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a Henry W. Spiegel { | | ae Pree rr del pensamiento econdmico El desarrollo “rel _ pensamiento eee) 8) BeN (uO) desde los tiempos biblicos hasta nuestros dias omega Prefacio Mi objetivo al escribir el presente libro ha sido fortalecer los vineulos en- tre la economia politica y las humanidades y relacionar la historia del pensa- miento econédmico con las tendencias intelectuales de las distintas épocas. Por ello, he preferido un enfoque cultural a un enfoque técnico que hubiera convertido las ideas anteriores en modelos mateméticos. La inclusién de de- talles biogréficos subraya también la orientacién human{stica del trabajo y realza su interés humano. Al prestar atencién conjuntamente al espfritu de una época y a la biografia de un autor, se abren nuevas perspectivas que nos deseubren el por qué un determinado pensamiento econdmico tuvo vigencia en una época dada. Se ha intentado dar unidad a la manera de tratar los distintos perfodos, especialmente los primitivos, haciéndonos de forma sistemética la siguiente pregunta; ¢gEn qué forma un autor o su escuela intentaron luchar contra el problema econdémico fundamental de la escasezP Mientras que algunos de los antiguos se enfrentaron a este problema proponiendo restricciones sobre la demanda de mercanctas, otros sugirieron controles ptiblicos 0 recomendaron moderacién, Junto a estas ideas, fue surgiendo la opinién de que el problema de la escasez podria resolverse aumentando el abastecimiento de mercancias, en vez de disminuir ou demanda, Este punto de vista, sin embargo, tardé mu- cho tiempo en abrirse camino. Mientras los medievales centraban Ja lucha en el problema ¢conémico de la escasez, en Ja proteccién del consumidor, los mercantilistas intentaban resolverlo mediante el progreso de su nacién a costa de las otras naciones. Smith sugirié la autoconfianza, Malthus la autoconti- nencia, La historia de la economia politica preclisica se presenta como un asunto de sustancial interés general, en parte debida a que esté Hena de alternativas para la economia del consumidor. Se ha procurado que Ja forma de tratar la época moderna sea amplia y cosmoplita, Se ha prestado una especial atoncién y se ha dedicado un am- plio espacio a la economfa politica del siglo xx. En Ia economia de los dltimos cien afios distinguimos una primera fase, fijamos primero la existencia de un determinado naémero de recursos y vamos tratando dicha fase en los capitu- los dedieados a Jevons y sus predecesores, a los Austriacos, a la Escuela de Prefacio 7 Lausana y a la Escuela de Cambridge. Cada uno de estos capitulos cancluye con su evolucién actual; asf, por ejemplo, la Escuela de Cambridge conduce a Ja competencia monopolistica, a la economfa del bienestar y a la introduc« cién de la renta én la teoria monetaria. La fase siguiente de la economia mo- derna —el sensacional avance del andlisis monetario y de Ja renta, tal y como se pone de manifiesto por ejemplo en el trabajo de Keynes— puede tener su origen tanto en la Escuela de Cambridge come en las Escandinavas. La ter- cera fase —la transformacién de 1a economia politica en econometria— viene documentada en un amplio bosquejo, atendiendo a la influencia de matemi- ticos como Neumann y Wald y a las corrientes de pensamiento de la Francia contempordnea, en la que se originé la economfa matemitica y en la que pueden encontrarse nuevas directrices. La amplitud de Jas notas bibliogréficas tiende a dar oportunidades a la investigacién ulterior. Damos las gracias al Dean John J. Murphy y al Profesor Walter Morton por sus provechasos comentarios a nuestro manuscrito. H. W. S. Washington, D, C. B Pratacio indice de materias Prefacio Capitulo 1.—De Ia Biblia a Platén: Los origenes de la Civilizacién Occidental. El pensamiento econémieo en la Biblia, El pensamiento ccondmico en la Grecia Clasica. Los filésofos griegos. Capitulo 2.