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BRASIL: NACIONALISMO, POPULISMO Y DICTADURA 50 ANOS DE CRISIS SOCIAL VANIA. BAMBIRRA THEOTONIO DOs SANTOS L NOTA PREVIA Es dificil sintetizar los tltimos cincuenta afios de Ia historia de las luchas de cla- ses en Brasil. Este ha sido un periodo colinado de enfrentamientos cuya inter- pretacién sin duda ha suscitado varias controversias. No es posible hacer aqui un andlisis exhaustivo de los multiples aspectos de la evolucién de Ia sociedad brasi- letia. Nos limitaremos, por Jo tanto, a destacar en grandes Iineas solamente aque- llos hechos que nos parecen crucidles para explicar las caracteristicas basicas del capitalismo dependiente en nuestro pais y de las vicisitudes del movimiento po- ular y revolucionario. Con ello deseariamos lograr una. aproximacién de las Perspectivas que se abren y se proyectan hacia el destino del pucblo brasileiio. Después de un ligero andlisis introductorio destinado a aclarar algunos de los antecedentes hist6ricos que son claves para entender el sentido del desarrollo que define los grandes marcos en los cuales se configuran las principales clases so- siales del presente siglo, trataremos de enfocar la etapa de las cineo décadas que os corresponde analizar dividiéndola en dos grandes fases. a] La primera, la fase del proceso revolucionario democritico-burgués, que al- canza su plenitud en los afios treinta y que se extiende hasta ¢l comienzo de la década de Jos cincuenta. Es el periodo aureo del desarrollo del nacionalismo po- pulista, de la afirmacién del poder hegeménico de la burguesia industrial, de la decadencia del viejo poder burgués-oligirquico, de la consolidacién de la clase obrera, de Ia expansion de las clases medias y de la frustraciSn y marginacién politica y econémica del campesinado. b] La segunda es la fase que empieza a gestarse desde la posguerra y que s caracteriza por un cambio de calidad en el funcionamiento de la estructura del sistema de dominacién dependiente. La penetracién masiva del capital extranjero, especialmente en Ja industria manufacturera, produce la desnacionalizacién de Jos principales medios de produccién, profundiza la dependencia y frustra en defi- nitiva cualquier aspiracién hacia un desarrollo nacional independiente. Es la trégica culminacién de la revolucién burguesa en un pais periférico. Es el final grotesco del nacionalismo populista frente a Ja rearticulacién de un nuevo pacto de poder de la burguesia criolla con el imperialism. El golpe militar de marzo- abril de 1964 fue el Ultimo golpe de gracia en el viejo esquema de dominacién populista a partir del cual se ha tratado de consolidar en el pais un régimen dictatorial, que no occulta sus caracteristicas neofascistas, destinadas a mantener el capitalismo dependiente. 29] 130 BRASIL? NACIONALISMO, POPULISMO ¥ DICTADURA Durante el curso de estas dos grandes fases, trataremos de destacar cémo el movimiento obrero busca su afirmacién a través de un tortuoso recorrido, plagado de dificultades que provienen de sus debilidades orgdnicas y politicas. Y cémo emerge un movimiento popular més amplio, que incorpora difusos sectores urba- nos pequeficburgueses, ya como a estudiantes, profesionales, burécratas, subem- pleadas, 0 como el campesino que despunta en la oleada de ascenso del movi- miento de masas que recorre el pais en los inicios de los afios sesenta. En esta &poca crucial de Ia historia brasilefia ocurren fenémenos de muy profundo signi- ficado social. No solo la burguesfa alcanza la plenitud de su madurez como clase explotadora al completar su comprensién prictica de que su supervivencia estaba intimamente ligada a la asociacién estrecha con el imperialismo y a la adopcién de un régimen de terror; sino los sectores populares empiezan a entender que ¢s mecesario superar las ilusiones del populismo burgués. Por entonces empieza un cucstionamiento generalizado del reformismo. Y sin duda, el mayor estimule provie- ne del ejemplo fascinante de la Revolucién cubana. Esta etapa se caracteriz por la circunstancia de que mientras Ja burguesia era ya una clase madura y veterana en lo suyo, el movimiento popular y la clase obrera en especial recién empezaban por esta época a adquirir conciencia critica de sus errores, de su papel y sobre todo de su tremenda fuerza. Los aconteci- mientos se precipitaron, la represién fue implacable y lo que era promesa pasd a ser un suefio. Suefio profundo en las més recénditas entrafias de este enorme pais. De repente, hacia los afios 1967-1968 el movimiento popular de muevo des- perté; ya habia acumulade més experiencias, pero no todas las necesarias para empezar el viraje de Ja historia. Y, de nuevo, la misma implacable respuesta: represién y terror pero ahora combinado con Ja fanfarrona ostentacién de un desarrollo que en sintesis puede ser definido asi: excluyente y superexplotador. El pueblo brasilefio no tuvo conacimiento en su vida de sufrimientos cotidianos, de Jos benclicios de ese desarrollo para los ricos. Vino la depresién del capitalismo en el el internacional. En los anos 1974 y 1975 todos los paises capitalistas se vieron afectados de manera mds o menos imtensa por la crisis. La sociedad brasilefia, permeable de punta a punta a los infortunios del capitalismo metropolitano, se vio harto afectada. Y el pueblo bra- silefio, marginal a los frutos de la época del desarrollo, durante Ja crisis vuelve a Fepresentar Ja amenaza que resurge, que reivindica su papel protagénico no sélo por detras de los bastidores, sino en el centro del escenario. Nosotros entendemos que los anilisis de las sociedades s6lo adquieren una im- portancia sustantiva si logran por lo menos indicar —y no sélo en funcién de nuestros deseos, sino en base a la investigacién cientifica— las perspectivas que se vislumbran hacia el porvenir de los pucblos. En la medida que sea posible, en el limitado Ambit de este ensayo, trataremos de orientarnos en este sentido, y buscaremos hacer al final del trabajo, breves re- ferencias criticas respecto a algunos de los recientes planteamientos que se han efectuado en Brasil a propésito del “modelo brasilefic” por parte de los tedricos burgueses. Lamentablemente, debido a que este ensayo tiene limitaciones de espacio, no INTROBUOCION 131 ser posible desarrollar un anilisis de los puntos de vista de la oposicién socialde- mécrata, como tampoco del proceso de superacién de Ja izquierda en la estra-~ tegia y Ja tactica, De la misma manera, muchos otros temas tendrin que ser _tratados superficialmente y, desde luego, nos excusamos por ello ante nuestros lectores. M. INTRODUCGION Una de