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AUTONOMÍA PARA LA PAZ.

Introducción.

Este trabajo es el resultado de un largo proceso de reflexión iniciado ya durante


los años 2007 y 2008. Un proceso que, partiendo de análisis colectivos del
proceso de constitución de las autonomías departamentales, llegó a formular
algunos principios y premisas que orienten el trabajo de debe encararse en muy
poco tiempo.

Talleres de reflexión desarrollados con amplios sectores de la ciudadanía nos han


permitido conocer los criterios de éstas organizaciones respecto de la constitución
de una La Paz autónoma y, sin duda, el aporte más importante vino de estos
sectores que no siempre son consultados y cuya opinión es válida sólo en etapas
finales de un proceso como el que se ha iniciado.

En criterio de las instituciones cívicas, organizaciones sociales y empresariales del


Municipio de Nuestra Señora de La Paz -el cual por supuesto compartimos- el
proceso de constitución de la Autonomía Departamental de La Paz debe ser
desarrollado “de abajo hacia arriba” eliminando intermediaciones que desvirtúen la
concepción y objetivos de la autonomía, entendida ésta, no como un fin en sí
mismo sino, como un medio para la construcción y reconocimiento de ciudadanía,
así como impulsar el desarrollo del Departamento.

Por tanto, ponemos a consideración de paceños y paceñas este trabajo que


constituye una sistematización de todo el trabajo desarrollado hasta hoy y de
algunas propuestas iniciales sobre la concepción de autonomía para nuestro
Departamento.

¿Qué es la autonomía?

La autonomía -sea regional, departamental, municipal o indígena- es la forma que


el Estado adopta para organizarse territorialmente. Al margen de la organización
institucional del Estado, es necesario tener una organización territorial que nos
permita administrarlo acercando al ciudadano a la toma de decisiones en la
administración pública.
La Constitución recientemente aprobada señala en su Artículo 272 que “La
autonomía implica la elección directa de sus autoridades por las ciudadanas y los
ciudadanos, la administración de sus recursos económicos, y el ejercicio de las
facultades legislativa, reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva por sus órganos del
gobierno autónomo en el ámbito de su jurisdicción y competencias y atribuciones”.

Es decir que, en un Departamento autónomo, sus habitantes podrán participar de


mejor manera en la elaboración, aprobación y aplicación de proyectos y
programas de desarrollo que antes estaban sujetas a las políticas nacionales y
que no consideraban la realidad propia de nuestro Departamento; las cualidades
más importantes de la autonomía, entonces, se refieren a la posibilidad de elegir a
nuestras autoridades, legislar en nuestro territorio y administrar nuestros ingresos
y los que nos son asignados. Esto permite a los departamentos y/o municipios la
capacidad de autogobernarse y emitir leyes en el marco de sus competencias.

1. ¿Por qué le dijimos NO a la autonomía en el referéndum del 2006?

Dos fallas estructurales han permanecido en nuestra historia desde la fundación


de la República: la exclusión social expresada en el racismo y en la exclusión de
los pueblos indígenas en el ejercicio del poder y la exclusión territorial expresada
en el centralismo y en el abandono de gran parte de nuestro territorio,
particularmente en el oriente del país. La crisis política iniciada a fines de los años
noventa, trajeron a la luz la necesidad imperiosa de dar respuesta y solución a
éstos males estructurales a través de la constitución de un pacto social y político
que siente las bases de un nuevo Estado a través de la convocatoria a la
Asamblea Constituyente y la puesta en vigencia de una nueva Constitución
Política del Estado; el reconocimiento de los pueblos indígenas como parte de la
estructura del Estado y el debate sobre la autonomía departamental forman parte
esencial de las propuestas que apuntaban a dar respuesta a ésta creciente
necesidad de inclusión social y territorial en el país.
Sin embargo, las propuestas iniciales surgidas desde los movimientos cívicos y
regionales sobre la autonomía departamental no consideraron la autonomía como
un instrumento de desarrollo del conjunto nacional sino como un mecanismo de
autosostenibilidad de cada Departamento y particularmente de Santa Cruz 1 , así
como un mecanismo de desconcentración del poder que acarreaba además la
defensa de intereses específicos vinculados a la administración de políticas de
tierra y de recursos naturales y con una legalidad cuestionada. Lo anotado
precedentemente, sumado a la polarización política que impidió un debate

