Вы находитесь на странице: 1из 77
Pablo Rieznik LAS FORMAS DEL TRABAJO Y LA HISTORIA Una introduccién al estudio de la economia, politica Editorial Biblos PENSAMIENTO SOCIAL indice 330 Rieznik, Pablo RIE Las formas del trabajo y In historia. una introduccién al ‘estudio de la economia politica - Sa, ed, - Buenos Aires: Biblos, 2007 187 pp. 23 x 16 em. ISBN 950-786-283-6 | I. Titulo - 1, Beonomia politica Presentacién cevcteeeees cece INTRODUCCION Las formas del trabajo y la historia : 13 BI trabajo en la historia on st Una actividad vital 7 ‘Trabajo y naturaleza humana eee 19 El cerebro, 1a mano, el trabajo 2 Disetio de tapa: Luciano Tirabassi U. ‘Trabajando para no trabajar 25 Tlustracién de tapa: Rogelio Yrurtia, Canto al trabajo, 1907 El reino de la libertad. 28 ‘Armado: Taller Ur Primera edicién: agosto de 2003 PRIMERA PARTE, Segunda edicign: julio de 2004 (eats Capitulo 1 © Pablo Rican, 2008, 2004, 2007 Ta'economéa como ciencia on © Editorial Biblos, 2008, 2004, 2007 EI asombro, a aparienci y Ia esencia ee 2 Pasaje José M, Gira 218, CLOG4ADD Buenos Aires ‘Teoria algo mis, cada vex mas el movimiento cs editorialbiblos@editoriabiblos.com / www.editorialhiblos.om Abwoluto y relative, material y expecuiacion UII a0 echo ol depénito que dispone Ia Ley 11.723 La ciencia como economia y ln cencia 80 ‘2 Impreso en la Argentina [No se permite la reproduecién parcial o total, el almacenamionto, el alquiler, la “6 transmsion o la transformacidn de este bro, en cualquier forma 9 por cualquier [es tres fuentes : pen " medio, sea elesteinico o mecinico, mediante fotcopias,digtalizacion u otros La histori, la economia ys misterio 50 tnetodos, sin el permiso provio y escrito del editor. Suinfracsién eaté penada por Is El trabajo del hombre Teyes 11709 y 25.446, El trabaje alienado Esta teroera edisiin de 2000 sjemplares Capitulo 3 fe termina de imprimir en Primers Clase, ‘Trabajo allenado y mereancia Repablica Argentina, La superacion del trabajo como enajenacida.. 0... 0. eves ieee 68 ‘en febrera de 2007, {Qué es ea llamado “mereancia”? 66 Comprender el valor 69 El capital como relacién social Poseedores y desposeides contempordneos El contenido de la relacién capitalista La expropiacién del capital Capitulo 5 La plusvalia y la ley del valor Historia de un problema De Smith y Ricardo a Marx: la solucién Plusvalia y, nuevamente, la alineacién La férmula del valor (resumen) Capitulo 6 La gananeia y el fundamento de la decadeneia capitalista Plusvalia y gananci Valor y precio: la transformacion La caida tendencial de la tasa de ganancia El Itmite del capital SEGUNDA PARTE Capitulo 7 Cielo y erisi La funcién de la crisis y su manifestacion [Las mereancias y la razén tltima de la crisis, Capitulo 8 Capitalismo e historia contemporénea Revolucisn social La ex Union Sovistica y el socialismo Stalinismo y posguerra Final de época Capitulo 9 La economia mundial como punto de partida, Internacionalizacién del capital e imperialismo Introduccién| Economia mundial (comercio exterior) y capitalismo Monopolio y capital financiero Imperialismo e internacionalizacign del capital Nota sobre los paises atrasados Economia mundial: tendencias y contradiceiones Bibliografia citada 105 106 109 um ua ut ar 125 27 wT 128 133 141 146 149 Presentacion Las formas del trabajo y la historia, Una introduccién a la economia politi- a es el resultado de una ya larga experiencia en el dictado de la materia, 0 de cursos vinculados al tema, en facultades de varias universidades naciona- les, especialmente en la de Buenos Aires. Se trata de una labor demorada, en particular si se tiene en cuenta su factura especifica. Nos referimos al hecho de que su base son clases grabadas, cuyo registro particular ha motivado co- rreceiones y agregados que, no obstante, no alteran lo esencial. El punto de partida fueron las versiones de los tiltimos afios, que acreditan el acervo de tuna labor decantada con el tiempo, Afiadimos, ademiis, una introduccién que, deliberadamente, denominamos con el titulo de la obra y que original- mente fuera publicada en Ia revista Razén y Revolucién, como parte de las tareas de investigacién realizadas en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. El libro que ahora presentamos define el objeto de estudio de la econo- ‘mia politica como una forma social especifica e histéricamente determinada {que asume el trabajo de los hombres. No es lo que normalmente se acepta en los manuales y textos convencionales, en los cuales la econom{a se presenta como una suerte de légica abstracta que relaciona medios (escasos) y fines (maltiples), una especie de técnica de la administraci6nn eficiente. La econo- mia tampoco puede comprenderse como una ciencia referida al metabolismo de la produccién en términos genéricos y ahistéricos. Al revés, es un produc- ‘to de las cireunstancias muy precisas que se identifican con el modo de pro- duecién eapitalista, Esto significa también, que lo que aqui introducimos es el estudio de lo que se llama la “eritica de la economia politica” en el sentido gue tiene tal concepto en la tradicién marxista, insustituible en la materia. La “eritica’”, entonces, desbordando el Iimite de lo “econémico”, se plantea en los términos de una visién cientifiea més general de la dinémica de la socie- dad moderna. Por esta misma razén el énfasis es colocado, de manera siste- matica, en un enfoque histérico y sociol6gico que contribuye a destacar la es- pecificidad de la economia politica. Esto domina el hilo de todo el texto, como (9) 10 los formas del trabajo y la historia puede verificarse en los titulos de los capftulos del libro. El eje central es, in- dudablemente, poner en relieve el caracter de una época marcada por el ago- tamiento de un sistema social, econémico y politico que es el resultado de su propio desarrollo. El lector confirmaré si hemos conseguido esclarecer un problema vital de nuestra existencia como sociedad en el mundo de hoy. Es preciso advertir que las clases que sirvieron como elemento original en la configuracién del libro marcan su estilo, algunas reiteraciones, sus pre- tensiones pedagégieas, la excesiva libertaé en el uso de las referencias biblio- gréficas en la mayorfa de sus capitulos y aun cierta informalidad. Claro que no es la primera vez que se realiza una produccidn de este tipo, que natural- mente tiene ventajas que el autor no necesita explicar. Theodor Adorno con- dené en su oportunidad las publicaciones de esta indole, Aludié al cardcter efimero y provisorio del diseurso del habla en contraste con la elaboracién previa de la palabra eserita, El argumento, sin embargo, precede su texto Introduccién a la sociologta, presentado como el protocolo de un discurso oral que tuvo “su verdad en su propia transitcriedad”... y que precede a sus cla- ses grabadas en 1968, Si se trata de justificaciones, entonces, conviene ape lar a antecedentes relevantes que, por supuesto, apenas sirven de pretexto y no como punto de comparacién. Este trabajo no hubiera sido posible sin la colaboracién de Maria Sén- chez, quien me alents desde siempre a encarar su produccién y se esmeré en la transcripeién, edicién y lectura del texto, asi como de Ia traduccién del capitulo IX, “La economia como punto de partida”. En este caso la “clase” res- pectiva fue sustituida por un texto que remite al mismo tema, pero que natu- ralmente tiene las ventajas del texto escrito. Marina Rieznik y Graciela Molle dedicaron también su tiempo a le lectura del original. Todas ellas tuvieron el tino de formular reparos a cierias imprecisiones que fueron elimi~ nadas y la indulgencia de escuchar los argumentos que, en otros casos, jus- tificaban el eardeter de una trama del habla que el autor frecuenta. Con mucha profesionalidad en un 4rea que ciertamente no domino, Ménica Urrestarazu contribuyé a dar el formato a la edicién definitiva. Por eso el agradecimiento que corresponde por tods la ayuda para que este libro sea entregado a la consideracién de sus lectores, entre quienes imaginamos no s6lo a universitarios vineulados a las carreras de humanidades y ciencias so- ciales sino también al publico no especialista interesado en indagar la natu- raleza de la sociedad en la eval vivimos. PR. INTRODUCCION Las formas del trabajo y Ia historia Es un hecho que, en el nacimiento de la econom{a politica y de la sociologia modernas —disciplinas que ciertamente conocen un origen comin, el con- cepto de trabajo y su significado ocupan un lugar central y privilegiado. No es menos evidente que el descubrimiento y la dilucidacién del papel del tra bajo en nuestra época deriva de las propias transformaciones que hicieron del trabajo humano y de sus resultados materiales una potencia préctica sin precedentes en cualquier perfodo histérico provio. En este sentido, el trabajo como fuerza productiva aparece como un producto del capitalismo, es decir, de las relaciones de produccién que son la peculiaridad de la sociedad bur- ‘guesa, Es claro, sin embargo, que la propia modernidad es imposible de ser concebida sin un desenvolvimiento propio de los resultados del trabajo. Es la capacidad humana de transformar la naturaleza la que en un estadio hist6 rico determinado de su evolucién creé las condiciones que permitieron, pri- ‘mero, la acumulacién original de capital y, mas tarde, el despliegue de la industria, la configuracién de mercados compatibles con la extensién y los ‘requerimientos de la circulacién en eseala nacional e internacional. El traba- jo, la posibilidad del hombre de adecuar especialmente el entorno a sus nece- ssidades, es, en definitiva, la condicién de su misma supervivencia. Pero s6lo ‘con el capitalismo el poder social del trabajo encuentra una dinémica y un modo de produccién que hacen de su rendimiento creciente la clave misma de su existencia. El crecimiento sistematico es una necesidad de la propia produceién capitalista y una forma de existencia compulsiva de los propieta- ios de los medios de produccién. El eapitalismo se constituye como tal haciendo de la potencia del trabajo una configuracién societal especifica, creando una clase trabajadora completamente separada de las condiciones € instrumentos de su propio trabajo y que s6lo puede existir vendiendo su capacidad subjetiva de trabajar. La investigacidn sobre el cardcter de este trabajo y su capacidad de multiplicar sus frutos en una dimensién completa- 03) 4 los formes del trobojo y le historia mente desconocida en épocas pretéritas es fundante para toda la ciencia so- cial moderna y para la economia en particular. El trabajo en la historia En Ia historia anterior, el trabajo ni siquiera era concebido como algo propio de la actividad humana, es decir, como un atributo especifico de la ac- cién del hombre dirigida a asogurar y crear las condiciones de su propia vida Ge un modo tinico y que Ie es propio. No se identificaba la riqueza con el tra bajo en ningin sentido. De un modo general, en el mundo antiguo y durante tun largo lapso posterior, hasta el final de la Edad Media prevalecié una cos movisidn organicista y sexuada: “La Tierra concibe por el Sol y de él queda prefiada, dando a luz todos los aos", segiin la expresion aristotélica.! La ri- queza era un don de le tierra, imposible de ser creada o reproducida por la intervencién del mismo hombre que, en todo caso, se limitaba a descubrirla, a extraerla y consumirla. La idea misma de producto 0 produccién humana estaba completamente ausente en la Antiguedad. Dominaba la creencia de ‘que aquellos materiales que aseguraban al ser humano su reproduccién exis~ tfan apenas como resultado del vinculo moncionado entre la ‘Tierra y las po- tencias celestes, a las que normalmente se les asignaba el atributo de la ‘masculinidad. En la unién, entonees, del Cielo y 1a Tierra debia buscarse el origen de los animales, las plantas o fos minerales “paridos” por esta sltima, ¢ incluso no faltan mitos y leyendas que atribuyen al propio hombre este ori. gen, La mitologia de la fecundidad de la agricultura, del arado y de la meta- lurgia se inscribe ya bajo el dominio del dios fuerte, del macho fecundador, de la Madre-Tierra, del dios del cielo que clavaba en la tierra su hacha y su martillo, originando asi el rayo y el trueno. De abi el cardcter magico asigna- do primero al hacha de piedra y después al martillo del herzero, que no hacia sino imitar simbélicamente el gesto del dios fuerte Las précticas agricolas nacieron como ritos tendientes a propiciar este maridaje originario y, con ello, los frutos obtenidos. El arado comenz6 siendo tun instrumento en estas précticas rituales de culto a la fertilidad: tirado por tun buey que se consideraba simbolo celeste y guiado por un sacerdote, pene- traba en las entraiias de la Madre-Tierra asegurando su fecundidad; la siem bra misma y el abonado constitufan otros tantos ritos para propiciar la ferti- lidad vegetal, a la cual se asociaba la propia vida sexual del hombre. Bs el ‘motivo por el cual las préctieas orgifsticas estaban entonces abundantemen- te relacionadas con la agricultura en la historia de las religiones. Posible- ‘mente también pudo obedecer a la intencidn de facilitar esa unin sexual en- tre el Cielo y la Tierra, y la consiguiente fertilizacién de esta dltima, la idea de recubrir de hierro la punta del arado que iba a penetrar en la Madre-Tie 1. Véage JIM. Naredo, La economia en evolucién. Historia y perspectivas de las categoria ba sieae det pensarentoecondmeo, Madr, Siglo Veit, 187. De ag se exreon oe concepts sobre este tema, Introduccion 1s rra. Lo cierto es que el hierro de los meteoritos fue el primero en utilizarse para tal finalidad y que igualmente se atribufa a la influencia celeste Ia pro- Guccién de los minerales en el seno de la tierra: el oro erece por la influencia del Sol, la plata por la de la Luna, el cobre gracias a la de Venus, el hierro a la de Marte, el plomo a la de Saturno. [En este contexto, en consecuencia, Ja idea misma de produccién humana | wrecfa de sentido; la riqueza no era prodicida ni acumulada por el hombre, | a visidn de tal cardcter implicaba ademas la idea de evolucién y progreso, | & go: que-e0-enquentrs-tumpletament®-Aus6nES Gn ‘ideologins diteriores ala modernidad. Prevalétia, al contrario, la idea de la degenera” Ree eer, TE vere de Horace "Damnose quid non inn arr det Cal uenpo depeccla cl velor del manda) express el aoe Pe te geet aleetgor sts ip escecealoe peeueaar sola augtodad Tarde jo parn el mantanimiento de a vida era conebido, por lo tanto, ape eee re apulaién, tarea obligada y ponoan,eereice propo dl Ran eee aragulls que podrisearacieriar fo mts olovade do la Seeder yeas coca tal Ba ec ldsea, ol caboiador era ela, . ey cbajsbac Rs ayran ie enpus pied tna pate eee a nea car sPafifay homano con ls connctecign gue le Fe ear Daa iad tyes suctatives dasignoban, ara modo, pouv Gas que hoy idontifeamos con el aslo propio del teabainclebor Bossa panies "Sop oferta a -dopsiin corpora: las trons pertnani dl hombre fiat ntener su.cgelo vital y, por lo t: Segara pepe de Jacespocio,baj el dominas de Jeno Bispiaiie seguro ore tabolisino Huniano. £1 campeSino ejereé ina labor cuando miediante st In- terveizione plodon obtener los {ruts de la terra; pero tambien se expresa Sine labor Ia betividad de ia mujer que da lus a un auevo ser. La labor ex dluye una actitad eetiva y un propésit propio do transformar la naturalera ody conformaria's tas nesesidades humanas. implica pasivided y adaptacion Gat aprcaltors ins eyes suprabumanas que determinan la ferlidad ée la tierra y-de los ciclos naturales. oiets define, ou cambio, el trabajo que no se vineul alas demands de la cary iganciafer al haver y ln erencign dol axtita, del escltor, del qué golucaran Cesta perenne y Hore (oo asociado a les exigenciag iomedia- UiSdu ln repsoluodin de au vida). Polets cola trascendencia del aor, mas alld duos lnniee de au exittencia, Wo que se manifesta en una obra perdurable, tn inpdaideafimaree en el mands aatural y sobrenatural a gs haslmente, es la identifcacin de la més humana do as active dadea Patveatramento te tambign alge expecticamente bumano: el lenguaje iecitecn,y cu dmbito prvilegiado la vida soil y politica dela comuni Gadde a’ jofts|Mediaate la prazie el bombre se muestra en eu verdadera ) 2, Véace Susana Albornos, © que e trabalho, Sto Paulo, Cortez, 1988. 4 6 les formas del trabojo y le historia naturaleza de hombre libre y consecuentemente de animal politico, de ciuda- dano, de miembro de una colectividad, que es lo que le da sentido a su vida individual. Como ha sido sefialado al respecto, el concepto de “derecho natu- ral del individuo” es ininteligible para los griegos. Como es sabido, corres- ponde a Aristételes la definicién recién citada de que el hombre es, por sobre todas las cosas, un animal politico “Iya que] es manifiesto que la ciudad es por naturaleza anterior al individuo, pues si el individuo no puede de por sf bastarse a si mismo deberd estar, con el todo politico, en la misma relacién que las otras partes lo estan con su respectivo todo. El que sea incapaz de entrar en esta participacién comtin, o que, a causa de su propia suficiencia, no necesita de ella, no es mas parte de la ciudad, sino que es una bestia o un dios, En todos los hombres hay, pues, por naturaleza, una tendencia a formar asociaciones de esta especie”. La praxis griega, por lo tanta, tan distante de la apreciacién moderna sobre el caracter del trabajo, incorpora ya, no obstan- te, una dimensién absolutamente social vinculada con la conciencia, con el hablar, con la comunicacién entre los hombres: es decic, un principio consti- totivo del trabajo que lo es intrinsoco al trabajo cuando se lo considera como actividad exclusiva de la especio humana e! mando antiguo, el trabajo que podemos lamar “intetectual", el aue be identifica con la libertad y la esencia del hombre, se presenta como ‘puesto ala naturaleza servi y hurnillante del trabajo fisica§\La tarea del ar- tesano, aun euando no fuera esclavo, no resultaba tuna manifestacin libre del productor, puesto que era una elaboracién dirigida y condicionada a la satisfaccion de una necesidad inmedinta del consumior y, al mismo, tiempo, tun recurso, un medio, para el sostenimiento del mismo productor(Bsclavo del objeto de las necesidades del usuario, el artesang no se diferencia de las herramientas y los medios de trabajo de que disponepimporta no el proceso de trabajo sino su resultado, que no aparece como creacion sino como conf guracién determinada por la realidad independiente o determinante del oje- toa ser usado o consumido. La actividad libre es la que no genera nada y se manifiesta externa a la compulsion fisica del objeto o a necesidad material Una actividad que no se presenta, ademas, como resultado social de un de- terminado desarrollo productive (que permite que el hombre libre no trabaje porque subsiste merced al trabajo de otros). Trabajo y no trabajo, con el sige nificado aqui descripto, se encuentran en una oposicién dada e itreductibl, natural y eterna, Los mitos y la religién fijaron esta caracteristica como escatoldiea: en Ja tradicién judeo-existiana el trabajo productive se presenta, entonets, como carga, pena y sacrificio impuestos como castigo a la we hombre en Ia seria dela vida terrenalf Trabajo y sudor, parto y dolod consecuencia.del-— Jo orginal la oslebre-expresin biblica del trabajos To estigmatiza Komo conten, doblemente asociada a la tarea material para mantenerse en el hombre y para reproducir a la especie en la mujer. Esta concepeién primitiva del trabajo se encuentra, asimismo, en el sentido etimolégico de la propia palabra en la lepzua latina. Trabajo deriva Invroduceién 7 de tripalium, una herramionta configurada con tres puntas afiladas, que se utilizaba para herrar los caballos o triturar los granos.t En cualquier caso, tripalium era, asimismo, un instrumento de tortura, y por esto mismo tripa- ignifica torturar; identifica el.trahajo con la mortificacién y el sufrimiento. COtras palabras latinas tienen un contenido més atenuado para denotar esfuerzo humane dirigido a un fin, una connotacién implicita en las defini- tiones genéricas de trabajo, como aparecen en los verbos laborare y obrare. El énfasis en el padecimiento de la actividad —o, alternativamente, en su re- sultado y en el cardcter ereativo de ésta~ recorre el sentido etimolégico de ambas expresiones, sentido que se traslada a Ia mayoria de las lenguas mo- dernas, no solo a las de origen latino, y a la definicién misma de trabajo en cualquier diccionario moderno de nuestro idioma. Los sustantives labour ¥ work en inglés, Arbeit y Werk en alemén, acentéan la misma dicotomia jenotar pena y-cansancia: work y Werk para ox: ariel ida enelcamna. del trabaoikComo « ‘en aleman Arbeit deriva del latin arvum, que significa te- HBio Brable, numerosos estudios infieren que la palabra traduce el pasaje prehistorico de la cultura de la caza y de la pesca ala cultura agraria basada en la crianza de animales y en la labranza de la tierra.* Una actividad vital Bn a misma medida en que trabajo implica una relacién de actividad centre el hombre, sus dinpositivesfisieosy bioldgicos, y el medio circundante, fu apreciacin eat histricamente domiaada por el tipo particular de vinale gue ae postula como humano entre el individve, la sociedad y la naturaleza Ta relacion entre el hombre y el mundo natural ao implica todavia, per se, la concioncia clara de actividad propia odiferenciada; para esto debemos cons derar la historia concreta de fal releién, es decir, quo hombre se human 5. 95.convicria on ser ngtural diferenciade, como resultada de su crecionia= indenendencia del mediolta conciencia sigue ala bastencay ec caro que la tuistencia bumana se construye como tal en wn sendero que conduce de la txtrema dependoncia de las fuerzas elemeotales de la naturalcza ala capac dad de comprenderlas y dominarlas. En la Antigtedad, por la completa su. tminién del Hombre al dominio dela fuerza natural, Ia vida active slo puede for coneebida como humana cuando se emariipa del puro mundo naturaleza tatu sensu. La vida active, como elemento diferenciadar de lo humano, con tradictoriamente, es contemplaciéne inclusive pasividad con rolacin aia ae tividad productiva, Las palabras y sus eonnotaciones, en consecuentia, eare- on de significado si gon abstratdas de la historia eal 2. Viage Iatvan Meszares, La tearia de a enajenacién en Mars, México, Era, 1970. 4. Véase Mareale Strosbants, Sociologie de travail, Paris, Nathan, 1993, 18 Las formas del traboio y Io historio Existe, no obstante, el peligro de unilateralizar este tiltime criterio y, en Jo que nos ocupa —el trabajo humano y su representacién en el pensamiento de los hombres-, el de concluir en la imposibilidad de encontrar un concepto, un sustrato comin, a aquello que el trabajo designa en diversas etapas hist6- ricas. Se ha dicho, por ejemplo, que el trabajo es una “invencién” moderna, que no existi6 siempre y que no puede ser concebido como inherente a la con dicién humana Tal planteamiento invoca como prueba el hecho de que la nocién de trabajo no existe en numerosas sociedades y que sélo en la moder- nidad, en el mundo burgués, se lo distingue de otras actividades y se delimi- ta con una fisonom{a propia, indistinguible en cualquier época precedente. También Jurgen Habermas ha criticado lo que considera una concepcién antropolégica y no histérica del trabajo porque la primera aludiria a une dimensién metafisica, vaga y genérica, que identifica al trabajo como una necesidad derivada de la supervivencia.? Pero, json necesariamente opuestas y excluyentes la concepeién antro- polégica e histérica del trabajo, como sugiere Ernest Mandel? La cuestién se traslada en este punto al campo de la epistemologia porque es indudable que supera el terreno circunscripto de la realidad material y de la categoria con- ceptual del trabajo. Concebir Ia historia sin continuidad es un error similar al de abordara como un proceso sin rupturas. La sustancia antropolégica del trabajo no violenta su cardcter esencialmente histdrico que se manifiesta en el hecho de que el trabajo ~como lo conacemos hoy— no existia en el pasado, ¥y que debemos reconocerlo aun alli donde “no existia”. Preeisamente porque existe ahora, debemos advertirlo a partir de su “no existencia’, es decir, de su cardcter tan embrionario, pleno de precariedad natural y de naturalidad no humana. El descubrimiento es sélo posible a posteriori, del mismo modo como es el organismo desarrollado el que permite explicar el menos desarro- lado y como —segtin la conocida tesis— es la anatomia del hombre la que per- mite entender la del moncf El trabajo moderno permite, entonces, entender el trabajo pasado, ‘lumina lo que en una circunstancia histérica precedente no podia ser delimitado ni pensado§De esta manera, aunque el concepto de trabajo es, segtin Marx, una “categoria totalmente simple” y como represen- tacién del trabajo en general es muy antigua, es la ‘més simple y antigua en que los hombres aparecen como productores"; sin embargo, solamente en su forma de existencia moderna, cuando se presenta como indiferente con rela- cin a un trabajo determinado, como la facilidad de pasar de un trabajo a otro, como medio general de erear riqueza ¥ no como “destino particular del 5. Véage S. Albornoz, ob. it. 6. Véase Michel Freyesenct, “Historiité ot contralité du travail", on Jacques Bidet y Jac (ques Texie, La crise du travail, Paris, Aeiuel Marx-Presses Universitaires de Pease, 1995, 7. Citado por M. Freyssenet, ob. cit, 8. Ernest Mandel, La formacin del pensamienta econdmiso de Karl Marx, México, Siglo Veintiuno, 1986. (Bi autor retoma la concepcion de Habermas que contrapone la ides antro: polégica y la historia del trabajo) Introduccion ” individuo", es que se vuelve, por primera vez, “précticamente verdadera”, una categoria tan moderna como las relaciones que la producen: las abstrac. ciones mas generales, de hecho, “surgen s6lo donde se da el desarrollo mas rico de Io conereto”.? El cardcter sustantivo, antropolégico, natural, del trabajo humano es muy claro en Marx, a pesar de que no son pocos los marxistas que intentan negarlo. En uno de los mas conocidos y fundacionales manuales modernos de sociologia del trabajo se plantea que nadie ha definide con més vigor que el ‘mismo Marx la relacién del hombre con la naturaleza en la actividad del tra- bajo; concebido, entonces, como un rasgo especifico de la especie humana.}0 Conforme a tal definicién: El trabajo (dejando de lado todo sello particular que haya podido im- primirle tal o cual fase del progreso econémico de la sociedad) es, ante to do, un acto que tione lugar entre el hombre y la naturaleza. Al trabajar, el hhombre desempesa frente a le naturaleza el papel de un poder natural, pone en accin las fuerzas de que est dotada su cuerpo, brazos y piernas, cabeza y manos, afin de asimilar las materias dandoles una forma util pa ra su vida. Al mismo tiempo que, mediante este proceso, actia sobre la naturaleza exterior y Ia transforma, transforma también su propia natu= raleza desarrollando las propias facultades que en ella dormitan.! En lo que se refiere al propio Marx, esta definicién del trabajo de su obra mas elaborada se encuentra en total armenia con el coneepto fijado en. sus trabajos juveniles. Casi, diriamos, de un modo brutal}El total de lo que se llama la historia del mundo no es més que la creacién del hombre por el trabajo humano”22} Trabsje y naturaleza humana Wa formutacién marxista es, de todos modos, el punto culminante de un largo periodo de desarrollo del pensamiento cientifico que debe remontarse Jos finales de la Edad MediaSe trata de una época en la cual la relacign en. tre el hombre y la naturaleza adquiere una nueva dindmica y se busca une definicién nueva y original del trabajo, Pierre Naville y Georges Friedmann citan la apreciacién del flésofo inglés Francis Bacon sobre el arte (en el sem. fido de artes y oficios) como “el hombre attadiéndose a la naturalosa", tSemula cayas prolongaciones pueden encontrarse en Deseartes y en los enciclopedis. tas franceses, En lo que Bacon denomina “arte” se habia refugiado durante 9. fdem, 10, Véase Mario A. Manacorda, Mars ¢ a pedagogia moderna, Sio Paulo, Cortez, 1986 2. Pierre Naville y Georges Friedmann, Sceloiogia del trabajo, México, Fondo de Cultura Beondamiea, 1958. 