las caracteristicas mas notorias del estado brasilefio desde su formacién en el siglo xr ha sido su cardcter autoritario. Durante el Imperio, forma de gobierno que se constituy6 al ser lograda Ia independencia de Portugal, el poder moderador del emperador representaba una autoridad maxima que se superponia ala dominacién oligérquica, no pata aminorar sus efectos opresivos sobre la nueva nacién que se gestaba, sino mas bien para imponerse sobre cualquier even- tual rebeldia liberalizante, contraria al capitalismo dependiente que se gestaba en el pais en base al trabajo de los esclavos. La esclavitud sobrevivié mas de medio siglo a la colonia y su abolicién en 1888, por parte de Ia hija del emperador, correspondid mas bien a los intereses que engendraba la nueva etapa del expan- sionismo inglés (necesidad de estimular la expansién de mercados para los pro- ductos manufacturados del Imperio britdnico), que a las veleidades libertarias de fos oligarcas criollas, pese al hecho de que habiéndose establecide ya el monopolio de la tierra en manos de unos pocos terratenientes, haciase mas econémico con- qatar asalariados, 0 explotar la mano de obra a través de una amplia gama de relaciones de produccién semiserviles, que seguir manteniendo la fuerza de traba- jo eselava. La proclamacién de la Reptiblica en 1889, que correspondia a las nuevas aspi- aciones modernizadoras y liberalizantes de las diversas facciones de Ia oligarquia, A la primera intervencién militar en el destino de la nacién. Por la historia ‘de los gobiernos de la joven Repiblica habran de desfilar varios personajes smilitares. La vocacién opresora se manifesté temprano y sobrepasé los Iimites nacionales. ‘Como un preludio de las tendencias expansionistas, Brasil integré la Triple Alian- junto a Uruguay y Argentina y se lanzé en una feroz guerra en contra de Para- ay, que culminé con el genocidio de cinco sextos de su poblacién. Las clases dominantes brasilefias, que sin duda detentan la hegemonia del poder litico y econémico hasta los finales de los afios veinte, son las oligarquias que 4n vinculadas, directa o indirectamente, con el sector primario exportador y la ién monopélica de la propiedad de la tierra. De alli proviene su paradé- eclecticismo en cuanto a sus concepciones ideoldgicas; son conservadoras en to beneficiarias del sistema agroexportador que tratan de preservar a la vez instrumentalizan toda una coneepcién liberal y librecambista que obstaculiza proteccionismo de Ia industria nacional. Son modernizantes, en la medida en introducen en el sector agroexportador toda una serie de innovaciones tec- jicas para hacer mds eficiente el sistema productive y para permitir inten- 132, BRASIL: NACIONALISMO, FOFULISMO Y DICTADURA sificar el comercio con las metrépolis; estimulan Ia formacién y expansién de un mereado libre de la fuerza de trabajo, condicién para que florezcan las relaciones de produccién tipicamente capitalistas;* promueven un relativo e intenso proceso de modernizacién de nuevos servicios y locales piiblicos, y tratan de reproducir en Ja periferia el ambiente moderno que caracteriza Ia vida de las grandes ciu- dades de las metrépolis. Pero, toda esta modernizacién que de hecho promueve Ja burguesia agroexplotadora esti intrinsecamente limitada por la propia estruc- fura productiva que la acciona y Ia paraliza: la economia primario-exportadora. La economia brasilefia, en la medida en que se encuentra centrada en la pro- duccién para la exportacién de productos agricolas, particularmente el café, es capaz de asimilar, dentro de ciertos limites, una tecnologia moderna. (y los limites estn dados por la abundancia de mano de obra barata), pero no tiene capacidad para producir esta tecnologia. En ello reside la razén de fondo del porqué es la oligarquia agrario-exportadora una clase esencialmente conservadora pues sélo pue- de relacionare con el mundo moderno, capitalista, desde la perspectiva del ven- dedor o del consumidor, jamés desde la del productor de los instrumentos cien- tificos y teenolégicos del desarrollo. De alli proviene su necesidad de aferrarse al statu quo, de ponerse en una actitud reacia a los cambios verdaderamente modernizadores, de frustrar la emergencia de nuevos sectores productives, de iue- vas clases sociales. Slo de esa manera puede mantener intacto © incuestionable su poder hegeménico. Sin embargo, su conservadorismo es una vana ilusién. Pues es del propio seno del sistema oligérquico de donde empieza a gestarse un lento pero paulatino Proceso de industrializacién, y a configurarse las nuevas clases que pasarin a ser Jas protagonistas de las siguientes capitulos de la historia. Ml. LA INDUSTRIALIZACIGN Y LAS CLASES. SOCIALES Ya a fines del siglo xxx se registran los primeros sintomas significativos de un proceso de industrializacién. Varios articulos manufacturades de consumo popu- lar (textiles, calzados, alimentos en tajos, ete.) son producidos por una incipiente industria nacional. Qué factores han posibilitado el surgimiento y la expansién de este brote in- dustrial? Sin duda el factor explicative fundamental reside en la conformacién y articulacién de un mercado interno, producto de Ia generalizacién —més inten- 8a en unas regiones que en otras— de las relaciones capitalistas de produccién que, Poco a poco, van obteniendo el predominio del sector clave de la economia, es decir, el cafetalero, base de la exportacién. La produccién en alta escala del café, especialmente en la regién de So Paulo, si bien coexiste con relaciones de produccién precapitalistas (semiserviles) confi. * Una de las originalidades del desarrollo del modo de produceién capitalista en América Latina es el hecho de que sus relaciones de produccién tipicas se desenvuelven primero en cl sector primario. INDUSTRIALIZACION Y CLASES SOCIALES 133. gura ya, cn lo fundamental, un modo de produccién capitalista tipico, pues se articula en base a Ja separacién entre los propietarios privados de los medios de produccién, por una parte, y, por otra, de la oferta Hibre de la fuerza de trabajo. La proliferacién de las relaciones capitalistas tipicas se explica en dltima ins- taneia como resultante de un profundo proceso de modernizacién del sector pri- mario-exportador (lo que también ocurre en varios otros paises latinoamericanos).2 consecuencia de la nueva etapa de expansién del capitalismo mundial, en especial en Inglaterra. Esta nueva etapa, que se ha dado en llamar segunda revolucién industrial, y que se ha caracterizado por la produccién mecdnica de las méquinas de hacer mAquinas, entrafia efectos sustanciales en la reorganizacién