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NI UN PASO ATRÁS

Segundo resumen sobre las jornadas del Histórico Juicio


Por Diego Sánchez - La COOPE (San Rafael)

Lo que sigue, es un segundo resumen del histórico juicio por delitos de Lesa Humanidad que se que se
lleva adelante en la ciudad de San Rafael1. Desde el final del primer resumen a esta parte se han vivido 12
jornadas verdaderamente intensas y se han dado a luz muchas verdades: nombres, lugares,
complicidades eclesiásticas y políticas, metodologías y prácticas comunes. Todos estos son frentes que
por fin se han abierto y en los cuales la justicia debe investigar. Urge entonces, levantar la bandera que
nuestra Madres nos han legado: NO DAR NI UN PASO ATRÁS.

I- INSPECCIONES POSTERGADAS

El resumen de las primeras 10 jornadas del juicio terminaba planteando que el lunes 26 de julio, el
Tribunal Federal Oral N º 2 realizaría una inspección ocular en una vivienda de la segunda cuadra de
Comandante Salas donde funcionó el D2 (área de Inteligencia de la policía). En el juicio se dijo que allí
podrían haber enterrado documentación pertenecientes a muchos de los hoy ‘desaparecidos’2.
Tanto ésta, como otras posibles inspecciones a lo que fuesen los centros clandestinos de detención (CCD)
terminaron siendo postergadas para mas adelante, de modo que sea posible hacerse de mas información
a través de los datos aportados por los futuros testimonios.

II – TESTIMONIOS

Testimonio voluntario y las marcas del ACV: Don Aldo Soto,

‘No me citaron, no vengo como testigo, vengo como un torturado más’. Con estas palabras comenzó don
Aldo Jesús Soto (67) su tan esperada declaración. Cargado de crudeza y de dolor don Aldo, quien padece
las secuelas de un ACV3, relató cómo fue detenido entre el 24 y el 25 de marzo de 1976 por un militar -el
sargento Olguín- y un policía que estaba al frente del destacamento de Agua del Toro, lugar donde
trabajaba junto a más de 1000 obreros, representándolos además como delegado gremial de la UOCRA.
Además de recordar nombres y lugares, detalló su segunda detención, el 16 de febrero de 1977, cuando
un grupo de militares lo sacó de su lugar de trabajo junto a Emilio Sánchez, también delegado gremial, y
trasladado a los cuarteles del Ejército en el distrito de Cuadro Nacional donde fue brutalmente torturado
mientras le pedían información sobre la montonera ‘Susana Sanz de Llorente’. ‘No sé cuánto, pero la
tortura fue tanta que en un momento caí desmayado. Para cuando me levanté recuerdo a un hombre que
tenía la cabeza en mi corazón y les decía al resto: ‘¿se nos fue la mano?’ a lo que otro respondió ‘lo
tiramos al pozo sino’. ‘Me habían golpeado tanto en los testículos’…recordó don Aldo.
Soto recordó además que luego de eso lo llevaron a la galería donde estaba el Teniente: ¿Qué te paso?-
Nada le dije (siempre había que decir que uno estaba bien), aunque estaba todo ensangrentado. -¿No vas
a decir nada no? sentenció quien, según el testigo, era el teniente Aníbal Guevara.
De ahí lo subieron al camión, donde también subió el teniente a quien llevaron a su casa del barrio Sat
para luego dejarlo a él cerca del lo que era el expreso Malargüe. ‘Que nunca sepamos que seguís en el
gremio porque sabemos que tenés un hijo de 4 años y una beba de 6 meses’. Lo lograron -sentenció con
lágrimas de impotencia don Aldo-, me dejaron callado por más de 30 años.

De clarinetes y cursos de tortura: el testimonio de Reyes Aramayo

Roberto Reyes ya era músico de la Banda de la Policía cuando fue el golpe militar de 1976. Sin darle
espacio a demasiadas preguntas lo mandaron a custodiar durante 45 días junto a otros policías la
Departamental. Allí conoció a varios detenidos y tuvo buen trato con ellos ayudándolos inclusive en más
de una oportunidad4. Si bien este policía figuraba en el acta de liberación de Tripiana, en su testimonio
1
Las 12 jornadas realizadas entre el lunes 26 de julio y el jueves 19 de agosto de 2010
(http://www.scribd.com/doc/34784383/Resumen-Primeras-10-Jornadas-Del-Juicio-San-Rafael) .
2
La vivienda fue sede en los años 70 de Sanidad Policial en la planta baja, mientras que en el piso superior funcionó el temible D2
Policial, a cuyos integrantes de la época se acusa de haber ido "marcando" a dirigentes políticos, gremiales y militantes sociales. En
esa vivienda ya hubo años atrás una inspección ocular dispuesta por la Justicia Federal por otra denuncia que llegó a ese organismo.
Al parecer cuando ocurrieron los hechos el patio de esa casa era de tierra, pero en la actualidad está totalmente emporlado, donde
existe una tapa de cloacas y una rejilla.
3
Soto sufrió un severo accidente cerebro vascular en el año 2001 y las tomografías que le realizaron mostraron que antes había
sufrido otros tres, el primero…en 1977. Según los médicos estos ACV podrían ser consecuencia de los golpes sufridos durante su
detención.
4
El ex Gobernador Martínez Baca necesitaba gotas para los ojos, y él personalmente fue hasta su casa a pedírselas a su esposa,
arriesgándose a ser tomado como traidor. En otra oportunidad, la madre de uno de los detenidos, Alfredo Porras, que le llevaba
dijo ignorar qué fue de él luego de que saliera del edificio. ‘Sé que lo subieron a una camioneta y se lo
llevaron junto a otros liberados, pero ignoro cuál fue su destino’, sentencio Reyes.
Como hasta ahora viene sucediendo con la mayoría de los uniformados que declaran, Reyes dijo ignorar si
en la Departamental se realizaban torturas o si había maltratos.
Habiendo transcurrido más de dos horas de declaración y cuando parecía que la testimonial llegaría a su
fin, se produjo un giro importante en la declaración de Reyes. Ante una pregunta del querellante Pablo
Salinas sobre la formación del testigo, el ex militar confesó haber participado de un curso ‘antiguerrilla’
en el norte del país cuando todavía era cabo del ejército. ‘Yo me anoté para hacer el curso porque me dijo
mi padre, que era militar, todos los cursos que puedas hacer, hacélos.’
Mientras Ernesto Che Guevara se encontraba en Bolivia, en el año 1967, alrededor de 20 rangers
norteamericanos -ex combatientes de Vietnam- y un número similar de militares argentinos dieron un
curso antiguerrillero para 200 oficiales y suboficiales en Salta, provincia en la que también aparecieron
focos de subversión por la época. Ante la pregunta de si en el curso le habían enseñado métodos de
interrogación, Reyes explicó al tribunal que ahí les enseñaron ‘como extraer, mediante tortura,
información necesaria’. Incluso detalló algunas de las técnicas adquiridas. ‘Por ejemplo, estaquearlos con
correas mojadas y a medida que se secaban, cortarles los párpados, y llegado el momento se volvían
locos porque no podían cerrar los ojos, les tiraban sal, estaban al rayo del sol –detalló–. Otra tortura era el
submarino, había métodos de tortura como colgarlos de las manos, llegando al momento se
descoyuntaban’. Para Reyes, sin embargo, las técnicas que traían los rangers ‘las conocía todo el mundo,
no venían con nada nuevo: picana, sumergir a las personas, les colocaban bolsas en la cabeza,
inyectables para que se desesperen, griten, pedían que los mataran’. El objetivo era inequívoco: ‘La
finalidad de esa tortura era extraer información’, confirmó Reyes, quien aseguró además que ‘en esa
situación límite dicen cualquier cosa con tal de salvarse’. Durante el entrenamiento, además, recibieron
manuales -en inglés- y hasta un diploma al finalizar.
Es curioso el hecho de que dos semanas después, cuando Roberto Reyes fue citado nuevamente ante el
tribunal para mostrar detalles de los manuales que el mismo decía conservar, el hoy integrante de la
Banda de Música se mostró mucho más cauteloso a la hora de hablar, inclusive casi que se desdijo de
algunas de las afirmaciones realizadas semanas atrás. ¿Qué pasó? En palabras del querellante Pablo
Salinas, pasó que 'aunque su testimonio no dejó nuevos detalles sobre la comisión de crímenes de lesa
humanidad en Mendoza durante la última dictadura, sí demostró que efectivamente hubo un plan
sistemático de terrorismo de Estado que se comenzó a preparar en los años sesenta para ponerse en
marcha en los setenta’. Esto complica a los imputados, que son parte de la misma fuerza a la que
pertenece Reyes.

