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T ratamiento y Rehabilitación
con perspectiva de género para mujeres
adultas con consumo problemático de drogas
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Proyecto de tratamiento y rehabilitación con perspectiva
de género para mujeres adultas con consumo
problemático de drogas
Diseño: www.controlzeta.cl
Impresión: www.androsimpresores.cl
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Índice
I. Marco institucional 5
II. Introducción 8
1. Constitución de equipos 14
6. Trabajo en red 65
8. Deserciones 69
9. Sistemas de registro 71
V. Bibliografía 74
VI. Anexos 76
3. Escala de género 92
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I. Marco institucional
E l Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, CONACE, organismo
de Gobierno encargado de formular y coordinar la política y las estrategias para
la reducción de la oferta y la demanda del consumo de drogas en el país, ha plan-
teado como uno de sus objetivos estratégicos: “Rehabilitar y reinsertar social-
mente a personas afectadas por el consumo de drogas mediante oportunidades
de tratamiento y programas de reinserción”.
Durante el año 2002 se convocó una mesa de trabajo con profesionales clíni-
cos con experiencia en el abordaje terapéutico de mujeres con problemas de
drogas, representantes del Ministerio de Salud, Servicio Nacional de la Mujer y
Gendarmería de Chile, que dio como resultado un documento con orientaciones
técnicas para el tratamiento y rehabilitación de mujeres desde una perspectiva
de género.
Nºusuarias
Centro Región Modalidad mensuales
Hospital Peñablanca
Servicio de Salud Quinta Residencial 7
Viña-Quillota
Comunidad Terapéutica
Talita Kum Ambulatorio Intensivo 12
Metropolitana
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Los proyectos, en cuestión, atendieron mujeres adultas con consumo proble-
mático de drogas, con y sin comorbilidad psiquiátrica, embarazadas o no, en
un sistema que permite la incorporación de los hijos menores de cinco años al
programa residencial y facilita espacios físicos y de contención para el cuidado
de los hijos durante la permanencia de la mujer en las actividades terapéuticas
de los programas ambulatorios.
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II. Introducción
D urante el año 2005 CONACE apoyó financieramente la implementación de 9
proyectos de tratamiento y rehabilitación en 7 centros de tratamiento (2 públi-
cos y 5 privados), con el fin de brindar una atención especializada en población
femenina con problemas de drogas, con un enfoque biopsicosocial y con pers-
pectiva de género. El objetivo fue atender las necesidades y requerimientos
particulares de las mujeres, con equipos multiprofesionales y con un programa
terapéutico con objetivos destinados a la recuperación e integración social de
las mujeres y sus familias.
Los objetivos definidos por el área técnica de tratamiento para estos proyectos
fueron:
La supervisión tuvo como objetivo observar las condiciones en las cuales se de-
sarrolla cada programa de tratamiento y evaluar la concordancia de los mismos
con los términos de referencia previamente diseñados. Para tal efecto, se pro-
gramaron visitas de supervisión en las que se aplicó una Pauta de Supervisión1
que recogió información respecto del perfil sociodemográfico de las mujeres en
tratamiento, cantidad y capacidad de atención de los recursos humanos, estra-
tegias de autocuidado, trabajo en red, análisis de resultados, indicadores de
seguimiento y procedimientos clínicos.
1 Ver anexo 1
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Otro requerimiento del equipo fue apoyar a los centros de tratamiento en la
prestación de una atención de calidad a las mujeres beneficiarias, para lo cual
se realizaron actividades de asesoría y apoyo técnico en la gestión clínica con
los equipos ejecutores de los proyectos. Se programaron reuniones bimensuales
de asesoría para todos los centros, visitas en las que se analizaron casos clínicos
que representaban alguna dificultad para el equipo, y se entrenaron destrezas
terapéuticas para el trabajo con mujeres y sus hijos.
Asimismo, se realizaron reuniones por estamento, las que tuvieron por objeto
conocer el rol de cada uno de los miembros de los equipos, técnicos y profesio-
nales, y las principales dificultades y fortalezas de su trabajo.
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III. Principios
y orientaciones
Enfoque biopsicosocial
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el desempeño de roles con objetivos y propósitos personales definidos, con satis-
facción personal y en concordancia con los ambientes en que se desempeña.
Enfoque en red
Enfoque interdisciplinario
Enfoque relacional
Una hipótesis es que las mujeres pueden consumir drogas para conservar estas
relaciones (por ejemplo, con una pareja que también lo hace), para llenar el va-
cío creado por una relación insatisfactoria o malograda, o para soportar el dolor
de una relación abusiva.
2 S.S Covington y J. Surrey The Relational Model of Women’s Psychological development: Implications
for Substances abuse. Mayor información consultar en www.stephaniecovington.com.
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Algunos enfoques de tratamiento han intencionado que la mujer rompa con víncu-
los disfuncionales, estrategia que hoy es cuestionable, por el aporte y desarrollo
de las teorías psicológicas. El resultado de intervenciones que intencionan la
ruptura de estos vínculos en mujeres suele ser el abandono del tratamiento,
la conducta de volver con su pareja o familia por la necesidad vincular, lo cual
erróneamente es interpretado como sabotaje al proceso terapéutico.
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IV. Reflexiones
y sugerencias en torno a la práctica clínica
1.Constitución de equipos
Para acoger y abordar las diversas problemáticas que aquejan a las usuarias es
necesaria la presencia de terapeutas mujeres, principalmente en la etapa inicial
de tratamiento. Junto a esto, se sugiere que se incorporen varones en la última
etapa de tratamiento (reinserción e integración social).
