos elevados e inciertos, especialmente al inicio de la
relación laboral.
36
Ley Nro. 24.013 (13/11/1991). Ley Nacional de Empleo. Boletín Oficial (17/12/1991). Buenos Aires,
Argentina.
15
Con la sanción de la LNE, aparecen dentro de las competencias de la autoridad
administrativa del trabajo la de promover acciones y programas sobre empleo -abarcando las
políticas activas y pasivas-. También se modificó la Ley de Ministerios al agregar como
facultades específicas de la cartera de trabajo: (i) participar en la elaboración de las
estadísticas, estudios y encuestas en materia de empleo y formación profesional e ingresos;
(ii) intervenir en la confección de las encuestas sobre empleo y formación profesional e
ingresos. La norma asignó un rol preponderante al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
como autoridad administrativa con responsabilidad sustancial en la materia, debiendo el
organismo elaborar regularmente el Plan Nacional de Empleo y Formación Profesional.
Con respecto a las disposiciones que tienen vinculación con el empleo y formación de los
jóvenes, se introdujeron cuatro modalidades de contratos laborales temporales, incluyéndose
dos con contenidos asociados a la formación y la capacitación de los trabajadores: (i) el
contrato de práctica laboral para jóvenes; y (ii) el contrato de trabajo-formación. El contrato
de prácticas para jóvenes exigía formación previa, en tanto que el de formación se dirigía a
quienes carecían de ella; en ambos casos los destinatarios eran quienes buscaban su primer
empleo y tenían menos de 24 años. No podían celebrarse por plazos de más de 12 meses en
el primer supuesto y de 24 en el segundo. En el primer caso debía expedirse un certificado
que acreditase la experiencia adquirida; y en el segundo se fijaba como requisito que se
dispusiese entre un cuarto y un medio del tiempo total de la jornada diaria para la formación.
Estas modalidades no tuvieron gran repercusión, procesándose alrededor de 23.550 contratos
en el período 1992-1996.38
37
Véase Art. 1° Ley 24.013.
38
Secretaría de Empleo y Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (1996). Boletín de
Estadísticas Laborales, Segundo Semestre.
16
En lo concerniente al Plan Nacional de Empleo y Formación Profesional, en la realidad no
se elaboró, quedando la norma sin instrumentarse y limitándose la respuesta del Ministerio a
la creación de programas, proyectos y firma de convenios más bien sueltos e inorgánicos. La
gran mayoría de los programas tuvieron un bajo grado de efectividad, no lograron en caso
alguno ejecutar el presupuesto que les fue asignado anualmente y, salvo dos excepciones no
tuvieron evaluación. Con relación a los que contienen aspectos vinculados a la formación
profesional, a continuación se enuncian los más importantes, incluyéndose un breve detalle de
las características de ellos:
(i) Proyecto Joven (1993-2000) continuó bajo el nombre Capacitar (2001-2002): desde la
perspectiva de los jóvenes el objetivo del proyecto fue mejorar las posibilidades de inserción
laboral de los beneficiarios, brindándoles capacitación intensiva para ocupaciones
demandadas por el sector productivo, y ofreciéndoles la oportunidad de realizar una práctica
laboral en ámbitos empresariales. Por ser el programa de capacitación laboral a jóvenes de
mayor visibilidad, alcance y duración de la década del noventa se expone en forma amplia en
el acápite II. Este proyecto fue considerado en el “Acuerdo marco para el empleo, la
productividad y la equidad social”39 como un paso importante destinado a formar a
trabajadores de más de 16 años, sin formación previa y escasos recursos. Asimismo, las partes
firmantes del Acuerdo coincidían en la necesidad de apoyar su ejecución en las diferentes
provincias del país, alcanzando la meta de capacitar a 200.000 jóvenes en cuatro años..
(iii) Proyecto Imagen (1995-1998): su objetivo fue brindar orientación y asistencia a personas
que tenían problemas de empleo y necesitaban reinsertarse en el mercado de trabajo. La
orientación suponía que la persona, en breve tiempo, pudiese realizar un proceso exitoso de
reubicación en un contexto laboral en permanente cambio, tanto por los requisitos de la
demanda como por la evolución tecnológica que representaban los sectores productivos.
(iv) Programa de Capacitación Ocupacional (1995): sus objetivos fueron brindar cursos de
capacitación para desempleados, adultos de ambos sexos; personal ocupado en PYMES
(incluidos los gerentes), y trabajadores del sector privado con amenaza de desempleo.
(v) Programa de Capacitación para el Empleo (1996): tuvo como objetivo contribuir a la
inserción laboral de los beneficiarios en el mercado formal de trabajo dentro del sector
privado de la economía. Las acciones consistían en cursos de capacitación compuestos por
tres módulos (a- capacitación de 80 a 300 horas; b- práctica de 160 a 500 horas por curso; c-
de orientación de 14 horas mínimas de curso). Los beneficiarios debían ser desocupados o
encontrarse en situación de inminente pérdida del empleo, y tener una edad de entre 25 a 55
años.
39
Veáse “Acuerdo Marco para el Empleo, la Productividad y la Equidad Social” celebrado en Buenos Aires
entre el Gobierno de la Nación y las partes sociales -organizaciones sindicales y cámaras empresarias- (CGT,
UIA, ADEBA, ABRA, CAC, SRA, BCBA), suscrito el 25 de julio de 1994.
17
(vi) Programa de Reconversión Laboral (1996): brindó orientación, capacitación y asistencia
técnica a los agentes del estado nacional cuyos cargos fueron suprimidos como consecuencia
de la aplicación de la ley 24.629. La prestación de los servicios de Reconversión Laboral
estuvo a cargo del Programa, mientras que las acciones de administración de recursos
humanos estuvieron a cargo de los organismos de origen de los beneficiarios.
(ix) Régimen de Crédito Fiscal (1997-1999): este Régimen se propuso incentivar las
inversiones de las empresas, en bienes de capital destinados a la formación de recursos
humanos. Esto se llevó adelante a través de la extensión de certificados de cancelación de
impuestos cuya recaudación se encuentra a cargo de la DGI. Los certificados eran
transferibles y no tenían un plazo determinado de validez. Todos los costos originados por la
gestión de adhesión al Régimen de Crédito Fiscal eran reconocidos, por lo que participar de
este mecanismo no implicaba asumir desembolsos adicionales. Por su parte, las instituciones
capacitadoras que recibían el patrocinio de una empresa, gozaban del usufructo de los bienes
adquiridos en el marco de este régimen, por el lapso de 8 años, en el caso de inmuebles y de
cuatro cuando se tratase de maquinarias o equipos e general. La empresa debía comprometer,
una disponibilidad mínima de los bienes destinados a la capacitación (750 horas anuales para
los bienes de uso; y 350 horas anuales para los bienes de uso específico).
18
laboral a través de empresas que demandan calificaciones dotadas de flexibilidad y
competitividad.
(xiii) Programa Formujer (1998-2003): es un plan piloto de escala muy reducida que está
destinado a mejorar las posibilidades de empleo de mujeres de bajos recursos facilitando la
adquisición de habilidades, conocimientos y destrezas para el desempeño en diferentes
ocupaciones.
19
(xviii) Programa Sectorial de Formación Profesional (2002) - Sectorial Regional de
Formación Profesional (2003): sus finalidades son propender al fortalecimiento de las
calificaciones laborales y/o la recalificación de las existentes en aquellos segmentos de la
población trabajadora que así lo requieran; promover el diálogo social, estableciendo
instancias de gestión tripartita entre los representantes del mundo del trabajo, de la producción
y el sector público para la identificación de demandas genuinas de los ámbitos sectoriales y
regionales y la implementación de políticas de formación profesional acordes con el actual
escenario socio-económico; jerarquizar el rol de las autoridades educativas en cada
Jurisdicción, impulsando la participación de las instituciones públicas de educación y
formación profesional para que, en forma asociada con los actores sectoriales, desarrollen
iniciativas formativas conjuntas. Los beneficiarios deben ser mayores de 18 años.
Por último, a modo de conclusión resumen sobre los numerosos programas implementados
en el marco de la LNE, se puede decir que, si bien los objetivos explícitos en ellos pueden dar
lugar a que el observador, luego de una lectura superficial, piense que se aplicó una estrategia
de formación profesional integral e integrada-; sin embargo, de un análisis un poco más
profundo se deduce que en realidad fueron programas sueltos, implementados sin el
seguimiento ni la evaluación mínima y necesaria para garantizar la eficacia e impacto de la
intervención, no constituyendo un plan y menos aún un sistema de formación profesional,
entendiéndose por tal a aquél que pone en práctica los principios o bases esenciales de ajuste a
la realidad, integralidad, antropocentrismo, articulación, igualdad, universalización gradual y
participación -según las normas y recomendaciones del Convenio N° 142 y Recomendación
N° 150 de la OIT-.