1
Galindo, Mario. “Algunas propuestas sobre la Asamblea Constituyente: la descentralización fiscal
financiera en el marco de las autonomías departamentales” Revista Tinkasos Nº 17, julio 2005.
adecuado y profundo sobre el proceso autonómico, así como la decisión
apresurada de la principal fuerza política en el Departamento de enfrentar las
propuestas autonómicas, conllevaron a que La Paz dijera un contundente NO en
el referéndum autonómico del año 2006.

Hoy, La Paz ha votado mayoritariamente por una nueva Constitución y ha


aprobado la implementación de las autonomías departamentales en el marco de la
legalidad y con competencias claramente definidas para cada nivel autonómico, lo
cual garantiza que la autonomía departamental constituirá un poderoso
instrumento de desarrollo nacional.

2. El escenario y estado actual del Departamento.


2.1 El marco legal y la imprescindible participación ciudadana en la
construcción de la autonomía paceña

La Constitución que aprobamos, establece tres niveles de autonomía plena y un


nivel de autonomía –Regional- que al no tener capacidad legislativa, no constituye
una autonomía plena.
Las autonomías plenas son:
• Autonomía departamental.
• Autonomía municipal.
• Autonomía indígena.

De todos los niveles de autonomías señalados, nos interesa, en este momento, el


nivel de la Autonomía Departamental, por cuanto la autonomía municipal es ya
una realidad quedando pendiente su profundización a partir de la formulación y
aprobación de la Carta Orgánica Municipal de Nuestra Señora de La Paz.
En el caso de la Autonomía en Departamentos, que como La Paz votaron por el
NO el año 2006, éstos podrán acceder a este proceso con la realización de un
referéndum tal como establece el Artículo 274 de la CPE que señala que: “(…)
Estos departamentos podrán acceder a la autonomía departamental mediante
referendo”. Lo que significa que La Paz irá aun referéndum autonómico en el que
decidirá su constitución como departamento autónomo. De hecho, está en
discusión en el Congreso Nacional un proyecto de ley que convoca a referéndum
departamental autonómico en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca
para el mes de julio próximo.
De todas formas, el proceso de implementación de la autonomía departamental de
La Paz, deberá encarar un complicado proceso de construcción institucional que le
permita armonizar todos los niveles de autonomía establecidos en la CPE,
Asumir la legalidad como base de nuestro proceso autonómico, implica además
enmarcar cada paso y acción en el respeto a la ley y de manera primordial, la
propia Constitución Política del Estado en vigencia. En este marco, es posible
acudir a un referéndum departamental en el transcurso de las siguientes semanas
para revisar nuestra decisión del año 2006 y adoptar la autonomía para nuestro
Departamento, pero no parece posible ni razonable apresurar la aprobación de
Estatutos en nuestro Departamento sin un suficiente margen de análisis y
discusión acerca de nuestro futuro.
Deberemos, sin embargo, trabajar arduamente en la elaboración de propuestas
que formen parte de nuestro Estatuto para el momento en que las instancias que
correspondan y de acuerdo a la Constitución, aprueben el Estatuto autonómico del
Departamento de La Paz en forma definitiva.