El paso del tiempo y el valor de la verdad: Doña Julia Santos de Dauverné

Verdaderamente emocionante fue el testimonio de doña


Julia Santos de Dauverné quien básicamente ratificó los
dichos de su hijo durante su indagatoria. Perseguida toda
la familia por su filiación con Susana Sanz, Julia contó la
violencia con la que actuaron los policías y militares que
allanaron su casa cuando se llevaron preso a su esposo y
más adelante a su hija y a su yerno.
En un momento de su relato, la mujer de 86 años se
emocionó recordando una etapa de su vida ‘que los dejó
marcados para siempre’. Cuando detuvieron a la hija de
la Sra. de Dauverné, ésta estaba embarazada y tenía un
bebé de 1 año y tres meses. ‘Ya se hablaba de que a las madres les quitaban sus hijos y las mataban, por
lo que mi hijo (refiriéndose a Armando Dauverné), fue a buscar al bebé a la Departamental y volvió con él
llorando a la casa’, dijo la mujer. Paralizada quedo la sala cuando en medio de las lágrimas de Doña Julia,
un joven se levantó lleno de bronca e impotencia y salió de la sala para desahogarse afuera. Era
Sebastián, el nieto bebe del que se estaba hablando… 34 años despues.
En relación al imputado Labarta doña Julia dijo haber sido testigo de cómo este ex integrante del D2, ‘se
infiltraba en todo tipo de reuniones para recopilar datos que le sirviesen al organismo para futuras
detenciones’. También confirmó el hecho de que hace poco tiempo atrás este mismo personaje la
amenazó en la calle diciéndole ‘tené mucho cuidado con lo que digan, porque todavía tenemos los
archivos y podemos volver’. Por este motivo, la Fiscalía pidió compulsa penal contra el imputado.
Dura fue la respuesta de doña Julia ante la pregunta del Dr. Burad sobre si creía que su marido pudiese
declarar: ‘mi marido ya no puede hablar de esto, está muy grande y no para de llorar; todos estos
muchachos que desaparecieron eran como sus hijos. Esto ha sido un poco tarde, quizás hace diez años
atrás él podría haberlo hecho’.

comida todos los días, le dijo que ‘cómo sabía ella que esa comida le llegaba a su hijo, si no tenía certeza de que estuviera con vida’.
Por este motivo le permitió entonces al detenido, salir al patio que llevaba hasta los baños de bomberos y que su familia lo viera
desde la esquina del hogar Las Mercedes para que comprobaran que estaba bien.
De silencios y otras complicidades: dos ex-policías

Los dos fueron policías que tuvieron contacto con los desaparecidos Berón y Osorio cuando estaban
presos en 1976. De la declaración de Roberto Parra, quien figuraba en los libros de novedades de la Policía
de 1976 como presente al momento de la presunta liberación de Roberto Osorio, se pudo saber -con
mucho esfuerzo- que cuando Osorio salió al patio de la Departamental escuchó algunos gritos y recibió la
orden inmediata de su superior de volver a su puesto, que estaba algunos metros atrás antes de la salida
y era precisamente donde se anotaban los ingresos y egresos de detenidos al edificio donde funcionan
ahora los tribunales provinciales. El testigo declaró que en más de una ocasión ‘vio como Ruiz Soppe y el
Mayor Suarez llegaban con detenidos5’ y que además, Mussere trabajaba siempre en las oficinas de arriba
de la Departamental junto al ya mencionado Suarez. También se pudo confirmar que ya desde antes del
Golpe de Estado se realizaban requisas y detenciones en las casas -sobre todo en el Pueblo Usina, Pueblo
Diamante y Barrio Constitución- por parte de las fuerzas policiales. Fue importante un dato que la fiscalía
le pudo sacarle a Parra luego de recordarle una declaración anterior6: ‘que muchas veces vio sangre en
donde él trabajaba’.
Por su parte, en un testimonio lleno de silencios, complicidades y contradicciones, el ex chofer de la
policía Héctor Rodríguez, quien figura en los libros de novedades como uno de los policías que trasladó a
José Berón desde el lugar de su arresto hasta Infantería y luego hasta la Departamental, sólo confirmó que
participó de la detención de Berón pero que no tuvo participación en la desaparición, que el operativo
estuvo a cargo de la Policía y además identificó al cabo primero Juan Cortés como encargado del grupo,
pero no pudo recordar a los otros participantes.

Últimos contactos y complicidad de la justicia: Alfredo Porras

Alfredo Rafael Porras llevaba tres años como abogado cuando el 24 de marzo de 1976 un grupo de
militares y policías se presentó en la finca donde vivía, junto a su esposa, embarazada de seis meses.
Luego de labrar un acta, un oficial del Ejército le comunicó que quedaba a disposición de las Fuerzas
Armadas. De esta forma Alfredo comenzaría un camino que lo mantuvo 14 meses encerrado. El primer
sitio fue la sede de Infantería de San Rafael, donde estuvo dos días encerrado junto a Francisco Tripiana.
Según explicó Porras, durante la noche que estuvo en Infantería, un grupo de uniformados preguntó por
Osorio y lo sacaron de la celda, minutos después vinieron por él y juntos fueron encerrados en un garaje
abierto, custodiado. En mitad de la noche, nuevamente lo llamaron a Osorio y lo sacaron del lugar en el
que estaba junto a Porras. Fue la última vez que el testigo vio a Osorio, ya que, supuestamente, fue
trasladado al centro de detención conocido como Casa Departamental, donde su ingreso figura a las 2.20
y su egreso a las 2.35. Cuando amaneció, Porras fue devuelto con sus compañeros y, luego, fueron todos
trasladados –lo mismo que Osorio- a la Casa Departamental, donde el testigo compartió celda con
Tripiana, López7 y el ex gobernador José Martínez Baca. Según Porras, él no fue sometido a torturas,
aunque pudo observar cómo llegaban detenidos políticos con indudables marcas de haber sufrido los
castigos de militares8. Según las conjeturas de Porras, los imputados Guevara y Mussere, junto a Suárez,
un suboficial de apellido Alonso y un policía ya fallecido, Daniel López, formaban un grupo de tareas.
Aseguró que lo incluía a Guevara, no por haberlo visto durante su encierro, sino porque era el ‘nexo con
los familiares de los detenidos’. Previamente a su traslado a Mendoza y luego a la Unidad 9 de La Plata,
Porras compartió las últimas horas de vida de Tripiana, antes de que este engrosara, igual que Osorio, la
lista de los desaparecidos. Según Porras, una noche, ‘a Tripiana le dijeron que quedaba en libertad y lo
llevaron a un salón donde le hicieron firmar un papel’. Desde la mirilla de la puerta de la celda, logró verlo
al Negro, que, muy serio, miraba hacia donde estaban sus compañeros de celda y escuchaba al médico,
Cristóbal Ruiz Pozo preguntarle: ‘Negrito, ¿estás bien?', sin siquiera revisarlo. Al otro día, cuando la familia
de Tripiana le llevó comida, sus ex compañeros de encierro se enteraron de que el supuesto liberado no
había llegado a su casa. ‘Tomamos conciencia de que las cosas estaban mal a partir de Tripiana’, explicó
Porras y agregó que el Negro ‘estaba muy serio, como presintiendo que algo estaba mal’. Según explicó el
testigo, que durante la democracia fue juez de la Suprema Corte durante año y medio, para luego
convertirse en ministro de Gobierno con Gabrielli. Una vez en libertad, se contactó con un sindicalista,
Telmo Zapata, que fue liberado la misma noche que Tripiana. Zapata le aseguró que fueron conducidos
todos los liberados en un celular policial y que a Tripiana lo dejaron para el final del recorrido.
El relato de Porras también dejó en claro que existió complicidad judicial, ya que afirmó que el juez de
Instrucción, Bernardo de Quiróz, ya fallecido, acompañó a Suárez varias veces a los calabozos de la Casa

5
Hay datos comunes que marcan que Ruiz Soppe siempre andaba junto al suboficial Sola y que el ‘Colorado’ Suárez lo hacía con el
suboficial Alonso.
6
Del año 2007 ante el juez Acosta.
7
El querido ‘Flaco’ López, quien ya no esta entre nosotros, dejó antes de morir un video testimonial en donde relató su largo
proceso de detención. El mismo, fue ‘observado’ con profundo detenimiento y respeto por el tribunal y la audiencia toda.
8
Así confirmó el testimonio dado por Luis Barahona, quien acusó a Mussere de haberlo golpeado y de luego haber sido torturado en
la Municipalidad de San Rafael
Departamental y, si bien defendió el accionar de algunos jueces que, según Porras, no actuaron por
miedo, el caso de De Quiróz aseguró ‘es inexplicable’. El calvario de Porras duró un año y dos meses. Fue
liberado finalmente en La Plata, junto a Luis Barahona.