del sistema productive dependiente, que debe hacerse mis eficiente para poder suprimir las necesidades crecientes de productos agricolas y materias primas de las metrdpolis. Estas necesitan estimular en la periferia del sistema capitalista, la expansién de mercades aptos para consumir la produccién en serie de sus articulos industria- les. Como ya hemos mencionado, es en este contexto que se inserta la abolicién de la esclavitud en Brasil. Obviamente, la dindmica modernizadera del aparato productive exportador extiende sus efectos hacia el conjunto de la sociedad dependiente, tendiendo a generalizar Jas consecuencias de la formacién del mercado libre de trabajo. Ast, “es el mismo proceso que genera la divisién internacional del trabajo, el que, a su vez, crea las condiciones para la expansién de los mercados nacionales y, por Jo tanto engendra los elementos de superacién de las economias fundamentalmen- te exportadoras”® En Brasil, el fenémene ocurre de manera muy tipica: la expansién de la pro- duccién agricola en alta escala destinada a la exportacién amplia el monopolio de la tierra, tiende @ restringir progresivamente las dreas de la economia de sub- sistencia, a proletarizar una parte significativa del campesinado,* y también a ex- pulsar hacia los micleos urbanos otros contingentes de campesinos, que alli se van a ofrecer come trabajadores a cambio de exiguos salarios. Se tiende a reproducir pues, en la periferia del sistema, si bien de manera caricaturesca, el proceso que caracterizé. la expansién del capitalismo metropolitano y que fue descrito por Marx como la acumulacién capitalista originaria. El capitalismo desarrollado pro- _yecta asi su imagen hacia el pais dependiente, que trata de asimilarla a través de un espejo que la distorsiona burdamente. La distorsién del modelo clésico de desartollo capitalista proviene del hecho de gue el proceso de acumulacién de capitales se realiza en el exterior utilizando las divisas generadas por las exportaciones, Ja industrializacién surge como actividad complementaria de las necesidades ‘de consumo engendradas por Ia expansién del sector primario que, por su parte, ‘est4 voleado hacia Ia satisfaccién de los requisitos expansionistas del nuevo auge industrialista metropolitano. Los mecanismos bisicos del funcionamiento del ca- * Véase a este respecto Vania Bambirra, El capitalismo dependiente Jatinoamericano, Mé- "xico, Siglo XXI, 1974, capitulo w, pp. 32 ss, * Op. cit, p. 35. * Aunque 1a cafeicultura absorbe también una fraccién importante de la mano de obra de los inmigrantes europeos y de los esclavos libertos. 138 BRASIL: NACIONALISMO, FOFULISMO ¥ DICTADURA pitalismo en América Latina, desde su cuna, revelan su caracter intrinsecamente dependiente y subyugado a los intereses dominantes del capitalismo en las poten- cias més desarrolladas. Y revela también cémo esta dependencia sobrepasa los limites de las relaciones meramente comerciales, al enmarcar dentro de determi- nados pardmetros las posibilidades y el cardcter del desarrollo de las fuerzas pro- ductivas a un nivel nacional. Sin embargo, en la medida en que se va articulando y expandiendo el mercado interno, la proliferacién de la base industrial tiende a adquirir un dinamismo propio, especialmente en funcién de su aporte a la expansién de este mercado. En otras palabras, al emplear mano de obra asalariada para atender una deman- da preexistente de productos manufacturados, la industria estimula a la vez la expansion de la demanda. La intensificacién del proceso, en el curso de las pri- meras décadas del siglo, sin cuestionar Ja supervivencia del sector agricola expor- tador, tiende a poner en el orden del dia la necesidad de redefinir las prioridades del desarrollo en cuanto a metas, estimulos, proteccién estatal, en suma, control hegeménico del poder. En la medida en que se va afirmando, el desarrollo indus- trial reivindica ser el articulador central del proceso de acumulacién capitalista. Un gran impulso en esta direccién ocurre durante el periodo de la guerra europea que s¢ extionde de 1914 a 1918. La situacién de conflictos bélicos crea condiciones favorables a Ia expansién de la industria, pues disminuye el flujo de productos manufacturados metropolitanos hacia Brasil a la vez que intensifica la demanda de materias primas y productos agricolas. Esto genera una mayor demanda insa- tisfecha de articulos industriales, impulsa el proceso que se ha dado en llamar sustituciones de importaciones, esto es, cl cambio de importacién de bienes de consumo final por las compras de maquinarias y equipos para ampliar la base industrial del pais. Tal situacién se da en la misma época en varios paises de Latinoamérica, como en México, Argentina, Chile y Uruguay y ya ha sido des- cerita de manera exhaustiva por historiadores, economistas y socidlogos. Sin em- barge, por lo general los analistas explican el proceso de industrializacién a partir de las condiciones favorables generadas por la guerra y la crisis econémica de 1929 como si se hubieran de repente producido las condiciones para cue funciona- sen automdticamente estos mecanismos de sustitueién de importaciones. No se trata aqui de desmerecer el impacto desarrollista de Ia industrializacién sobre las sociedades dependientes y en particular sobre la brasilefia; pero consideramos que es de importancia crucial para explicar en toda su amplitud y rigor las con- diciones que permitieron la industrializacién no sélo en Brasil sino en los otros paises mencionados, no perder de vista los factores esenciales que la han hecho posible: a] la estructuracién de un mercado interno y b] la organizacién de un sistema productivo industrial en base a relaciones capitalistas. Ambos empiezan a gestarse, como caras de la misma moneda, ya a fines del siglo xx; prosiguen su expansién durante los primeros afios del siglo xx y son la condicién sine qua non para que se pueda aprovechar Ja favorable coyuntura gencrada por el conllicto bélico, en el sentido de impulsar el remplazo de exportaciones suntuarias por im- portaciones de maquinas y equipos industriales. Es muy importante tener presente estos requisitos basics prexistentes al nuevo auge industrializador, pues sélo de esta manera es posible comprender por qué esta especial situacién internacional DUSTRIALIZACISN Y CLASES SOCIALES 135 ¥ posteriormente otras, como la gran depresién del capitalismo mundial que empieza en 1929 y la guerra mundial de 1939-45) stimula la industrializacién m algunos paises latinoamericanos mientras los dems atraviesan un periodo de ¥ estancamiento, sin ninguna posibilidad de promover mecanismos