Parecieran ser significativas dos características en los miembros del equipo de
tratamiento:
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En este aspecto caben señalar las siguientes estrategias de autocuidado:
a) Para el personal:
Velar por derechos y deberes de la usuaria.
Relación asimétrica terapeuta-usuaria.
No permitir relaciones amorosas de pareja.
No permitir el consumo de drogas ilegales.
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Además, se sugiere considerar los siguientes aspectos en el desarrollo cotidiano
de los programas de tratamiento con mujeres:
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En el siguiente cuadro se enumeran las prestaciones que cada profesional es
responsable de brindar.
Consulta psiquiátrica x
Psicoterapia Individual x
Psicoterapia de grupo x
Intervención psicosocial
de grupo de pares x x x x
Psicodiagnóstico x
Consulta psicológica
individual x
Consulta psicológica
familiar x
Intervención psicosocial
de grupo familiar x x x x
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2.1 Técnico en rehabilitación
En este acompañamiento resalta como útil el uso de una bitácora diaria, de ma-
nera que cada terapeuta registre lo acontecido en el día y que todos los miem-
bros del equipo puedan mantenerse informados.
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2.2 Psicólogo/a
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2.3 Médico-Psiquiatra
Otra función del psiquiatra debiera ser asesorar el diseño terapéutico y el ma-
nejo de patologías más complejas, así como también brindar contención y psico-
educación a la usuaria y su familia.
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Su aporte radica en el reconocimiento de las habilidades e intereses que cada
usuaria tiene para la asignación personalizada de cada actividad o responsabili-
dad. Otra tarea del TO es que las usuarias puedan entender el sentido que tiene
para ella cumplir con la rutina y las diversas actividades, o que puedan incorpo-
rar un estilo de vida saludable, a través del aprendizaje de hábitos de higiene,
cuidado de sus hijos/as, cumplimiento de las tareas diarias de la casa. Esto se ve
favorecido si el TO está como mínimo media jornada o jornada completa, pues
le permite observar mejor la rutina diaria.
OPHI–II4.
Listado de intereses.
Listado de roles.
Autoevaluación ocupacional.
Ficha autoaplicada socioocupacional5.
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2.5 Asistente Social
Otro aspecto clave es el trabajo con las familias, el cual, además de incluir la
contención, el reforzamiento de la adherencia y motivación a participar en el
tratamiento de la usuaria, debiera sumar la implementación de intervenciones
con las usuarias y sus familias de manera sistemática, con el fin de promover la
generación de dinámicas familiares saludables.
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Asociar variables socioculturales con los diagnósticos consignados, de
manera de ir observando tendencias propias de las mujeres chilenas
consumidoras de drogas.
Sólo en el caso del alcohol existe una condición llamada “intoxicación patoló-
gica”, donde con pequeñas dosis de alcohol que no alcanzarían a producir in-
toxicación, aparecen en el sujeto comportamientos no habituales en estado de
sobriedad, frecuentemente de carácter agresivo.
Patrón de consumo de una sustancia que provoca daños a la salud física o psicoló-
gica. Los daños (hepático, depresión) deben ser causados por la sustancia misma
(daño hepático por el alcohol), por las formas de uso (infecciones por uso de
drogas inyectables o por las consecuencias sobre el equilibrio psicológico, tales
como depresión postprivación de estimulantes o de alcohol).
Las personas con consumo perjudicial reciben a menudo críticas por ello y expe-
rimentan consecuencias sociales adversas de variados tipos. En todo caso, el solo
hecho que una forma de consumo sea criticada por el entorno en general, no es
por sí mismo indicativo de consumo perjudicial.
c. Dependencia
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El síndrome de abstinencia puede complicarse con:
d.1. Convulsiones,
d.2. Delirium o estados confusionales o de alteración de la concien-
cia, en los que aparecen alteraciones conductuales y síntomas
psicóticos (alucinaciones, ideas o interpretaciones delirantes de
la realidad).
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Diagnóstico de la dependencia por exámenes de laboratorio
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La transaminasa glutámico-oxalacética (SGOT) es una enzima intracelular cuya
actividad se puede encontrar en distintos tejidos: músculo estriado, riñón e hí-
gado, etc. Por lo mismo es bastante inespecífica, pudiendo estar alterada en
personas con afecciones musculares (miopatías, distrofias), IAM (infarto agudo
al miocardio), afecciones renales y hepatopatías agudas y crónicas de diversa
etiología. Se altera en un 30 a 50% de los bebedores problema, siempre y cuando
sean consunidores/as de altas cantidades de alcohol, dado que es menos sensible
y específica que la GGT.
29
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tuaciones de la abstinencia. También se alteran el ácido úrico, los triglicéridos
y la urea.
Exámenes como EEG, TAC cerebral pueden evidenciar daño neurológico por con-
sumo crónico de alcohol. Sin embargo, lo más probable es que este daño también
pueda evidenciarse al examen clínico. Los alcohólicos/as sufren una disminución
del peso y volumen cerebral, principalmente por reducción de la sustancia blan-
ca, de la densidad neuronal, de la sustancia gris cortical, con pérdidas selectivas
de neuronas de la corteza frontal superior. En mujeres estos cambios son más
prematuros.
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Pruebas biológicas recomendables en mujeres con dependencia a alcohol:
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Prueba de Mantoux o PPD: prueba clave en usuarios/as ADVP, VIH po-
sitivo; excepto si están recibiendo quimioprofilaxis secundaria o trata-
miento tuberculostático completo. Debe complementarse con bacilos-
copías en esputo y radiografía de tórax.
1. Hemograma completo.
2. Perfil bioquímico general: Función hepática.
Función renal.
LDH.
Perfil lipídico completo.
Glicemia, creatininemia, uremia.