Heridas abiertas: la esposa de Osorio y la hermana de Sandoval

Los testimonios de Josefina González de Osorio y de Angélica Sandoval estuvieron unidos por dos notas
comunes: las lágrimas constantes y la persistencia del miedo.
Josefina explicó, en un testimonio varias veces interrumpido por su llanto, que fue detenida la madrugada
del 24, junto a su marido, y que ambos fueron trasladados a Infantería. De ahí, ella fue trasladada a la
Casa Departamental y, finalmente, a la Cárcel de Encausados, en la que estuvo casi dos meses. La noche
de la detención, los dos se encontraban con su hijo de un año en la casa de los padres de ella, cuando
apareció un grupo de soldados que puso a Osorio y al padre de la mujer contra la pared. ‘Los uniformados
comenzaron a pegarles y a insultarlos’, recordó la Josefina. Tras su liberación, la viuda de Osorio y
sobreviviviente del horror, explicó que tanto su papá como la mamá de Osorio lo buscaron por todas
partes y que un militar les dijo que no preguntaran más, ‘porque si uno desapareció, podía desaparecer
toda una familia’. La mujer dijo que le llegaron rumores de que el cuerpo de su marido había sido
encontrado camino a Mendoza y que aún vive con mucho temor, por eso, ante una pregunta del tribunal,
alegó que espera “nunca más” vivir algo similar.
Por su parte, Angélica Sandoval, mujer de 65 años lloró casi durante todo su testimonio, mientras hablaba
de su hermano y de un primo que tampoco volvió nunca más a su hogar. Una noche se levantó y vio
muchas personas de civil en las inmediaciones de su casa. Habían ido a buscar a Pascual Sandoval. Como
no lo encontraron se fueron a buscarlo a una finca en la que trabajaba cosechando uva: ‘luego de
secuestrarlo lo ataron con un alambre, fue horrible lo que le hicieron’. En medio de su llanto, la mujer dijo
‘por mí no estaría aquí, pero lo hago porque es obligación y además porque era mi hermano; tuve miedo y
aun tengo miedo. Y mirando a los ojos de los imputados culminó: ‘Esto lo van a tener que pagar, hemos
sufrido mucho’. Debo decir que en ese momento, las lagrimas de dolor en los ojos de Angélica eran las de
todos nosotros…los que presenciábamos ese día la audiencia.

Entre el estigma y el honor: el testimonio de los hermanos Berón

Juan Carlos, Luis Abelardo y Jorge Valentín, todos ellos hermanos del desaparecido ‘Pepe’ Berón y
miembros de una reconocida familia de militantes de la base peronista se explayaron en sus testimonios
contándole al tribunal los detalles de una experiencia común: todos ellos fueron detenidos un mes antes
del Golpe de Estado, torturados, trasladados a Mendoza, luego a La Plata y finalmente liberados.
La primer declaración comenzó con Juan Carlos: ‘fui detenido por el ejército, mientras estaba tomando el
turno noche en la fábrica de conservas de Cuadro Nacional en donde yo trabajaba’, señalo el mayor de los
hermanos.
El primer asiento de Berón fue la Unidad Regional II de la Policía local. En ese lugar comenzaron los
primeros actos de tortura por parte de uniformados hasta que escuche que alguien dijo: ‘aquí no hagan
nada, se lo llevan a otra parte’, así que de ahí salieron a buscar a sus hermanos. ‘Iba en el coche de la
municipalidad que manejaba un muchacho Benítez, chofer del intendente. Buscaron a Jorge y Luis,
recuerdo que yo les decía que eran niños, que no los buscaran a lo que Suarez me miró, me apuntó en la
cabeza y me hizo callar’.
Los Berón fueron pasados al predio de Infantería, donde les tocó vivir momentos de extrema angustia,
ante los inusitados actos de violencia que les propinaba personal del Ejército. Allí se encontraron con Aldo
Fagetti, uno de los desaparecidos durante esa época. El periplo de los tres hermanos continuó luego los
cuarteles de del ejército en Cuadro Nacional: ‘nos hicieron de todo, ‘lo único que falto es que me bajaran
los pantalones y me culiaran; palos, picana, trompadas e infinidad de cosas que uno no concibe…así nos
dieron’, dijo Jorge Valentín quien por esa fecha tan sólo tenía 17 años. De ahí al D2 de Mendoza para pasar
luego a la cárcel de encausados y culminar en un traslado masivo de presos políticos a la Unidad 9 de La
Plata9.
‘En el D2 de Mendoza donde fui torturado se escuchaban gritos
de mujeres que eran violadas por los policías y militares’, relató
Luis Abelardo, más conocido como el ‘Ruri Berón’ quien también
reveló con crudeza como en la cárcel de Mendoza lo ponían
contra la pared desnudo y le daban golpes con un garrote en los
testículos. ‘Allí estuvimos encerrados en condiciones
infrahumanas, en celdas de 3x2 y con 10 presos cada una, en
un régimen de 22 horas de celda por 2 horas de recreo’ (¿?)
agregó Jorge quien además contó una anécdota por demás
ilustrativa: ‘teníamos tanto hambre que un día un compañero
9
Se ha hablado mucho ya de ese famoso traslado en el Hércules en el que además de los hermanos Berón, también estaban Alfredo
Porras, Luis Barahona, Mario Bracamonte, Carlos Carulo, Don Ángel Bustello y Antonio Di Benedetto en muchos otros.
logró abrir la puerta de su celda , él nos abrió las nuestras; salimos corriendo a comer de uno tachos de
basura que había y a tomar agua ¡y es que hacía más de 10 días que no comíamos nada!’. En relación a
esto, Juan Carlos aseguró haberse ‘cansado de ver compañeros moribundos’.
‘Cuando salíamos al recreo jugábamos al Scrabell o a la payana y a veces hacíamos pequeñas obras de
teatros y también música; había que tratar de pasarla’, relato también el menor de los hermanos. Por su
parte, Juan Carlos contó que en la celda se la pasaba leyendo la Biblia, que eso lo tranquilizaba. Y que una
noche soñó con un avión grande, y por eso le dijo a un amigo que iba a haber un traslado. ‘Siempre tuve
sueños que más tarde se cumplieron’, sostuvo Juan Carlos a su vez que agregó que más adelante,
mientras lo trasladaban a La Plata, soñó con su hermano Pepe al cual lo mataban de tanta tortura. ‘Así
debe haber sucedido’, dijo con la voz entrecortada el mayor de los hermanos.
La experiencia de La Plata fue también muy difícil. Había cientos de presos políticos de las más variadas
edades10 y de todas las provincias cuyos testimonios en algunos casos eran mucho peores que lo vivido en
Mendoza11 . También sufrieron de torturas y pasaron hambre. Finalmente, primero le dieron la libertad a
Jorge Berón y meses después a los dos hermanos restantes. ‘Teníamos miedo cuando nos daban la
libertad…porque en ese momento podía pasar lo peor’, recordó Jorge mientras contaba como debieron
tirarse a un canal con agua cuando, una vez salidos de la Unidad 9, sintieron como un Falcon los iba a
buscar para matarlos.
‘Hasta el día de hoy me dicen que soy Montonero y me la tengo que bancar. Yo era pobre, y me había
dado trabajo Martínez Vaca. Yo no le hice mal a nadie y a mí me perjudicaron muchísimo. Siempre
quedamos marcados. Nunca más conseguí trabajo, a los quince días me decían ¿usted es Berón? y me
quedaba sin trabajo. Tengo dos hijos presos y sé que mi apellido tiene que ver con esto’, todo esto y
mucho más fue lo que dijo el mayor de los hermanos en relación a lo difícil que ha sido para ellos
reinsertarse en la sociedad después de aquellos años.
‘Hoy estoy declarando porque tengo tratamiento psicológico y psiquiátrico, sino no estaría. Yo hasta hace
poco no podía hablar de todo esto porque lloraba. Fue para nosotros una época aterradora. En la calle me
han gritado hasta tupamaro’, reconoció Luis ‘Ruri’ Berón señalando además que hasta el día de hoy sufre
de zumbidos constantes que no le permiten oír bien y que le perturban la cabeza, fruto de las torturas
vividas y sufridas.
‘Tengo los dientes muertos, y eso es consecuencia de que me dieron con todo…inclusive con electricidad.
Algo deberían tener ellos adentro para ser tan malditos. Yo tenía 17 años. Para cuando volví, las cosas
habían cambiado, mi cuñada esperaba un bebé y José ya no estaba (lagrimas…). Cambiaron muchas
cosas en mi casa, para siempre. Aquí pagamos los perejiles, nadie de arriba terminó detenido. Todos se
fueron antes12. Y hoy también siguen pagando los perejiles’, concluyo Jorge, el menor de los hermanos.

Finalmente y para completar el testimonio de estos familiares, también hizo su declaración Rosa Berón
Llano recordando detalles de la noche de la detención de sus dos hermanos menores y relatando además
como fue el proceso de búsqueda de su hermano desaparecido. ‘Sabemos que se lo llevaron de un
cumpleaños junto a otro muchacho y que de ahí lo trasladaron a la bodega de la calle Castelli 13, recordó
Rosa. Se sabe que Pepe Berón estuvo detenido desde junio hasta octubre del 76´y que compartió la celda
con algunos de los que hoy son sobrevivientes y testigos de este mismo juicio, como Roberto Flores y
Hugo Riera.
Categórico y reparador fue el presidente del Tribunal, Dr Roberto Burad quien ante la respuesta de Luis
Berón de que al día de hoy apenas completó la primaria al igual que sus hermanos le contestó: ‘hay
personas que son instruidas y personas que son inteligentes. Los Berón, son inteligentes’. Lo que vino
después fueron lagrimas (esta vez de alegría) abrazos y aplausos.