12. Karl Mars, Bt capital (1864-18771, Mésico, Siglo Veintiuno, 1977, cap. VIL 20 Les formas del abajo y le historia ta Bdad Media Ia actividad empiriea y préctica que designaba la accion de Reecambio entre l hombre yTa naturaleza: Ia transformacin de abjetos la igluaun de la “obra” El arte era aquco que caracterzaba el ofcio de un Preueano, Ia tarea del artista ls propésits dela alguimia; un saber que se seehdosaba ajono al pensamiento abstracto ya los procedimientostpicos de fR'cjoneia, exclusives de un campo intelectual y espiritual que no poda con- {E.Sitrse con el experimento 0 con la materilidad inmediata, azarosa y ‘Rinioootdrca que earacteizaba el dominio del arte Eran, por lo tanto, dae fitoe que ae oponian: no se peneaba que la sencia pudiera informa, orientar oe dunit Im obra, el trabajo, en el sentide y con ol aleance que entonces copia’ Bn In suparacién de esta dicotoma se encuentra el significado revo ‘Souarie del nacimiento de la moderna elencia experimental, Como indica Ldovico Ceymonatel ideal de Galileo y Descartes, entre otros, ceri uni fatima y definsivaments la concepein dela cioncia on Ia Antiguedad con la dal arte de Ia Eded Media, es dec, edificar un saber fundado sobre las nve- as thenicne racionales,validas, ye no slo enol campo de las ideas abstrac: tas sino enel campo mucho més rico de las experiencia concreta Ta importancia que esta referencia presenta para nuestra indagacién sobre al trabajo resde'en el hecho de que el supuesto social que ponies te tambio “er a eoneolidacén vietoriosa, decidida, de un mundo de nuevas tHoucras Girectamente vinculadas con el trabajo y, por lo tanto, con el surgi tnrento de grupos eada Yer mas aumerosos de cientifices profundamente sen- tibles Tos intoreses de la producciOny eapaces de darse buena cuenta do la Unidad indioluble entre la practica y la teoria”. Es la realidad ereada por la Sctividad del hombre la que determina la base material de este nacimento dein cieneia moderna, aociada a las obras resultantes dl trabajo colective Ie canalizacign de los oo, laconstruccign de puentea a excavacién de puer- tons ln ereecign de fortelezas, el tro de la ertilfora,offecen alo ténicos una Serle de problemas que no pueden reslverse empivicamente y que exigon ne- Cesarlamente un planteamiente tedrio, Una importancia especial adquiie fon dn la dpoca los problemas précticossusctadoe por la navegacin, que de Bia afrontar viajes cada vee més extenaos hacia las ricas Werras reciente mente doscubiertas. 1 Del trabajo y sus resultados la eienca, do la clencia al trabajoy sus resultados Tha concepcién de trabajo quo encuontra su definicién en la fOrmuta ya citada de Mars es indisoiable de esta evolucin que florecers con el Renaci- tniente y qu, como sefalamos, ese! punto de partida de todo el peasamiento entifico moderno, El trabajo mismo tionde a pensarse como una categoria antrapoldgicn desde el momento en que se concibe precisarento como Ia es peciecdad del ser humano en su vinculo con la naturaleea. El ideal, ahora, teruna relacién prdcticay activa; el postulade do que por medio ya través de 38, Véaue K. Marx, Manuscritos econémico-filosficas (1848), Madrid, Alianza, 1993, 14. Ludovieo Geymonat, El pensamientocientifico, Buenos Aires, Budebs, 1984 Introduccion 2 ca relacién el hombre se hace hombre y se muestra hombre, se manifiesta él mismo como producto y ereacién histdrica, Hace dos décadas, en un texto que marca una época (Labour and ‘Monopoly Capital, de 1974), Harry Braverman comienza su obra con wna de- finicion del trabajo que sintetiza y esquematiza adecuadamente su significa- do moderno y cuya dimensién natural y antropolégica no implica una vision ahistoriea o esencialista, Se parte en esta concepcién de la evidencia natural de la cual partid ol propio Marx: todo ser vivo para sobrevivir depende de un intercambio determinado con la naturaleza de la cual él mismo proviene. Es- te intercambio puede ser totalmente pasivo, como es el caso de todas las es- pocies del reino vegetal. Se trata de wna primera distincién pertinente a la hora de considerar lo especifico de cualquier conducta animal dirigida a la Supervivencia, marcada, entonces, por un comportamiento activo o dirigida @ lun propésito determinado{poderarse de los materiales de la naturaleza no constituye de por ai trabajo alguno. El trabajo sélo comienza cuando una de ferminada actividad altera los materiales naturales, modificando sw forma originalDe cualquier manera, lo que compete al trabajo humano en su par- eularidad son las diferencias que lo separan de un modo radical de lo que puede considerarse como trabajo puramente animal. Ein consecuenc, dice Mare en Bl eapital No tenemos rents a nosotros aquells formas primitivase instinti- vas de trabajo qua nos rocverdan lade Tos nituaes. (] Premsponemos e Trabajo on una forma que lo ace exslusivamente humano, Una ara rea- liza operaciones que se asemejan a las de-un tajedor y-una abeja hace fvergontar a'un argitect en la constracsiin de aus celdas, perdlo que distingu al poor de los arquitectos de In mj de laa abejas eatriba eh dquo charquitego levanta su estructura en la imaginacién antes Ge erigiria Sn'ta realidadQAl final de todo proceso de trabajo tenemos un regultado fue yu existin‘en Ia imaginacién dal trabajador en su cominzo, Este n0 Sisto sfocuia un eambio de forma en el material sobre el que trabaja sno Guu también realiza un propGsito propio que rige au modus operandi al Gaal debe subordinar ev valuntad Gonciencia y propésitg como rasgos esenciales del atributo humano del trabajo Se delimit, en consecuencia, del acto meramente instintivo, ancla- do en mecanismos congénites, innatos. El trabajo del hombre reposa en su carécter ‘nico a partir de la posibilidad del pensamiento conceptual, de la capacidad de abstraccién y de representacién simbélica. Su origen es la natu- raleza tinica del cerebro humano. De este modo el trabajo como accién a pro- pésito, guiada por la inteligencia, es el producto especial de la humanidad, E] trabajo que trasciende la mera actividad instintiva es, por lo tanto, 1a fuerza con la cual el hombre eres al mundo tal como lo conocemos. La posibi- lidad de todas las diferentes formas sociales que han surgido y puedan sur- ir dependen en ultimo anélisis de este sigmo especifico del trabajo humano. Como sefala Braverman, a partir de esta caracteristica de la biologia humana el trabajo del hombre puede emanciparse de la exigencia instintiva 2 les formas del rabojo y le hstorio de las acciones dirigidas a la supervivencia propia de cualquier otro animal No se trata de que a partir de sus aptitudes cerebrales el hombre aprenda a resolver ciertos problemas que presenta la inadaptacién de ciertos recursos de la naturaleza para su utilizacién 0 consumo; esto también lo pueden con- cretar algunas especies no humanas. El quid de la cuestién es aqué que con el desarrollo de la capacidad de representacién, del lenguaje y de la comuni- eacién por medio de los signos que Ie corresponden, el hombre puede trans- mitir y delegar la ejecucién de un trabajo: (0 woidn de concep y soucén puede ser dss concep cin Yc y rig noi per lnc cnceida per spt pute fer genta por ora porenn nossa recor dl eno Sig endo iS onsen humane pr nied ene er pote ter lao ina Guoyseablsin on egrop a tar Ie comunaforedad come un ain El cerebro, la mano, el trabajo Hay que evitar, sin embargo, la tentacién de identificar el origen del trabajo con las cualidades del cerebro privilegiado del hombre, cuyo singular poder explicaria el dominio humano sobre el resto de los animales. Los an- tropélogos y paleontélogos creyeron durante mucho tiempo que el desarrollo del cerebro era la verdadera clave para explicar el principio mismo de la evo- lucién de nuestra especie y del cual derivarian la postura erecta y el lenguaje articulado como manifestaciones secundarias. En un principio, entonces, la mente. Los descubrimientos de la ciencia y el hallazgo de fésiles que permi- tieron verificar el sendero histérico del desarrollo de nuestra especie compro- metieron, sin embargo, el rigor de tal esquema interpretativo, como lo puso de relieve recientemente Stephen Jay Gould.1 Ahora sabemos, en conse- cuencia, que el cerebro del hombre comenzé a crecer debido al logro de la postura erecta; por el estimulo poderoso que suministré a la inteligencia el hhecho de que las manos fueran liberadas de la locomocién. La evolucién del hombre consistié en un cambio més répido en la postura que en el tamaiio del cerebro; la liberacién de nuestras manos para usar herramientas prece- di6 a a mayor parte del crecimiento de nuestro cerebro, Notablemente, Gould destaca el “brillante resultado” que, en torno de esta cuestién, anticipé “una fuente que sin duda sorprenderd a la mayoria de los lectores”: Friedrich Engels en su El papel del trabajo en la tranforma- cién del mono al hombre —publicado péstumamente en 1896—, que desafor- tunadamente no tuvo impacto visible en la ciencia occidental. Engels consi- dera tres puntos esenciales en Ia evolucién humana: el habla, el tamasio del 15. Harry Braverman, Trabajo y capital monopolista, México, Nuestro Tiempo, 1987. 16. Véase Stophen Jay Gould, “La postura hizo at hombre", an Razdn y Revolucién, N° 2, Buenos Aires, peimavera de 1996 Rrerza_ Invrodvesién 23 cerebro y la postura erecta, Plantea que el primer paso debe haberse logrado cuando ciertos monos empezaron a descender de los arboles, hecho que pro- movi la subsecuente evolucién de la postura erecta de nuestros antepasados, terrestres. Cuando se movian en el nivel del suelo estos monos comenzaron a adquirir el habito de usar sus manos y de adoptar una postura mas y més erecta. Este fue un paso decisivo en la transicién del mono al hombre, La postura erecta libera las manos para fabricar herramientas (trabajo, en la terminologia de Engels). El crecimiento de la inteligencia y el habla vinieron, después. En consecuencia: [Las manos no con sélo un érgano de trabajo, son también un produc- to del trabajo. Sélo por el trabajo, por adaptacidn a cada nueva operacin [1 por el siempre renovado empleo de estas majoras heredadas en nue- ‘vas, més y mas complicadas operaciones, alcanzé la mano hurnana el alto ‘grado de perfeccién que la ha capacitado para hacer realidad lag pinturas de Rafael, as estatuas do Thorwaldsen, la mésica de Paganini.!7 Este punto de vista, no obstante, no es original de Engels puesto que ya habia sido adelantado por im contempordneo, el antropélogo y arquedogo es- tadounidense Lewis Morgan. En cambio, Gould subraya que la imporeancia del trabajo de Engels consiate no en su conclusién sustantiva sino en su incl sivo andlisis politica de por qué la ciencia occidental es tan comprometida con la afirmacign aproristica de la primacia cerebral. Cuando los humanos aprendieron a mangjar su propio entorno material, dice Bagels, otras habil- dades fueron afadidas a la primitiva caza-agricalvura:hilado, alfareria, na: vegacion, artes y ciencia, ley y politica, y por dltimo “la reflexion fantistica de las cosas humanas en la mente humana: la religién” Cuando la riqueza se acumul6 pequesios grupos de hombres aleanzaron poder scobligarona glzos hombres a rabaiar para eles. BT erabola-In Tuite de toda rquera vis ‘motriz de la evolucin humana, asumi ismo devaluado status de _ aquellos que trabajaban para los gobernantes. Desde qiie los poderasns-go— Gariaban aso voIsntad: ly accomerUTSETOEG spasoten eae revlon poder por si-mistias. La Tfosotia profesional persieaid un ideal iamavulado™ id. Los filésofos descansaron en un patronazgo estatal-religioso. ‘Aun si Platon no trabajé conscientomente para reforzar ox privilogos ae los {obermantes con una Slosofia supuestamente abstract, cu propia clase dio Vida a un énfasis on el pensamionlo como lo primario, lo dominate y en par Hoular mas importante que el trabajo por él supervisado, Esta radieiin idealista doming la filbsota hasta low dae de Charles Darwin. Su inluencia fue tan subterranea y persuasiva que incluso centifices tan apoltcoe y ma, terialistas como Darvin eayeron ojo ou infuj Un prejlcio debe a rece nocido antes de ser eombatido. la primacia del earabro parecta tan via 7 natural que era aceptada como dade, mas que reconocerla como un peejuie 17, Friedcich Engols, Bt papel del trabajo en la transfarmacién de! mono al hombre (18961, fen Mare y F'Bagtls, Obras eseogidas, Mosel, Progreso, 1981, 24 Los formas del neboje y lo historia social profundamente asentado, relativo a la posicién de clase de los pensa- dores profesionales y sus patrones. Engels escribe: cos naturalistas de la escuela darwiniana son todavia incapaces de foy-/, marse una clara idea del origen del hombre porque bajo esta influencia|; ideoldgica ellos no reconocen el papel que en él le toca al trabajo. a El énfasis en una definicion antropolégica del hombre subraya su cardc: ter humane concreto, su desarrollo histérico, y no debe ser confundido con una caracterizacién genérica abstracta que lo designa como un “modo de ac- tividad” cuya esencia serfa la “busqueda de un resultado en el menor tiempo posible”. Es lo que afirma Jacques Bidet cuando senala que sin el trabajo, co- mo sin el lenguaje, no puede ser pensada Ia especificidad del hombre.!® En este caso la ldgica inmanente del trabajo seria entonces la economia de tiem- po ausente en otras actividades humanas, como el rito, el juego o la vida se- xual; estas dltimas, al contrario, reclaman una duracién extendida como sindnimo de su realizacion mas exitosa, La ventaja o el rigor de esta definicién consistiria en que no implica asumir la hip6tesis dificilmente demostrable ~segsin Bidet— del Homo faber, es decir, de la esencia humana definida por el trabajo; tampoco implicaria restringir el abordaje de toda sociedad en términos de “modo de produccién" No obstante, esta peculiar definicién “antropalégica” vacia de contenido la definicidn de trabajo humano en la misma medida en que queda referida ex- clusivamente a una suerte de logica hueca, carcciente de finalidad. Es dificil admitir, ademas, que los ritos, el juego, el deporte o el sexo no contengan también una particular “economia” de tiempo. De todas maneras, en esta particular definicién de su trabajo, el hom- bre queda definido en su especificidad como una suerte de ser eficiente, “aho- rrador de minutos y segundos", que desdibuja completamente la materiali- dad propia del trabajo y su significado en la historia real. En esta abstrac- cion particular el trabajo queda definido como mero instrumento de una ra- cionalidad dirigida a adecuar fines miiltiples a recursos escasos. Es decir, la definicién vulgar de la economia “moderna” convertida asi en una suerte de ingenieria genérica —ahistérica y asocial— del comportamiento eficaz (y finalmente en el encubrimiento ideolégico de la sociedad eapitalista, del smercado y sus formas particulares de explotacién y alienacién del trabajo yumano). 48, Véase J. Bidet, “Le travall fait époque’, an J. Bidet y J. Texier, La crise du travail, Pari, Actuel Mare Presses Universitaires de France, 1996 Introduccion 25 Trabajando para ne trabajar Lo cierto es que el Homo faber es el hombre, reecrdando aquella defini- cién de éoolmaking animal de Benjamin Franklin eitada por Marx en El ca pital, y que tetoma su conocida afirmacién de que el hombre se distingue del ‘animal en el proceso histérico real, cuando produce los elementos que hacen a su vida, cuando produce su vida. El trabajo, el modo de produccién, Ia acti- vidad vital, pueden ser utilizados como sinénimos si la consideracién antro- polégica hunde sus rafces en el sujoto histérieo auténtieo, en las etapas de st desarrollo real Es decir, ol abordaje antropolégica sobre el concepto de trabajo debe ser al mismo tiempo una aproximacion histérica, el andlisis del proceso de dife- Teneiacin que le es especifico como resultade de las transformaciones opera- Gas en el vinculo cambiante del hombre con sus instrumentos y objetos de trabajo asi como con el resultado de la actividad de produccién de su vida.!® En términos generales podemos definir tres grandes etapas en esta evolu- cién{P) las manifestaciones iniciales del hombre en la preparacién y el mejo- mi inaturales que permitieron un principio de supervivencia diferenciada como especie biol6gica y sin que ain surgiera con earacteres definidos una sivisién social del trabajg, mas alld dela dictada porla diferencia de sexes, 2)! neotiticg, con la-sociedad-humana que sé afin nm ua terrane 7 se Otganiza comet (Fen Ja produccién_y.on Tos ciclos pro- ‘pios de Ta agricultara y la crianza de animales(3))el nacimiento de la indus- ria y of desplazanivente moderno del centre de‘la produécién del-campo a la ciudad, ee _ Carlo Cipolla ha dicho con razén que no debemos abusar del término “revolucién” al estudiar la dindmica mas amplia de la historia de la pobla- cisn humana con relacién a las formas productivas de la especie. 2 El primer \ssmbio tevalucionario consinle preisamente en la superasn. del nomadiy ‘}mo-permitida por el dominio. inicial del cultiva de Ja tinea, Bl segundo, ya, en los albores de la historia presente, es el de la revolucién industrial. Su forma social particular es la que ebrreapomde Al mode de produccién capita. lista, a la separacién de los productores de sus medios de produccién y al surgimiento de la clase trabajadora moderna resultante de la expropiacién de los viejos trabajadores (campesinos, artesanos) de sus condiciones de tra- bajo. Por la misma razén, el trabajo moderno es el trabajo asalariado, la con versién de la capacidad de trabajar en mercancia y su delimitacién muy pre- cisa, en consecuencia, como actividad remunerada, en una esfera definida de la vida social La mutacin actual en el trabajo deriva enteramente de los resultados de onan sevolucon 9 dal aataiode Ie peastan Ure a6 Te aN Sad del hombre de emaaéparse del trabajo mismo 0, si se quiere, de modifi- car radiealmente el cardcter social de éste, su actividad vital por exeelencia 19, Véase Oves Sewarts, “Cireulations dramatiques,effieacités ce In setivité industrieuse", en J. Bidet yd. Tesler, ob cit 20. Véase Carlo Cipolla, La poblacién mundial, Buenos Aires, Budeba, 1968 26 Las formas dal taboo y a historia Ges pression es pertinente puesio que sol trabajo es concede como forma Ho monifestacon nap dein vida Humana, la aspiracion de Uberarse de arece de todo sentido Para decirlo con palabras ya cargadas de una densa Sonnotaciéa: es el canfbio en la conformacién material ¥ social del trabajo, Shyos aleanees revolucionarios nos hardn pasar de una prebistoria a una his- toria auténticamente humana, el pasaje del reino de la necesidad al reino de Is libertad, Por lo mismo, antes de considerar més exhavstivamente Io que podemos denominar la relacion entre el trabajo y el no trabajo en la realidad Gel hombre historieamente constituido, son convenientes algunas precisiones aificionales que sirvan como introduceién a este problema, ciortamente muy presente en el debate contemporéneo. Ta identifieaién del trabajo con la produccién activa de la vida hums ne, es decir, con la vida productiva, se presenta, a primera vista, en oposicion al cardcter degradado y envilecido que adopta la existencia del trabajador en Ia Sociedad moderna, Dicho de otro modo: en la misma medida en que la po- tencia social del trabajo humano se despliega con el modo de produccin ca- pitalista de un modo sin igual, en esa misma medida se corporiza en el tra- Bajador 9 en la clase trabajadora no como actividad vital sino como medio y egacion de la vida misma. Es trabajo explotado y enajenado en el cual el hombre “se pierde a si mismo”. Mario Manacorda, entre muchos otros, puso Ge relieve que es en Marx donde encontramos esta apreciacion del trabajo humane como contradictorio con la humanidad misma y, en apariencia, en contradiceion interna con la caracterizacién del propio Marx sobre el signifi ado nico y espectfico del trabajo del hombre [Le contradiceion, sin embargo, debe sor resuelta y puede sor resuelta en el anilisis de las formas histéricas materiales y sociales de la evolucién el trabajo humano, ast como en la indagacién sobre la conclusion de ese mismo proceso en el cardcter eoncrato que adopta el mismo trabajo en la 6po- Ca contempordnea. En la base y en el origen de las formas histéricas diversas que adopta la enajenacién de la actividad laboral del hombre se encuentra {in fendmeno que deriva y estimula la productividad del propio trabajo de hnuestra especie. Asi esjeon la divisibn del trabajo comienza al mismo tiempo {a historia humana e iohumana del trabajo. La division del trabajo condiciona Ia divisién de Ia sociedad en clases 4, con alla, la division del hombre. ¥ com dra se torna vordaderamente Zar eto cuando se presenta como division entre trabajo manual y trabajo ental, et las dor dimensiones del hombre diviido, cada una de las cun- ies es unilateral, on esgncialmente las de trabjader manual, de obrero y de intelectual, Ademacomo la diviein del trabajo es, en au forma amy Pliada, division entre trfbajo¥ n0-rabej, at también el hombre se pre en como trabajador yao trabujadoeW ol propio teabaador aparece do el trabajo dividido, o ltenado,comd miserin absolute y pérdida del pro pio hombre~ también ae presenta somo la deshumanizacin completa pe- Fo, por oro lado ~siendo la actividad vital humana, o manifestacién desi Sa pooibilided universal de rguesa~ en el trabajador esta contenida tambln una posiblidad humana universal 2 21, M. Manacorda, ob ct. lntroduecién 7 Una observacién fragmentaria y no rigurosa del planteamiento marxis- ta supone que el desiderdtum de la emancipacién humana consiste en una suerte de retorno imposible al salvaje primitivo, al hombre total, integral Sno unilateral— que se identifica con su actividad laboral no dividida, no es- pecializada y que es expresién del carécter precario de su dominio sobre la faturaleza y, mas bien, de su adaptacin y sometimiento al propio medio na~ tural. Es decir, del retorno al animal humano natural, a una situacién en la cual “el hombre sélo se distingue del cordero por cuanto su conciencia sustitu- ye al instinto o es el suyo un instinto consciente”, afirma Marx. Pero la natu- Taleza humana, histéricamente construida, esta en los antipodas de este es- tadio original. El hombre natural histdrico es la naturaleza producida por Ia historia y su nueva condicién natural es la universalidad generada por su propia actividad, por su trabajo. En otras palabras, el trabajo produce la naturaleza humana en la mis: ‘ma medida en que la delimita y diferencia de la naturaleza puramente ani- mal, a través de una apropiacién especifica del propio mundo natural: “La universalidad del hombre se manifiesta practicamente en la universalidad por la cual toda la naturaleza se transforma en su cuerpo inorgénieo”. Un hecho que se verifica en que, mientras «1 animal se hace de inmediato tuno con su actividad vital (..] el hombre ihace de su propia actividad vital el objeto de cu voluntad y de su concien- cia; tiene una actividad vital conseiente: no existe una esfera determinada ‘con la cual inmmediatamente se confunde 2? Bate cardcter voluntario, consciente, universal, dela actividad humans, por la cual el hombre se distiague de los animales y se sustrae al dominio de Rhalquier esfera particular, esta en oposicién a todo le que es, a su vez, na~ tural, esponténes, particular, esto os, al dominio de la naturalidad (Natur- cnucchsighei) y de la causalidad (Zufaelligheit) en la cval el hombre no domi- hha sine que es domiaado, no es un individuo total sino miembro unilateral de tina determinada esfora (clase, etc) y vive, en suma, en el reino de la necesi- dad, pero no atin en el de la libertad. La division del trabajo, por lo tanto, ‘Gividio al hombre y a la sociedad humana, pero ha sido la forma histdrica de desarrollo de au actividad vital, de ou relacioa-dominio sobee la naturaleza” 2 Gon el eqpitalising modgrnt> con Ia universalizacién de las relaciones ‘mercantiles y conta éonquista del mercado mundial, la divisién del trabajo sy con ella Ia productividad del trabajo humano~ lcanza una dimensisn jrrestricta ¢ ilimitada. En estas condicione la deshtumanizacién dol trabajo tcuentra gu expresica mas clara en Ia conversién de la labor humana en el proceso productivo directo en una actividad descalifcada, ep la transforma- Sin del trabajador en una suerte de apéndice de la maquingtonforme a una Gelebre definieign que pasé ala historia con el Manifieneo comunista. Pero, al thismo tiempo, en las antipodas de este trabajo real, enajenado ¥ por es0 i- 22K, Mare, Manuseritos 28M, Manacorda, ob. cit Da 28 las formas del trabajo y lo historia humano, el desarrollo material de las fuerzas productivas erea un universo real capaz de modificar de un modo revolucionario la actividad vital de la produccién. Es el desarrollo que posibilita que el trabajo directo en la pro- duecién sea sustituido por el aparato meednico-electrénico, automatic, una realidad en torno de la cual Marx realizé un anélisis excepeional en los Grundrisse La posibilidad de terminar con el trabajo determinado por la necesidad inmediata de la supervivencia es la condicién decisiva para que la revolueiéa social contempordnea se asiente en una conquista de la eivilizacién humana como un todo. Es la libertad concebida como la construccién del hombre a partir de un umbral material que es el resultado de toda su vida histérica eo- PRIMERA PARTE mo especie. a “PH reino de la libertad... } sélo empieza all donde termina el trabajo impuesto por la necesidad y_/ por la conecién de los Ges externos, queda pues, dada la naturalera de las / cosas, mas alld de la drbita de la verdadera producein material. Ast como | | fl salvaje tiene que luchar con la naturaleza para satifacor sus necesida- | } des, para encontrar el sustenta desu vida y reproducira, el hombre evi \ zado tiene que hacer lo mismo, bajo todas Ina formas sociales y bajo todos!) Jos posibles sistemas de produccisn. A medida que te desarrolla, desarro- |/ andose con él sus necesidades, se oxtionde este reino de Ia necesidad na- ‘tural, pero al mismo tiempo se extienden también las fuereas productivas| aque satisfacen aquellas necesidades. La libertad, en este terreno, a6lo pue-\| de consistir en que ol hombre socializado, los productores azociados, re5¥-\ Jen racionalmente su intercambio de materiaa con Ia naturale, 10 pon gan bajo su control comtin en vez de dejarse dominar por él como un poder fiego, yo leven a eabo con el menor gasto posite de fuerzas y en las con- diciones mis adecuadas y més dignas de su naturaleza humana, Pero, con todo elo, éste sera