2.2 La autonomía, una construcción de abajo hacia arriba.

A diferencia de otras regiones, la construcción del departamento autónomo de La


Paz, debe abordarse con el tiempo y responsabilidad suficientes; un proceso que
partiendo de lo simple, abarque las temáticas más complejas en este camino de
construcción de un nuevo Estado, con una amplia participación y debate en y con
las instituciones, las organizaciones sociales y las autoridades, y con del debido
respaldo y apoyo técnico y de información disponible.
La construcción de un departamento autónomo, implica la constitución de una
sociedad abierta, una sociedad en la que el uso de la razón en los asunto públicos
sea una constante. La participación de la ciudadanía es fundamental desde el
inicio del proceso de construcción autonómica evitando la elitización en los
procesos de reflexión que debe concluir con una propuesta de Estatuto
autonómico que contenga una visión institucional y económica de futuro y que
refleje, sin ninguna duda, las aspiraciones e inquietudes de todos los sectores
sociales, empresariales y productivos, profesionales, académicos y
gubernamentales locales asumiendo nuestras diversas identidades y promoviendo
la interculturalidad.

2.3 Las instituciones y el territorio departamental

En la actualidad las comunidades y ayllus del altiplano paceño, están


profundamente afectadas por las modificaciones, imposiciones y
sobreimposiciones de varias estructuras administrativas, de fiscalización e incluso
políticas, que no sólo son mutuamente incompatibles sino que -en algunos casos-
están profundamente confrontadas.
En muchos de los espacios territoriales las autoridades originarias -como los
Jilakatas- se hallan confrontadas a las estructuras del sindicalismo campesino
representados por el ejecutivo del sindicato agrario. Las autoridades creadas por
el estado como los corregidores, a su vez, se confrontan con Alcaldes y otros
representantes emergentes de la Ley de participación popular encarnados en los
comités de vigilancia, generando de este modo una crisis de representación que,
de manera negativa, afecta a la representación de las naciones originarias y las
posibilidades de impulsar el desarrollo social y productivo, dada la duplicación de
roles y la ausencia de una institucionalidad fuerte que articule la planificación local
y departamental bajo una sola visión integral.
A este complejo andamiaje social se añade el hecho de que el Departamento de
La Paz tiene municipios que para la gestión 2007 tenían una población proyectada
de 407 habitantes 2 , con una escasa capacidad operativa para llevar adelante
planes y proyectos de desarrollo y menos aún capacidad técnica para ejecutar y/o
supervisar la implementación de los mismos.
Por esta razón, la definición de una estructura institucional adecuada para integrar,
en todo el aparato subnacional autónomo, tanto la distribución de poderes como la
jerarquía de autoridades originario/campesinas basadas en las diversidades
étnico/culturales, deberá considerar la posibilidad de reagrupar espacios
municipales e indígenas arbitrariamente impuestas.
Todo ello, está en estrecha relación con un correcto ordenamiento territorial y un
adecuado plan de uso de suelo para todo el Departamento que contemple las
visiones tradicionales y de nuestras culturas ancestrales y originarias respecto a la
organización, uso y buen aprovechamiento del territorio departamental y de sus
pisos ecológicos.
Por otra parte, la consolidación del área metropolitana de La Paz que agrupa a los
municipios más grandes (La Paz, El Alto, Viacha, Achocalla, Palca, Mecapaca y
Laja) y que constituye más del sesenta por ciento de la población, así como el
mercado más importante del país, sigue siendo una tarea pendiente y
desaprovechada, dada la importancia económica y política de la metrópoli paceña.
En síntesis se trata no sólo de consolidar una institucionalidad estatal –
particularmente en las provincias-, sino también de articular las áreas urbanas y
rurales del Departamento bajo específicos marcos de políticas sociales y
económicas adecuadas a nuestra propia realidad.

2.4 Los recursos y el financiamiento de nuestra autonomía.


Se ha insistido, desde el oriente del país y desde distintos sectores políticos, que
La Paz se ha beneficiado del centralismo como un instrumento para su propio
2
Como el Municipio de Nazacara de la provincia Pacajes. cfr. Anuario estadístico INE 2006. formato
digital.
desarrollo ignorando deliberadamente que el modelo centralizado de acumulación
de riqueza nunca tuvo su correlato en la distribución de la misma.