— De Aristételes a los Padres de la Iglesia Aristételes. Cinismo, estoicismo y epicureismo. Epicuro. La caida de Roma yt aperieln del Crisiantsmo. La dotrina erttne, Los Fadses do le lesia. Capitulo 8.—El pensamiento econémico medieval: La prictica de la caridad y Ia evitacién del pecade . woken u # El feudalismo, La transformacién de las técnieas agricolas, El sistema gre- mial. Las transformaciones tecnolégicas. Politicas eoondmicas nacionales, Las tensiones sociales. Las operaciones ‘a crédito. La organizacién social, La Iglesia. Santo Tomés. Los consorcios. Los censales. Los bancos de depé- sito y cambio, La doctrina de la usura en los tiempos modernos, Ideas sobre el dinero, El Tratado de Oresme. Capitulo 4.— La transicién del siglo xv1; De Ja unidad a Ja diversidad La aparicién de la nacién-estado. Martin Lutero. Juan Calvino. 1a litera tura econémica del siglo xvi, Thomas Wilson. Dumoulin. John Hales. La aparicién de la teria cuantitativa del dinero. Copémico, Martin de Azpil- cueta. Jean Bodin. Capitulo 5,—El mercantilismo; La pugna econdmica para alcanzar la riqueza nacional... : : ‘Los nuevos tipos de propiedad. El pensamiento coandmico de la época. ‘Caracteristicas nacionales. E] mereantilismo, Milles, Malynes. Mun, Indice de materias 5 100 lig Capitulo 6, — Mas alls. del moreantitismo: La aparieién de los méto dos cuantitatives 6. 2 1 e La biisqueda de la medida. Descartes, Hobbes y Bacon. Petty, Graunt. Siissmilch, Fleetwood. Davenant. King. Bernoulli. Capitulo 7.— Después el mercantilismo: La saparician. de las ideas liberales. aos Child, John Locke, Sir Dudley Novth. Capitulo 8,— La aparicién del nenibents fisiocratico; La corriente circular de la naturaleza = ono Laffemas, Colbert, Boisguilbert, Law. Cantillon, Los fisideratas, Quesnay. ‘Turgot, La influencia de los fisidcratas. Capitulo 9.— Corriente de Beosnnente discordantes: Galiani, Hume Steuart . EE € =» 4 , Galiani. Hume. Steuart. Capitulo 10. — Adam. Smith y su economia de la autoconfianza: Ante- eedentes filosdficos » 6. . we ee : La vida de Smith. Los intereses privados y el bien comin. Mandeville. Hutcheson, La ética de Gmith, Pufendorf y Locke. Las paradojas de la foeisdad ‘comercial: a, evoluctin econdeaict. Stuth "lor lsieratas. La sneeneis de Rousseau, Smith y la tradicién inglesa. La econoraia politica clésica, Cophtulo 11.—E! anilisis del sistema de Smith y su reorganizacién por Say. a La divisién del eas, Taba p productive e improductivo. La teoria del valor-trabajo. El precio natural, La teoria de los salarios. El interés y los beneficios. La renta. El capital, Comercio exterior y comercio interior. Las tareas del gobierno. Los einones de tributacién, La influencia del pensamiento de Smith. Say. La ley de Say. Capitulo 12. — Malthus y su doctrina de la poblacién: La limitacién . Gor y Condorcet. Argumentos a favor de la igualdad, El primer en- sayo. Lag xevisiones del censayos. Los preeursores de Malthus. Interpre- taciones de Malthus, Francis Place. Malthus y Darwin, Reaceianes frente a las ideas de Malthus. Capitulo 18, — Nuevas transformaciones de la eeonomfa de Smith: El interés por Ia demanda . £1 ambiente intelectual. Las aportaciones de Malthus a Ja tearia econémica. Lauderdale. Sismondi. 10 Indice de materias 149 180 244 291 318 Capitulo 14.—La economia politica ricardiana: La entronizacién del liberalismo . . 0) ws 2a 4 5 La vida de Ricardo. El métedo econdmico de Ricardo, El debate sobre el metal, Thornton, La teotfa monetaria de Ricardo. La teorfa del valor. La teoria de la renta, La teorfa de los salarios. La teorla de los benelicios, El principio de las ventajas comparativas, Ricardo y la tributacién. La ley de Say. El sistema de Ricardo. Cupitulo 15.— De Ricardo a Mill: Consoliducién y fermente . Panorama general del periodo. Bentham, James Mill, McCulloch. West. Torrens. La «Currency schools frente a la *Banking school», Tooke. Senior. Whately y Lloyd. Longfield. Wakefield y el debate sobre la colonts + La derogacién de las «Corn Lawsn. Los economistas y el «laissez fairem, Bastia i pocanatit econdémico americana. Carey. Cardozo, Tucker y verett. Rae. Capitulo 16.