siempre un reino dela necesidad. Al otro lado de sus | fronteras comienza el despliogue de las fuerzas humanas que se considera | como fin en si, el verdadero reino dela libertad, que sin embargo slo pue- | de florecer tomando come base aquel reino de la necesidad. La condicion | fundamental para elloes Ia reduczin dela jornada de trabajo J 24, Véase el final del trabajo do Pablo Rieznik, “La percza y la celebracién de lo humano” fen Actas del II! Congreso Latinoamericano de Sociolagia, Buctos Aires, mayo de 2000. Esto texto y el que aqui reproducimos se encventran integrados con el misino titulo en Con fra tn euitura de trabayo, libro que reune una veri de textos relatos a In eslebre obra de Paul Lafarguo, Ef derecho ala pereco, Buenos Aires, Ediciones RyR, 2002 25, K. Marx, Bt capital, Capitulo 1 La economia como ciencia El propésito de este libro es abordar la economfa como ciencia. Cuando deci- mos “ciencia” nos referimos a una forma espectfica de conocimiento. En este sentido, no sélo la economfa sino lo que denominamos “ciencias sociales” en general deben comprenderse como un aspecto del gran desarrollo del saber el hombre que forma parte del escenario histérieo propio del final de la Baad Media y comienzo de la Moderna@Un fenémeno, a su turno, indisocia- ble dol progreso de la eapacidad productiva y, pr lo tanto también intelectual, que acempatia el surgimiento de Ia sociedad burguesa y que, por es0 mismo, fs el punto de partida del fantastico despliegue de la ciencia moderna) En un sentido mas ampli, naturalmente, los fandamentos de algunos principios basicos de la labor que es propia de la ciencia se remontan hacia el pasado, en particular a Ia civilizacin griega, Ya algunos siglos antes del ini- tio de la era cristiana los griegos se preocuparon con un concepto clave para la ciencia, el de la demostracin. Es decir, veriffcar mediante pruebas riguro- sas la consistencia de una tesis determinada. Al plantear este problema de la Gemostracién, los griegos pusieron de relieve, al mismo tiempo, algo que tie ne que ver con una condicién bésica, elemental, primaria, original, de cual- ‘uier ciencia, y es el hecho de que la realidad no se nos aparece exactamente como es, Al respecto Arist6teles resumi6 una visién de la época cuando dijo que la ciencia comienza eon el asombro, porque las cosas parecen pero no son exactamente como parecen. Un conocido historiador de la ciencia, Ludovico Geymonat, hizo la correccién de que, para ser mas preciso, la ciencia empie- za con la indagacién de lo asombroso, es decir, con tna actilud activa de son- deo de aquello que aparece como opaen, es decir, no transparente, La reali- dad no es transparente, no puede ser captada inmediatamente por os senti- doe, y por es0 se necesita un tipo particular de indagacién, de sondeo, de es- crutinio, que lamamos “ciencia”. Esto vale, naturalmente, para todas las ciencias y en consecuencia también para la econom{a politica 31] 32 os formas del trabajo Ia historia El asombro, la aparioncia y la esencia En particular la sociedad moderna, en lo que se refiere a la érbita espe- cial de la produccién de la vida material del hombre, presenta muchas cosas “asombrosas”. Una ciencia debe poner en relieve esos asombros, 0 esas con- tradicciones. Bsa opacidad, ese asombro, esa contradiccién, son propios de la sociedad moderna y no de una sociedad anterior, en lo que tiene que ver con el Ambito de Ia economia, Por ejemplo, en la época precapitalista la gente se podia morir de hambre porque habia tna mala cosecha. No habia alimentos, no se podia comer, y sin comer no se pueden hacer muchisimas otras cosas. Eso es mas 0 menos transparente, cristalino; su entendimiento no amerita una ciencia particular, salvo la que tiene que ver con la agricultura, el clima, etc. En la época moderna, en cambio, puede lover, cosecharse mucho, produ- cir enormes cantidades de alimentos, y... esta todo mal: los precios caen, las ‘mercancias son invendibles; como consecuencia de esto, y de otros fendmenos que se llaman “macroecondmicos”, la depresién inunda el dmbito de la pro- duceién, los salarios caen, crece la desocupacién y la gente deja de comer... porque Sobran alimentos. Bs “asombrozo”. Por supuesto, el ejemplo que doy es un ejemplo que est en el centro de la realidad econémica mundial contempordnea. Las estadisticas oficiales ha- blan de que en el planeta Tierra hay 33 por ciento de seres humanos que pa- san hambre. Si las cosas siguen asf, tal vez se produzca una transformacién biolégica y ellos se van a convertir en una subespecie con caracteristicas peculiares. Esto ya esta sucediendo en algunos paises del mundo. Porque de tanta desnutricidn, maldad, opresién y explotacién, cuando uno es chiquito, si no lo estimulan, si no come, y sobrevive, el cerebro se atrofia, la estatura no puede pasar cierto limite y el individuo se transforma en una suerte de animal que llamamos “humano” por su analogia morfoldgica con otros seres que son auténticamente humanos, pero que ya no es totalmente humano. Y al mismo tiempo que sucede esto, en el mundo “sobra” de todo en materia de capacidad productiva. Sobreproduccién y miseria social: polos de una contra- iccién que provocan asombro y uno de los grandes temas que reclaman una indagacién cientifica. Tan significativa es la cuestién que incluso se encuen- tra en el limite, como veremos, de lo que la economia clasiea 0 convencional Puede explicar. Como retrato de esta miseria social que recorre el planeta se puede ‘mencionar lo que sucede con el sida. En el mundo, en el umbral del siglo 304, se estima que habré aproximadamente 40 millones de enfermos de sida. De ellos, 30 millones, aproximadamente, viven en Africa, donde répidamente vamos a tener ya no una subespecie humana sino un genocidio monumental. En la industria farmacolégica mundial esta muy avanzado el descubrimien- to, sino de una vacuna, de drogas que pueden disminuir mucho el efecto terrible de esta enfermedad. Pero, segtin lo que se lee en la prensa, éstas sir- ven para combatir el tipo de enfermedad existente fundamentalmente en Es- tados Unidos, donde hay 600 mil de los 40 millones infectados por el virus Le economia come ciencia 33 del sida, Hace poco, por ejemplo, se conoeié una noticia que tiene que ver con {tg cosas “asombrosas" que pasan en nuestro mundo, Parece que frente a es te genocidio en Africa del Sur decidieron que el Estado va a fabricar el reme- Gietpara el side. Entonces el costo unitario de derrotar al sida va a bajar de 11200 délares, cuando la vecuna la fabrican empresas farmacduticas priva- das, # 40 délares, cuando son hechas por el Estado, Bxte solo dato sirve para errumbar un mito de los tantos que vamos a tratar de derrumbar aqui? je que el Estado es inefiientey lo privado es eficiente Como retrato geagr- ovale para plantear algunos de los “asombros”o de las contradieciones que Shigen Gna investigacion particular sobre cémo es la produecién dela vida (y Ge la muerte) en esta sociedad Produceién hube, naturalmente, antes de la Edad Moderna y antes del capitaliemo, pero no abundaba la posibilidad de “asombrarnos” con casas que sheresieran una investigacién especial, que fueran oscuras en los téeminos {ue aqut estamos explicando. Por ejemplo, antes del capitalismo, en la Edad Stedia habia siervos de la fleba, Los siervos dela gleba cltivaban su huerta xeantidad de dias ala semana y alguna parte de ese producto se la entrega kana alggn senor. Por qué? Porque ellos eran siervos los otros eran seo fen La condision polities del servlisme feudal determinaba un traslado de productes de unos a otros. gPor qué uno le daba esto a otro? Precisamente Porque era sicrvo uno y sefor el stro, 863, por una desigualdad explicita y Grigmaria, Ein cambio es “asombrona” quo las diferencias en las condiciones Gevvida sean hoy mas brutalos:siendo todos “iguales” ante la ley, habiendose producide la Revolucion Francesa y la declaracién de Tos derechos del hom- fre y el cudadano, habiéndose inseripto en la Constitacién que el derecho a tin solario digno es elemental, ete. Todos somos iguales, pero parece que no tanto. Del libro Rebelién en la granja de George Orwell es la frase “todos s0- mos iguales pero algunos somos mas iguales que los demas”. All{ se habla de tina granja donde también, como en la Revolucion Francesa, habiendo echa- do al patrén, tades los animales empiezan siendo iguales entre si, hasta que Ios chanchos se transforman en los que mangjan la vida en Ia granja. Y, como manejan la vida en la granja, convierten el “comunismo” en "una cosa para Tos zorros, una cosa para los chanehos, una para las ardilla, una para los Chhanchos, otra para los perros y otra. para los chanchos”. Bs un comunismo ‘muy particular, algunos son iguales y otros “son més iguales todavia’. En fealidad, eate libro fue muy utilizado como propaganda anticomanista en tina epoca, pero George Orvell era socialista, Fue un hombre de izquierda gue incluso Megs, antes de la mitad del siglo, a pelear como internacionalista nla Guerra Civil espanola, sobre la cual escribie otro bro que se llama Catatunaen 1937, que fue la base de la pelieala Tierra y libertad dl director Enitnieo Keo Lonch, Este ibro también habla de otra cosa asombrosa del si flo Xx que vale la pena que seialemos de pasada. zQué pas6 en Catalufa on {9977 En medio de la Guerra Civil hubo tna rebelién de los obreroseatala- nes, que luchando contra Franco quisieron instalar wna comsna, como en 34 Les formes dal trabajo y la historia Parfs en el siglo anterior, con una organizacién igualitaria y socialista. ¢Y quién reprimié a los obreros catalanes? El Partido Comunista espafol, que con los tanques con los que estaban disparando contra Franco fue a Catalu- fia y masacré a los obreros. Es decir, no cité una frase de cualquier libro y de cualquier autor. George Orwell es también autor de un tereer libro, que aho- ra tiene cierta notoriedad porque un gran éxito televisivo lleva el nombre de su personaje central: e] Gran Hermano de 1984. Esta novela fue escrita en la década del 40 y habla de lo que pasaba en el reino del comunismo entre co- millas de la Unidn Soviética, ¢Quién era el Gran Hermano? El “amigo” Sta- Jin, El dominio de! Gran Hermano sobre todos los habitantes de ese pais que describia 1984 se extendia al punto de que habia una cdmara de television en el cuarto de cada uno de ellos para registrar y controlar sus movimientos. ‘Una cosa fantasticamente opresiva. As‘ el titulo Gran Hermano para un pro- grama de televisién es casi perverso, porque hace referencia a una sociedad totalmente opresiva, no a un juego de jovenes carilindos encerrados en un co- rralén medistico. Entonces, el primer concepto planteado es el vineulado con la ciencia como un conocimiento especial, riguroso, relacionado con la observacién y la experiencia, que se inicia en los siglos XVI y XVII y en cuyo desarrollo surgira 1a economia.) El segundo concepto tiene que ver con precisar que el punto de partida de la ciencia es el hecho de que la realidad no es directamente trans- Parente 0, para decirlo con un conoeido aforismo, “si la apariencia de la reali- dad o de las cosas coincidiera con su esencia, toda ciencia estaria de mas”. Si, por un lado, el hombre que hace ciencia opera en este terreno particular que se extiende entre la apariencia y la esencia, el punto requiere un esclareci- miento adicional, relativo a cémo se mira, cémo se observa la realidad; algo gue est4 en el principig de toda actividad cientifica. La observacién de la rea- lidad no es tan simple como parece. Ex primer lugar porque observar no es necesariamente o no tiene como resultado el reflejo mecdnico, directo, de la realidad. El mirar, el ver ~el sentido dela vista es uno de los mas vinculados al problema de la observacién—, son funciones cerebrales, Cuando observo cualquier objeto, lo que estoy viendo es 1a transmisién de ciertas neuronas que en mi cerebro forman una imagen ¢ partir de que veo determinada cosa. Es posible, ademas —aunque incursionc en un terreno que no domino—, que estimulando eléctricamente ciertas partes del cerebro podamos “ver” ciertas cosas que no estén fuera de nuestra propia cabeza. ¥ como observar es una fancién de tipo cerebral a veces podemos ver cosas que parece que son deter- minado objeto y no lo son. Asimismo, uno no puede observar sin prejuicios, no puede vaciarse de “teoria” y de conocimiento antes de acceder a una ob- servacién. En este sentido no hay observacién pura, como una suerte de kil6- metro cero de la tarea de la ciencia. En un libro introduetorio sobre el tema de Alan Chalmers, Qué es esa cosa Hamada ciencia, se muestra el dibujo de una escalera y el autor demuestra que lo que “para todo el mundo” es una escalera no necesariamente lo es. El mismo dibujo mostrado a hombres de alguna tribu primitiva que no conoce Is escalera a éstos les parecia, por su Le economia come clencia 35 puesto, cualquier otra cosa, O sea que observar no es una cosa tan simple. Bertrand Russell plantea otro caso interesante. Si yo miro a alguien en una clase, a Juan por ejemplo, todos desde sus respectivos lugares en el aula también pueden mirar a Juan y todos entonces podemos repetir la frase “yo miro a Juan’, y estamos hablando o refiriendo acerca de una misma cosa, Pe- 0 jes asf? Yo estoy frente a Juan y lo veo de determinado modo. La persona que esta sentada al lado de Juan lo mira y dice que también lo ve, y parece que ambos estuviéramos viendo lo mismo. Sin embargo, sabemos que no mi- ramos lo mismo porque yo lo veo desde mi posicién y el otro lo ve desde otro Angulo, o sea que el Juan que vemos es distinto. Ademés, si viniera un fisico diria que cuando miro a Juan lo que estoy registrando es un conjunto de on- das bajo un fondo particular, que se refracta de determinada manera y llega a mi corteza cerebral de tal otra manera y, sin embargo, no es eso lo que yo estoy viendo cuando miro a Juan. Al margen de todo eso, cuando yo digo que miro a Juan no sé lo que el propio Juan esta pensando. A qué Juan estoy mirando, qué alcance y qué significado tiene mi enunciado sobre la visién de Juan? Es claro que la situacién no es tan simple como parece. Por todo lo que acabo de sefialar: realidad, apariencia, esencia... obser- vacién; un tercer concepto que debemos retener sobre los atributes propios de toda ciencia es que hay que precisar con mucho cuidado que tna de sus partes constitutivas es la que tiene que ver con los instrumentos del conoci- miento y de sus lenguajes particulares. Saber eémo, en qué contexto y con qué posibilidades hacemos los que se llaman “enunciados observacionales”. Ya que mencionamos a los griegos, digamos que con ellos el conocimiento cient fico empezé tratando de depurar el lenguaje comtin, normal, lleno de equive- cos, para expresar el resultado del conocimiento. Por eso uno de los primeros instrumentos del conocimiento fue la matemética, un lenguaje abstracto que trata de limar muchos equivocos. Ya citamos al comienze a Geymonat, quien también plantea que, en esta cuestién de mostrar la importancia de los medios para indagar Io asombroso, los griegos fueron muy lejos. Geymonat destaca a los sofistas, aquellos que sembraron de paradojas aparentemente irresolubles el mundo de la época y que perduraron por la originalidad de aquellas paradojas, como la de Aquiles y la tortuga. La funcién de tales para- dojas era mostrar que cosas que parecian absolutamente simples no eran tan simples como parecian a primera vista y que su indagacién requerfa una aproximacién metodolégica muy precisa. Una paradoja famosa, similar a la de la tortuga y Aquiles, es Ia de Ia flecha que nunca poiré llegar a destino porque antes de llegar tiene que llegar a la mitad del camino y Iuego a la mi- tad de la mitad y asf sucesivamente al infinito. Como tiene que recorrer inf nitos pasos nunca va a llegar a su objetivo. Se trataba de una contradiccién gue requeria, entre otras cosas, el perfeccionamiento de los instrumentos del conocimiento, algo que sélo mucho més tarde ge resolvi6, cuando las ciencias matematicas pusieron de relieve que la suma de una serie infinita puede te- ner un resultado finito; algo que también parece paradéjico. 36 Los formas del trobojo y lo historic De un modo general digamos que cada ciencia, y por lo tanto la econo- mia también, se constituye como tal cuando tiene un terreno propio para indagar lo asombroso, horadar la apariencia e ir a la esencia a partir de la conformacién de un campo especifico en relacién con otro terreno y con otra (w otras) ciencia(s) de la cual o de las cuales se delimita. En consecuencia, nos queda pendiente investigar cémo se constituye la economia como tal ¥ las razones que abonan que se la pueda considerar una disciplina cientifica, 2 Bc Be Teoria y algo mas, cada vex mas: el movimiento (dere habiamos vista que ln janeig coun conoimiento relaionado con la observacién y la sxperienciaSegund®, que la realidad no es aprehen- sible inmediatameatefferessy que-es necesario precisar con cuidada ia fm. portancia doles instr’ meifosylonguajes particulares de cada cinciag Una fans cucntign que dabemos senalar es otra caractristica que erea'a late edactiet 7 ane cia var oarlena cometsen eatva! Gal Unidad entre el pensamiontatadrieo, la indogacin sobre el longuaje y In &x perience pasting Cale es odes undaores ds ete ran ci Fin moderna que One cosas que estaban seperedas, La cienca que venta de fos griegos era un cienca abstracta, ne comprometide son la experiencia, con el trabajo concreto, con In imperfeecin y las dficultades que plantea to: do esto. ¥ por eso la cienciagriegn era una clencin de las matemdtica, de la geometria no dela ciencia inculeda a la experiencia sino de aquella que se Euponta geardaba la perfeccin del pensamiento ya lgica en una suerte de purera incontaminade, Naturelmente estamos simpliieando y aludiendo en Particular al platonismo inds que a la cieuia de lo grigos en diversidad Con Galileo empieca la ciencia moderna, la que une la teoriay Ia précticn Subraye esto porque al plantear eetos puntos hablo de cosas vinculadas con In esteucturacion del pensamiento cienifice que explican tambien el naci ‘Siento de In economia, Reptiendo una tenis muy conocide: Ia terenalidad de cualquier pensemiente pasa por la voriBcacién préclien o, dicho de otta tmonora, la verdad de un planteamieato al margen de la practica es una Cucstign abstracta. Ello vale para la economia y vale para la historia, en el fentido de que el material dela realidad debe ser controntado con la elabora- tién del pensamiento “Absrracto es un término que usan a veces lo jurists; por ejomplo, i yo atropello a alguion en la equina soy culpable de un homicidioculpoao, que tn torminos jurfdieo sigaifica no iutencional o no premeditado, Pero oi yo fhe muero antes de que se me jusgue, el ee dira que ya ol problema de la Culpabilidad'e la inocencia es abstracto porque ha dejado de existir En ese sentido el pensamiento abstracto no tiene sentido, es especulatvo, no tiene Provecho; oo abetracto en el sentido de desvinculado de a inseparable sni- ad entre la torfay Ia prcticn No es a onta“abstraceién” ala que hacemos referencia cuando hablames de ella como un momento de la dinémica del Le economia come ciencia 37 pensamiento cientifico. En ciencias como la economia la abstraccidn es un re- Curso clave en el método de investigacién para poder formular resultados, generalizar, establecer leyes o principios del funcionamiento de la realidad Observada y volver a verificar las conclusiones con esa misma realidad. Estoy hablando de otro tipo de abstraccién, ya no concebida como ajena o extrafia a Ja realidad. La unidad entre la teorfa y 1a préctica del conocimiento cientitfico vale para cualquier ciencia, incluso, por supuesto, !a ciencia social Laiguinta caracteristica de todo pensamiento cientifico se vincula con la (Crogstariteil cardctorestructrado,sstinie, con el cual todo lo que existe Se presentéySi la realidad no tuviera, por debajo de cierta complejidad, una regularidad, un cierto orden, una cierta estructura, tampoco podria haber Gencia. Esto ha avanzado tanto que una rama de la ciencia moderna se Ila- ma “teoria del caos”, es decir que hasta lo que antes parecia puramente az 1050, puramente caprichoso, puramente tinico e irrepetible porque era casti- 0, no es tan asi, El eaos no es sindnimo ya de azaroso, de caprichoso, quizd side complejidad, pues revela cierta estructura. Del mismo modo como no puede haber ciencia de lo que no existe, de lo que no puede ser abordado, investigado, probado, etc., no puede haber ciencia de lo tinico e irrepetible, alli donde lo que normalmente llamamos “causa y efecto” no se manifiesta de alguna m; ‘UnaGext caracteristica muy importante en cualquier ciencia es el he- cho de qua pensamiento cientifico progresa siempre en el sentido de gene- ralizaciones crecientes§Tiende a tener una visién holistica del mundo que enfrenta, Holistico es 16 contrario a reduccionista, es una visién totalizante. Reduccionismo significa que si divido una cosa en partes, veo cada cosa y después, sumando, tengo el todo. Por ejemplo, un libro es una coleccién de palabras. Lo puedo separar en todas las palabras componentes y después bnirlas. Pero la unién de las palabras no da un libro. Un libro s6lo puede comprenderse en la escala del todo; tiene leyes particulares en la escala del todo y no puede ser simplemente una suma de sus partes. Esta visién holisti- cade la realidad ha ganado muchisimo terreno en los ditimos afios en el pen- samiento cientifico general, aunque ya en el siglo XVIIt hubo una reaccién contra la ciencia puramente analitica, Esto es, el método cartesiano de sepa- rar y analizar en partes, el puro medir y contar de la ciencia que empieza con Galileo, Pero medir y contar excluye muchas veces el elemento cualitati- to de la realidad; no medible, no contable por lo menos en los términos més simples de la matemética, Naturalmente cuando uno dice “holismo” o “reduc- cionismo” esta haciendo algo que generalmente hay que tratar de evitar, que tes separar las cosas en polaridades absolutas. El holismo integra el reduccio- nismo, porque medir y contar es una parte del proceso para llegar a una vision integradora, para avanzar realmente en el conocimiento, Dieho en tér ‘minos mas académicos y mas rigurosos, y por eso muchas veces més incom: prensibles sin una preparacién adecuada: la dialéctica o la légica dialéetica no a por abolida, 0 no liquida, o no invalida, la légiea aristotélica, la légica for- ‘mal. La integra en un programa de investigacién més amplio y mas abarcativo. 38 Las formas del traboie y la historia ‘Ga economia politica también tiene que ser holstics)|sto ha dado lu- gar & un enorme debate en las ciencias sociales, en especiaen el campo de la historia. Fubo una gran reaceién on los ultimos afos contra la idea de una historia total. La historia seria nada mas que la indagaciOn de algunos reco- dos, de algunos espacios, de algunas mediciones recortadas en un contexto determinado, sin pretensién de ser parte de ningin todo. Ha proliferade aquello que en el titulo de un libro se denominaba “lo pequeto es hermose” 2Qué era Grecia? No sé, o20 es muy complicado. Pero qué haefa una mujer Briega con su vestido entre las cinco y las siete de la tarde puede jluminar- os no s6 que cosa, ¥ Ia historia se ha fragmentado. Hay una historia euanti- tativa, por ejemplo, una serie de precios sobre la produecién de porotos en Potost en 1700. ¥ no pretendamos hacer grandes escenarios sabre le que pasd fon toda esa época de un modo totalizador. De un modo burdo, se ha pretend). do confundir la palabra fotalizante, la palabra abarcativo, la palabra ampli, 0 la palabra holistico, con fotalitaro, La pretension de explicar un todo seria totalitarin. Es un planteamianto muy reaecionario y muy anticieatiti. Un texto que escribf —"Engels, concia y sociaitmo’~ en ccasién de un congreso que se hacia por el centenario de la muerte de Friedrich Engels, en 1995, contiene una critica muy dura a uno de los ideslogos de esta vision, el socidlogo argentino Emesto Laclau. El defiende su posicion de una manera bastante clegante y hace que una posici6n reaccionaria y anticentifia apa- rezca bellamente descripta. El razonamiento es mas o menos ast: en la Edad Media, los hombres erefan que todo se explicaba por intermedi de los que sabfan algo del mundo de los cielo, de los dioses. Era el mundo de la reli isn, Laclau dice que cuando la Edad Media ve cae pasa algo tragico, El hombre sustituys a los dioses, y mediante la razén y sus capacidades part- eulares, él trats de explicar todo, y por esto se convirtis en un ser totalitari. Pero ése es el afin de toda la ciencia: tratar de explicar el todo. La elem cia avanza hacia la explicacién del todo. Hay un joven fisieo argentino que std tratando de descubrir ahora en Estados Unidos algunas claves en re- lacion con una explicacién unitaria del origen del universe. ;Miren qué dic: tador en potencia! En fisiea hay cuatro fuerzas que explican el murdo: dos macroscépicas y dos microscépicas. La gravedad y el elecitomagnetismo en el nivel macroscépico, y una fuerza, llamada “fuerza fuerte’, y otra débil, en el nivel mierose6pico. Todo el esfuerzo dela fsiea se eneamina a encontrar una fuerza que explique el conjunto, de la cual las otras serfan manifestaciones particulares. Naturalmente, se critica a voces a la economia, a veces al marxismo, or esa pretensién. ¥ como digresién digamos que el marxismo es una vision cientifica del andlisis de la sociedad moderna, quiero decir que ciertos ate buitos que le son caracteristicos no lo son porque sea "marxista” sino porque os ciencia, La cioncin es asi. Adem, los marxistas no inventaron el termine “marxista’, Un historindor inglés realizé un interesante trabajo sobre emo Por qué surgi elcalificativo “marsista’, originado en la trinchera de los ene. migos de Marx para desacreditar su lucha. El propio autor del Maniftesta la economic come ciencia 39 comunista dijo en lyin momento, y después la fase se hizo famosa, “yo no toy marxista” En general se la wea para denigrar a los marsislas por en ee, ——r——“ =E=?=e=™_ Que tuviera tn ier individual Hl planteamento que surge del andliis de Mars es que la historia es obra de fuera electives 9 no de individuos pre ee Una eépiigh carncteritica indisociable de euelguier dacipina que se asuma como cientifica es la(constatacién de que la realidad, que debe ser ee ,r———— —— $F tnercla de teorey prasca para eompronde” las mediasiones ve hay entre Ia apariencia y la esenci) esa realidad es una realidad en permanente movi- eee merece perecer” ev ilustrativa. He dot, todo Te que e®,y que porgue of des, pliega todas sus potencas, en un momento devaparee, sa sanaforma en 1d Ss rT rr—“—=ééicrr rrr Petecerestamoe siompre en constanetraneformasion, No sons hae los Inismos. Depende para que, somos lv mismos, 0 no, segon los sonverton — __—r—r—_—scn ses soy no en un sentido abstract, copritual, ptqutco, poo tangible sien sentido abscltoy tangible. Si hubiera una balanea,por ejemplo, ve venten, FF” rr—“—r——LE hina de todas las eelulas qu tenia hacia un empo.