20
conducción educativa y/o con la unidad educativa elegida. Según este régimen las pasantías
duran un máximo de 4 años, con una actividad diaria mínima de 2 horas y máxima de 8 horas
reloj. No se establece que las prácticas deban ser rentadas, pero se prevé que los pasantes
reciban una retribución en calidad de asignación estímulo por viáticos y gastos.
El nuevo Sistema Educativo Nacional comprende también otros regímenes especiales que
tienen por finalidad atender las necesidades que no pudieran ser satisfechas por la estructura
básica, y que exijan ofertas específicas diferenciadas en función de particularidades o
necesidades del educando o del medio. Las provincias y la Municipalidad de la Ciudad de
Buenos Aires acordarían en el seno del Consejo Federal de Cultura y Educación,43 ofertas
formativas de menor duración y con preparación ocupacional específica, para quienes hayan
terminado la Educación General Básica y obligatoria.
21
Educación. El Sistema Educativo Nacional se diseña a partir de la división de la educación
en dos grupos: la formal y la no formal. La primera compuesta por cuatro niveles: (i)
Educación Inicial, de 3 a 5 años, siendo el último año obligatorio; (ii) Educación General
Básica -EGB-, obligatoria, a partir de los 6 años de edad, con una duración de 9 años; (iii)
Educación Polimodal, nivel no obligatorio que está constituido por un ciclo de tres años de
duración como mínimo y que podrá ser cursado después de aprobado el de EGB; (iv)
Educación Técnico-profesional, nivel optativo constituido por ofertas prolongadas de
formación técnico profesional -de 1.200 a 1.800 horas cronológicas- articuladas con la
educación polimodal que se proponen desarrollar competencias profesionales polivalentes
dentro de áreas ocupacionales, cuya complejidad exige no sólo haber adquirido una cultura
tecnológica de base sino recibir una educación tecnológica de carácter profesional; (v)
Educación Terciaria o Superior, profesional y académica y de grado, que incluye la enseñanza
impartida en las Universidades; y (vi) Educación de Posgrado, que está bajo la reponsabilidad
de las universidades y de las instituciones académicas, científicas de reconocido nivel.
El Sistema incluye también la Educación no Formal, que puede vincularse con el sector
formal; disponiéndose la obligación estatal de promover la oferta educativa, concertar
acuerdos sobre programas conjuntos, en respuesta a demandas concretas de los sectores
sociales, y facilitar infraestructura para su desarrollo.
Cabe señalar que en varios artículos de la norma hay referencias al trabajo, al mundo
productivo, a la formación profesional, a la capacitación, al trabajo como herramienta
pedagógica, a la reconversión laboral en las empresas industriales, agropecuarias y de
servicios, a la alternancia -trabajo/sistema educativo-, a los requerimientos productivos del
país, a la orientación sobre la oferta de educación no formal y académica para insertarse en el
mundo productivo, a la formación y actualización permanente. Sobre el trabajo y el proceso
educativo en particular se introducen algunas novedades, como ser la incorporación del
trabajo “como metodología pedagógica”, concepto que se reafirma al señalar que el trabajo es
un elemento pedagógico de la enseñanza. Otro aspecto de relieve es la mención sobre la
organización del ciclo Polimodal que debe incorporar el régimen de alternancia entre la
escuela y la organización productiva, procurando la participación de las empresas y los
sindicatos en los procesos de formación de los ciudadanos y futuros trabajadores que tengan
acceso a la tecnología del mundo del trabajo y la producción.
Una rápida justificación de las decisiones adoptadas por el gobierno de Menem en materia
de educación se basa en: (i) el diagnóstico del escenario encontrado, definido como de
ineficiencia en el gasto social destinado a solventar el funcionamiento del sector; (ii) la baja
capacitación de los cuadros administrativos provinciales y municipales responsables de la
implementación de las acciones desconcentradas en los años setenta; (iv) la incapacidad del
Estado nacional para generar consensos globales acerca de la importancia estratégica de esta
área; (v) la falta de un camino de calidad y cantidad suficiente como para abastecer al país de
22
operarios, artesanos y mandos medios para el trabajo industrial, conforme las profesiones
modernas; (vi) la falta de un sistema de reconversión de mano de obra y de técnicos como
para lograr los recursos humanos necesarios en las tecnologías vigentes; (vii) la falta de un
sistema de formación de técnicos con las destrezas de la automación industrial; (iv) la
continuidad de acciones basadas en planes y programas elaborados en la época de los años
treinta que, aun con las modernizaciones que se les fueron introduciendo, conservaron una
estructura vetusta e inadecuada para los nuevos tiempos.
A diez años de la creación de la Ley Federal de Educación han quedado una gran cantidad
de asignaturas pendientes en la implementación de ella, pudiendo decirse como conclusión de
un magro balance que la reforma no pudo elevar la política educativa al rango de política de
Estado, pues fue sometida en sus diversos ámbitos (Ministerio de Educación de la Nación, de
las provincias, Consejo Federal, etc.) a una lógica partidaria de gobierno, es decir a la toma de
decisiones cortoplacistas sobre el sistema educativo, en función de las alianzas y cruce de
intereses de los distintos partidos políticos y los grupos de interés en el tema (gremios, Iglesia,
etc.). A continuación se hace un enunciado en forma de flash de los principales problemas y
asignaturas pendientes.44
(ii) El complejo mecanismo de gobierno del sistema que instituyó la norma estableció
funciones de coordinación y concertación de las políticas en el Consejo Federal de Educación.
Sin embargo, éste funcionó más ajustado a una lógica política partidaria, vinculada a las
afinidades políticas de los gobiernos locales con el central, en lugar de constituirse en un
espacio en donde las provincias desarrollaran o defendieran sus propias experiencias.
(v) Los planes de estudio de la formación docente siguen manteniendo la relación desigual del
viejo plan en la distribución de las cargas horarias entre las asignaturas. No se tuvo en cuenta
las tradiciones de la formación docente, las condiciones de trabajo, la ausencia de espacios
44
Los problemas enunciados fueron expuestos en el Coloquio Nacional - Universidad de Córdoba, realizado en
junio de 2003: “A diez años de la Ley Federal de Educación. ¿Mejor educación para todos?”
23
para promover trabajos colaborativos, la revisión de las prácticas de enseñanza en las diversas
áreas y el análisis de los sistemas de creencias de los docentes.
(viii) Los efectos de la reforma sobre los actores escolares, muestran que ellos no han sido
tenidos en cuenta como verdaderos destinatarios de los beneficios de la política educativa;
siendo evidencia de ello los bajos rendimientos que arrojan las mediciones de calidad y los
altos índices de repitencia. Al respecto, se deduce que es difícil que haya calidad educativa
con dualización social, donde la mayoría está sometida a la pobreza y miseria; no pudiéndose
hablar de calidad en el sector que ofrece educación gratuita y almuerzo (las escuelas cumplen
en primer lugar un rol de asistencialismo social) y que contribuye así a paliar problemas que
otras instancias estatales no logran resolver. Pero también se ha observado que la baja calidad
se extiende a la gestión privada, lo cual se desprende de los estudios realizados a ingresantes
(provenientes de una u otra gestión) a las universidades en los últimos años de los que no
surge que se haya producido una mejora en los conocimientos adquiridos en el ciclo
polimodal.
Este acuerdo fue suscrito el 25 de julio de 1994 entre las partes sociales y el gobierno. En él
se reconocía que en el país se había procesado un cambio estructural significativo,
ratificándose que el mismo debía ser acompañado de una participación mayor de los
protagonistas sociales.
24
En ella se fijó que la relación de aprendizaje tendrá una duración mínima de tres (3) meses
y una duración máxima de veinticuatro (24) meses; pudiendo participar de este tipo de
relación, por una parte, los empresarios cuya inscripción se aceptare en el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social y, por la otra parte, los jóvenes sin empleo entre catorce (14) y
veinticinco (25) años. Los empresarios suscribientes del contrato tienen la obligación a
satisfacer la finalidad formativa de la relación de aprendizaje. Por su parte el aprendiz se
obliga a cumplir las tareas que le encomiende el empresario relacionadas con el aprendizaje,
asistiendo regularmente al establecimiento durante el tiempo que determine la autoridad de
aplicación (Ministerio de Trabajo y Seguridad Social), que en ningún caso podrá superar las
seis (6) horas diarias o las treinta y seis (36) semanales. Con respecto al monto de la
compensación que debería recibir el aprendiz no podría ser inferior al mínimo del convenio
colectivo de trabajo aplicable a la tarea desempeñada. Al finalizar el contrato el empresario
debe entregar al aprendiz un certificado que acredite la experiencia o especialización
adquirida. También se debía garantizar al aprendiz una adecuada cobertura de salud.