De hecho, gran parte del presupuesto nacional desde la creación de la República


ha provenido de La Paz y en contraposición el Departamento ha recibido muy
poco; ya en 1827, el 32 por ciento del presupuesto nacional tenía como fuente el
Departamento de La Paz en tanto que 29 por ciento provenía de Potosí y el 12 por
ciento de Chuquisaca.

Sin embargo, la relación entre la distribución del presupuesto nacional y la


población de cada uno de los departamentos nunca fue proporcional, así por
ejemplo, en el mismo año (1827) La Paz constituía el 34 por ciento de la población
y recibía apenas el 3 por ciento del presupuesto. Potosí albergaba al 22 por ciento
de la población nacional y le era asignado el 5 por ciento del presupuesto, en tanto
que Chuquisaca al tener el 13 por ciento de la población recibía lo mismo que La
Paz, es decir el 3 por ciento. 3

Los datos nos muestran que La Paz siempre fue un Departamento solidario desde
la fundación de la República y que sacrificó su propio desarrollo en aras del
desarrollo nacional. Por ello, el análisis referido a la generación de ingresos: quién
produce, cuánto y cómo se distribuye entre departamentos y al interior de cada
uno de ellos resulta fundamental a fin de no generar futuros desequilibrios internos
y disputas fratricidas.
Datos más recientes dan cuenta de la situación económica por la que atraviesa
nuestro Departamento:
Durante el año 2007, del total generado por la economía boliviana, el Producto
Interno Bruto (PIB) del Departamento de La Paz sumo un total de 25,309.36
millones de bolivianos, mismos que representaron el 24,57 por ciento con relación
al total nacional; por otro lado el Producto Interno Bruto Per Cápita alcanzó a
1,157 $us, inferior al promedio nacional que ascendió a un total de 1,300 $us.

A continuación se presenta la distribución del PIB del Departamento de La Paz


durante la gestión 2007:

3
Nuestro país contaba con una población de un millón cien mil habitantes (1.100.000) de los cuales
ochocientos mil (800.000) eran indígenas, mientras que sólo se tenía una “población blanca” de dos mil
(2.000) habitantes, por lo que cerca del 80% de la población quedó la margen de la “nación boliviana”.
Servicios
Otras actividades; Servicios de comunales,
6,79% administración sociales,
Agricultura, pública; 14% personales y
Silvicultura, caza y doméstico; 5,81%
pesca; 6,53%

Industrias
manufactureras;
10,44% Establecimientos
financieros,
seguros, bienes
Comercio; 8,13% Transporte, inmuebles y
almacenamiento y servicios a
comunicaciones; empresas; 12,62%
8,58%
Fuente: Instituto Nacional de Estadística

Al respecto, podemos observar que la actividad productiva departamental presentó


entre sus principales sectores a los Servicios de Administración Pública (14%),
Establecimientos Financieros, Seguros, Bienes Inmuebles y Servicios prestados a
las Empresas (12,62%) e Industrias manufactureras (10,44%), tendencia que se
viene repitiendo desde la gestión 2005.

El comportamiento del sector productivo del Departamento de La Paz muestra un


importante aporte al PIB Departamental durante la gestión 2007. Después de un
período de crisis (en el quinquenio 1995 – 2000) en el que los subsectores en
general presentaron una reducción en su actividad de 2,5 por ciento, en el periodo
2000 - 2008, el subsector textiles, prendas de vestir y productos de cuero
muestran recuperación con un crecimiento promedio de 2,3 por ciento, así como el
subsector de madera y productos de madera con un crecimiento promedio de 5,5
por ciento en el citado periodo.

