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¿ Por qué hablar de “La ciudad


conquistada”? En este libro,
proceso de globalización. De igual
manera, el autor incluye breves
Borja plantea la necesidad de su- notas temáticas desarrolladas por
perar la visión negativa o pesimis- diversos especialistas que descri-
ta sobre la ciudad caracterizada ben casos concretos, temas o pro-
por la acumulación de problemas blemas que se presentan en ciu-
sociales, la segregación o el temor, dades europeas y latinoamerica-
y propone la urgencia de hacer nas.
Jordi Borja (2003). ciudad entendida como la afirma-
ción de una nueva ciudadanía La tesis subyacente es que nin-
La ciudad conquistada. activa, con derechos específicos, guno de los conceptos puede exis-
que mediante la reapropiación del tir independientemente, y que
Madrid: Alianza Editorial. nuestra vida depende en buena
espacio público establezca las ba-
ses de una nueva forma de vida medida de esta relación. En este
urbana. sentido, la ciudadanía es rescata-
da desde su componente colecti-
Así, “La ciudad conquistada” vo, ya que los derechos individua-
demuestra las posibilidades de les únicamente no logran la con-
refundar la ciudad sobre una ciu- formación de la ciudad. En este
dadanía activa que utiliza sus es- sentido, el autor coincide con la
pacios públicos con el objetivo de propuesta de Arendt (1993), que
construir una vida mejor. Desde considera la ciudadanía como un
esta perspectiva, el volumen avan- ejercicio que se sostiene desde la
za en la conversación de tres con- acción, y se ubica en la fundación
ceptos centrales: Ciudad, Espacio misma de toda ciudad. Borja
Público y Ciudadanía. Si bien el explicita que la ciudadanía se hace
autor reconoce la dificultad que de forma cotidiana, por lo que el
implica trabajar con conceptos ciudadano se define por su rol
que tienen definiciones diversas, activo, partícipe de la
contradictorias y en algunos casos conflictividad urbana. Así, la vo-
sobrepuestas, explicita también cación por la ciudadanía es un fac-
que los tres están relacionados tor central en la conformación de
dialécticamente y que definen la la ciudad, por lo que la construc-
vida que tenemos y que podemos ción de ésta se vincula también
tener. con la de lugares significantes para
la vida de sus habitantes. En con-
De esta manera, en cada capí- secuencia, la ciudad puede ser
tulo se despliega una propuesta entendida como mercado y como
teórica y práctica sobre estos con- espacio público. Más aún, el au-
ceptos, buscando vincularlos y tor propone que puede ser enten-
explicitar su rol en el marco del dida como espacio político por

