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Haba una vez una princesa llamada Laurita que le

encantaba saltar y atrapar mariposas en su jardn, hasta que un


da atrapo una mariposa, la meti en un frasco y se la llevo a su
casa. Al otro da despert muy feliz, pues ella quera jugar con
la mariposa, pero cuando miro el frasco la mariposa estaba
muerta, -cmo? - dijo la nia, - por qu se muri? -. Lo que no saba la
hermosa princesita era que las mariposas solo vivan un da.

Despus de un rato, la nia quiso ir a buscar otra mariposa, pero cuando estaba
por agarrar a una repentinamente se encogi, y todo lo que haba alrededor de ella
parecan enormes cosas. La princesita empez a gritar - socorro! - , - auxilio! -,
pero nadie la oa.

Al atardecer aparecieron las mariposas y dijeron: - t mataste a nuestra


amiga -, - no! -, - yo no la mate! -, deca la nia, - apareci muerta al
amanecer -, deca la princesa, - pero tu sabas que solo vivan un da como
mariposas! -, dijo la pequea.

Bueno, hagamos un trato, dijo la mariposa mayor, consigue la hoja que


esta en el centro del rbol y volvers a ser grande, repiti.

-Para qu sirve esa hoja?- dijo la nia, - pues para vivir ms tiempo
que solo un da -, dijo la mariposa mayor, - consguela antes de que anochezca,
pues sino ya moriramos al anochecer, repiti la mariposa menor -. - Bueno! - dijo
la nia, y fue en busca de esa hoja.

Ya casi al anochecer, la nia se estaba acercando lentamente a esa


hermosa hoja, pero de pronto, apareci un desagradable gusano que le impidi
el paso, -adonde cree que va seorita?- dijo el gusano muy malhumorado, -
voy a buscar un poco de esas hojas para mis amigas las mariposas -, dijo Laurita, el
gusano le repiti - no! -, - por favor seor gusano! -, dijo Laura, - no! - dijo el renegado
gusano.

Paso un largo tiempo, pues ya era casi anochecer, entonces el


gusano muy distrado dijo: - hola seora araa! -, - cmo anda? -
, rpidamente la princesita agarro un pedacito de hoja y se fue sin
que el gusano se diera cuenta.

Cuando llego a la casa de las mariposas les cont lo difcil que fue conseguir el
pequeo pedacito de hoja.
El anochecer haba llegado, justo en ese momento todas le
dieron un pequeo mordiscn a la hoja y se sintieron seguras de
que no iba a pasar nada, la volvieron a convertir en grande a la
princesa Laura, se despidieron y Laura les dijo: - ya no las voy a
atrapar ms -, - gracias!- dijeron todas las mariposas juntas, y
la princesita se fue a su casa a dormir muy feliz.

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