Ahora bien, en el Departamento de La Paz se pueden identificar los denominados


“bolsones de crecimiento económico”, que tienen que ver con el aprovechamiento
futuro de las fortalezas y oportunidades de distintas áreas productivas que puedan
generar empleos e ingresos a corto, mediano y largo plazo. En el Departamento
de La Paz estos “bolsones” se centran en 3 áreas:

a) Minerales e hidrocarburos tradicionales


b) Manufactura liviana (joyería, textiles, cueros)
c) Comercio orgánico, forestal y servicios ambientales

Bajo este entendido, las políticas públicas, planes y perfiles de proyectos


orientados a mejorar la productividad y competitividad del Departamento de La
Paz, deberían enfocarse a las mencionadas áreas, fortaleciendo las mismas y
aprovechando las ventajas competitivas y comparativas que ofrecen 4 .

Por otra parte, la inversión pública ejecutada en el Departamento de La Paz


durante la gestión 2007 alcanzó un total de 1´171,390 bolivianos, lo cual en
términos porcentuales representa el 72.6 por ciento de ejecución de un total de
1´612,764 bolivianos presupuestados por las diferentes instituciones públicas del
Departamento, habiéndose incrementado en un 16,64 por ciento respecto a la
gestión 2006, lo cual se vio reflejado en un crecimiento del 23,96 por ciento en
Infraestructura (engloba carreteras, energía, comunicaciones y recursos hídricos),
en el sector social 19,70 por ciento, el multisectorial 17,36 por ciento y con una
disminución del sector productivo en 12,62 por ciento 5 .

En relación a la estructura de distribución de recursos al interior de las regiones,


debe mencionarse que el Departamento de La Paz en la gestión 2007 recibió un
total de 1,800 millones de Bolivianos, de los cuales los Municipios percibieron la
mayor cantidad con un 66,4 por ciento de participación, la Prefectura con un 17
por ciento y las Universidades con el 16.6 por ciento, lo cual se encuentra
vinculado a la alta dependencia de los ingresos del Departamento de los
impuestos nacionales, que tienen coparticipación Municipal.

Es importante mencionar que los ingresos fiscales del sector público se


concentran principalmente en la recaudación de impuestos nacionales (IEHD, IVA,
IT, RC-IVA, IUE, ICE, GA y TGB), los mismos que responden a la distribución
establecida según la Ley No 1551 (Ley de Participación Popular): 75 por ciento al
TGN, 20 por ciento a Municipios y 5 por ciento a Universidades.

Ahora bien, la Prefectura de La Paz generó ingresos propios (Venta de bienes y


servicios) por un total de 77.477.939,76 de bolivianos en la gestión 2008, en
cambio los Municipios de la Ciudad de La Paz y El Alto alcanzaron ingresos
propios (impuestos bienes inmuebles, vehículos, transferencias, tasas y patentes)
por un total de 423.681.624,49 bolivianos y 105.896.435,81 bolivianos,
respectivamente.

Finalmente, es necesario mencionar también algunos datos referidos a las


relaciones comerciales internacionales de nuestro Departamento.

Para el año del 2007, las exportaciones del Departamento de La Paz sumaron un
total de 371,3 millones de dólares, mejorando en 21,6 por ciento el índice

4
Gray Molina, George. “Mas allá de modelos: Bolsones de crecimiento en La Paz” Presentación “Foro por
La Paz”, Fundación Nuevo Norte, 24 de julio de 2008.
5
Instituto Nacional de Estadística. “Estadísticas económicas y sociodemográficas del Departamento de La
Paz”, Julio 2008.
registrado en similar período del año 2006, cuando alcanzaron a 305,3 millones de
dólares.

Dicho crecimiento del sector exportador del Departamento de La Paz, puede ser
entendido por la variación positiva registrada en actividades económicas como la
extracción de minerales (61,7 por ciento) e industria manufacturera (14 por ciento)
y a diferencia de la actividad agrícola, ganadería, caza, silvicultura y pesca que
disminuyeron en un 29,1 por ciento respecto al año 2006.

