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20 MUJER OH!

DIANA SURIEL NÚÑEZ


FOTOMONTAJE:
Orquidea Santos

diana.suriel@listindiario.com

Para mirar las estrellas


Para este nuevo año establecí una nueva vida puedes ver. Adivinas formas entre ellas, puedes al cielo esperando encontrarlas y, con suerte,
resolución en mi lista. Es simple, no imaginar también a las almas que las observan del llegamos a avistar una que otra luz parpadeando.
conlleva inversión de dinero ni amerita un otro lado del mundo. En los últimos días he hecho retrospección. Esta
gran esfuerzo. Aún así, pienso que es una ¡Es increíble!… Me pongo a pensar que su brillo y columna ha sido uno de los resultados.
determinación poderosa, podrá ayudar esencia se han estacionado en eso que conocemos He analizado lo mucho que he luchado por
mucho en esta vida del constante “go!, go!, go!”. como cielo, desde hace millones y millones de alcanzar mis logros. Muchos se encontrarán en la
Quiero volver a mirar las estrellas. Así de simple. años. Han sido testigos silentes de todo cuanto ha misma situación. Luchas tanto por conseguir lo
Buscar, tantas veces me sea posible, la manera, la sucedido en nuestro lastimado planeta Tierra. Han que quieres, te quejas de la situación que vives y
forma de verlas parpadear en el cielo. sido testigos de milagros, testigos del surgimiento y le pones 15,000 “peros” a tu día a día. Finalmente
Cuando era niña, me encantaba mirarlas, tenía descenso de potencias, han visto nacer a personajes obtienes lo que deseas, lo tienes en tus manos,
una fascinación con ellas; así que las pintaba en que han tocado a este mundo con bondad o con lo disfrutas inmensamente, pero por alguna
todas partes. Hoy día, cuando toca el turno de maldad. extraña razón (aunque no lo admitas) comienzas a
garabatear, son ellas el elemento favorito. Han estado desde siempre y aún con tanta añorar esos días, esas vivencias, las personas y las
Aunque frecuentemente ganes la medalla de oro grandeza contenida en sí mismas, prefieren brillar simplezas maravillosas que dejaste atrás.
en escepticismo, sucede algo muy extraño cuando con sutiliza y discreción. Vamos perdiendo poco a poco nuestra
te quedas absorto mirando al cielo en las noches La ciudad pocas veces nos deja oportunidad humanidad, la capacidad de sorprendernos y de
estrelladas. De repente comienzas a entender la para observarlas. Los altos edificios, las luces disfrutar con las pequeñas cosas. Las situaciones
grandeza de lo que nos creó, comienzas a sentir artificiales, la rapidez con que vivimos y el egoísmo difíciles e injustas de la vida nos hacen perder la fe
que no eres tan grande, o tan importante, o tan que en muchos casos toma fuerza con cada día y la vida se deja comer por la ambición, los días se
fabuloso, o tan divino como crees ser. que pasa, nos quitan tiempo para disponernos ven marcados por el deseo constante de subir y de
No hay ego lo suficientemente sólido o grande a buscarlas en el cielo. En la antigüedad se tener. Por más que acumulamos siempre queda la
para compararse con su brillo, ofrecen uno de los dedicaban a estudiarlas, decían que tenían el inconformidad.
espectáculos naturales más impresionantes que en poder de predecir los hechos futuros. Una de ellas Es entonces cuando entiendo que debemos volver
sirvió para guiar a tres reyes de Oriente hacia un a abrazar nuestros instintos primarios, volver a
Quizás sea el momento de volver humilde pesebre donde nació el Mesías. Siglos tener fe, alimentarla o hacerla entrar en nuestras
vidas en el caso de que nunca le hayas dado un
a mirar las estrellas. Dejando más tarde, ya establecida la iglesia, muchas vidas
espacio. Volver a mirar las estrellas significa que
fueron señaladas negativamente porque insistían
las preocupaciones de lado, en leerlas. Hoy día algunos tienen la suerte de poco a poco puedes llegar a entender la grandeza
entregándonos a su luz. observarlas más de cerca viajando en una nave del universo, dejarte llevar por ella y quitar un
especial rumbo al espacio sideral. poco de importancia a la carrera constante que no
Los demás mortales a veces subimos la vista te deja vivir a plenitud.
Redescubrir la magia, la inocencia, la esperanza
que tanto nos hace falta. Mirarlas es volver a
soñar, mirarlas es darle poder a la creencia de que
podemos habitar un mundo mejor.
Hace unos años le regalé una estrella fugaz a mi
primita Avril en el día de su cumpleaños. Le dije
que a las 8:00 p.m. saliera al patio de la casa y
mirara al cielo, por allí pasaría su estrella y ella
tendría la oportunidad de pedir su deseo. Así lo
hizo y créanlo o no, me dijo que su deseo se hizo
realidad dos días después. Llámenlo fe, llámenlo
coincidencia, pueden ponerlo el nombre que
quieran. Fue mágico y me llevó a entender que
todavía tenemos mucho para apreciar y entender
de nuestro mundo. Para mirar las estrellas,
despójate de dudas y preceptos, deja a un lado
tu inflado ego y déjate llevar. Volverás a creer,
volverás a ser el niño que eras y añoras otra vez.

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