¥ sn embargo une a rrr Jia raptura, invita otra ver a pensar leo cosas no en términos puramente polares, antagénicos (Hay continuidad pero con rupturas, y hay rupturas pe- eee tratsormacion, Por evo la realidad siempre os histériea, Ina coess nacedet fon un contexto determinado, en un momento, dentro do coordenadas del —rr—“ $s Gag algo que es puado dear de ser En el préloo ala Contnibuotin ola ertica de la economia politica Marx ee hombres contraen determinado tipo de relaciones sociales de production ins ependientes de sa vlustad,y esas relaciones que contracn tenn que ver con la capacidad productiva que tienen, Se rlacinan de determined mane, ras su potencia para transformar la haturalera omy primitive stea oF —,r—SC §F=——— eerrrr—“—™rs—s—“ eee "uy antigua, el mecanismo era, para lamarlo de algdn modo, bal. En Is paca de la gran maquina, fncionar com tibu bo srve. Coane hablo de oe ee ,r—te=ec ningun tipo do sigaicade valorative en este sontexto Quisre deck gos ee SS —rr—— Ell una u otra manera, Corts rlasiones sociales implean el desarli de los ierans producti, Y ese mismo desarrollo de las faersay prodctvas en 40 Las formes dal trabajo y la historio otro momento hace que esas relaciones sociales ya no sean lo que eran, y que las fuerzas productivas requicran de otro tipo de relaciones sociales para de. senvolverse. Lo que es se transformé en lo que no.es. La realidad es histériea porque tiene movimiento. Nada hay fuera del tiempo y del espacio, Absolute y relative, materialismo y especulacién Esto nos leva a una Sctavaycaracteristica. Estoy intentando que sean diez porque ast la enumeracién de ciertosatributos de la ciencia seria redonda, presentada con armonia. He aprendido de los matematicos que la armonia y {a belleza de ciertas cosas es muy importante en la ciencia; la simpleza y la armonfa. Los que entienden de lenguaje matemstico, porque 1a matemstica es un lenguaje, encuentran que Ia férmula de Albert Binstein E = M x C? es de una armonfa llamativa y de una gran simpleza para explicar cosas enor- memente complejas. Si fuera muy inarménica y muy poco bella no servirfa Siempre coinciden la simpleza, la armonfa y la belleza con una gran explica- cién cientifica ‘Entonces, la octava caracterfstica de todo pensamiento cientifico tiene que ver con el hecho de ‘ (en la ciencia no hay verdades absolutas porque Sogo satd en movimiont3) Valo la pona decilo porguo, ai vamos a hablar de tconomia y vamos a hailar de marsisme, uno-de ls mitos ms difundides Sobre el marsismo es que el marxista pretends a explicacion totaly absolu ta. Un marsista no puede pretendgr gar una gxplicacin absoluta de nada porque el punto de partiga dol Gidrsiarses elfabandono de la pigtension de Lee ee een ate ee ron a estudiar in eociedfé moderne. Plontearon quo no hay posibilidad de llogar a verdades absolutas, que era la pretensiéa de la lovofa alemana en In Guat ellon ge formaron. Hegel hab logade a un sistema absolute para la Gaaprensién de todo, Tonemoe que pasar dicen, a las verdades positives ave turn del desarrollo dein cencia,postivas yralativas lay que tener culdado con el adjtivo “Feativas™. No se debe cacr en lo que se lata ‘elativibmo” sea que todo vale, No, no todo vale En un con- too determinado, dentro do eoordenadas preci, hay verdades absolutas ori se proflere, Gnicas, Son rolativas cuando el contexto cambia: “Todo To Ge existe merece perecer” Sino, eaemos en que no hay ninguna posiblidad do conneimiento riguroo, cuestign que tambien est muy extendidn en ambi tan de la clopia. A voces sola pinta de una manera muy eapecial, para que turns agradable, Batonces, por ejemplo, alguien va.s dar un examen y le di ten *Diga,alumno,zqué mateo tericoclige?. Se ofrecen marcos tericos co tho papas on el mercado, ¥ no, asf mo vale Hay que Ver cudl marco tebrico ea al adesand pare una clrcunsiancia determinada. Bao exite en sl marco do Glorta charlataneria, que sbunda en los clenciag sociales ~y que es una pect lirided de Ins cloncin sociales porque hay charlatancria en todas las Cin’ tins pero en las clencas sociales hay mée-~ Uno no puede decir que la man> le economia come clencia a zana segiin Newton se cae por la gravedad, y segén el crterio de un chamén porque hay alguien chiflando de abajo y la atrae con el ehilido. No, no puede for la ley de gravedad ex “‘otalitaria”. Newton fue considerado ~es conside- Fado todavia un monstruo de la ciencia por el grandioto descubrimiento de tata ley. El hecho de que una sola cabeza haya, en tres grandes leyes, expli ado el movimiento de las galaxias que estdn a 10 mil millones de afos luz y de la manzana que se caia es propio slo de un monstrvo genial. Hay una Susi relacign entre Isaac Newton y la economia: John Maynard Keynes, uno de los grandes economistas del siglo XX, compré en un remate manustritas de Newton y descubrie que era un loco total; era mistico, alquimista, hizo ex- periencias rarisimas, lo que llevé a Keynes a decir que Newton no es uno de fos grandes fundadores de la ciencia moderna sino el uitimo de los grandes magos del pasado. Se sorprendié con las cosas que encontré en los manuser- tos de Newton, que era una especie de ermitago, No queria verse con nadic, nunea tuvo una mujer, no queria publica lo que eseribia, Kira realmente un tmonstruo en el sentide huinano, cotidiane, de la palabra, y un genio para la Humanidad. Bntonces parece que Newton se hizo miatico por el abismo que Te provocd su propio descubrimiento, Que fantéstico que se explique aquello. dellas galaxias y de las manzanas por una sola ley, tan simple y tan elegan tel, la que dice quo los cuerpos se atraen en una proporeign que es igual al Jnverso del cuadrado de las distancias: la ley de la gravedad. Quo algo que etd 2 10 mil millones de afos luz se vineule con nosotros por una fuerza in- snaterial, cuya formulacién esté en esa ley, a Nowton le parecia que requeria tim dios. ¥ entonces ora terriblemente mastic, ‘Esta anéedota viene bien para explicar esto de Ins verdades relativas. Porque después de Newion vino Einstein. Einstein revel6 que la explieacién tan abrumadoramente universal de Newton no permitia, sin embargo, en- tender aspectos decisivos dela realidad. Sus leyes no servian para compren- flor qué sucede cuando se investiga el movimiento a alt simas velocidades Binstein lenard esa laguna y sus formulaciones tendrén entonces un al- tance todavia més amplio. ¥ luego vendra otro a incorporar a Einstein, a Newton 9a los anteriores a Newton en el gran contexto de una nueva visign superadora. La ciencia no es un camino, simplemente, de deseubrimiento de La Verdad con maydscula y de la eonversién de La Verdad en una especie de deidad. Hs un avance progresivo, por aproximaciones rucesivas a verdades relativas, ala comprension cada vez mas amplia del todo, del mundo que se va transtormando y siempre va, por decirlo de alguna manera, delante de Una caragferistica més, la Ggven) de nuestra serie, se refiere a lo que amaremos elfardeter materialist la eiencig) En el prélogo de Marx que comenté,é1 dice algo como fo siguiente: sogin fon las relaciones entre los tombres, en relacién con sus fuerzas productivas, af ex el mando que produ- ten, ¥ asi son los hombres produciendo, Sobre esa base real, concreta, mate- Fal, construyen una cantidad de ideas, de mitos, de moral, de religién. Flas- ta ahora el mundo trat6 de explicarse a partir de lo que los seres humanos 42 Las formes dal trabajo y lo historia pionsany del mite, de la moral, de la religién 0 de la ciencia, Marx dio vuelta Ia cosa, Ginnie, basicamente, que es la vida la que determina el pensamien- toy no crpensamiente a la vide)Ea ese prélogo dice que la existencia deter- ‘ids la conciencia y no la conci¢acia «la existencia. Primero est la realidad J después el cientifice,y no primero la ciencia y despues la realidad. A eso se yeffere el cardctor maverialista incluso, determinista de toda ciencia, Toda Gencla es determinista. No hay que coafundir determinismo con exactitud, sf come no hay que confundir fo de la totalidad con las verdades absolutas. Tina verdad absoluta seria algo eterno, No hay nada eterno y universal, asf fue no puede haber cosas absclutas. No hay que confundir el determinisma Gn Ia exactitud, Y la eiencia ha avanzado mucho en esto, porque el determi fame en la ciencia ahora es probabifstico, no exacto en el seatido max res fringido dela palabra, Sgbre esta base una(Gécim) propiedad clave de toda ciencia se vineula con sufgapncidad de predeeffoda cencia tiene que ser prodictiva, tiene ave ftustras el desarrollo de sistemas y procesos estudiando las regularidades, Ta Ieyes que le son propias. Y las leyes permiten prodecir,ex0 vale para Cantquir clencia Por gemplo sel siglo 30° no puode ser expicado ala luz de [o que el marzismo die, no seria lo que podemos lamar wna secologia cten- tifea, ¥ sila economia del mundo moderao que analizs, erties y reelaboré Marx ao sirviora para predecir lertas cosas que pasan, no seria cencia. La ayer parte de las coves que se dice que dijo Marx y que no se cumplieron ton casas que Marx no dijo. ¥ hay que ver también cual ee la entidad de lo aque ajo, Es decir, qué lugar ocupa en el disefio mas general de su teorfa, Ningun cietifco dle de tener limitaciones en sus planteamientos. La esem Gia de un planteamiento es correcta cuando hay algo de fundamental en ly fo algo marginalmento equivecado, Volveremos sobre esto, La ciencia come economia y la a —Srtiti‘CreCOCONéiC*C:i‘C(‘(C‘(é ‘ECtCN vicas del ponsamionto sien on general dabe ten la economia si preven die ser realmente rigurosa(@shora vamos a ver la eiencia cqmo economia, es Gosin qua hey de eapecitio en la economia como disiping) Para slo debe: snon stuar el surginiento de la economia como concia partes on el at ———“ ®F__- eis dice que Manx os el Darwin de la toora soil: este ultimo habia ate Frato una compronsién de la evolucién de las especies, habia completado ee —r—r—s==g nator coherente, Habla intogrado una explicaion,a partir de os elemen tos preouistantes, dela evolucén dela socedad humana y en particular de rei Einprensin de ae determinadines de au existoncia en la €poca conten poranca le econamia come ciencio 4s EI punto de partida de esta ciencia, que es al mismo tiempo el punto de partida de la ciencia social y de la economia politica ~dicho en forme sinté- tsa provoatvn er ol sguentefantes do pensar el hombre tiene guedz comergPara investigar cémo es el hombre, hay que ver cémo se produce a si mismé en un sentido bioldgico y material. Se produce a si mismo mediante la unién carnal. ¥ se produce como especie, mas alld del ambito puramente bio- logico, reproduciendo y acumulando los elementos de una vida material determinada. Mare dice que “el hombre es el mundo de los hombres”. El hombre es lo que el mundo de Ios hombres construye y exterioriza. En la exteriorizacién de su ser el hombre produce un mundo determinado. ¥ com- prender eémo produce socialmente ese mundo es comprender al hombre. No hay nada fuera de eso. Es decir, no hay nada que no pueda ser explicado a partir de la materialidad. No se trata de un enfoque “econémico” de lo huma- no, parcial y fragmentario. Al eontrario, es un abordaje en plenitad, abarca- tivo y total del fenémeno del hombre como tal ‘Tomemos el caso de ta ciencia biol6gica. La ciencia biolégica, cuando en- tendié que el todo es superior a las partes y que haba partes del todo que no se podian comprender simplemente sumando las partes, dijo: debe haber al: ‘go que no se explica por la biologia ni por la fisiea ni por la quimica; algo que 6 una explicacién del todo. Estos eran los vitalistas. Y hablaban de una sus tancia etérea, desconocida, incapaz de ser descripta, analizada o investigada por los métodos propios de la ciencia, que era lo que le daba a la vida esa particularidad que es la vida. Mas tarde vino la biologia sistemética, organi- cista, y dijo que no tenemos que salir del terreno de la ciencia para explicar el todo. Hay que volver a comprender el funcionamiento del todo y vamos a poder explicar el todo segtin las leyes que emanan de él. A esto se refiere Marx cuando dice que “el hombre es el mug de los hombres”. El hombre es_un producto. Un producto porquegQstprodue me- diante la ra xual y porque, camo hombre d en da, nacemos ep un terreno determinado por a En ese sentido somos un producto, existimos eli &I tiémipo y en el espacio, Pero somos un producto que se produce todo el tiempo, que se eleva sobre quello que lo produjo para cambiarlo, para transformarlo, para desarrollar- lo, La pasién de la naturaleza para un mundo ya no natural sino puramente hhumano: eso es el hombre. El principio es analizar las cosas no yendo del cielo a la tierra sino de la tierra al cielo, Este es el principio de la sociologfa cientifica. No a partir, co- ‘mo Marx y Engels dirén en alguna parte de La ideologta alernana, del hom. bre predicado, del hombre representado, del hombre pensado, sino a partir del hombre real, El inicio de la historia requiere un hombre, y para estar en condiciones de hacer la historia el hombre tiene que comer, protegerse, ves lirse, erear un ambito adecuado para su supervivencia. ¥ ése.es el primer ae to fundante de la historia tanto en la antigtedad como ahora. Todos los dias tuno tiene que garantizar la produccién de los elementos que hacen a su vida ara poder seguir existiendo, y para poder pensar, y para poder enamorar, y 4A 2s formes del trobojo y la historia para criar a sus hijo, y para hacer una cantidad de cosas que tienen que ver fon ol dmbito de lo espritual. El punto de patida sin embtrso,e8 une, Bs el ir de la tierra al cielo. Es el comprender algo oculto por la ideologia -coma concieacia falsa de la realidad durante muchos siglos, como dice Engels al recordar la contribucisn histrica de Marx en el momenta de su muerte, ‘Yaqui nace una nueva eiencia, una nueva posiblidad de entender 6] metabolismo de la sociedad humaza, que es eatencer la historia del hombre En el prélogo ya eitado de Contribucion a fa erica de la economia politica, Marx dice que para entender Ia sociedad de nuestro tiempo no hay que c: uenzar por entender qué ela idea, nila moral, ni el dereeho, nila eaigion Jara entender la sociedad moderna hay que comenzar por comprender la hatomfa de la sociedad civioW Ia anatornia de fa sociedad civil en la Edad Modiorna tiene que ver eon la arma en que se organiza socialmente para pro ducirse. Es decr, “los hombres para produeir se relacionan de una manera Social detcrminada” Ban rlacién social que contraen no es arbltraria, Bata Vincuiada con cierto desarrollo de las faersas productivas, Las fuerzas pro- Activas y las relaciones de produccén forman un determinado modo de ro. duccisn fina certs estructura dela produecin sobre la cual se cava terta forma de pensar, eierta forma de razonay,cierta forma de moral dominante, cierta forma de veigi,eierta forma de flosefa, ala que Mars Hasna “4 estructura” y de la que dice que esta condicionada por la estracturg determinada en un sentido mecdnico, sino que hay une canted cnorit de trades, de posibilidades, amplitudes y Hbertades. Esta concepein es la que permite comprendor el lugar més especttico quo ocupa la eeanotata poten fomo ciencia social, la misma que poubilitaré gu critica y su superacion La anatomia de la sociedad moderna Nuestro punto de partida fue el anélisis del pensamiento cientifico en gene- ral, 0 de la ciencia en general, tratando de establecer la aparicién de la eco: nomia politica como diseiplina de este campo, en un contexto social e hist rico adecuado, Por eso mismo pasamos de esta visién mas o menos amplia a una precisién sobre la naturaleza cientifiea de lo que puede denominarse “ciencia social” en la época moderna. Para esto hicimos alusién al método fandacional del marxismo, en el sentido de estudiar la sociedad humana no partiendo del hombre que esta pensando en ella sino del que esta constru- yendo su propia vida, Reiteremos aquello de que “no vamos del cielo a la tie- ra sino de la tierra al cielo”. En funcién de esto legamos al eélebre parrafo del prélogo a la Contri- bucién a la eritica de la economia politica en el cual Marx dice que la anato mia de la sociedad moderna debe estudiarse por Ia via de la economta politica, porque el secreto esta alli, {Bn qué sentido? En el sentido de que el hombre produce su vida material, y por lo tanto se produce a s{ mismo, se autoprodu- ce, a través de determinado tipo de relaciones sociales, que son la trama fan- damental de la sociedad en cuestién. ¥ esas relaciones sociales, cuya existen- cia es objetiva, independiente de nuestra voluntad, no se articulan en el vacio, no existen por eapricho, sino que estén estrechamente vineuladas con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad de que se tra- te, Relaciones de produccién y fuerzas productivas, entendidas como determi- nada capacidad del hombre de transformar la naturaleza para elaborar los materiales que hacen a su vida; una y otra cosa forman lo que se lama “mo- do de produccién”. En un sentido muy general, los modos de produccién que historicamente acompafian o gon propios del desarrollo de la civilizacién hu- mana son la sociedad primitiva, el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo. El elemento dinamico de todo modo de produccién esta dado por el desenvolvimiento de las fuerzas productivas. Bl hombre transforma Ia natu- raleza y se transforma a si mismo. Y en esa transfermacién crece el mundo material que construye, erece la exteriorizacién del mundo humano que sur- fe de la produccién de los hombres. ¥ a ese desarrollo deben adecuarse las (45) 46 los formas del raboio y la historia relaciones de produccién correspondientes. Esta adecuacién no es, natural- mente, arménica, sistematica, progresiva y sin pausa, porque las relaciones de produccién estan fuertemente ancladas en intereses muy precisos. Enton- ces, para tomar el caso de la sociedad moderna: si, por ejemplo, el desarrollo de las fuerzas productivas requiere un tipo de vineulo entre los hombres que suponga la socializacién de los medios de produccién, més alld de esta exi- gencia objetiva o real esté el interés social de aquellos que tienen la propie- dad privada de estos medios y que se oponen a la socializacién. Por supuesto, en el pasado también fue asi, en el sentido de que siempre ha habido intereses contrapuestos entre clases 0 fracciones diversas de esas mismas clases. Si no, no hubiera habido una revolucién moderna, o una revolucién burguesa, entendiendo a ésta también en un sentido general. Porque hablar de la revo. lucin burguesa es hablar de un proceso de alrededor de trescientos anos, que comienza con sus primeras manifestaciones en el siglo XVI en los Paises Bajos, sigue en Inglaterra, con Oliver Cromwell y las dos revoluciones del siglo XVI; se exprese de un modo paradigmatico en Francia en 1789, y final- ‘mente en toda Europa con las revoluciones de 1848, dirigidas a consumar la tarea de liquidar el viejo pasado feudal. Todo un cielo que, tomando sus gran- des hitos, culmina precisamente con las revoluciones de 1848 en Europa y con la guerra civil norteamericana, alld por 1865, cuando se impone el norte burgués, capitalista moderno, sobre el sur latifundista y esclavista. Un vasto proceso histérico que configuré las relaciones de produceién correspondientes ala gran industria moderna. Lueso de definir el significado de “modo de produccién”, y haciendo hin- capié en que lean con cuidado la definicién de Marx en ese prélogo a la Con- tribucién a la critica de la economia politica, hay que sefalar que la econo- mfa politica estudia, o se concentra, como ciencia social, en la indagacién acerca del tipo de relaciones sociales de produecidn, y especificamente en la 6poca moderna, en la época capitalista, La economia politica no aborda el de. sarrollo, el contenido 0 la especificidad de las fuerzas productivas, que en materia de indagacién son propias de una cantidad de ciencias que no son la economia politica {La economfa politica es una ciencia social; trata acerea de las relaciones entrée los hombres,\Esta definicién de economia entra en coli- sién con otras definiciones convéncionales, académicas, que dicen que Ia eco- noma trata, en definitiva, sobre el vinculo entre las cosas. Porque, por ejem- plo, un par de zapatos vale lo mismo que alguna otra cosa, en términos de valores de cambio. O con aquella otra corriente que plantea que la economia es una ciencia cuyo objeto es el estudio de La relacién entre los hombres y las cosas, como hace la economia neoclésica, la economia marginal, la economia ‘académica convencional moderna, que enfatiza el tema de la utilidad y de la relacién que tienen las cosas con los hombres y a partir de la cual se forman los precios. Todo eso es una especie de degradacién de la economia politica, que en definitiva estudia vineulos entre los hombres cuya particularidad, co. mo vantos @ ver, es que estén mediados por las cosas, como denominamos en eneral a los productos del trabajo humano a enotomia dela tocieded moderne a7 a vir dl maraimo cans densa os haber oeaad, 9 rst 1 Ma ina eapacta do ponsomient tstelmonte original Mars et ln sate se Ue mejor dl pensamiento desu dpoca sobre soietad y el hombre By Shenson, como cuelquer otra tiselin, el marsiarn comm cena in Eigen las coriesten preeutentes st itepearia, evi bon itacones tear tanto, reclebor algo novedos entering de na sintesis original. La Po noe Brinda ana anclogia clare dee que estoy planteando, retomende we pion del captule 1. Newton integra ts Gossubemiontos de una cant GLU Gunn overénomenpreenstotes, dncoles una forma universal, #2 iat volar ‘en mu famoea lay en gravodsa. Lucgo en a 6pocaconcompord: rae Binsin intogra todo lo anterior en una vison todavia nse sepla: Cr ‘xan Lmtactonee de lo previo, lo recontenton y io cresigaihen” “para usar aiedrtine ue slampre convionswtlza sondo profast sobre todo si vee 2 dundn dela Facultad de Ciencias ovals” goneranto wn maevo panera fray una uevalectora del iver — Las tres fuentes) “Sa igual que Newton o Einstein en sus respectivos contextos, el marxis- ‘mo integra las grandes corrientes de pensamiento de su propia época. Estas normalmente se resumen en tres vertienteg basicas. Una es la yertiente he- geliana, la vertiente de la flosofia alemana) que tiene en(Hegel su maxima expresin y cuyo componente funda a de qué el proceso del ferso_y el proceso del hombre estén en ¢ Gansformacién, que no pueden_ser analizados gon los elementos un andlisisestdtico dela Légica formal, 1a l6gea arp feira 1 T6Ric sl gistica (todos sinénimos de lo mismo). Porque esa légica lleva a pensar en io spartimicntos evtancos, tratando de comprender las ropiedadesy ae cx racteristicas de las cosas, hasta cierto punto, con un rasgo de inmutabilidad. Lo que dice la filosofia alemana es, en cambio, que todo cambia, heredando el planteo de aquel famoso griego, Herdclito, quien dijo que nunca nos bafiamos dos veces en el mismo rio, Ya tuvimos oportunidad de citar al propio Hegel: “Todo lo que existe merece perecer”. Por las leyes de su propio desarrollo, A se transforma en no-A, y por lo tanto para esto no sirve la légica formal, aris- totélica 0 como quiera llamérsela. La légica hegeliana, que en contraposicién ala anterior se llama “dialéetica”, es Ia l6gica de la transformaciéa, del mo- vimiento permanente, de aquello que conduce a la negacién de lo que es, 90- bre la base del desarrollo de es0 mismo que es. Este punto es muy importante, y tiene que ver con los desarrollos de la ciencia més reciente, que ha pasado a preocuparse, como lo sefaléramos, no sélo por los problemas de la cantidad, sino también de la calidad 0, con ma- yor precision, de los vineulos pazticulares entre lo cuantitativo y lo cualitati- yo. ¥ ésta es una de las leyes de la dialéctica, on términos controvertidos pe ro que valen por lo pedagégico, pues toma este punto de la transformacién de “8 los formas del abajo y Io historia Ja cantidad en calidad. Por lo tanto, la suma de las partes no es el todo. El agua —demos el ejemplo clasico— se calienta hasta que no es més agua liqui- da sino gas o vapor. O, inversamente, se enfria hasta que ya no es liquida sino sélida o hielo. Hay un punto en que se da una transformacién de lo cuantitativo en cualitativo. Bsta visin del mundo como un gran todo, que vineula todas sus partes, que debe ser examinado con un criterio totalizante xy que esta en proceso de transformacin, es herencia de la filosofia slemana, Bila es en parte una reaccién a los excesos del cartesianisme y del mecanicis- mo, que reinaron durante el siglo XVIII, precisamente hasta los descubri- mientos de Newton, La otra gran vertiente del marxismo es la economia politica inglesa, que tiene el valor clave de haber descubierto el enorme papel que cumple el trabajo en la produccién delas riquezas humanas. De ahi justamente el” nombre del libro de.Adam Smith, De la riqueza de las naviones, de 1776. Hasta esa época la riqueza era considerada algo externo al hombre, algo que daba al hombre, desde afuera, una condicién especificamente humana. Por 20, si tomamos el ejemplo hist6rico del voto censitario, el hombre tenia voto si tenia propiedades. Hubo un largo camino que recorrer hasta llegar al su- fragio universal. Hoy nos parece, formalmente, una aberracién, pero cuando hablamos de la propiedad tenemos que ver de qué estamos hablando, Cuan- do surge el voto censitario, la propiedad no era la propiedad de IBM, ni la propiedad de Shell, ni la de cualquier otra gran corporacién, de aleance in- ternacional. En ese entonces, la propiedad era estar afineado en alin lugar. Era lo que le daba a alguien, clementalmente, la condicién minima para no ser un paria, para ser un ciudadano, El pensamiento humano tuvo que evo- lucionar para concebir la riqueza como el resultado de la actividad del propio hombre, y no como algo externo a él, que le daba wna condicion particular. Por e0, dindole la razén a Engels, en los Manuscritos econémico-filesdficos Marx dice que esta muy bien plantear que Adam Smith es el Lutero de la economia. Porque Martin Lutero y Ia Reforma transformaron la religién en algo mas vinculado a lo terrenal, en algo mas vinculado a la subjetividad del hombre, asf como Adam Smith transformé la propiedad en una construccién subjeti- va, en el resultado del trabajo del propio hombre. Ambos, sin embargo, com- parten la misma limitacin: la humanizacién de la religin por parte de la Reforma de Lutero y compasiia no liberé al hombre de la religién, lo mismo que la humanizacién del trabajo y de la propiedad, por parte de Adam Smith ¥y de la economia politica, no liberé al hombre de la propiedagLa economfa ppolitica, a partir de sus propias limitaciones, se convirtié en tna ideologia, en una representacidn falseada, no auténtica, de la realidad, sosteniendo que esta sociedad —Ia mercantil capitalista~ va a ser la ultima, la forma defini tiva de la sociedad humana conforme a una naturaleza supuestamente eter nay wnivereal del propio hombre para siempre)Por eso Marx elabora lar tica a la economia politica, que es el subtivulo de su obra cumbre, El capital. (El descubrimiento de que es el trabajo el que crea la riqueza es revolu- ‘Los griegos, por ejemplo, no consideraban el trabajo como algo hu- le anctomia de la socieded moderna “” ‘mano sino mas bien como algo animal, como algo extraio al hombre, y por lo tanto propio de esclavos. En la Antigtiedad la palabra “trabajo” précticamen- te no existia, o tenia una connotacién completamente distinta de la actual. {La palabra “produccién” tampoco tenia sentido. Incluso en los mitos primiti- ‘vos el hombre no trabaja ni produce, pues esto no existia ni siquiera como jdea: el hombre se limitaba a extraer de la tierra aquello que surgia como parie de una gran unidad césmica entre el Sol y la Madre Tierra, ya que és tos eran mitos sexuadas, basados en Ia fertilidad. Hay quien dice que estos mitss sexuados basados en la fertilidad tienen que ver, desde el neolitico, con Ia elaboracidn de los metales, de las puntas para los arados, de los elementos para cazar y demas, puesto que aparecen como elementos sexuales masculi- nos que fertilizan Ia tierra. En este perfodo se da la primera gran transfor- ‘macién humana; los hombres se asientan en la tierra para poder trabajarla. ‘Tuvo que correr mucha agua bajo el puente para que se elaborara el concepto de trabajo como fuente de riqueza, El trabajo fue “descubierto” cuando empez6 a tener una potencia tal ‘que nunca antes habia tenido, Es decir, en la 6poca moderna, y no antes. De- bemos indicar asimismo que la economia politica inglesa es, por supuesto, también el resultado de un desarrollo previo, en correspondencia con el desa- rrollo de las fuerzas productivas en Ia época moderna. En los albores de la propia era capitalista tenemos a los llamados “mercantilistas” que empiezan pensar las cuestiones del mercado mundial, pero limitadas al comercio exterior, y a interrogarse sobre cual es la fuente de la riqueza (que ellos refe- rian a la acumulacién del oro) y cémo se daban precisamente los inter- cambios en el mercado mundial. Después tenemos a los fisiéeratas, hacia la mitad del siglo XVIII. Su teérico mas importante es Francois Quesnay, que aperta algunas contribuciones muy importantes a coneeptos que hoy son clave en el pensamiento econémico ¥ que puede ser considerado el fundador de la ciencia econémica moderna. A los fisiécratas les debemos el aporte deci- sivo de haber comprendido el sistema econémico como un gran metabolismo soc.al. Quesnay ha pasado a la historia por haber disenado lo que lamé el “enadro econdmico”, que mostraba a la economia como una serie de fujos en- tre distintos tipos de sectores sociales, aunque la definicién de esos sectores 0 capas fuera todavia relativamente primitiva. El “cuadro econémico" era una especie de gran organigrama para tratar de entender el metabolismo de la produccién social. En los tres vértices de ese organigrama habia lo que un sociélogo moderno Mamaria “actores sociales”, colectivos, sujetos, clases so: ciales. Quesnay agrupaba 2 los hombres segan el lugar que ocupaban en la produccién: una clase terrateniente, otra a la que llamaba “estéril” —Ia que estaba en las ciudades (estéril porque crefan que las riquezas se producfan en la tierra)— y una clase productora, los que producian en el campo. Para los fisigeratas el ineremento de riqueza s6lo provenia de la produceién rural, del trabajo en Ia agricultura. A ese incremento, 0 excedente de produccién por encima de lo producido anteriormente, lo llamaron “producto neto” (aho- 50 les formas del trabajo y lo historia ra seria valor agrezado); una idea clave que va a circular en todo tipo de conocimiento econéinico posterior. 