3. Análisis de orina.
4. VHS (Velocidad de sedimentación).
5. Serología luética (VDRL).
6. Radiografía de tórax en usuarios/as de PBC.
7. PAP.
8. Mamografía.
9. Ecotomografía transvaginal.
1. Hemograma completo.
2. Perfil bioquímico general: Función hepática.
Función renal.
LDH.
Perfil lipídico completo.
Glicemia, creatininemia, uremia.
3. Análisis de orina.
4. VHS (Velocidad de sedimentación).
5. Serología luética (VDRL).
6. Serología Hepatitis B, C y Delta.
7. Determinación de anticuerpos anti-HIV.
8. PAP.
9. Mamografía.
10. Ecotomografía transvaginal.
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3.2 Diagnóstico del compromiso biopsicosocial asociado
10 Adaptación de la original, realizada por el equipo asesor de proyectos de mujeres con consumo
problemático de drogas, CONACE 2005.
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3.3 Diagnóstico de los trastornos psiquiátricos y médicos asociados
Síndromes depresivos.
Síndromes angustiosos y mixtos.
Trastornos de personalidad.
Trastornos alucinatorios que, en la generalidad de los casos, son de
carácter esporádico, pero requieren de intervención terapéutica y/o
farmacológica.
11 Sustancias psicoactivas.
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observado una disfunción transitoria de la personalidad como producto del con-
sumo de drogas, en especial, entre consumidores de Pasta Base de Cocaína. Por
estos mismos motivos no es recomendable la aplicación de test proyectivos en
esta etapa, ya que puede llevar a errores diagnósticos y a pérdida de recursos.
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Estas recomendaciones deben seguirse en aquellas mujeres que no han respondi-
do a psicoterapia de contención y cuya sintomatología las expone en cuanto a su
salud física y mental, así como también al feto y/o recién nacido.
La amitriptilina es una molécula muy bien tolerada a dosis bajas para alteraciones
del sueño y cuadros psicosomáticos como: jaqueca mixta, colonpatía funcional,
bruxismo, dorsolumbalgia, fibromialgia, etc. Los inconvenientes son sus efectos
adversos inducidos por el bloqueo de los receptores L1, H1 y M1, y la estimulación
de receptores como consecuencia de la inhibición de la recaptación de noradre-
nalina y serotonina: sedación, sequedad bucal, constipación, diplopia, retención
urinaria, hipotensión ortostática, taquicardia, sudoración, temblor, trastornos
cardíacos, hipertensión arterial, convulsiones, disfunción sexual, etc.
La trazodona es bien tolerada y no altera la arquitectura del sueño cuando se usa
como hipnoinductor.
Los ansiolíticos deben usarse con gran precaución en esta población y por el me-
nor tiempo posible. Para disminuir el riesgo de dependencia se sugiere el uso de
ansiolíticos de vida media intermedia y/o larga, como clonazepam y diazepam,
y no exceder los 4 meses de tratamiento continuo.
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borrosa, constipación, taquicardia, etc. La risperidona tiene menos efectos se-
cundarios, pero puede ser muy activante en algunas mujeres.
Las mujeres con problemas de consumo de sustancias tienen con frecuencia otras
dificultades complejas y urgentes que se deben tomar en cuenta en la planifi-
cación del tratamiento. Brown14 y sus colegas ampliaron las etapas del modelo
de cambio anteriormente señalado, incorporando lo que definieron como fases
específicas para el cambio de la mujer. Estas fases abarcan cuatro aspectos de la
vida de las mujeres que han sido identificados como susceptibles de cambiar: la
violencia doméstica, los comportamientos sexuales de riesgo, el uso indebido de
sustancias y los problemas emocionales.
Las mujeres con consumo problemático de drogas que solicitan ayuda presentan
una disposición a cambiar basada en la urgencia o inmediatez de resolver algu-
nos de estos problemas que les son más sensibles. Por ejemplo, su estudio indica
que algunas mujeres pueden estar dispuestas a cambiar aquello que las expone
a violencia doméstica o su comportamiento sexual de riesgo, antes que cambiar
su conducta de consumo de sustancias.
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3.5 Diagnóstico de identidad y rol de género
Históricamente, gran parte de las mujeres aprende a centrarse en los demás, sin
esperar valoración por su aporte social y ubicándose en un lugar secundario. Su
identidad, por tanto, está puesta en las relaciones, en especial con su pareja e
hijos.
En el nivel individual, a través del efecto del proceso de socialización, que re-
produce paradigmas culturales de feminidad y masculinidad sexistas, a partir de
los cuales se promueven actitudes y comportamientos de riesgo diferentes para
la integridad física y mental de hombres y mujeres. En el nivel social, las condi-
cionantes de género actúan a través de la división sexual del trabajo -practicada
por las instituciones económicas, religiosas, familiares, educativas, sanitarias,
etc.- y la valoración diferencial asignada a esas actividades en términos de
prestigio y remuneración. Esta valoración diferencial se aplica, por extensión,
a las personas que las desempeñan y termina por traducirse en una asignación
también diferencial, de acuerdo con el sexo, de los recursos familiares y sociales
necesarios para la promoción y protección de la calidad de vida y la salud de
cada persona.
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El enfoque de género demanda reconocer la importancia de la cotidianeidad de
lo privado y lo familiar, donde transcurre gran parte de la vida de las mujeres
y una parte de la vida de los hombres, como un espacio donde tienen lugar las
prácticas de socialización, de salud y de reproducción social.
Dentro de este marco, las mujeres con problemas asociados al consumo de dro-
gas, reciben del contexto micro y macrosocial una reprobación y estigmatización
desde lo que se espera culturalmente de ellas -normas y roles de género-.