sustitu de importaciones y de crear una base industrial significativa, como ha sido caso de los paises centroamericanos, Bolivia, Ecuador, Pera, Venezuela, ete. ‘Son pues estos factores claves los que posibilitan que el eje del sistema de domi- cién dependiente se vaya reorientando en funcién del nuevo polo dindmico del ema, vale decir, la industrializacién, Es natural que en el proceso despunten as clases sociales que aspiran a ocupar el principal escenario de la vida eco- ica, politica y social del pais. Y surgen y van acumulando fuerzas una bur- fay un proletariado industriales. La joven y ain débil burguesia industrial wilefia se encuentra desde sus origenes ante una aguda contradiccién: por un do necesita afirmar sus intereses particulares que son proteccionistas y reformis- a través del cuestionamiento del poder oligirquico vinculado a la propiedad Ja tierra y al sistema exportador; pero, por otro, necesita de las divisas gene- por el mismo sector para seguir promoviendo la expansién industrial. Ahora ademis de esta contradiccién bisica, la aproximacién hacia un nivel més 1 de andlisis, revela otra contradiccién que la dilacera y limita sustancial- ite sus particulares intereses de clase: la simbiosis existente entre los propi de tierras, los sectores agroexportadores y los empresarios industriales. Es © que muchos de éstos son inmigrantes europeos o sus hijos, © provicnen ori- ente de la categoria artesinal pero, sin duda, muchos encuentran su origen clase terrateniente, o entre las fracciones dé clase vinculadas de una u otra a al sectédr exportador. s complejos mecanismos de simbiosis de las fracciones de las clases domi- brasilefias, desde los comienzos del proceso de industrializacién, entregan los para la comprensién de las limitaciones de la “revolucién” democratico-bur- que impulsaré la burguesia industrial en su momento de auge. El auge coin- 4 con el primer gobierno de Vargas. mbién el proletariado brasilefio tuvo desde sus origenes que recorrer un pe- } camino para disociar sus intereses de clase de las fracciones de la clase domi- (burguesia industrial sobre todo), que paralizaban el desarrollo de su con- de clase. f proletariado industrial encuentra sus origenes en dos grandes sectores so- por un lado, procede del campo. Es el campesino que fue desplazado hacia des, a raiz de la expansién y especializacién del sector exportador quien, encionamos antes, liquidé amplias 4reas de la economia doméstica de sub- Por otro, proviene del auge de la inmigracién originada principalmente @ises curopeos —particularmente de Italia— inmigracién que fue especial- a fines del siglo xr y comienzos del xx. Siendo el origen del pro- industrial campesino y ariesanal, uno y otro moldearon en las tres pri= das del siglo una mentalidad paternalista, per una parte e individua- la otra. Nada de extraiio por lo tamto que el proletariado brasilefio 2 presa facil de las ideas anarquistas primero y posteriormente de las que aunque se sucedieron en el tiempo (la decadencia del anarquismo 136 ‘BRASIL: NACIONALISMO, POFULISMO Y DICTADURA en Brasil coincide aproximadamente con el desarrollo del populismo en el medio obrero pasando por una corta mediacién de una relativa preponderancia comu- nista entre 1924-1935), en verdad ambos encuentran ene] origen de clase peque- fioburgués del-proletariado brasilefio el terreno abonado para su proliferacién. De esa manera, en las primeras Iuchas de Ja clase obrera en Brasil, a principios del siglo xx, Ia ideologia que la moviliza ¢s la anarquista. El liderazgo sindical recién constituide * se inspira en el bakuninismo y en el proudhonismo, concibiendo un sindicalismo libre, que oriente el descontento de la clase hacia la destruccién del sistema de dominacién politica en general. Desde el afic 1917 hasta 1920 se registra el auge de las luchas obreras bajo la orientacién anarquista. El impacto de la revolucién bolchevique fue acogido con entusiasmo por los anarquistas en Brasil. La interpretaron, en un primer momento, como una revolucién libertaria, sin comprender su profundo contenido ni las en- sefianzas marcistas-leninistas. En el pafs esta época era de una aguda crisis politica y cconémica, de baja en los niveles de expansién industrial que habian existido en los afios de la guerra. Esto se reflejaba en el aumento vertiginoso del costo de la vida, junto a la pérdida del poder adquisitive de los salarios y la amenaza del desempleo. En el afio 1917 ocurre la gran huelga general en la ciudad de Sio Paulo que se extendié también hacia el interior de esta provincia asi como hacia Rio de Janeiro, Negando a presentar algunas manifestaciones insurreccionales. Se reivin- dicaba Ia jornada de ocho horas de trabajo diario y aumento salarial. La ciudad de Sao Paulo estuvo durante varios dias controlada por les obreros. En este clima, los patrones aceptan conceder Jas reivindicaciones pero, una vez terminada la huelga, Ja accién implacable del aparato represivo del estado se hizo sentir in- mediatamente, a través de la expulsion de los dirigentes extranjeros y del ase sinato de los nacionales. E] sindicalismo anarquista estaba convencido que podria derrumbar al estado opresor por medio de una huelga general revolucionaria. Esta fue preparada para el afio 1918 y empezé en Rio de Janeiro y en Niter6i, pero fracasé frente a una intensa represién. En el afio 1919 vuelven a estallar nuevas huelgas en Séo Paulo, Porto Alegre, Recife, Salvador, Curitiba, Niteréi y Rio, que tratan desesperada- mente de derrumbar el estado brasilefio y culminan en el desgaste del movimiento, aplastado por una cruel represién. En su auge, el anarquismo revela su impo- tencia, resultado de su incapacidad de elaborar una estrategia y tictica adecua- das a las condiciones objetivas, de constituir alianzas, de orientar efectivamente a Ja clase obrera para acumular fuerzas, para lograr conquistas parciales pero sig- * En 1906, se realiza en Rio de Janeiro el 1 Congreso Obrere Brasileiio, que reine 43 delegados representantes de 25 organizaciones sindicales, anarquistas, y de 4 diarios y se funda la Confederacién Obrera Brasiletia (cos). En 1908 la cos dirigié Ia campafia contra Ja guerra y In conscripcién militar obligatoria, promoviendo grandes manifestaciones de protesta. En 1913 se realiz6 el I Congreso de Ia cos y se empez6 la lucha en contra dc Ia ley Adolpho Gardo que facultaba la expulsién de los obteros extranjeros bajo el pretexto de que cran eqiminales comuncs, con cl objeto de descaberar el movimiento. En esta época "el Congreso aconsejé al prolctariado de Brasil cn’ caso de guerra externa a declararse en huelga general revolucionaria”, Es interesante tener presente que cn csta ocasién el proletariadobrasilesio aleanzaba la cifra de 300000 personas, JLIEACION Y SLASES SOCIALES 187 fcativas, y se pone al demudo su incapacidad tedrica, politiea y orgénica. Asi generan las condiciones para su superaciOn. as clases dominantes, asustadas por el impacto del movimiento obrero, uti- fan no s6lo la represién sino que tratan de hacer algunas concesiones que se en las primeras leyes obreras: 1921, casas populares; 1923, caja de jubi- y pension para los ferroviarios, y 1925, ley que reglamentaba los feriados. Durante los afios veinte el movimiento obrero atraviesa un perfodo de autocri- de esta primera etapa, sin ninguna duda grandiosa y heroica aunque utdpica B sus objetivos.