Esta norma fue modificada en 1998 con la Ley N° 25.013 de Reforma Laboral, que
menciona que el contrato de aprendizaje tendrá finalidad formativa teórico-práctica, que será
descripta con precisión en un programa adecuado al plazo de duración del contrato. También
cambió el rango anterior de edad de los jóvenes por el de entre quince (15) y veintiocho (28)
años. Otra de las características es el haber convertido el contrato de aprendizaje en un
contrato de trabajo. Por lo tanto, está sujeto a todas las formalidades y obligaciones derivadas
de su naturaleza laboral. El mismo tiene una duración de 3 meses como mínimo y de 1 año
como máximo. Entre 1995 y 1998, según datos del Sistema Unico del Registro Laboral
(Ministerio de Trabajo) se celebraron aproximadamente 82.000 contratos de aprendizaje.
1.3.7. Decreto 606/95 - Creación del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET)46
En 1995, con el argumento de: (i) la necesidad de adecuar el sistema educativo a los
requerimientos sociales, (ii) el logro de una mayor eficiencia y eficacia en el sector, y (iii) la
optimización de la capacitación del potencial humano y la utilización de los recursos
materiales, el Poder Ejecutivo emitió uno de los actos decisorios de mayor impacto en la
educación técnica. Decretó la disolución del Consejo Nacional de Educación Técnica y creó
el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) en el ámbito del Ministerio de Cultura
y Educación con el objeto de dotar a éste de un instrumento ágil, para el desarrollo de las
políticas relacionadas con la educación técnico profesional, frente al nuevo escenario
planteado en el Sistema Educativo Nacional a partir de la sanción de la Ley Federal de
Educación y por la consecuente transferencia de las escuelas nacionales a las jurisdicciones.
En forma simultánea creó también el Consejo Nacional de Educación-Trabajo (CoNE-T),
integrado por representantes sindicales, empresarios, y de los Ministerios de Trabajo y de
Economía, como organismo asesor del Ministro de Educación en todos los aspectos que
tiendan a la vinculación de la educación con el mundo del trabajo.47
46
Decreto N° 606/1995. Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET). Boletín Oficial (15/05/1995).
Buenos Aires, Argentina.
47
A fines de 2003, se realizó el relanzamiento del CoNE-T –pero con dependencia de los ministerios de
Educación, Economía y Trabajo como estrategia hacia el futuro– por el máximo nivel del Estado Nacional, quien
junto a representantes de los empresarios y de los trabajadores destacaron la necesidad de generar un plan de
capacitación que permita construir los caminos de la inclusión y a su vez, que la educación técnica en la
Argentina tenga una visión estratégica de país y recupere la calidad y las excelencia que tenía la formación de
trabajadores en la Argentina. Kirchner, Néstor (2003). Discurso Acto de Apertura del Consejo Nacional de
Educación, Trabajo y Producción.
25
En 1996, a través del Decreto 1274,48 le fueron redefinidos los objetivos al INET en los
siguientes términos: (i) elaborar los contenidos de la formación técnica y profesional y los
criterios para la implementación de un sistema nacional de competencias, los que serían
acordados en el seno del Consejo Federal de Cultura y Educación; (ii) promover la calidad de
la formación tecnológica en todos los niveles del sistema educativo, para asegurar la
adecuación permanente de la oferta educativa a las demandas sociales y productivas, a través
de la coordinación y articulación federal con programas de apoyo, compensación y estímulo;
(iii) brindar asistencia técnica a las jurisdicciones en los aspectos pedagógicos, organizativos
y de gestión para la formación y desarrollo de los recursos humanos que posibiliten el proceso
de transformación económica, modernización productiva e innovación tecnológica; (iv)
organizar la Red Federal de formación técnico-profesional para desarrollar la formación
técnico-profesional específica, articulada con los distintos niveles y ciclos del Sistema
Educativo Nacional; (v) estimular la participación de las empresas productoras de bienes y
servicios en la educación técnico-profesional, a través de regímenes de crédito fiscal y otros
incentivos tributarios; (vi) desarrollar las acciones relativas a los diferentes procesos de
integración educativa, en particular los relacionados con los países del MERCOSUR, en lo
referente a la educación tecnológica y la formación profesional; (vii) propiciar la participación
de asociaciones profesionales, organizaciones no gubernamentales y otras entidades
intermedias, para el desarrollo y logro de los objetivos enunciados; (viii) elaborar los criterios
para el sistema de equivalencias internas y externas referidas a las orientaciones de la
educación polimodal, pertinente a los módulos de la formación técnico profesional, e
implementar la normalización de títulos y certificados en el marco del Sistema Nacional de
Competencias; (ix) brindar asistencia a las jurisdicciones en materia de formación profesional.
El INET ha contado con dos órganos: (i) la Dirección Nacional del Centro Nacional de
Educación Tecnológica (CeNET), que es un ámbito destinado a la investigación,
experimentación y desarrollo de nuevas propuestas en materia de Educación Tecnológica; y
(ii) la Dirección Nacional de Educación Técnico Profesional y Ocupacional (DNETPyO),
cuya función es realizar el diseño curricular de la educación técnico profesional básica y de
nuevos trayectos técnico profesionales, y coordinar acciones de investigación destinadas a
sistematizar los requerimientos de las distintas actividades de la producción y de las diferentes
regiones, a fin de elaborar criterios que orienten la formulación de ofertas educativas
profesionales y ocupacionales.
48
Decreto N° 1.274 (7/11/1996). Aprobación de estructura del Ministerio de Cultura y Educación. Boletín
Oficial (12/11/1996). Buenos Aires, Argentina.
49
Decreto N° 1.895 (24/9/2002). Modificación objetivos del INET. Boletín Oficial (26/09/2002). Buenos Aires.
26
El primero (CeNET) es un espacio abierto a la innovación e investigación para el
mejoramiento de metodología, producción de materiales didácticos, modelos de desarrollo y
producción de recursos, transferencia de modelos de aplicación de determinadas tecnologías,
a la optimización de los procesos y a la gestión institucional de los centros educativos. En él
las instituciones educativas, los docentes, el sistema científico y técnico y las empresas
pueden experimentar formas de enseñar y aprender. Las experiencias, sus resultados y
conclusiones son transferidas a las escuelas y centros de formación, los que a su vez
realimentan con sus aportes la Red Tecnológica de la cual forma parte el CeNET. Además
cuenta con quince Unidades de Gestión de Aprendizaje, ocupándose cada una de ellas de un
aspecto particularizado de las tecnologías de producción, de las comunicaciones, gestión,
mecanización y robotización, de aprendizaje y simulación, de control de procesos, de cultura
tecnológica, etc., con el equipamiento y recursos propios del campo tecnológico abarcado.
Asimismo, desde el año 1996, convoca a grupos de docentes y alumnos de escuelas medias
argentinas a participar de las Olimpiadas Nacionales en Internet (propuesta que está dirigida a
promover y facilitar la expresión de grupos de alumnos y docentes que, en forma participativa
y creadora, elaboran proyectos con contenidos educativos significativos para la Argentina y la
comunidad internacional para ser difundidos a través de la Web).
El segundo (DNETPyO) ha sido responsable de: (i) elaborar conjuntamente con las
jurisdicciones educativas y los actores de la producción y el trabajo, los lineamientos
generales de la educación técnico profesional básica; (ii) diseñar conjuntamente con los
actores citados los contenidos curriculares, la gestión institucional y la formación docente en
materia de educación tecnológica; (iii) desarrollar acciones y programas destinados a vincular
y articular las áreas de educación tecnológica con los sectores del trabajo y la producción, a
nivel regional e interregional; (iv) organizar el sistema de información que vincula las áreas
de educación y trabajo; (v) coordinar y promover programas de asistencia económica e
incentivos fiscales destinados a la actualización y el desarrollo de la educación tecnológica;
(vi) coordinar programas nacionales y federales tendientes a la formación y actualización
tecnológica en forma articulada entre los sistemas productivos y educativos, a través de la
Red Federal de Formación Técnico Profesional; (vii) ejecutar las acciones relativas a la
adjudicación y control de la asignación del Crédito Fiscal, Ley Nº 22.317.