Mientras más diferencia existe entre el rol de género adscrito al ser mujer y el
ejercicio y cumplimiento eficaz del mismo, mayor es el nivel de estrés que se
vive y, por tanto, mayor el riesgo de desarrollar trastornos que interfieran con su
salud. La autoimagen, autoestima y autoeficacia estarán entonces condicionadas
a la diferencia entre el rol de género esperado social y culturalmente y la viven-
cia del ejercicio de dicho rol.
Por lo tanto, dentro del diagnóstico integral es preciso conocer cuáles son las
expectativas de roles de género, contrastándolas con las normas, comportamien-
tos y conductas asociadas a ellas en cada mujer consultante, con el objetivo de
facilitar en el curso del tratamiento un desarrollo consciente de una identidad
de género que posibilite el desarrollo, el cambio y la autonomía, sin reproducir
estereotipos culposos y dependientes.
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Asistente Social: Evaluar las condiciones sociales, laborales y familiares
de la usuaria. Además, evaluar la presencia de otras redes sociales de
apoyo y el funcionamiento familiar; dar acogida, contención y apoyo
a la usuaria y a su familia, y establecer normas y compromisos con la
usuaria y su familia.
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Se sugiere que el contrato terapéutico tenga partes comunes a todas
las usuarias y partes que rescaten la individualidad de la motivación a
tratamiento de cada usuaria.
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Ser técnico mujer, pues se produciría una “empatía de género” en un
encuentro en el cual son respetadas y validadas.
Hablar en un lenguaje más cercano y coloquial.
Permitir el contacto físico (tocar o dar un abrazo).
Mostrar cuidado (ofrecer agua, dejar que llore).
Esta entrevista puede durar entre 30 y 40 minutos y puede requerir hasta 3 in-
tervenciones.
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4. Etapa de estructuración y tratamiento
En esta etapa los objetivos terapéuticos pueden ser ordenados en dos grandes
grupos:
Cada grupo debe ser desglosado en objetivos específicos en las distintas áreas
del tratamiento integral.
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hacia programas ambulatorios, donde se continuaría la etapa de estructuración
e integración social hasta lograr las metas individuales de tratamiento.
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Educador de Párvulos: Diseñar e implementar actividades cotidianas
con los hijos de las usuarias.
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cia de los hijos, etc.). Algunos ejemplos son: autoconcepto y autoestima, cuerpo
y autocuidado, sexualidad femenina, comunicación y expresión de sentimientos,
desarrollo de habilidades interpersonales, cosmetología, repostería, historia de
vida20. Los objetivos de este tipo de intervenciones debieran considerar siempre:
reforzar adherencia al tratamiento, incentivar comportamientos de autoayuda y
habilidades psicosociales.
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Los patrones adictivos que se observan en el uso de materiales son: devorar,
necesidad de inmediatez, dificultad para dividir por etapas en distintas sesio-
nes, dificultad para persistir en algo planificado. Si bien la usuaria puede tener
dificultad para esperar hasta obtener un buen resultado, el modelo de terapia
ocupacional integra esto como una exploración, de manera que pueda aprender
de la experiencia. Esto a veces no lo sustenta la disponibilidad de recursos, pero
es favorable que se permita en la medida de lo posible.
a. Taller de Manualidades23
Una de las usuarias cuenta, mientras trabaja con los materiales, que además
harán una obra de teatro para los niños, que consiste en una adaptación de “Los
Tres Chanchitos”. En la obra han incorporado a los padres de los tres chanchi-
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tos, al restaurant McDonald y a un lobo que finalmente decide convertirse en
un amigo de los chanchitos, tema posible de interpretar como el intento de las
usuarias de incorporar los aspectos oscuros de ellas mismas.
Respecto del uso de los materiales y aseo de la sala, la terapeuta ocupacional
refiere que las usuarias son cuidadosas, y que el aseo se reparte entre todas al
final del segundo bloque de trabajo después de almuerzo”.
b. Taller de Tejido24
“Lo primero que aparece son palillos de madera hechos por las mismas mujeres,
lo que les permite escoger el tamaño que quieran. También pueden elegir las
lanas a su gusto. Comienzan a urdir y tejer una bufanda. A medida que tejen,
se inicia la conversación. Dos de ellas muestran claramente sus habilidades para
“hermosearse”, una es estilista y la otra modista. Hablan de cómo ayudan a otros
a verse mejor. Es bellísimo cómo ven y hablan de los cambios de estas personas
(considerando al cliente y a ellas mismas en su visión de belleza). Otras dos se
ofrecen de modelos.
Al final de la sesión saca la voz una muchacha silenciosa, dice: “mi madre me
tuvo a los 5 meses, luego ella enloqueció, me dejó en el hospital, tiró mi ropa y
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se fue, estuve en incubadora y después de 15 días me volvió a buscar”. El grupo
en esta oportunidad no interactúa verbalmente, sólo sigue tejiendo. La terapeu-
ta asesora interviene diciéndole que sus padres la hicieron muy fuerte porque
vivió, cuando a esa edad pudo morir. La mujer silenciosa sonríe y dice “sí, soy
fuerte”. El grupo la apoya.
c. Taller de Cosmetología25
El Taller de Cosmetología ha sido otra instancia muy bien recibida por las usua-
rias. El equipo menciona que esta actividad mejora la autoestima y el ánimo,
y es una preparación para la salida de fin de semana y/o la visita de sus seres
queridos.
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hacia el equipo. Es un ambiente muy agradable, en el cual cada una participa
espontáneamente”.