* La manifestacién mas trascendental de esta autocritica fue la izacién de los primeros grupos comunistas constituides por miembros de los atos obreros en e] afio 1921 y la constitucién en febrero de 1922 del Partido sta de Brasil. pos surge como una escisién del anarquismo y con una base fundamental- ente proletaria. Por esa época Ja cifra del proletariado brasilefio ascendia a ca de un millén, En julio de 1922 el partido fue ilegalizado, condicién en la pasaré casi toda su existencia, con la excepcién de un corto periedo du- fe los aiios cuarenta. La historia del ros, a la cual nos referiremos de alguna a en las paginas siguientes, estuvo plagada de equivocaciones de cardcter égico y tictico que les propios dirigentes han reconocido en varias oportuni- ides, pero siempre fue sobre todo llena de dificultades motivadas por la nece- d de luchar desde Jas adversas condiciones de la clandestinidad, teniendo que entarse a una dura represién que siempre ha caracterizado el funcionamiento ‘aparato cstatal brasilefio, El ron durante los afios veinte fue un partide com- ta el partido sé abrié a la pequefia burguesia que lo hegemonizé y pasb a sir su control orgénico y a influir en su linea politica. El representante mis do de la hegemonta de las clases medias en el interior del partido fue sin Luis Carlos Prestes, quien se trasformé en su lider indiscutido aunque silo os afics cuarenta pasé a ocupar el puesto de secretario general. Nos refe- posteriormente a la direccién prestista. Es importante sin embargo destacar el predominio de la pequefia burguesia sobre el pcr no fue un fenémeno alea~ Correspondié a un momento histérico crucial, no sélo para la historia del 0, sino-que de manera muy notable para la vida de Ia sociedad brasilefia b tal. Ha sido Hamado por diversos analistas el periodo de la emergencia as clases medias.” ss clases medias se venian formando paulatinamente, vinculadas a actividades mentarias a la expansion del sector agroexportador, que se concentraban micleos urbanos. Entre estas actividades destacan las burocrético-adminis- , los servicios en general, las organizaciones de defensa —militares y ci- andlisis de este perfode se encuentra cn Everardo Diaz, 4s Iutas sociais no Brasil, ao L. B., Sto Paulo, 1962. Tiicratura politica y sociol6gica ha utilizado muchas veces de manera indiscriminada Jno pequefia burguesia para designar tanto a los pequefios propietario: de sus me- @ de produccién como a profesionales, estudiantes, empleados en servicios, burdcratas, Estos Ultimos sectores son asalariados que pueden sex designados tanto por pequefia ecsia asalariada como por ¢lase media. 138 BRASIL: NACIONALISMO, POPULISMO ¥ DICTABURA viles—, las profesionales, técnicas y culturales. En Ja medida en que se va expan- diendo Ja industrializacién se amplia el campo de actividades de estas clases, y en la medida que Ja industria tiende a afirmarse como el eje principal del sistema productivo con miras hacia el control del sistema de dominacién en su conjunto, era natural que las clases medias tendieran hacia la identificacién de sus pers- pectivas con las del proyecto modernizante e industrialista. No es necesario repetir ¢n detalles aqui el andlisis, ya por dems conocido, de las caracteristicas especificas de estas clases, de la ausencia de wn proyecto propio coherente para Ja sociedad en su conjunto. Nos limitaremos a sefialar que por su propia condicién de intermediarias en el proceso productive, las clases medias por Jo general tienden a adoptar Ja perspectiva de las clases dominantes o de aquellas clases que aspiran a la dominacién ostentando un proyecto que las beneficia ma- yormente. Por supuesto hay sectores de las clases medias que adoptan la perspec- tiva de clase distinta por idealismo 0 por una postura cientifica. Pero esto ocurme én mayor escala en situaciones prerrevolucionarias o revolucionarias, cuando el poder cxistente se encuentra profundamente cuestionado. En Brasil, importantes sectores de las clases medias evolucionaron desde un proyecto oligdrquico-liberal que, como hemos destacado, era esencialmente conservador, hacia el proyecto de mocratico-burgués que era sobre todo proteccionista, nacionalista y revolucionario, dentro de los limites bien precisos en los cuales era posible que ocurrieran tras- formaciones en la estructura productiva y en el sistema politico del pais depen- diente. Naturalmente que la opcién por este ultimo proyecto satisfacia de manera mucho més amplia las reivindicaciones especificas de estas clases pues ellas serian Deneficiadas en la medida en que se ampliasen las posibilidades de nuevos em- pleos, de mayor participacién politica y social, condiciones que sdlo podrian ser cumplidas por una reorganizacién cualitativa del sistema de poder con miras a estimular y proteger el desarrollo econémico. Son estas ‘razones de fondo las que explican Ja precipitacién en el escenario politico de lideres provenientes de las clases medias que sostienen la bandera de las trasformaciones democratico-burguesas. IV. DE La REVOLUGION DE 1930 aL atzamiEeNToO DE 1935 EI impulso industrializador de los afios de la guerra ponia en el orden del dia la necesidad de impulsarlo mds alld de donde habia legado, y las arcaicas institu- ciones politicas, juridicas, culturales eran un freno para su desarrollo, Habia pues que cuestionarlas en sus raices. El movimiento obrero a quien cabria la tarea histérica de emprender esta labor estaba en una etapa de claro descenso, que correspondia al desgaste de Ia orientacién anarquista. La orientacién marxista re- cién empezaba a esbozarse a través de la formacién del pcr, que no habia logrado siquiera asimilar sus mds rudimentarias ensefianzas* y cuya base social era muy reducida. Existia pues, en el escenario politico del pais, un amplio espacio para * Es muy sintomatico el hecho de