(iii) Se promovió en algunas provincias, a partir del año 1998, el desarrollo de proyectos
denominados Sistemas Locales de Ofertas y Servicios Educativos (SILOSE), como una
alternativa para superar la fragmentación y las falencias en la organización de la oferta de
Formación Técnica Profesional (FTP) en sus diversas variantes. Con ellos se ha perseguido la
configuración, en los distintos ámbitos territoriales, de sistemas complejos de servicios de
27
FTP que involucren a la totalidad de las instituciones que se desempeñan en ese campo, para
proporcionar una respuesta de creciente grado de eficacia y eficiencia a los requerimientos de
formación del contexto socio-productivo local y regional.50
(iv) También se diseñaron los Trayectos Técnico Profesionales (TTP), que constituyen ofertas
formativas de carácter opcional para los estudiantes o egresados de la Educación Polimodal.
Su función es formar técnicos en áreas ocupacionales específicas, cuya complejidad requiere
el dominio de competencias profesionales que sólo es posible desarrollar a través de procesos
sistemáticos y prolongados de formación. Estos Trayectos Técnico-Profesionales proponen
una formación basada en competencias y presentan una estructura curricular modular, que
permite flexibilizar el curriculum y brindar alternativas para diferentes contextos y
alternativas institucionales. Los perfiles desarrollados por el INET, que han sido aprobados
por el Consejo Federal de Cultura y Educación, son: Aeronáutica; Salud y Ambiente;
Producción Agropecuaria; Construcciones - Técnico; Construcciones - Maestro Mayor de
Obras; Tiempo Libre, Recreación y Turismo; Comunicación Multimedial; Gestión
Organizacional; Informática Profesional y Personal; Industria de Procesos; Equipos e
Instalaciones Electromecánicas; Electrónica; Automotores y Aviónica.
Entre las propuestas recientes se encuentra la oferta formativa complementaria que aborda
la vinculación de los alumnos con el mundo del trabajo en espacios curriculares
especialmente diseñados con tal finalidad. La oferta, que respeta los requisitos de ingreso a
ciclos y niveles ya acordados y vigentes federalmente, propone que los alumnos desarrollen
capacidades que faciliten el reconocimiento de las características y necesidades socio-
culturales y productivas de la comunidad en que tiene lugar su proceso formativo, respetando
la finalidad formativa propia del tercer ciclo de la EGB.51
50
Hernández, Daniel y Sotelo, Jorge (1999). “Descentralización y transformación de la Formación técnico
profesional. Notas a partir de la experiencia Argentina”. Mimeo.
51
INET (2002). “Acuerdo Marco Vinculación con el Mundo del Trabajo en el Tercer Ciclo de la EGB”.
Documento habilitado para la consulta por la Asamblea del Consejo Federal de Cultura y Educación del 6 de
noviembre de 2002.
28
de destacar que en un año que corre desde la firma del Acuerdo Marco no se han registrado
avances en el mismo.
Con respecto a los TTP, el Centro Argentino de Ingenieros (CAI) afirmó que son una
figura borrosa, confusa, sin tradición y que han quedado sin definición concreta y un tanto a la
deriva. En resumen no cubren las exigencias del técnico clásico de nivel medio argentino.52
Para el año 2004 el INET busca fortalecerse institucionalmente como aquella instancia de
relación con el mundo productivo y del trabajo, haciéndolo capaz de dar respuestas efectivas
y eficaces a los mismos. Para ello se propone la realización de acciones de formación,
capacitación, certificación y acreditación para el trabajo productivo sostenible, de alta calidad
y competitividad. Entre las acciones a impulsar se destacan: (i) el desarrollo de mecanismos
de cooperación internacional a efectos de favorecer el mejoramiento cualitativo de la oferta de
formación tecnológica y técnica; (ii) la consolidación de los espacios de intercambio
Interescolar (Olimpíadas Nacionales de Contenidos Educativos en Internet); (iii) el
establecimiento de metodologías relativas a recursos didácticos multimediales que puedan ser
utilizados para enseñanza-aprendizaje en el marco de la formación tecnológica y técnica; (iv)
el desarrollo de un mapa económico actual y prospectivo de la realidad nacional y
jurisdiccional con indicadores educativos y productivos; (v) el armado de escenarios
jurisdiccionales de intercambio y relación entre el mundo laboral y el educativo; (vi) la
promoción de las bases del Anteproyecto de Ley de Formación Técnico Profesional, acción
que se viene prorrogando desde 2002; (vii) el desarrollo de procesos participativos de
investigación para el sector de las Pymes y Micro; (viii) la elaboración de indicadores de
capacidades y competencias profesionales, enmarcadas en un sistema de evaluación y
pertinencia con reconocimiento federal educativo y productivo; (viii) la generación de vías de
financiamiento alternativo – incentivos fiscales – para la consolidación y sustentabilidad de
las ofertas de educación técnico profesional, así como la búsqueda de otras posibles fuentes
de financiamiento para poner a disposición del sistema educativo; (ix) el recupero y
administración de incentivos fiscales para el fortalecimiento en la aplicación de la formación
tecnológica y técnica.
No obstante a los planes para el futuro, corresponde destacar que del análisis de los
enunciados surge que se abandonaron algunos proyectos de acciones esenciales, que si bien
fueron incluidos y presupuestados en los últimos tres ejercicios no tuvieron principio de
ejecución, como ser: la búsqueda de modelos de escuela técnica y tecnológica de nivel medio,
y la asistencia técnica a las provincias a fin de generar capacidades que permitan un proceso
de transformación en la educación técnico-profesional.53 El presupuesto asignado para 2004 es
de aproximadamente U$S 3.6 millones, que supera en un 31% al de los ejercicios 2003 y
2002; debiéndose destacar que en los tres últimos ejercicios el nivel de ejecución fue de
aproximadamente el 70%, no alcanzándose las metas físicas previstas.54
En resumen, en los ocho años que van desde su creación el INET no se ha consolidado
como la institución con capacidad suficiente y necesaria para formular e implementar la
política pertinente a la enseñanza técnica y profesional en apoyo a los objetivos generales
asignados al proceso educativo, así como a las exigencias sociales y económicas nacionales.
52
Centro Argentino de Ingenieros (2003). “La Ingeniería en la Sociedad Argentina. Los ingenieros y sus
profesiones de apoyo”. Documento para la Jornada de Ciencia y Tecnología del Diálogo Argentino.
53
Véase Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio Fiscal del año
2004.
54
Oficina Nacional de Presupuesto (2003). Infomre de Ejecución Físico - Financiera - Presupuesto de la
Administración Nacional. Secretaría de Hacienda.
29
Tampoco ha cubierto las expectativas de logro de una mayor eficiencia y eficacia en el sector,
ampliando los horizontes de la enseñanza y sirviendo de introducción al mundo del trabajo y
al mundo de la tecnología y de sus productos; además no ha atraído el interés de quienes
abandonaron los estudios, sin tener aptitudes u objetivos profesionales definidos, para ser
preparados en un oficio o profesión u orientados hacia la formación dispensada fuera del
sistema de educación formal, coadyuvando así al desarrollo de aptitudes o la selección de una
actividad que les permita acceder a un primer empleo y a proseguir un camino de crecimiento
profesional y personal.
En el siglo XXI, el temor al futuro y la desorientación son las principales marcas de toda una
generación de jóvenes nacidos desde fines de los años setenta y socializados en medio de
duras condiciones económico-sociales. Este sentimiento no es nuevo, ha existido desde fines
de la década del ochenta y deviene de la persistente imposibilidad de incorporarse
activamente a la fuerza de trabajo. Si bien, para unos pocos la rápida globalización y el
cambio tecnológico les ha permitido realizar trabajos productivos y generar ingresos, para la
mayoría han sido los causantes de un agravamiento de la vulnerabilidad y el empobrecimiento
de sus hogares.
Estos jóvenes que hoy ya pasaron la mayoría de edad chocan con una realidad frustrante
que les impide aspirar a un mejor nivel de vida económico y cultural como el que aguardaban
sus padres. Diversas cifras dan cuenta de esta realidad; según el INDEC (EPH, mayo 2003),55
la desocupación alcanza con mayor fuerza a los jóvenes, de los cuales un millón trescientos
mil de ellos, de entre 15 y 24 años, no estudian ni trabajan. Mientras la tasa general de
desocupación bajó dos puntos de 17,8% en octubre de 2002 a 15,6% en mayo de 2003, en los
jóvenes alcanzó el 35%, superando en más del doble a la de la población económicamente
activa.