1º Descanso: SUEÑOS INESPERADOS Y UNA MILAGROSA CONEXIÓN

A lo largo de la testimonial de Don Juan Carlos Berón, el pudo relatarle al tribunal como transcurrían sus
días en las celdas. ‘Yo soy muy espiritual’, aclaró en más de una ocasión, a lo que agregó que siempre
tuvo sueños premonitorios. Si bien ya se contaron dos, en este pequeño ‘descanso’ luego de tanta
lectura cargada de emociones haremos transcripción de uno muy especial:
‘Tuve a todos mis hijos en mi pecho el día en que llegaron a este mundo menos uno, el que nació el 24
de marzo de 1976. Yo estaba detenido. Todos mis hijos han sido una bendición. Recuerdo que ese día
soñé que entraba una luz diáfana a la catedral.
Lo soñé, de verdad. Al levantarme supe que Marta había dado a luz’.

10
Jorge Berón contó que conoció un niño llamado Marcasiano que no tenía más de 14 años y que aparentemente lo tuvieron allí 15
días y que también vio un hombre de más de 80 años de apellido Pujol junto a su hijo.
11
Jorge también contó como un santiagueño le había relatado las torturas sufridas en uno de los CCD de su provincia antes del
traslado: ‘No sabes lo que nos hacían, nos subían al helicóptero, nos colgaban de los pies y nos daban vueltas cerca de los arboles’ le
dijo el sobreviviente. ‘Yo no lo podía creer, pero el se levanto los pantalones y me mostró las cicatrices’. Eso era brutal concluyó
Jorge con la voz entrecortada y con lagrimas en los ojos por tan doloroso recuerdo.
12
En clara alusión a Susana Sanz de Llorente.
13
En referencia a lo que hoy es la Bodega Garbin y que por entonces fue un campamento del ejercito en la zona céntrica.
El peso de la verdad y la muerte del Torturador: Mussere

El martes 4 de agosto y a tan sólo tres horas de haber finalizado la jornada en la que los hermanos Carlos
y Luis Berón testimoniaron gran parte del horror, el corazón del imputado José Martín Mussere dijo basta.
El director del penal Ricardo Gatica, detalló que alrededor de las 20 hs
el imputado sufrió de un paro cardíaco.
Mussere, que tenía 62 años y había nacido el 2 de diciembre de 1947,
se desempeñó como oficial de policía durante la dictadura y sirvió de
enlace con las fuerzas militares al mando del mayor Luis Suárez.
Durante el debate fueron varios los testigos que complicaron. Todos
coincidieron en la brutalidad y el desprecio para con los detenidos. Uno
de los testimonios más relevantes fue el de Luis Barahona, aunque
también lo mencionaron directamente Armando Dauverné y Alfredo
Porras, entre otros.
Merece recordarse aquí algo que fue característico de él en los días del juicio: Durante el mes que pasó
desde que se inició el debate oral y sus quince jornadas, Mussere siempre tuvo la misma actitud. Llegaba
con la cabeza gacha la mayoría de las veces, apoyado en un bastón y de a ratos tomaba notas, mientras
que en otros lapsos de tiempo parecía dormir o al menos simularlo. En algunos momentos, y cuando
algunos testimonios lo nombraban, levantaba la vista para mirar fijamente al testigo que lo mencionaba,
tal vez, queriendo demostrar un poder que ya no tenía sobre los mismos ex detenidos que 34 años
después relataban ante los magistrados cómo habían sido torturados mientras permanecieron encerrados,
principalmente en los calabozos de los tribunales sanrafaelinos, en un centro de detención que se
denominó Casa Departamental.
Con motivo de este fallecimiento, el tribunal suspendió la jornada del día siguiente y recibió por parte de
los abogados de la defensa un pedido para que los imputados vuelvan a prisión domiciliaria, pedido que
días más tarde fue rechazado manteniéndose así la cárcel común14.

Re-declaración de inocencia: Ruiz Soppe, segunda parte

Tras casi siete horas de declaración, y por segunda vez desde que se inició este debate oral el pasado 1
de julio, Ruiz Soppe negó haber sabido de la existencia de detenciones, secuestros o torturas durante el
ejercicio de su jefatura.
‘Yo no supe ni el por qué de esas detenciones, y si hubiera estado al tanto, hubiera detenido ese accionar’,
aseguró el imputado al tribunal, mientras señaló que en San Rafael ‘no existieron elementos subversivos,
ni de guerrilleros ni montoneros’, y que supone que los secuestros (sobre los que aseguró haberse
enterado años más tarde) ‘se debieron a pretender justificar una operación particular de los altos jefes
militares de esa época’.
‘A mí se me imputan los mismos cargos que al ex Jefe del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y desde
la policía sólo cumplimos órdenes establecidas desde el Ejército como prever el apoyo de personal y
movilidad’, se justificó Ruiz Soppe, quien está imputado y encarcelado por los delitos de `Privación
ilegítima de la libertad, Imposición de tormentos agravados, Homicidio calificado por alevosía y Asociación
ilícita'.
Soppe recordó que en los setenta ‘no era fácil desobedecer las órdenes del jefe del Ejército, Mayor Luis
Suárez’, un hombre a quien calificó como ‘ciclotímico y adicto a la bebida’. Según afirmó el ex jefe policial,
‘los imputados son inocentes y los culpables, o están muertos o no se conocen’.
Categórico fue el abogado de la querella al finalizar la cansadora jornada: ‘de hoy no sacamos nada en
limpio, sólo escuchamos los eternos versos de Ruiz Soppe, un cabrón con cara de cemento’.

¿Miedo, amnesia…aprietes?: la declaración de 2 municipales

Como consecuencia de la declaración de Carlos Berón, fueron llamados a declarar Juan Carlos Barreras y
el José ‘Burro’ Pérez quienes por aquellos años trabajaban en el cementerio municipal.
Berón había declarado que a la vuelta del cautiverio en La Plata, él solía ir al cementerio en búsqueda de
paz. Que en ese contexto conoció a estos dos hombres con los cuales solía hablar. Un día, en uno de esos
tantos diálogos le contaron que habían visto sacar el cuerpo de Rafael ‘Quico’ Rosales y agrandar esa
fosa. Y que en ese lugar días más tarde, personal del ejército que llegó en una camioneta, había echado
bolsas grandes y negras y que luego habían dejado tapado. Y que finalmente, con motivo de haber

14
El jueves 6 de agosto, y con motivo de la muerte de Mussere, el espacio ‘Memoria Verdad y Justicia – San Rafael’ realizó una
conferencia de Prensa en las instalaciones de la LV4. Fue claro el concepto vertido por Mariano Tripiana, quien, en representación de
todos los familiares de víctimas de la dictadura, dijo “darles arresto domiciliario no nos da la seguridad de que no pueda haber
represalias”, esto es por amenazas que sufrió un testigo de parte del único imputado con prisión domiciliaria, Raúl Egea Bernal.
“Pedimos cárcel común. Esto es parte de la memoria, la verdad y la justicia’, sentenció.
realizado una denuncia en DDHH, los militares se habían enterado y por ello habían vuelto para sacar
todo.
Todo esto que fue testimoniado por don Carlos, fue negado rotundamente por ambas personas. El primero
en testimoniar fue Pérez, quien prácticamente entró temblando y negando cualquier tipo de conocimiento
sobre lo dicho por Berón. ‘Yo nunca vi nada porque trabajaba de día’ se excusó, a lo que el presidente del
tribunal le aclaró: ‘Pero si yo no le dije que especificara nada…¿o acaso de noche pasaba algo? Ante ese
cuestionamiento Pérez se largó a llorar…’es que estoy enfermo y no quiero que se me ponga en tela de
juicio mi honestidad’, expresó.
Del mismo modo se expresó Barreras quien declaró no haber visto nunca nada, ni enterramientos, ni fosas
comunes. Y negó también los diálogos con Berón.
A todos los que estábamos presentes, nos quedo la duda de que había pasado para que ambos negaran
los dichos de Juan Carlos. Me pareció certero el comentario de una fuente reservada: ‘Hay aprietes en
todas partes Diego, también en la municipalidad’, me dijo. Y agregó: ‘no se quieren quedar pegado en
nada de esto, no te olvides que el viejo Chafí es pieza clave en estos años’. Comprendí una vez más como
pasado y presente tienen tanto que ver…más aun en San Rafael.