5) alten gran versione que # integra enol marsismn os ol smado > /soéialiemo (utépieo) francés, 0 pensamiento social francésfLos que mas pen “-""saron la transformacién de la sociedad en términos de catabio préctico fue- ron los franceses. Y lo coneretaron|Entre otras cosas por es0 la Revolucién Francesa y sus consecuencias alehzaron un valor histérico universal, En Francia florece el “socialismo utépica" y también los pensadores que, como consecuencia de la frustracion de la propia Revoluciin Francesa, se transfor maron ellos mismos en defensores de una igualdad que fuera més alld de lo formal, dado que la “igualdad, fraternidad, libertad’ —los grandes lemas de la revolucién de 1789 no acababan de imponerse porque, a pesar de ser to dos iguales y hermanos (recuerden la referencia a 1864 de Orwell), habia al- unos que eran més iguales que otros. Entonces el socialism francés y los pensadores socialistas franceses se integran también como parte componen- Se emstittiva, de Toque fuego sera mazagme Ste loa mas gnocion socialistas utépicos se encuentra ‘Charles Fouris? junto a otros qudimagina- ban una sociedad mejorada respecto de Ia qué habia parido la sociedad bur- smuesa moderna, pero a partir de sus propios pensamientos, a partir de sus propias ensofiaciones, de su propia creatividad, no a partir del estagio de las leyes dol desarrollo de Ia sociedad en la cual estaban instalados.El pasaje del socialism utépico al socilismo cientifico es la tentativa dé entender la posibilidad de transformacisn de esta sociedad a partir de las loyes del desa- rrollo de esta misma sociedad y en es0 consiste, incluso —si se quiere ser riguroso—, el papel revolucionario del capitalism: el crear la base para su Propia extincién y alumbrar la posibilidad de un orden social superior. Todo esto se integra, se asimila y se supera en la elaboracién de un nuevo pensa- riento, el marxista, al que también debemos encuairar en Ia evolucion del conjunto del pensamiento occidental que erece a partir de Ia época ya men- sionada, al final de Ia Edad Media, del Renacimionto ¥ comienzos de la era capitalista La historia, la economia y su misterio Estas tres grandes corrientes del pensamiento moderno —la filosofia alemana, la economia politica inglesa y el socialisino franeés— confirman al ‘mismo tiempo la tesis seguin la cual primero viene Ie existencia y después el pensamiento. La economia politica surge en Gran Bretafa, porque es ahi donde se da la Revolucién Industrial y el mayor impulso inicial del capitalis- mo. Habia que entender e6mo funcionaba esta nueva sociedad. En Alemania, en cambio, la filosofia sustituys el fracaso practico, Los alemanes legaron tarde a todo. Tenfan un pais dividido en una gran cantidad de pequetios te- rritorios, incluso cada uno poseia su propia aduana. Por eso Ia unidad nacio- nal de Alemania es uno de los grandes problemas dal siglo XIX y ese atraso le onctomia de le tocieded modarna 31 también ha mareado gran parte de la historia del siglo Xx. Que Alemania haya llegado tarde a la historia capitalista tiene que ver con las guerras mundiales que marcaron el siglo pasado. Importa la comprension de las con- diciones histéricas, materiales, coneretas, del surgimiento de una forma de pensar. Finalmente, como los franceses son los protagonistas de varias revo- Tuciones, desarrollan el lamado “pensamiento social”, 0 revolucionario, el socialismo de los franeeses. Estas tres grandes corrientés se intogran en una rnueva ciencia: el marxismo. En contra de todo lo que se dice del marxismo, es una cioncia, es decir, una doctrina abierta. Esta dofinicién pertenece @ quien es considerado el mas abstruso y totalitario dentro de los marxistas: Lenin. En algtin momento le pidieron a Lenin que escribiera un articulo so- bre el marxismo para una enciclopedia, Entonces escribid algo de lo cual me estoy sirviendo para explicar esto, ya que es ahf donde él habla de las tres fuentes, de las tres partes integrantes del marxismo. Ahi empieza diciendo que el marxismo, como toda ciencia, es una doctrina abierta, que es lo con- trario do un dogma: un dogma es algo cerrado, fijo, inamovible. Podemos decir que la economia politica emerge en este contexto, en tor- no de tres grandes condiciones,-o de tres grandes factores histéricos, que marcan el medio en el cval precisamente surge. La primera condicion tiene que ver con el hecho de quella érbita de la produccién material de la vida hue mana adquiere una dimensiSn que nunca tuvo antes./Porque el capitalisme ha desarroliado las fuerzas productivas de la humafidad de una forma des- comunal, ereando las condiciones para otra cosa, para otra sociedad, para su superacién. Hay una famosa frase del Manifiesto comunista que sintetiea es to, que habia sobre el caracter de cambio permanente que es propio, espect co, del eapitalismo y de su tarea de revolucionar las fuerzas productivas, Y que incluso ha sido utilizada como titulo de un libro reciente, porque hasta tiene un aire postico, La frase dice “todo lo sdlido se desvanece en el aire”, ¥ hace alusiéa a este lugar del eapitalismo que ha dado a la érbita de Ia pro- duccidn una autonomia y una envergadura sin antecedentes en el pasado. “Antes Ia produceisn estaba subsumida en otras érbitas, como la del consumo, Ja de un consumo muy restringido. Ahora es la produecién la que toma la proa de este gran barco de la actividad humana revolucionéndose constantemente. La segunda:condicién para el surgimiento de la eggnomia politica tiene aque ver con que, primera vercen la epoca moderna las sglactones de pro- ducci6n no estén determinadas por factores extraccondmicog}eomo en el pay sado cuando la sociedad estaba estructurada sobre la base de estamentos, castas, divisiones, que asignaban a cada hombre su rol econémico. Un obrero moderno no tiene tna distincién de sangre, de casta o de estamento en rela cidn con el patrén de su empresa. Por lo tanto, la compulsién de ir a trabajar esta determinada por el hecho de que no tiene otra cosa que ofrecer que la venta de su fuerza de trabajo, Ia libertad de no tener nada, la libertad de te- ner que ir a trabajar porque no posee ningiin medio de produecién. Pero no hay un factor extraeconémico como el que explicaba, por ejemplo, 1a situa cidn de los eselavos o los siervos en el pasado 52 Las formas dal traboje y le historic La tercera\decisva gran condicién del surgimionto de la economia pol tien come clncia ev gue, for primera veefton ol capitan la mereancsto transforma en Ia eélula Universal del uniVerso eeondmieg]La mereancia es tuna cova llena de sutileza, dicho asin socasy de entrada Parece una defini, tién sumamente extrafia porque la mereancta nos parece lo mas trivial del ‘mundo: es una cosa que tiene precio. Hemes nacido eon les precigs 7 morite- ‘mos con los precios. Con precios se mancjaron nuestros padres y nueslres Aabuelos. Es una caracteristca de las cosas, asimilable a cualquier otra de las caracteristicas que ellas poseon naturalmente. Por ejemplo: de un televisor se puede decir que tiene ciertas caracteristias técnica, colores, propiedades fsicas y quimicas,y un precio determinado.¥ todo esto aparece como atria. to del aparato, Sin embargo, es claro que el precio no esta en ning lugar sico dal televisor, mientras que los atributos silo estén, de manera material y muy concreta. {De dénde viene el precio? ,Qué es el precio? Traten de ex- plicarle ego a un hifi y verdn que hacerlo no es tan fell, salvo induciéndelo a tomar los prejuicios que tno ya tiene incorporados como si se tratara de verdades eternas y universales, aunque no sean tales. El ejemplo habitual que se da para comprender esto nos lo oftece Rosa Luxembarg en sv Introduecién a la economia politica, cvantde nos die 1o que pasa coando se le pregunta cud es su riquesa a alguien del mundo antigua 9 a alguien del mundo modefno. Creo que el personaje antiguo era Carlomag- no. Qué hizo Carlomagno para responder la pregunta sobre bu riqueza? Ua inventario, Dijo que tenia tantas cosas, tantas tiorras, tantas vacno, tants caballos, tantos palaciosy todo lo que tenia. 2Qué secreto hay ah? Ningune Las vacas son vacas, los palacis son palacis y los eaballos son eaballos. En cambio, si le preguatan a un hombre mnederno eval es su riquesa.el tipo va responder, por ejemplo, 50 mail millones de dolares. Ineluso, sl apelara a un inventario de sus posesiones, nosotros, en nombre dela “claridad le podrfa, mos decir que lo resuma, que nos diga el total, 60 mil millones de détares, Y desde un punto de vista superficial esto es mas claro esto que lo anterior Pe ono es ast Qué on 50 mil allones de ddlares? Em principfo son 50 mil mi llones de papelitos de un dolar. 2¥ qué son los papolites de un dolar? En na época se cambiaba por oro, ¥ por qué algo que ne vale nada se cambiabsa por oro? Porque habia tn Banco Central. -Y que es un Banco Gentral? Ahora ai Siquiera se cambia por oro. Se cambia por otro papelite, Lo supuestamente natural y trivial se transforma rapidamente en un verdadero laberinto, Prosigamos. Dijimos que una mereancia es una cosa muy sutil, Nos va- limos del ejemplo del dinero porque finalmente el dinero es una suerve de mercancia universal. El secreto del dinero es el secreto de la mereansla, es decir, del producto del trabajo humano que, més alla de sa utilidad eapectfca para el consumo (valor deus), se caracterza por teaer precio 0 valor a ds. tincién entre una y otra cosa es irrelevante por el momento) {En ave consis te ose secroto? La respuesta a este interrogante es una parte clave de este libre, pero sa sola formalacion sirve ahora para entender por qué surge la economia politica. O'sea, por qué hay una aperieneia cava esencta ho et la enctomia de la sociedad moderna 33 inmediatamente eaptable, que debe ser dilucidada. {El precio o el valor de las ‘covas parece tan natural como sus propiedades materiales y, sin embargo, es ‘un atributo social.}{Por qué? {Cémo? {Cudl es el significado? Se cumple el prineipio de que para que haya una clencia tiene que haber una opacidad Por eso surge la economfa con el capitalismo. Y cuando no haya mas capita- lisme pi mercancias, no habré més economafa, No es una ciencia eterna. Glay economia cuando hay mercancias. Si no hay mereancias, no hay cznamia For es lon a meres cme conden desis part ‘el surgi- miento de esta ciencia en especial, 1 misterio o “asombro” fundante de la economia —recordando Io que decia Aristételes sobre el principio de la cien- ‘it~ es el producto del trabajo humano convertido en mercancia, en valor de cambio, en valor. Para ser més preciso, con las relaciones de produccién que convierten a la mereaneia, al valor, en lo que Hamamos la “eélula” del enor- ime tajido productive de la Sociedad moderna. El centro de las preocupaciones Ge la economia tiene que ver con estas relaciones de produccién, es decir, con las formas sociales que son propias del trabajo humano en la época moderna, El trabajo, la actividad que es la base misma del sistema produetivo, vuelve asi al centro de la escena, Aqui entonces vamos a hacer un pequefio gran desvio en la explicacién. Para resolver el “misterio” de la mercancia, para en- tender qué es el valor, vamos a plantear primero con algtin detenimiento qué esel trabajo y cémo se manifiesta el trabajo en la produccién de mercancias. ¥ entonces si volveremos a una comprensién mas aguda de la cuestién cen- tral en la economia politica del problema del valor. Les pido, entonces, paciencia para seguir esta explicacién. El trabajo del hombre Como sefialamos en Ia Introduccién, citando a Braverman, todo ser del reino animal al eual pertenecemos asegura su supervivencia a través de una relacién activa con la naturaleza. Ahora, si trabaja un caballo y trabaja un hombre, en qué consiste entonces la especificidad del trabajo humano? ¥ es ‘toes lo que nos importa. Siempre hay que buscar, cuando se define, lo espec fico, “Definir es negar’, dice una famosa sentencia latina, Lo especifico del trabajo es algo que tiene que ver con Ia cabeza, con la conciencia, con el lenguaje simbélico. El trabajo del hombre es un trabajo con propésito, En los animales es puramente instintivo. Recordemos el famoso pérrafo de EI capital que también ya citamos en la Introduccién: una araiia puede hacer una tela de una perfeccién superior a la de cualquier tejedor. Pero el peor de los tejedores tiene una ventaja sobre la arafa: tiene la tela, primero, en su cabeza, Trabaja con un propésite. Trabaja con conciencia. La coneiencia también permite, por la via del lenguaje, la transmisién de gene- racién en generacién. Por eso los hombres trabajan hoy de manera diferente a rome lo haefan en el pasado. Las hormigas, las arafias, las abejas, “produ 54 les formas del traboio y lo historia cen” los hormigueros, las telas y los panales de la misma manera que hace ‘mucho tiempo. El hombre tiene una capacidad especial relacionada con la conciencia, con el propésito. Y a partir de eso puede dividir la ejecucién de la concepeién del acto o del proceso de trabajo. Eso no lo puede hacer ningtin otro animal ‘Todo animal tiene una relacién univoca con su trabajo. Por eso es siempre igual. El hombre, a partir de la concieneia, tiene una eapacidad universal al trabajar. Puede hacer del trabajo un objeto de examen, también consciente, El hombre es el tinico que sabe que sabe, que conoce que conoce. Esta eapacidad de autorreplicarse, de saber que sabe, de saber que sabe que sabe, y asi de seguido, es una capacidad que parece reproducir en el es calén més alto de la materia, que es la conciencia, una caracteristica de Ia materia en niveles inorganicos, es decir, donde no hay vida. El problema al cual se denomina como el de la autorreferencia ha dado lugar en el siglo XX a novedosas ramas de la ciencia y revolucionado la légica y la matematica moderna, cuestionando las viejas formulas y métodos de las Hamadas disci- plinas “exactas”, algunas de las cuales parecian eternas. Por ejemplo, la geo- metria cuyos fundamentos durante mas de dos mil afios fueron los que desa- rrollé Euclides en un trabajo excepcional para su época, Ya en el comienzo del siglo XX surgieron precisamente las geometrias no euclidianas, los tridn- gulos cuyos dngulos ya no suman 180 grados, las paralelas que se tocan, ete., algo que fue decisivo en la elaboracién, por ejemplo, de la teorfa de la relati- vidad de Einstein, que ya mencionaramos, Sobre mediados del siglo XX un matematico de origen polaco, Benoit Mandelbrot, volvié a revolucionar el escenario con la geometria de los fractales. A diferencia de la del gran Eucli- des, la de Mandelbrot es la goometria de las formas irregulares, imperfectas, fragmentarias. Y mas notable todavia, de las formas que se autorrepro- ducen, que se autorreplican, que no pueden ser medidas y contadas con los Viejos métodos matematieos. El ejemplo clasico sobre este punto es el de las fronteras. Tomemos co- ‘mo ejemplo la frontera que va desde Miramar hasta Mar del Plata, con sus, acantilados y todo lo demas. Entre Miramar y Mar del Plata hay mas de 40, kilémetros. Pero {cudnto mide la frontera? Podrfamos poner estacas cada 10 metros, o alfileres cada 10 centfmetros, por donde pasara un hilo. La longi- tud del hilo seria la medida de la frontera. Pero es obvio que cuanto mas acerque los alfileres o las estacas mayor sera la longitud. La cuestién so re- solverfa haciendo pasar el hilo por cada recoveco, Aqui surge el problema de la autorreferencia, porque cada fragmento tiende a reproducir en esealas més pequefias la forma aproximada del todo, se autorreplica. ¥ esto, que parece fantasioso, ha dado lugar a una nueva matematica. Hay figuras que se construyen con unas formulas que se Haman “ecuaciones iterativas” y que tienen la forma que sugiere Ia imagen mental que podemos tener de lo que describimos sobre la cuestidn de la frontera, Lo que surge de todo esto es la intuicién de la enorme potencia del fenémeno de la autorreferencia 0 la auto- \conieadieedny)un primer gran problema, quo enusa asombro en # le enetomie dela socieded moderna 55 rrepliacién, eomo ese juego de espejos enfrentados que estiran sus propias {imagenes hacia una suerte de territorio sin Iimites. ‘La metéfora anterior sirve para ilustrar la potencia del trabajo huma- no, marcada por la conciencia del hombre que sabe, que sabe que sabe, que ‘acumula y multiplica sus capacidades. El trabajo humane tiene esta caracte- Fistica de tener prop6sito, que coloca al hombre y su conciencia como una Suerte de sujeto universal frente a la naturaleza ala que transforma. Esto le da al trabajo humano eapacidades extremadamente amplias y potentes que, fa su vez, son un reflejo de la realidad, El hombre, en su trabajo colectivo, ha hecho maravillas, desde que surgié diferencindose del mono, sogrin la ver- sién de la teoria de la evolucién. El hombre ha ido tan lejos, ha levado la po- tencia del trabajo a un nivel tal, que en el presente permitirfa a la humani- dad emanciparse de la necesidad de trabajar tal como lo ha tenido que hacer hasta ahora. Porque para garantizar los elementos que aseguran su super- vivencia, el trabajo humano pasado ha ereado enormes medios de produccién ue permiten sustituir ese mismo trabajo y crear un tiempo libre a disposi- cién de los hombres fuera de la compulsién laboral inmediata. El trabajo puede abrir paso al no-trabajo o al trabajar de otra manera, dandole a lap: labra “trabajo” un alcance muy vastor “trabajo” es la relacién con otros en la construccién de un mundo material, Hasta ahora siempre ha sido estar en la fabrica, estar en la produccién. Ahora el hombre puede pasar a otro nivel “"De-esta definicién general de trabajo se desprende una primera gra Cie indaga- SGin|Si ol trabajo es esta potgncia, 2por qué trabajar es tan penoso y misera- oe r———s—C i= Marx, Marx va a llegar a la economta politica a partir de que se relaciona eon el mundo del trabajo de manera conereta, y con los trabajadores, cuanda se exilia en Francia allé por los primeros aiios de la década de 1840. En 1844, cuando tiene veintiséis aflos, eseribe una primera obra de gran enver- gadura sobre la materia econémiea, que nunca publics, los Hlamados Manus- eritos econémico-filoséficos. El trabajo alienado Siguiendo esta idea de ir de la tierra al cielo, aqui se parte de un hecho econémico contemporsneo: trabajar en la sociedad contemporénea es volver se loco (alienarse) y no elevarse a la cumbre de lo mas maravilloso de lo humano (dicho esto de manera pedagégica y no demasiado rigurosa). ¢Qué est pasando? GQué quiere decir “alienado"? Literalmente se refiere a algo que nos han fieado, a la enajenacién de alguna cosa que nos pertenecia y se transfor- ‘ma por eso mismo en ajena,)Para analizar qué significa el “trabajo alienado” Marx no parte de la filosofia sino de un hecho econémico contemporaneo, Dice en los Manuseritos 56 Los formas del trabojo y la histvio Partimos de un hecho econémico contemporénes, El trabajador se ‘vuelve mas pobre a medida que produce maa riquera, y a medida que su produceién crece en poder y en cantidad. El trabajador se convierte en una mercancia aun més barata cuanto mis bienes crea. La'devaluacién del ‘mundo humano aumenta en relacisn directs con el incremento de valor del mundo de las cosas. El trabajador pone su vida en el objeto y su vida no le pertenece ya a él sino al objeto, Pera la vida que le ha dado al objeto se Te opone como una fuerza ajena y hostil, ‘Marx describe asf, metaféricamente, una realidad esencial del mundo moderno. Incluso esta realidad es hoy més potente que hace 150 afios. La bumanidad crea una riqueza abismal, pero esa riqueza abismal se distribuye de tal manera que para una parte entera de esa misma humanidad es un elemento hostil. Por ejemplo, ef hombre crea y produce alimentos y se muere de hambre en proporciones sorprendentes. Esta es una primera dimensién del significado de “trabajo alienado”. La seguada consiste en lo siguiente: si el hombre produce algo que le resulta ajeno, que se aliena, que se levanta ante el hombre como algo hostil, uno no s6lo produce algo que se le opone sino gue tiene que trabajar en oposicién a sf mismo. Rs decir, uno tiene que traba- Jar no sélo no realizndose sino incluso negadndose. O sea que no sélo se ena- jena la actividad de uno, el resultado de la propia actividad, sino que esa misma actividad es enajenada. Dicho en los términos de los Manuscritos. “A Ja enajenacién de la actividad corresponde la actividad de la enajenacin”/ Son dos aspectos de la cuestién que deben distinguirse:\la enajena de la actividad define ol hecho de que-el hombre taba, pero produce alge que no es suyo, que es de otro, que es del patron/-—para que vean que todo se puede bajar a tierra—. Al mismo tiompo, la enajenacién de una actividad da lugar a Ia actividad de la enajenacién. Marx mismo la define del siguiente modo: "La enajenacién del trabajo consiste en que el trabajador no se realiza ‘on su trabajo sino que se niega, experimenia una sensaiin de malestar mas .que de bienestar, no desarrollalibremente sus energias mentales y fisicas sino ‘que Se encuentra fisicamente exhausto y mentalmente abatide. Su trabajo” no es voluntario sino impueste/ Bs un trabajo forzado. Su cardcter enajenado se muestra en el hecho de que tan pronto como no hay una obligacién fisica, 0 de otra especie, es evitado como la plaga (El trabajo en que el hombre se enajena es un trabajo que implica sacrificto ¥ mortificacién®)Es decir, la pri- mera dimensién del trabajo alienado es que se produce algo'que no es propio, que es de otro, Por eso, cuando el trabajo debiera ser una actividad vital, consciente, que nos realiza con los otros, en la economia moderna termina siendo lo opuesto: un trabajo produce algo que es de otros, que no €3 propio, que se da como una potencia hostil. Un trabajo que nos mortifica, no nos Eratifica, no nos da felicidad sino infelicidad. Con esta referencia al trabaja dor moderne, Marx describe una realidad aun mas evidente hoy que hace 150 afos. De estas dos dimensiones bisicas de la alienacién del trabajo se deriva inmediatamente una tercera, puesto que ~seguimos el texto; "Llegamos al Le anatomia de le tociedad moderne 7 resultado de que el hombre se sient libremente activo cuando no trabaja, s6- To en sus funciones animales, comer, beber ¥ proerear, o cuando maa en st vivienda y en el adorno personal...” ~observen la sutileza del anélisis— wTimientras que en sus funciones humanas se ve reducido a la eondicién ani- mal. Lo animal se vuelve humano ¥ lo humano se vuelve animal”. Se despoia al trabajo de su especifcidad, la potencia del ser consciente que distingue al hombre como especie, Que el ser humano pueda aportar al trabajo, a su rela- cin vital y activa con la naturalega, Ia conciencia; Ia conciencia colectiva de tn sujeto colectivo que esta trabajando y, por lo tanto, la apropiacién de las Condiciones en las que trabaja en un sentido universal; todo eso es negado en la condicién del trabajador contempordneo. El hombre trabaja como un ani- mal fo bumano se vuelve animal, lo animal se vuelve humane. Y para que ho haya dudas: “Comer, beber y procrear son también, por supuesto, funcio- hes humanas genwinas, Pero consideradas en abstracto, aparte del medio de las demés actividades humanas, y convertidas en fines definitives y tnicos, son funciones animales” (Si el hhumano. Lo especifcamente hy en general en primer lugat da,|S\ producimos, si trabajamos de tina manera que aliena y que enajena, “comer, beber y procrear son funciones en s{ mismas puramente animales, casi instintivas. Un texto de Istvan Meszaros dedicado de manera integral a lo que po: demos denominar la “teoria de la alienacién” en Marx sostiene que este con. cepto es el origen del posterior programa de investigacién de Marx. El “asombro” —utilizando otra vez les términos aristotélicos~ de Marx parte de este hecho. Importa subrayar que éste es un punto de vista radicalmente dis- tinto del de 1a economia politica clasica, la de Adam Smith y David Ricardo. La economia politica eonsiderabe que trabajar en el mundo moderne, como ‘auin hoy trabaja un obrero “libre”, es la forma natural de trabajar. El trabajo se habia emancipado de cualquier yago, de cualquier otro tipo de situaciones que impidieran ejercer la libertad de ir al mercado. La emaneipacién politica de la servidumbre y del “viejo régimen” se identificaba con la emancipacién ‘humana en el mismo momento en que el hombre “libre” quedaba atrapado en la red de un sistema social de explotacidn del trabajo sin precedentes por su aleance, extensién y profundidad. Son dos puntos de vista antitéticos, ‘Marx toma de Ia