Las importaciones, del Departamento en la gestión 2007 sumaron un total de


839,63 millones de dólares, lo cual en términos porcentuales significa un aumento
del 9,77 por ciento en relación a la gestión 2006.

Los principales productos importados fueron los suministros industriales que se


incrementaron en 13,76 por ciento, bienes de capital y equipo de transporte,
piezas y sus accesorios 6 .

Ahora bien, desde una perspectiva general, nacional, cabe mencionar que la
ausencia de políticas fiscales y sociales consensuadas entre los distintos niveles
de gobierno (Ministerios, Prefecturas y Gobiernos Municipales), la inexistencia de
criterios eficientes en la asignación de recursos, el desorden en la distribución y
ejercicio de atribuciones y competencias y la falta de políticas de generación de
ingresos propios, han venido generado desequilibrios en la distribución de
recursos entre las regiones.

En el caso de transferencias de recursos, durante el mes de abril de la gestión


2008 La Paz y Santa Cruz enviaron al Gobierno Central alrededor de 500 millones
de Bs. y recibieron en cambio, cerca de 200 millones de Bs.; inequidad que
también se ve reflejada en la asignación del IDH (Impuesto Directo a los
Hidrocarburos) per cápita, que en el caso del Departamento de Tarija alcanzó a
1,022 Bs. por habitante cuando, en contraste, La Paz -que debido a su mayor
población y su menor participación en la renta de hidrocarburos- recibió recursos
cercanos a 196 Bs. por habitante, siendo el Departamento con una de las menores
asignaciones por concepto de IDH por habitante.

Por otro lado, la ausencia de una visión de conjunto respecto a la inversión pública
y las deficiencias de las políticas sociales no enmarcadas en un solo plan nacional
de desarrollo generan asimetrías verticales, que por ejemplo en el sector de salud
y educación, desfavorecen a los Departamentos con mayor población: en el caso
de La Paz 2500 habitantes por cada centro de salud de primer nivel, que
constituye la “entrada” del paciente al sistema de salud, frente a Pando, donde

6
Instituto Nacional de Estadística. “Estadísticas económicas y sociodemográficas del Departamento de La
Paz”, Julio 2008.
existen 57 centros para 70.000 personas aproximadamente. En el caso del sector
educación, observamos que si bien el Departamento de La Paz posee una de las
menores tasas de deserción en la parte urbana (promedio. 5.1por ciento), su área
rural es la más afectada con esta problemática con una tasa de abandono que
asciende a un promedio del 10.2 por ciento y que es coincidente con el nivel de la
región occidental (La Paz, Oruro y Potosí) donde existe un promedio de 9.4 por
ciento.

Estos ejemplos, son una muestra clara de las asimetrías que existen en la
distribución de recursos fiscales entre los departamentos y sus consecuencias y
que deben ser encaradas de manera urgente y paralela a la implementación de las
autonomías en el país, pues de lo contrario, se profundizarán los desequilibrios y
la pobreza.