— John Stuart Mill; La redencién del liberalismo. La vida de Mill. El utilitarismo de Mill. Mill y las corrientes de pensa- miento de su época. Mill y Harriet Taylor, Aportaciones a Ia economia politica internacional, Mill y Ia ley de Say, El método de Mill en economia politica. Mill y Comte. Los eprincipiosn de Mill. La influencia efercida por Mill. Capitulo 17. — Aspectos de la economfa histérica: La variante econé- mica y otros afines , , 8 4 —_ Whewell y Jones. Variantes de la economia histérica, I. influencia de Mill, Comte y Spencer. La jurisprudencia histérica frente a In analitica. El grupo irlandés: Ingram. Cliffe Leslie. Bagehot. Rogers y Toynbee. Teé- rieas historiadores. Capitulo 18.— La variante hegeliana de Ja economia histérica. Alemania y la Tlustracién, La aparicién de Alemania como nacién. El his- toricismo_alemén Nlosofia hegeliona. La influencia de Burke. Adam Miller, Fichte, List. Los economistas histéricos antiguos, Los resultados de su trabajo, Schmoller. Spietholf y Sombart, Max Weber. La influen- cia de los economistas de la escuela histérica, Capitulo 19.— El socialismo antes de Marx; Diversidad de ideas. El proletariado y la burguesia. Las fuentes del pensamfento socialista. Fines y métodos socialistas. El socialismo y los modelos nacionales de pen- sarniento. El socialismo inglés. Owen. Los socialistas ricardianos. EI socia- lisme cristiano. El socialismo francés. El soclalismo aleman: Lasalle. Capitulo 20,— Marx: La salvacién a través de la reyolucién - La esencia del persamiento de Marx, La vida de Marx. Engels. El mani- fiesto comunista. «Das Kapttals. Marx y Hegel. La interpretacin econd- mica de la historia. Las clases. La economia politica de Marx. Critica de la economia de Marx. Indice de materias 401 433, 482 509 533 Capitulo 21.—E] socialismo después de Marx: Reforma frente a la Revolucifn 0 ee El revisionismo, El reformismo francés, El sindicalismo, El marxismo so- viético. El pensamiento_econémico soviético. Ea planimetria, El pensa- miento ico de la Europa Oriental. El socialismo en los palses subde- sarrollades, El comunismo chino. El socialismo britinico. La sociedad fabiana, El sogialisme y la sociedad opulenta. Capitulo 22. — La reestructuracién de la economia politiea: Margina- lismo y optimizacién. (1) Los precursores y Jevons . a La revolucién marginalista, Los precursores. Jevons. La influencia de Jevons. Capitulo 23,— (2) La escuela austrfaca: La utilidad . Menger. El ambiente intelectual. Los bienes econémicos y su valor, La teoria de la imputacién, La teorla monetaria, Menger y los métodos de las clencias sociales. Wieser y Béhm-Bawerk, Capitulo 24, — (8) La escuela de Lausana: El equilibrio general . Walas, padro ¢ hijo, Walres y Coumot. El equilibrio general. La snfluen- cia is. Leontief. Pareto. ‘Capitulo 25. — (4) La escuela de Cambridge. La superacién de la ofer- tay lademanda . . . . 1 1 fo oY Marshall. Pigou y la economia del bienestar. Pigow y Keynes, La nueva economia del biencstar. La competencia imperfecta: Sraffa, Chamberlin . La teoria _monetaria: Marshall. Robertson. Los ecanomistas ford: Harrod y Hicks. La escuela londinense de economia. Capitulo 26.—De Wicksell a Keynes: La irrupcién del andlisis mone- tarioy de larenta. 2... ae ny El dinero neutro, Wicksell. Los contemporincos de Wicksell. Oblin. Myr dal, Keynes. La evolucién posterior de la economia politica keynesiana, La economia politica, antes y después de Keynes, Capitulo 27.—El pensamiento econémico en los Estados Unidos. Or- todoxia y disensiin. 2... , oe Newcomb. Walker, J. B. Clark. Fisher. Los coutemporineos de Fisher. La economia politica institucional. Veblen y Ia critica de la civilizacién de los negacios. Mitchell y el estudio de los ciclos de los negocios. Cam- mys economia del trabajo, Las escuclas amerieanas de pensamiento. amuelson, 12 Indice de materias 589 617 74 Capitulo 28.