economia politica algo fundamental: el descubrimiento del trabajo, pero advierte un problema, una contradiecién: el misterio que con- vierte al trabajo del hombre en una potencia al mismo tiempo que en una carencia universal, Esto es un enfoque que podemos denominar “genético” del marxismo, que busca Ia raiz, el origen y embrién de su anélisie, para observar cémo se va desarrollando y cémo el disevio del conjunto es riguroso, 6 ciontifico. Se trata de explicar aigo, ver eémo se desplicga. Bs importante entender esto, porque son elementos que sirven para que lo que se vea en economia politica no sea considerado desde un punto de vista superficial sino 58 as formas dal raboje y le historia cen el contexto de algo que, por lo menos para comprender la 6poca moderna, es fundamental, Para continuar, entonces, resumamos lo que definimos como las tres di- ‘mensiones del trabajo alienado. La primera es el trabajo en el que uno pro- duce para otro, no para uno; para que sea de otro, ya que su propiedad no le pertenece a uno. La segunda dimensién del trabajo alienado es que se trata de un trabajo en el que uno no se realiza como hombre, porque no es la exte- riorizacién de la propia vida sino su negacién. “El hombre moderno trabaja para vivir, no vive para trabajar. Si el gusano de seda cobrara un salario por hacer lo suyo para poder vivir, seria un auténtico asalariado”, dice Marx en Trabajo asalariado y capital. Es decir, el trabajo no es la vida, no es la inte- gracidn con otros y con la naturaleza para hacer la propia vida, sino que es un medio. Es un medio para vivir, y un medio podrido para vivir. Es el que corresponde a la sociedad mereantil, donde uno vende su capacidad de traba- J a otro, durante un cierto tiempo, para que él la use, en la misma medida fen que el hombre pierde el control de su propio trabajo, Hay alienacién del trabajo porque con el trabajo pasa lo mismo que con cualquier otra mercan- fa, El que compra la mercancia realiza su valor de cambio y es el déspota de su valor de uso. Uno vende su trabajo por ocho horas y el déspota del valor de uso de ese trabajo es otro, es el patrén. Hay otro que es el que controla el trabajo de uno. Esto es absolutamente terrenal. Es mas terrenal que las tonterfas que dice la economia convencional, que pretende ser terrenal, cuando habla de bonos, intereses y todas esas cosas que aparecen como lo més concreto de su saber vulgar. As{ que, con los Manuseritos econdmico-fi- losoficos estamos hablando de la realidad. ¥ lo fantastico es que, aunque fre ron eseritos hace 150 afios, sin embargo iluminan un rasgo decisivo en el funcionamiento de la sociedad moderna. La Ultima dimensién, la mas importante, es que el hecho econémico contemporaneo implica que, trabajando de una manera alienada, el hombre termina negando el cardcter especifico del trabajo humano como especie. El hombre se aliena de los otros hombres y termina siendo un animal y no un sujeto colectivo que crea el mundo material de su propia vida, Esta es una enajenacién profunda y un punto de partida decisive del cual comienza el analisis de Marx. En los Manuscritos econémico-filoséficos, como dice Mesza- +08, esta en estado de nacimiento todo el programa de investigacién de Marx. Capitulo 3 Trabaje alienado y mercancia ‘Al examinar en el capitulo anterior el “trabajo alienado”, propio de la época ‘contemporanea, partimos de una contradiccién. Esta contradiccién proviene de un hecho elemental: el trabajo, en principio, convierte al hombre en un ser universal, lo delimita de todos los otros representantes del reino animal y le da posibilidades ilimitadas para transformar la naturaleza. Sin embar- 0, este trabajo humano —cuyo descubrimiento desde el punto de vista teéri- co corresponde a la economfa clésica en la época moderna se encuentra en total oposicién a la experiencia inmediata, cotidiana, de los que trabajan. Por esa experiencia de los que trabajan, o por el anzlisis de esa experiencia como hecho econémico contemporaneo, Marx lo denomina “trabajo alienado”. Todo al revés ‘Cuando, en el capitulo 2, esquematizamos tres dimensiones del trabajo alienado como se presentan en los Manuseritos..., lo que hicimos fue dotar- nos de un abordaje que permite describir y comprender el mundo capitalista en lo que tiene de esencial. Por eso aunque el titulo original remite a lo “eco- émico-filoséfico”, esto no debe ser entendido en el sentido de especulativo 0 abstracto como opuesto y extrafio a la propia realidad, al revés. Seamos bien concretos, entonces. Cuando afirmo que con el trabajo alienado produzco algo que no me pertenece sino que le pertenece a otro y que perteneciéndole a otro se enfrenta conmigo en un plano de hostilidad, en un plano de extrafia- miento, mi afirmacién “filoséfica” es la realidad concreta y material del mun- do contempordneo. Hoy conviven el hambre y la abundancia de alimentos gue lo satisfacen, pero los productos que satisfacen el hambre aparecen como extraiios, y por lo tanto hostiles a la masa de hambrientos. Bien concreto: una estadistica reciente de Naciones Unidas revela que 20 por eiento de la humanidad vive con un délar por dia, otro 20 por ciento lo hhace con dos délares por dia. Por lo tanto, al hablar de alienacién estamos hablando de Ja realidad en la cual vivimos. Son cifras divulgadas por la [59] 60 {os formas del trabojo y Io historio prensa, En la misma prensa on la quo se dediea una pagina entera aio Enmar sobre la magnitud que alcanzan hoy en el comersio mondial trans. tcciones de eardctor puramante criminal y dlictive aegén las convenciones tigentes. La noticia respectiva se referia ala envergadura dl ‘trfico de per- Sonas", un negocio que por su volimen comienca a rivalizar con el negocio quo estimativemente te calcula en 600 mil millones de dolares del lamado SMtarcotrafio™. Al hablar del trafic de personas, en definitive, xe habla de In expresién mas extrema y mds miserable de la explotacion del trabajo. Y esta explotacién incluye no aélo el tratamiento como animales de una inmensa masa de inmigrantes de paises paupérrimos, que busean trasladarse hacia ioe paises econémicamente més desarroliados, sino también el trabajo exla- ‘0 de low nites. Hay 250 millones de chicos sometidos a algin tipo deforma ds trabajo escavo en el mundo, incluyendo 40 millones en América latina y7 millones en Brasil. Hay también casi 200 mill mujeres por ano que, bajo di Verses formas de engafo, son trasladadas de ls paiees del este hacia ol ovate dst hemistorio norte del planeta para elercer In prositucin. Tambicn en Condiciones de esclavitud, porque las llevan engafiadas con una oferta de tra- bajo y despuse las someton por diverso tio de procedimientos, de los cuales Jn violencia es el més comin. Bs decir que cuando hablamos de laalienacign del trabajo, lo hacemos porque en un texto de hace 190 ace vemos la reali dad de hoy Tego de todo lo seralado sobre la alienacién del trabajo deberia ser claro que la superacin de Ia alienacion es la superacién consciente por parte del hombre de ins condiciones de nu propio trabajo La vsién maa general de Marx, y del marxismo en un sentido amplio, es quo ol hombre conviva en tina relacién con la naturalesa y con sus iguales auténtica y directamente humana. Que siendo el trabajo la ‘actividad vital del hombre” ~y sobre eato tin texto de consulta interesantisimo es el de Mario Manacorda, Mars y la pe dlagogia moderna al trabajo entonces sen la vida y no, como ya diéramee, tin medio para vivir Que no sea un medio, yan medio deyradado para vivir: Un medio, ademés, vinealado a una realidad indisociable del trabajo aliena- do y que plantea un vasto campo de andlisis« investigacin. Mle reflero al hecho de que ol toabajo alienado es el que se ba convertido en mercancia que se puede vendor y comprar. No es cualquier forma del trabao, Vamos a examinar esta vinculacion entre trabajo slienade y mereancia, En el capitulo anterior afirmamos que para entender qué es Ia mereancia foamon a hacer un desvio previo para snelisar el trabajo en sus determina: cionos genorales y en sus manifestacionos concretas en la sociedad modurna, Extamosllegando al inal del desvi. Queda tuna precision més, porge quie- ro sefalar antes qué significa que la slienacién 9 trabajo alienade este en oposicién al concepto de “elaciones directamente hurnanas". Parn eatonder esto podemos obvervar el capitulo de los Manuscritos. que hace referencia al dinero{Et dinero os casi la mercancia mnisma, en el sentido de que ex puro Valor de cambio y ése es #0 valor de uso: el de ser la referencia misma de todos lo valores de cambio, el "equivalente general. El dinero permanente. Trabeie alienado y merconcio 61 mente intermedia las relaciones entre los hombres y convierte lo negro en blanco y lo blaneo en negroJBs decir, si yo tengo dinero puedo comprar el ‘amor, ¥ si no tengo dinero puedo ser un infeliz. Si yo tengo vocacién de estu- diar ¥ no tengo un peso, no estudio. ¥ si tengo dinero pero no tengo vocacién de estudiar puedo, hasta cierto punto, comprarme el estudio, Si yo quiero disfrutar del mundo viajando y no tengo dinero, no viajo. Si soy un imbéeil y ‘po me importa viajar pero tengo dinero, capaz que termino viajando. El dine- ro puede invertir todo. Y es notable que en ose capitulo sobre el dinero Marx comicnce con una cita de Shakespeare que definfa al dinero como la prostitu- ta universal, en el sentido de que es capaz de este tipo de trastocamientos. ‘Al vincular el trabajo alienado con la forma mereantil del trabajo ‘human, con ef hecho de que la fuerza de trabajo puede venderse y comprar- se, nos permitimos hacer tna reflexién més general sobre la forma extrema de la mercantilizacién de las relaciones humanas que es el dinero: “El dine- 10", dice Marx, “es la conjuncién y el cambio en todas las eualidades natura fes'y humanas; transforma la fidelidad en infidelidad, el amor en odio, el odio en amor, la virtud en vicio, el vicio en virtud, el siervo en amo, la estupi- dez en inteligencia y la inteligencia en estupides” (Bsto sucede cuando el hombre es hombre por medio y a través del dinero, dela representacin mis- rma de la alienacién. Un hombre que no es hombre porque no puede expresarse ‘como tal objetivamente como es requiere Ia mediacién del poder de compra resumido on la categoria dinero,}Algo cuya superacién, sin embargo, puede Imaginarse més allé de la alienaci6n, en una sociedad que sea humana en Ia ual “el hombre es hombre y su relacién con el mundo es una relacién huma. ba. Entonces el amor s6lo puede intercambiarse por amor, la confianza por confianza, ete. Si quieres gozar del arte tienes que ser una persona artistica- mente cultivada, y no poseer dinero, si quieres influir en otras personas debes ser una persona que estimule e impulse realmente a otros hombres Cada una de tus relaciones con el hombre y la naturaleza debe ser una rela- cién especifica correspondiente al objeto de tu voluntad, de tu verdadera vida individual”. Destaquemos lo de individual porque esta muy extendido el pre- juicio de que Marx sélo vela a las masas colectivas y de que era incapaz de pensar en términos de una emancipacién que hiciera de la vida individual, para decirlo en términos simples, una vida vivible para cada individuo, “Si amas sin evocar el amor como respuesta, es deci, si no eres capaz, mediante Ja manifestacidn de ti mismo como hombre amante, de convertirte en perso- na amada, tu amor es impotente y una desgracia”, dice Mars. Bs decir, el hombre se realiza, hasta en el terreno mas etéreo y mas sublime del amor, sélo como un acto social, cuando la relacién con otro hombre es auténtica mente humana y existe una suerte de interaccién y de correspondencia en sa relacién matuamente construida. ‘Alrededor de estas citas, que parecen muy distantes de un curso de eco- noméa, quisiera resaltar el aleance més amplio que tiene la critica ala econo mia politica sehalada por Marx en ta construccién de una sociologia cientifi- ca y de una visién del mundo que contemple la emancipacién del hombre a o2 os formes del trabajo y lo historia partir del andlisis de las condiciones en las cuales vive. Y el analisis de estas condiciones pasa fundamentalmente por comprender eémo el ser humano produce los elementos de su propia vida. Recordemos, finalmente, que el hombre construye su mundo no simplemente a partir del instinto. Se dife rencia de los animales cuando construye su mundo real por un mecanismo que ya no es puramente instintivo, en el cual intervienen el cerebro, Ia con- ciencia, el lenguaje simbélico, la posibilidad de transmitir de uno a otro y de generacién en generacién y, en definitiva —seguin Ia definicién de Braver- man-, en la posibilidad de separar la concepcién de un producto del trabajo de su ejecucién. Si el hombre se expresa apropidndose de las condiciones de produccién de su propia vida como un ser colectivo, habré construido un con- texto en el cual las relaciones entre los hombres no estardn mediadas por ninguna otra cosa que por las cualidades directamente humanas, y no por el dinero. El trabajo alienado, trabajo enajenado, trabajo mutilado, significa un trabajo al cual algo se Ie ha quitado. Se le ha quitado el resultado, se le ha quitado la libertad de poder debatirlo colectivamente y ejercer una actividad vital, se le ha quitado, por tiltimo, la condicién de una verdadera accién co- lectiva conseiente de seres humanes. El trabajo alienado se confunde, se identifica, con la mercantilizacién del trabajo humano. Pero a su turno, la mercantilizacién del trabajo huma- no, la conversién de la fuerza de trabajo en algo que se vende y se compra, corresponde al desarrollo mas o menos pleno de la sociedad capitalista mo- derna. Lo que es especifico del trabajo humano en la sociedad capitalista moderna consiste en que la capacidad de trabajar se puede vender y alguien la puede comprar. Nunea existié un fenémeno universal de esta naturaleza, No quiere decir que antes del capitalismo no hubiera explotacién; estoy ha- blando de fa forma de esa explotacién. El siervo de Ia gleba no vendia su fuerza de trabajo. Entregaba al duefio de Ia tierra, no en funcién de mecanis- ‘mos econémieos sino extraeconémicos, una parte de lo que producia. El escla- vo no vendia su fuerza de trabajo, porque él mismo, como hombre, era una mercancia. La especificidad de la forma del trabajo en la época moderna es ‘nica, por eso es especifica. i la mercantilizacién del trabajo corresponde al desenvolvimiento ple- no de Ia sociedad capitalista, la clave original de la sociedad capitalista es una confiscacién, una expropiacién, una alienacién, una enajenacién, que separa al hombre de las condiciones de trabajo. Y por lo tanto, en términos histéricos, convierte al viejo siervo de la gleba, o al viejo artesano medieval, en obrero moderno. Y la nica capacidad de este obrero, careciente de herra- mientas y medios de productidn, es poder vender su fuerza de trabajo. Ast que el origen de Ia sociedad capitalista es una confiscacién. Y a esa confisca- cin corresponde el desarrollo pleno del trabajo alienado. Veremos, al hablar de la teoria del capital, cémo esta confiseacién —que es el contenido de la relacién social capitalista bajo formas muy concretas~ va evalucionando con el tiempo, Trabojo olanade y mercancia 63 La superacién del trabajo como enajenacién Basta decir esto para comprender, en un sentido més conereto y menos filos6fico o abstracto, en qué consiste la apropiacién de las condiciones de trabajo. Consiste en revertir este pecado original del capital, Dicho con pala- bras de Marx: en expropiar a los expropiadores. Bs decir, a la clase social que en algiin momento se constituye como clase social dominante bajo el fenéme- no de la confiscacién de las condiciones del trabajo, que se juntan en un polo de In sociedad mientras que en el otro polo, donde esta la inmensa mayeria, no hay medios de produccién sino la libertad de vender la fuerza de trabajo. ‘la superacién de esta alienacién implica otra forma de sociedad Por- que apropiarse de las condiciones que hacen a nuestro propio trabajo signifi ca expropiar alos expropiadores. Son cosas muy especficas, ;Quiénes son los expropiadores? Son las doscientas, quiniontas, mil grandes corporaciones {que tienen la sartén por el mango en la economia mundial, que controlan los recursos de la produccién colectiva, concentrados como nunca antes en la historia Estoy hablando de las condiciones sociales més generales que pueden crear un dmbito para que haya auténticas relaciones humanas, Al hablar del trabajo alienado, senalé que el hombre se siente libre euando no trabaja @Pero es realmente libre alguien que se pudre trabajando y goza del placer 4e no trabajar? No. Entonces a las palabras y los conceptos hay que darles un sentido amplio y eonectarios entre sf, ponerlos en movimiento, no hacer una fotografia sino una pelicula, La forma social del trabajo y del no-trabajo forman una suerte de par univoco. Por eso existe el ocio alienado, el consumo compulsivo, la explotacién del “tiempo libre". La conquista real del ocio y del {020 es incompatible con el trabajo enajenado. Marx no séio planteaba ia emaneipacién de los trabajadores sino tam- bign que la emancipacién de los trabajadores era un principio para emanci- par @ todos los hombres. Y esa emaneipacién coincidia con las posibilidades el hombre de emanciparse del trabajo directo de la produccién, del trabajo compulsivo, del trabajo exigido por la necesidad de sobrevivir que rige desde que el hombre tiene que agachar el lomo para sacar algo de la tierra para co- mer. Quiere decir que en la base de la alienaciéa del trabajo, que toma una forma social extrema durante el eapitalismo, hay algo anterior. Ese algo an- terior es Ia divisién del trabajo, impuesta por la precariedad del desarrollo de las fuerzas productivas. El hombre se parcola y se fragmenta, no tiene uuna visién general del Ambito de realizacién material de los elementos que hhacen a su vida. Un abordaje sobre esta integracién del hombre con su mun= do productive y la naturaleza sostiene que ésta era la caracteristica de las sociedades mas antiguas, de lo que a veces se menciona como el comunismo primitivo, Era tan primitive que producir se limitaba a la caza y a la pesca 0 a la recoleceién. Todo funcionaba de una menera més o menos igualitaria en la produccién. Pero era un universo de precariedad. Era un universo justa- mente de primitivismo, en el cual el hombre estaba mas préximo al animal. 64 Las formas del waboje y la historic No es el mismo universo sino el antipoda del actual, resultado de un trabajo acumulado de generaciones y del desarrollo histérico de la sociedad moderna. Esa divisién del trabajo, que en el capitalismo se desarrolla mucho y to- ‘ma formas extremas, se da en el contexto social del trabajo asalariado, del trabajo enajenado que priva completamente al hombre de la apropiacién consciente de las condiciones de su propia produecién. Pero la divisiGn del trabajo es indisociable del desarrollo de las fuerzas productivas y de la posi- bilidad de sustituir el propio trabajo humano por la operacién de una maqui- na y el trabajo colectivo por un conjunto de maquinas. En este sentido la for- ma més extrema de la divisién del trabajo, bajo el sistema de la explotacién del trabajo, crea las condiciones para eliminar, o mejor dicho superar, el pro- ‘oso histérico secular de esa divisién del trabajo. Entonces el hombre podria apartarse de Ia produccién inmediata y actuar como una especie de supervic sor general del proceso produetivo cuya base ahora es la maquina y no el tra- bajo directo del productor(La bumanidad podria convertirse toda en una suerte de gran intelectual que puede tomar distancia del proceso productivo, porque la tarea de muchos hombres lag harian las méquinas, las harian los robots, las haria el monstruo mecsinico, La productividad del trabajo ~porque las méquinas aumentan la productividad del trabajo, acumulada histérica- mente, permitiria al hombre elevarse a una sociedad, hasta cierto punto, sin trabajo, es decir, sin el trabajo tal como fue conocido hasta la modernidad. ¥ sin embargo el trabajo ganaria la forma mas bella posible; seria entendido como una relacién, entre hombres y con la naturaleza, libremente constitui- da, que tiene ciertos prerrequisitos materiales. Una forma que es incompati- ble con el trabajo asalariado por la sencilla raz6n de que si en esta sociedad el hombre no trabaja esta condenado a la miseria porque la divisin del tra- bajo transforma al trabajador en una suerte de apéndice de la méquina, un tra-bajo més descalificado, mas simple, mas animal y mas barato... para el capitalista. 1a animalidad del trabajo asalariado puede ser mejor comprendida si uuno no esté preso del eoncepto de que el trabajo emaneipa, de que el trabajo dignifica. Bste trabajo, el de la sociedad actual, no dignifica: este trabajo es ‘opresivo. Pero el valor dignificador esta tan metido en la cabeza porque es una Geformacién, incluso desarrollada por el mal Namado “comunismo" de la 6po- ca stalinista’ Hay una pelicula de un polaco en la cual se muestra cémo una bestia que transportaba no se cudntos kilos en una hora y a una distancia de- terminada era el monumento al trabajador, al hombre nuevo. Es una tonte- ria. El hombre nuevo para Marx e el hombre que puede pensar, el hombre ue tiene tiempo libre, el hombre que tiene horas para dedicarle al gozo y al placer en una libre interaccién con sus semejantes y con Ja naturaleza, no tena hestia de carga. Una bestia de carga es un animal, (En definitiva, en una sociedad superior la significacién social del tra- bajo ¥ del no trabajo, la significacioa social de estar oeupado y de estar libre, va'a cambiar radicalmente, porque, esta preparada por las condiciones mate. riales de desarrollo histérico previd)n esa sociedad superior vamos a tener Traboje clienade y mercancie 65 tun hombre desconocido hasta ahora, un ser humano que podré despleger todas cus potencialidades. Como dice Pierre Naville en si libro De Valiena Hon a la jouissance: “Un tipo de comunidad (humana) y de intercambios so- Eales, cuya forma plenamente desarrollada es todavia difiell de prever, ya {Gue, por definicion, todas las necesidades se expresarén en Ia esfera de la Ibertad y ol no trabajo el trabajo serdn metamorfoseados en pura actividad troadora, La produccidn no sera mas el precio del consumo; ambos serdn los polos de un mismo acto social y personal de creaciGn’. Hoy la inmensa mayo- a de Ia humanidad tiene que ira trabajar, ya no por las exigencias materia- Tes que supone producir los materiales para vivir, sino por la forma social tapocifiea que toma la explotacidn en la época contemporénea. Pero no es tan diffe asimilar al explotado moderno con un animal, con wna bestia de carge ¥ mas en una época en Ia cual la Mexibilizacién labora, la baja de los sala- yios, la extension de Ia jornada de trabajo, han conversido al trabajo en una penuria descomunal, que se asocia mas a Ia concepeicn del hombre como un Burro que como un auténtico aer humano Esto puede ser profundizado si se consulta los Grundrisse. Los Grun- risse gon tna suerte de borradores que escribie antes de redactar EI capital ¥ como los Manuseritos econémico flosficos,caswalmente, no fueron publica- dos hasta la mitad del siglo 30 En los Grundrisse Marx hace wna deseripeion de las potencialidades que crea la maquinaria moderna, la automatizacion ‘A partir de esta nueva realidad el hombre ya no mide la capacidad de crear Fiqueca por el tiempo que le dedica al trabajo. Hasta ahora fue asi: cuanto indo trabojis, mas creas, entendiendo trabajo en el sentido de aquél aplicado directamente ala produccién. Pero con el monstruo meednico creado, el hom- bre puede funcionar mas como supervisor general de ese mecanismo automa: tico que produce por él y asi alejarse de Ia produccién directa. El tiempo de trabajo deja de ser la medida de la riqueza, es decir que es la superacién de In teoria del valor, que los clasicos establecieron a partir del vinculo entre capacidad de trabajo y cantidad de riqueza, y cantidad de trabajo y acurmula- cin de esa misma riquera. Esta teoria se va a superar si nos libramos de la forma social explotada en la cual el trabajo es envilecido en la sociedad con- tempgrénea, ‘(Marx plantea, entonces, que el robo del tiempo de trabajo ajeno, sobre cl cual se funda Ia riqueza actual, aparece como base miserable comparado con el nuevo fandamento recién desarrollado, creado por la gran industria. Y tse nuevo fandamento es que el trabajo ya no aparece reclwido en el proceso de produccisn sino que, mas bien, el hombre se comporta como supervisor ¥ regulador con respecto al proceso de produccién mismo. Por lo tanto, en ia rmedida en que la gran industria se desarrolla la creacidn de riqueza efeetiva Se vuelve monos dependiente del tiempo de trabajo y del quantum de trabajo templeado,jLa riqueza depende, mds bien, del estado general de la ciencia y dal progréso de In tecnologia, o de Ia apiicacién de la ciencia al proceso de produecion, Todo esto esta en contradicsién con el hecho de que el luero de- onde de que mas gente trabaje, en condiciones més penosas, para hacer 66 los formas del rabojo y la historia mas amplia la ganancia. Por eso, el robo del tiempo de trabajo ajeno, sobre el cual se funda la riqueza actual, aparece como una base miserable comparado con este fundamento de la industria moderna, La alternativa de no trabajar implica convertirse en un paria social. Las notas de los Grundrisse que cita- mos terminan con esta frase formidable: “El plustrabajo de la masa ha deja- do de ser la condicién para el desarrollo de la riqueza social, as{ como el no trabajo de unos pocos ha dejado de ser la condicién para el desarrollo de los poderes generales del intelecto humano”, Para decirlo de un forma sencilla, Para que hubiera un Aristételes tenia que haber quinientos esclavos, si no la mente brillante de un pensador en Grecia no podia materialmente funcionar. Hoy los quinientos esclavos y Aristételes podrian no trabajar porque, a dife- rencia de la Grecia antigua, tenemos inmensas capacidades para proveernos de lo necesario sin trabajar en el viejo sentido de la palabra, En 1700, 90 por ciento de la humanidad estaba todavia en el eampo. Te- nian que producir para ellos y sobraba para alimentar al otro 10 por ciento, os que estaban en las ciudades. Hoy con 3 por ciento de la poblacién en el campo se alimentan ese 3 por ciento y el 97 por ciento restante en un pais desarrollado. Hay que entender con plenitud la frase de “que el no trabajo de tunos pocos ha cesado de ser la condicién para el desarrollo de los poderes ge- nerales del intelecto humano”, En una sociedad en la cual nos apropiemos de las condiciones de produccién modernas, vamos a poder multiplicar los Aris- t6teles. Naturalmente que, con una base mas amplia, el genio, Ia creativi- dad, las posibilidades humanas, van a tener una dimensién desconocida en el pasado. Todo esto explica por qué la frase famosa de Engels, “con la su- Peracién del capitalismo pasamos de Ia prehistoria a la historia", tiene una dimensién que va més alld de lo puramente aforistico. QUE es es0 Hamade “mercancia”? ‘Tonemos ahora que detenernos, En el andlisis del significado del traba- je moderno, del trabajo asalariado, nos alejamos mucho del interrogante ini cial de este capftulo. Si este trabajo enajenado es el trabajo, o es la capacidad de trabajar convertida en mercancia, zqué relacién existe