que la Comintern rechazé Ia primera solicitud de in- greso del rca por su insuficiencia tedrica, REVOLUCION DE 1980 AL ALZAMIFNYO DE 1985 139 ocupado por el liderazgo de las clases medias quienes lo empezaron a Menar. nero, a través de manifestaciones y levantamientos aislados, que luego fueron miendo la forma de una contestacién mas continua y articulada hasta culmi- en 1980, con Ia revolucién. os lideres provenientes de las clases medias van creciendo y conquistando la ién popular, arrastrando bajo su conduccién sectores de origen campesino y ero. Desde cl levantamiento del Fuerte de Copacabana en 1922, que fue una ifestacién restringida y aislada de las masas, pasando por la revuelta de los es en So Paulo, dirigida por el general Isidoro Diaz Lépez, hasta la legen ‘Columna Prestes, que se forma en 1924, adoptando el nombre de su lider pitin Luis Carlos Prestes, y que recorrié el pais durante dos afios y medio, tiendo Jas fuerzas represivas que los persiguieron sin lograr jams inflin- una derrota siquiera, se fue afirmando en el pais un clima revolucionario ponia en cuestin los aspectos més retrégrados de la dominacién oligérquico- esa tradicional. [a oposicién al régimen trata de institucionalizarse a través de la formacién de fanza Liberal durante el gobierno de Arthur da Silva Bernardes, que se ex- e del aio 1922 a 1925. El presidente tiene que recurrir al estado de sitio fa mantener el orden. El gobierno que le sucede, de Washington Luis, tiene que rentarse 2 una oleada creciente de descontento y agitaciones. Todo esto cul- en el afio 1930, cuande Julio Prestes es declarado vencedor en elecciones jerto fraudulentas, en detrimento de Getilio Vargas, quien habia sido gober- or de Rio Grande do Sul y candidato presidencial por la Alianza Liberal. En e empieza la rebelién en Rio Grande do Sul, Minas Gerais y Paraiba. Las geuchas marchan hacia el centro comandadas por el propio Vargas y pel teniente Céis Monteiro. Judrez Tavora, compafiero de Carlos Prestes en olumna, toma con sus tropas a Bahia y Recife. El pais se convulsiona de a sur y el proceso revolucionario culmina con Ia victoria. es posible emprender aqui una descripcién pormenorizada de 10s aconteci- que, por lo demés, ya han sido expuestos por varios autores. Queremos tbargo destacar dos hechos: primero, que si bien la movilizacién social “culminé con la victoria revolucionaria fue emprendida en el curso de los weinte por él liderazgo de clase media, notoriamente por militares, en espe- tenientes, a esa movilizacién se sumaron no sélo los sectores populares, sino én sectores provenientes de la propia oligarquia. El mismo Getiilio Vargas préspero latifundista y, sin embargo asumié el liderargo de la lucha cuyo fundamental era el poder oligdrquico y desarrollé, durante sus dos pe- = gubernamentales, una politica que correspondia esencialmente a los inte- industriales, aunque hizo varias “concesiones” sustanciales a la vieja oligar- sto se explica en parte por la mencionada simbiosis de intereses pero, sobre Ja conciencia de sectores de Jas clases dominantes de la necesidad de Jos intereses fundamentales del sistema de dominacién en su conjunto, ar de crear las condiciones indispensables al desarrollo del niicleo central mmulacién capitalista: la base industrial. Es por eso que Vargas, siendo o de la oligarquia terrateniente, se trasforma en el gobernante que re- de este pacto wna d c uica, Esta hi 0 el modo de funcionamiento del capitalismo | que sdlo xe pucde considerar a esta “revolucién burguesa’” como tal @ en que no se pierda de vista su espec idad bAsica que consiste en brera. Resta por bilidad de golpear. profunda y decisivamente a sus “enemigos” y provodl Ae ori spunlnel ben 1 Drax swatants) Boi ; Mtraaformacion definitiva y radical de la situacién de dependencia y en el vem ees i Ae hi eewlblnes he tate ra Raat i ; “de la independencia econémica nacional, Ia integracién del ‘mercado intern@l lanecié tal cual era en el pasado: despojado progresivamente de sus t de la eee ala economia ya la sociedad capitalista. A pesar de_ los nue Mabeto, enfermo y hambriento. El cardeter intocable de Ja cucatién agree niveles en que se situarin estos problemas en consecuencia de Ia industria ‘Je manera contundente el pacto oligérquico-burgués que hiv que la: ign del pals quedardn como irresueltos y clamaran por nuevas soluclones emt dustrial abdicara de promover una reforma agraria, aunque sta \ O¥ contextos. idicién de suma importancia para Ja ampliacién del mereado y para crisis del capitalismo mundial que empieza en 1929 sin duda ayudé a aces tenso desarrollo de las fuerzas productivas. ait ¢l proceso revolucionario pues golped a los intereses cafetaleros en especial indo lugar, ¢s relevante destacar Ja actitud del rcv y. de su entoneee: 60 en el orden del dia la necesidad de una alteracién sustancial del poder Luis Carlos Prestes, frente a la revoluci6n de 1930, El hecho es importante quico que se fundamentaba en Ja vieja “politica de los gobernadores”. Esta Prestes, a raiz de Ja epopeya de la Columna, se trasformé en el gran itica estaba asentada en el control de las “‘clientelas” electorales, es decir, en yy por lo tanto, a él le correspondia liderar el proceso revolucionarios BAB lominio paternalista de los clectores por los caudillos locales. Con ta victoria mera tan clara que el propio liderazgo burgués y pequefioburgués, en Bu, +Ja revolucién, este fenémeno no desaparece pero past & ser mediatizado por el (fativos previos al alzamiento, se dirigié a Prestes ofreciéndole Ja direcelén ‘blero de Vargas quien es la expresin del nuevo pacto de poder. De esta ma- jimiento porque comprendia Ia enorme importancia de su arrastre do la figura del gran cacique se sobrepone a los sistemas caciquistas locales y, Sin embargo, Prestes que ya por entonces se estaba convirtiendo al eommiie bien coexiste con ellos, los redefine en funcién de los nuevos intereses hegem6- j, en contacto con la direccién Iatinoamericana de la Comintern y con el | La burguesia industrial se aprovecha ast de Tas pautas de funcionamiento “fo asimilé correctamente la concepeién Jeninista de que el partido proletario pl sisiema oligArquico en el nivel politica como se aprovecharA también més fconducir a Ta clase trabajadora para ditigir la revolucién democriticos iis, nsamente de su aparato econémico, Ejemplo muy claro de esto se encuentra Volvié la espalda al movimiento yevolucionario en gestacién y lang® til) fl llamado “eonfisco cambial” (confiscacién cambiaria) que permitia al estado esto cuyos puntos centrales eran: Ja denuncia de la “farsa electoral” de Ios P ! noionar los