—De la economia politica a la econometria. . 2. 748 Los pioneros americanos de la econometria, La teoria de las decisiones. ‘La programacién mateméties, Wald y la teoria del equilibrio. La econo- metria en Europa. Francia, Notas bibliogrdfieas 6... ee 85 Indice alfabético . . “ ‘ 895 Indice de materias 13 1 De la Biblia a Platon Los origenes de la Civilizacién Occidental Se ha dicho que la historia es el campo de estudio en el que no se puede empezar por el principio. Si tuviéramos que buscar el origen de todas las ma- nifestaciones del pensamiento econémico, tanto las explicitas en los libros, registros de negocios, testamentos y cartas, como las impVicitas en las institu- ciones y formas de vida, habria que remontarse demasiado lejos en Ja prehis- toria, Mas cerca de nuestros tiempos, podemos buscar indicaciones del pen- samiento econémico durante las Edades de Piedra, Bronce y Hierro. Mas tar- de atin, hacia el 3000 a. C., podemos encontrar una floreciente civilizacién urbana en la India, civilizacién ésta que rivaliza con las de Egipto y Babilo- nia, Si bien en estas tegiones la industria estaba avanzada y existla un prés- pero comercio, la situacién era por entonces bien distinta en Europa al nor- te de los Alpes. La barbarie continué alli durante otros dos o tres mil aiios, y los predecesores de la raza nérdica, todavia salvajes, Hevaban una misera vida, alimentindose de crustéceos y de caza, a lo largo de la costa del mar Biltico. Las civilizaciones de la antigua India, Egipto, Babilonia y otras viejas culturas han desaparecido, Los vineulos entre sus sistemas de valores y sus realizaciones y los de nuestra propia civilizacién occidental son sumamente débiles, Es indudable que si quisiéramos utilizar el método del contraste para poner de relieve las caracteristicas de nuestra propia civilizacién, lo mejor serfa compararla con las civilizaciones de los hombres primitives o con las ya posteriores de la India, Egipto 0 Babilonia. Sin embargo, ésta es una tarea que en la divisién académica de estudios est4 asignada a especialistas que no son precisamente los estudiosos de la economfa, Lo mismo podemos decir sobre la comparacién de nuestra civilizacién con la vida econdmica de los actuales pueblos primitives, tema éste que entra en Ja jurisdiccién de los antropélogos. La Civilizacién Occidental no tiene su origen en las antiguas India, Ba- bilonia o Egipto, sino mas bien en las civilizaciones de los hebreos de los De Ja Biblia a Platén «15 tiempos bfblicos y en las de los griegos de la época cliisica. ‘Tres religiones universales y la ley moral han brotado de la herencia hebraica. Grecia ha inspirade el amor por la belleza y la busqueda de la sabiduria, Asi se ha di- cho que es en el siglo v a. C. cuando tuvo lugar la maxima eclosién de la actividad intelectual y estética que el mundo haya conocido jamés... Nada tiene, pues, de extrafio que geneticistas tan grandes como Galton y Bateson hayan expresado su conviecién de que el climax de Ja evolucién humana fuera alcanzado por los griegos del Atica en cl siglo v a. C. Mas atm, fue aproxi- madamente en la misma época cuando la religién de Israel aleanzé su mayor expresién en Jos libros del Deutero-Isaias y de Job. La altura representada por éstos no ha side jamds superada por el monoteismo pura- mente ético.” Con los griegos del siglo v, comienza la época del hombre, es decir, su eman- cipacién de la magia y de la astrologia, de la transmigracién de las almas, de Jas reyes divinizadas y de los dioses mas humanos que divinos. La época 16- gica difiere tante de la época prelégica de los salvajes como de la época in- mediatamente precedente de las civilizaciones del Oriente Préximo, en su estado empirico del pensamiento légico, «donde el més alto pensamiento es completamente légico por regla general pero sus sanciones le vienen como resultado de la experiencia y no de los canones formales de pensamiento». La época légica del