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Revista eure (Vol. XXX, Nº 90), pp. 124-126, Santiago de Chile, septiembre 2004
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excelencia, es decir, donde los ciu- ma intermitente). Además de es- Específicamente, el autor se
dadanos expresan sus voluntades tos elementos, la ciudad actual se centra en una de las principales
colectivas; por tanto, es un espa- caracteriza por la dificultad en problemáticas que erosionan la
cio marcado por la presencia de percibirla, conocerla, y por ende ciudadanía, la utilización del es-
conflicto. entenderla. Este es el principal pacio público y por ende la cons-
desafío urbano, ante el cual se pro- trucción de ciudad: la inseguri-
La ciudad no es necesaria- pone la necesidad de “hacer más dad urbana. Si bien el conflicto es
mente igual a la realidad territo- ciudad para más ciudadanos y más un elemento constitutivo de la
rial o funcional o a la imagen, ciudadanos para más ciudad” ciudad, en actualidad la ciudad
muchas veces fragmentada, que (Carrión, 2003). Otro elemento asume el rostro de inevitabilidad
de ella tienen sus habitantes. Si central considerado es la defini- de la violencia, convirtiéndose en
bien es una realidad determinada ción de la ciudad como una ofer- sinónimos, casi en palabras inter-
por el derecho, ella supone tam- ta no sólo para sus ciudadanos, cambiables (Reguillo-Cruz,
bién momentos de ilegalidad o sino también para sus usuarios. 2002). Y este miedo a la ciudad
“alegalidad”, por lo que se con- Así, por ejemplo, Barcelona se pre- se vincula especialmente con el uso
cluye que la ciudad es “estado for- senta como un ejemplo de ciu- del espacio público. En este pro-
mal de derecho y derecho real a la dad que ha utilizado el espacio ceso aparece la “agorafobia urba-
trasgresión”. De esta manera, el público como carta de presenta- na”, es decir, el temor a los espa-
autor enfatiza que la ciudad debe ción en el debate del urbanismo cios públicos, enfermedad que
ser entendida como espacio pú- actual. Esta experiencia parte de Borja define como “de clase”, ya
blico, es decir, como el lugar de la la definición de la ciudad como que refuerza un discurso
cohesión y de los intercambios. espacio público, considera la re- segregador y negador de la ciu-
Se establece así una forma de apre- valorización cultural, funcional y dad. Se rescata en este marco el rol
hender el espacio público diferen- cívico-política del mismo y final- educador de la ciudad y de la es-
te a la tradicional visión legalista mente reconoce su capacidad cuela en la formación de ciudada-
(lo que la planificación urbana transformadora. nos activos, con diferencias mar-
establece como zona de uso pú- cadas por el género y la edad.
blico) o residual (entenderlo como Pero la ciudad en la actuali-
el espacio que sobra en la ciudad), dad se ve amenazada por un tri- La propuesta de construcción
lo que significa que la construc- ple proceso negativo: disolución, de ciudad a través de ciudadanos
ción de toda ciudadanía (“hacer fragmentación y privatización. activamente involucrados en la
ciudad”) depende de la apertura Estos procesos se refuerzan mu- creación de la misma se ve tam-
de un espacio donde se diriman tuamente contribuyendo a la des- bién limitada por los desafíos de
los asuntos públicos: el espacio aparición del espacio público, ya la ciudadanía en la globalización.
público. Por lo tanto, y en tanto que acentúan la marginación y la En este sentido, el autor propone
espacio de los intercambios entre desigualdad, disminuyendo al el desarrollo de derechos ciuda-
los ciudadanos, la posibilidad de mismo tiempo la capacidad de danos como el derecho a la vivien-
construir ciudad se concreta, y gobernabilidad urbana y la inte- da y al lugar, al espacio público y
desaparece el mito de la ciudad gración ciudadana. Se formula, en la monumentalidad, a la belleza,
moribunda. consecuencia, la necesidad de su- a la identidad colectiva dentro de
perar una visión infraestructural la ciudad, a la movilidad y la acce-
Pero la presencia de múltiples sobre la ciudad y el espacio públi- sibilidad, a la centralidad y a la
ciudades y ciudadanías co, insertando una perspectiva innovación política, entre otros,
complejizan la propuesta de cons- participativa y cultural, toda vez que ayuden a configurar una ciu-
trucción de la ciudad, toda vez que –en palabras del autor- “pro- dadanía que reivindique el dere-
que cada ciudad involucra tres ducir espacio público no es fabri- cho a la ciudad.
ciudades (la oficial, la real y la car un equipamiento o un lugar
ideal) y tres tipos de ciudadanos especializado, sino crear paisaje Es así como Borja termina afir-
(quienes residen en ella, quienes urbano significante”. mando que “el derecho a la ciu-
trabajan y quienes la usan de for- dad hoy es también el deber de
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Lucía Dammert1
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Socióloga, investigadora del Cen-
tro de Estudios en Seguridad Ciuda-
dana de la Universidad de Chile. E-
mail: luciad@terra.cl
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