1 MUJER OH!
DIANA SURIEL NÚÑEZ
diana.suriel@listindiario.com
Experimentos
Albert Einstein dijo una vez que la mejor
manera provocar resultados diferentes, era
cambiar los hechos que llevaban a ellos. En
teoría se nota fácil, pero en la práctica no
lo es tanto. Cambiar los hechos significa
cambiar actitudes, costumbres, pensamientos,
cambiar los hechos significa cambiar demasiado…
¡y no siempre estaremos dispuestos a esto!
Se da un proceso muy interesante en el ser
humano antes de tomar una acción. El cerebro
concibe, y a través de sus millares de conexiones
envía el mandato para que extremidades y demás
se pongan en acción. Pensamientos simples, vagos,
intensos, de todo tipo, se convierten en realidad
tangible, aunque siempre aparece quien actúa
primero y piensa después.
EL CAPÍTULO DE HOY, QUERIDOS lectores,
se concentra en la manera de provocar resultados
diferentes para nuestras vidas, realidades distintas
y felicidad dosificada para cada día de tu hermosa
vida. Cambiando los hechos, cambiamos toda
nuestra realidad… así de simple. Lo extraño es
Si quieres cambios en tu vida,
comienza a darle una nueva
dirección a los hechos.
FOTOMONTAJE:
Laura Olivo
Oh! magazine 30 de enero de 2010
que pareciendo tan fácil se nos complica tanto el
llevarlo a cabo. He pensando en esto y he pensado
también en el “¿Qué pasaría si...?”.
¿Qué pasaría si hiciera esto en vez de aquello…?
¿Qué pasaría si en vez de pensar en el sentido de
siempre le diera la vuelta a mis pensamientos,
convirtiéndolos en algo mejor? ¿Qué pasaría sí
pensara menos y pusiera manos a la obra sin más?
Es por esto que para iniciar el año me he propuesto
llevar a cabo una serie de experimentos que, según
pienso, revolucionarán mi vida.
DARÉ RIENDAS SUELTAS A LOS TUBOS DE
ensayo en mi laboratorio mental, mezclaré valor,
concentración, tolerancia, espíritu y grandeza
de carácter. Dosis de sonrisas, espiritulidad,
ingenuidad y ternura se agregarán a la explosiva
mezcla. Guardadas bajo llave se encontrarán
muestras de astucia y perspicacia para utilizar en
los momentos adecuados. La típica bata blanca
será sustituida en mi laboratorio por una túnica
de inspiración hippie, observaré en el microscopio
las células de mi esencia y obtendré el ADN de
mi alma. Cuando esté lista, comenzaré con los
experimentos.
LOS EXPERIMENTOS ESTÁN LLENOS DE
hipótesis, mis hipótesis, esas que intento resolver.
Quiero saber qué pasaría si aplico toda la disciplina
posible y permanezco haciendo ejercicios por más
de seis meses sin tirar la toalla.
Quiero saber que pasaría si de una vez por todas le
hago caso a mi mamá y dejo de inflar mi estómago
con comida rápida. ¿Qué pasaría si me dispusiera
a ignorar el sonido de la campana de Taco Bell?
Quiero saber qué pasaría si volviera a rezar todas
las noches, sin dejarme sabotear por el sueño.
¿Qué pasaría si aprendiera a nadar? ¿Qué pasaría
si dejara el miedo atrás y me lanzara, sin mucho
pensarlo, a una aventura en rafting? ¿Qué pasaría
si dominara mi tiempo y me reuniera más con
Yenni, mi eterna amiga de la infancia, para volver
a reír con las payasadas de dos niñas tontas?
¿Qué sucedería si empezara a despertar con una
actitud sonriente en vez de hacerlo con una de
queja (como dicen que hago)?
¿QUÉ PASARÍA SI DECIDIERA, POR UNA vez,
mirar el alma de los que se acercan? ¿Qué pasaría
si dejo correr la astucia y encierro bajo llave mi
inocencia cuando quieran aplicar un vergonzoso
“tigueraje”?
¿Qué pasaría si pongo de manifiesto sin tapujos
que no soy tan ingenua como podría pensarse o si
demuestro que las sospechas que a veces tengo de
la gente no son infundadas? ¿Qué sucedería si me
dejo convencer por mis presentimientos?
Mi mesa de laboratorio estará muy ocupada a
partir de ahora, tengo un año para comprobar mis
teorías, de ellas solo espero resultados positivos.
Tengo un año para cambiar los hechos, para darle
otro rumbo a mi existencia.
¿Quieres comprobar algo? ¿Te da curiosidad
saber qué pasaría si…? ¡Dale riendas! Organiza
elementos y pon manos a la obra, quizás podamos
encontrarnos en el proceso, intercambiar ideas y
felicitarnos por los progresos.
Que la magia, la fe y la suerte estén contigo. Yo
también las necesito.
Quisiera, al final, escuchar un gran coro que grite
con fuerzas ¡eureka!