entre ambas cosas, entre la alienacién del trabajo y la(s) mercancias(s)? El punto de partida para abordar este problema es comprender quo “mercancia” no es sinénimo de producto de trabajo humano{La mercaneia es una forma, una forma social del producto del trabajo en determinadas relaciones particulares de pro- duceisn, Et Valor, valor de cambio, es una realidad puramente social porque no se desprende de la materialidad especifca del producto del trabajo ~a esto se remite el valor de uso— sino del tipo de relaciones que establecen los hom- bres para producirlaJNo siempre el producto dol trabajo es una mereancia, Si el valor estuviera dado por la utilidad, como dice la economia tradicional, hhubiera habido precios y valores desde que el hombre salié a cazar y pescar Trabsio alienade y mercencio ” en épocas remotas. Las cosas siempre fueron titiles, pero sélo en la época mo- derma son mereancias de un mode universal. No es la utlidad la que explica por qué un valor de uso se transforma en un valor de cambio. ¥ el valor de cambio no esta en ningtin grano de materialidad de esa cose. Lo que hace que algo se convierta en valor de cambio son las condiciones en las cuales el hombre trabaja Por ejemplo, en un campamento ~como el que muchos de nosotros rea- Jizamos alguna vez con un grupo de amigos 0 compaticros— hay produceién porque tenemos que sobrevivir. Uno va a buscar leiia, otro trae agua, otro hace fideos, otro monta las carpas, Eso se resuelve mediante una delibera. cidn entre todos los participantes En ese campamento las cosas no tienen valor ni precio, aunque son produeto del trabajo humano, Porque antes de producir nos pusimos de acuerdc. Y segtin quien tiene més ganas, 0 mas fuerza fisica, alguno va y corta Ia leha. Yi hay alguien que sabe cocinar me jor, y también encuentra placer en eso, cocina, Es decir, hay una deliberacién colectiva, mas 0 menos desarrollada, de lo que hay que hacer. Y al deliberar colectivamente esta implicita también la distribucién: eudnto y cémo vamos ‘a hacer, cémo vamos a asignar la masa de trabajo social que tenemos en el campamento La otra posibilidad es que en ese campamento, donde hay que producir y dividirse el trabajo, en lugar de deliberar colectivamente, “juguemos al mereado”. Nadie sabe lo que el otro hace. Cada uno produce lo que quiere Entonces uno va y trae lefla pero trae poca. Otro en cambio va a buscar agua y trae barriles de agua que superan la capacidad de beber de los que estdn en ese campamento, Como se vo, se ha creado ahora un juego de “oferta y de- manda” alli donde no exist, se he creado el mereado, La nueva forma social de trabajar ha dado como resultado que los “acampantes-productores indivi- dduales” no sélo tienen el producto del trabajo sino que tienen el producto del trabajo convertido en mercancia, es decir que se pueden cambiar por otro producto del trabajo, segtin alguna regla que se establezea. Se va a terminar intercambiando en proporciones determinadas de trabajo. Y a esas propor. ciones les podemos poner un signo, y eso seria el precio, o el valor. Entonces, si hay poea lena mi leita va a valer mucho en términos de intercambiabili. dad. ¥ el que trajo demasiada agua va a malvender, es decir que no va @ recuperar, eambiando con otro, ese trabajo que invirti6. Para hacerlo més simple: en nuestro eampamenta “de mercado” las cosas valen segiin el traba- jo que tengan incorporado. Pero las cosas se transformaron de productos en mercancias no porque contengan trabajo ~asf sucedia en el campamento “normal’= sino por una forma social de organizarnos para trabajar[Lo que nosotros no regulamos por la via de una deliberacién conseiente, lo “delibera” el mereado, Io resuelve el mercado con el movimiento de los precios. La mer- cancia “maivendida”, a un precio por debajo de su costo, indiea que oe asigmé demasiado trabajo a la produccién de alguna cosa caya demanda es inferior a la oferta. Sucederia lo contrario si la oferta fuera eseaga. Detrés del movie mento de los precios esta la regulacién del trabajo social,)La divisién del tra. 68 Los formes dol taboo y Ie historio bajo que hizo la deliberacién colectiva, ahora se hace por el procedimiento de los precios. Una aparente naturalidad, que se impone como un hecho ante los acampantes. Pero ellos produjeron el mercado, organizandose de determina. da manera para producir. Examinemos mejor esta cuestién. En el campamento “de mercado” se da, si analizamos bien la cuestién, lo que podemos llamar una primera dimensién de la alienacién del trabajo que, a su vez, es la base de las tres di- mensiones del “trabajo alienado” que vimos en el capitulo 2. Por alienacién entendemos que algo preexistente ha sido anulado, mutilado, negado. Alie~ nar es enajenar, ¢Qué se aliena, qué se enajena cuando pasamos del campa- mento “normal” al campamento “de mercado"? Lo que se aliena, lo que se niega, es el cardeter social del trabajo en el momento de trabajar, de produ- cir. En el campamento “normal” tenemos una produccién consciente, delibe- rada antes de ejecutarla entre todos; en el campamento “de mercado”, en cambio, cada uno hace lo que quiere, es una produccién a ciegas. Lo que da valor a las cosas no es el trabajo sino un tipo determinado de trabajo 0, mejor dicho, una forma social determinada de trabajar. Los campamentos de nues- tro ejemplo son dos formas sociales de trabajar. El valor no esta unido a la cosa como una propiedad material sino que es un derivado de Ja forma social de produccién(El valor es una expresién de una relacién social) La relacién social particular que hace aparecer la mereancia —célula universal del mundo econémico moderno— es la relacién social que descansa en la negacién del cardcter social del trabajo en el momento de producir, Por eso una sociedad mereantil tiene como requisito la existencia de productores privados independientes, que ejercen su trabajo aislados y reciprocamente indiferentes entre si. Sélo se vinculan, en lo que tiene que ver con la produc cién, después de producir, a través del intercambio de los productos de su trabajo. Lo cual da lugar a un mecanismo de regulacién social por la via del movimiento de los valores 0 de los precios. La existencia de mercaneias es previa al capitalismo. La acumulacién de capital moderne surge del trafico de mercancias, del comercio que permite una acumulacién dineraria que se transformara Iuego en capital industrial. Esto ea a finales de la Edad Media, época de descubrimientos geogréticos, grandes viajes, ligas comerciales en Europa. La mercancia y los valores tie~ nen tres potencias histérieas. La primera es cuando circalaban apenas en el margen de la sociedad. A esa época corresponde una gran intuicién de Aris- tételes, El se progunté por qué una bolsa de trigo era igual a un par de san- dalias, pero nunca pudo resolver el problema. Porque resolverlo hubiera su- puesto entender el trabajo y el valor de una manera que esa sociedad no le daba elementos para reconocer. La idea de un trabajo abstracto —abstracto porque se comparan horas de trabajo desprovistas de su contenido concreto— sélo pudo surgir como descubrimiento tedrico cuando el trabajo se generaliz6 con una enorme potencia en los hechos: la gran industria moderna. Traboje alienado y mercencio 6 Comprender el valor La sustancia del valor es puramente social, y esto es lo més incompren- dido en la teorfa marxista. El valor es una forma social del producto del trabajo en un contexto determinado de relaciones de produccién, Bs muy im- portante explicitar esto porque si no se lo hace parece natural que las cosas Tengen valor, que las maquinas den valor o que las mAquinas sean capital. El capital, como veremos, también es una relacién social. El valor es como si fuera una convencién establecida entre los hombres sin que ellos sean cons- cientes de esa convencién, Esa convencién se les presenta como un poder ex- traio a ellos mismos: el mercado. En esta descripeién esta presente también la idea de fetiche: alguna cosa a la cual yo le atribuyo propiedades que esa cosa no tiene. Hay muchas comparacioneg que Marx hace entre el mundo del walor y el mundo nebuloso de la religién{El hombre crea determinado tipo de deidades, cualquiera sea la religién, y luego se somete a las deidades que él mismo cred En su libro Ensayos sobre la teorta marsista del valor, Yaaac Rubin dice que en la teorfa del valor de Marx hay dos aspectos incomprendidos. Uno es qudeuando se dice que una mercancia vale segtin el tiempo de trabajo social- mente necesario para producitla, no se comprende que detrés de este aspecto, cuantitativo esta la regulacién social del trabajo)Es decir que cuando dos me-cancfas se cambian por su valor, esas ramas de la produccién estén en teqilibrio en términos de la distribucién del trabajo social existente. El equl- Iibrio de dos valores es el equilibrio de la distribucién del trabajo social. Lo que esta detrés del movimiento cuantitativo de los valores es la regulacién del trabajo social que no se hizo de otra manera antes de producir. El segundo aspecto més incomprendide de Marx es el que tiene que ver con la mereancfa como expresién de una relacién social, una pura expresién de relacién social entre productores privades, independientes, aislados e in diferentes entre si. Sélo resuelven esa negacién en la constitucién del merca do por la via de la mereancfa, Las cosas se eambian, se socializan, no el tra bajo. Las cosas empiezan a aparecer como mediacién entre los hombres. Los precios parecen pertenecer a laa cosas. Asi, en el desarrollo concreto de la constitueién de Ia sociedad moderna so plantea la relacién entre trabajo alie- nado y mercanefa, Porque la mercancia como forma social supone ya una alienacién, la negacién del cardcter social del trabajo,(La circulacion de me-cancias erearé una sociedad donde toda se mereantiliza tanto que hasta el trabajo se convierte en una mereaneia. O, mas precisamente, la fuerza de trabajo ve puede vender y se puede comprar. en ese plano, que es un plano muy desarrollado ~porque primero aparece fa mercancfa, después el capital {ycon el capitalismo se presenta el trabajo mercantilizade el trabajo alfena- ap toma la forma definida de las tres dimensiones que ya vimos. Bs decir que Ghee trabajo alienado y mercancia, entre enajenacién en el trabajo y formas Tmeccantiles, hay una relacién muy directa‘), | Capitulo 4 (El capital como relacién social | Como vimos al finalizar ol capitulo anterior el valor, al aparecer como un atributo del prodiscto del trabajo en si, es indisociabledat aracter fetichista de Is mer SObES la euestién deb fetichismo de Ia mercancia podemas Teer las siguieniés palabras de Marx, del primer capitulo de l capival: “Lo que adopia para los hombres la forma de una relacién entre cosas que 5° intereambian entre sf a un precio determinado, pareciendo que el precio es tuna propiedad de la cosa— es sélo una relacion social determinada existente entre ellos. Para hallar una analogia pertinente debemos buscar amparo en Jas nebulosas comarcas del mundo religioso", donde los horabres erean tier. tos dioses y se someten a ellos como si tuvieran una existencia independiens te. E] mercado es un resultado de una relacién social entre los hombres que no crea dioses, crea mercancias. ¥ los hombres se someten a los valores ¥ las mereancias como si fuera una realidad autonoma de ellos. Sigue diciendo Marx [in las comarcas del mundo religioeo} los productos de la mente hu: ‘mana parecen figuras auténomas, dotadas de vida propia en relacién unas con otras y con los hombres. Otro tanto ccurre en el mundo de las morean- fas con los productos de la mano humana —parecen que tienen vida pro- pia—. A esto yo lo llamo “fetichismo”, que se adhiere a los productos del trabajo no bien se los produce como mereancias y que es inseparable de la produecign mercantil, El valor de uso de las cosas, de las merean jades que permiten satistacer neceSidades Wi Sil corisurio, es el sostén material del valor de cambio, Pero el valor de cam. bio como tal, fuera de ese 3ostén, es Td expr lacida social Beto parece oxtremadamehte especulativo, profunds, difeil de penetrar, pero este anélisis corresponde al desarrollo de los hechos, corresponde a la histo. ia, Es un andlisis l6gico-histérico. En el mundo real primero vinieron los va. lores de uso, los productos del trabajo, y Iuego las mereancias, © luego la ‘ransformacién de ciertos productos del trabajo en mereancias, Con lo cual 71] 72 Los forms del rabojo y la historia ademés de ser valores de uso se transforman en valores, en cosas que tienen precio, en cosas que se pueden intercambiar conforme a Ja cantidad de traba- Je socialmente necesario, abstracto, que tienen. — ‘Trabajo abstracto en el sentido de gasto general del trabajo humano, porque el trabajo util para hacer una cosa y el trabajo util para hacer otra cosa son formalmente distintos, incomparables, Un par de botas no se cam- bian por una chaqueta porque el trabajo de Ia chaqueta sea igual al trabajo de las botas. Se cambian porque tienen una cantidad abstracta, genérica, de trabajo incluido en ellas, que se puede medir en horas. Pero que los hombres tengan que apelar a este recurso es una consecuencia dela forma en que pre- viamente se organizaron para producit. _Poseedores y despeseides contemporaneos Si queda claro que el valor, y por lo tanto Ia mercancfa, es la pura expresién de una relacién social, podemos tomar el andlisis hasta aqui desa- rrollado como una buena introduccién al tema de que el capital es una ro- lacién social, también, y que él mismo no tiene un gramo de materialidad, aunque en la versidn corriente, vulgar, y muchas veces académica, el capital sea identifieado con una cosa, una maquina, un activo, un conjunto de ele- mentos que permiten potenciar el trabajo vivo, el trabajo presente, para hacerlo mas productive. Pero el capital no es eso. Las herramientas, los medios de produccién, existen desde antes de que existiera el capitalismo. El capital no ¢s sinénimo de medios de produccién. Es sinénimo de. medios de produccién que funci nan de determinada manera, 0 sea, en el contexto de determinadas relaciones Sociales..Y esas relaciones sociales convierten a los medios de produceién en capital ~ ~ ‘Marx dice en Trabajo asalariado y capital que la premisa de la existen— cia misma del capital os la existoncia de un sector mayoritario de la sociodad que no posea ningiin otro elemento para producir que su propia capacidad de trabajar y. de un sector minoritario que monopolice, en.consecuencia, la pro- piedad o la posesion de los medios de produccién. Es en esta relacién social donde surge el capital. El individuo que pértenece a la clase de los que no tienen otra cosa que su capacidad de trabajar es el obrero moderne. ¥ el obrero moderno es una consecuencia de la separacién entre el productor pre- capitalista y sus medios de trabajo. Es decir, el obrero modemno es el viejo campesino medieval expulsado de su tierra, ei viejo siervo de la gleba expul- sado de su habitat relativamente natural, o el artesano, el oficial, el aprendiz el maestro de algrin gremio precapitalista convertido también él en obrero. Naturalmente, a esta premisa bésica de la existencia del capital hay que entenderla en forma completa comprendiendo al mismo tiempo que en. esta relacién social la tendencia es a que la mercantilizacién de todos los pro- duetos del trabajo se extienda, incluso, a la propia fuerza de trabajo, que tELsontenide de la relacién capi El capital como ralacién social 73 ‘entonces se vende y se compra. No era asf con el siervo de la gleba ni con el eselavo. En definitiva, el andlisis de la economia politica es el anlisis de la especificidad de las relaciones sociales antagénicas de-produccién ei Gotioderno. Y siempre en la ciencia lo que vale es la especificidad de un feaémeno para comprenderlo. El capital es una pura relacién social. Bs una relacién social que tiene que ver con la produceién y, aun més especificamente, con la propiedad de los medios de produccién. La figura del eapitalista se vincula con la propiedad de los modernos medios de produccién, los que grosso modo se identifican con Ja industria moderna. La relacién social capitalista consiste en que los propietarios del trabajo pasado, que se materializa en maquinas, herramientas, medios de produc- cidn, en general utilizan ese trabajo pasado para valorizarlo como mereancia. El capital también es una mereaneia, 0 un conjunto de mercancias, ctasidd ‘ese medio de produccién se une a la explotacién del trabajo vivo, que produce mas valor que el valor que le vuelve como precio o valor de la fuerza de tra- bajo. En definitiva, el contenido amplio del capital es el que esta vinculado a la obtencién de plusvalia. Bs decir, el capital es un valor, o un conjunto de_ valores, que ee autovalorizan mediante el valor que acrecienta el trabajo.viva ng Fémunerade, esto es la plusvalia. "En Ia relacién social capitalista es el trabajo muerto, pasado, acumula: “do, e1 que se aprovecha del trabajo vivo para potenciarse como valor. Y no es “cl trabajo vivo, presente, de los productores existentes el que se potencia usando el trabajo acumulado como medio y herramienta de produeciGn. Y es- to se refleja en los resultados mas generales de la alienacién del trabajo, en el sentido de que el trabajo vivo se degrada y los propictarios del trabajo pasado —que no trabajan, que son propietarios— se potencian en su riqueza y fen su valor. Desde el punto de vista del sentido comiin, si me permiten una referencia tan vaga, lo que deberia suceder es que el trabajo vivo se potencie con el trabajo acumulado, con el trabajo precedente, bajo la forma de herra- mientas y medios de produccién, mientras que lo que sucede en la sociedad actual es que el medio de produccién moderno, cuanto mas desarrollado es, ‘mas fuente de agobio, humillacién y mortificacién del trabajo vivo. Después del andlisis teérieo Megamos a la descripcién puntual de la realidad, que tie- ne que ver con la evidencia del mundo moderno, o sea con el hecho, para decirlo de un modo amplio, de que el capitalismo es una gran acumulacién de riqueza y gran acumulacién de miseria y podredumbre humana, ist Ahora bien, si el capital es una relacién social, gcudl es el contenido de esa relacién social?, Jeudl es la evolucién histérica concreta de esa relacién social, cémo se fue metamorfoseando a lo largo del tiempo? El particular de la relacién social capitalista es Ia confiscacién. El capital surge 74 os formas del wobojo y la historia somo relacién.social cuando el trabajador es separado de las condiciones de tzabajo y solo queda con su eapacidad de trabajar El capital surge, por le~ tanto, con la confiscacién de las medios de trabajo al productor precapitalis. ta, lo que agrega un elemento nuevo a la definicion. Hl obrero moderno es el viejo campesino o el viejo artesano expropiado de sus medios de trabajo. La confiscacin es originaria, genética, en el capitalismo, asi como es originario el monopolio de los medios de produccién en una parte minoritaria de [a sociedad. Esto significa que, aunque el capitalismo se presenta en principio como una sociedad de iguales, su punto de partida es un monopolio, el mono. polio de los medios de produccién en la clase propietaria, en la clave burgue- 840 en la clase eapitalista, que son sindaimos Esta confiscacién, que tiene tna referencia histérica conereta con la constitucién del obrero moderno, es la primera forma que toma la relaciéa social capitalista. Rs la relacién original que se tuvo que procesar por medioa no estrictamente capitalistas, El campesino y el artesano se convirtieron en Jos modernos obreros a través de los métodos mas brutales, que correspon. dion a la 6poca de las guerras campesinas, o al period de los cercamientoe en Inglaterra, que se iba constituyendo poco a poco como potencia industrial Bran los métodos de la rapitia y la pirateria, los métodos del saqueo, quo no tenfan que ver con los mecanismos de mercado. Es la época de los grandes descubrimientos, de la navegacién en ultramar y de la rapina generalizada en todo el planeta, a la cual esté indisolublemente vinculada en una etapa histories precisa, Bs ol proceso histérico que permitié acumular las masas de capital que luego funcionarian en algunos puntos del planeta como masa de capital industrial. Este proceso sera la base de la Revolueién Industrial, por eso se la ama “acumulacién primitiva o genética” ~ El capital no pudo surgir por métodos especificamente capitalistas, por que hubiera habido una eontradiccién logica. Marx hace referencia al probli rma de la gallina y el huevo: no se puede explicar fa gallina por el huevo ¥ el huevo por la gallina. No se puede explicar el surgimiento del capital por étodes capitalistas desde el punto de vista del desarrollo histsrico, A asta, primar proceso histdrio, que abarca toda una etapa, corresponde la manifes.- tacion mas elemental de Ia confiscacién original que es el contenido propio de— la relaciGii social capitalista: eee La segunda dimensién histérica de la confiscacién —el contenido mismo del capital es aquella que s0 produce ya con el funcionamiento digamos “normal” del capitalismo, Para comprender lo que esto significa estamos obli- gados a adelantar brevemente una explicacion que desarrollaremos en el préximo capitulo eon mayor detenimiento. En lo que llamaros el capitalismo “normal”, ya constituido, funcionando sobre la base de tnecanismos que Te” son propios como modo de produccién, el intoreambio de mereancias se-da.o_— partir de la Hamada “ley del valor”, Es decir, en lo que podemos considerar estado de equilibrio, los productos del trabajo como mercancias se iutercam bian como equivalentes. Como equivalentes precisamente de trabajo, segin Vimos en el andlisis que hiciéramos en el capitulo 3 sobre la mereancla. Las + tenido de Ia relacién social que Namainos “capital. El capital come relacién sociol 75 mercancias “valen” el trabajo que cuesta producirlas en condiciones norma- les; es decir, conforme a la técnica y el trabajo normal que corresponde a esa misma produccién. Esto es lo que se denomina “trabajo socialmente necesa- rio”. Veremos més adelante cémo, siguiendo esta ley, se explica la ganancia del capitalista como una apropiacién de una parte del valor producido por el obrero, la plusvalfa, Lo que importa ahora es que, con el capitalismo gado como modo de produccién, cambia de forma el contenido expropiadar de Ia relacién social capitalista. El capital se valoriza, ahora si, por métodos propios del capitalismo, éktrayendo pluavalia de los trabajadores & Tos que el capiGélista explota. La plusvalia se explica aplicando Ia ley del valor, H0"ViE= Tandéla. Mientras que en la époea originaria, primitiva, no existia la ley del Valor como reguladora del metabolismo productivo y de la distribucién de lo que se producia, Era la rapifia, era el saqueo. Ahora existe la ley del valor todo se cambia de acuerdo con el trabajo socialmente necesario, La plusvalia surge de una mercancta muy particular —la fuerza de trabajo— que tiene co- mo valor, al igual que cualquier otra mercancfa, el trabajo socialmente nece- sario para producirla, es decir, para reproducir al obrero de modo que pueda vender sisteméticamente su fuerza de trabajo por un periodo. ¥ el valor de uso de Ja fuerza de trabajo es crear valor. El valor de uso de la mercancia fuerza de trabajo es trabajar, en un contexto de relaciones sociales particula- res. Crear mas valor que el valor de cambio de la mercancia fuerza de trabajo, La confiscaciéa opera mediante el mecanismo propio de esa ley que dice que la regulacién del trabajo en nuestra sociedad se hace mediante el intercam- bio de equivalentes de trabajo socialmente necesario, mediante el intercambio de valores. Es una segunda dimensién del contenido de la relacion capitalis- ta qué corresponde a un desarrollo histérico que sigue al de la constitucién original del capitalismo. En el capitalismo constituido, entonces, funciona la ley del valor. La confiscacién en su desarrollo historico, como desarrollo propio de la. relacién social capitalists, résulta comio la obra que devora a su propjo, autor ‘Una vez que se ha confiscado a todo el mundo y se'lo ha convertido.en obre- 1, una ver que se ha llevado a un extremo ia confiscacién de los obreros mediante el mecanismo de la plusvalfa, la confiscacién opera también confis- cando a los capitalistas. Es la tercera gran dimensién de la évoluci6i del Gon ‘Al'afirmar que la confiseacién opera ahora expropiando al propio capi- tal estamos diciendo dos, cosas fundamentales que deben ser puestas de relieve. La primera es qué los grandes capitalistas, el gran capital, confisca al pequétio'¥ mediano capital. Que los peces grandes se eoniéh @ Tos peces chités, ha vez que terminaron de instalar una relacidn social capitalista extremadamente difundida. Y la segunda consiste en algo mas profundo: Ia confiscacién que es propia.de la relacién social capitalista ha legado a un. Puinto tan elevado, ha constituide masas tan enormes de riqueza, ha agrups- do conjuntos de produccién tan vastos, que ya se torna incompatible cou-el fanicionamiento de la sociedad capitalista, Bate desartollo de lag fusrzas pro- 7% les formas del traboj y fa historia ductivas-reclama ahora otro tipo de relacién social, en la cual la produccién Sea puesta bajo el control social de los productores y no de wn capa cada vez més reducida, cada ver més minoritaria, de potentes productores privados Esta confiscacién, entonces, 6s Ia evidencia de la necesidad de una expropia: ci6n que termine confiscanda y expropiando a los confiscadores y a los expro- piadores. Una vez que llegé al extremo la confiscacién de todo el mundo por lunes pocos, todo el mundo debe expropiar a unos pocos para reapropiarse de Jas condiciones generales de la produccién. — En la parte final-det pentiltimo capitulo del tomo I de El capital, “La acumulacién primitiva’, en el subcapitulo “Tendencia historica de la acumu- lacion capitalista”, Marx pregunta: “ZEn qué se resuelve la acumulacién pri- nitiva del capital?”. En la expropiacion de los productores precapitalistas {Como sigue? Convirtiendo a esos productores precapitalistas en obreros modernos y extrayéndoles plusvalia, la segunda potencia histdrica del capi talismo, Entonces, agrega: “No bien los trabajadores se han convertido en proletarios y sus condiciones de trabajo en capital; no bien el modo de pro- uccin capitalista puede andar ya sin andaderas, esumen una nueva forma Ja socializacién ulterior de la tierra y de otros medios de produccién en medios de produccién socialmente explotados, y por ende en medios de pro- duccién colectivos, y asume también una nueva forma, por consiguiente, Ia expropiacién ulterior de los propietarios privados. El que debe ser ahora expropiado no es ya el trabajador sino el capitalista que explota a muchos trabajadores. Esta expropiacién se lleva a cabo por medio de la accién de las propias leyes de acumulacién capitalista, por medio de la concentracién de fos eapitales, Cada capitalista liquida a otros muchos. Paralelamente a esta concentracién, o a la expropiacién de muchos capitalistas por pocos, se desa rrolla en escala cada ver més amplia la forma cooperativa del proceso laboral “es decir, la reunién de masas humanas enormes para trabajar, Ia aplica- ién tecnolégica consciente de la ciencia, la explotacién colectiva de Ia tierra, la transformacin de los medios de trabajo en medios de trabajo que sélo son utilizables colectivamente”. Esta describiendo la potencia de los medios de produceién, de las fuerzas productivas que corresponden a esta fase altima de la expropiacion. ¥ dice mas adelante: Ahora, el monopolio ejercido por el capital frente a esta enorme po- tencia social de los medios de produccién— se convierte en traba del modo 4e produecién que ha florecido con €l y bajo 61. La concentracisn de los m dios de produceién y Ia socializacién del trabajo aleanzan af puntsTER Ase Son Wicompatibles con su corteza capitalista. Se la hace saltac.