Los de arriba y los de abajo: Daniel Sandoval

Pequeño de estatura, pero grande en fortaleza y dignidad, Daniel Sandoval, se dispuso por fin a declarar
luego de largos años de silencio. Recordó que su hermano Pascual, que fue detenido el 26 de marzo de
1976, era un obrero rural que solía acompañarlo a las reuniones de la Juventud Peronista aunque no tenía
mucha militancia. De hecho, el personal militar que lo detuvo, lo hizo en una finca de Colonia Elena,
mientras se encontraba cosechando uva. Sandoval admitió que era peronista y militaba en Montoneros,
‘porque realmente el militante era yo, empecé a militar a los 18 años. Mi hermano me acompañaba, pero
no estaba tan metido en la política’. Al día siguiente de haberles allanado la casa la madre le comunica a
Daniel que su hermano había sido detenido, que lo ataron con alambre en los pies y las manos y lo tiraron
como un perro arriba del camión. Recordando lo que la noche anterior le había dicho el mayor Suarez
mientras le apuntaba con el revólver en la cabeza, acerca de que al último de la familia que mataría sería
a él, Daniel pensó: ‘este hijo de mil puta lo va a matar a mi hermano’.
Unido a la desaparición de Sandoval, su hermano Daniel reveló una circunstancia no conocida por los
magistrados. Según el testigo, en la misma finca se encontraba el primo de ambos, Jorge Hugo Sandoval,
quien estaba haciendo el servicio militar en Córdoba. Fue esa circunstancia lo que determinó el destino de
este último, ya que, mientras se detenía a Pascual Sandoval, uno de los militares lo reconoció y le
preguntó si tenía algún lazo con el detenido, a lo que Hugo respondió que era su primo. Sin inmutarse, el
militar le respondió ‘entonces miralo bien porque no lo vas a ver nunca más’, lo que finalmente ocurrió,
pues Pascual Sandoval jamás apareció. Sin embargo, el destino de Hugo quedó sellado en ese diálogo, ya
que unos días después salió de su casa hasta un almacén cercano, y su familia no volvió a saber de él.
‘Cuando a mí me dicen que desaparece mi primo yo dije: a mi hermano lo mataron. Nunca se lo quise
confesar a mi mamá. Mi familia nunca se enteró de mi boca, pero en este juicio se van enterando de todo
porque yo me lo guardé para mí. Yo creo que mi hermano se la jugó por mí, para que a mí no me
mataran’, señalo llorando Daniel y agregó ‘Estos señores no tienen alma. Yo no lo niego, fui del PJ, estaba
en la línea de los Montoneros, pero acá en San Rafael ¿qué mal hicimos? Ir a una villa a llevar zapatillas, a
arreglar un techo’.
Finalmente, y al igual que Jorge Berón, Daniel sentenció: ‘¿cuántos doctores, cuantos abogados, cuantos
gremialistas de primer nivel fueron desaparecidos? Pocos, casi ninguno. La mayoría de los desaparecidos
fueron gente humilde, como mi hermano, que no tenía 3º grado. Se llevaron 4 locos que trabajaban en los
barrios llevando mercadería15. En esta historia, sólo pusieron el cuerpo los de abajo’.
‘Yo creo en Dios y creo en la justicia. Quiero que se haga justicia y que estos señores digan donde están
mis hermanos, todos, Pascual y mis demás compañeros’, concluyó entre lágrimas Daniel.

Las piletones del militar ‘Atencio’ y dos testimonios cruzados

El periodista Osvaldo Barroso fue citado a declarar por algunas informaciones con las que se sabia, el
contaba. Así lo hizo, revelando por ejemplo que mientras estaba un día en un acto en la Plaza de la
Memoria, se le había acercado un ex enfermero de nombre Juan Funes y le había confiado que el había
visto que en Sanidad Policial donde funcionaba el D2, había ficheros con nombres que ‘estaban marcados’
y que además el sabia que por un caño que daba a un pozo, se tiraban papeles con información de los
detenidos. En relación a esto, Barroso relató que Juan Funes tenía un hermano en Goudge que militaba en
la JP y que un día un encargado lo llamó, le mostró que su hermano tenía en el fichero una marca roja y le
exhortó finalmente que le avisara para que se fuera de San Rafael.
Finalmente el periodista arrojó otro dato revelador: contó que una tal Carmen Carrasco se le había
acercado a decir que su padre, que era peón, había sido testigo de cómo en la finca del militar Atencio
-ubicada en El Usillal- habrían arrojado bultos en unos piletones.
15
En alusión a los cuatro desparecidos por los cuales se lleva adelante este juicio.
Por este motivo el tribunal mando a llamar a esta mujer quien confirmó lo dicho por Barroso, nada más
que aclarando que tenía 18 años cuando su padre le contaba que veía como echaban bultos en los
piletones de la finca de Atencio, quien era conocido en la zona como ‘el militar’. ‘Venían en unas
camionetas rojas, las ponían de culata y arrojaban los bultos’ agrego Carmen, quien además, a la
pregunta de si podría colaborar con el tribunal indicando el lugar, recalcó que deseaba colaborar en todo
lo que necesiten.

El D2 y la yerba mala: Hipólito Sosa

Por más de dos horas declaró Hipólito “Poroto” Sosa, hombre de 84 años que trabajó en Investigaciones
durante los años de la dictadura. Explicó que trabajó en el D2 antes de que el edificio se trasladara a la
casa de Comandante Salas al 130. El jefe de Sosa de aquellos años era quien hoy es un destacado
integrante del Consejo de Seguridad de San Rafael. ‘Nuestro jefe era Oscar Pérez, quien creo que ahora
trabaja en la Municipalidad y tenía como compañeros de tareas a Labarta, Carrió, Fierro, Rubio y
Martínez’, dijo con total soltura el Poroto.
Luego de muchos intentos por recalcar lo ‘irrelevante’ de su rol (traíamos chimentos recalcó), Sosa
terminó aceptando que hacía trabajos de inteligencia, que vestía de civil y una de sus tareas principales
era recabar información en reuniones. Hacía seguimiento de gremialistas. Por ejemplo, él sabía que
Susana Sanz era amiga de Dauverné y esa información era puesta en ficheros en el D2, información que
luego podía ser utilizada por otras fuerzas. ‘Labarta tenía las mismas funciones que yo, éramos
compañeros, pero yo no sé exactamente qué hacía’, dijo. Luego de una serie de preguntas, el octogenario
admitió que visitaba a sus compañeros en el D2 de calle Comandante Salas 113, donde funcionaba ese
organismo y si bien no recordaba si había un fichero donde estaban asentados los antecedentes de los
detenidos, aceptó que el mismo podría haber existido ya que ‘en algún lado deberían poner las
informaciones que ellos traían’. Llamó la atención que Sosa, al igual que otros testigos relacionados con
las fuerzas de seguridad, aseguró que ‘se enteró que en San Rafael hubo desaparecidos hace dos meses
por el diario’, otra de sus perversas ironías.

2º Descanso: ILUSTRATIVO DIALOGO ENTRE UN PÍCARO OCTOGENARIO Y LA JUSTICIA

Han pasado otra tanta de testimoniales cargadas todas mucha emoción. Quizás al ir leyendo estos
relatos, en mas de una ocasión se nos han llenado los ojos de lagrimas: de dolor, de tristes recuerdos,
de bronca, de angustia, de impotente solidaridad, de esperanza…etc. Les propongo un segundo
descanso. Esta vez no serán los sueños de don Berón, pero si un dialogo por demás ilustrativo. Creo
que pone las cosas en su lugar.

Burad: ¿Usted sabe Sosa quien dijo ‘A esos estúpidos imberbes (…) les va a llegar la hora del
escarmiento’ ? Sosa: No ,no sé..eso ¿fue hace poco o mucho? (risas en la audiencia).
Luego de un rato… S: Y…si conspiraban contra Videla, nosotros no podíamos quedarnos callado.
B: ¿Y esos ‘conspiradores’ eran considerados enemigos? S: desde ese punto de vista sí.
B: ¿Y los que tenían ideas raras eran enemigos del gobierno? ¿Había que identificar en San Rafael los
que eran guerrilleros? S: Sí, si…yo también los localicé, pero ya no están más aquí.
B: ¿Y para usted que es un guerrillero? S: Uno que busca derrocar al gobierno o a alguna institución
B: ¿Y a esos guerrilleros los tenían marcados? S: antes que yo fue eso, ya estaban fichados.
B: ¿Conoció usted a alguno de esos guerrilleros? S: Si…hay uno que no me acuerdo si era pintor o
albañil.
B: ¿Recuerda si andaba en bicicleta? S: Sí, si.
B: ¿Y usted dice que el pintor quería derrocar el gobierno (risas)? S: Sí…era casado él.
B: ¿Y recuerda si vivía en la calle Ortiz de Rosas? Sosa: No le aseguro, pero creo que si, que era él.
B: Bien, todos los datos que usted ha dado se condicen con los de Francisco Tripiana. S: Ah no sé, no
sé…yo no lo vi más.
B: ¿Y no localizó a esta persona como amiga de el gobernador Martínez Vaca? S: Sí, sí.
B: ¿Y no lo localizó como amigo de Susana Sanz? S: Sí, si, estaba siempre en contra del gobierno.
B: ¿Usted leyó alguna vez a Marx…Carlos Marx? S: No me suena ese nombre (de nuevo risas).
B: ¿Usted se guiaba por lo que hablaban? S: Le digo una cosa, ese muchacho de la bicicleta andaba
siempre ligero, rápido.
B: ¿Alguna vez a ese pintor lo vio con armas? S: ¡No!
B: ¿Colocar bombas? S: ¡No, no!
B: En definitiva, aquí en San Rafael no había lo que vulgarmente se llamaban ‘tirabombas’? Sosa: No,
no…acá eran cosas pequeñas.