La psicoterapia se realiza una vez por semana con una duración entre 45 y 60
minutos en sesiones individuales. Los enfoques o modelos teóricos pueden ser va-
riados, pero tal como se ha dicho antes, resulta fundamental que éstos sean co-
herentes con los objetivos generales y específicos del programa de tratamiento,
así como también resulten coherentes con las demás intervenciones del equipo
clínico. Algunos modelos usados son: psicoterapia de apoyo, enfoque cognitivo-
conductual, modelo integrativo de adicciones, enfoque constructivista, modelo
integrativo supraparadigmático de psicoterapia26 y terapia dialéctica comporta-
mental27.
26 ONG Dianova.
27 Clínica Rayencura.
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La maternidad y el desempeño del rol de madre.
Diario de vida: procesamiento diario de sucesos.
Elaboración de traumas: abuso sexual y maltrato.
Por otra parte, existe acuerdo en que es importante mantener el foco de la in-
tervención, pues es probable que emerjan numerosas problemáticas y al mismo
tiempo relevantes, sobre todo en usuarias con alta vulnerabilidad psicosocial.
a) Importancia de lo observado:
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removedor en todos los integrantes del proceso: usuarias, terapeutas y
todo el equipo que allí trabaja.
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4.6 Aspectos a considerar en la intervención
con mujeres embarazadas
a) En lo biológico:
Establecer en forma inmediata los contactos y coordinaciones con la
red de salud correspondiente (controles médicos, matronas).
Prestar especial atención a la alimentación y cuidados generales.
b) En lo psicológico:
Priorizar su cualidad de mujer embarazada por sobre la de consumido-
ra problemática de drogas (F. Molinat).
Escuchar sin enjuiciar, ni devaluar.
Contener, apoyar.
Permitir la expresión de emociones y sentimientos sin ahondar en sus
conflictos y problemáticas que tenderán a aparecer (transparencia psí-
quica) para trabajarlos y profundizar posteriormente a su estado de
embarazo.
c) En lo social:
Establecer contactos con la familia, trabajando desde un comienzo su
incorporación al proceso de tratamiento.
Fomentar la participación en grupo de embarazadas.
Fomentar e intencionar la participación en grupos de autoayuda (con-
tar con un catastro y facilitar el contacto).
a) En lo biológico:
Establecer contacto inmediato con la red de salud correspondiente
(Control Niño Sano, Programa de Vacunación, etc.).
Especial atención a la alimentación y cuidados en general.
Derivación al servicio que corresponda cuando se detecten problemas
específicos de salud.
b) En lo psicológico:
Incluir la contención de los hijos (a través de la incorporación en el
contrato terapéutico de las normas, horarios, etc.).
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Apoyar a través de la creación de un ambiente que permita desplegar
las funciones de cuidado materno, sin invalidar, trabajando las dificul-
tades y ensayando soluciones con las otras madres en tratamiento.
Facilitar el apego a través del contacto físico y a través de canciones,
juegos y cuidados de bebés, reafirmando vínculos y relaciones de apego
seguros.
c) En lo social
Acompañarlas físicamente a realizar contactos iniciales con organismos
judiciales y trámites legales cuando corresponda.
Acompañarlas físicamente a realizar los contactos iniciales con jardi-
nes infantiles y guarderías cuando corresponda.
Incentivarlas a participar de grupos de madres, escuela para padres,
grupos de autoayuda, etc.
Conectarlas con los padres de sus hijos, a través de sesiones realizadas
en el centro, actividades conjuntas, juegos, cartas, llamadas telefó-
nicas, de tal manera de posibilitar la relación de apego con el padre,
factor preponderante en la prevención de trastornos de salud mental
en los hijos.
La incorporación de la familia desde el comienzo es el mejor elemento
protector de los niños durante el proceso de tratamiento, por lo que su
insistencia y perseverancia en obtener su participación en el trabajo,
es primordial.
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antecedentes a medida que se profundiza en el proceso diagnóstico, con el fin de
estar preparados a la hora que estos emerjan en el proceso de tratamiento.
29 Algunas sugerencias que aquí aparecen están tomadas del artículo “Los sentidos psicológicos y
éticos de la reparación de abuso sexual en niños y adolescentes”. Ps. Karla Álvarez K.
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Finalmente, es fundamental promover la protección de las madres sobre sus hi-
jos abusados. La capacidad de proteger no es una condición sino que se constru-
ye, se refuerza, se repara y se reconstruye. Si bien cualquier familiar o conocido
puede hacer la denuncia de una situación de abuso, si es hecha por la madre el
valor reparatorio y protector de su rol se potencia. Por otra parte, invertir en
este trabajo y lograr resultados satisfactorios permitirá actuar preventivamente
sobre los posibles trastornos que los hijos puedan desarrollar.
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5. La inclusión de los hijos
en el Programa de Tratamiento
Esta modalidad de trabajo que busca incluir la maternidad y el trabajo con hijos
en el tratamiento y rehabilitación de mujeres, surge a partir de una revisión
práctico-teórica del quehacer terapéutico en usuarias consumidoras problemá-
ticas de drogas (año 2002 mesa de trabajo mujeres en CONACE), en donde se
observaron dos líneas de acción: una, la de escuchar a las madres dependientes
que planteaban no poder hacerse un tratamiento por no querer o no poder dejar
a sus hijos, y otra, la necesidad de los hijos de estar con sus madres, especial-
mente en sus primeros años.
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Se observaba el temor y el miedo de incluirlos y, por lo tanto, también la resis-
tencia a hacerlo. Esta resistencia se evidenció de distintas maneras, siendo el
factor común que se producía de manera inconsciente. Este periodo duró aproxi-
madamente 3 meses en la mayoría de los centros.