cafeticultores a cambio de obtener el control del grueso de las figueros, de la falsa democracia, que “fen el fondo, no era més que wna lnehi statal del café mantenia fe intereses contrarios de dos corrientes oligdrquicas, apoyadas y estimulad quia pero, por otro, y esto era lo Jos dos grandes imperialismos que nos esclavizan y los cuales los politiqueros: tear Ia compra de materia pri- Uilefios entregan, atada de pies y manos a toda la nacién”. Denuncid también tifundio y convocd a la “insurreccién generalizada” declarando que “solo Unt no de odor los trabajadores, basado en un consejo de trabajadores de Is .d y del campo, soldados, marineros, podré cumplir tal programa’! Bsta equivocada concepei6n estratégico-téctica que consiste en tratar de sallap cbtenidas con la exportacién, El financiamiento « roduccién, favorecia por un lado a Ja oliga indamental, sus ingresos se utilizaban para cost Mas y maquinarias para la industria. A este fenémeno Jo hemos llamado la tulacion externa de capitales”, vale decir, Ia mecesidad de que el capitalismo diente incluya en la reproduccién del sistema al sector externo. Esto signti- “ector de bienes de produccién —sector I, como lo ha llamadd Marx— en los paises capitalistas desarrollados. Ya tevolucién de 1930 satigface ampliamente las relativamente modestas re ins ae especificas de las clases medias: al estimular el desarrollo industrial, pects Simplanta toda una politica ampliamente proteccionista de la industria na- paisa, - (onal y- Ie susttucign de ieportaciones, favorecida por la gran dapresién del cece a ape Ty Posteriormente. se instituye 1a Constitucién del estado nuevo, en 1857, que suplanea Jas aspiraciones demoerdticas apoyindose en principios dictatoriales * través de su carlcter Prestes € @ revolucao social, Ed. Calvin, 142 URASTE: NACIONALISMO, POPULISMO. Y DICTABURA ‘por encima de Ia etapa democrético-burguesa del proceso revolucionario, repre- gentaba una reproduccién mecdnica en Brasil, de la linea trazada por la Comin- tern, llamada por Molotov la linea del “tercer perfodo”, es decir, Ja orientacion de una ofensiva generalizada de los rc, en plano mundial, para la toma del poder con base a la organizacién de un poder al estilo soviético, como respuesta J la crisis econémica de earicter revolucionario que se esperaba y que de hecho jeurrié a partir de 1929. Esta Tinea inclula un enfrentamiento con a soclalides mocracia, considerada como la enemiga principal dentro del movimiento obrere por su politica reformista que objetivamente servia al fascismo. Los movimientos veciaidemécratas y sus expresiones en los paises coleniales en movimientos demo- critics de liberacién nacional quedaban definidos como un “social-fascismo”. Por supuesto tal orfentacién tenia que fracasar en Brasil, como fracas en. todas par- tes. La sociedad y el proletariado brasileiio, en especial, no estaban adn maduros ‘para proponerse la realizacién de una revolucién socialista, Tal linea politica re- Felaba una desviacién tfpicamente izquierdista y sin duda engendré el aislamiento del pcs de las amplias masas. Poco tiempo después el rc, a través de Prestes, hiza una autocritica de esta posicidn, pero tampoco comprendié que la oportunidad histOriea de ta revoluci6n Gemocratico-burgueca habfa ya pasado e intenté restablecer una alianza democrd- tica antimperialista por medio de la formacién de Ja Alianza Nacional Liberta- dota, que se lanz6 tardiamente al asalte al poder, y que contaba con el apoyo de tuna burguesia nacional que para ese entonces ya se habia incorporado al estado, ‘Asi expresé su nueva posicién: “Marchemos, pues, rapidamente, a la implantacién de un gobierno revolucio- nario popular en todo ef Brasil, un gobierno del pueblo contra el imperialisne y el feudalismo que demostraré en la préctica a las masas trabajadoras del pais, Jo que e+ la democracia y la libertad. {...) Corresponde a las propias matas la Jniclativa de organizar la defensa de sus reuniones, de garantizar la vida de sus jefee y de prepararse activamente para el momento dei asalto. La idea del asalto ya maduré en la conciencia de las grandes masas, A su jefe le corresponde orga- hizarlas y dirigitlas.” Al final el rcp definié el cardcter de la Alianza Nacional Tibertadora: es “una amplia y vasta organizaci6n del frente nico nacional”. En lineas generales, el programa que preconizaba Ia aLw era el siguiente: gol- ‘pear al imperialismo a través de In suspensién de las deudas imperialistas, nacio- palizar sus empresas, proteger a la industria nacional, distribuir las tierras, deter- ininar las libertades democraticas, ete. Tal programa hubiera consistido, en 1930, en Ta tadicalizacién del programa’ revolucionario burgués. Sin embargo, en 1935, cuando ya se habia establecido la alianza de la burguesia industrial con la oli- garquia, cuando los intereses imperialistas ya habfan sido resguardados a través Gel nuevo pacto del poder, Ia nueva oleada revolucionaria, articulada extempo- SAncamente, tenia que fracasar. El gobierno de Vargas, expresién de In hegemonia burguesa comprometida con los intereses oligrquicosimperialistas, tenia an sus gnagos el firme control de ta situacién politica y econémica. En contectiencia, cored a la aw asi como a In Confederacién Unitaria de Brasil, que manejaba Jos sindicatos comunistas © independientes. El alzamiento se produjo en puntos dispersos del pals pero fue prontamente BEL ESTADO NUEVO A LA DEMOCRACIA. LIBERAL ee La sein burguesa ya se habia consumado en lo fundati Geonomia ya empezaba a raburtecerse, la burguesia no tenia pues nin iizatse en una nueva aventura junto a aliados tan ineémodos ie to de 1935, pese a su heroismo, fue sin duda un rene tes convertidos al socialismo, bajo la orientacién stalinist aa Pequefioburgueses, con su aventurerismo y falta de sentido poll L a sburgués tenia ahora todas Tas excusas para aerecentar sit | * pe pe Cones Y para empezar a disputar en mejores 60 Bir ico y orginico de Ja clase obrera por medio del 1936 Vargas reprimié también una intentona de cardcter fasel ; Plinio Salgado, y aproveché esta oportunidad para reforear ol | eee que habia instaurado en noviembre de 1937, bajo al jnir una insurreccién comunista. t W8TADO NUEVO A LA DEMOGRAGIA LIBERAL do Nuevo representaba en Ja prdctica una dis de presentarse como un vereds amalguaigt do er nt oda xcluido el campesinado), pero que representaba en Ja pricticn Ji IN Gl conjunto de la sociedad de los intereses de Ia burguesta industrial (Organizacién de tipo corporative bajo la cual Vargas articuld: lk inte al estado do Jas distintas clases, estaba inspirada en Jom melee mites en