Pero hay otras causas a las que obedecería el crecimiento del desempleo juvenil y de la
problemática inherente, como ser que los jóvenes pertenecen a familias desocupadas o que
ganan poco, por lo cual tienen que salir a buscar trabajo a edades muy tempranas para
compensar la falta o los pocos ingresos de sus padres. Los empleos a los que pueden acceder
los jóvenes son precarios, no pudiendo en la gran mayoría de los casos seguir la escuela
55
Instituto Nacional de Estadística y Censos – INDEC (2003). “Encuesta Permanente de Hogares, indicadores
socioeconómicos para los 31 aglomerados urbanos mayo 2003”.
56
El Decreto N° 565 (2002) de creación del Programa Jefes de Hogar, ejecutado por el Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social, previó en su reglamentación que los beneficios del Programa puedan extenderse a
desocupados jóvenes [...] que no hubieran accedido a una prestación previsional.
57
El Programa Ingreso para el Desarrollo Humano / IDH (Reformulación del Programa de Atención a Grupos
Vulnerables BID 1021 OC-AR y 996 SF-AR), ejecutado por el Ministerio de Desarrollo Social, prevé el
otorgamiento de un subsidio a los jóvenes entre 19 y 24 años que no estudian ni trabajan con el objetivo de que
finalicen sus estudios primarios, secundarios y/o terciarios.
30
secundaria ni continuar en la universidad, lo cual reduce las posibilidades de progreso futuro.
Los que consiguen algún empleo lo logran en ocupaciones descalificadas, con horarios
flexibles y rotativos, con muy bajos salarios, casi sin respeto por los derechos laborales y en la
mayoría de los casos "sin registrar". El resto, que no encuentra trabajo, pasa a integrar ya
desde muy joven la legión de los desocupados, viendo disminuir sus calificaciones y aumentar
las dificultades para insertarse laboralmente.
La observación anterior concuerda con los resultados de estudios recientes que dicen:
(i) Altimir, Beccaria y Gonzalez Rozada (2003)58: en todos los estratos sociales, la
mayoría de jóvenes que trabajan no asisten a la escuela. Otro tanto ocurre con los que se
declaran desocupados, que ya han tomado la opción de no seguir estudiando y estarían
buscando trabajo; aunque esta opción es más general entre los pobres que entre los que no lo
son. La mayoría de los que asisten a la escuela (93%) son inactivos. Sin embargo, la minoría
de jóvenes que no asiste y permanece inactiva representa un serio peligro de exclusión social:
del total de 323 mil jóvenes en esa situación, 172 mil pertenecen a hogares indigentes Las
estadísticas oficiales también marcan un fuerte incremento de la cantidad de jóvenes que no
estudian ni trabajan.
De lo expuesto luce que tanto la ocupación precaria como la desocupación juvenil dan
inicio a un círculo vicioso de perpetuación del problema, que condena a miles de adolescentes
a la pobreza o la marginalidad, y, desde el punto de vista social, a la probabilidad de la
derivación en conductas delictivas.
58
Altimir, Oscar; Beccaria, Luis y Gonzalez Rozada, Martín (2003). “Economía Laboral y Políticas de Empleo.
Estudio 1.EG.33.3. Estudios sobre Empleo. Componente A”. Préstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinación
del Estudio: Oficina de la CEPAL-ONU en Buenos Aires
59
Salvia, Agustín y Tuñón, Ianina (2003). Los jóvenes trabajadores frente a la educación, el desempleo y
deterioro social en la Argentina. Fundación Friedrich Ebert en la Argentina.
31
De la marginación y la exclusión social que afecta a muchos jóvenes, y del desaliento que
apresa a otro importante conjunto, se puede obtener un acercamiento a la situación de la
sociedad argentina del siglo XXI, que provoca gran preocupación que aun no tiene
correspondencia con una adecuada respuesta desde el Gobierno.
Las empresas, en respuesta al modelo económico incipiente, iniciaron -en ese entonces,
década del noventa- un proceso de reestructuración que en muchos casos significó
reducciones de personal, tal como ocurrió en las industrias ubicadas en sectores que
encontraron serias dificultades para competir con las producciones importadas (p. ej.: el textil
o el papel), o empresas privatizadas. El gobierno nacional también redujo significativamante
el número de empleados públicos, y las provincias adoptaron medidas similares.
60
El plan de reformas estructurales, orientado hacia un modelo de “libre competencia del mercado”, incluía
entre otras medidas a: (i) una remoción de barreras no tarifarias, con lo cual la economía se abrió total y
abruptamente a flujos de importaciones de bienes y servicios; (ii) una política integral de reducción del tamaño
del sector público; (iii) la privatización de empresas públicas; (iv) la transferencia de mayores competencias a las
provincias; (v) un manejo distinto de la política macro-económica con la adopción de un régimen de
convertibilidad cambiaria a tasa fija; y (vi) libre movimiento de capitales. El país reprogramó su deuda externa,
comprometiéndose al cumplimiento de los pagos en el marco del Plan Brady, y modificó su perfil tributario en
favor de impuestos indirectos de base universal, al tiempo que se degradaron los componentes universales del
gasto social en favor de políticas “focalizadas” en grupos de población seleccionados.
32
Ante este panorama, la principal respuesta del Estado a la problemática de los jóvenes se
manifiesta a través de las políticas de capacitación laboral a jóvenes. Ellas fueron orientadas
por actores externos (BID) e implementadas por el Estado nacional a través de programas,
dentro del marco de la Ley Nacional de Empleo- y de la Ley Federal de Educación,
reproduciendo para el diseño de los programas de capacitación (Proyecto Joven componente
principal de los Programas de Apoyo a la Reconversión Productiva y de Apoyo a la
Productividad y Empleabilidad de Jóvenes) el diagnóstico de Chile, es decir que se hizo con
un débil conocimiento de la realidad local, sin participación alguna de los jóvenes en la etapa
de formulación como así tampoco de los actores involucrados, con capacidad de incidir en el
problema. Esto implicó una automatización del proceso de formulación, respondiendo al
ensayo de una estrategia que perseguía múltiples objetivos (explícitos y subyacentes), según
se detallan a continuación:
(ii) Satisfacer las necesidades de formación acelerada de los recursos humanos en una
economía en transformación que requería de nuevas calificaciones y mayor productividad.
En los programas y proyectos con financiamiento externo es casi una norma que el país
prestatario contrate -siguiendo la recomendación del organismo financiero- consultores
extranjeros o locales -recomendados por el Banco- para la etapa de preparación. Esta práctica
se confirma en el caso argentino, donde los “expertos extranjeros”, atendiendo los
lineamientos de los funcionarios del Banco, identificaron los elementos -principales nexos
causales- constituyentes del problema, elaboraron los instrumentos normativos y
determinaron el modelo de intervención -formulación integral del proyecto-, cumpliendo los
requisitos necesarios para superar la evaluación de la factibilidad financiera y técnica que
debía realizar el BID. Sin embargo, el diseño no incorporó las recomendaciones sobre
33
metodología a utilizar, ni las lecciones resultantes del Programa Chile Joven,61 que a su vez se
basó en los antecedentes de los programas de empleo y entrenamiento para jóvenes con
severos problemas sociales ejecutados en E.U.A. y Gran Bretaña a principio de los 80’. De
esta forma, el Proyecto Joven implementado en la Argentina tuvo un diagnóstico débil –no
ajustado a la realidad-, expresado en una escasa reflexión y explicitación de las relaciones
causales que sustentó el modelo de intervención y haciendo uso una receta preconcebida, con
excesiva simplificación de la realidad social existente, para atender un problema complejo.
Asimismo, para asegurar que el proyecto fuera llevado a cabo, en la etapa de ejecución se
renovaron los contratos de consultorías extranjeras para el diseño de estudios -que
continuaron ignorando el análisis de la realidad local-, el entrenamiento del personal de la
unidad ejecutora y el fortalecimiento institucional.
Cabe señalar que los procesos de evaluación no son de fácil aceptación, porque pueden
llegar a conclusiones que no son del todo aceptables para las autoridades políticas,
administrativas y aun para el organismo financiero que promovió el modelo de intervención,
cuestionándose los fundamentos mismos de las políticas sociales, al ponerse de manifiesto la
aplicación de estrategias de bajo impacto y -en algunos casos- objetivos políticos subyacentes
de mayor relevancia que los objetivos explícitos. Es por ello que las propuestas de evaluación
incluyen factores que se complementan entre sí y los informes comúnmente resaltan los
resultados positivos.
