DE LA GRAMATICA DE LA LENGUA AL TEXTO DE LA SOCIEDAD

Tradicionalmente, los estudios lingüísticos han girado más en torno a la

descripción de los componentes de los actos comunicativos que al análisis de
los aspectos contextuales en los que tienen ocurrencia. La preocupación ha
estado en clasificar o, en algunos casos, en explicar el funcionamiento de los
diferentes niveles de la lengua y la relación que se establece entre ellos,
haciendo a un lado los elementos socioculturales que los configuran; de ahí la
necesidad de enfocar los estudios del lenguaje hacia el análisis,
reconocimiento y valoración de la sociedad en la que vive y de la que es la
portadora de su cosmogonía, axiología y todos los temas que estructuran la
vida social.

El aporte dado por la lingüística estructural permitió configurar los estudios del
lenguaje como una ciencia multidisciplinaria que permitía identificar la
estructura de la lengua y de los actos comunicativos, sólo que dichos análisis
se hacían fuera de los contextos reales de uso, razón por la cual el estudio del
lenguaje consistió más bien en una descripción y clasificación de sus
elementos estructurales, todo esto influenciado por la corriente de pensamiento
universal que abarcó casi todos los campos y áreas del conocimiento humano
desde fines del siglo XIX y que aún sigue estando presente en los estudios del
lenguaje. No se trata entonces de desconocer los aportes de la lingüística
estructural sino de tomarlos como punto de partida, necesarios para hacer
estudios de la sociedad a partir del lenguaje, pues las maneras de sentir, de
vivir, de interactuar de una sociedad están contenidas en la expresión
lingüística.

Pero el lenguaje no es solamente la expresión lingüística sino que desde lo

particular es la expresión del pensamiento y desde lo social es la expresión
unas formas relacionales del grupo social. Del mismo modo, el lenguaje es la
comunicación que se da entre los individuos, empleando todos los recursos de
que dispone e incluso, creando otros que le permiten tener relación con sus
congéneres. Igualmente, el lenguaje es la significación que damos al mundo, la
interiorización que hacemos de nuestro contexto, es la capacidad de
apropiarnos la realidad que nos rodea para convertirla en experiencia y dar vida
a nuestra subjerividad.

Es bien sabido que el lenguaje existe porque existe la sociedad y a la vez ésta
se articula a través del lenguaje. Esta interrelación es la que hace que
necesariamente implique que todo estudio del lenguaje sea, en esencia, un
estudio de la sociedad, es decir, de su cultura, pues incluso, los mismos
elementos que conforman la expresión lingüística tienen sus particularidades
de acuerdo con las posibilidades y características de cada grupo social. De otro
lado, es necesario considerar que todo individuo se integra a la sociedad por
medio del lenguaje y es por medio de éste que aprende, socialmente, todo lo
necesario para vivir en ella.

Conocer una sociedad, con todos sus elementos, es en esencia un trabajo de

investigación en lenguaje, lo cual implica asumir una postura crítica frente a su
vida social para reconocer las condiciones en las que se manifiesta; así mismo,
implica adoptar procedimientos metodológicos sistemáticos que posibiliten una
visión hermenéutica de los fenómenos sociales y una particularización de los
rasgos que caracterizan la expresión lingüística, dentro de cada contexto
cultural. Estudiar el lenguaje se constituye entonces en saber dirigir la mirada
crítica hacia las particularidades de la vida en la sociedad, su ideología,
maneras de vivir, de expresar, de sentir, de actuar, de palpar la realidad

La investigación en lenguaje en nuestro país es bastante pobre; son pocos los

estudios que se tienen sobre la sociedad colombiana a partir de su lenguaje, a
pesar de la gran riqueza y variedad cultural existente