Con todo esto se dio inicio a un trabajo más intenso con el concepto de red,
ampliándolo más allá de lo que habitualmente se hace con las personas con con-
sumo problemático de drogas e incorporando organismos tales como: jardines
infantiles, colegios, escuelas de lenguaje, etc.
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Permitir y favorecer la actividad más natural y autosanatoria que es el
jugar, proporcionando los espacios y condiciones para que se exprese.
El indicador más severo de alteraciones en el desarrollo es que un niño
en forma habitual no juegue.
Desde el punto de vista teórico
Ver a una madre y sus hijos es conmovedor en sí mismo y esto trasciende cual-
quier punto de vista teórico que se tenga. Es una experiencia removedora para
los/as terapeutas,las usuarias madres y las otras que están en tratamiento. Surge
así el primer elemento a trabajar, el impacto de observar a una madre y su
bebé en terreno.
El abordaje clínico se hace necesario, aunque claramente hay que respetar los
distintos niveles posibles de materialización según la persona específica que sea
la usuaria y el grupo particular en el que se encuentra en el centro.
31 Eneste sentido, el modelo ecológico social multifamiliar ya había incorporado a los niños en un tra-
bajo integrado en la primera comunidad terapéutica chilena dirigida por el Dr. Mauricio Troncoso,
formado en la escuela de Zagreb, en 1972, en el Instituto Psiquiátrico J. Horwitz, realizándose así
la prevención primaria, secundaria y terciara en forma conjunta.
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con la familia, sin embargo en esta experiencia resulta mucho más prioritario, ya
que los permisos, visitas, planificación del cuidado de los niños no son posibles
de hacer considerando sólo a las madres, sino que también se debe invitar a los
padres, abuelos y otros cuidadores. Una buena integración familiar significa tra-
bajar con todos los actores.
En los casos que esto parezca abrumador para los equipos es central reconsiderar
un cuarto elemento, la amplificación de la red, vale decir, poder conectarse
con grupos de autoayuda o grupos de la comunidad que alimenten y mantengan
procesos más amplios de apoyo a la familia de la usuaria. En estos espacios ex-
ternos a los centros de tratamiento se dan tiempos más prolongados de apoyo
familiar que los previstos en los tratamientos habituales.
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En el trabajo en terreno se observaron ejemplos de esto. Usuarias que tienen
padres consumidores de alcohol o drogas escogen parejas también consumidoras
y desde allí se puede hipotetizar que hijos nacidos en este contexto podrían re-
petir la experiencia de sus antecesores. La intención de incorporar a los hijos de
las usuarias en el tratamiento y a los padres y otros significativos se asocia con la
idea de “ser y hacer con la red familiar y social extensa, un nido que sustituya y
restaure en parte estas fracturas en la vida de las familias”33.
Esta red “lo más amplia posible” es una invitación a los equipos de tratamiento
a trabajar con las redes formales e informales, de manera de distribuir la tarea
terapéutica y compartir entre equipos las distintas experticias.
Incluir a los niños significa un cambio epistemológico, una mirada diferente que
no necesariamente implica internación con ellos. Los hijos están en el discurso
de las madres y estarán en el de los trabajadores en este campo. Se sugiere
incluirlos desde el contrato terapéutico o consentimiento informado, hasta las
sesiones grupales, individuales y/o familiares.
Finalmente se hace necesario crear registros para los niños y la familia en gene-
ral, que permitan hacer un seguimiento y evaluación de aquellos aspectos de las
intervenciones que son susceptibles de ser mejorados.
64
Página
6. Trabajo en red
Así como se ha planteado que el trabajo en red debe tener destinadas horas pro-
fesionales, también es relevante realizar el trabajo en red de manera sistemá-
tica. La sistematicidad estará dada por una calendarización de visitas a actores
clave, con objetivos claros, acuerdos de trabajo conjunto y cumplimiento de los
acuerdos.
65
Página
salud externa. Los profesionales externos escriben en el cuaderno o lo timbran.
Esto permite tener un instrumento de referencia y contrarreferencia para velar
por la obtención de información de los profesionales que atienden a las usuarias
en interconsultas.
Otra experiencia observada en este campo ha sido la relación con los Programas
Ambulatorio Comunitario, de CONACE, los cuales también son una fuente de deri-
vación de usuarias. En este sentido, es importante definir la relación a establecer
entre ambos equipos profesionales. Existe el riesgo de confundir el rol del tutor
con el de un familiar, por el activo acompañamiento y apoyo emocional brin-
dado a la usuaria. Es así como se deben aclarar y establecer -una vez derivada
la usuaria- las coordinaciones que se harán durante el proceso, la información
que se entregará y las responsabilidades de cada uno. Esto implica, por ejemplo,
que una vez que la usuaria haya sido derivada, el centro de tratamiento se debe
hacer cargo de sus medicamentos, de activar los vínculos con los dispositivos de
salud local y gestionar el traslado a dichos centros, si fuera necesario.
66
Página
7. Algunos indicadores
de seguimiento sugeridos
Luego del alta, realizar llamadas telefónicas a familiares y usuarias, visitas do-
miciliarias y entrevistas periódicas en el centro de tratamiento, por un tiempo
mínimo de tres meses. Además, se puede realizar un seguimiento de tipo laboral
y social. Mientras más especificado esté el procedimiento (número de contactos,
encargado, periodicidad, aspectos a evaluar) mejores resultados tendrá como
reforzador de los logros del tratamiento.
Nº de visitas domiciliarias.
Nº de contactos telefónicos con la usuaria y/o su familia.
Nº de entrevistas en el centro.
Nº de recaídas.
Mantención de logros del tratamiento (individual, familiar, social y la-
boral).