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Revista eure (Vol. XXX, Nº 90), pp. 124-126, Santiago de Chile, septiembre 2004
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excelencia, es decir, donde los ciu- ma intermitente). Además de es- Específicamente, el autor se
dadanos expresan sus voluntades tos elementos, la ciudad actual se centra en una de las principales
colectivas; por tanto, es un espa- caracteriza por la dificultad en problemáticas que erosionan la
cio marcado por la presencia de percibirla, conocerla, y por ende ciudadanía, la utilización del es-
conflicto. entenderla. Este es el principal pacio público y por ende la cons-
desafío urbano, ante el cual se pro- trucción de ciudad: la inseguri-
La ciudad no es necesaria- pone la necesidad de “hacer más dad urbana. Si bien el conflicto es
mente igual a la realidad territo- ciudad para más ciudadanos y más un elemento constitutivo de la
rial o funcional o a la imagen, ciudadanos para más ciudad” ciudad, en actualidad la ciudad
muchas veces fragmentada, que (Carrión, 2003). Otro elemento asume el rostro de inevitabilidad
de ella tienen sus habitantes. Si central considerado es la defini- de la violencia, convirtiéndose en
bien es una realidad determinada ción de la ciudad como una ofer- sinónimos, casi en palabras inter-
por el derecho, ella supone tam- ta no sólo para sus ciudadanos, cambiables (Reguillo-Cruz,
bién momentos de ilegalidad o sino también para sus usuarios. 2002). Y este miedo a la ciudad
“alegalidad”, por lo que se con- Así, por ejemplo, Barcelona se pre- se vincula especialmente con el uso
cluye que la ciudad es “estado for- senta como un ejemplo de ciu- del espacio público. En este pro-
mal de derecho y derecho real a la dad que ha utilizado el espacio ceso aparece la “agorafobia urba-
trasgresión”. De esta manera, el público como carta de presenta- na”, es decir, el temor a los espa-
autor enfatiza que la ciudad debe ción en el debate del urbanismo cios públicos, enfermedad que
ser entendida como espacio pú- actual. Esta experiencia parte de Borja define como “de clase”, ya
blico, es decir, como el lugar de la la definición de la ciudad como que refuerza un discurso
cohesión y de los intercambios. espacio público, considera la re- segregador y negador de la ciu-
Se establece así una forma de apre- valorización cultural, funcional y dad. Se rescata en este marco el rol
hender el espacio público diferen- cívico-política del mismo y final- educador de la ciudad y de la es-
te a la tradicional visión legalista mente reconoce su capacidad cuela en la formación de ciudada-
(lo que la planificación urbana transformadora. nos activos, con diferencias mar-
establece como zona de uso pú- cadas por el género y la edad.
blico) o residual (entenderlo como Pero la ciudad en la actuali-
el espacio que sobra en la ciudad), dad se ve amenazada por un tri- La propuesta de construcción
lo que significa que la construc- ple proceso negativo: disolución, de ciudad a través de ciudadanos
ción de toda ciudadanía (“hacer fragmentación y privatización. activamente involucrados en la
ciudad”) depende de la apertura Estos procesos se refuerzan mu- creación de la misma se ve tam-
de un espacio donde se diriman tuamente contribuyendo a la des- bién limitada por los desafíos de
los asuntos públicos: el espacio aparición del espacio público, ya la ciudadanía en la globalización.
público. Por lo tanto, y en tanto que acentúan la marginación y la En este sentido, el autor propone
espacio de los intercambios entre desigualdad, disminuyendo al el desarrollo de derechos ciuda-
los ciudadanos, la posibilidad de mismo tiempo la capacidad de danos como el derecho a la vivien-
construir ciudad se concreta, y gobernabilidad urbana y la inte- da y al lugar, al espacio público y
desaparece el mito de la ciudad gración ciudadana. Se formula, en la monumentalidad, a la belleza,
moribunda. consecuencia, la necesidad de su- a la identidad colectiva dentro de
perar una visión infraestructural la ciudad, a la movilidad y la acce-
Pero la presencia de múltiples sobre la ciudad y el espacio públi- sibilidad, a la centralidad y a la
ciudades y ciudadanías co, insertando una perspectiva innovación política, entre otros,
complejizan la propuesta de cons- participativa y cultural, toda vez que ayuden a configurar una ciu-
trucción de la ciudad, toda vez que –en palabras del autor- “pro- dadanía que reivindique el dere-
que cada ciudad involucra tres ducir espacio público no es fabri- cho a la ciudad.
ciudades (la oficial, la real y la car un equipamiento o un lugar
ideal) y tres tipos de ciudadanos especializado, sino crear paisaje Es así como Borja termina afir-
(quienes residen en ella, quienes urbano significante”. mando que “el derecho a la ciu-
trabajan y quienes la usan de for- dad hoy es también el deber de

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transformar el mundo y el dere- Referencias bibliográficas violencia en América Latina.


cho de construir unos tiempos y Pittsburgh, PA: Instituto In-
unos espacios que hagan posible Arendt, H. (1993). La condición ternacional de Literatura Ibe-
una vida más amable, cordial y humana. Barcelona: Piados. roamericana.
justa para todos”. Propuesta que Carrión, F. (2003). “Espacio pú-
se enraíza en los diversos elemen- blico: Punto de partida para
tos planteados a través de sus pá- la alteridad”. Quito:
ginas, que tornan a este volumen FLACSO- Ecuador (mimeo).
en lectura obligada para aquellos Reguillo-Cruz, R. (2002). “¿Gue-
que trabajan el tema de la ciudad rreros o ciudadanos?
desde una perspectiva Violencia(s). Una cartografía
multidimensional, en la búsque- de las interacciones ciudada-
da de recuperar una ciudad nas”. Moraña, M. (ed.), Espa-
inclusiva y democrática. cio urbano, comunicación y

Lucía Dammert1

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Socióloga, investigadora del Cen-
tro de Estudios en Seguridad Ciuda-
dana de la Universidad de Chile. E-
mail: luciad@terra.cl

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