2.5 La visión política del Departamento sede y centro de la política nacional

La Paz ha tenido una participación definitiva en los grandes momentos de la


historia política nacional, desde las sublevaciones anticoloniales, pasando por la
conformación del primer gobierno libre de América en 1809, el triunfo de la
Revolución de 1952, la recuperación de la democracia hasta hoy, ser vanguardia y
garantía de un proceso de transformación estatal profundo.
La Paz, El Alto y las provincias del Departamento han sido los promotores de este
momento histórico, tal vez en razón a este carácter eminentemente político de los
paceños y paceñas que han antepuesto siempre el interés nacional a los nuestros
particulares, pero también sin duda en razón a la desafiante y vergonzosa pobreza
de parte de la misma ciudad de La Paz, El Alto y las provincias.
Cabe anotar, también como antecedente cierto, la sistemática postergación que ha
sufrido el Departamento en las últimas décadas, sin carreteras, sin grandes
procesos de desarrollo industrial o agrícola y sin recursos naturales debidamente
explorados y verificados.
Del recuento de votos de los últimos eventos electorales, es poco razonable negar
la identificación de los paceños del Departamento –mayoritariamente en El Alto y
las provincias- con la conducción política del proceso actual, dada además la
obligada disyuntiva entre la propuesta de cambio y lo nuevo frente a la ausencia
de propuestas alternativas y viables.
Sin embargo, el futuro del Departamento autónomo y de una mejor calidad de vida
para todos, depende inevitablemente de la comprensión multicultural e intercultural
de nuestra realidad social y política, de la comprensión de la necesidad de
construir una institucionalidad estatal fuerte pero promotora y articuladora de la
inversión pública y privada que genere desarrollo, productividad y empleo. Sin
duda, quienes están llamados en primer lugar a esta comprensión son quienes
ejercen el liderazgo político y social a todo nivel en el Departamento.
La polarización nacional ha dejado huella también en La Paz, particularmente en
la ciudad, donde la presencia de sectores medios y empresariales –pequeños,
medianos y grandes- privados mantienen recelos –cuando no rechazo- y sin duda,
legítimas incertidumbres respecto al momento final que deberá brindar estabilidad
política y social al país.
La demanda de mayor inclusión social, de una democratización del poder territorial
y de un nuevo modelo de desarrollo mediante una nueva Constitución exige aún
de escenarios de diálogo y concertación, más aún cuando estamos en puertas de
implementar la nueva Ley fundamental.
El fracaso en la tarea de contar con una nueva Constitución Política del Estado -
disputa por la sede de Gobierno de por medio-, hubiera significado el
ahondamiento de la crisis con consecuencias hoy imprevisibles.
No había manera de mover la sede, no solo por el perjuicio directo a los paceños,
sino porque estaba en riesgo la integridad del país y los equilibrios geopolíticos
internos que tienen que ver con el motor económico en oriente y el sur y la sede
política en occidente.
Es probable, sin embargo, que la crisis política pueda resolverse justamente desde
las regiones y La Paz podría jugar un rol definitivo en esa resolución a partir de
una propuesta autonómica propia que refleje su pluralidad y que sin embargo,
tienda nuevos puentes de conexión con el conjunto del país.
Este desafío no admite imposiciones ni hegemonías de ninguna naturaleza y
requiere, en todo caso, de la claridad política de aprovechar la diversidad y de
acordar mecanismos de impulso económico y de inversión social bajo una
planificación adecuada y con la legitimidad política que debe concretarse en abril
de 2010.

3. Premisas base para construir nuestra autonomía.

Desde nuestra perspectiva, el objetivo del proceso autonómico en La Paz es el


ciudadano y su calidad de vida; requerimos llevar adelante un proceso autonómico
que elimine la exclusión, es decir, la imposibilidad de ciertos sectores de la
sociedad para acceder a los derechos civiles, políticos y/o sociales así como la
inadecuación de las capacidades para cumplir con las obligaciones.
En su sentido más amplio y general la ciudadanía es una relación horizontal que
atribuye derechos y deberes a los miembros de una comunidad tanto en su
relación con el Estado como sus congéneres con quienes comparte un territorio y
una vertiente cultural determinada; así, la autonomía paceña debiera permitirnos la
consolidación de la ciudadanía civil, la ciudadanía política y la ciudadanía social.
La ciudadanía civil, atribuye al individuo una serie de derechos asociados a la
libertad, en este sentido son las protecciones y privilegios de los poderes
personales dados a todos los ciudadanos por imperio de la ley mientras que la
ciudadanía política consiste en el derecho del ciudadano de participar en el
ejercicio del poder político en todos sus niveles y finalmente la ciudadanía social
que implica el derecho ciudadano al disfrute de los beneficios de la seguridad
social el acceso a la educación, la salud y otros de orden social.
Bajo este marco general, proponemos algunas líneas de lo que podría constituir la
autonomía departamental para La Paz.

a) Autonomía paceña legal y participativa.