hombre sefiala también la elevacién del individuo que empieza a «recibir reconocimiento formal en Ja religién y en 1a literatura, siendo proclamada por primera vez en la ensefianza ética su responsabilidad personals, Como el mismo autorizado autor afiade, «es significative que des- pués del siglo v a. C. no puede detectarse ningtin cambio fundamental en la maxima realizacién de las formas de pensamiento del hombre. Durante los tiltimos 2500 afios el hombre civilizado ha pensado fundamentalmente en la misma forma». Afirmaciones de esta clase no son de ningtin modo puntos de vista de un pensador aislado. Gilbert Murray, sobresaliente estudioso de la civilizacién cldsica, comparte la opinién de Albright de que «en los reinos de la metafisica o de la moral, pocas han sido las nuevas ideas desarrolladas por Ja mente humana, desde el siglo rv a. C.x,? EL PENSAMIENTO ECONGMICO EN LA BIBLIA Muchos pasajes de la Biblia confirman el valor del buen vivir, Dios pro- mete bendecir a los hijos de Israel con Ja abundancia en la tierra de la que mana leche y miel, a fin de que ninguno de ellos se encuentre en necesidad (Deut. 3:8; 15, 4), «La Ley Je fue dada al hombre para que pudiera vivir por 18 Ef desarrolio def pensaminto econdmico ella, no para que muriera por ella.»* La regia moral bésica eAma a tu préjimo como a ti mismo» no puede ser interpretada mds que en el sentido de que el amor hacia uno mismo no sélo es natural, sino bueno. «Una moralidad sana debe tener en cuenta en la misma medida los propios intereses y los de Jos demés.»* La abnegacién y la austeridad no pueden ser tomados como fines en s{ mismos. El gozo no debe ser evitado porque sea malo en sf mismo, sino por causa de los demas, del pobre o del disminuido en una u otra forma. En la época de la recoleccién, el creyente no debe segar el campo hasta sus rin- cones mds recénditos, ni recoger las espigas extraviadas, Estas deben dejarse para los pobres y los forasteros (Lev. 19:9). Del mismo modo que el pobre esté protegido por una serie de disposici nes —su derecho cada tres afios al diezmo (Deut. 14:28), su participacién en las fiestas (Deut. 16: 11, 14), también est4 regulada con detalles la protec- cién del trabajador. Un patrono no debe negarle su jornal al finalizar el dia (Lev 19:13), no debe tampoco exigirle un horario de trabajo excesivamente prolongado, ni atin en el caso de que le pague un jornal mas alto del normal. Si un jornalero ha terminado su tarea antes de que termine el dia, s6lo se le puede exigir que realice un trabajo suplementario de cardcter ligero, Un ar- tesano al que se ha contratado para que ejerza su habilidad, no debe realizar otras tareas. El Sabado judio La piedra angular de la legislacién social biblica es el Sébado, el dia se- imanal de descanso, de relajacién y de diversion; dia que debe disfrutar tan- to el duefio de la casa y su familia como el esclavo, la sirvienta o el forastero que se encuentre con ellos, La institucién del fin de semana fue una inven- eidn social que no encuentra parangén ni en Grecia, ni en Roma ni en ninguna de las otras antiguas culturas, La esclavitud Otro rasgo tinico de la ley bfblica es el mandato de Ia liberacién periédica de los esclavos de raza israelita, Deben servir durante seis afios y ser puestos ‘en libertad en el séptimo junto con sus esposas; debe entonces proveérseles generosamente de alimentos y de otros articulos para que puedan empezar una nueva vida por sus propios medios (Deut. 15:12). A los esclavos israelitas no debe tratarseles con dureza (Lev. 25:46) y si uno se fuga no debe ser en- tregado a su duefio. Podra vivir en el lugar que escoja y no deberd molestir- sele (Deut. 23:16). Esta disposicién ha sido interpretada como equivalente a una abolicién de la esclavitud. Esta en la misma linea que las peticiones de Jeremfas (34: 8-22) y Levitico (25:89). Mientras que ni siquiera un buey debe De Ia Biblia a Platén 17

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