34
y luego sí, en forma definitiva, antes de finalizar el año, con su interrupción total. Esto último
implicó no sólo el cierre de un programa, sino también la interrupción de la política nacional
de capacitación laboral a jóvenes y de la atención a los jóvenes con acciones masivas
diferentes a la transferencia de los recursos del Programa Nacional de Becas –con el que se
contribuye con las familias más necesitadas de modo que sus hijos concurran a la escuela-.
1. PROYECTO JOVEN
1.1. Objetivos
El Proyecto Joven, réplica mecánica en Argentina del modelo diseñado en Chile, fue el
componente principal del PARP y del PAPEJ. Sus objetivos explícitos fueron proporcionar
armas eficaces a los jóvenes para ingresar con éxito al mercado laboral y apoyar el
crecimiento de las empresas productivas necesitadas de mano de obra capacitada, mediante
una formación laboral gratuita en el nivel de semi-calificación, que ampliaría en todo el país
la perspectiva de empleo de los sectores menos favorecidos y dotaría a los sectores
productivos de mejores posibilidades de crecimiento y desarrollo.
63
Esta sección es una versión muy resumida del documento elaborado por el autor bajo el título de: “¿Éxito o
fracaso de las políticas públicas de capacitación laboral a jóvenes? Evaluación del programa testigo: Proyecto
Joven de Argentina (1993-2000)”, aprobado -con recomendación de publicación- como tesis para la obtención
de título de posgrado de: Magíster de la Universidad de Buenos Aires en Administración Pública, Marzo 2003.
35
Para la selección de las ICAP, se convocaban concursos abiertos del que podían participar
todos los potenciales oferentes sin restricción de país origen. La selección y adjudicación de
los cursos se realizaba mediante licitaciones públicas internacionales, aplicando
procedimientos fijados por el BID. En teoría se adjudicaban aquellas ofertas que presentaban
diseños de cursos que satisfacían los criterios de calidad pedagógica y presentaban los
menores costos. Las ICAP, en sus ofertas, debían presentar cartas de intención de las
empresas para recibir a los beneficiarios en sus instalaciones durante la fase de pasantía; así
como una descripción detallada de los propósitos y tareas a ser realizadas durante esa fase.
Dicha carta de intención era considerada como indicador de una demanda de necesidades de
personal semi-calificado.
La supervisión de los cursos y pasantías era realizada por empresas externas contratadas a
través de licitaciones públicas. Los aspectos que se debían verificar eran: (i) identidad de los
asistentes a los cursos y pertenencia a la población objetivo; (ii) correspondencia entre los
diversos aspectos del curso dictado versus lo adjudicado -objetivos, contenidos, actividades y
mecanismos de evaluación de la actividad de capacitación-; (iii) capacidad de los docentes a
cargo del curso -curriculum vitae-; (iv) equipamiento, material didáctico que utilizará el
docente, material didáctico que se les proveería a los alumnos, infraestructura edilicia que se
utilizaría para el curso.
A partir de 1997 -segundo tramo del Proyecto Joven- los Ministerios de Trabajo y de
Educación -nuevo actor- realizarían acuerdos con los sectores productivos sobre el contenido,
estructura y mecanismos operativos para diseñar e implantar un Sistema Nacional de
Educación para el Trabajo, que le permitiera a los beneficiarios transitar desde programas de
capacitación a corto plazo de carácter informal (ofrecidos por el Ministerio de Trabajo -
Proyecto Joven u otros) hacia programas de capacitación y educación técnica estructurados
por el sistema formal de la educación (como los ofrecidos teóricamente por el INET). Dicha
estructura formaría una cadena continua de oportunidades educativas para la población
objetivo, lo cual : (i) aseguraría la sostenibilidad técnica del sistema; (ii) permitiría
racionalizar el uso de los recursos que ambos Ministerios invierten en este segmento
educativo, para darle sostenibilidad financiera al sistema; (iii) atender más adecuadamente las
demandas del sector productivo y (iv) diseñar e implantar sistemas de seguimiento, monitoreo
y evaluación de los resultados para mejorar las ofertas educativas del sistema.
En resumen sus objetivos fueron: (i) desde un enfoque sistémico, conformar y consolidar
un sistema de capacitación laboral en el país, mediante el desarrollo de la oferta privada de
servicios de capacitación -que deberían ser orientados por la demanda-, y reemplazar al
sistema del CONET, y al mismo tiempo apoyar el proceso de reconversión productiva,
aumentando la oferta de mano de obra para atender las necesidades de la demanda laboral; y
(ii) desde un enfoque social, elevar las posibilidades de inserción laboral y social de jóvenes
con problemas de marginalidad o exclusión socio-laboral, por el bajo nivel educativo,
brindando acciones de capacitación laboral teórico-práctica gratuita (véase diagrama 1).
1.2. Resultados
Corresponde señalar que cualesquiera que sean los objetivos de las políticas, a nivel del
Proyecto la orientación hacia los resultados es determinante de la existencia del mismo. Cabe
recalcar que el modelo de organización y gestión que se adoptó implicaba el
desmantelamiento de una institución monopólica, de gestión pública, calificada como lenta,
ineficiente e inflexible y, en su reemplazo, la creación, por medio del Proyecto, de un
36
mercado competente -gestión privada-, ágil y flexible, en el que las instituciones compiten
con sus servicios en base a calidad y precio.
Los resultados exhibidos por el Proyecto muestran que en términos de efectividad, es decir
comparación de metas previstas versus las alcanzadas -beneficiarios capacitados sobre los
previstos-, el grado de cumplimiento fue del 115,6% en el primer tramo y 8,51% en el
segundo tramo. El indicador del conjunto, sin distinguir tramos, alcanzó al 46,75%,
equivalentes a 130.888 jóvenes capacitados sobre un total previsto de 280.000. El alto
guarismo registrado en el primer tramo fue la razón principal para que el Proyecto Joven fuera
considerado exitoso, ya sea por las autoridades nacionales vinculadas a él como por el BID,
que de esta forma reafirmaban la validez de la receta ensayada.
En términos de eficacia (que tiene que ver con el hacer efectivo el propósito en el tiempo
previsto), los indicadores señalan para el primer tramo el 69,4%, y el 8,51% para el segundo
tramo, siendo el correspondiente para ambos en su conjunto el 35,06%. Aquí se debe recalcar
que el logro de la eficacia ha sido uno de los postulados de la Reforma del Estado (Ley
23.696/89).
Con respecto a la eficiencia (que para otros fines podría asociarse con el hacer las cosas
correctas, pero que aquí se la ha considerado como la combinación de costo, tiempo y
resultados en unidades físicas), los guarismos arrojan: en el primer tramo el 71,3%, en el
segundo el 12,27% y en el acumulado el 37,38%.
También corresponde destacar aquí que, si bien la inversión prevista originalmente fue de
U$S 522 millones, se ejecutó sólo el 45% de lo previsto es decir U$S 235 millones, por falta
de coordinación, capacidad de gestión y decisiones erráticas (marchas y contramarchas). Vale
mencionar que los organismos multilaterales perciben una comisión de crédito o compromiso
de aproximadamente el 1% anual sobre los montos del préstamo no desembolsados. Es decir
que, ya sea que el préstamo se ejecute o no, contabilizan prácticamente las mismas utilidades,
pues en caso de desembolsar reciben como ingresos propios el 1% por sobre la tasa de interés
aplicable, de los fondos que obtienen en el mercado financiero.
1.3. Impacto
(i) El impacto sobre las tasas de inserción laboral fue negativo (a favor del grupo de control o
comparación) o muy bajo cuando fue positivo (a favor de los beneficiarios), variando en este
último caso hasta el 1,4% para los varones (a los once meses de finalizado el curso) y al 5,0%
para las mujeres beneficiarias (a los doce meses de finalizado el curso). Para ambos sexos, los
valores de impacto alcanzados por el Proyecto son muy lejanos a los 20 puntos porcentuales
asumidos como hipótesis durante la evaluación de viabilidad del mismo, realizada por el BID.
(ii) El tiempo de búsqueda de los beneficiarios varones fue inferior entre 0,7 y 2,3 meses con
respecto al grupo de comparación, en tanto que en las mujeres la diferencia fue en un
principio de 3,4 meses a favor de las beneficiarias, sin embargo en cursos posteriores fue de
1,3 meses en contra (es decir a favor del grupo de comparación).