Carrió López y una pregunta imprescindible


Este hombre fue señalado en más de una oportunidad como el jefe del D2 durante los años que se esta
investigando. Será por eso, que durante las más de dos horas que estuvo declarando, dijo no saber nada
de nada y recalcar una y otra vez que vino a la declarar en medio de un cuadro de stress fruto del exceso
de responsabilidades en la actualidad. ‘Soy director del CENs de adultos de la Policía de Mendoza que
cuenta con más de 450 alumnos y además soy profesor de Ciencias Sociales’.
Desopilantes fueron las respuestas de semejante personaje: ‘nunca escuche hablar de subversión’. ‘¿Y de
dictadura militar no escucho hablar?’ pregunto Burad…’ah sí, de eso me enteré por la radio’, respondió.
Con mucho esfuerzo logró recordar que la función del D2 era realizar control de los mitings, de las
reuniones de partidos. También trajo a la memoria un curso que realizó en el año 67’ junto a Ruiz Soppe
en las instalaciones de la SIDE en Buenos Aires.
‘¿Llama la atención que teniendo tantas responsabilidades en la actualidad, no pueda recordar nada? ¿No
le parece raro?’ expresó el Dr. Cortéz ante tanta desmemoria quien agregó otra pregunta…¿Se enseñan
Derechos Humanos en el Programa de Ciencias Sociales del CENs que usted dirige? Eh…sí sí, eso va a lo
último, como agregado’, respondió Carrió. Debo confesar que en ese momento la audiencia toda no sabía
si reír o llorar.
Se ve que a Ruiz Soppe le molestó alguna de las declaraciones que hizo Carrió López y por este motivo se
le dio derecho a réplica, por lo que se puso de pie y aclaró: ‘No era un desorden la logística como dice
Carrió, por el contrario, él sabe muy bien que todo estaba perfectamente ordenado’. Al final de la
declaración, que fue prácticamente interrumpida por el Fiscal Dante Vega harto de seguir perdiendo el
tiempo, quedó flotando una pregunta en el ambiente que pronto tendrá una respuesta: ¿Por qué está
imputado Labarta y no Carrió, que justamente era su jefe?

III – ASOMANDO COMPLICIDADES

¿Señores jueces?: Sergio Chaqui

Sergio Chaqui trabajaba en el Poder Judicial de San Rafael cuando, el 26 de marzo de 1976, tres personas
de civil lo fueron a buscar a la Segunda Fiscalía correccional y lo sacaron a punta de pistola, ante la
presencia del magistrado Domingo Mauricio, sin que este hiciera nada en ese momento ni luego, expresó
Chaqui, quien agregó que en la Justicia todos sabían lo que le había pasado y nadie hizo nada por él.
En ese sentido, el testigo no sólo cargó contra Mauricio sino también contra todos los magistrados de la
época, aduciendo en sintonía con lo ya señalado por los doctores Porras y Dauverné, que ‘los jueces
sabían de las detenciones y no tuvieron valor ético ni moral’.
Además, Chaqui, que estuvo cuatro meses detenido en la Casa Departamental, expresó que el mayor Luis
Suárez y el fallecido hace una semana atrás, José Mussere, “bailaban todas las noches” a los detenidos.
Sin embargo, uno de los momentos más duros que vivió Chaqui, según su propio testimonio, ocurrió una
noche en que el imputado Aníbal Guevara, quien era teniente en ese momento, estaba al frente de la
custodia de los presos. Según el testigo, ‘Guevara ordenó sacar a todos los presos al pasillo que estaba
delante de las celdas y allí hizo una simulación de fusilamiento, para después torturar a un detenido, de
apellido Castro, aplicándole el denominado submarino húmedo’, que consiste en meter la cabeza de una
persona en un tacho de agua hasta llevarlo al límite de ahogarse, repitiendo la operación varias veces.
Asimismo, Chaqui también señaló a otro de los imputados, Juan Labarta, de haber estado presente
durante su interrogatorio y que además una vez los visitó un capellán del Ejército, llamado Franco
Revérberi16 : ‘un día lo vi al capellán llegar con un bulto debajo de la sotana aunque no sé qué era’. ‘¿No
sería un arma?’, preguntó el Dr. Burad para la risa del público y hasta del resto de los magistrados. ‘Puede
ser’, respondió el testigo.
En sintonía con la crudeza de todo su testimonio, Chaqui concluyó: ‘No puedo entender cómo se demoró
tanto este juicio. No puedo entender que los jueces de esa época miraran para otro lado y no tuvieron el
menor sentido ético para renunciar. San Rafael era chico, conservador e hipócritamente cristiano’. Con
esto finalizó su declaración.

Complicidad civil: Hugo Riera

Durante su declaración de más de tres horas, Hugo Adelmo Riera relató los castigos y golpizas a los que
fue sometido en el Cuerpo de Infantería, donde fue detenido el 12 de abril de 1976 junto a su esposa
embarazada y un hijo de un año y medio de edad, y luego en la ex Departamental (hoy el Palacio de
Tribunales). Allí estuvo detenido junto a Hugo Magallanes, Roberto Flores, Ramón Lozar, y el "Negro”
Bracamonte entre otros.
En su relato, el ex secretario de ATE contó las condiciones infrahumanas que debió soportar durante su
detención en San Rafael. ‘En la noche recibíamos la visita de algunos violentos’, dijo Riera quien además
agregó que ‘Mussere y Suárez solían ir a hacerlos hacer flexiones y ejercicios militares’. En una ocasión le
tuvo que pedir a Mussere que no le pegara más, aunque fue en vano. En otra oportunidad, lo vio al

16
El actualmente párroco de la iglesia de Salto de las Rosas ya fue citado a declarar ante el Tribunal.
Teniente Guevara cuando a Juan Carlos Castro le hacían el submarino húmedo. ‘En ese momento Castro
pidió que lo mataran’, dijo el testigo. Estuvo detenido también con Berón, pero cuando él se fue en
libertad, el actual desaparecido seguía allí.
Categórico fue Riera al expresar que ‘hubo muchos solapados en la sociedad que participaron del golpe’,
en clara alusión a eclesiásticos, a gremialistas17 y a políticos que trabajaban de ‘soplones’. A la pregunta
del Dr. Burad de si podía señalar algún nombre, claramente afirmo: ‘Sí, Chafi Félix fue uno de esos que se
ofrecieron para servicios’18.
Para finalizar su testimonio, Riera pidió ‘saber el paradero de los compañeros desaparecidos’, aunque
aclaró: ‘Mi prisión y mis golpizas no son ni el uno por ciento de lo que seguramente sufrió esa gente’.

¿Sotanas ensangrentadas?: Roberto Flores

Roberto Rolando Flores, también detenido durante meses y torturado


durante el proceso, declaró que siempre le preguntaban si era
subversivo o comunista y que el siempre respondía que no era ‘ni
una cosa ni la otra, que por el contario, era peronista y que
participaba de la JP en la línea de Montoneros’.
‘Nunca nos permitieron el ingreso de alimentos. Mis padres no sabían
nada de mí. A ellos también los habían detenido antes y les habían
robado todo…hasta una platita con la que compraban los talones de
lteria que luego vendía’, relató Flores quien además dijo que si bien
había conocido a los cuatro desaparecidos por los que se realiza el
juicio, sólo estuvo con el ‘Pepe’ Berón quien fue trasladado de
calabozo en calabozo. ‘El siempre me decía que tenía miedo que lo
mataran porque tenía dos tatuajes, u no del Che y otro con una lanza. Siempre volvía golpeado’, relató
emocionado Roberto Flores. ‘Me largaron con Hugo Riera, desde la Bodega de Pico de Oro. Suarez me hizo
volver al día siguiente para buscar un papel que me dejaba como soldado. De ahí me fui a Mendoza y me
destinaron a Uspallata en el campo de Artillería 8’. Sensaciones cruzadas generó esta parte de la
declaración en la que el testigo explicó como terminó sirviendo al ejército durante largos trece meses. ‘Si
bien la mayor parte de los meses estuve prestando servicios de talabartería y tapicería, también tuve ser
parte de operativos anti subversión. Me mandaron al Tucumán, sin instrucción militar a combatir la
‘guerrilla’. ‘Ese es el prejuicio que tengo contra las FFAA, me dieron un fusil y nunca había sido preparado.
También estuve en La Calera (Córdoba) participando de simulacros de combate y en operativos de
limpieza en las villas del Gran Mendoza’, agregó.
Sobre el final de la declaración, Flores precisó mas detalles de los meses de prisión y confirmó lo dicho en
las declaraciones de sus compañeros Sergio Chaqui y Hugo Riera sobre el hecho de que el sacerdote
Franco Revérberi iba a visitarlos junto con los ”torturadores” Suárez, Mussere y López. ‘Era un hombre
trigueño, de cara cuadrada y amplia, de 1,75 m. de estatura aproximadamente y de pelo lacio. Iba vestido
con zapatos, pantalón y camisa y saco de color negro y llevaba la cintita blanca en el cuello’, precisó.
El testigo aseguró además que en más de una ocasión Revérberi presenció las torturas a un costado de la
sala. Mussere, López y Suárez los golpeaban duramente y a algunos de ellos les aplicaban el submarino
húmedo delante del sacerdote. ‘Reverberi nos decía que teníamos que colaborar con las Fuerzas
Armadas’.
La declaración de Flores culminó en una explicación de cómo trabajaban desde la JP: ‘teníamos unidades
básicas en los distintos barrios. Allí realizábamos trabajos sociales’ (esto en contra de la intendencia con
quien mantenían severas diferencias). Teníamos relación con ATE, con la UOM y con algún otro gremio’.