67
Página
Resulta interesante utilizar grupos de autoayuda como colaboradores en el se-
guimiento de las usuarias, ya que si se han incorporado a ellos tendrían visitas
domiciliares en casos de ausencias o recaídas, información fundamental para los
centros, que evitaría tiempo y trabajo si se articula adecuadamente.
68
Página
8. Deserciones
La sola presencia de estas razones que motivan deserción obliga a reforzar las
estrategias motivacionales durante todo el tratamiento, pero fundamentalmen-
te durante los dos primeros meses, y a revisar la manera como se están abordan-
do los vínculos, la construcción relacional del sentido de sí misma y el trabajo
con la familia. También ponen el foco en la necesidad de evaluar las condicio-
nes iniciales que facilitan o dificultan la adaptación de una usuaria nueva a un
programa de tratamiento, en especial aquellas usuarias de mayor complejidad
diagnóstica.
70
Página
9. Sistemas de registro 36
Para esto se requiere contar, en primer lugar, con una ficha individual por usua-
ria que permita centralizar toda la información sobre ella, el proceso diagnóstico
(pautas, test, exámenes, resúmenes de entrevistas, interconsultas, informes de
evaluación de distintos profesionales, etc.), el plan de tratamiento diseñado (ob-
jetivos y metas individuales), las conclusiones a las que llega el equipo cuando su
caso es discutido en reunión y las diferentes intervenciones que se hacen.
71
Página
Pauta de Registro de Violencia
Física SI
Pareja
Psicológica NO
Hijos
Verbal Violencia histórica:
Progenitor
Sexual Otro:___________ SI
Mixta
NO
SI
Física Pareja NO
Psicológica Hijos
Verbal Violencia histórica
Progenitor
Sexual Otro:___________ SI
Mixta NO
En Hogares CREM han incorporado el registro del ciclo menstrual en una tabla
como la siguiente:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Menstruación: 1 = escaso 2 = normal 3 = abundante
Situaciones especiales: O = He olvidado tomarme la pastilla M = Malestar general V = Vómito D = diarrea
72
C = Dolores de cabeza T = Tensión mamaria S = Sangrado irregular
Página
Para optimizar el registro de actividades grupales se sugiere disponer de un
cuaderno para intervenciones psicosociales de grupo, en el que cada encargado
registre sesión a sesión: asistencia, un resumen de lo realizado e información
relevante que haya surgido. De manera especial, es importante registrar cuali-
tativamente lo observado en las intervenciones con niños o de la díada madre-
hijo. Así, también otros centros han implementado un cuaderno de salud que
acompaña a la usuaria en cada interconsulta y que puede estar en la ficha de
ésta. Existen centros en donde existe un encargado de caso, el cual puede ser el
responsable de supervisar que los registros de su usuaria estén completos en los
tiempos estipulados, incorporar información resumida, registrar y actualizar el
plan de tratamiento individual, indicaciones y observaciones.
Es importante que cada técnico o profesional que realiza una intervención in-
dividual, planificada o no, haga un registro en la ficha de la usuaria en el que
especifique la fecha, breve descripción de lo realizado (temas, acuerdos, etc.)
y nombre de quien realiza la intervención.
73
Página
V. Bibliografía
1. Abriendo Puertas Programa para la integración socioocupacional de personas
drogodependientes. CONACE. Gobierno de Chile, 2004.
8. El niño y sus juegos. Arminda Aberastury. Buenos Aires, Argentina: Ed. Pai-
dós, 1973.
10. El vínculo afectivo. John Bowlby. Buenos Aires, Argentina: Ed. Paidós, 1997.
74
Página
13. La Depresión. Una enfermedad desconocida: Sergio Zamora D. Santiago,
Chile.
15. La pérdida afectiva: tristeza y depresión. John Bowlby. Buenos Aires, Ar-
gentina: Ed. Paidós, 1993.
18. Psicología del embarazo, parto y puerperio. Raquel Soifer. Buenos Aires,
Argentina: Ediciones Kargieman, 1977.
21. Psiquiatría Clínica. Ed. Andrés Heerlein L. Santiago, Chile: Ediciones So-
nepsyn, 2000.
22. Salud y Género. Sojo, Diana; Cierra, Beatriz y López, Irene, Médicos del
Mundo. Madrid, 2002. Acceso en www.medicosdelmundo.org
23. Ternura y firmeza con los hijos. Alexander. Lyford-Pike Santiago, Chile:
Pontificia Universidad Católica de Chile, 1997.
25. Una base segura: aplicaciones clínicas de una teoría del apego. John Bowl-
by. Ediciones Barcelona, España: Paidós Ibérica, S.A., 1996.
26. www.mujereschile.cl
75
Página
V. Anexos
1. Pauta de Supervisión a Proyectos
de tratamiento y rehabilitación con perspectiva de género para
mujeres adultas con consumo problemático de drogas 2005
N° visita: Supervisión
Asistentes:
76
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Mujeres que reciben atención Rango 1 Rango 2 Rango 3 Rango 4 Total
Actualmente en tratamiento
(consultantes activos)
Alcohol
Marihuana
Pasta Base
Cocaína
Anfetaminas
Tranquilizantes Benzodiazepinas
Sedativos
Analgésicos
Estimulantes sintéticos
Chicota (Flunitrazepam)
Tonaril
77
Página
Perfil sociodemográfico de mujeres en tratamiento actual (Motivación al con-
sumo):
Acompañar a la pareja
Bajar de peso
Otro (especifique)
Salud
Pareja
Padres
Hijos
Otro (especifique)
78
Página
Perfil sociodemográfico de mujeres en tratamiento actual (Edad de Inicio):
Entre 12 y 19 años
Entre 20 y 35 años
Entre 36 y 50 años
Después de los 50 años
Sin Hijos
*Registrar el número de mujeres presentes en cada categoría, diferenciadas por edad (rangos). No
registrar el número de hijos.