(iii) En términos de impacto sobre los salarios (como consecuencia de la capacitación que
debería aumentar la productividad de los participantes) se evidencia que el Proyecto produjo
37
un impacto negativo sobre los salarios de los participantes varones que varían entre $9,52
(primeros cursos) y $4 (cursos de la etapa de mayor ejecución), en tanto que en las mujeres
las diferencias fueron a favor de las beneficiarias variando entre $34,33 y $9; no obstante
estos últimos guarismos, no se alcanzó el producto incremental a favor de los beneficiarios
que fue estimado en $140 como hipótesis
(iv) Con respecto al tipo de empleo, ciertas connotaciones que van desde la modalidad
contractual, el reconocimiento de beneficios sociales, tipo de ocupación y grado de
ocupación, muestran que el grado de formalidad de los empleos fue superior en la población
beneficiaria de los cursos, principalmente en las mujeres con un guarismo máximo del 9,5%.
(v) Con relación a otros indicadores, que dan cuenta de algunas externalidades positivas del
Proyecto, como ser continuación de estudios, mejor relación familiar, nueva actitud frente al
trabajo, ellos son parte de los antecedentes de la receta ensayada, que tiene su origen mediato
en los programas de empleo y entrenamiento para jóvenes con severos problemas sociales
ejecutados en E.U.A. y Gran Bretaña a principio de los 80’.
(i) El número total de instituciones adjudicatarias de cursos (ICAP) en el primer tramo fue de
1.415. En promedio recibieron individualmente 4,47 cursos, en tanto que en el segundo tramo
fueron adjudicatarias 231 ICAP con un promedio de adjudicación individual de 3.6 cursos. La
participación según el tipo de institución, durante el primer tramo, registra que el mayor
porcentaje (68,75%) le correspondió al conjunto formado por las instituciones que respondían
al tipo de personas físicas y sociedades comerciales, quienes en conjunto fueron
adjudicatarias del 60,51% de los cursos.
También se pudo observar una gran rotación y alta mortalidad de este tipo de instituciones
que en promedio ejecutaron 3,47 cursos en el período 1993-1999. En el segundo tramo existió
la restricción para la participación de personas físicas, produciéndose un notable crecimiento
de las sociedades comerciales y civiles (que representan el 43,72% de las ICAP participantes,
recibiendo el 42,91% de los cursos adjudicados), forma jurídica que habrían adoptado un gran
número de las personas físicas que decidieron continuar concursando en la presentación de
propuestas.
38
(sindicatos, cámaras empresarias, confederaciones, colegios profesionales y cooperativas)
tuvieron una participación del 3,24% (sobre total de instituciones) y 6.08% (sobre total de
cursos adjudicados) en el primer tramo y del 10.99% y 10.94% respectivamente en el segundo
tramo. En una estrategia de desarrollo de una nueva institucionalidad, estos dos últimos
conjuntos son los que deberían haber sido fortalecidos por el Proyecto; siendo exitosa la
focalización, dentro de esta línea de pensamiento, en un 14.23% de las instituciones y 17,02%
de los cursos adjudicados. Por último con respecto algunos aspectos que determinan la
capacidad económico financiera de las ICAP, un 73% del total de ellas informó bienes de uso
por sumas inferiores a $25.000; en otro aspecto analizado de los balances, el 49% del total de
las ICAP informó un patrimonio neto inferior a $5.000.-
(ii) Con respecto a las 25.000 empresas que prestaron conformidad a recibir pasantes
responden a las siguientes características: el 28% son microempresas (1 a 5 personas), el
44.2% son pequeñas (6 a 25 personas), el 19% son medianas (26 a 100 personas) y el 8,8%
son grandes (más de 100 personas). Con relación al sector económico: el 61,3% pertenecen al
sector servicios; el 27,7% a industria; el 7,8% a construcciones, agua, energía, gas; por último
el 3,2% corresponden al sector primario urbano. Con respecto al destino de las ventas el 86%
de las empresas no registra actividad de exportación; el 4% registra exportaciones
equivalentes al 50-100% de las ventas; el 6% lo hace entre un 10-50%; y el 4% lo hace entre
un 0-10%. En este último punto es importante señalar que uno de los supuestos que justificaba
la capacitación de los jóvenes era las necesidades existentes en las empresas debido a que
estaban desarrollando estrategias de ventas para alcanzar nuevos mercados externos, que en la
realidad no se cumplió. Por último, en lo inherente al interés de las empresas en ofrecer
pasantías, el 13% tenía como expectativa contratar personal, en tanto que en el 49% esta
expectativa iba acompañada con dar una oportunidad a los jóvenes.
1.5. Conclusiones
Se pudo observar que hubo un alto grado de afinidad entre el diseño del Proyecto y la política
pública de capacitación laboral que le dio origen, en otras palabras concordaron ambos
objetivos. El Proyecto constituyó un “paliativo” transitorio a los efectos del fuerte
componente destructivo que acarreaba el modelo neoliberal, que en el caso de Argentina
incluía una variante abrupta para su ensayo, que fue la baja de la institución tradicional de
formación profesional.
Asimismo, consiguió expandir una línea de capacitación de corto tiempo (3 meses como
máximo, más otro tanto de pasantía), orientada teóricamente por la demanda y dirigida a los
jóvenes desempleados con bajo grado de terminalidad educativa media, a través de la
contratación de operadores que podían garantizar que cada egresado contaría con una pasantía
que duraría lo mismo que la capacitación. Este resultado fue acorde a la estrategia
experimental del BID para la región quien, si bien reconoció que no se dio suficiente atención
al fomento institucional pues se invirtió poco en la preparación de material didáctico de alta
calidad y en la capacitación de docentes, impulsó la continuidad de este tipo de intervención
con algunas correcciones en el segundo tramo del Proyecto (que tuvo una ejecución inferior al
10% y posteriormente se interrumpió).
No obstante lo expuesto en los dos párrafos anteriores, se debe destacar que la intervención
resultó un fracaso por la ambigüedad e interrupción en la prestación de las acciones (donde no
se puede cumplir al mismo tiempo la función de escuela y formación técnica), no
proveyéndose a todos (principalmente a los de más bajo nivel educativo) la preparación que
39
demandan las empresas y no constituyendo los ofrecimientos de pasantía (en la generalidad
de los casos) indicadores de la existencia de demanda del mercado.
Las características del Proyecto Joven, que durante un breve tiempo (1995-1997) ocupó el
lugar de las escuelas técnicas proveyendo capacitación en oficios, pero también se solapó con
el de otras áreas, suministrando cursos de administración y servicios, indican que no es lógico
que se haya pensado en él como alternativa seria que pudiera sustituir a un sistema
homogéneo y maduro, reemplazándolo por un programa apoyado en la improvisación,
contrato a contrato con las instituciones de capacitación, sin garantías de continuidad y
atractivos para un crecimiento institucional duradero. Si bien este argumento no es
exhaustivo, en refuerzo de él, vale agregar como cierre un comentario extraído de un estudio
elaborado por uno de los expertos de mayor prestigio internacional al servicio del BID que
señala que la realidad muestra que ésta no es la forma como se trabaja en los países
desarrollados, quienes operan grandes instituciones de formación, sostenidas en forma regular
con recursos del presupuesto de la administración pública, en quienes las empresas no sólo
depositan su confianza sino que también apoyan directamente con recursos financieros y
soporte técnico a los colegios de la comunidad local (Castro, 1998).64
Una vez hecho el repaso de: la evolución del Sistema Educativo y de Formación Profesional
de la Argentina; las transformaciones profundas iniciadas en la década del noventa del siglo
XX, cuyo magro balance exhibe múltiples asignaturas pendientes en todo el sistema; las
lecciones aprendidas de los diversos ensayos fallidos; la situación de exclusión en que se
encuentra un amplio segmento de la población de jóvenes; y el lugar que ocupa la Argentina
en la educación técnica y formación profesional en América Latina -donde dejó de ser el
primer país para ocupar el quinto-, corresponde pensar en nuevas formas de articulación entre
empresa, trabajo, educación, actores sociales y en la ejecución de un trabajo conjunto, no sólo
como respuesta a la problemática de los jóvenes sino también como impulsores de una nueva
estrategia de desarrollo, que promueva y acompañe los correspondientes procesos de
desarrollo locales y regionales.
Corresponde resaltar que lo que sigue no es un plan acabado ni mucho menos; limitándose
el despliegue al nivel de conceptualización de programas y líneas de acción; y destacándose
que, en un mundo cambiante y competitivo, toda estrategia debe ser ratificada o rectificada
periódicamente, mediante ajustes y revisiones a la vista del devenir de los acontecimientos.
