EL POLICIA QUE LLOR.

Eran las siete y media de la maana, Miguel ya tena puesto su uniforme, tomaba su taza de caf
hirviendo, como a l le gustaba, y se dispona a marcharse a su trabajo como agente de la Polica
Nacional en la ciudad de Sevilla.
Escuch cmo se abra la cerradura de la puerta de su casa y se extra. Su padre se iba a trabajar a
las cinco de la madrugada y no regresaba hasta las tres del medioda, su madre an segua en la
cama, as que se puso en pi y, ladeando la cabeza, mir hacia el pasillo para ver quien abra la
puerta.
-Pap, ocurre algo?- pregunt extraado el joven.
-No te preocupes hijo, no pasa nada, solo que he dejado el trabajo-respondi el hombre con la
cabeza alta y mirndolo a los ojos.
-Perosi llevabas en esa carnicera ms de 30 aos, qu ha pasado?
-S, hijo, sims de treinta aos cortando carne podrida, haciendo todos los das lo mismo an sin
estar de acuerdo con lo que mi jefe me ordenaba, pero lo haca por ti y por tu madre. Hoy, nada ms
llegar, me ha vuelto a pedir que lavase la carne con leja para quitarle el olor a podrido y poder
venderla, me he negado y me ha despedido.
El joven se qued mirando a su padre, se acerc a l y, al tiempo que le daba un abrazo, le dijo:
-Has hecho lo correcto, pronto encontrars otro empleo, eres un buen trabajador. Me voy a la
comisara, que se me hace tarde.
El padre qued sumido en sus pensamientos, ya no era tan joven, le resultara difcil encontrar otro
empleo.
An no eran laS once de la maana cuando se escuch de nuevo cmo se abra la cerradura. En esta
ocasin fue el padre el que se apresur a ver quin era.
-Hijo, ocurre algo?, no te esperaba hasta las cuatro
-No te preocupes, pap, no pasa nada, solo que he dejado el trabajo- respondi el joven con la
cabeza alta y mirndolo a los ojos.
-Perosi ser agente de polica era el sueo de tu vida, qu ha pasado?
-S, pap, mi sueo era ser polica para poder servir y ayudar al ciudadano. Hoy mi jefe me ha vuelto
a pedir que vaya a ejecutar un desahucio ordenado por el juez, en esta ocasin de una anciana y su
hijo minusvlido. Le he dicho que yo no me hice polica para echar a la gente de sus casas y, ante su
amenaza de expedientarme, le he entregado mi placa y mi arma y me he marchado de all.
El padre se qued mirando al joven y le dijo:
-Has hecho lo correcto. Te acuerdas de aquella carnicera que siempre quise poner?...pues creo que
la pondremos entre los dos!HAY QUE TERMINAR CON TODO LO PODRIDO DE ESTE PAIS!