79
Página
Perfil sociodemográfico de mujeres en tratamiento actual (pareja):
Sin escolaridad
Básica incompleta
Basica completa
Media incompleta
Media completa
Superior incompleta
Superior completa
80
Página
Perfil sociodemográfico de mujeres en tratamiento actual en Plan Residen-
cial, cuyos hijos duermen en el centro de tratamiento:
0 a 1 año de edad
1 a 5 años
Mayores de 5 años
*Registrar el número de hijos presentes en cada categoría, diferenciado por edad de la madre (ran-
gos).
0 a 1 año de edad
1 a 5 años 2 2
Mayores de 5 años 3 3
*Registrar el número de hijos presentes en cada categoría, diferenciado por edad de la madre (ran-
gos).
Casa propia
Arrienda 1 1
Allegada
Situación de calle
81
Página
Perfil sociodemográfico de mujeres en tratamiento actual (estado civil):
Soltera 4 4
Casada 1 1
Conviviendo 1 1
Separada
Viuda 1 1
Ejerce
2 2
Víctima
Ejerce
3 2
Víctima
Ejerce
4 2
Víctima
Ejerce
5 2
Víctima
Ejerce
6
Víctima
Ejerce
7
Víctima
82
Página
Perfil sociodemográfico de mujeres en tratamiento actual (Comorbilidad )
83
Página
III. Recursos humanos
Psicóloga/o
Asistente Social
Ed. Párvulos
Terapeuta
Ocupacional
Técnico
Rehabilitación
Auxiliar
Paramédico
Auxiliar
Párvulos
Personal
Administrativo
Otros
(especificar)
84
Página
IV.Trabajo en red
Ingreso desde42
Referencia
Asistida a
Interconsultas43
Sí No
85
Página
V. Análisis de Resultados de avance del proceso de tratamiento
86
Página
d) Ajuste psicosocial:
Sí No
¿Cuáles?:
87
Página
Sistema de Sí No Observaciones
Clasificación
CIE – 10
DSM – IV
Otro, especificar
Sistema de Sí No Observaciones
Clasificación
Protocolo Norma
Técnica Convenio
CONACE FONASA
Protocolo S. Salud
Otro, especificar
Instrumento Sí No Observaciones
Orientaciones Técnicas de
Tratamiento y Rehabilitación,
MINSAL (1996)
Contrato Terapéutico
88
Página
Procedimientos para el manejo
de problemas de salud específicos
o emergencias
89
Página
2. Pauta de compromiso biopsicosocial para
9. Intentos de abstinencia
6 o más meses en los últimos 3 años.
sin tratamiento.
90
Página
ra población femenina
1 a 3. Más de tres.
Precaria red de apoyo, dispuesta con reparos. Ausente, con gran conflicto relacional.
91
Página
Variables Grado de Compromiso
Biopsicosociales
Leve
Mantención y cuidado de los hijos sin cam-
16. Relación y cuidado de los hijos. bios por el consumo.
Espera el éxito.
18. Desempeño ocupacional. Acepta responsabilidades.
Ha realizado elecciones ocupacionales.
Organiza su tiempo libre.
Mantiene hábitos.
3. Escala de género
Nº Pregunta Sí No
92
Página
Biopsicosocial en Población Femenina
Moderado Severo
Nº Pregunta Sí No
93
Página
Nº Pregunta Sí No
27 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser)
alguien que llora delante de los otros
28 Me considero una mujer que se queda callada cuando está enojada
29 Es bueno que una mujer se quede callada cuando está enojada
30 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser) alguien
que se queda callada cuando está enojada.
31 Me considero una mujer fuerte
32 Es bueno que una mujer sea fuerte
33 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser) fuerte
34 Me considero una mujer decidida
35 Es bueno que una mujer sea decidida
36 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser) decidida
37 Me considero una mujer competitiva
38 Es bueno que una mujer sea competitiva
39 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser) competitiva
40 Me considero una mujer autónoma
41 Es bueno que una mujer sea autónoma
42 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser) autónoma
43 Me considero una mujer segura
44 Es bueno que una mujer sea segura
45 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser) segura
46 Me considero una mujer arriesgada
47 Es bueno que una mujer sea arriesgada
48 Me gustaría cambiar la característica de ser (o no ser) arriesgada
1. Femenina
Las respuestas “sí” en las preguntas 1, 4, 7, 10, 13, 16, 19, 22, 25, 28
Las respuestas “no” en las preguntas 31, 34, 37, 40, 43, 46
2. Masculina
Las respuestas “no” en las preguntas 1, 4, 7, 10, 13, 16, 19, 22, 25, 28
Las respuestas “sí” en las preguntas 31, 34, 37, 40, 43, 46
94
Página
Validación de la identidad de género:
1. Femenina
Las respuestas “sí” en las preguntas 2, 5, 8, 11, 14, 17, 20, 23, 26, 29
Las respuestas “no” en las preguntas 32, 35, 38, 41, 44, 47
2. Masculina
Las respuestas “no” en las preguntas 2, 5, 8, 11, 14, 17, 20, 23, 26, 29
Las respuestas “sí” en las preguntas 32, 35, 38, 41, 44, 47
Las respuestas “sí” en las preguntas 3, 6, 9, 12, 15, 18, 21, 24, 27, 30, 33, 36,
39, 42, 45, 48
Las respuestas “no” en las preguntas 3, 6, 9, 12, 15, 18, 21, 24, 27, 30, 33, 36,
39, 42, 45, 48
95
Página