Por ello un sistema de formación profesional, fuertemente vinculado con la actividad
económica y la situación social de las diversas regiones del país, requiere, tal vez más que
otros, alimentarse de información proveniente de fuera de los ámbitos académicos y muy
actualizada. Por tanto, el esbozo de una estrategia o de un plan de acción, o de una línea
política a seguir -según se quiera decir- debe verse sólo como una forma embrionaria de
comenzar las acciones con la mayor dosis de racionalidad. Por ello, el presentar un grupo de
ideas doctrinarias acompañadas de un listado de recomendaciones estratégicas puede ser un
paso inicial aconsejable en este momento.
También es necesario enfatizar que en este artículo no se pone en duda que la educación y
la formación no pueden por sí solas resolver el problema de exclusión de grandes grupos de la
población que han sufrido los efectos negativos de las reformas estructurales de la economía,
64
Castro, Claudio de Moura (1998). “The Stubborn Trainers vs. the Neoliberal Economists: Will Training
Survive the Battle? N° EDU-16. BID, Sustainable Development Department Washington, D.C.
40
pero sí se sostiene que la articulación de esas políticas con la económica, la de empleo y las de
otra naturaleza, coadyuvarán al desarrollo de calificaciones y conocimientos que permitirán a
las personas mejorar la empleabilidad y productividad, y aumentar la capacidad general del
país.
1. Bases esenciales
Se considera como tales a los siete principios del Convenio N° 142 y la Recomendación 150
de la Organización Internacional del Trabajo, ratificados por la Argentina en 1978 y las
Recomendaciones de la UNESCO y OIT sobre la Enseñanza y formación técnica y
profesional en el siglo XXI, que deberían ser aplicados rigurosamente en forma conjunta en la
formulación de políticas y programas de educación y formación profesional (véase recuadro
2). Estos mismos principios fueron erróneamente interpretados y utilizados -pero mal- en
igual forma en la década del noventa, como marco soporte de los programas focalizados. En
este caso la propuesta es que ellos se empleen correctamente, constituyendo la piedra angular
de las nuevas políticas y programas, donde deberían ser aplicados en forma integrada. Ellos
son:
(i) Ajuste a la realidad, que implica que debe existir una relación de afinidad entre las
políticas y programas de formación de recursos humanos con la coyuntura nacional o regional
y un vínculo estrecho entre los procesos formativos y la verdad cotidiana del trabajo.
(ii) Integralidad, que supone que las políticas y programas de formación de recursos humanos
deben ser completos, coordinados y estructurados a partir de la premisa de una concepción
global del sistema de enseñanza y formación técnica y profesional.
(iii) Antropocentrismo, que ubica a las personas como el eje central de todos los procesos
formativos, procurándose con ellos facilitar y apoyar la dignificación individual y colectiva.
(iv) Articulación, por el cual debe existir una estrecha interrelación entre los sistemas de
formación profesional y empleo.
(v) Universalización gradual, que implica la expansión progresiva de las acciones de forma tal
de alcanzar al mayor número de personas que sea posible.
(vi) Igualdad, que indica que las acciones deben dirigirse a todas las personas en pie de
igualdad y sin discriminación alguna.
(vii) Participación, que denota la necesidad de la más amplia participación de todos los
actores involucrados por las políticas y programas de formación.
Todos lo programas deberían ser concebidos para preparar a los individuos para el
ejercicio de un oficio o profesión; proporcionándoles conocimientos científicos, flexibilidad
técnica y un núcleo de competencias básicas y aptitudes genéricas necesarias para una rápida
adaptación a los cambios; basándose en el análisis y previsiones de las exigencias
ocupacionales efectuadas por las autoridades en la esfera del empleo, las organizaciones
profesionales y otras partes interesadas. También deberían responder a las necesidades
particulares de grupos específicos (por ejemplo: grupos marginados, jóvenes que hayan
abandonado prematuramente la escuela, etc.). Y, para garantizar la calidad de las acciones, se
deberían fijar criterios, normas y procedimientos de evaluación y certificación, incluyéndose
también, en la medida de lo posible, la enseñanza no formal.
41
2. Recomendaciones estratégicas
2.1.
3. Recomendaciones estratégicas
Como último punto del artículo y parte final de la anterior propuesta de ideas doctrinarias
-algunas de las cuales están siendo impulsadas o implementadas en forma parcial por el
Gobierno Nacional- corresponde enunciar algunas recomendaciones para la generación de
caminos en la enseñanza y formación técnica y profesional. Estos son indispensables para que
la educación, formación y capacitación ayuden al logro de una visión estratégica de la
Argentina como país -donde sea posible generar un proceso de inclusión cierto-, con un
proyecto que tenga una ejecución sostenida en tiempo –es decir que forme parte de una
política de estado-, en el cual el Estado Nacional ocupe un rol protagónico fuerte de impulsor
de las políticas educativas y de formación profesional, para reconstruir en el menor tiempo
posible el sistema de funcionalidad, cobertura y excelencia que en diversos momentos del
pasado fue factor determinante de su grandeza.
Las recomendaciones que se enuncian a continuación tienen que ver con una nueva
institucionalidad en la formulación y gestión de las políticas educativas y de formación
profesional, donde el papel del Estado es central y fundamental.
42
(vii) Obtener información numérica estadística completa sobre todos los oficios y
profesiones que se enseñan y se practican en cada región del país, desde los más modestos
oficios manuales hasta las profesiones intelectuales más calificadas, juntamente con los
métodos formativos formales y no formales empleados en cada caso hasta el presente para
lograr la calificación o la titulación, a fin de obtener un cuadro general de situación.
(viii) Hacer lo propio con los planes y programas para el desarrollo económico de la región,
con miras a estimar en cada lugar el tipo de recurso humano más apto y necesario a fin de
atender ese desarrollo en cantidad y en calificación.
(ix) Examinar la personalidad profesional que cada región requiere conforme sus usos,
costumbres y tradiciones, a fin de dosificar y determinar el tipo de formación humanística que
es menester adicionar en cada tipo y nivel de calificación y estudio técnico, con el fin de
lograr no sólo un experto en su materia, bien calificado en lo suyo, sino también un ciudadano
ético y moralmente responsable frente a la sociedad, con vocación de servicio.
(xi) Postergar todo tipo de carrera o curso que produzca oficios o profesiones que la
región no emplea o que lo hace en un número inferior a los requerimientos, y que sólo
ocasionan erogaciones que perjudican a la economía de la región y producen personas que, al
verse obligadas a atender actividades diferentes de sus estudios, aptitudes o vocaciones, son
socialmente disconformes.
(xii) Crear en cada región una caja que disponga de un fondo para becas, subsidios y
préstamos de honor para los alumnos que tienen amplio potencial a desarrollar y que desean
estudiar o investigar pero que no disponen de los recursos suficientes.
65
La Biblia. Libro de Proverbios (11:18).
43
Recuadro 1: Principales opciones formativas del CONET (1959 – 1992)
44
Diagrama 1: Objetivos del Proyecto Joven incluidos dentro del Programa de Apoyo a la
Reconversión Productiva y de Apoyo a la Empleabilidad de Jóvenes Préstamos
BID 816-OC / 925-SF y 1031-OC)
E n f o q u e s is t é m ic o E n fo q u e s o c ia l
E le v a r la s p o s ib ilid a d e s d e in -
C o n f o rm a r y c o n s o lid a r s e rc ió n la b o ra l y s o c ia l d e jó -
A p o y ar el p ro ceso d e
u n s is te m a d e c a p a c ita - v e n e s c o n p ro b le m a s d e m a r-
re c o n v e rs ió n p ro d u c tiv a
c ió n la b o ra l e n e l p a ís g in a lid a d o e x c lu s ió n s o c io -
Objetivos a lograr
la b o ra l p o r e l b a jo n iv e l e d u c a tiv o
A d e c u a r la c a p a c ita c ió n
D e s a rro lla r la o fe rta
(d is e ñ o y d ic ta d o d e c u r-
p riv a d a d e s e rv ic io s d e
s o s ) a la s n e c e sid a d e s d e
c a p a c ita c ió n
la s e m p re s a s d e m a n d a n te s
Acciones específicas
45
Recuadro 2: Principios esenciales para la formulación de políticas y programas de educación y formación profesional
46
Recuadro 2: Principios esenciales para la formulación de políticas y programas de educación y formación profesional (continuación)
47
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