A propósito del rol de la Iglesia: aclaraciones oscuras

Con motivo de las declaraciones de los últimos testigos, un medio mendocino se comunicó con Revérberi
quien manifestó que ‘es imposible que haya ocurrido, ya que él recién asumió la capellanía en 1980 y se
dedicaba solamente a darles la comunión y los sermones al escuadrón de Montaña’.

17
Se sabe que en San Rafael hubo una serie de gremialistas que fueron detenidos sólo un dia para ser liberados rápidamente y
sostenidos o promovidos en sus cargos de secretarios gremiales. Se habla de Eduardo Franzese (quien presento una desmemoriada
y contradictoria declaración), de Strojan y de Telmo Zapata, entre otros.
18
Aunque en ninguno de los casos el veterano político de 82 años ha sido ubicado en algún lugar de los sindicados como sitios
relacionados con el "acto procesal" (motivo del juicio), la sola mención y la posibilidad de una citación como testigo causa revuelo en
los ámbitos políticos. Chafí, dicen sus defensores, ejerció la intendencia durante algunos meses en los últimos días del gobierno
militar y ‘su llegada fue consensuada en el PJ. No se trató de un acuerdo de Félix con los militares’, se afirmó. Otros arriesgaron la
hipótesis de que se trata de un resurgimiento del viejo enfrentamiento de la década del '70 dentro del peronismo entre los ortodoxos
y quienes respondían a la juventud. Chafí, se recordó, cuando asumió su intendencia en 1973 estaba enfrentado al gobierno
provincial de Martínez Baca y en su departamento se había producido una ruptura casi total con los jóvenes. Esto fue ratificado en
las audiencias del juicio donde escuchó , en más de una oportunidad, a ex detenidos afirmar que ‘al partido no podíamos ingresar
los jóvenes’.
Por su parte, el vocero del Obispado de San Rafael, José Antonio Álvarez Domínguez, dijo que ‘en
Argentina hubo ‘auto-desaparecidos’, y que es una cosa que todo el mundo sabe, por ejemplo la Dra.
Carmen María Argibay (Juez de la Corte Suprema)’.
En cuanto a la participación de Revérberi en la sala donde torturaban personas, Álvarez dijo ‘él no era
capellán militar, porque en esa época no había ningún capellán militar, eso es un hecho no una
suposición. Él afirma no haber tenido ningún conocimiento de nada de eso y yo le creo porque es un
hombre creíble. Para mi estos señores que dicen haberlo visto no son creíbles’, sentenció. El ex obispo
León Kruk es otro de los miembros de la Iglesia que ha dado que hablar, ya que varios testigos los
señalaron como alguien a quien recurrían para pedirle ayuda por la desaparición de sus seres queridos,
pero que simplemente les decía ‘si está detenido por algo será’, y no les daba ninguna otra respuesta. En
cuanto a este último, el vocero del Obispado dijo ‘su personalidad fue siempre de gran acogida y
afectividad para las personas que lo buscaban. Evidentemente un obispo en aquellas circunstancias no
tenía mucho que decir. No era su competencia decidir y resolver esas cosas. Al obispo lo podías encontrar
barriendo la vereda en la mañana, así que imagínese los contactos o la autoridad que podía tener, era lo
mismo que cualquier vecino’. Monseñor Kruk falleció en un accidente automovilístico en 1992, pero tanto
Revérberi como Álvarez están citados para comparecer ante el tribunal el lunes 23 de agosto para ratificar
o rectificar sus dichos.

Última jornada: entre careo y la confirmación de hechos

La vigesimosegunda jornada del juicio por delitos de lesa humanidad en San Rafael, estuvo marcada por
la confirmación de datos: declararon 4 testigos más y se realizó el careo pendiente entre el Dr. Dauverné
y Carlos Loyola, En la penúltima jornada del día miércoles 18 de agosto Lidia Teresa Oliveri de De la Reta
había nombrado en su declaración a una profesora de historia de San Rafael que hizo un trabajo de
investigación sobre la detención y posterior desaparición de personas en esta localidad. Por este motivo
Cecilia Centeno fue citada ante el Tribunal para prestar declaración y acercar su investigación cuyo título
lleva por nombre: ‘Cuando comenzábamos a nacer. Persecución, dictadura y muerte19’. Entre otras
afirmaciones ella detalló que la manera en la que se llevó adelante el proceso de desaparición luego de
firmar un acta de libertad, es única en el país. Además explicó al tribunal cómo eran las líneas del
peronismo y del sindicalismo en San Rafael: ortodoxos, peronistas de izquierda, Montoneros, Juventud
Peronista, etc. En su testimonio, la profesora contó su experiencia recabando información, por ejemplo de
testimonios prestados por las familias. Investigó a cerca de los diferentes centros de tortura y privación
ilegítima de la libertad, como Radio Municipal, la Departamental, una casa detrás de la escuela Normal
(puede que se refiera al antiguo D2), Sanidad policial, Regimiento de caballería de Cuadro Nacional, la
Bodega “El marinero” (Garbín), y la comisaría 32º. Cuando terminaba su relato, el Presidente del Tribunal
dijo ‘me han dicho que en San Rafael hay gente buena pero hipócrita, ¿es así?’ Y la mujer respondió ‘Si, es
así. San Rafael es una sociedad hipócrita. Nadie quería estar cerca de los detenidos. Se sigue justificando
lo injustificable’ y agregó que ‘le gustaría que hubiera una placa recordatoria en los diferentes lugares
donde hubo detenidos’.
Luego hubo un careo entre el Dr. Armando Dauverné y Carlos Alfredo Ceferino Loyola. Si bien Loyola (hijo
de un ex comisario) lo negó, Armando Dauverné asegura que en cuatro oportunidades esa persona se le
acercó en la playa de estacionamiento de la Municipalidad y le dijo que ‘los desaparecidos están
enterrados en una mina de yeso en Malargüe’. El careo duró 6 minutos. Loyola sostuvo que nunca se
encontró con Dauverné como dice el médico que agregó ‘es mentira señor juez. Él estuvo conmigo’.
Loyola respondió ‘ratifico lo que dije, nunca estuve con él’. Evidentemente en esa jornada hubo uno que
mintió bajo juramento. Seria bueno entonces que el Dr. Dauverné pudiese encontrar algún testigo que
corroboren sus dichos.
Siguió la jornada con el testimonio del ex policía Raúl Ávila, que estaba de guardia la noche que liberaron
a Osorio y a la esposa del ex Gobernador Martínez Baca. En una declaración firmada por él ante el juez
Raúl Acosta, Ávila dijo que estuvo con Osorio, cosa que hoy negaba. Muchas contradicciones en su
testimonio durante todo su relato, hicieron que el abogado de la querella pidiera compulsa por falso
testimonio. Por su parte, el abogado defensor de Ruiz Soppe, Dr. Troyano, le hizo algunas otras preguntas
de cuyas respuestas dedujo que ese testigo tiene que ser atendido por un psiquiatra y le solicitó al
Tribunal que sea visto por uno del cuerpo médico forense, pedido que fue aceptado por los jueces.
Luego declaró Clide Silvia, ex policía que trabajó junto al imputado Labarta entre otros. Agregó que
compartía edificio con Sanidad Policial. En ese lugar trabajaba junto a Labarta, Fierro, Puebla, Rubén y
Mariano López y que su jefe era quien el ya mencionado Comisario retirado Oscar Pérez, que integra en
Consejo de Seguridad de San Rafael.
Finalmente declaró Ambrosio Díaz Agüero, ex policía que era escribiente de guardia en la Departamental.
Si bien conoció al entonces Teniente Guevara, que algunas veces acompañaba a Mussere y a los demás
imputados de vista, su testimonio no agregó más información a la causa.