-Suena la Fora postrora de Ta propiedad privada capitalista, Los expropiadares son expropiados. £1 capitol como relacién social 7 (te expropiacién del capital | Marx no have més que describ, bajo la forma del movimiento histério do evslacin del capital aquelo que eet afirmado en el texto dal préloge @ te erateucion ata erica a la economia politica, Las rlaciongs sociales de + ceregn son ox un principio, nn oginila al dsairolo de lag foer#a8 ro Frei oes lnsionentocales capitalists fueron un esti al desarrollo seta ad dol hombre de prodair, con referencia al universo de rlaci- oe aeieicpa In realidad maverial que correspond a la sociedad precapi- ne as Bajo Gow rlaciones sociales capitalist se desenvuelve una potancia vaeeretiva jonas Imaginada por Ia sociedad, al punto de erear mecanismos arrears pata la preducaén de aquello que necesita el hombre, que cera on eucly ahora cast planetara, En eve punto, In propiedad priva sarc fos odio de produccin, de medios enormemente desenveltos, teeno to oe cael postcton, que sustituyen el trabajo bumano como ta, e8 un ver ie a an decarrollo‘lteror de Ins fuerzaa productivas. Para que esa eae pica sea ail ala humanidad le expropiadores deben for ex: ae cP gate enorme acervo sue, creado por el trabajo de generacione, aero uestoal servicio de una planiicacon suténticamente humana. Es0 see er rate cxpropiando al menopolio privado de figantescos medios de te eaclin modernon, Bntonces los expropladores deben set expropiados una arose consusaaron toda ta tarea historca de la expropiacin capitalist, ser onste capitalzta de producion y do apropinei6n,y-por-o,tanto la propicdal rived capitalist, us la primera negacin dela propiedad privat individual fundada en el trabajo propio”, ae Marx. ae se eae un aaa anus cs labaue te (eles la eanfusiones en ln economia pliten SR eS ncepto? Que hay cos tipos de propiedad privada: la fundada Sed eo oaeiey la lundada en el trabajo ajeno, Bl capital os la expro- piacién de la propiedad individual, los medios de trabajo del viejo productor, cee eopetarte que va-avivie a costa de I propiedad ajona y del trabajo aoe eerie earjad capitalistn, entonces, ela primera negacién de la pro- ene Ndturdual fandada ene! abo propio, en la propiedad de algunas Fea estas que adm tenia el siervo, por elemplo. ¥ despuss dice: “La nega- ‘Ggruhora de In prodcelén capitalista ce produce por si misma eon Ia neee- cee ao eso natural” El capitalimo crea condiciones que hacen nae oe, Naor seta Ia cortoza capitalista la propiedad privada de unos aeeeeariore mnedios enorinemente potentes, Seria la negacin de la negacion, aoe Neaultano, La propiedad privada eapitalisia nogs 1a propiedad wee SEGusarralla dela propiedad privada eapialista crea condcio: sae sae lavnogecion de asta negueion, la negacin de la propiedad privada aero a saewessiodad caletiva de los medios de production ¥ continia el caret nduaon de la negacén,eata expropiacién de los expropiadores, Hea eee edd tndieidual pero sobre el fundamento de lx conavista Seer ae pra capitalista: la cooporaciin de teabajadores libres y Ht, a eat ctive soe la Lerray sobre los medioe de produceién proue— 78 0s formes dal trabajo y lo historia 808 pore! trabajo mismo”. Marx equipara la expropiacén de los expropiado- es con tuna propiedad individual, Pero ahora el inaividwo no ex el hndvrichce de la pequeta propiedad de principios del eapitalisina, He ol individuo-traba jador colectivo, es el individuo social. ¥ termina asf: — ‘La formacién de la propiedad privada fragmentaria, fundada sobre el trabajo personal de los individuos —es decir, la transformacin de la Propiedad privada pequetia del productor precapitalista— esa transforma. «ién en propiedad privada capitalista fue naturalmente un proceso compa. rablemente més prolongado, més duro y més dificultoso que la transfor. ‘macion de Ia propiedad privada capitalista, de hecho ya fundada sobre el ‘manejo social de la produccién, en propiedad social. En aquel caso en la transformacién de la propiedad privada del pequeiie productor precapita lista en propiedad privada capitalista~ se trataba de la expropiscion de la ‘masa del pueblo por unos poces usurpadores —la clase eapitalista, quien tiene el monepolio de los medios de produccién modemnos~,.en este caso se trata de expropiacién de nes pocos usurpadores por la masa del pucblo trabajador. La superacién del capitalism ests planteada en funcién deJaleves de movimiento del propio capital. Es decir, del hecho do que el eapitalismo es tun modo histéricamente condicionado de produeir y que, habiendo negado otro modo histéricamente condicionado de producir previo, erea las cireuns- tancias, las formas, los sujetos, las condiciones, para él mismo ser superado por un modo de producciéa superior. Esta es Ia conclusién de esta enorme metifora sobre la evolucién del contenido social especifico de la relacién capitalista, que es la contiseacién 0 la expropiacion, Esta explicacién no sélo estd orientada a la explicacion del capital como relacién social, luego de haber resuelto lo mas difieil que es la comprensién de la mercanefa como relacin social, sino que también se orien. ta a mostrar el andlisis del vasto panorama que se sbrié a la investigacién del mundo moderno con el descubrimiento inicial de la alienacion del tra: bajo. Por eso seitalamos en su momento que en el examen de la-alienagisn de los Manuseritos.. esta el germen dé todo ol programa de investigacion de_ Marx. Es una investigacién sobre como el capitalisma_lleva. alextremola confiscacién de las condiciones humangs de existenria, creanda,-na abstane, un cuadro determinado, concreto, especit fico, de fuerzas materiales que permitirian superar esta contradiccién. Capitulo 5 bs plusvalia y la ley del valor} Para indagar sobre las leyes de funcionamiento del capital, cuya naturaleza como relacién social analizamos en el capitulo anterior, debemos precisar, ahora, algunos conceptos respecto de una cuestién central de la economia po- itn. Now referimos ala teorfa del valor, una suerte de centro do gravedad de esta disciplina. Ya definimos la mereanefa, el valor, como el resultado de una determinada organizacién social del trabajo. Recordemos, siguiendo en esto al economista raso Rubi? que las condiciones de xan dela nes capsia. son tres: 1) la existineia de productores privados.independientes ais- Tados entre sf; 2) que producen no para el autoconsumo.sing paralaaasiedad. FBT onsecuencia, de lo anterior, que, en tal contexto, la relacién entre los ifictores se da a través do la cosa produeida, del intercambio del producto aeMwFABAjo. Producto det trabajo que, por ese mismo eontexto de la produc: HON" SowiAl, se ha transformado en mercancia, en valor, en valor de cambio. Una vez mas, repitamoslo, es la expresion de una relacién social ia de un problema | La preocupacién original de la economia politica frente a la generaliza- cidn de la producéiéa dé meréancias era comprender esmo sistema productive de.estas caracteristicas; cémo se podia, incluso, medir, ‘Giintificar el valor de sus mercancias. Para resolver este problema se plan- tea la teoria del valor. Notablemente, sin embargo, fueron los fisiécratas quiened"pHitiére comprendieron Ia economfa como un gran metabolismo so- cial, pero no avanzaron en esta materia. La razén de esta carencia tiene que ver con la concepeién de los fisidcratas de que el nico valor agregado provie- ne de la produccién rural. La medida de ese valor o producto excedente en un ‘ciclo respecto del anterior podia hacerse en términos puramente materiales, comparando, por ejemplo, cantidades dedicadas a la siembra y cantidades co. sechadas respectivamente. La perspectiva cambia radicalmente con los economistas clésicos. El (79) 80 Los formas del trabajo y la historia contexto del andlisis de los fisiécratas era el de una Francia preindustrial hacia el final de la primera mitad del siglo XVII. El que corresponde a los representantes clasicos de la economia politica Adam Smith y David Ricar. do— es el de la potencia emergente, Gran Bretafia, en plena revolucion industrial algunas décadas después. Para los clasicgs, entonces, se presenta ba casi como una evidencia que el excedents econémico y la creacié Fiqueza eran una propiedad que correspondia no al sector llamado “primario”™ sino a todo el sistema econémico y en particular a la.emergencia y pujanza del. sector urbano.manufacturero, que florecia con la ascendente burguesta inglesa. Por lo tanto, para los clasicos, el producto neto 0 excedente, el valor ‘agregado, no era ya una propiedad de la agricultura sino una consecuencia derivada de la creciente productividad del trabajo humano como tal..Produc- tividad, ademés, cuya base era la divisin del trabajo y la especializacion del productor en una parte o fragmento del propio proceso de ttabajo, tema qué en este momento no vamos a desarrollar ‘Lo que sf quedé claro es que, a partir de este nuevo abordaje, la manera de estimar el excedente y el valor de la produecién de los fisicratas on tér- minos materiales quedaba superado. Es muy facil calcular un producto final determinado de tantas toneladas de trigo con los costos de ese producto en términos del trigo mismo; son productos homogéneos. Pero, como es sabido, tuno no puede sumar peras con manzanas. ;Cémo realizar ahora el céleulo, cuando el valor agregado ya no es una propiedad emergente de la actividad en la agricultura, cuando es una propiedad del trabajo en general y cuando ‘est extendido como una caracteristica de todo el sistema productivo, urba- no, industrial, artesanal, agrario, ete.? Habia que tener alguna medida para poder evaluar es0s elementos del conjunto del sistema y poder entender al mismo tiempo por qué las cosas se cambiaban como mercancias en determi- nadas proporciones. Por eso es que con los clasicos la teoria del valor aparece como el centro de la teoria econdmica en la tentativa de explicar el excedente y el funcionamiento del sistema como tal ‘Adam Smith se pregunté entonces cuanto vale una mercancia y a partir de su nueva concépeién de Ia riqueza en términos del trabajo que Ia creaba Megé a la conclusién de que Jas.cosas “valian” con relaciép al trabajo que, tenian incorporado. Lo que hacia que hd SOKA #e.pudiera cambiar por otra era que todas eran productos del trabajo, equivalentes, comparables, a partir de portar una sustancia cor En general en los manuales convencionales on la cual en un lado esté, por ejemplo, una cantidad, una tonelada de trigo, y en el otro una cantidad de otra cosa, y se asimila esta ecuacién a cualquier otro tipo de igualdad. Una igualdad signi- fica que hay algo en comtin en los términos equiparados. Aunque a simple vista parece que no hay ninguna propiedad que los iguale, lo que tienen en comdn dos mereancfas distintas es que son productos del trabajo. Esta es la conclusi6n a Ia cual Hegaron los clasicos. La limitacién que sapone consi- derar que las cosas “valen” porque tienen trabajo ya la consideramos con detalle en el tapitulo 3, por lo tanto, no nos detendremos en este punto. Con: Le plusvaia y lo ley del valor al E .ideraremos ahora el aspecto positivo de Ia cuestién, admitiéndolo sin més. Entonces, el valor de las cosas se vincula al trabajo, lo cual es cierto en el sis- tema mereantil 0 capitalista. Aun asi, esto que parece tan simple tiene una serie de complicaciones que ahora vamos a ver. 2Qué tipo de trabajo, cual trabajo es el que en definitiva hace que Ja ‘mereanefa tenga un valor determinado? Adam Smith elaboré el problema del siguiente modo: toda mereancia tiene un trabajo por el cual, cuando yo tengo tuna mereanefa A, a mi no me interesa el trabajo que tiene esa mercancia A; a mi me interesa el trabajo que tiene la mercancia B que yo voy a cambiar por la mercancia A, A mf me interesa el trabajo que puedo comprar con la ‘mereancia, que est materializado en la mercancia B. Por esta razén Adam Smith decfa que una mereanefa vale por el trabajo que pueda comandar, por. ZI trabajo quie pueda atraer eh este caso la mereanefa que voy a tener cam- Biandola por la que produje—. Si un productor de mereancias gasta x horas de trabajo en el producto A, esas mismas horas de trabajo gastadas en otro producto B por otro productor se intercambiaran como equivalentes. Cada productor con su propia mercancia demanda, atrae, otra mercanefa para su Hasta aqui las cosas parecen razonables pero presentan un serio incon- sniente, cuando no se trata de dos productores individuales interesados on él consumo reefproco de las mereancias producidas sino del caso del produc- tor capitalista. Cuando el capitalista vende su mercanefa y “atrae” mas tra bajo al hacerlo, el resultado es que lo obtenido con su venta se transforma en la compra de nuevas mercaneias, mano de obra, materias primas, méquinas, insumos, que le van a permitir reproducir el ciclo produetivo, al cabo del cual podré tener una nueva produccidn como la del ciclo anterior. El eapitalista, por ejemplo, produce pares de zapates, cuando los vende est buscando reponer el proceso de produccién que le hizo en este cielo tener esos pares de zapatos. Al venderlos “atrae” trabajo en el sentido de que los vende para comprar, para cambiar por salaries, materias primas, ete. y asi volver a desarrollar el pro- ceso productivo. Pero al margen de esto, él obtiene un Iucro que naturalmen- te es lo que impulsa su actividad. No sélo va a pagar salarios y adquirir ele- mentos materiales para la continuidad de la produceién sino que va a tener un beneficio, una ganancia. Es decir que, desde este punto de vista, la mer~ no s6lo repone el trabajo que cost producirla sino que, ademas, al “venderse la mercariefa da como resultado un determinado, luero, B prob “que surge és’ saber de dénde proviene este lucro porque, si la mereancia yale el trabajo que. tiene y.se eambia por algo. como.equivalenté dé cantidad de trabajo, cde dénde sali lo que sobré, que tiene la forma de ganancia? "Smith no llegé a resolver este problema y formulé dos teora® del valor relativamente incongruentes o contradictorias entre sf. Por una parte, sost- ‘yo que el salario y el lucro formaban parte del valor como cantidad de traba- jo gastado en Ia produccién. Esta teorfa chocaba con el hecho que acabamos de ver de que solo una parte de ese valor se reproducfa en una nueva mer- caneia idéntica a la anterior mientras que el lucro sobrante quedaba en ma- 82 Las formas del trabajo y la historia nos del inversor capitalista y no como valor en la'nueva mereancfa. En otra parte de sus textos Smith va a decir que en realidad el valor resulta de su- ‘mar el lucro, el salario y también habria que agregar la renta de la tierra, aunque de todos modos podemos considerar esta «ltima como una parte del sropio lucro. Prep aunque parezca lo mismo, no lo es. Bn un caso él valor es preexistante y se divide en salario, lucro y renta, y en la segunda hipétesis lo que preexis- te es... el salario, el lucro y ia renta. En este ultimo cago el asunto se compli- ea porque el valor de la mereancfa se remite al valor del salario y el lucro, pero {cuanto valen el salario y el lucro si no considero el trabajo gastado en Ia produccién? En definitiva, explicar un valor por otra valor es no explicar nada, porque el interrogante original es precisamente qué es lo que produce el valor. Entonees, ,qué es lo que vale de la produccién del capitalista hipoté- tieo? Sus pares de zapatos, ;valen por lo que fueron vendidos o valen la por- cién que corresponde a aquello que se aplica para que vuelvan a ser produci- dos, que es menor que el valor por el cual fueron vendidos porque una parte queda coma lucro (y otra como renta)? A partir de este problema se inicia una suerte de confusién porque no se sabe exactamente cudnto valen los pa- res de zapatos producidos y no queda claro de dénde sale el lucro, cual es su ‘equivalente en trabajo. ‘Lo que en definitiva Smith no llegé a resolver es por qué era distinto el trabajo necesario del trabajo contenido en las. matérias."FI trabajo contenido en las mercancias es el equivalente a la venta tots pares de zapatos. Pero el trabajo necesario es una parte de ese trabajo contenido porque con esa parte, deducido el Iucro (y la renta), se vuelve a producir la misma canti- dad de pares de zapatos. El trabajo necesario para producirlo parece menor que el trabajo contenido en la venta original. El valor que comandaban los zapatos era un valor superior al trabajo necesario para producirlo De Smith y Ricardo a Marx: la solu Entonces Ricardo encara la eritica a Smith y aborda el problema del lu cro desde un angulo més simple. Dice que la cosa no vale segtin eLteabajo de, Ja mercanefa que la gente.va.a,qbtener. Eat j-plantearl problema complica ¥ confunde. FE valor es preexistente porque se forma antes 2 lproducto se venda; el iba en la producciGn. El valor no es el tra ‘bajo que comanda la mercancia, es el trabajo que ésta tiene contenido, Bn- toncés ri mereanefa vale segin las horas de trabajo que se necesitan para producirla, Por es0 a la teoria de Ricardo’se la llama “teoria del trabajo corporado” y a la de Smith, “teoria del trabajo comandado”. “pw este punto debemos hacer una aclaracién. Cuando hablamos de tra- bajo, nos referimos a los dos tipos de trabajo que hay en un proceso producti- Vode una moreancia cualquiera: el trabajo directo y el trabajo indirecto. El primero es el trabajo vivo, real, durante un determinado momento o ciclo de Ja produccién. Hay también un trabajo indirecto, no vivo sino muerto 0 pasa- La plusvaio y Ia ley del volor 83 do. El ejemplo tipico son las maquinas que fueron previamente construidas y todo insumo de la produccién producido previamente. Cuando hablamos de trabajo incorporado en una mercancfa, hablamos de trabajo directo y de tra~ bajo indirecto en el sentido que la mereancia cuesta el trabajo que cuesta producirla, sumando las horas gastadas en la producciin misma y las horas gastadas anteriormente, ahora materializadas en la forma de méquinas, ma- teria prima, etestera Para resolver el dilema de Smith sobre la desigualdad entre trabajo ne- cesario y trabajo incorporado, Ricard precisar el valor del propio trabaio. § que tiene incorporado, ceusl.es.el valor que Smith— quedé atrapado en un efrculo vieioso porque si el trabajo es la sustancia productora de valor, suponer que el propio trabajo tiene valor es abrir un nuevo e irresoluble problema: zqué es lo que da valor al trabajo? En verdad, al abandonar el criterio de Smith sobre el trabajo comandado, Ricar- do dejé definitivamente en claro que el lucro era siempre una parte del valor resultante del trabajo incorporade por el trabajador. Al continuar sus inves- “Ygationes, no-obstante, tropez6 con’ el'hécho de que industrias que utiliza- ban mucho trabajo vivo o trabajo directo acababan vendiendo su produccién aun precio idéntico al de otras ramas industriales que utilizaban mucho me- nos trabajo vivo o directo. Esto es, en principio, incompatible con la teoria del trabajo incorporado porque diversas proporciones de trabajo incorporado dan como resultado una produecién mereantil con igual precio. Esclarecer es. te punto —al que veremos después como el problema de la “teafisformacton” de valores en précios— suponi igamente establecer una distineién ent dos conceptos que hasta ahori no diferenciamos: valor y precio, Como tampo- co Ricardo habia establecido tal distincin, su trabajo derivé en un nv lisjon sin salida: tratar de precisar el valor del trabato.| oe Resultado: a pesar de tener la virtud, desde el punto de vista del desa- rrollo de la ciencia econémica, de haber puesto en relieve que el valor de las cosas debfa resolverse investigando el mismo proceso de produccién y no ape- lando al subterfugio de Ia teorfa de valor comandado, Ricardo no resolvié el, problema de esa desigualdad particular que.mostré Adam Smith entre lo que Namamos “trabajo necesario” y “trabajo incorporado:. a “Ea la base de Ta compliéacign de Smith y de la simplificacién que Ricar- do no resolvi6, se encuentra una desigualdad en el mundo real del intercam- bio de las mercancias que ninguno de los dos explics, ;De dénde proviene.el. luero o la ganancia del que no trabaja, es decir el eapitaligta, cuando nos manteni a teorfa del valor trabaje2.Flay que comprender que esta mos habla srminos de categorias econémicas y de personajes abstrac- tos. Cuando decimos “capitalista” nos referimos al duedo de los medios de Produceidn, que no ejerce ninguna actividad productiva, no trabaja, y el lucro opera como aquella parte de la cual se apropia el duefio de los medios de pro- duccién simplemente por serlo, o sea, por el monopolio de la propiedad priv da de esos medios: 84 2s formas dol trobaio y lo histoio Para resolver el gran interrogante que dejaron planteado los economis- tas clisicos, Marx parte del anélisis desarrollado por ellos mismos y define el aspecto cuantitativo, del valor de, cambio en términos cldsicos. Una mercan- cia vale semiin el trabajo que cuesta producirla o, para ser mas precisos, una “mercaneia vale segun el trabajo socialmente necesario para producirla. “So- cialmente necesario” quiere decir segiin el trabajo medio, con la técnica habi- tual de un trabajador para producirla, Marx parte de esto, pero explica la desigualdad que no resolvieron Smith y Ricardo en términos muy simples. Primero, la preocupacién de Ricardo por encontrarle un valor al trabajo no tiene sentido: eT trabajo no tiene valor, crea valor. Si el trabajo tuviera valor habria que ir a otra instancia para ver qué es lo que erea valor. {Qué es el sa-_ lario entonces? Como dije, el salario no es el valor del trabajo; es el valor de la fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es aquella capacidad de trabajar que el trabajador vende al capitalista. Como etialquier otra mercanefa, la fuerza de trabajo Vale el trabajo social que sea necesario para reproducila, ~ Y¥ la fuerza de trabajo se reproduce alimentando obreros, dindoles condicio- nes minimas de subsistencia, para que en el ciclo productivo siguiente vuel- van a trabajar, Pero esa fuerza de trabajo no sélo tiene esta equivalencia como cualquier mercancia. También, como cualquier otra mereancia, entra en el circuito pro- ductivo en el consumo. Cuando yo compro una mereancfa pago por su valor de cambio y dispongo de su valor de uso, es decir, de su capacidad de satisfa- cer una necesidad concreta, consumiéndola, Con la fuerza de trabajo pasa lo mismo. El capitalista paga lo que vale la mereaneia fuerza de trabajo ¥ utili- za, consume, el valor de uso de esa mereaficla, Bl valor de uso de la mercan- cia fuerza de trabajo es trabajar un cierto nimero.de horas v produeir un valor. Pero esas horas de trabajo del obrero son distintas de las horas de tra- bajo involucradas en la produccién de las mereanctas que el abrero consume. ‘En eonsecuencia, el punto clave es el siguiente: la fuerza de trabajo en aceién, trabajando, consumida por el capitalista, produce un valor que es su- perior al valor de la mercanefa fuerza de trabajo. Bl valor de uso de esa mer- canefa es producir valor, gastando trabajo. El valor creado por el trabajo en tuna jornada determinada es superior al valor necesario para reproducir la fuerza de trabajo. Marx resuelve de este modo la desigualdad no resuelta por Smith y da una solucién al problema no solucionado por Ricardo. Es decir, al abordar el valor a partir de la propia produccidn se puede explicar un siste- ma de equivalentes de valor-trabajo sin violar el enunciado de la ley del sis- tema de conjunto: todo se cambia por el valor socialmente necesario para reproducirlo, La desigualdad entre trabaje necesaria v trabaio contenido, 0 entre el valor por ol cual yo vendo una mercaderia v el salario, aparece entonces explicada. Esa desigualdad es la distincign-que-bax entre el valor que puede crear el trabajo en determinado periogo y-el tiempo.necesario para reproducir las condiciones del trabajador que ejerce ese trabajo Le plusvalia y la ley del valor 85 [Plvsvalia y, nuevamente, la alienacién | La clave de todo el problema es que Marx puso en relieve que.tesde.cl punto de vista cientifico, él sistema de intercambio mercantil podia enten. derse en todos sus terrenos.como un. intereamhio de, equivalentes. No'hay rilguna mercanefa que no se venda por el trabajo socialmente necesario pa- ra producirla, Al mismo tiempo dio cuenta de la desigualdad particular que es esencial al sistema mercan{i] capitalista de produccién: el hecho de que la fuerza de trabajo vale menos que el valor que esa mercancia puede produc, Fiendo-usada ~ “En.un libro de Claudio Napoleoni, Za teor‘a del valor, que desarrolla to- do este tema cuidadosamente, se sefala que al analizar el intereambio entre la fuerza de trabajo y el capital Marx presenta una peculiaridad que ningzin intereambio posee en el sentido de que este intercambio implica simulténea- mente un cambio de equivalentes y un cambio de no equivalentes. Cuando se habla de equivalentes se habla, por ejemplo, de una tonelada de trigo = tan- tos pares de zapatos; son equivalentes en términos de trabajo socialmente necesario para producirlos. La fuerza de trabajo es un cambio de equivalen- tes en funcidn de que se cambia por lo que cuesta reproducitla, pero se trans- TOFHa‘Gh un cambio de no equivalentes cuando esa fuerza de trabajo actoan- {&, Habajando, crea un yalor superior al de su propio costo. En este momento vuelve a aparecer, al explicar tal desigualdad, Ia cues tion del trabajo alienado 0 enajenado, Veamos al respecto la siguiente afir- ‘acid de Marx en Bl capital: En la relacién establecida entre el obrero y el capitalista, el obrero ‘cede en el cede en un Uempo determinado su capacidad da trabajo, 7 Sentido ms riguroso de Ia palabra. Ex decir que durante un thinado su subjetivided, s trabajo, yu no le pertenecen comporta frente a a fuerza de trabajo como el sompeador compra con Feiaein « cualgaier mercanctadaqoicila,o.een, digpme doug Doaers Sbsoluta do tu valor do uso. El valor Go uso dela Tuersa de trabuo i bien td provist por el obrero, deja de prtenecerle pasando para aguel que se torné propictario de ose ion para el cul este trabajo consttuye un valor douse El trabajador, entonces, tiene con su trabajo la misma relacién que cual- quier vendedor con la mercancia que vendis. El valor de uso de la mereanefa, en esto caso ol trabajo, deja de pertenecerle. Notemos que Ia desigualdad en Ia cual se origina el Incro 0 ganancia, queda. explicada en, los’ téminds de la distincidn entre trabajo y fuerza de trabajo, que son dos cosas completamen- te distintas. Una distincién te6rica que pone en clara lo que se comprueba && Ie Vida misma: las horas que se necesitan para producir los elementos que garantizan la existencia del trabajador son distintas, en el espacio y en el tiompo, de las horas que ose mismo trabajador pasa trabajando. La distin- cién entre fuerza de trabajo y trabajo reproduce como concepto o teoria una

Вам также может понравиться