la época, que sin duda despertaban Ia admiracién del FWA Conicedli6 a Ja clase obrera una legislacién labor Bonne tens Sa re el movimiento obrero. Instrumenté una intel jontaba como "el padre de los 2 ipo del ae un terreno Acie ia ee ‘et angulsmo por lo tanto la tradicién politica del f ‘Personal que era ejercido en Tea iat al a Pa lio de desarrollo industrial con aspectos muy. limi de Amplantacién de Jn politica burgucsa industrialista 46 hae Barverat ¥ tecnocracia civil y militar provenionte do ite Hiderazgo de la propia clase burguess el vi mo sobre el movimiento obrere, mi wot "sr a ey aati roe ry BRASIL? NACIONALISMO, FOFULISMO Y DIGTADURA direcci6n ¢s controlada directamente por Vargas, por una de sus hijas y por sus hombres de confianza en el movimiento sindical; como su brazo derecho, el Par- tido Social Democrdtico (psp), dirigido por su yerno y por otra de sus hijas, que representaba sin subterfugios los intereses burgueses oligarquicos, Tin el escenario politico brasileiio coexistirin otros partidos politices. El princi- pal, la Unién Democrdtica Nacional (unr) congregaba las fuerzas de oposicién, tT estado nuevo, apoydndose en las clases medias liberales, en cl liberalismo eco- némico de la oligarquia agroexportadora y contaba con un fuerte apoyo del capital internacional, El row habia subsistide clandestinamente con su dirigente Luis Car- Ios Prestes prisionero, y habia establecido una alfanza con Vargas a partir de 1941 cuando éste abandoné sus coqueteos fascistas y se integré a los Aliados en contra del Eje. Entre 1941 y 1945 Vargas acentué su politica populista y conté con el ‘apoyo del pon pata consolidar su base obrera. Al caer Vargas el pcx recuperé sin embargo su legalidad y se present a Ins elecciones alcanzande wna amplia vota~ cién, Dos afios después, el pen tuvo que luchar otra vez en la clandestinidad a consecuencia de la politica de guerra fria. La habil politica de Vargas de erear dos partidos democriticos Ie permite al ‘antiguo dictador Hevar al poder en 1946 a su antiguo ministro de la guerra, el mariseal Eurico Gaspar Dutra, del paps el esquema varguista de fuerzas perma: hece incélume y, en 1980, a través del masivo voto popular, canalizado por ¢l rrp, Vargas vuelve de nuevo al gobierno. El gobierno del mariscal Dutra se desarrollé en una coyuntura marcada por la politica imperialista de la posguerta, En lo econSmico, las grandes reservas finan Heras, acumuladas durante la guerra por las exportaciones de productos agricalas y Materias primas, fueron gastadas en buena parte en ampliar el consumo de bie= ¥ es durables y de lujo importados de Estados Unidos. Otra parte de las deudas nor- teamericanas y europeas fueron consumidas en la compra de empresas extranjeras decadentes, como Jos ferrocarriles. Sclamente una tercera parte fue utilizada para Ja importacién de bienes de capital y materias primas destinados a proseguir la sustitucién de importaciones. , En la misma época, el imperialistno envié misiones técnicas que se encargaron de levantar los recursos econémicos locales y de sugerir medidas de creacién de ‘ona infraestruetura para realizar Jas nuevas inversiones industriales que le intere- saban, El liberalismo cambiario, un plan de desarrollo infraestructural, el comienzo de la “ayuda” del punto wv, y la colocacién en forma de dumping de los ex- Cedentes agricolas norteamericanos, conformaban un conjunto de medidas anti- populares que acentuaban a inflacién, Ix baja de los superavit del comercio exte- Teen todo resultaban favorecides los sectores de altos ingresos en detrimento de las masas. Enel plan politico, el imperialismo inicia la politica de guerra fria y exige medidas de represién 4 los partidos comunistas, Dutra sigue religioaamente todas las recomen- daciones de los aliados. Muy habilmente Vargas se distancia del goblemo Dutra y ‘en 1950 se presenta como candidato por el perm migntras el rao presentaba un ‘candidato continuista para perder, el woflor Criéliana: Machado, cuya “perfoman- ce” politica tan marcadamente artificioss dio orjgen al tdrmino “erlstianizar, es decir, presentar a un eandidato al que no @ Apeyn de hehe DOPFL ESTADO NUEVO A LA DEMOCRACIA LIBERAL ec: nett ol Pai Comunista en una coyuntura tan : ; jo en vigencia, en el movimi Bermicionsl, 1a linca de los frentes patri6tices, que propugnaba una alla ic peg ce ad mala ee cia nacional de Mantiqueira, realizada en 1942, adopt la linen dl al que preconizaba el respalde a Vargas y la unidad con la bil ae del fascismo. Prestes estaba entonces en la céneel io general del rcs. Al fin de la guerra el ron valvié a ui Bis que perduré s6lo hasta 1947. “a restes, recién salido de la céreel, di fi ' rf ec por Ja victoria militar de la URS yea “deal ‘outsell fas al Be. Fac entnces cuando sosuvo: “ia democracia a Hiicia Ia izquierda, la clase obrera tiene la posibilidad de allarse 6 del campo y de Ia ciudad y con la parte demécrata rn a nacional, contra fa minorla reaccionaria del capital extean | Llamé asi a restablecer “la confianza del pueblo en Tos tice ‘oe de. yes las snes en da realizacién de una tarea be aay p la que “de inmediato, lo que conviene a patrones < ti ihe te un modo franco, leal, armonioso, a earned n los lugares de trabajo o por acuerdo mutuo entre los sindiewton Hehelas creadas por la jropia vida”. Proseguin: “Ea por inte Hbtyanizaciones que la clase obrera podrd ayudar al gobierno y a for r soluciones practicas, rapidas ete cos del dia.” Llegé incluso a afi y eficientes para lot graves phubh irmar: “Estamos convencidos dg parlamento democratico, del que partici; 8 peels v2 relativamente facil ei ‘lucie Cut re blemas.” Hasta el capital extranjero podria ser “uno do Jo# 4 las mds eficientes del progreso y de Ia prosperidad de los pueblos rs A liMa es ie daba Ja impresién de que la atenuacién de Ia lucha d . lacién de la democracia burguesa garantizaban la liquith ‘ascismo, el progreso, la paz y la salvacién nacional, " E erecié de manera muy significativa durante ¢] er dew lenis amend cio mil a been ttt Ol tuvo varios diputados y senadores y su poco conocido cand ‘Pete # una intensa campafia anticomunista que esp \ 0 re de derecha vinculado a la upN—=, obtuve quinientos nga) la burguesia, a través del goblerno de Dutra, aufid | ee Y ompesd o tomar una serie de medidas nth ‘Fon y la raptura de relaciones con la URSS, EL \ olanideatinidad, hao una nueva wutocritiea de ry ha denunciar al gobierno Dutra como faxc tr TAT y 1040 a movimiento n i hi 3 u HEA tit Eatin’ ete ate aH fart ta demnveracta & Hem. pp V8, HN 8, ubrayailon niientran,

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