14 Mujer oh!
Diana Suriel núñez
diana.suriel@listindiario.com
Una mente brillante
Yo nunca me cansaré de leer sobre él.
Es una de esas figuras icónicas que
encuentras en una clase de historia
cuando niño y jamás puedes olvidar. Quedé
atada a su cabello blanco y sus ojos enormes
y lejanos, una mirada perdida en el espacio
justamente, perdida en el infinito buscando
aquellas cosas que pocos veían. Convertido
hoy en icono de la inteligencia humana,
Einstein fue capaz de presentar en un año
cinco de los postulados más importantes en
la historia de la ciencia. Rindiendo honor
a esto, el año 2005 fue declarado Año de la
Física como una forma de conmemorar 100
años de su hazaña. Sin embargo, las cosas
no fueron tan fáciles para el joven Einstein.
Aunque sus familiares le consideraban un
niño muy inteligente y más que eso, con
un poder de concentración impresionante,
no todos lo veían como alguien brillante o
especial. Una vez un profesor decretó que
el pequeño nunca llegaría a hacer algo pro-
ductivo en su vida. Como es notable, el paso
No necesitas una mente brillante
para lograr tus sueños. La
imaginación te lleva más allá, es lo
que mueve al mundo.
Oh! magazine 28 de marzo de 2009
del tiempo demostró todo lo contrario.
Cuando terminó sus estudios universitarios,
Albert Einstein, a la inversa de sus com-
pañeros, no consiguió trabajo fácilmente.
Finalmente logró emplearse en la Oficina de
Patentes como Técnico experto, de tercera
clase… ¡Quién lo diría! Su situación no era la
más adecuada para una persona determina-
da a triunfar: Un trabajo donde subestima-
ban su capacidad, la obligación de tener que
trabajar para mantener a su joven familia,
mil preguntas curiosas por responderse a
sí mismo y la determinación de demostrar
que estaba en lo cierto, una combinación
explosiva sin dudas.
En sus ratos libres, Einstein se
dedicó a buscar razones, fórmulas y teorías.
Aprovechando esos ratos libres terminó
finalmente revolucionando la física, logran-
do rebatir teorías anteriores y presentando
otras nuevas que cambiaron la forma en que
vemos el universo y la energía que fluye de
éste. Nunca se consideró a sí mismo como
un individuo de inteligencia excepcional; sin
embargo, lo que sí admitía y agradecía tener
era una gran curiosidad e intuición, las que
describía como bases de su éxito. Hoy día
Einstein es reconocido tanto por sus famosas
Fotomontaje: Orquidea Santos
teorías como por sus célebres frases, demos-
trando que, aunque fuera un hombre de
ciencia, podía tener la capacidad de entender
como pocos la naturaleza del ser humano.
Estas frases lo proyectan como
un hombre que, teniendo una mente
brillante, jamás tuvo la necesidad de hacer
alardes de ella. Con los pies en la tierra, el
cabello blanco despeinado y ojos desorbita-
dos, trascendió tanto como su imaginación.
Decía cosas como: “Si buscas resultados
distintos, no hagas siempre lo mismo”, “La
única cosa realmente valiosa es la intuición”,
“Si tu intención es describir la verdad, hazlo
con sencillez y la elegancia déjasela al sastre”.
“Un estomago vacío es un mal consejero”
lo que en buen dominicano se traduce
como “Mal comío no piensa”. Esta se aplica
muy bien a nuestra realidad: “La palabra
progreso no tiene ningún sentido mien-
tras haya niños infelices”, y otra más, muy
buena:“La imaginación es más importante
que el conocimiento”. Einstein muchas veces
fue subestimado, no todos creyeron en él y
conseguir una oportunidad se le hizo difícil;
sin embargo, se aferró a su sueño hasta
convertirlo en una realidad. Los que han
leído esta columna durante un tiempo, saben
que siempre recalco lo mismo, tratando de
encontrar “eso” que nos hace trascender.
Siento que estoy muy cerca de encontrar
la respuesta, mientras tanto alimento mi
inspiración. Las ideas originales son las
que cambian el mundo pero el miedo las
destruye. No me avergüenza decir que para
los números soy un cero a la izquierda, me
aburría resolver problemas de física en el
colegio y me desesperaba ante una simple
ecuación de matemática elemental; sin em-
bargo, mi imaginación, al igual que la tuya,
se desborda en esperanzas, no tiene límites y
al final esta es lo más importante, porque tal
y como demostró Einstein, es lo que a final
de cuentas mueve al mundo.