Asumiendo que la autonomía no es un fin en si mismo sino un medio para la
construcción de ciudadanías más libres y democráticas así como de la
constitución de estructuras administrativas más inclusivas y permeables a las
diversas vertientes culturales, podemos estar seguros que el proceso de
construcción de la autonomía en La Paz, debe necesariamente tener como
marco legal la nueva Constitución Política del Estado que establece los
principios de la organización territorial y los de aquellas entidades territoriales
descentralizadas y autónomas.
b) La necesidad de utilizar y gastar bien los recursos.
Cada vez se hace más urgente el generar un consenso en torno a las políticas
públicas que logren el desarrollo equitativo y solidario de todas las regiones,
compensando de esta manera, en un tiempo determinado, los desequilibrios
financieros, económicos y sociales que actualmente existen en nuestro país e
involucrando activamente a los sectores productivos en una sola estrategia de
desarrollo. La fórmula propuesta se refiere a construir un pacto fiscal en el que
los niveles nacionales, departamentales y municipales actúen de manera
coordinada y bajo el establecimiento de objetivos y metas para optimizar la
inversión pública.
La idea del Pacto Fiscal planteada desde los municipios, debe abarcar en el
largo plazo, el conjunto de los recursos con que cuenta el Estado y debe
establecer una distribución de recursos basada en cumplimiento de metas y
resultados concretos y medibles.
Por supuesto, esta misma lógica de distribución y asignación de recursos, debe
aplicarse al interior y conjunto del Departamento, a fin de que la Autonomía, no
signifique, en ningún modo una nueva centralización de los recursos
departamentales.
c) Estructura institucional y organización territorial basada en la
interculturalidad.
Es innegable que la transferencia de competencias del Estado Nacional hacia
poderes subnacionales es una respuesta a las demandas por espacios de
autonomía planteadas por la sociedad civil. Por lo tanto, la reforma del Estado
implica una reingeniería de las instituciones orientada al logro de una mayor
eficiencia, y una participación más equitativa en los procesos de desarrollo
regional, de tal forma que los resultados contribuyan a lograr índices de mayor
igualdad ciudadana.
La concreción de los ideales de Libertad, Democracia y Ciudadanía, implica la
eliminación de aquellos mecanismos institucionales que hasta hoy
coadyuvaron a la negación sistemática del ejercicio de ciudadanía a los
sectores étnica y económicamente marginados en el marco de un desarrollo
sustentable, por lo que la autonomía departamental deberá considerar las
particularidades socioculturales y económicas de sus actores, así como sus
formas de organización tradicional, recuperando lo útil y conveniente para
producir equidad y desarrollo y manteniendo aquellos instrumentos y
mecanismos, por ejemplo, jurídicos, de transparencia y de control fiscal que
hacen a una gestión pública eficiente a nivel de las autonomías indígenas,
municipales y departamental.
En el caso de la organización y ordenamiento territorial, es posible recuperar
los principios de la organización comunitaria y originaria, no solamente en los
conceptos sino sobre todo en la planificación de las políticas públicas, las
cuales por ejemplo no guardan una adecuada correlación con los ciclos
agrícolas en el Departamento.
d) La Paz, capitana de la Nación y centro político nacional.
Como sede de Gobierno, Nuestra Señora de La Paz, es el centro de servicios y
comercio de occidente, el área metropolitana de La Paz constituye el mayor
mercado comercial del país y su cualidad de sede de gobierno le hace gravitar
positivamente en el equilibrio no sólo del desarrollo económico sino, en el
equilibrio geopolítico de la región centroandina.
El peso histórico económico de La Paz y su potencial influencia en el norte
chileno y sur peruano que conforman junto al occidente boliviano, la región del
pacífico central, deben ser aprovechados en beneficio del conjunto del país.

Queda abierto el debate.

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