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Asimismo, reafirma este mandato con el pasaje del noveno captulo del Evangelio segn
san Mateo:
Pues para que sepis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados dice
entonces al paraltico: Levntate, toma tu camilla y vete a tu casa. l se levant y se fue a su
casa. Y al ver esto, la gente temi y glorific a Dios, que haba dado tal poder a los hombres.
Mateo 9, 6-7
Adems es sabido, por el libro de los Hechos de los Apstoles, que la Confesin de los
pecados era una prctica habitual en la Iglesia primitiva, por lo menos en su forma
pblica.2
Por otra parte fue Dios mismo entreg el ministerio de reconciliacin:
... y todo esto proviene de Dios, que nos reconcili consigo por Cristo, y nos encomend el
ministerio de la reconciliacin. Nos encarg a nosotros la palabra de la reconciliacin. Somos pues
embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. Os suplicamos en nombre de
Cristo Reconcliense con Dios!.
2 Cor 5:18-20