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El libro no ha sido editado todavía.
IV – MAS QUE MIL PALABRAS

• ‘Oviedo (que había estado preso en la departamental) me decía: ‘ojo que Labarta y Sosa andan detrás
de ustedes’ - Aldo Soto.
• ‘Luego de haberme pegado mucho en los testículos cai al suelo. Cuando me despierto del desmayo,
siento que un hombre tenía la mano puesta en el corazón y escuche que decían: ‘se nos fue la mano’.
Si no se despierta lo tiramos al pozo’ - Aldo Soto.
• ‘Si supieran los sueños que tenía con 33 años’ – Aldo Soto.
• ‘El decreto de la presidenta decía aniquilar a los subversivos’ – Roberto Reyes.
• ‘No señor, le aclaro que decía “aniquilar el accionar” de los elementos subversivos – Dr. Burad a Reyes.
• ‘Yo supe que mi esposo frue torturado. Desde entonces el ya no fue el mismo. Con problemas de
corazón y muy lastimado íntimamente quedó’ – Julia Santos de Dauverné.
• ‘Mucha crueldad doctor, mucha crueldad’ - Julia Santos de Dauverné.
• ‘Hay cosas que no recuerdo porque he querido borrar esa parte de nuestra vida de mi memoria. El baúl
de los recuerdos ya no lo volvimos a abrir, se lo dimos a nuestros hijos’ - Julia Santos de Dauverné.
• ‘Yo fui a ver a los jueces y nada, como Pilatos…se lavaron todos las manos’ - Julia Santos de Dauverné.
• ‘Yo les decía extremistas, pero podían ser guerrillero o revolucionarios’ – Roberto Parra.
• ‘También venían a la departamental el suboficial Alonso y quien fuese luego el comisario Bleujer’ –
Alfredo Porras.
• ‘Le dijeron a mi padre que yo no defendiera mas a los zurdos’ – Alfredo Porras.
• ‘Supe de enterramientos en Las Salinas. El policía que cuidaba la casilla luego enloqueció’ – Osvaldo
Barroso.
• ‘Tengo miedo, mucho miedo. Aun lo tengo. Tengo miedo’ – Angélica Sandoval.
• ‘Todos teníamos en casa la idea de Perón, mi padre, mis hermanos…todos eran peronistas’ – Angélica
Sandoval.
• ‘Yo a mi hermano lo esperé siempre’ – Angélica Sandoval
• ‘A Labarta lo conozco. Le he lustrado los botines cuando era niño’ - Juan Carlos Berón al momento
de declarar si conoce los imputados.
• ‘A este guerrillero lo trajeron del Tucumán, decía el milico. -¡No, yo soy Juan Carlos Berón del
Pueblo Usina! respondí yo’ – J. C. Berón.
• ‘Te vamos a echar a un pozo con cal y te vamos a matar, me decía uno de los torturadores. ¡Máteme,
hágalo! Le dije yo…’igual mi vida no depende ni de mí ni de usted, solo de Dios’. ‘Así le dije, lo
recuerdo con claridad’ – Juan Carlos Berón.
• ‘Me gritaban comunista. No lo soy. Igualmente no es malo tener esos ideales’ – Juan Carlos Berón.
• ‘Yo trabajaba para el FREJULI pintando. Tenía muchos hijos. Pero no me contrataron para portar armas’
– Juan Carlos Berón.
• ‘También dijeron de mi hermano, que Mussere le había dado la libertad. Todavía no llegó el Pepe’ – Juan
Carlos Berón.
• ‘El modo de torturarme era metodológico. En todos lado igual’ – Juan Carlos Berón.
• ‘Yo tenía 21 años, de tantos golpes que me daban me puse a llorar. Todos se reían, se burlaban y me
pegaban más’ – Luis Abelardo Berón.
• ‘La idea política de nosotros era como la de la presidenta de ahora’ – Luis Abelardo Berón.
• ‘Lamentablemente aquí en San Rafael había un grupo de tareas que era <el terror de San Rafael>.
Eran de inteligencia. Carlos Romín era uno de los principales torturadores, también el Gato Reyes,
Labarta, Muñoz y el Poroto Sosa’ – Luis Abelardo Berón.
• El día que vino Amnistía, en el penal de La Plata hasta nos dieron postre. Ni bien se fueron vino el
hambre y el maltrato de nuevo’ – Luis Abelardo Berón.
• ‘Videla dijo que le declaraba la guerra a la subversión y mi nombre, nuestro nombre, estaba en
carpetas amarillas con altura de 5 cm que decían SUBVERSIVO’ – Luis Abelardo Berón.
• ‘Los que estamos aquí siendo juzgados no somos responsables de todas las barbaridades que se
cometieron. Los verdaderos responsables están muertos o no son conocidos. Nosotros solo cumplimos
con el deber de funcionarios que colaboraban con la estructura militar. Lo nuestro fueron actos
administrativos’ – Ruiz Soppe.
• ‘No existían elementos de esa naturaleza en San Rafael, montoneros o subversivos’ – Ruiz Soppe.
• ‘Mi papá se hizo cargo de muchos niños. Es un verdadero héroe. El tendría que estar aquí, luchó mucho
por esto’ – Rosa Berón.
• ‘El militante era yo, mi hermano sólo acompañaba. Yo creo que él se la jugó por mí para que no me
mataran. Esto me lo llevo a la tumba y por mas psicólogo yo creo que lo mataron por mí’ – Daniel
Sandoval
• ‘No me quedaron amistades. Yo me perdi mi mejor juventud viajando de lado a lado, siempre
guardado. No salía, ni le comentaba a nadie mi pasado’ – Daniel Sandoval.
• Nunca les conté nada a mis hijas. No quería que militaran en política. Yo les hice mucho mal
(lagrimas).Nunca les dije la verdad’ – Daniel Sandoval.
• ‘Ya que mi padre se fue a la tumba sin saber nada, que por lo menos mi madre pueda llevarle unas
flores a mi hermano y morir en paz. Ella no tiene paz’ – Daniel Sandoval.
• Me caí al suelo y les pedí que me dieran agua. Calculo que había algún samaritano que me dio. Era
agua podrida’ – Jorge Valentín Berón.
• ‘Con todo esto puse cierre hermético y no volví a abrir. Sufrí muy mucho’ – Jorge Valentín Berón
• ‘En La Plata, el mismo que me había pegado venia luego con guardapolvo y estetoscopio a
preguntarme quien me había hecho semejante cosa’ – Jorge Valentín Berón.
• ‘Mi vieja esta viva porque tiene ganas de vivir y quiere saber donde esta su hijo’ – Jorge Valentín Berón
• ‘Entonces, para decir las cosas como son, a mi no me tendrían que haber dejado entrar en esas
reuniones. Me tendrían que haber dicho. Pibe vení con tu papá. Yo era pendejo, no militaba en la JP.
Éramos chicos y no teníamos que hacer y …nos metimos en la fecha y hora equivocada’ – Jorge
Valentín Berón en relación a que el sólo tenía 17 años para vivir y sufrir todo lo que le pasó.
• ‘Creo que el gremio de los metalúrgicos era donde mas gremialistas montoneros había ¡Esa era la
madriguera! – Hipólito Sosa.
• ‘El guerrillero era un pintor que siempre andaba en bicicleta. Siempre estaba disconforme con todo’ –
Hipólito Sosa en alusión a Tripiana.
• ‘Este es Tripiana, este Osorio, este Sandoval y este…(llanto) mi hermano del alma ‘Jose ‘Pepe’ Berón ‘ -
Roberto Flores, mientras el tribunal le exponía las fotos de los desaparecidos para su reconocimiento.
• ‘Charlamos y lloramos un rato. Por estar vivos. Yo era el novio de la hermana de Nilo Torrejón, también
detenido. Después fui a la casa de Rosales y ya finalmente a mi domicilio’ – Roberto Flores, sobre su
vuelta a casa una vez liberado
• ‘Y a la patria no le sirvió ese Ejército que sólo enseñó a matar y a robar. Es mucho el daño que le hizo
al pueblo’ – Roberto Flores
• ‘Toda esa gente me arruinó la vida, porque tuve un antes, un durante y un después. No creo que me
haya merecido lo que me pasó porque fui un gremialista que luchaba por la igualdad, pero nunca con
armas’ – Hugo Riera.

V – JUSTICIA REPARADORA

No sé si algún día habremos pensado que llegaría este tiempo en el que ‘la justicia’ acompañara por fin a
las víctimas. A continuación, algunas frases del presidente del tribunal:

• ‘Usted dijo recién ‘esto lo tienen que pagar’, bueno Señora…haga de cuenta que el tribunal no sabe
nada. De los testigos depende la verdad’ – Dr. Burad luego de interrumpirse el testimonio de Angélica
Sandoval por un fuerte llanto.
• Dios no es el Rosario, pero esta y acompaña – Dr. Burad a Angélica Sandoval en medio del llanto y
mientras sacaba un rosario y lo apretaba para consolarse.
• ‘Hay personas que son instruidas y personas que son inteligentes. Los Berón, son inteligentes’ – Dr.
Burad al término de la emotiva declaración de Luis Berón.
• ‘La mayor certidumbre es que vamos a morir. La mayor incertidumbre es la que dijo usted porque no
sabíamos si llorarlo vivo o muerto. Es doloroso y la comprendemos mas allá de nuestra investidura
jurídica’ – Dr. Burad a Rosa Berón, al término de su declaración.
• ‘Veo que su dolor es muy profundo. Tranquilícese. Nosotros necesitamos un testimonio sereno. No hay
ningún ser humano en la tierra que no tenga dolores que contar. Y cada uno con su cruz guarda en el
olvido cosas que lastiman al traerlas al presente. Usted con su verdad y testimonio esta colaborando
con estos cuatro compañeros desaparecidos que esperan sentencia’. – Dr. Burad a Jorge Valentín
Berón, luego de una interrupción por llanto.

‘MIRA QUE AFUERA YA SALE EL SOL, MIRA QUE AFUERA ESTA DESPEJANDO.
SI EL DESAMAPARO DESAMPARÓ… ¡YA LA ESPERANZA ESTÁ ESPERANZANDO!

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